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Google y Naciones Unidas muestran el impacto del cambio climático a través de obras artísticas

Como parte de la colección de arte «El latido de la tierra», la compañía presenta dos nuevas experiencias interactivas que buscan concientizar y enseñar a todas las personas en el mundo sobre el daño ambiental en el planeta

Con el objetivo de mostrar el impacto del daño ambiental en el planeta, Google Arts & Culture y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) invitaron a Refik Anadol y el colectivo artístico femenino Hyphen Labs a interpretar datos científicos sobre el clima a través de dos nuevas obras de arte interactivas.

Las experiencias están disponibles a partir de este jueves de manera online y gratuita, como parte de la tercera edición de la colección Heartbeat of the Earth (en español, “El latido de la tierra”). Las nuevas obras se suman a las ocho ya publicadas desde el inicio de la colección de Google Arts & Culture en 2020, con el propósito de hacer más accesibles y visibles los datos que explican la crisis del clima y su impacto en nuestro entorno.

“Con los impactos del cambio climático acelerándose y haciéndose más evidentes cada día, es más importante que nunca involucrar a los artistas y utilizar la cultura como un vehículo para el mensaje de que la situación en torno a la crisis climática es urgente”, dijo Ovais Sarmad, secretario ejecutivo adjunto para el Cambio Climático de la ONU.

Y agregó: “La ciencia y los datos complejos deben mostrarse de forma emotiva, de manera que permita comprender cómo el calentamiento global nos afecta a todos individual y colectivamente”.

Qué daños nos mostraría una resonancia magnética de la Tierra

En el experimento “Resonancia magnética de la Tierra, el artista Refik Anadol interpreta nuestro planeta como si de un “cuerpo” se tratase, mostrando el daño que le estamos infligiendo con el cambio climático. Anadol invita a reflexionar sobre la belleza de la Tierra a través de visualizaciones de paisajes naturales generados por aprendizaje automático y además nos motiva a actuar para un futuro de esperanza.

Cómo nos afectarán los efectos en cascada del deshielo de los polos

El colectivo global Hyphen Labs, junto con la artista inupiaq (indígena del norte de Alaska) Allison Akootchook Warden y la Union of Concerned Scientists, exploran en la experiencia Subida insidiosa los efectos en cascada que genera el calentamiento de los hielos polares. Y además explican cómo el calentamiento del clima no sólo desencadenará el colapso ecológico, sino que también ejercerá presión sobre los sistemas existentes que ya afectan de manera desproporcionada a los marginados.

De esta manera, con las obras artísticas se busca animar a la gente a aprender más sobre la crisis climática y que sirvan de motivación para tomar la iniciativa y cuidar el planeta.

Fuente: https://www.ambito.com/informacion-general/google/y-naciones-unidas-muestran-el-impacto-del-cambio-climatico-traves-obras-artisticas-n5411747

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Por qué Global Citizen quiere acabar con la pobreza extrema en África

«Contra todo pronóstico, incluidas las enormes desigualdades en el acceso a la vacunación, hemos sorteado el temporal del COVID-19 con resistencia y determinación, gracias a la larga historia y experiencia de África en el control de brotes», declaró el Dr. Matshidiso Moeti, director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para África, a principios de febrero.

Como ha informado ampliamente Global Citizen, el COVID-19 ha repercutido en todos los aspectos de nuestras vidas y ha sido el principal factor responsable de hacer retroceder décadas de progreso para acabar con la pobreza extrema en África y en el mundo.

Con el telón de fondo de la pandemia de coronavirus, disturbios civiles, golpes de estado, impactos del cambio climático y otros retos a los que se enfrenta el continente en la actualidad, la resistencia y la determinación de los africanos a la que se refirió el Dr. Moeti, son las herramientas con las que África sigue siendo fuerte.

Teniendo en cuenta que 21 de los 25 países más pobres del mundo se encuentran en África, y que el impacto del cambio climático junto con la pandemia de coronavirus afectan con mayor intensidad a los países africanos, los plazos para acabar con la pobreza extrema y sus causas sistémicas deben adelantarse drásticamente, especialmente en esta parte del mundo.

Después de hacer campaña para que líderes mundiales y sus gobiernos, organizaciones empresariales, sociedad civil y organismos multilaterales se unan para acabar con el COVID-19 para todos y poner en marcha una recuperación mundial equitativa de la pandemia en 2021, Global Citizen redobla la apuesta para 2022.

Este año, con el lanzamiento de la campaña Pongamos fin a la pobreza extrema ahora: Nuestro futuro no puede esperar, Global Citizen está redefiniendo nuestra misión principal, pasando de abogar por el fin de la pobreza para 2030 a trabajar incansablemente para acabar con la pobreza AHORA. A lo largo de este año, Global Citizen y global citizens de todo el mundo actuarán para defender los compromisos de gobiernos, filántropos y el sector privado, centrándose en tres áreas temáticas clave:

  • Empoderar a las niñas AHORA moviendo a los líderes del G7 a satisfacer las necesidades de 50 millones de niñas; porque las niñas son la clave para romper los ciclos de la pobreza a través de inversiones específicas en su educación, nutrición y salud, incluyendo los servicios de salud sexual y reproductiva.
  • Romper las barreras sistémicas que mantienen a las personas en la pobreza y limitan su acceso a la justicia social, sanitaria y económica, abogando por la equidad en las vacunas para vencer a las variantes del COVID-19 y prevenir la próxima pandemia. Esto incluye áreas como compartir la propiedad intelectual de las vacunas con los países en desarrollo, fortalecer los sistemas de salud y llamar a la equidad financiera para financiar las necesidades esenciales y abordar los desafíos globales.
  • Adoptar medidas climáticas AHORA para llamar a los países más ricos a que den un paso adelante y cumplan la promesa, aún no cumplida, de destinar 100.000 millones de dólares anuales al financiamiento climático para apoyar la adaptación y la mitigación en las naciones más vulnerables; así como dar prioridad a la seguridad alimentaria, la nutrición y los medios de vida, destinando importantes recursos para la adaptación climática a las comunidades rurales y los pequeños agricultores.

En cada una de estas áreas nos centraremos en amplificar las voces de activistas y ciudadanos; en asegurarnos de que las voces de los más marginados del mundo se escuchen sin producir reacciones o consecuencias violentas, y en que los líderes mundiales rindan cuentas para cumplir sus promesas.

Pero, ¿qué significa todo esto para el continente africano? He aquí un desglose:

Empoderar a las niñas AHORA

«Romper las barreras sociales para las adolescentes tiene un profundo efecto en su capacidad para prosperar más adelante en la vida. Este periodo formativo es fundamental para permitirles nuevas libertades de elección, preparándolas para experimentar una mayor autonomía y ejercer su plena capacidad de acción para convertirse en miembros económicamente capacitados de la sociedad.

Es nuestra responsabilidad colectiva tomar medidas para las intervenciones e inversiones que nutran a las adolescentes, para que puedan impulsar el progreso y participar en la fuerza de trabajo como catalizadores en el centro de nuestro desarrollo».

