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Dilemas de la universidad pública en un mundo globalizado

Por: José Vega López

2017 es un año especial para nuestra máxima Casa de Estudios en el estado de Michoacán.  Conmemoramos sus primeros 100 años de existencia como Universidad autónoma y de profundas raíces populares. 2017 también es un año de coincidencias históricas nacionales e internacionales: La Revolución Rusa de 1917, la Constitución Mexicana de 1917 y nuestra querida Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo que enarbolan la bandera de la justicia social.

Vivimos en una sociedad que tiende a hacerse cada vez más planetaria porque se han venido unificando nuestras diversas cosmovisiones del mundo en una sola, y, en consecuencia, se nos induce a admitir que la cosmovisión del mundo válida, adecuada y cierta es la cosmovisión de quien tiene el poder. Es decir, lo que percibimos es la instauración  de un sistema de redes de poder a través de las cuales se logra determinar la orientación de los intereses y las prácticas políticas de los ciudadanos, en concordancia con una idea de unificación e “integración” que sea lo suficientemente aceptable como para fusionar en un solo proyecto social, el proyecto particular de todos. Esta unidad de identidades  lo que se  propone, en el trasfondo del asunto, es un auténtico proceso de aculturación que tiene como objetivo no declarado profundizar los mecanismos de dependencia de las amplias capas de la población en todos sus aspectos, siendo el principal el que gira en torno a los sistemas de consumo económico, esto es, del mercado. A éste se supeditan los restantes sistemas de sociabilidad política y los discursos del conocimiento técnico. De esta manera se determinan ideológicamente los fines a los que apuntan las relaciones ciudadanas públicas.

Lo que observamos es una nueva reconversión capitalista, pues el impacto de los desarrollos tecnológicos en pro de la economía y del orden político que le sirve de sustento termina por lograr la “revolución del mercado” en su mundialización, acentuando la acumulación del capital más que orientar su “revolución” a satisfacer las principales necesidades y satisfacciones sociales de la mayoría de la población. Lo anterior pone en evidencia el tipo de globalización  que se alcanza a través del sistema capitalista neoliberal, en cuanto que privilegia el dominio de una cultura de la producción para el consumo, convirtiendo al ser humano en un eterno lactante, como lo expresara en su momento Erich Fromm.

La plataforma ideológica y política del capitalismo  parte del supuesto de que existe un mínimo de oportunidades materiales iguales para todos los miembros de una sociedad determinada. Sin embargo, no siempre esto ha sido posible en el mundo real, sobre todo para aquellos individuos que son segregados o marginados del ámbito público por parte de la clase social que detenta las estructuras efectivas del poder. Esto quiere decir que la estructura de poder también termina globalizada por aquellos que son sus beneficiarios. Lo cual contribuye a un mayor nivel de dominación a escala planetaria, ya que supone que se estarían reproduciendo los mecanismos de control a una escala imposible de cuantificar y, por consiguiente, más universalista que pudiera contener en un solo bloque antropocéntrico a la diversidad de sociedades y culturas.

El nuevo orden mundial continúa siendo un orden hegemónico, puesto que se mantienen, sin mayores diferencias o cambios, las estructuras de producción y reproducción del control social desplegado por la economía neoliberal.

La globalización está promoviendo el paso de un homo faber a un homo consumens obsesionado por el dominio de poder que le ofrece la técnica para hacerse dueño de su propio destino, a través de una sociedad de consumo altamente desarrollada que le permita obtener los productos con los cuales proveerse de cuanto necesita. Revalorizando la propiedad privada y el consumo, se garantiza, en su momento, más el tener que el deber ser, como lo diría Erich FrommEl capitalismo neoliberal  considera esto como principios generales de la producción económica a la que corresponde la naturaleza social de los hombres, siendo que los convierte en objetos alienados por la producción y el consumo, más que sujetos liberados de la productividad por medio de la técnica y del conocimiento. La visión de un mundo global, en el que no estamos todos reconocidos ni como hombres ni como ciudadanos, se impone hoy por hoy, más por medio de los aparatos ideológicos  y culturales del sistema, que a través de la intimidación y acción militar, aplicada ésta, con frecuencia, durante la llamada Guerra Fría.

Al decir de Althusser, el “Estado capitalista se reactualiza constantemente a través de sus aparatos ideológicos” (Althusser, Elementos de autocrítica, Hachette, 1974:18). El Estado capitalista neoliberal es por consiguiente, un Estado difusor y emisor de juicios y opiniones políticas con las que el ciudadano debe estar constantemente vinculado e identificado.

Cuando la información y los medios de comunicación están  comprometidos con órganos de dirección de poder que no son los que favorecen la libertad de expresión y la libertad de comunicación, entonces,  nos  encontramos ante un  modelo comunicativo  de opinión que no permite la divergencia o la contestación, mucho menos la posibilidad de un diálogo   horizontal con todos los integrantes de la sociedad.

Ahora bien, ¿existen alternativas más generosas para con el ser humano? Intentaremos mostrar que sí es posible construir otras alternativas que hagan más humana la convivencia entre los hombres, sin importar su lugar de origen o de residencia. De hecho, en sus inicios la nueva sociedad burguesa impulsó el pensamiento humanista, que es para nosotros una alternativa real, retomado tanto por filósofos como  pedagogos, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. Para Fromm, por ejemplo, el nuevo humanismo requiere como conditio sine qua non: “[…] Que los hombres se den cuenta de la inhumanidad de su situación presente, y no sólo del peligro físico, sino sobre todo del peligro psíquico que les acarrea la perfecta enajenación…tenemos que empezar por hacernos conscientes de quiénes somos, qué es lo que nos empuja y adónde vamos. Únicamente haciéndonos conscientes de ello, podremos tomar una decisión de adónde queremos ir” (Erich Fromm, La revolución de la esperanza, F.C-E., 2010:39).

Un primer paso en la consecución de ese ideal, descrito por Erich Fromm, es reformular los cometidos o las metas de las instituciones educativas porque, una educación orientada exclusivamente hacia la ciencia y la tecnología no es garantía del desarrollo integral del ser humano. Se requiere de una educación humanista, dialógica y crítica por definición, en el sentido en que lo explica Paulo Freire, es decir: “[…] Solamente el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generarlo. Sin él no hay comunicación y sin esta no hay verdadera educación. Educación que […] se instaura como situación gnoseológica en que los sujetos inciden su acto cognoscente sobre el objeto cognoscible que los mediatiza” (Paulo Freire, Pedagogía del oprimido, Siglo XXI, 2010:112-113).

De lo comentado anteriormente se desprende que la educación en general y la Universidad Pública en particular tienen frente a sí  un gran reto: formar  un nuevo tipo de estudiante que tenga  una formación humanista que contemple  el desarrollo  físico, intelectual y moral de sus educandos.

En este sentido, sería interesante saber cuál es la función primordial de una universidad. Pablo González Casanova sostiene que: “[…] La universidad no puede limitarse a preparar  profesionistas o técnicos. Tiene que enseñar a aprender y que enseñar a investigar, tiene que hacer del dominio de sus estudiantes y profesores el dominio  y el gusto de la lengua propia, de las matemáticas, de las ciencias naturales y sociales, de las humanidades, las artes y las técnicas. Todo universitario  tiene que rehacer su cultura general” (Pablo González Casanova, ¿Qué Universidad queremos?, UMSNH, 2003:6). En consecuencia con lo expresado por el ex-rector de la UNAM se hace aún más necesario recordar  que el proyecto tecnócrata, que vienen impulsando los gobiernos de derecha como el español, el argentino o el mexicano, no ha ocultado su deseo de constreñir a su mínima expresión las universidades públicas, lo cual se materializa disminuyendo  la responsabilidad del Estado en materia educativa. Obligando a los gobiernos de los países en desarrollo, por no decir  subdesarrollados o tercermundistas,  a implementar sendas reformas en la educación  superior que, según Axel Didriksson, serían las siguientes: “[…] Propiciar una gran diferenciación institucional, que incluya el desarrollo de  la educación privada. Introducir políticas explícitas designadas a dar prioridad a objetivos de calidad y equidad. Redefinir el rol del gobierno. Control del acceso a la educación  superior pública” (González Casanova, ¿Qué Universidad queremos?, UMSNH, 2003:7).

