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Argentina: III Congreso Internacional sobre Problemáticas en Educación y Salud

Argentina/05 de Junio de 2017/

El III Congreso Internacional sobre Problemáticas en Educación y Salud se realizará en Buenos Aires del 8 al 10 de junio. El mismo pretende aportar al cambio cultural contemporáneo en dos sentidos: por una parte, en las transformaciones que se requieren para que las personas con discapacidad sean ciudadanos con pleno ejercicio de sus derechos y abandonen el rol histórico de ‘pacientes’ de los diversos equipos de profesionales que incursionan en sus determinaciones.

Por otro, perseverando en alcanzar “un mundo sin etiquetas” en donde niñas, niños y adolescentes con problemas de diversa índole no sean estigmatizados, rotulados y, lo que es aún más grave, medicalizados por sufrimientos subjetivos, materiales, sociales, culturales que esperan ser tenidos en cuenta por los adultos responsables de su cuidado. Bebés, niñas, niños, jóvenes que, a través de diversos síntomas piden que los adultos los escuchemos, miremos, alojemos, acompañemos y ayudemos.

Esta edición del Congreso Internacional será un espacio que convoque a especialistas de la salud, la educación y el trabajo social, entre otras disciplinas, que abordarán temas que nos interpelan a todos desde el marco de la Convención Internacional de los Derechos de las personas con Discapacidad – Ley 26.378/08 (marco regulatorio de mayor relevancia para la toma de decisiones en cuanto a políticas públicas para esta población) y de la Convención sobre los Derechos del Niño (Naciones Unidas, 1989).

Desde el ámbito educativo, la complejidad se presenta en la construcción de escuelas inclusivas con aulas que puedan trabajar en la diversidad atendiendo la calidad y la participación de todo el alumnado. Norma Filidoro -expositora de este Congreso- lo expresa muy claramente: “Una escuela inclusiva es la que puede pensar como alumnos y alumnas a esos niños y esas niñas que no se ajustan a los modos de ser y estar que la escuela, históricamente, prescribe”.

Fuente: https://www.rosario3.com/noticias/III-Congreso-Internacional-sobre-Problematicas-en-Educacion-y-Salud-20170531-0034.html

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Proyecto nuevo Humanismo: aspirando a comprender

Por: José Antonio Marina

El humanismo se bate en retirada. En todos los países se presiona a los sistemas educativos para que den prelación a las STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics). Son conocimientos imprescindibles para sobrevivir en una sociedad del conocimiento. Una ‘persona culta’ parece un ser anacrónico en la época de Google. Un dinosaurio digno de exhibirse en un parque temático. Prestigiosas voces tecnológicas nos hablan de la aparición del ‘transhumanismo’, de la superación de la especie humana. Sucederá alrededor de 2040, dice la Singularity University, creada por Ray Kurzweil, jefe de investigación de Google. Es decir, a los recién nacidos les va a coger al llegar a la adolescencia. Esto vuelve más obsoletas aún las tradicionales disciplinas humanistas, que para esos tecnólogos se referirán a la ‘antigua especie’.

En esta situación resulta escandaloso que los ‘humanistas’ actuales defiendan tan mal el valor de lo que hacen, tal vez porque piensen, equivocadamente, que el buen paño en el arca se vende. Periódicamente se oyen voces reclamando una mayor presencia de las humanidades en nuestras aulas, pero sin explicar qué se entiende por ‘humanidades’ y por qué se las debe prestar atención. Son afirmaciones que se repiten retóricamente, más como queja que como propuesta. Hoy día, los padres se tranquilizan si sus hijos dicen que quieren hacer ciencias, y se angustian si les oyen que quieren estudiar letras. De nada vale decirles que en las humanidades está la salvación porque, dicho así, es una tontería sin credibilidad.

