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El dolor de la incomunicación: La barrera idiomática para los inmigrantes haitianos

Haití/Diciembre de 2017/Fuente: UChile

Después de tres días de que su esposo estuviera internado en el hospital Padre Hurtado, ubicado en la comuna de San Ramón, una mujer haitiana pudo conocer su diagnóstico médico. Llevó a su pareja de la misma nacionalidad de urgencias, pero su manejo del español era muy precario. Por lo mismo, esperó horas para que desde el recinto consiguieran un intérprete de creole que le informara sobre su estado de salud. Fueron días de angustia.

***

Un grupo de mujeres asiste al taller “Nadie es Perfecto” que ofrece la municipalidad de San Miguel a las madres con hijos que presentan algún tipo de retraso en su crecimiento. Dentro del grupo se encuentra una mujer haitiana madre de mellizos de ocho meses. La sesión es dirigida por una parvularia que en la primera ronda les pide una breve presentación para que compartan el diagnóstico hecho por el Centro de Salud Familiar (Cesfam) al que acuden. La profesional les pregunta si todavía amamantan, sobre la alimentación de las guaguas, sobre sus rutinas, entre otros temas. Llegó el turno de la extranjera, pero no hubo manera de comunicarse. Nadie sabía cómo ayudarla porque no manejaban su idioma y la mujer tampoco entendía el castellano. Para la próxima oportunidad quedaron de llevar unas fichas con figuras dibujadas de manera que la mujer las asociara a las ideas que buscaba expresar.

***

Y con un desenlace fatal, recordamos el caso de Joane Florvil, la mujer haitiana que falleció mientras enfrentaba un proceso judicial por el supuesto abandono de su hija. Aunque hace una semana atrás finalmente esa tesis fue descartada y se sobreseyó dicha arista de la causa, los responsables de su muerte se mantienen en investigación a cargo del Ministerio Público. Con todo, se entiende que la primera negligencia cometida fue no comprender a la mujer y malinterpretar el hecho de que dejara a su hija al cuidado de un guardia de un servicio público, lo que no habría configurado el delito de abandono según estimó el Quinto Juzgado de Garantía de Santiago.

Las coincidencias de estos casos saltan a la vista: se trata de una inmigración vulnerable, racializada por el color de su piel, de mujeres a las cuales no se les están garantizando sus derechos y de una barrera idiomática como un gran obstáculo para acceder a esos servicios. Es un hecho patente y doloroso que la incomunicación deja la puerta abierta para que se cometa toda clase de abusos. Y el Estado una vez más es reactivo. A pesar de que hace más de cinco años las estadísticas proyectaban que las cifras de la inmigración serían exponenciales, nuevamente se llega al punto de lamentar una muerte para advertir la falta de facilitadores y la necesaria adaptación que requieren los servicios públicos ante la nueva conformación de la sociedad. De los casos antes mencionados e hilando mucho más fino, es posible advertir otras situaciones: ¿Qué está pasando con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres haitianas que asisten a centros de salud públicos? Y, en los partos, ¿hay traducciones en las cartas de consentimiento si quieren explicitar que no desean una cesárea?

Por ahora todo tiene mucho de improvisación y en el reglamento que se elaboraría una vez aprobada la modificación a la Ley de Extranjería, de 1975, podría establecerse la cantidad de traductores que se requieren por servicio según la demanda extranjera por comuna u otra división apropiada. Sería una implementación de manera formal. Esos son temas que se deben discutir en medio de la tramitación que sigue trabada en el Congreso, hoy en la comisión de Gobierno Interior que debió despachar la iniciativa que creó la Subsecretaría de la Niñez y que, en teoría, se retomaría migración durante estas semanas.

La tía Rosita y sus estudiantes

Una intérprete para 138 estudiantes haitianos. Jornadas semanales de 8:30 a 15:00 horas y un día hasta las 17:00 horas. Sueldo 360.000 mil pesos. Esa es la realidad de la profesora dominicana Rosa Féliz (34), la tía Rosita. Hace seis años que llegó a vivir a Chile y desde hace siete meses que trabaja en el colegio Humberto Valenzuela, ubicado en la comuna de Estación Central. Vive en Cerrillos y se traslada por cerca de una hora en transporte público para llegar a su lugar de trabajo y  a la salida corre para ir a buscar a su hijo al jardín.

Rosa ha asumido un rol fundamental en este colegio que registra una de las matrículas más altas de estudiantes extranjeros de la comuna, en especial de haitianos. Muchos de ellos llegan sin hablar nada de español. Es un gran desafío, explica, sobre todo cuando los niños son de mayor edad. “El aprendizaje es mucho más eficaz en los niños más pequeños, con los de cuarto y quinto hay que lidiar también con sus temores de quedar en vergüenza frente al grupo porque no sabe y se cohíben más”, precisa.

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Rosa Féliz y uno de sus estudiantes

Como cada mañana sus clases comienzan a las 8:30 con el primer curso, pero a veces la requieren mucho más temprano. Su labor se ha extendido también a ayudar con la información a los apoderados haitianos. “Ay, tía Rosita, que bueno que llegaste. Había un papá haitiano y le dijimos que volviera en la tarde porque no le pudimos hablar”, le dicen otros colegas a la profesora porque muchos padres dejan a los niños a primera hora para irse a trabajar. Destacan que su rol es imprescindible.

