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El virus que cambió el mundo hace 500 años

Por: Atawallpa Oviedo Freire

Hace 500 años, junto con los conquistadores europeos, llegaron a Abya Yala (Amerindia) varios virus, como la viruela y el sarampión, que de acuerdo a la mayoría de estudiosos mataron alrededor de 55 millones de personas en todo el continente [1]. Ahora, con el coronavirus podemos imaginar la magnitud de tal etnocidio. Solo sobrevivieron los pocos que se inmunizaron -tal como pasó en Eurasia con estos mismos virus y con otros tantos más-.

Un grupo de científicos del University College de Londres (Reino Unido) encabezados por Alexander Koch, en su artículo publicado en Quaternary Science Reviews, señalan que la población existente en América antes del primer contacto con los europeos en 1492 era de alrededor de 60 millones de personas (aproximadamente el 10% de la población mundial).  Luego analizaron cómo cambiaron esos números en las siguientes décadas por la devastación por enfermedades introducidas (viruela, sarampión, etc.), las guerras, la esclavitud y el colapso social, llegando a la conclusión de que la población se redujo a solo 5 o 6 millones en un período de cien años.[2]

En su Historia General de las Cosas de la Nueva España, fray Bernardino de Sahagún escribía sobre los indígenas: «Las gentes se van acabando con gran prisa, no tanto por los malos tratamientos que se les hacen, como por las pestilencias que Dios les envía. En 1520, cuando echaron de México por guerra a los españoles, hubo una pestilencia de viruelas donde murió casi infinita gente. Después de haber ganado los españoles esta Nueva España, en 1545 hubo una pestilencia grandísima y universal, donde murió la mayor parte de la gente que en ella había. Ahora, en agosto de 1576, comenzó una pestilencia universal y grande, la cual ha ya tres meses que corre, y ha muerto mucha gente, y muere y va muriendo cada día más».

Fueron estos virus los que diezmaron y derrotaron a los pueblos indígenas, de lo cual se aprovecharon los conquistadores europeos para “hacerse” de América. Este “hacerse”, significó posesionarse de toda su riqueza y llevársela a Europa, lo que les permitió construir la modernidad y el capitalismo. Si no hubiera sucedido esto con el virus, que eliminó a casi la totalidad de nativos americanos, jamás hubiese surgido el capitalismo en Europa y quizás en ninguna otra parte del mundo. O, si a pesar del virus, Amerindia no hubiera contado con inmensas riquezas, tampoco hubiera sido posible el renacimiento de Europa, la que era muy pobre luego de los 1.000 años de penumbras que abarcaron toda la Edad Media, y si no se habrían encontrado con las riquezas de Amerindia se habría seguramente extendido hasta la actualidad. Pues… ¿con qué recursos hubieran podido levantarse? No cabe duda que fue gracias a las riquezas de los pueblos amerindios que pudieron alcanzar su esplendor para luego gobernar el mundo, a partir de esa situación viral.

El mundo cambió con la invasión a América y como consecuencia del virus de la viruela. Fue este virus el que venció al comunitarismo de Amerindia, produciéndose una “revolución viral” de la cual sacaron provecho las monarquías europeas para dar un vuelco de 180 grados y hacer emerger la modernidad que diera origen al capitalismo. El cual, a lo largo de estos 500 años ha destruido casi completamente a las culturas indígenas y a su sistema milenario de tipo comunal, que creó tanta riqueza. Como sabemos, mientras en Europa arrasaba la hambruna, las enfermedades y la delincuencia; Amerindia era muy rica, casi sin enfermedades y sin delitos.

Si este virus no hubiera podido conquistar Amerindia que, en un período de 100 años -desde 1492 hasta 1593 en que terminó la conquista completa de lo que hoy es Argentina- perdió entre el 80 o 90% de su población, cómo hubieran podido lograrlo con 60 millones de amerindios, pero, sí fue posible con los apenas 6 millones que sobrevivieron esparcidos en un inmenso continente, a pesar del poco número que eran los europeos. Vale acotar que al virus se suma la brutalidad del conquistador, pero por más crueles o “rambos” que hayan sido sin el virus que exterminó fácilmente a millones, sin necesidad de utilizar ninguna arma bélica y sin contar con ningún recurso económico que dispensar, hubiera sido imposible.

Los que hablan de la “leyenda negra” suelen solamente hacer foco en la nociva acción de cada uno de los conquistadores y los defensores de la “leyenda rosa” ponen el acento en lo aguerridos e inteligentes que fueron los “civilizadores”; cuando el asunto definitorio fue el virus: la principal arma mortal de los europeos. Fue el virus el que conquistó Amerindia y la destruyó, para sobre sus cenizas montarse las monarquías europeas, sacando ventaja de ello y dar un giro al mundo con la creación del oscuro capitalismo.

Si hoy todos están asustados y paralizados ante el coronavirus, cómo habrán estado los pueblos amerindios ante un extraño extranjero que portaba algo inidentificable que los mataba con su sola presencia o, en la mayoría de los casos, sin siquiera conocer personalmente a los conquistadores, pues los virus se propagaban más rápidamente que sus difusores. Se habrán preguntado a sí mismos, qué poderes tienen estos hombres para matarnos tan fácilmente. Todo lo cual les hizo rendirse ante tan potente enemigo, pues, lo más peligroso no era ni la inteligencia ni la soberbia del conquistador sino la muerte que venía con él, y que luego, cuando se las identificó fueron llamadas las “enfermedades blancas”. Las armas sofisticadas, los caballos, las armaduras y todo lo demás que trajeron solo fueron un complemento para lograr el sometimiento de los pocos amerindios sobrevivientes.

