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Bolivia: Algo más de 100 educadores se capacitan para evitar la violencia

Bolivia/18 julio 2017/Fuente: La Patria en Linea

Algo más de 100 maestros formaron parte de las jornadas de Congresos educativos para maestros transformadores, impulsada por el Centro de Capacitación Jayai: «Saber para la vida», en convenio con la Federación Departamental de Maestros en Educación Rural de Oruro, espacios en los que se concienció a los educadores sobre temas de violencia y acoso en estudiantes.

Luego de dos jornadas de trabajo y talleres, ayer por la tarde se concluyó el congreso, donde se enseñó a los educadores a identificar aspectos o vulnerabilidad de violencia en adolescentes, que en muchos casos surgen fuera de casa.

«Hemos abordado varios tipo de violencia y problemas de personalidad en los adolescentes, de estos dos días en la primera mitad hemos visto las conceptualizaciones y luego la identificación de estos desordenes, dirigido a maestros porque deben apoyar a los progenitores en la prevención», señaló el expositor del área de Psicopedagogía, Omar Choque Téllez

Durante las jornadas del congreso se puso énfasis en la debilidad que existe para identificar varios tipos de violencia, además del uso adecuado de redes sociales y los juegos o aplicaciones que se apoderaron de varios jóvenes, bajo algunos protocolos que indica el expositor.

«Uno de los primeros protocolos que se debe enseñar desde el nivel inicial son los gritos, porque espantan, andar en compañía para no ser blancos fáciles de los antisociales, o si son niños y no les recogen sus papás que se apeguen al de algún compañero», indicó Choque.

«Cuando ya hablamos de adolescentes como tal y para evitar temas de abuso físico o sexual, nunca deben caminar en un carril donde el auto vaya por la espalda, siempre ir por el frente porque evitamos ser víctimas de secuestro, para las señoritas usar ropa difícil de sacar como algo apreto sin llegar a ser provocador porque desanima al agresor, nunca poner clave al celular o que los padres la conozcan y tener cuidado con las cuentas en redes sociales», aportó el expositor.

En esta tercera versión de talleres como parte del congreso del Centro Jayai, los maestros recibieron pautas para ser filtros que ayuden a los padres a evitar la violencia.

Fuente: https://www.lapatriaenlinea.com/?t=algo-ma-s-de-100-educadores-se-capacitan-para-evitar-la-violencia&nota=293698

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Ecuador: ¿Hay bullying en el colegio de su hijo?

