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Libro(PDF): «Virtudes en la escuela : reflexiones, prácticas, discursos»

Reseña: CLACSO

En la sociedad actual habita un vacío de sentido sobre la vida humana que ha configurado un complejo relativismo moral en cuanto a concepciones, principios y prácticas reguladoras tanto de lo personal como de lo colectivo. De ahí la importancia suma de generar procesos comunitarios de reflexión educativa en torno a las posibilidades y límites del actuar humano en la vida presente. En otros términos, es necesario darle respuestas a las preguntas ¿para qué vivir? y ¿todo es válido? En general, el acto educativo —y especialmente en los tiempos que corren— se encuentra soportado, de manera más o menos velada, en una concepción sobre la verdad y el conocimiento. Así, sobre los asuntos transversales del qué enseñar, se afincan unas ciertas concepciones éticas y morales —expresadas en el lenguaje, las prácticas y las normas de la institución educativa— a las que el educador debe volver para darles el significado que las actuales generaciones precisan en aras de consolidar su sentido de vida. Sumado a lo anterior, habría que indagar qué escenarios, puestas en escena y didácticas serán los más adecuados para desarrollar virtudes. ¿Cómo enseñar la prudencia? ¿Cómo enseñar el amor? En medio de salones infinitos de egolatrías económicas, de prendas de vestir y de ilustraciones académicas bañadas en títulos… ¿cómo enseñar la humildad? En este marco, el presente texto recoge reflexiones, prácticas y discursos elaborados por maestros y maestras preocupados por proponer vías para construir las virtudes en la escuela.

Autores (as): Arias Gómez, Diego Hernán – Compilador/a o Editor/a; López Díaz, Rodolfo A. –
Compilador/a o Editor/a.

Diego H. Arias Gómez. Rodolfo A. López Díaz. Graciela Vidiella. Zulma Yaneth Daza Tolosa. Claudia Liliana Rodríguez Garavito. Jackelin Rodríguez Velasco. Mercedes Ávila López. Diana Yicel Restrepo Nasayó. Isaías González Casas. Deysy Morales Trujillo. Julia Esther Gavilanes Martínez. Betsabé Romero Mahecha. Helga Rocío Velásquez Espitia. Ovidio Díaz González. Diana Rocío León López. Lorena Torres Herrera. Gilberto Suárez Castañeda. Jacqueline Clavijo Gaitán. Jeisson Medina Murillo. Mauricio Micán López. [Autores de Capítulo]

Editorial/Editor: Kimpres. Universidad de la Salle

Año de publicación: 2015

País: Colombia

Idioma: Español

ISBN: 978-958-8844-87-9

Descarga: Virtudes en la escuela : reflexiones, prácticas, discursos

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¿Cómo diseñar un reglamento disciplinario escolar?

Autor: CECODAP y UNICEF

Fecha: Abril de 2009

Reseña: Desde el Ministerio del Poder Popular para la Educación  en Venezuela se ha solicitado a los centros educativos desarrollar reglamentos internos para la convivencia escolar como respuesta al tema de la disciplina. Esta iniciativa pretende realizar algunos aportes teóricos y proponer un mecanismo para su construcción.

Descargar: https://www.unicef.org/venezuela/spanish/Reglamento_Disciplinario_Escolar.pdf

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Uruguay: 48,8% de los estudiantes de educación media vivió alguna agresión en el último año

América del Sur/Uruguay/Ladiaraeducacion.uy

Se presentó un estudio sobre la convivencia y discriminación en el que participaron casi 6.000 jóvenes.

Con el objetivo de analizar la convivencia en los centros de educación media, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) llevaron a cabo una investigación que abarcó a 5.995 adolescentes de 95 centros de todo el país, incluyendo liceos públicos y privados y escuelas técnicas. Ayer se presentaron los resultados preliminares de la investigación “Convivencia y discriminación en educación media”, que arrojó, entre otros datos, que 89% de los jóvenes ven en su centro un lugar seguro, mientras que por otra parte 48,8% declaró haber pasado por una vivencia de agresión en el último año. En la presentación, la titular del Mides, Marina Arismendi, comentó: “Todo lo que elaboramos es para volcarlo para que los chiquilines y las chiquilinas sean felices, para que el centro de estudios sea el lugar que pueda complementar, compensar y sustituir, en muchos casos, los hogares que tienen determinados problemas”.