El virus de la viruela en Amerindia no necesitó aislar e individualizar a la población, sino que se abrió fácilmente y acabó con muchas comunidades de un solo golpe. En el capitalismo, el virus actúa de una manera y en las sociedades comunitarias -que están desprotegidas de estos males- se vuelve un asesinato en masa, algo que los europeos lo sabían pues vivieron aquello y sabían lo que les estaba pasando a los amerindios. Incluso lo hicieron de forma intencionada, “Uno de los episodios más trágicos, considerado precursor de la guerra biológica, tuvo lugar en el fuerte Pitt (actual Pittsburgh, en Pensilvania) en 1763, cuando las tropas británicas, dirigidas por el mariscal Jeffrey Amherst, distribuyeron a los indios mantas impregnadas con el virus”. [3]

Entonces, Byung Chul Han se equivoca cuando dice [4] que “El virus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución. El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte. De algún modo, cada uno se preocupa solo de su propia supervivencia. La solidaridad consistente en guardar distancias mutuas no es una solidaridad que permita soñar con una sociedad distinta, más pacífica, más justa. No podemos dejar la revolución en manos del virus. Confiemos en que tras el virus venga una revolución humana. Somos NOSOTROS, PERSONAS dotadas de RAZÓN, quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta”.

Por otro lado, fue la RAZÓN la que construyó el “capitalismo destructivo” a través de la anulación de lo sensible, del emocionar, de los afectos, de lo femenino, por parte de una “Razón Oscura” que tiene en su esencia una ilimitada y destructiva movilidad. Estamos de acuerdo con Alain Touraine [5], cuando dice que ahora es fundamental “el derrumbamiento de la razón en el centro de la personalidad y la recomposición de los afectos en torno a la razón y la comunicación, una sociedad del care [en inglés, cuidados].”

Por cierto, no es el ser humano como tal el destructor sino los hombres del capitalismo. Muchos pretenden culpar de la crisis climática y del coronavirus al ser humano en particular, con ello dejando al sistema libre de responsabilidad. Se escucha en muchos, que el ser humano es depredador por naturaleza y que está bien que el coronavirus nos mate porque somos asesinos en potencia. Se ha acentuado el discurso neoliberal, que pasa el problema o el triunfo al individuo como tal, para que la mayoría de la población mundial agache la cabeza y unos cuantos individuos se hagan del poder y del “gobierno mundial”, bajo el argumento de que el ser humano en sí mismo es peligroso y necesita o tiene que ser vigilado y controlado. Con ello, la instauración plena de la sociedad de claustro, de la que hemos explicado en nuestro último libro titulado con el mismo nombre.

Seguramente, a este momento de la lectura, nuestros contradictores estarán queriendo desmoronar nuestra teoría y estarán diciendo que la viruela no mató a tantos o que ese virus no fue el que permitió el triunfo de los conquistadores sobre las poblaciones nativas. Sin embargo, lo que no pueden negar es que la modernidad surgió luego de la invasión de Amerindia y a partir de sus riquezas, sin lo cual nada hubiera cambiado de los 1.000 años en que ya vivía Europa en la miseria.

Si dudan de que el virus mató a tantas personas en Amerindia, entonces, recordemos lo que hizo en Eurasia, en donde estos virus produjeron similares situaciones de muerte, sufrimiento y quiebra económica. Desde que aparecieron los primeros brotes en las cuencas del Tigris y el Éufrates, en Mesopotamia en el siglo V a. C. en las primeras ciudades que surgieron en el mundo y que concentraban mucha población; pasando por el imperio romano que entre el año 165-180 mató a 5 millones de personas; hasta el siglo XIX en que en Europa mató a 400.000 personas; se calcula que en todo este periodo de 2.500 años fueron muertas por la viruela 300 millones de personas. De hecho, recién fue erradicada en el año 1980 [6].

Según los científicos Màrius Belles, físico y profesor de Secundaria y Bachillerato, y Daniel Arbós, biólogo y periodista científico, en su publicación “14 maneras de destruir a la humanidad” (Next Door Publishers), hasta la fecha, el más letal de los virus  ha sido el ‘Variola virus’ causante de la viruela, que no ha provocado brotes tan concentrados en el tiempo “pero su supervivencia a lo largo de los siglos lo ha catapultado a ser el homicida número uno, calculándose que ha matado 300 millones de humanos, aparte de dejar numerosas personas con la piel marcada.[7]

Por otro lado, los estudiosos de Amerindia solo se han referido a la viruela y al sarampión, pero la peste negra también afectó a los indígenas, pues algunos europeos la portaban, ya que en el siglo XIV, es decir, 100 años antes de que llegaran a América, les afectó y fallecieron entre 75 y 200 millones de personas, lo que representaba el 30 y 50% de la población de Europa. Entonces, no es descabellado pensar que hayan muerto 55 millones de amerindios hace 500 años, que eran susceptibles e indefensos a los virus, y no solo al de la viruela y al del sarampión, sino a otros virus. Se conoce que la epidemia de viruela en América fue seguida por la de sarampión entre 1530-31, el tifus en 1546 y la gripe en 1558. La difteria, las paperas, la sífilis y la peste neumónica también golpearon fuerte en la población. Incluso la malaria y la fiebre amarilla, que se suponen de forma errónea naturales de América, pero están causadas por microbios originarios de los trópicos del Viejo Mundo, fueron introducidos en América por los europeos y los esclavos africanos [8].