Ecuador/03 julio 2017/Fuente: El Comercio

Si ante su denuncia, en el plantel en donde estudia su hijo le dicen: “aquí no hay bullying”, no se conforme. Recuérdeles que el Ministerio de Educación difundió un protocolo de actuación ante situaciones de violencia detectadas o cometidas en el sistema educativo. ​
En un documento disponible en https://educacion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2017/03/Protocolos_violencia_web.pdf se especifica, por ejemplo, qué es violencia psicológica. Es todo lo que perjudique la salud mental por actos de perturbación, amenaza, manipulación, chantaje, humillación, aislamiento, vigilancia, hostigamiento o control de creencias, decisiones o acciones. Incluye el maltrato verbal: insultos, gritos, apodos, burlas, comentarios peyorativos o discriminatorios, groserías, sarcasmos, etiquetamientos y el maltrato emocional: manipulación, humillación, amenazas, difusión de rumores, culpar, ofender…
En el ámbito educativo se puede presentar entre pares, otros estudiantes, o entre personas adultas como docentes, autoridades, madres y padres de familia. La violencia física es “es todo acto de fuerza que cause daño, dolor o sufrimiento físico en los agredidos, cualquiera que sea el medio empleado y sus consecuencias”. Se manifiesta en golpes, puñetazos, patadas, pellizcos, bofetadas, torceduras, empujones, fracturas, intentos de ahogamiento, agresiones con objetos contundentes, arma blanca, castigos físicos reiterados, provocación de mutilaciones, quemaduras, ingestión forzada de drogas…
Las formas de violencia sexual que se pueden presentar son toqueteos, caricias, manoseos o acercamientos consentidos o no por parte de un adulto hacia un niño o adolescente. No exclusivamente en zonas íntimas. Forzar a un niño a que toque partes íntimas de una persona o de compañeros, hacer comentarios de índole sexual, respecto a su apariencia, usar palabras eróticas, solicitar o llevar a cabo encuentros con finalidad sexual en o fuera de la institución.
¿Qué dicen las cifras en el país? En Ecuador, uno de cada cinco estudiantes de entre 11 y 18 años afirma haber sido víctima de acoso escolar. El estudio, denominado Violencia entre pares en el sistema educativo: Una mirada en profundidad al acoso escolar en el Ecuador, fue realizado en 2015 en 126 instituciones educativas públicas y privadas, de sectores urbanos y rurales.
Se aplicaron 5.511 encuestas auto administradas a estudiantes de octavo de Educación General Básica a tercero de Bachillerato. Puede conocer más del estudio en https://www.unicef.org/ecuador/acoso_escolar_final_baja(1).pdf .
El Ministerio se compromete a realizar las siguientes acciones: completar la conformación de los Departamentos de Consejería Estudiantil, fortalecer capacidades de docentes, madres y padres de familia, con talleres de prevención y capacitación, implementar acciones para disminuir amenazas, promover el respeto a la diversidad, etc.

El 22 de junio del 2017, el ministro de Educación, Fánder Falconí, pidió a todas las autoridades del sistema emprender una cruzada ética en defensa de la seguridad y protección de los estudiantes que asisten a los establecimientos educativos. Recordó que los chicos acuden a las clases creyendo que tendrán un ambiente de paz, solidaridad, armonía y seguridad. “Hago esta invocación porque en los últimos días, según diferentes denuncias, hemos constatado con indignación y hasta con horror, cómo varios estudiantes han sido víctimas de todo tipo de delitos”.

Fuente: https://www.elcomercio.com/educaccion/bullying-abuso-hijo-sistema-educativo.html

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Las otras caras de la violencia escolar en Latinoamérica

Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticas del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

En un estudio realizado por UNICEF (2011) sobre la violencia escolar en América Latina y el Caribe, se plantea que aún existen escuelas donde se vulneran los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño. Se reportan casos de castigos corporales, maltrato emocional, abuso sexual, así como una tendencia creciente del acoso entre pares e inclusive de agresiones de estudiantes y, en algunos casos, de padres contra maestros y autoridades educativas. Los datos arrojados por UNICEF dan cuenta principalmente de estas situaciones y lógicas de la violencia que emergen al interior de las escuelas, reproduciendo maltratos emocionales y físicos que los niños y adolescentes experimentan en su cotidianeidad. El caso del maltrato emocional sistemático entre pares, esto es, entre los mismos compañeros y compañeras de escuela, es motivo de atención en los últimos años, tanto por las políticas públicas, los medios de comunicación y el mismo campo de la investigación educativa. Esto en parte se debe al alto porcentaje de estudiantes que han sido víctimas, o que tienen conocimiento de hechos de maltrato, acoso u hostigamiento escolar, el cual se sitúa entre el 50% y el 70% de la población estudiantil en América Latina (UNICEF, 2011).

La violencia entre pares, más conocida como bullying, es objeto de discusión permanente y es identificada como una de las principales evidencias de la violencia escolar. Aunque se trata de una problemática escolar clave en la configuración de las identidades de los estudiantes y que atenta contra el desenvolvimiento social y cultural de los sujetos, la prioridad que se ha puesto en el análisis y visibilización de este tipo de violencia escolar, ha llevado a ocultar otros procesos significativos vinculados con la violencia que ocurre en las escuelas latinoamericanas.

