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Argentina: “Si las escuelas no están en condiciones no habrá clases después de las vacaciones”

ADNSUR

Así lo aseguró el secretario general de la Regional Sur de la ATECh, Daniel Murphy. Dijo que las condiciones edilicias de los establecimientos educativos definirán la vuelta o no a la presencialidad.

El secretario general de la Regional Sur de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Chubut (ATECH), Daniel Murphy, advirtió este lunes que si los establecimientos educativos no están en condiciones, no se retomarán las clases tras el receso invernal.

El dirigente indicó que es el “Ministerio de Educación el que tiene que demostrar que las escuelas cumplen con las condiciones edilicias para retornar a la presencialidad de clases después de las vacaciones de invierno”.

En diálogo con FM La Petrolera, Murphy sostuvo que “el sector docente viene siendo protagonista de luchas difíciles. Pero la disconformidad principal es con el Gobierno Provincial: el responsable de los problemas que tenemos es Mariano Arcioni y sus políticas”.

Agregó que otro tema «preocupante es el de la falta de cobertura de cargos» y consideró que es «necesario que la comunidad tome conocimiento de esta lucha porque si no al Gobierno le da lo mismo que haya o no haya clases”.

https://www.adnsur.com.ar/chubut/sociedad/comodoro—si-las-escuelas-no-estan-en-condiciones-no-habra-clases-despues-de-las-vacaciones-_a60ecdfc382102f43cc2afb93

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El reto de sentar condiciones mínimas para hacer viable la educación pese a la pandemia

Por: Animal Político/ Elio Villaseñor Gómez

Es un hecho que los efectos negativos de la pandemia en el empleo, la pobreza y la desigualdad tendrán una persistencia mayor en el ámbito educativo a la que usualmente el mundo “estaba acostumbrado”, puesto que la declaratoria de la pandemia puso en entredicho a las estructuras del sistema educativo a nivel global.

A más de un año de haber sido declarada la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2, saltan a la vista las secuelas negativas que causó en la sociedad, la economía, los sistemas políticos y de salud. Dichas secuelas, a la fecha, son objeto de fuertes cuestionamientos en México y en el mundo por la incapacidad de los gobiernos para evitar un contagio que tiene a la humanidad asolada, confinada, con incertidumbre y falta de certeza sobre un retorno a la normalidad prepandemia.

La pandemia del COVID-19 ha mantenido a los gobiernos en un estado de control de daños. El debate y la búsqueda de una cura se han concentrado en múltiples problemas inmediatos, tratando de disminuir sus impactos en el corto plazo. Sin embargo, es un hecho que los efectos negativos en el empleo, la pobreza y la desigualdad tendrán una persistencia mayor en el ámbito educativo a la que usualmente el mundo “estaba acostumbrado”, puesto que la declaratoria de la pandemia puso en entredicho a las estructuras del sistema educativo a nivel global.

Para México, el panorama no es distinto al de otras partes en el mundo en materia educativa. El confinamiento obligado no sólo tuvo fuertes repercusiones sanitarias y económicas. También las registró en el terreno de la educación, con la suspensión total de clases en todo el país para más de 35 millones de estudiantes y 2 millones de docentes, quienes se vieron súbitamente privados del espacio escolar, que es el lugar educativo por excelencia. Esta circunstancia fue un punto de quiebre en la cotidianeidad y en la separación entre casa y escuela, situación que reveló a la par la despersonalización del proceso de enseñanza-aprendizaje y la retroalimentación entre maestros y educandos.

Educar en tiempos de pandemia llevó a implementar diversas estrategias. En el caso de la educación pública, la instrucción a distancia se llevó a cabo mediante la plataforma “Aprende en Casa”. La educación a distancia simultáneamente trajo consigo nuevas formas de interrelación y marginó a un segundo plano o anuló actividades regulares para los educandos, como las clases y el recreo, así como sus rutinas y las relaciones sociales en las escuelas, pero ante todo la interacción que lleva al aprendizaje.

La educación a distancia y una forma diferente de impartir clases con base en “Aprende en Casa” enfrentó a los maestros a una nueva forma de educar, en un terreno parcialmente explorado o practicado. Esta nueva realidad puede calificarse como un choque al magisterio, que tuvo que responder a las nuevas exigencias de un aula virtual en un ejercicio que, se comprobó, propició tensiones entre estudiantes y docentes, entre los propios docentes y entre éstos y las autoridades que los presionaron para “actualizarse” en esa nueva modalidad educativa. Paralelamente, tuvo como consecuencia colateral la conversión de las casas en aulas, de los padres en “maestros” sustitutos y de la infraestructura doméstica en la red de conexión necesaria para esa nueva práctica educativa. A pesar de que la educación a distancia adquirió una relevancia que nunca se había registrado en el país, es claro que se trata de un recurso coyuntural y de ninguna manera de una suplencia del plantel escolar.

Otro reto igualmente cardinal, será el retorno de la totalidad de los educandos que asistían a las aulas antes de la pandemia. La extensión del confinamiento se reflejó en los resultados de la “Encuesta para la medición del impacto COVID-19 en la educación” (INEGI-2021), la cual dio cuenta de que la pandemia dejó fuera a 2.3 millones de alumnos del ciclo escolar 2020-2021; otros 2.9 millones no se inscribieron por falta de recursos, y 3.6 millones más tuvieron que trabajar para completar la pérdida de ingresos de los jefes y jefas de familia que perdieron su empleo o vieron reducidos sus ingresos. La consecuencia inmediata de este último aspecto fue que la pandemia del coronavirus, la baja o falta de dinero o la necesidad de trabajar, expulsaron a 5.2 millones de estudiantes entre 3 y 29 años del ciclo escolar vigente, tanto de escuelas públicas como privadas.

