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Entrevista a Catherine L’Ecuyer: “La tecnología crea serias hipotecas en el aprendizaje y no debemos confiar la educación a ella”

Entrevistas/Autora: Beatriz Lucas/elpais.com

Catherine L’Ecuyer, doctora en Educación y Psicología, es una de los más de 100 expertos firmantes de un manifiesto contra las pantallas como eje educativo principal durante la pandemia

Para Catherine L’Ecuyer (Quebec, 1974) la tecnología en la educación es “como el traje nuevo del emperador. Todos lo saben pero nadie se atreve a decirle que va desnudo”. Ella es una de los más de 100 pedagogos, científicos y médicos firmantes en Estados Unidos de un manifiesto contra la tecnología como eje educativo principal durante la pandemia y que ha promovido también con una petición en Change.org. El documento, ya traducido al español, reclama a los Gobiernos alternativas y propone soluciones más allá de las pantallas. Además, respalda con más de una veintena de estudios científicos los efectos nocivos del abuso tecnológico en el desarrollo de la infancia y alerta del comercio que las empresas hacen con los datos de las familias aprovechando estos momentos de vulnerabilidad.

Este movimiento aspira a convertirse en global y ya busca en España y los países de lengua hispana respaldo de entidades, docentes y familias que apuesten por otra forma de educar a los niños sin comprometer su desarrollo. L’Ecuyer, psicóloga y especialista en educación, madre de cuatro hijos afincada en Barcelona y autora de los libros Educar en el asombro y Educar en la realidad —más de 100.000 ejemplares vendidos en ocho idiomas y más de 50 países— explica por qué se ha comprometido con esta campaña y deja una pregunta para la reflexión. “¿Por qué si la tecnología es tan beneficiosa para el desarrollo de los niños, los altos ejecutivos de las empresas tecnológicas de Silicon Valley escolarizan a sus hijos en escuelas sin pantallas?”

Pregunta. ¿Por qué surge este manifiesto y qué busca?

Respuesta. Esta campaña la han promovido dos organizaciones que trabajan en defensa de los derechos de la infancia —Campaign for a Commercial-free Childhood (Infancia libre de comercio) y Children´s Screen Time Action Network (Red de acción sobre la exposición de la infancia a las pantallas)— que han protagonizado ya algunas batallas judiciales contra empresas como Baby Einstein por vender beneficios educativos que no existen, o con Google (Youtube Kids), por comerciar con los datos de los niños. Y yo la he respaldado y he iniciado una petición en Change.org porque está por demostrar la eficacia de la tecnología como solución educativa. Es una respuesta facilona simplista y rápida: parece que resuelve el problema, pero la evidencia científica demuestra que la educación con tecnología no es mejor y en cambio puede tener efectos negativos. Nos han vendido la idea de que los niños llevan las riendas ante la pantalla, pero en realidad no es así: como su mente es inmadura, el niño es como un puerto USB que reacciona ante unos estímulos frecuentes e intermitentes programados por algoritmos. La tecnología crea serias hipotecas en el aprendizaje y no debemos confiar la educación a ella.

P. ¿Cuáles son esas hipotecas?

R. Muchos pediatras, pedagogos y docentes firman este documento porque les preocupa el efecto de la sobreexposición a las pantallas en la salud neurológica de los niños y su desarrollo cognitivo. Pero somos David contra Goliat. La industria tecnológica tiene muchos medios para hacer llegar su marketing y sus estudios parciales pero nosotros solo tenemos los medios de comunicación y campañas como esta para llegar a los padres. Cada semana recibo decenas de correos de padres indignados porque les han impuesto en sus aulas tabletas obligatorias y chrome books sin consultarles y no saben a dónde dirigirse. Cuando acuden a la dirección del centro ya es tarde porque han firmado un contrato con la empresa tecnológica y no hay marcha atrás ¿Cómo puede ser que no haya una movilización masiva en contra de esto? Esta campaña quiere divulgar los estudios científicos que demuestran que la tecnología no es tan educativa como nos venden y busca la concienciación y movilización de los ciudadanos para romper con esa inercia. La población general debe saber lo que está pasando y lo que está en juego.