No resulta llamativo que sean los propios gobiernos latinoamericanos, quienes aducen la importancia de erradicar el bullying escolar, asumiéndolo como la principal problemática sociocultural y comunicativa de las escuelas, mediada por la violencia física y emocional entre los mismos estudiantes. Sin embargo, esta no es la única evidencia de violencia escolar. El foco puesto en los niños y adolescentes como protagonistas de los actos de violencia, pese a que retrata una situación crítica y bisagra de las escuelas latinoamericanas, contribuye al mismo tiempo a la gestación de dinámicas de estigmatización y criminalización de los niños y jóvenes que asisten a la escuela. La identificación de alumnos problemáticos, por lo general, pertenecientes a sectores extremadamente vulnerables, construye una perspectiva estigmatizante de los jóvenes, a quienes se les segrega y atribuye la condición de mal comportamiento. Esta atención puesta en la culpabilidad de los niños y jóvenes en la ejecución de los actos de violencia, silencia e invisibiliza otras caras de la violencia escolar, que tienen como principal responsable a los gobiernos latinoamericanos y a su complicidad con actividades ilícitas. Tal es el caso de la inserción de los aparatos represivos estatales en los propios espacios escolares y la expansión de las redes de narcotráfico y guerrilla que atenta directamente al derecho a la educación de miles de niños y jóvenes latinoamericanos e incumple, por lo tanto, otros derechos básicos y libertades fundamentales.

La destrucción de instituciones educativas por explosiones detonadas, morteros y cohetes, bombardeos aéreos, incendios y saqueos; la ocupación de escuelas por las fuerzas militares, de seguridad, la policía armada o los grupos del crimen organizado, así como el secuestro de niños para ser reclutados forzosamente a las filas de esos grupos criminales, son algunas de las problemáticas a las que se enfrentan cotidianamente las escuelas más vulnerables de Latinoamérica y el Caribe.

Estos incidentes violentos implican el uso de la fuerza en formas que interrumpen y disuaden la provisión educativa, poniendo a educadores y estudiantes en riesgo en ambientes que deberían ser seguros y fuentes de protección. Aún más si se tiene en cuenta que la escuela ha sido identificada históricamente por su papel decisivo en la transformación de los patrones de violencia y para promover el desarrollo de habilidades pacíficas. Esta función se encuentra en crisis, sobre todo a causa de las políticas estatales que, coadyuvadas al mercado privado internacional, la corrupción y la complicidad con el narcotráfico, han hecho de la escuela latinoamericana un escenario sumido en la violencia, la devastación y la privación de derechos fundamentales.

En el caso de Haití, los abusos sexuales contra escolares y mujeres continúa siendo una táctica común en algunos conflictos, los cuales se producen como resultantes de secuestros y ataques a los centros educativos. Estos secuestros son llevados a cabo por bandas criminales armadas y se producen cuando los niños están en camino hacia o desde la escuela. Las niñas representan casi la mitad de las víctimas menores de edad (UNESCO, 2010).

En Brasil, en 2007, ocho escuelas municipales y guarderías de Río de Janeiro, fueron ocupadas sin previo aviso por la policía armada. “Estas instalaciones se utilizaron como base para un ataque de tipo militar contra las bandas de narcotraficantes armados, convirtiéndolas en blanco de ataques mientras los estudiantes seguían asistiendo a clases” (UNESCO, 2010: p.179).

Esta operación involucró a 1.300 policías militares y civiles, además de soldados de la Fuerza Nacional. Los edificios escolares sufrieron grandes daños, y en una ocasión las granadas habían explotado en el patio de la misma escuela.

Por su parte, en Colombia, en 2006, la UNESCO (2010) documentó que las guerrillas de las FARC habían incendiado una escuela en Puerto Jordania, utilizada anteriormente como centro de votación para las elecciones. La denotación de granadas y el incendio de establecimientos educativos es una práctica cotidiana de estos grupos armados, así como el reclutamiento de niños para integrarse a las fuerzas paramilitares.