Rosa figura en la nómina del colegio como monitora de creole y aunque tiene su título de profesora parvularia, labor que desempeñó durante ocho años en República Dominicana, aquí ha tenido dificultades para revalidar su profesión. Reconoce avances con los niños, pero también frustraciones. “A los niños los inscriben por edad y no por conocimiento, por ejemplo, en un curso de cuarto básico me encuentro con niños con los que debes comenzar prácticamente un proceso de alfabetización porque muchos no son lectores. Ellos se quedan un poco atrás”, explica.

Pese a esa dificultad provocada por el sistema escolar, la profesora ha aplicado su propia metodología de trabajo. En su sala se observa una cartulina con los nombres de los niños haitianos divididos en tres grupos según su dominio del español. A partir de eso evalúa quienes requieren de más horas pedagógicas en el taller o de un reforzamiento. Después de dos o tres clases pregunta a los profesores de otras asignaturas si han notado cambios en aquellos niños que llegaban sin hablar ni una palabra en español y así va sondeando el nivel de aprendizaje que han logrado.

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Material de trabajo de la profesora

En este colegio donde trabaja la tía Rosita, ubicado en la población Los Nogales de Estación Central, se espera que la matrícula para 2018 ascienda a unos 200 niños haitianos. Son proyecciones que la dirección estima de acuerdo a los nuevos estudiantes inscritos hasta ahora, pero aún resta un largo periodo en el que sin duda podrían aumentar. Lo que no está claro es si mantendrán a una sola profesora y le incorporarán más horas pedagógicas o si los recursos permitirán contratar a otro profesional que desempeñe sus mismas funciones.

Por el momento, para la dominicana existe una cuestión evidente y es que contar un intérprete “es un paso muy incipiente para romper con la barrera idiomática” y traspasar los conocimientos. “Hay muchas necesidades por la cantidad de niños extranjeros que llegan. El Ministerio de Educación dice que hay que darles educación a todos por igual como un derecho, pero si aquí entre profesor y estudiante no se entienden y no se cuentan con las herramientas suficientes, es muy difícil entregar los contenidos”, afirma. Y esa es precisamente otra de las situaciones más frustrantes que reconoce, el observar a un niño sentado en su puesto pero a la vez verlo acongojado o desconcentrado porque, en el fondo, no comprende los contenidos que se hablan en la sala de clases.

“Joane se sentía amordazada”

Joane Florvil murió sin saber realmente de qué se le acusaba. Estuvo detenida 12 horas, primero en la 44° Comisaría de Lo Prado y luego en la 48° Comisaría de Asuntos de la Familia en Santiago. Su relato antes de que falleciera fue que carabineros le puso un casco antimotines para evitar que se golpeara la cabeza como había ocurrido poco después de que la encarcelaran. Su angustia aumentaba con el correr de las horas. No sabía nada de su hija de dos meses que había dejado a cargo de un guardia de una oficina municipal mientras iba a ayudar a su esposo. Ese fue el hecho que injustamente le costó muy caro. Le costó, por ejemplo, no volver a tener a su hija en brazos por días, una separación muy dolorosa. En algún momento incluso creyó que estaba muerta y que ese habría sido el motivo de su arresto. Impotencia, dolor, rabia por la imagen que se construyó de ella, la de una verdadera delincuente. Le costó esa condena mediática antes de tiempo, con imágenes que una y otra vez la destacaban esposada. Luego vino un “tírate a esa colchoneta a dormir”, la orden de los policías según le contó a sus familiares. Y, tal vez, el mensaje detrás de ese casco antidisturbios sería: “Sigue golpeándote, total con esto no vas a morir”. Negligencias.

Hoy se sabe que la madre haitiana murió siendo inocente y que al momento de su arresto no hubo traductor. Según consta en el parte policial, sólo se dispuso un intérprete para su familia. El caso es investigado por la Fiscalía y aunque ya están disponibles los informes del Servicio Médico Legal (SML) que detallarían la causa de su muerte, son antecedentes de carácter reservado hasta que finalice la indagatoria.

Pero las responsabilidades van por grado y Virginia Palma Erpel, abogada de la ONG Acción Mujer y Madre que asumió parte de la defensa de la extranjera, particulariza algunas. En primer lugar, explica que “el protocolo de cualquier funcionario que tiene a una persona detenida y observa que se está infringiendo daño físico es llevarla a un centro asistencial de inmediato y no después de 12 horas”. Fueron golpes que los neurocirujanos asociaron a la rabia y a una persona que se siente amordazada por la incomunicación. Aunque no se puede descartar que la mujer fuera víctima de una golpiza dentro de la celda, según el testimonio de un médico haitiano que la atendió luego en la Posta Central.

Lo que pasó durante esas 12 horas se mantiene en una nebulosa. Es necesario reconstruir los hechos sucedidos en esas horas y develar cuáles fueron las decisiones que se tomaron en cada uno de los servicios que atendieron a Joane, desde su permanencia en la comisaría, el traslado a la Posta Central y, finalmente, al Hospital Clínico de la Universidad Católica. Y, en estos dos últimos lugares, evaluar si le suministraron los medicamentos de manera adecuada o si por un mal manejo médico se produjo la hepatitis fulminante que le causó la muerte. Un punto claro es que ella no tenía antecedentes previos de alguna otra enfermedad.

