107 iniciativas tecnológicas de los jóvenes africanos para luchar contra la covid-19

La pandemia en África ha disparado la creatividad de las nuevas generaciones. La red panafricana de comunidades de ciberactivistas, llamada Africtivistes, ha cartografiado este esfuerzo en diez países de África Occidental.

Mientras en Benín creaban una plataforma de apoyo escolar para contrarrestar la suspensión de las clases por la pandemia, o producían vídeos para explicar de manera sencilla las medidas de distancia social, como el lavado de manos; en Senegal construían máquinas dispensadoras de gel hidroalcóholico con comandos de voz, con pedales o portátiles, de bajo coste; al mismo tiempo, en Nigeria, implicaban a influencers locales para hacer llegar la información a las zonas rurales, articulaban canales de información fiable y daban a estas mismas comunidades las herramientas para controlar el gasto público en la lucha contra la Covid19.

Son solo un puñado de ejemplos, una muestra de cómo la crisis sanitaria global ha movilizado especialmente a los jóvenes y les ha empujado a sentirse interpelados para construir soluciones a través de su creatividad y de las posibilidades que ofrecía el espacio digital. La red panafricana de comunidades de ciberactivistas Africtivistes, con el apoyo de Oxfam ha querido visibilizar este esfuerzo y estas experiencias haciendo una cartografía que no llega a agotar todas las posibilidades, pero que pone en el mapa de diez países fundamentalmente de África Occidental, 107 iniciativas impulsadas por los jóvenes para luchar contra la Covid19.

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“Hemos identificado experiencias numerosas y diversas”, explica Sokhna Cissé, asistente del programa regional de Africtivistes y una de las coordinadoras de este proyecto de mapeo. “Nos hemos encontrado”, continúa esta joven senegalesa, “con iniciativas que van desde la sensibilización hasta la creación de dispositivos, pasando por la distribución de kits o productos higiénicos, entre otros”. “En mi opinión, hay cuatro puntos a destacar: el compromiso de los jóvenes, la dinámica comunitaria, la innovación en el enfoque y la resiliencia. Tanto si han recibido financiación de las instituciones como si no, es necesario reconocer que la juventud ha dado un paso al frente y ha mostrado su capacidad para ser un motor de desarrollo en África”, sentencia.

La prospección realizada por miembros de la red se ha desarrollado en Benín, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Mali, Mauritania, Níger, Nigeria, República Centroafricana y Senegal y ha intentado clasificar las experiencias según diversos criterios. Por un lado, en relación con el enfoque de las acciones distinguiendo entre las que intentaban mejorar el acceso a la información y trabajaban en la sensibilización; las que impulsaban el compromiso ciudadano, empujando a participar en acciones concretas o, por ejemplo, a través de campañas de microfinanciación; las acciones de mejora de la gobernanza, para el control de la acción pública; o las de aplicación de las innovaciones tecnológicas y la investigación científica, a través del desarrollo de aparatos, de aplicaciones o de análisis de datos, por ejemplo.

El mapeo elaborado también ha querido clasificar las acciones según el país en el que se han desarrollado, si han sido impulsadas por organizaciones o personas individuales, si han sido lideradas por mujeres u hombre, las fuentes de financiación y el establecimiento de vínculos o no con instituciones públicas.

En mi opinión, hay cuatro puntos a destacar: el compromiso de los jóvenes, la dinámica comunitaria, la innovación en el enfoque y la resiliencia

SOKHNA CISSÉ

“Estas iniciativas”, asegura Mame Diarra Gueye, una de las encargadas de detectar proyectos en Senegal, “además de sensibilizar, han permitido concienciar sobre la obligatoriedad del cumplimiento de las medidas de protección. En una sociedad en la que la comunicación de proximidad ha demostrado su eficacia, estas iniciativas han servido de relevo a las medidas emprendidas por el Estado para frenar la propagación del virus y la prevención de sus consecuencias”. Maurice Thantan, el referente de la red en Benín, añade que las acciones de los jóvenes “también han contribuido a apoyar a las personas más vulnerables que se encontraban en una situación de mayor precariedad durante este periodo”. Este activista matiza la situación en el país y el enfoque de las iniciativas identificadas: “En Benín, por ejemplo, la enfermedad no causó directamente daños humanos como en otros lugares. Pero las restricciones han tenido enormes consecuencias económicas. Los cursos online y las cestas solidarias han sido muy útiles”.

