Reino Unido: Scientists call for more graphic sex education as British teens become more ‘adventurous’ in bed

Reino Unido/Noviembre de 2017/Fuente: Mirror

Resumen: Los adolescentes conocedores de Internet de hoy en día son más aventureros sexualmente que aquellos hace 20 años, según una encuesta británica sobre las actitudes sexuales cambiantes.

Los Millenials británicos directos no están teniendo relaciones sexuales antes que sus contrapartes en la década de 1990, pero están experimentando con diferentes tipos de sexo.

Today’s internet savvy teenagers are more sexually adventurous than those 20 years ago, a British survey of changing sexual attitudes found.

Straight British Millennials are not having sex earlier than their counterparts in the 1990s but are experimenting with different kinds of sex.

But the proportion of sexually active 16 to 24 year olds who said they have had vaginal, oral and anal sex during the last year has risen, from approximately one in ten women and men in 1990 to 1991, to one in four men and one in five women in 2010 to 2012.

And some of the largest increases in the prevalence of oral and anal sex over the past decade were observed among those aged 16 to 18.

Yet the median age of 14 for the first heterosexual experience such as kissing and the median age of 16 at first intercourse whether oral, vaginal or anal has not changed much in recent decades.

The readily availability of internet porn , greater promiscuity, and bisexual experiences among girls could be part of the reason why these types of sex have risen.

The findings mean sex education may need to be updated to ensure safe sex and teenagers are not coerced into doing things they may not want to, scientists said.

The study explores the changes in young people’s sexual practices using nationally-representative data from the National Surveys of Sexual Attitudes and Lifestyles (Natsal), the largest scientific studies of sexual health and lifestyles in Britain.

These three studies, Natsal 1, 2 and 3, have been carried out every 10 years since 1990, and have involved interviews with more than 45,000 people to date.

Lead author Research Associate Dr Ruth Lewis conducted the work while at the London School of Hygiene & Tropical Medicine but is now based at the MRC/CSO Social and Public Health Sciences Unit, University of Glasgow.

«At a time when much sex and relationships education is being updated, keeping pace with current trends in sexual practices is crucial so that curricula are tailored to the realities of young people’s experiences,» she said.

«By shedding light on when some young people are having sex and what kinds of sex they are having, our study highlights the need for accurate sex and relationships education that provides opportunities to discuss consent and safety in relation to a range of sexual practices.

 Senior author Professor Kaye Wellings at the London School of Hygiene & Tropical Medicine, added: «The changes in practices we see here are consistent with the widening of other aspects of young people’s sexual experience, and are perhaps not surprising given the rapidly changing social context and the ever-increasing number of influences on sexual behaviour.

«It is important to keep up to date with trends in sexual lifestyles to help young people safeguard their health and increase their well being.»

The study which also involved researchers from University College London and NatCen Social Research was published in the Journal of Adolescent Health .

Fuente: http://www.mirror.co.uk/science/scientists-call-more-graphic-sex-11551920

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La sombra de la censura en Internet se cierne sobre Reino Unido

Reino Unido/16 octubre 2017/Fuente: Blogs Público

El Gobierno de Theresa May llegó a Downing Street con Internet en su punto de mira. A primeros de año, los tories ya lanzaron su manifiesto en el que avanzaban las puertas que querían poner al campo, recibiendo un aluvión de críticas. Previamente, justo después de las elecciones generales y ya sabedora del descalabro conservador que apeaba a los tories de la mayoría absoluta, May se comprometió a regular la Red… y lo hizo sin mojarse cuando fue preguntada acerca de si introduciría un régimen de censura y restricciones como el existente en países como China.

Esta misma semana plasmaban un adelanto de lo que bien podría ser su ley de internet; lo hacían en forma de proposición, pues sacar adelante la ley llevaría demasiado tiempo.  Dicha proposición, plasmada en el Internet Safety Green Paper, puede consultarse en internet, pudiendo comentar y realizar contribuciones hasta el próximo 7 de diciembre.

El espíritu de la ley que les gustaría sacar adelante los conservadores es eminentemente restrictivo, limitando la libertad de expresión con la excusa de poner cerco a los abusos, acosos y amenazas. Los activistas no han tardado en alzar la voz, encontrando en esta ley una suerte de censura que amenaza la reivindicación de libertades civiles.