Por su parte, el presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP, Wilson Netto, dijo que la educación es vista como “un bastión, un lugar donde se discute, se reflexiona y se cuestiona sobre aquellas cosas que como sociedad no nos conforman”, y agregó: “La educación no puede nunca naturalizar espacios de discriminación, nunca puede dejar de promover espacios de convivencia. Trabajos con esta seriedad nos dejan algún elemento de estudio y análisis para poder intervenir, formar y cuestionar acciones que se puedan estar dando en el marco de los centros educativos, porque nuestro rol es asumir y no naturalizar estas dificultades”.

Convivencia

Uno de los elementos que se monitorearon es cómo los estudiantes perciben el rol del adulto cuando hay conflictos en la institución. 42,9% de los jóvenes cree que los adultos intervinieron activamente para frenar el problema, 12,3% opina que no se enteraron, 9,1% que lo ignoraron y 7,2% que no sabía cómo resolverlo, mientras que 26,5% no vio ningún problema entre compañeros y 10,1% no respondió.

Los estudiantes también fueron consultados sobre los temas que se trabajan en el centro. 40,4% opinó que se trabajó sobre igualdad de género, 35,3% sobre prevención de violencia, 29,1% sobre diversidad sexual, 21,1% sobre racismo, 16,1% sobre discapacidad, mientras que 40,4% no cree que se haya trabajado ninguno de estos temas.

Discriminación

56,5% de los estudiantes presenció comentarios negativos o insultos por parte de otros compañeros. Entre los motivos del insulto destacaron el color de piel o pelo (33,9%), por ser gay, lesbiana o bisexual (o alguien pensó que lo era) y por la ascendencia u origen étnico-racial.

Foto del artículo ''

Por su parte, 48,8% de los jóvenes vivenció un episodio de agresión en el último año. Dentro de esta porción, 41,7% destacó la agresión de tipo verbal o emocional, que incluye insultos o amenazas, ignorar o excluir, obligar a hacer cosas, propagar rumores; 16,7% señaló agresiones de tipo físico, que implican empujar, golpear o amenazar con un arma; 12,9% de tipo sexual, que refiere a comentarios o gestos, tocar partes íntimas o hacer algo sexual sin consentimiento; mientras que 12,5% señaló daños a la propiedad privada.

En cuanto a las experiencias de discriminación y violencia, las sufren casi por igual las mujeres y los varones, y tampoco se ven grandes diferencias entre blancos y afros. Las distancias son mayores cuando se observa si las víctimas son uruguayas (48,4%) o extranjeras (60,8%) y su identidad de género, ya que entre los estudiantes trans 76,3% vivenció alguna agresión, aunque los autores aclaran que en este caso los datos no son representativos de toda la población.

Sobre quién ejerce la violencia, 54,5% de los estudiantes que vivieron alguna situación dijo que fue otro estudiante y 4,1% señaló a profesores, adscriptos y directores. Acerca de cómo sobrellevar este tema, 16,9% aseguró que lo habla con alguien y, entre esos confidentes, 19,8% son otros compañeros.

Valoraciones

El estudio incluyó una parte de corte cualitativo. Entre las afirmaciones que recoge sobre la mirada adolescente, señalan que la convivencia está problematizada y que los vínculos son un tema importante para trabajar. Además, en su discurso los distintos tipos de discriminación aparecen como algo negativo. Mientras tanto, entre los adultos se encontraron dos discursos: el principal de carácter positivo, en el que no se ven mayores inconvenientes, y hay otro secundario, que relaciona a la convivencia con elementos del centro. En cuanto a la discriminación, la mirada adulta la reconoce como problema de convivencia, pero no el principal.

