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Del huracán a una escuela sostenible en San Vicente

Por Kenton X. Chance

La Academia Richmond Vale, en esta isla caribeña de San Viente, reúne a jóvenes de todo el mundo con problemas derivados de la pobreza y el cambio climático e interesados en hacer algo al respecto, además de poner a prueba varias medidas de adaptación al fenómeno.

Fue lo que más me abrió los ojos”, aseguró Stina Herberg, directora de Richmond Vale, al recordar el huracán Tomas, que en 2010 golpeó a las Islas de Barlovento y pasó por el norte de San Vicente, donde está ubicada la academia.

“Fue muy impactante y aterrador escuchar la caída de esos enormes árboles (…) me abrió los ojos»: Stina Herberg.

En la década de los años 80, se creó en Richmond Vale una institución para jóvenes daneses problemáticos con la esperanza de que la estancia en este lugar les permitiera ver el mundo desde otra perspectiva y sirviera como escuela vocacional para los jóvenes vicentinos.

Por muchas razones, la idea no prosperó, la escuela cerró y se creó la granja en ese distrito agrícola del extremo noroeste de San Vicente.

En 2000 se hicieron los primeros intentos de relanzar la academia, la que funciona en su totalidad desde 2007. La organización sin fines de lucro se había concentrado principalmente en aliviar la pobreza, con un énfasis en el continente africano.

Al referirse a Tomas, Herberg recordó: “Estábamos muy preocupados, por supuesto, pero ese fue mi primer encuentro real con el cambio climático”.

El 30 de octubre de 2010, el huracán se llevó varios techos, y además de los grandes daños causados a las viviendas particulares y a la infraestructura pública, destruyó 90 por ciento de los cultivos de banana, entonces muy importantes para la economía nacional.

En la academia, Herberg, el personal y los estudiantes escucharon cómo el ciclón tropical destruía los enormes árboles que tenían varias décadas. “Fue muy impactante y aterrador escuchar la caída de esos enormes árboles, parecían fósforos parados que se caían”, relató.

La plantación de banana, que llevó tres años de trabajo para lograr los estándares necesarios para poder exportar a Inglaterra, también quedó destruida.

“Tres años de trabajo quedaron destruidos en siete horas”, subrayó Herberg, “pero para otros agricultores, fue una vida de trabajo”, apuntó.

“Eso nos llevó a plantearnos muchas preguntas. Sí, siempre hubo huracanes, ¿pero por qué son más frecuentes? Así nos pusimos a investigar más sobre el cambio climático, la contaminación y vivimos experiencias que nos abrieron los ojos”, añadió.

La investigación dio pie a la Conferencia sobre Compatibilidad Climática de San Vicente 2012-2021, que se propone lograr que San Vicente y las Granadinas sean “compatibles con el clima”, lo que básicamente se refiere a medidas de adaptación.

El programa reúne a estudiantes locales, pero también de Europa, América del Norte y América del Sur, así como de otras partes del Caribe y Asia por un período de uno, tres o seis meses, durante los cuales aprenden sobre el recalentamiento planetario, sus causas y sus consecuencias.

El programa ofrece conocimiento de primera mano porque los estudiantes visitan las comunidades vecinas como Fitz Hughes o la ciudad de Chateaubelair para observar el impacto que los eventos climáticos severos tienen en la vivienda, la infraestructura pública y el entorno físico.

La academia desarrolló sus propios modelos y utilizó su propia granja para probar formas en las que es posible abandonar los combustibles fósiles, que contribuyen al recalentamiento global.

Richmond Vale instaló una planta de biogás que prueba que 1,5 kilogramos de desechos de la cocina con 50 litros de agua pueden producir combustible para contar con cinco horas de energía al día en este país donde el gas licuado de petróleo es el combustible principal para cocinar.

“No podemos construir hidroeléctricas, no podemos construir plantas geotérmicas”, observó Herberg. “Los gobiernos tienen una variedad de planes y tenemos que ver qué podemos hacer nosotros. Aquí promovemos la energía solar y también el biogás”, remarcó, y añadió que la academia ya cuenta con los fondos necesarios para construir cinco plantas de biogás en el oeste de San Vicente.

Es una medida de mitigación “porque es un gas renovable y lo puedes producir tú mismo. No necesitas transportarlo desde China, Venezuela o Estados Unidos o cualquier otro lugar”, explicó.

Además, la producción de biogás deja un lodo que sirve de fertilizante.

“Lo importante es que la gente sepa que hay alternativas. No creo que todo el mundo pueda recurrir al biogás. Pero es importante que nos abramos y veamos que hay opciones”, subrayó Herberg.

Esta isla casi siempre tiene disponibilidad de agua potable, pero las Granadinas tiene problemas hídricos, porque este archipiélago no tiene ríos ni servicio municipal.

Y aun en San Vicente con sus ríos, arroyos y cañadas, la estación seca, de diciembre a mayo, puede ser especialmente difícil para los agricultores, pues solo siete por ciento de ellos tienen sistemas de irrigación.

La academia creó un sistema para recolectar agua de lluvia para lavar, bañarse y usar en el inodoro. Y el líquido que queda se guarda en tanques y se usa para irrigar. El receptáculo tiene peces para evitar que se reproduzcan los mosquitos.

