Mientras dure la guerra

Por: Jaume Carbonell

Una secuencia del film de Alejandro Amenábar, “Mientras dure la guerra”, sirve para mostrar la larga sombra del franquismo y para explicar lo que está ocurriendo en Catalunya

No es mi intención comentar este excelente film de Alejandro Amenábar que se inicia con el golpe de estado franquista del 18 de julio de 1936 y que se centra, sobre todo, en cómo lo vivió Miguel de Unamuno, un intelectual instalado en su propio mundo, con sus contradicciones, peripecias y cambios de posicionamiento. Me interesa únicamente destacar un comentario del general Franco, el golpista que tomó el mando de la insurrección, sobre la necesidad de prolongar la Guerra Civil: “Porque si la ganamos pronto, ¿luego qué hacemos, de qué nos sirve?”. Lo tenía muy claro: se necesitaba tiempo para provocar más destrucción, escarmiento y muertes en el frente republicano, organizar una represión selectiva -con los pertinentes encarcelamientos, fusilamientos, depuraciones y exilios forzosos-, para destruir por completo las instituciones y la obra republicanas; para crear un nuevo orden político, basado en el patriotismo más reaccionario y excluyente y en el catolicismo ultraconservador; para crear los instrumentos de prohibición y represión sobre el ejercicio de los derechos y libertades democráticas, y para organizar los aparatos ideológicos de control sobre la educación y otros espacios de socialización.

Conviene recordar que la represión se cebó especialmente con la enseñanza: el cuerpo de funcionariado del Magisterio fue el más depurado, y miles de docentes tuvieron que tomar el camino del exilio (Salomó Marquès, en el reciente libro 1939: l’exili del magisteri de Catalunya, contabiliza casi 600). Ni que decir tiene que la “nueva España” se convierte en un desierto cultural y educativo, sin renovación pedagógica alguna, con muchos niños y niñas sin escolarizar y un alto índice de analfabetismo. A Marta Mata, la fundadora de Rosa Sensat, le oí decir en más de una ocasión que la escuela pública republicana de Barcelona -a la que ella asistió- jamás había ido tan lejos en sus logros renovadores -convirtiéndose en un referente europeo-, y que tampoco nunca la escuela había retrocedido tanto como durante el franquismo.

Es evidente que el régimen franquista tuvo sus fisuras y aperturas pero su arquitectura política e ideológica mostró una sólida musculatura que cuajó en el inconsciente colectivo. Por eso, la dictadura termina con la muerte de Franco pero no el franquismo, con una sombra muy alargada que dejó poso. La transición democrática no fue modélica debido a una serie de condicionantes objetivos y subjetivos de extraordinaria complejidad y que ahora no vienen al caso. Se alumbró la Constitución de 1978, un texto que se presta a muchas lecturas, a veces diametralmente opuestas, y se recuperaron las libertades.

Justo es reconocer que, en el transcurso de las últimas décadas, se han experimentado importantes avances en la conquista de derechos democráticas -entre ellos el derecho a la educación de cierta calidad con una amplia cobertura en todos los tramos-, merced a la aprobación de distintas leyes parlamentarias y a las reivindicaciones y luchas de los movimientos sociales. Pero la transición y las políticas de los gobiernos de turno han cerrado los ojos o no han tenido el valor suficiente de pasar factura a la dictadura como sí han hecho otros países: continúa hasta hoy la impunidad de los crímenes cometidos durante el franquismo e, incluso, algunos de sus ejecutores intelectuales o materiales han ocupado cargos públicos y han sido condecorados; se han recortado los escasos fondos destinados a la apertura de fosas comunes para la localización de cadáveres para que su familiares puedan enterrarlos dignamente; hasta después de casi medio siglo, no se ha planteado sacar los restos de la momia de Franco del Valle de los Caídos, un monumento que el propio dictador se dedicó a sí mismo y a su triunfo en la Guerra Civil; los cuerpos de seguridad no se han democratizado suficientemente y aún perviven resabios del pasado, y la judicatura, a pesar de que no es monolítica, es uno de los poderes que más reacio ha sido a la transición. Y, sin duda, existe una restricción a la libertad de expresión con la actual “Ley Mordaza”.

