Kenia: OMS y ONU Medio Ambiente firman acuerdo contra contaminación ambiental

Kenia/Enero de 2018/Fuente: El Espectador

Erik Solheim, Director Ejecutivo de ONU Medio Ambiente, y Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, firmaron el 10 de enero en Nairobi un acuerdo para combatir la contaminación atmosférica, el cambio climático y la resistencia a los antimicrobianos, así como para mejorar la coordinación en gestión de residuos y productos químicos, calidad del agua, y alimentación y nutrición.

La colaboración también incluye la gestión de la campaña Respira la Vida, que busca reducir la contaminación del aire a favor de múltiples beneficios climáticos, ambientales y de salud.

Según un comunicado de ONU Medio Ambiente, este acuerdo de cooperación es el más significativo en más de 15 años.

«Nuestra salud está directamente relacionada con la salud del medio ambiente en el que vivimos. Juntos, los riesgos del aire, el agua y los productos químicos matan a unas 12.6 millones de personas al año», dijo Tedros. «La mayoría de las muertes por causas ambientales ocurren en países en desarrollo en Asia, África y América Latina, donde la contaminación genera los mayores costos para la salud», agregó.

Atención puesta en la salud

La colaboración entre las dos entidades, dos de las más grandes del mundo, se ocupará de:

Calidad del aire: un control más eficaz de la calidad del aire, incluida la orientación a los países sobre los procedimientos operativos estándar; evaluaciones ambientales y de salud más precisas, incluida la evaluación económica; y promoción, incluida la campaña Respira la Vida, que busca la reducción de la contaminación del aire a favor de beneficios climáticos y de salud.

Clima: Abordar las enfermedades transmitidas por vectores y otros riesgos para la salud relacionados con el clima, incluso a través de una evaluación mejorada de los beneficios para la salud derivados de las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático.

Agua: Asegurar un monitoreo efectivo de los datos sobre calidad del agua, incluso a través del intercambio de datos y el análisis colaborativo de los riesgos de la contaminación para la salud.

Residuos y productos químicos: promoción de una gestión más sostenible de los desechos y los productos químicos, especialmente en el área de los plaguicidas, los fertilizantes y el uso de antimicrobianos. La colaboración tiene como objetivo avanzar hacia una gestión responsable de los productos químicos en el ciclo de vida para 2020, un objetivo establecido en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible de 2012.

Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/oms-y-onu-medio-ambiente-firman-acuerdo-contra-contaminacion-ambiental-articulo-733292

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Trabajando para mejorar la formación mundial del profesorado en la educación sobre el cambio climático

Europa/Alemania/Prensa IE

La educación internacional ha inyectado la voz de los maestros en un evento reciente sobre el cambio climático auspiciado por la ONU, destacando la necesidad de capacitar a los maestros para mejorar los planes de estudios y alcanzar una mayor sensibilización sobre los temas asociados al cambio climático.

La federación de maestros globales se unió a la comunidad internacional en Bonn, Alemania, del 8 -18 de mayo, en la Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas. La conferencia tuvo como objetivo revisar los progresos realizados en el Acuerdo de París 2015 y el trabajo realizado posterior a la 22 ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22), celebrada en Marrakech, Marruecos, en noviembre el 2016.

Intercambio de las mejores prácticas

El evento, que tuvo lugar antes de la COP23 de noviembre en Bonn, permitió a los interesados compartir sus ideas y mejores prácticas sobre educación y formación sobre el cambio climático. Esto se llevó a cabo en el marco del Diálogo para la Acción Climática, una iniciativa lanzada en la COP18 que adoptó directrices sobre educación, formación y sensibilización para el público en general. Esto estaba en consonancia con el artículo 6 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se refiere a la necesidad de informar mejor, educar y formar a las personas en el tema del cambio climático.

