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AUSTRALIA Académicos apoyan ‘huelga estudiantil’ sobre cambio climático

Oceanía/Australia/www.universityworldnews.com

Cientos de académicos se unieron a decenas de miles de estudiantes universitarios y universitarios en una protesta nacional en Australia el viernes como parte de una «huelga estudiantil» mundial dirigida a persuadir a los políticos para que tomen medidas urgentes contra el cambio climático. 

Cerca de 800 académicos de docenas de universidades australianas firmaron una carta abierta expresando su solidaridad con los estudiantes y miles asistieron a mítines de protesta en 50 ciudades de todo el país. 

Según CNN, el canal de televisión paga estadounidense basado en las noticias, los estudiantes estaban «saliendo de las aulas en más de 100 países para protestar por la inacción climática». Los estudiantes que protestan dicen que sus gobiernos han fallado a las generaciones futuras al no reducir las emisiones y frenar el calentamiento global.

Al igual que en otras partes del mundo, la huelga australiana se inspiró en la adolescente sueca Greta Thunberg, quien inició el «ataque por la acción climática» en agosto del año pasado. 

Las manifestaciones nacionales de protesta en Australia comenzaron al mediodía en las ciudades regionales y capitales y siguieron las protestas estudiantiles en todo el país por la inacción del gobierno federal sobre el cambio climático. 

La protesta del viernes se produce meses después de que los estudiantes salieron de sus clases por primera vez para protestar por la inacción climática del gobierno. Las huelgas fueron condenadas, y siguen siendo, condenadas por los conservadores de Australia, incluido el primer ministro Scott Morrison.

Aunque su gobierno no ha tomado medidas para contrarrestar los efectos del cambio climático, que son cada vez más evidentes, Morrison se unió a comentaristas conservadores para condenar la huelga. 

Les dijo a los estudiantes que deberían ser «menos activistas» y dejar que los políticos y no los escolares se encarguen del problema. 

Un estudiante manifestante observó: «¿Sí, pero de quién es el futuro?». 

El viernes, los estudiantes australianos participaron en un día de protesta mundial, con académicos y quizás millones de estudiantes en más de 90 países participantes. 

Esta vez, también, los estudiantes fueron apoyados por grupos comunitarios más amplios en Australia, con sindicatos y académicos e incluso muchos políticos se unieron a las protestas en todo el país.

Los estudiantes de la escuela, muchos de ellos todavía vistiendo sus uniformes, tenían letreros con lemas como «El clima está cambiando, ¿por qué no lo estamos?» Y «Hacer que la tierra se enfríe de nuevo». 

En las reuniones de protesta, los estudiantes pidieron que se detuviera la apertura de una nueva mina de carbón en el centro de Queensland que está siendo planeada por un multimillonario indio. 

Los estudiantes dijeron que la mina de carbón debería abandonarse y que no se abrirían nuevas minas de carbón mientras que el país cambió a energía 100% renovable para 2030. 

En una respuesta típica del lado conservador, Christopher Pyne, un importante ministro del gabinete federal, dijo a un entrevistador de televisión que los estudiantes debería estar en la escuela

“Por lo general, las huelgas ocurren cuando los empleados retiran su trabajo de un empleador, por lo que no estoy seguro de por qué los estudiantes se retiran de la escuela. «Sólo daña su educación», dijo Pyne. 

Pero Peter Garrett, ex cantante pop, activista ambiental y ex ministro de gobierno laborista, elogió la acción de los estudiantes. 

«La idiotez condescendiente de los negadores del clima es despreciable», dijo Garrett. 

«Como ex ministro de educación federal, aplaudo a los muchos jóvenes australianos valientes que [están] en vigor».

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20190315130720883

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Entrevista a Sarra Arbaoui: “La universidad en Túnez será femenina en la próxima generación”

26 Noviembre 2017/Fuente:agenciasinc /Autor: Beatriz de Vera

Su familia se preguntaba por qué había elegido una carrera que la llevaría directamente al desempleo, como al resto de mujeres científicas en Túnez. Ahora, a Sarra Arbaoui, ingeniera agrónoma y profesora en el Instituto Agrónomo Superior de la localidad tunecina de Chott Mariem, le gustaría servir de ejemplo para sus conciudadanas dedicadas a la ciencia, para que no tiren la toalla por culpa del panorama laboral, y también para los propietarios de empresas privadas que, por sistema, en su país no contratan ingenieras.

Arbaoui acumula varios premios internacionales. Es una de las caras visibles de la lucha por la igualdad de género en Túnez después de haber sido beneficiaria del proyecto ‘WOMED: la siguiente generación de líderes’ de la Union del Mediterráneo (UfM), que fomenta el liderazgo de las mujeres. También se le ha reconocido su trabajo con los premios Ford Motor Company, y L’Oréal-UNESCO Mujer y Ciencia en 2012.