Pero aquí también se transgredió uno de los principios fundamentales de los imputados que es su presunción de inocencia. “Ella no pudo en ningún momento dar a entender o intentar demostrar que era inocente de lo que se le estaba culpando porque ni siquiera llegó a entenderlo”, afirma la abogada. La ONG asumió dos aristas del caso, por un lado la causa de familia que buscaba reencontrar a la hija de Joane con sus parientes para que no permaneciera al cuidado del Consejo Nacional de la Infancia. Esa línea está cerrada y cumplió su objetivo. Y, por otro lado, se estaba siguiendo la arista penal donde se le imputaba el delito de abandono que también fue sobreseída. Para un futuro, el equipo jurídico no descarta presentar una querella contra todos los que resulten responsables de la muerte de la mujer, pero es una decisión que deberá tomar la familia de la haitiana residente en Chile.

Este se ha convertido en un caso emblemático que demuestra la incapacidad para garantizar el derecho básico de la comunicación, pero también deja al descubierto el racismo. “A una inmigrante alemana, por ejemplo, ¿le habrían quitado su guagua? No lo creo”, cuestiona la abogada Virginia Palma. El caso salió a la luz por la muerte implicada, pero ¿cuántos otros siguen bajo un manto invisible porque no llegan a cobrar vidas aunque tengan igual gravedad? Lo cierto, es que las mujeres haitianas siguen muriendo en el país por este y por otros motivos. “Después del caso de Joane nos han llegado varios casos de mujeres que mueren en los partos y donde no se tienen mayores antecedentes. Los esposos tampoco pueden hablar, dicen que no saben las causas”, comenta con pesadumbre la abogada de la ONG Acción Mujer y Madre.

Capacitando a los nuevos profesionales

Peterson Saindard explica la utilidad de unos manuales que ayudó a preparar junto a la ONG Byenvini (bienvenido en creole) e IFMSA Chile. “Con esto en mano, la idea es que el médico aprenda a leer. Entonces, llega el paciente y le explica su dolencia y el rápidamente va buscando el término. También incluye la frase ´¿en qué te puedo ayudar?´ y eso debe memorizarlo. Por eso, el libro está dividido en partes”, explica el profesor de nacionalidad haitiana.

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Guía para estudiantes de medicina

Lleva poco más de un año viviendo en Chile y domina un español muy fluido, en parte se debe a que cursó estudios de Lengua en la Universidad Estatal de Haití antes de viajar y ahora se desempeña impartiendo clases para distintas instituciones. Hace unos sábados atrás comenzó a enseñar creole a un grupo de estudiantes de medicina. Se reúnen en las dependencias de la Universidad Andrés Bello pero son estudiantes de distintas casas de estudios. El manual lo prepararon precisamente con la intención de capacitar a los futuros profesionales que tendrán trato directo con pacientes inmigrantes a lo largo de su quehacer diario y, también, entendiendo la educación como una herramienta fundamental para terminar con los prejuicios. “La idea de las clases es desarrollar la autonomía de los estudiantes”, acota Peterson.

Por otro lado, dicta clases de español a un grupo de ocho trabajadores haitianos de una empresa de construcción de Quilicura. No van a clases en el mismo horario, depende de los turnos que tengan. Por lo mismo, el nivel de aprendizaje de los funcionarios es muy disímil. “Todos entienden, pero les cuesta hablar bien”, reconoce entre risas. Y agrega que su método es despertarles una pasión por la lectura porque afirma que ninguno lee. “No intentan mejorar su idioma, todo lo aprenden en la calle y eso les genera muchas confusiones”, comenta.

La falta de comunicación provoca miedo por parte del trabajador. Probablemente, no puede atreverse a denunciar malos tratos o a renunciar a sus labores. Es una idea que plantea Peterson desde su experiencia como intérprete, como haitiano que debió conseguir un trabajo con contrato para regularizar sus documentos, y que también conoció las condiciones vulnerables. Y reparó que cumpliendo las mismas funciones en un supermercado, a él le pagaban el sueldo mínimo y a sus colegas al menos cien mil pesos más. Sufrió la desigualdad, el racismo.

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Cartel en negocio de chilenos, Estación Central.

“Para la manera en que están trabajando algunos haitianos yo no he podido encontrar otra palabra más que esclavitud”, dice pausado encontrando los términos adecuados para cada oración. Pero entiende que no es una situación inocente. A su juicio, la falta de una regularización en todo ámbito responde a las necesidades de tener mano de obra barata en una oleada migratoria que elige a Chile como país con mayores oportunidades, y que sin duda beneficia a un grupo de empleadores.

Pero más allá de eso y esperanzado en que los cambios favorezcan a sus compatriotas que llegan dispuestos a todo por conseguir un sueldo, por precario que sea, dice que el punto de encuentro en materia idiomática debe ser la cooperación. “Tú me ayudas y yo te ayudo. No puede ser de otra manera porque no sólo los haitianos deben esforzarse por aprender mejor el español, sino que los chilenos también deben manejar lo mínimo para lograr la interacción”, concluyó Peterson.