Otra secuela no menos preocupante es que la pandemia evidencia la desigualdad de oportunidades de acceso a la educación a distancia, puesto que en el país existen condiciones marcadamente inequitativas en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, tanto en las escuelas como en los hogares. Basta citar que de acuerdo con la “Encuesta Nacional sobre la Disponibilidad y Uso de la tecnología de la información en Hogares-2019”, divulgada por el INEGI, un 56.4% de los hogares mexicanos tiene acceso a internet, un 44.3% tiene una computadora en casa, un 39.1% carece de conexión a internet, 44.6% usa la computadora como herramienta de apoyo escolar en los hogares y 10.7 % de usuarios de internet acceden fuera del hogar. Esa situación en tiempos de pandemia ahondó las perspectivas de la marginación social de quienes padecen extrema pobreza, y para cuya población de niñas y niños no hay forma de acceder a las herramientas de educación a distancia como “Aprende en Casa”, por lo que seguramente estarán condenados a un rezago educativo mayor implantado por su marginación, sobre todo, de quienes viven en zonas rurales.

Con ese marco, no debe sorprender que el debate público se concentre en discutir las consecuencias del confinamiento, de la aplicación de medidas preventivas, de la atención a los grupos vulnerables, de la reactivación económica como esencial para toda actividad productiva y educativa, del éxito del plan de vacunación y, evidentemente, del regreso a clases, así como de las posibles estrategias para que los educandos y docentes vuelvan a las aulas de manera segura.

Ante ello, para los gobiernos y las autoridades educativas el urgente reinicio de clases es una prioridad de primer nivel, impostergable después de un año en el que el estudio fue básicamente a distancia. Sin embargo, el retorno a clases presenciales no sólo enfrenta el requisito de que este se verifique con el semáforo epidemiológico en color verde y se cumpla con las exigencias de carácter sanitario, sino también una exhaustiva revisión y acondicionamiento del estado actual de la infraestructura en las escuelas, pues, de acuerdo con datos de la SEP, de los 216 mil 130 planteles de educación pública en el país, hasta 108 mil 065 habrían sufrido saqueo o fueron vandalizados por los delincuentes que aprovecharon el abandono de las aulas durante la pandemia, provocando daños que abarcan desde cables de electricidad, ventanas y puertas hasta sanitarios, computadoras y pantallas.

Como podemos apreciar, a la distancia, la pandemia provocada por el coronavirus golpeó severamente al sistema educativo y los resultados se atisban como desoladores, situación que se agrava pues antes de la contingencia el ámbito educativo ya experimentaba su propia crisis, caracterizada por los rezagos en aprendizajes prioritarios, problemas de retención escolar, los asociados a la equidad en ingreso y permanencia, así como una ancestral deficiencia presupuestaria. Para este ámbito de alto impacto social, está visto, la pandemia “no cayó como anillo al dedo”.

En el corto plazo, el retorno a clases es una prioridad de política educativa y de alto impacto social, pues para el caso de México, un estudio del Banco Mundial indica que con un escenario de 7 meses sin clases presenciales la disminución educativa sería de 0.9 años, mientras que, si el cierre se prolonga a 13 meses (como ya ocurrió, pues México cerró oficialmente sus escuelas el 23 de marzo de 2020), el descenso llegaría a 1.8 años, lo que en el largo plazo tendrá un efecto negativo sobre el perfil del capital humano que se verá limitado para ingresar al mercado laboral, y que tendrá causas y consecuencias no sólo formativas sino también económicas para el país.

Frente a esa realidad, para los gobiernos y las autoridades educativas es cardinal delinear los pasos y la estrategia a seguir, con base en diagnósticos claros y precisos sobre lo que se requiere para establecer una ruta frente al ciclo escolar 2021-2022. Este ciclo se anticipa de sumo complicado por tener un formato que, en el mejor de los casos, será híbrido (clases presenciales escalonadas con esfuerzos de educación a la distancia) ante una pandemia que, según anticipa la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos acompañará por largo tiempo.

Algunas medidas que podrían incluir dichos diagnósticos-estrategias, tras las consecuencias de la pandemia podrían ser: identificar el impacto del confinamiento en el aprendizaje de los alumnos, ponderando las desigualdades educativas y calibrando nuevas rutas. Incluso puede implementarse un nuevo plan educativo para compensar los atrasos de los estudiantes, así como precisar los programas y dinámica de clases que atiendan las necesidades de maestros y alumnos, para evitar mayores afectaciones de abandono y aprendizaje, como vía para hacer valer el derecho a la educación; formular una estrategia de reincorporación de los alumnos que han abandonado sus estudios o que han quedado rezagados por causas asociadas a la pandemia. De igual forma, pueden ponerse en funcionamiento los mecanismos y herramientas necesarias para un mejor acompañamiento en el proceso educativo, que se anticipa será mixto (virtual y presencial), con asesorías académicas y prácticas de educación diferenciada en las aulas, que ayuden a compensar los rezagos de aprendizaje. Asimismo, se podría ajustar el presupuesto y dar un uso adecuado de los recursos que se canalizan al sector educación, además de establecer una coordinación efectiva entre autoridades federales y estatales, para incorporar una nueva visión y promover la colaboración regional y mundial, en materia educativa.

