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Entrevista a Rosa María Masson: La calidad educativa se ha secuestrado

16-05-2014/La Otra Mirada

En el marco de las entrevistas realizadas por Luis Bonilla (LB) en su programa “La otra Mirada” a propósito de la consulta internacional sobre la Calidad de la Educación realizada en Venezuela, durante el 2014, se presenta a continuación la reseña del encuentro con la maestra Rosa María Masson, pedagoga cubana, comparativista, investigadora de los fenómenos educativos y doctora en Ciencias Pedagógicas. Vicepresidenta de la sesión de Educación Comparada de la Asociación de Educación Comparada en Cuba y autora de varios artículos sobre «Tendencias de Políticas Educativas» en la región y sobre la Educación Comparada como ciencia, y autora principal del Libro “Educación Comparada. Teoría y Prácticas”.

L.B: Bienvenidos y bienvenidas, todos y todas, a este nuevo contacto internacional en el marco de la consulta por la calidad educativa. En esta oportunidad conversaremos con Rosa María Masson. Rosa es una pedagoga cubana, investigadora de los fenómenos educativos, comparativista que se ha dedicado a estudiar los últimos años el tema de las políticas educativas en la región y en el mundo. Bienvenida Rosa a este contacto internacional.

R.M.: ¡Muchas gracias! Gracias por la invitación!

L.B.: Rosa, comencemos con el tema concreto de la consulta ¿Qué es para ti el tema de la calidad educativa?

R.M.: Bueno, yo tengo cuatro miradas, por lo menos, sobre la calidad educativa. Hay una mirada que creo que es la que más me preocupa y me parece que ha sido el motivo por la cual tú estás haciendo esta consulta internacional, y es que la calidad se ha secuestrado Luis, es decir, la calidad está secuestrada por los organismos internacionales por un grupo de personas que hacen grandes foros internacionales, dicen, deciden, ponen los indicadores de que debe ser calidad y, nos han metido en ese lío a todos, es decir, todos estamos luchando por un ranking, buscando cómo acreditarnos, cómo tener una mejor universidad, cómo poder tener esa imagen de calidad que nos están dando todo el tiempo.Yo prácticamente lo único que hago es criticarla y tratar de encontrar cuales son los orígenes y porque estamos casi embelesados todos alrededor de ese criterio de calidad.

Hay otras aristas de la calidad o digamos otras miradas de la calidad que creo son muy poco tocadas y que a mi modo de ver serían la esencia de lo que estamos buscando hoy y que nos ayudará a encontrar un camino de cambio real, no de reformas sino real. Primero la concepción que tienen los maestros de calidad, no la que le explicamos en un postgrado o le damos a leer en un libro, sino las que ellos se forman en un aula y dicen. Por ejemplo: «Yo quiero con estos niños, con estos jóvenes o con estos adolescente lograr que aprendan a ser buenos seres humanos» En esta concepción de la calidad, apenas el maestro tiene conciencia de ella, pero definitivamente es la que va marcando su quehacer educativo todos los días. Ese es un tema que para mí falta mucho de investigar y sobre todo ponerla en la perspectiva del maestro, ¿Cuál es su modelo de calidad?, ¿Qué usted quiere enseñar ?, ¿Qué usted quiere educar?, ¿Para qué usted viene a este centro escolar, que va desde preescolar hasta la universidad? Esas preguntas el maestro las tiene que tener claras y, esas preguntas yo creo necesario podamos ponerla en perspectiva del maestro, esa es una.

La otra son los estudiantes. Yo no veo investigaciones, no he encontrado ninguna Luis, no quiere decir que no exista, investigaciones que le pregunten a los niños ¿Qué escuela tú quieres?, ¿A qué tú vas a la escuela?, ¿Por qué tú tienes que ir a la escuela todos los días? Pero que también lo pongan en perspectiva de un adolescente que se lo pregunten a un joven, que se lo pregunten a un universitario y más aún que se lo pregunte a las personas que abandonaron la escuela un día porque la escuela no le daba lo que estaban esperando. Eso hemos ido obviando y los estudiantes, los alumnos, las nuevas generaciones que en definitiva es lo que estamos formando, apenas los tenemos en cuenta dentro de nuestras investigaciones ¿Para qué es la escuela y qué ellos esperan de esa escuela?

Y la otra es la sociedad, siempre se dice como una regularidad, que estamos formando los hombres y mujeres del futuro, que estamos formando hombres ciudadanos que tienen que ver con su contexto con su país, pero ¿Qué espera el país de esa nueva generación?, ¿Esperan una generación calada, sumisa, que asuma, que diga que nuestro modelo es el mejor de todos, que el pasado es mejor que el presente, que el futuro es incierto?. Tengo la sensación que eso es lo que estamos esperando de nuestra juventud, y cuando la juventud se incomoda un poquito y sale a las calles como los chilenos, se pone a protestar un poquito, ya empezamos a decir que esos no son los muchachos que estamos formando o que esos no son los muchachos que queremos y lo que más podemos hacer es sacarlos rapidito de las escuelas para que dentro de los centros escolares no creen problemas. Por eso te digo, que este tema sobre la calidad educativa para mi es extremadamente imprescindible, no pensemos que vamos a cambiar nada, vamos a encontrar nuevas formas de hacer la educación, sino llegamos a la profundidad de lo que es el tema, repito, ¿Qué maestro?, ¿Qué concibe el maestro como perspectiva de calidad?, ¿Qué entiende un estudiante como perspectiva de calidad y, qué la sociedad como perspectiva de la calidad?

En estos días he trabajado en universidades privadas e increíblemente los profesores tiene las mismas inquietudes que los profesores de una universidad pública, las mismas inquietudes que pasan por no estar seguros de que lo que están enseñando, es lo que deben enseñar, por no estar seguros de cuál es el tema de valores que le estamos dando a los estudiantes, si estos son los sistemas de valores que van a funcionar en la sociedad y además tienen también en esa lógica, un aspecto que es el aspecto económico.

Por ejemplo, me llamaba mucho la atención que los padres llegan a la universidad y preguntan por las carreras más cortas, la que dure dos años y uno piensa, bueno el padre quiere una carrera universitaria corta que dure dos años  porque tiene que pagar menos y eso es una lectura muy simplista. Pienso que el padre pide una carrera de dos años porque sabe que la universidad solo te va a dar un título, pero no te va a dar, o no te está preparando para la vida porque esa preparación para la vida del muchacho la va a encontrar después en el mundo laboral, donde tenga que competir, buscar el espacio, ser creativo, tomar determinaciones que el currículo no se lo está dando. Por lo tanto ese padre busca un título, a mi modo de ver que sea más económico, que cueste menos y que el muchacho esté en condiciones de ponerlo en la sociedad. Y eso es preocupante, es decir, saber que las personas tienen tan poca fe de lo que se está enseñando en la escuela y en la universidad, creo que son pocos los padres que tienen niños en la edad escolar en los primeros años en el bachillerato, en la secundaria básica que cuando el niño sale de la escuela no busca apoyo en otras entidades o como se dice, unos repasadores, unas escuelitas o lo ponen en un grupo de arte, de música o lo pones en otros espacios y no es solo para tener el niño entretenido y no es solo porque tú que estás trabajando mucho, no tienes tiempo para atender al niño; es porque tu sientes de manera empírica, lo respiras y no sabes cómo decirlo en palabras, que tu niño, que tu joven o tu muchacho no está aprendiendo lo suficiente, lo que necesita para poder insertarse en la sociedad y, ser una persona de éxito y más que de éxito, que sea una persona satisfecha, que no llegue a la mañana a trabajar solo por dinero y porque hay que comer, es decir, que el trabajo sea un lugar en el que tú tienes buenos amigos, en donde tú puedes crear, en donde tú puedes tener buenas ideas, donde tú no vas a estar pendiente todo el tiempo, que si el jefe te va a echar un ojo, y la escuela no te está preparando para eso.

La escuela se está convirtiendo además, Luis, en un lugar peligroso, yo no entiendo cómo los niños son tan crueles, cómo logran tener esa violencia tan fuerte y antes uno lo veía en las películas americanas y pensábamos que estábamos lejos de tener esa violencia en la escuela. Desgraciadamente la violencia ha llegado también a otros espacios que no son los norteamericanos y llega de diferentes maneras, porque cuando el niño ya no quiere ir a la escuela porque lo que aprende no es atractivo, cuando el niño no quiere ir a la escuela porque además no tiene amigos en la escuela, tienen muchachos que se burlan de él, que son crueles, cuando la escuela es prácticamente un tiempo monótono, entonces para qué hacemos tantos foros internacionales para hablar de calidad.

En mi opinión es que los protagonistas esenciales de la calidad los estamos dejando afuera y hasta que no entremos en contacto con otras formas de ver la educación y con otras maneras de investigar, otras formas de conocer esos protagonistas e  indagar a esos protagonistas, seguimos haciendo grandes fiestas donde nos vestimos bonito para hablar de calidad, pero la vida sigue, la escuela sigue y nosotros los teóricos, los que nos creemos teóricos seguimos hablando de lo que quisiéramos nosotros que fuera la calidad.