Durante seis meses, esta científica que lucha contra el calentamiento global se encuentra en España con una beca concedida por la Fundación Mujeres por África en el Laboratorio de Genética Molecular de las Plantas del Centro Nacional de Biotecnología (CNB). Hablamos con ella en ese centro, donde investiga cómo mitigar el cambio climático y revertir la contaminación del suelo agrícola.

¿En qué consiste su trabajo en el Centro Nacional de Biotecnología?

Todos los proyectos en los que trabajo son diferentes pero están relacionados: el objetivo es la remediación del suelo y la mitigación del cambio climático, que es un problema global. Una de sus consecuencias es la concentración en la tierra de elementos como el cadmio, el zinc, el arsénico o la sal, que afectan a las cosechas. El cadmio y el arsénico son muy contaminantes. Yo trabajo adaptando las plantas para que absorban estas sustancias y limpien el suelo agrícola.

“Yo trabajo adaptando las plantas para que absorban estas sustancias contaminantes y limpien el suelo agrícola”

En el CNB estudiamos el mecanismo de tolerancia al arsénico de una planta llamada kenaf (Hibiscus cannabinus) a nivel genético y molecular. Este elemento es una de las principales amenazas de toda forma de vida porque puede disolverse en el agua subterránea exponiendo a animales y a seres humanos a sus efectos tóxicos. Mi tesis doctoral ya trataba sobre el potencial de algunas plantas para limpiar el suelo de otros agentes contaminantes. En mi laboratorio de Túnez no contamos con la tecnología con la que trabajo aquí y esta es la razón por la que he elegido este centro. Las técnicas que aprenda van a ser muy útiles para continuar con mi investigación.

Concretamente, ¿cómo ayuda esta planta a limpiar los suelos de agentes contaminantes?

Por ahora hemos comprobado su capacidad para limpiar la tierra. En una segunda fase del proyecto intentaremos mejorar el potencial de estas plantas para extraer el arsénico. Para ello, cultivamos las plantas in vitro y luego seleccionamos las más adecuadas: las que en un suelo contaminado son capaces de sobrevivir, son las que más arsénico absorben. Además, el kenaf tiene otras ventajas. No es solo una técnica low cost (no requiere una gran inversión), sino que también es rentable. Las fibras de esta planta pueden utilizarse para crear un material aislante que se utiliza en la construcción de edificios o de automóviles y que es muy demandado en el mercado asiático e incluso en Europa. El kenaf no es comestible, pero tiene múltiples usos, por ejemplo sirve para producir un tipo de aceite medicinal. Los animales sí comen sus hojas, pero como estamos usando las plantas para la limpieza de la tierra, están contaminadas y no sirven de alimento.

¿Se enfrenta Túnez a problemas medioambientales específicos?

No, el problema es global. El cambio climático no se puede abordar únicamente desde un punto de vista local. El arsénico es un contaminante que se encuentra en las tierras de cultivo de todo el mundo. Espero que, más adelante, cuando aprenda lo necesario, podamos desarrollar un proyecto conjunto entre laboratorios que se prolongue en el tiempo, porque la colaboración internacional es fundamental para luchar contra el cambio climático. Por supuesto son importantes las colaboraciones a escala nacional y local, y estas iniciativas tienen su impacto, pero es muy importante estar inmerso en una red de colaboraciones. Yo trabajo en un equipo en Túnez que intenta resolver el mismo problema que el equipo con el que colaboro ahora en España. También hay otro grupo belga que se ocupa de este asunto, y quizá podríamos contactar con otro que nos aportara otro punto de vista.

“El cambio climático no se puede abordar únicamente desde un punto de vista local”

Este tipo de becas de movilidad, ¿mejoran la calidad de la ciencia?

Creo que para un científico las estancias en el extranjero son imprescindibles. No solo porque a nivel personal tener una actitud abierta es mejor para tu trabajo, sino porque es necesario saber cómo se trabaja en otros lugares del mundo y aprender nuevas técnicas y maneras de resolver problemas. El empoderamiento y el aprendizaje de nuevas habilidades tienen un impacto directo y positivo para mi trabajo: la búsqueda de soluciones para los problemas globales medioambientales. Por otro lado, hay proyectos como WOMED, en el que las mujeres seleccionadas recibimos clases de liderazgo, de derechos humanos, comunicación o economía. También visitamos el Parlamento Europeo en Estrasburgo, y lo más interesante fue conocer a 20 mujeres de otros países dedicadas a otras disciplinas. Hemos seguido en contacto y ahora tenemos proyectos futuros. Nos ha enseñado algo importante: que juntas somos más fuertes.