El trabajo se llevó a cabo en el transcurso de dos sesiones, permitiendo a los interesados ​​tener en cuenta que, a pesar de los avances esporádicos aún mayor en algunos países, la mayoría de los maestros carecen de la formación y los recursos para proveer educación de calidad sobre el cambio climático.

Recursos basados ​​en la acción

Marie-Christine Ghanbari, profesora de la Universidad de Münster de Alemania, y finalista del Premio Global Maestro 2017, dijo a los asistentes que “es difícil de enseñar este tema cuya naturaleza abstracta puede distraer fácilmente a los estudiantes, y los estudiantes más jóvenes en particular. Es por esto que es importante utilizar métodos de enseñanza orientados hacia la acción y la cooperación. Nuestros maestros están actualmente enseñando a los futuros agentes de cambio en nuestras sociedades. Por lo tanto, proporcionándoles recursos para que coincida con sus responsabilidades es urgente!”

Esta observación, compartida por los miembros de la Educación Internacional (EI), también podría aplicarse a todos los temas relacionados con los retos que enfrenta la educación el desarrollo sostenible en donde formación de la profesión docente sigue siendo lamentablemente insuficiente. Esto es particularmente cierto en un contexto global de la escasez de docentes y la contratación masiva de personal insuficientemente cualificado.

El éxito de Bélgica

Sin embargo, mientras que las lagunas en la formación y la falta de recursos siguen siendo considerables, un número creciente de herramientas para la enseñanza sobre el cambio climático, hacen que sea posible llevar a cabo experimentos prometedores. En Bélgica, por ejemplo, una herramienta web llamada “ Mon2050 ” (Mi 2050) se dirige a los estudiantes de escuelas públicas y secundaria y alienta el debate sobre el cambio climático. Permite a diversos escenarios de transición a una sociedad de bajo carbono 2050 para ser explorado. Este y otros ejemplos demuestran que aunque los recursos pueden faltar, imaginación y creatividad no lo son.

Sin embargo, la IE destaca que estos experimentos alentadores no deben ocultar la necesidad urgente de movilizar suficientes recursos financieros de todo el mundo con el fin de garantizar la formación adecuada del profesorado, lo cual es un requisito previo a la educación de calidad sobre el cambio climático.

Fuente: https://www.ei-ie.org/en/detail/15066/work-underway-to-improve-teacher-training-on-climate-change-education

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Una ética para la Madre Tierra

Por: Leonardo Boff

Hoy es un hecho científicamente reconocido que los cambios climáticos, cuya expresión mayor es el calentamiento global, son de naturaleza antropogénica, con un grado de seguridad del 95%. Es decir, tienen su génesis en un tipo de comportamiento humano violento con la naturaleza.

Este comportamiento no está en sintonía con los ciclos y ritmos de la naturaleza. El ser humano no se adapta a la naturaleza sino que la obliga a adaptarse a él y a sus intereses. El mayor interés, dominante desde hace siglos, se concentra en la acumulación de riqueza y de beneficios para la vida humana a partir de la explotación sistemática de los bienes y servicios naturales, y de muchos pueblos, especialmente, de los indígenas.

Los países que hegemonizan este proceso no han dado la debida importancia a los límites del sistema-Tierra. Continúan sometiendo a la naturaleza y la Tierra a una verdadera guerra, a pesar de que saben que serán vencidos.

La forma como la Madre Tierra demuestra la presión sobre sus límites intraspasables es mediante los eventos extremos (prolongadas sequías por un lado y crecidas devastadoras por otro; nevadas sin precedentes por una parte y oleadas de calor insoportables por otra).

Ante tales eventos, la Tierra ha pasado a ser el claro objeto de la preocupación humana.

Las numerosas COPs (Conferencia de las Partes), organizadas por la ONU nunca llegaban a una convergencia. Solamente en la COP21 de París, realizada del 30 de noviembre al 13 de diciembre de 2015 se llegó por primera vez a un consenso mínimo, asumido por todos: evitar que el calentamiento supere los 2 grados Celsius.