“El objetivo, asegura Didriksson, es liquidar el único espacio, que aún queda, desde donde se estaría en posibilidad de resistir los embates del neoliberalismo, es decir el espacio universitario.” (González Casanova, ¿Qué universidad queremos?, UMSNH, 2003:7).

Aquí es importante subrayar que la privatización de la educación está estrechamente vinculada a intereses del mercado y el consumo. Bauman advierte que “nosotros, los académicos, deberíamos preocuparnos por un daño aún más pernicioso que los inmediatos efectos que supone el hecho de lanzar a las universidades en brazos de los mercados de consumo (pues esto  y no otra cosa es el resultado de la retirada del patrocinio del Estado combinada con el aumento al triple de las matrículas). Se trata de la suspensión o el abandono de los proyectos de investigación, de su devenir superfluo… por lo tanto de un empeoramiento en las condiciones del aprendizaje y su calidad” (Zigmunt Bauman, Sobre la educación en un mundo líquido, Paidós, 2014:61).

Las intenciones, como vemos, no pueden ser más claras. Por ejemplo, en las últimas tres décadas la matrícula en las universidades privadas creció en un 528 %, mientras que en las universidades públicas fue del 40 %, según el estudio realizado por Adrián Acosta a invitación del IESALC-UNESCO 2005. En palabras del Dr. Pablo Arredondo (Rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara) este crecimiento se debe “a la multiplicación de las universidades garage o patito”. Actualmente la educación privada cubre el 30 % de la matrícula a nivel nacional.

Ante el vertiginoso crecimiento de la educación privada tenemos el imperativo de reformular nuestro quehacer docente, y asumir un compromiso efectivo que no deje lugar a dudas de que estamos en la defensa de la educación pública, desde el aula como principal trinchera.

Por eso planteamos que la formación de estudiantes-investigadores  desde  el nivel medio superior es otro de los  grandes retos que tiene frente a sí la Universidad Pública, de lo contrario se auto-condenaría al estancamiento y al atraso. No podemos seguir simulando, sencillamente por una cuestión elemental de ética para con aquellos que todavía creen en nuestras instituciones de educación superior. El docente  improvisado o aquel que ha perdido todo sentido de la vocación, no es la mejor garantía  para impulsar ese tipo de educación que  requieren hoy en día los pueblos en los  países en vías  de desarrollo.

Una educación humanista requiere de un docente  humanista y  no un mercader. Éste  es para Luis Porter: “[…] El que hoy vende su talento y su tiempo para trabajar en la investigación o en la docencia con la misma actitud que lo hace un obrero de una fábrica, sometido y forzado a aceptar condiciones que deberían ser inaceptables, olvidando o desconociendo las necesidades nacidas de su propia vocación, sensibilidad y compromiso. De esta manera, va adoptando la conducta que corresponde a una nueva versión del burócrata: sin gracia ni maneras, sin estilo ni capacidad de expresión, sin civilización ni cultura, en suma, sin la creatividad que surge del placer de trabajar con alegría” (Luis Porter, La universidad de papel, UNAM, 2003:116).

Bajo la perspectiva capitalista la multimencionada calidad educativa, que a diario escuchamos en boca de funcionarios,  se traduce en números, en horas trabajadas, en un sinfín de informes, etc., esto es: lo que importa es la cantidad no el aprendizaje realmente significativo en los estudiantes. Por eso, nuestra propuesta va encaminada hacia una auténtica humanización de la enseñanza en todos sus niveles. González Casanova comenta al respecto: “[…] El proceso de enseñanza-aprendizaje  tiene que enfrentarse  a  las  presiones comerciales y estatales desde una autonomía responsable  y disciplinada, plural y crítica, diagonal e informada, que impulse los talleres pedagógicos de las comunidades y los grupos de trabajo escolares  y extraescolares  con actividades colectivas y personalizadas también creadoras” (Luis Porter, La universidad de papel, UNAM, 2003:14).

La educación humanista, precisamente, ve al hombre como creador de alternativas humanas;  ella contempla  la construcción de utopías y las prácticas de las  mediaciones para alcanzarlas. Sólo de esa manera se podrá cristalizar la formación de un nuevo profesionista comprometido este con su momento histórico. He aquí nuestra magna tarea: construir utopías pero sin perder nuestros ideales, mismos que se convierten en el motor de la creatividad humana. Pero también hay que construir esas utopías con alegría, con optimismo, como lo comenta Fernando Savater: “[…] En cuanto educadores no nos queda más remedio que ser optimistas […] quien sienta repugnancia ante el optimismo, que deje la enseñanza y que no pretenda pensar en qué consiste la educación. Porque educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la anima, en que hay cosas (símbolos, técnicas, valores, memorias, hechos  […] que pueden ser sabidos y  que merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento” (Fernando Savater, El valor de educar, IESSA, 1997:24).

La cuestión es, entonces, elaborar o buscar las alternativas que  permitan sustraernos a ese proceso envolvente y alienante. Dichas alternativas garantizarían que el ciudadano común pueda asumir en un futuro próximo una actitud más crítica y reflexiva  acorde con su condición de homo sapiens. Humanizar al hombre por medio de la educación, sin lugar a dudas sería la mejor garantía de revertir en un mediano plazo los actuales embates de la globalización capitalista neoliberal. Además les recuerdo que NOS FALTAN 43 ESTUDIANTES.

Fuente: http://michoacantrespuntocero.com/dilemas-la-universidad-publica-mundo-globalizado/

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Boaventura: o risco da desimaginação social

Por: Boaventura De Sousa Santos

Em tempos de crise, capital flerta com hiper individualismo. Segundo sua lógica, competição é o máximo; cabe à cultura, e à religião, aceitar a guerra de todos contra todos

Por Boaventura de Sousa Santos

O social é o conjunto de dimensões da vida coletiva que não podem ser reduzidas à existência e experiência particular dos indivíduos que compõem uma dada sociedade. Esta definição não é neutra. Define o social pela negativa, o que permite atribuir-lhe uma infinidade de atributos que variam de época para época. É, por outro lado, uma definição eurocêntrica porque pressupõe uma distinção categorial entre o social e o indivíduo, uma distinção que, longe de ser universal ou imemorial, é específica da filosofia e da cultura ocidentais, e nestas só se tornou dominante com o racionalismo, o individualismo e o antropocentrismo renascentista do século XV, os quais viriam a ter em Descartes o seu mais brilhante teorizador. Tanto é assim que a máxima expressão desta filosofia–cogito ergo sum, “penso logo existo”– não tem tradução adequada em muitas línguas e culturas não eurocêntricas. Para muitas destas culturas, a existência de um ser individual é não só problemática como absurda. É o caso das filosofias da África austral e do seu conceito fundamental de Ubuntu, que se pode traduzir por “eu sou porque tu és”, ou seja, eu não existo senão na minha relação com outros. Os africanos não precisaram esperar por Heidegger para conceber o ser como ser-com (Mitsein).