Estos son momentos de definiciones, por lo que las propuestas citadas deben llevar a la sociedad y al gobierno a repensar sus criterios económicos, sociales y políticos. También a valorar con una nueva lente su panorama educativo, para darle importancia a la educación de calidad para los alumnos. Y robustecer el rol de la escuela como formadora y reforzadora de conocimiento, no únicamente como transmisora de una ideología que busca implementar una superestructura social. Ahora la escuela también deberá reforzar la concepción e interpretación de la nueva realidad post-pandemia, para generar nuevos paradigmas, con nuevas herramientas que proporcionen a millones de estudiantes la posibilidad de construir otro futuro.

En lo inmediato, el gobierno y la sociedad deben impulsar espacios escolares que promuevan escuelas para la vida, aulas abiertas a la realidad, programas capaces de reinventarse permanentemente ante situaciones de emergencia, por muy devastadoras que puedan ser, y formular alternativas educativas que pongan en el centro a quienes aprenden y no sólo a los contenidos curriculares oficiales.

Construir alternativas como las citadas demanda voluntad política, pero sobre todo requiere una ponderación estricta y hecha con la cabeza fría, sobre las causas de lo que está ocurriendo. Esta voluntad exige la concurrencia colectiva entre la sociedad, el gobierno, las autoridades educativas y el magisterio.

Por ello, para atemperar el impacto que ha tenido esta pandemia sobre nuestro sistema educativo, es necesario que todas y todos, tanto gobierno como sociedad civil e individuos pongamos manos a la obra y trabajemos desde nuestra respectiva trinchera para asegurar que el futuro del país y la vida de sus niñas y niños se vea afectado lo menos posible y puedan regresar a las clases, en las mejores condiciones.

Pero también habrá que asimilar que el “tsunami educativo” que el país enfrenta es de tal magnitud y las herramientas para contrarrestarlo son tan precarias, que la factura que una generación está por pagar será onerosa no sólo para ellos, sino para toda la sociedad en su conjunto. Por ello, como sociedad no podemos ni debemos tolerar ocurrencias bienintencionadas, pero mal diseñadas y peor implementadas.

Para corregir la crisis educativa que se está profundizando, brindar equidad de oportunidades para continuar aprendiendo a la distancia y en clases presenciales segmentadas y dotar a las comunidades educativas de las herramientas para atender las afectaciones socio-emocionales que empeoran conforme avanza la pandemia, se requiere formular una nueva política de Estado en materia educativa, que siente las condiciones mínimas para dar viabilidad al futuro educativo en el país.

Lo anterior exige elevar el costo político para que, si no por responsabilidad sí por exigencia social y política, el gobierno federal reasigne los presupuestos necesarios para fomentar las oportunidades educativas demandadas por miles de jóvenes que comparten el objetivo de tener un mejor futuro. De esta forma, el país tendrá posibilidad de levantarse con mayor celeridad de la crisis que lo aqueja actualmente y a largo plazo.

El reto de sentar condiciones mínimas para hacer viable la educación pese a la pandemia

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UNICEF: Regreso a clases presenciales ayudará a mitigar afectaciones causadas por la pandemia

UNICEF

  • La organización implementa en seis estados el programa “Salud en tus Manos”, en colaboración con la SEP y CONAGUA, que apoya a más de 450 escuelas de educación básica y 106 mil estudiantes.
  • Resalta la importancia del entorno escolar en la mitigación de problemas que enfrenta toda una generación como consecuencia del cierre de las escuelas

Ciudad de México, 7 de junio de 2021.– El regreso presencial a las escuelas, tras más de un año de cierre por la pandemia de COVID-19, es un paso clave para la continuidad de la educación y la recuperación de aprendizajes que contribuirá a mitigar problemas vinculados a la malnutrición, la violencia y el embarazo adolescente, entre otros, señaló hoy UNICEF, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

La experiencia a nivel internacional demuestra que un cierre prolongado de escuelas puede afectar negativamente a toda una generación en el corto, mediano y largo plazo, provocando pérdida de conocimientos y habilidades que, en el caso de México, se suma a una crisis de aprendizajes ya existente antes de la pandemia.  Según la evaluación PLANEA 2018, casi el 80% de los alumnos y las alumnas de primaria no alcanzaban los aprendizajes esperados en comprensión lectora y matemáticas, rezagos que se habrán visto agudizados durante el cierre prolongado de escuelas.

El cierre de las escuelas llevó además a un aumento del abandono escolar.  Según la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación del INEGI, alrededor de 1,5 millones de niños, niñas y adolescentes entre 3 a 18 años no se reinscribieron en el ciclo escolar 2020-2021 por causas relacionados con la pandemia. También se estima un rezago en el país a nivel de desarrollo infantil temprano debido al cierre de los espacios físicos para programas y actividades de educación inicial y preescolar.