Lamentablemente esta decisión no es vinculante. Quien quiera puede seguirla, pero no existe obligatoriedad, como lo mostró el Congreso norteamericano que vetó las medidas ecológicas del presidente Obama. Ahora el presidente Donald Trump las niega rotundamente como algo sin sentido y engañoso.

Va quedando cada vez más claro que la cuestión es antes ética que científica. Es decir, la calidad de nuestras relaciones con la naturaleza y con nuestra Casa Común no eran ni son adecuadas, más bien son destructivas.

Citando al Papa Francisco en su inspiradora encíclica Laudato Si: sobre el cuidado de la Casa Común (2015): «Nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los últimos dos siglos… estas situaciones provocan el gemido de la hermana Tierra, que se une al gemido de los abandonados del mundo, con un clamor que nos reclama otro rumbo» (n. 53).

Necesitamos, urgentemente, una ética regeneradora de la Tierra, que le devuelva la vitalidad vulnerada a fin de que pueda continuar regalándonos todo lo que siempre nos ha regalado. Será una ética del cuidado, de respeto a sus ritmos y de responsabilidad colectiva.

Pero no basta una ética de la Tierra. Es necesario acompañarla de una espiritualidad.

Ésta hunde sus raíces en la razón cordial y sensible. De ahí nos viene la pasión por el cuidado y un compromiso serio de amor, de responsabilidad y de compasión con la Casa Común, como por otra parte viene expresado al final de la encíclica del obispo de Roma, Francisco.

El conocido y siempre apreciado Antoine de Saint-Exupéry, en un texto póstumo escrito en 1943, Carta al General “X” afirma con gran énfasis: «No hay sino un problema, sólo uno: redescubrir que hay una vida del espíritu que es todavía más alta que la vida de la inteligencia, la única que puede satisfacer al ser humano» (Macondo Libri 2015, p. 31).

En otro texto, escrito en 1936 cuando era corresponsal de Paris Soir durante la guerra de España, que lleva como título Es preciso dar un sentido a la vida, retoma la vida del espíritu. En él afirma: «el ser humano no se realiza sino junto con otros seres humanos en el amor y en la amistad. Sin embargo los seres humanos no se unen sólo aproximándose unos a otros, sino fundiéndose en la misma divinidad. En un mundo hecho desierto, tenemos sed de encontrar compañeros con los cuales con-dividir el pan» (Macondo Libri p.20).

Al final de la Carta al General “X” concluye: «¡Cómo tenemos necesidad de un Dios!» (op. cit. p. 36).

Efectivamente, sólo la vida del espíritu da plenitud al ser humano. Es un bello sinónimo de espiritualidad, frecuentemente identificada o confundida con religiosidad. La vida del espíritu es más, es un dato originario y antropológico como la inteligencia y la voluntad, algo que pertenece a nuestra profundidad esencial.

Sabemos cuidar la vida del cuerpo, hoy una verdadera cultura con tantas academias de gimnasia. Los psicoanalistas de varias tendencias nos ayudan a cuidar de la vida de la psique, para llevar una vida con relativo equilibrio, sin neurosis ni depresiones.

Pero en nuestra cultura olvidamos prácticamente cultivar la vida del espíritu que es nuestra dimensión radical, donde se albergan las grandes preguntas, anidan los sueños más osados y se elaboran las utopías más generosas. La vida del espíritu se alimenta de bienes no tangibles como el amor, la amistad, la convivencia amigable con los otros, la compasión, el cuidado y la apertura al infinito. Sin la vida del espíritu divagamos por ahí sin un sentido que nos oriente y que haga la vida apetecible y agradecida.

Una ética de la Tierra no se sustenta ella sola por mucho tiempo sin ese supplément d’ame que es la vida del espíritu. Ella hace que nos sintamos parte de la Madre Tierra a quien debemos amar y cuidar.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/04/29/una-etica-para-la-madre-tierra-2/#.WQVosLjau01

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