Es más, la tercera ola de la peste negra duró más de un siglo (1855-1959) y se extendió a los cinco continentes, matando a más indígenas y a otros pobladores. La pandemia dejó unos 12 millones de muertos en toda Eurasia, principalmente en la India [9]. Por tanto, si la tercera peste se expandió por todo el mundo y duró 100 años, es obvio que llegó también hace 500 años a Amerindia con los conquistadores causando también grandes estragos en las poblaciones originarias.

Entonces, si hubo un 90 % de fallecidos en Amerindia, esto también diezmó psicológicamente a los que sobrevivieron por tantos y diferentes virus que les fueron eliminando, además del virus de la codicia con el que llegaron los conquistadores. Todo lo cual facilitó para que se fueran llevando la inmensa riqueza que poseía Amerindia y que luego de 200 años de afectación de la peste negra pudieran sobreponerse, dejando paralelamente en la miseria a Amerindia hasta el día de hoy.

Virus que siguen actuando y eliminando a las poblaciones actuales. Los pueblos de la Amazonia, que fueron colonizados hace un poco más de 100 años también han sido afectados por diferentes virus. Todos ellos traídos por la civilización y que les afectó enormemente. Si esto pasa actualmente, cómo sería hace 500 años. Las amerindias son poblaciones muy sanas, que no portan virus peligrosos y cuyo contacto no presenta riesgo alguno para cualquier persona que los contacte. Si a los actuales “pueblos en aislamiento voluntario” que viven totalmente alejados de la civilización, les llegara la viruela o el coronavirus serían fácilmente aniquilados. Todo lo contrario con aquellos pueblos que ya han vivido otras epidemias y que están más inmunes, como se está viendo con los asintomáticos con el coronavirus.

En enero del 2018 el medio británico The Guardian [10] filtró una información del Ministerio de Salud de Perú de que tenía evidencias de que el pueblo Nahua -uno de los pueblos en aislamiento voluntario de ese país-, estaba seriamente intoxicado con mercurio que utilizan las petroleras y las mineras que operan en su territorio. Los Nahua no pudieron contrarrestar las infecciones respiratorias y murió la mitad de su población. Estas comunidades se internaron en las selvas hace muchos años escapando de los misioneros, de las caucherías o de las guerras intertribales. Los Nahua tuvieron su primer contacto con el mundo de los “blancos” en los años 80, lo que resultó en la muerte del 50% de su población por las enfermedades respiratorias e infecciones que sus sistemas inmunológicos no pudieron resistir. Si no fuera por The Guardian, esta realidad no se conocería hasta ahora pues no interesa ni al gobierno ni a los poderosos de Perú que se conozca. “Solo son indios”, desde hace 500 años la historia es la misma.

Antes y ahora las poblaciones indígenas son las más vulnerables pues Amerindia no reporta plagas. Algunos han pretendido decir que la sífilis proviene de Amerindia, cuando fue introducida en Europa en el siglo XV por las tropas francesas de Carlos VI luego de su regreso de sus enfrentamientos en Italia. Por ende, los amerindios no han desarrollado anticuerpos para volverse inmunes, como sí ocurrió entre los europeos y los asiáticos. Hasta en esto los indígenas americanos y los africanos se encuentran en condiciones desfavorables de protección frente a las armas biológicas y tecnológicas de Eurasia, los que las construyeron en los últimos 3.000 años a costa de mucho sacrificio de sus pueblos.

¿Por qué en Amerindia no se han desarrollado esos virus mortales? Simple: por su estilo de vida comunitario, sostenible, sensible, respetuoso con los demás seres de la vida. Tal como lo eran todos los pueblos del mundo hasta antes del surgimiento del patriarcado en Mesopotamia, que creó el sistema de ciudades y el hacinamiento de la población, haciendo surgir el primer virus y el más mortal de todos: la viruela.

Lo que nos enseña el coronavirus es que debemos regresar al campo, a una vida complementaria con la naturaleza, a una vida comunitaria entre todos los humanos y no humanos. Tenemos que abandonar las ciudades, especialmente las metrópolis, que son las germinadoras de muchos males y en donde está el centro de la vida consumista, depredadora, estresante, claustral. Para de esta manera, reencontrarnos nuevamente y en otras condiciones con la Madre Tierra, la que ahora gracias al confinamiento está reverdeciendo y está reencontrado su propia armonía.