La valoración de Thantan pone de manifiesto que a pesar del mapeo regional, en cada país la situación ha tenido características diferentes y que esas experiencias impulsadas por los jóvenes han respondido a esas particularidades. “Las noticias falsas y la desinformación siguen siendo el principal reto para frenar la propagación de la covid-19 en Nigeria. Aquí han tenido un enorme impacto. El acceso a la información verificada y auténtica sobre la pandemia era una necesidad muy importante para que tanto el Gobierno como los ciudadanos pudiesen frenar la propagación de la enfermedad en el país. La juventud ha aprovechado los medios de comunicación y la tecnología digital para mejorar el acceso a la información crítica sobre la pandemia y aumentar la acción de los ciudadanos”, cuenta Muazu Alhaji Modu, el encargado de detectar iniciativas en Nigeria.

Por su experiencia en la investigación en Níger, Tamimoudari Noma destaca la importancia de la respuesta a esas particularidades. “Las iniciativas de los jóvenes han aportado soluciones concretas y adaptadas a la lucha contra la covid-19. Por ejemplo, en la prevención mediante la confección de kits de lavado de manos adecuadas a nuestro contexto o la confección de máscaras con materiales más asequibles reduciendo considerablemente el costo que pasó de 1000 CFA (1,5 euros aproximadamente) al inicio para terminar bajando a 100 CFA (unos 0,15 euros). En el ámbito de la sensibilización, igual que en otros países, se han creado plataformas para difundir la información correcta y evitar que las noticias falsas creen psicosis y reticencia a protegerse contra la enfermedad”, comenta el activista nigerino.

Más allá de los proyectos concretos, este mapeo evidencia la disponibilidad de esa juventud africana para dar un paso al frente y comprometerse, ante la amenaza de la enfermedad, y también pone de manifiesto las capacidades que les otorga el dominio del entorno digital. “La pandemia ha sido una oportunidad para que demuestren que les preocupa lo que afecta a la nación”, asegura Tamimoudari Noma, mientras que Mame Diarra Gueye añade que “estos jóvenes tomaron conciencia de su deber moral para con su comunidad”. Por su parte, Mohamed G. Ndoye, otro de los responsables de la identificación en Senegal afirma: “Se levantaron espontáneamente sin esperar una llamada o un gesto de las autoridades. Y muchos se han sorprendido al ver que los jóvenes mostraban tanto civismo y que actuaban sin esperar nada a cambio”.

Algunas de las iniciativas en Gambia, en Nigeria o en Mauritania, han intentado atacar el aumento de riesgo de violencia basada en el género en el contexto de los confinamientos, a través de sensibilización, de asistencia o de promoción de la autonomía de las mujeres

Entre los proyectos identificados destacan, sobre todo, las iniciativas de sensibilización a través de materiales pedagógicos distribuidos en las redes sociales y los proyectos que han intentado contrastar la difusión de bulos y noticias falsas por los mismos canales, prácticamente presentes en los diez países en los que Africtivistes y Oxfam han hecho el estudio. Resulta llamativo cómo también han sido recurrentes los desarrollos para reforzar la educación durante el confinamiento, esfuerzos que se han identificado tanto desde Benín a Ghana pasando por Costa de Marfil o Senegal.

Y de la misma manera, el mapeo realizado por estas organizaciones muestra cómo los jóvenes han enfocado su ingenio también a crear materiales de protección que, sobre todo, en los primeros momentos eran caros y escasos. Si en Costa de Marfil producían gel hidroalcohólico, por ejemplo; en Ghana, en Mauritania o en Senegal elaboraban dispositivos de lavado de manos sencillos, baratos y adaptados a las realidades locales; en Níger ideaban un portal desinfectante o producían viseras como en muchos otros países. Algunas de las iniciativas, por ejemplo en Gambia, en Nigeria o en Mauritania, han intentado atacar el aumento de riesgo de violencia basada en el género en el contexto de los confinamientos, a través de sensibilización, de asistencia o de promoción de la autonomía de las mujeres.