La ministra de Cultura, Karen Bradley, sostiene que la intención del Gobierno es “regular internet del modo adecuado, permitiendo las libertades que ésta proporciona”. Asegura buscar un enfoque que “proteja a todo el mundo sin restringir el crecimiento o la innovación en el economía digital”.

Sin embargo y a pesar de suponerle ciertos conocimientos como responsable de Cultura, Bradley ha demostrado en diversas entrevistas su amplia ignorancia sobre el tema que intentan regular. Esta misma semana, en un programa de radio en la BBC llegó a declarar que “de lo que se trata es de hacer de internet el sitio más seguro para estar online”. Tal cual. ¿Acaso la ministra cree que Internet es una especie de continente del mapa online? ¿El ciberespacio sería otro?

De cara a las compañías de redes sociales, el Gobierno británico espera imponer un nuevo impuesto con el que, según indican, mejorarían el funcionamiento de internet. Esta medida ya ha sido criticada por organizaciones como Open Rights Group, cuyo director legal, Myles Jackman, considera que, “a pesar de que las compañías de internet tienen mucho margen de mejora, esto no puede ser excusa para obligarles a pagar para que el comportamiento de sus clientes sea fiscalizado”.

Al mismo tiempo, a multinacionales como Facebook o Twitter se les instará –no será obligatorio- a asumir un código de conducta. Los menores y el acceso que éstos tienen a cierto contenido en la web es una de las mayores preocupaciones del Gobierno, que reforzará la educación al respecto en las escuelas. En esa misma línea irá el código de conducta para redes sociales. Se baraja, incluso y tal y como ya han hecho en países como Francia o Australia, introducir la figura del Defensor de Internet.

Otra de las medidas contempladas es regular el acceso a la pornografía por parte de los menores de edad, aunque no ha indicado el modo de hacerlo, porque entre las polémicas medidas que se barajan figura la de un registro nacional de autenticación a la pornografía.

No es la única medida que aplicará a estas redes sociales a las que, incluso, podría cambiarles el estatus, pasando de ser plataformas a ser consideradas editoras, como si funcionaran como un medio de comunicación, lo que implicaría una mayor regulación sobre ellas.

Por otro lado, May siempre ha tenido encima de la mesa es la de obligar a las compañías de mensajería instantánea a dar acceso a los mensajes encriptados de sus clientes. El objetivo sería interceptar las comunicaciones de, por ejemplo, terroristas planeando atentados. Sin embargo, los expertos de Open Rights Group también consideran que esta medida podría ser contraproducente, al terminar por empujar a los terroristas a la Dark Web, lo que aún haría más complicado su seguimiento por parte de los servicios de Inteligencia.

Fuente: http://blogs.publico.es/kaostica/2017/10/13/la-sombra-de-la-censura-en-internet-se-cierne-sobre-reino-unido/

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Splinternet: el fenómeno que está cambiando Internet

Lara Olmo
El eterno debate entre la libertad de expresión y la seguridad está derivando en un nuevo fenómeno conocido como splinternet. Algunos lo ven como un mal menor y otros como el final de un Internet abierto y libre para todos (si es que algún día lo fue).
Por mucho que Mark Zuckerberg se empeñe en decir que su objetivo es lograr que el mundo entero se conecte a la Red y tenga acceso universal a la información y a sus familiares y amigos, el CEO de Facebook sabe bien que esto es una utopía. Internet nunca ha sido una plataforma independiente, global y abierta, y es muy probable que no lo sea nunca.Ahora además se está extendiendo un fenómeno que imposibilita aún más este escenario: la fragmentación del acceso a Internet por regiones. Los ciudadanos, en función de dónde vivan, tienen una experiencia de usuario diferente y los contenidos también difieren mucho.Es lo que entre algunos sectores se conoce como splinternet, y creen que acabará poniendo atas arriba la Wolrd Wide Web tal y como la conocemos hoy.¿Y quién está causando este fenómeno? Los gobiernos de muchos países y concretamente sus legislaciones de seguridad, que obligan a las empresas de Internet a cumplir con ellas y adaptarse a sus parámetros para poder ofrece allí sus productos y servicios. Uno de los casos más recientes lo hemos visto con Apple, que ha eliminado algunas aplicaciones de su App Store china porque el gobierno las considera ilegales.El splinternet no es nuevo pero se está recrudeciendo en los últimos años. Un momento clave llegó con las revelaciones de Edward Snowden en 2013, con las que demostró que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos había recopilado información de usuarios de empresas como Google, Facebook, Apple o Microsoft, entre otras.China o EE.UU. tienen fama de regular y limitar las actividades digitales, cada uno a su manera, pero no son ni mucho menos los únicos países que están poniendo en macha políticas restrictivas. Turquía o Brasil obligan a todas las empresas que se asienten allí a respetar sus normas de acceso a la información y los contenidos.Los gobiernos cada vez se ven más legitimados para actuar de este modo a medida que Internet se ha convertido en altavoz de noticias falsas, mensajes de odio y el extremismo. Quienes apoyan los controles (y en muchos casos la censura) critican la pasividad de las plataformas de Internet, a las que acusan de haberse convertido en el canal por excelencia de terroristas y asociaciones violentas.La censura en internet por países

