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La crisis en la educación superior mexicana

México / www.elfinaciero.com / 28 de Junio de 2017

La proliferación de universidades de garaje o universidades “patito” se presta al fenómeno de mercantilización de la educación, en donde las universidades ofrecen las carreras que los alumnos demanden y no las que el mercado laboral requiere.

En México, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), hay cerca de tres mil 800 universidades y miles de carreras profesionales distintas que se pueden estudiar. Sin embargo, sólo 33 por ciento de los jóvenes en edad de estudiar la universidad lo hacen, y al salir, sólo el 50 por ciento opina que pasar por la universidad haya mejorado sus posibilidades para emplearse.

El fracaso no termina ahí, más del 40 por ciento de los empleadores en México considera que no encuentra el talento necesario en los egresados. Como diría McKinsey: los alumnos culpan a las empresas, las empresas a las universidades y las universidades a los dos anteriores.

De acuerdo con la SEP, 65 por ciento de los jóvenes elige una carrera profesional por presión social, tradición familiar o imagen, y esto suma al fracaso en su empleabilidad y su sintonía con lo que el mercado laboral demanda. Adicionalmente, las empresas que sí logran encontrar talento, tienen que formarlo nuevamente al ingresar a sus filas, lo que incrementa el costo del tiempo en el que son capaces de aportar valor los nuevos empleados.

¿Dónde está el problema? Me encantaría decirles que es culpa de alguien o algo, pero la realidad es que nuestro sistema educativo está mal planteado desde su origen. Las principales causas de esta crisis de orientación vocacional a continuación:

De las 3,800 universidades en México, cerca de mil 200 son públicas y el resto privadas, de las cuales sólo 103 pertenecen a la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES) y se someten a estándares de acreditación más altos que los de la SEP. La enorme mayoría de las otras dos mil 600 son universidades de garaje o universidades “patito”.

Su proliferación se presta al fenómeno de mercantilización de la educación, en donde las universidades ofrecen las carreras que los alumnos demanden y no las que el mercado laboral requiere. La existencia de tantas universidades que no son universidades, ha comoditizado el valor de un título profesional, haciendo relativamente fácil que alguien se titule, cuando en realidad hay muchos rangos de calidades en educación superior.

El enfoque de las autoridades federales y universidades en asociar la calidad con proceso y no con resultado, distancia a los egresados de lo que demanda el mundo laboral. Se asocia calidad con asignaturas, libros y profesores y no con el resultado que producen las universidades en términos de empleabilidad y aceptación por el mundo laboral. Eso tiene a la maquinaria universitaria nacional trabajando para cumplir procedimientos y no para cumplirle al sector laboral, a los jóvenes y las familias de los mismos.

La propia edad para elegir universidad (17-18 años) contribuye a la confusión, pues el desarrollo de la corteza prefrontal, que entre otras cosas permite la toma de decisiones y el manejo de emociones, no está completo sino hasta los 23-25 años. Países con mejores sistemas educativos, por ejemplo Israel, mandan a los jóvenes a tener experiencia real antes de pasar por la universidad, lo que los hace más maduros y enfocados.

La idea de que TODOS los egresados de educación superior en México deben tener un perfil similar, omite por completo la realidad multicultural de México. No tenemos un sistema educativo como el finlandés, en gran medida porque somos muchos y muy desiguales. ellos son 5.4 millones, nosotros más de 120 millones; tenemos uno de los mayores niveles de desigualdad de entre los miembros de la OCDE, y ellos uno de los menores; somos étnicamente diversos y ellos muy similares. No podemos aspirar a que nuestros egresados sean similares, sino a que sean mejores de lo que entraron y tengan mejores oportunidades, cada uno en su propio parámetro.

Tenemos muchos retos, las universidades, la sociedad y las empresas, debemos partir por reconocer nuestra diversidad nacional y enfocar nuestros esfuerzos educativos en resultados reales de empleo y mejora en la calidad de vida y no en procesos, papeleo y dogmas académicos.

Hace 1100 años curábamos los males sangrando a los pacientes; la medicina ha avanzado mucho en este tiempo porque la relación causal entre cura y mejoría es en general rápida de observar. La educación universitaria sigue teniendo paradigmas muy similares a sus orígenes en Bologna hace 980 años, la relación causal en un cambio educativo no se observa en cuestión de días o meses, toma años; pero como bien dijo Einstein, locura es hacer lo mismo y esperar resultados distintos.

Fuente:http://www.elfinanciero.com.mx/bajio/la-crisis-en-la-educacion-superior-mexicana.html

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En marcha programa ‘Colombia Científica’ para fortalecer la investigación y elevar calidad de la educación superior

Colombia/01 de Abril de 2017/es.presidencia.gov.co

Durante la presentación de la iniciativa, el Presidente indicó que se financiarán “ocho programas de investigación por un valor de hasta de 19 mil millones de pesos, cada programa” y dijo que “este año podrán ser beneficiados 95 profesionales: 45 en programas de doctorado y 50 en programas de maestría”.

El Presidente Juan Manuel Santos presentó este viernes el programa ‘Colombia Científica» cuyos objetivos son elevar la calidad de la educación superior, fortalecer la docencia, la investigación y la proyección en el ámbito internacional de las instituciones educativas colombianas.

Durante la presentación de Colombia Educativa, efectuada en la Casa de Nariño, el Jefe del Estado afirmó que se buscará impulsar programas de investigación e innovación que estén de acuerdo con las necesidades del sector productivo.

Explicó que se impulsarán programas de formación e investigación que tengan relación con las “necesidades de nuestro sector productivo” y se impulsará una relación más fluida entre las instituciones de educación superior del país y extranjeras y el sector productivo.

