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El PIN parental: un ataque a la escuela pública, al pluralismo democrático y a los derechos de la infancia

El profesorado, y la comunidad educativa en su conjunto, han de estar muy alerta para desentrañar todas las maniobras de quienes en nombre de la libertad quieren cargársela imponiendo sus particulares puntos de vista; o de quienes apelando a la democracia resucitan viejos y nuevos autoritarismos.

Vox -el partido donde se funde el franquismo histórico con los postulados de la nueva extrema derecha- cabalga a galope en la educación. Su primera iniciativa es la del Pin parental, mecanismo que permite a las familias vetar actividades y contenidos que se opongan a sus creencias morales e ideológicas. Esta iniciativa trata de arrastrar a los otros partidos de la derecha -Partido Popular y Ciudadanos- que gobiernan en las comunidades autónomas de Madrid, Andalucía y Murcia. El Ministerio de Educación ha ha enviado una interpelación para que no se aplique al entender que vulnera la legalidad democrática y los derechos de la infancia. Los contenidos que se cuestionan por parte de Vox son, de momento, los relacionados con la diversidad afectivo-sexual y la igualdad de género. Por eso también se han pronunciado en su contra diversos colectivos educativos y sociales, entre ellos los feministas y LGTBI.

Lo del veto parental no puede leerse como una propuesta aislada sino que forma parte de una ofensiva que las fuerzas conservadoras y reaccionarias van fraguando desde hace tiempo y que, a buen seguro, con el nuevo gobierno de izquierdas, emergerán con más virulencia al menos en tres direcciones y contextos.

La primera ofensiva, es la de la privatización, concretada en la libre elección de centro, un proceso que poco tiene que ver con la libertad educativa real, con un derecho democrático y mucho menos con la igualdad de oportunidades, pues genera un alto grado de segregación y marginación (véase artículo de Julio Rogero). Su discurso es claro: primero elegimos el centro que más nos conviene por nuestra posición social y luego hacemos un uso extensivo y abusivo de la libertad para imponer lo que nuestros hijos deben aprender en función de nuestros intereses particulares, de nuestras convicciones ideológicas y de nuestras creencias religiosas.

La segunda ofensiva, expresada de forma encubierta, trata de deteriorar la imagen de la escuela pública, atribuyéndole, mediante una burda manipulación, la falta de libertad y el adoctrinamiento ideológico. Para lograr tal propósito no es necesario demostrar nada con datos y evidencias. Basta con generar ruido mediático, confusión entre las familias, miedo entre el profesorado y dudas e incertidumbres sobre el funcionamiento presente y futuro de la escuela pública, en un momento en que este modelo escolar goza de tanta o más calidad que la escuela concertada. El futuro sí les preocupa y mucho: porque la pugna por la captación de más alumnado -clientes, les llaman- se acrecienta en un momento de progresivo descenso demográfico. Una batalla de enorme calado por la hegemonía educativa y cultural.

La tercera ofensiva se sitúa en el ámbito internacional y es compartida por todos aquellos países gobernados o con una influencia poderosa de la extrema derecha, y alentada por grupos evangélicos extremistas o ultracatólicos. La lista es larga y viene de lejos. Basta recordar, a modo de ejemplo, las negativas de bastantes centros estadounidenses a enseñar la teoría darwinista de la evolución o, más recientemente, las tentativas del activismo de los derechos de los hombres blancos -que no humanos- que “se sienten discriminados”; la caza de brujas emprendida contra la presencia de Paulo Freire en las aulas por parte del gobierno brasileño de Bolsonaro, o las presiones de padres y madres para que no se pasen ciertos vídeos sobre cuestiones consideradas controvertidas y que han terminado con expulsiones docentes; y en distintas comunidades autónomas del Estado español ya se han dado casos de denuncias familiares que han terminado en el juzgado por defender en las aulas el legítimo derecho de huelga, por comentar conflictos sociales y políticos, por cuestiones relativas a la diferencia sexual o por la enseñanza de otras lenguas cooficiales junto al castellano. Y mañana, el foco de la denuncia y la censura puede trasladarse a la inmigración, las personas refugiadas, el cambio climático o la memoria histórica. Tampoco ayuda demasiado el hecho de que el cordón sanitario que se mantenía en Italia contra el fascismo o en Alemania contra el nazismo se haya relajado y hasta desactivado en algunos aspectos.

La iniciativa del veto parental u otras de carácter similar atentan contra derechos básicos, el pluralismo en una sociedad democrática y contra la función de una escuela abierta a la realidad. Vayamos por partes.

En primer lugar, el veto parental contradice algunos artículos básicos de la Constitución, el espíritu y la letra la LOMCE -la actual ley educativa- que reconoce la educación integral, así como a la normativa que desarrolla el currículo en las comunidades autónomas, donde se incluyen contenidos y actividades como los que se pretenden impugnar. También contradice los diversos tratados internacionales como los Derechos Humanos y la Convención de los Derechos de la Infancia que reconoce que esta es sujeto de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, entre los cuales cabe mencionar el respeto a la diversidad de género, sexual y racial; el de la libertad de expresión, pensamiento, conciencia y religión; y el derecho a la información y a no ser objeto de intromisiones. El Estado y los poderes públicos, al igual que cuida de la protección física y psíquica de la infancia, también ha de velar por la protección de sus derechos éticos y democráticos. Estos están por encima de las creencias de las familias. La libertad no se impone sino que se ejercita de forma autónoma. Nadie puede atribuirse su monopolio.