A partir de la observación de esos más de cien proyectos impulsados por jóvenes para afrontar la crisis sanitaria desde diferentes ángulos, la mayor parte de los activistas que han participado en la investigación coinciden en la importancia de la creatividad de sus impulsores. “Lo más importante no es, evidentemente, la disponibilidad de fondos. Las soluciones más notables no son las que han recibido las mayores inversiones, sino las más creativas y las que han ofrecido soluciones con más impacto en sus comunidades”, comenta Maurice Thantan, a partir de su experiencia en Benín. Por su parte, a partir del mapeo en Níger, Tamimoudari Noma, añade que lo más determinante ha sido “el espíritu creativo adaptado a nuestras realidades, esta capacidad de proponer soluciones locales”.

Mientras que Mame Diarra Gueye incorpora que las experiencias en Senegal muestran que lo fundamental es “la conexión con la comunidad, por la capacidad para movilizar”. En este sentido, con una visión global, Sokhna Cissé afirma que la crisis ha demostrado que “los jóvenes quieren aportar soluciones a la comunidad”. La pandemia ha sido “una oportunidad para demostrar al mundo que tienen la competencia, la voluntad y la capacidad de hacer que las cosas sucedan. Todo lo que necesitan es un poco de ayuda, sobre todo financiera, para ponerse en marcha en cualquier campo”, concluye esta activista senegalesa.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-07-16/107-iniciativas-tecnologicas-de-los-jovenes-africanos-para-luchar-contra-la-covid-19.html

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Se realiza en Chile Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe

Se realiza en Chile Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe

Igualdad de género centra atención de foro regional de mujeres en Chile

Con el tema central autonomía de las mujeres en escenarios económicos cambiantes, comienza hoy la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.

Este es considerado el principal foro intergubernamental sobre los derechos de la población femenina y la igualdad de género en la región.

Al evento, que sesionará hasta el próximo viernes en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en esta capital, reúne a una veintena de ministras de la Mujer y otras altas autoridades relacionadas con organizaciones e instituciones vinculadas al desarrollo y empoderamiento de la población femenina.

El encuentro, auspiciado por la CEPAL con el apoyo de ONU Mujeres contará además con la asistencia de representantes de organizaciones de la sociedad civil, del sector académico, de organismos intergubernamentales y del sistema de las Naciones Unidas, entre otras personalidades.

La Conferencia regional es un órgano subsidiario de la CEPAL, convocado regularmente desde 1977 para identificar la situación en el área con respecto a la autonomía y los derechos de las mujeres, y presentar recomendaciones en materia de políticas públicas de igualdad de género.

También realiza evaluaciones periódicas de las actividades llevadas a cabo en cumplimiento de los acuerdos regionales e internacionales y sus últimas ediciones se realizaron en Montevideo (2016), Santo Domingo (2013), Brasilia (2010) y Quito (2007).

En esta cita la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, presentará el documento central La autonomía de las mujeres en escenarios económicos cambiantes, que ser{a el fundamento para los debates de las delegaciones.

El programa del encuentro incluye seis paneles, una sesión especial, una mesa redonda y más de 30 eventos paralelos.

Entre otros, sobresale el panel de alto nivel sobre la Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género en el Marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030, adoptada en 2016 durante la XIII Conferencia Regional.

Asimismo la sesión especial estará dedicada al 25 aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, mientras que la mesa redonda abordará los desafíos de las políticas integrales para la igualdad de género.

También habrá paneles temáticos sobre globalización e igualdad de género, revolución digital, economía del cuidado y cambio climático.

CEPAL llama a defender igualdad de género en América Latina

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) llamó este lunes a los gobiernos de la región a cumplir sus compromisos respecto a la igualdad de género y la autonomía de las mujeres.

En el marco de la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que iniciará el próximo martes en la capital de Chile, la organización presentará dicho planteamiento en el informe “La autonomía de las mujeres en escenarios económicos cambiantes”.

A cargo de la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, el documento expresa la necesidad de garantizar los derechos de todas las personas sin excepción y el obstáculo que representan las desigualdades de género para el desarrollo sostenible de las naciones.