Fuente: http://radio.uchile.cl/2017/12/03/el-dolor-de-la-incomunicacion-la-barrera-idiomatica-para-los-inmigrantes-haitianos/

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Experts warn Japan’s language schools are becoming a front for importing cheap labor

Japón/Enero de 2017/Fuente: The Japan Times News

RESUMEN: Una estudiante nepalesa de 29 años de edad en Tokio se ha visto atrapada en el limbo con sus sueños descarrilados, y el estado de las escuelas de idiomas de Japón es culpable. Un sobreviviente de la trata de personas en el pasado, la mujer, que deseaba ser identificada sólo por su apellido, Puri, llegó a Japón en 2014 como estudiante de intercambio. Brimming con grandes expectativas en el momento, dijo que estaba decidida a adquirir una maestría en sociología, con un énfasis en un tema querido a ella, los derechos de las mujeres. Imagine su decepción, entonces, cuando su sueño fue interrumpido por la escuela de japonés en Tokio, donde estudiaba. La escuela le enseñó sólo lo básico de la lengua, la agrupó con los estudiantes desmotivados que con frecuencia se quedaban dormidos en clase y – a su conmoción – le informó que una escuela vocacional era el único camino educativo que podría preparar para ella. Ser negada la oportunidad de avanzar a la escuela de posgrado refrenó su motivación académica, lanzando sus planes para el futuro en desorden.

A 29-year-old Nepalese student in Tokyo has found herself stuck in limbo with her dreams derailed, and the state of Japan’s language schools is to blame.

A survivor of human trafficking in the past, the woman, who wished to be identified only by her last name, Puri, came to Japan in 2014 as an exchange student.

Brimming with high expectations at the time, she said she was determined to acquire a master’s degree in sociology, with an emphasis on a subject dear to her, women’s rights.

Imagine her disappointment, then, when her dream was cut short by the Japanese-language school in Tokyo where she was studying.

The school taught her only the very basics of the language, lumped her in with unmotivated students who frequently fell asleep in class and — to her shock — informed her that a vocational school was the only educational path it could prepare her for. Being denied the opportunity to advance to graduate school curbed her academic motivation, throwing her plans for the future into disarray.

Today, Puri finds herself trapped at a vocational school in western Tokyo studying tourism, a subject completely unrelated to her interest in gender issues.

“I don’t know what I should do next,” she said.

Puri’s plight highlights the apparently falling quality standards of Japanese-language schools and their shifting emphasis from education to commercialism, with some even turning into what critics call a hotbed of profiteering. These subpar institutes allow, or even actively arrange, illegal overwork on the part of students, facilitating their transformation into an unofficial, cheap source of labor in Japan’s rapidly shrinking workforce.

Prime Minister Shinzo Abe’s government seeks to boost the number of foreign students to 300,000 by 2020, viewing their talent as vital to making Japan more internationally competitive.

But a recent influx of students with low academic motivation highlights a disparity between the reality and the rosy goals Abe espouses.

Justice Ministry statistics show that the number of exchange students hit a record 257,739 as of last June, up about 30,000 from a year earlier.

The rise is due mainly to a spike in Vietnamese and Nepalese students, whom language institutes here have been bending over backward to attract to offset a recent decline in Chinese and South Korean students.

Many students from these developing countries come here after being hoodwinked by brokers back home into believing they can make a fortune working part time in Japan, experts say. That Japan imposes no language proficiency test as a prerequisite for their entry — not to mention the fact that they are allowed to work up to 28 hours a week — makes Japan seem like an alluring option, they say.

In line with this influx, the number of Japanese-language schools has increased steadily, from 461 in 2011 to 549 in 2015, according to the education ministry.

While some language institutes are under the jurisdiction of that ministry or a municipal government, the majority are subject to no such oversight and simply operate as private companies — although they are required to fulfill guidelines set forth by the Justice Ministry before launching their businesses.

This lack of proper monitoring has seen many language institutes engage in malpractice, allowing them to prioritize business over education and increasingly cater to Vietnamese and Nepalese students whose central motive is, by and large, to save money by working in Japan, according to Susumu Ishihara, president of the Japan Immigrant Information Agency, a Tokyo-based company that publishes a magazine called Immigrants for researchers and nonprofit organizations.

“The Japanese government is gung ho about getting top-notch exchange students as ‘global talent,’ but in reality, such individuals are becoming harder to come by,” Ishihara said.

Indeed, out of the 21,208 students at Japanese-language schools who advanced to higher education in fiscal 2014, an overwhelming 60.3 percent ended up in vocational schools, versus 26.4 who went to universities, according to a survey released in March by the Association for the Promotion of Japanese Language Education.

It is against this backdrop that a cross-party group of lawmakers was established in November with the aim of crafting a law to better manage the Japanese-language education system.

Currently, different ministries and agencies divvy up the responsibilities in the absence of a central policy, but the envisaged law seeks to correct this half-hearted government commitment by specifying which entity should be in charge.

“We need to take the leadership role in solving this issue, with an eye to creating a relevant law and providing a common platform” to discuss it, Hiroshi Hase, a lawmaker from the ruling Liberal Democratic Party who serves as secretary-general of the group, said in a recent interview.

One of the group’s priorities is how to eradicate malpractice, which is seemingly rife in Japanese-language schools.

In Fukuoka Prefecture, three executives running a language institute were arrested last January for reportedly arranging for its Vietnamese students to work “part time” for up to 72 hours a week, far beyond the 28-hour limit currently permitted for exchange students, to make sure they did not default on their tuition payments.

Schools in Gunma and Tochigi prefectures have made headlines for similar misconduct.