P. ¿Y qué es lo que está en juego?

R. Mucho más de lo que creemos. Los estudios indican que los niños menores de seis años aprenden a través de las relaciones interpersonales y las experiencias sensoriales, por lo que no tiene sentido ofrecerles contenidos online en esa franja de edad. Es más, hay una relación entre el consumo de pantallas en edades tempranas y la inatención, la impulsividad, la disminución del vocabulario, el déficit de aprendizaje, las adicciones, y problemas de vista, trastornos del sueño, obesidad… Hay un estudio que demuestra que por cada hora diaria de pantalla en menores de tres años aumenta un 10% la probabilidad de sufrir inatención con siete años. Esto está relacionado con que los dispositivos imponen a los niños que los usan ritmos frenéticos, músicas estridentes, luces, colores…, y los pequeños se vuelven inquietos, ansiosos y se aburren en los ritmos más lentos que ofrece la realidad. La Sociedad Canadiense de Pediatría y la Academia Americana de Pediatría recomiendan que los niños de menos de dos años no vean nada de pantallas y los de dos a cinco años, menos de una hora al día.

P. Y según los estudios que cita el manifiesto ¿por qué tienen este efecto las apps educativas?

R. Con el juego libre o semi estructurado, el niño busca retos que se ajustan a sus capacidades, por eso suben a los toboganes por la pendiente, para ellos subir por las escaleras es demasiado fácil. En el juego libre es el niño el que planifica y protagoniza su propia experiencia de aprendizaje. Hace trabajar la memoria, tiene que inhibir los estímulos externos, medir sus límites y aprender a autocontrolarse. Las aplicaciones dirigidas por algoritmos son todo lo contrario: el niño va a remolque de lo que recibe, se vuelve pasivo y se acostumbra a estímulos cada vez más rápidos. Acaba inadaptado a la realidad, porque está es demasiado lenta. Esto contribuye a la pérdida del interés por aprender, de la iniciativa. Hemos de saber que muchas aplicaciones están diseñadas para dirigirles y tenerles conectados durante el mayor tiempo posible.

P. ¿Y qué consecuencias tiene en el aprendizaje?

R. El efecto no es el mismo en los niños que en los adultos. Los niños necesitan que respetemos su asombro, su deseo de conocer, pero las tecnologías tienen el efecto contrario: lo hacen todo por él acostumbran a los pequeños a los estímulos inmediatos y acortan el tiempo de atención. Y sin atención no hay aprendizaje. Los profesores lo notan en las escuelas, cada vez los estudiantes tienen menos capacidad de atender a las explicaciones y de concentrarse. Haríamos bien en preguntarnos por qué los directivos de empresas tecnológicas del Silicon Valley mandan a sus hijos a colegios privados que hacen bandera de no usar tecnología, mientras sus empresas venden dispositivos a colegios públicos de la misma zona. Ellos pueden permitirse el lujo de las relaciones interpersonales. Si algo nos ha quedado claro con esa pandemia es que necesitamos interacción personal. Entonces, si podemos permitirnos ese lujo, ¿por qué prescindir de él?

P. ¿Y los adolescentes?

R. Hemos de ayudarles a no confundir la conexión wifi con la conexión humana. Tienen carencias de experiencias reales y humanas. El año pasado YouGov sacaba un estudio que demostraba que los milennials son la generación que se siente más sola en nuestra sociedad. El 27% no tiene amigos cercanos y el 30% no tiene un “mejor amigo” a pesar de pasar muchas horas al día conectados en redes. Los padres pensamos que cuando compramos los dispositivos les ayudamos a socializar, pero no es así. Darles un móvil con conexión a Internet cuando no están preparados a ello, no les ayuda a estar más en el mundo, contribuye a aislarles, les resta oportunidades de experiencias interpersonales reales y humanas. Para un adulto maduro y consolidado afectivamente, las redes sociales pueden ser inocuas. Pero los adolescentes tienen un concepto de sí mismos aun frágil y es más fácil para ellos entrar en unas dinámicas obsesivas por la validación de sus iguales, por el “me gusta”. Eso crea relaciones superficiales, frívolas.

P. ¿Cómo aplica esta política de reducción de pantallas en casa con cuatro hijos, adolescentes incluidos?

R. Que estemos en contra del abuso de las pantallas no implica que vivamos desconectados del mundo. En casa tenemos una tele que usamos para ver cine que nosotros seleccionamos y noticias puntualmente. Tenemos dos móviles con Internet y dos ordenadores, pero solo sirven para mi trabajo y el de mi marido. Durante el confinamiento, usamos un dispositivo adicional de forma excepcional para que cada uno supiera las tareas que tenía y lo usara el menos tiempo posible, en una franja horaria concreta y con supervisión. Y tenemos un móvil sin Internet que a partir de los 14 años pueden usar para hacer llamadas cuando lo necesitan. No usan pantallas como ocio, salvo el cine, o para buscar recetas si cocinan, o para comunicarse por Skype con la familia de Canadá. Y nunca se han quejado porque tienen miles de aficiones en el mundo off line. En el confinamiento, mis tres hijos mayores han tenido dos horas al día con todas las explicaciones del profesor online y el resto de material en papel. Y muchísimas lecturas. Mi hija de nueve años no ha hecho nada online, todo en papel. Y eso nos ha funcionado muy bien, ha sido una oportunidad para crecer en autonomía y en responsabilidad.