[1] https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/18/de-la-peste-negra-al-coronavirus-cuales-fueron-las-pandemias-mas-letales-de-la-historia/

[2] https://www.bbc.com/mundo/noticias-47074813

[3] https://www.lavanguardia.com/historiayvida/mas-historias/20190618/47310597890/viruela-el-angel-de-la-muerte.html

[4] https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia-viral-y-el-mundo-de-manana-byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html

[5] https://elpais.com/ideas/2020-03-28/alain-touraine-esta-crisis-va-a-empujar-hacia-arriba-a-los-cuidadores.html

[6] https://www.lavanguardia.com/historiayvida/mas-historias/20190618/47310597890/viruela-el-angel-de-la-muerte.html

[7] https://clustersalud.americaeconomia.com/sector-publico/pandemias-asi-hemos-enfrentado-los-mayores-asesinos-de-la-historia

[8] https://www.abc.es/historia/abci-verdad-sobre-genocidio-espanol-cuando-virus-mataron-95-por-ciento-poblacion-america-202003182340_noticia.html

[9] https://www.bbc.com/mundo/noticias-51872175

[10] https://www.theguardian.com/environment/andes-to-the-amazon/2018/jan/24/amazon-tribe-mercury-crisis-leaked-report

 

Fuente: https://rebelion.org/el-virus-que-cambio-el-mundo-hace-500-anos/

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Luz Arcas: «El neoliberalismo es una nueva forma de colonización»

Por: Pablo Bujalance

Reconocida con premios como El Ojo Crítico y el Lorca, finalista de los Max y aclamada como una de las figuras de la danza española más importantes de su generación, Luz Arcas (Málaga, 1983) dirige desde 2009 la compañía La Phármaco, con la que ha facturado espectáculos como La voz de nunca (2014), Kaspar Hauser. El huérfano de Europa (2016) y Miserere. Cuando llegue la noche se cubrirán con ella (2017), representados en los cinco continentes. En noviembre estrena en los Teatros del Canal de Madrid La domesticación, primera parte de la trilogía Bekristen.

-Su nuevo proyecto nace de, digámoslo así, una crisis creativa. ¿Cuándo vio la luz al final del túnel?

-Después de Una gran emoción política, el montaje que hicimos sobre María Teresa León para el Centro Dramático Nacional, sentía que se cerraba una etapa, una visión del cuerpo y también de la escena, que tal vez se había hecho de carne por fin, real, y que había que empezar a quebrar. En realidad empecé a intuirlo en nuestro anterior trabajo, Miserere; ya entonces nos preparábamos para abordar algo distinto, pero llegó el encargo del CDN y lo recibimos como la oportunidad para sintetizarlo todo y cerrar la etapa de la mejor manera: haciendo un llamamiento a un cuerpo lleno de sentido, reacio a las abstracciones y dispuesto a hacerse cargo de su propia historia, de su contenido político. Ahora necesito abordar el cuerpo y la gestualidad actual, del presente, y necesito hacerlo directamente.

Bekristen aborda el neoliberalismo, pero ¿qué pretende aportar al debate?

-El neoliberalismo no deja de ser una nueva forma de colonización, desterritorializada, en la que la cultura global se impone con una violencia perversa, disfrazada de libertad. Los cuerpos están condenados a una carrera para la adopción de modelos relativos al éxito, la belleza, la felicidad, la eterna juventud y otras cuestiones que pasan a ser deseadas en cualquier parte. Estos procesos son más sutiles que en la antigua colonización, pero someten igualmente. Como sucedía entonces, es necesario que alguien pierda siempre. Los modelos están lejos de todos los que no pertenecen a las élites.

-Pero estos modelos, tal vez al contrario que en otras formas de colonización, son sólo un mito.

-Claro. Es que, de hecho, el neoliberalismo es una ficción perfecta, una aplicación impecable de la verosimilitud aristotélica.

-¿Y cómo se le hace frente desde la escena, donde la verosimilitud manda?

-Lo que me pregunté al idear Bekristen es cómo influye todo esto en el cuerpo como realidad colonial, como instrumento obligado a la conquista de modelos imposibles de lograr, pero que a la vez se convierten en la razón misma de la existencia. En el primer capítulo de la trilogía, La domesticación, unos cuerpos compiten por alcanzar el modelo que les salve de su propio cuerpo: del hambre, la muerte, el miedo, la memoria o la enfermedad. Estos cuerpos están convencidos de que deben ser verosímiles, de que es necesario diluirse en el estilo internacional. Pero la lógica neoliberal se construye gracias a la masificación de consumidores-perdedores, protagonistas de la tragedia contemporánea.

-¿Esa denuncia del estilo internacional tiene que ver también con la danza como realidad colonizada?

-Sí. Queremos bailar un acto de resistencia contra el estilo internacional de la danza contemporánea, marcado por la asepsia, la intelectualización del movimiento, problemáticas que afectan a sectores culturales muy determinados y reducidos, el sentimentalismo, el desarraigo, la asunción de técnicas publicitarias, del diseño.

-¿Y cómo responde La Phármaco a esa hegemonía de criterios estéticos?

-Nuestras fuentes de inspiración gestual vienen ante todo de la observación del cuerpo actual en su carrera para alcanzar esos modelos. Los cuerpos que protagonizan la obra sufren en sus vidas esa imposición, a veces resisten y se enfrentan, pero otras se dejan llevar, porque en esta vida es imposible hacer nada sin pasar por esa domesticación. Recurrimos, como otras veces, al folclore, pero esta vez nos fijamos en el folclore más actual, marcado por la globalización y la realidad poscolonial (o nuevo colonialismo desterritorializado). Estamos indagando en las manifestaciones más vulgares del movimiento. La danza de cualquiera, la de hoy.

-¿La alternativa es entonces una danza popular?