L.B.: Rosa, tú no solo eres docente universitaria, no solo eres comparativista, no solo eres investigadora, también te has desempeñado como docente de aula eso también te da una mirada compleja de lo que es el fenómeno educativo y tu abordas en estos tres ámbitos, desarrollas uno que me parece de total interés en estos momentos, el tema del docente. La calidad fundamentada en el docente, es decir, el docente que se interroga ¿A qué se va a la escuela?, ¿Para qué es la escuela?, ¿Cómo lograr que el estudiante, el niño o la niña tengan un proyecto de vida y no solo de conocimiento formal? Eso implica repensar la formación docente intentando recuperar la centralidad de lo pedagógico, quizás no es el caso de Cuba, pero sí de muchos países de América Latina, pues, la pedagogía está de capa caída y, casi que la pedagogía está siendo cambiada por los expertos en currículo, los expertos en didáctica o ahora la moda: los expertos en la calidad de la educación, ¿Qué sugieres tú?, ese re-enfoque de la formación docente a partir de la recuperación de la centralidad pedagógica

R.M.: Mira, yo te voy a dar dos miradas de nuevo, es decir, veo las cosas de diferentes matices. Te voy a dar una mirada quizás social, el maestro es un profesional, el maestro tiene que creerse que es un profesional, no solo porque yo se lo diga o se lo diga otra persona, el maestro tienen que creerse que lo que está haciendo es una profesión, es una importante profesión, única profesión, porque es la única profesión que te permite entrar en la vida de otro. Es decir, uno va al médico cuando está enfermo y uno utiliza otros profesionales solo cuando lo necesitas un momentico, pero el maestro entre todos los días en la vida de otro y tiene la oportunidad como nadie de formar parte de la historia de otro, por lo tanto, hay que darle el valor de la profesión de los maestros.

Todos los que he conocido, son pocos los que sienten que son profesionales y hay un tema que escuché y hay que preguntar, que es el tema del salario y realmente creo que no estamos bien pagado en ninguna parte del mundo, quizás excepcionalmente en algunos lugares pero ¿Quién está bien pagado?, es decir, uno pregunta, ¿Qué profesional está bien pagado? No son solos los maestros  los que no tienen salarios dignos o salarios muy destacados y, desgraciadamente, el concepto de profesional en nuestras sociedades ha ido perdiendo crédito, los mejores que viven no son los profesionales. Nosotros los profesionales día a día tenemos que ganarnos el pan, por tanto el maestro se considera un profesional dentro de un mundo donde los profesionales no tienen, digamos el prestigio que podían tener hace veinte años.

Un segundo reto: las universidades pedagógicas o carreras pedagógicas tienen que ser un laboratorio de creatividad, no importa qué enseñas, si enseñas didáctica, currículo, qué cosa es calidad, tienes que saber enseñarlo de otra manera, porque en mis experiencias como maestra te puedo decir, que hay una manera de enseñar que no está escrita en ninguna parte, que es mi modo de actuación como maestra. Cuando yo estoy enseñando a otros a ser maestros, estoy enseñando a muchachos que quisiera que fueran maestros y eso es un contenido vivo, real que yo les estoy dando y que es un modelo, que al final trasmite conocimiento, valores y no está escrito en ningún proyecto curricular.

Yo creo que las universidades pedagógicas, tienen que ser dentro de todas las universidades los espacios que  forman maestros, los lugares donde los que estemos ahí dando clases tengamos la oportunidad de demostrarles a los que están aprendiendo, que hay mil formas de aprender, que no tienen que estar sentados en un aula, que se pueden salir a la calle, hacer investigaciones. Eso tiene que llegar de una manera precisa consciente a los espacios donde se están formando a los maestros para poder combinar las dos cosas, porque esa es la imagen social que debe ser un maestro profesionalmente y como tenemos que hacer de esa persona alguien creativo, que a su vez, enseñe a otros a ser creativos; que aprendan además a ser mejores seres humanos. A las universidades pedagógicas llegan los mismos muchachos que llegan a las otras universidades a veces con la imagen de que son los menos que saben, es decir, la carrera pedagógica puede ser quizás la última opción, pero yo he tenido experiencias maravillosas con estudiantes que han llegado a una facultad a una universidad pedagógica porque no tenían otra opción y nos hemos planteando que hay que primero ser los seres humanos ayudarlos a ser seres humanos, a entender lo que es leer, a entender porque hay que saludar porque hay que vestirse de otra manera, porque hay que tener otras expresiones y después le enseñas la pedagogía o le enseñas la matemática o le enseñas lo que ellos van a ser.

En una oportunidad tuve un grupo que no vivía en La Habana sino en la zona oriental y nunca habían visto el mar y los tuve que llevar al malecón de La Habana a que conocieran el mar, porque dentro de su experiencia como seres humanos nunca habían visto el mar y eso que Cuba es una isla. Entonces esa diversidad que me encuentro en el aula de un adolescente si trabajara en la enseñanza básica, es la diversidad que tengo de mis estudiantes como profesores, pero es más, Luis, es la diversidad que tengo con mis estudiantes cuando van a postgrado.

Cuba tuvo un proyecto maravilloso que fue una maestría masiva dirigida a maestros de escuelas, aquellos que en su proyecto profesional nunca pensaron en ser máster. Tuvo sus críticas, yo era Decana en ese momento de la Facultad de Pedagogía y el Rector nos dijo a todos: tenemos que ir a dar clases a la maestría masiva. Esa maestría consistía en la formación de los maestros de primaria y secundaria, se impartía a las cinco de la tarde después de las ocho horas de jornada laboral; era como una clase semi-presencial, le dábamos conferencia, bibliografías, conferencias grabadas y ellos se preparaban para el próximo encuentro.

Recuerdo que me fui a dar clases a un barrio de la periferia (nosotros no podemos decir un barrio marginal porque la marginalidad en Cuba tienen otras características, no porque tenga prejuicios sino porque tiene otras características), todas éramos mujeres, Luis, y todas negras, porque ellas vivían en un lugar donde predomina la clase negra y donde el oficio que las mujeres siempre hacen o la mayoría hacen, es ser maestra. Para ellas era un gran acontecimiento y a las dos horas de estar con aquellas mujeres empecé a descubrir que habían hecho libros de historia porque como ellas venían de bario donde había mucha violencia, donde los niños andaban en la calle casi todo el tiempo, donde se vivía de otra manera, ellas querían enseñarle como fue Camilo Cien Fuegos de niño, las maldades que pudo haber hecho Camilo Cien Fuego de niño, Ernesto “Che” Guevara, Maceo. En fin, sacaron todos los patriotas que estaban en el currículo oficial, Luis, y habían hecho un anecdotario, una investigación sin saberlo. Asimismo, me encontré otras que habían hecho libros de matemática, de problemas de matemática, entonces tú te imaginas que yo llegara con mi título de Doctora, con todos esos años, con toda aquel glamour de ser la Decana de la Facultad, encontrarme con aquellas señoras que trabajaban más que yo porque trabajaban hasta diez horas diarias, porque cuando tu llegas a una escuela a las cinco de la mañana y te vas a las seis y media de la tarde con un aula de veinte o veintiséis niños, eso si que es trabajo.

Ellas me enseñaron lo que yo nunca pensé encontrarme y cuando empecé a hable de Vygotsky y sus zonas de desarrollo próximo, “¡qué zonas de desarrollo por Dios!”. Ellas habían aprendido mucho más de lo que yo podía darle en concepto, entonces hice aquello como un gran juego y les dije: “Ustedes me dan sus experiencias y yo de pedagoga le voy a poner los nombre que dice la Ciencias que tienen esas acciones que ustedes hacen cotidianamente”. Ese fue un semestre maravilloso. Fui a su escuela, defendieron sus trabajos de Maestría y fueron mujeres felices, se sintieron reconocidas en la escuela, eso es lo que yo aspiro cuando te hablo de calidad: Encontrar esos espacios donde la calidad habla de resultados reales y donde los niños que están percibiendo de esas maestras lo mejor que ellas pueden darles, tengan en la escuela una experiencia de vida que en la escuela quizás no se la están dando no se la está dando la sociedad, pero que sepan que hay un lugar bueno donde la gente son lindas y que se puede vivir mejor. Si logramos eso, creo que estamos hablando de calidad.

Hay una película Cubana llamada: “Conducta”, que se ha discutido mucho en La Habana con los maestros, el relato dice que: Carmela, la maestra de conducta no le importaba más que ese par de muchachitos ,que estaban en desventaja, tuvieran una experiencia feliz en la escuela y los defendía como se defiende a alguien que se quiere mucho. Ella no podía ser la buena de todos, pero era la maestra que había que respetar y conocía el alma de esos niños (ese el tipo de personalidad, Luis, que creo hay que saber explicarnos y hay que hacernos sentir).

Técnicamente yo solo criticaría que no creo que sea la mejor a la hora de hablar de la calidad, a mí me dejas para lo otro, para los maestros, para lo vivencial que por ahí va mi teoría. El maestro tiene que tener experiencias lindas cuando aprende a ser maestro, tiene que sentir que ser maestro es importante y es en las universidades pedagógicas donde hay que ponerles eso, lo vivencial. Con esto no es que este negando la pedagogía ni la didáctica, son extremadamente importante, para saber el objetivo, como organizar el contenido, qué métodos aplicar. Eso hay que saberlo, eso es ciencia, eso no es empírico, pero el arte de educar hay que ponerlo en la perspectiva del aprendizaje.

L.B.: Rosa tu hablaste de otra mirada que tiene que ver con los jóvenes, con los estudiantes, con los que van al aula. Ahora bien, unos de los objetivos de nuestro sistema educativo, casi como un identificador es que procura la construcción de ciudadanía y ésta significa también: la repolitización de los jóvenes, es decir, no de participación pero si de pensamiento político, sin embargo, hay un sector amplio de la juventud que se sigue alejado de la política como proceso de transformación planteando, que la escuela no logra cumplir con esa meta. A mí me llama la atención un grupo incluso cubano llamado “Buena Fe”, que en una de sus canciones (que son muy escuchadas aquí en Venezuela) habla de “Cuídate de la política que así como te sube te deja con el cuerpo afuera”, es decir, que implica un cuestionamiento a una forma de hacer política, hay también hay una tarea pendiente de nuestro sistema educativo de cara a los jóvenes ¿cómo resolver ese cuello de botella Rosa?