Muito esquematicamente, podemos distinguir na cultura eurocêntrica que serviu de base ao capitalismo moderno dois entendimentos extremos do social. De um lado, o entendimento reacionário, que confere total primazia ao indivíduo e o concebe como um ser ameaçado pelo social. Segundo tal lógica, os indivíduos, longe de serem iguais, são naturalmente diferentes e essas diferenças determinam hierarquias que o social deve respeitar e ratificar. Entre essas diferenças, duas são fundamentais: as diferenças de raça e as diferenças de sexo. No outro extremo está o entendimento solidarista, que confere primazia ao social e que o concebe como o conjunto de regras de sociabilidade que neutralizam as desigualdades entre os indivíduos. Entre estes dois extremos foram muitos os entendimentos intermédios, nomeadamente os entendimentos liberais (no plural), que viram no social o garante da igualdade dos indivíduos como ponto de partida, e os entendimentos socialistas (também no plural), que viram no social o garante da igualdade dos indivíduos como ponto de chegada.

Entre estes dois entendimentos, por sua vez, foram possíveis várias combinações. Com as revoluções francesa e americana os dois últimos entendimentos passaram a ser os únicos legítimos no plano ideológico. Foi com base neles que se iniciou a luta contra a escravatura e a discriminação contra as mulheres. No entanto, ao contrário do que se supõe, o entendimento reacionário da desigualdade natural-social entre os indivíduos sempre se manteve como corrente subterrânea. Até hoje. E é intrigante que assim seja depois de dois séculos de lutas contra a desigualdade e a discriminação. Houve progressos? E, se houve, por que é que os retrocessos ocorrem recorrentemente e aparentemente com tanta facilidade? Estaremos hoje numa fase de retrocesso histórico em que o entendimento socialista se desfaz no ar e o liberal parece perigosamente ameaçado pelo entendimento reacionário?

As respostas a estas perguntas dependem da consideração de vários fatores. Vou limitar-me a um deles e, por isso, assumo à partida que a minha resposta é incompleta. O que o pensamento liberal designou por sociedade moderna democrática e o pensamento marxista por sociedade moderna capitalista foi de fato uma sociedade cujo modelo de desenvolvimento econômico exigia dois tipos de exploração da força de trabalho: a exploração de seres humanos teoricamente iguais aos seus exploradores e a exploração de seres humanos inferiores ou sub-humanos. Daqui decorreram dois tipos de desvalorização do trabalho: uma desvalorização controlada, porque regulada pelo princípio da igualdade, e por isso assente em direitos supostamente universais; e uma desvalorização mais intensa porque “natural”, exercida sobre seres ontologicamente degradados, seres racializados e seres sexualizados — basicamente, negros e mulheres. O capitalismo não inventou nem o colonialismo (racismo, escravatura, trabalho forçado) nem o patriarcado (discriminação sexual) mas ressignificou-os como formas de trabalho super-desvalorizado, ou mesmo não pago ou sistematicamente roubado. Sem essa super-desvalorização do trabalho de populações tidas por inferiores não seria possível a exploração rentável da força de trabalho assalariado em que tanto liberais como marxistas se concentraram, ou seja, o capitalismo não se poderia manter e expandir de forma sustentada.

Mas, se assim foi, não terá sido apenas nos alvores do capitalismo? Em meu entender, não, e só o domínio do pensamento liberal e do pensamento marxista nos impediu de ver que desde o século XV, pelo menos, até hoje vivemos em sociedades capitalistas, colonialistas e patriarcais. Obviamente que ao longo dos séculos houve lutas e movimentos sociais que eliminaram algumas das formas mais selvagens de desvalorização humana, mas só o domínio daquelas duas formas de pensamento moderno foi capaz de nos criar a ilusão de que a eliminação dessa desvalorização seria progressiva e até acabaria um dia, mesmo sem o capitalismo acabar.

Ledo engano. O que aconteceu foi a substituição, real ou apenas jurídica, de alguns instrumentos de desvalorização por outros ou a deslocação do exercício da desvalorização de um campo social para outro ou de uma região do mundo para outra. Não ter isto em conta fez com que confundíssemos o fim do colonialismo histórico (de ocupação territorial por país estrangeiro) com o fim total do colonialismo, quando de facto o colonialismo continuou sob outras formas: neocolonialismo, colonialismo interno, imperialismo, racismo, xenofobia, ódio anti-imigrante e anti-refugiado, e, para espanto de muitos, a própria escravatura, como a ONU hoje reconhece. Da mesma forma que a discriminação contra as mulheres deixou de se manifestar no sufrágio eleitoral e nos direitos sociais, mas continuou sob as formas de pagamento desigual para trabalho igual, assédio sexual e violência, da doméstica ao gang rape e feminicídio. Esta cegueira analítica impediu-nos de dar relevo à composição etno-cultural da força de trabalho desde o início — por exemplo, às diferenças entre trabalhadores ingleses e irlandeses, ou [na Espanha] entre trabalhadores de Castela e da Andaluzia.

Por que razão é este argumento mais facilmente aceito hoje do que há vinte anos? Em meu entender, isso deve-se ao facto de a atual fase do capitalismo exigir hoje, talvez mais do que nunca, a super-desvalorização da força de trabalho e a submissão de vastas populações à condição de populações descartáveis, populações a quem se pode roubar o trabalho e sujeitar a trabalho forçado ou “análogo” a trabalho escravo; populações eliminadas por guerras onde só morrem civis inocentes, abandonadas à sua “sorte” em caso de acontecimentos climáticos extremos ou encarceradas, como acontece a boa parte da população jovem negra dos EUA. Estes fatos devem-se à conjugação de dois fatores epocais e, portanto, de larga duração: as revoluções eletrônicas e digitais e o domínio global do capital financeiro, o setor do capitalismo mais anti-social por criar riqueza artificial com escassíssimo recurso à força de trabalho.

A super-desvalorização da força de trabalho e o caráter descartável de vastas populações estão hoje a ser ideologicamente respaldados pela reemergência do pensamento reacionário da desigualdade natural-social entre os indivíduos, o qual sempre se manteve como corrente subterrânea da modernidade ocidental. Ele reemerge sob formas tão diferentes que facilmente se disfarçam de desvios conjunturais ou idiossincrasias sem significado. Aflora no crescimento da extrema-direita europeia e brasileira e do supremacismo branco nos EUA. Aflora na chocante virulência classista, racista, sexista e homofóbica  de organizações brasileiras de extrema-direita, algumas delas financiadas por  agências públicas e privadas norte-americanas. Aflora na generalização da precariedade do trabalho assalariado e da transformação dos direitos dos trabalhadores em privilégios ilegítimos. Aflora em sentenças judiciais que invocam a Bíblia para justificar a inferioridade das mulheres. Aflora no aumento do trabalho escravo. E aflora, pasme-se, na relegitimação do colonialismo histórico, um fenômeno que pela sua aparente novidade merece uma referência especial.

Não me refiro a políticos como o presidente Nicolas Sarkozy, que em 2007 dissertou em Dakar sobre as vantagens do colonialismo para os povos africanos, cuja tragédia seria não terem até hoje entrado plenamente na história. Refiro-me à justificação científica do colonialismo histórico e à sua invocação como solução para os “Estados falidos” do nosso tempo. Refiro-me ao artigo de Bruce Gilley, professor do Departamento de Ciência Política da Universidade Estadual de Portland, publicado em 2017 na respeitada revista Third World Quarterly dedicada aos problemas pós-coloniais. O artigo, intitulado “The Case for Colonialism”, defende o papel histórico do colonialismo e advoga que se volte a recorrer a ele para resolver problemas que os “estados falidos” do nosso tempo não podem resolver. Mais especificamente, propõe três soluções: “recomendar modos de governação colonial; recolonizar algumas áreas; criar novas colônias de raiz.” A polêmica que o artigo suscitou foi tão grande que o autor acabou por retirar o artigo (foi retirado da versão eletrônica da revista, mas pode ser lido na versão em papel). A minha suspeita é, no entanto, que o artigo, longe de ser apenas uma prova das deficiências do sistema de avaliação “anônima” de artigos científicos, é um sintoma da época, e a polêmica que ele levantou não ficará por aqui.