Otra herencia franquista que subsiste es el acuerdo firmado entre el Gobierno y el Vaticano, por el cual el Estado destina millones de euros a la oferta obligatoria de la religión en los centros educativos, y las subvenciones a la Iglesia Católica no han cesado de subir en los sucesivos gobiernos democráticos. Podríamos poner más ejemplos, aunque son suficientes para explicar que todo ello tiene sus consecuencias en la situación actual, en los acontecimientos que se viven en Catalunya.

El grueso de la comunidad educativa catalana, tan pronto se conoce la sentencia que condena a los nueve presos y presas independentistas del “procés” -políticos y activistas sociales-, a penas de entre nueve y trece años de prisión, emite comunicados de protesta por considerarla injusta y desproporcionada, y porque entiende que no se respetan derechos básicos, y muestra su apoyo a todas las movilizaciones pacíficas. Todo ha sido desmesurado: la injustificada prisión provisional durante un par de años, con el consiguiente dolor para presos y familiares; la instrucción inicial y la acusación de rebelión por parte de la fiscalía y de VOX, el partido de extrema derecha que no se sabe a cuenta de qué actuaba de acusación particular (otra anomalía de la justicia española); la negación del pase, en el juicio, de las imágenes de las cargas policiales del día del referéndum -ilegal pero con una nutrida participación-, para contrastar los testimonios -¿no se dice que una imagen vale más que mil palabras?-, y la elevada pena de prisión por un delito tan ambiguo o complejo como el de sedición, en el que no hay prueba alguna del uso de la violencia. Esta condena abre la puerta a que, a partir de ahora, otras protestas, basadas en la legítima resistencia pasiva, puedan ser igualmente criminalizadas con unos cuantos años de cárcel.

Sucede lo que sucede por la falta de diálogo entre los gobiernos catalán y español, y entre los distintos partidos políticos. Y cuando no hay diálogo desaparece la política y todo se judicializa: el peor escenario para la resolución de un conflicto.

Catalunya ha vivido estos días dos escenarios absolutamente antagónicos: marchas y concentraciones multitudinarias sin un solo incidente y episodios minoritarios de violencia, ejercida por jóvenes y por la policía, con excesos impropios de una policía moderna y democrática. La lista de heridos y detenciones sube día tras día. El lunes 20, según la cadena pública catalana TV3, la cifra de heridos asciende a 600, entre manifestantes y policías, y algunos siguen ingresados en estado grave; y la de detenidos a 194, 28 de los cuales han ingresado en prisión provisional y sin fianza, acusados de desórdenes públicos y atentado a la autoridad, delito castigado con entre uno y seis años de reclusión. Todos los actos de violencia son igualmente condenables

Es importante averiguar qué hay detrás de la ira de estos jóvenes. Puede tratarse de un fenómeno específico pero con similitudes con otras rebeliones juveniles. Conviene un análisis profundo, más allá de las simplificaciones, al que también deben contribuir los medios de comunicación, con frecuencia solo atentos al morbo de la espectacularidad de las imágenes.

Lo decíamos antes: no hay más solución que el diálogo amplio, sostenido y sin apriorismos. Quizás lo mejor para Catalunya sea convocar elecciones: para clarificar un panorama confuso e incierto; para generar nuevos consensos; para reactivar la acción de gobierno y para aprobar los presupuestos, algo imprescindible para revertir los recortes de hace una década.

Hace apenas un mes el consejero de Educación de la Generalitat decía que sin presupuesto poco podía hacerse para eliminar el millar de barracones o módulos que aún existen; para afrontar la inclusión educativa con suficientes recursos; para atender la extensión de la educación infantil o para cubrir otro tipo de necesidades.

En España ya están convocadas las elecciones generales para el 10-N. Tras la incapacidad de tejer pactos para gobernar y la convocatoria de una nueva cita electoral –y van cuatro en cuatro años– existe un alto y justificado grado de indignación, hastío y desafección hacia la clase política, que fácilmente podría traducirse en una alta abstención.