Herberg explicó la relación entre la agricultura orgánica y el cambio climático porque este último hará que en San Vicente y las Granadinas aumenten los períodos sin lluvias, y cuando llueva, estas serán más fuertes y por períodos más cortos.

De a poco, la academia abandonó los fertilizantes químicos, porque “rompen la estructura del suelo, que se pone arenoso y se seca, y luego cuando llueve, y cuando llueve mucho, el agua se lleva el suelo”, explicó Herberg, y añadió que eso genera inundaciones y deslizamientos de terreno.

La mayoría de los agricultores todavía se dedican al monocultivo y usan fertilizantes químicos y “es muy peligroso para el futuro. Si lo ves desde el punto de vista general de la biodiversidad, esta es la que permite que la temperatura se mantenga estable”, precisó.

Por otro parte, Herberg se refirió al problema de la deforestación.

“Necesitamos árboles que nos den sombra, refugio y nos protejan de la fuertes luvias, entonces la agricultura tiene que cambiar para que estemos listos para convivir con el cambio climático. Tenemos que cambiar nuestras prácticas agrícolas. El monocultivo no tiene futuro”, aseguró.

Uno de los debates más importantes en materia de adaptación al cambio climático es hasta qué punto las medidas que dan buenos resultados pueden multiplicarse y ampliarse.

“Soy optimista y creo que en San Vicente y las Granadinas, como es un pequeño país, será fácil lograrlo”, proyectó.

“Hay un consenso de que necesitamos ser más sostenibles, pasarnos a lo orgánico y concentrarnos en las energías renovables. Y creo que va a pasar: nos vamos a pasar a la energía geotérmica, mejoraremos nuestras hidroeléctricas y más personas adoptarán la alternativa solar”, especuló Herberg.

“Así seremos el primer país del Caribe donde casi todo funcionará con energías renovables dentro de un plazo razonable, quizá 10 años”, pronosticó.

“Costa Rica está a la vanguardia en la región, pero San Vicente y las Granadinas es un buen ejemplo en la Comunidad del Caribe, de 15 miembros, de lo que puede hacerse para adaptarse y mitigar el cambio climático”, puntualizó.

“Todavía no estamos a la vanguardia en materia de agricultura orgánica, pero hay algunos ejemplos excelentes”, destacó Herberg.

Traducido por Verónica Firme

Ecoportal.net

IPS Noticias

http://www.ipsnoticias.net/

Fuente de la Noticia:

http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Del-huracan-a-una-escuela-sostenible-en-San-Vicente

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España: Ampliadas hasta 60.000 euros las ayudas para educación ambiental

España/04 de abril de 2017/Fuente: ultimahora.es

La convocatoria de subvenciones para proyectos de educación ambiental sobre residuos, biodiversidad y custodia del territorio de la Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca asciende a 60.000 euros, 20.000 más que el año pasado.

Las ayudas se dividen en tres líneas, en función de la temática y se dirigen a personas y entidades sin ánimo de lucro para proyectos de educación ambiental, ha informado la Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca en un comunicado.

La nueva convocatoria cambia la temática, ya que si el año pasado los proyectos debían centrarse en la sensibilización y la información sobre los principales problemas del agua y del cambio climático en Baleares, en 2017 tienen que versar sobre los problemas principales de los residuos, la biodiversidad, los espacios naturales y la custodia del territorio.

El objetivo es impulsar una conciencia destinada a estimular hábitos y conductas individuales y colectivas más respetuosas con el medio ambiente, la divulgación y la distribución de material de los problemas mencionados y la formación dirigida a los sectores de la sociedad afectados o implicados en la resolución de estos problemas.

La cantidad máxima por proyecto es del 60 % de su presupuesto, con un máximo de 6.000 euros, que se tienen que repartir según los criterios y baremos que establece la convocatoria. Las solicitudes se pueden presentar hasta a finales de abril.

En el 2016 se otorgaron 40.000 euros a diez proyectos de educación ambiental, la mayoría de los cuales estaban relacionados con el agua. El GOB Mallorca, el GOB Menorca, Amics de la Terra, la Fundació Deixalles, el Centre d’Estudis de l’Esplai y Càritas Diocesana de Menorca fueron algunos de los beneficiarios.

Fuente de la Noticia:

http://ultimahora.es/noticias/local/2017/04/03/259126/ampliadas-hasta-000-euros-ayudas-para-educacion-ambiental.html

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Los retos del manejo forestal comunitario en la Amazonía

01 de marzo de 2017 / Fuente: http://www.ecoportal.net/

Por: Rodrigo Arce Rojas

Lo primero que habría que diferenciar es que la palabra “manejo” obedece a una concepción de dominio humano sobre la naturaleza. El mensaje subyacente del manejo es que es factible fragmentar y conocer los mecanismos de la naturaleza para poder dominarla y ponerla a servicio del ser humano. La concepción de lo forestal tampoco es homogénea. Muchas veces se ha asociado lo forestal únicamente a las especies maderables de valor comercial. Lo forestal en sentido amplio refiere a los ecosistemas y por lo tanto incluye la flora, la fauna, el suelo, el agua, los procesos y funciones que le dan un carácter vivo. Por eso es pertinente hablar de ecosistemas forestales o de la biodiversidad forestal.