P. ¿Cómo podemos plantear una respuesta educativa adecuada sin tecnología si nos vuelven a confinar?

R. Estamos ante algo muy excepcional y nadie tiene la respuesta perfecta. Tenemos que aprender a vivir con la incertidumbre viendo qué uso hacemos de las pantallas sin convertirlas en la escuela. Por ejemplo, las recomendaciones de las asociaciones de pediatras hacen una excepción y permiten videollamadas con personas con las que el niño tiene un vínculo de apego, después de que los estudios demostrasen que podía ser positivo que un niño se comunique por Facetime con un familiar cercano que, por motivo laboral, estaba fuera de su país. Esto podemos trasladarlo al ámbito educativo. En un vídeo de un profesor a sus alumnos no hay sonidos estridentes, ni algoritmos que decidan por ellos, y hay una relación previa con la persona. No me parece mal que, en una situación tan excepcional como es la de una pandemia global, un alumno de 13 años reciba dos horas de clase en grupos reducidos de materias básicas impartidas por un docente que ya conoce. Pero deben combinarse con algo analógico —leer y escribir en papel, hacer tareas que requieran atención sostenida—. Debemos dejar al margen las aplicaciones dirigidas por algoritmos y los vídeos de Youtube. Para introducir las tecnologías de forma masiva, algunos recurren al argumento de la conciliación durante el confinamiento. Pero uno de los problemas con los ejercicios online descontextualizados es que el niño siempre va a necesitar a sus padres. Si usa aplicaciones y no hay un maestro que actúe de intermediario para explicar la materia y que resuelva dudas en directo, el padre tiene que estar explicándole o ayudándole todo el rato y eso requiere que se convierta en maestro. Durante el confinamiento, algunos padres hemos tenido que improvisar el don de la bilocación.

P. Las Administraciones han optado por la compra de dispositivos en España para reducir la brecha digital. Pero usted niega la existencia de esa brecha. ¿Por qué?

R. El argumento de la brecha digital asume que dotar masivamente de tecnología a los alumnos de entornos sociales más complicados mejora sus resultados académicos y por lo tanto reduce las desigualdades sociales. Los estudios demuestran justamente lo contrario: se da un incremento de las conductas abusivas de esta tecnología en entornos sociales más complicados.

P. ¿Cómo deberíamos entonces abordar esta situación?

R. Facilitar un dispositivo o Internet a quienes no lo tienen en tiempo de pandemia si van a estar tres meses encerrados no me parece mal si es solo para recibir clases online poco tiempo al día, bajo supervisión y el alumno tiene más de 11 años. Otra cosa sería digitalizar todo para siempre. En cualquier caso, hemos de ser conscientes de que la educación online es un drama en hogares con graves problemas donde hay violencia, abusos… Para esos niños, la escuela podría ser el entorno seguro que les de una oportunidad de salir adelante. Los dispositivos no solucionan sus dificultades sociales ni su desventaja. En vez de invertir en soluciones tecnológicas cortoplacistas, las Administraciones deberían centrarse en implantar las medidas de seguridad necesarias, e invertir en la reducción de las ratios y en proporcionar todos los medios a los centros escolares para que fueran seguros para poder garantizar la presencialidad en las aulas. La educación es un asunto humano, no tecnológico.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/educacion/2020-08-19/la-tecnologia-crea-serias-hipotecas-en-el-aprendizaje-y-no-debemos-confiar-la-educacion-a-ella.html

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Bajo ensayos clínicos vacuna antiCovid-19 de China y Alemania

Asia/China/06 Agosto 2o20/prensa-latina.cu

La firma Shanghai Fosun Pharmaceutical somete hoy a la primera etapa de pruebas clínicas en humanos un candidato de vacuna contra la Covid-19 que desarrolló junto con la alemana BioNTech.
El preparado se creó con la tecnología mRNA y se sumó así a una veintena obtenidos por varios países que actualmente están bajo ese tipo de investigaciones en el mundo.Según Fosun, 72 personas sanas de entre 18 y 55 años de edad recibieron una dosis de la sustancia –denominada BNT162b1- y en los próximos días se le administrará a un segundo grupo con la misma cifra de adultos, pero mayores de 55.