En segundo lugar, la escuela pública en una sociedad democrática garantiza el pluralismo, con la inclusión, el intercambio y el aprendizaje de las diversas ideas, visiones y valores. Asimismo, protege el más escrupuloso respeto hacia las distintas maneras de ser, definirse y relacionarse de los seres humanos, en razón de su sexo, cultura u otras, siempre y cuando no atenten a los derechos anteriormente señalados; pero el respeto a la diversidad no puede desligarse de la igualdad, porque los seres humanos somos o deberíamos ser más iguales -en derechos- que diferentes. La escuela democrática no adoctrina, no impone una determinada manera de pensar -el qué pensar- sino que abre caminos al pensamiento y a la reflexión: al cómo pensar, una distinción que no es baladí. Por eso destierra adoctrinamientos, dogmatismos, sectarismos y fundamentalismos. Por otro lado, no hay democracia sin participación ni control. De ahí que en la actualidad se contemplen diversos mecanismos de participación y control democrático de los diversos actores educativos y, entre ellos, la familia: asociaciones de padres y padres, consejos escolares, representantes de clases, etc. Y si es necesario se crean otros con tal de mejorar la fluidez informativa y comunicativa. Y es en este contexto que, a principios de curso y cuando haga falta, se explican los proyectos educativos de centro, los contenidos del currículo y la programación de las diversas actividades. Y, obviamente, en el ámbito familiar, hay un amplio campo para desarrollar libremente otro tipo de intervenciones educativas que pueden superar mucho o poco con las contempladas en el currículo. Pero las reglas que regulan el espacio privado son distintas de las que conforman el ámbito público.

Y en tercer lugar, existen razones pedagógicas de peso. ¿Quién puede negar a estas alturas que la escuela ha de abrirse a la realidad y a la vida o que, al propio tiempo, la riqueza de la vida cotidiana no entre en las aulas? ¿Acaso una de las funciones de la escuela no es la de mostrar el mundo y el de comprenderlo a tenor de los cambios acaecidos en el campo tecnológico, económico, social y cultural? ¿Qué movimientos de innovación o renovación pedagógica, desde la más amplia pluralidad, no han tratado de responder afirmativamente a estos interrogantes? La educación escolar educa para la formación de un pensamiento libre y para la adquisición de un criterio propio. Para ello cabe ensanchar la mirada y no cerrarla, así como aprender a leer una realidad cada vez más compleja y cambiante con todos sus colores y no reduciendo la paleta al blanco y negro. Hannah Arendt lo dice muy bien: “Cuantos más puntos de vista tengamos presentes cuando estemos valorando un asunto determinado, y como mejor me pueda imaginar cómo sentiría y pensaría si estuviera en el lugar de otros, más fuerte será mi capacidad de pensamiento representativo y más válidas serán mis conclusiones, mi opinión”.

El profesorado, y la comunidad educativa en su conjunto, han de estar muy alerta para desentrañar todas las maniobras de quienes en nombre de la libertad quieren cargársela imponiendo sus particulares puntos de vista; o de quienes apelando a la democracia resucitan viejos y nuevos autoritarismos.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2020/01/21/el-pin-parental-un-ataque-a-la-escuela-publica-al-pluralismo-democratico-y-a-los-derechos-de-la-infancia/

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Guía de actuación contra el «PIN parental»

USTEA ha detectado que se están recibiendo en los centros docentes públicos de Andalucía preocupantes escritos impulsados por organizaciones de ideología abiertamente machista y xenófoba perteneciente a un sector minoritario de familias, auspiciadas
por grupos de extrema derecha, que fomentan los discursos de odio y abominan de la igualdad y el respeto a la diversidad, que desoyen la emergencia climática o niegan y pervierten episodios de nuestra Historia, reclamando el supuesto derecho que les asiste a cercenar la formación de los y las menores mediante el registro de autorizaciones expresas o peticiones de preferencias de exclusión de parte del alumnado en las actividades programadas por el centro educativo (Pin parental).

Ante esta situación y tras un análisis de la realidad normativa educativa tanto autonómica, como nacional, desde USTEA queremos aclarar los derechos que asisten tanto a equipos directivos, como a docentes y a menores. Para ello hemos elaborado esta guía, esperando que pueda ser de utilidad para los centros y el profesorado. Además, pedimos su máxima difusión para que pueda llegar al máximo de centros de Andalucía.

Puedes descargar la guía en formato PDF en el botón de descarga que encontrarás debajo del visor de documentos

Fuente: http://ustea.es/new/ustea-pone-a-disposicion-de-los-centro-y-los-docentes-una-guia-de-actuacion-contra-el-pin-parental/?fbclid=IwAR1keMG-Te0zPc86Uoz2EJOM6So3K_9N_C7fYVvXMFIGG6lv9oNgvZnKD4o
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Voces que irrumpen en el silencio. La lucha por los de derechos de las mujeres indígenas

Por: Alicia Moncada

Comprender que –históricamente- las indígenas han generado sus propias ideas y formas de resistencia ante la subordinación evita la infantilización que impregna la producción teórica feminista noreurocéntrica.

Sabemos que el movimiento y la resistencia indígena han develado al poder neocolonial racista, pero son las mujeres indígenas organizadas quienes revelan su fondo patriarcal. Ellas han podido “separar que cosas que sufren exclusivamente como mujeres y que específicamente como indígenas” (Aura Cumes, 2012, p. 2). Allí radica una de sus grandes contribuciones: nos muestran la imbricación de múltiples y simultáneas discriminaciones (etnia, sexualidad, clase y raza) en el fenómeno de la opresión patriarcal. Sus experiencias como oprimidas exponen los “lados perversos del poder desde su posición en los márgenes” (Ibídem, p. 3). Afirman, desde la resiliencia, que “si no fuera por el sufrimiento, tal vez no lucharíamos” (Comandante Esther citada por Guiomar Rovira, versión digital), teniendo que vencer la invisibilización y la disolución de sus reivindicaciones étnicas y de género en las premisas de un feminismo hegemónico blanco, liberal y burgués.