A la legítima agenda indígena sobre los derechos territoriales corresponde ir adjunta la agenda de manejo y conservación de los bosques comunales. En este contexto el manejo forestal comunitario aparece como un tema relevante. Es propósito de este artículo poner en debate algunos de los principales retos para avanzar en el manejo forestal comunitario como una estrategia para consolidar opciones sostenibles de vida para los pueblos indígenas amazónicos.

Lo primero que habría que diferenciar es que la palabra “manejo” obedece a una concepción de dominio humano sobre la naturaleza. El mensaje subyacente del manejo es que es factible fragmentar y conocer los mecanismos de la naturaleza para poder dominarla y ponerla a servicio del ser humano. En muchos pueblos indígenas antes que una concepción de manejo lo que existe es una concepción de convivencia con los bosques. No obstante, tenemos que reconocer que debido a los procesos de aculturación existe una gradación en la matriz cultural desde posiciones preservacionistas hasta altos grados de articulación al mercado.

La concepción de lo forestal tampoco es homogénea. Muchas veces se ha asociado lo forestal únicamente a las especies maderables de valor comercial. Lo forestal en sentido amplio refiere a los ecosistemas y por lo tanto incluye la flora, la fauna, el suelo, el agua, los procesos y funciones que le dan un carácter vivo. Por eso es pertinente hablar de ecosistemas forestales o de la biodiversidad forestal. Algunos prefieren llamarlo “bosque” aunque lo forestal más que bosque alude a la vida silvestre con la base física que la sustenta. Para los pueblos indígenas no siempre el concepto bosque recoge toda la cosmovisión y por ello prefieren hablar del territorio para entrelazar los componentes biofísicos y culturales, el pasado y el presente, la ocupación horizontal y vertical.

Lo mismo sucede con el concepto de comunidad. Existen múltiples formas de vivir lo comunitario, además de los diferentes nombres que reciben en el ámbito de Latinoamérica. Aunque existen prácticas de gestión forestal comunitaria que involucran a la comunidad es frecuente encontrar una división entre lo social y lo productivo. Lo social, referido por ejemplo al linderamiento comunal, al mantenimiento de caminos, construcción de puentes, construcción del local escolar, entre otros, refiere a actividades comunales propiamente dichas. Lo productivo, en la mayoría de los casos, es de carácter individual y con rasgos de “propiedad” mientras se use. Cuando el suelo se agota y existe la necesidad de un nuevo terreno entonces el área productiva “regresa” a la propiedad comunal.

Vemos entonces que el manejo forestal comunitario es más bien una concepción occidental para contar con un marco de interpretación sobre las relaciones de manejo o de convivencia entre los pueblos indígenas y sus territorios orientados a lograr su bienestar físico, psicológico, económico y cultural. Esto no quiere decir, que no existan experiencias locales de manejo forestal como por ejemplo las que realizan pobladores ribereños en la cuenca del Amazonas. De estas diversas experiencias, podemos sacar valiosas lecciones aprendidas para identificar los retos.

Se podría hablar de diversos grados de éxito de las experiencias de manejo forestal comunitario. Sin embargo, habría que precisar exactamente a qué nos estamos haciendo referencia cuando hablamos de éxito. El paradigma dominante alude al éxito del manejo forestal comunitario en función al grado de articulación al mercado pero habría que preguntarse si en todos los casos esta premisa es válida. Desde una perspectiva más convencional esta lógica parece incuestionable porque se alude que el éxito tiene que ver con el grado de rentabilidad económica que se logra en la operación forestal. Profundicemos más sobre este aspecto que parece inamovible.

Si el grado de éxito se mide en función al nivel de articulación del mercado, entonces lo que vemos es que el patrón para realizar el diagnóstico de la comunidad para entrar ventajosamente en el manejo forestal comunitario de plano va a acusar muchas deficiencias: económicas-financieras, técnicas, tecnológicas, organizativas, gerenciales. A ello se suman otros factores como: lejanía a los mercados y dificultades para articularse a cadenas de valor. Nos preguntamos si no sería más coherente que de manera conjunta y objetiva (entre promotores y comunidad) se defina el alcance del manejo forestal comunitario. Existen varios aspectos a considerar para una adecuada definición:

• Tamaño de la unidad forestal: ni tan pequeño que no cubra los costos del manejo ni tan grande que sea imposible manejar directamente.

• Grado de involucramiento de comuneros y comuneras: definición realista de quiénes se van a involucrar responsablemente. Si es toda la comunidad o grupos realmente interesados (“Grupos de Interés”)

• Grado de alcance en la red de valor. Si se piensa mantener un rol productor o se pretende alcanzar involucramiento en procesos de transformación y comercialización

• Formas internas de definir derechos y responsabilidades sobre la conservación y manejo de los bosques

• Formas internas de distribución de beneficios

• Distancia a los mercados en función al grado de transportabilidad de los productos

También es importante tomar en cuenta una serie de condiciones que aseguren el buen desarrollo de la operación forestal. Entre otras mencionamos

• Seguridad de tenencia de la tierra que estimule la inversión de largo plazo

• Zonificación interna participativa que garantice que se van a respetar las áreas forestales y no se va a promover el cambio de uso al interior de la comunidad