Astrid Hollander, Jefa de Educación de UNICEF en México, señaló que el éxito del regreso a clases en todo el país dependerá en gran medida de la confianza y colaboración de la comunidad escolar – estudiantes, docentes, personal de apoyo, madres, padres y cuidadores – y de las medidas de mitigación de riesgo de contagios, incluyendo la provisión de información sobre protocolos y prácticas de higiene en el entorno escolar, por lo que, desde el inicio de la pandemia, UNICEF colaboró con la SEP y CONAGUA en el desarrollo del programa Salud en tus Manos.

“A través de Salud en tus Manos, desde UNICEF buscamos, junto a nuestros aliados gubernamentales, que las y los estudiantes de educación básica desarrollen sólidos hábitos de higiene, apoyados por un acceso continuo a insumos básicos de higiene, incluso en aquellas escuelas cuya infraestructura y servicios dificultan, por ejemplo, el lavado de manos frecuente, a través de alternativas eficaces como uso de alcohol en gel”, resaltó Hollander.

El programa se está implementando en seis estados (Chiapas, Ciudad de México, Guerrero, Hidalgo, Michoacán y Oaxaca) y busca alcanzar a más de 450 escuelas de educación básica y 106 mil estudiantes.

Estas acciones representan un aporte importante en el proceso de reapertura de las escuelas, y se suman a otros esfuerzos de las autoridades educativas y comunidades escolares, especialmente en Chiapas y Ciudad de México, donde el proceso de entrega de insumos de higiene e instalación de estaciones de lavado ya ha concluido.

En Chiapas, 75 escuelas se han beneficiado de los insumos e infraestructura relacionados, lo cual incluye la instalación de 119 estaciones de lavado de manos y la entrega de guías pedagógicas, además de equipo de protección personal, y material de higiene y limpieza, que permitirán, por ejemplo, que más de 16,000 niños, niñas y adolescentes puedan lavarse las manos con jabón y utilizar gel con alcohol, de requerirlo, durante 24 semanas aproximadamente.

En Ciudad de México, el programa apoya a 90 escuelas primarias y secundarias de 11 alcaldías, donde se instalaron 120 estaciones de lavado de manos, se distribuyeron más de 100 mil barras de jabón y se capacitó a 160 docentes y directivos en la implementación de materiales pedagógicos relacionados, acciones que beneficiarán a cerca de 41,000 estudiantes y 3,500 docentes en su retorno a la escuela.

El regreso a las escuelas, con medidas de mitigación de contagio, debe ir acompañado de planes que faciliten la adaptación de la comunidad estudiantil al nuevo contexto y, para guiar este proceso, UNICEF, UNESCO y el Banco Mundial ofrecen el documento Misión: Recuperar la educación en 2021 que señala tres objetivos prioritarios:

  1. Todos los niños, niñas y adolescentes – incluso aquellos que dejaron la escuela durante la pandemia – vuelven a la escuela y reciben los servicios adaptados necesarios para satisfacer sus necesidades en materia de aprendizaje, salud, y bienestar psicológico y social;
  2. todos los niños, niñas y adolescentes reciben apoyo para recuperar el aprendizaje perdido, y
  3. todo el personal docente está preparado – y apoyado – para remediar la pérdida de aprendizaje entre su alumnado e incorporar las tecnologías digitales a su docencia.

“Los 14 meses de cierre han afectado negativamente la educación de 25.4 millones de estudiantes de educación básica y 5.2 millones de educación media superior en México, lo que compromete no sólo su derecho a la educación, como principio, sino su presente y su futuro”, señaló Hollander.

“Muchos niños, niñas y adolescentes, especialmente aquellos en situación de vulnerabilidad, no han podido beneficiarse del importante esfuerzo realizado en cuanto a educación a distancia, por lo que un sólido reinicio de la educación presencial es crucial en estos momentos y, desde UNICEF, seguiremos trabajando para que todo niño, niña y adolescente del país pueda regresar a la escuela lo antes posible, en condiciones que permitan la aplicación de las medidas de prevención necesarias y garanticen una educación de calidad”, concluyó Hollander.

https://www.unicef.org/mexico/comunicados-prensa/unicef-regreso-clases-presenciales-ayudará-mitigar-afectaciones-causadas-por-la

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Ministro de Educación chileno califica de «absurda» la acusación constitucional por impulsar clases presenciales

El ministro de Educación de Chile, Raúl Figueroa, ha calificado este miércoles como «absurda» la acusación constitucional que la oposición planea presentar contra él por impulsar la presencialidad en las aulas en el contexto de la pandemia del coronavirus.

En este contexto, Figueroa ha considerado que es «como el mundo al revés, uno quiere que los niños vuelvan a clases y lo acusan constitucionalmente». «Y los que promueven que no vayan a clases son los que promueven las acusaciones. En nuestro país cualquier cosa puede pasar, pero me parece absurdo», ha asegurado en una entrevista con radio Pauta.

Las declaraciones del ministro se dan después de que el presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Juan Santana, anunciara que las bancadas opositoras están evaluando presentar una acusación constitucional contra Figueroa, ya que consideran «inaceptable que se exponga la salud y la seguridad de nuestras comunidades escolares a través de un chantaje contra los municipios».

El responsable de la cartera ha defendido que el objetivo de su gestión ha sido garantizar una vuelta a las clases presenciales segura, y siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, por lo que «pretender acusar a un ministro de Educación porque lo que ha hecho es promover con todas las medidas de seguridad y entregando todas las condiciones (..) que las actividades presenciales se recuperen, sería una escena de récord mundial».

