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Frei Betto: El descuido de la formación ideológica, causa de los retrocesos en gobiernos progresistas en América Latina

Brasil/20 de Mayo de 2018/Resumen Latinoamericano

-Para el fraile dominico brasileño, Frei Betto, una de las causas principales de los retrocesos en gobiernos progresistas en América Latina es el descuido en la formación ideológica de la sociedad.

A su juicio, no se trata de un fenómeno nuevo ni propio del continente, pues ya se había dado en la antigua Unión Soviética y en el resto de Europa del Este.

Durante su participación en la II Conferencia Internacional Con todos y para el bien de todos, dedicada a José Martí, Betto defendió esos criterios a la luz del pensamiento político y antimperialista martiano.

Señaló que la región avanzó mucho en los últimos años, se logró elegir jefes de Estado progresistas, conquistar conexiones continentales importantes como la alianza bolivariana, Celac, Unasur, pero se cometieron errores.

Precisó que uno de ellos fue descuidar la organización popular, el trabajo de educación ideológico y “allí entra en juego José Martí porque él siempre se preocupó por el trabajo ideológico”, agregó.

Según el teólogo de la liberación, los retrocesos en una sociedad desigual significan que hay una permanente lucha de clases. “No podemos engañarnos, pues no se garantiza el apoyo popular a los procesos dando al pueblo sólo mejores condiciones de vida, porque eso puede originar en la gente una mentalidad consumista”, aseveró.

El problema está -afirmó Betto- en que no se politizó a la nación,  no se hizo el trabajo político, ideológico, de educación, sobre todo en los jóvenes, y ahora la gente se queja porque ya no puede comprar carros o pasar vacaciones en el exterior.

En su opinión, hay un proceso regresivo porque no se ha desarrollado una política sostenible, no hay una reforma estructural, agrarias, tributarias, presidenciales, políticas. “Encauzamos una política buena pero cosmética, carente de raíz, sin fundamentos para su sustentabilidad”.

Al referise a Brasil, espera que no pase lo peor, el regreso de la derecha al poder. Según su análisis, eso depende mucho de Dilma en los próximos dos o tres años. “Pero lamentablemente, por lo pronto, no hay señal de que va a cambiar la política económica que hace daño a los más pobres y favorece a los más ricos”, afirmó.

Aseveró que el consumismo y la corrupción están matando la utopía en pueblos de nuestra América, como Argentina y otros, porque -señaló- la gente no tiene perspectivas de sentido altruista, solidario, revolucionario, de la vida, se va hacia el consumismo, y eso afecta toda perspectiva socialista y cristiana, que es desarrollar en la gente valores solidarios. “La solidaridad es el valor mayor tanto del socialismo como del cristianismo”, subrayó.

Betto insistió en que en eso radica la falla en gobiernos progresistas. En su opinión no se hizo un trabajo de base, de formación ideológica de la gente.

Agregó que la educación para el amor, para la solidaridad, es un proceso que hay que desarrollar pedagógicamente, y como eso no se cuidó desde un primer momento, ahora se afrontan las consecuencias lamentablemente.

Al abordar el proceso de distopía, es decir, los intentos de presentar la utopía como algo del pasado, reiteró que en los países  como Brasil o Venezuela, los gobiernos se equivocaron al creer que garantizar los bienes materiales  equivalía a  garantizar condiciones espirituales, y no es así.

Betto -en el caso de Cuba- expresó que el gobierno revolucionario, que ha hecho un trabajo ideológico de educación política con el pueblo, ha sido demasiado paternalista.

Explicó que la gente ha mirado a la revolución como “una gran vaca que  le da leche a cada boca”, pero con eso no se moviliza a la gente para un trabajo más efectivo en  la consolidación ideológica relacionada, por ejemplo, con  la producción agrícola e industrial.

Consideró que, aunque admite poder equivocarse, la dependencia de la Unión Soviética llevó a Cuba a acomodarse un poco, y hoy importa  del 60 al 70 por ciento de productos especiales de consumo y eso convirtió prácticamente en una nación que exporta servicios médicos, educadores, profesionales e importa turistas para conseguir más divisas.

Educación política, participación, compromiso efectivo con la lucha, adecuación de la teoría y la práctica, es lo correcto y ahí están los ejemplos de Martí, de Fidel Castro que han vivido dentro del monstruo, como el caso de Martí,  y el de Fidel que proviene de una familia latifundista y se convirtió en revolucionario.

¿Qué pasó en la conciencia de José Martí y de Fidel Castro, quienes  tenían la oportunidad de hacerse un lugar en la burguesía, pero tuvieron una dirección evangélica para los pobres y asumieron la causa de la liberación?, se preguntó.

La respuesta es la que va a indicarnos el camino que vamos a seguir para evitar que el futuro de América Latina sea de nuevo un lugar de mucha desigualdad, de mucha pobreza, porque corremos el riesgo de ser de nuevo neocolonia de Estados Unidos y de Europa Occidental.

Enfatizó que no es fácil vivir en un mundo en el que el neoliberalismo proclama que la utopía está muerta, que la historia ha terminado, que no hay esperanza ni futuro, que el mundo siempre va a ser capitalista, que siempre va a haber pobres, miserables, y ricos, y que, como en la naturaleza, siempre va a haber día y noche y eso no se puede cambiar.

Betto señaló que la derecha se une por interés, y la izquierda por principios, y cuando la izquierda pierde los principios. Y agregó: Cuando la izquierda viola el horizonte de los principios y va por los intereses, le hace el juego a la derecha.

La tarea de la izquierda es movilizarse en la línea de una alta formación política y por ese camino es que debemos trabajar, sentenció.

Sobre las restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, expresó que la Isla debe lograr cómo establecer buenas relaciones con Estados Unidos y administrar bien la suspensión del bloqueo sin tornarse vulnerable a la seducción capitalista.

Mostró su preocupación cuando ve a los jóvenes cubanos irse del país para aprovechar la ley de ajuste porque es señal de que la gente está corriendo contra el tiempo para tornarse ciudadano de Estados Unidos, “porque en el momento en que termine el bloqueo esa ley va abajo”. Pero Cuba tiene que preguntarse por qué jóvenes formados en la revolución quieren ser ciudadanos de Estados Unidos?

“El peligro que hay aquí, dice, es que la revolución la ven esos jóvenes como un hecho del pasado y no un desafío del futuro, y cuando la gente la ve como un hecho del pasado ya mira las cosas no por sus valores, por su horizonte revolucionario, sino por el consumismo”.

El socialismo, aseguró, ha cometido el error de socializar los bienes materiales, y no socializó suficientemente los bienes espirituales, porque un pequeño grupo podía tener sueños de cosas distintas que se podían hacer, y los demás los han tenido que aceptar.

“El capitalismo lo hizo al revés, socializó los sueños para privatizar los bienes materiales… Y ahí llega el sufrimiento de los jóvenes que ponen en su vida cuatro cosas: dinero, fama, poder y belleza, y cuando no alcanzan ninguno de esos parámetros van siempre a los ansiolíticos, las drogas, viene la frustración de los falsos valores, la cual viene siempre desde donde hemos puesto nuestra expectativa”, concluyó.

Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/01/30/frei-betto-el-descuido-de-la-formacion-ideologica-causa-de-los-retrocesos-en-gobiernos-progresistas-en-america-latina/

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[Vídeo] Dialéctica de la modernidad: Enrique Dussel

México/19 de Mayo de 2018/La Haine

Origen, desarrollo y ocaso :: Primera clase de un curso sobre las aporías y contradicciones de la modernidad eurocéntrica, en la UNAM

 Presentación de Néstor Kohan: Clase dictada por el compañero y amigo Enrique Dussel, integrante del Comité Científico de nuestra Cátedra de Sociología (UBA) y nuestro Centro de Investigación (CIPEC, http://cipec.nuevaradio.org), en la Universidad Nacional Autónoma de México. En youtube se puede seguir viendo el resto de las clases del curso.