-Bueno, queremos invitar a la reflexión sobre un estilo que se apodera de todo, que lo iguala todo, cuerpos, objetos. Una homogeneización cultural no sólo estética, que tiene intenciones políticas y económicas. En la conciencia de la desigualdad surge la necesidad de resistencia. En nuestro sistema parece que cualquiera puede llegar adonde se proponga, pero eso no es cierto, es un espejismo que empuja a la ambición desmedida. En La domesticación se celebra la danza que impregna nuestros cuerpos y que revela mucho de lo que somos hoy.

La domesticación nace de su experiencia artística en Guinea Ecuatorial y reúne en su elenco a intérpretes de este país, además de otros latinoamericanos y españoles. ¿Qué objetivo persigue con esta diversidad puesta en escena?

–En 2016 ya estrenamos en Madrid Abok, un espectáculo en el que participaban bailarines ecuatoguineanos. Con esto espero descentralizar los criterios en torno a la danza y dialogar con otras visiones del cuerpo y de la escena.

Fuente e imagen: https://www.diariodealmeria.es/entrevistas/neoliberalismo-nueva-forma-colonizacion_0_1386461784.html

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Sacrosanto imperio, te entrego mi espíritu

Por: Alfonso Dávila

“Vinieron.

Ellos tenían la Biblia

Y nosotros teníamos la tierra.

Y nos dijeron:

“Cierren los ojos y recen”.

Y cuando abrimos los ojos,

ellos tenían la tierra y nosotros

teníamos la Biblia”

Eduardo Galeano (1940-2015)

Llegaron en naves impresionantes,

Resistían la furia del mar-océano,

entre jolgorios exclamó Colón

¡estamos en el paraíso, SEÑOR!

Como representante del Rey y del Poder de Dios,

clavó su espada en la blanda arena de la playa

Como felonía al suelo virgen,

Desconocido aún,

pero dispuesto a reclamar para su señor lo que no les pertenecía.

Almas, vidas, pensamientos y riquezas

Atrás vendría la jauría:

Cortés, Lozada, Pizarro y otros más

El clero para humanizar la bestia,

no podía faltar,

hay muchos salvajes para “salvar”

dicen que eran tantos,

se contaron por millones, unos 80 en total.

Se cometió un pecado,

Digno de castigo por la inquisición

Pues tan solo unos 70 millones pudieron asesinar.

A muchos su alma se pudo salvar,

Antes de ser devorada sus carnes por los canes;

Atravesados sus cuerpos por la albarda, lanza o espada.

También se privilegió algunos con el fuego purificador,

Bautizados por el santo misionero,

Dador del salvoconducto para el mismísimo Dios.

El conquistador no acumula cuerpos,

Acumula territorios y tesoros,

Por los siglos de los siglos.

El colonizador apura la perpetuidad del tiempo.

Los espíritus son livianos,

la carne sirve en el festín;

la danza de la muerte calma el alma sedienta

el cuerpo ardiente del colonizador.

El crucifijo asumió el poder Quetzalcóatl,

El ardiente Zue y la pálida Chía se lanzaron al abismo.

Los santos tomaron los aposentos de los espíritus,

sacrílegos y bestias salvajes quien no los venere;

poder religioso para dominar y civilizar.

Suman más de 500 años resistiendo,

-Pensamiento religioso transgénico-

Desde las alturas andinas y selva amazónica

Viajan los espíritus indígenas junto al otro dios,

El otro que, sirve al “modernismo y la liberación”

Natural el Dominio, Natural la Explotación.

Natural el Racismo, la Etnofobia, Misoginia,

Natural la Esclavitud.

La razón todo lo justifica,

instrumentalizar, panacea de hoy.

“la naturaleza no es para adorarla”

La simbiosis homonature es contra la moral,

Contra la axiología de la civilización.

La vida es mercancía, el pan un producto

La acumulación del capital “ídolo mayor”.

La modernidad materializó las ideas.

En 1884 Nipkow, presentó la televisión,

Para la segunda guerra teníamos el cine,

Al funcionamiento social lo dirige la voluntad,

La violencia coactiva, tabú; control mental justificado.

Escuelas para homogeneizar, transmisión de contenidos;

Necesario preparar los “buenos” ciudadanos.

Tenemos Wurdt, Pablov, Skinner, Watson y demás,

Podemos controlar comportamiento.

Llegó el siglo XXI, “Gracias a Dios

No se sufre por torturas,

No se desmembran los cuerpos,

El rebaño se eliminó,

El trabajo psicológico tiene su superación:

Los Humanos, se tratan de manera individual.

Van directo al pensamiento, cada neurona cuenta,

Aunque se niegue la idea, el positivismo dirige el mundo,

así lo hacen ver, mientras buscan en las entrañas

y espíritus humanos para instalar un sujeto universal.

 

 

 

 

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Entrevista a Guadalupe Nettel: “La colonización no dejó de ocurrir después de la independencia”

Entrevista/30 Mayo 2019/Autora: Elvira Palomo/Fuente: El país

La autora mexicana Guadalupe Nettel denuncia que 500 años después los indígenas siguen siendo marginados y sigue habiendo invisibilización de estos pueblos

La revista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)desembarca en España con Ritmo, el número 848 de su nueva época. La publicación de referencia iberoamericana es un punto de encuentro del debate cultural multidisciplinar en el que caben todas las voces —a favor y en contra— y de todas las generaciones, explica en una entrevista con EL PAÍS su directora, Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973). La escritora mexicana asumió en marzo de 2017 el reto de dirigir y renovar la publicación cultural más antigua de América Latina. Un desafío que asumió con responsabilidad e ilusión para que la revista entrara de lleno en el siglo XXI, no sólo con un nuevo diseño, también con temáticas actuales, voces diversas y una extensión a formatos como el podcast, un programa de radio y de televisión.