Estos estudios buscan evaluar la inmunogenicidad y la selección de la cantidad apropiada a aplicar.

La vacuna se prueba simultáneamente en Alemania y Estados Unidos como parte de un programa internacional de BioNTech.

China ensaya otros ocho candidatos dentro y fuera de su territorio nacional.

Un acuerdo con Emiratos Árabes Unidos permitió arrancar con la tercera fase de pesquisas de una vacuna inactivada de la farmacéutica local Sinopharm en 15 mil voluntarios de 16 a 60 años de edad de la ciudad de Abu Dhabi y el emirato Al Ain.

China busca asociarse con otros países en los últimos ensayos de sus candidatos vacunales contra la Covid-19 porque la sustancial reducción de pacientes en su suelo impide llevar adelante la investigación, la cual requiere de gran cantidad de voluntarios.

En ese contexto, su empresa CanSino Biologics está en negociaciones con Rusia, Brasil, Chile y Arabia Saudita para realizar las terceras pruebas de la recombinante Ad5-nCoV que desarrolló junto a científicos militares.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=387357&SEO=bajo-ensayos-clinicos-vacuna-anticovid-19-de-china-y-alemania
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La receta de Uruguay para el reabrir las escuelas

Por: Meritxell Freixas Martorell

  • El país sudamericano aplica un “estricto” protocolo que se basa en la no obligatoriedad de asistir a clase y cuidar la distancia social en las aulas y el recreo.

Después de casi cuatro meses con escuelas e institutos cerrados y con las plataformas virtuales como único soporte a la docencia, Uruguay fue el primer país de Latinoamérica en retornar a las clases presenciales. El regreso se dio tras un proceso gradual iniciado con las escuelas rurales a finales de abril y que se completó a principios de julio, cuando también se reactivaron los centros públicos y privados de educación primaria, secundaria y técnica.

Junto con la construcción, el sector educativo fue de los primeros del país en incorporarse a la “nueva normalidad”, tras un intenso debate público, la discusión de protocolos y la tensión entre autoridades, direcciones de centros educativos y sindicatos. Una decisión que respondió al buen manejo que, hasta ahora, el país ha hecho de la pandemia. Desde el 13 de marzo, cuando se decretó la emergencia sanitaria, hasta la fecha, se registran 1.200 casos y 34 fallecidos. Las medidas tomadas tempranamente por el gobierno de Luis Lacalle Pou junto con varias condiciones estructurales, como unos sistemas educativo y sanitario públicos robustos, permitieron gestionar la crisis sanitaria sin necesidad de declarar la cuarentena obligatoria.

La infraestructura de telecomunicaciones uruguaya, que cuenta con un despliegue de la fibra óptica en prácticamente todo el país, permitió el acceso al trabajo virtual en prácticamente todo el territorio. Además, hace varios años se implementó el plan Ceibal para el fomento de las nuevas tecnologías de la información en todas las escuelas que, sin saberlo, preparó al país para enfrentar la crisis. “Se priorizó mantener el vínculo con los niños a través de las plataformas del plan Ceibal, WhatsApp o con visitas a los hogares, y así alcanzamos una vinculación en torno al 95% de la matrícula escolar de los niños de 3 a 12 años”, explica Pablo Caggiani, docente y miembro del Consejo de Educación Inicial y Primaria, un órgano dependiente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) encargado de las competencias educativas de estas etapas.

Hace casi más de un mes que el proceso de retorno progresivo y gradual concluyó. Los colegios ahora vuelven a estar cerrados, pero esta vez por vacaciones. Alumnos y docentes se toman un respiro mientras transcurren las semanas más frías del año, que en contexto de pandemia dificultan la aplicación de protocolos y exponen a grandes y pequeños a todo tipo de enfermedades, más allá del coronavirus. Un tiempo de descanso que también se aprovecha para evaluar las primeras semanas del retorno.

Un protocolo “estricto”

«El retorno a clases es voluntario. Estamos convencidos de que el riesgo es mínimo y tiene que existir la voluntad de los padres para decidir si los niños participan o no», declaró Lacalle Pou cuando anunció el regreso a la presencialidad.