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Asimismo, plantea los avances en la materia alcanzados en la región, sin embargo, insiste en que hay obstáculos que necesitan ser eliminados.

“Este encuentro será especialmente importante, ya que tiene tono de evaluación en un contexto claramente regresivo”, indicó la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina, Elizabeth Gómez Alcorta, quien asistirá a la Conferencia.

El evento regional reunirá a 20 ministras de la Mujer, catedráticos, representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU), así como varias agrupaciones de la sociedad civil.

Comunicado CEPAL: Igualdad de género y autonomía de las mujeres deben estar en la base del nuevo modelo de desarrollo que requiere con urgencia la región

Los países de América Latina y el Caribe deben acelerar el cumplimiento de los compromisos asumidos por los Gobiernos para el logro de la igualdad de género y la autonomía de las mujeres en la región, en el marco del complejo contexto económico actual y teniendo en cuenta los múltiples desafíos que plantean las transformaciones tecnológicas, demográficas y climáticas en curso, sostiene la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en una nueva publicación.

“Las desigualdades de género son un obstáculo para el desarrollo sostenible, y los cambios en el escenario que enfrenta la región son una manifestación de la urgencia de avanzar decididamente hacia estilos de desarrollo que contemplen en sus cimientos la igualdad de género y la autonomía de las mujeres, así como la garantía de los derechos de todas las personas sin excepción”, señala la CEPAL en el documento La autonomía de las mujeres en escenarios económicos cambiantes.

La región está creciendo menos, a la vez que se incrementan las desigualdades y la pobreza aumenta. Esto plantea una situación compleja en lo que respecta al gasto social y, sobre todo, a las políticas que repercuten en la vida de las mujeres, indica el informe que será presentado oficialmente por Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva del organismo regional, durante la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se celebra del 27 al 31 de enero de 2020 en Santiago, Chile.

En el encuentro, organizado por la CEPAL con apoyo de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), participarán los Vicepresidentes de Colombia, Costa Rica y El Salvador y una veintena de ministras de la Mujer y altas autoridades de los mecanismos para el adelanto de las mujeres de la región, además de representantes de organizaciones de la sociedad civil, del sector académico, de organismos intergubernamentales y del sistema de las Naciones Unidas.

En sus más de 200 páginas, el informe reconoce importantes avances en materia de igualdad de género y autonomía de las mujeres en la región. Se ha progresado especialmente en lo referente a los marcos normativos e institucionales para el diseño e implementación de políticas en las tres dimensiones de la autonomía de las mujeres: física, económica y en la toma de decisiones. Pero persisten diversos nudos estructurales que es necesario desatar, apunta la Comisión.

El número de mujeres sin ingresos propios se redujo del 41,0% en 2002 al 27,5% en 2018, sin embargo, este último porcentaje sigue siendo superior al de los hombres en la misma situación (13,1%). Esto implica que cerca de un tercio de las mujeres de la región depende totalmente de otros para su subsistencia, lo que se suma al hecho de que están sobrerrepresentadas en la población en situación de pobreza: el promedio regional del índice de feminidad de los hogares en situación de pobreza (que incluye a 18 países) subió de 105 mujeres por cada 100 hombres en 2002 a 113 mujeres por cada 100 hombres en 2018.

Por el contrario, el documento señala que las mujeres están subrepresentadas en los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, lo que limita sus posibilidades de una mejor inserción económica, y, en un contexto global de creciente expansión y volatilidad de los mercados financieros, persisten condiciones desfavorables de acceso al crédito para ellas. El monto total de crédito vigente de las mujeres equivale a un 57% del monto de los hombres en el caso de Chile, a un 67% en el caso de Costa Rica y a un 59% en el caso de Guatemala.

La automatización, apunta el estudio, traerá cambios en la organización del trabajo remunerado, afectando principalmente actividades que concentran tareas rutinarias. Se estima que un 50,1% de las mujeres de la región se desempeñan precisamente en trabajos no calificados o de servicios, ocupaciones con alta probabilidad de automatización.

Uno de los nudos estructurales de la desigualdad de género en la región es la división sexual del trabajo y la injusta organización social del cuidado. Las mujeres de la región dedican diariamente el triple del tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, plantea el documento.