El archivo digital gratuito revela que por su sus páginas han pasado autores como Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Octavio Paz, Fernando Pessoa, Elena Poniatowska y Juan Rulfo, entre muchos otros. Nettel, autora de novelas como El huésped, finalista del Premio Herralde en 2005, quiere que el diálogo continúe a ambos lados del océano y desde todas las disciplinas: arte, ciencias y humanidades. Paul B. Preciado, Mariana Enríquez, Emiliano Monge o Enrique Vila-Matas toman el testigo con sus textos en esta edición con la que llegan a las librerías de Madrid y Barcelona.

Pregunta. La revista nace en 1930, como un boletín, a partir de 1946 se convierte en la Revista de la Universidad y ha tenido directores como Luis Villoro ¿Qué preocupaciones tuvo al asumir esta nueva etapa?

Respuesta. Era complicado porque la revista tiene una tradición muy grande y era un poco intimidante, pero por otro lado era un reto muy lindo. A mí siempre me gustó hacer revistas y tengo todo el apoyo de la universidad, que me dijo «toma el proyecto en tus manos, renuévalo y haz lo que tú quieras» fue muy tentador. Ahora, ya sabía que me iba a quitar tiempo para la escritura y eso era lo que más miedo me daba.

P. ¿Cómo lo combina?

R. Es complicado, pero ahí voy.

P. Usted es la segunda mujer en el cargo, después de Julieta Campos. En la época del Me Too ¿qué reflexión hace?

R. Estamos en pañales en México respecto a la igualdad de género, aunque no solo en México por desgracia en todo el mundo. Hay feminicidios tremendos, nueve mujeres mueren al día por razones de género, es una barbaridad, para mí es importantísimo que haya paridad de género por lo menos en nuestras páginas y buscamos ese equilibrio siempre. Autoras hay, investigadoras hay, lo que pasa es que hay que invitarlas y hacerles saber que tienen el espacio.

P. ¿Cómo se planteó la renovación?

R. Quería que fuera pluridisciplinaria, que fuera un lugar de espacio y de encuentro entre estas diferentes disciplinas que convocara a los universitarios pero que no se quedara solamente en la universidad, y que fuera mucho más enfocada a los jóvenes, además de todas las generaciones, pero que llamara a los jóvenes.

P. ¿Qué factores tuvo en cuenta?

R. Esta revista había tenido épocas de mucho auge, sobre todo en los años 60, en la que había sido también multidisciplinaria y quisimos retomar esa época para que fuera de todos, no sólo de los que hacen literatura, ciencias sociales, sino que pudiéramos estar todos en contacto.

P. ¿Por qué incluir nuevos formatos como podcast?

R. Una de los aciertos de esta época es que ya no está considerada como una revista académica, ni institucional. Con una convocatoria muy abierta. La UNAM tiene muchas revistas especializadas pero esta es más una revista cultural que es lo que queríamos. También salir de la universidad a las diferentes entidades que están en barrios mucho más modestos. Es la idea justo de la universidad en este momento, llevar la cultura a todas partes.

P. La llegada a España ¿es un intento de que ese diálogo se amplíe a ambas orillas?

R. Totalmente. Ya se amplía. Desde la nueva época publican con nosotros escritores españoles constantemente, Marcos Giralt Torrente, Paul B. Preciado… El diálogo ya existe desde esta nueva época. Incluso en el número actual hay una científica, Julieta Fierro, que habla sobre el ritmo de las estrellas pulsares.

P. En el número anterior Abya Yala (nombre indígena con el que se conoce el continente americano) usted decía que “a nadie se le ocurre negar que la historia moderna del continente está basada en un genocidio y el sometimiento de las culturas que vivían antes de la llegada de Cristóbal Colón”. El presidente de México ha instado a España a pedir perdón ¿Debería hacerlo?

R. Yo creo que ya a nosotros no nos debe interesar España en ese sentido, es mucho más urgente, importante, cómo nos tomamos nosotros nuestra historia y nuestra realidad, obviamente hubo un genocidio, murieron muchos indígenas en Argentina, en Chile, en México también. En todos lados. Hubo una masacre, no solo en el momento en el que llegaron los españoles, los colonizadores, sino a lo largo de estos 500 años y la sigue habiendo.

P. ¿De qué manera?

R. Una de nuestras colaboradoras, Yásnaya Aguilar, es una lingüista y escritora mixe de 38 años. Es también luchadora social, fue a hablar a la Cámara del Congreso por el problema de agua que hay en Oaxaca y la están amenazando de muerte. Este tipo de cosas se siguen produciendo. Hay muchas lenguas que se están extinguiendo. La colonización no es algo que ocurrió y dejó de ocurrir con la independencia, sino que es algo que está ocurriendo todavía y todos los días, cuando llega el Gobierno oficial y dice vamos a hablar ahora español, sus lenguas no se van a hablar más…

P. ¿Cree que podría ser una forma de curar heridas?

R. Nosotros no necesitamos la validación ni el reconocimiento de nadie, si España quiere algún día reconocer que hubo un genocidio en América Latina pues bien, pero nosotros tenemos que arreglar nuestra cocina interna donde sigue habiendo colonización, los indígenas siguen siendo marginados y sigue habiendo invisibilización de estos pueblos.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/cultura/imagenes/2019/05/27/actualidad/1558992521_822279_1559082842_noticia_normal_recorte1.jpg

Fuente: https://elpais.com/cultura/2019/05/27/actualidad/1558992521_822279.html

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El fascismo de la amapola y el sistema educativo inglés

Por: Kerron Ó Luain

‘Y aún te enseñan en la escuela acerca de aquellos gloriosos días de dominio’.