— Chebet Chikumbu, directora regional de África Meridional y Oriental

Two sisters walk on the way to their school in October 2020, after months of school closures in Niger. In the heart of the Sahel, millions of children returned to school after months of closure due to COVID-19.
Two sisters walk on the way to their school in October 2020, after months of school closures in Niger. In the heart of the Sahel, millions of children returned to school after months of closure due to COVID-19.
Image: © Juan Haro/UN0397977/UNICEF

Siempre ha sido el momento de centrar la atención en las niñas y las jóvenes, verdaderas guardianas de nuestro futuro mundial y, sin embargo, uno de los grupos demográficos más vulnerables y desatendidos, son líderes que tienen un potencial increíble para hacer del fin de la pobreza un logro sostenible.

Sólo en los dos últimos años hemos sido testigos de cómo una pandemia ha extendido las injusticias de género y causado daños a las niñas, en África y en todo el mundo. En Sudáfrica se produjo un aumento sin precedentes de los feminicidios a raíz de las normativas de cierre nacional. Esto se produce después de años en los que las mujeres y las niñas del país han llamado al fin de la violencia de género (VG).

Zimbabue fue testigo de un aumento del 60% de las denuncias de violencia de género durante los cierres nacionales, y la tendencia es similar en varias naciones del sur de África, como Madagascar, Kenia y Malawi, esta última con un aumento del 150% de los casos de violación de menores.

El aumento de la violencia y los abusos contra las niñas relacionados con el COVID es un tema lamentable en todo el continente. Por ejemplo, el aumento de las tasas de embarazo precoz y de matrimonio infantil se está viendo como resultado directo de los cierres de escuelas y de los colegios. El Banco Mundial estima que África Occidental y Central serán de las más afectadas por el matrimonio infantil en el mundo en los próximos años.

La educación de las niñas ha estado siempre en peligro, y aunque se han hecho grandes avances en los últimos años, la pandemia ha revertido casi todos los logros alcanzados para garantizar el acceso a la educación de las niñas de África. La educación de las niñas es clave para acabar con el ciclo de la pobreza, es una inversión que puede mejorar la economía de un país, llevarnos a conseguir la igualdad global y ayudarnos a afrontar los retos globales existentes y sin precedentes.

Los obstáculos a la educación a los que se enfrentan las niñas en el continente africano son violencia de género, conflictos, matrimonio infantil, falta de acceso a los servicios de salud, nutrición, y la mutilación genital femenina (MGF).

De hecho, en África se encuentra Somalia, el país con las tasas más altas de MGF del mundo, una práctica que no sólo impide que las niñas vayan a la escuela (y en algunas tradiciones, es un requisito para el matrimonio infantil), sino que también pone en riesgo la salud de las niñas. La MGF se practica en casi todas las regiones de África, pero su prevalencia es mayor en la región subsahariana.

Un impacto brutal en la educación de las niñas son los conflictos y las crisis que siguen estallando en todo el continente, y que siguen vigentes en algunas regiones. Uno de cada cuatro niños en el mundo está afectado por una crisis, y los conflictos van en aumento en África. Por ejemplo, la guerra vivida en Etiopía, la violencia civil que rodea a la República Democrática del Congo, los golpes militares en el norte y el oeste de África. No se sabe lo que esto significa para el continente, y para las niñas que ya tienen dificultades para acceder a la educación en él.

Como consecuencia de la inseguridad y la violencia, el acceso seguro a las escuelas no está garantizado, y las niñas que faltan a la escuela debido a las crisis tienen menos probabilidades de regresar.

Global Citizen hace un llamado al G7 para que atienda las necesidades de 50 millones de niñas en todo el mundo, destinando un mínimo de 400 millones de dólares para ayudar a millones de mujeres jóvenes y niñas con asistencia inmediata para las comidas escolares, el acceso a la educación y la salud, incluidos los servicios de salud sexual y reproductiva.

Romper las barreras sistémicas AHORA

«Hasta que no estemos preparados para exponer las causas sistémicas de la pobreza extrema, seguiremos atravesando ciclos de desigualdad. Tenemos que comprometernos activamente y no tener miedo de llamar a la discriminación sistémica.  Como global citizens, es nuestra responsabilidad hacer que nuestros líderes rindan cuentas para evitar futuras injusticias y crear la sociedad que nos gustaría ver».

— Maimuna Maibe, directora de Global Citizen en Nigeria.

In this June 3, 2021, file photo an elderly patient receives a dose of the Pfizer COVID-19 vaccine, at a clinic at Orange Farm, near Johannesburg. Pfizer has announced that a South African firm will begin producing the Pfizer-BioNTech COVID vaccine.In this June 3, 2021, file photo an elderly patient receives a dose of the Pfizer COVID-19 vaccine, at a clinic at Orange Farm, near Johannesburg. Pfizer has announced that a South African firm will begin producing the Pfizer-BioNTech COVID vaccine, the first time that the vaccine will be produced in Africa.
Image: Denis Farrell/AP

Una de las mayores injusticias en materia de salud que se han producido en el mundo es que los países de bajos ingresos queden excluidos de la carrera por conseguir las vacunas COVID-19 que salvan vidas para sus poblaciones. África sigue estando drásticamente atrasada con respecto al resto del mundo en lo que se refiere al despliegue de vacunas. Mientras tanto, un pequeño puñado de naciones ricas ha dominado el mercado de las vacunas, algo que Sudáfrica y Kenia han llamado «apartheid de las vacunas».

El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, llegó a decir: «El apartheid de las vacunas debe llegar a su fin. Porque al final, en todo el mundo, nadie está seguro hasta que todo el mundo esté seguro, así que todos debemos ser tratados por igual en todo el mundo y las vacunas deben ser tratadas como un bien público, disponibles a precios asequibles en todo el mundo».

Esta desigualdad sólo servirá para extender la pandemia innecesariamente. Sin la vacunación mundial, es seguro que surgirán nuevas variantes que seguirán suponiendo una amenaza para la salud pública, del mismo modo que lo hicieron Delta y Omicron.

Una y otra vez, África y sus líderes han llamado a las naciones que acaparan las vacunas a compartir las dosis de forma justa. No ha sido un llamado a la caridad, ha sido un llamado a la equidad. También han llamado a las empresas farmacéuticas para que compartan la información y la tecnología de producción de vacunas, especialmente cuando África tiene planes para aumentar su capacidad de fabricación de vacunas en los próximos años a través de un centro de ARNm respaldado por la Organización Mundial de la Salud, para que el continente pueda trabajar para fabricar sus propias dosis y ser autosuficiente en la batalla contra el COVID-19 y futuras pandemias.

La pandemia ha hecho estragos en las economías, y las naciones africanas se han endeudado aún más y luchan por recuperarse de los efectos de la COVID-19. Dos cosas que tienen que cambiar para ayudar a África a recuperarse (y prosperar) son el aumento de la ayuda oficial al desarrollo (AOD), en la que los gobiernos ricos se comprometen voluntariamente a ayudar a las naciones en desarrollo, así como una reasignación adecuada de los Derechos Especiales de Giro (DEG).