O que designo por desimaginação do social é a imaginação anti-social do social. Segundo ela, numa sociedade de desigualdade natural-social entre os indivíduos, a responsabilidade coletiva pelos males da sociedade não existe. O que existe é a culpa individual daqueles que não querem ou não podem competir por aquilo que a sociedade nunca oferece e apenas concede a quem merece. Os que fracassam, em vez de apoiar-se na sociedade, devem apoiar-se nas religiões que por aí pregam a teologia da prosperidade e consolo para quem não prospera. A educação, em vez de criar a miragem da responsabilidade cidadã e da solidariedade social, deve ensinar os jovens a ser competitivos e saber que estão numa guerra de todos contra todos.

Se não é isto que queremos, é bom termos bem a noção do inimigo contra o qual temos de lutar com todas as forças democráticas, e sem complacência.

http://outraspalavras.net/autores/boaventura-o-risco-da-desimaginacao-social/

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Libro: Las nuevas ciencias y las humanidades

Las nuevas ciencias y las humanidades

De la académia a la política

Pablo González Casanova. [Autor] 

Colección Clásicos Recuperados. 
ISBN 978-987-722-265-4
CLACSO.
Buenos Aires.
Octubre de 2017

Este libro es una introducción a las Nuevas Ciencias y Humanidades. Incluye la forma de acercarse a ellas desde la academia hasta la política, desde la cultura general hasta la especializada. No es un libro de divulgación. En él se analizan los cambios de la dialéctica que provienen de las tecnociencias, y la forma en que la dialéctica alterada opera en un capitalismo complejo. Es un libro para científicos y humanistas que han terminado sus estudios escolares, y también para quienes los inician. En el terreno de las ciencias humanas busca abrir el camino a una comprehensión más profunda de los conocimientos fundamentales sobre la transformación de la sociedad contemporánea actual y virtual, dominante y alternativa.
Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1307&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1247
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La Universidad Revolucionaria que tenemos

Por: Ángel Tortolero Leal

Si lo vivido te es indiferente,

es porque estas infestado

de obscenas inducciones

que te hacen desconocerte.

(Pensamiento del Autor)

 

En comparación a la vieja y maltratadora universidad del siglo pasado, donde solo castas politiqueras del estatus, encumbrados nuevos ricos y una minúscula porción del pueblo pobre tenía acceso; nuestro sistema de educación universitaria bolivariano, democrático, socialista y libre, es superior.

Hoy, si de algo está seguro el estudiante de bachillerato es que al culminar sus estudios, ingresaran a la universidad, estudiara lo que desee y desarrollara su carrera de cara a sus aspiraciones individuales y colectivas.

Así, la Revolución Bolivariana, ejecuta como mandato el Estado Docente en un esfuerzo sostenido por alcanzar la conciencia requerida en la construcción del nuevo hombre y mujer que demanda este siglo y los que vienen. Un proceso que supera la mera masificación de la educación universitaria, y se inserta en la formación de un ser universitarios que tenga la capacidad de observar, reflexionar y transformar su entorno social, político y vivencial personal.

En ese sentido, no basta con estar dentro del sistema y asistir a clases para ser universitario, todo lo contrario, si bien el saber se construye en buena medida a partir del estudio sistemático, su episteme más profunda, está en la praxis social continua dentro de una dialéctica concreta que despeje la paja (ideología dominante, vicios pequeño burgueses, prejuicios de clases e idiotez ilustrada por retazos inconexos) del trigo (ciencia y conciencia transformadora)

En consecuencia, si reconocemos que en las sociedades signadas por las democracias representativas y burguesas, las universidades son centros de certificación, reproducción y extensión para una minoría, cuyo papel histórico es reproducir el estado liberal burgués con todas sus detestables consecuencias. Podemos entender que la universidad que nos plantea la Revolución Bolivariana, es por tanto el contrario, ya que esta va en favor de la reivindicación de lo colectivo, la solidaridad como principio, la emancipación del sujeto social y el crecimiento de lo esencialmente humano.

Sin embargo y descargo de cualquiera acusación de dogmatismo,  esa universidad revolucionaria que tenemos, invita al debate y por tanto requiere de una contraparte inteligente que muestre su pensamiento y asuma el riesgo de pensar y actuar en el seno de la academia, más que de investir cual toro furioso y adiestrado por la hegemonía de los poderes facticos a los que se subordinan, contra todo cuanto lo que implica, cambio sustancial y profundo, oportunidad e igualdad social.

En la UNERG por ejemplo, en estos 17 años de combate se ha pasado de 4.000 alumnos a más de 120.000, y con un esfuerzo titánico se administran curso de pregrado y postgrado (especialización, maestría y doctorado) en gran parte del territorio nacional, por supuesto que eso solo es posible, cuando las autoridades universitarias tienen conciencia del momento histórico en el que vivimos.

En base a lo anterior se puede asegurar, que se ha cumplido con el primer objetivo: «Dar oportunidad ingreso a todos». Pero aún falta mucho camino por andar, y mucho que desenredar, sobre todo en aquellos que validos del derecho al estudio honrado en la revolución, olvidan el deber que tienen como estudiantes: con ellos y las instituciones y el deber que tendrán como profesionales: con su familia y con la sociedad.

En ese sentido, esta nueva universidad debe superarse y posicionarse al servicio de los grandes objetivos de la patria: la construcción del socialismo. Lo que implica una formación dinámica que rompa con los anquilosados esquemas escolares del pasado, y vaya a las calles a enfrentar, la compleja realidad del ir y el venir de luces y sombras, difuminanas en todos los espacios reconocidos como realidad, sin el mandato de imposiciones metodológicas cuya parcialidad prescinde de lo creativo en favor de la instauración del discurso interesado que impone los poderes facticos.

Es la hora del ingenio, del  saber, saber, del saber hacer, de la ruptura con toda implicación ajena al crecimiento social. Es la hora de las ciencias advenida en conciencia.

Sin menoscabo de la coyuntura económica actual, y en pleno conocimiento de la  guerra económica que sin precedente en la historia, nos ataca a diario, la universidad revolucionaria y los revolucionarios que en ella cohabitamos, seguiremos con nuestro compromiso militante de servicio, garantizando los espacios para la diversidad discursiva que en ella surgen. De allí que, el mensaje está claro, hay que construir para el pueblo y con el pueblo las bases de los saberes con los cuales hemos de despejar las incógnitas sociales que se derivan de la ruptura con el capitalismo.

Es tiempo de trascender de la masificación educativa  a la participación protagónica en la sociedad. Solo así podremos derrotas a los cipayos mandaderos del imperio y sus serviles cachorros ideologizados, oportunistas y arrogante. Sigamos luchando y pensando, que el socialismo se construye y se conquista pelando.

Fuente: Prensa OVE

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Ser o no ser mercancía. He ahí la cuestión

Por: Ecoportal/20-10-2017

El debate sobre la “descomoditización” es antiguo. Comenzó bien antes de la fundación del Movimiento Vía Campesina (1992) y del mote creado por el activista campesino José Bové – “El mundo no es una mercancía” (1999).

Esa discusión se ha desarrollado en fines de la década de 1980 e inicio de la de 1990 entre algunos operadores de commodities y de futuros desde la adopción por banqueros y políticos de la teoría neoliberal de Milton Friedman, de la escuela de Chicago.