R.M.: Escuchándolos Luis, sin tenerles miedo y estar sin prejuicios; ¿Por qué yo tengo que esperar que los jóvenes piensen igual que yo?, ¿Por qué yo tengo que esperar que se vistan, que se peinen, que hagan la poesía la música igual que yo? Nosotros fuimos una generación privilegiada, Luis, nuestros padres de la generación que nos precedía nos regalaron sueños, nos decían que había que luchar por los sueños. Hay quien les costó la vida luchar por los sueños, pero era una época de romanticismo de lucha de que el mundo era posible, los hippies se criticaban pero salía a la calle a luchar por una educación mejor, por una vida mejor. A veces miro a los jóvenes y me digo ¿Qué mundo les estoy dando como herencia? Corrupción, políticos que no se comprometen, políticas que se vuelven viejas y al final no escuchan, te dicen que hay dialogo pero no hay dialogo. ¿Qué mundo les estoy regalando? No les estoy regalando ni un sueño, les estoy diciendo que hay que seguir identificándose por algo que ni se sabe lo que es.

Entonces, cuando los veo ajenos, tan distantes de nuestra generación, de nuestro proyecto creo que es porque no hemos sabido establecer las autopistas y cuando el joven o los jóvenes se acercan a nosotros tenemos una mala magia de ponerlos a nuestra semejanza, es decir, el muchacho que ayer era rebelde y estaba en la calle o estaba en la universidad luchando por derechos ya logramos que se acerquen a nosotros como adultos que tenemos responsabilidad y lo empezamos a domesticar para mal, con frases como: “Cállate la boca”, “ya tú no tienes que estar hablando tanto”, “ya tu representas otro poder”, el resultado es que el muchacho en seis meses ya es semejanza de lo que no quiso ser y de lo que estaba luchando en la calle.

Mira la Revuelta de Chile para mí fue una gran enseñanza ,tú te imaginas que sean los muchachos los que le digan a los padres que estaban dormidos, que se habían dejado comer por el neoliberalismo y que nadie protestaba por eso y la explicación que se daba técnicamente por lo menos la que más me llegaba a mí era que ellos luchaban porque sus padres tuvieron más oportunidades de educarse que ellos, es decir, ellos iban a tener menos posibilidades de educarse que lo que tuvieron los padres, formarse profesionalmente y que uno queda endeudado de por vida para hacerse profesionales. Pero luchaban más que por eso, Luis, lo hacían porque querían en un proyecto de país donde soñar tiene que ser parte de ese proyecto; donde no es solo llenarse de dinero, de equipos electrodomésticos y de cosas, hay que soñar y tenemos que ayudar a los jóvenes de que esos sueños se canalicen por buenos caminos, que no se marginalicen con drogas, que la violencia no sea la expresión, pero hay que olvidarse de la edad que tenemos que es muy difícil.

Siempre digo que la que se pone vieja en el aula soy yo, siempre tengo estudiantes de veinte años en el aula y hace treinta años que tengo estudiantes de veinte años en el aula, es decir, me han pasado treinta años por encima a mí, para olvidarse de las malas experiencias, hay que saber escuchar y hay que encontrar los mecanismos para llegar a ello. Los jóvenes están pidiendo a gritos que los ayudemos, Luis, no el mundo que creemos tú y yo que es el perfecto, el magnífico, que para nada es perfecto ni magnifico. Es su mundo, el de hoy, el que van a tener mañana porque ellos son el futuro de mañana y los maestros debemos tener de esa ciencia-ficción que tanto te gusta a ti; tenemos el deber de soñar qué va ser dentro de cinco años estos países, tu país, el mío de nuestra región, ¿Qué va a ser? Y modelárselas y decirles miren ustedes van a tener la oportunidad que no tuve yo, luchen por este modelo que no es ganar dinero, que no es drogarse, que no es buscar la vía más fácil para hacerse millonario, sino es soñar una tierra más linda, más solidaria, yo creo que a lo mejor no es nada técnico amigo, es decir, te estoy hablando de muy poca técnica, pero te estoy hablando de algo que siento, a veces lo veo en mis hijos y digo: “Ustedes son Peter Pan, viven eternamente jóvenes, quiere ser eternamente jóvenes, más que jóvenes adolescentes”. Y cuando lo comento con otros educadores me dicen: “¡Ay!, mis estudiantes son iguales, no quieren crecer”.

Es un signo de que en la sociedad que le estamos brindando es mejor quedarse chiquitico, es mejor quedarse como Ernesto en la casa en una escuelita linda donde está protegido, entonces eso lo tiene que llevar a una reflexión seria, importante donde tu y yo estemos en el público y que sean los jóvenes los que estén en el panel hablando, pensando, diciendo ¿Qué pasa con la tecnología?, ¿Qué pasa con su problema?, ¿Cómo es la sexualidad?, ¿Qué experiencias de sensualidad tienen? En fin todas esas cosas que tu y yo sabemos que les preocupa, pero que no es lo que yo creo que ellos ven, sino por como ellos creen, ven y viven esas experiencias, amigo, esa es una asignatura que tenemos que estudiar .

L.B.: Rosa, si tuvieras que hacer una recomendación a los sistemas educativos de la región. Tres recomendaciones fundamentales para avanzar en una educación inclusiva de calidad, ¿Cuáles serían esas tres prioridades, Rosa?

R.M.: Primero que somos diversos en todos los sentidos y la escuela tiene que aprender de esa diversidad, esa es la primera recomendación. Hay que estudiar más acerca de la diversidad que va desde todo, es decir, mi historia de vida me hizo diferente a ti, aunque fuéramos hermanos, eso es importante. Segundo todos podemos aprender, todos somos buenas personas, lo que va pasando de malo es porque nos van pasando cosas en el camino, pero siempre hay que mantener ese espíritu de que lo que tengo adelante es una buena persona que puedo formar que va a aprender de otras maneras quizás pero va a aprender. Tercero, la escuela tiene que saber atender la diversidad en todas las manifestaciones y entender que todos los que llegamos a la escuela o los que estamos en la escuela, somos personas que se nos puede educar desde nuestra diversidad y trabajar por un optimismo, por algo que es positivo y que si puede ser y tratar, de que lo negativo de este mundo vaya bajando el rating, vaya bajando el perfil. Si no la pregunta hasta uno mismo se la hace ¿para qué me estoy sacrificando tanto?, ¿para qué estudio tanto? Si al final uno lo hace que ya tiene edad que sabe que quiere y tiene una personalidad constituida, digamos que a un muchacho tú le estas dando desde la mañana puras malas noticias, malos ejemplos, bueno ellos dirán yo me voy por el camino más fácil yo no me voy a complicar mucho más, así sería la escuela que yo recomendaría y que dirigiría además.

L.B.: Rosa para ir cerrando este primer contacto internacional en el marco de la consulta de la calidad educativa me gustaría que le dijeras un mensaje a los maestros, a las maestras, a los profesores, a las profesoras venezolanas que están discutiendo en sus aulas en sus centros educativos el tema de la transformación educativa con calidad.

R.M.: El primer mensaje, Luis Bonilla, es que tienen el privilegio que creo que pocos maestros tienen y así lo tienen que ver, yo no te lo había dicho antes apenas hemos conversado desde hace mucho tiempo. Tu siempre andas muy a prisa y no me haces mucho caso, pero creo que Venezuela está haciendo algo inédito, poner en boca de los maestros, en boca de muchas personas, en boca del país, qué quieren, qué clase de educación quieren, qué proyecto de educación quieren; por eso los maestros venezolanos tiene que tener eso como conciencia que lo que está pasando en su país es inédito. La revolución es inédita, todas las revoluciones son inéditas, pero bueno a veces por ser cotidiano uno cree que no es inédito, eso es la primera cosa que yo creo que tiene que llegarle al maestro. Tienen una oportunidad de discutir política que pocas personas tienen como profesionales en este mundo.

Segundo, lo que está recogiendo ese sentir hay que saberlo canalizar porque si no se queda en una gran frustración y lo otro seria, recoger y canalizar no es para los maestros seria para los que van hacer política o van a continuar haciendo política, me estas pidiendo un mensaje para el maestro. Primero que esa es la oportunidad que tienen que saber aprovechar, y segundo que no lo vean desde el otro, sino a través de su propia experiencia, como yo en mi espacio escolar, en mi escuela que puede quedar en un cerro que puede ser en Táchira o puede ser ahí en Parque Central. Como yo desde ese espacio hago mío una concepción de calidad y hago mía un proyecto de calidad con el proyecto que tengo adelante que además cada maestro sabe que cada año ese proyecto debe ajustarse para los nuevos estudiantes que vienen llegando, eso necesita, Luis Bonilla, quizás escuchar todas esas entrevistas que tu estas dando para que vean cómo se ve la calidad desde una mirada de un banco desde una mirada más humanista y que vayan encontrando también esos referentes. Que digan: bueno la mía es puramente cognitiva, me interesa solo que aprendan a leer y escribir, no me interesa nada más y si eres consecuente con eso, yo te aplaudo, si eres consecuente desde la mañana a la tarde, si a ti lo único que a ti te interesa es ir a la escuela a que los muchachos aprendan a leer a escribir y las matemáticas y la tecnología , yo te lo aplaudo, pero tienes que ser consecuente con tu propio proyecto, si tu proyecto es que los muchachos conozcan la naturaleza, que tengan una actitud consiente con todo esto del medio ambiente, está bien si eres congruente con tu proyecto y haces tu proyecto de calidad.

Si ustedes logran que los maestros venezolanos vean esto como una gran oportunidad de hacer política y que esa gran oportunidad se puede concretar en un proyecto político del aula con lo que se crea en mi aula, yo debo convertir esa calidad en real,.

En México estos días han sido increíbles, yo nunca había venido a México, nunca había tenido la oportunidad de trabajar en una Universidad privada. Aquí he encontrado cosas como las mismas que encontré en Venezuela, las mismas preocupaciones, los mismos deseos de aprender, las mismas que encuentro en Cuba, las misma que encuentro en Nicaragua y vale la pena amigo, vale la pena seguí indagando, estudiando y luchando por un mundo mejor, porque definitivamente nosotros somos del equipo de los optimistas .

L.B.: Gracias a Rosa María Masson, pedagoga Cubana quien se encuentra en estos días trabajando en México, por su opinión por habernos expresado su punto de vista, respecto a la calidad educativa en esta consulta internacional por la transformación de nuestro sistema educativo, Gracias Rosa.