OBJETIVO(S): La intención del curso es la de explorar de manera conjunta el tema de la Modernidad desde la interpretación de la Filosofía de la Liberación. Se trata de bosquejar una teoría crítica, situada desde el Sur colonial del Sistema-Mundo, que pueda dar cuenta de las determinaciones fundamentales del movimiento dialéctico de la Modernidad como nuevo proceso civilizatorio donde corren de manera simultánea el colonialismo y el capitalismo. La Modernidad, desde su origen geopolítico y filosófico en el Caribe del siglo XVI, exige nuevos acercamientos a su desarrollo ideológico y material para poder superar sus excesos totalizadores e integrar analécticamente sus aportaciones desde un pluriverso mundial, simétrico y libre de pueblos, tradiciones y culturas como Nueva Edad del Mundo más allá del eurocentrismo, del colonialismo y del capitalismo.

Fuente: https://www.lahaine.org/mundo.php/video-dialectica-de-la-modernidad

 

 

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La era de los gobernautas

Por: Lucas Malaspina

China va a elaborar un ranking de ciudadanos según su historial crediticio, que habilitará una navegación jerarquizada de Internet. Estados Unidos volteó la neutralidad de la red, lo que significa un poco lo mismo pero con la segmentación en manos privadas. Cambiemos cruza los datos de la Anses con los de Google y Facebook y sale a tocar timbres en el escarpado conurbano bonaerense con un 70% de efectividad. El descalabro generado por el descubrimiento de la operación Cambridge Analytica explica por qué los algoritmos se guardan bajo siete llaves y todos niegan utilizarlos para fines electorales. Lo privado desaparece y el capitalismo se engulle la democracia. Las guerras del futuro van a ser por los datos.

Durante la última contienda electoral se confirmó que Cambiemos está operando entrecruzamiento de informaciónelectoral con datos socioeconómicos a gran escala. El equipo de campaña manejado por el jefe de gabinete de Vidal, Federico Salvai, combinó los resultados de una detallada encuesta producida por la consultora ecuatoriana Informe Confidencial (ligada a Durán Barba) junto con las estadísticas de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, por un lado, y con los resultados de las PASO, por el otro. Así geolocalizaron el voto y las preferencias de los votantes de cada barrio de la provincia. Del maridaje entre big datamicro-targeting y presupuesto público parece surgir una ingeniería de las opiniones que ni siquiera Joseph Goebbels hubiera soñado.

Desde el entorno de la gobernadora Vidal negaron que se haya aplicado big data. Dicen que solo incursionaron en el campo de la “microsegmentación”, aunque admitieron la búsqueda de “canales de contactación”, por ejemplo Facebook, donde los usuarios habrían recibido mensajes específicos según su ubicación. En cambio, los asesores de 1País -así se llamó el massismo en las últimas elecciones- fueron más aventurados: “La big data nos permite buscar la mayor porosidad posible. Ya no se trata de la información de un grupo, sino de un individuo”.

Ricardo Rodríguez, uno de los encargados de organizar los timbreos superprofesionalizados del oficialismo, afirmó que dividieron Lanús en siete zonas que fueron rastrilladas por cuatro equipos de treinta personas. Rodríguez se jactó de su efectividad: “Siete de cada diez personas que nos atienden en el timbreo terminan apoyando la gestión”. Los coordinadores de estas cuadrillas fueron habilitados a un acceso parcial (es decir, limitado al territorio que cubrieron) al resultado del entrecruzamiento de datos geolocalizado para implementar mejor el mensaje electoral.

En este marco, a nadie puede sorprender el giro posdemocrático de la Secretaría de Medios, que pidió a la Anses acceso a su base de datos. La publicidad de Google o Facebook (corporaciones que no pagan impuestos en el país, pero sí acceden a contratos estatales millonarios) permite trackear usuarios una vez que entran a tu negocio o cargar planillas con mails o números de teléfono para afinar la llegada de los anuncios. El límite en el uso de la información estatal solamente parece estar en los escrúpulos de los mismos funcionarios que mienten en sus declaraciones al fisco.

carnaval posdemocrático

A finales del siglo pasado, la caída del Muro de Berlín, presentada como la victoria de la democracia capitalista sobre la dictadura comunista, prometía la protección de las libertades individuales bajo el paraguas de la vida privada, contrapuesta a una esfera pública donde triunfaba siempre la fuerza de gravedad de las mayorías. Pero esas épocas terminaron. En la posdemocracia el desarrollo de Internet y la apropiación de una enorme base de datos personales por parte de un grupo cada vez más concentrado de corporaciones, abona lo que Juan Carlos Monedero describe como “el intento de desplazar la política a un lugar neutral, para así proclamar la muerte del antagonismo político” (Nueva Sociedad, 2012).

Mario Riorda, consultor experto en comunicación política, denominó “gobernautas” a los ejecutores de esta pospolítica: para estar a la altura de la época los gobernantes deben garantizarse equipos capaces de analizar datos a gran escala, incluyendo una necesaria escucha activa de las redes sociales. Los riesgos son múltiples: la hipertrofia, puesto que en nuestra actividad digital todo el tiempo estamos votando, eligiendo y calificando; y la adulteración, porque la capacidad de monitorear y analizar lo que se desea y se piensa solo está al alcance de las grandes empresas (y del Estado). Lo importante es que se ha roto la intermediación entre la vida privada y la pública: el 99% se vuelve transparente para el 1%. Las audiencias microfragmentadas y traslúcidas son un sujeto que ya no puede ser pensado como el portador de la “soberanía popular”.

Estamos a las puertas de un mundo donde las personas pueden calificarnos y ser calificadas en cada interacción social que realicen. Y en el que las puntuaciones, a la vez, influyen sobre el estándar de vida. Es el caso del “Sesame Credit”, que por ahora funciona con adscripción voluntaria pero a partir de 2020 será obligatoria. El “Aviso del Consejo de Estado sobre la emisión del esquema de planificación para la construcción de un Sistema de Crédito Social (2014-2020)”, emitido por los peces gordos de la República Popular China el 14 de junio de 2014, podría inspirar muchos relatos distópicos. ¿De qué se trata?

la obediencia gamificada

El Sesame Credit se presenta como un medio para perfeccionar la “economía de mercado socialista” y fortalecer la gobernabilidad. El comportamiento de cada ciudadano y persona jurídica en China serán calificados, indizados y rankeados por el Estado posmaoísta, independientemente de su voluntad. Hasta aquí tiene similitudes con la norteamericana Peeple: se trata de una app muy polémica que permite puntuar a las personas en los planos personal, profesional y sentimental.

Una de las razones que justifican el Social Score es que el gobierno no posee estudios de mercado sobre la confiabilidad crediticia de los ciudadanos. Para implementarlo, de hecho, precisa de Alibaba, una suerte de Amazon chino que ya cuenta con gran cantidad de información para valorar a los usuarios orientales. En una absurda comparación con la Argentina amarilla, podríamos decir que es como si Macri intentara medir la confianza económica de los habitantes mediante una base de datos fundada en MercadoLibre (lo cual no sería del desagrado de su dueño Marcos Galperín, quien anunció la intención de competir con las entidades bancarias y ya implementó cambios en esa dirección).