Los DEG son esencialmente un activo financiero de reserva asignado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que puede ser negociado entre países a cambio de liquidez o efectivo. Se trata de un salvavidas que puede salvar a las economías de los golpes que la pandemia les ha asestado y, en una primicia histórica, el FMI ha emitido 650.000 millones de dólares en DEG para la recuperación de la pandemia.

Pero la forma en que se asignan actualmente los DEG significa que los países más ricos (que no necesitan tanto los DEG) reciben la mayor parte, mientras que los países más pobres reciben la menor parte. Por tanto, sólo un puñado de países africanos se beneficiarán realmente de la asignación actual de los DEG. Puedes leer más sobre cómo funciona esto aquí.

Los dos mayores obstáculos sistémicos a los que se enfrentan África y el mundo en la actualidad, y que siguen alimentando a la creciente bestia de la pobreza, son la injusticia sanitaria y la desigualdad financiera. Global Citizen hace un llamado para que se compartan las dosis de vacunas y la información sobre la fabricación de vacunas esenciales con los países en desarrollo, para que se fortalezcan sus sistemas sanitarios y para que se reasignen los recursos financieros en beneficio de quienes más lo necesitan.

Tomar acción sobre el cambio climático AHORA

«Cuando crecía, el cambio climático no era un problema, nos enseñaban a amar nuestra tierra, nos animaban a reciclar el agua después de usarla, a tirar las cáscaras de las verduras en un compost para fomentar la fertilización de la tierra, y la basura estaba generalmente mal vista. Esta era la norma, no sólo para mí, sino para todas las familias de mi comunidad en el Cabo Oriental de Sudáfrica.

Por eso me entristece tener que luchar contra algo que debería ser tan obvio como es la protección de la tierra que nos da la vida, pero me siento orgulloso de formar parte de una organización que se enfrenta a esto de frente. Tenemos que hacer lo correcto por nuestro planeta y defenderlo AHORA».

— Sonwabise Mzinyathi, directora general de Política Global y Asuntos Gubernamentales para África Meridional y Oriental. 

A family take their belongings after their home was flooded after a week long of heavy rain, in Antananarivo, Madagascar, Monday, Jan. 24, 2022. Tropical storm Ana has caused widespread flooding in Madagascar, causing the deaths of 34 people and displacing more than 55,000, officials said Monday. With heavy rains continuing, rivers in Antananarivo are rising and officials are urging residents to leave low-lying areas of the capital city and surrounding areas.
Image: AP Photo/Alexander Joe

A finales de 2021, la imagen de unas jirafas kenianas sin vida se coló en nuestras redes sociales y nos recordó lo grave que es la sequía en el este de África. Aunque la imagen fue tendencia en todo el mundo durante unos días, el problema más profundo es algo más que una imagen que puedes pasar por tu línea de tiempo. El cambio climático y sus devastadores efectos en África deben ser objeto de medidas inmediatas.

Siempre se señala que, aunque África es la que menos ha contribuido al cambio climático, es la que peor está experimentando sus efectos, y esto es evidente en todo el continente.

«En los últimos años, he visto cada vez más cómo la crisis climática está afectando al continente africano. Lo cual es irónico, dado que África es el menor emisor de dióxido de carbono de todos los continentes, a excepción de la Antártida», señaló la activista climática ugandesa Vanessa Nakate en la Conferencia Juvenil sobre el Clima previa a la COP26 de 2021.

Y continuó: «Los africanos ya están sufriendo los impactos más brutales alimentados por la crisis climática: huracanes que se intensifican rápidamente, inundaciones devastadoras y sequías fulminantes. Muchos africanos están perdiendo la vida, mientras que muchos más están perdiendo sus medios de vida».

No hay una sola región de África que no esté viendo cómo la crisis climática provoca una destrucción masiva de primera mano. Por eso es tan importante ahora, más que nunca, que el mundo deje de hablar de las medidas que piensa tomar y se lance a tomarlas inmediatamente.

Todo el continente se enfrenta a la escasez de agua y a las sequías relacionadas con el clima, que no sólo afectan al acceso al agua potable, sino al agua para el saneamiento, para la agricultura y la producción de alimentos, y para las infraestructuras y el ganado. Las sequías por sí solas han provocado conflictos e inseguridad en el continente, como por ejemplo la actual violencia entre países que estalló en África Central y Occidental como consecuencia de la desecación del lago Chad.

También se ha producido un aumento desastroso del hambre en toda África, y esto puede estar directamente relacionado con el impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria: según se informa, Madagascar está experimentando la primera «hambruna inducida por el clima» del mundo. Cuando el agua se seca, los cultivos se reducen y mueren, y lo mismo ocurre con el ganado. El precio de los alimentos aumenta exponencialmente a medida que la comida se hace más difícil de cultivar y alimentar, y con los índices de pobreza en continuo aumento en el continente, no todo el mundo puede permitirse alimentarse a sí mismo o a sus familias.

Por último, las catástrofes naturales están cambiando y desarraigando los medios de subsistencia de la población africana. Los ejemplos más recientes de esto son las tormentas tropicales AnaBatsiraiEmnati y el ciclón Gombe que destrozaron Mozambique, Malawi y Madagascar de forma consecutiva a principios de 2022. Los tres países aún estaban tratando de recuperarse de una temporada de tormentas tropicales que devastó la misma región en 2019. Las inundaciones y las tormentas están ahogando algunas zonas, las sequías y las nubes de langostas están causando una destrucción masiva en otras.

Estas catástrofes no sólo han arrasado las infraestructuras y los cultivos, sino que han sido la causa de desplazamientos masivos, ya que los ciudadanos afectados huyen de sus países de origen para encontrar refugio y un mejor acceso a recursos en otros. La necesidad de hacer frente a la crisis climática es urgente, la vida de los africanos depende de ello.

Global Citizen llama a las naciones ricas a cumplir sus compromisos financieros para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al clima, a dar prioridad a los pequeños agricultores y a las comunidades rurales y a darles poder financiero en un esfuerzo por impulsar la seguridad alimentaria, y a que las empresas mundiales que emiten grandes cantidades de carbono establezcan pasos claros que indiquen cómo planean alcanzar las emisiones netas cero.

Defender el activismo

People hold banners as they demonstrate on the street to protest against police brutality, in Lagos, Nigeria, Oct. 20, 2020. After 13 days of protests against police brutality, authorities have imposed a 24-hour curfew in Lagos, Nigeria’s largest city.
People hold banners as they demonstrate on the street to protest against police brutality, in Lagos, Nigeria, Oct. 20, 2020. After 13 days of protests against police brutality, authorities have imposed a 24-hour curfew in Lagos, Nigeria’s largest city.
Image: Sunday Alamba/AP

En un mundo perfecto, no sería necesario recabar el apoyo de la opinión pública en torno a soluciones específicas para hacer frente a la pobreza extrema, porque las necesidades básicas y los derechos de todas las personas estarían satisfechos y se respetarían.

Por desgracia, esta no es la realidad. En muchos países africanos, no es políticamente seguro ni popular abordar las causas sistémicas de la pobreza extrema y puede ser incluso una amenaza para la vida.