Lo que Jon Snow, periodista del Channel 4 (de la television inglesa), identificó sabiamente como ‘fascismo de amapola’ [la amapola es en Gran Bretaña el símbolo de los caídos, originalmente de la I Guerra Mundial, y se lleva en la solapa todos los meses de noviembre a modo de homenaje] llegó a su crescendo este fin de semana, como sucede con más vitalidad con cada año que pasa. Sin embargo, este año de 2018, dado que  era el centenario del  Armisticio de la I Guerra Mundial, el tono del crescendo se ha sentido más agudamente de lo habitual.

Cuando a mediados de semana veía Sky News Live en YouTube desde mi apartamento de Filadelfia, irrumpió en la pantalla un niño que sin darse aparentemente cuenta proclamaba la importancia de transmitir el ‘conocimiento’ de la I Guerra Mundial tomándolo de quienes habían vivido antes que él. Este segmento se retransmitió junto a una información sobre un  ‘artista’ [léase, ‘lunático’], de nombre Rob Heard, que a lo largo de cinco años había tallado miles de figuritas de madera de soldados británicos muertos en el conflicto y los había esparcido por el suelo de alguna parte de Inglaterra para conmemorar este centenario de una matanza fútil. Nada de contexto, nunca.

Para que no nos superemos y asumamos que termina aquí el fanatismo, se nos recuerda de modo intermitente a lo largo de la semana desde diversas fuentes de noticias inglesas que se encienden 10.000 antorchas cada noche (¿se acuerdan de esas antorchas que portaban los fascistas de Trump en Charlottesville el año pasado?) en la Torre de Londres para  recordar a los ‘caídos’.

Pero la breve entrevista del canal Sky al joven desencadenó en mí el recuerdo de uno o dos versos del principal trovador político irlandés de estos tiempos, DamienDempsey:

Y aun te enseñan en la escuela
Acerca de aquellos gloriosos días de dominio
Y cómo es tu destino
Ser superior a mí

¿Cuál debe ser el programa escolar de Historia de estos niños en el país sobre cuyo imperio no se ponía jamás el sol? Una somera pizquita («smidgeon» en ingles, una palabra prestada del irlandés, o sea, del «gaeilge») de investigación revela que, aunque el programa principal de las escuelas en Inglaterra, y forzosamente por extensión de  Gales y Escocia, mencionaba la historia de la colonización de otros países, esos aspectos no eran ‘obligatorios’. En lo esencial, existe una lista ideal de aspiraciones de lo que el niño y la población adolescente en general del Reino Unido deberían aprender en el colegio, pero lo que sabemos en realidad se reduce en la mayoría de los casos al banal estudio del linaje real, o, en muchos casos, al homenaje imperial/capitalista.

¿Cómo puede el Estado irlandés, o quienes residen en él, sostener una queja justificable sin parecer hipócritas? ¿No permitimos la eliminación de la historia del ciclo del Junior Cert [enseñanza medial] como materia principal? Sin protestas, sin un murmullo, de verdad.

Los protagonistas del discurso decolonial en tiempos modernos parecen provenir, no de Irlanda sino de otros lugares, de otras cimas anteriormente coloniales. ShashiTharoor, parlamentario y especialista académico indio, se ha manifestado ruidosamente en años recientes sobre el violento colonialismo de Gran Bretaña y el Raj [el dominio británico de la India] en su país de origen. Sin embargo, todos los crímenes de Gran Bretaña parecen haber caído en el silencio en Irlanda – primera colonia de Inglaterra  ‘para que no olvidemos’ – como se restriega cada mes de noviembre.

Ciertamente, no sólo considera el llamado Estado irlandés que queda bien erigir una escultura estridentemente grande de un ‘soldado inolvidable’ de la I Guerra Mundial en uno de los lugares donde se fraguó la resistencia revolucionaria republicana en 1916 (St. Stephen’s Green), siendo sus promotores gente como Leo Varadkar (Taoiseach/Primer ministro) y Frank Feighan (diputado [TeachtaDála] /Ministro/lamebotas general de Occidente y los británicos) que insisten en que llevemos un trébol adornado con una amapola teñida de sangre. Vaya impostura, desde luego.

Los oponentes sacarán a relucir la habitual defensa: que deberíamos recordar a ‘todos los que murieron’ en el pasado, por razones humanitarias. Con ello, sin embargo, se pasa por encima del elemento recordatorio real de la amapola, que resulta supuestamente tan central para su simbolismo. Los actuales soldados británicos – que han servido en Afganistán e Irak – conceden regularmente entrevistas a los medios británicos que vinculan claramente la carnicería sin sentido de antaño con las proezas imperiales contemporáneas.

¿Por qué no se sugiere lucir la amapola blanca alternativa (que carece de los antecedentes de la Legión Británica), que simboliza la paz y el final de todas las guerras? La respuesta sencilla y más cierta es porque la amapola roja – por oposición a la blanca – se utiliza para promover un orden del día militarista en Gran Bretaña, que de modo espeluznante recuerda al militarismo de principios del siglo XX en los preliminares de la I Guerra Mundial.