No da por sentado que leer a Homero sea mejor que aprender a manejar una aplicación o que el latín es mejor que la informática

Por eso, creo que es necesaria una justificación de las humanidades ‘base cero’, es decir, sin dar por supuesto que son valiosas. Pondré como ejemplo una de las disciplinas humanísticas más castigadas en los actuales programas: la historia. ¿Debe un futuro científico conocer la historia de su ciencia o solo su estado actual? Los economistas han inventado una noción de gran utilidad: el ‘coste de oportunidad’. Una inversión económica no debe evaluarse solo por lo que va a conseguir, sino también por lo que se deja de conseguir al emplear los recursos de esa manera. ¿Qué es mejor, construir una línea de AVE o tres hospitales? Respecto a la educación, sucede lo mismo. Sería estupendo estudiar griego, latín, historia del arte, música, filosofía, plástica, manualidades, cocina, además de inglés, informática, matemáticas, etc. El problema aparece cuando hay que administrar un tiempo limitado y es preciso elegir.

El Proyecto nuevoHUMANISMO, en que trabajo, se encara con este problema. No da por sentado que leer a Homero sea mejor que aprender a manejar bien una aplicación de móvil. No se le ocurre pensar que el latín organiza mejor la mente que la programación informática. Podría llamarse también ‘humanismo de tercera generación’ (Humanismo3G).

Dos culturas separadas

La primera generación se definió por oposición a la teología. Las ‘letras humanas’ se separaban de las ‘letras divinas’. El humanismo entonces incluía letras y ciencias, filosofía y matemáticas, arte y técnica. Si leen la ‘Enciclopedie’, símbolo de la Europa ilustrada, verán esta mezcla. Junto a artículos sobre las religiones o la inmortalidad del alma aparecen otros dedicados a los tornillos y a los telares. La segunda generación escindió este humanismo básico, e introdujo la división entre ‘ciencias’ y ‘letras’, entre las ‘ciencias de la naturaleza’ y las ‘ciencias del espíritu’. Como Snow señaló con frase certera, han acabado por ser ‘dos culturas’ separadas. Lo expuso elocuentemente, en el texto que les invito a leer:

«Son muchos los días que he pasado con científicos en las horas de trabajo para salir luego de noche a reunirme con colegas literatos. Y, viviendo entre dichos grupos, se me fue planteando el problema que desde mucho antes de confiarlo al papel había bautizado en mi fuero interno con el nombre de ‘las dos culturas’. Se trata de dos grupos polarmente antitéticos: los intelectuales literarios en un polo, y en el otro los científicos. Entre ambos polos, un abismo de incomprensión mutua; algunas veces (especialmente entre los jóvenes) hostilidad y desagrado, pero más que nada falta de entendimiento recíproco. Los científicos creen que los intelectuales literarios carecen por completo de visión anticipadora, que viven singularmente desentendidos de sus hermanos los hombres, que son en un profundo sentido anti-intelectuales, anhelosos de reducir tanto el arte como el pensamiento al momento existencial. Cuando los no científicos oyen hablar de científicos que no han leído nunca una obra importante de la literatura, sueltan una risita entre burlona y compasiva. Los desestiman como especialistas ignorantes. Una o dos veces me he visto provocado y he preguntado [a los no científicos] cuántos de ellos eran capaces de enunciar el segundo principio de la termodinámica. La respuesta fue glacial; fue también negativa. Y sin embargo lo que les preguntaba es más o menos el equivalente científico de ‘¿Ha leído usted alguna obra de Shakespeare?’. (C. P. Snow, ‘Las dos culturas y un segundo enfoque’, Alianza Editorial, Madrid, 1987, pp. 14 y 24).