Seis activistas ugandeses fueron detenidos por protestar contra un proyecto de extracción de crudo que perjudicaría a los agricultores y dañaría a las comunidades locales, mientras que Chad, Malí, Guinea y Sudán sufrieron golpes de Estado exitosos (que suelen ir acompañados de cortes de Internet y supresión de los medios de comunicación) en 2021.

En octubre de 2020, oficiales del ejército nigeriano dispararon contra manifestantes pacíficos de #EndSARS en el peaje de Lekki, en Lagos, matando al menos a 12 personas e hiriendo a muchas otras; hasta la fecha no se ha responsabilizado a nadie de ese terrible suceso, calificado de «masacre» por un grupo creado para investigar.

Ya sea en la defensa del medio ambiente, contra la brutalidad policial o en la participación para la construcción de la nación, el espacio cívico en África se está reduciendo cada vez más y, con él, las voces críticas necesarias para derribar las barreras sistémicas que empujan a las personas a la pobreza y las atrapan en ella.

Además, ninguna de estas soluciones puede tener éxito sin la defensa de los ciudadanos y las alianzas locales, regionales y mundiales con otros activistas, porque el cambio profundo y duradero sólo se producirá cuando los ciudadanos lo exijan y sus voces sean escuchadas.

Por este motivo, la defensa liderada por los ciudadanos es esencial y, por eso, en 2022, Global Citizen también se asegurará de que nuestro trabajo en las tres áreas prioritarias ayude a proteger y elevar las voces de los activistas locales en los procesos de toma de decisiones internacionales, y ayude a los ciudadanos a participar en la toma de decisiones, a través de procesos políticos globales y regionales, así como en las elecciones.

Puedes unirte a la campaña Pongamos fin a la pobreza extrema AHORA: Nuestro futuro no puede esperar, inscribiéndote como global citizen (aquí o descargando la aplicación de Global Citizen) y uniéndote a nosotros para pasar a la acción, ahora.

Fuente: https://www.globalcitizen.org/es/content/global-citizen-end-extreme-poverty-now-africa/

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España: La contaminación química: otra emergencia planetaria

La contaminación química: otra emergencia planetaria

La era industrial ha sido también un motor indetenible de producción de decenas de miles de nuevos materiales y sustancias químicas, desconocidos en la naturaleza, creados para distintos fines y cuyos efectos sobre la vida humana y no humana, los ecosistemas y el planeta entero son, en la mayoría de los casos, totalmente desconocidos. Ha sido hasta en las últimas décadas que este aspecto, inexplorado y silenciado durante años, comenzó a ser analizado por equipos internacionales de investigación en toxicología ambiental o ecotoxicología. ¿Cómo entran en las cadenas de la vida sustancias como los nuevos materiales para la conducción, los metales pesados, los plásticos, los pesticidas o los antibióticos? Sobre todo: ¿cuáles son sus efectos a corto, mediano y largo plazo?

En un artículo científico publicado en la revista Science en 2009 por 29 autores de una docena de países (https://bit.ly/3p17160) se dio lugar a la noción de límite planetario. Este concepto logró definir para nueve procesos mayores los grados de perturbación que las actividades humanas provocan en la estabilidad y la resiliencia del ecosistema global ( Earth System), el cual se ha mantenido en equilibrio durante los últimos 11 mil 500 años (Holoceno). Los nueve fenómenos son: 1) cambio climático, 2) biodiversidad, 3) cambios en el uso del suelo, 4) uso del agua dulce, 5) flujos bioquímicos, 6) acidificación de los océanos, 7) aerosoles en la atmósfera, 8) destrucción de la capa de ozono y 9) contaminación química. Utilizando este novedoso marco conceptual, en la última década se han generado numerosos estudios que han contribuido a evaluar los niveles de incertidumbre y riesgo existentes en cada uno de los nueve ámbitos, a partir de la evidencia científica existente, y a señalar sus umbrales, es decir, el momento en que la afectación se torna irreversible. En los últimos años nuevos reportes sobre la contaminación por sustancias químicas han llamado la atención por lo preocupante de los datos revelados. La cantidad de nuevas sustancias que entran cada año al espacio planetario supera por mucho la capacidad científica para su análisis y monitoreo. La generación de sustancias se multiplicó por 50 de 1950 a la fecha y se triplicará hacia 2050.

Se estima que la sociedad humana ha inyectado, durante su fase industrial, unas 350 mil nuevas sustancias o materiales químicos desconocidos para el mundo natural, cuyo registro, impactos y trayectorias apenas se conocen. El inventario más avanzando es la base de datos de la Unión Europea conocida como Reach, la cual posee información de unas 150 mil sustancias con sólo un tercio de ellas con un monitoreo detallado. El caso más preocupante y relativamente nuevo es el de los plásticos cuya producción acumulada hoy excede 8 mil millones de toneladas, de los cuales apenas 9 por ciento ha sido reciclado, 12 incinerado y el restante 79 por ciento arrojado al ambiente. Los efectos de esta contaminación son especialmente alarmantes. Sobre los mares del mundo que regulan el clima global, absorben CO2 y ofrecen alimento a unos mil millones de seres humanos, se vierten 12.7 millones de toneladas de macro y microplásticos al año (https://bit.ly/3BCsWW8). Los estudios develan que los plásticos están presentes en 100 por ciento de las tortugas, 59 por ciento de las ballenas, 36 por ciento de los lobos y 40 por ciento de las aves marinas examinados. De gran impacto y preocupación ha sido el descubrimiento de un gigantesco torbellino o vórtice de basura plástica flotando en el océano Pacífico entre Hawai y California, resultado de los plásticos arrojados por China y otros países asiáticos y por Estados Unidos y Canadá. El tamaño de este vórtice es ¡tres veces el territorio de Francia!

El otro caso que causa alarma es el de los plaguicidas (herbicidas, insecticidas, fungicidas y reguladores del crecimiento vegetal), pues ha quedado demostrado que aunque las sustancias son aprobadas como seguras los impactos sobre la salud ambiental y humana no son monitoreados durante su uso masivo (https://bit.ly/3BMKUFK). Aquí destaca el caso del glifosato, cuya toxicidad ha quedado certificada por unos 150 artículos científicos y que ha sido declarado potencialmente cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud. El glifosato es el herbicida más usado en el mundo dado que es acompañante obligado de los cultivos transgénicos (contaminadores genéticos). Hacia 2019 el glifosato se aplicó en 190 millones de hectáreas (casi el territorio de México) sembradas con soya, maíz, algodón y otros cultivos transgénicos en monocultivos producidos por cinco corporaciones biotecnológicas. En resumen, la contaminación química se viene a agregar a los factores que inciden sobre los límites del planeta, nuestra casa común.

Artículo publicado originalmente en La Jornada.

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/contaminacion-quimica/

 

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Entrevista a Silvio Schachter: «Hay una generación que se ha formado con otra conciencia en relación al medio ambiente»

Por: Mario Hernández

Análisis de los fenómenos ecológicos que están afectando al planeta y a Argentina en particular.