Entre las buenas prácticas que se detectan como oportunidades de mejora, el estudio señala las actividades culturales, deportivas y recreativas; los equipos interdisciplinarios y referentes sensibilizados y formados; las iniciativas internas de sensibilización, planteamiento de problemas y soluciones; y el desarrollo de talleres y otras instancias de intercambio entre los actores del centro.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/8/488-de-los-estudiantes-de-educacion-media-vivio-alguna-agresion-en-el-ultimo-ano/

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‘Plastics’: el cortometraje sobre el exceso de plástico

Por: Educación 3.0.

El alumnado de Primaria del CPI Castillo Qadrit en Cadrete (Zaragoza) ha creado un cortometraje para sensibilizar sobre el exceso de plástico que producimos. Fernando Melero y Carmen Casal, docentes del centro y coordinadores de la actividad, nos lo cuentan.

El club de la pajarita es un proyecto de innovación que se desarrolla en nuestro centro desde el curso 2014/2015 y que pretende impulsar la educación emocional y la educación en valores mediante la producción artística y audiovisual.

Dicho proyecto surgió de un cortometraje, con el mismo nombre, grabado por las docentes Marisa Martín y Silvia Juste, al que le sucedieron multitud de actividades y proyectos relacionados con la convivencia, como los cortometrajes ‘No te rindas’ o ‘The room’, así como los videoclips ‘Hecho con nuestros sueños’, ‘El regalo de Navidad’ y ‘Sonrisas’. Este trabajo logró involucrar a todo el claustro y a la comunidad educativa, y recibió el Premio Nacional al Fomento de la Convivencia Escolar, un galardón otorgado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

‘Plastics’

Durante el pasado curso los estudiantes de 3º y 6º de Primaria continuaron con el proyecto creando el cortometraje ‘Plastics’, que tiene como objetivo sensibilizar sobre el exceso de residuos plásticos que la sociedad produce en la actualidad y la necesidad de una alimentación saludable.

Plastics cortometraje

El proyecto tuvo una duración de tres meses y en ese tiempo, tanto estudiantes, profesores como familias realizaron cada una de las etapas de las que consta un cortometraje: elaboración del guion, casting, ensayos, grabaciones, doblajes, vestuario y maquillaje, montaje, elaboración del photocall, preparación del estreno, difusión…

La actividad culminó con el estreno en el salón de plenos del Ayuntamiento de Cadrete, teniendo como presentador al director de cine Gaizka Urresti y con la presencia de todas las personas que ayudaron en su realización, además de contar con distintas autoridades educativas. Fue un gran momento, ya que los estudiantes contaron con todo el protagonismo a la vez que mostraban un gran sentimiento de pertenencia a un grupo que compartía los mismos valores y emociones.

Poner en práctica todo lo aprendido

Además de aprender y poner en práctica todo lo relacionado con el proyecto cinematográfico, hay que resaltar que se han trabajado de manera intensa muchas capacidades y competencias clave en un proyecto real, como la expresión oral, corporal, plástica, vencer el miedo escénico, la autonomía y otras competencias como la social y cívica, aprender a aprender, lingüística…

El alumnado lo recibió con un gran alto grado de motivación e interiorizaron la educación en valores como un ejercicio para sensibilizar a los demás. Por otro lado, presentar la experiencia en distintos foros y certámenes como en las IX Jornadas de la Red Aragonesa de Escuelas Promotoras de Salud o en el VI Encuentro de Utopías Educativas ha supuesto para los estudiantes vivir una experiencia inolvidable al recibir premios y al afrontar el reto de hablar en público.

Fuente del documento: https://www.educaciontrespuntocero.com/experiencias/plastics-cortometraje/102416.html

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Chile: Sociedad civil denuncia ante organizaciones internacionales la militarización y la destrucción de la educación pública

América del Sur/ Chile/ 26.07.2019/ Fuente: redclade.org.

Se denuncian prácticas punitivas, violencia político-institucional, criminalización y persecución a estudiantes y docentes movilizados/as

Organizaciones sociales y educativas de Chile reunidas en la Red Contra la Represión a Estudiantes, entre ellas el Foro por el Derecho a la Educación Pública, denuncian prácticas punitivas, violencia político-institucional, criminalización y persecución a estudiantes y docentes movilizados/as por parte del Estado chileno, ante instancias internacionales de derechos humanos.