• Reglamentos internos de la comunidad que regulen las diversas actividades productivas y de conservación de bosques

• Gobernanza interna que asegure un adecuado proceso de toma de decisiones

• Factores culturales compatibles con las necesidades del manejo forestal comunitario

Se requiere una gran dosis de sinceramiento para definir el alcance del manejo forestal comunitario. No todo tiene que pasar por la madera ni todo tiene que pesar por la articulación al mercado. También es factible desarrollar opciones de manejo y conservación orientadas a satisfacer necesidades inmediatas de la vida comunitaria. Esto puede ser mejor entendido si es que se comprende que en muchas comunidades ya se ha afectado la cantidad y calidad de provisión de los bienes y servicios de los ecosistemas forestales de la comunidad. Recuperar la calidad de los bienes y servicios de los bosques para la calidad de vida también es un objetivo nada desdeñable. Esto puede ser entendido cuando se aprecia en la comunidad escasez de leña, escasez de hojas de palmera, escasez de fauna para la caza de subsistencia, escasez de plantas medicinales, escasez de peces. La presión de recursos producto tanto de incremento de demanda externa como la aparición de nuevas necesidades que satisfacer también pueden afectar la capacidad de los bosques de brindar sus beneficios. Esto de ninguna manera significa negar el mercado sino repensar el nivel de relacionamiento con el mercado. Para comunidades que ya decidieron incorporarse proactivamente al mercado las estrategias de acompañamiento deberán ir en la misma dirección.

No se trata de juzgar todo a la luz de paradigmas de gestión empresarial urbana que no necesariamente se ajustan a las condiciones culturales de las comunidades. Podemos estar frente a diferentes concepciones de tiempo, efectividad e incluso de la ética de la acumulación. Los valores de la economía del don (solidaridad, reciprocidad) deben ser procesados a la luz de los nuevos valores de la economía de mercado. Se requiere una nueva ética económica que signifique la consolidación de los valores de la asociatividad y la reciprocidad antes que medios que promuevan el divisionismo y el individualismo. De ahí la importancia que los alcances del manejo forestal comunitario sean producto de un auténtico proceso participativo en la que se puedan discutir con mucha objetividad no sólo los beneficios del manejo forestal comunitario sino también los compromisos, las implicancias y los retos que ello implica. Las comunidades deben (re) conocer con mucha precisión que implica embarcarse en un proceso de manejo forestal comunitario para no producir desencantos y deserciones posteriores.

Está claro que las propuestas de manejo forestal comunitario tienen que inscribirse en una propuesta de derechos. Pero derechos también implica reconocer responsabilidades. Esto no es únicamente una cuestión ambiental sino que implica responsabilidad intergeneracional al interior de los propios pueblos indígenas. Cuando se refiere a experiencias articuladas al mercado no estamos hablando únicamente de procesos que faciliten el acceso a los bosques y la extracción de recursos forestales sino, sobre todo, estamos hablando de procesos que garanticen la sostenibilidad de los bosques. Esto es válido para cualquier actor vinculado a procesos productivos a partir de los bosques.

Aunque son válidos los procesos de subvención externa, reconociendo la deuda social hacia los pueblos indígenas, éstos deben ser diseñados de tal manera que no generen condicionamiento o dependencia hacia los actores externos. Por lo tanto éstos deben tener carácter temporal y orientado más bien a lograr el empoderamiento pleno de los actores forestales involucrados.

Desde un principio debe plantearse de manera participativa procesos de fortalecimiento de capacidades donde la energía cultural, los conocimientos y saberes indígenas tengan un lugar preponderante. Así mismo se deberá desarrollar una actitud favorable a incorporar criterios de interculturalidad en la gestión forestal. Del mismo modo, en los procesos sociales es más prudente subirse a la lógica de la energía social y cultural que generar propuestas que afecten la estructura interna de la comunidad. Un proyecto de manejo forestal comunitario está para fortalecer las relaciones sociales antes que fomentar el divisionismo y la conflictividad interna.

Queda claro entonces que ante condiciones de alta diversidad biológica y cultural también corresponden una diversidad de opciones de manejo y conservación de bosques a partir de sus diferentes bienes y servicios. Es importante dimensionar apropiadamente el rol del manejo foresta comunitario que puede ser una interesante opción económica pero no es la única y exclusiva pues es necesario contar con una estrategia diversificada de opciones.

Finalmente, es importante precisar bien el real alcance del emprendimiento de manejo y conservación de bosques, puede haber diferentes grados de articulación a los mercados sin que ello necesariamente signifique “fracaso”. Se requiere mayor apertura para entender el valor de la cultura en el manejo forestal comunitario. Así mismo, es necesario entender las motivaciones psicológicas que mueven a los actores y organizaciones indígenas para involucrarse proactivamente en emprendimientos de manejo forestal comunitario. Esto es, desarrollar una visión ontológica para garantizar la efectividad del manejo forestal comunitario. www.ecoportal.net

Fuente artículo: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Biodiversidad/Los_retos_del_manejo_forestal_comunitario_en_la_Amazonia

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Las tierras indígenas reúnen 80 por ciento de la biodiversidad

Por:

Hay más de 370 millones de personas que se reconocen como indígenas en 70 países y sus territorios ancestrales concentran más de 80 por ciento de la diversidad biológica del planeta. Solo en América Latina hay más de 400 pueblos, aunque la mayor concentración se da en Asia Pacífico, con 70 por ciento de su población que se define como indígena.