No pienso que haya una especie de conspiración de los tecnólogos para robotizar a nuestra especie o cosas parecidas

El asunto es que ha triunfado claramente la ‘cultura tecno-científica’, entre otras cosas porque ha producido mejoras admirables en el bienestar humano. Lo que me preocupa es que esa cultura va a ser la encargada de redefinir la naturaleza humana. No pienso que haya una especie de conspiración de los tecnólogos para robotizar a nuestra especie o cosas parecidas. Los grandes cambios aparecen como consecuencias no buscadas intencionadamente. La técnica —como el mercado, como las modas, o como los atascos de tráfico— tiene un dinamismo circular, en el que los propios agentes son sujetos pacientes de lo que hacen. El nuevoHUMANISMO parte de un axioma fundacional: las instituciones humanas —políticas, religiosas, culturales— guardan la experiencia de la humanidad. Cada vez que algún movimiento ha querido olvidar esa experiencia, comenzar de cero —como ha ocurrido en las revoluciones políticas, y puede suceder también en la tecnológica—, se cometen tremendos errores por ignorancia.

Concentrated senior female mathemathics professor writing a formula to the chalkboard.. Personal Perspective, Selective focus, small DOF. Natural interior light.
Concentrated senior female mathemathics professor writing a formula to the chalkboard.. Personal Perspective, Selective focus, small DOF. Natural interior light.

De la misma manera que para mejorar nuestra salud en el futuro necesitamos conocer nuestro genoma biológico —efecto de cientos de miles de años de evolución—, necesitamos conocer nuestro ‘genoma cultural’, que se ha ido configurando también a lo largo de miles de años. Pondré un ejemplo político. Nuestro modo de pensar la política utiliza herramientas mentales heredadas, que se fueron elaborando para enfrentarse con problemas. ¿Por qué apareció la idea de ‘soberanía’, o la de ‘nación’, o la de ‘derecho subjetivo’, o la de ‘dignidad como fuente de derechos’, o el valor de la ‘autonomía’? El nuevoHUMANISMO se basa por ello en la ciencia de la evolución de las culturas, que nos permitirá comprender nuestros aciertos y nuestros errores, nuestra grandeza y nuestra ferocidad, lo que nos une y lo que nos separa.

​Aspiramos a comprender

El nuevoHUMANISMO, el Humanismo3G, no enfrenta letras y ciencias, laicismo y religión, arte y técnica, sino que aspira a comprender todas esas creaciones humanas. No pretende conocerlas en sus inabarcables realizaciones, sino comprender por qué y cómo surgen de la inteligencia que las ha inventado. El gran Wilhem Dilthey, uno de los padres del nuevoHUMANISMO, pensaba que la única forma de definir al ser humano es estudiando aquellas actividades a las que se ha dedicado a lo largo de la historia: ha creado arte y ciencia, matemática y juegos, religiones y formas políticas, poesía y técnica. Antes de dar un salto hacia el transhumanismo, me parece imprescindible conocer la humanidad, no sea que vayamos a tirar al niño con el agua de la bañera.

El Proyecto nuevoHUMANISMO necesita el mayor apoyo posible. Espero que El Confidencial, tan atento a lo que pasa, acoja y proteja la iniciativa, que me parece apremiante. Quien desee recibir más información, o colaborar de alguna manera, puede enviarme su referencia a contacto@joseantoniomarina.net.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/educacion/2017-04-18/educacion-humanismo-letras-ciencias-pedagogia_1368022/

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“La educación no es la responsable de arreglar la situación, pero puede hacer mucho”

21 de febrero de 2017/Fuente: Diario de la educación

Con el horizonte de un posible pacto por la educación, en una situación de crisis económica, social y ambiental, Yayo Herrero, apuesta por cambios políticos, económicos y sociales, con la educación como palanca para el cambio cultural.

Yayo Herrero, además de se directora general de FUHEM*, es integrante de Ecologistas en Acción. Su trayectoria ha estado siempre vinculada a los movimientos sociales, a la ecología y también al feminismo.