Ha contado en alguna ocasión que las dificultades para las mujeres científicas se dan a la hora de encontrar trabajo en la empresa privada. ¿Dentro de la universidad existe igualdad?

La universidad en Túnez será femenina en la próxima generación. Hoy en día, los altos cargos son hombres, pero es algo heredado de tiempos anteriores. Las alumnas mujeres somos ahora mayoría, así que dentro de una generación también las profesoras y los altos cargos lo serán. En las instituciones educativas no reina el machismo que sí se ve en la empresa privada. En mi profesión, la mayoría de las mujeres no encuentra trabajo, aunque seamos más y aunque seas la primera de la clase, algo que suele ocurrir porque la mujeres saben que el entorno favorece a los hombres y trabajan más. Cuando hice las prácticas lo vi claro. Trabajaba en una granja en la que el dueño nos decía a las mujeres que no éramos aptas para tomar decisiones rápidas ni teníamos fuerza para las tareas del campo. Esta desigualdad es especialmente visible en la ciencia. En campos como la traducción o el derecho probablemente habría encontrado trabajo fácilmente.

 “Las alumnas mujeres somos ahora mayoría, así que dentro de una generación también las profesoras y los altos cargos lo serán”

Usted trabaja en la universidad y tiene una plaza fija. Según lo que cuenta, ¿es una privilegiada?

En la universidad, el puesto sale a concurso y para conseguir la plaza solo hay que demostrar las aptitudes necesarias. Yo intenté conseguir  trabajo como ingeniera cuando acabé la carrera, pero no lo conseguí. Los hombres salen de la carrera con trabajo aunque sean estudiantes menos brillantes. Mi suerte es que sentía pasión por la investigación así que empecé el máster y después el doctorado y estoy contenta con esa decisión.

¿Son importantes los reconocimientos como el premio de L’oreal-UNESCO o el proyecto WOMED, dirigidos a mujeres?

Según mi experiencia, estos premios ayudan a las estudiantes a trabajar más duro y a tener un objetivo. Muchas mujeres dejan su carrera debido al panorama laboral y se quedan relegadas a sus obligaciones familiares. Cuando escuchan que, por ejemplo, yo he continuado trabajando y he ganado un premio, algunas de ellas se han envalentonado y han vuelto a la universidad a empezar o acabar sus doctorados. Así que sí, creo que es importante reconocer el trabajo y los resultados obtenidos por mujeres en particular, porque comparadas con los hombres, ellas lo tienen más difícil.

A mí me gustaría ser un ejemplo sobre todo para mis compañeras de universidad que tiraron la toalla después de buscar mucho tiempo un trabajo. Conozco a muchas mujeres que sienten pasión por la ciencia y han tenido que abandonarla para vivir una vida que no es la que ellas buscaban.

¿Y cree que su imagen servirá para que los empresarios dejen de lado los prejuicios de género a la hora de contratar? 

Me gustaría que los dueños de las empresas en Túnez, que aún están en manos principalmente masculinas, se dieran cuenta de que van a salir ganando si contratan mujeres. Los compañeros que estudiaron conmigo entraron a trabajar en el sector privado y con el tiempo han ido promocionando hasta convertirse en jefes. Ojalá mi ejemplo les sirviera para contratar mujeres. Y, aunque hay muchos que están a favor, otros muchos aún tienen la concepción de que la tarea de la mujer es tener hijos. A la sociedad tunecina le va a costar más tiempo asumir la igualdad que al ámbito científico. Las obligaciones familiares y domésticas serán, durante mucho tiempo, un asunto femenino.

Fuente de la entrevista: http://www.agenciasinc.es/Entrevistas/La-universidad-en-Tunez-sera-femenina-en-la-proxima-generacion

Fuente de la imagen: http://www.agenciasinc.es/var/ezwebin_site/storage/images/en-exclusiva/programados/la-universidad-en-tunez-sera-femenina-

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Entrevista a Christiana Figueres: “El cambio climático es un asunto de derechos humanos y seguridad internacional”

10 Septiembre 2017/Fuente:iberoamericasocial /Autor:Padilla y Piedra

Su padre gestó una revolución armada a finales de los 40 en Costa Rica, cambiando la historia de este país centroamericano para siempre, y dando paso a una de las democracias más sólidas de la región. Hoy, la hija del caudillo José Figueres Ferrer, es líder  mundial al frente de una de las batallas más dramáticas e importantes que enfrenta la humanidad: el calentamiento global.