En Estados Unidos y también en la Argentina, de hecho, se aplican modelos de credit scoring para determinar quién puede recibir un préstamo, a qué tasa de interés y con qué límites de crédito. El llamado Sistema de Crédito Social a construirse en China establece “una puntuación que oscila entre 350 y 950 puntos. Alibaba explicó sucintamente qué factores se tomarán en cuenta. El primero es el historial de crédito. Por ejemplo, ¿el ciudadano paga su factura de electricidad o teléfono a tiempo? Luego, está “la capacidad del usuario para cumplir con sus obligaciones contractuales”, según leemos en sus directrices. El tercer factor refiere a características personales como el número de teléfono móvil y la dirección. Y es la cuarta categoría, el comportamiento y las preferencias, “donde se vuelve interesante”, según Rachel Bostman, autora de Who Can You Trust? How Technology Brought Us Together and Why It Might Drive Us Apart (New York, 2017). Los puntos que cada persona tenga, al igual que en Black Mirror, tendrán que ver con lo que sus amigos dicen y hacen, más allá de su propio contacto con ellos. Una versión moderna y estatizada del “dime con quién andas y te diré quién eres“.

La oscuridad del mecanismo es fuente de desconfianzas. Según Bostman, Alibaba “no divulga el ‘algoritmo complejo’ que utiliza para calcular el número”. Los ciudadanos que otorgaron sus datos a la versión roja de MercadoLibre no lo hicieron con el fin de que el Estado evalúe sus gustos o preferencias sino en el libre ejercicio de su derecho a comerciar. Una vez procesada esa información, el Partido Comunista ahora se decide a fisgonear a gran escala para clasificarlos. Si Wung se compró una patineta o si Cheng recibió una mala puntuación porque el comprador de su auto lo acusa de haberlo defraudado, será interpretado con el fin de inhibir o promover a las personas. “Alguien que juega videojuegos durante diez horas al día, por ejemplo, sería considerado una persona inactiva”, dice Li Yingyun, director de Tecnología de Sesame.

Los números que determinan el éxito laboral o académico y hasta condicionan la vida emocional y sexual, son usufructuados por una compañía que se asegura su reproducción ayudando a que el Estado nos vea y nos juzgue todo el tiempo a través de nuestros teléfonos celulares. En este nuevo tipo de gobierno el capitalismo se contrapone a la privacidad. Como decía Mark Fisher, autor de Realismo capitalista (Londres, 2009), se viene el “estalinismo de mercado”.

Los puntajes más altos del Sesame Credit ya se han convertido en un símbolo de status, con casi cien mil personas alardeando sobre sus puntajes en Weibo (el Twitter chino) a los pocos meses de su lanzamiento. Suena delirante, pero el Partido Comunista utilizará el puntaje de un ciudadano para afectar sus probabilidades de obtener una cita o matrimonio. Es que cuanto mayor sea su calificación en Sesame, más prominente es su perfil de citas en Baihe (la plataforma nacional de matchmaking, similar a Tinder o Happn). Un alto rankeo en Sesame Credit no solo servirá para obtener mejores préstamos, sino que además permitirá hallar mejores trabajos y avanzar en los trámites burocráticos. Un bajo rankeo hará que su Internet sea más lenta y una seria limitación para sobrevivir y desarrollarse académica o profesionalmente. En las últimos semanas, el Banco Popular de China demoró las licencias a las ocho compañías que estaban implementando estas tecnologías, pero la idea de lanzar el Sistema de Crédito Social en 2020 se mantiene sin cambios.

occidente y la compañía

Es necesario volver a mirar Occidente a la luz de esta enorme transformación política que impulsa Xi Jinping . Parece tranquilizador marcar algunas distancias superficiales con el modelo chino, pero son muchas las asombrosas coincidencias. Compañías como Amazon, Google, Facebook, Apple, IBM, y más atrás Netflix o Spotify van en la misma dirección.

Mark Zuckerberg, el amo y señor de los territorios de Facebook, Instagram y ahora también WhatsApp, sostiene que la privacidad ya no es más una norma social. Según la teórica y activista italiana Tiziana Terranova, autora de Network Culture. Politics for the Information Age, “la mayoría de los usuarios habituales de Internet están sujetos al poder de algoritmos como el PageRank de Google (que clasifica los resultados de nuestras búsquedas) o el EdgeRank de Facebook (que automáticamente decide en qué orden recibimos las novedades en nuestro muro de noticias)”. Adam Mosseri, el jefe del News Feed en Facebook, anunció a principios de 2018 uncambio en el Edge Rank que priorizará a partir de ahora el contenido de las personas y, para poder ver con frecuencia contenidos de páginas, será necesario avisarlo específicamente a la aplicación. Una de las razones es el intento de revertir la crisis de la compañía tras haber sido vehículo de la injerencia de Rusia en las elecciones estadounidenses.

Para el CEO de Google, Eric Schmidt, “si tienes algo que no quieres que nadie sepa, quizás no deberías hacerlo en primer lugar”. Alexander Nix, de la firma de datos Cambridge Analytica, famosa por sus campañas por el Brexit y Trump, se jacta de que su compañía “perfiló la personalidad de cada adulto en los Estados Unidos”. Es comprensible entonces el grado de optimismo de los CEO y su esperanza en el Big Data. Para el economista jefe de Google, Hal Varian (autor de manuales con los que se aprende microeconomía desde hace treinta años), la resistencia a la pérdida de privacidad no será un problema porque “las ventajas en términos de conveniencia, seguridad y servicios serán gigantes”.

Al igual que en The Circle, la película protagonizada por Emma Watson y Tom Hanks, observamos que mas allá del accionar gubernamental (inevitablemente patente en el caso chino), es la ideología del valle de silicio la que se vanagloria de construir una gran KGB omnipresente y universal en base al e-commerce y la Big Data. Fisher también describió la lógica que este fenómeno lleva inscripta al decir que “nos encontramos integrados en un sistema de control cuyo único mandato son nuestros deseos y preferencias que vuelven, no como los propios, sino como las preferencias y deseos del gran Otro”.

“La civilización es el progreso hacia una sociedad de privacidad”, escribió en 1943 Ayn Rand, una de las escritoras de cabecera de Mauricio Macri. Sin embargo, ya en 1984 el jurista Richard Posner publicó su “teoría económica de la privacidad”: para él, la privacidad obstaculiza el capitalismo al interrumpir el libre flujo de información y generar ineficiencia bursátil. Posner planteó que “la gente no debería, en términos económicos en ningún caso, tener derecho a ocultar hechos materiales sobre sí mismos”.

Históricamente el surgimiento de la estadística social tiene que ver con objetivos demográficos, sanitarios o de planificación económica. Y está a cargo exclusivamente del Estado. En la actualidad las grandes corporaciones parecen estar tomando el liderazgo en la capacidad de recopilar estadísticas sociales y de nombrar al mundo (o a los objetos del mundo) en torno a los que gira nuestra acción. Por ejemplo, Uber está proveyendo datos para planificar la obra pública de infraestructura urbana. Por otra parte, el capitalismo siempre recogió datos rentables de sus trabajadores de manera compulsiva, pero solo recientemente con la proliferación de tecnologías inteligentes que disuelven mutuamente la vida privada en la pública, con el desarrollo del “Internet de las cosas”, nos encontramos ante un sistema que penetra mucho más allá del trabajo, agregando una dimensión de creación de valor no remunerado a nuestras actividades personales.

algoritmos para un mundo sin secretos

A fines de 2001, Google estaba considerando silenciosamente un cambio en el sistema de votación que permitiera a los usuarios impactar de manera transparente la clasificación de sus resultados de búsqueda. La cofundadora de SiteLab, Dana Todd, calificó el enfoque como un refuerzo de la “consciencia del usuario”, pero la función transparente nunca llegó al mercado. Según Google, la recolección masiva de datos funciona mejor de forma encubierta e indirecta. Un intercambio activo -como con un cuestionario o una encuesta de servicio al cliente, por ejemplo- revela la labor que implica alimentar un algoritmo mágico. Ernesto Calvo, profesor en el Departamento de Gobierno y Política de la Universidad de Maryland y autor de Anatomía política de Twitter en Argentina, dice que, si intuimos la orientación de quien pregunta, estamos predispuestos a tergiversar nuestra respuesta a fin de provocar una “disonancia cognitiva”. Google se previene de nuestras artimañas proponiéndonos sistemática y subrepticiamente regalar información sobre sus movimientos a través del espacio físico (Maps), futuros anticipados (Calendar) y métricas del uso diario de Internet (Chrome).