El origen de los mercados futuros es también anterior al capitalismo. Su historia está registrada hace milenios en China y en India entre los pueblos nómades que llevaban mercancías de un lado a otro cruzando los desiertos de Asia, África y del Este Europeo y combinaban el precio futuro (canje) cuando regresaran a la puerta de la casa del comprador portando sus encargos. Los chinos son los mayores, en volumen de negocios, y los más agresivos operadores de commodities y de futuros del mundo.

Mercados siempre existieron con o sin capitalismo, pero con el capitalismo los trueques se han tornado monetarios, es decir, en lugar de cambiar las cosas por otras cosas, por ejemplo, un pedazo de carne por un pan, una gallina por un kilo de harina, se pasó a cambiar las cosas por moneda (dinero). De ahí lo que se hacía de forma limitada y por subsistencia (para atender a las necesidades básicas) pasó a tener otra connotación relación de valores.

Se puede discutir los canjes de seres humanos por comida, de niños por animales, entre tantas otras que también existían antes del capitalismo y aún persisten con toas las duras conquistas por los derechos humanos y ambientales. El fenómeno de mercantilizar cosas y personas o lo que debe o no ser mercancía, la ética y que tipo de valores pautan esas actitudes, independientemente de ideologías y religiones, se debe estudiar a la luz de la ciencia económica, social, política, jurídica y, sobretodo, a la luz de la psiquiatría. Solamente el ser humano mata por placer. Las demás especies no actúan de esa manera.

Volviendo a los mercados futuros y tomando como ejemplo el caso de matemático chino David X. Li, cuya fórmula elegante, la Cópula de Gaussian, ha sido reproducida por los operadores de Wall Street. El método de David X. Li fue adoptado por todos, desde los inversionistas en títulos, los bancos de Wall Street, agencias de calificación de riesgo (rating) y regladores. Y se tornó tan profundamente enraizado en el “modus operandi” del sistema financiero que muchos hacen dinero con ese modelo matemático, pero ignoran las advertencias sobre las limitaciones del uso de esa metodología y sus potenciales riesgos. No existe probabilidad cero en los mercados futuros. Siempre habrá riesgos proporcionales al tamaño de las ganancias. Y eso, dependiendo del volumen financiero de la aplicación, los riesgos pueden ser también correspondientes a la capacidad de impulsar (velocidad y volumen entre alta y baja) de esos mercados. Así, se estima que para cada gramo de oro, se multiplica en torno de 100 veces la posibilidad de que se realice con pérdidas.

El modelo de David X. Li se deshizo, produciendo fallas que aparecieron desde el inicio de la crisis de 2008 con la quiebra del Banco Lehman Brothers, tragando billones de dólares y colocando en riesgo la sobrevivencia del sistema financiero internacional, que como una cotorra, repite las mismas prácticas sin cualquier fundamento técnico cuando se trata de ganar dinero rápido con el mantra: “tenemos que aprovechar las oportunidades que las crisis nos proporciona”.

Modelos matemáticos

¿Sería la fórmula matemática y su autor responsables por el rombo de Wall Street?

La tragedia se encuentra en el subprime, el sistema multimillonario que permitió que los fondos de previdencia, compañías de seguro y los fondos de hedge (cobertura) prestaran billones de dólares para las empresas, países y compradores de casas.

La responsabilidad, en verdad, es de quien utiliza la fórmula inadvertidamente, hasta porque, en un mercado desreglado, nadie esta obligado a utilizar una metodología, a no ser que sea impuesta por fuerza de ley o por un lobby poderosísimo como esta ocurriendo con la adopción de la TEEB (The Economics of Ecosystems and Biodiversity – La Economía de los Ecosistemas y de la Biodiversidad), informe que fue coordinado por el físico y economista indiano Pavan Sukhdev. Cómo utilizar la TEEB e interpretarla también debe ser de responsabilidad de los que de ella se utilizan. Pero no significa que a partir del momento en que la ONU adopta esa metodología no se la debe cuestionar para lo que y con qué objetivo la TEEB fue concebida.

Como economista brasileña, de origen beduina-palestina, me recuso aceptar fórmulas matemáticas y modelos económicos impuestos de arriba para abajo y de fuera hacia dentro, probando teorías financistas con seres humanos y el ambiente. Soy autora de una fórmula matemática que por cuestiones de seguridad, noción de riesgo y por no subestimar la inteligencia ajena, aún no he revelado y no pretendo revelar tan pronto.

Diferentemente de David X. Li, no la hice para que ganen dinero con ella y también, a ejemplo del ejecutivo indiano egreso del Deutsche Bank, Pavan Sukhdev, no la hice por encomienda de los banqueros, no de las corporaciones ni de la ONU.

Fue por convicción de que era necesario introducir una célula benigna en el cuerpo de la economía cancerígena que produce metástasis, como la de la crisis de 2008, que la he desarrollado. Inicié el diseño de esa fórmula en 1990 motivada por la guerra Irán-Irak, con mi experiencia práctica como operadora en los mercados de commodities minerales, oro, petróleo y derivativos (derivado de activos o futuros). Como lo dije anteriormente, la discusión sobre descomoditización ocurrió mucho antes de la fundación de la Vía Campesina y de la notoriedad alcanzada por José Bové con su lucha antiglobalización y anti industrialización inspirando los Fóruns Sociales Mundiales.

Sobre la fórmula que he creado, se trata de secuencia numérica que decodifica las matrices de las commodities ambientales. Es la descomoditización del patrón convencional que determinó el sistema que promueve la comoditización. Como la palabra descomoditización es más complicada y de difícil explicación, tornándose una expresión tanto cuanto la palabra commodity, cuñé la expresión commodities ambientales. Sobre ese tema esclarezco en el artículo Pos-Rio+20 – Reflexiones conceptuales sobre la comoditización de los bienes comunes.

Comprendo la historia de los activistas indianos contra la comoditización, ya que ellos han sido las principales víctimas de esos modelos irresponsables y utilitaristas por los alumnos de la escuela neoliberal de Milton Friedman. Curiosamente, el ejecutivo coordinador del controvertido y cuestionable informe TEEB es un indiano.

Pero, no será porque la palabra commodities está demonizada con toda razón se la debamos omitir, ignorarla o mismo sustituirla por otra que intente minimizar sus consecuencias sin que se discuta la esencia de su significado o cómo podemos combatir el sistema que se tornó un gran problema socio ambiental. ¿Quién dijo que commodity tiene que ser lo que es? Aquí en Brasil se la utilizan hace 517 años sin traducirla y, principalmente sin contestación. Fueron los europeos y estadounidenses los que nos hicieron tragarla con su manera tecnológica de hacer con que las produzcamos, pagando por ellas una miseria, mientras los productores rurales, los agricultores y campesinos, corren todos los riesgos de clima, zafra, financiero, además del riesgo de precificación.

Así, como la receta de un médico prescribe “diclofenaco de sodio” nombre tecno-científico, se habla de biodiversidad, ecosistemas, biomas en el “biologués”, me sirvo de los nombres técnicos y científicos en economía y finanzas para prescribir un remedio, peso no me atrevo a aplicarlo sin antes analizar con la sociedad si tendrá efecto positivo o negativo. Tampoco tengo la pretensión de producirlo sola, pues considero esa alquimia un conjunto de muchos factores, siendo necesario el envolvimiento de diversos actores socio-ambientales en esa larga operación. Cuanto a conceptuar, aún es algo que, para que tenga el resultado deseado, debe ser asimilado por un considerable grupo de mentes pensantes. De lo contrario, no será concepto, puede ser apenas un amontonado de ideas interesantes o no.