“Esos vasos comunicantes son indispensables para elevar la calidad de la educación y su pertinencia”, señaló el Presidente, quien indicó que en el programa estarán comprometidos los Ministerios de Educación y Comercio, el Icetex y Colciencias.

‘Colombia Científica’ y sus componentes

El Jefe del Estado dijo que el programa ‘Colombia Científica´ tiene dos componentes: El Ecosistema Científico y El Pasaporte a la Ciencia.

Afirmó que El Ecosistema Científico va a contribuir a mejorar las instituciones de educación superior de Colombia, a partir de alianzas con el sector productivo y con los centros de investigación del exterior que impulsen el desarrollo en los ámbitos regional y nacional.

“Serán alianzas conformadas mínimo por dos instituciones de educación superior con acreditación de alta calidad, una institución superior no acreditada, una universidad o centro de investigación de desarrollo tecnológico o innovación internacional y una organización del sector productivo que esté articulada con la alianza”, especificó.

Así mismo, se financiarán por lo menos “ocho programas de investigación por un valor de hasta de 19 mil millones de pesos, cada programa”.

Señaló que los programas deben contribuir al desarrollo sostenible de las regiones en áreas puntuales, como: salud, energía sostenible, bioeconomía, los alimentos y sociedad, ahora que viene el posconflicto, agregó.

Con respecto al segundo componente, El Pasaporte a la Ciencia beneficiará a “los mejores profesionales, los mejores docentes e investigadores del país, con estudios de maestría y doctorados en las mejores universidades del mundo”.

El Presidente afirmó que el compromiso para los favorecidos “es que vuelvan y pongan su conocimiento al servicio de la educación y el progreso de sus compatriotas, permaneciendo en el país por lo menos dos años”.

Igualmente, los beneficiados podrán estudiar en cualquiera de las 500 universidades del ranking de Shanghái o en uno de los 25 centros de investigación de Thomson Reuters, aseveró.

El Mandatario precisó que las personas que cursen esos estudios “recibirán créditos de hasta dos años, condonables en un 50 por ciento, para maestrías, y créditos hasta de cuatro años, condonables en un 80 por ciento, para doctorados”.

“Sus tesis o los resultados de sus investigaciones deberán enfocarse en solucionar las necesidades de nuestras regiones, es decir que sean pertinentes en los temas que ya mencioné”, sostuvo.

Convocatorias este año

El Mandatario también anunció que durante este año serán abiertas dos convocatorias para crear un banco de elegibles para cada uno de los componentes.

“Una convocatoria se inicia hoy y la otra se va a iniciar en el segundo semestre”, señaló el Presidente, quien informó que Colciencias será la entidad responsable de la selección de los proyectos de investigación, de desarrollo e innovación que sean elegibles para el componente del Ecosistema Científico.

Con respecto al componente de Pasaporte a la Ciencia, la entidad responsable será el Icetex y “este año podrán ser beneficiados 95 profesionales: 45 en programas de doctorado y 50 en programas de maestría”.

“Esta es una apuesta importante para mejorar, incrementar el conocimiento científico en todo el país”, consideró el Jefe del Estado.

Puso de presente, finalmente, que hasta hace poco tiempo “soñábamos con el fin de la guerra, hoy es una realidad. No me cabe la menor dudad de que con programas como ‘Colombia Científica’ vamos a hacer realidad ese otro sueño que tenemos y queremos cumplir de ser el país mejor educado de América Latina para el año 2025”.

Fuente: http://es.presidencia.gov.co/noticia/170331-En-marcha-programa-Colombia-Cientifica-para-fortalecer-la-investigacion-y-elevar-calidad-de-la-educacion-superior

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Los retos de la educación en México: congreso 2017

por: César García García

Hace dos semanas salió la convocatoria del congreso “Los retos de la educación superior en México” La gestión del conocimiento y de las instituciones educativas” emitida por la Universidad Marista de Querétaro y el Instituto Queretano San Javier para festejar los 200 años de la presencia marista en el mundo y 75 años en México.

Uno de los propósitos del congreso es conjugar el interés por la educación desde perspectivas de lo público y lo privado, y en distintos niveles que van desde lo local, regional, nacional e internacional. Para ello, se han definido cinco ejes temáticos.

El primer eje temático plantea el reto de la gestión del conocimiento en un marco más amplio como la denominada sociedad del conocimiento o las ciudades del aprendizaje. Desde hace un buen rato, el CONACYT (e incluso la SEP) ha incorporado este discurso como fundamento conceptual sobre el que se edifican programas de formación e investigación, pero ¿Qué significa eso que denominamos sociedad del conocimiento y cómo trabajar en su gestión?

El segundo reto, es la educación privada en México. El año pasado la ANUIES, autoridades de la SEP y del senado de la república convocaron a un foro el 03 y el 09 de marzo para analizar la legislación mexicana de la educación superior. En este evento se planteó la vigencia de la legislación y la necesidad de actualizar la ley general de educación superior (La jornada, 11 de marzo, del 2016), que dicho sea de paso, data de 1978.

También se planteó en dicho foro ¨las bases jurídicas para asegurar la pertinencia y calidad de la educación superior, así mismo las bases jurídicas que se deben establecer para la planeación, coordinación y evaluación de la educación superior.  ¿En este foro se consideró a las Instituciones de educación superior privadas? ¿Habría que pensar la regulación de la calidad y la pertinencia de las universidades privadas con y sin fines de lucro (como el caso Laureate-UVM), las que están y no están acreditadas, las que son privadas y laicas, pero también las de inspiración religiosa?

Eduardo Ibarra Colado (1957-2013) sostenía como una de sus tesis que poco se conocía de las universidades, a lo más se tenía una idea de la universidad. Esta tesis dio origen a los cuatro estudios sobre las universidades públicas mexicanas -que realizó con varios colegas y que al final es conducido por Angélica Buendía- y la existencia de una estupenda base de datos para conocer el pulso de las universidades públicas mexicanas, el Laboratorio de Análisis Institucional sobre las Universidades Públicas Mexicanas, LAISUM.