Es, además, una de las personas que abrirá el primer coloquio de Diálogos por la Educación, iniciativa de la Educación que nos une para intentar llevar fuera del Congreso y del Ministerio la conversación alrededor del pacto por la educación y de la futura ley educativa. Una conversación que tratará sobre qué clase de educación necesitamos para el mundo que queremos construir. Hablamos con ella sobre los temas que se tratarán en este primer diálogo (día 22 de febrero, a las 19.00 en el Ateneo de Madrid).

Tras años de crisis económica ¿Cuál es la situación actual?

Estamos en un momento que podemos calificar como de gran encrucijada, en las relaciones entre seres humanos y también en las relaciones de los seres humanos con la naturaleza. Creo que la forma más clara de enmarcar los rasgos principales de esa encrucijada es una profundísima crisis ecológica; los ecosistemas del planeta están empezando a dar síntomas de colapso. Lo vemos en cuestiones energéticas y materiales, pero también en la dinámica del calentamiento global, en la alteración de los ciclos naturales, en la pérdida de biodiversidad, el sostén material de los seres humanos.

Esta situación de previsible colapso de los sistemas naturales, si no hacemos nada para remediarlo, coincide con un aumento de las desigualdades: en términos de renta, en términos territoriales (algunos lugares son utilizados como minas o grandes vertederos y las personas que viven en ellos muchas veces se ven forzadas a migrar). Tenemos el espejo delante de la mal llamada crisis de refugiados que refleja ese fenómeno de expulsión de muchas personas de sus territorios y de dificultad o de quedarse en una tierra de nadie desde la que no pueden llegar a ningún lado. También desigualdades de género. Este es el lado oscuro de la situación que vivimos. Viendo cómo crecen dinámicas de corte neo fascista…

Y en el otro lado, en el otro polo, se están produciendo un enorme crecimiento de la contestación social, de las movilizaciones. Tenemos movimientos en Polonia, en Rumanía, movilizaciones en diversos países europeos, lo que está sucediendo en Estados Unidos en respuesta al fenómeno de Donald Trump. Se da esa situación de mucha gente buscando y tratando de organizarse para gestionar un cambio.
La educación vive en este contexto. En el debatirse en para qué educa o para qué contexto educa. Y ese suelo material que pisamos es clave.

Con esta foto, ¿qué mundo queremos conseguir?

Yo aspiro, por una cuestión de simple viabilidad de la vida humana, a un mundo que sea capaz de ajustarse a los límites físicos del planeta. Eso implica apostar por cambios en los metabolismos económicos globales y por aplicar un principio de suficiencia global, es decir, aprender a vivir con muchos menos recursos, materiales, energía. Y hacerlo, además, en un marco de justicia. Siendo conscientes de que una parte de la población de este planeta necesita mayor consumo material y que, por tanto, los mayores decrecimientos materiales los tienen que hacer aquellos sectores de la población que consumen hoy muy por encima de lo que les posibilitan sus territorios.

En este complejo panorama ¿Qué papel puede jugar la educación?

La educación no es la responsable de arreglar esto, básicamente. Quiero decir que, con frecuencia, cuando hablas de estas cosas, en muchos foros alguien acaba diciendo: “Esto lo importante es abordarlo en la educación para que los niños y las niñas cuando llegue no sé qué año…”. Pero no tenemos tiempo y, además, los niños y las niñas que van a la escuela se educan con los profesores y profesoras y con las familias que tienen ahora. Y parece difícil conseguir cambios sustanciales con unas configuraciones curriculares y con un perfil de personas enormemente bienintencionado que educan pero que muchas de estas reflexiones no las tienen presentes.

Por tanto, lo que necesitamos son cambios, obviamente, en la esfera económica, en la política, en la redistribución de la riqueza. En todo ese marco, la educación juega o puede jugar un papel de ayudar a cambiar los imaginarios sociales necesarios para afrontar estos procesos o un papel continuista, ayudando a que esos imaginarios reproduzcan los mismos esquemas que nos están llevando a la situación en la que estamos.