Estoy de acuerdo con la ecofeminista y científica Vandana Shiva cuando afirma: “alimento no es commodity”. De hecho, alimento no puede ser resumido a algunos productos de exportación, por ejemplo, soya, caña, vacuno, pinos y eucaliptos. La palabra commodity no encuentra traducción literal en portugués, por eso aparece en la literatura financiera en inglés, por tratarse de una expresión mundial en finanzas y comercio exterior.

Derecho a alimentación

Como seres humanos nos alimentamos con muchos productos, y mejor y más saludable sería si producidos sin venenos, como los agro-tóxicos. Infelizmente, esa manera de producir aún es parte de nuestra alimentación urbana (fast food). Son esos dichos “alimentos” que se compra en supermercado y en las ferias, con pocas excepciones, con la agroecología a disputar espacios restringidos en los supermercados y a precios inaccesibles para la mayoría de los mortales.

La científica Vandana Shiva dice algo que se debe considerar a la luz de la ciencia económica, ya que la producción de commodities ni nos alimenta y ni nos mantiene financieramente. Hace mucho tiempo dejó de ser alternativa económica, generando empleo y renta en el campo para ser concentración del capital en manos de los que han capitalizado con la “oportuna “ falta de política agropecuaria, de soberanía y seguridad alimentaria que actualmente hacen parte de las más urgentes reivindicaciones de campesinos, sin tierra, comunidades tradicionales y pueblos de la floresta: la reforma agraria y el derecho a la tierra.

Sin embargo, no se puede afirmar que “alimento no es mercancía” utilizando la palabra en portugués sin explicarla. La afirmación “alimento no es mercancía” no encuentra respaldo en la realidad y en el imaginario de las personas comunes (no politizadas). Puede ser palabra de orden, expresión derivada del habla justa y necesaria de José Bové, que encontró apoyo en Vía Campesina. Esa si encuentra respaldo en la realidad en que vivimos en esa economía de mercado, al afirmar que “el mundo no es una mercancía”- sea en que idioma sea – “el mundo no es una commodity”.

A ver: alimento es mercancía si, porque aún lo tenemos que comprar en el supermercado, en la panadería, en los mercados y otros sitios. También el Estado no suministrará alimento gratuito. Mera ilusión creer que el Estado dará comida gratis para todo el contingente de más de 7.5 mil millones de seres humanos en este planeta, sin contar, claro, los demás seres vivos.

Seguramente, como defiende Vandana Shiva, “alimento no es commodity” porque, al fin, el monocultivo intensivo (un único cultivo), que el uno de los cinco principales productos de exportación, no nos alimenta y ni podemos dejar de alimentar con otras variedades que son más importantes y garantizan la seguridad alimentaria y nutricional, como raíces, verduras, legumbres, frutas, cereales, hojas verdes, cáscaras, miel de abeja, especias leche, huevos, harinas, carnes diversas (vacuno, ovino, porcino, aves) pescados, frutos del mar, sin contar las plantas que curan. Medicamentos pueden ser tradicionales o alternativos. ¿Por qué nos matamos con la medicina convencional, con drogas que vician y provocan daños colaterales?

Así, propongo adoptar otra frase  que me parece más adecuada a lo que se pretende comunicar: “alimento es derecho humano y de los demás seres vivos”. No se puede dejar los demás seres vivos fuera de esa cuestión considerando lo aprendido con el eco-historiador y ambientalista Arthur Saffioti, que presenta el desafío del nuevo paradigma naturalista organicista contemporáneo.

El paradigma mecanicista sigue impregnado en el ser humano occidentalizado, ahora de forma práctica. Por otro lado, emerge un nuevo paradigma, que se podría llamar de naturalista organicista contemporáneo. En lugar del “pienso, luego existo”, plantearse ahora el “cómputo, luego existo”. Computar es procesar las informaciones y transformarlas en conocimiento para la vida. Todos los seres vivos –unicelulares o pluricelulares- computan. Luego, todos pueden ser considerados sujetos y objetos.

Si entendemos que “alimento es derecho humano y de los demás seres vivos”, enarbolamos una bandera que encontrará respaldo en el imaginario de las personas y levantará un cuestionamiento fundamental: ¿por qué tengo que comprar alimentos caros y malos en los supermercados? ¿si es que se puede considerar alimento lo que esta en el supermercado. ¿Si le da una papinha industrializada para su bebé lo estará alimentando?

Con esas indagaciones entre otras, provocamos inquietudes y, de esa forma, promovemos una discusión filosófica y más eficiente en las mentes, en los corazones y en los estómagos, concienciando a las personas sobre qué es lo que finalmente estamos produciendo y consumiendo.

Podemos comenzar filosofando como el poeta y dramaturgo inglés William Shakespeare: “Ser o no ser mercancía: he la cuestión”.

Notas
  1. Descomoditización – acción de no producir mercancías con patrón industrial, manteniendo criterios diferenciados como las producciones artesanas y tradicionales de dulces, quesos, harinas entre otros alimentos y productos.
  2. Milton Friedman fue uno de los más destacados economistas del siglo XX y uno de los más influyentes teóricos del liberalismo económico. Principal apóstol de la Escuela Monetarista y miembro de la Escuela de Chicago, además de defensor del laissez faire y del libre mercado. Friedman fue consejero del gobierno chileno de Augusto Pinochet y muchas de sus ideas han sido aplicadas en la primera fase del gobierno Nixon y en buena parte del gobierno de Ronald Reagan. Era el padre del teórico David Friedman. Disponible en
  3. TEEB: La iniciativa The Economics of Ecosystems and Biodiversity nació en 2007 durante el encuentro de ministros del Medio Ambiente del G8+5 en Potsdam, Alemania, y comenzó a funcionar en 2008 bajo coordinación del ejecutivo Pavan Sukhdev, del Deutsche Bank El objetivo era abarcar el valor económico de los servicios de los ecosistemas y de la biodiversidad a fin de protegerlo de más destrucción y acciones predatorias. El informe final del estudio fue lanzada en 2010 durante la 10ª Conferencia de las Partes (COP 10) de la Convención sobre Diversidad Biológica en Nagoya, Japón.
Referencias
EL KHALILI, Amyra. Pós RIO+20: Reflexões conceituais sobre a “comoditização” dos bens comuns. Disponível em portugués:  <http://operamundi.uol.com.br/dialogosdosul/pos-rio20-reflexoes-sobre-a-commoditizacao-dos-bens-comuns/04042017/>  e español <http://operamundi.uol.com.br/dialogosdelsur/pos-rio20-reflexiones-sobre-la-comoditizacion-de-los-bienes-comunes/04042017/>
EL KHALILI, Amyra. Ser ou não ser mercadoria: eis a questão!. Fórum de Direito Urbano e Ambiental – FDUA, Belo Horizonte, ano 13, n. 74, p.77 -80, mar./abr. 2014.
SALMON, Felix. Recipe for Disaster: The Formula That Killed Wall Street. Disponível em: <http://www.wired.com/techbiz/it/magazine/17-03/wp_quant?currentPage=all>.
UNMÜßIG, Barbara. Ninguém pretende colocar etiquetas com preços na natureza. Entrevista concedida a Pavan Sukhdev. Disponível em: <http://br.boell.org/web/50-1433.html>.
OLIVEIRA, Péricles de. Agronegócio, um modelo esgotado. Entrevista concedida a Vandana Shiva. Brasil de fato. Disponível em: <http://www.brasildefato.com.br/node/15564>.

Por Amyra El Khalili
Colaboradora de Diálogos del Sur. Amyra El Khalili es profesora de economía socio-ambiental y editora de las redes Movimiento Mujeres por la P@z y Alianza RECOs – Redes de Cooperación Comunitario Sin Fronteras.