Además, este feminismo hegemónico aúpa un paradigma y la visión liberal de los Derechos Humanos que se caracteriza por desconocer las violaciones de Derechos que vivencian las indígenas como productos de la intersección de su situación de vulnerabilidad individual y colectiva. Cuando se presentan estas situaciones no sólo se violan los derechos de las indígenas como individualidades, sino como parte de un pueblo, por lo mismo “el avance de los derechos humanos de las mujeres indígenas está intrínsecamente vinculado a la lucha para proteger, respetar y ejercer, tanto los derechos colectivos de nuestros pueblos como nuestros derechos como mujeres” (Foro Internacional de Mujeres Indígenas, versión digital)

Ahora, para poder entender la opresión patriarcal que denuncian las mujeres indígenas debemos revisar la universalización de la noción de patriarcado, tomando en cuenta “la compleja sumatoria de causales de vulnerabilidad” (Karina Bidaseca, versión digital) que vivencian las originarias. Todas las sociedades han desarrollado sistemas sexuales, pero es preciso distinguir la manera en que se “han organizado los mundos sexuales y los modos empíricamente opresivos en que se han organizado los mundos sexuales” (Gayle Rubin, 1975, p. 8) En el caso del patriarcado se habla de un sistema sexual en donde el poder masculino, elaborando ideología sexista, se ha posicionado sobre el cuerpo de las mujeres. Pero es sólo “una forma específica de dominación masculina” (Idem). Los pactos patriarcales se efectúan dependiendo de la cultura y a través de coaliciones estratégicas, por lo que el análisis del patriarcado no puede basarse en categorías universalistas y antihistóricas. Asumir que la noción de patriarcado ha fungido como un localismo globalizado1, nos ayuda a entender los grandes impedimentos y severas limitaciones “para conocer y cuestionar la vida de las mujeres cuyos deseos, afectos y voluntad han sido modelados por tradiciones no liberales” (Aida Hernández y Liliana Suárez, 2008: 39).

Empero, el patriarcado occidental ha contribuido al sostenimiento del orden colonial moderno, pues aunque “siempre hubo jerarquía y relaciones de género como relaciones de poder y prestigio desigual (…) con la intervención colonial estatal y el ingreso al orden de la colonial modernidad esa distancia opresiva se agrava y magnifica” (Idem). Si las mujeres no indígenas fueron atadas, por adjudicación patriarcal, a un estado de pasión e instinto, las originarias poseen grilletes más poderosos que las condenan un estado inhumano. Nos dice Todorov que son indios al cuadrado, pues su atadura a un estado de naturaleza indomeñable es doble.

De la misma forma, dentro de las organizaciones de mujeres indígenas y su potencial emancipador, se han generado propuestas que surgen de la crítica a una idea de mujer genérica, universal –producto de la hegemonía del pensamiento feminista blanco, burgués y liberal- desde la que, generalmente, se construyen propuestas estatales, privadas y de la sociedad civil, basadas en una emancipación y empoderamiento neoliberal y asistencialista. Ante esta situación, las propuestas de las organizaciones de mujeres indígenas son acciones políticas que buscan “descolonizar al sujeto y develar la manera en que las representaciones textuales de aquellos sujetos sociales -construidos como “los otros”- (…) se convierten en una forma de colonialismo discursivo que no sólo da cuenta de una realidad sino que la construye” (Rita Segato, 2010, p. 25).

La construcción de categorías monolíticas de “mujer”, “mujeres” y “mujeres del tercer mundo” obvian “la relaciones complejas y dinámicas entre su materialidad histórica en el nivel de opresiones específicas y decisiones políticas, por un lado, y sus representaciones discursivas generales, por el otro” (Chandra Mohanty, 1984/2008, p. 16). La articulación del discurso de la “mujer indígena” refiere a una visión con la impronta “legitimadora del discurso humanista de Occidente” (Ibídem: 3) que convierte a las mujeres del “tercer mundo” e/o indígenas en objetos de análisis, sin ánimos de vislumbrar sus métodos de resistencia -ancestrales y actuales-antes las condiciones de la opresión patriarcal. De esta manera los feminismos eurocéntricos se “apropian y colonizan la complejidad constitutiva que caracteriza la vida de las mujeres” (Idem) con diversas procedencias étnicas. Esta situación es una trampa colonial que ve, en las mujeres indígenas, simples víctimas que no han encontrado salidas a su situación y que precisan de la tutela de los mecanismos de protección articulados desde una visión feminista que pregona una igualdad y equidad basada en una mujer genérica criolla y urbana.

Aunque algunas indígenas no cuestionen la dominación, muchas se han unido para desmantelar la opresión de sus culturas y la del mundo criollo-mestizo. Podría decirse que la subordinación patriarcal en los pueblos indígenas es “diferente a la del género occidental y que podría ser descripta como un patriarcado de baja intensidad” (Segato, 2010: 3). Pero independientemente de las diferencias entre un patriarcado y otro lo que sí podemos asegurar es las acciones de las indígenas organizadas socavan los privilegios masculinos dentro de sus comunidades y están en constante pugna con el patriarcado colonial moderno. Estas agrupaciones y sus acciones también surgen por la indiferencia de los hombres indígenas a introducir las reivindicaciones de las mujeres en la agenda de la lucha étnica. Estos varones que también padecen la discriminación étnica y el racismo, hacen doble uso de los privilegios patriarcales sobre las indígenas. Aprovechan las prebendas, fundamentadas en la cosmovisión y la tradición, que les brindan algunas de las culturas indígenas, mientras que emplean las prerrogativas del patriarcado colonialista para aislar a las mujeres en el ámbito de lo privado, la reproducción y el cuidado de los otros.

Millaray Painemal, investigadora Mapuche, señala las múltiples dificultades que tiene el trabajo político de las mujeres en las organizaciones mixtas lideradas por varones, dando la impresión de que los hombres, tal como afirma María Lugones “no se identifican con las mujeres” (Lugones, versión digital) ni sus problemas, aunque esto no implique una traición sino “una complicidad forzada” (Idem) por el mantenimiento del poder que ejercen sobre las mujeres. Las indígenas al agruparse por sus demandas de género desmantelan ese apartamiento hacia el ámbito de lo privado que obstaculiza el fortalecimiento de sus voces reivindicativas.