En esta carrera del ser humano contra su propia  autodestrucción, su vocación por el servicio público le impidió mantenerse al margen, dedicando así su vida a esta lucha. Recientemente, como Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, fue una de las artífices del Acuerdo de París, en el cual el mundo alcanzó históricos entendimientos para atender esta problemática, compromisos hoy bajo ataque por polémicas figuras, como el electo presidente de los Estados Unidos Donald Trump.

Catalogada como una de las mujeres más influyentes del mundo por revistas como Forbes y Times, Christiana aspiró sin éxito a ser la primera mujer en alcanzar la Secretaría General de la ONU, enfrentándose a los poderes más recalcitrantes del planeta y a un sistema multilateral que aún arrastra vicios antidemocráticos y patriarcales.

“Lo imposible no es una verdad absoluta, imposible es una actitud ante la vida”, fue su lema de campaña en las Naciones Unidas. En esta entrevista doña Christiana nos cuenta cómo hacer de lo imposible una realidad alcanzable, o al menos, como dicen, morir con las botas puestas en el intento.

Iberoamérica Social: La Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2015 sorprendió al mundo y le dio esperanza con la adopción del Acuerdo de París, uno de los esfuerzos más relevantes de nuestros días, y liderado por una costarricense, ¿Cuáles son los principales logros y qué queda pendiente?

Christiana Figueres: Hay varias cosas que son críticas dentro del Acuerdo de París. Lo primero es que establece la línea de referencia que cada país va a usar como su inicial contribución a este esfuerzo. Se invitó a cada país a que montara su plan nacional de cambio climático y contribución al esfuerzo global. Eso es muy importante porque cada país pudo hacer su asesoría técnica y sectorial. Si hubiéramos definido de entrada que todos los países deben contribuir de igual manera, en los mismos sectores, pues no hubiera salido el Acuerdo, porque cada país es absolutamente sui generis. Le abrimos la puerta a cada país, pero bajo la condición de que era la contribución inicial y que sobre esa base se seguirá construyendo y mejorando cada cinco años.

El punto dos, es que el Acuerdo marca la trayectoria sobre la cual cada país va a contribuir a la des carbonización, se establece la dirección en la cual se mueve la economía global basada en un imperativo científico, tecnológico y moral. El Acuerdo apunta a una sola dirección común que es la des carbonización de la economía, la dirección en la cual vamos evolucionando.

El punto tres es la meta final, la parte que fue más difícil de negociar. Cuando iniciamos un viaje empezamos en un punto de partida, atravesamos un ruta y arribamos a alguna meta, no salimos sin saber a dónde vamos, porque de lo contrario no podemos medir lo que hicimos. Nuestra meta es la carbono neutralidad global para la segunda mitad del siglo. Además, algo crucial del Acuerdo es que reconoce que los gobiernos nacionales no pueden por sí solos, aunque tienen la mayor responsabilidad porque son las Partes del Acuerdo. Se reconoce por primera vez las acciones del sector privado, las ONG’s, los individuos, se conforma una red de actores que son los que van a hacer la diferencia para alcanzar la meta.

El único punto que yo lamento que no se pudiera incluir en el Acuerdo, pero que si de haberlo incluido probablemente no hubiéramos alcanzado Acuerdo, es la urgencia. La urgencia de la acción en cambio climático es algo difícil de explicar y es muy difícil de ser aceptada especialmente por los países en desarrollo. Si nosotros no llegamos al punto máximo de disminución de la emisiones globales para el año 2020, no vamos a poder llegar a la carbono neutralidad en la segunda parte del siglo a costos manejables. Digamos que seguimos aumentando las emisiones y llegamos a un punto de inflexión tarde, en el 2025 o 2030; ahí vamos a tener que afrontar dos cosas: pérdidas en vidas humanas y costos económicos gigantes, porque vamos a tener que transformar la economía y pujar la tecnología más drásticamente.

Ese sentido de urgencia de llegar a un punto de inflexión para el año 2020 que es lo que nos dice la ciencia no se incluyó en Paris, porque a la primera escucha suena como si fuera una amenaza para los países en desarrollo. La razón es que el mundo se ha venido desarrollando en los últimos 150 años de acuerdo a una curva con el aumento del producto bruto global unido al porcentaje de gases de efecto invernadero. Tenemos en la cabeza que esas dos curvas van de la mano. Hay que desligar la curva del PBG que sigue subiendo en los países en desarrollo de la curva de los gases de efecto invernadero. No obstante, si uno interpreta el Acuerdo lo que dice es que tenemos que permitirle a los países en desarrollo que sigan en su crecimiento económico pero sin que se sigan subiendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

IS: Su candidatura a la Secretaría General representaba dos cosas a nuestro parecer. Proviene de un país que promueve la paz internacionalmente, sin ejército, y, además,  usted se especializa en temas de medio ambiente, también un tema importante en la política exterior de Costa Rica. Ambos tópicos, pueden resultar incómodos para las grandes potencias que son las que más contaminan, y que cuentan con aparatos y operaciones militares desplegados en todo el mundo. ¿Considera que ello influyó en no alcanzar el puesto?

