Los alumnos que afrontan estados adversos sacan mejores notas

Olga Sanmartin

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Los alumnos españoles de 15 años no destacan trabajando en equipo: sólo el 4% es excelente

Los estudiantes más resilientes obtienen mejores resultados académicos. Los que se vuelven fuertes ante la adversidad sacan puntuaciones más altas en el Informe PISA. En el éxito escolar no sólo influyen los conocimientos puros y duros, sino las habilidades -que llevan a la práctica lo aprendido- y el carácter, que es cómo se comportan los alumnos y se comprometen con el mundo.

A estas conclusiones llega un estudio, Valores y éxito escolar, que ha realizado Francisco López Rupérez, director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela, junto a la profesora Isabel García García. El trabajo, que se hace público el próximo lunes, concluye que «los valores que subyacen a la resiliencia como virtud contribuyen, en buena medida, a explicar los elevados resultados escolares», mucho más que el clima escolar o la frecuencia de la asistencia a clase.

Por eso, los países orientales «presentan ventajas comparativas notables» respecto a los occidentales. En las culturas china y japonesa existe «la convicción de que el esfuerzo y la perseverancia constituyen sendas claves imprescindibles del éxito». La creencia de que «el talento puede mejorarse por medio de la perseverancia y el entrenamiento forma parte de la filosofía educativa de esas sociedades y del código de valores compartidos en sus centros».

Esta «ética del esfuerzo» alude a virtudes clásicas como la fuerza de voluntad, la perseverancia, el autocontrol, la confianza, la paciencia, la autodisciplina o la resistencia ante la adversidad. Todas ellas incluidas en la llamada educación del carácter, una corriente pedagógica con bastante peso en el mundo anglosajón que tiene en España al filósofo José Antonio Marina como uno de sus principales defensores.

Los autores del estudio recomiendan incorporar la educación del carácter como elemento del currículo escolar básico -el común para todo el territorio nacional- durante la enseñanza obligatoria. Es decir, desde los seis a los 16 años. López y García sostienen que esta medida «permitiría con una alta probabilidad reducir un 25% las diferencias de resultados existentes entre comunidades autónomas y avanzar en materia de equidad territorial», como apunta en otro estudio Ildefonso Méndez, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia.

¿Qué supone exactamente incorporar al currículo la educación del carácter? López Rupérez responde que «significa dotarlo de un estatuto formal y abordarlo de un modo organizado y sistemático, generando situaciones específicas de aprendizaje con objetivos transversales en diferentes materias». No tendría, por tanto, que haber una asignatura concreta, sino utilizar como apoyo «biografías de personajes ilustres y las claves de su éxito» o «el análisis racional de los fundamentos morales de las virtudes clásicas».

El ex presidente del Consejo Escolar del Estado y antiguo alto cargo educativo del PP sostiene que la Ley Wert no garantiza una suficiente formación en valores. «La asignatura de Valores a la que se refiere la Lomce se concibe como alternativa a la Religión, pero aquí estamos refiriéndonos en especial a los valores de la esfera de la voluntad», recalca.

Considera, asimismo, que el sistema educativo no está formando bien a los alumnos en la educación en el carácter: «No se le presta ninguna atención explícita, y durante mucho tiempo ha prevalecido el facilismo como antítesis de la pedagogía del esfuerzo. La propia discusión actual sobre la necesidad de los deberes escolares es víctima de esa orientación».

Fuente del articulo: http://www.elmundo.es/espana/2017/12/09/5a2ade0de5fdea226d8b45c3.html

Fuente de la imagen: http://e00-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2017/12/08/1512758762589

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La cara, reflejo del alma y de posibles enfermedades

Por: La Vanguardia

Nuestro rostro puede transmitir información sobre nuestro carácter e incluso nuestra salud

Aquel dicho de que la cara es el reflejo del alma podría tener cierta base científica a partir de diversos estudios que se han elaborado a partir de las conclusiones extraídas de los resultados de la observación del retrato de una persona. Incluso un análisis de nuestras características faciales puede dar pistas sobre los riesgos de padecer algún tipo de enfermedad.