Ante la “imposibilidad” alegada por Facebook, Twitter y compañía de controlar todo cuanto se publica y vuelca en ellas, algunos gobiernos se están posicionando como “watchdogs”, esto es, como perros vigilantes que, con la excusa de proteger a sus ciudadanos, quieren controlar los contenidos que consumen vigilando a las compañías que los emiten y difunden.A mayor intervención mayor fragmentación de la experiencia del usuario por regionesmayor splinternert y menos apertura. Es el eterno debate entre la libertad de expresión y la seguridad, cuyas consecuencias empiezan a evidenciarse. Pero, ¿a qué precio acallamos las voces violentas?, ¿silenciándolas todas, incluyendo las inocentes?

Fuente del articulo: http://www.ticbeat.com/seguridad/splinternet-el-fenomeno-que-esta-cambiando-internet/

Fuente de la imagen: http://cdn2.ticbeat.com/src/uploads/2017/08/splinternet-fragmentacion-de-internet-por-paises-810×405.jpg?x3270

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Libro retrata cómo las redes sociales son un tribunal de linchamientos virtuales

04 Septiembre 2016/Fuente: latercera /Autora:Paulina Sepúlveda G.

Texto muestra cómo un error en Internet puede ser motivo de furiosas reacciones públicas

Voy a viajar a África. Espero no contraer el sida. Es broma: ¡soy blanca!”, publicó en Twitter a sus 170 seguidores Justine Sacco, una relacionadora pública de EE.UU. en 2013 antes de abordar su vuelo de Nueva York a Sudáfrica.

Tras tocar tierra, unos 100 mil tuits ya habían sido enviados en respuesta a su broma, tildándola de ignorante y racista. Sacco se convirtió en trending topic mundial. Más de un millón de personas buscaron su nombre en Google. “Pensé que no había manera de que alguien pensará que era literal”, se disculpó poco después. Pero su broma le significó una lapidación pública que la dejó sin trabajo y afectó su salud.

La historia, entre muchas de linchamientos virtuales, fueron recopiladas por el periodista Jon Ronson en su libro Humillación en las redes.

“Ciberlinchamientos”, según establece Ronson, que condenan opiniones, fotos, etc., tal como las flagelaciones públicas de hace siglos. “Las campañas de vergüenza se multiplican y se dirigen no sólo a las instituciones poderosas y figuras públicas”, dijo Ronson en el New York Time.

Detrás de la pantalla

La denuncia por redes sociales cae fácilmente en linchamiento virtual, señaló Ronson.

¿Por qué? Muchas veces la gente se identifica con una denuncia y se adhiere a la causa de forma apasionada e irresponsablemente, responde Karen Pacheco, social media manager de Publicis Chile. “Nadie comprueba fuentes ni verifica hechos. Funar por redes sociales es tan fácil como hacer retuit o a emitir una opinión en 140 caracteres, y lo que lo hace aún más sencillo, es que se hace desde una zona de confort máximo (tras una pantalla), donde nadie ve tu cara y ni siquiera comprometes tu identidad si así lo deseas”.

Michele Ybarra, psicóloga del Centro de Investigación en Salud Pública Innovadora (CiPHR) en EE.UU., que estudia el tema, dice a La Tercera que hay un efecto de desinhibición con la pantalla. Se está más alejado de la gente cuando se mira una pantalla que cuando se mira el rostro de una persona, aclara, “por ello, pueden ser más propenso a decir cosas que no dirías a la cara. Esto es peor en ambientes donde se crea de forma anónima”.