The Okinawa-based newspaper Ryukyu Shimpo, meanwhile, reported in December that a language institute in Naha had confiscated the zairyu residence cards from 90 of its Nepalese students to keep them from running away.

These incidents hardly strike Bijay Gyawali, a 33-year-old Nepalese clinical psychologist in Tokyo, as surprising.

Gyawali himself recalls being told to surrender his passport to a language school in Saga Prefecture in 2007 after being informed that it needed to be “kept safe.” In hindsight, Gyawali says, the school probably wanted to keep him and other students on a short leash so that they wouldn’t run away.

Students from countries such as Vietnam and Nepal have it tough.

Many hail from ordinary working-class families and usually wind up deep in debt after paying tuition and other fees.

Like many others, Gyawali, then 23, found himself up to his neck in debt after paying about ¥1.2 million both to a consultancy firm in Nepal and the Saga language school when he first came to Japan on a student visa in 2007.

As he put it, “¥1.2 million is big money in Nepal. . . . And after coming to Japan, my first priority was to work part-time” to pay off the loans.

Gyawali had it better than most of his compatriots during his time at the language institute, thanks mainly to financial support he received from his family back home. He said that of the 400 Nepalese students who studied at the Saga school, only two — including himself — advanced to universities in his year.

As a clinical psychologist, he has dealt first-hand with a number of debt-laden Nepalese students who overworked themselves to the point of depression. Everybody, he says, works well beyond the 28-hour limit and fears they might get busted by Immigration and deported at anytime. Distraught, some turn to alcohol, sometimes excessively so, before killing themselves.

Gyawali, who works closely with the Nepal Embassy in Tokyo, said that last year alone at least four Nepalese students took their own lives.

“Many persons who come here as students. . . . They’re not students. They’re workers. The Japanese government brings in lots of workers on a student status (because) it needs a lot of workers,” the doctor said.

Masako Tanaka, an associate professor at Sophia University who has conducted extensive research into the situation in Nepal, said the dark side of Japanese-language schools doesn’t end there.

She pointed out collusion between language schools in Japan and those in Nepal. Prior to their arrival in Japan, most Nepalese students learn rudimentary-level Japanese in their local language schools, which, according to Tanaka, now increasingly advertise their “easy admission” and “free-of-charge course” in vernacular newspapers.

Those schools, she said, thrive on “rewards” they get from Japanese institutes for funneling students to them. Last time she checked, such shady under-the-counter payments typically amounted to ¥200,000 per head, she said.

The professor says these backstreet profits have corrupted schools in Nepal, which no longer make an effort to hire good teachers and improve their classes. As a result, Nepalese students arrive in Japan these days with an abysmally low command of the language, she said.

“The whole thing is turning into an underground business now. I’d say it verges on human trafficking,” Tanaka said.

Fuente: http://www.japantimes.co.jp/news/2017/01/03/national/social-issues/experts-warn-japans-language-schools-are-becoming-a-front-for-importing-cheap-labor/#.WGwXDLlGT_s

Imagen: Bijay Gyawali, a 33-year-old clinical psychologist from Nepal, says the Japanese government brings in lots of workers on a student status (because) ‘it needs a lot of workers.’ | TOMOHIRO OSAKI

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Reino Unido: John Swinney announces EU students will get free tuition after Brexit – but not the English

Europa/Reino Unido/Octubre de 2016/Autor: Simmon Johnson/Fuente: The Telegraph

RESUMEN: John Swinney ha negado injustamente discriminar contra el Inglés después de anunciar que los estudiantes de la UE que ganen un lugar en las universidades escocesas el próximo año tendrán su matrícula financiada por el contribuyente, incluso después de Brexit. Ministros SNP están actualmente obligados por las leyes contra la discriminación europeos para ofrecer clases «libre» en la UE, así como a los estudiantes escoceses pero este requisito terminarán después de Brexit, que se espera que se produzca en la primavera de 2019. Mientras que están eligiendo para proporcionar una enseñanza gratuita a los estudiantes alemanes, franceses y españoles después de esta fecha, los de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte seguirán pagando £ 9.000 por año.Preguntó si era injusto proporcionar a los estudiantes estonios una matrícula gratuita pero no es por el Inglés, según el portavoz de Sr. Swinney dijo que estaba manteniendo «el sistema actual». Pulsa de nuevo si estaba discriminando el Inglés, dijo: «Usted tiene su punto de vista, nosotros tenemos la nuestra.»

John Swinney has denied unfairly discriminating against the English after announcing that EU students who win a place at Scottish universities next year will have their tuition funded by the taxpayer even after Brexit.

The Education Minister told the SNP conference that youngsters from the rest of Europe who enrol for the 2017/18 academic year will have their fees paid for the full four years of their degree even if Brexit happens in the interim.

SNP ministers are currently forced by European anti-discrimination laws to offer ‘free’ tuition to EU as well as Scottish students but this requirement will end after Brexit, which is expected to occur in spring 2019.

While they are choosing to provide free tuition to German, French and Spanish students after this date, those from England, Wales and Northern Ireland will continue to pay £9,000 per year.

Asked whether it was unfair to provide Estonian students with free tuition but not the English, a spokesman for Mr Swinney said he was maintaining “the current system”. Pressed again whether he was discriminating against the English, he said: “You have your view, we have ours.”

With 13,450 EU students at Scottish universities last year, the policy is estimated to cost Scottish taxpayers more than £75 million in tuition fee subsidies.