También, preguntado por la supuesta amenaza de eliminar las subvenciones a los colegios que decidieran no reabrir sus puertas, Figueroa ha negado esta información alegando que su propuesta fue «analizar todas las alternativas a disposición».

«¿Estudiar las alternativas legales que un ministro de Educación tiene para llevar a cabo su trabajo es una amenaza?», ha cuestionado en referencia a este asunto.

El regreso a las clases presenciales ha sido motivo de disputa en el país entre las autoridades locales y las órdenes del Gobierno nacional. De hecho, solo el 34 por ciento de los centros educativos que tienen las condiciones para abrir lo ha hecho, según recoge ‘La Tercera’, mientras que el porcentaje baja hasta el 17 por ciento en el caso de los centros con dependencia municipal.

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-ministro-educacion-chileno-califica-absurda-acusacion-constitucional-impulsar-clases-presenciales-20210602180331.html

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La Estrategia Nacional para el Regreso a Clases Presenciales

Por: Sergio Martínez Dunstan

 

La Secretaría de Educación pública presentó la “Estrategia Nacional para el Regreso Seguro a Clases Presenciales en las Escuelas de Educación Básica durante el Ciclo Escolar 2020-2021”, desde hace algunos días. Ese fue el banderazo de salida. Después, se puso andar todo el aparato del estado para concretarlo: la vacunación del magisterio y de todo el personal educativo; el programa piloto en Coahuila; la reanudación de las actividades escolares en la Ciudad de México anunciada para el 7 de junio y en el Estado de México a mediados del mismo mes. Son tan sólo una muestra de ello. Se percibe pues, la Estrategia Nacional, como la propuesta gubernamental. Se menciona que será un proceso paulatino, gradual, escalonado a desarrollarse en tres etapas.

En la Etapa I, Medidas Previas, se contemplan a su vez, tres fases. En la primera fase, se reabrirán los planteles educativos ubicados en comunidades rurales, con menos de dos mil quinientos pobladores. En la segunda fase, en las localidades semiurbanas. Y en la tercera fase, en aquellos municipios urbanos con mas de quince mil habitantes. En los tres casos, en consonancia con el comportamiento del Semáforo de Riesgo Epidemiológico.

En la Etapa II, Medidas de Organización, se recurre al federalismo educativo. Para ello, se considera integrar un equipo directivo en el ámbito nacional y, otro, en lo local o estatal. Éste deberá contar con un instrumento de apoyo que identifique acciones, propósitos, metas, seguimiento y evaluación de la estrategia. En lo que respecta a la organización de la escuelas, se retomará, a pie juntillas, la “Guía de orientación para la reapertura de las escuelas ante COVID 19”. En ella, se enuncian nueves intervenciones para el regreso seguro a clases en las aulas y se describen determinadas medidas sanitarias: Comités Participativos de Salud Escolar; garantizar acceso a jabón y agua; cuidado de maestras y maestros en grupos de riesgo; cubrebocas o pañuelo obligatorio; sana distancia; maximizar el uso de espacios abiertos; suspensión de cualquier tipo de ceremonias o reuniones; detección temprana; apoyo socioemocional para docentes y estudiantes. De igual manera, se detallan cinco momento claves: Preparativos; días previos al inicio; primer día de clases; primera semana de clases; y el resto del ciclo escolar.

En la Etapa III, “Medidas Académicas”, se conmina a los docentes darle prioridad a los educandos con niveles de comunicación intermitentes y baja participación así como inexistente según lo referido en el Acuerdo Número 26/12/20 por el que se establecen las orientaciones pedagógicas y los criterios para la evaluación del aprendizaje en el periodo de contingencia sanitaria para el ciclo escolar 2020-2021. Por otra parte, se le demanda también a los docentes atender lo señalado en el Acuerdo Número 12/06/20 por el que se establecen diversas disposiciones para evaluar el ciclo escolar 2019-2020. En el numeral décimo segundo se establece que el ciclo escolar 2020-2021 iniciaría con una etapa remedial o de nivelación, un periodo de valoración diagnóstica y de trabajo docente, para resarcir rezagos e insuficiencias en el aprendizaje correspondiente al grado anterior.

Además de las tres etapas, la Estrategia Nacional determina, inicialmente los principios rectores y, al final, un esquema de seguimiento del retorno y desarrollo de las clases presenciales. Vista así, pareciera que ya está todo… ¡nomás hay que hacerlo! Pero no es así de fácil como quieren las autoridades que lo veamos. Percibo una serie de dificultades o retos por sortear que pudieran ponerla en entredicho.

Primero. Porque la pandemia aún se encuentra activa en el mundo. Estamos aprendiendo a lidiar con la enfermedad. Las vacunas fortalecerán nuestra sistema inmunológico, ayudarán a resistir frente la infección. Nos protegerán del virus antes de que ingrese a nuestro organismo. Pero el virus permanecerá en el ambiente. Ahí tenemos el caso de Campeche, en donde recientemente se ordenó otra vez el cierre de las escuelas porque la entidad federativa retrocedió al color amarillo del semáforo epidemiológico.