M.H: Escribiste “Argentina en el horno” una nota que hace referencia a la situación que estamos viviendo, incendios, fracking, megaminería, la situación que se vive en la Costa atlántica con los proyectos de prospección petrolera. Me gustaría que compartieras los temas que desarrollás allí.

S.S: Son temas que venimos hablando hace un tiempo pero que me pareció oportuno retomar en función de la ola de calor que atravesó el país hace unas semanas y que esperemos que la gente no se olvide de lo que pasó porque aquí, a veces, el calor también derrite la memoria.

Es la síntesis de una sinergia de fenómenos que no son casuales, no es un destino divino, no es algo inevitable, no es algo natural, en todo caso es la respuesta natural de un planeta que suda fiebre porque ha sido muy enfermado y castigado por la actividad del hombre y entonces esa es su respuesta.

Lo importante es entender que esto se puede por lo menos mitigar. Hay fenómenos que son de carácter más general como todo lo que genera el calentamiento ambiental. Es algo que se ha adelantado en el tiempo respecto a las primeras predicciones que decían cómo iba a afectar al planeta y ya estamos recibiendo directamente las consecuencias del calentamiento en un sinfín de fenómenos bastante claros de diagnosticar y de reconocer.

Aquí en la Argentina estamos aportando un grano de arena importante para que estas cosas ocurran. La deforestación salvaje que se está haciendo en la zona de los pocos bosques que quedan, de los montes que se quitan.

M.H: Un tema en el que no hay grieta.

S.S: Ha habido una continuidad absoluta desde siempre. Aquellos que hablaban de la década ganada tienen que reconocer que en esa década ganada se multiplicaron los proyectos de megaminería, se amplió la sojización, fue en todo caso un gobierno peronista de Menem y con Solá a la cabeza en Agricultura, que autorizó la soja transgénica en la Argentina.

M.H: Hay toda una campaña que está llevando adelante la Agencia Paco Urondo (APU) más que justificando, promoviendo todo este tipo de iniciativas y respecto de la sojización y la soja transgénica, allá por el año 1996, dice “la única revolución agraria que se dio en la Argentina”, término que me sorprendió, yo creo que ni la burguesía agraria lo ha utilizado.

S.S: Cuando surge ese proceso el suplemento agrario de Clarín estaba dirigido por el Ingeniero Huergo, que tiene una trayectoria en el movimiento estudiantil de izquierda, de hecho había militado en un momento en una agrupación trotskista y después en esas parábolas que tiene la vida terminó defendiendo los intereses de las grandes oligarquías y las corporaciones internacionales, y se encargaba de escribir semana tras semana algo así como el poroto mágico.

Huergo fue el primero en utilizar esta idea de la revolución de la soja. Tuvo polémicas con alguna gente que ya en ese momento cuestionaba la falta de solidez de sus argumentos, entre ellos Alberto Lapolla, otro ingeniero agrónomo que fue un crítico muy duro y muy fundado de todos los fenómenos que iba a producir la sojización y que de hecho pasados 25 años el resultado ha sido ese.

Otro elemento que se maneja con respecto a la megaminería, al fracking, a la expansión del agronegocio en general o la explotación petrolera en zona de riesgo es que eso va a terminar con la pobreza, porque hoy el argumento es decir que con un país con el 40% de pobreza cómo te vas a negar a recibir inversiones.

La realidad es que después de 25 años de sojización tenemos 40% de pobreza, no hay ningún elemento serio que demuestre que haber utilizado la soja transgénica, haber liquidado un montón de áreas de producción local de otra escala de alimentos y otros tipos de alimentos, el haber expulsado con la polución de agua a comunidades enteras del campo, envenenado el agua, etc., eso no solamente contaminó sino que además generó una enorme pobreza.

La verdad que lo de la APU, dicho entre nosotros, es una vergüenza. El viraje que han producido yo no sé a qué atribuirlo, si es un tema económico que les genera financiación para su proyecto, pero la verdad que es vergonzoso cómo defienden los intereses de las corporaciones.

M.H: A mí me llama la atención incluso apelando a científicos.

S.S: Sí, hay gente que te fundamenta la tortura científicamente. Vos podés encontrar científicos, como diría Gramsci, cuando él hablaba del intelectual orgánico no solo se refería a un intelectual orgánico de la izquierda, la derecha también tiene muchos intelectuales orgánicos funcionales que escriben para que estas ideas se desarrollen. No solamente los periodistas, en las universidades y en otros ámbitos encontrás muchos también.

M.H: Sí, porque acá, más allá de esta anécdota, la APU polemiza contra lo que ellos llaman el ecologismo salvaje, pero evidentemente toda esta cuestión que estamos conversando ha pasado a ser una prioridad política del Estado.

S.S: Está basado en un modelo civilizatorio que ha puesto en peligro su naturaleza y la vida del planeta. Hay tantos argumentos incontrovertibles que ya no es un tema de podría pasar o de modelo teórico, es absolutamente comprobable que están desapareciendo especies, que está cambiando el clima, que en zonas áridas ahora hace frío, que ahora donde hacía frío hace mucho calor, tenemos crisis hídricas.

M.H: Dejaron caer el proyecto de la Ley de Humedales por tercera vez.

S.S: Yo en la nota digo que la única manera de defenderse contra el calor es cuidando los bosques, los humedales, los montes nativos, terminando de hacer este tipo de explotación del agua. Todos aquellos que defienden este modelo productivo que además es un modelo que nos retrotrae a una forma de explotación primitiva, que critican a la oligarquía y volvemos al modelo de exportación de productos primarios, a diferencia de lo que era la oligarquía en su momento ahora estamos devastando la tierra, devastando la vida en general porque están desapareciendo especies y no solamente en el mundo porque en la Ciudad a veces esa cosa de porteño-centrismo nos hace que miremos para otro lado, salvo cuando tenemos calor o se nos corta la luz.

En las otras provincias están pasando fenómenos como, por ejemplo, en Córdoba se secan los ríos y las orillas están llenas de peces muertos, núcleos pesqueros que no tienen cómo sobrevivir, comunidades enteras que se tienen que ir porque el agua que sale de la napa está envenenada. Si vos leés los informes de organizaciones internacionales, en el mundo hay 120 millones de personas que se dedican a la pesca artesanal que están siendo amenazadas por el offshore. Ha habido movilizaciones inclusive en la sede de la empresa que quiere hacer la exploración acá en la Argentina. Cualquier cosa que se escriba a favor de esto, está claro que no puede ser considerada seria y solamente responde a intereses económicos cortoplacistas porque saben que a la larga van a pagar con la degradación de la Tierra.

M.H: Cuando se dieron las primeras movilizaciones el 4 de enero contra la explotación petrolera yo estaba en Gesell y participamos con mi compañera, éramos alrededor de 300 personas y me llamó la atención la cantidad de jóvenes, el 95% eran jóvenes menores de 30 años. Paralelamente a esta ofensiva extractivista se ha empezado a generar un movimiento importante. Vos mencionabas, por ejemplo, esta actividad que se dio el otro día frente a la embajada de Noruega, que fue parte de una actividad más general y una de las cosas que más me sorprendió también fue que charlando con el dueño del hotel, donde yo estaba vacacionando, no tenía muy claro de qué se trataba. Yo me pregunto cómo puede ser que la Cámara hotelera o los empresarios vinculados a la gastronomía y al turismo no reaccionen frente a esto.