Pero conviene tener presente que el voto también tiene incidencia en las decisiones, en la medida que pueden fortalecer una democracia que pasa por horas bajas o, por el contrario, afectar a la restricción de derechos y libertades, sometidas a las presiones y derivas autoritarias y franquistas, por aquello de la sombra alargada de un proyecto ideológico que nunca acaba de desaparecer del todo y que se reinventa, adaptándose al nuevo contexto social, como ocurre en otros países europeos y latinoamericanos.

Las políticas pueden favorecer la inclusión o afianzar la segregación; apostar por la educación pública o abrir nuevas vías a la privatización; extender la igualdad de oportunidades en la oferta de las actividades extraescolares y culturales o blindarlas únicamente para las clases medias; recuperar la memoria histórica desde una perspectiva antifranquista o instalarse en el olvido y la desmemoria; enriquecer la participación democrática o restringirla a los argos unipersonales; ejercer el pensamiento crítico o limitarse a la transmisión del conocimiento; pensar el aula como un lugar donde se pueda hablar de todo, evitando la incitación al odio y respectando a los Derechos Humanos y de la Infancia o como un espacio donde la libertad de expresión que se encuentra amenazada a la hora de plantear temas social o políticamente controvertidos. Además, están en juego cuestiones tan cruciales como la educación por la paz o por un consumo responsable, contra el racismo, la violencia de género o el cambio climático.

Votar, por tanto, es una opción política en mayúscula. Pero abstenerse también lo es. Porque la política la haces o te la hacen. La neutralidad es una falacia. Es lo que siempre te decía el franquismo: no te metas en política, claro, porque ya la hacen ellos. (De la neutralidad y del necesario compromiso político hablo extensamente en mi último libro La educación es política).

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2019/10/23/mientras-dure-la-guerra/

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Trump y César – Venezuela y Alesia