Ecoportal.net

http://operamundi.uol.com.br/

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Salarios de hambre

Por: Pedro Echavarria V

“Los salarios en México no podrán subir por falta de productividad, capacitación”, ¿por haraganes, secretario?

1. Hace poco más de un año leí que” a nivel mundial los trabajadores mexicanos laboraban en promedio muchas más horas” que otros. También sé, sabemos todos, que esos mismos trabajadores de México son buscados, solicitados por los empresarios de EEUU, porque son eficientes trabajadores y, además, se les explota con brutalidad y no se quejan. Puta, pero en México esos trabajadores son explotados, despreciados, mal tratados y, dado que se quejan porque los esquilman los empresarios, entonces les mandan a la policía para reprimirlos.

2. El muy cínico secretario del Trabajo –un señor facho Navarrete Prida- acaba de repetir lo que dicen los funcionarios fascistas y los empresarios explotadores: “Dado el condicionamiento de EEUU y Canadá de retirarse del TLC si en México no se mejoran los salarios de los trabajadores, hay que decir que no se puede porque necesitan elevar la productividad de las empresas y capacitarse para ser eficientes”. Desde que tengo un poco conciencia escucho ese argumento que es una mentada de madre a los trabajadores mexicanos que por lo menos deben movilizarse.

3. Llevo 17 años que “sin querer queriendo” apoyo a López Obrador. He sido un crítico severo de su electoralismo, su pacifismo y de muchas de sus alianzas y rechazos, pero dado que en México no hay otra cosa con perspectivas y posibilidades izquierdistas de confrontar seriamente con el Estado, pues lo acompañaré hasta 2018. Si al fin –por aquello de que lo dejen- asume la Presidencia, seguiré ayudando en lo que pueda y al mismo tiempo siendo un crítico mordaz de su gobierno. Si “pierde” como se augura, mi convicción es seguir luchando por los trabajadores.

4. Así como poseo unos 15 libros de Octavio Paz, también tengo parecida cantidad de obras de Enrique Krauze; los he leído durante 40 años y no coincido ideológicamente con ellos, pero reconozco que la obra –por lo menos del primero- es fundamental su lectura. Estos días –acompañado de sus libros: Siglo de Caudillos, La Presidencia Imperial y Biografía del poder, me he puesto a revisar –con mi gruesa interpretación- algunos videos de Krauze acerca de los sexenios presidenciales de Ruiz Cortines, López Mateos, Díaz Ordaz y Echeverría Álvarez.

5. A pesar de que desde 1952, cuando inició su gobierno Ruiz Cortínes, han transcurrido 65 años, aquellos gobernantes de la dictadura del PRI, no eran tan tontos o idiotas que los Salinas, Fox, Calderón o Peña. La realidad es que siempre fueron funestos, pero a partir de la implantación del neoliberalismo en 1982, las cosas se complicaron en el mundo y parece que los gobernantes son más irresponsables e idiotas. Creció gigantescamente el desempleo y la miseria en los trabajadores y como resultado la migración a EEUU y eso que llaman delincuencia de abajo.

6. Es sorpresivo, inaudito, risible, que en el seno del TLC los EEUU y Canadá estén exigiendo un aumento salarial y buenas condiciones de vida para los trabajadores mexicanos; mientras tanto en México gobierno y empresarios se oponen a ello. Los yanquis con esta demanda superan incluso a los izquierdistas que son los que deberían ponerse al frente para realizar movilizaciones, bloqueos, huelgas, para ganarse el apoyo de los productores. De lo que hay que estar convencidos es que gobierno y empresarios mexicanos sólo defienden al TLC por sus negocios. El pueblo les importa un bledo.

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

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“Los países del Sur exportan al Norte mujeres para la industria del sexo”

Por:  Enric Llopis

Entrevista a la investigadora Rosa Cobo, autora de “La prostitución en el corazón del capitalismo” (Catarata)

Una reciente investigación de la OIT y la Walk Free Fundation señala que de las más de 40 millones de personas víctimas de la esclavitud moderna en 2016, la mayoría eran mujeres y niñas (cerca de 29 millones, el 71% del total). Las mujeres representan asimismo el 99% de las víctimas del trabajo forzoso en la industria del comercio sexual y el 84% de los matrimonios forzosos, mientras que a los hombres se les explota mayoritariamente en la industria minera, pesquera o como soldados. El Informe Global sobre Trata de Personas 2016 de la ONU sostiene que la explotación sexual y el trabajo forzoso constituyen las modalidades más detectadas de trata de personas, que representa unos beneficios de 32.000 millones de euros anuales para las mafias. El lucro y las reducidas tasas de condena suponen un acicate para quienes se dedican al negocio. La mendicidad, los matrimonios forzados, la pornografía o todo tipo de fraudes se incluyen en la noción de trata, de la que según Naciones Unidas, no hay países inmunes.

Publicado en mayo de 2017, el libro “La prostitución en el corazón del capitalismo” (Catarata) de la investigadora Rosa Cobo se centra en la industria sexual, negocio que abarca desde el turismo hasta las mujeres que se compran por correo; desde las páginas Web pornográficas hasta los macroburdeles. “Hacia finales de los años 80 la industria del sexto se ha ido globalizando con la ayuda de las redes informacionales, pero también con la contribución de redes criminales”, afirma. De este modo se funden los intereses patriarcales y capitalistas. Rosa Cobo es profesora de Historia del Género y directora del Centro de Estudios de Género y Feministas en la Universidad de A Coruña. Ha publicado otros libros sobre esta materia, como “Fundamentos del patriarcado moderno. Jean Jacques Rousseau” (1995), “Educar en la ciudadanía. Perspectivas feministas” (2008) y “Hacia una nueva política sexual. La mujer ante la reacción patriarcal” (2011). ¿Qué caracteriza al modelo de industria sexual? Entre otros rasgos, destaca Cobo, “es una industria global, interconectada, con un modo de funcionamiento similar al de las grandes corporaciones capitalistas; con un volumen de beneficios anual mucho mayor que el de varias multinacionales juntas y con un pie en la economía ilícita y otro en la lícita”. La entrevista tiene lugar antes de su intervención en el Centre La Nau en la Universitat de València.

-La industria internacional del sexo tiene en el centro a la prostitución, pero incluye una tipología muy extensa de negocios, como locales de “striptease”, macroburdeles, editoriales, casas de masaje, películas y revistas pornográficas, el turismo sexual, agencias de “acompañantes”, el sexo en Internet. ¿Por qué marcas un punto de inflexión en el negocio, en los años 80 del pasado siglo?

A finales de la década de los 70 y principios de los 80 el negocio de la prostitución comienza un proceso de transformación y renovación, que desemboca en lo que hoy conocemos como la industria del sexo. La investigación que realizo en el libro se centra no sólo en la prostitución, sino en la relación entre ésta y el capitalismo neoliberal, que ha transformado totalmente el negocio. Esto significa el paso de un negocio casi artesanal, atravesado por pequeños clubes de alterne y sin apenas impacto en las cuentas nacionales, a un conjunto de negocios en el que se opera al modo de las multinacionales y que incluye el tráfico global de mujeres para la explotación sexual. Además la industria actual del sexo es muy poderosa, posee numerosos tentáculos y una buena parte de la misma se sitúa en el ámbito de la economía criminal. Éste no es, por lo demás, un libro de información estadística ni descriptivo, sino más bien un texto sobre el significado de la prostitución y la industria del sexo en el siglo XXI.