En este tenor, a mi juicio conocemos ahora un poco de las universidades y de sus funciones sustantivas, sobre todo de la docencia y la investigación, pero son realmente retazos. Por ejemplo, ¿qué sabemos sobre la última función sustantiva de la universidad, en este caso: la vinculación, la extensión y la difusión?, ¿Las universidades privadas laicas y de inspiración religiosa promueven la vinculación, la extensión y la difusión? Estas son sólo algunas preguntas que forman parte del tercer reto que se plantea en el congreso.

En el caso del cuarto reto, la UNESCO ha introducido un nuevo tema en la agenda educativa una vez que la educación ha dejado de ser un proceso cerrado y que más bien se presenta como abierto y permanente: la educación a lo largo de toda la vida. Dentro de este punto, hay varios temas por considerar: las propuestas filosóficas, las políticas y prácticas educativas, los modelos educativos, y por supuesto el tema de la reforma y el modelo educativo, que dicho sea de paso aparecerá en versión corregida y amentada en este mes de febrero. En el caso del quinto reto, no puede quedar fuera la oferta educativa no escolarizada y los modelos educativos innovadores. ¿Las instituciones educativas en general están preparadas para este nuevo reto?

Finalmente, ¿Quiénes son los invitados? La respuesta es, todos, estudiantes, profesores, investigadores, funcionarios de instituciones educativas públicas y privadas. De la misma manera nos acompañarán conferencistas magistrales con visiones abiertas y distintas posturas intelectuales, religiosas, políticas y sociales. La primera prueba del congreso será mostrar el poder de convocatoria de la red marista en México.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-retos-de-la-educacion-en-mexico-congreso-2017/

Imagen: www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2014/04/Estudiantes-de-Primaria-800×533.jpg

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Universidades públicas vs. universidades privadas

Por: José Manuel Restrepo

Ha habido dos avances muy importantes en la construcción del sistema de educación superior en Colombia. Uno es el que diferencia entre universidades de excelencia y las que no lo son, independientemente de su carácter oficial o privado, y otro es el que enfatiza el entender la calidad de forma multidimensional.

Estos temas son pertinentes ahora que se hicieron públicos los resultados de un estudio del Banco de la República que evaluó el desempeño de los egresados de la educación superior colombiana, comparando los resultados en función de su condición de provenir de universidades oficiales o privadas. El trabajo hace uso de un medio puntual para medir la calidad de la educación superior recibida que corresponde al valor agregado. Este indicador verifica el aporte que realiza la universidad, basado en el avance entre el desempeño del estudiante en las pruebas de entrada a la universidad (examen Saber 11) con respecto a su desempeño en las pruebas de salida (examen Saber Pro). El resultado a que llega es que existe un mejor desempeño en dicho puntual indicador, entre los estudiantes matriculados en universidades oficiales y aquellos matriculados en universidades privadas, muy especialmente en programas de ingeniería, con resultados mucho menos o incluso no contundentes en áreas como medicina, derecho o economía.

Del estudio pueden hacerse varias reflexiones, sin embargo, un primer reconocimiento es para el hecho de haber usado una medición de valor agregado. Este instrumento tiene la virtud de medir el desempeño de la institución educativa. Siempre es más fácil, en educación superior, recibir a los estudiantes de los mejores colegios del país para sacar de ellos buenos egresados, por oposición a dar un valor añadido a aquellos que vienen de contextos y entornos con menores posibilidades, recursos y nivel académico.

Estudios similares a este se han hecho entre universidades acreditadas institucionalmente (superando el criterio de sólo programas acreditados, que no discrimina igual) y aquellas que no lo son, sean oficiales o privadas, llegando a la conclusión de que no importa tanto el carácter de oficial o privado, sino el compromiso o no de la institución con prestar un servicio con excelencia. Esto debe llevar a reconocer la gigante heterogeneidad del sistema de educación superior colombiano, en el que conviven universidades de excelencia y otras de muy bajo nivel de calidad, independientemente de su condición publica o privada. Se hace entonces indispensable fortalecer los mecanismos de regulación de la calidad del sistema para todos y minimizar las brechas.

Algunos han querido usar este resultado para descalificar subsidios a la demanda (tipo Ser Pilo Paga o similares), sin embargo, llegar allá supone mucho más por analizar. En primer lugar, el propio criterio de calidad de la educación superior, que no es sólo un tema de valor agregado y supone ver asuntos como recursos disponibles (profesores, acceso al conocimiento, tecnología, infraestructura, etc.), producción científica, pertinencia de los programas, empleabilidad, desempeño y remuneración laboral al terminar la carrera, experiencia universitaria, entre muchos más. Posiblemente esto explica que en el programa Ser Pilo Paga, los “pilos”, en más del 80%, escogen libremente universidades privadas acreditadas.

En cualquier caso, este estudio es una buena oportunidad para reclamar al Gobierno Nacional muchos más recursos directos para las universidades oficiales, incluso más allá de lo que contempla la actual reforma tributaria, y que den respuesta a necesidades anuales urgentes por más de $1 billón y de inversión de más de $10 billones. Pero también para invitar a que no se genere esta discusión superada entre oficiales y privadas, y más bien a que muchas más privadas se comporten como oficiales en el sentido de abrir oportunidades a estudiantes provenientes de contextos sociales y económicos distintos, y a que entre todos construyamos una nación más equitativa y con educación de calidad para todos.