Por: Oswldo Espinoza

El sitio de Alesia en el 52 A.C  *abrió* las puertas de la conquista de la Galia y de toda Europa para los romanos, al tiempo que elevó el prestigio político y militar de César catapultado sus objetivos como estadista, la descripción de esta campaña la hace el propio César en sus crónicas de las guerras de las Galias, una versión obviamente hecha desde la visión de los triunfadores y aún así rica en la explicación del planteamiento estratégico militar.
En esta breve disertación veremos ciertos paralelismos con la situación actual de Venezuela y la agresión y bloqueo de Estados Unidos.
Vercingetorix, un líder galo logró reunir a los pueblos celtas para resistir la invasión romana en su empeño por expandir el imperio más allá de la península itálica, la campaña de conquista de César lleva al líder celta y su pueblo a refugiarse en Alesia, un sitio en una colina, amurallado y altamente defendible, tanto que los romanos no pueden tomarlo y rendir a sus guerreros, al menos no sin grandes pérdidas en sus propias filas;
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Ésta situación, crea un estancamiento en los objetivos imperiales romanos en forma muy similar, salvando las distancias históricas, a lo que ocurre hoy con los Estados Unidos en Venezuela, es decir, se supone que una vez que la primera potencia económica y militar del mundo *decide* cambiar el Gobierno en un país no debería pasar mucho tiempo para alcanzar sus propósitos, después de todo así como los romanos debían terminar todas sus campañas antes del invierno, Trump necesita un triunfo en política exterior antes de las elecciones.
No obstante, si bien es cierto que el ataque de Estados Unidos contra Venezuela comenzó desde el triunfo de la revolución Bolivariana, es este año 2019 en que se inició la campaña definitiva contra la patria de Bolívar, de tal forma que debía ser cuestión de días e incluso horas la resolución definitiva del asunto venezolano; el problema es que han pasado ocho meses y el pueblo venezolano resistió al igual que los celtas de Vercingetorix.
La estrategia diseñada por César para lograr sus metas fue entonces no la de continuar chocando contra la resistencia celta sino rendir a estos «barbaros» por hambre sitiando y aislando su ubicación, para lograrlo los romanos construyeron una muralla fuera de las murallas de la ciudad aislandola literalmente encerrando a su pueblo para que nada entre, ni alimentos, ni agua, ni armas haciendo miserables las condiciones de vida hasta que el dilema sea rendirse o morir.
En términos modernos estamos hablando de un bloqueo como el que sufre Cuba e Irán y ahora Venezuela viene experimentando con especial crueldad este año y se manifiesta en sanciones, confiscación de sus bienes, prohibición de transacciones que impiden el ingreso de alimentos, insumos, medicamentos, componentes, repuestos, entre muchos otros elementos vitales para un estado tan dependiente de la importación.
En Alesia poco antes de cerrarse la muralla romana los celtas logran pedir ayuda al resto de las tribus de la Galia, Vercingetorix envía mensajeros a toda la región para reunir un gran ejército capaz de romper el cerco romano; en respuesta César ordena construir una nueva muralla que rodea la anterior para contener toda posibilidad de ayuda desde el exterior; Venezuela también ha establecido alianzas con potencias emergentes y resurgentes como China y Rusia a quienes los estadounidenses definen como sus mayores rivales geopolíticos, a ellos se suman relaciones favorables con Irán, Turquía e India, entre otros, los cuales han manifestado y mantenido una posición firme de apoyo a la nación Bolivariana y el reconocimiento del Gobierno de Nicolás Maduro; para evitar la asistencia a la sitiada Venezuela Trump arrecia su guerra comercial contra China, impone nuevas sanciones contra Rusia y amenaza a todos los demás con represalias convirtiendo a las sanciones en una muralla contemporánea tanto para aislar a Venezuela como para impedir cualquier posibilidad de ayuda externa.
Finalmente la ayuda llegó a Alesia y se estrelló con la muralla externa llevando el conflicto a un punto en el que todo el destino de Europa estuvo en juego, la respuesta del exterior convirtió el sitio de Alesia en una cuestión de vida o muerte no sólo para los celtas sino también para los romanos y el propio César, si bien el desenlace termino favoreciendo a los romanos y consolidando al más grande imperio europeo de la antigüedad, el desenlace en Venezuela para Estados Unidos aún no está escrito y va a depender por un lado de la capacidad del pueblo venezolano para seguir resistiendo a las más difíciles condiciones de vida de su historia contemporánea, y por otra parte de la respuesta de los pueblos del mundo, de los aliados estratégicos y los hermanos latinoamericanos. Al igual que en Alesia Venezuela esta sitiada y en este conflicto esta en juego no sólo el destino de la patria de Bolívar, también el del continente y más aún el destino del mundo.
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CLADE advertirá sobre los riesgos de la privatización de la educación en América Latina y el Caribe durante conferencia internacional

América del Sur/ Brasil/ 22 .04.2019/Fuente: redclade.org.

 

¿Cuál es el costo de una educación que promete productividad, industrialización, modernidad y consumo? ¿Quién paga este precio y con qué consecuencia para la garantía de la educación como un derecho humano?

Llevando estas y otras indagaciones a debate, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) participa en la 63º Conferencia de Comparative & International Education Society (CIES), que se realiza del 14 al 18 de abril en San Francisco, Estados Unidos. Representa la CLADE en el evento Camilla Croso, coordinadora general de la Campaña.

La edición 2019 de la CIES tiene como tema central la “Educación para la Sustentabilidad”, en diálogo con los compromisos firmados por los Estados miembros de la ONU en la Agenda de Desarrollo 2030.

La CLADE participa mañana (18/4) en el panel de la Conferencia intitulado “El crecimiento de la privatización de la educación en todo el mundo: Perspectivas comparativas de tendencias globales y latinoamericanas con énfasis en Argentina y Brasil”.

Esta presentación tendrá el objetivo de advertir y debatir sobre los riesgos que la privatización de la educación ha generado para la garantía del derecho a una educación pública, gratuita y de calidad para todas y todos en América Latina y el Caribe. En esta ocasión, Camilla Croso presentará algunos hallazgos del “Mapeo sobre Tendencias de la Privatización de la Educación en América Latina y el Caribe”. Esta investigación de la CLADE presenta las formas contemporáneas de privatización en el campo educativo y sus posibles impactos para la realización del derecho humano a la educación.