La Administración Nacional de Salud Pública se encargó de redactar un protocolo con más de 20 artículos que los centros educativos aplican con especial atención en mantener el distanciamiento físico en el aula y el patio. Para ello, cada curso fue dividido en dos grupos y la asistencia presencial, que no es obligatoria, se redujo a dos días a la semana y a un máximo de cuatro horas, y se combina con el aprendizaje online. Los horarios de entrada y salida a clase y al recreo son escalonados y los centros cuentan con alcohol gel, sistemas de ventilación, desinfección de materiales de uso común y uso obligatorio de alfombra sanitaria y mascarillas (para los alumnos de secundaria).

“La aplicación de un protocolo estricto quedó en manos de los directores de cada centro, que son quienes tienen que garantizar las condiciones para su cumplimiento”, señala Antonio Romano, profesor universitario del Instituto de Educación y exdirector de Planificación de la ANEP. “Es una presencialidad bastante compleja y muy diferente de la escuela que se dejó en marzo”, añade Pablo Caggiani.

Entre los criterios para definir el retorno a clases se consideraron aspectos como la desigualdad, la adaptación a los horarios de las familias y mantener la virtualidad para aquellos niños y niñas que no participan de forma presencial. “El promedio de asistencia a más de un mes del retorno ha sido muy bajo. La gente toma precauciones y una de ellas es no mandar a los niños a la escuela”, indica José Olivera, presidente de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes). Según datos del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), en la primera semana, solo el 48% de los niños convocados asistieron a las escuelas públicas. Un porcentaje que se elevó a un rango entre el 60% y 70% siete días después.

Dificultades e inconvenientes

“Los niños tenían muchas expectativas de volver a la escuela para encontrarse con sus amigos, pero la forma como esto ha ocurrido no ha estado bien y no les hemos consultado”, opina Antonio Romano. El docente enumera algunos “inconvenientes” del regreso a la presencialidad, como la desconexión de muchos estudiantes y familias tras permanecer tanto tiempo en casa –”se desvincularon de la propuesta escolar”, precisa–; las dificultades para las escuelas de barrios más pobres; o los problemas prácticos para la implementación del protocolo: “Exige ventilación, pero estamos en pleno invierno”, apunta. “El primer día de clase había cuatro grados y teníamos las ventanas abiertas mientras los estudiantes se congelaban sentados en sus bancos con las mascarillas puestas”, recuerda Alejandra, profesora de secundaria y orientadora pedagógica. La docente, que terminó enferma después de estos primeros días de clase, insiste: “Tuve que mandar mensajes a los padres para avisarles que mandaran a los niños como si fueran a estar a la intemperie y quietos”. A su parecer, “hay una enorme improvisación porque las directivas no han sido claras” y “las formas de implementación están alejadas de la realidad”.

“Hemos tenido que hacer una ingeniería de reacondicionamiento de las escuelas para que los niños pudieran mantener las distancias dentro de las aulas”, exclama Elbia Pereira, secretaria general de Federación Uruguaya de Magisterio de Trabajadores de Educación Primaria o FUM-TEC, que reúne 25.000 afiliados docentes y no docentes de todo el país. La dirigente sindical destaca el “doble esfuerzo” de los docentes, que llevan a cabo el trabajo presencial y virtual, lo que conlleva una sobrecarga laboral importante.

Desde el punto de vista pedagógico, Pereira considera que los aprendizajes “son muy dispares y distintos” comparados con la etapa previa a la pandemia. Por eso, opina que “no se deben comparar resultados” y es tajante en su conclusión: “Nada sustituye la presencialidad del docente en el aula”.

Hasta ahora, ningún centro escolar de Uruguay se ha visto obligado a cerrar por contagios de COVID-19 y solo han interrumpido nuevamente las clases los colegios con presencia de focos comunitarios cerca. Sin brotes en los centros educativos y considerando la necesidad de mantener la escuela presencial, el gobierno apuesta ahora por aumentar los días y extender los horarios de docencia después de las vacaciones de invierno. “Cuando las familias entienden que los centros cuentan con las medidas de higiene necesarias y que los funcionarios proceden con mucha responsabilidad, se logra que los estudiantes vuelvan”, dijo Robert Silva, autoridad de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). A partir del 3 de agosto el país dará un paso más para normalizar la rutina escolar que el virus puso a prueba.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/08/05/la-receta-de-uruguay-para-el-reabrir-las-escuelas/

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Universidad de El Salvador ya puede hacer pruebas de Covid-19

Centroamérica/El Salvador/23 Julio 2020/prensa-latina.cu

La Universidad de El Salvador (UES), entidad insignia de la educación superior en este país, cuenta hoy con tecnología para realizar exámenes de Covid-19 a estudiantes, docentes y administrativos.
La casa de estudios invirtió medio millón de dólares en el equipamiento para detectar al nuevo coronavirus SARS-CoV-2, con el propósito de extender en un futuro la realización de pruebas a la población que lo necesite.