Este data entry tan continuo como invisible se volvió rápidamente estratégico en el modelo comercial de Google así como para Amazon, que comenzó a monetizar desde 2003 datos de usuarios utilizando un amplio conjunto de historiales de compras individuales para alimentar algoritmos que construyeran índices de similitud entre los diversos artículos y herramientas, y al mismo tiempo construir perfiles de los consumidores. Fueron así pioneros de la publicidad digital, aprovechando los metadatos a través de un complejo sistema de recomendaciones. Amazon no automatizó el trabajo de un empleado minorista sino que simplemente legó el laburo del empleado a los propios consumidores, quienes lo realizan en el acto mismo deconsumir. De este trabajo oculto e impago nos habla el marketing 2.0 -como sin querer queriendo- cuando conceptualiza a los prosumers (el consumidor productor).

El progresismo ha abordado el asunto escasamente, en general desde programas más bien conservadores. Es el caso de la propuesta de Bernie Sanders que sugiere atacar la existencia de este tipo de monopolios. Una cooperativa local podría hacer una app para vencer a Uber, pero no podría construir un auto sin conductor: esto requiere una inversión masiva y una infraestructura para recolectar y analizar todos los datos. Uno puede, por supuesto, crear también cooperativas de propiedad de datos, pero es poco probable que se escale hasta competir con Google o Amazon.

En otro plano, pero en el mismo sentido, se inserta el fin de la “neutralidad de la red”. Recientemente, Donald Trump pateó el tablero y decidió revertir una medida fundamental tomada por Barack Obama en 2015. La medida garantizaba que ningún usuario ni empresa podía pagar ni cobrar para recibir un trato prioritario, descargando datos a mayor velocidad o discriminando en contra de contenidos de la competencia. Su reversión significa un nuevo capítulo en la feroz batalla entre “telcos” (gigante de las telecomunicaciones como Verizon, Comcast y AT&T) y OTT (servicios Over The Top, “los que ofrecen empresas que no controlan las redes mediante las que son distribuidos”, por ejemplo Facebook o Netflix). El cambio se presenta como una “victoria de la libertad” pero destruye la Internet entendida como “bien público”: los proveedores de la red podrán bloquear o ralentizar la velocidad de conexión en función del precio que pague el cliente o la página web que esté visitando. Habrá entonces, una Internet de primera y una Internet de segunda.

Mientras tanto, Amazon se suma a Google, Microsoft, Facebook e IBA, al salir a la cancha de los servicios en Inteligencia Artificial basados en la nube. Así, proveerá sistemas para reconocer objetos en imágenes, procesar comandos de voz y operar aplicaciones de chatbot. La revolución de la Inteligencia Artificial fue posible solo porque un puñado de compañías, de hecho, disfrutaron del estatus de cuasimonopolios. Diez mil nuevas empresas, cada una de las cuales posee una pequeña porción del imperio de datos de Google, difícilmente producirían un auto sin conductor. En vez de pugnar por la atomización de la web en clave de libre competencia, quizás el campo popular debería luchar por la democratización de los datos (en especial, el blanqueo del funcionamiento de los algoritmos con que se los procesa) y por la remuneración del silencioso trabajo digital de los prosumers. Si esperamos demasiado, quizás, como en China, ya sea muy tarde para patalear.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=240199

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La lucha teórica y política por la educación

Por: Rafael Mendoza Castillo

Inicio estas reflexiones con el pensamiento crítico de Manuel Gil Antón: “Ojalá, ojalá de veras, un día estudiar valga más que robar dinero público, ya no sea mejor tener conocidos que conocimientos y haya más jacarandas y nuevas universidades que muertos y fosas en nuestra tierra. Para que sea así, es cosa de entrarle y no callar. Alzar la voz: tomar la palabra arrebatada”.

Sin principios ni fines todo es fungible (se consume con el uso), todo puede servir como representante de todo. Observemos las consignas actuales, “nueva cultura”, entendida como conducta adaptada al nuevo capitalismo, sin derechos ni reclamos, sin conquistas sociales. Aquí aparece, hoy en día, desde el prianismo gobernante, la nueva cultura del trabajo, nueva cultura moral, nueva cultura ecológica, nueva cultura jurídica (juicios orales). Todo ello domestica la acción política de la comunidad, es decir, la soberanía del pueblo (artículo 39 constitucional) y esto se pone al servicio de las organizaciones corporativas privadas y sus mandatos.

Manuel Gil Antón

Sin principios ni fines lo educativo se llena de productividad, de eficiencia, de la calidad que disfraza el desgaste programado de los objetos y bienes, el mercado como ausencia de fines humanos y políticos de la formación social capitalista, misma que convierte todo en mercancía, incluyendo a los sujetos sociales. La competencia donde sobresalen los oligopolios y las megacorporaciones. Este es el capitalismo políticamente administrado y planificado para controlar a las clases subalternas y someterlas a su consenso único (hegemonía).

La filosofía clarifica, determina conceptos y categorías con la finalidad de que nosotros podamos preguntarle a la conformidad con el objetivo de incomodarla. Por ello empecemos por determinar conceptos tales como integración, bloqueo histórico, la utopía y el sujeto. Si partimos de esto estaremos en mejores condiciones de construir una relación distinta de conocimiento, de acción y modo de pensar distinto ante lo educativo y el mundo actual.

En la realidad del mundo histórico contemporáneo se localizan la educación, la cultura, la ciencia, el arte, la técnica, orientados por los procesos de integración, donde la transnacionalización del capital es hegemónica, no sólo en lo financiero, económico y comercial, sino que también se incorpora lo primero. El capital produce bienes y servicios, pero también produce un sujeto que responda a su consenso único de pensamiento y de consumo.

Lo anterior revela el interés de los empresarios (Claudio X. González) que impulsan el proyecto llamado Mexicanos Primero, por ocupar también, para su negocio y lucro, el campo de lo educativo. Por eso decimos que el terreno de la educación es una lucha teórica y política, donde la definición tiene que ser clara en los actores de dicho proceso y la decisión se instala en favor de qué y en favor de quién, porque la naturaleza de la práctica educativa, según Paulo Freire, es política.

Sin embargo, no sólo se globaliza el capital, el trabajo, sino también la trasnacionalización desde el punto de vista de los medios de comunicación de masas. De ahí que la categoría de integración arroja luz sobre la forma en que los Estados nacionales desaparecen o se vuelven instituciones fallidas, achicadas, simplificadas, privatizadoras, desreguladoras, al servicio de las megacorporaciones extranjeras y nacionales.

De ese modo, gobiernos e instituciones se integran a los centros de la hegemonía económica y el consenso de Washington. Como bien afirma Immanuel Wallerstein: “Que el capitalismo no reconoce naciones ni estados, la única realidad para el capitalismo es la economía mundial, no hay en mente realidades nacionales”.