Robo para la corona 

S.S: Es un debate que llevaría mucho tiempo. Lo fundamental es que hay una generación que se ha formado con otra conciencia en relación al medio ambiente, ser parte de la Naturaleza, no dominadora, sino parte. Me parece que no es un hecho casual y hay una cuestión generacional, nosotros que fuimos jóvenes también apostábamos al futuro y el futuro ahora es de ellos, en todo caso nosotros podemos ver una parte de la crisis pero si las cosas no cambian estamos condenando a la muerte a generaciones jóvenes o a vivir en un planeta hostil, y es lógico que ellos se preocupen por ese futuro porque es suyo.

También es cierto que hay una generación, para decirlo en palabras tradicionales, que está quebrada, que se ha amansado, ha perdido capacidad de resistencia y no logra seguir el ritmo de todo lo que está pasando en el mundo y sus alrededores y a veces por desinformación, por falta de voluntad o por agotamiento también de haber librado peleas perdidas, etc.

En la nota además de hacer referencia al medio ambiente hago referencia al tema energético y en particular a las transportadoras y productoras de electricidad y justamente estoy escribiendo una nota sobre eso porque se cumplen 30 años de la privatización de Segba con la Ley de reforma del Estado que dio lugar a la privatización de todas las empresas estatales y en particular a las de energía y rompió todo el sistema nacional de energía fragmentándolo en partes, privatizándolo de a pedazos.

¿Cuál es la parábola de la historia de la política argentina? ¿Quién fue uno de los operadores principales de esa mecánica feroz de desguace del Estado si no José Luis Manzano? Era primero jefe del bloque justicialista en el Congreso y después ministro del Interior de Menem en el momento que se realizan las privatizaciones. Todo lo que hizo Manzano en su gestión está explicitado en el libro de Verbitsky Robo para la corona porque era una frase característica de él cuando le preguntaban dónde iba a parar toda la plata de las privatizaciones y en un grupo de amigos dijo ‘yo no robo para mí robo para la corona’ y él era parte de la corona. Fue tal el escándalo que se fue para Estados Unidos, él dice que a estudiar, pero digamos que también debe haber ido para administrar un poco de los dineros que habrá recibido a cambio de los favores.

La parábola a la cual me refiero es que después de 30 años Manzano vuelve a la Argentina y va a ser el dueño de la empresa que privatizó, porque hoy en día el dueño de Edenor es el grupo Vila-Manzano. Además de comprar Edenor porque, así como Néstor le permitió a Mindlin apropiarse de Edenor y vaciarla, usar los subsidios y no hacer ningún trabajo para mejorarla, cuando Mindlin decide vender porque se va a dedicar a otras áreas de la energía, Pampa Energía, al transporte, a la producción, etc., además de sus negocios en fondos financieros, ahora Alberto Fernández le autorizó a Manzano quedarse con Edenor la principal distribuidora de electricidad del país.

Manzano es propietario de 49 medios en el país, entre radios y diarios, entre ellos una parte del Grupo América, incluido el canal A24 donde esta Feinman que es un enemigo feroz e infame del gobierno y a pesar que es la radio de alguien que tiene contactos regulares con Sergio Massa, porque son parte de la misma época y del mismo grupo, vos te acordás que Manzano empezó jugando políticamente con lo que en ese momento pensaba Antonio Cafiero de la Renovación peronista y después cuando gana Menem pega el salto y se pasa al menemismo. Y hace poco terminó de cerrar un acuerdo con el gobernador radical Gerardo Morales por una minera de litio en Jujuy.

Recuerdo las relaciones estrechas que tenía Manzano con otro personaje siniestro que es el “Coti” Nosiglia. Ambos pensaron el famoso Acuerdo de Olivos que le garantizó a Menem la reelección, y en el radicalismo se corría la voz que Manzano era el más radical de los peronistas.

Nadie le preguntó de dónde vino la plata para comprar toda esa cantidad de empresas que tiene de minería, de viñedos, una de las principales fortunas del país, alguien que tendría que estar preso por todo lo que estafó y se llevó del país. El gobierno le cede a este hombre el control de Edenor, después de la experiencia nefasta con Mindlin. Hubo otra vez 100.000 usuarios sin luz, imaginemos el drama de aquellos que viven en villas que tienen que soportar el calor, la falta de agua y no tener luz en condiciones precarias. Algunos que se llaman nacionales y populares la verdad es que de eso tienen muy poco.

Hay fenómenos internacionales, pero hay un aporte serio a la crisis ambiental por las políticas que se están siguiendo, cuando vos tenés 5 o 6 años de incendios seguidos no podés decir que te sorprendió; cómo puede ser que el presupuesto del ministerio de Medio ambiente este subejecutado cuando se están quemando bosques en todas partes del país, cuando sabés el papel determinante que están cumpliendo los bosques para preservar el clima, el agua, retener la humedad de la tierra.

Cualquier persona que supuestamente está en un ministerio de Medio ambiente no lo puede desconocer, pero en realidad tanto Cabandié como la chica que está en el área de salud, como otros personajes como Cafiero que está en la política exterior, como Manzur que es un delincuente, antiaborto, hace poco apareció el caso de la chica de 10 años que la obligaron a parir por abandono del Estado en una provincia donde Manzur y el ministro de Salud son antiaborto, cuando digo que es un delincuente es porque eso es un crimen. Ya todo eso configura un resultado donde los resultados son evidentes.

M.H: Es el país con mayor cantidad de agrotóxicos por habitante y uno de los mayores en el tema de la deforestación, en provincias como Chaco, Salta, Misiones.

S.S: Cuando uno ve los mapas satelitales de hace 20 años y los vas viendo secuencialmente el nivel de reducción de bosques en la Argentina es una cosa escalofriante.

M.H: A mí me sorprendió mucho, nosotros que frecuentamos el Delta, me ha sorprendido que se habla de una reducción del 40 % de su superficie.

S.S: En una época las bajantes grandes pasaban una vez al año, hoy las tenés cada 15 días, hace un mes hubo una bajante enorme tal es así que la lancha colectiva no podía hacer todo el recorrido y tenía que volverse mucho antes, y a la gente que estaba del otro lado del río la lancha no llegaba. Y bajaba tanto el agua que en los arroyos laterales prácticamente no había agua y no podían bombear agua, no tenían agua ni para lavarse con 40 grados de calor. Y eso son fenómenos que se dan en todo el río Paraná, en Rosario es una tragedia el tema del nivel del agua, las Cataratas están secas, es tan impactante que pareciera que no se puede hacer nada y sí se puede, así como se hace para destruir se puede impedir que se destruya.