CF: Yo creo que el hecho de que vengo de un país desmilitarizado, habiendo tomado la decisión tan tajante e intencional de no tener ejército, es una decisión que se tomó en el 48 pero que la hemos interiorizado, nos sentimos orgullosos de eso y es parte de nuestra espina dorsal. Creo que en el Consejo de Seguridad eso como mínimo levantó un signo de pregunta. Si bien el Consejo de Seguridad está comprometido con la paz, la verdad es que el 100 por ciento de las conversaciones son sobre conflictos, y entonces ahí pudo haber una reticencia y yo me di cuenta de eso con las preguntas que me hicieron. En lo segundo, también tienen razón, mi trayectoria en la ONU se ve en un campo que se mira ambiental, aunque a mí me parece que es económico y social. Algunos opinaban que mi trayectoria en la ONU es en un tema que tal vez no es muy contundente o que es un tema que no se lleva a los más altos niveles de la ONU.

Además agregaría, al buen diagnóstico que ustedes han hecho, que yo me dediqué durante muchos años, incluido el Acuerdo de Paris, a una diplomacia activa, a incluir a otros sectores, a la población civil, organismos internacionales y eso a muchos gobiernos sinceramente no les gusta. Sienten que las decisiones de la ONU son nada más de gobiernos nacionales y que son ellos quienes deben tomar las decisiones.

Otra cosa más que fue incómoda para ciertos países, es el compás moral bastante claro que salió en el debate público que organizó la Asamblea General y Al Jazeera, cuando preguntaron quién estaría dispuesto a pedir perdón por lo que hizo la ONU en Haití y yo fui la única en levantar la mano. A mí me extrañó que todos mis demás colegas no levantaran la mano; pero con esto una demuestra que hay un compás moral que no siempre es compartido por todo el mundo y que es un compás moral muy tico. Y además, ¡ser mujer! ¡imagínense qué barbaridad! ¡La suma de estos factores fueron demasiado para el Consejo de Seguridad!

IS: Entonces ser mujer fue un punto importante que limitó su aspiración…

CF: Sí, yo creo que para todas las 6 candidatas el factor género jugó en contra de nosotras. Definitivamente, yo sentí, y así lo he compartido con mis colegas amigas candidatas, que en el Consejo de Seguridad no hay suficiente conformidad con la idea de que una mujer pudiera estar en esa silla. Acordémonos que en el Consejo son todos hombres, con la excepción de la embajadora de EE.UU., y algunos de ellos han estado ahí desde hace 10, 12, 15 años y siempre han trabajado con hombres.

IS: Usted indicó en varias oportunidades que el cambio climático debe ser considerado un asunto de seguridad internacional, ¿Por qué?

CF: Creo que el mejor ejemplo de eso es Europa en este momento, porque nosotros vemos una población migrante de Europa que están viniendo más que todo de países en conflicto. Si a esos países en guerra, le agregás los que estarán en conflicto con la naturaleza, y con la capacidad de su propia tierra de darles alimento y de sostener la vida, vamos a tener una situación muy poco manejable. Actualmente, tenemos 60 millones de desplazados, el nivel más alto de la historia, eso no es nada con respecto al desplazamiento que podríamos tener si nos fijamos en países como India o Bangladesh, o zonas de África, que pierden el terreno al mar o se desertizan, ahí la gente no podrá llevar el alimento, no tendrá agua. Estos 60 millones se podrían duplicar o triplicar si nosotros no controlamos el cambio climático, y esas personas que están desesperadas son las que utiliza el terrorismo para ganar aliados. ¿Cómo van a sobrevivir ellos o sus hijos? El desespere los lleva a unirse a estas causas. Por eso yo creo que hay una gran vinculación.

IS: Entonces es un tema de derechos humanos también…

CF: Es una cuestión de derechos humanos desde el principio hasta el final. El primer derecho humano que pierda esta gente es el derecho a quedarse en su hogar, en su tierra y poder vivir ahí. Ya pierden ese derecho. Segundo, empiezan a migrar, y durante el camino de migración y desplazamiento sufren atropellos de sus derechos humanos; sobretodo las mujeres, víctimas de injusticias físicas, morales y psicológicos. Los niños sufren también, pierden sus derechos humanos a la salud, a la educación, a la alimentación, entre otros. Todos sus derechos básicos los pierde esta población. Y tercero, cuando llegan a su destino, en muchas ocasiones se dan nuevos atropellos a sus derechos humanos porque vienen de otra cultura; hemos visto esta discriminación con la gente que está migrando por necesidad. Entonces esta problemática se convierte en una tragedia de derechos humanos desde el principio hasta el final.