Comprender que –históricamente- las indígenas han generado sus propias ideas y formas de resistencia ante la subordinación evita la infantilización que impregna la producción teórica feminista noreurocéntrica. Las mujeres indígenas organizadas, desmontan pues la misión civilizatoria de un feminismo blanco/criollo/mestizo, nacionalista, nor-eurocentrado y burgués que andan en búsqueda de sujetas a quienes salvar del primitivismo y el sub-desarrollo. Un ejemplo es la construcción de la Ley revolucionaria de las mujeres del EZLN, esfuerzo generado por las indígenas combatientes, quienes se dedicaron a generar cambios en favor de la igualdad. Dice la mayor Ana María, del pueblo tzotzil, que “nosotras protestamos porque no había una ley de mujeres. Así nació, la hicimos y presentamos en la asamblea donde estamos todos, hombres y mujeres, representantes de los pueblos” (Citado por Rovira, 1997, p. 115). La configuración de la Ley fue un arduo trabajo comunitario de movilización y discusión, donde los hombres no participaron activamente. Dicen las zapatistas que “para redactarla iban las compañeras a las comunidades a platicar con las compañeras y a preguntarles cuál es su opinión y qué es lo quieren o necesitan que aparezca en una ley. Se fueron juntando las opiniones de las mujeres de cada pueblo y entonces las que sabemos escribir lo escribimos” (Idem). Esta acción hasta despertó el asombro del Sub-comandante Marcos quien describió inicialmente este levantamiento como “un verdadera revolución” (Idem)

Las mujeres indígenas organizadas instan al mundo a reconocer que “esa imagen de la india sumisa, callada y que ‘aguanta todo’ es una visión estereotipada y discriminatoria que demuestra una incapacidad para reconocer que nosotras, sin la ‘iluminación’ del feminismo criollo, podemos distinguir las desigualdades de género” (Organización de Mujeres Indígenas Amazónicas Wanaaleru, versión digital). Con sus planes, sueños y proyectos de cambio, ellas trazan el camino para que otras “despierten más y más y que tengamos la palabra todas las mujeres” (Comandante Susana citada por Rovira, 1997, p. 210). Aunque estas mujeres que siguen tejiendo cambios, pugnando por la erradicación de las discriminaciones que padecen y trabajando por un verdadero buen vivir, saben que todavía faltan muchísimos nudos que desatar. Mientras tanto, esas voces originarias en resistencia que irrumpen en el silencio de la discriminación, el dolor y la invisibilización seguirán exigiendo Derechos, promulgando exhortaciones y exclamando: somos y existimos.

Referencias bibliográficas

Bidaseca, Karina (2014) Cuerpos racializados, opresiones múltiples. Ser mujer, indígena y migrante ante la justicia. Versión digital [http://www.trabajosocial.unlp.edu.ar/uploads/docs/gt17__cuerpos_racializados__opresiones_multiples__ser_mujer__indigena_y_migrante_ante_la_justicia_.pdf]

Cumes, Aura Estela (2012) “Mujeres indígenas, patriarcado y colonialismo: un desafío a la segregación comprensiva de las formas de dominio” en: Anuario Hojas de Warmi, n° 17. Versión digital.

Foro Internacional de Mujeres Indígenas (2005) Declaración del FIMI de Beijing +10. Versión digital

Hernández, Aida y Suárez, Liliana (Editoras) (2008) Descolonizando el feminismo: teorías y prácticas desde los Márgenes. Madrid. Editorial Cátedra.

Lugones, Maria (2008) Colonialidad y Género. Versión digital [http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=39600906]

Mohanty, Chandra (1984/2008) “Bajo los ojos de occidente. Academia feminista y discurso colonial” en: Descolonizando el feminismo: teorías y práctica desde los márgenes. Madrid, Editorial Cátedra.

Organización de Mujeres Indígenas Amazónicas Wanaaleru (2014) Ideas estereotipadas comunes, racistas, colonialistas y eurocéntricas sobre las mujeres indígenas. Versión digital [https://wanaaleru.wordpress.com/2014/11/27/ideas-estereotipadas-comunes-racistas-colonialistas-y-eurocentricas-sobre-las-mujeres-indigenas/]

Rovira, Guiomar (2001) “Entrevista a la Comandante Esther” en Enlace Zapatista. Versión digital [http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2001/02/22/comandanta-esther-entrevista-con-guiomar-rovira/]

_____________ (1997) Mujeres de maíz. México. Ediciones Era

Rubin, Gayle (1975) (1996) “El tráfico de mujeres: Notas sobre la «economía política» del sexo.” En: Lamas Marta (Comp) El género: la construcción cultural de la diferencia sexual. México. PUEG.

Segato, Rita (2010) “Género y colonialidad: en busca de claves de lectura y de un vocabulario estratégico descolonial” en: Quijano, Anibal y Navarrete, Julio (Eds) La cuestión Descolonial. Lima. Universidad Ricardo Palma – Cátedra América Latina y la Colonialidad del poder.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/voces-que-irrumpen-en-el-silencio-la-lucha-por-los-derechos-de-las-mujeres-indigenas/

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Escuelas (in)seguras

Por: Ana Ojea

El hecho de que los centros educativos no sean lugares seguros para las personas no heterosexuales o con diversas expresiones o identidades de género es el motivo fundamental por el que no se visibilizan.

La diva de mi adolescencia recibió hace unos días el premio GLAAD “Defensora del cambio” 2019 por su apoyo al colectivo LGBTIQA+ y en su discurso ha dicho que “elegimos el amor y no nos rendiremos”.

Hace 29 años, entre mayo y julio de 1990, me sucedieron varios acontecimientos vitales importantes: fue mi peor curso escolar, superado finalmente con éxito en junio; el premio fue poder asistir al concierto de Madonna ese mes de julio en Vigo y la despatologización de la homosexualidad por la Organización Mundial de la Salud.