R.M.: Muchas gracias a ti, nos vemos.

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¿A quién le importan las notas?

Javier Martínez Aldanondo

 

 

calificaciones

 

En marzo se inicia el año académico en el hemisferio sur y comienza a vislumbrarse la recta final en el norte. En ambos casos, las notas de los estudiantes son el factor que genera la máxima preocupación para absolutamente todo el mundo.

Para los profesores porque se trata del indicador exclusivo para comprobar si sus alumnos aprenden. Y recientemente se han convertido en el principal instrumento para premiarlos (cuando las notas de sus cursos son buenas) o castigarlos (cuando son malas).

Para los padres porque es el único elemento que les permite saber si a su hijo le va bien o mal en el colegio, y por tanto, si tienen un niño inteligente, responsable y obediente o un niño tonto, rebelde y con déficit atencional. La mayoría de peleas en el seno familiar tienen su origen en las notas.

Para los dueños y directivos de los establecimientos educativos porque se convierten en su gran herramienta de marketing y venta: “matricule a sus hijos en este colegio y le aseguramos una nota de X. Recuerde que usted está comprando la garantía de que su hijo estudiará la carrera que quiera en la universidad que desee”.

Para los políticos porque los resultados de las pruebas nacionales (SIMCE, Inicia, PSU, Selectividad) e internacionales (PISA) son el argumento perfecto para responsabilizar a los profesores y a los alumnos cuando los resultados son malos o atribuirse el mérito, las pocas que veces que son buenos.

Para la industria inmobiliaria porque mientras el modelo se base en impartir clases en aulas físicas y realizar exámenes presenciales, su negocio de construcción continuará boyante. Por suerte, hay arquitectos que no comparten esa visión.

Y desde luego, para la industria editorial que sigue enriqueciéndose mediante la venta de libros caros y mediocres a un mercado cautivo que no tiene libertad para escoger. Y también para los actores del grosero negocio de la pseudo-educación (preparación de exámenes y evaluación) donde florecen todo tipo de academias, cursos, libros, metodologías milagrosas y aplicaciones informáticas que siguen aprovechándose de tanto incauto que solo quiere “lo mejor para el futuro de sus hijos”. Aquí tienen un ejemplo de este lucrativo negocio en acción.

¿Y para los niños y jóvenes? Las notas les importan porque todo su entorno les presiona de manera tan asfixiante que no tienen cómo escapar, llegando a veces a extremos trágicos. ¿Quién puede olvidar el miedo previo a la recepción de las notas después de los exámenes? ¿Y el terror de llegar a casa con malas notas? Las notas son el elemento que más condiciona la vida de un joven desde que entra al colegio hasta que termina la universidad porque toda su trayectoria se mide en función de ellas. Las notas influyen de manera tan injusta, que obtener malas calificaciones, aun teniendo una vocación definida, te impide dedicarte a lo que realmente te apasiona. Eres lo que tus notas dicen. Si sacas buenas notas, puedes estar tranquilo y si no es así, prepárate a sufrir.

Pero la verdad es que todo eso no es más que una inmensa mentira porque las notas no tienen ninguna relevancia. No somos números. El año pasado, una noticia escandalizo a la opinión pública chilena: alumnos de Ingeniería de la Universidad Católica – una de las carreras más apetecidas en la universidad más prestigiosa del país- fueron descubiertos copiando masivamente. La conclusión y el mensaje son inequívocos: los futuros líderes del país no tienen ningún interés en aprender sino en aprobar (que es muy distinto) de la manera que sea. Lo que importa es obtener un título. Todos sabemos que una vez superas el último examen de la última asignatura de la carrera, las notas jamás vuelven a aparecer en tu vida. Una pesadilla recurrente entre los adultos consiste en soñar que todavía te falta un examen para terminar la carrera. Pero además, las notas nos engañan: El 93% de los profesionales reconocemos que seríamos incapaces de aprobar los mismos exámenes que hicimos en la facultad. ¿Sacarías mejores notas que tus hijos en cualquier examen de su colegio o en la prueba de acceso a la universidad? Intuyo la respuesta pero si tienes dudas, prueba con este simple test.

¿Quiere eso decir que tus hijos –que “saben” más que tú- podrían ocupar tu puesto de trabajo? Si no te acuerdas de lo aprendiste, significa que estudiar lo que estudiaste no tiene sentido y de la forma que estudiaste tampoco. Hoy Sócrates diría “solo sé que no sé nada porque lo que sabía se me olvidó”. Pero lo más grave de todo es ¿tiene eso alguna importancia? No parece que te haya ido tan mal a pesar de “saber” menos que tus hijos. ¿Las notas han tenido impacto directo con la forma en que se ha desarrollado tu vida? ¿Elijes a tus amigos o a tu pareja por sus notas? ¿Crees que de verdad que a tus clientes o a tu empresa les importan tus calificaciones? Hace 3 años el jefe de RRHH de Google declaraba que el expediente académico no sirve para nada . ¿Tu jefe te hace un test cada mes y te paga tu sueldo en función de cuantas preguntas respondes correctamente?

Durante tu vida adulta, los exámenes te los hacen diariamente tus clientes, tus compañeros de trabajo, tus competidores, tu familia, la sociedad entera, pero para aprobarlos, no tienes que memorizar asignaturas ni contestar tests de respuesta múltiple sino que tienes que hacer cosas que aporten valor. Saber no es suficiente. No te equivoques, que hayas estudiado no significa que sepas pensar.

¿Cómo hemos llegado a este despropósito? La explicación es sencilla: Evaluar el aprendizaje es algo muy complejo ya que se trata de un fenómeno que ocurre en el cerebro y es muy poco lo que sabemos respecto del funcionamiento de nuestro órgano fundamental. El sistema educativo se diseñó partiendo de la premisa diabólica de que su misión consistía en ordenar a los niños de más listo a más tonto para decidir quiénes seguían estudiando en la universidad y quienes iban a trabajar. Para clasificarlos, inventamos un método artificial y perverso que les hace rivalizar entre ellos. Las notas son el señuelo que colocamos para hacer competir a los niños. Igual que los perros en el canódromo, persiguen una presa falsa que no les conduce más que a estresarse.

¿Tiene sentido comparar a unos niños con otros y que aprendan lo mismo si todos son distintos y harán cosas diferentes en su vida? Aunque la realidad nos demuestra que el sistema es absurdo, un ejército de académicos eminentes (que “aprendieron” con clases expositivas y sacaron buenas notas) lo defienden a capa y espada con argumentos sofisticados para que siga inamovible y nadie se atreva a cuestionarlo. No entienden que la educación es un proceso de siembra, donde los resultados importantes (y no las actuales notas inservibles) ocurren a largo plazo, muchos años después, cuando esos niños se conviertan en ciudadanos responsables.

Veámoslo objetivamente. ¿Podrías predecir que alguien va a ser un buen profesional en cualquier disciplina por sus notas? Todos tenemos amigos que jamás se distinguieron por su brillantez académica y han desarrollado carreras profesionales envidiables. Esos exámenes generales y comunes a todos ¿te aseguran quién será buen ingeniero, abogado o profesor? En absoluto porque no se parecen en nada a las competencias que se requieren para ejercer cada una de esas profesiones. ¿Qué mide una nota? Evalúa tu capacidad de seguir instrucciones, estudiar contenidos y repetirlos al pie de la letra. ¿Se trata de habilidades esenciales en la vida de las personas? Tampoco. Más bien, estamos menospreciando el inmenso potencial del cerebro. Las notas de un niño no son ni un predictor de cómo le irá en la vida ni tampoco un indicador de su capacidad de aprender. Nos hablan más de la motivación del alumno por tener éxito que de aprendizaje. Porque cuando de verdad algo te interesa, no te acuerdas de las notas ni necesitas premios sino que aprendes y te esfuerzas por el placer de progresar, de demostrarte a ti mismo que eres capaz, que no te rindes.

Es cierto que para estudiar y sacar buenas notas, se requiere un cierto grado de concentración y de esfuerzo. Pero en absoluto estamos frente a habilidades decisivas. De hecho, es al revés. Dado que lo importante en la vida son intangibles difíciles de medir (pensar, colaborar, aprender, comunicar, ser creativo, curioso, manejar la autoestima, etc), hemos organizado el sistema educativo para que enseñe aquello que luego podemos medir fácilmente en un examen: la geografía, las matemáticas, la física, el lenguaje, la historia tienen respuestas correctas, se pueden enseñar con un libro y una pizarra y se pueden evaluar a través de un examen escrito a miles de alumnos. Más fácil imposible. Para el sistema educativo y para el resto de la sociedad, el conocimiento está codificado en libros y por tanto es transmisible lo que simplifica su manipulación. Para medir la educación, nos tuvimos que inventar las notas mientras que para medir el aprendizaje no hacen falta números. ¿Cuántos estudiantes protestan cuando un profesor les dice que lo que está explicando no entra en el examen? ¿Y quién se queja, si eliminas el examen y le regalas la máxima nota, porque quiere aprender? Dado que enseñamos aquello que es fácil de medir en un examen, los alumnos sólo se interesan por las notas y a los profesores se les evalúa por los resultados de sus alumnos. Cuando el objetivo es pasar de curso, el aprendizaje deja de tener importancia. Mientras evaluemos como lo hacemos hoy, el sistema seguirá igual: enseñando contenidos con libros y pizarra y memorizando para el examen.

Por si tenían dudas, el fenómeno es internacional: El examen de selectividad en China está severamente cuestionado. En EEUU, los malos resultados en los tests tienen a la educación sumida en una grave crisis mientras el país lidera el mundo en emprendimiento e innovación. Curioso.