Segunda. Podríamos dar cuenta de muchos ejemplos de descoordinación entre los tres órdenes de gobierno. Basta traer a colación la conferencia de prensa convocada por el Consejo Nacional de Autoridades Educativas con la finalidad de anunciar la suspensión de clases para determinada fecha, al principio de la pandemia. Al final de cuentas, más de la mitad de las entidades federativas, en voz de sus propios gobernadores, hicieron caso omiso y adelantaron un semana el periodo acordado.

Tercera. Es aceptado por propios y extraños la crisis educativa producto de la pandemia. Los instrumentos de política pública con los que contábamos hace tiempo el actual gobierno se ha encargado de tirarlos por la borda. Hoy en día, se carece de una evaluación del aprendizaje de los alumnos en su paso por el sistema educativo nacional. No hay manera de valorar objetivamente el estado actual, avances y/o retrocesos, que guarda la educación en México. Bajo las circunstancias prevalecientes, hubiera sido de gran utilidad contar con los resultados de la prueba ENLACE en su momento o PLANEA tiempos después. Los profesores estarían en condiciones de comparar el aprovechamiento escolar de sus pupilos con el resto del país de manera confiable.

En pocas palabras, la emergencia sanitaria perdura, el desorden institucional está presente, la incapacidad para llegar acuerdos es evidente, la polarización se ha agudizado, las incongruencias y ocurrencias suceden a cada momento. Más que loable, es una obligación legal del estado mexicano garantizarle a los estudiantes el derecho humano y constitucional a la educación. Ojalá fueran suficientes los recursos económicos y materiales para lograr una hazaña de tal magnitud. Que, para empezar, hasta esos son finitos y escasos en estos pandémicos tiempos. Si pusieran por encima de su conveniencia política el interés superior de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, uno de los principios éticos aludidos en el marco jurídico emanado de la reforma educativa impulsada por el actual gobierno, otro gallo nos cantaría. Incluso retoman documentos auspiciadas por algunas instituciones internacionales, entre ellas el Banco Mundial y la OCDE, a fin de sustentar el plan de acción para el regreso a las clases presenciales. La estrategia nacional está en riesgo de incumplir sus propósitos. Se nutre de organismos neoliberales si no es que la sostienen. Quién lo diría. Fúchila, guácala.

 

Carpe diem quam minimun credula postero

Fuente: https://www.educacionfutura.org/la-estrategia-nacional-para-el-regreso-a-clases-presenciales/

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Educación en pandemia. Claves sobre el regreso a clases presenciales en México

Por: Maestro Arturo Méndez  Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase/izquierda diario 

¿Cómo viene avanzando el regreso a clases? ¿Qué expresan los distintos sectores involucrados? ¿Qué hacer desde el magisterio?

Sin pretender ser exhaustivos, presentamos un panorama sobre la situación del regreso a clases presenciales en México, la actitud de los gobiernos federal y locales, la posición de sectores empresariales, de la derecha y la iglesia, de algunas organizaciones sindicales y una perspectiva independiente para luchar por garantizar un regreso seguro.

1. Con las prisas del gobierno —respondiendo a la presión de los empresarios— para el regreso a clases presenciales, el 22 de mayo concluirá la vacunación del personal escolar, pero para volver a las escuelas no se contempla la vacunación del alumnado ni de las familias de quienes integramos la comunidad escolar.

2. Según la titular de la SEP, Delfina Gómez, las clases presenciales podrán reiniciarse 15 días después de que concluya la vacunación a docentes, personal administrativo y de apoyo. Será de manera voluntaria y gradual, primero en escuelas multigrado, rurales y de baja matrícula, con la condición de que el semáforo epidemiológico de los estados se encuentre en color verde.

3. Desde el 19 de abril, Campeche fue el primer estado en volver a clases presenciales, con un programa piloto implementado en 137 primarias multigrado, en localidades con baja densidad poblacional, sin conectividad o con acceso limitado y mediante un esquema mixto escalonado.

A principios de mayo, sin embargo, el caso de una maestra contagiada de COVID obligó al confinamiento de 54 alumnos y dos docentes durante catorce días, y a retrasar dos semanas la segunda fase del plan, que contemplaba el regreso a secundarias.

4. En Sinaloa, 633 escuelas fueron habilitadas como Centros Comunitarios de Aprendizaje para atender presencialmente, desde el 26 de abril, a alumnas y alumnos en riesgo de abandono escolar. Lo anterior, estando en semáforo amarillo.

5. El 11 de mayo arrancó el plan piloto para el regreso a clases presenciales en Guanajuato, en 118 planteles, desde preescolar hasta el nivel superior. La vacunación al personal escolar en el estado se realizó del 4 al 11 de mayo, lo que significa que no se aguardó el tiempo suficiente para que la vacuna alcanzara un nivel de protección suficiente. Esto, mientras que el semáforo epidemiológico en la entidad se mantiene en amarillo, contradiciendo lo estipulado por la SEP. Sin embargo, para esta semana se espera la integración de un nuevo bloque de escuelas a las clases presenciales.

6. Este lunes 17 de mayo, Coahuila se sumó a los estados del país que han regresado a las escuelas, contemplándose la asistencia de 20 mil alumnos. Según había informado previamente el gobernador del estado, el plan piloto abarca 70 escuelas, de las cuales 62 se encuentran en zonas urbanas. Esto último, en contradicción con lo dicho como regla general por Delfina Gómez en cuanto a que se iniciaría primero en zonas rurales.