Mientras era muy consciente de los dos primeros, no supe hasta años después lo que hoy se conmemora. Aquel 17 de mayo de 1990 ni siquiera imaginaba, a mis 15 años, que pocos meses después empezaría a sentir por una chica una atracción que hasta ese momento se había considerado patológica.

Como cada cual, nos construimos y reconstruimos el relato de nuestras vidas; ahora pienso que era premonitorio que la única cantante de la que he sido fan promoviera la diversidad y la libertad de amar, por lo que no creo que fuera casualidad que me gustara tanto.

Pasadas casi tres décadas, eligiendo el amor como bandera y descartando la rendición como opción, me pregunto si ahora mismo las escuelas son más seguras que cuando cursaba 3º de BUP y empezaban a gustarme las chicas. Y no puedo responder categóricamente que sí.

No puedo afirmar que las escuelas sean seguras porque cada vez que se lo pregunto al alumnado, tanto de mi propio centro como de otros (desde que comenzamos la tutoría LGBT y el grupo de apoyo al alumnado LGBT hemos estado en una docena de centros) responden tajante y unánimemente que no. El hecho de que los centros educativos no sean lugares seguros para las personas no heterosexuales o con diversas expresiones o identidades de género es el motivo fundamental por el que no se visibilizan. Lógico cuando no se sienten protegides ante, por ejemplo, insultos normalizados como “maricón” o “bollera”.

No pienso que las escuelas sean espacios seguros porque conozco profesorado LGBT que tampoco se visibiliza, en muchos casos por miedo al acoso y a la discriminación, no sólo del alumnado sino también del profesorado, de los equipos directivos o de las familias, con un respaldo raquítico o, incluso, nulo por parte de algunas administraciones educativas. Y muchas de las profesoras y profesores que sí nos visibilizamos tenemos que luchar contra los prejuicios de las comunidades educativas, contra su LGBTfobia.

Tenemos que enfrentarnos a situaciones en las que nos dicen que la orientación sexual es como la religión, que debe ser algo personal y doméstico, cuando yo no conozco a ningún docente que deje en casa su heterosexualidad. O que cuando se desarrollan programas de atención a la diversidad afectivo-sexual y de género en los centros educativos y se realizan actividades de visibilización, se considera “sobredimensionada” la cuestión. Así que mientras nos escondamos todo va bien, pero cuando dejamos de escondernos, nos sobredimensionamos. Quizás hay quien considera que la política más adecuada para los centros educativos sea la misma que la vigente hasta 2010 (afortunadamente derogada por Obama) en el ejército norteamericano de: “No preguntes, no digas”.

Tampoco creo que los centros educativos sean seguros cuando hay docentes que sufren todo tipo de trabas por parte de los claustros o de los equipos directivos para tratar de impedir que trabajen la diversidad afectivo-sexual. Utilizando excusas absurdas o aplazando siempre las actividades propuestas, en nombre de ese mantra tan repetido de “en este centro no hay ningún problema, aquí no existe la discriminación”. ¿Qué tal si le pregunta a su alumnado?
No soy pedagoga pero la estrategia mal atribuida a los avestruces de esconder la cabeza no creo que sea muy educativa (ni efectiva).

Conozco, yo misma lo hago, profesorado que literalmente nos “acorazamos” con todas las leyes vigentes que amparan nuestro trabajo por la diversidad afectivo-sexual y de género y aún así hay quienes lo rechazan o lo cuestionan por “innecesario”. Incluso hay a quienes les falta un repaso a las leyes educativas en vigor porque discuten nuestra labor como educadores y educadoras y consideran que nuestro trabajo consiste únicamente en “enseñar”, contenidos curriculares, claro está.

No considero que las escuelas sean seguras cuando el 32% de docentes de un centro educativo votan en contra de su incorporación al proyecto de Red de Escuelas Seguras promovido por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y con el sello de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad del Ministerio de Sanidad, Servicios sociales e Igualdad del Gobierno de España. Y el 16% no se pronuncian, lo que me recuerda dolorosamente a la frase del Premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel: “La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima”.

Tampoco trabajamos en espacios seguros, ni docentes ni estudiantes, cuando la LGBTfobia sigue campando a sus anchas en la sociedad y en las propias familias, como un padre que ha dicho textualmente de mí que “no sabe quién cojones permite que una puta lesbiana sea profesora”. O el progenitor de una alumna que culpa a su madre de que su hija sea lesbiana. O el tío de otra alumna que le dice que le gustan las chicas porque tiene carencia de un padre. O el tío de un alumno que le decía a su madre que por dejarle estudiar música le iba a “salir maricón”.

Hace pocos días la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) denunciaba que España dejaba de estar entre los 10 países europeos más respetuosos con los derechos del colectivo LGBT.

Tal y como explica la propia Federación, “este descenso, según apunta ILGA Europa en su informe publicado con motivo del Día Internacional contra la LGTBIfobia (17 de mayo), se debe a la falta de una legislación que garantice los derechos de las personas LGTBI en todo el territorio estatal. Y es que, tal y como ha recogido esta organización internacional, algunos aspectos fundamentales como la prohibición de las terapias de reconversión, la creación de políticas para el fomento del empleo de las personas trans o el establecimiento de medidas para erradicar la discriminación contra el colectivo en los ámbitos sanitarios o educativos sólo están aprobados en determinadas autonomías”.

Por tanto, pienso que aunque afortunadamente hay algunas escuelas bastante seguras, estamos todavía lejos de que todos los centros educativos, desde educación infantil hasta las universidades, sean espacios totalmente seguros y libres de LGBTfobia.

Y mientras educamos para conseguir ese objetivo, seguiremos cantando “Express Yourself”, bailando “Vogue” y eligiendo el amor sin rendirnos.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/17/escuelas-inseguras/

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Mozambique y Costa de Marfil avanzan en derechos de mujeres y niños

África/Costa de Marfil y Mozambique/15 Agosto 2019/Globalvoices

Reformas a la ley de matrimonio abordan desigualdad y discriminación

En julio de 2019, Mozambique y Costa de Marfil se convirtieron en los países de África subsahariana que más recientemente han fortalecido leyes en beneficio de niñas y mujeres.