En síntesis, este estudio puede ser una razón más para fortalecer los subsidios de oferta y perfeccionar los subsidios de demanda a aquellas universidades (ojalá cada vez más) que se comprometan con la calidad y la equidad en la educación superior en el país. Este es uno de los caminos deseados y necesarios en el posconflicto.

Fuente:http://www.elespectador.com/opinion/columna-42

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Ecuador: “Sin demagogia, nuestra propuesta es llegar a un millón de estudiantes en la educación superior en el 2021”

Ecuador / www.telesur.net / 15 de Febrero de 2017

Entrevista a René Ramírez Gallegos, secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación.

1. Todos los candidatos hablan en sus discursos sobre el tema de acceso a la universidad. ¿Qué significado tiene este?

En primer lugar, creo que uno de los principales logros de la Revolución Ciudadana ha sido posicionar en el debate público como un tema central a la educación superior. Algo similar ocurrió en los sesentas, en la época de Manuel Agustín Aguirre. El sólo hecho que ahora todo el mundo hable de la temática universitaria, de educación superior, da cuenta de que hemos colocado en la agenda pública un asunto de relevancia suprema para el país.

En el último cuarto de siglo previo a la RC, el debate de la educación superior no era un asunto público y estuvo suscrito a cuatro paredes, en una “torre de marfil” en donde la población no tenía acceso y en donde se buscaba mantener un status quo corporativo en favor de intereses partidarios o de autoridades específicas. La universidad estuvo en tal crisis que no se dio cuenta que estaba en crisis y tuvo que venir un actor externo a decir “tal como estamos seremos subdesarrollados toda la vida como país”.

Dado que ahora es una temática pública que interesa a la población entera porque deliberadamente se buscó tener tal impacto democrático, todos los candidatos hablan sobre este tema; lástima que lo hacen con tan poca rigurosidad que da miedo lo que se escucha.
Lasso no tiene claro la función social de la educación y por eso jamás podrá defender lo que es hoy un consenso social: la gratuidad de la Educación Superior. La perspectiva política de Lasso es concebir la salud, la educación, la seguridad social como bienes de consumo que se adquiere en un mercado a un precio y que su oferta está en función del poder de compra de cada ciudadano. De esta manera el que no tiene plata, no accede.

Cynthia no se aleja de la concepción de Lasso. Prácticamente no trata el tema en su programa de gobierno (dedica 5 líneas) y eso tiene que ver con una concepción neoliberal, que ve al Estado solo como promotor de la actividad económica empresarial, y no como garante del derecho a la educación (superior). Dado el poco conocimiento que tiene sobre el tema incluso en su propuesta de Ecuador Digital (el cual no se ha percatado que ya existe) llega a proponer absurdos como formación técnica/tecnológica a distancia. Este nivel de formación tiene la pedagogía dual de “learning by doing” (aprender haciendo), pequeño gran detalle que se le escapa a la candidata.

2. ¿Por qué se da esto?
Desde el primer día de campaña en el 2006, colocamos en el centro del debate la necesidad de tener un sistema de educación superior de excelencia, pertinente y democrático. La transformación ha sido radical reconocido por Global University Network for Innovation (GUNI) como la reforma integral más importante de la región.

Haber concretado un sueño de la población de la gratuidad en la educación superior; invertir el 2% del PIB (acumulado casi 14 mil millones de dólares); 20.000 becarios estudiando en las mejores universidades del mundo; invitar a cerebros mundiales que trabajen con nosotros antes de que nos roben cerebros los países del norte (becas Prometeo); haber eliminado 17 universidades de garaje o fantasmas que eran una estafa social; fortalecer la inversión de 34 institutos técnicos; haber eliminado la precarización laboral con salarios dignos en donde ahora como mínimo se entra con 1700 dólares (cuando antes se pagaba en promedio USD 465) pudiendo llegar a ganar hasta casi 6000 dólares; haber casi cuadriplicado los profesores universitarios con cuarto nivel; haber construido la única ciudad planificada de la innovación y la ciencia de toda la región; haber implementado un ecosistema de innovación en donde jóvenes soñadores pueden concretar sus emprendimientos a través del banco de ideas recibiendo 50.000 dólares (que no es crédito) como capital semilla; haber creado una universidad para el arte, para la investigación pedagógica o de nuestra biodiversidad; haber establecido una asignación económica de por vida para ciencia y tecnología, etc. son algunos ejemplos de lo que se ha hecho y colocado en la esfera pública y que la ciudadanía lo palpa, lo siente.

3. ¿Esto ha hecho que suban las expectativas de la ciudadanía?
Efectivamente, ahora existen más expectativas. Vamos por partes. Primero, a pesar del cierre de 17 universidades que eran una mentira social (“yo me hago el que aprendo y tú “universidad” haces el que me enseñas”; “yo te pago y tú me vendes el título sin el conocimiento que lo respalde”) y que las universidades a su vez hayan restringido la velocidad de crecimiento de la oferta de nuevos cupos por conservar estándares de calidad, la matrícula ha crecido en 260.000 estudiantes y pasó del 28% al 39% la tasa bruta de matrícula en educación superior.

La demanda creció dado que este momento existen casi 300 mil nuevos bachilleres, de los cuales –vale señalar- el 65% pertenecen al 40% más pobre; lo que hace que se presione más la demanda por educación superior. Pero sobre todo las expectativas subieron. Antes de este gobierno 1 de cada 10 ecuatorianos quería estudiar en la educación superior; hoy en día es 1 de cada 2. Y no sólo aquello, ahora los jóvenes no sólo quieren estudiar un tercer nivel sino que quieren obtener su especialización, su maestría o su doctorado; y no solo aquí, ¿por qué, no?, ¡estudiar en las mejores universidades del mundo!

