¿Pruebas Saber, miden calidad educativa?

“El desarrollo de las competencias buscan la transformación social. ¿Esto se puede medir a través de una prueba escrita?”

Por: Robinson Conde Carmona

Las Pruebas Saber son el instrumento usado por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) Colombiano para “medir” la calidad educativa en las distintas instituciones educativas a lo largo y ancho de país en los grados 3°, 5°, 9° y 11°. En el plazo internacional existen otras pruebas que se usan no solo para medir calidad, sino también para comparar esos resultados con lo de los otros países, como lo son por ejemplo, las Pruebas Pisa (evalúan matemáticas, lenguaje y ciencias).

El MEN define calidad como un concepto cuantificable y concreto: es la reunión de una serie de factores que “puestos en su punto” permiten que los estudiantes puedan educarse de manera óptima. Ahora bien, un concepto tan completo y técnico como ese, ¿se puede medir con tan solo un examen aplicado a 4 de los 12 grados formales (transición a 11°) que tiene una institución?

Por su parte el Icfes sostiene la importancia de estas pruebas, por lo que según ellos ejecutan una tarea primordial, que son comprobar el desarrollo de competencias de los estudiantes, proporcionar información para la comparación entre programas e instituciones y recoger información para construir indicadores de evaluación. De los tres componentes anterior señalados por Icfes, el primero quizás es el más importante pero, ¿será que con una prueba escrita se puede comprobar de manera idónea el desarrollo de las competencias por partes de los estudiantes?

¿Qué son competencias? Según el mismo Ministerio, las competencias son entendidas como el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes que desarrollan las personas y que les permiten comprender, interactuar y transformar el mundo en el que viven. Nuevamente tenemos un concepto muy complejo y elaborado, pero con un gran fondo y es que el desarrollo de las competencias buscan la transformación social. ¿Esto se puede medir a través de una prueba escrita?

Las pruebas tal cual y como son concebidas, las verdaderas competencias que puede valorar son las del uso del inglés y la producción escrita, pero es muy difícil que bajo esa definición que ellos mismos le dieron se puedan valorar significativamente otras cosas.

Lo peor del caso es que no se pueden medir ni cualificar de esta forma, y digo cualificar, porque en educación, los datos importantes son los cualitativos, no los cuantitativos. Los datos cualitativos son los que me dan con claridad una idea clara de la realidad, y si yo no entiendo la realidad es muy difícil que la logre transformar. En cambio, los datos cuantitativos se quedan en lo abstracto, son difíciles de interpretar en educación. Un dato cuantitativo aislado sin una interpretación cualitativa en educación es un dato que a la larga no sirve.

¿Cuál es el efecto que esto tiene en la instituciones? Las instituciones en la actualidad se volcaron al mejoramiento en estas pruebas, se entrenan, se preparan, se centran únicamente en la aplicación del día de la prueba, otras hasta hacen algunas trampas, debido a la poca vigilancia que tiene el Ministerio en las Pruebas 3°,5°,9°. Pero, ¿este es en realidad el fin?, ¿preparar a los estudiantes para una prueba? Pues ese fue el sentido que tomó, las buenas intenciones que tuvieron los que crearon esas pruebas. Ahora mismo para algunos es un negocio (Empresas Pre-Saber), para otros es una obsesión, para otros es una fácil herramienta para subir los índices de calidad (por medio de estrategias deshonesta), para recibir apoyo del gobierno, o en los casos de los privados, subir el costo de las pensiones.

Ahora, con todo esto, ¿dónde quedó la calidad? Acaso el sentido y la razón de ser de la educación no es formar seres humanos que transformen, con un sentido social y cultural que le permita ser feliz y hacer feliz a los demás. Y si la educación cobra valor cuando puede formarte para que seas feliz y hagas feliz a los tuyos, porque a la larga a eso viniste, esa es tu razón de ser vital y casi que inconsciente. ¿Por qué no concentrar nuestras fuerzas en hacer los estudiantes la mejor versión de ellos, para que así transformen la sociedad de verdad y no sigamos perdiendo el foco, que a larga es lo que nos ha llevado a que nuestro sistema egresen tantos deshonestos que hoy en día son los que se nos roban los recursos, los intereses y la vida?