7. La semana pasada, la secretaria de Educación anunció el regreso a las aulas para el 24 de mayo en otros cuatros estados: Chiapas, Veracruz, Nayarit y Tamaulipas, en los que se preparan planes pilotos.

8. En el resto de las entidades todavía no hay fecha precisa para el regreso a clases presenciales, pero algunos gobiernos estatales, como los de Michoacán y Chihuahua, ya han expresado su disposición a hacerlo en las –insuficientes- condiciones planteadas por el gobierno federal.

9. Para la Ciudad de México, según lo dicho por Delfina Gómez, se prevé la vuelta a las escuelas hasta el próximo ciclo escolar. Sin embargo la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció que la capital del país está a pocos puntos de pasar a semáforo verde, mientras ya se están realizando obras de mantenimiento en las escuelas y se están promoviendo “tequios” para la participación de madres, padres, tutores e incluso el alumnado en la limpieza de planteles, contemplándose también a maestras y maestros luego de que se nos aplique la vacuna. De esta manera, aprovechándose de la buena voluntad de la gente, se deja en manos de la comunidad escolar algo que debería ser garantizado por el Estado. La incertidumbre sobre la fecha de regreso, mientras tanto, persiste.

10. Por otra parte, continúa la presión por parte de sectores empresariales y de derecha para acelerar el regreso a clases presenciales.

En Nuevo León, el movimiento “Abre mi escuela”, surgido en San Luis Potosí, exige el regreso para finales de mayo.

En Durango, las universidades privadas agrupadas en la Federación de Instituciones de Educación Superior, presionan para la reapertura 15 días después de que se aplique la vacuna al personal.

En Sonora, desde finales de abril se echó a andar el programa Anticipa Educando Sonora con el que, para principios de mayo, seis escuelas privadas reanudaron clases presenciales. En respuesta, la Asociación Estatal de Padres de Familia ha pedido a la Secretaría de Salud estatal que detenga el regreso a clases presenciales en las escuelas particulares.

Por su parte, organismos empresariales como la Canaco-Servytur de Querétaro y la Canacintra del Estado de México, han expresado su apoyo a la política de volver apresuradamente a las escuelas, dejando ver sus intereses al plantear abiertamente que el regreso a clases presenciales contribuiría a la reactivación económica.
Incluso desde la iglesia surgen voces en el mismo sentido, como en el caso del obispo de Veracruz, quien respaldó públicamente el regreso a clases en el estado para 24 de mayo.

11. En la UNAM, las autoridades establecieron el 24 de mayo como fecha para el regreso a labores presenciales de más de 30 mil trabajadores administrativos, lo que anticipa el regreso a clases presenciales, todo ante el silencio cómplice de la dirección del STUNAM.

Por otro lado, el Sindicato Independiente de Trabajadores de la UAM ha puesto el ejemplo al plantear la vacunación de toda la comunidad de la Autónoma Metropolitana como condición para reanudar las clases presenciales.

12. En educación básica, los dirigentes charros del SNTE no sólo actúan como cómplices de la política del gobierno, sino que la promueven mediante su formulación de las “3 V”: semáforo en verde, regreso voluntario, personal vacunado; atreviéndose a decir que estas condiciones son suficientes para un regreso seguro.

13. Del 12 al 18 de abril la CNTE realizó una encuesta, dirigida al magisterio, sobre las condiciones para el regreso a clases presenciales.

Como resultado, la encuesta arrojó que en el país no existen las condiciones de infraestructura en las escuelas para regresar en este ciclo escolar, junto al hecho de que 7 de cada 10 trabajadores de la educación se encuentran entre la población de riesgo, ya que son vulnerables por enfermedades previas o comorbilidades, y que esa misma cantidad percibe un alto riesgo de contagio en el traslado de su casa a su centro de trabajo.

Frente a ello, la CNTE estableció 13 condiciones para el regreso a clases presenciales. Sin embargo, los dirigentes de la Coordinadora aclararon que la encuesta “no tiene como objetivo decir un sí o no tajante al regreso a clases presenciales”, sino que el objetivo es “mostrar una serie de carencias que se tienen que resolver antes de que se tomen decisiones precipitadas”.

Ahora, como parte de la declaración política de su XIV Congreso Nacional, la CNTE sostiene que “se debe cumplir con las garantías necesarias ponderando el derecho a la vida de los estudiantes, trabajadores de la educación, tutores, madres y padres de familia”, planteando exigencias como material de sanidad, personal médico, servicios básicos, vacunación de toda la población y cantidad de estudiantes acorde a las dimensiones del aula.

Lo anterior, sin embargo, no viene acompañado de una política de organización escuela por escuela, impulsando la unidad entre trabajadoras y trabajadores de la educación, madres y padres de familia, para impedir mediante la movilización un regreso en condiciones de riesgo. Esto, como expresión de la tregua que sostiene la dirigencia de la CNTE con el gobierno de la 4T (de la cuarta transformación de López Obrador), confiando en que las demandas del magisterio se resolverán mediante mesas de negociación y no mediante la fuerza de la movilización independiente, unitaria y combativa, a pesar de que han tenido 18 mesas con AMLO con resultados casi nulos.