Mónica Peña Ochoa, directora de investigación de la Facultad de Psicología la U. Diego Portales (UDP), dice que las redes sociales no generan especialmente este tipo de respuestas, sino que son el reflejo de un modelo competitivo y agresivo en todas las áreas de la comunicación. “El modelo social y económico chileno se basa en la competencia y eso genera mucha agresividad, un ‘ellos contra nosotros’ que define una sociedad donde el temor a lo distinto y el ataque como defensa priman”, dice.

Si en Internet se dice que alguien está equivocado, no hay mucho que se pueda hacer. Y si bien no hay una agresión física, los comentarios pueden ser brutales  tanto para la reputación, como el entorno familiar e incluso la carrera.

Para Patricio Celis, psicólogo de la UDP, rivalizar es clave para construir la propia identidad. “Defender el pensamiento es una necesidad, en las pautas de convivencia que permiten la construcción de un lazo que posibilita la coexistencia sin destruirnos”.

Pero esa convivencia se tensiona en una lógica de mercado, dice Celis. “Se destruye el lazo social y se exalta el valor de la competencia. Prevalece el cálculo egoísta por sobre cualquier forma de relación entre personas. El otro es percibido como un potencial competidor que hay que derribar, ya que aspira a lograr por todos los medios lo mismo que uno”.

Lo comprueba Ronson. La mayoría de sus entrevistados  fueron despedidos por sus transgresiones en línea. “En las redes sociales no existe elderecho a error”.

Fuente de la noticia: http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2016/09/659-694838-9-libro-retrata-como-las-redes-sociales-hoy-son-un-tribunal-de-linchamientos.shtml

Fuente de la imagen: http://static.latercera.com/20160831/2328865.jp

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¿Es Internet un bien común?

Sursiendo

Seguimos con la campaña de Pensar desde los comunes, para traducir y editar el libro de David Bollier. Este se trata de una síntesis breve y accesible que intenta romper con ciertos prejuicios:

“Cualquier cosa de valor se suele asociar al “libre mercado” o al gobierno. La idea de que las personas puedan, efectivamente, organizar por sí mismas acuerdos duraderos para gestionar sus propios recursos y que este paradigma de gobernanza social genere un enorme valor, bueno, parece utópica, comunista o, cuando menos, poco práctica. La idea de que lo comunal pueda ser un vehículo para la emancipación política y la transformación social, como sugieren algunos defensores, parece simple y llanamente ridícula”.

En Sursiendo, desde hace años, venimos trabajando esto de lo comunal, los bienes comunes, el procomún o commons (que hay varias formas de nombrarlo);  desde el debate teórico y la investigación hasta su puesta en práctica y en acción.

video_comunes1Además de vincular distintas luchas, alternativas y propuestas relacionadas con los comunes, uno de nuestro ámbitos de trabajo es Internet. Y aún nos seguimos preguntando: ¿Qué es Internet? ¿Un medio, una herramienta, un espacio, un territorio, una red…? Y también nos surge esta interrogante:¿Internet es un bien común?

Entonces, esta misma pregunta se la hemos trasladado a algunas amigas y amigos de las redes, para hacer un primer intento de respuesta colectiva, comunal:

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No sé si la infraestructura (que debería serlo) pero las ideas y el espíritu abierto de compartir si es un buen común que hay que proteger y mantener esa filosofía contra el embate de plataformas como Facebook; uber y el propio Google que crean una red y una infraestructura cerrada y no distribuida (Alberto Escorcia).

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Lamentablemente no. Internet tal y como la conocemos hoy día necesita de una infraestructura que sólo puede ser gestionada por estados o empresas. Entonces, la gestión de la Internet que conocemos no puede ser entendida como un bien común. Ahora, Internet como lógica sí es un bien común del cual pueden surgir gestiones abiertas como son las redes libres comunitarias basadas en estructuras distribuidas (mesh) (Daniel Cotillas Ruiz).