Vale señalar que este incremento de expectativas también es consecuencia de una de las políticas más revolucionarias de este gobierno: la gratuidad en la educación superior. Cuando la universidad pública tenía aranceles (se cobraba) los estudiantes ni tenían expectativas de estudiar porque sabían que no lo podían financiar, por lo tanto ni soñaban en ir a la universidad. Pudimos demostrar en un estudio en el 2007 que el cobro a nivel universitario constituía una barrera para que los más pobres decidan aplicar a una universidad.

Si bien la tasa de crecimiento anual de la matrícula es 4 veces superior a la tasa de crecimiento poblacional, es inferior al crecimiento de las expectativas. Tenemos que ponernos manos a la obra para que las universidades incrementen la matrícula planificadamente pero sin que vaya en detrimento de la calidad. No con demagogias.

4. ¿A qué se refiere? ¿Al libre ingreso?
Efectivamente. La propuesta del libre ingreso es demagógica y es una mentira. Cuando oiga la ciudadanía esta propuesta debe saber que le está mintiendo el candidato. Debería decirle: “no sea mentiroso, no va a poder cumplir”. En el sistema universitario no existe ni la infraestructura (aulas, laboratorios) ni los maestros para cumplir tal propuesta. Tendríamos salones, en donde ahora entran 35-40 estudiantes, de 300-400 estudiantes y en donde tenemos ahora profesores con maestría o doctorado tendríamos estudiantes universitarios no especializados en el área de enseñanza. Sería una oferta no pertinente y volveríamos a la universidad fábrica de desempleados o subempleados dado que se ofertarían -sobre todo- carreras que ya hoy en día están sobresaturadas. Con otra particularidad: el problema solo se trasladaría un año. En las universidades que tienen libre ingreso como la UBA generalmente pasan luego del “prepo” (preparatoria) un 20% de sus estudiantes al primer año, es decir sólo de 1 de cada 10 estudiantes que entra al “prepo” sigue en la universidad el segundo año de estudios, es decir regresaríamos a las mentiras sociales. No conozco rector serio de universidad que defienda el libre ingreso. Tuvimos una reunión del directorio de la Asamblea con el Presidente y fue una voz unánime el decir que no es viable para el sistema una propuesta como el libre ingreso. Supongamos que se pueda cumplir y que metamos 400 estudiantes en un salón de clases  de 10×10, la calidad sería pésima. ¿Qué padre de familia quisiera que su hijo o hija vaya a una universidad de mala calidad? Se volverían a generar circuitos diferenciados de calidad en donde los ricos irían a universidades privadas buenas y los pobres a universidades públicas malas.
¡Debemos acordarnos que el derecho no solo es por la educación, sino que el derecho es por una educación de calidad!

5. Pero la universidad privada sigue siendo mejor que la pública…
¡No, no es así! Vamos a los conceptos. Para la Revolución Ciudadana no existen universidades públicas y privadas. La educación superior es un bien público que puede ser gestionado particularmente o estatalmente. La educación superior no tiene fines de lucro. En segundo lugar, no es verdad que la universidad pública sea de peor calidad. Eso es un mito que se creó en el neoliberalismo para avanzar en procesos de privatización de la educación superior. No fue casualidad que de todas las universidades cerradas –todas- hayan sido particulares. A su vez, en la primera evaluación de las 11 universidades categoría A, 8 eran públicas y 3 particulares. Pero eso no es lo importante. Lo importante es que en estos años se ha producido una convergencia de calidad. Todo el sistema ha mejorado sistemáticamente en términos de calidad, pero las que han mejorado más son las que se encontraban en peor calidad. El objetivo es que todo el sistema sea igualmente bueno y que solo exista diferencia en la orientación y en el énfasis de especialización de cada universidad. Así que cualquier ciudadano vaya a la universidad que sea, sepa que está recibiendo una educación de calidad. No es fortuito que se haya eliminado la categoría E y este año se elimine la D. Debemos tener sólo universidades de categoría A, y no solo a nivel nacional; sino también a nivel regional y mundial.

6. Pero en la reforma implementada se ha coartado la libertad de elegir carreras señalan los candidatos.
Eso no solo es mentira sino es imposible. Hace una semana el candidato Paco Moncayo puso un tuit sobre esta mentira e inmediatamente le pedí que me proporcione un solo caso en el cual la decisión de la carrera, lugar o universidad no haya sido tomada libremente por el estudiante. Lo mismo le dije a Lasso en el 2013, en donde señalé que si me daba un caso ponía en aquel entonces mi renuncia. ¡Hasta ahora sigo esperando el caso! La forma de asignación es un algoritmo informático que depende de la nota del estudiante, el número de cupos que oferta la universidad en el marco de su autonomía y el nivel de competencia (demanda) de la ciudadanía para estudiar tal o cual carrera. El sistema automáticamente asigna siempre en función a la mejor nota y al número de cupos ofertados. Es el mismo modelo de ingreso de las mejores Universidades de América Latina, como el caso de la Universidad de São Paulo, en Brasil o la UNAM en México; o de universidades prestigiosas del mundo como Harvard, Yale, Cambridge, etc. Se podría regresar al pasado en donde dependía de otros criterios como tener palancas, o que dependa de quien madruga más o quien tiene plata para comprar un cupo o que dependa del azar. Sin embargo, nosotros creemos que esos mecanismos son anacrónicos, pre-modernos e injustos.

7. Entonces, ¿Qué sucede? ¿Por qué está tan colocado ese sentido en la esfera pública?
Sin temor a equivocarme podía señalar que el SNNA (sistema nacional de nivelación admisión a la educación superior) ha generado una modernización en la sociedad en tanto que –todo lo contrario que se señala- ha respetado la individualidad y la libertad del joven rompiendo con circuitos culturales familiares que constituían camisas de fuerza en los estudiantes para la toma de decisión personal.