Pueblos originarios

Los pueblos indígenas tienen una ricas culturas ancestrales que consideran sus sistemas sociales, económicos, ambientales y espirituales interdependientes. Y gracias a sus conocimientos tradicionales y su comprensión de la gestión de los ecosistemas hacen un aporte valioso al patrimonio de la humanidad.

“Pero también están entre los grupos más vulnerables, marginados y desfavorecidos”, alerta el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).

“Y tienen variados conocimientos profundos y local del mundo natural”, destaca la organización con sede en Roma.

“Por desgracia, a menudo los pueblos indígenas pagan el precio de ser diferentes y con demasiada frecuencia sufren discriminación”, subrayó el FIDA, que realizará una Reunión Global sobre el Foro de Pueblos Indígenas del 10 al 13 de este mes en la capital italiana.

Hechos clave

• Hay más de 370 millones de personas que se autodefinen como indígenas en por lo menos 70 países;
• Asia concentra el mayor número de indígenas;
• Existen unos 5.000 grupos indígenas que ocupan alrededor de 20 por ciento de las tierras del planeta;
• Los pueblos indígenas representan menos de seis por ciento de la población mundial, pero hablan más de 4.000 lenguas de las 7.000 existentes en la actualidad;
• Una de las principales causas de la pobreza y la marginación de las comunidades indígenas es la pérdida de control sobre sus tierras, territorios y recursos naturales;
• Los indígenas tienen un concepto de pobreza y de desarrollo en función de sus valores, necesidades y prioridades. No consideran a la pobreza solo como la falta de ingresos;
• Un número creciente de indígenas viven en las ciudades a causa de la degradación de sus tierras, de la expropiación, de los desalojos forzosos y de la falta de oportunidades de empleo.

Fuente: FIDA

La agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reunirá a representantes de instituciones indígenas, así como a sus socios para mantener un diálogo directo entre todos y mejorar la participación de los pueblos autóctonos en los programas nacionales que financia.

Desde hace siglos, las comunidades indígenas han sido“despojadas de sus tierras, territorios y recursos y perdieron el control sobre sus estilos de vida. Representa cinco por ciento de la población mundial, pero 15 por ciento de los pobres”, precisa el FIDA.

Una de las formas más efectivas para sacarlos de la pobreza es apoyar sus esfuerzos para diseñar y decidir su destino, así como asegurarse de que participen en la creación y la gestión de las iniciativas de desarrollo.

Derechos de los pueblos indígenas

La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, adoptada por la Asamblea General de la ONU el 13 de septiembre de 2007, establece un marco universal de estándares mínimos para su supervivencia, bienestar y el goce de sus derechos.

El documento trata sobre los derechos individuales y colectivos, sobre cuestiones de identidad y de cultura, sobre educación, salud, empleo e idioma. Además, prohíbe la discriminación y promueve su total y efectiva participación en todos los asuntos que los conciernen.

También garantiza su derecho a permanecer diferentes y a perseguir sus propios prioridades en términos económicos, sociales y desarrollos culturales. El Día Internacional de los Pueblos Indígenas se celebra todos los años el 9 de agosto con el fin de subrayar sus derechos.

El FIDA lleva más de 30 años trabajando con pueblos indígenas, y desde 2003, 22 por ciento del presupuesto anual del fondo se destina a proyectos que los conciernen, principalmente en América Latina y Asia.

Desde 2007, gestiona el mecanismo de asistencia a los pueblos indígenas (IPAF). Mediante pequeños préstamos de hasta 50.000 dólares financia pequeños proyectos propuestos por ellos con el fin de fortalecer su cultura, su identidad, su conocimiento, sus recursos naturales, así como sus derechos humanos y de propiedad intelectual.

Para facilitar la concreción de los compromisos, el FIDA creó el Foro de los Pueblos Indígenas, que promueve el diálogo y las consultas entre organizaciones indígenas, los funcionarios del fondo y los estados miembro.

Al fortalecer a las organizaciones de base y la gobernanza local, el fondo también ayuda a las comunidades indígenas a participar en el diseño de estrategias para su desarrollo y a perseguir sus propios objetivos y visiones.

La tierra no solo es fundamental para la superviviencia de los pueblos indígenas, como lo es para la mayoría de las poblaciones rurales, sino que es central para su identidad.

“Tienen una profunda relación espiritual con sus territorios ancestrales. Además, cuando tienen un acceso seguro a la tierra, también tienen una base firme desde la cual mejorar su sustento”, subraya el FIDA.

Las comunidades indígenas y sus sistemas de conocimiento pueden desempeñar un papel vital en la conservación y en la gestión sostenible de los recursos naturales.

Potencial de las mujeres indígenas desaprovechado

El FIDA, también llamado “banco de los pobres” porque ofrece préstamos y créditos de bajo interés a comunidades rurales pobres, reconoce el potencial desaprovechado de las mujeres indígenas como administradoras de los recursos naturales y de la biodiversidad, como guardianas de la diversidad cultural y como agentes de paz e intermediarias en la mitigación de conflictos.