Mozambique aprobó una ley para penalizar el matrimonio infantil. Costa de Marfil buscó la igualdad de género con una reforma a la ley de matrimonio que eliminaba los derechos de la mujer sobre propiedad conyugal.

Mozambique criminaliza el matrimonio infantil

El 24 de julio de 2019, el Gobierno mozambiqueño aprobó la Ley de Prevención y Combate de Uniones Prematuras. Esta nueva ley penaliza los matrimonios de niñas. Todo aquel que oficie o autorice matrimonios de menores será sentenciado a prisión entre dos y ocho años. Todo adulto que entre en una unión marital o sexual con un menor de 18 años recibirá pena de prisión entre ocho y 12 años.

La Asamblea Nacional de Mozambique dio un paso importante para poner fin al creciente matrimonio infantil con la adopción unánime de una ley que prohíbe la práctica.
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Mozambique aprueba ley para terminar el matrimonio infantil.

Según el derecho de familia de Mozambique de 2004, la edad legal de matrimonio son 18 años. Se permitía el matrimonio a los 16 años con consentimento de padres, tutores o permiso judicial. El artículo 19 de la ley prohíbe el matrimonio infantil, pero el 48 % de niñas mozambiqueñas están casadas antes de cumplir 18 años.

Mozambique es uno de los diez país de África subsahariana con mayor incidencia de matrimonio infantil. Esta ley recién aprobada elimina el artículo que permitía los matrimonios de menores de 18 años.

En 2017, Naciones Unidas informó que la sequía obligó a las familias a casar a las niñas. La pobreza, las normas de género y los embarazos adolescentes son los factores principales detrás de los matrimonios de niñas en Mozambique.

La enmienda viene tras otras reformas para poner fin a la discriminación contra niñas madres y embarazadas. En diciembre de 2018, el Ministerio de Educación revocó un decreto que prohibía a las adolescentes embarazadas asistir a clases diurnas y las obligaba a estudiar de noche.

Cibernautas de todo el mundo elogiaron al Gobierno de Mozambique por este paso adelante hacia el fin del matrimonio infantil.

Juliana Nnoko-Mewanu

@NnokoMewanu

Great news! ‘s national assembly adopted a law banning . In addition to ensuring the law is fully enforced, govt authorities shld review efforts to increase school retention for girls as part of its strategy to end child marriage https://www.hrw.org/news/2019/07/19/mozambique-passes-law-end-child-marriage 

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Ver los otros Tweets de Juliana Nnoko-Mewanu

¡Excelente noticia! La Asamblea Nacional de Mozambique aprobó una ley que prohíbe el matrimonio infantil. Además de asegurar que la ley se aplique, las autoridades deberían revisar las iniciativas para aumentar la retención escolar para niñas como parte de su estrategia para poner fin al matrimonio infantil.

Sin embargo, a algunos les preocupa algunos aspectos de la ley, como su implementación y aplicación:

James Hall@hallaboutafrica

Want to marry a kid? Not in Mozambique any more. Parliament unanimously votes to criminalise child marriage. Marriage or sexual union with a child under age 18 is penalised with up to 12 years in prison. No marriage allowed until both partners are 18. https://clubofmozambique.com/news/mozambique-assembly-votes-to-criminalise-child-marriage-137108/ 

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K Iron Sanje Msiska@msiskas

The problem in this case is enforcement. got such a law years back, but 14-year-olds are still entering marriages

Ver los otros Tweets de K Iron Sanje Msiska

¿Quieres casarte con un niño? Ya no en Mozambique. El Parlamento vota unánimemente para penalizar el matrimonos infantil. El matrionio o la unión sexual con un menor de 18 años se penaliza con hasta 12 años de prisión. No se autoriza el matrimonio hasta que ambos contrayentes tengan 18 años.
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El problema en este caso es la aplicación. Malaui logró una ley así hace años, pero aún hay menores de 14 que contraen matrimonio.

En Twitter, Zenaida Machado advirtió que la retención escolar para niñas es tan importante como penalizar el matrimonio infantil:

Zenaida Machado

@zenaidamz

Great news! ‘s national assembly adopted a law banning . In addition to ensuring the law is fully enforced, govt authorities shld review efforts to increase school retention for girls as part of its strategy to end child marriage https://www.hrw.org/news/2019/07/19/mozambique-passes-law-end-child-marriage 

Mozambique Passes Law to End Child Marriage

Mozambique’s national assembly took an important step toward ending the country’s sky-high rate of child marriage by unanimously adopting a law banning the practice. The new law prohibits marriage of

hrw.org

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¡Excelente noticia! La Asamblea Nacional de Mozambique aprobó una ley que prohíbe el matrimonio infantil. Además de asegurar que la ley se aplique, las autoridades deberían revisar las iniciativas para aumentar la retención escolar para niñas como parte de su estrategia para poner fin al matrimonio infantil.

Dos niñas sonríen en la isla de Mozambique en enero de 2011. Foto de Bita Rodriguez via USAID/Flickr/Gobierno de Estados Unidos.

Costa de Marfil busca igualdad de género

Según Human Rights Watch, Costa de Marfil está a punto de aprobar nuevas reformas matrimoniales que otorgarán a las mujeres casadas los mismos derechos sobre los bienes del hogar. También protegerá el derecho de la mujer a heredar cuando su cónyuge muera.

En virtud de la actual Ley sobre el matrimonio de 2012, los maridos administran todos los bienes conyugales. Las mujeres casadas no están autorizadas a administrar ni a disponer de los bienes conyugales. Esto incluye los bienes que las mujeres heredan a través del matrimonio. La única disposición que se aplica a las mujeres es el derecho a dar su consentimiento en relación con transacciones importantes de bienes conyugales.