El informe indica que en América Latina y el Caribe las mujeres son las principales responsables de cubrir las necesidades de cuidado de las personas adultas mayores, en un contexto, además, de feminización de la vejez: por cada 100 hombres de 60 años y más hay 123 mujeres en ese mismo tramo etario, mientras que para el caso de la población de 80 años y más la cifra alcanza 159 mujeres por cada 100 hombres.

Según la CEPAL, es preciso redoblar los esfuerzos para diseñar políticas públicas de igualdad que reconozcan el aporte de las mujeres a la economía a través del trabajo doméstico y de cuidado no remunerados, y que promuevan la corresponsabilidad y una distribución más justa de las cargas de trabajo. Si los Estados no brindan prestaciones y servicios públicos adecuados, las familias, y en particular las mujeres, tendrán que responder de forma individual, cada vez más, a las exigencias de cuidado de las personas mayores, muchas veces a expensas de su participación en el mercado laboral, su bienestar y su realización personal, dice la Comisión.

El informe denuncia, de igual forma, la invisibilización de las mujeres indígenas y afrodescendientes. Por ejemplo, la proporción de mujeres jóvenes afrodescendientes que no estudia ni trabaja de manera remunerada es 2,6 veces superior a la de los jóvenes no afrodescendientes ni indígenas.

“Para avanzar hacia el logro de la autonomía y los derechos de las mujeres en el contexto actual, es necesario un abordaje integral y transformador de la política pública. Debe analizarse la interacción entre las políticas macroeconómicas, productivas, de innovación, climáticas y de empleo con las políticas de cuidados, de educación, de migración, de salud y de erradicación de la violencia contra las mujeres, y avanzar para superar estos desafíos de forma conjunta”, propone la CEPAL.

Se invita a los medios de comunicación a cubrir esta Conferencia Regional, que se realizará en la sede de la CEPAL (Av. Dag Hammarskjöld 3477, Vitacura, Santiago, Chile). Los periodistas deben portar la credencial de su medio o su credencial de identidad para tener acceso al recinto y acreditarse con anterioridad.

La Argentina llevará a la CEPAL un planteo sobre las tareas de cuidado

“Es la primera vez que el Estado pone en agenda pública y de una manera integral el aspecto desigual de las tareas de cuidado”. Quien asegura esto es la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, a horas de participar de la decimocuarta edición de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que forma parte de la Cepal. Dedicado a evaluar, discutir y elaborar estrategias comunes de cara al cumplimiento y ampliación de los derechos de las mujeres, este encuentro tendrá lugar en Chile entre hoy y el viernes. Viene siendo pospuesto desde noviembre, debido a las protestas multitudinarias que llevó a cabo el pueblo de ese país contra el sistema político y que aún persisten, aunque con menos intensidad.

“Este encuentro será especialmente importante, ya que tiene tono de evaluación en un contexto claramente regresivo”, destacó Gómez Alcorta en diálogo con este diario. Las representantes de los países que integran la región de América Latina y el Caribe culminarán con dos documentos: uno de evaluación respecto de las esferas de acción demarcadas en la mítica Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing, a cargo de la ONU, de la que se cumplen 25 años. Significó el consenso de 189 sobre “objetivos estratégicos y medidas para el progreso de las mujeres y el logro de la igualdad de género” a nivel mundial. El otro pondrá en análisis lo hecho y lo adeudado en torno a la llamada “Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género”, a cargo de la última conferencia de la Cepal.

“Argentina y Uruguay históricamente fueron vanguardia en cuanto a derechos de las mujeres, incluso más que Europa. Uruguay tiene aborto, nosotros identidad de género, matrimonio igualitario. Ahora, no obstante, el balance es otro, nos encontramos con una región muy regresiva al respecto, con Brasil a la cabeza de ese retroceso. Tenemos que pensar juntas cómo recomponer y avanzar”, señaló la ministra. Durante la conferencia, Gómez Alcorta tendrá a su cargo una presentación especial sobre las tareas de cuidado, además de mantener reuniones bilaterales con la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, y con la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspang, entre otras.

–¿Qué lleva la Argentina a la conferencia regional?