“La incorporación de actores y lógicas privatistas, con o sin ánimo de lucro, cuestiona el carácter público de la educación, lo que tiene consecuencias no solamente sobre la equidad en el acceso a la educación, a través de la fragmentación, segmentación y segregación en la oferta educativa, sino que además plantea una problemática política de fondo, respecto a las prácticas, valores y contenidos que debe promover la educación pública en cuanto proceso democrático, en el cual, y a través del cual, se realizan derechos fundamentales”, dice la coordinadora general de la CLADE, Camilla Croso.

Sobre la CIES

Con más de 3,000 miembros individuales (investigadoras, investigadores, analistas, profesionales y estudiantes) que representan a más de 1,000 universidades, institutos de investigación, departamentos gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y agencias multilaterales en todo el mundo, la CIES es una asociación académica establecida en 1956, que ha atraído a una audiencia diversa en su misión de fomentar la comprensión intercultural y la erudición.

Sus miembros exploran temas educativos relacionados con escuelas, estudiantes, maestras, maestros, gestoras y gestores, desde la primera infancia y la educación primaria hasta la educación secundaria y superior, así como la educación no formal y el aprendizaje permanente.

En el marco de la conferencia, se comparan y discuten estudios que relacionan la educación a las desigualdades, los procesos culturales, la democratización, la globalización, el desarrollo económico y el conflicto político, entre otras temáticas.

Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/clade-advertira-sobre-los-riesgos-de-la-privatizacion-de-la-educacion-en-america-latina-y-el-caribe-durante-conferencia-internacional/

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Profesores españoles por el mundo: «En los medios académicos circula más la versión separatista»

«¿Por qué no les dejan votar y se acaba el problema?». Esta es una de las preguntas que más se hacen los académicos en ámbitos universitarios fuera de España ante el conflicto político en Cataluña. ‘Vozpópuli’ habla con un grupo de profesores e investigadores españoles vinculados a instituciones en países anglosajones para conocer el calado de la crisis en sus comunidades educativas.

Europa/España/07.11.2017/Autor y Fuente: http://www.vozpopuli.com

Cansados de la pérdida de credibilidad de los medios de comunicación, los periodistas australianos Andrew Jaspan y Jack Rejtman decidieron crear, hace ya seis años, una publicación que combinara los conocimientos y habilidades de dos ámbitos de la sociedad que suelen «disparar» por separado: el periodismo y la academia. Bautizado como ‘The Conversation’ (TC), este medio independiente -que recibe financiación de las universidades aliadas y de diversas ONG, y funciona bajo la licencia Creative Commons– aglutina exclusivamente artículos de académicos que son editados por licenciados en ciencias de la información, por lo que es considerado por algunos sectores como un faro en tiempos de posverdad o lo que es lo mismo, en la era de la mentira emotiva.

Foro de Profesores

Motivados por la necesidad de difundir, de una manera más organizada, una versión de los hechos desde un punto de vista no separatista, un grupo de docentes lanzó el pasado 15 de octubre el Foro de Profesores, una plataforma de discusión, apoyo mutuo y difusión de ideas que responden a dos únicos, pero inalienables, principios: el compromiso con los derechos de los españoles y el respeto al estado de derecho en democracia. «No es constitucionalista, porque la constitución no es un texto inamovible, sino democrática», aclara Alfonso Valero, profesor en la Nottingham Trent University, en Inglaterra.

La versión que circula con más fuerza es la separatista. Sorprende cuando estamos hablando de personas que ven con aberración el Brexit»

«La comunidad educativa en el Reino Unido está siguiendo con preocupación los acontecimientos en España. En su búsqueda de información sobre lo que está ocurriendo, en general, están dando con la versión separatista de los hechos. The Conversation es un medio de comunicación bastante usado por profesores en Reino Unido y es habitual encontrarse la versión separatista de los hechos», explica el académico. Y añade que, además, los reporteros de medios de comunicación británicos también suelen dar más atención al separatismo. «La versión que circula con más fuerza sobre lo que está ocurriendo en España es, como era de esperar, la dada por el separatismo. Eso sorprende sobremanera cuando estamos hablando de personas con curiosidad intelectual y aberración ante el Brexit«, considera.