Dicho esto, y dicho que la educación no es quien tiene que redistribuir la riqueza ni resolver los problemas de desigualdades ni quien responde a los cambios de modelos productivos, desde la educación se puede hacer mucho.

Ese mucho tiene que ver con una revisión de los programas curriculares. Creo que es muy importante hacer una revisión de qué es lo que niñas y niños estudian en los centros porque los contenidos señalan lo que a la sociedad le parece que es importante aprender para que los seres que se incorporan al modelo productivo sigan viviendo en ella… Creo que es importante hacer una revisión de qué valores; necesitamos que el conjunto de la sociedad aprenda a vivir con menos elementos materiales, menos energías y presionando menos sobre el planeta y en condiciones igualitarias, parece que los valores de suficiencia, superadores de un modelo de consumo, de la confusión entre bienestar y crecimiento económico… estas cosas pueden ser muy trabajadas en la escuela.

Pueden ser lugares donde niñas y niños aprendan a cooperar, donde se aprenda el valor de la cultura del cuidado, donde se empiecen a experimentar la organización en asociaciones, donde se aprenda a construir y reconstruir pero también a desobedecer, a transgredir.

¿Qué ha de ser la calidad educativa?

Cuando hablamos de calidad educativa está detrás siempre la pregunta de para qué mundo queremos educar o con qué modelos queremos educar.

Una educación de calidad será la que consiga formar integralmente personas críticas y con competencias para construir y para ayudar a empujar hacia ese mundo que queremos.

A veces tengo la sensación de que cuando hablas de calidad en la educación te vas directamente a un modelo de competencia en inglés, o que forme personas en relación con el crecimiento económico y el modelo productivo… Si decimos que detrás de esas lógicas económicas está el deterioro físico del planeta, del que dependemos para vivir, me resulta complicado llamar educación de calidad a la que forme personas para un mercado que se desarrolla en contra de la naturaleza.

Más bien creo que educación de calidad será aquella que contribuya a formar personas que sean capaces de vivir en esa sociedad, que se relacionen armónicamente con la naturaleza y que genere unas relaciones entre las personas fundamentalmente de cooperación y más igualitarias.  Efectivamente, ambas visiones de la calidad o de la innovación educativa son radicalmente distintas.

Ahora queremos dibujar una nueva ley, enmarcada en un pacto. ¿Quién crees que debe opinar en este proceso?

Por empezar, por la parte de quién no debe decidir en solitario, no debe ser un tema exclusivamente de políticos ni expertos. Creo que el pacto educativo es enormemente importante porque marca qué cosas son fundamentales que se aprendan, o cómo deben aprenderse o quiénes deben aprenderlas para construir el marco social en el que queremos vivir.

Me parece fundamental que intervenga el profesorado, el alumnado, las familias… el conjunto de las comunidades educativas tienen que estar presentes y ser partícipes en un pacto educativo. Es absolutamente clave.

(*) Fundación Hogar del Empleado es una Fundación con más de 50 años de vida que empezó con el objetivo de dar cobertura a algunas necesidades no cubiertas desde el Estado, fundamentalmente, en lo relativo a la educación. Hoy cuenta con tres centros educativos concertados, además de ser una potente organización en el ámbito del estudio de las realidades ecosociales de nuestro país, así como del mundo.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/02/20/la-educacion-no-es-la-responsable-de-arreglar-la-situacion-pero-puede-hacer-mucho/

Imagen: eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/02/DSC_4480_converted-e1487324683508.jpg

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Libro: Cultura y neoliberalismo

Cultura y neoliberalismo

Alejandro Grimson. [Compilador]