–Por un lado, la decisión política de la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades, una decisión que implica el reconocimiento de parte del Estado de las desigualdades y de las violencias por razones de género, la decisión de jerarquizar las políticas públicas para abordar estas problemáticas, la claridad de que no hay posibilidad de achicar desigualdades si no se abordan las problemáticas de manera transversal a todo el Estado. Además, llevamos las políticas de cuidado como punto central a trabajar para empezar a mitigar desigualdades, algo que por primera vez en el país se abordará con una visión integral. Creemos que es imposible hacer frente a estas problemáticas con políticas neolioberales, con Estados que se achican y se limitan y con modelos de desarrollo excluyentes.

¿Qué problemáticas incluyen las tareas de cuidado y qué desigualdades revelan?

–Todas las personas en algún momentos de nuestras vidas debemos ser cuidadas. Históricamente, por la división sexual del trabajo, estas tareas de cuidado quedaron en manos de las familias y, hacia el interior de esos grupos, de las mujeres. Esa distribución inequitativa es uno de los nudos centrales de las desigualdades entre las mujeres, disidencias y varones porque tiene implicancias directas en nuestra inserción en el mundo de trabajo, en el educativo, en el político. Es el Estado el que debe intervenir para que esas tareas se puedan distrubuir de un modo solidario entre su estructura, el sistema privado, las familias y la comunidad. Y dentro de las familias, para cambiar los estereotipos que llevan a naturalizar que somos las mujeres las que debemos hacernos cargo. Solo el Estado puede mirar esto integralmente y es este Ministerio el que puede coordinar políticas que que otros como Desarrollo Social, Trabajo, Educación, la agencia de discapacidad, el Anses, el Pami, puedan elaborar para empezar a ordenar esto.

-¿Hay líneas de trabajo que avancen en este sentido para presentar en la conferencia?

-Sí. El hecho de que por primera vez se ponga en agenda pública y de una manera integral el aspecto desigual de las tareas de cuidado, y se lo empiece a abordar desde políticas intersectoriales e interministeriales es un gran avance.

-¿Cuenta Argentina con estadísticas que permitan graficar la problemática sobre la distribución desigual de las prácticas de cuidado?

-No. Lo más cercano es la encuesta sobre trabajo no remunerado y uso del tiempo que desarrolló el Indec en 2014. Allí se demuestra que nosotras, las mujeres, usamos seis horas de nuestro día para tareas de cuidado y los varones, dos. Pero también otra cosa: que el quintil más empobrecido de las mujeres dedican ocho horas diarias a las tareas de cuidado, mientras que el quintil más pudiente, tres. Las mujeres en mejor posición económica tercerizan las tareas de cuidado, porque pueden. Eso demuestra la variable socioeconómica, de clase, de esta veta desigual. En diciembre de 2019 se aprobó por ley la realización anual de esta encuesta. Desde el Ministerio, además, crearemos un mapeo federal de los servicios públicos y privados de cuidado: guarderías, geriátricos.

-A priori, ¿qué se sabe de los servicios de esta clase ofrecidos por el Estado?

-Para los bebés de 0 a 2 años, el Estado provee de guarderías y jardines maternales para tan solo el 6 % de la población de esa franja. Lo cual deja, en el 94 % restante, el cuidado en manos de la familia, que deben evaluar si cuentan con recursos para pagar un privado o no. En cuanto a geriátricos, el programa de cuidado público para tercera edad no cubre más del 5 % de los hogares que lo requieren. Eso hay que leerlo en clave de derechos de la persona que debe ser cuidada: el Estado no está velando por ellos. Pero también, y por otro lado, en términos de las obligaciones y los derechos de aquella persona que cuida, del trabajador o trabajadora, en su mayoría. Las trabajadoras de cuidado implican un sexto del empleo femenino en el país. Tienen los salarios más bajos de todos y la informalidad más alta. El 75 % de las mujeres de casa particulares no están registradas. Poner en agenda esto es difícil porque es todo nuevo el análisis que requiere.

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/01/comienza-en-chile-la-xiv-conferencia-regional-sobre-la-mujer-de-america-latina-y-el-caribe/

 

 

 

 

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