¿Es imprescindible evaluar? Sin duda alguna. Necesitamos verificar que las personas están capacitadas para realizar aquellas tareas que les exigimos que aprendan. La sociedad tiene que recibir garantías de que un médico o un electricista cuentan con las competencias requeridas para desarrollar su profesión. El objetivo de la evaluación es comprobar que eres capaz de hacer cosas que antes no podías. Las notas nunca son el objetivo sino la consecuencia.

Y si no es mediante un examen, entonces ¿cómo evaluamos? El ejemplo más universal de cómo evaluar el aprendizaje es el examen de conducir. Claro, debes hacer un examen teórico bastante inútil. Pero ningún país serio te entrega el carnet por aprobar dicho test sino que se preocupa de comprobar que sabes conducir. El proceso es muy simple: te colocas a los mandos del vehículo y un experto (no teórico sino práctico) te acompaña y te solicita que realices una serie de maniobras para verificar tus competencias. Si las ejecutas adecuadamente, quedas habilitado (sin que haga falta una nota) y si no lo haces bien, debes seguir practicando hasta una nueva oportunidad. Cuando tienes que mostrar competencia (saber hacer), las trampas son más difíciles porque no puedes copiar ni te pueden “soplar” la respuesta. También se elimina el factor suerte (que te pregunten justo lo que estudiaste o que elijas por azar la alternativa correcta). Es evidente que evaluar de esta forma es mucho más complejo y más caro y por eso hemos escogido el camino fácil. Pero es aquí donde la tecnología nos puede echar una mano. Estamos en la era de los computadores y el uso de la tecnología solo se va a intensificar. El modelo actual está pesimamente diseñado porque evaluamos lo que se sabe y no lo que se es capaz de hacer. Por eso tenemos legiones de alumnos inventando todo tipo de estratagemas para aprobar y profesores buscando desesperadamente maneras de evitar el fraude.

Conclusiones.

Un profesor belga pidió a sus alumnos que completaran la siguiente frase:

El gato tiene _____ patas, y el pájaro _____ .

La mayoría de los alumnos escribieron la respuesta esperada “4” y “2”. Excepto un alumno que escribió “El gato tiene malas las patas, y el pájaro está triste”. ¿Qué nota debería darle el profesor? ¿Un “0” por no haber encontrado la solución correcta? ¿Dos notas diferentes una por convergencia y otra por divergencia (creatividad)?

El actual sistema de evaluación es nocivo. El desempeño académico es solo una de las múltiples facetas del ser humano y no de las más importantes. Sin embargo, nuestros jóvenes están convencidos de que las calificaciones obtenidas a lo largo de su trayectoria educativa definen su vida, tanto el éxito como el fracaso. Creen que las notas son la única forma que tenemos de demostrar el talento y capacidad de un ser humano. Y cuando no obtienes buenas notas, el mensaje de la sociedad es cruel: no sirves, no serás nada en el futuro.

Formar empleados que obedezcan sin rechistar pudo ser útil durante siglos para sociedades verticales y organizaciones fuertemente jerarquizadas pero ya no sirve. Mientras las empresas eliminan los rankings internos y las evaluaciones de desempeño, el sistema educativo insiste con ellos explotando un negocio deleznable. La comparación puede sonar cruda el colegio funciona igual que el circo desde que abandonamos la noble tarea de educar. Los niños, como los leones o las focas, son amaestrados por sus profesores para ejecutar un amplio repertorio de piruetas. Los “buenos” col egios amaestran mejor a los niños que los malos colegios, pero siguen enseñando las mismas piruetas sólo que de forma más eficiente y cobrando mucho más caro a los padres. Algunos profesores son más diestros en enseñar esas piruetas pero la mayoría están aburridos de enseñar siempre las mismas y cabreados al comprobar que a sus alumnos no les interesan lo más mínimo y las olvidan al poco de haberlas aprendido. Algunos niños son más rápidos en aprenderlas y a otros les cuesta más trabajo (los que no lo logran son expulsados). No importa si esas piruetas que aprendes te serán útiles en el futuro o si te interesan ya que el objetivo es pasar a la siguiente etapa y para eso necesitas complacer a tu profesor ejecutándolas cómo espera que lo hagas (y no como a ti se te ocurra aunque te parezca más divertido o innovador). Se evalúa a los niños por lo bien que son capaces de repetir las piruetas pero, ojo, siempre por escrito y tus padres verifican tu pericia mediante las notas. Ni hablar de imaginación, ni rastro de pensamiento propio, el pescadito solo se gana siendo complaciente y haciendo lo que se te pide.

Hace 1 semana, un diario financiero publicó que el 65% de los niños que ingresa a la educación básica, trabajará en empleos que hoy no existen. Las notas siguen midiendo una parte menor del mundo (asignaturas desfasadas que no tienen nada que ver con la realidad que te espera) y fomentando las habilidades menos valiosas: memorizar sin entender (en la mayoría de los casos) y repetir. Para obtener una nota, escribes o hablas pero no haces lo que tiene consecuencias funestas. Si las notas son tan poco representativas, si no tienen apenas impacto en tu vida y miden temas menores ¿por qué les seguimos dando tanta importancia?

Cuando se colocan las grandes decisiones sobre educación en manos de economistas e ingenieros, se está reafirmado que el aprendizaje es una cuestión de números. Por eso, todo el aparato educativo público trabaja abocado a aquello que se puede medir, solo se preocupa de las estadísticas (de cuantos niños asisten, de los presupuestos o de las notas). Cualquiera que sepa de aprendizaje sabe que medirlo con cifras es una falacia. Las notas son un pésimo mecanismo si queremos evaluar el aprendizaje. Necesitamos construir una escala para evaluar el conocimiento mucho más robusta y menos banal que la que venimos padeciendo hace años: desarrollar un procedimiento que reconozca con mayor detalle y de forma objetiva, lo que sabes hacer y lo que te falta, en lugar de cuanta información eres capaz de recordar un día concreto.

La educación que tenemos demuestra que no hemos pensado como será el mundo dentro de 20 ó 30 años, cuando los niños que están empezando el colegio se gradúen de la universidad. Si será distinto y condicionado por la tecnología, entonces debemos prepararlos para ese futuro y no para el pasado. Un mundo diferente requiere de otras personas, otros valores y habilidades, otra educación y otra manera de evaluar. Tenemos que recuperar el placer por aprender. La decisión de fondo es: ¿educamos para que te vaya bien en el examen o educamos para que te conviertas en una persona creativa que persigue sus propios intereses? ¿Buscamos ciudadanos eficientes, trabajadores productivos que contribuyan a mejorar los resultados de sus empresas (y los bolsillos de sus accionistas) o ciudadanos libres, independientes y exploradores, capaces de entusiasmarse y aprender? Si la propuesta educativa es débil, los ciudadanos no se cuestionan, no participan ni proponen, no critican ni vigilan. Como acertadamente comentaba un caballero en una sección de cartas al director, hoy estamos ante el triunfo de los borregos. ¿Será eso lo que interesa? Las mentes de los niños son la materia prima más importante del universo. Llegó la hora de aprovecharla.

“Todos nacemos con alas, nuestra tarea es aprender a volar”.

Javier Martínez Aldanondo

Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria

jmartinez@catenaria.cl y javier.martinez@knoco.com Twitter: @javitomar

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¿Cuáles son las ventajas de la jornada escolar extendida?

Mercedes Mateo-Berganza y María Luisa Iribarren

EDUCACION ALTERNATIVA

En Paraguay, la mayoría de las escuelas públicas tiene una jornada escolar corta, de apenas cuatro horas. Los niños que van a clases, ya sea por la mañana o por la tarde, pasan el resto de su día en casa o en las calles, muchas veces sin la supervisión de un adulto. Y, lamentablemente, las posibilidades de estos niños de recibir estimulación de calidad fuera de la escuela suelen ser muy diferentes entre niveles socioeconómicos. Pero hay buenas noticias: se está haciendo un gran esfuerzo al respecto.

El Ministerio de Educación (MEC) ha desarrollado un ambicioso plan de reforma de la educación para hacer frente a la baja atención y la alta deserción y repetición de grado de los estudiantes que resulta en un bajo aprendizaje. Uno de los principales componentes de este plan de reforma es ampliar la jornada escolar de cuatro horas diarias a un total de ocho. Los estudiantes recibirán refuerzo escolar en las materias básicas, pero también recibirán horas adicionales de formación en nuevas disciplinas que añadan valor a su formación y a su comunidad, tales como deportes, artes y valores cívicos (VIDEO: Ver la experiencia reciente con el BID y Scholas Occurrentes).

¿Por qué ampliar la jornada escolar?

Un reciente documento de Holland, Alfaro y Evans (2015) revisa 15 estudios que miden los efectos de reformas educativas similares en otros países de América Latina. Los autores reconocen a la jornada escolar extendida como una medida que genera impactos positivos y ganancias en los niveles de aprendizaje del estudiante, pero dicen que es probable que haya reformas más rentables para obtener resultados similares.

Mientras leíamos este documento, Angus Deaton fue galardonado con el Premio Nobel de Economía, y nos recordó que “el mundo es un lugar complicado y que reducirlo a teorías simples casi siempre es peligroso”. De hecho, dijo que “la historia del bienestar humano, por lo que realmente vale la pena vivir, no se logra mirando solo una parte de lo que es importante”, y volvimos a convencernos que prestar atención únicamente a los resultados de las pruebas de aprendizaje en las vidas de estos chicos, claramente, no era todo lo que importaba.

Veamos más de cerca los números de Paraguay. Las pruebas nacionales estandarizadas muestran que, entre el 30% y el 45% de los grados 3, 6 y 9 los estudiantes paraguayos apenas llegan a su nivel I de IV en lectura. Y en matemáticas, este grupo es casi el 50%. Según TERCE, Paraguay está por debajo del promedio de América Latina.

