Sahara Occidental. La juventud saharaui, muy formada, pero (casi) sin futuro

Africa/ Sahara Occidental/ Por Eugenio García Delgado

Son las 9.00 de la mañana y los niños empiezan a recibir en las escuelas la educación gratuita y obligatoria que ha sido asegurada en los campamentos de refugiados saharauis por el Frente Polisario durante los 42 años que llevan sobreviviendo cerca de Tinduf (Argelia), después de que España abandonara el Sahara Occidental sin descolonizar […]

Son las 9.00 de la mañana y los niños empiezan a recibir en las escuelas la educación gratuita y obligatoria que ha sido asegurada en los campamentos de refugiados saharauis por el Frente Polisario durante los 42 años que llevan sobreviviendo cerca de Tinduf (Argelia), después de que España abandonara el Sahara Occidental sin descolonizar y fuera invadido por Marruecos.

En la hamada negra (desierto pedregoso) viven, aproximadamente, 180.000 refugiados, el 60% por debajo de los 30 años, según la agencia para los refugiados de la ONU (ACNUR). El Frente Polisario asegura que el 100% de los niños están escolarizados y que el abandono escolar es “casi inexistente”.

Los más pequeños, de 3 a 6 años, ya están sentados en la tarbía (guardería). Para los de 6 a 12, en Primaria, toca asistir a la madrasa. Los horarios -que no siempre se cumplen- son de 9 a 13 y de 16 a 18 horas. Esta parte de la educación, mixta y en la que hay tiempo para una clase de español, se desarrolla en los propios campamentos y a los padres no les cuesta nada de dinero.

“Es un éxito que nuestra juventud esté educada, aunque siempre hay cosas que mejorar. Falta formación en el profesorado, hay escasez de material y no todas las familias se preocupan de la educación de sus hijos. Muchas veces se van dos o tres meses al desierto y sus hijos no asisten a clase en ese tiempo”, señala Abba Lehibib, director general de las tarbías de los campamentos de refugiados.

África Sánchez Hijón, educadora infantil y cooperante de la ONG Rivas-Sahel, apunta que la asistencia depende mucho de cómo sea la familia: “Si la madre es joven, se preocupa más de que sus hijos vengan a clase. Si son mayores, les cuesta”.

La profesora madrileña, que vive en los campamentos desde hace casi un año y es responsable de un proyecto para mejorar las guarderías y la formación de las educadoras, ofrece datos de primera mano: “Las clases están masificadas, con más de 30 niños; no existe un programa educativo coordinado y estable, y las maestras cobran muy poco, 50 euros cada tres meses”.

Estudiando en Argelia

El país que acoge a los refugiados, Argelia, también es el que paga la educación secundaria y el bachillerato de los saharauis a partir de los 12 años.

“Paga su alojamiento, su manutención, los libros y los desplazamientos”, afirma Buda Sidi Mohamed, director general de los estudiantes saharauis en el extranjero hasta diciembre de 2016. El ahora responsable de las guarderías, Abba Lehibib, ha pasado por varios cargos en el Ministerio de Educación y reconoce que “en los campamentos no hay suficientes recursos y el nivel es más bajo. Por eso salen”.

En lo más parecido que hay en el campamento de refugiados saharauis de Smara a un bar chill out con vistas al desierto -cuatro palés pintados de colores son los asientos-, Saleh se está tomando un café. Él es uno de los pocos que ha conseguido completar todo el ciclo educativo. “Solo un 10% llegamos a la universidad”, señala este joven de 29 años que estudió Literatura Inglesa en Argelia y que habla árabe, español, alemán, inglés y hasanía -el idioma saharaui-.

Y después de la universidad, ¿qué?

Ese 10% son 350 alumnos universitarios con beca en 2016, confirma Buda. Es decir, en el curso anterior hubo 3.500 estudiantes de bachillerato y secundaria. “De esos 350 alumnos, 343 fueron becados por Argelia, cinco por Cuba y dos por España. De allí regresan a los campamentos como ingenieros, contables, abogados, profesores o médicos”, recalca orgulloso Buda Sidi Mohamed. Sin embargo, esta bien formada juventud llega a un lugar donde casi no hay trabajo ni expectativas. “Quiero ser útil a mi gente y a mi sociedad. Durante un año fui maestro, pero no me llegaba el dinero, así que tuve que buscar otros trabajos en la construcción y en lo que vaya saliendo”, lamenta Saleh.