The announcement came after Scotland’s universities this week demanded that ministers make clear whether EU students who win a place next year would get their tuition fees funded by the taxpayer after Brexit.

Their call for clarity came after Jo Johnson, the UK Universities Minister, announced that European students applying for places in England next year will continue receiving loans and grants for the duration of their studies, even if Brexit happens sooner.

Principals were worried they could face legal action as prospectuses published before the Brexit vote in June guaranteed that EU students starting in the 2017/18 academic year would not have to pay fees.

They were also concerned that they faced having to plug a financial gap of around £60 million if Brexit meant they were forced to provide ‘free’ tuition for two years without Scottish Government funding.

But Mr Swinney said: “I am proud that Scotland is a destination of choice for EU students. Therefore I am pleased to give them further reassurance by confirming that support from the Scottish Government for tuition-free studies will continue for those commencing courses here in the 2017-18 academic year.

“However, the continued refusal by the UK Government to give assurances that the immigration status and rights of EU nationals living in Scotland will not change after Brexit is deeply concerning.

“EU students will rightly have concerns about any change in their status half way through a course. These students deserve certainty. They deserve to be guaranteed their right to stay.”

Mr Swinney announced in July that EU students starting university this year will not pay tuition fees for the duration of their degrees but had not previously made clear the status of those applying for places in 2017 despite applications having opened last month.

Alastair Sim, director of Universities Scotland, welcomed his announcement, saying it provided them and EU students with the certainty required during the application process.

He added: “The Scottish Government has sent a clear message that it values the contribution that students from across the EU make to our higher education sector educationally, socially and culturally.”

Fuente: http://www.telegraph.co.uk/news/2016/10/14/john-swinney-announces-eu-students-will-get-free-tuition-after-b/

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En Cartagena bienvenida la paz, pero sus niños y jóvenes no son bilingües

Por: Ángel Pérez Martínez

El 26 de septiembre de 2016, en la bella Plaza de la Paz de Cartagena, se firmarán los acuerdos de la Habana con presencia de la comunidad internacional representada por países garantes y amigos, además de otras organizaciones internacionales. Y con seguridad los miembros de las delegaciones internacionales querrán comunicarse con los habitantes de la Ciudad Heroica; lo harán en español, inglés u otro idioma. Sin embargo, quienes utilicen una lengua diferente al español se encontrarán con un problema: la mayoría de los habitantes de la principal ciudad turística de Colombia no tienen la capacidad para hablar en otro idioma distinto al natal.

Cartagena y el resto de territorios potenciales de desarrollo turístico en una Colombia postconflicto han sido afectados por la debilidad del sistema educativo oficial, y esto no sólo en cuanto a la calidad, sino en la falta de una formación pertinente para el desarrollo económico. Por ello, es todo un contrasentido encontrar que los gobiernos locales de Cartagena y el Gobierno Nacional nunca han focalizado la enseñanza y el aprendizaje de una segunda lengua en los colegios oficiales, donde asisten los niños y los jóvenes más pobres.

Para que los lectores puedan dimensionar la magnitud del problema y las posibilidades de Cartagena sólo relacionadas con el sector turismo, señalo que en el año 2015 llegaron a Cartagena 232.015 pasajeros aéreos internacionales y 1.746.469 nacionales, con un crecimiento anual del 24% y del 13,6%, respectivamente, información suministrada por la Presidenta Ejecutiva de la Corporación Turismo Cartagena de Indias, Corpoturismo (periódico el Universal 1 de febrero 2016). Además, el año pasado a la Ciudad Heroica arribaron 173 cruceros con 259.084 pasajeros extranjeros, de acuerdo con el boletín mensual de diciembre del 2015 del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.

El caso de Cartagena en el fondo no es ninguna sorpresa, si se tiene en cuenta las cifras del Ministerio de Educación Nacional, MEN, que se presentaron en la Cumbre de Líderes por la Educación que organizó la Revista Semana. Según el Ministro encargado, en este gobierno a nivel nacional se ha logrado impactar con los programas de enseñanza de segunda lengua a 2.000 docentes y a cerca de 180.000 estudiantes; lo anterior equivale al 2% de la matrícula oficial (8,3 millones de estudiantes), para ello se trajeron al país a 600 formadores nativos extranjeros.

Quienes trabajamos en educación esperamos que la ruta de la paz se convierta en un escenario donde las discusiones de política educativa adquieran relevancia. En este sentido pregunto pensando en las potencialidades del sector turismo en tiempos de paz: ¿no será mejor apoyar y luego exigir a las normales y a las facultades de educación que dentro de 5 o 6 años todos los futuros maestros sean bilingües? ¿No será mejor fortalecer la formación de los actuales docentes que trabajan en la enseñanza de una segunda lengua y a los maestros de otras áreas, y de manera especial a los maestros de la educación inicial y primaria? ¿Por qué no empezar con una política integral de bilingüismo para los niños de la educación inicial y de primaria en aquellos municipios con potencial turístico como Cartagena, Santa Marta, la Macarena, Leticia, Villa de Leyva y algunos municipios de Chocó y el Eje Cafetero y otros a seleccionar? Así mismo, ¿por qué en estos municipios el programa del MEN de Jornada Única no se aprovecha como una oportunidad para fortalecer e incidir en la formación de una segunda lengua, en aquellos colegios donde se amplié la jornada escolar?