La nueva ley también dará a las mujeres casadas acceso a recursos financieros pues les permitirá el uso de la tierra como garantía. Tradicionalmente, el marido registra la tierra a su nombre y los jefes de aldea hombres regulan todas las decisiones relacionadas con la tierra. A pesar de las reformas legales y de las iniciativas gubernamentales para conceder a las mujeres el derecho a obtener crédito, todavía no se les permite utilizar la tierra heredada como garantía —lo que dificulta el acceso al crédito.

Las lagunas aún persisten bajo esta nueva ley matrimonial. No protege los derechos de propiedad matrimonial en los matrimonios no formales. Los matrimonios no formales incluyen las uniones consuetudinarias y religiosas, que son más comunes en las zonas rurales. Las mujeres enfrentan frecuente discriminación porque los hombres de la familia median en todas las decisiones y las uniones no son vinculantes.

El régimen de herencia de Costa de Marfil favorece mucho a los hombres en todos los casos. A pesar del derecho de sucesión, que concede a los cónyuges e hijos supervivientes, tanto hombres como mujeres, igualdad de derechos para heredar, las viudas de matrimonios no formales no heredan nada.

Costa de Marfil ha estado trabajando para eliminar la desigualdad de género y fortalecer a las mujeres durante años bajo la presidencia del expresidente Alassane Ouattara. En noviembre de 2012, el Gobierno aprobó una ley de matrimonio que convertía a las mujeres casadas en cabezas de familia conjuntas, pero tuvo fuerte oposición y, en última instancia, condujo a la disolución de su gobierno. Sin embargo, la Ley de Matrimonio fue adoptada poco después de la disolución del gobierno.

Algunos internautas fueron rápidos en dar crédito a la asesora presidencial de Estados Unidos, Ivanka Trump, por las nuevas reformas después del viaje de Trump a Costa de Marfil en abril y su visita a una granja de cacao. Luego habló en un foro sobre el fortalecimiento económico de las mujeres, en el que anunció un proyecto de dos millones de dólares para apoyar a las productoras de cacao.

Pero otros cibernautas fueron rápidos en señalar que las reformas al matrimonio ya estaban en proceso mucho antes de la visita de Trump:

Team Trump

@TeamTrump

Ivory Coast PASSES legislation encouraged by @IvankaTrump!

This legislation will allow husbands & wives to have equal say in managing household assets and making financial decisions.

This is a MAJOR step for the Initiative! https://www.cbsnews.com/news/ivory-coast-passes-legislation-encouraged-by-ivanka-trump/ 

Ivory Coast passes legislation encouraged by Ivanka Trump

The country is in the process of updating its family code to make it more equitable to women

cbsnews.com

Birdie@longviewsky

The Ivory Coast has been debating the Marriage Law for many years. It was the current government that facilitated its passage…..NOT Ivanka. She did visit a cocoa farm though.

Ver los otros Tweets de Birdie

¡Costa de Marfil APRUEBA legislación alentada por Ivanka Trump!

Esta legislación permitirá que los cónyuges tengan igual voz en la gestión de los bienes conyugales y en las decisiones financiera.

¡Es un paso ENORME para la iniciativa Desarrollo y Prosperidad Global de la Mujer!
———–
Costa de Marfil ha estado debatiendo la ley de matrimonio desde hace años. El régimen actual facilitó su aprobación… NO Ivanka. Pero sí visitó una granja de cacao.

Casi el 62 % de mujeres son empresarias en Costa de Marfil, el mayor productor de cacao del mundo. Las mujeres rurales son importantes productoras agrícolas a pesar de las prácticas discriminatorias.

En toda África, las mujeres siguen liderando y produciendo en sus casas y comunidades pese a la discriminación legal, financiera y social, según el Índice de Igualdad de Género en África 2015.

Estas nuevas reformas toman medidas esenciales para hacer que África subsahariana sea más segura para niñas y mujeres.

Fuente: https://es.globalvoices.org/2019/08/15/mozambique-costa-de-marfil-avanzan-en-derechos-de-mujeres-y-ninos/

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El Salvador: Ser mujer trans en un país donde su esperanza de vida es de 33 años

Centroamérica/El Salvador/14 Febrero 2019/Fuente: El país

La activista Bianka Gabriela Rodríguez lucha por los derechos LGTBi en El Salvador, uno de los lugares más peligrosos de Latinoamérica

Bianka Gabriela Rodríguez, mujer transexual y activista salvadoreña de 25 años, mantiene durante la entrevista un tono amable que acompaña regularmente con una sonrisa. El gesto solo se le ensombrece al final, ante la pregunta de cómo es que parece optimista después de haber recordado una infancia que hubiera doblegado a muchos, los asesinatos atroces de dos compañeras de lucha por los derechos del colectivo LGTBi, un amplio catálogo de violencias y discriminaciones cotidianas y el escalofriante dato de que la esperanza de vida de las mujeres trans en El Salvador es de 33 años, 40 menos que para la población general del país, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. “Siempre digo que aunque haya marea alta al final tiene que bajar, pero es triste que muchas mujeres trans hayan tenido que morir para conseguir los derechos que tenemos ahora, los pocos”, contesta.

La conversación tiene lugar el primer miércoles de febrero en la antigua estación de trenes del barrio de Benalúa, en Alicante, sede de Casa Mediterráneo, una institución promovida por el Ministerio de Asuntos Exteriores a la que Rodríguez ha sido invitada a participar junto a otras 18 mujeres latinoamericanas, del África Subsahariana y el Magreb, además de españolas, en un debate sobre la violencia contra las mujeres en zonas de conflicto y los liderazgos femeninos en la construcción de la paz. Una jornada organizada por la Generalitat valenciana con la colaboración de la Fundación Mujeres por África y la entidad anfitriona.