Por otro lado, las estadísticas señalan que aproximadamente un 24% de los niños viven en hogares de bajos ingresos; que casi el 12% de todas las familias son monoparentales, en gran mayoría encabezadas por mujeres (85%); que hay incidencia de pobreza en estos hogares y que la probabilidad de que la madre deba trabajar es mucho mayor. También se muestra que 150 mil niños están fuera de la escuela primaria, y que, de ellos, la mayoría están en los hogares más pobres. Casi uno de cada seis niños de entre 10 y 14 años de edad trabajan (15%), el 6% de las adolescentes dará a luz un niño, y que la delincuencia juvenil representa aproximadamente un 5% del total de los arrestos.

En estos contextos, la escuela debe ser mucho más que solo pruebas y exámenes. Un análisis económico razonable en educación debe tener en cuenta otras ganancias como que los niños se mantengan en un lugar seguro como la escuela, en vez de las calles.

La evidencia muestra que más horas en la escuela puede traer como beneficios la reducción de los embarazos de adolescentes y las tasas de delincuencia juvenil. Incluso podría aumentar la participación femenina en la fuerza laboral, ya que se ofrecerían opciones de cuidado de calidad a los padres y madres que trabajan. Y, debido a que hay grandes diferencias en las posibilidades entre niños ricos y pobres de hacer algo útil con su tiempo fuera de la escuela, extender la jornada escolar puede obtener importantes mejoras en la equidad, ya que los impactos de la misma tienden a ser mayores en las escuelas más desfavorecidas y en los estudiantes más pobres.

La escuela no puede resolver todos estos problemas, pero como Marta Lafuente, Ministra de Educación de Paraguay, lo ve: la escuela puede tener un papel en la comunidad que vaya más allá de la contribución educativa tradicional. En el programa propuesto por el gobierno, la extensión de horas se complementa con innovaciones pedagógicas y otras actividades que tradicionalmente son consideradas como extracurriculares. Esperamos ver un impacto no solo en las habilidades cognitivas, sino también en las habilidades blandas que son cruciales para asegurar una buena transición de la escuela a la fuerza de trabajo.

 

Publicado en “La educación de calidad es posible” del BID

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Com bom professor, alunos permanecem na escola

capaRésumen: Hablamos con los autores del libro Juventudes na escola, sentidos e buscas: Por que frequentam?, los investigadores de FLACSO Brasil Miriam Abramovay y María García Castro, que publican el trabajo co-escrito por el sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz, también la institución. El proyecto, iniciado en noviembre en asociación con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y el Ministerio de Educación (MEC) de Brasil, señala que una buena relación con los maestros ayuda a los estudiantes a permanecer en la escuela y puede influir en su elección de carrera. El estudio completo está disponible en la biblioteca virtual de la FLACSO.

Conversamos com as autoras do livro Juventudes na escola, sentidos e buscas: Por que frequentam?, as pesquisadoras da Flacso Brasil Miriam Abramovay e Mary Garcia Castro, que publicaram a obra em coautoria com o sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz, também da instituição.  A obra, lançada em novembro em parceria com a Organização dos Estados Ibero-americanos (OEI) e o Ministério da Educação (MEC), aponta que uma boa relação com professores contribui para que os estudantes permaneçam na escola e pode influenciar suas escolhas profissionais. O estudo completo está disponível na biblioteca virtual da Flacso.

A pesquisa apresenta motivos que levam alguns estudantes a permanecerem na escola e outros, a abandonarem. A metodologia utilizada buscou escutar essas narrativas e olhares sobre o contexto escolar e o que os jovens pensam em relação às políticas públicas relacionadas à educação. O objetivo é conhecer quem são as pessoas que frequentam a escola e assim identificar o lugar da escola na produção do conhecimento, o clima escolar, as relações com os professores e entre os alunos.

As entrevistas foram realizadas com estudantes do Ensino Médio, do Programa Nacional de Inclusão de Jovens (ProJovem Urbano) e do projeto de Educação de Jovens e Adultos (EJA), em escolas públicas. A maioria dos entrevistados vem de famílias com rendimento médio mensal de até três salários mínimos.

A partir do conceito de juventudes, no plural mesmo, Miriam Abramovay explica que “‘juventude” é “um conjunto muito diferente de pessoas, com dificuldades, facilidades e nível de estudo variados”. Segundo ela, é preciso considerar questões como classe social, gênero, raça-cor e contexto histórico. “As juventudes são um conjunto social muito diverso”, diz.

Para Mary Garcia Casto, a escola “é ou deveria ser um dos principais lugares de socialização para a vida em sociedade, para cultivo da solidariedade, para o saber viver de forma gregária e com respeito ao outro e a outra”, estimulando o pensamento crítico e o gosto por conhecimento “além da comum busca por formação, informação e um diploma”, uma exigência do mercado de trabalho. Mas para ela, a escola pode também “colaborar para um bem viver consigo e identificar como o conhecimento pode significar prazer”.

O estudo buscou explicar, justamente, o que leva alunos e alunas a continuarem frequentando as salas de aula. Os três autores têm um histórico de produções críticas à escola, como explica Garcia Castro, “mas acreditamos que outra escola é possível”. Defendem que o ambiente escolar e os estudos são importantes para o combate às violências destes tempos e também para uma boa convivência pessoal e com outras pessoas, além da importância de se descobrir “as potencialidades do saber” como uma motivação para estudar: “os jovens que permanecem na escola o fazem por obrigação, por imposição e muitos outros deixam a escola”, comenta Garcia Castro.

Para Abramovay, diversas causas estão relacionadas ao abandono da escola, como a necessidade de ingressar no mercado de trabalho, alunas que vivenciam uma gravidez e questões de violência, principalmente entre homens. “Os jovens que continuam frequentando as aulas “têm consciência que permanecer na escola é fundamental para seu futuro”, explica. São estudantes que “querem alguma estabilidade e têm muita consciência que isso se dá através do estudo. Muitos querem fazer universidade, e estudantes mais pobres e com menor escolaridade sabem do esforço que fazem para isso. Isso é muito importante na relação juventude-escola, porque por muitos anos se acreditava que os jovens não davam importância para a escolaridade”, avalia.

As entrevistas mostram que jovens que abandonaram a escola, quando voltam, são alguns dos que mais se referem a ela de forma positiva, indicando que perceberam que ela é necessária “quer para fins pragmáticos, instrumentais – como ter um emprego – quer pelo clima de sociabilidade e de socialização que ela pode possibilitar” diz Garcia Castro.

Preconceitos e Senso-Comum

Uma das perguntas elaboradas foi: “Quem você não gostaria de ter como colega de classe?”. No topo dos grupos de identidade apontados como preteridos estão travestis (7,1%), e homossexuais (5,3%). “Temos que pensar o que as escolas estão fazendo e porque elas não dão conta da questão da homofobia, que é tão forte na nossa sociedade e que a escola não consegue trabalhar”, avalia Abramovay. Ela conta que a tendência é de que não se fale de temas considerados “tabus” na nossa sociedade como questões relacionadas a gênero e sexualidade.

Garcia Castro aponta que não faz parte do projeto da escola a construção de um conhecimento para pensar por si e questionar o conteúdo disseminado pela mídia, redes sociais e outros meios de comunicação. Embora na pesquisa a maioria dos jovens indique que a escola deveria discutir sobre preconceitos, “nos debates sobre temas polêmicos relacionados às identidades e reconhecimentos de direitos – como cotas, racismo, homofobia, aborto, maioridade penal e outros – predomina a reprodução de valores de senso comum, por achismos e preconceitos”.

Relação com Professores

As autoras apontam a importância da relação dos estudantes com os professores como uma das principais descobertas.  “Se eles têm um professor de alguma matéria que ensina bem e que, além disso, escuta e tem uma boa relação com os alunos, eles permanecem na escola”, diz Abramovay. A descoberta demonstra que os alunos “querem aprender e precisam de uma boa relação com os adultos nas escolas para isso”.

E para Garcia Castro, os professores “não se dão conta do seu poder na história de vida de jovens”. Outra questão importante levantada é que muitos alunos e alunas escolhem uma carreira porque o professor daquela disciplina “é ‘maneiro’, ou ‘me despertou para a sociologia, mas mudaram o professor e não quero mais saber de ser professor disso não, é muito chato’”, relembra a pesquisadora sobre os discursos coletados durante o estudo.

Gênero

Gravidez, responsabilidade de cuidar da família, orientação sexual, sexismo e sensação de insegurança no trajeto até a escola são dimensões presentes em testemunhos de jovens mulheres, em especial do ProJovem Urbano, para um dia ou várias vezes terem que ter deixado a escola.

A divisão sexual do trabalho que leva muitos homens a serem considerados como provedores e as mulheres as cuidadoras no doméstico está presente também nos discursos de jovens homens, que deixaram de estudar para “sustentar” a família. Garcia Castro afirma que, apesar disso, a questão de gênero vem deixando “uma outra sutil marca”: “a determinação de muitas jovens mulheres em enfrentar aquelas barreiras e voltar a estudar”.

Ela destaca também que convivências hostis que têm como base preconceitos gênero, como a discriminação a estudantes LGBT, são um dos fatores que “podem levar o/a jovem a abandonar a escola”.

Trabalho

A pesquisa mostra que o trabalho é um impulsor básico nas trajetórias escolares, tanto para continuar ou voltar a estudar, como para abandonar a escola. Garcia Castro ressalta que, em muitas sociedades, exercer uma atividade profissional não compete com a continuidade da educação formal. O trabalho “se equaciona com os estudos, por meio de estágios e atividades de meio tempo não muito cansativas, possibilitando uma integração entre aprender na escola e aprender com o trabalho”, diz. No Brasil, especialmente em camadas pobres da população, ele se torna “um empecilho ao bem estudar”. “Jovens que estudam e trabalham chegam à escola, em especial se estudam à noite, cansados. Não podem continuar os estudos e fazer tarefas depois do turno escolar”, explica.

Hoje, uma outra incompatibilidade na combinação bem estudar e trabalhar é o tempo gasto em deslocamentos casa – trabalho – escola, destaca a autora. O aluno chega na escola cansado e “faz de conta que se estuda”, diz. “Os professores, até por sensibilidade com as dificuldades de vida dos alunos que trabalham, fazem de conta que ensinam, limitando-se a transmitir um conhecimento que não exija pesquisas e atividades além das classes”, conclui.