Hicimos un levantamiento en los estudiantes y padres de familia y obtuvimos información relevante: el 60% de los postulantes por algún motivo elegiría vivir en una ciudad diferente a la que actualmente vive; 40% de los hijos tenía como opción vivir fuera del hogar (solo, con un amigo o con un familiar o no fuera de su casa), el 71% de los padres señaló que el hijo o hija no estudia la profesión que hubiese querido para él. Para el estudiante es más fácil decir la Senescyt me mandó a tal o cual Universidad a decir que fue su elección y que prefiere vivir cerca de sus amigos que de la familia. De la misma forma, el estudiante le es más fácil decir el gobierno me eligió tal carrera, a decir que no escogió la profesión que deseaba el padre. Más aún es mucho más fácil decir la Senescyt no me dio cupo, a decir que la nota no me alcanzó de acuerdo a los cupos que ofertaba la universidad.

Con el SNNA, el estudiante ha podido elegir lo que realmente ha querido o deseaba, más allá de la voluntad familiar. Antes no se tenía la plena libertad para elegir, pero ahora la modernización tecnológica hace que existe una brecha entre hijos y padres. Solo el 51% de los padres vieron el momento que eligió el estudiante las 5 opciones. En este marco, el estudiante lo puede hacer con toda libertad. De hecho, es importante que se sepa que el 70% de los cupos asignados corresponden a la primera o segunda opción seleccionada.

A su vez, el estudiante ya no tiene pocas opciones. Antes, por ejemplo, en mi caso solo visité dos universidades de mi ciudad (Quito) para aplicar a la carrera de mi preferencia. Ambas tenían examen. En general existía un método de acceso en todo el sistema universitario porque no había libre ingreso y no había bancas para todos. Hoy el estudiante tiene en una pantalla las 2756 carreras de toda la oferta universitaria. Incluso puede elegir carreras que no necesariamente se oferten  en su ciudad. ¿Dar más opciones: aumenta o disminuye la libertad de las personas? Claramente, aumenta. Esto además ha permitido que las universidades se conviertan en espacios de encuentro en común intra-clase, intra-región, intra-etnia, intra-provincia, etc. Eso ayuda a mejorar la convivencia social.

No obstante, existe otro problema estructural. El 85% de los estudiantes elige entre sus 5 opciones áreas de conocimiento diferentes. Es decir, eligió medicina en la primera opción, en la segunda, sociología, la tercera arte, etc. La gran mayoría no sabe lo que quiere estudiar. No existe una orientación vocacional desde el colegio ni desde la familia. Este es un reto que el sistema de educación debe trabajar. ¡Imaginemos si a los 18 años no sabe lo que quiere!, ¿qué sucedía antes con el estudiante cuando a los 15 debían elegir una especialización? Lo más seguro es que elegían en función de donde estaban los amigos y aquello marcaba el rumbo de la profesión de toda su vida.

8. ¿Cuáles son los logros del cambio en el sistema de educación superior?
Son algunos. El primero haber democratizado el acceso a la educación superior. Solo para que se sepa. Antes de este gobierno, entre 1998 y 2006, la participación en la matrícula en la educación superior cayó 15 puntos porcentuales en el 40% más pobre de la población; del 2006 en adelante ha crecido en 101% en este mismo grupo poblacional. Vale señalar que en el período 98-06 únicamente aumentó la matrícula en el 30% más rico, mientras que en el 70% de la población disminuyó.

El segundo es que se ha creado una cultura de la calidad. Las autoridades, los profesores y los estudiantes demandan calidad. Quizá el ejemplo más claro es la marcha multitudinaria que hubo de la universidad de Guayaquil al enterarse que subió de categoría. ¡Antes era marchas con palos y piedras, ahora marchan con música y alegría por la calidad!

El tercer gran logro es un cambio en la actitud de los profesores frente a la investigación. Ahora existe un orgullo de publicar. Cada vez que visito una universidad los profesores con los cuales me encuentro me enseñan su última publicación en una revista indexada. No es casualidad que Ecuador sea el país, por cuarto año consecutivo, que tiene una mayor tasa de crecimiento en la publicación de artículos científicos en revistas indexadas, de la región (Scopus). La oposición discursivamente suele señalar que no ha habido autonomía. Mi pregunta es: ¿podía haber autonomía –como era en el pasado- en un sistema que no genere conocimiento y que sólo importe conocimiento para trasmitir a los estudiantes? Es como decir, ¿puede haber libertad de expresión sin libertad de pensamiento? “Pienso luego existo”. Creo que aquí aplica lo mismo. Resulta que en la época supuestamente con menos autonomía según la oposición es el momento histórico que más se ha investigado y generado pensamiento propio en función de las necesidades del país. ¡Irónico! El gobierno ha respetado “sagradamente” la libertad de cátedra, de investigación, de selección de sus profesores, etc., y nunca antes en la historia ha existido tantos recursos para la universidad como en este período de gobierno. Lo que sucede es que algunas autoridades se creen islas por fuera del país y quieren regresar a la autarquía y no rendir cuentas sobre recursos públicos de todos los ecuatorianos.

9. ¿Qué falta por hacer?
Mucho. Recién se ha sembrado la semilla y las raíces están pequeñas, pero son profundas. Es necesario seguir aumentando cupos para que incremente la matrícula. Sin demagogias, nuestra propuesta es llegar a un millón de estudiantes en la educación superior al 2021, lo que implica la universalización de la educación superior. Esta propuesta es responsable y no demagógica. Es viable conseguir esa matrícula pero con un comentario importante: manteniendo altos niveles de calidad. La universalización tiene que ser con calidad y pertinencia. Este incremento en gran parte debe ser en cupos de nivel técnico y tecnológico; y poniendo énfasis también en un cuarto nivel de excelencia.