En los Estándares Básicos de Competencias en Lenguas Extranjeras en inglés, el MEN reconoce que aprender una lengua extranjera incide en la calidad de la educación ya que es “una oportunidad invaluable para el desarrollo social, cultural y cognitivo de los estudiantes”, además de favorecer el desarrollo de “un mayor grado de conciencia metalingüística y aumenta la habilidad para apreciar lo arbitrario y lo convencional de los símbolos lingüísticos”. Agrego que una educación pertinente al entorno económico y social de los jóvenes de Cartagena ayudará a que ellos deserten menos (tasa deserción 4,12% y de repitencia 9,4%) y a avanzar en la calidad de la Educación, donde los resultados señalan que Cartagena está por debajo de la media nacional.

Por último, la formación en inglés (más del 99% de los estudiantes de las pruebas SABER 11 optan por este idioma) debería empezar en la educación inicial y no en el grado 6º como ocurre en los colegios oficiales, así lo demostró un estudio elaborado por el Instituto Neurológico de Montreal y el Hospital de la Universidad McGill en colaboración con investigadores de la Universidad de Oxford (Inglaterra).

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/cartagena-bienvenida-paz-pero-ninos-no-son-bilingues-por-angel-perez/231984

Imagen: http://buenavibra.es/por-el-mundo/paz-entre-colombia-y-las-farc-los-guerrilleros-entregaran-sus-armas/

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UNESCO: Una alternativa al conflicto de Tailandia a través de la alfabetización y la educación bilingües

Asia/Tailandia/02 de Septiembre de 2016/Fuente: UNESCO

El Instituto de Investigación de Lenguas y Culturas de Asia de la Universidad Mahidol de Tailandia ha obtenido el galardón por su programa “Patani Malay-Thai Bi/Multilingual Education Project(PMT-MLE)” [Proyecto de educación bilingüe y plurilingüe malayo patani-tailandés].

El malayo patani es la lengua materna de una comunidad minoritaria de alrededor de un millón de personas que viven en el sur de Tailandia. En 2004, los crecientes temores de que se produjera una asimilación de este grupo en el cuerpo mayoritario de la sociedad tailandesa causaron violentos incidentes protagonizados por quienes trataban de preservar su identidad.

Suwilai Premsrirat, profesora de Lingüística del instituto y jefa del proyecto, declaró: “Esta es una comunidad musulmana dentro de un país mayoritariamente budista y sus miembros hablan su propio dialecto malayo. El hecho de que la mayoría no hable tailandés significa que han obtenido escasos resultados en el sistema escolar tailandés, que es monolingüe, y no siempre han logrado alcanzar la enseñanza superior. El resultado es que ahora afrontan dificultades para encontrar empleo, lo que facilita que los jóvenes puedan ser arrastrados a situaciones de conflicto”.

“Ahora, todavía no pueden aprender en su propio idioma, pero pueden mejorar su dominio del tailandés y, al mismo tiempo, colaborar en su propia integración”.

Aportar al mismo tiempo igualdad social y lingüística

La Sra. Premsrirat dijo que el programa ya ha producido resultados, que hay más niñas que niños matriculados y que algunos de los alumnos han proseguido los estudios hasta graduarse de magisterio.

“Una de nuestras profesoras tuvo problemas similares y recuerda qué bien se sintió cuando un docente usaba su lengua materna para impartir clases. Ella siguió estudiando y adquirió un buen dominio del tailandés y ahora ha regresado y trabaja de maestra de preescolar en su propia comunidad”.

La Sra. Premsrirat afirmó que estaba encantada con el premio.

“Nuestro equipo ha colaborado durante nueve años y esto lo consideramos como un reconocimiento para nuestra labor y, lo que es aún más importante, para el programa. Así la iniciativa logrará más notoriedad ante el gobierno y las autoridades de Bangkok, y esto contribuirá a eliminar cualquier sospecha que pueda existir acerca del programa”.

El programa PMT-MLE aprovecha la capacidad de la lengua materna para contrarrestar los malos resultados crónicos en la escuela, con lo que aporta igualdad social y lingüística al mismo tiempo.

“Además de sentirse orgullosos de su lengua materna, los niños han aprendido a convivir con los demás que hablan otras lenguas. Los tailandeses y los malayos deberíamos ser capaces de comunicarnos de manera fluida, puesto que compartimos el mismo país”, dijo la Sra. Tuanyoh Nisani, docente de preescolar que ha ejercido durante largo tiempo en el sur de Tailandia.

El proyecto se integró en dos años de enseñanza preescolar y seis cursos de primaria, y el primer grupo de alumnos completará el ciclo de PMT-MLE en 2016. Al principio se aplicó en escuelas piloto en las cuatro provincias de la frontera sur, en 2006, y desde entonces se ha ampliado a otras 15 escuelas.

Profesores, padres, docentes y artistas han asumido riesgos personales para seguir apoyando a la población malayo patani, pero los resultados positivos son evidentes. Un estudio al respecto muestra que los alumnos de las escuelas participantes obtienen mejores calificaciones que sus homólogos de las escuelas monolingües y que las niñas superan a los niños en todas las asignaturas.