IS: ¿Qué pasaría si el Presidente electo Trump realmente concreta sus intenciones de retirar la firma del Acuerdo de París y de no darle seguimiento al plan de reducción de emisiones de carbono de la Administración Obama (Clean Power Plan)? Inclusive ha propuesto eliminar estas restricciones por considerar que “eliminan puesto de trabajo”.

CF: Bueno, varias cosas, número uno, en cuanto a lo legal, hay que acordarse que hay una cláusula en el Acuerdo de París que establece que cualquier país con deseos de retirarse necesita iniciar el trámite y esperar tres años, y después un año adicional; entonces él no puede sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París hasta dentro de cuatro años, cuando él ya está terminando su periodo. Lo que sí podría hacer es dejar de cumplir, porque no hay una penalidad. Cualquiera de estas opciones son pasos legales, pero también pasos diplomáticos bastante serios. Así las cosas, EE.UU. como país, como aliado, sufriría efectos negativos que debería mitigar, tendría un problema de credibilidad; pero también a quien perjudicaría sería a la misma industria de los EE.UU., porque es obvio que la economía global se está descarbonizando. Es evidente que los países se están pasando a tecnologías nuevas y de bajo carbono, y si abandonan el Acuerdo de Parías, no existirá un incentivo para mantenerse al día con las tendencias y transformaciones tecnológicas del futuro; se mantendrían con una economía del Siglo XX, cuando todos ya están en el Siglo XXI.

IS: ¿Cuánto afectaría esto al apoyo de otros países altamente contaminantes, por citar un ejemplo India, en la implementación del Acuerdo de París? Un riesgo puede ser: si EE.UU no lo hace ¿por qué lo harían los países en vías de desarrollo?

CF: Yo no creo que si EE.UU. se sale, todos los demás países se vayan a salir, porque cada uno de los países puso su contribución nacional, de acuerdo con sus fortalezas y oportunidades, para empezar la des carbonización de su propia economía. Yo creo que si EE.UU. deja de cumplir el Acuerdo de París, a quien vamos a ver surgir muy rápidamente como líder de des carbonización es a China, porque China se ha dado cuenta que esto es muy positivo para su economía.

India va a seguir adelante pero un poco más lento, esto porque cuenta con mucho apoyo tecnológico y financiero, parte del cual proveniente de los EE.UU., si EE.UU. retira esta ayuda, pues le sería mucho más difícil.

China sí puede sola, y no solo China, sino que recientemente 47 países en vías de desarrollo, incluido Costa Rica, negociaron su intención para generar una des carbonización total del sector energético, eso después de las elecciones en EE.UU.; elección que no lo pudo echar para atrás.

Esto es como si fuéramos todos en una vía rápida en una sola dirección, y uno de los vehículos decide salirse de la vía y estacionarse, pone las lucecitas amarillas y todos vuelven a ver. De estos vehículos siempre va a ver, pero no debemos concentrarnos en estos. Que este vehículo se detenga no cambia la dirección de la vía. No hay que distraerse ni perder el tiempo con un vehículo que ha decidido detenerse, porque generalmente estos vehículos que ponen las luces intermitentes y se detienen, es porque tienen un problema…

IS: ¿Cuáles son los mayores retos que tenemos como región latinoamericana para implementar el Acuerdo de París?

CF: Yo creo que los mayores retos están en cómo acelerar la transición del gas a la energía renovable, hay algunos países que todavía está con carbón, como es Colombia por ejemplo, pero la verdad es que son pocos, la gran mayoría, en cuanto a su generación de electricidad, lo hacen con gas natural o con energías renovables. América Latina tiene un amplio recurso de energías renovables, como la solar, eólica, hídrica y geotérmica, que es un recurso bastante inusual en el mundo, tenemos muchísimo recurso natural para energía. Entonces para nosotros, el gran reto es cómo acelerar más rápido la explotación de estos recursos, en vez del gas natural. Estos combustibles renovables no solo no contaminan, son autóctonos y endémicos de cada país. Pensemos en matrices energéticas no solo para no contaminar, sino también para fortalecer nuestra seguridad energética. Ese es el reto más grande de América Latina.

Por supuesto, también el uso del suelo, ya que contamos con las más altas tasas de deforestación en el mundo. Eso hay que revertirlo.