Se tiende a pensar que una persona atractiva reúne otro tipo de rasgos de personalidad positivos como pueden ser la inteligencia o el compromiso. Los psicólogos consideran que la gente que advierte estas características está condicionada por el efecto halo, que consiste en la percepción de rasgos particulares positivos o negativos de una persona influidos por la observación de rasgos anteriores.

Un estudio de la Universidad de Texas a partir del análisis de los retratos de 123 personas, a las que se permitía posar con una expresión neutra o mostrando la actitud que quisieran, resolvió que de una simple imagen los participantes deducían si eran personas extrovertidas, su grado de autoestima, si eran o no muy religiosas, si eran personas agradables o si eran meticulosas.

Pistas faciales para intuir valores

Los rasgos faciales pueden llegar a transmitir a quien observan valores que parecen difíciles de deducir a simple vista si no se conoce a una persona, como es la capacidad de liderazgo. Así, en 2013 un grupo de psicólogos y neurocientíficos europeos y estadounidenses realizaron un estudio a partir de 47 retratos de hombres y 83 de mujeres de raza blanca con la intención de deducir su altura y su capacidad de liderazgo. Los encuestados inferían a partir del género y los rasgos faciales la altura de las personas, y el resultado fue que las que aparentaban ser altas pertenecían a personas más dotadas para el liderazgo.

Nuestra estructura facial también puede transmitir cuan agresivos o no somos. Los hombres con caras más anchas y pómulos grandes tienden a ser personas agresivas y con conductas difíciles de manejar, según un estudio del University College London. Por su parte, las personas con una expresión feliz en su rostro se las considera más amables y dignas de confianza que aquellas que tienen un rostro de enfado.

Una persona agresiva, no es sinónimo de transmitir confianza
Una persona agresiva, no es sinónimo de transmitir confianza (aylinstock / Getty)

Claro que la ciencia aplicada a lo que refleja nuestro rostro puede fallar alguna vez. En 2015, un grupo de investigadores realizó un estudio mostrando 200 fotos de criminales de Florida que estaban en el corredor de la muerte para ver cuáles tenían aspecto de poderse confiar en ellos. Los resultados fueron que los encuestados consideraban que los que fueron exonerados de morir tenían menos apariencia de ser personas en las que confiar que aquellos que fueron ejecutados.

Cara de buena salud

Otra expresión habitual relacionada con nuestro rostro es aquella de ‘tienes cara de buena salud’, aunque nuestro rostro puede esconder pistas sobre nuestros estado de salud. Varias investigaciones han señalado como algunas características faciales pueden ser indicativas de enfermedades que podemos ser proclives a padecer.

El número de arrugas puede ser indicativo de padecer algún problema cardíaco
El número de arrugas puede ser indicativo de padecer algún problema cardíaco (Vladimir Godnik / Getty)

Las arrugas, además de ser un indicativo de nuestra edad, pueden sugerir el riesgo de padecer problemas de corazón en función de su cantidad. Un estudio de 2012 comparó la cantidad de arrugas de 261 personas con padres longevos con las de un grupo aleatorio de 253 personas de la misma edad. Las mujeres con un menor riesgo de sufrir enfermedades coronarias aparentaban una edad dos o más años menos que aquellas con una alto riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.

Los ojos también pueden transmitir problemas de salud subyacentes. Es el caso de las manchas rojas en la retina, que son signo de padecer diabetes, al romperse los vasos sanguíneos de la retina cuando los niveles de azúcar en la sangre son muy altos.

La longitud de los dedos de las manos de los hombres también pueden ser indicativos de padecer cáncer de próstata. Un estudio publicado en el British Journal of Cancer reflejaba como aquellos hombres cuyo dedo índice medía lo mismo que su dedo anular eran menos propensos a padecer cáncer de próstata que aquellos cuyo índice es relativamente más corto.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20160803/403635103150/estudios-rostros-cara-caracter-enfermedades.html

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