Alejandro Grimson. Daniel Mato. Alejandro Maldonado Fermín. Eduardo Domenech. Rossana Reguillo. Marcelo Carvalho Rosa. Eliseo Colón. Pablo Semán. Ruben George Oliven. Victor Vich. Carlos Alberto Steil. Isabel C. M. Carvalho. Myriam Jimeno. Teresa Cáceres Ortega. Caleb Faria Alves. Juan Poblete. Claudia Briones. Lorena Cañuqueo. Laura Kropff. Miguel Leuman. [Autores de Capítulo]

Colección Grupos de Trabajo.
ISBN 978-987-1183-69-2
CLACSO.
Buenos Aires.
Julio de 2007

Neoliberalismo es, generalmente, sinónimo de un tipo de política o modelo económico. En este libro, neoliberalismo se refiere también a la configuración sociocultural que hace posible, y que resulta de, esa forma de la economía y la política. La pregunta que recorre estos textos alude a las condiciones históricas de la imaginación social que tornaron posibles y emergieron como consecuencia de las políticas neoliberales. El desafío consiste en realizar un análisis y balance del período que se abre en diferentes países latinoamericanos entre fines de los años ochenta e inicios de los noventa. Como configuración cultural que excede un tipo de gobierno o de política económica, el neoliberalismo incidió (e incide) en los modos en que el mundo es narrado, en los sentidos adjudicados al pasado y el futuro, en las características de los proyectos intelectuales, en las prácticas de la vida cotidiana, en la percepción y uso del espacio, en los modos de identificación y acción política. Comprender los sentidos comunes como cultura tiene una larga tradición, a la vez que adquiere, en cada circunstancia, una implicancia política. Interrogarse por los sentidos comunes, en plural, implica no sólo preguntarse por la institución de la hegemonía, sino también por su eficacia sobre los sectores que subalterniza. El Grupo de Trabajo Cultura y Poder del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) se propuso, a través de trabajos de investigación, desnaturalizar los sentidos instituidos en nuestros países acerca de cómo debe operar e intervenir un sujeto en el escenario público, con cuáles categorías puede o debe identificarse; acerca de la relación entre lo privado, el consumo y los consensos simbólicos; acerca de los proyectos políticos y el papel de los intelectuales.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/pais_autor_libro_detalle.php?id_libro=89&campo=autor&texto=269&pais=2

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La privatización de la educación superior y las Ciencias Sociales en Argentina .

Un estudio de las carreras de Psicología y Economía.

Mariano Ben Plotkin.
Colección Becas de Investigación.
ISBN 987-1183-44-5
CLACSO.
Buenos Aires.
Junio de 2006
 

El propósito de este libro es examinar algunas consecuencias poco estudiadas del proceso de cambio cultural que sufrió nuestro país sobre todo a partir de la década de 1990. En particular, el trabajo focaliza en algunas dimensiones específicas del espacio de intersección entre dos campos estrechamente vinculados: el de las ciencias sociales y el universitario, en un espacio geográfico y cultural definido, la Ciudad de Buenos Aires, para intentar comprender cómo se articula la variable educación pública-educación privada con la definición de ciertas propiedades dentro de dos disciplinas, psicología y Economía. Este trabajo se realizó a partir de los resultados de una encuesta realizada en 2003 a más de 650 estudiantes que cursaban estas carreras en la Universidad de Buenos Aires y en seis universidades privadas de distinto tipo.

Se analizan los cruces e interacciones entre los desarrollos recientes en el sistema de educación superior, en particular la interacción entre universidad pública y universidad privada, y los cambios producidos en el interior de los dos campos disciplinarios, delineando definiciones y redefiniciones en los sistemas de jerarquía, expectativas y propiedades sociales de los aspirantes a integrarse en los mismo.
La elección de estos dos campos disciplinarios se debe al hecho de que en las últimas cuatro décadas la Psicología y la Economía han desbordado sus ámbitos específicos de aplicación y han constituido en Argentina verdaderas “culturas”, grillas de inteligibilidad para comprender la realidad. Una parte importante del vocabulario originado en ambas disciplinas ha sido incorporado por la sociedad para referirse a todo tipo de situaciones sociales y políticas.
Fuente: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/becas/20110125083404/plotkin.pdf
Imagen: http://www.clacso.org.ar/clacso/novedades_editoriales/img_tapas/144_Tapa.gif
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Argentina: Educación en América Latina, más cobertura, pero “de mala calidad”

América del Sur/Argentina/23 de agosto de 2016/Fuente: elpais

Un estudio internacional liderado por los expresidentes Lagos y Zedillo propone cambios estructurales para revertir el atraso regional.