Sin embargo, las indígenas suelen estar entre los integrantes más desfavorecidos de sus comunidades por su limitado acceso a la educación, a los activos y a los créditos, así como a su exclusión de los procesos de decisión.

El FIDA es un organismo especializado de la ONU creado como institución financiera internacional en 1977, uno de los resultados más importantes de la Conferencia Mundial de la Alimentación de 1974, organizada para responder a la crisis alimentaria de principios de esa década y que afectó particularmente a los países africanos del Sahel.

En la conferencia mundial, los participantes convinieron que debía “crearse de inmediato un fondo internacional para financiar proyectos de desarrollo agrícola, principalmente destinados a la producción de alimentos en los países en desarrollo”.

Uno de los elementos más importantes derivados de la conferencia fue la comprensión de que las causas de la inseguridad alimentaria y de la hambruna no obedecían tanto a las malas cosechas, sino a problemas estructurales relacionados con la pobreza y al hecho de que la mayoría de las poblaciones pobres de los países en desarrollo se concentraban en zonas rurales.

Desde su creación, el FIDA invirtió 18.400 millones de dólares que beneficiaron a unas 464 millones de personas en áreas rurales.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/02/las-tierras-indigenas-reunen-80-por-ciento-de-la-biodiversidad/

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Bosques: más cerca de lo que imaginamos. Reflexiones urbanas con visión de desarrollo

08 de febrero de 2017 / Fuente: http://www.ecoportal.net/

Por: Rodrigo Arce Rojas

Nuestra educación, institucionalidad, administración pública, nuestro modelo civilizatorio se caracteriza por la fragmentación y separación de tal manera que nos hemos acostumbrado a pensar, sentir y actuar desde casillas disciplinarias.

Como consecuencia de nuestra mirada aislacionista en las ciudades las preocupantes noticias sobre deforestación, desglaciación, pérdida de biodiversidad, contaminación de ríos y otros cuerpos de agua aparecen como distantes no solo físicamente sino afectivamente (“ojos que no ven corazón que no siente”). No logramos caer en cuenta que la ciudad y las áreas rurales (cada vez con fronteras más difuminadas) formamos parte de un único sistema unidos no solo por los ciclos biogeoquímicos, el ciclo hidrológico, sino también por la historia, la economía y la política. Lo que pasa en las ciudades (como por ejemplo emisiones de gases de efecto invernadero, exclusión social, política y económica de poblaciones) afectan las áreas rurales y lo que pasa en las áreas rurales afectan las ciudades. Tal vez de ello solo podremos tomar conciencia cuando se exprese con toda su crudeza la disponibilidad del agua en las ciudades. Cuando sintamos que cuando se extinga una especie se pierde algo de nosotros mismos.

En el legítimo afán de crear riqueza a partir de la provisión de servicios ecosistémicos de las áreas naturales (incluyendo bosques y otras formaciones vegetales) a veces olvidamos que muchos de los problemas de frontera que enfrentamos en el sector forestal están ligados a la pobreza estructural, a la crisis de democracia y los partidos políticos, a la convivencia con la corrupción, a la desconexión con la historia. Obstinadamente queremos atrincherarnos en nuestra visión técnica y aséptica con la ilusión que al interior del gremio y la feligresía tenemos todas las respuestas para los grandes problemas del sector forestal. La realidad nos está diciendo que los problemas forestales están ahí y aunque se hacen esfuerzos denodados por resolverlos los problemas siguen.

Quiere decir entonces que para asumir los retos del sector forestal tenemos que recoger su complejidad lo que implica enfoques más interdisciplinarios, transdisciplinarios e incluso indisciplinarios. Pero sobre todo necesitamos recuperar la conexión con nosotros mismos, con los otros y con la naturaleza y el cosmos. No es que estemos tratando de parecer filosófico o monje religioso sino que simplemente estamos reconociendo que el concepto bosque, o servicios ecosistémicos, o paisajes forestales sostenibles, no se reducen a las dimensiones biofísicas sino que incluye a la totalidad de la masa, energía, información y sentidos. Esto es dar pie a aspectos culturales, psicológicos, literarios, matemáticos, entre otras dimensiones. Es mirar las totalidades en una perspectiva de sistemas dinámicos no lineales.

No habrá desarrollo forestal posible si es que no logramos que ciudadanos  y ciudadanas (incluyendo los propios forestales) tengan la capacidad de reconectarse con la esencia de ser parte de la naturaleza, ser naturaleza. No habrá desarrollo forestal posible si es que insistimos en mantenernos en paradigmas o creencias que legitiman el dominio o la cosificación de la naturaleza. La creencia que civilizar los bosques es urbanizarlos o convertirlos a paisajes agropecuarios industriales nos está llevando a la destrucción de nuestro patrimonio forestal. Y no es que se niegue el aporte de otras actividades productivas sino se busca la definición de políticas, tecnologías y acciones a gestionar los socioecosistemas o agroecosistemas.