¿Quieres calidad? La calidad no te la dará el Icfes, no te la dará el Ministerio ni el Gobierno, la calidad la encontrarás cuando tú como institución entiendas a los estudiantes, entiendas sus interés, entiendas sus necesidad, y poco a poco, en un trabajo conjunto, usen toda esa información para mejorar todos los procesos, para formar integralmente, para hacer de quienes se educan, la mejor versión de ellos mismos, respetando sus diferencias y a larga ayudando a darle todas las herramientas para que pueda ser feliz en su vida.

Fuente: https://www.las2orillas.co/pruebas-saber-miden-calidad-educativa/

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Panamá: III Congreso de Educación Inclusiva

Panamá/02 de Octubre de 2017/ Panamá On

Como un aporte al conocimiento y a las herramientas necesarias para brindar una atención de calidad y de igualdad basada en la inclusión, el Ministerio de Educación (Meduca) a través de la Dirección Nacional de Educación Especial, con el apoyo del Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE), desarrolló el “III Congreso de Educación Inclusiva».

La asamblea que congregó a supervisores nacionales, docentes especiales y de grado, además de especialistas técnicos y la comunidad en general relacionada con temas de discapacidad procedentes de todo el país, cuyo lema es “Generando Procesos Inclusivos en Nuestras Escuela”, tuvo como sede el auditorio del centro educativo Monseñor Francisco Beckman, de la región educativa de Panamá Norte.

El evento se caracterizó por centrase en brindar a los participantes estrategias didácticas y actualizadas que les permitan relacionarse y trabajar la flexibilidad curricular y un enfoque educativo basado en las competencias de los estudiantes, haciendo énfasis en el derecho al acceso de la enseñanza con calidad y equidad para todos, impulsando acciones que permitan minimizar las barreras para el aprendizaje.

Este congreso de carácter internacionales contó con la participación de conferencistas extranjeros como el doctor Ángel Guirado de España, quien detalló el tema sobre el Éxito Escolar e Inclusión Educativa; por su parte Eva Díaz de México presentó la ponencia sobre Instrumentos de Evaluación de los Aprendizajes, Lectura, Escritura y Matemáticas para estudiantes con Discapacidad.

El tercer expositor que estuvo en nuestro país, para brindar sus conocimientos en temas de atención a estudiantes con discapacidad fue el doctor Cameron Montgomery de Canadá, discernió sobre el Estrés y como sobrellevarlo en la Adolescencia, así como el Déficit Atencional y la Depresión.

Por otra parte, destacaron las participaciones de la directora general del IPHE Maruja G. de Villalobos, quien presentó la labor de la institución en el Cambio de Paradigma de Educación a la Plena Inclusión, Sandra Schvets con las Técnicas de Musicoterapia en Panamá también de los testimonio de personas con experiencias exitosas que lograron superar todas las adversidades y contratiempos, alcanzando sus sueños y metas a nivel personal y profesional.

Durante el foro los asistentes pudieron participar de talleres grupales y mesas de trabajo en las cuales desglosaron temas puntuales como El Curriculum funcional Natural y su impacto en la Población con Autismo y otras condiciones de Discapacidad Intelectual, Altas Capacidades, la Escritura Braille, Estrategias para el manejo de Estudiantes con déficit atencional en el aula de clases, Articulación de los procesos lectores de Preescolar vs Primer Grado, Adecuaciones Curriculares un Reto de Todos, Lengua de Señas, Deportes Adaptados, entre otros.

Cabe destacar que la Fundación Valórate a través de sus colaboradores dieron a conocer su labor en beneficio de la población con discapacidad y su esfuerzo en hacer de cada individuo una personal útil a la sociedad, también se desarrollaron talleres sobre Psicología y Trabajo Social con expertos en estas temáticas.

 

 

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Colombia: El problema de las pruebas de admisión en las universidades públicas.

Por Julián De Zubiría Samper/Semana/29-09-2017 

Como si se tratara de una paradoja, mientras las instituciones de educación privadas utilizan para sus admisiones las pruebas de Estado, las públicas se valen de exámenes específicos. ¿Qué tan conveniente es esto?