Esta realidad social, esta existencia actual, expulsa los procesos de la racionalidad teórica, del pensamiento crítico disruptivo y pone en práctica una cotidianidad sustentada en la homogeneización de las emociones y sentimientos y de las teorías del pensamiento débil. Todo ello promovido por la diversión, el entretenimiento, que lleva a la enajenación de la conciencia. La intención es destruir la centralidad de la política y de la teoría, tal que le apuesta al consumo y a la esclavitud de la gente.

Además, a través de los medios de comunicación, sobre todo el duopolio televisivo comercial, alienan y forman a la población. No sólo informan al pueblo, sino también se conforman estructuras de conciencia que apuntan a la aceptación y adaptación del orden que ellos, los medios, defienden. Esa conciencia de lo mismo hace sentir y pensar a la gente que lo que existe es lo mejor y que no existe otra opción. Les matan el futuro y la esperanza.

Como bien dice Giovanni Sartori, las imágenes transmitidas por los medios se convierten en un video-poder que al final del día convierte al sujeto en un espectador, en consumidor de lo mismo y, eso sí, dependiente del televisor. Como acertadamente dijo el clásico, el “medio es el mensaje” (Marshall Mcluhan).

Es importante que nuestro proyecto educativo retome el concepto de bloqueo histórico propuesto por Agnes Heller. Sin este concepto no podemos entender por qué la gente aspira a lo mismo y que la gente no piense distinto. Lo anterior se vincula con la educación y la cultura ya que el poder y hegemonía tiránica no persuaden ni les interesa convencer a las personas. Tal hegemonía pretende que la gente se convierta en súbditos y no en ciudadanos, sujetos históricos, erguidos, desafiantes, que visualicen cosas distintas o diferentes a las existentes.

Por eso el modelo neoliberal produce, vía los programas de educación como el propuesto por el inolvidable sargento Aurelio Nuño, un sujeto que acepte vivir en la pobreza, el desempleo, la marginalidad, que el mismo modelo se encarga de producir. Que las personas queden fuera del conflicto de clases y que acepten esta realidad. Otro mundo es posible y necesario.

Fuente: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/columna-nc39672

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Ciencia social, filosofía crítica y ética liberadora ante el capital

Por: Agustín Ortega Cabrera

Se han estado celebrando los 150 años de la obra “El Capital” de K. Marx y, recientemente, se ha estrenado la película “El joven Karl Marx”. Como es más que sabido, Marx y su obra ha sido uno de los referentes que más han influido en la historia de la cultura, de la filosofía y de las ciencias como las sociales o humanas, del pensamiento en general. Una repercusión que se ha extendido a todos los campos de la vida como la política, la economía y la religión. Como lo denominó P. RicoeurMarx es uno de “los maestros de la sospecha” junto a Nietzsche y Freud. Uno de los fundadores e iniciadores de la conocida como teoría (perspectiva) crítica, que se han expresado en los diversos campos del pensamiento que hemos señalado u otros.

Marx estuvo influenciado por la cosmovisión judía-bíblica, por Feuerbach, Hegel, Darwin al que le pidió el prólogo para el capital a lo que se negó el inglés, e incluso por los economistas clásicos como los escoceses. Y su obra y pensamiento crítico ha sido recepcionado, valorado e interpretado hasta la saciedad. Con corrientes tan significativas como el conocido marxismo occidental con Lukács, Gramsci, la escuela de Escuela de Fráncfort​ (Frankfurt)Bloch, la psicología rusa con Vygotsky, el personalismo con Mounier o el pensamiento latinoamericano. En donde destaca E. Dussel, uno de sus más profundos conocedores. Todas estas corrientes y autores u otros tan significativos como M. Weber; o más recientemente A. Giddens, M. Löwy, T. Eagleton y entre nosotros, por ejemplo, M. Sacristán o F. Fernández Buey  han emprendido un encuentro y diálogo crítico con la obra de Marx. Señalando sus luces y sombras, sus aciertos y carencias o límites como contiene la obra de todo autor y ser humano.

Ya Marx afirmó con ironía que él no era marxista y que, por tanto, su obra, pensamiento y legado no era un dogma de fe. Y que podía y debía estar sometido a una revisión y valoración crítica. Lo cual debe apuntar lo verdadero y bueno que nos deja el autor alemán, al mismo tiempo que se desvelan sus errores y limitaciones. Ciertamente toda esta teoría y filosofía crítica como la mencionada escuela de Frankfurt con  Horkheimer, Adorno y Benjamin, con el personalismo y Mounier o el pensamiento latinoamericano con Dussel, I. Ellacuría… se han confrontado con Marx. Con dicho juicio crítico de su obra. A partir de ella, vamos a exponer una serie de claves y criterios que tratan de presentar lo más valioso de dicha filosofía crítica. Con una ética liberadora que, junto a la mediación socio-analítica de la ciencia social, contribuyan a su actualización y profundización en la realidad social e histórica.

Como ha sido estudiado, creemos que lo más valioso es su humanismo crítico, realista, histórico y liberador. Lo que debería posibilitar la ampliación a una antropología integral que contemple las diversas dimensiones inter-relacionadas de lo humano: lo material y espiritual, lo físico y trascendente, lo personal y social; los afectos y la historia, la conciencia y las estructuras sociales con sus sistemas económicos, políticos y la misma cultura. La persona y su conciencia se retro-alimentan con la vida social y cultural, con las instituciones, la política y la economía. Una acción social y militancia transformadora que no suponga toda esta antropología, que no lleve al cambio global abarcando integralmente todas estas dimensiones, está llamado al fracaso. Tal como lo muestran todos los totalitarismos contemporáneos que, con sus reduccionismos antropológicos y deformación de lo humano, llevaron a la barbarie, a la injusticia y desigualdad.

Este humanismo y antropología integral posibilita la crítica, ética y liberación integral de toda dominación, opresión y alienación. Tal como es impuesta por las clases y grupos sociales dominantes sobre otros colectivos que son oprimidos, explotados y deshumanizados. Las personas y los pueblos deben ser siempre centro, sujetos y protagonistas de toda realidad, estructura o sistema ya sea económico (mercado), político (estado), etc. El ser humano es fin y no medio, tiene dignidad y no precio como ya señalaba Kant al que Marx, en cierta medida siguió, en su defensa del trabajo vivo. La vida del trabajador y de todo ser humano, por encima del capital. El imperativo categórico kantiano se historiza con Marx: hay que liberar a las personas trabajadoras, a la humanidad misma, de las cadenas de la explotación u opresión que sufre el mundo obrero; los pobres de aquel tiempo y, en buena medida, del nuestro. Y es que, como vio el mismo Benjamin en los pasos de Marx, el capitalismo se ha convertido en la nueva religión. El capital es el nuevo dios (ídolo) al que se adora y, con su fetichismo de la mercancía, sacrifica en el altar de la tasa de ganancia (plusvalía): la vida y dignidad sagrada e inviolable del ser humano.

El problema del capitalismo no es solo su sistema económico que explota al trabajador, robándole su tiempo de trabajo, salario justo y la vida misma. Es su antropología y religión idólatra que se hace amar y adorar, que con su fetichismo realiza esta subversión en el orden de lo humano y espiritual. Lo más bajo, las cosas, mercancías, los medios de producción, el capital…se divinizan. Y lo más elevado y divino de lo real y del ser humano, esa vida y dignidad sagrada e inviolable de la persona, se rebaja, se cosifica y aliena. Este es el secreto teológico del capital, la auténtica crítica religiosa de Marx que, como tal, no era un ateo al uso y rechazó ese vulgar e impuesto ateísmo, difundido en su época. En esta crítica a dicha idolatría del capital, Marx sigue a los Profetas y a Pablo de Tarso  (Filipenses 2,6-7), como muestra en “Los Grundrisse”. De esta forma, nos revela como el capital ha sustituido a Dios, se ha puesto en su lugar devorando a sus hijos, con la explotación e injusticia social ejercida sobre los trabajadores y los seres humanos. Para todo ello, es muy interesante e importante la obra del ya citado E. Dussel, como es “Las metáforas teológicas de Marx”.