En México, maestros de seis escuelas de Ciudad Juárez fueron amenazados por miembros de un cártel. “En una serie de advertencias escritas colocadas en las paredes de la escuela a partir del 12 de noviembre de 2008, las bandas de narcotraficantes armados amenazaron con secuestrar a estudiantes si los maestros no pagaban bonos de navidad a los traficantes” (UNESCO, 2010: p. 209)

El 17 de marzo de 2009, en la región de Triqui, San Migel Copola, en el estado de Guerrero, se encontraron más de 20 cartuchos de alto calibre en el campus de un instituto de bachillerato de Oaxaca tras una incursión de bandas armadas en la comunidad. Esto obligó a las escuelas secundarias y primarias de la región a suspender las clases por cierto periodo.

Pese a los diferentes instrumentos legales, así como a la existencia de las Directrices para Prevenir el Uso Militar de Escuelas y Universidades en Conflictos Armados, la violación de los derechos de los niños y jóvenes más vulnerables sigue en aumento. Incluso, estas directrices, aunque constituyen disposiciones vigentes del derecho internacional, no tienen carácter vinculante en sí mismas, por lo que los estados latinoamericanos no están obligados a ejecutarlas.

En este contexto, los casos de militarización de las escuelas, abusos sexuales y el secuestro y desaparición forzada para reclutamiento no solo violenta y censura la garantía del derecho a la educación, sino principalmente el derecho internacional humanitario, destinado a limitar y evitar el sufrimiento humano en tiempo de conflicto armado.

El arrebato de las condiciones dignas de infraestructura y seguridad edilicia son algunos de los rasgos más visibles de esta problemática. El uso militar de las escuelas, tanto como base militar y objetivo de conflicto, termina acechando la propia infancia: familias quebradas por el reclutamiento forzoso de sus niños e identidades forjadas por el miedo y la inseguridad permanente. El temor de trasladarse a la escuela por el uso militar que se hace de ellas, así como de todas las situaciones violentas que se desencadenan de este factor, es una constante en miles de niños. Casualmente este es un aspecto estructural que no se encuentra lo suficientemente investigado, a diferencia, por ejemplo, del estudio de la fobia escolar que responde más a aspectos psicosociales que a las condiciones materiales de existencia, como el conflicto armado y la guerra.

La omisión de todos estos casos a los ojos de los gobiernos latinoamericanos, ejemplos de la violencia que se ejerce hacia las escuelas, no es casual. Sólo se alude a la relación entre el narcotráfico, la militarización y las escuelas, cuando se pretende estigmatizar y criminalizar a determinadas comunidades. Tal es el caso de la desaparición de los estudiantes de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Desde el gobierno mexicano, se intentó aducir, como causa de su desaparición, que los estudiantes se encontraban involucrados con una red de crimen organizado. La insistencia del gobierno por instalar en el imaginario esta perspectiva criminalizante de los jóvenes de Ayotzinapa, ha sido una constante. De esta manera se advierte que la única alusión que se hace desde la política pública a la relación entre el narcotráfico y la violencia escolar, se ejecuta bajo un manto de estigmatización y criminalización de los jóvenes utilizada, en este caso, como una estrategia más de ocultamiento de la responsabilidad y complicidad estatal.

La importancia de la visibilización de las otras caras de la violencia escolar, esto es, de la militarización de las escuelas latinoamericanas, convertidas en escenarios de guerra, es fundamental para la garantía del derecho a la educación, clave e inalienable. En las poblaciones más pobres y vulnerables de Latinoamérica, este derecho se encuentra negado, al estar instaladas en territorios permanentes de conflicto armado.