El Frente Polisario reconoce que no hay puestos especializados para todos los licenciados, pero sí asegura que casi todos encuentran trabajo en la Administración, en sanidad o en el ejército.
“La educación nos ha ayudado a que los jóvenes se integren y no piensen en el crimen, en las drogas o en los grupos radicales. Es un pilar fundamental para la prevención”, dice el exresponsable de las becas saharauis en el extranjero.

Parece que lo están consiguiendo. “Después de estudiar, nuestro deber es volver con nuestras familias a los campamentos hasta que juntos consigamos regresar a nuestro país”, comenta en el chill out Hafdala, amigo de Saleh, apurando su café. Él trabaja en un centro especializado en celiacos en el campamento de El Aaiún.

Alternativas de tiempo libre

La educación de los refugiados incluye también interesantes proyectos como el de formación de monitoras de ocio y tiempo libre que dirige Lala Saleh, joven de 24 años. “Estamos formando a 20 chicas que se ocupan de niños de hasta 11 años. Hay futuro para los niños saharauis. Si no crees en algo, nunca va a existir. Por eso hay que creer”, sostiene la coordinadora.

También podrás ver por los campamentos al bibliobús del Bubisher, un camión cuya caja de mercancías está adaptada con estanterías para libros y mesitas para que los niños lean y pinten. Y no hay que olvidar la importante labor educativa que realiza Vacaciones en Paz, el proyecto por el que aproximadamente 250 niños son acogidos por familias españolas cada año durante los meses de julio y agosto para alejarles del calor del desierto argelino en verano, que alcanza los 50º C.

Fuente: http://www.bez.es/214625815/juventud-saharaui-formada-sin-futuro.html

Imagen tomada de: http://estaticos.elperiodico.com/resources/jpg/4/9/jovenes-saharauis-junto-una-cisterna-que-reparte-agua-precario-campamento-dajla-tinduf-una-imagen-archivo-1455131890294.jpg

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ACNUR y países africanos de acogida acuerdan un paso final para solucionar la situación de los refugiados ruandeses

África/Ruanda/6 de octubre de 2016/Fuente: ACNUR

La reunión ministerial marca la fase final de una estrategia de soluciones integrales para los refugiados de Ruanda, que huyeron de su país entre 1959 y 1998.

El ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados), las delegaciones de los países de africanos y la Unión Africana acordaron hoy un paso final para terminar con la situación de larga duración de los refugiados de Ruanda, después de siete años de negociaciones.

La reunión ministerial, organizada por el ACNUR en Ginebra, marca la fase final de una estrategia de soluciones integrales para los refugiados de Ruanda que huyeron de su país entre 1959 y 1998 para escapar de la violencia interétnica y el conflicto armado.

“En un mundo donde hay más de 21 millones de refugiados, la atención no debería estar centrada solo en dar protección y asistencia humanitaria, sino en identificar soluciones de forma proactiva. La reunión de hoy constituye un paso crucial para brindar soluciones para los muchos refugiados ruandeses que buscaron asilo entre 1959 y 1998, así como para terminar una de las situaciones de refugiados de más larga duración  en África”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.

Los participantes, que procedían de Ruanda, así como de los principales países de acogida: Angola, Burundi, Camerún, República Democrática del Congo, Kenia, Malawi, República del Congo, Sudáfrica, Uganda, Zambia y Zimbabue, reafirmaron su compromiso para concluir la estrategia, la cual fue presentada en octubre de 2009, a finales del próximo año.

Destacando el progreso realizado desde la última reunión ministerial sobre la situación de los refugiados de Ruanda, los gobiernos reiteraron su disposición de brindar una condición legal alternativa a aquellos refugiados que elijan integrarse localmente, y los alentaron a hacer uso de esta oportunidad.