IS: ¿Cuál considera usted sería la estrategia adecuada para la financiación climática e involucrar al sector privado?

CF: Yo no creo que sea arte de magia. El sector privado va a invertir donde ellos vean que hay un riesgo manejable y donde hay una buena probabilidad de obtener ganancias. Punto final. De lo que se trata es de construir los escenarios en los que el sector privado se vea incentivado para hacer esas inversiones. No se le está pidiendo al sector privado que sean ellos los que salvan al planeta, lo que se les está pidiendo, es que pongan su cabeza y sus inversiones en las tecnologías limpias; así entonces el capital fluye, no es tan complicado.

IS: ¿Qué hará Christiana en el futuro?

CF: Tengo la suerte de poder seguir trabajando en el tema que me apasiona, al que le he dedicado mi vida…Estoy comprometida con esta misión, que muchos dicen es imposible, pero que yo quiero hacerla posible.

Fuente de la entrevista: Padilla, S., Piedra, D. (2017). Christiana Figueres: “el cambio climático es un asunto de derechos humanos y seguridad internacional. Iberoamérica Social: revista-red de estudios sociales VII, pp. 19 – 24. Recuperado en http://iberoamericasocial.com/ el-cambio-climatico-es-un-asunto-de-derechos-humanos-y-seguridadinternacional/

Fuente de la imagen: https://iberoamericasocial.com/wp-content/uploads/2017/01/CF3-1024×681.jp

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Trump y la geoingeniería: un muro en el cielo

Silvia Ribeiro

El 24 de marzo 2017 se realizó un foro en Washington DC, Estados Unidos, sobre geoingeniería solar –formas de alterar la intensidad de los rayos solares que llegan a la Tierra, supuestamente para contrarrestar el calentamiento global. Esto tendría una serie de fuertes impactos injustamente repartidos en el globo, como más sequías y desequilibrios climáticos en Asia, África y América Latina. Quienes promueven estas tecnologías afirman que eso sería un mal menor. Claro, no será en su territorio donde ocurrirán los peores impactos con la aplicación de estas tecnologías.

Se anunció allí la intención de realizar en 2018 el experimento de geoingeniería solar más grande hasta el momento, a cargo de un equipo de la Universidad de Harvard, a menos de 100 kilómetros de la frontera con México. Según David Keith, que lidera el proyecto, llamado Perturbación Estratosférica Controlada o SCoPEx (por sus siglas en inglés), se hará en colaboración con la empresa espacial privada World View, en su puerto espacial privado en Tucson, Arizona. Planean esparcir partículas de sulfato, calcio y otras sustancias en la estratósfera con un globo y usar drones equipados con sensores para estudiar las reacciones químicas y físicas. Keith está financiado entre otros por Bill Gates, pero buscan más fondos para este experimento. (http://tinyurl.com/mzpaodv).

Hay muchos impactos ambientales y de otros órdenes con los experimentos de geoingeniería (http://tinyurl.com/mj689pm). Este violará la moratoria de facto contra la geoingeniería establecida en el Convenio de Diversidad Biológica (CDB), que admite experimentos de pequeña escala, pero solamente en un entorno controlado y que no genere daños transfronterizos, lo cual este proyecto no puede asegurar. Estados Unidos no es parte del CDB, algo que aprovechan los geoingenieros.

El foro, organizado por los programas de geoingeniería de Harvard y la Universidad de California (UCLA), se enfocó en el estado técnico y de gobernancia de la geoingeniería para manejo de la radiación solar en Estados Unidos, otra paradoja, ya que la geoingeniería se propone modificar el clima global y no se puede regular en un solo país. Reunió a un centenar de académicos, funcionarios, periodistas y algunas ONG, entre ellas grandes conservacionistas ligadas a intereses de empresas trasnacionales, como Environmental Defense Fund y The Nature Conservancy, que se han sumado a la promoción de la geoingeniería. Que el foro se realizara en Washington DC, muestra la intención de captar apoyo gubernamental.

Pese al reciente decreto de Trump desmantelando el programa de cambio climático del anterior gobierno, seguramente no se opondrá, y podría apoyar activamente, este tipo de experimentos para construir un muro en el cielo –para tapar el sol, imitando el efecto de una erupción volcánica–, ya que varios de sus colaboradores más cercanos son ardientes defensores de la geoingeniería. La manipulación del clima es buen negocio, crea mercados cautivos, tiene potencial de uso bélico y no demanda reconocer qué o quién causa el cambio climático, ni hacer cambios en políticas y patrones energéticos. Por el contrario, permite seguir con las causas que calientan el planeta y hacer negocios con tecnología para enfriarlo.