Colombia posee el sistema de evaluación de la educación más sólido y sofisticado de América Latina. El trabajo del Icfes ha sido poco reconocido, pero es de muy alta calidad. A lo largo de las dos últimas décadas puso al país en la vanguardia de los sistemas de seguimiento y evaluación de la calidad. Construyó evaluaciones de competencias que no tienen nada que envidiar a las pruebas Pisa; seleccionó muy acertadamente tres de las competencias esenciales a desarrollar en la educación básica y media, a saber: argumentar, interpretar y proponer.

Así mismo, construyó pruebas para los grados tercero, quinto, noveno y once, las cuales permiten evaluar el nivel de consolidación de algunas de las competencias esenciales en la vida. Hoy contamos con un completo sistema de seguimiento de la calidad, el cual, bien utilizado, podría tener un impacto positivo en la construcción de políticas de mejoramiento de la calidad educativa, a mediano y largo plazo en el país.

En los últimos años, el Icfes ha seguido cualificando el sistema al incorporar las pruebas Saber Pro, lo que permitió elaborar modelos de valor agregado, los cuales nos ayudarán a resolver una de las preguntas esenciales a nivel pedagógico en la educación. Si tenemos claro el nivel con el que llegan los estudiantes del colegio en competencias ciudadanas, lectura crítica, escritura y razonamiento numérico, podemos resolver hasta qué punto las universidades están consolidando las competencias esenciales.

En este sentido, debe ser claro que las pruebas Saber Pro no son un buen criterio para evaluar la calidad de las universidades, ya que no tienen en cuenta el nivel con el cual llegaron los estudiantes al culminar el bachillerato.

Aprovechando la experiencia de Minas Gerais en Brasil, el Icfes ha construido el Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE), el cual tiene la enorme ventaja de permitir comparar una institución consigo misma en los años inmediatamente anteriores, incorporar el criterio del clima del aula y diferenciar para los diversos ciclos el nivel alcanzado en cada uno de ellos.

Otro avance significativo, ha sido la inclusión de las competencias ciudadanas. Esto le da un carácter más integral al proceso evaluativo; si bien son pruebas que todavía requieren mayor consolidación y ajuste, van por muy buen camino al incluir aspectos ligados a los derechos y a las actitudes que han desarrollado los estudiantes con respecto a la discriminación de los mismos.

Sin embargo, vivimos en un país de paradojas y las excelentes pruebas de Estado fueron de tiempo atrás adoptadas como criterio de admisión por parte de las universidades privadas del país, mientras que la mayoría de las universidades públicas construyeron sus propias pruebas. Entre éstas, la Nacional y la de Antioquia. Es en extremo difícil explicar esta paradoja, ya que, económicamente, no es equitativo cobrarles a personas de estratos 1 y 2 por una evaluación, que, en la mayoría de los casos, terminan por no aprobar. Pero tampoco lo es desde el punto de vista pedagógico, ya que las pruebas Saber son más sólidas conceptualmente, están emparejadas con las pruebas internacionales y con las de egreso de las universidades colombianas.

Por el contrario, las pruebas de las universidades públicas siguen evaluando contenidos demasiado específicos, les falta enfatizar en lo general, caracterizar el desarrollo por niveles y poner en uso el conocimiento para resolver problemas e inferir ideas. Por ello, seguramente, tampoco por allí está la explicación. Así mismo, los criterios de seguridad que en ocasiones se aducen, parecen difíciles de sustentar y verificar. ¿Qué explica, entonces, el que las universidades públicas utilicen como criterio de admisión unas pruebas, que muy seguramente son de menor calidad? Muy posiblemente esto sea explicado por factores ligados con la tradición.

Resulta que veinte años atrás, las pruebas Icfes, como se les llamaba para aquel entonces, en realidad habían sido diseñadas para evaluar conocimientos particulares y fragmentados. En este contexto, muy posiblemente, las pruebas de las universidades públicas eran de mayor calidad que las del Estado. Sin embargo, hoy en día, y pese a los avances de los dos últimos años, esto seguramente no es cierto.