La idolatría del capital, como un vampiro, chupa la sangre (vida) del ser humano trabajador, lo aliena robándole su tiempo, su existencia y el fruto de su trabajo. Expoliando y destruyendo así el verdadero valor de la vida humana con el trabajo que crea, transforma y renueva la historia. En una usurpación del auténtico valor del trabajo y sus derechos, como es salario justo, que conlleva el uso de los bienes al servicio de esta vida y necesidades de las personas. Lo cual no hay que sacrificar al mero cambio e intercambio mercantilista de las cosas o recursos, en la búsqueda insaciable del lucro, de la ganancia y del capital. Como recordaba A. Machado, “sólo  el  necio confunde valor y precio”. En esta línea, los medios de producción y el derecho la propiedad no son realidades sagradas e inviolables, ya que antes están la justa distribución de los recursos y la socialización de estos medios en una economía social, cooperativa y ética.

Como se observa, la crítica es ejercida sobre la clave de la negatividad, el sufrimiento e injusticia que padecen las víctimas de la historia como son los trabajadores y los pobres. Y es encarnada en la materialidad, en lo real e histórico. Esa vida humana con sus posibilidades, capacidades humanas y condiciones sociales que es negada por el capital. El problema de fondo del capitalismo junto a su funcionamiento económico, como lo es del resto de totalitarismo, es la razón que lo sostiene. La razón formal e instrumental, la razón tecnocrática, que a la búsqueda de la dominación de la realidad e historia, de la eficacia o rendimiento y productividad, se olvida de lo más profundo de dicha razón. El hilo rojo que anima y orienta a la verdadera razón: la memoria de la com-pasión y la justicia liberadora del sufrimiento e injusticia que padecen las víctimas, los pobres y oprimidos de la historia.

La razón debe cultivarse con el eros, con los afectos y los sentimientos humanos, morales y sociales. Tales como el amor fraterno, la com-pasión solidaria y la pasión por la justicia ante el dolor y opresión que sufren los otros, los obreros, los pobres y las víctimas de la historia. Es una inteligencia histórica, social, ética y espiritual que se abre a este eros-amor, fraternidad y solidaridad en la lucha por la justicia. Con la trascendencia, confianza y esperanza de que el mal, muerte e injusticia no tengan la última palabra. Terminamos con estas palabras del propio Marx, que resumen lo expuesto hasta aquí y nos muestran lo más valioso de su vida, obra y ética. «Todo el tiempo que podía consagrar  al trabajo debí reservarlo a mi obra, a la cual he sacrificado mi salud, mi alegría de vivir y mi familia… Si fuéramos animales, podríamos naturalmente dar la espalda a los sufrimientos de la humanidad para ocuparnos de nuestro propio pellejo”.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238518

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Yayo Herrero: “Debemos reconocer la dependencia que tenemos de la naturaleza”

08 de febrero de 2018 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Yayo Herrero

¿Qué cuatro puntos clave cree que debería recoger un proyecto educativo para tratar los diferentes retos que vivimos en la actualidad?
En primer lugar, todo lo que tenga que ver con reconocer la dependencia que tenemos de la naturaleza. Esto significa asumir que la naturaleza tiene límites físicos, que el crecimiento, mientras se base en estos bienes físicos, es imposible. En segundo lugar, reconocernos parte de esa naturaleza, y que por tanto su mantenimiento y conservación es clave para la propia existencia humana.

Nos quedan dos…
En tercer lugar, que estos retos hay que resolverlos con criterios de igualdad, es decir, que no puede resolverse sólo para las clases elitizadas. Por último, tener claro que, además de ser seres ecodependientes, somos seres profundamente interdependientes. El cuidado de las personas, de los cuerpos, el cuidado de las personas vulnerables, es un rasgo de la vida y no es un trabajo que deba ser llevado a cabo solamente por mujeres, sino que debe ser compartido.

En FUHEM habéis editado vuestra propia propuesta. A grandes rasgos, ¿en qué consiste este proyecto educativo?
Nuestro proyecto parte de la base de una consideración de la educación sobre todo en la condición de inclusividad. Una educación en la que quepan todas las personas y que su eje central sea, precisamente, la justicia y la inclusividad. También estaba basado en el pensamiento crítico, es decir, educar personas que sean capaces de entender los problemas de nuestro tiempo y sean capaces de actuar con compromiso. La vuelta de tuerca que le hemos dado es colocar la dimensión ecosocial en el centro del proyecto.

¿Y cuál es el resultado?
Hemos elaborado unos ejes centrales y luego lo hemos cruzado con el decreto oficial que establece las enseñanzas mínimas. Para todas las asignaturas y todas las etapas hemos incluido, eliminado, matizado o incorporado aquello que creemos que nos falta en el currículum estándar para formar personas que afronten los retos de la humanidad con compromiso y justicia.

En sus conferencias habla a menudo de cómo abordar el capitalismo. ¿Cree que el capitalismo se refleja de forma evidente en nuestro sistema educativo?
En 2007 participé en un trabajo que llevó a cabo Ecologistas en Acción: El currículum oculto antiecológico en los libros de texto. Lo que hicimos fue revisar libros de texto de todas las asignaturas y lo que confirmamos es que el capitalismo (no solo en la forma de producir y consumir, sino en la propia antropología, el tipo de forma de ser persona) estaba profundamente inoculado en lo que los chicos y chicas estudian en la escuela. El optimismo tecnológico, los mercados como solución a los problemas que ellos mismos crean, la ausencia de cualquier alternativa económica que no pasara por la empresa convencional… El crecimiento económico es condición sine qua non para el bienestar, mientras que se habla poco de las desigualdades y de sus causas estructurales. Nos pareció que en casi todas las asignaturas había una verdadera inyección de neoliberalismo en vena.

Y en cuanto a los roles de género, ¿el sistema actual también los perpetúa?
Aunque ahora mismo hay muchas iniciativas dentro de la escuela llevadas a cabo por profesores y profesoras que trabajan contra estos estereotipos, de forma mayoritaria la oficialidad o el planteamiento hegemónico aún los perpetúa. Es escandaloso ver la ausencia y el poco afán que hay de la recuperación de las genealogías de las mujeres en todos los ámbitos de conocimiento. Pero ya no es que no haya mujeres en todas las disciplinas del conocimiento, sino que tampoco están presentes las tareas cotidianas de cuidado. Son sistemáticamente invisibilizadas, tanto las tareas como las personas que las hacen, lo que hace que no se cuestione su reparto, ni se exija una corresponsabilidad en el cuidado de las personas.

¿Cómo podemos trabajar las contradicciones que se generan en las aulas en este sentido?
Es un planteamiento totalmente incoherente. Por un lado tratamos de educar chicos y chicas en la corresponsabilidad, la tolerancia, el respeto, la colaboración… pero por otro, lo que ven fuera es que la sociedad termina premiando a quién se comporta de forma egoísta, individualista. Igual en el terreno familiar: en casa se educa en la justicia materna del reparto de bienes y tareas dentro del hogar, pero luego lo que se privilegia en la calle es lo contrario.