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Solemos definir internet como un conjunto de infraestructuras, protocolos, plataformas y aplicaciones que permiten la circulación de recursos y servicios. Sin embargo, lo que construye internet no es únicamente su materialidad, sino sus habitantes. Pensar internet como un bien común significa que es producto de una comunidad que genera valor gracias a sus interacciones, a su capacidad de creación colectiva y a los lazos afectivos que teje: algo que construimos entre todas y de lo que nadie puede apropiarse. Por esta razón, hoy que internet se encuentra amenazada por el control de las corporaciones y los estados, debemos defender nuestro derecho a una red descentralizada, libre, abierta y neutral a la que todo ser humano tenga acceso, sin restricciones. Debemos defender internet como un espacio para ejercer nuestras libertades. Internet no debe ser el espacio para el control de los individuos y del territorio, como ocurre en la actualidad. No es posible hablar de democracia si internet no es libre (Paola Ricaurte).

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Internet debe ser considerado como un bien común porque posibilita el desarrollo humano. Sin embargo, para alcanzar esto, se debe garantizar un acceso de calidad, en una red neutral y sin discriminación, que permita emplear todo su potencial para el ejercicio de los derechos y libertades humanas (Digital Rights LAC).

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Internet no es un bien común, pero puede llegar a serlo. Decir que es un bien común no significa solamente que todos tengan acceso por igual. Para que Internet sea un bien común se requieren infraestructuras distribuidas, nodos de propiedad social y formas de articulación federada que permitan mantener esas condiciones. Este es un enfoque comunalista que encuentra los retos de mantener alejados a los intereses burocráticos y mercantiles, y no obstante respaldar la expansión de una red más autónoma. Internet debe convertirse en una asociación de productores libres con identidad plural. Mientras tanto, continúa siendo una actividad económica dominada por el empuje monopolista del gran empresariado y un foco del interés de control de los gobiernos (Santiago Roca).

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Según el sociólogo Boaventura de Sousa Santos hay tres tipos de bienes: bienes privados, bienes públicos y los bienes comunes. Los bienes comunes pertenecen a todos, no son del gobierno ni de los poderes privados; para nosotros internet es un bien común. Esto es así porque en la construcción de internet, si bien han participado y participan los poderes públicos y privados, la red no se entendería sin la participación de todas las personas y sus aportaciones durante más de 30 años. Sobre internet hay poderes privados que han pensado que pueden mandar sea por su presencia dominante, por los servicios que ofrece o por la posibilidad de configurar la experiencia de millones de usuarios de lo que internet significa. Sobre esa visión hay que afirmar una y otra vez que internet es un bien común porque no puede reducirse a los servicios que las empresas privadas proveen y simple y sencillamente no existiría sin la participación de millones de usuarios, personas con derechos que configuran millones de intercambios cotidianos y con eso forman internet tal y como lo conocemos. Por la sola razón de que las plataformas no existirían sin la existencia de usuarios libres con derechos, por esa simple razón internet es un bien común (Compas ContingenteMX).

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Pregunta que parece fácil pero en realidad se vuelve difícil contestar. Todo depende de como entendemos o consideramos “bien común”. Si lo entendemos como “interés público” es quizás muy fácil decir claro que si.
Si lo vemos desde la definición económica puede ser más complejo – ¿se debe de asegurar que nadie se  excluye y que el uso por una persona de internet no afecta la disponibilidad de internet para otro? Suena muy onito la idea – pero en realidad es factible? ¿De quien es la responsabilidad asegurarlo y con cuales  mecanismos de regulación y financiamiento?  Estas preguntas nos llevan a debates sobre neutralidad en la red otro concepto muy peleado y en el mundo técnico descartado en términos puros, pues no hay neutralidad porque se tiene que optimizar desempeño. Es un concepto clave para la defensa de una internet abierta y libre. Hay quienes piensan que acceso a internet debería de ser garantizado como derecho básico, y en México hasta se incluyó en la constitución. Otrxs lo ven más bien como derecho que facilita los derechos básicos de acceso a información y comunicación (Erika).

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Desde mi punto de vista por el momento internet no es un bien común ya que el acceso igualitario con niveles de calidad semejantes para diferentes usuarias está lejos de ser una realidad. Sin embargo creo que desde su creación y en especial con el aporte de Tim Berners Lee y su liberación de código a dominio público se habilitó un trampolín  para que internet pudiera ser usada como un bien común. Creo que está en el esfuerzo de todas las personas que creemos en una internet libre (y feminista :-)) y que intentamos abrirla cual caja negra está la clave para que sea efectivamente un bien común: de acceso libre, igualitario y transformador. Para ésto claro debemos pensar y problematizar el papel de empresas y gobiernos , junto con la participación de comunidad técnica y sociedad civil en relación a sus diferentes capas, el financiamiento de su  funcionamiento y las guerras que se libran en internet, están más vinculadas al control de la publicidad y el manejo de datos para vender productos y servicios (Flor).