Todos los Estados confirmaron que continuarían promoviendo la opción de la repatriación voluntaria, segura y digna a Ruanda, incluyendo brindarles a los refugiados información completa de las condiciones del retorno. Al mismo tiempo, el ACNUR acordó brindar un paquete de retorno mejorado, y hacer la transición progresiva del apoyo en especie a una forma de asistencia más basada en el dinero en efectivo para asegurar una reintegración sostenible.

Los países que han invocado la cláusula de cesación aseguraron que ningún refugiado cuya condición de refugiado se mantenga después de un proceso de exención, seguiría recibiendo protección internacional y apoyo.

El genocidio en 1994, seguido por los enfrentamientos armados en el noroeste del país en 1997 y 1998, causaron que más de 3,5 millones de ruandeses huyeran en busca de seguridad. Todos, menos 268.500 refugiados, han encontrado una solución que les permite cerrar este difícil capítulo.

En el cierre, Alto Comisionado Asistente para la Protección del ACNUR, Volker Türk, subrayó que la organización está dispuesta a seguir trabajando con los Estados que acogen a refugiados ruandeses para encontrar soluciones de acuerdo con la estrategia y dentro del tiempo establecido  de diciembre de 2017, y alentó a todos a hacer un esfuerzo adicional.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/acnur-y-paises-africanos-de-acogida-acuerdan-un-paso-final-para-solucionar-la-situacion-de-los-refugiados-ruandeses/

Imagen: www.cear.es/wp-content/uploads/2015/04/salvo_dialogos_refugiados_emile_th.jpg

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Gobierno presenta plan para escolarizar niños refugiados atrapados en Grecia

Grecia/22 septiembre 2016/Fuente: Analitica

El Gobierno griego presentó este lunes un plan para escolarizar temporalmente en el país a los entre 18.000 y 22.000 niños y jóvenes refugiados que se encuentran atrapados en Grecia, muchos de ellos esperando que avance su solicitud de asilo y reubicación en diversos países de la Unión Europea (UE).

El Ejecutivo llevará a cabo diversas actuaciones para los niños de preescolar, primaria y secundaria y para adultos.

Los niños en edad preescolar podrán acceder a guarderías en los propios centros de refugiados, dotadas de cuidadores, en los que se ofrecerán “actividades educativas” impartidas por las ONG y organizaciones educativas que lo deseen, se registren en el Ministerio del Interior y cuyo programa sea aprobado por el Ministerio de Educación.

Para los refugiados que estén en edad de acudir a primaria y secundaria, el Ejecutivo organizará clases en horario de tarde en centros educativos cercanos a los campos en las que se hará especial hincapié en el “apoyo psicosocial” y la “integración” en el sistema educativo nacional, ya que muchos de ellos, por ejemplo, no saben griego.

Las materias impartidas irán del propio griego al inglés y las matemáticas y estarán destinadas a conseguir que en el próximo año lectivo (2017-2018) estos menores puedan ir a escuelas e institutos del sistema educativo regular tanto en Grecia como en cualquier otro país de la UE donde pudieran ser reubicados.

Los jóvenes que necesiten atención especial, aseguró el Gobierno, podrán acceder programas de enseñanza a través de organizaciones humanitarias en los propios campos.

Por último para los niños de más de 15 años, así como para los adultos, se proporcionarán cursos de idiomas, actividades artísticas y programas de formación técnica y profesional, entre los cuales habrá cursos de griego para los que quieran residir en el país heleno.

Para la financiación de este programa el Gobierno asegura que se utilizarán recursos Fondo de Asilo Migración e Integración (FAMI) de la Unión Europea (UE) y de la Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección de la Comisión Europea hasta, al menos, finales de 2017.

Grecia anunció en julio la contratación de 800 maestros de primaria y secundaria a partir de septiembre para la educación de los menores refugiados

La integración en el sistema educativo de estos menores ha sido una reivindicación recurrente de organizaciones no gubernamentales y activistas, que en muchos casos construían sus propias clases en los campamentos informales.

Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el 40 % de los ya más de 60.000 refugiados atrapados en Grecia tras el cierre de las fronteras son menores de edad.

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