Fuente artículo: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Biodiversidad/Bosques-mas-cerca-de-lo-que-imaginamos.-Reflexiones-urbanas-con-vision-de-desarrollo

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ONU: Nuevas tecnologías centran debate en cumbre de biodiversidad

México/15 diciembre 2016/Fuente: IPS Noticias

La biología sintética, la geoingeniería y el reconocimiento de los saberes ancestrales son los temas que más debate han acaparado en la Conferencia de Naciones Unidas sobre la Biodiversidad, que concluye en este centro turístico mexicano el viernes 17. 

El desenlace de esos asuntos ocurrirá esta semana, en la recta final del encuentro que congrega desde el día 2 a la 13 Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad  Biológica  (CDB), conocida como la COP 13, y otros encuentros y foros internacionales vinculados a la riqueza natural del planeta.

Para los países del Sur en desarrollo, esos temas son vitales, debido al capital biológico y biocultural que concentran en sus territorios y que pueden sufrir menoscabo si son permitidos dentro del andamiaje del CDB.

“En una escala de uno a 10, diríamos que estamos en cuatro. Las negociaciones están lentas. Necesitamos que se agilicen y que vayan a favor de la población”, dijo a IPS el venezolano Santiago Obispo, dirigente de la no gubernamental Red de Cooperación Amazónica.

En cuanto a la biología sintética (synbio, en inglés), gobiernos, representantes académicos, de la sociedad civil e indígenas tienen temores sobre su impacto devastador en ecosistemas y medios de vida de las comunidades locales.

Esta disciplina consiste en ingeniería biológica asistida por computadoras para diseñar y construir formas de vida sintéticas, partes vivas, artefactos y sistemas que no existen en la naturaleza.

Actualmente, hay investigaciones sobre la creación de sabor sintético a vainilla, cuya producción industrial amenaza el bienestar de campesinos de países como Comores, China, Madagascar, México, Reunión y Uganda.

También hay pesquisas similares sobre el vetiver, una fragancia utilizada en productos cosméticos y cuya versión biosintética golpeará a productores en Brasil, China, Haití, Indonesia, Japón, India y Reunión.

Además, aparecen dentro de esta tecnología de laboratorio los llamados impulsores genéticos,  aquellos capaces de alterar permanentemente especies mediante el impulso de un “carácter” específico dentro del proceso reproductivo de los organismos.

Eso posibilita que sean esos genes alterados los heredados por toda la descendencia. El temor de sus opositores es que se eliminen especies o ecosistemas a la carta, con secuelas impredecibles.

En Cancún, donde participan más de 6.500 delegados oficiales y representantes sociales, más de 160 organizaciones no gubernamentales, académicas y de pueblos indígenas llamaron a imponer una moratoria a experimentos que involucren biología sintética, como la de estos impulsores genéticos.

En los debates de la COP 13, los bloques africano y caribeño, secundados por El Salvador, Bolivia y Venezuela, se pronunciaron a favor de esa moratoria, pero Australia, Brasil y Canadá lideran la presión por la aceptación de la synbio dentro del CDB.

Un tema que sí obtuvo unanimidad entre los Estados parte es el rechazo a las secuencias genéticas digitales, estructuras moleculares creadas con programas de cómputo.

En el texto de la Declaración de Cancún que se negocia no se incluye la palabra “moratoria” a la bioingeniería y los impulsores genéticos, pero sí se hace una invitación a los Estados a posponer ese tipo de investigaciones.

En anteriores COP, que se realizan bianualmente,  el CDB adoptó una aproximación precautoria sobre los efectos positivos y negativos de la synbio y pidió a las partes evaluaciones científicas en torno a ella.

Nuevas tecnologías centran debate en cumbre de biodiversidad

Los delegados de los 196 Estados parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica aprietan el paso para alcanzar acuerdos sobre la preservación y aprovechamiento de la biodiversidad del planeta, en una cumbre que se cierra el 17 de diciembre en Cancún, en México. Crédito: Emilio Godoy/IPS

Para Barbara Unmüssig, una de las dos presidentas de la Fundación Heinrich Böll, vinculada al Partido Verde alemán, la cumbre de Cancún será un éxito si el CDB adopta enfoques precautorios sobre la ingeniería biológica y la geoingeniería.

“La COP debe salir con una fuerte postura para decir a las empresas globales detrás de la biología sintética y geoingeniería de que toma pasos para evaluarlas y establecer moratorias. Si confirma esas moratorias mostrará que es una convención con dientes y que no está a favor de ciertas tecnologías”, señaló la activista alemana a IPS.

La geoingeniería representa la manipulación intencional, en gran escala, de los sistemas del planeta para combatir el cambio climático mediante técnicas referidas al manejo de la radiación solar, remoción de gases efecto de invernadero y modificación climática.

Durante la COP 9, realizada en la ciudad alemana de Bonn en 2008,  el CDB adoptó una moratoria a la fertilización oceánica, una técnica de geoingeniería, y dos años, en la conferencia realizada en la ciudad japonesa de Nagoya,  otra a la modalidad como tal, una posición que no cambiará en Cancún.

En tanto, los representantes de los pueblos originarios han desplegado una gran actividad en la cumbre de Cancún, en defensa de sus derechos en sus territorios y como guardianes de su biodiversidad.