¿Entonces…?
Es muy difícil encapsular la igualdad en la escuela si todo lo que la rodea va en linea completamente contraria. Sin embargo, no somos conscientes del enorme valor que tiene la acción de un profesor o una profesora en determinados escenarios sobre las personas que educamos. En acciones puntuales, hacemos abrir lo ojos a los alumnos, les damos una mirada distinta. Aunque a veces nos resulte imperceptible, esto puede convertirse en heroico en un entorno de disputa de hegemonía cultural.

Vivimos en un mundo cada vez más urbano. ¿Es posible que la escuela se reencuentre con la naturaleza?
Es complicado. Una amiga profesora les propuso a sus alumnos apuntar durante un día todo lo que habían pisado. El resultado: asfalto, baldosa, terrazo, asfalto, mármol, madera, asfalto. Todo el día habían pisado cosas fabricadas por el ser humano y en ningún momento habían pisado tierra. En un contexto así, ser consciente de la ecodependencia es difícil, pero incluso en el entorno humano hay muchos elementos de vida.

¿Puede poner algún ejemplo?
Si vas a un parque, te das cuenta que en el propio margen urbano hay una enorme biodiversidad. En una ciudad como Madrid, donde ni mirábamos al río Manzanares porque lo considerábamos una tubería más, cuando corre un poco de repente vuelve a brotar las plantas, hay aves… La vida se despliega muy fácilmente. ¡Nosotros somos vida!

¿Qué recomendaría para acercarse a esta vida?
Yo creo que casi es preferible que busquemos y encontremos la vida que brota en la ciudad a ir a una granja-escuela, que es un espacio domesticado donde hay cuatro animales casi museificados. Hay mucha vida en la ciudad que te permite conectar con lo que somos y conocernos como especie.

¿Qué propondría a los profesores que quieran fomentar este reencuentro?
Lo primero es que se reencuentren ellos mismos. Decía María Zambrano que a ella le preocupaba mucho el exilio interior. En una cultura que ha aprendido a mirar la naturaleza desde la exterioridad, desde la superioridad y desde la instrumentalidad, nuestros propios cuerpos son mirados de esa manera. El reencuentro con nosotros mismos, el comprendernos hijos e hijas de la fotosíntesis y de la polinización es importante. La necesidad de respirar un aire que no nos envenene, que no nos de picor de ojos, es un reencuentro estimulante y feliz.

¿Y en segundo lugar?
El segundo consejo es hacerlo con otros y otras. Hay que recuperar lo colectivo y la cooperación como rasgo inherente humano. El tercer consejo pasa por hacer un ejercicio por reconectar con la dignidad de la profesión y de la tarea docente.

¿Los profesores se quieren poco?
En este tiempo de recortes, a veces no acabamos de ser conscientes de la importancia que tiene acompañar a una persona que se está formando, enseñarle lo que es importante para sobrevivir. Hay profesiones que son dignas por su mero propósito y la de docente es una de ellas. Hay que fortalecer esta autoestima, la de las personas que enseñan y que acompañan en los procesos.

Bajo el paraguas de la innovación educativa cada vez hay más materiales propuestos y recomendados. ¿Qué consecuencias puede tener esto?
Malas en cualquier caso. Parte de lo que se está llamando innovación es una excusa de las grandes empresas para introducirse en el marco de la escuela. La economía, en su faceta de producción de bienes y recursos, está en una fase de estancamiento: no crece o crece de forma limitada. Lo que hace el neoliberalismo es entrar a saco en mercados donde antes no entraba: sanidad, educación, dependencia, etc. Estos espacios pueden abrir una oportunidad de crecimiento de estos interesados, y la escuela es un espacio clarísimo que pretende ser mercantilizado.

Pero, ¿hay alternativas?
En este momento en el que la mentira se llama postverdad, tenemos que pensar en que hay que disputar todos los espacios. La innovación que nos vale es aquella que conduzca a formar personas críticas, capaces de cooperar, elegir y comprometerse ante los retos reales que tenemos. Desde mi punto de vista, estos retos no es hacer crecer cuentas de resultados de empresas, sino hacer que la mayoría de personas puedan vivir vidas que merezcan la pena vivirse en un planeta que tiene límites físicos.

¿Cómo cree que podemos fomentar el espíritu crítico de los niños y las niñas?
Creemos que formular preguntas es un método bastante adecuado. Hay un trabajo que se hizo entre Ecologistas en Acción y la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica que se llama 99 preguntas y 99 experiencias, que propone hacer preguntas y que sean los alumnos los que tengan que responder.

¿Nos puede hacer un adelanto?
Puedes, por ejemplo, pedir a los niños y niñas que hagan una comparativa sobre la esperanza de vida en diferentes barrios de Madrid, e investigar sus diferencias. No estás ofreciendo respuestas, pero obligas a dirigir la mirada a una problemática para que ellos saquen sus propias conclusiones a partir de la información que recaban. O, si en lugar de hablar del crecimiento económico, les preguntas cuánta energía cuesta generar la energía. O que investiguen la historia de los bosques, para que vayan aprendiendo y entendiendo cómo ha evolucionado. Adquirirán herramientas para posicionarse y tener su propia opinión.

Interesante…
No queremos que de la educación salgan personas uniformes que quieran y deseen las mismas cosas, pero sí que hayan tenido la oportunidad para preguntarse sobre los problemas que les va a tocar afrontar. Los chicos y chicas deben tener conciencia del mundo en el que les va a tocar vivir y tener la oportunidad de transformarlo. No hacerlo es hipotecar la vida de nuestros hijos al servicio de intereses que no ponen su vida en el centro.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/yayo-herrero-debemos-reconocer-la-dependencia-tenemos-la-naturaleza/

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Los 10 mejores libros de economía marxista de 2017

Por: Michael Roberts

El año pasado se publicaron algunos libros fundamentales e importantes de economía marxista, incluyendo: la obra maestra de Anwar Shaikh, Capitalismo: competencia, conflictos y crisis (que voy leyendo poco a poco de forma regular); Fred Moseley, Dinero y Totalidad, una imponente defensa de la teoría del valor de Marx; Francois Chesnais, El Capital Financiero en la actualidad, que describe las tendencias  de las finanzas modernas; así como las importantes contribuciones de Tony Norfield y John Smith (El Imperialismo en el siglo XXI).

Es difícil competir con ellos en 2017. Sin embargo, este año se conmemoró el 150 aniversario de la publicación del Volumen I de El Capital de Karl Marx, por lo que se publicaron algunos libros importantes sobre él que todo el mundo debería leer.

En mi opinión, Guía de lectura de El Capital de Joseph Choonara es la más clara y concisa de todas las “guias” y conferencias en vídeo disponibles o que fueron publicadas este año. Choonara lleva de la mano al lector a través de cada capítulo del Volumen I con análisis explicativos y comentarios relevantes. Choonara afirma que “está diseñada para ser leída en paralelo con El Capital, pudiéndose consultar cada capítulo del libro antes o después de digerir las secciones pertinentes de la obra de Marx”. El objetivo, a diferencia del enfoque más amplio de Harvey en sus conferencias en vídeo, es  “detenerse en aquellas áreas que son las más importantes para la comprensión general de la obra de Marx y las que más a menudo confunden, a partir de mi propia experiencia en la enseñanza de El Capital a estudiantes y trabajadores de izquierdas en la última década”. Porque, en opinión de Choonara, Marx intentó en El Capital analizar el capitalismo desde el punto de vista de los trabajadores y está dirigido a un público de clase trabajadora. El Capital hace evidentemente lo primero, pero es más dudoso que lograse su objetivo de llegar a los lectores de clase obrera. La Guía de Choonara puede ayudar a ello.