Auge del populismo

Según Valero, la salida del Reino Unido de la UE cayó como una losasobre las cabezas de los profesores extranjeros que allí residían. Incluso se llegó a hablar de una fuga de cerebros. «Creo que había un convencimiento extendido de que, al final, ganarían los ‘remainers’, es decir, quienes querían permanecer en la UE. Aunque al principio es inevitable sentirse rechazado en tu país de adopción, hay que entender que jugaron muchos factores. Entre ellos, el populismo, como está sucediendo en Cataluña ahora mismo», reconoce.

En el Brexit jugaron muchos factores. Entre ellos, el populismo, como está sucediendo en Cataluña ahora mismo»

En Nottingham Trent University, más conocida por sus siglas, NTU, sus compañeros suelen preguntarle por lo que sucede en Cataluña y mostrar sorpresa ante que un político (Carles Puigdemont) quiera hablar de negociación cuando tiene dos parlamentos, uno regional y otro estatal a su disposición. «La fuga a Bélgica les ha dejado todavía más sorprendidos. Los separatistas han dejado en ridículo a Cataluña y los españoles no se lo podemos perdonar», opina uno de los impulsores del Foro de Profesores. «Los profesores somos gente con curiosidad intelectual. En el foro contamos con investigadores en la ciencia, economía, derecho, historia… Y todos tenemos en común una preocupación por lo que está sucediendo en España. Nos estamos movilizando, pero los que están a favor del separatismo, más», agrega.

En el Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Melbourne, Australia, se encuentra otro lector de ‘The Conversation’. Pero también de ‘The Guardian’, ‘BBC’, ‘ABC Australia’, ‘The Age’, de ‘New York Times‘ y de ‘The Washington Post’, además de diversos diarios digitales con sede en Madrid y en Cataluña. El profesor e investigador español Jose Villadangos cuenta que para los australianos el contencioso con Cataluña es «nuevo y sorprendente», influido, naturalmente, por los medios del mundo anglosajón. «Su primera toma de contacto con la situación fueron los hechos del 1 de Octubre. Es decir, el desconocimiento es casi total, conozco a varios españoles aquí y la impresión es semejante», explica.

Medios anglosajones

Villadangos aclara que el ámbito en el que se mueve es el de la Biomedicina, donde es más difícil encontrar gente informada y con conocimientos de legislación o relaciones internacionales.»Lo suelen comparar con Escocia y la pregunta habitual que se hacen es por qué no les dejan votar. Creen que así se acaba el problema y ahí es donde tengo que explayarme para explicar los argumentos en contra, y también a favor, de la celebración del referéndum», señala.  Como tantos españoles, asegura, no doy crédito a la discrepancia entre lo que se escribe en medios anglosajones y la realidad española. «Solo hablo español e inglés, por lo que no puedo evaluar si los medios franceses o alemanes sufren de los mismos defectos, pero imagino que no. Para mí el Foro de Profesores es un medio para coordinar respuestas por parte de los miembros de la comunidad académica a cuestiones frecuentes en los medios de comunicación extranjeros», destaca.

No doy crédito a la discrepancia entre lo que se escribe en medios anglosajones y la realidad española»

Y apunta que, con razón o sin ella, las opiniones de personas con cierto prestigio en el mundo académico suelen ser algo más respetadas (o, al menos, escuchadas) que otras: «Me parece un deber hacia la sociedad ayudar a encauzar las discrepancias y debates por cauces racionales, donde tienda a imperar la verdad y no las emociones». «A mí la unidad de los españoles y europeos, que es una expresión que prefiero a la de la ‘unidad de España’, sin negar la heterogeneidad, me parece muy importante. La comunidad educativa está ya muy unida, incluso a nivel internacional, porque creo que, en general, hemos trascendido la afiliación a una región, país, cultura, etc, determinados», considera.

De acuerdo a Villadangos, la universidad debe, si no «posicionarse», al menos promover la difusión de opiniones y evaluaciones moderadoras de las discusiones políticas para que estas se basen lo más cerca posible de la verdad. «Es lamentable que cuando se habla de la opinión de la universidad se piense primordialmente en los estudiantes que se movilizan y en los académicos que ostentan cargos públicos, mientras la inmensa mayoría de los académicos a nivel individual, y las universidades como colectivos de académicos, permanecen invisibles y mudas», denuncia.