La ironía de todo esto, por supuesto, estriba en que deportistas como James McClean, jugador internacional de fútbol de la ‘República’ de Irlanda, que se atreven a rechazar este rancio militarismo/fascismo de la amapola, afrontan la ira de una franja enorme de la opinión pública británica cuyos ancestros lucharon supuestamente para sofocar el avance del autoritarismo y la intolerancia entre 1939-1945. Para que no olvidemos, desde luego.

Fuente: https://www.counterpunch.org/2018/11/12/poppy-fascism-and-the-english-education-system/

Traducción: Lucas Antón

Fuente: http://www.bitacora.com.uy/auc.aspx?10170,7

 

 

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Ramón Grosfoguel: ¿Qué significa descolonizar las Ciencias Sociales?

Ramón Grosfoguel (Profesor de Sociología del Departamento de Estudios Étnicos): ¿Qué significa descolonizar las Ciencias Sociales? Formación histórico-mundial del racismo/sexismo epistémico como fundamento epistémico de las Ciencias Sociales y la universidad occidentalizada». Este seminario tuvo lugar en la Facultad de Sociología de la Universidade da Coruña (www.udc.es) el martes, 21 de Mayo de 2013. La clase forma parte de la docencia del Máster Oficial de Migraciones Internacionales (MOMI) de la Universidade da Coruña. Este evento estuvo organizado por el Equipo de Sociología de las Migraciones Internacionales (ESOMI).

Fuente: https://www.youtube.com/channel/UCUkx-qyvQwC4stxdXUIo-MA

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Reseña de Película: Educación y transformación social en África.

La llegada del cine a África se produce de manera simultánea al instante de consumación de la colonización europea del continente: el reparto de África entre las mayores potencias coloniales occidentales en la Conferencia de Berlín de 1884-1885. El lenguaje universal del nuevo medio resulta idóneo para educar y civilizar a unas poblaciones en su mayor parte analfabetas y con una multitud de lenguas maternas. Desde fechas tempranas, el cine será empleado por las instituciones coloniales y por misioneros de credos diversos en su «misión civilizadora» y de progreso. De manera paralela, las películas producidas en territorios africanos para el público extranjero muestran la realidad del continente y de sus gentes siguiendo un planteamiento etnográfico, exótico y paternalista.
Cuando, en la década de los sesenta del siglo XX, nacen los cines africanos per se (películas realizadas por africanos en África sobre temas y realidades africanas) su idoneidad como instrumento de educación de la población local y medio de representación de las historias silenciadas por el discurso oficial de los colonizadores es incuestionable. Este doble proceso de educación para nativos y extranjeros caracteriza a buena parte de las películas de África hasta la actualidad, convirtiéndose en una peculiaridad que las diferencia de otras cinematografías centradas en mayor medida en el entretenimiento (Hollywood, Bollywood y el cine asiático, entre otros).
Los cines africanos, íntimamente ligados a los procesos de liberación e independencias nacionales, surgen en el clima internacional de las «Nuevas Olas» cinematográficas, del «Tercer cine» latinoamericano y de la Guerra Fría, aspectos que influyen notablemente en los temas tratados, en los géneros elegidos y en su forma y narración fílmicas.
Hasta los años 80, dentro del ambiente revolucionario de mediados del siglo pasado, una facción importante del cine en África clamaba por convertirse en esa «escuela de noche» por la que apostaba el senegalés Sèmbene Ousman (el «padre del cine africano») y que se encargaría de tomar el relevo a la literatura y a los intelectuales en la labor de educar a sus conciudadanos. Hasta los años 90, un gran número de películas africanas se centraron en la creación de un discurso alternativo al occidental con una fuerte carga político-ideológica de izquierdas. Hoy en día, si bien el documental sigue realizando esta labor educativa e informativa y existe un grupo de cineastas que confían en el cine como medio idóneo de cambio y transformación social (con Abderrahmane Sissako, Med Hondo, Haile Gerima, Raoul Peck y Jean-Marie Teno a la cabeza, a los que se unen jóvenes directores del Magreb y el Máshreq), estamos asistiendo a un cambio desde la ficción, con películas donde prima el disfrute del público y la experimentación formal, en las que la ideología progresista es inexistente o apenas visible, y cuyo blanco es el público internacional. Frente a esta tendencia se posiciona la industria del video de Nigeria (Nollywood) la cual, bajo su apariencia de mero entretenimiento, esconde un claro interés moralizador y educativo para su creciente y dilatada audiencia.
Estos y otros aspectos son los abordados, a través del cine, en la conferencia titulada «Cine, educación y transformación social en África», impartida por Beatriz Leal Riesco, del African Film Festival NY Inc. (New York, USA), de la Universidad de Vic (Barcelona, España), desarrollada el día 26 de febrero de 2014 en el Salón de Actos de la Facultad de Educación de Palencia (Universidad de Valladolid), enmarcada en el III Seminario de Pedagogía de Ágora de Educación (octubre de 2013 — mayo de 2014), que lleva por lema Democracia, desarrollo y educación.

Fuente: https://youtu.be/9O8A0oPUPRY

Imagen: http://seda21.files.wordpress.com/2014/03/leal-riesco-beatriz.jpg?w=500

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