Por Marina Baldoni Amaral – Flacso Brasil

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Panamá: Deficiencia en la educación afecta desarrollo económico

Necesidad de una educación más efectiva en el país

Panamá/01 de marzo de 2016/Panamá América

La falta de una educación más efectiva en el país es la principal problemática que enfrentan los empresarios panameños para obtener mano de obra calificada. ..

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Luis Miguel Avila (luis.avila@epasa.com) | @lavila15

La falta de una educación más efectiva en el país es la principal problemática que enfrentan los empresarios panameños para obtener mano de obra calificada.

La situación es cuestionada por comerciantes y estudiosos del mercado, quienes aseguran que el sistema educativo perdió contacto con la realidad laboral del país.

Expertos señalan que la economía del país se ha desarrollado de muy buena forma, pero atrás se ha quedado la educación.

Fenómeno que ha generado que para los próximos nueve años, el mercado laboral necesite alrededor de 89 mil técnicos, solo en temas logísticos como lo aseguró la expresidenta del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Elisa Suárez.

Suárez manifestó que un estudio entre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Conep destacó que en Panamá solo 1.3% de los estudiantes que salen de las universidades y colegios son técnicos, lo que refleja que el país no está preparado para suplir la demanda.

También destacó que de acuerdo con la prueba de evaluación internacional de estudiantes aplicada, el 48% de los jóvenes que ingresan al mercado laboral son incapaces de entender un texto básico y 62% no pueden realizar cálculos simples.

Una situación que preocupa y que invita a las autoridades educativas a buscar la manera de capacitar mejor a los panameños, para que entren bien preparados al mercado laboral.

Falta de coordinación

De acuerdo con René Quevedo, consultor en inserción laboral, el gran problema que tiene Panamá es la escasa coordinación entre las autoridades educativas y la empresa privada, creando graves distorsiones entre la demanda laboral y la oferta académica.

Quevedo destacó que el promedio de contratación de profesionales universitarios pasó de 34,661 anuales (2009-2012) a 13,390 (2012-2015), es decir una reducción del 62% .

A «pesar de la disminución de la contratación de los egresados universitarios, el número de graduados en las universidades panameñas subió de 22,786 en el año 2012 a 30,716 en 2014 , un 35% de aumento en 2 años.

El experto agregó que el sistema educativo panameño solo tendrá la capacidad de formar al 59% de los profesionales técnicos que requerirá nuestro país para suplir el mercado laboral entre los años 2015 y 2020.

Según un informe de la Alta Comisión de Empleo, se estima que en Panamá los trabajos que generará el mercado, entre el año 2015 y el 2020, 96% serán para áreas técnicas, cuya formación rebasa la capacidad del sistema educativo actual.

Además, detalla que de estos próximos puestos de trabajo serán el 53% logística, 43% construcción, 6% turismo y 5% agricultura.

Pero el Centro Nacional de Competitividad (CNC) asegura que según una encuesta los jóvenes y sus familias no muestran interés precisamente en las carreras técnicas que son las que el mercado está requiriendo.

Las carencias del sistema educativo que, según los expertos, está divorciado de la realidad del mercado laboral, se dan a pesar de la alta inversión de los panameños.

Los padres invierten en la educación privada alrededor de $3,000 anuales, tomando en cuenta los $450 millones señalado por la Unión Nacional de Centros Educativos Particulares (Uncep), que detalla que son unos 150 mil estudiantes que forman parte del sistema privado.

El Estado, según la Contraloría General de la República, invierte unos $1,600 en cada uno de los 800 mil estudiantes que forman parte del sistema público.

Ricardo Sotelo, presidente del Sindicato de Industriales de Panamá (SIP), señaló que los empresarios aún aspiran a tener trabajadores bien preparados.

Fuente: http://www.panamaamerica.com.pa/economia/deficiencia-en-la-educacion-afecta-desarrollo-economico-1015739

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La Calidad Educativa ¿La definen las pruebas estandarizadas?

Reflexiones sobre la estandarización jerarquizadora en la evaluación de la calidad de la educación

Venezuela/ Marzo de 2016/ Editores OVE

Iliana Marina Lo Priore Infante

En los últimos años las concepciones neoliberales que impregnan los ámbitos económicos, políticos y sociales, han influido de manera relevante en la orientación de la educación de los pueblos y naciones periféricas a los países hegemónicos. Esta tendencia se ha extendido en todos los continentes y regiones, impulsada por organismos transnacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Las reseñas noticiosas respecto a los resultados más recientes de las pruebas estandarizadas de evaluación de los aprendizajes, tales como las del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA) realizada cada 3 años por la OCDE y las del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Terce) realizado en América Latina por la UNESCO, provocaron  muchas noticias, de las cuales 3 titulares de noticias que descalifican la educación impartida en las naciones que fueron punteadas por debajo en una escala jerarquizadora, entre éstas, destacan a los países latinoamericanos. Los titulares fueron: Los países de América Latina con peor rendimiento académico (BBC Mundo, 2016); 5 lecciones para América Latina del mayor ranking global de educación (Martins, 2015); ¿Por qué no mejora la educación en América Latina? (Sánchez, 2016). Resaltan estas noticias que esto es un indicador que evidencia las condiciones desfavorecedoras del crecimiento económico de esos países, ya que se parte de la premisa o del supuesto de que la educación en determinadas áreas o disciplinas, es un aspecto determinante en la economía. Por ejemplo, señalan que: “… cuando una gran proporción de la población carece de habilidades básicas el crecimiento económico de un país a largo plazo se ve amenazado… incluso los países con mejor desempeño en América Latina, mucho menos los medios, están muy lejos del mundo desarrollado y muy lejos del lugar donde necesitan estar para competir en la economía global”, (BBC Mundo, 2016).

Incluso llegan a afirmaciones pronosticadoras de la relación causa-efecto, como las siguientes: “…la mala educación de un país hipoteca su economía… Si todos los adolescentes en México fueran a la secundaria y lograran un nivel básico en matemáticas y ciencia, el Producto Interno Bruto, PIB, de México, sería en 80 años 551% mayor que el actual, según el informe. El de Argentina 693% mayor y el de Honduras 2016% más grande” (Martins, 2015). Para reforzar estas consideraciones expresadas en las noticias señaladas, se refiere la opinión de un reputado investigador educativo y participante del informe sobre los resultados de las pruebas estandarizadas: “Eric Hanushek, profesor de la Universidad de Stanford, en EEUU y uno de los académicos más reconocidos en temas de educación, es uno de los autores del nuevo informe que muestra una vez más, la enorme brecha entre los estudiantes latinoamericanos y los del este de Asia”. Por otra parte, además de resaltar las habilidades cognitivas en matemáticas y ciencias como basamento para obtener una educación de calidad, el señalado experto y co-redactor del informe de la OCDE, indica que un aspecto importante para explicar la calidad educativa radicaría probablemente en los valores de la población, como sería el caso de China que junto con Singapur lidera en la tabla de resultados: “Parecen haber convencido a sus ciudadanos de hacer opciones que valoran la educación por encima de otras cosas». (ob.cit.).

Estas noticias explicitan una marcada preocupación por el denominado “estancamiento” de la calidad de la educación en demasiados países de América Latina producto de los resultados de estas pruebas. Sánchez (2015) señala que esto es un problema importante en una economía globalizada, donde las recompensas van a parar a los trabajadores mejor cualificados y más productivos, y donde se le da más importancia que nunca a la educación de “alta calidad”. La masiva expansión del acceso a la educación en la región no es suficiente sin una mejora equivalente en calidad.

OVE 1c estandarFrente a esta perspectiva, se presentan otros discursos alternativos, como el de Rubia (2016) que ante estos juicios valorativos de organismos internacionales, como la OCDE, analiza y evidencia cómo el concepto de “educación de calidad” se ha ido reduciendo al resultado de las pruebas y esto ha modificado la manera de entender y concebir la educación. Las pruebas condicionan los conceptos de forma reduccionista, lo que se entiende por un “buen currículo”, un “buen colegio” o un “buen alumno” dependerá básicamente de los resultados obtenidos. Hay otro cambio fundamental y es que el alumno queda subordinado a la escuela y no la escuela al alumnado, es decir, los centros seleccionan al alumnado que potencialmente va a dar buenos resultados y rechaza a los que considera que le van a perjudicar. Todo ello puede provocar además, la desaparición de las ya reducidas experiencias innovadoras pues los centros se verán obligados a poner en marcha metodologías de aprendizaje diferentes, de carácter tradicional, para que sus alumnos no se vean perjudicados en los exámenes estandarizados.

Esto supondrá según este autor:
“ el retorno a modelos aún más memorísticos …en estas pruebas, nadie comprueba si el alumno es capaz de aplicar sus conocimientos a situaciones reales de la vida cotidiana, nadie comprueba su capacidad creativa para mostrar nuevas dimensiones de un problema, nadie comprueba su capacidad de reflexionar y ampliar contenidos, nadie comprueba su capacidad crítica y de análisis..” (ob.cit., p.9)
En esta misma tónica crítica Angélique del Rey (2013) advierte los peligros de estos señalamientos al indicar que las pruebas en cuestión evalúan las matemáticas y la lectura, razón por la cual los centros dejan de lado otros contenidos como la música, las artes, etc. para centrarse en lo único que va a ser valorado, enseñando así solo para la prueba, de manera sistemática pero rutinaria.

Es así, como reivindicamos críticamente lo señalado por otros investigadores con base en las consecuencias de asumir instrumentalmente la concepción de la calidad educativa reduciéndola a los resultados de dichas pruebas, cuando se hacen pronósticos lineales futuristas arbitrarios, de causa-efecto, entre habilidades cognitivas y crecimiento económico, que como se sabe es una postura por demás simplificadora ante la multidimensionalidad de aspectos que envuelven al desarrollo de una nación.