Para finalizar este post colectivo, regresamos a los comunes y le damos la palabra a Helene Finidori, coordinadora de Commons Abundance Network:

El procomún (o los comunes) se puede explicar como un sistema social que relaciona íntimamente a las personas o partes interesadas con sus recursos y con las formas participativas en las que los gestionan/producen y cuidan de ellos (…) Nutrir y cultivar el procomún en todas sus dimensiones y manifestaciones puede servir de referente para una ciudadanía global y una justicia global

¿Y ustedes qué opinan?

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PD: la imágenes que acompañan este post son del video Pensar los Comunes y los perfiles de la red Twitter.

Fuente del articulo: http://sursiendo.com/blog/2016/03/es-internet-un-bien-comun/#more-5491

Fuente de la imagen: http://sursiendo.com/blog/wp-content/uploads/2016/03/video_comunes3.png

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Brasil: CPI deve votar amanhã relatório que viola liberdades na internet

Fonte Intervozes — publicado 06/04/2016

Relatório final de Comissão da Câmara aumenta vigilância, promove censura, ataca liberdades individuais e auto-organização de movimentos e minorias

 

Por Iara Moura*

No Brasil atual, onde a crise política toma grandes proporções e faz com que o debate se espraie para além do parlamento e dos demais centros de poder, controlar a internet aparece como uma resposta dos grupos que se sentem ameaçados pela circulação de informações.

É neste contexto que deve ser votado, na quinta-feira 7, o relatório final da Comissão Parlamentar de Inquérito sobre Crimes Cibernéticos da Câmara, formado por um conjunto de oito projetos de lei que, em suma, têm dois objetivos: vigiar e punir (propositalmente citamos Michel Foucault) condutas consideradas ilegais praticadas por usuários/as das redes.

Diferente do que o/a leitor/a apressado/a possa inferir pelo nome da CPI, a ideia principal dos projetos não é resguardar os/as internautas de ameaças à segurança. Pelo contrário, os projetos se revelam eles mesmos uma ameaça aos direitos já garantidos em legislações anteriores, entre elas principalmente o Marco Civil da Internet que é considerado uma das legislações mais avançadas do mundo.

Encabeçam esta ofensiva os deputados federais responsáveis pelo relatório: Espiridião Amin (PP/SC), relator; os subrelatores Sandro Alex (PSD/PR), Rafael Motta (PSD/RN), Daniel Coelho (PSDB/PE) e Rodrigo Martins (PSB/PI), e a presidenta da CPI Mariana Carvalho (PSDB/RO).

Ademais apresentar os riscos prementes colocados pelos projetos defendidos no relatório, queremos aqui desconstruir o mito em torno da ideia de “cibercrimes”, útil, em última medida, para a criação de um ambiente virtual altamente controlado e adverso à liberdade de expressão e à defesa dos direitos humanos.

Em primeiro lugar, cumpre dizer que o Código Civil, além de leis recentes contra crimes cometidos no ambiente virtual e da própria Constituição Federal, já oferece um robusto arcabouço legal para punir delitos cometidos dentro e fora do ambiente virtual.

Assim, para além de uma ameaça aos direitos individuais e coletivos, a proposta que será apresentada pela citada CPI é uma ameaça à democracia. A CPI quer transformar em lei as seguintes propostas, reproduzidas abaixo de nota contrária ao relatório lançada pela sociedade civil:

1) A permissão para que autoridades policiais acessem endereços de IP sem necessidade de mandado judicial;

2) A obrigação de que, ao serem notificados, provedores de acesso à Internet removam conteúdos considerados prejudiciais à honra em até 48h sob pena de responsabilização civil e criminal.

3) A obrigação de que provedores de acesso monitorem conteúdos para impedir o compartilhamento futuro de conteúdos previamente notificados como prejudiciais à honra ou de materiais relacionados;

4) A expansão da definição do crime de invasão de dispositivo eletrônico para incluir situações em que não houve danos comprovados e independentemente da intenção;

5) A permissão para que juízes bloqueiem aplicações e serviços no nível da infraestrutura da Internet, o que traz consequências negativas para a liberdade de expressão.