El equipo estará en los laboratorios de las facultades de Medicina, Ciencias Naturales y del Centro de investigación y Desarrollo en Salud de la UES, cuyo campus luce desolado, aunque sin detener la investigación científica.

El Salvador registra cerca de 13 mil casos confirmados de Covid-19, con 363 muertes por la enfermedad, en tanto las autoridades sanitarias realizan más de dos mil pruebas diarias para detectar la enfermedad.

El Ministerio de Salud autorizó a finales de junio a hospitales y laboratorios privados realizar pruebas de Covid-19, ante el eventual colapso del sistema sanitario de esta nación centroamericana.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=383848&SEO=universidad-de-el-salvador-ya-puede-hacer-pruebas-de-covid-19
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Critican en Uruguay recortes de fondos en la ciencia

América del sur/Uruguay/19 Julio 2020/prensa-latina.cu

El recorte gubernamental de fondos para la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) de Uruguay levantó críticas del opositor Frente Amplio en la semana.
La impugnada medida consistió en el cierre de las ventanillas de emprendimientos, lo que en opinión de la senadora Carolina Cosse va a contrapelo de toda lógica porque con un doble discurso el gobierno se apoya en la ciencia para la pandemia pero recorta los recursos para apoyar la producción.

Por su lado el diputado Sebastián Sabini comentó que ‘el día que Uruguay entienda que la ciencia, tecnología e innovación van de la mano del desarrollo productivo, económico y social capaz que tendremos una política de Estado’.

Recordó como antecedente cercano el recorte al programa de becas a jóvenes científicos Pedeciba, y que debido al malestar causado el Ejecutivo tuvo que dar una mínima marcha atrás, pero apuntó que todavía se habla de una rebaja de 10 millones de dólares en la esfera de la ciencia.

Ante las críticas al recorte en la ANII, el ministro de Educación Pablo da Silveira reaccionó señalando que ‘estamos en plena discusión de la ley presupuestaria y enfrentando una situación que exige sacar punta al lápiz, tener mucha precisión, cuentas equilibradas y responder a las necesidades más urgentes del país’.

El funcionario siguió la pauta previa trazada por la titular de Economía, Azucena Arbeleche, en comparecencia en el parlamento, donde defendió ‘la regla fiscal’ y adelantó que se dejará de lado las políticas sociales de los 15 años precedentes del Frente Amplio en el poder.

Uno de los referentes de esa fuerza política quien ocupó esa misma cartera, Danilo Astori , advirtió que las medidas para limitar el gasto público ‘son impracticables, a menos que se haga una feroz disminución que afectaría a las áreas de la salud, educación y la seguridad’.

Asimismo, sostuvo que ‘aplicar topes de ejecución a las inversiones tendrá seguramente efectos recesivos’, al aproximarse la presentación en agosto por las actuales autoridades de su anteproyecto de presupuesto.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=382835&SEO=critican-en-uruguay-recortes-de-fondos-en-la-ciencia
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Google invertirá 10.000 millones de dólares en promover una India «digital»

Asia/India/16 Julio 2020/https://www.voanoticias.com/

Google invertirá 10.000 millones en la India para la red sea más accesible y útil. No se limitará al contenido ya existente en inglés, sino que promoverá el uso en las distintas lenguas del país, una enorme nación que representa un enorme mercado, pero donde sólo una de cada diez personas tiene acceso a internet.

Google anunció que invertirá 10.000 millones de dólares en un esfuerzo para hacer el internet más “accessible y útil” para los más de 1.000 millones de personas que viven allí.

«Esto es una reflexión de nuestra confianza en el futuro de ´la India y su economía digital”, dijo el presidente de Google, Sundar Pichai, en una declaración el lunes.

El dinero, que sería canalizado a través de un nuevo “Fondo para la Digitalización de la India” durante los próximos cinco o siete años, será invertido en el sector de tecnologías de India.

«Haremos esto mediante una mezcla de inversiones de capital, sociedades, gastos operativos, infraestructura e inversiones en el ecosistema”, dijo Pichai.

Esta nueva inversión representa el más grande compromiso de Google con el país asiático.

Estas inversiones se enfocarán en aumentar el acceso a internet en toda la India, así como ayudar a las empresas con la transición hacia las operaciones en línea.

Mucho de esto se logrará mediante la promoción del uso de aplicaciones y nuevas plataformas de programas.