No obstante, el reto del sistema de educación superior es el reto del país. Ecuador debe dejar de ser un país primario exportador y secundario importador, para lo cual debe orientar su esfuerzo en desarrollar tecnología, innovación y generar conocimiento a través de más investigación científica. Sino damos ese paso, como país no iremos a ningún lado y seguiremos siendo dependientes de los países denominados del primer mundo.

Nunca antes en la historia habíamos estructurado las bases para realmente apalancarnos en el sistema universitario y su talento humano como mecanismo de transformación social. Tristemente veo, que ningún candidato de la oposición habla de estos temas fundamentales y, como he podido señalar, han basado sus campañas en mentiras. Pobre democracia la nuestra que tiene que debatir sobre mentiras o demagogias. Creo que el nuevo Ecuador se merece un debate serio y de ideas. Ojalá podamos verlo en la última semana de campaña. Debe quedar claro que en la consolidación de un sistema de educación superior, ciencia, tecnología e innovación de calidad, pertinente y democrático está la posibilidad de la gran transformación que necesita este bello país llamado Ecuador.

Fuente:http://www.telesurtv.net/bloggers/Sin-demagogia-nuestra-propuesta-es-llegar-a-un-millon-de-estudiantes-en-la-educacion-superior-en-el-2021-20170213-0008.html

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Mejorar la calidad de los institutos terciarios

Por: Juan Carlos Iorio

Para afianzar la educación superior es necesario otorgarle mayor importancia a la evaluación de todos los establecimientos de enseñanza, incluso los institutos de nivel superior no universitarios. Una tarea que hasta el momento ha avanzado muy poco.

Más allá de las discusiones, legítimas muchas de ellas, sobre los rankings de las instituciones de educación superior que se elaboran en distintas partes del mundo, lo cierto es que el tema de la evaluación de la calidad, que está detrás de esos rankings, ha llegado para quedarse. En la Argentina, donde la recuperación de la educación constituye una exigencia ineludible del proceso de transformación y modernización de nuestro país, dicha evaluación se impone como condición necesaria para dar respuesta a esa exigencia.

El Nuevo Consenso Educativo, integrado por más de treinta asociaciones y varias universidades públicas y privadas, abrió un amplio debate destinado a elevar la calidad de la educación que, a pesar de la ingente cantidad de recursos que se le brindan, muestra un creciente deterioro. Como dice el Consenso en su declaración “Una nueva agenda educativa para el país”: “Las evaluaciones de la calidad y la información del sistema educativo son insumos fundamentales de ese proceso, deben confrontar a la escuela con su realidad para habilitarle los modos de mejorarla y deben operar como una referencia para el ‘contrato cultural’ de trabajo de los equipos docentes y de éstos con la comunidad”.
Como afirmara enfáticamente Maria Izabel Azevedo Noroña, representante de Brasil en el seminario internacional “Por qué y para qué la evaluación docente en América Latina” organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: “Sin evaluación no hay educación”. Ambas cosas van de la mano.

Como se afirmó en un artículo anterior, “La creación de la Coneau (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria), hace veinte años, significó un hito en la historia del afianzamiento de estos procesos en la Argentina. Ya son muchas las universidades públicas y privadas que llevan adelante su proceso de autoevaluación y se someten a la evaluación externa en forma periódica, como las que han acreditado carreras que puedan afectar el interés público, según lo que determina el Artículo 43 de la Ley de Educación Superior Nº 24.521 de 1995, y cientos los posgrados que han cumplido con la exigencia de acreditación.

Donde se ha avanzado muy poco es a nivel de los institutos terciarios. La mencionada Ley de Educación Superior, en su Artículo 5º, establece: “La Educación Superior está constituida por instituciones de educación superior no universitaria, sean de formación docente, humanística, social, técnico-profesional o artística, y por instituciones de educación universitaria, que comprenden universidades e institutos universitarios”.
Más adelante, en su Artículo 15º, Inciso g), determina que las jurisdicciones, entre ellas menciona específicamente a lo que en ese momento era la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, deberán “desarrollar modalidades regulares y sistemáticas de evaluación institucional, con arreglo a lo que estipula el Artículo 25 de la presente Ley”.

Estos dos artículos dejan bien en claro que los institutos de nivel superior no universitario, usualmente denominados institutos terciarios, no sólo forman parte del nivel de enseñaza superior junto con las universidades y los institutos universitarios sino que, como éstos, deben llevar a cabo su proceso de evaluación institucional, orientado a medir la calidad de su funcionamiento y de sus resultados académicos y profesionales.

Evaluación. Dada la existencia de una legislación nacional al respecto, la fuerza creciente con que se va expandiendo el proceso de evaluación en todos los niveles del sistema educativo y la creación a nivel de la Ciudad de Buenos Aires de un organismo de evaluación de la calidad educativa, se impone llevar adelante la evaluación sistemática e integral de los institutos de nivel terciario públicos y privados. Sin docentes de calidad no es posible siquiera pensar en una educación de calidad. Resulta indispensable, en consecuencia, contar con los instrumentos que permitan materializar esos procesos con la rigurosidad que los mismos requieren, más allá de subjetividades y apreciaciones personales, articulando adecuadamente los métodos y técnicas cuantitativas y cualitativas que las ciencias sociales disponen.