A sabiendas que los estados latinoamericanos están imbricados en esta problemática y que las reformas educativas actuales desatienden estos factores, ¿qué papel tiene la investigación educativa en este contexto? ¿cómo transformar los análisis lineales y unilaterales que se realizan sobre violencia escolar, de manera que se incluya la mirada de las comunidades y escuelas violentadas por la guerra y el conflicto? ¿qué papel tienen los organismos internacionales en este proceso, aún más si se tiene en cuenta que estos poseen información precisa sobre esas otras caras de la violencia escolar? ¿cómo hacer exigible el derecho a una educación libre de violencia y abusos?

Referencias

UNICEF (2011). Violencia escolar en América Latina y el Caribe: Superficie y fondo.  Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)

UNESCO (2010). Education Under Attack. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

 

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/las-otras-caras-de-la-violencia-escolar-en-latinoamerica/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/08/tumblr_m3vfxe6PpY1rvr5wko1_500.jpg

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España alerta ‘bullying’: la II Jornada de Educación de Madridiario trata el acoso escolar

España/22 junio 2017/Fuente: Diario Crítico

Tras el éxito de su I Jornada de Educación, que tuvo lugar en noviembre de 2016 en torno a la cuestión de si era necesario transformar la educación madrileña, Madridiario reúne de nuevo a un nutrido grupo de profesionales del sector, esta vez para dialogar sobre ‘bullying’, uno de los mayores problemas que distorsionan el ámbito educativo y que clama soluciones.

Bajo el título Alerta ‘bullying’, la II Jornada sobre Educación de Madridiario se celebrará el día 26 de junio a partir de las 9,45 horas en el salón de actos de la Escuela de Postgrado de la Universidad Camilo José Cela (C/ Almagro, 5).

El evento contará con la ponencia inaugural del Consejero de Educación, Rafael Van Grieken, mientras que la clausura correrá a cargo del secretario de Estado de Educación Marcial Marín. Además de una conferencia especial en la que el director de Comunicación de Samsung, Francisco Hortigüela, analizará el reto de hacer frente al ‘bullying’ desde la perspectiva de la tecnología, la jornada se estructurará en tres mesas de debate.

En la primera, Celso Arango, jefe de psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón; Javier Urra, presidente de la Comisión Rectora del programa RECURRA-GINSO; e Isidora Cortés, subinspectora y coordinadora nacional adjunta del Plan Director de Participación Ciudadana; realizarán un diagnóstico general del problema del ‘bullying’. La cuestión de cómo se debe actuar en los centros educativos se debatirá junto a José Luis Sancho, psicólogo y director del programa Alerta ‘bullying’de Ginso –que se presentará durante la jornada-; José Antonio Luengo, profesor de la Facultad de Educación en la UCJC y psicólogo miembro del equipo para la prevención del acoso escolar de la Comunidad de Madrid; y Concha Fernández Álvarez, responsable de Voluntarios por Madrid en el Ayuntamiento de Madrid.

Por último, la magistrada del Juzgado de Menores Número 1 de Madrid Concepción Rodríguez González del Real; el director general de Educación de la Comunidad de Madrid, Juan José Nieto; y el decano de la Facultad de Educación de UCJC, Miguel Ángel Pérez Nieto; abordarán las soluciones y la mediación en el problema.

Además, el ex entrenador de la selección española de baloncesto y patrono de la Fundación Estudiantes, Pepu Hernández, intervendrá con una charla sobre el deporte como herramienta de integración en la escuela.

La jornada, que podrán seguirse por streaming en Madridiario y en redes sociales con el hashtag #AlertaBullying, está patrocinada por Samsung y Ginso y cuenta con la colaboración de la Universidad Camilo José Cela, la Policía Nacional, la Fundación Estudiantes y Unicef.

La asistencia está abierta a profesionales de la educación o la psicología infantil, padres, madres, alumnos o ciudadanos en general que quieran ampliar su visión sobre este problema. Se ruega confirmación de asistencia a conchioc@madridiario.es y erodriguez@madridiario.es o en el teléfono 91.451.46.70

Fuente: https://www.diariocritico.com/alerta-bullying-ii-jornada-de-educacion-de-madridiario

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Costa Rica: Centros educativos serán identificados como “libres de bullying”

En 2016 el MEP atendió unos 110 casos, la mayoría ocurrió en el aula.