Fuente: https://rebelion.org/hay-una-generacion-que-se-ha-formado-con-otra-conciencia-en-relacion-al-medio-ambiente/

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Informe anual de la ONG Christian Aid: 2021, el año en el que las pérdidas por desastres climáticos superan los 100.000 millones de dólares por sexta vez en el mundo

Las inundaciones, las sequías o los huracanes dejan un balance devastador en pérdidas económicas y muertes este año. Los países pobres se llevan la peor parte.

El año que termina deja un balance de desastres climáticos devastador. Como cada año, la ONG Christian Aid publica su informe sobre este tipo de fenómenos extremos y sus costes –no solo económicos, también en vidas humanas–. Así, calcula que 10 de los 15 desastres más destructivos de 2021 costaron más de 1.500 millones de dólares. Su estimación se basa en pérdidas aseguradas, por lo que los costes económicos podrían ser aún mayores.

Encabeza la lista el huracán Ida, que azotó Estados Unidos en agosto. El análisis concluye que este fenómeno tuvo un coste estimado de 65.000 millones de dólares. Además, perdieron la vida 95 personas.

Entre la lista de los desastres más caros están también las inundaciones que se vivieron en Europa occidental en julio como resultado de unas precipitaciones extremas que son hasta nueve veces más probables por el cambio climático. La ONG cifra su coste en 43.000 millones de dólares y recuerda que en Bélgica y Alemania murieron 240 personas por este motivo.

En la provincia china de Henan, las inundaciones sufridas este año han costado 17.500 millones de dólares y la pérdida de 320 vidas, además de provocar más de un millón de desplazamientos de sus habitantes.

Con estos datos, el informe hace un diagnóstico poco favorable. Según la aseguradora Aon, se espera que 2021 sea el sexto año en el que, a nivel global, se cruza el umbral de pérdidas aseguradas de los 100.000 millones de dólares (unos 88 millones de euros). Estos seis años han ocurrido entre 2011 y el presente año. 2021 será el cuarto en cinco años.

La peor parte para los menos responsables

Según el informe, los costes financieros documentados suelen ser mayores en los países que tienen valores de propiedad más altos y pueden pagar un seguro. Sin embargo, varios de los fenómenos meteorológicos más devastadores de 2021 han afectado a las naciones más pobres, que, a su vez, contribuyen en menor medida al calentamiento global.

En otro términos –no puramente económicos–, la investigación arroja que estos lugares han vivido un mayor sufrimiento humano por la inseguridad alimentaria o los desplazamientos forzados por desastres climáticos, como la sequía o las inundaciones. Es el caso de Sudán del Sur, donde más de 850.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares por las inundaciones. Las consecuencias de la sequía se han hecho especialmente duras en África oriental. Pero no solo: los impactos de la sequía del río Paraná, en América Latina, han repercutido sobre la economía –y los medios de vida– de Brasil, Argentina y Paraguay.

En mayo, el ciclón Yaas azotó India y Bangladesh y causó pérdidas valoradas en 3.000 millones de dólares en pocos días. Las inundaciones de marzo en Australia causaron 18.000 desplazamientos y unos daños valorados en 2.100 millones de dólares.

Reforzar las ayudas de los países ricos a los pobres

Una de las principales conclusiones que se extrae de este estudio es la necesidad de que el apoyo que se brinda a los países más vulnerables se fortalezca en 2022. Pero 2021 no ha traído esperanzas en este sentido. La pasada cumbre del clima de la ONU celebrada en Glasgow en noviembre terminó con un claro mensaje: los países más ricos continúan traicionando a los más pobres. En la COP26, Estados Unidos y la Unión Europea impidieron crear un fondo para que los países con menos recursos afronten la crisis climática.

Los efectos económicos del cambio climático han sido analizados durante este año en otros informes. En septiembre, un estudio publicado en la revista Environmental Research Letters concluía que los costes del cambio climático podrían ser seis veces superiores a los calculados hasta la fecha.

Desde Christian Aid también destacan los fenómenos que se producen de una forma más lenta, como la sequía en el lago Chad, cuya cuenca se ha reducido un 90% desde la década de 1970. Un fenómeno que amenaza las vidas y los medios de quienes habitan esta región, una de las más pobres del mundo.

Fuente: https://rebelion.org/2021-el-ano-en-el-que-las-perdidas-por-desastres-climaticos-superan-los-100-000-millones-de-dolares-por-sexta-vez/

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Las 12 campanadas de la medianoche

Por: Elisabeth De Puig

¿Qué lanza al destierro a tantos dominicanos que se entregan a redes que los llevan a Chile o a las carreteras de Chiapas? ¿Qué nos espera realmente en estos próximos meses donde en el medio de un tercer año de pandemia la pobreza y sus estragos en la República Dominicana chocan con la imagen del país que queremos proyectar?

Las 12 campanadas de la medianoche del pasado viernes 31 nos propulsaron en el año 2022 y, simbólicamente, nos despojaron por un momento de todas nuestras cargas para abrazar el nuevo año esperanzados de iniciar un periodo más auspicioso que el acabamos de atravesar.

Sin embargo, tal duende travieso, ómicron se apoderó de nuestras mentes y nos acompañó durante la velada. Ahora todos quisiéramos saber si asistimos al principio del final de la epidemia o si estamos en presencia de una trampa del virus que se presta a resurgir, tal ave fénix, bajo nuevas formas de sus cenizas.

Los próximos meses lo dirán. No obstante, venga lo que venga, debemos seguir cuidándonos al máximo. Debemos reforzar las vacunas e invitar a vacunarse a los que no lo han hecho. Participando en el cuidado de los demás aportamos a nuestro entorno.

Para los moradores de la República Dominicana, el año 2021 estuvo marcado por un excelente desenvolvimiento en cuanto al enfrentamiento   de la pandemia. También por el hecho, digno de estudio, de que somos uno de los dos países con más baja letalidad de todo el continente americano.

En otro tenor, estamos siendo testigos de una lucha contra la corrupción sin precedente, y de una recuperación económica que nos coloca como uno de los países de la región mejor preparados para afrontar nuevos retos.

Con estas señales esperanzadoras, una pandemia de por medio y la tremenda amenaza del cambio climático, el presente sería el momento idóneo para reflexionar sobre el modelo de la sociedad que debemos construir para que la recuperación alcanzada y los pasos institucionales que se han dado se traduzcan en una transformación real hacia una sociedad ambiental, social y políticamente sostenible.

En muchos países ha tomado cuerpo el criterio de que la recuperación económica post pandemia no puede ser el mero retorno a las formas de consumir y producir de antes de la COVID-19. Hacerlo así sería reproducir las formas de maltrato a la naturaleza que han generado el cambio climático cuando de lo que se trataría es de revertirlas.

De la misma manera nos podemos preguntar a la luz del resultado de las últimas elecciones en Chile, campeón del neoliberalismo y de la desigualdad, si el modelo económico actual será sostenible políticamente en la República Dominicana a mediano plazo y si no se necesita trabajar desde ahora para lograr una sociedad más inclusiva donde impere la justicia social.