Juramento «hipocrático»

En su opinión, todos los lideres políticos deberían regirse por el juramento hipocrático, y la sociedad debería evaluar su legado en función de cuánto consiguen ceñirse a su cumplimiento. El académico e investigador de la Universidad de Melbourne suele explicar a sus colegas que: «España es un país tan aburridamente democrático como el mas democrático de los países del mundo. Que contamos con separación de poderes, múltiples vías de representación y participación, apertura de miras, generosidad, etc, y que, naturalmente, tenemos problemas como tienen todos los países». «No me resulta difícil enumerar peculiaridades de cualquier país de larga tradición democrática que vistas desde el exterior pueden ser fácilmente descritas en clave tan negativa como la que a menudo se aplica a España. Por ejemplo, en EEUU, donde viví cuatro años, y en Australia, donde llevo viviendo 20″, subraya.

El conflicto se da entre un Estado de derecho y un grupo de políticos con nulo respeto para las leyes y los procedimientos democráticos»

Entre la Universidad de California, en Irvine,y la Universidad Politécnica de Madrid, el escritor español y catedrático de Filosofía del Derecho, Moral y Política en la Universidad de las Islas Baleares  Camilo José Cela realiza su trabajo de investigación. «En los comienzos del plan soberanista, e incluso cuando el Parlament de Cataluña aprobó la Ley de Transitoriedad, el interés de los académicos y de los medios de comunicación por ese problema era mínimo en Irvine y, por extensión, en California, por no hablar de Estados Unidos. Se le daba muy poca importancia y, en consecuencia, no cabían los análisis en profundidad como los comparativos», recuerda. En las últimas semanas, cuando se he precipitado el conflicto de Cataluña, el académico, único hijo del Premio Nobel de Literatura español, se encontraba en la capital.

«Me sumé a Foro de Profesores porque me parecía un deber cívico. Que España permanezca como un Estado unido dentro de Europa no me parece relevante como profesor o investigador, sino como ciudadano», especifica. Y sobre el mensaje que intenta transmitir a sus colegas extranjeros cuando le preguntan por el conflicto es el que, en su opinión, «se ajusta a la realidad». «El conflicto se da entre un Estado de derecho y un grupo de políticos con nulo respeto para las leyes, los procedimientos democráticos y, ya que estamos, buena parte de la sociedad catalana», considera.

El caso balear

Aunque hace tiempo que no vive en Mallorca, donde fue decano seis años durante la década de los 80, cree que el independentismo tiene «un caldo de cultivo importante» en la Universidad de las Islas Baleares (UIB). «En buena medida es el resultado de trasladar al terreno político lo que en origen era un conflicto lingüístico forzado por algunos intereses particulares. En los 80, no tuve ni el menor problema ni lingüístico ni político», recuerda.

Es inadmisible que una universidad abra un expediente a un decano por retirar una estelada y desentendiéndose de quienes la colocaron»

Si bien considera que la universidad debe ser neutral, Camilo Cela opina que los profesores deben comprometerse con una u otra postura. «Sin que mis palabras deban entenderse como la idea de que haya solo dos», aclara. «Lo que es del todo inadmisible es que la UIB actúe en términos institucionales como parte, como por ejemplo, abriendo un expedienteal decano de Filosofía y Letras por retirar una estelada y desentendiéndose de quienes las colocaron», compara.

E insiste: «La desproporción es tremenda si se atiende a que el departamento (al que él mismo pertenecía) ha pasado por amenazas, chantajes, insultos e incluso agresiones sin que el rectorado intervenga como debe hacerlo. Y que ahora reaccionen de esa forma pone de manifiesto la necesidad absoluta de que las autoridades académicas proporcionen a los profesores unas garantías hoy inexistentes», denuncia.

Fuente: http://www.vozpopuli.com/actualidad/nacional/Conversation-separatismo-cataluna-independencia-DUI-universidad_0_1078093170.html

Imagen: http://images.vozpopuli.com/2017/11/03/actualidad/nacional/Profesores-espanoles-contrarrestar-versiones-separatistas_1078102616_10291143_1020x574.jpg

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