Centroamérica/Costa Rica/09.05.2017/Autor y Fuente:https://www.larepublica.net

“Este centro educativo es libre de bullying”. Con un sticker o afiche el Ministerio de Educación Pública (MEP) identificará a las escuelas, los colegios y las oficinas administrativas libres de matonismo.

“Ya se están distribuyendo para que se coloquen fuera de los centros educativos y que quien los vea sepa que son libres de violencia, de bullying y de armas”, aseguró Lilliana Rojas, jefa de Convivencia Estudiantil del MEP.

Con esto se espera fomentar los espacios libres de violencia de primera entrada y frenar los casos de bullying, que a 2016 sumaron unos 110 según la Contraloría de Derechos Estudiantiles del MEP.

Recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) colocó al país entre los que poseen más alto índice de acoso escolar.

Mientras que en la región el bullying afecta a un 8,9% de los adolescentes, ese porcentaje aumenta entre los ticos, con un 10,9% lo que repercute en su desempeño educativo, autoestima y en la deserción estudiantil.

Costa Rica posee un protocolo de atención para el hostigamiento, que incluso fue copiado por Panamá. Entonces, si el país es ejemplo, ¿por qué estos resultados negativos?

Para el MEP una razón es que ahora se conoce más el tema y por lo tanto hay más denuncia.

“Habría que indagar el estudio más a fondo. Pero con estos datos uno podría identificar factores, entre esos, que los chicos están en procesos de sensibilización y entonces se visibiliza más este tipo de situaciones”, comentó Rojas.

Gracias a ese protocolo cada caso es atendido de forma inmediata y no se minimiza ninguno. Además, de que se insta a los menores a no callar; es decir, a relatar lo que sucede tanto si son víctimas o solo observadores de los hechos.

Trabajar con los testigos es fundamental, ya que un estudio de la Universidad Nacional arrojó que el 46% de los menores manifestó haber presenciado alguna agresión física.

“Desde el Ministerio se plantea generar procesos de sensibilización. El año pasado fue declarado contra el bullying y hacemos que se converse este tipo de temas, que se involucren los padres y también que se empiecen a incorporar otros sectores”, afirmó Rojas.

Los protocolos que se aplican en casos de matonismo siguen una ruta de ocho pasos: primero se detecta la situación y se le garantiza confidencialidad, se les comunica a los directores de los centros educativos y a los padres de familia.

Se entrevista a ambas partes por separado (la guía le facilita al educador preguntas) y se definen acciones para restaurar la convivencia en los centros educativos.

En este manual se establecen medidas para trabajar tanto estudiantes como educadores y se determinan compromisos con los encargados de familia.

MALTRATO EN EL AULA

El lugar en el que la mayoría de los niños manifiesta ser víctima de bullying es en el aula. El 29% de los menores que son acosados, expresa su deseo de no asistir a la escuela debido a la agresión que está sufriendo.

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Fuente: https://www.larepublica.net/noticia/centros-educativos-seran-identificados-como-libres-de-bullying
Imagen:  https://www.larepublica.net/images/2017/05/04/201705041817410.620-pag-6.jpg
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Costa Rica en negativo tercer lugar de América en acoso escolar

Centro América/Costa Rica/6 Mayo 2017/Fuente: Prensa Latina

Un 10,9 por ciento de los estudiantes de Costa Rica sufrieron acoso escolar (bullying), lo que ubica hoy a esta nación en el tercer lugar de América en ese negativo índice, solo superada por Canadá y República Dominicana.
Costa Rica muestra un porcentaje superior al promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, fijado en 8,9 por ciento, según el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés).