Internet livre sob ameaça

A internet já nasceu com vocação e essência democrática. Está no seu DNA a criação e o compartilhamento de ideias e ações. É natural então, que essa arena pública tenha sido por diversas vezes ocupada por movimentos sociais, trabalhadores/as, defensores/as de direitos humanos, população negra, mulheres, imigrantes, LGBTs e demais minorias sociais, como espaço de organização, empoderamento e ação política. É essa, enfim, a “ameaça” que a CPI dos cibercrimes teme.

De trabalhadores/as de fábrica têxtil no Egito a operários/as chineses/as em fábricas da Honda e a funcionários públicos de Wisconsin: as redes vêm desempenhando um papel fundamental nos movimentos contra-hegemônicos.

Um relatório elaborado por Hossam El-Hamalawy, jornalista e ativista, mostra como o telefone celular e as redes de computadores tiveram papel fundamental na construção do movimento operário no Egito. De fato, foram parte da fundação do movimento de massas que tirou o ditador Hosni Mubarak do poder em 2011. Ele governava o Egito desde 1981.

A chamada Primavera Árabe (no norte da África), o Movimento 15M (na Espanha) e os movimentos “Ocuppy” (em diversos países, especialmente no Estados Unidos) também foram baseados na troca de informações e articulações políticas mediadas pela internet. Teriam tido essas iniciativas os impactos que tiveram sem o livre uso da internet?

No caso dos/as refugiados e/ou imigrantes recém-chegados à Europa e que se utilizam das redes sociais e aplicativos para se comunicar com parentes e amigos, a ameaça também é premente.

Tomadas em resumo, as medidas listadas apontam um alvo de censura e punitivismo para todos os/as usuários/as, mas representam uma ameaça contundente para as minorias políticas. No Brasil, onde a força policial é réu em diversas ações que denunciam violações de direitos humanos e o genocídio da juventude pobre e negra, as propostas contidas no relatório viriam a ampliar o poder do aparato repressivo.

Medidas parecidas de uso da Tecnologias de Comunicação e Informação (TICs) e da internet para aumentar o vigilantismo já foram tomadas em outros países com resultados catastróficos para as liberdades individuais, a privacidade e o livre exercício do jornalismo, para citar alguns exemplos.

No fim do ano passado, o Fórum de Juventudes do Rio de Janeiro, organização formada por jovens negros de favelas, lançou o aplicativo Nós por Nós, voltado para denúncias de violações de direitos cometidas por policiais.

A ação foi protagonizada pelos jovens e teve sua importância reconhecida pelo Ministério Público. Que tipo de ameaça, esta e outras iniciativas em defesa de direitos encontrariam se o conteúdo do relatório da CPI dos crimes cibernéticos fosse aprovado? Os exemplos mundiais nos fazem capazes de arriscar previsões sólidas.

Na Síria, o combate ao anonimato com o cadastro obrigatório de IPs (espécie de RG do usuário) tem culminado na perseguição, criminalização e silenciamento de diversos/as cidadãos/as que se utilizam da rede para denunciar os horrores da guerra e da intolerância religiosa que assolam o país.

Na Coreia do Norte, Irã, Turquia e China, medidas parecidas foram tomadas e resultaram em situações extremas de cerceamento da liberdade de expressão e de criminalização de opositores a governos e de movimentos étnicos, religiosos, dentre outros.

Afinal, a quem interessa controlar as informações que circulam na internet? Quem seriam os principais beneficiários de uma legislação punitivista que imputasse aos usuários (ou internautas) penas severas para restringir a livre circulação de ideias na rede?

Não é muito difícil chegar a uma resposta a essas questões. Ao longo da história, sempre interessou ao status quo controlar o debate de ideias para excluir contrapontos ao projeto de poder instalado.

Todos/as aqueles/as que atuam na defesa do direito à comunicação, dos direitos humanos, da liberdade de expressão e da democracia, devem estar alerta para se contrapor à ameaça real que estas medidas colocam e defender a internet como espaço plural, participativo e livre para o acesso e circulação de ideias como já ressalta, vale lembrar, o Marco Civil da Internet.

*Iara Moura é jornalista e integra a coordenação do Intervozes.

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