Esto lleva necesariamente a preguntarse: ¿con que parámetros y de qué manera debe llevarse a cabo esta evaluación? Es necesario contar con una clara respuesta a estas preguntas. Cosa que prácticamente ahora no ocurre. Como manifestara en un artículo periodístico el rector de la Universidad de Buenos Aires, Alberto Barbieri, lo primero es determinar el “modelo de calidad” específico que servirá como marco de referencia comparativo. Toda evaluación, de cualquier tipo que sea, intenta medir el mayor o menor grado de aproximación de la realidad a un modelo deseado. Ese es el modelo que hay que definir y al que se refiere el rector Barbieri cuando habla de “modelo de calidad”. Por supuesto que no es una tarea sencilla e involucra a una gran multiplicidad de actores, tanto del sistema educativo como de otros sectores del Gobierno y la sociedad. Definido el modelo, es necesario desagregarlo en criterios y estándares a fin de traducirlo en términos específicos para cada uno de los componentes y unidades a evaluar: planes de estudio, docentes, alumnos, egresados, infraestructura, equipamiento, etc. Por último, definir los indicadores empíricos en términos de las variables en juego, que permitan medir y evaluar el grado de aproximación de los valores de la realidad a los estándares propuestos por el modelo.

A tener en cuenta. Los objetivos de la presente propuesta son:
1. Determinar, planificar y articular las acciones necesarias para elaborar un modelo de calidad institucional de los institutos terciarios que permita llevar adelante un proceso de evaluación institucional, adaptado a las prioridades y particularidades de cada jurisdicción territorial.
2. Desagregar, a partir de cada modelo, los criterios y estándares correspondientes a los componentes y actores involucrados en el proceso.
3. Seleccionar los indicadores y elaborar los instrumentos de medición, recolección y procesamiento de la información para llevar adelante el proceso que permita conocer el grado de aproximación de la realidad al modelo de calidad propuesto

Fuente:http://www.perfil.com/universidades/mejorar-la-calidad-de-los-institutos-terciarios-0402-0123.phtml

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Acuerdan universidades trabajar en conjunto para impulsar innovación educativa en México

México/Diciembre de 2016/Fuente: Regional Puebla

Con el fin de intercambiar ideas en materia de innovación, sumar esfuerzos para elevar el nivel educativo del país y posicionar a las instituciones mexicanas entre las más importantes del mundo, los rectores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Alfonso Esparza Ortiz; de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers; del Tecnológico de Monterrey, Salvador Alva; del IPN, Enrique Fernández Fassnacht; y de la Anáhuac, Cipriano Sánchez, sostuvieron un diálogo y reflexionaron en torno al modelo de la Universidad Estatal de Arizona, una institución pública incluyente y comprometida con el bienestar económico, social, cultural y en salud de las comunidades que atiende.

En su intervención, Esparza Ortiz subrayó la relevancia de la responsabilidad social como tarea primordial de la universidad pública y el trabajo colaborativo entre las instituciones para concretar logros en materia de innovación educativa, así como en proyectos específicos en los que se aprovechen las fortalezas de cada una.

En las instalaciones del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Ciudad de México, tuvo lugar esta reunión sin precedente que aglutinó a los rectores de algunas de las instituciones de educación superior, públicas y privadas, más importantes del país. En ese marco, Michael Crow, presidente de la Universidad Estatal de Arizona (ASU, por sus siglas en inglés), presentó los alcances de la University Innovation Alliance, una coalición de universidades públicas de Estados Unidos enfocada a lograr que los estudiantes ingresen a la educación superior y mejoren sus resultados.

Michael Crow compartió un modelo de investigación, cuya misión y objetivos hasta el 2025 están determinados por liderazgo académico en excelencia y accesibilidad; establecer a la ASU como un centro global para la investigación interdisciplinaria, el descubrimiento y el desarrollo; calidad académica e impacto de los colegios y escuelas en cada disciplina; y mejorar su impacto local e integración social.

El rector de la BUAP refirió que «existen muy buenos investigadores que nos permitirán compartir conocimientos en diferentes disciplinas, evitar curvas de aprendizaje y generar un producto para su difusión y el beneficio de todas las instituciones. Esta parte es lo fundamental y nos va a generar un ambiente de participación, de compartir y, sobre todo, de dar y recibir».

Entre las acciones que la máxima casa de estudios en Puebla ha realizado en materia de innovación educativa, Esparza Ortiz señaló la construcción de laboratorios multidisciplinarios, compartidos por alumnos de licenciatura y de posgrado, así como por investigadores. Además, la adquisición de 90 hectáreas para el Eco Campus Universitario Valsequillo -un centro de investigación sustentable- y el desarrollo de complejos regionales en el interior del estado, con sentido de pertinencia social y beneficio para las comunidades. Un ejemplo de esto último es el programa de la Licenciatura en Medicina Familiar y Comunitaria, en el Complejo Universitario de la Salud, en Teziutlán, cuyo plan de estudios incluye los idiomas de la región, náhuatl y totonaco, para que los egresados ejerzan su profesión en sus lugares de origen.

Para superar los obstáculos en el aprendizaje de las matemáticas, que ocasiona que muchos estudiantes dejen de estudiar licenciaturas afines a éstas, el Rector de la BUAP informó sobre la creación de centros de investigación orientados a esta ciencia y acciones de mentoría para preparar a estudiantes que tienen mayor facilidad en esta asignatura y poseen dotes didácticos, con el fin de que ayuden a sus compañeros.

Finalmente, consideró que en el tema de la innovación educativa, también es necesario vincularse con la industria, saber sus requerimientos y necesidades, en qué área especializar a los egresados, con habilidades y competencias que reclama el mercado laboral.

Como conclusiones de la citada reunión, los rectores determinaron impulsar la colaboración entre las universidades mexicanas para retomar la experiencia de la ASU, un próximo encuentro en el mes de febrero, así como la coordinación entre los responsables del área de Innovación Educativa de cada una de las instituciones representadas. Además, trabajar en el diseño de tres cursos de modalidad mixta para promover la inclusión en la educación.

Fuente: http://www.regionalpuebla.mx/pipope/item/7543-acuerdan-universidades-trabajar-en-conjunto-para-impulsar-innovacion-educativa-en-mexico.html

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