Fuente: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/an_alternative_to_conflict_in_thailand_through_bilingual_lit/#.V8hD5hJGT_s

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Singapur: SAP schools shouldn’t be tweaked for sake of tokenism: Janil

Asia/Singapur/12 de Agosto de 2016/autora: Charissa Yong/Fuente: The Strait Times

RESUMEN: Escuelas del Plan de Asistencia (SAP) Especiales de Singapur, que enseñan a los estudiantes sean bilingües en Inglés y Chino, quedaron bajo el punto de mira en una conferencia sobre la diversidad. Los miembros de la audiencia habían sugerido que las escuelas ofrezcan clases de idioma malayo o tamil para que sus poblaciones estudiantiles puedan ser más racialmente diversos. La sugerencia se produjo durante una discusión sobre los estudiantes chinos en las escuelas de SAP que tienen  amigos de otras razas. Pero el ministro de Estado de Educación Janil Puthucheary no está a favor de él, diciendo: «No queremos hacer uso de la participación simbólica racial con el fin de provocar una posición cultural. «Queremos tener un resultado real», agregó. En resumen, un objetivo educativo que ofrece la mejor oportunidad de educación a todos los estudiantes. El Dr. Janil dijo que las escuelas de SAP juegan un importante papel cultural en Singapur. Que se iniciaron en el año 1979 debido a las preocupaciones sobre la lengua china y las oportunidades disponibles para la mayoría de China para proteger su patrimonio cultural.

Singapore’s Special Assistance Plan (SAP) schools, which teach students to be bilingual in English and Chinese, came under the spotlight at a conference on diversity yesterday.

Members of the audience had suggested that the schools offer Malay or Tamil language classes so that their student populations could be more racially diverse.

The suggestion came during a discussion on Chinese students in SAP schools having few or no friends of other races.

But Minister of State for Education Janil Puthucheary is not in favour of it, saying: «We do not want to make use of racial tokenism in order to provoke a cultural position.

«We want to have a real outcome,» he added. In short, an educational goal that gives the best education opportunity to every student.

Raising a hypothetical situation in which a SAP school offered Malay, he said that in such a situation, a handful of Malay students would apply to that school.

«And then what? … Do those kids get a better education because they are learning Malay in a SAP school?

«Or are we saying that this is a good thing because all the rest of the kids now have some exposure to a Malay student or more Malay students in schools?»

Dr Janil also felt a handful of Malay or Indian students in a SAP school would realistically offer little chance or time for most Chinese students to meaningfully interact with them.

«If we can make an argument that there is a clear educational benefit, a greater benefit, then I think it’s worthwhile,» he added.

Dr Janil said SAP schools play an important cultural role in Singapore. They were started in 1979 because of concerns over the Chinese language and the available opportunities for the Chinese majority to protect their cultural heritage.

He also said similar programmes exist for Malay and Tamil, but do not have comparable take-up rates.

He wondered whether the SAP school system had been singled out because of its success, adding that they make up a small proportion of the school system.

Returning to his main point, he argued that having a small group of non-Chinese students is not going to change the racial harmony dynamics. Neither would it change the intra-school mix a great deal.

The reality is that SAP schools will continue to consist mostly of ethnic Chinese students and minority students who choose to take Mandarin, he added.

Fuente: http://www.straitstimes.com/singapore/education/sap-schools-shouldnt-be-tweaked-for-sake-of-tokenism-janil

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Algeria’s identity debate over adopting French teaching

Africa/Argelia/29 de Julio de 2016/Fuente: BBC News

RESUMEN: Un debate en Argelia sobre los planes para cambiar la enseñanza en el idioma francés está levantando argumentos acerca de la identidad cultural del país. Universidades de Argelia enseñan la ciencia en francés, pero las escuelas enseñan en árabe. Existe la preocupación de que los estudiantes se enfrentan a una barrera del idioma cuando se les enseña en francés en la universidad, y muchos fracasan en su primer año.  Los oponentes de tal cambio han argumentado que esto dañaría la identidad de la mayoría árabe del país del norte de África y han criticado un «divorcio de identidad», que desconectaría a los jóvenes de sus raíces culturales. La controversia sobre el lenguaje ha provocado discusiones sobre la relación entre Argelia y Francia, la antigua potencia colonial. A pesar de que el árabe es el idioma oficial de Argelia, las universidades están todavía enseñando cursos en francés, más de 50 años después de la independencia.

A debate in Algeria about plans to switch to teaching science in the French language is raising arguments about the country’s cultural identity.

Education minister Nouria Benghebrit has suggested that teaching in French could improve students’ results. Universities in Algeria teach science in French, but schools teach in Arabic.

There have been concerns that students face a language barrier when they are taught in French at university, with many failing in their first year.

But opponents of such a change have argued that this would damage the identity of the North African country’s Arab majority.

The plans have suggested that maths, physics and natural science subjects in secondary schools should be taught in French.

The intention would be to make a smoother transition to French-speaking university courses. It could make it easier for students, who at home might speak dialects of Arabic or Berber, and who might struggle to switch to French when they reach higher education.

But opponents of changing to French have criticised a «divorce from identity» which would disconnect young people from their cultural roots.

There have been suggestions that universities should switch to Arabic, rather than schools switch to French. There have been other calls that English should be adopted as a more widely used international language of science.

The controversy over language has stirred arguments about the relationship between Algeria and France, the former colonial power.

Even though Arabic is the official language of Algeria, universities are still teaching courses in French, more than 50 years after independence.

Fuente: http://www.bbc.com/news/education-36906818

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