Por ello, entre los conocidos promotores de la geoingeniería en la administración Trump está Rex Tillerson, actual secretario de Estado, ex director de Exxon. Esta megaempresa petrolera ha promovido activamente la geoingeniería desde hace décadas, por ejemplo a través de Haroon Keshgi, jefe del programa de cambio climático de Exxon. Este año, la trasnacional logró incluso introducir a Keshgi en el equipo del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) que está redactando el informe sobre cómo limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados, marco en el cual ya han propuesto que se considere la geoingeniería. Tillerson declaró en diciembre 2016, que el cambio climático no es más que un problema de ingeniería. (Ver ETC Group, http://tinyurl.com/m4dkhkf)

Otro prominente defensor de la geoingeniería del gobierno Trump es David Schnare, del equipo de transición de Trump y hasta marzo 2017 alto funcionario de la EPA. Ser un conocido negador del cambio climático no le impidió trabajar desde 2007 por la inclusión de un plan multianual de apoyo oficial a la geoingeniería y estuvo a punto de lograr que un comité del Senado le aprobara discretamente (titulado con otro nombre) 5 millones de dólares para ello, pero un periodista difundió la maniobra y fue cancelado. Schnare sigue pujando por un programa de apoyo público a la geoingeniería, particularmente para alterar la radiación solar. En 2009 explicaba en una lista sobre geoingeniería cómo enfrentar a los críticos, hay que desafiarlos a elegir entre la muerte por daño económico [por cambiar el modelo petrolero], la muerte por inacción política, la muerte por cambio climático o la vida gracias a la geoingeniería. Un discurso curiosamente convergente con el de David Keith.

Newt Gringich, ex congresista, vocero y notorio colaborador del equipo de Trump, es otro agresivo promotor de la geoingeniería. En el American Enterprise Institute, uno de los institutos financiados por la industria petrolera para producir informes que negaran el cambio climático, estableció un proyecto a favor de la geoingeniería.

Negar el cambio climático no se contrapone sino que va en la misma dirección que la geoingeniería: se trata de no cambiar las causas reales del problema y justificar que los grandes emisores puedan seguir sus negocios como siempre, o mejor dicho, aumentarlos con los negocios de comercio de carbono y tecnologías de geoingeniería.

*Investigadora del Grupo ETC

Fuente del articulo: http://www.jornada.unam.mx/2017/04/01/opinion/018a1eco

Fuente de la imagen: http://www.surysur.net/site/uploads/2014/09/geoingenieria-1.jpg

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200 países declaran la lucha contra el cambio climático como «irreversible»

Por: Lucia Villa/publico.es/19-11-2016

La cumbre del clima de Marrakech aprueba un documento político de apoyo al Acuerdo de París y sus compromisos.

MARRAKECH. -Los cerca de 200 países reunidos estos días en la cumbre del clima de Marrakech han aprobado a última hora de este jueves una declaración conjunta de apoyo al Acuerdo de París contra el cambio climático que se aprobó hace un año.

La Proclamación de Acción de Marrakech por el Clima y el Desarrollo Sostenible, como se denomina el documento, hace hincapié en el «impulso irreversible» que supone ya la lucha contra el calentamiento global, en un momento en el que se teme por la viabilidad del Acuerdo de París tras la elección de Donald Trump, abierto negacionista, como nuevo presidente de EEUU.

«Este año hemos visto el extraordinario impulso en cuestiones de cambio climático en todo el mundo y en foros multilaterales. Este impulso es irreversible y ha estado liderado no sólo por gobiernos, sino por la ciencia, las empresas y la acción global de todo tipo y a todos los niveles», señalan.

El texto no supone en la práctica la toma de nuevas decisiones en la lucha contra el calentamiento global, sino que se trata de una declaración política para mantener los compromisos ya adoptados en París. En este sentido, los firmantes consolidan su compromiso con un Fondo Verde para el Clima de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020, llaman a un «urgente incremento de la ambición» en los objetivos de reducción de emisiones adoptados, así como a una «fuerte solidaridad con aquellos países más vulnerables a los impactos del cambio climático», entre otros aspectos.

«Nuestra misión ahora es construir rápidamente sobre ese impulso, juntos, avanzando con el propósito de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar los esfuerzos de adaptación, beneficiando y apoyando la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y sus objetivos», afirman.

Información de la imagen: La jefa de cambio climático de la ONU, Patricia Espinosa, el ministro de Exteriores marroquí, Saleheddin Mezuar, el rey de Marruecos, Mohamed VI y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante la cumbre de Naciones Unidas para el Clima (COP22) en Marrakech. EFE.

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