-En el libro te refieres a una intersección entre el Norte rico y el Sur endeudado, que exporta mujeres para el consumo sexual de los hombres del Norte; aunque, matizas, los varones occidentales comparten con los de la periferia mundial la posibilidad de “usar sexualmente a las mujeres que el capitalismo neoliberal y los distintos patriarcados han situado en esos lugares acotados para satisfacer el deseo masculino”.

Numerosos países del Sur, aunque no todos, se vieron imposibilitados de “engancharse” a la economía global cuando empezó el proceso de mundialización. Tenían estructuras económicas muy obsoletas que no estaban en condiciones de competir. El proceso coincide con una crisis muy fuerte de muchas de las burguesías locales, que ven cómo sus negocios tradicionales comienzan a perder beneficios de manera significativa. Así, la industria del sexo se ve alimentada por algunos de estos empresarios, que se reconvierten a negocios de la economía “ilegal”; por ejemplo la venta de drogas, la prostitución, la venta de armamento, de órganos y diferentes clases contrabando. En ese contexto, los países del Sur exportan a los del Norte mujeres para la industria del sexo. Las mujeres que vienen a Occidente mandan remesas a sus familiares, lo que reactiva el consumo interno en los países de origen.

Por otro lado, existe una filiación horizontal entre los varones de los países centrales y periféricos, que es el consumo de prostitución; así, los puteros constituyen un colectivo interclasista, del que pueden formar parte hombres de culturas muy subordinadas u otras de supremacía, también blancos o negros, en esto no hay distinciones.

-En alguno de tus ensayos recoges ejemplos destacados por K. Bales en “La nueva esclavitud en la economía global” (2000) y “La industria de la vagina. La economía política de la comercialización global del sexo” (2012), de Sheyla Jeffreys.

Sí, en los años 60 el ministro del Interior de Tailandia defendió públicamente la expansión de esta industria para la promoción del turismo y facilitar el “despegue” económico del país. De hecho, el número de visitantes extranjeros a Tailandia –el turismo sexual- pasó de 2 millones en 1981 a 7 millones en 1996. Por otra parte el gobierno coreano señaló que en 2002 la prostitución representaba el 4,4% del PIB; la industria del sexo en Holanda, legalizada en el año 2001, suponía el 5% del PIB; en China se estimaba que esa industria llegaba a representar el 8% de su economía; por otra parte, el aumento del 12% en las ganancias de Chivas Regal en 2004 fue atribuido en un informe a su asociación con los prostíbulos de Tailandia.

-También te apoyas en los análisis de Saskia Sassen, que incluye a las mujeres prostituidas entre las “nuevas servidumbres” del capitalismo neoliberal. Hablas de las “expulsiones”…

Por ejemplo, de las mujeres que pidieron créditos “basura” para pagar sus casas, y que fueron expulsadas de los países en los que vivían para ser colocadas en las periferias. Las mujeres prostituidas representan una de las grandes expulsiones del siglo XXI. Sus cuerpos proporcionan a los tráficos y proxenetas altos beneficios con bajos costes. Además se trata de mujeres expulsadas de su condición de ciudadanía, de su lengua y contextos culturales, familias y proyectos vitales.

-¿Por qué la prostitución y la industria sexual representan una importante fuente de ingresos para los estados?

Es muy difícil contar con cifras de un negocio criminal, pero la prostitución es uno de los sectores económicos que más beneficios proporcionan a escala global. Actualmente, los países de la UE tienen la obligación de contabilizar en el PIB los ingresos de la industria del sexo. Una parte de ese dinero es “legal”, pero hay otra parte que es “irregular” y se dirige a los paraísos fiscales. Además, la exportación de trabajadoras y las remesas de dinero son herramientas de los gobiernos con altos niveles de pobreza para amortiguar el desempleo y la deuda externa. Especialmente se trata de una fuente de desarrollo económico rural para las regiones pobres. El alto desempleo, la pobreza, el estrechamiento de los recursos del estado y la quiebra de empresas en países del Sur hacen posible la existencia de una serie de circuitos, con un relativo grado de institucionalización, por los que transitan sobre todo las mujeres; por esos circuitos se introducen también los traficantes de personas y las mafias vinculadas al tráfico de mujeres.

Otra cuestión es que, cuando el FMI y el Banco Mundial otorgan fondos de ayuda estructural a los países de la periferia, en algunos casos les ponen como condición que articulen una industria del ocio y el entretenimiento; y esto sabe que esto incluye la prostitución de mujeres y niñas, casinos… Es la garantía de que la deuda se podrá pagar y que pueda recuperarse el dinero con mayor facilidad.

-En el último capítulo del libro “La prostitución en el corazón del capitalismo” te centras en la demanda masculina; ¿cómo definirías el rol de los puteros?

La prostitución es un negocio y fenómeno social muy complejo en el que intervienen numerosos actores, aunque el imaginario se haya construido en torno a la figura de la mujer prostituida. Pero también desempeñan su función los proxenetas, los autodenominados empresarios del sexo, los estados y los puteros-consumidores, sobre quienes recae la responsabilidad del mantenimiento del negocio. Aunque clubes, burdeles y macroburdeles constituyan la “columna vertebral” de la prostitución, sin demanda no hay oferta.

-Se ha discutido si hay coacción o consentimiento respecto a la prostitución. ¿Cuál es tu opinión en esta polémica?

El putero consume prostitución sin querer saber que la mujer está allí bajo una coacción evidente, en una situación de vulnerabilidad extrema o en una situación administrativamente “irregular”. Además la sexualidad de los puteros es “serial”, lo que significa que consumen mujeres igual que si fueran ropa, un gin-tonic o cualquier otro objeto. Elaboran un discurso que no les suponga ninguna disonancia moral. Por esta razón, justifican su acción diciendo que le dan dinero a una mujer con necesidad, en un contrato libremente establecido; pero hay una posición de poder, ejercida contra una persona en extrema precariedad. Hasta hace poco, cuando hablábamos de prostitución pensábamos en las prostitutas, pero un grupo de investigadores y autores tratamos de construir un nuevo marco interpretativo, que incluya a los puteros. En este grupo se inscriben Sheyla Jeffreys, Richard Poulin (uno de los mayores expertos mundiales en prostitución), Esther Torrado y Beatriz Ranea, entre otros.

-¿Es fundamental la perspectiva?

Si alguien razona a partir de la teoría política liberal, que se articula en torno a la idea de libertad, puede llegarse a pensar que se trata de un contrato libre. Pero si se adoptan como punto de partida las teorías críticas, radicales y democráticas de igualdad, resulta imposible pensar que existe un consentimiento; entre otras razones, porque no puede haberlo cuando las mujeres provienen de una situación enorme de pobreza.

-Por último, ¿cuál es la relación entre prostitución y pobreza?

No es la pobreza la única razón que conduce a que la prostitución se transforme en la industria del sexo, ya que también influyen las instituciones del capitalismo internacional y la presencia de nuevos empresarios proxenetas. Pero las mujeres prostituidas pertenecen sobre todo a las clases más empobrecidas, proceden de culturas marcadas por el desprecio a las mujeres y cuando están en los países del Norte, la mayoría carece de “papeles”. Además muchas prostitutas han sido sexualmente “abusadas” en su infancia y adolescencia; es entonces cuando empiezan a poner en práctica la “disociación”.

-¿En qué consiste?

A las mujeres que están en la prostitución les da un profundo asco acostarse con estos hombres; la gran mayoría toman drogas y alcohol para poder sobrellevar su actividad; asimismo, las que han sido abusadas vienen con el principio de “disociación” que les permita “volar”, pensar en otra cosa y distanciarse emocionalmente cuando se acuestan con los puteros.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232244&titular=%93los-pa%EDses-del-sur-exportan-al-norte-mujeres-para-la-industria-del-sexo%94-

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