El informe El bienestar de los estudiantes de PISA 2015 precisa que los 10 países de América con peores porcentajes son Canadá con 12,9 por ciento, seguida de República Dominicana (12,2), Costa Rica (10,9), México (10,1), Estados Unidos (10), Uruguay (9,5), Brasil (9), Chile (7,9), Colombia (7,6) y Peru (6,1).

Sobre el tipo de acoso escolar, PISA 2015 indica que los estudiantes refirieron haber sido marginados a propósito, rieron de él, amenazado por otros, le robaron o destrozaron objetos personales, golpeado o empujado por otros alumnos y otros propagaron rumores desagradables sobre él.

En respuesta al informe, la directora de Vida Estudiantil del Ministerio de Educación Pública de Costa Rica, Lilliana Rojas, señaló que ‘en lugar de verlo como algo negativo, podríamos verlo como algo positivo, en el sentido de que ellos (los educandos) están al tanto de las situaciones, están informados de que es lo que está pasando’.

Sobre la prevención, Rojas sostuvo que la idea es sensibilizar a la comunidad educativa sobre este tipo de situaciones, indicándoles que es desde la parte conceptual y sensibilizando que no podemos permitir eso.

Recordó que el protocolo de actuación de su cartera ante ese flagelo muestra la forma en que se debe intervenir, así como -destacó- las autoridades educativas de los diferentes centros escolares tienen la orden de actuar ante situaciones o sospechas de ‘bullying’, aunque no exista una denuncia formal.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=83012&SEO=costa-rica-en-negativo-tercer-lugar-de-america-en-acoso-escolar

 

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El reconocimiento del otro: clave para entender y prevenir el bullying

Por: Teresa Terrades

La persona acosada siente peligrar su integridad, su identidad, su existencia porque mientras es acosada, no puede establecer con normalidad sus vínculos. Esto la hace dudar de su valía personal.

El bullying marca. Marca si eres la víctima. Marca si eres el acosador y tienes conciencia de serlo. La toma de conciencia del agresor puede tardar en llegar o puede que no llegue nunca. En la mayoría de los casos, llega. El bullying puede tener diferentes grados de intensidad y de duración en el tiempo, pero siempre se caracteriza por la fuerte huella emocional que deja a sus protagonistas.

Después de haber acompañado varios casos en mi labor profesional, he visto que víctima y acosador son la cara y la cruz de un mismo fenómeno que se relaciona con la invisibilidad y el reconocimiento humanos. Me explico.

Para construir nuestros vínculos necesitamos ser vistos. Tenemos conciencia de que existimos cuando nos sabemos vistos. Si no nos ven, no podemos establecer vínculos y esto compromete nuestra supervivencia. Esta es una condición humana inapelable.

La persona acosada siente peligrar su integridad, su identidad, su existencia, porque mientras es acosada no puede establecer con normalidad sus vínculos. Esto la hace dudar de su valía personal, pierde la confianza en sí misma y se termina culpabilizando de lo que le pasa. Piensa que algo no está haciendo bien y tiende a buscar el reconocimiento de los demás haciendo ofrecimientos por encima de sus posibilidades, olvidando sus propias necesidades.

El agresor también busca ser visto por los demás. En este caso, deduce que el reconocimiento dentro del grupo obtiene ejerciendo relaciones abusivas. Es una deducción que no viene de la nada. A menudo es fruto de un autoconcepto muy bajo o de un modelo aprendido de establecer relaciones. Sin agredir se siente invisible, siente que no tiene lugar dentro del grupo, siente que no puede establecer vínculos. El acoso le confiere poder y estatus, en un sentido de pertenencia mal entendido.

Acabar con el bullying va de reconocer a los otros como legítimos otros. Humberto Maturana dice que el futuro de la humanidad no son los niños sino los grandes, porque los niños y jóvenes se van transformando con nosotros, con los adultos con quienes conviven. Acabar con el bullying también, pues, depende de la implicación del mundo adulto. Que los adultos sepamos observar cómo se establecen las relaciones entre iguales y abrir espacios donde sea posible la expresión de las emociones que aquellas provocan en uno mismo y en los demás. Va de dar visibilidad a cada persona que forma parte de un grupo o aula para prevenir futuras situaciones de acoso.