Parece necesario concluir que desde hace varios años las universidades públicas deberían haber abandonado las pruebas más específicas que han venido desarrollando hasta el momento y aceptar como criterio de admisión las mismas pruebas que aplican las universidades privadas. Si se aceptara esta propuesta, se obtendrían múltiples beneficios; entre ellos:

  1. Las universidades públicas utilizarían una prueba que evalúa de manera pertinente la consolidación de algunas de las competencias esenciales que deberían haber sido trabajadas en la educación básica y media en Colombia. Son pruebas de competencias, ampliamente validadas, revisadas y ajustadas. Inicialmente abordaron trece tipos de competencias. El seguimiento riguroso permitió llegar a cinco competencias de carácter cada vez más general que se evalúan en la actualidad.
  2. Todas las universidades del país utilizarían sistemas similares de admisión, lo cual es muy conveniente desde el punto de vista tanto pedagógico como administrativo.
  3. Los aspirantes a ingresar a las universidades públicas dejarían de pagar sumas adicionales por una evaluación, que, en la mayoría de los casos, no aprueban.
  4. Las universidades públicas dejarían de incurrir en diversos costos administrativos relacionados tanto con el diseño, como con la custodia, la aplicación, la calificación y la divulgación de los resultados. Siendo actualmente pruebas diversas en cada universidad pública, el ahorro social que se alcanzaría sería significativo.

Finalmente, esto ayudaría a que diversos programas que utilizan los resultados de las pruebas de Estado tuvieran en cuenta criterios y mecanismos comparables. Esto es válido, entre otras cosas, para créditos, admisiones y subsidios; pero, por tratarse del programa más importante de la actual administración del presidente Santos en materia de educación superior, quiero agregar un argumento adicional. Actualmente, el programa Ser Pilo Paga rige para todo el país con los resultados de las pruebas Saber.

Sin embargo, por la paradoja señalada anteriormente, en algunas universidades públicas, dichos resultados no son tenidos en cuenta y ellos tienen que presentar otra prueba diferente, que, como también se señaló previamente, no tiene el mismo nivel de pertinencia, solidez, ni de calidad. Algunos directivos han creído que lo que pasa es que la Nacional selecciona a los “súper pilos”. Esto, tampoco es cierto, ya que son dos pruebas tienden a correlacionar muy poco. Obviamente, las universidades públicas, atendiendo a criterios presupuestales, pedagógicos y administrativos, pueden establecer sus propios niveles de admisión para cada carrera, como hoy en día hacen las diversas universidades privadas del país, pero para ello, no es ni conveniente ni necesario, recurrir a una prueba diferente.

Como he sostenido en diversas columnas, el país debería aprovechar la histórica oportunidad del programa Ser Pilo Paga para fortalecer la educación pública; al hacerlo, consolidaría la democracia y el derecho a la educación, consagrado en la Constitución Nacional. Por ello, reitero mi invitación: Los próximos “pilos” deberían ingresar, sin excepción, a las mejores universidades públicas del país. Ojalá de muy alta calidad y de carácter regional, como ha demostrado la reciente experiencia ecuatoriana vivida durante la última década en educación superior.

La vinculación generalizada de los próximos “pilos” a las públicas sería mucho más fácil de aplicar, si todas las universidades del país reconocieran las pruebas Saber once como el criterio esencial de admisión.  Si se logra, las universidades públicas se beneficiarían con el ingreso de algunos jóvenes de excelente balance y proyección (los llamados “pilos”), con los recursos que les giraría el Estado por ellos y con la adopción de una excelente prueba como criterio de admisión, la cual lleva dos décadas cualificándose y permite determinar el nivel alcanzado en el desarrollo del pensamiento, las competencias ciudadanas y las competencias comunicativas de los aspirantes.

Ojalá sigamos fortaleciendo y mejorando la calidad de la educación pública. Todavía nos falta mucho, especialmente en inversión, en calidad y en reflexión pedagógica, pero, al hacerlo, favorecemos la democracia y la equidad. De esta manera, será más difícil que nos dejemos quitar la esperanza de vivir en un país en paz.

*Fuente: www.semana.com/educacion/articulo/examen-de-admision-a-la-universidad-en-colombia/541749

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