Bolivia planteó la creación de un órgano ad hoc responsable de los temas indígenas, después que los grupos ancestrales ya lograron el reconocimiento del CDB del concepto “pueblos indígenas y comunidades locales” como actores de derechos, en una demanda que cuenta con el apoyo sus organizaciones en todo el mundo.

Pero dentro de ese reconocimiento, el que los pueblos originarios deban dar su consentimiento a las políticas de protección y aprovechamiento de la  biodiversidad en sus territorios enfrenta problemas. El término “libre” dentro del propuesto consentimiento previo, libre e informado, bloquea las negociaciones por el rechazo que lideran Estados asiáticos y africanos.

“Queremos que haya un equilibrio de visiones, que haya un balance serio y responsable para fortalecer la participación de pueblos indígenas”, explicó a IPS el jefe de la delegación de Bolivia en la COP 13, Diego Pacheco, viceministro de Planeación y Desarrollo.

La Conferencia de Cancún se produce cuando se cumple la primera mitad del Decenio de Naciones Unidas sobre la Biodiversidad 2011-2020.

Varios estudios divulgados con motivo de la cumbre evidencian que el mundo sigue destruyendo los ecosistemas, a pesar de los esfuerzos conservacionistas.

Al respecto, el mundo incumplirá 60 por ciento de las Metas de Aichi, como se conocen los 20 puntos del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 , adoptado en 2010 por los Estados parte del CDB, y que se refieren al cuidado de la riqueza natural, la participación de los pueblos indígenas y al aprovechamiento sostenible, entre otros.

“Es una negociación que va a afectar la biodiversidad en la Tierra. No podemos permitir que el CDB trate de mercantilizar la biodiversidad, que se le ponga un precio”, insistió el venezolano Obispo.

Unmüssig recomendó enfrentar las causas de la pérdida de la riqueza biológica.

“Tenemos que detener los principales factores de destrucción de la biodiversidad. Si realmente estamos interesados en mantener los ecosistemas, tenemos que pensar en medidas adecuadas contra la sobreexplotación de la pesca y la siembra de transgénicos”, planteó.

Ello, denunció, porque “la agroindustria trata de apoderarse de tierras para destinarlas a monocultivos, está ocurriendo en todo el mundo”.

Para Pacheco, el CDB no debe imponer “un modelo homogéneo”, pues “tiene que escuchar las alternativas, pero hay fuerte influencia de los países desarrollados”.

Temas como el reconocimiento a los polinizadores naturales y la designación de áreas marinas han avanzado sin mayores contratiempos.

En el primer caso, se valoró la importancia de la agroecología, del mantenimiento de sus hábitats y “evitar o reducir” el uso de las sustancias químicas tóxicas usadas en la agricultura, los agrotóxicos. En el segundo caso, se subrayó la transcendencia de la planificación marina.

En Cancún se decidió que Egipto sea la sede de la COP 14 en 2018.

Fuente:http://www.ipsnoticias.net/2016/12/nuevas-tecnologias-centran-debate-en-cumbre-de-biodiversidad/

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Entrevista: Somos responsables de los daños a la biodiversidad y debemos protegerla»: Leyla Acaroglu

América del Norte/ EEUU/Diciembre 2016/Entrevista/http://www.cinu.mx/

La fundadora de Disrupt Design (Nueva York), Eco Innovators (Melbourne) y UnSchool, Leyla Acaroglu, es una de los seis ganadores del Premio Campeones de la Tierra que otorga el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) a destacados líderes de gobierno, la sociedad civil y el sector privado cuyas acciones han tenido un impacto positivo sobre el ambiente.

El PNUMA le otorgó su máximo galardón a esta australiana por promover un cambio positivo a través del diseño, la innovación, la comunicación y la conexión humana.

En entrevista con ONU México, Leyla Acaroglu afirmó que el medio ambiente y la biodiversidad es una real pasión para ella y que es necesario protegerlos porque son esenciales para el bienestar, la alimentación y la salud humana.

«Somos responsables de los daños y destrucción del medio ambiente y la biodiversidad que hemos hecho desde el inicio de la revolución industrial. Tenemos que hacer un cambio muy importante y buscar la manera de hacerlo para que sea sustentable», dijo.

«Tenemos que entender que al destruir la biodiversidad, destruimos los servicios y beneficios que la biodiversidad nos da a nosotros los humanos», agregó.

A las personas que no creen en el cambio climático y los beneficios del medio ambiente, Acaroglu expuso que sólo hay que pensar que los seres humanos necesitamos respirar aire, tomar agua y comer alimentos para vivir.

«No se necesitas tener mucho bagaje científico, aunque es muy difícil contradecir la ciencia, para entender que necesitamos de la biodiversidad para sobrevivir. Tenemos que vivir en este planeta y tenemos que confiar en los recursos que nos sostienen. Por lo tanto, debemos tener una visión colectiva para proteger estos servicios, innovar y buscar las soluciones para estar encima del problema que enfrentamos», explicó.

Fuente

http://www.cinu.mx/noticias/la/somos-responsables-de-los-dano/

Fuente imagen

https://lh3.googleusercontent.com/aN5tHi_rlbKhxSYfVfYDHzUxUKUj__86C4jtuwaaCdU9AL4XnOSdFiF58kUZvD_-WOEAe5M=s85

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