Asimismo, se evidencia una estrategia discursiva de legitimación ideológica en las noticias sobre el informe de la OCDE, al presentar juicios avalados por la opinión de un experto educativo que es a la vez miembro del mismo organismo que emite el informe. Experto que cae en contradicciones que pone en entredicho sus mismos juicios, cuando dudosamente asoma, para el caso de China, en la entrevista citada en la noticia, deja entrever que la calidad de la educación con base en los resultados de las pruebas hechas, dependería mucho más de la incitación o promoción del contexto o valoración sociocultural a la educación en la sociedad.

Entonces, ¿Cuáles son los significados ideológicos relevantes de esta estandarización jerarquizadora?

  1. Inducir la aceptación de escalas estratificadoras socioculturalmente en la educación que se correspondan con la división social y jerárquica que reproduce la sociedad capitalista.
  2. Sobre la base de una jerarquización de los resultados de las pruebas, se pretende que los países que presuntamente salieron rezagados en las posiciones “deben” imitar en sus políticas y prácticas educativas a los países que resultaron mejor ubicados, con base a las orientaciones de la OCDE.
  3. Inducen a una significación de “alta calidad educativa” con base en desempeños y logros operacionales de las habilidades cognitivas expresados en las pruebas en función del mercado laboral. Al valorarse dichas habilidades en relación con los requerimientos del mundo laboral capitalista se privilegia la calificación tecnocrática de la fuerza de trabajo a través de la educación escolar.
  4. Se asimila a la educación la noción de capacitación, la educación no se ve como un proceso holístico, integral, global, humanizado.
  5. Invisibilizar los avances de inclusión educativa en algunas regiones, como es el caso de América Latina, al sobrevalorar sus criterios de calidad tecnocráticos de la educación.

Por todo lo anteriormente expresado, es pertinente trascender la visión tan reductora del enfoque neoliberal en la educación que significa reducir la calidad educativa a los resultados de las pruebas estandarizadas, excluyendo de ello las valoraciones culturales de los pueblos como indicadores contextualizados de dicha calidad  en la institución escolar.

La calidad educativa reclama la discusión de procesos pedagógicos adecuados, de debates curriculares que superen la fragmentación de elementos y procesos, de su pertinencia en relación con los fines y metas de cada sociedad, y por ende de una evaluación que se resignifique en los criterios señalados para potenciar el bienestar humano.

Referencias:
BBC Mundo (2016).Los países de América Latina «con peor rendimiento académico». En:http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160210_paises_bajo_rendimiento_educacion_informe_ocde_bm.

Angélique del Rey (2013). La tyrannie de l’evaluation. París: La Découverte.
Martins, A. (2015). 5 lecciones para América Latina del mayor ranking global de educación.En:http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/05/150513_educacion_mapas_am.
Rubia, F. () El Futuro de la Educación en un Contexto Neoliberal. Revista de la Asociación de Inspectores de Educación de España. No. 19. En: http://www.adide.org/revista/images/stories/revista19/ase19_mono03.pdf.

Sánchez, G. (2015). ¿Por qué no mejora la educación en América Latina? En: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150409_economia_educacion_en_america_latina_finde_bd.

Fuentes de las fotos:

http://laeducacionquenosune.org/eagles/wpcontent/uploads/2014/07/EducacionMercado.jpg

http://www.laresistencia.mx/wp-content/uploads/2013/02/estandar.jpg

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Desde dos angulos

28 de febrero de 2016/ América/ Uruguay/ Mariana Castiñeira/ Información publicada en el periódico digital El País.

Día uno en Educación

La preparación del comienzo de clases desde dos liceos de la capital pone en evidencia algunos de los problemas principales que enfrenta el sector, mientras las autoridades proponen varias medidas para evitar la deserción y recuperarse de un año conflictivo.

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Se utilizarán tablets para controlar y prevenir la deserción estudiantil. Foto: F. Ponzetto.

Durante el año pasado, el liceo número 13 de Maroñas tuvo un nuevo alumno. Chupete, babero y pañales ingresaron a cursar las materias de tercero junto con Virginia, una alumna de 16 años que acababa de dar a luz a su hijo. Cuando en una de sus visitas a los salones el director del liceo vio lo que estaba pasando, torció la boca en señal de desaprobación. «Ahora el bebé va a empezar a llorar», recuerda haber pensado en su momento Claudio Franco. Sin embargo, el recién nacido y su madre sorprendieron a todos. No solo se convirtió en uno más, sino que pasó a tener el apoyo de los compañeros de clase de la joven, profesores, adscriptos y del director, que hoy pone como ejemplo los logros de la alumna.

Desde hace unos meses el liceo tiene su propia sala de lactancia. Las paredes con baldosas limpias y blancas de un vestuario inutilizado están ahora pintadas con flores que reciben a las madres de la institución junto con una pequeña heladera, un sillón, un extractor de leche y otros insumos. La iniciativa surgió de algunas docentes, y así el 13 pasó a ser el primer liceo público en contar con un recurso de este tipo, lo que sin duda fue un soporte para que Virginia amamantara a su bebé en un ambiente privado, cómodo e higiénico.

Con su nueva responsabilidad a cuestas, Virginia cursó todo el año y aprobó. Incluso en los días de lluvia la joven se trasladaba con su bebé para aprender, recuerdan las adscriptas del liceo, que la describen como una excelente alumna y ya la vieron en la fila para inscribirse y así empezar cuarto año esta semana.

Este lunes comienzan las clases en gran parte de los liceos públicos y tras un año de conflicto para la educación, docentes y autoridades se preparan para intentar revertir la crisis educativa que afecta al país. Evitar que jóvenes como Virginia dejen de asistir a pesar de las dificultades que puedan tener es uno de los principales objetivos, según dicen desde el Consejo Directivo Central (Codicen) a El País. Lograr que los alumnos asistan a clase y realmente aprendan, actualizar la formación docente y mejorar la administración de los liceos son algunos de los desafíos a los que la educación secundaria se enfrenta este año, uno en el que se plantea además iniciar la discusión para cambiar los programas educativos y, lo que es más importante, definir qué tipo de estudiantes quiere formar el país.

 El 13.

Se habla de «imaginario colectivo», «mala fama» y «estigmatización» del liceo número 13. Los docentes —tanto de la institución como en otros de la zona— están cansados de escuchar hablar sobre el lugar donde, en 2004, la joven Fiorella Buzeta recibió un disparo que la dejó parapléjica. Algunos llegaron a plantear un cambio de número, a ver si les traía más suerte. Las adscriptas, por su parte, organizaron visitas con escolares para derribar el mito desde temprano.

 

A unos 300 metros del Hipódromo de Maroñas, con un estado edilicio que sería la envidia de otros liceos y un equipo docente al que describen como «muy comprometido», el 13 es, desde hace varios años, el que tiene las tasas de repetición más altas del país: 52,2% de sus alumnos de Ciclo Básico no pasaron de año en 2014, mientras a nivel nacional la media es 28%. Pero adentro, los docentes, e incluso el director, hacen oídos sordos a estos números. Ellos entienden que su situación es diferente.

 

Es que el 13 es un liceo «de aluvión», cuenta Emiliano Mandacen, adscripto y dirigente de la Federación de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes). Al ser grande y tener capacidad para cerca de 1.100 alumnos, la institución recibe estudiantes de Casavalle, Marconi, Manga y otras partes de la capital. En promedio, calculan que en cada clase hay entre 20 y 25 alumnos. Algunos de ellos tienen que tomarse tres ómnibus o caminar un par de kilómetros para llegar. Eso, junto con la inseguridad que hay en la zona, los recurrentes hechos violentos —como los que el año pasado provocaron la solicitud de más de 20 pases en una semana— y la situación crítica en la que viven muchos de los alumnos, es el combo perfecto para una alta tasa de deserción.

 

A pesar de esto, si se analizan los resultados de 2014, la diferencia en el índice de repetición entre los que tuvieron más y menos de 25 faltas es abismal. Para los primeros, la repetición se ubica en un 75% en 2014, y para los últimos fue solo un 17%.

 

Hambre, violencia familiar, enfermedades psiquiátricas y drogas están presentes en el liceo, pero el equipo que trabaja allí se ha vuelto experto en adaptarse. El caso de la joven y su bebé es un ejemplo, pero hay más. El equipo de adscripción sabe que la primera pregunta que hay que hacerle a un estudiante al que echan de clase o que se siente mal es si tiene hambre. Si dice que comió, hay que ver qué, porque a veces es solo un pedazo de pan. Por eso tienen becas de alimentación —que no siempre alcanzan, dicen— y un par de bolsas de ropa para atajar los casos más extremos. A veces, atajan una deserción. Otras, no.

 

El año pasado, recuerda el director, los docentes se alarmaron porque notaron que había varios casos de adolescentes mal alimentados. Intentaron coordinar con un comedor de la zona, hasta tenían la lista de los alumnos que necesitaban la comida, pero tuvieron que superar la frustración de que el proceso se truncara por un problema administrativo.

 

Y por más trabajo que hagan, si del lado de los padres no hay respuesta, no hay mucho que puedan hacer, dicen. El año pasado, por ejemplo, en la reunión previa a un campamento hubo solo cuatro padres. Ante los problemas de inseguridad se llegó a formar una comisión de padres, pero con el tiempo sus miembros se redujeron a cuatro, después a dos y al final solo quedó una madre.

 

Así como los alumnos tienen problemas para trasladarse o asistir, gran parte del grupo de padres también lleva la falta y son especialmente aquellos que más se necesita que estén. Eso es lo que más alarma a las adscriptas, a los docentes y al director de cara al nuevo año que comienza. Al igual que en otros liceos, los docentes del 13 prepararon el comienzo de cursos previendo que muchas de las situaciones que deberán enfrentar durante este año les serán impredecibles

Fuente contenido e imagen:

http://www.elpais.com.uy/que-pasa/dia-educacion.html

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