14. La vuelta a clases presenciales implica, a nivel nacional, la movilidad y la concentración en centros de estudio de alrededor de 40 millones de personas, más todo lo que se reactivaría alrededor. Las experiencias en países como Brasil, Argentina y Chile muestran las consecuencias fatales de un regreso prematuro a las escuelas.

15. Para finales de abril, según cifras oficiales, en México se habían registrado más de 600 muertes infantiles por COVID-19, así como 57 mil 546 contagios en menores de 0 a 15 años, de los cuales 3 mil 652 tuvieron que ser hospitalizados. En adolescentes de entre 15 y 19 años, se reportaban 67 mil 093 casos.

Estas cifras terribles dejan claro que niñas, niños y adolescentes no son inmunes a la enfermedad, lo que muestra la irresponsabilidad del gobierno al acelerar el regreso a clases presenciales sólo con la vacunación del personal escolar. Además, no debemos olvidar que alumnas y alumnos pueden contagiar a sus familias.

16. La pretendida preocupación de Delfina Gómez por la salud mental y el aprendizaje de alumnas y alumnos, no sólo se desmiente ante el riesgo sanitario que implica una vuelta prematura a las escuelas, sino ante el hecho de que, durante toda la pandemia, el gobierno no se ha preocupado por garantizar los medios necesarios para que todas y todos puedan acceder a la educación a distancia, lo que ha llevado al rezago, la exclusión y la deserción de millones de estudiantes, preocupación que sigue ausente para la educación híbrida que quieren imponer.

Detrás del apuro del gobierno por volver a clases presenciales no hay una preocupación por la salud ni por la educación de niñas, niños y adolescentes, sino un criterio económico en beneficio de los empresarios. Esta política es parte del impulso de la “nueva normalidad” que ha obligado a millones de trabajadoras y trabajadores no esenciales a volver al trabajo en plena pandemia, arriesgando su salud, sus vidas y las de sus familias, dando como resultado llegar a más de dos millones de contagios y más de doscientas mil muertes.

17. Frente a la negligencia del gobierno, luchemos por un regreso seguro a clases presenciales, con toda la población vacunada y con condiciones óptimas en las escuelas garantizadas por el Estado, como servicios de agua, drenaje y luz, insumos sanitarios y de limpieza, personal médico, de trabajo social y de atención psicológica, así como por la construcción de escuelas para acabar con el hacinamiento y las carencias de infraestructura, todo lo cual implica exigir mayor presupuesto para educación y salud, el cual podría provenir, por ejemplo, de impuestos progresivos a las grandes fortunas y del no pago de la deuda externa y del Fobaproa.

18. Para hacer cumplir nuestras demandas, transformemos el desacuerdo, el enojo y las preocupaciones que se expresan en redes sociales en organización desde las escuelas, entre docentes y personal de apoyo, madres, padres de familia y tutores, para impulsar una gran campaña o movimiento nacional por un regreso seguro a clases presenciales, que incluya: la movilización unitaria en las calles (con todas las precauciones necesarias), buscando la unidad con el movimiento estudiantil y con otros sectores de trabajadores y populares; manifestarnos por todas las vías posibles; exigir a los delegados sindicales convocar a asambleas virtuales para poder discutir democráticamente en cada escuela qué hacer; conformar comités de seguridad e higiene en cada escuela, integrados por docentes, personal de apoyo, madres, padres y tutores, independientes de las autoridades y con capacidad resolutiva.

El regreso seguro a clases presenciales no vendrá de la mano del gobierno. Somos las comunidades educativas quienes debemos definir democráticamente, con ayuda de especialistas independientes, en qué condiciones y cuándo es seguro volver.

Claves-sobre-el-regreso-a-clases-presenciales-en-Mexico

 

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Bolivia: prevé que con la vacunación a maestros se ingrese a clases presenciales en el tercer trimestre

Por: lapalabradelbeni.com.bo

El Ministerio de Educación proyecta que, con la vacunación contra el coronavirus (Covid-19) de las maestras y maestros mayores a 40 y 50 años de edad, se ingrese a clases semipresenciales el segundo trimestre y presenciales en el tercer trimestre de la curricula escolar, informó el viceministro de Educación Regular, Bartolomé Puma.

“Como Ministerio pensamos que aproximadamente finalizando el segundo trimestre estaríamos con clases semipresenciales y el último trimestre, con clases presenciales”, informó.

Puma señaló que actualmente un 95% de los estudiantes pasan clases bajo alguna de las tres modalidades: a distancia, semipresencial y presencial, debido a la pandemia  que afecta a todo el mundo.

La autoridad en entrevista con Radio – La Razón, dijo que también se prevé que para ese tiempo los municipios puedan implementar y equipar con protocolos y equipamiento de bioseguridad a las unidades educativas bajo su tuición, en el marco de sus atribuciones.

El Viceministro consideró que el hecho de que los establecimientos cuenten con dotaciones de alcohol en gel, cámaras desinfectantes, lavamanos y otros recursos, permitirá evitar que se produzcan contagios de Covid-19  y en caso de que estos se presenten, cortar la cadena de contagios.

Recordó que seis regiones del país ingresaron en horario de invierno y se prevé que las vacaciones escolares comiencen el 5 de julio próximo y concluyan el 16 del mismo mes.

https://lapalabradelbeni.com.bo/nacional/educacion-preve-que-con-la-vacunacion-a-maestros-se-ingrese-a-clases-presenciales-en-el-tercer-trimestre/

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