Google busca usar esta iniciativa para aumentar el acceso a internet más allá de lo que existe en idioma inglés, e incluir lenguas locales de toda la India.

La compañía también espera usar esta inversión para el bien común, trabajando para mejorar áreas tan amplias como educación, agricultura y salud.

«Al hacer estas inversiones miramos con entusiasmo el poder trabajar junto al primer ministro Narendra Modi y el gobierno indio, así como con empresas indias de todos los tamaños, para poder materializar una visión compartida de una India digital”, dijo Pichai. “Nuestra meta es asegurar que la India no solo se beneficie de la siguiente ola de innovación, pero que la encabece”.

Fuente: https://www.voanoticias.com/tecnologia-ciencia/google-invertira-10000-millones-de-dolares-en-promover-una-india-digital

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Estas son las ‘apps’ que han ayudado a los niños a hacer los deberes durante el confinamiento

Noticia/11 Junio 2020/elpais.com

A pocas semanas de terminar el curso escolar, las aplicaciones educativas que más se han descargado profesores y familias se mantendrán en la nueva normalidad

Desde que colegios e institutos cerraron sus puertas como medida de prevención, niños, profesores y padres hemos tenido que familiarizarnos y adaptarnos, cada uno a su manera (y nivel), a las nuevas tecnologías. Nos hemos especializado en las clases en remoto, en una suerte de improvisado homeschooling. Para esta tarea maratoniana, las apps y plataformas educativas han sido las grandes aliadas. Son las herramientas que hemos tenido más a mano en un momento de urgencia y nos han valido para que nuestros hijos aprendan, estudien, hagan deberes, se entretengan y lleguen al final de este año escolar tan peculiar, que acaba dentro de unas semanas. Además, han salvado los ratos muertos, de aburrimiento, euforia o pataleta, mientras los padres hacíamos lo nuestro terminando nuestras tareas laborales y domésticas.

Tecnología en el aula, ¿sí o no? Antes de la pandemia, este era el gran debate. Escuelas privadas de Silicon Valley, la meca del mundo tecnológico, apostaban por dejar de utilizar pantallas en el centro escolar y en Francia se prohibía el uso de móviles durante el horario de clases, para evitar la distracción y el ciberbullyingNo obstante, el confinamiento nos ha obligado a relativizar y ser más flexibles con el tiempo y horarios de uso de los dispositivos de nuestros niños. Más de 8 millones de alumnos matriculados en España, en centros de educación infantil, primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional, los mismos que, en mayor o menor medida, han tenido que conectarse para “asistir” a sus clases.

Las aplicaciones ya eran populares antes del confinamiento, pero hoy se han hecho imprescindibles. Han irrumpido en nuestros hogares para transformarlos en guarderías y escuelas, o simplemente, espacios de divertimento. Según el estudio “Apps y nativos digitales: la nueva normalidad”, de Qustodio, tras la primera semana de estar en casa, la actividad online de los chicos de entre 4 y 15 años ya se había disparado en un 180%. Del informe también se extrae que los menores españoles son los que más tiempo dedican a las aplicaciones educativas (15 minutos diarios). Pero esta permanencia se antoja insignificante comparada con el que pasan conectados a redes sociales (103 minutos) y a videojuegos (81).

El arte de aprender en casa

Las apps educativas son una herramienta más de nuevas formas de aprender. Pero no se trata de trasvasar el contenido de una sesión presencial a una virtual. “La clase online -afirma Enrique Dans, profesor de Innovación y Tecnología, divulgador y blogger– requiere una metodología diferente. El profesor tiene que explicar su asignatura en un entorno nuevo. Por eso, una clase presencial se prepara; una online, se produce”. Esto quiere decir que deberá elegir las apps más atractivas y variadas, “incluyendo vídeos, ejercicios activos, promover que el alumno intervenga, haga una presentación o que vea a un invitado que se conecte a la clase. Esto no quiere decir que el profesor ya no sea necesario. Detrás de las apps hay una investigación rigurosa, con expertos en pedagogía diseñando cómo debe ser la explicación. Pero el profesor integra el marco conceptual, explicando los temas más complejos y reforzándolos con las apps”.