Desde luego, saqué más partido a la Guía de Choonara que al libro de William Clare Roberts, el Infierno de Marx, ganador del premio Memorial Isaac Deutscher de este año. Partiendo del tema del infierno de Dante de Marx para describir las iniquidades del capitalismo, Roberts nos presenta una ‘teoría política del capital’. No estoy seguro de la utilidad de este enfoque. Como dice David Harvey en su reseña del libro, “Mi objeción más grave es que Roberts trata el Volumen 1 de El Capital como un texto independiente y trata de interpretarlo ignorando su relación con otras obras de Marx”.  Y el tema del infierno tiene poco que decir acerca de la teoría económica de Marx, excepto para aceptar la interpretación de la teoría del valor de Marx de Michael Heinrich (incorrecta desde mi punto de vista).

Si lo que quiere leer es teoría económica marxista, tengo que recomendar la edición de Rick Kuhn de los ensayos de Henryk Grossman sobre la dinámica económica, la teoría de las crisis de Sismondi y sobre las diversas tendencias de la teoría económica burguesa. Nos ayuda a comprender el alcance del penetrante análisis del capitalismo de Marx en comparación con las principales corrientes burguesas y los socialistas utópicos. El análisis de Marx destruye la idea de que todo puede ser explicado por el intercambio y los mercados. Hay que ahondar debajo de la superficie para llegar al proceso de producción, en particular a la producción de valor (valor de uso y valor de cambio). Como Grossman dice: “Marx hace hincapié en la importancia decisiva del proceso de producción, considerado no sólo como un proceso de valorización, sino al mismo tiempo como un proceso de trabajo … cuando el proceso de producción es considerado como un mero proceso de valorización -como en la teoría clásica- tiene todas las características del acaparamiento, se pierde en la abstracción y ya no es capaz de captar el proceso económico real” (pág. 156).

A pesar del poder del análisis de Marx, son todavía las ideas de Keynes las que dominan el pensamiento de los economistas heterodoxos en su oposición a la corriente ortodoxa. Y esto no es casual. En un excelente libro, Geoff Mann, de la Universidad Simon Fraser, presenta una explicación sofisticada del predominio de Keynes en el movimiento obrero y la izquierda. En su A largo plazo todos muertos, Geoff Keynes sostiene que la hegemonía de Keynes se debe porque ofrece una tercera vía entre la revolución socialista y la barbarie, es decir, el fin de la civilización como ‘nosotros (en realidad la burguesía como Keynes) la conocemos’. Ello ha atraído (y todavía atrae) a los líderes del movimiento obrero y a los “pregresistas” que desean un cambio. La revolución es arriesgado y podemos acabar hundiéndonos con ella. Mann afirma: “La izquierda quiere democracia sin populismo, quiere política de cambio sin los riesgos de cambiar; quiere revolución sin revolucionarios”. (pág. 21).

Mann sostiene que la teoría economica keynesiana es predominante en la izquierda a pesar de sus falacias y fracasos porque expresa el temor de muchos dirigentes del movimiento obrero a las masas y a la revolución. A modo de ejemplo, basta leer el último libro del economista keynesiano James Kwak. Kwak cita a Keynes: “En general, creo que el capitalismo, gestionado con prudencia, probablemente puede ser más eficiente para la consecución de los fines económicos que cualquier sistema alternativo conocido, pero eso mismo es en muchos aspectos muy objetable. Nuestra tarea es diseñar una organización social que sea lo más eficiente posible sin ofender nuestras nociones de una vida satisfactoria”.  Y comenta Kwak:  ‘Ese sigue siendo nuestro desafío hoy’.

Para ser justos, no es fácil optar por una política económica que amenaza al orden establecido. los medios de comunicación y las instituciones burguesas lo convierten en un infierno. En el libro autobiográfico del año, del economista Yanis Varoufakis, ex-ministro de Finanzas griego durante la crisis del euro de 2015, describe los tortuosos y laberínticos debates y reuniones que tuvo en el Eurogrupo en su intento de luchar contra el infierno que la troika del FMI, el BCE y la UE querían imponer a Grecia. Comportarse como adultos: mi batalla contra el establishment europeo, es un relato personalizado, por decirlo suavemente. El análisis de la crisis de Varoufakis y su justificación de lo sucedido (la capitulación del gobierno de Syriza y su dimisión del gobierno griego) tienen todas las características de su ‘marxismo errático’ (como se describe). Perdió su batalla, pero la guerra continúa.

2017 fue también el primer año del reinado de Donald Trump sobre el capital estadounidense. Uno de sus objetivos principales era desregular el sector de las finanzas y de las empresas de las limitaciones impuestas por el Congreso (hasta cierto punto) después de la crisis financiera global. Desregulación en casa, pero proteccionismo cara al extranjero. El libro de Brett Christophers, El Gran Nivelador, analiza esta tensión dinámica entre la liberación del capital de la regulación y, sin embargo asegurar que no hunde la casa. Christopher argumenta que en esta dinámica, se menosprecia el papel del derecho y las normativas legales en el intento de preservar un  “delicado equilibrio entre la competencia y el monopolio”,  que es necesario para  “regular los ritmos de acumulación capitalista”. El tema que subraya Christophers es el papel de la ley a la hora de limitar las anárquicas oscilaciones entre el monopolio y una competencia mortífera en diferentes períodos del capitalismo. Se trata de una nueva visión.

Pero el 150° aniversario de El Capital no podía pasar sin un nuevo libro de David Harvey, el marxista más influyente en la actualidad. En su La locura de la razón económica, Harvey expone su última interpretación del esquema de Marx en El Capital. Es un libro bien escrito y fácil de leer y no demasiado largo. Y hay muchas clases en video de Harvey sobre los principales argumentos del libro. Harvey presentó su última tesis en el seminario Capital.150 que ayudé a organizar junto al Kings College en noviembre (y del que SP publico mi reseña).

Harvey argumenta que el Volumen I de El Capital sólo se ocupa de la parte de la producción del circuito (la producción de valor y plusvalía). El Volumen II aborda la realización y la circulación de capitales entre los sectores en su reproducción, mientras que el Volumen III se refiere a la distribución de ese valor. Y mientras que Marx hace un gran análisis de la parte de la producción, sus volúmenes posteriores no están completos y fueron editados en su conjunto por Engels. Y por lo tanto, de acuerdo con Harvey, el análisis de Marx no llega a explicar la evolución del capitalismo moderno. En el siglo XXI, las crisis en el capitalismo son probablemente causadas también, si no más, por un colapso en la circulación o la realización de la plusvalía que por problemas en su producción. Y así, las crisis son más propensas ahora en las finanzas y por la deuda, debido a la ‘financiarización’.

Quienes siguen mis artículos, incluyendo la nota que redacté sobre dicho seminario y debates anteriores con Harvey sobre estos temas, saben que no estoy de acuerdo con su visión de El Capital. Defiendo que la producción de plusvalía y la acumulación de capital sigue siendo fundamentales en la explicación de Marx del capitalismo y sus contradicciones, que conducen a crisis recurrentes. Como escribió Marx: “El beneficio de la clase capitalista tiene que existir antes de poder ser distribuído”.  La producción de valor no es, como sostiene Harvey, “una pequeña parte del valor en movimiento”, sino la principal, tanto conceptual como cuantitativamente, en Marx, ya que en cualquier economía capitalista, el 80% de la producción bruta se compone de medios de producción y productos intermedios en comparación con el consumo. En mi opinión, la lucha de clases en el lugar de trabajo sigue siendo el centro del capitalismo porque se trata de la lucha por la división del valor entre la plusvalía y la parte del trabajo, tal como Marx demostró en el Volumen I.

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/los-10-mejores-libros-de-economia-marxista-de-2017

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