¿Qué lanza al destierro a tantos dominicanos que se entregan a redes que los llevan a Chile o a las carreteras de Chiapas? ¿Qué nos espera realmente en estos próximos meses donde en el medio de un tercer año de pandemia la pobreza y sus estragos en la República Dominicana chocan con la imagen del país que queremos proyectar?

En fin, las oportunidades deben existir para las grandes mayorías. De ahí la pregunta: ¿cómo repartir el maná del crecimiento entre los que más lo necesitan para que este gobierno sea el gobierno del cambio en aspectos fundamentales que tocan la vida misma de las personas?

Alarman las voces de la Sociedad Dominicana de Pediatría llamando la atención sobre el aumento de un 20% en la mortalidad infantil durante el pasado 2021, al igual que la recrudescencia del dengue y otras enfermedades.

Que una niña de 14 años haya dado a luz al primer bebé del año no es casual y solo refuerza la urgencia de la lucha contra las desigualdades y a favor de los derechos fundamentales de la niñez en la cual están envueltos, entre otros, la educación, la salud, la vivienda.

No solamente debemos velar porque no se produzcan desacatos a los derechos humanos en materia de migración, como los atropellos injustificables a las extranjeras que procuran servicios médicos en la República Dominicana, sino también recordar que las mujeres que votaron a favor del PRM esperan un código penal garante de derechos y a la altura del siglo XXI.

Aprovechemos pues el año 2022 para dar un salto hacia políticas públicas que logren cambiar el comportamiento social, propulsen una justa redistribución y aseguren un clima social favorable al crecimiento.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/las-12-campanadas-de-la-medianoche-9020486.html

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Roberto Cuéllar Martínez: Costa Rica, el país sin ejército que lidera la guerra contra el cambio climático

Hay que reeducar ante la infame prioridad del dinero, las artimañas del poder y ante la destrucción degradante a causa del cambio climático. Desde Centroamérica, este país con renta baja y pocos recursos sigue impartiendo enseñanzas de vida, humana y natural.

El 1 de diciembre de 1948, poco antes de la Declaración Universal de Derechos Humanos, Costa Rica sorprendió al mundo al abolir su ejército y extirpar de un solo tajo cualquier tendencia militarista en la política. Así, sin movilizar ni un tanque de guerra, a lo largo de siete décadas ha sido protagonista de una reafirmación democrática peculiar, a la vez que revolucionaria, en el desarrollo progresivo de sus conquistas sociales y ahora ambientales.

Este acto, genuinamente disruptivo, abrió la senda para reconstruir la ética social y refundar los principios identitarios del pensamiento, la convicción de libertad y la actuación democrática del ser costarricense. Sin duda, esta ha sido la médula que aún sustenta las decisiones transformadoras en paz con la naturaleza, madre y maestra de la convivencia humana.

Al observar lo que sucede en el mundo en términos medioambientales (la insólita devastación de los bosques y las selvas, la contaminación de los océanos, la polución que envenena las sociedades, el deshielo de los glaciares y su influencia en la ralentización de las corrientes oceánicas, la escasez del agua y el riesgo de la reducción en la producción de alimentos, entre otras manifestaciones de terror), se logra inferir que otra guerra no armamentista, aunque igual de devastadora, amenaza a la humanidad.

Desde 1990, el país logró pasar del 47% al 60% de la cobertura boscosa por medio del pago por servicios ambientales. Y es ahora, efectivamente, un territorio más verde con la mayor guarda forestal en Centroamérica. Lo ha hecho sin ejército y con más educación entre el campesinado, a través de excepcionales modificaciones curriculares en el sistema educativo para asegurar una sólida conciencia ambiental entre las actuales y futuras generaciones. Así como a partir de 1950 se canjearon las armas por violines y cuarteles por escuelas, Costa Rica transformó el espacio verde al otorgarle progresión social e imponer gravámenes a los combustibles fósiles en la debida preservación de la masa forestal.

La educación en el país promueve hábitos de consumo diferenciados, fomenta la sensibilidad ecológica y lo hace por medio de prácticas inscritas en los currículos, con adecuada información científica desde la primera edad escolar

En esta obligación erga omnes (contra todos), Costa Rica vuelve a sorprender, porque en medio de la demoledora pandemia no ha dejado atrás los derechos emergentes ambientales, como lo es principalmente el del agua para la vida digna. Hasta 1990 algunos de los países vecinos les calificaron de comunistas por sus avances sociales, y ahora, con severos ajustes fiscales y en medio de la enorme crisis de salud, se empeña progresivamente en proteger más del 25% del territorio en parques nacionales y forestales, meta revolucionaria que emprendió en 1975. Tanto es así que China recién ha puesto atención a la construcción de sistemas de áreas protegidas en referencia a la experiencia costarricense.

En ese sentido, la cultura por la biodiversidad llena de vigor a la escuela. Y aquí cabe destacar el derecho a la educación como eje de sostenibilidad en la preservación de los bienes naturales, antes, durante y después de la pandemia.

Para afrontar esta crisis, Costa Rica una vez más ha puesto en perspectiva su principal bastión revolucionario: la educación como eje democrático, participativo, social, productivo y sostenible. Se han impuesto cambios en la formación integral ambientalista con equidad y en derechos, acciones que acompañamos decididamente la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Una muestra es el proyecto de cambio curricular y participativo orientado a la educación rural y ambiental que se realiza en la periferia del emblemático Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco —15 mil hectáreas bautizadas como la “montaña sagrada del agua”, única en Centroamérica—, justo cuando en este 2022 conmemoraremos el Año Internacional del Desarrollo Sostenible de las Montañas. El proyecto contribuye efectivamente al empoderamiento del aprendizaje sobre derechos humanos y el entorno sostenible de la mano de los gobiernos locales y supervisiones educativas de 45 centros escolares aledaños.

Así, cabe destacar que la educación en el país promueve hábitos de consumo diferenciados, fomenta la sensibilidad ecológica y lo hace por medio de prácticas inscritas en los currículos, con adecuada información científica desde la primera edad escolar. Y es que la misma Constitución Política señala el derrotero social, político y económico de una “Costa Rica natural”, al definir con precisión que “toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado”.

Esta meta humanista muy apremiante y tan propia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 (en especial de los Objetivos  y 13º), y de la transformación educativa que proponemos, solo se logrará incluyendo en el centro del currículo una crítica a los mitos de la modernidad: el consumismo y el dinero. Asimismo, replanteando los esquemas pedagógicos sobre la base de una ética ecológica, de manera que la infancia y juventud escolar crezcan en la solidaridad, la responsabilidad y en la necesaria preservación del planeta Tierra. Hay que reeducar ante la infame prioridad del dinero, las artimañas del poder y ante la destrucción degradante a causa del cambio climático. Desde Centroamérica, la pequeña Costa Rica, con renta baja y pocos recursos, sigue impartiendo enseñanzas de vida —humana y natural— que recordaremos siempre, porque cada lección es liberadora, como aquella magistral que dictó la caducidad del ejército en diciembre de 1948.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/red-de-expertos/2021-12-27/costa-rica-el-pais-sin-ejercito-que-lidera-la-guerra-contra-el-cambio-climatico.html

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