Las clases virtuales les han quedado grandes, por no decir enormes, a muchos profesores. Nuria Vallejo, pedagoga especializada en e-learning, sostiene que “durante años se viene trabajando en la formación del personal docente en TICS aplicadas al aula, pero algunos no se habían animado aún a ponerla en práctica. Ahora, se han visto sobrepasados. Pero la gran mayoría ya tenía muchas destrezas y habilidades entrenadas en TICS, con lo que han saboreado con mayor placer, lo que les ha llevado a dedicar muchísimas más horas de trabajo”. Es el caso de Esther Díez, profesora de Lengua y Teatro de Eso, Bachillerato y FPB, que se reconoce “reacia a que nos invada la tecnología. No obstante, he aprendido a que se puede combinar la parte presencial con la digital”. Para ella, este período ha sido “duro, pero no tan difícil, porque previamente ya incorporaba algunos recursos digitales a mis clases. Una vez que usé Zoom para ver las caras de mis alumnos, me serené. Así mismo, rescato cosas positivas, porque he descubierto apps que voy a incorporar cuando vuelva a hacer mis clases presenciales”.

Las apps favoritas

El estudio Qustodio ha comparado el uso de apps educativas antes y durante de la Covid-19. Google Classroom ocupa el primer puesto como herramienta educativa con un crecimiento del 91%, situándose muy cerca de Show My Homework, líder en el Reino Unido. Este servicio del gigante de Google llegó como innovación educativa hace más de seis años, pero en el confinamiento se ha convertido en una necesidad. Teams, de Microsoft, es otra de las aplicaciones que se están utilizando desde los centros escolares para gestionar recursos y comunicarse con los alumnos, corregir trabajos, explicar dudas y realizar clases virtuales a través de videollamadas, con aplicaciones de comunicación como Skype, WhatsApp y la novedosa Zoom, tan conocida como utilizada por todos. A estas se suma la recientemente estrenada Google Meet, una versión que sustituirá a Hangouts. Además:

1. Duolingo. Para aprender idiomas, de una manera fácil e intuitiva, para grandes y pequeños. Refuerza el vocabulario y la pronunciación. Se trata de una de las que ocupa los primeros puestos en el ránking de Qustodio.

2. Photomath. También en el podio del ránking, está diseñada para resolver problemas matemáticos al instante, a través de una imagen escaneada con el móvil del usuario.

3. Smartick. Método online de aprendizaje de matemáticas para niños de 4 a 14 años, creado por dos emprendedores españoles. Consiste en sesiones de 15 minutos, con ejercicios y juegos de cálculo mental, pensamiento lógico e incluso comprensión lectora.

4. Smile & Learn. Juegos, vídeos y cuentos interactivos en una aplicación que contiene más de 5.000 actividades educativas con las que poner a prueba los conocimientos generales de niños de 3 a 12 años.

5. Writing Wizard. Una app ideal para niños de entre 4 y 7 años, que hacen sus primeros pinitos en la lectoescritura. Con dibujos y efectos audiovisuales.

6. Kahoot. Muy divertida, para contenidos de cualquier tipo, relacionados con el colegio, la familia, el ocio. Permite crear un juego tipo quiz, a modo de Trivial.

7. Quizlet. “Conviértete en el maestro favorito de tus hijos en casa”. Así recibe a los usuarios esta app, pensada como concurso en el que se pueden preguntar los contenidos que se quieran.

8. ThatQuiz. Una buena herramienta que han usado los profesores durante este confinamiento, ya que permite hacer exámenes, corregirlos inmediatamente, ver las notas, conocer el error más habitual o la pregunta que no se ha entendido bien.

9. Padlet. Una app para gestionar y colaborar el trabajo del alumno y el colectivo, el calendario, la previsión de la semana, subir vídeos, grabar audios, cargar documentos o escribir mensajes. Para tener ese corcho al que clavar los recordatorios con chinchetas.

El futuro de estas apps en la nueva normalidad

De todas las aplicaciones que se han (re)descubierto en estos meses, muchas van a “quedarse” en el próximo curso. “La tecnología contribuirá porque nos va a humanizar más: por un lado, reforzará las capacidades de comunicación, y, por otro, permitirá la individualización”, dice Dans, quien asegura que “será posible estar en casa, si el niño está enfermo, y poder seguir participando en el proceso educativo. Para ello, los colegios se tienen que dotar de infraestructura”. Para Díez “algunos considerarán que esta época será un empujón para incorporar apps a las clases, para motivar a los alumnos. Lo ideal será combinar lo bueno de la clase presencial y los recursos digitales”. Algo parecido opina Vallejo, quien sostiene que “la tecnología ha irrumpido por necesidad y todos los sectores están descubriendo sus bondades en estos momentos difíciles. Seguro que, a partir de ahora, toman un papel aún más relevante en los procesos de enseñanza y aprendizaje”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/06/04/mamas_papas/1591248447_765322.html

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