El Salvador forma, con Guatemala y Honduras, el triángulo norte centroamericano, la región más peligrosa de Latinoamérica para las personas LGTBi, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La principal amenaza, afirma Rodríguez, presidenta de la asociación Comunicando y Capacitando Mujeres Trans (Comcavis Trans), son las maras –las pandillas juveniles altamente organizadas que controlan amplias zonas del territorio– y lo que describe como “grupos de exterminio” vinculados a la extrema derecha. “Muchas mujeres trans se ven empujadas al trabajo sexual al no haber podido estudiar ni tener acceso a empleos formales. En la calle, las maras las asedian, las golpean, abusan de ellas y tienen que pagarles una cuota para que les dejen trabajar en las cuadras”. La policía, añade, constituye normalmente otra fuente de extorsión y el nivel de esclarecimiento de los crímenes de que son objeto es ínfimo: “Desde 2015 se han registrado 40 asesinatos de mujeres trans que siguen en la impunidad”.

Entre los homicidios sin resolver figura también el de la activista Tania Vásquez, que desapareció tras salir de una reunión de la asociación que dirige Bianka Rodríguez hace seis años. Vásquez fue hallada al día siguiente en un parque de San Salvador envuelta en un plástico negro y atada de pies y manos. Había sido torturada y violada, le habían cortado los genitales y se los habían colocado a la altura de los pechos. En mayo de 2015, otra activista LGTBi, Francela Méndez, integrante de la Red Salvadoreña de los Derechos Humanos fue asesinada a golpes en el municipio salvadoreño de Sonsonate. El autor o los autores del crimen le cortaron el cabello con un machete.

La discriminación persigue con frecuencia a estas mujeres después de la muerte. Rodríguez explica que la familia de Tania Vásquez no quiso reconocer el cuerpo ni hacerse cargo del entierro, y fueron sus compañeras de Comcavis Trans las que compraron el féretro. “Hay muchos casos de asesinadas en los que la familia no quiere hacerse responsable. Y si lo hacen, suelen enterrarlas con el género masculino; les cortan el pelo, no las maquillan, las visten con ropa de hombre”.

Huérfana de padre, la madre de Rodríguez reprimió desde niña su identidad encerrándola días enteros en una habitación. “La escuela era la única vía de libertad que yo tenía. Cuando cumplí 15 años, como todas las niñas, empecé a usar brillo en los labios y un poco de polvo. Una maestra la mandó llamar y mi madre me dijo enfrente de toda mi escuela que no me podía aceptar porque ella había tenido un niño, no una niña, y que para ella yo era una aberración”. Poco después, Rodríguez se fugó de casa. Encontró trabajo en una panadería, donde la explotaban y dormía sobre los sacos de harina y azúcar. A los 18, su abuela materna la acogió, la animó a retomar los estudios y le permitió desarrollarse como mujer.

Para explicar la discriminación institucional que padecen las mujeres trans en El Salvador, Rodríguez abre el bolso y saca el pasaporte, en el que al lado de su foto figura un nombre masculino. “Cada vez que voy a la dirección de migración para salir del país, al verlo los agentes se codean, se burlan. Y eso, además de incomodar, es una forma de violencia. Lo mismo pasa con el Documento Único de identidad. Tenemos muchos problemas para acceder a trabajos porque no se nos reconoce el derecho a que aparezca en él nuestro nombre y nuestra identidad”.

El prejuicio que da por sentado que todas las mujeres trans tienen el VIH y la discriminación adicional que sufren las personas portadoras del virus también les cierra el paso a las consultas médicas y a la atención sanitaria, afirma Rodríguez. “Nuestra organización ha tenido que intervenir ante las instituciones de salud porque hay mujeres trans que llegan a los centros apedreadas, acuchilladas o con heridas de bala y no son atendidas porque el personal se niega a tocarlas”.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/sociedad/imagenes/2019/02/11/actualidad/1549878197_752515_1549879133_noticia_normal_recorte1.jpg

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/02/11/actualidad/1549878197_752515.html

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Jamaica: Política de educación especial por ser aprobada en Gabinete

Centro América/Jamaica/18 Octubre 2018/Fuente: Prensa Latina

El Ministro de Educación, Juventud e Información de Jamaica, Ruel Reid, dijo hoy que la Política de Educación Especial nacional se encuentra ya ante el Gabinete para su aprobación.
Tal iniciativa apunta a proporcionar un marco para satisfacer las necesidades de los estudiantes especiales en todo el país y tiene dos objetivos principales: garantizar la equidad y el acceso a las oportunidades educativas; y promover un sistema de educación inclusiva donde sea posible.

La política, elaborada por la Unidad de Educación Especial del ministerio complementará la Ley de Discapacidades, establece medidas para salvaguardar y mejorar el bienestar de las personas con discapacidades en Jamaica.

Asimismo busca proteger los derechos de los niños y jóvenes con discapacidades contra la discriminación en entornos educativos, y promueve el conocimiento del derecho de los estudiantes a una educación de calidad.

Por otra parte, se asegurará de que los estudiantes reciban las adaptaciones necesarias que necesitan en el entorno educativo.

Reid señaló que durante el último año académico el ministerio aumentó el apoyo para los estudiantes con necesidades especiales al proporcionarles cuidadores adicionales a través del Programa de Vivienda, Oportunidad, Producción y Empleo (HOPE), que beneficia hoy a más de 60 familias.

Este programa permite a los estudiantes con necesidades especiales permanecer en las escuelas de la comunidad y ser educados entre sus compañeros, mientras reciben el apoyo necesario para funcionar de manera efectiva en el entorno escolar.

Además habló del recientemente lanzado nuevo plan de estudios para alumnos con discapacidades intelectuales de moderadas a profundas en asociación con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Según informó el titular, su ministerio está comprometido a proporcionar apoyo financiero y técnico para un nuevo programa en la Escuela de Educación en Terapia y en la crianza de niños con discapacidades múltiples (Centro STEP) en esta capital.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=220278&SEO=jamaica-politica-de-educacion-especial-por-ser-aprobada-en-gabinete
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