Igualmente tiene un gran poder preventivo fomentar relaciones de mentoría entre iguales de manera que los chicos y chicas mayores sean referentes y apoyo de los más pequeños. En estos encuentros se pueden detectar casos de acoso en estadios muy iniciales, situaciones de riesgo que siempre se pueden resolver mejor que cuando ya se han cronificado.

Padres y maestros tenemos que hacer prevención y detección de las situaciones de bullying. Y eso nos pide sintonizar en una misma frecuencia de ondas aunque tengamos roles diferentes. Los padres tendemos a evaluar mejor el estado emocional del hijo. Tenemos una visión individualizada del hecho. Los maestros tendemos a ver mejor las habilidades relacionales de los chicos y chicas en el aula. Hay una mirada más colectiva.

Tanto unos como otros tenemos visiones parciales y necesitamos la mirada global del sistema de relaciones implicado. El abordaje de la situación debe contemplar el acompañamiento y apoyo tanto a la víctima como al acosador. Y la reparación vendrá a través de dar un nuevo reconocimiento a unos y otros.

A la persona acosada la reconocemos cuando le mostramos que nos damos cuenta de lo que le está pasando y le apoyamos. Cuando siente que escuchamos sus necesidades y puede pedir que le hace falta. La víctima debe volver a convencerse de que tiene un espacio dentro de su sistema de relaciones y que, como persona de valor, tiene derecho a existir y ser vista.

Las personas que han sufrido bullying son especialmente sensibles al sufrimiento de los demás y tienen una capacidad de empatía mayor que el resto. Dan un sentido a lo que han vivido apoyando a los que ven en situaciones similares a las suyas. Suelen afirmar que la experiencia les ha hecho madurar muy rápido.

Al acosador le falta un reconocimiento en forma de límites. Desde las normas y los límites aprendemos el sentido de pertenencia y hacemos propios los valores que van asociados. Estos límites permiten redirigir la fuerza de los acosadores hacia nuevas formas de actuar. Deben comprobar que es mejor la experiencia de la gratitud y la empatía que la del abuso. Deben experimentar que pueden ser útiles a los demás a través de sus actos. Que esto les dará una nueva visibilidad dentro del grupo. Los habrá que darse cuenta pero, del error cometido. Este es un paso difícil porque el sentimiento de vergüenza interno es grande. Una vergüenza que necesita el perdón de las víctimas y de él mismo.

En estos procesos de reparación necesitamos asumir que el conflicto es inherente a nuestra condición humana. Pero le podemos dar un sentido diferente. El conflicto pone en evidencia nuestros miedos, lo que tememos perder pero a la vez puede hacernos avanzar desde lo que tenemos en común y desde el compromiso a hacer de lo común, unas acción de futuro diferentes.

Los adultos tenemos que hacer posible acompañar a víctimas y agresores, sin embargo nos confronta con nosotros mismos y con nuestros miedos. Por todo ello, también necesitamos acompañamiento. Debemos tener nuestros espacios de encuentro y reconocimiento en los que podamos expresarnos, hacer evidentes nuestras discrepancias, nuestros conflictos y escuchar desde la voluntad de hacer emerger nuevas respuestas al sufrimiento y malestar de nuestros jóvenes, causa principal de las situaciones de bullying.

El bullying marca pero no es un tatuaje. Los tatuajes no se borran. El bullying, como todas las heridas que se curan, deja cicatrices y marcas. Más allá del bullying, este es memoria, no es realidad. Hay vida, a menudo más fuerte, a menudo más valiente, a menudo más solidaria, cuando se acaba el bullying.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/02/el-reconocimiento-del-otro-clave-para-entender-y-prevenir-el-bullying/

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