Los países de América Latina han hecho “importantes progresos en expandir la cobertura de sus sistemas educativos” con recursos económicos cada vez más importantes, pero han fallado en la calidad y “los déficits de aprendizaje siguen siendo alarmantes”. Esta ha sido la conclusión de un informe elaborado por la Comisión para la Educación de Calidad para Todos, convocada por Diálogo Interamericano y liderada por los expresidentes de Chile, Ricardo Lagos (2000-2006), y de México, Ernesto Zedillo (1994-2000). “La región está llegando a un cambio de paradigma”, donde lo que mide el desarrollo ya no es el ingreso per cápita de los ciudadanos, sino la distribución de los ingresos, advirtió Lagos durante la presentación del texto en Buenos Aires.

América Latina destina hoy, en conjunto, más de cuatro puntos de su Producto Interior Bruto (PIB) a la educación, pero los resultados de las evaluaciones internacionales la colocan muy por debajo del promedio de los países ricos. Además, se ha avanzado poco en la lucha contra la deserción escolar, otro flagelo regional. Uno de cada seis latinoamericanos abandona el segundo ciclo cada año y en 2010 sólo la mitad de los jóvenes de entre 20 y 24 años completó su educación secundaria, según datos de la Unesco.

“Se invirtió mucho, pero no en calidad. La diferencia en niveles de progreso de aprendizaje son impresionantes y pone a América Latina en desventaja en la competencia económica”, dijo Ariel Fiszbein, relator del informe, tituladoConstruyendo una educación de calidad: un pacto con el futuro de América Latinay publicado en formato libro por la Fundación Santillana.

El informe mereció la atención del gobierno de Argentina, que prestó el espacio de la Casa Rosada para su presentación. El debate se trasladó más tarde a la sede argentina de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).

Además de un detallado estado de situación, el texto es una propuesta hacia el futuro, con seis líneas concretas de trabajo. Los expertos recomiendan a los Estados atender el desarrollo infantil temprano, apuntar a la excelencia docente con un sistema basado en la “meritocracia”, promover sistemas fiables de evaluación de aprendizajes y utilizar las nuevas tecnologías en el marco de nuevos programas educativos. También que los contenidos a transmitir sean relevantes para el mercado de trabajo y alcanzar un financiamiento “sustentable en el tiempo”. Conscientes de la “inercia” del sistema actual y la “resistencia” que pueden encontrar las reformas “sobre todo entre los docentes”, la Comisión recomienda “un gran pacto social que comprometa a todos los sectores para generar el cambio”, dijo Fiszbein.

Se trata, en todo caso, de impulsar un cambio cultural en la región. Pero Lagos advierte que no alcanza con promover mejores contenidos o designar más recursos. “Al analizar el informe hay que ver el contexto de la región y los cambios que se dan en el mundo”, pidió. “Es importante tener en cuenta que todo lo que hagamos será a largo plazo. Cuando, en el futuro, nos pregunten por los ingresos también nos preguntarán cuantos gases de efecto invernadero emitimos per cápita. América Latina está entre cinco y seis toneladas por año y debemos emitir dos. Acercarnos a esa meta será el verdadero indicador de civilidad. Por eso la gran pregunta es cómo educamos a los jóvenes para poder cumplir con esa meta”, opinó el expresidente de Chile.

Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/08/23/argentina/1471959196_824572.html

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