El pasado 03 de julio en Santiago de Chile, distintas organizaciones de Apoderados, Estudiantes, la Sociedad Civil y de Defensa de los Derechos Humanos agrupadas en la Red Contra la Represión a Estudiantes emitieron una carta dirigida al Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el Sr. Paulo Abrão, basada en evidencias, testimonios y hechos ocurridos durante el actual año escolar en curso, en la que constan los múltiples abusos y atropellos a los Derechos Humanos de niñas, niños y adolescentes que estudian en los liceos públicos de Chile y la capital, en especial en los que son sostenidos por el Municipio de Santiago, al mando de Felipe Alessandri (RN).

Esto tras la aplicación de Manuales de Convivencia Escolar (reglamentos disciplinarios) antidemocráticos, punitivos y discriminatorios en los centros educativos, así como también de la “Ley Aula Segura” (2018), la cual otorga “atribuciones especiales” a los/as Directores/as de establecimientos escolares para, inclusive, expulsar a estudiantes (principalmente secundarios) y permitir la intervención de la fuerza policial (militarizada) en contra de estos/as al interior de los liceos y de sus comunidades educativas.

Lo anterior se ha desarrollado en un contexto en que las comunidades educativas, cansadas de promesas y de soluciones a medias, exigen mayores niveles de transparencia y mejoras sustanciales a la Educación Pública, la que hoy en Chile se encuentra bajo la amenaza del mercado y con una alta tasa de privatización (del 63%); esto en desmedro del pleno ejercicio del Derecho a la Educación.

Recordemos que, en Chile, este derecho humano fundamental no tiene garantía constitucional, y es en este sentido que la respuesta del Estado de Chile, en vez de darse en pos de una salida educativa y apelando a la participación de las comunidades educativas, ha consistido hasta hoy en la sistemática inversión de recursos públicos y en el fomento de prácticas punitivas, como por ejemplo, la violencia político-institucional por parte del poder, la criminalización y persecución a los/as estudiantes movilizados/as y la apuesta por la desarticulación y deslegitimación de las orgánicas y organizaciones estudiantiles y de apoderados/as por parte de la propia institucionalidad estatal (dentro de los propios establecimientos, inclusive).

Todo esto, a su vez, mientras los/as estudiantes son ignorados/as e invisibilizados/as sistemáticamente por el Estado; esto toda vez que los diálogos y las negociaciones son truncadas, las autoridades incumplen total o parcialmente los acuerdos alcanzados y desprecian y desatienden constantemente los intereses y las necesidades de los/as niños/as y jóvenes vulnerados/as.

Además de la carta a la CIDH, el Foro por el Derecho a la Educación Pública de Chile entregó y difundió en el marco de la realización del Foro Político de Alto Nivel de Naciones Unidas, realizado la semanada pasada en Nueva York, el Informe Luz sobre la “Situación de la Educación en Chile al 2019”, documento en que se demuestran con pruebas la preocupante realidad y las consecuencias que están generando el actual sistema educativo y sus lógicas de mercado en Chile.

En dicha instancia, se emplazó al Gobierno de Chile a que respondiera sobre cómo afectan estas políticas educativas neoliberales a la Educación Pública y al debido cumplimiento del Objetivo Nº4 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, suscrito por el mismo Estado Chileno, el que sobre estas cuestiones no dio respuesta alguna.

Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/chile-sociedad-civil-denuncia-ante-organizaciones-internacionales-la-militarizacion-y-la-destruccion-de-la-educacion-publica/

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El cuidado de las relaciones interpersonales en el aula

Invertir en la construcción de una buena relación interpersonal en el aula es invertir en un mejor aprendizaje, teniendo en cuenta, además, que la construcción de la relación positiva es uno de los elementos fundamentales que deben enseñarse.

Hace unos diez días me llamaron de un instituto con el que sigo manteniendo contacto para ver si podía intervenir en un conflicto que había tenido lugar en una clase de Ciencias Naturales. Mientras el profesor explicaba su materia, unas alumnas molestaron y acosaron a una alumna extranjera, echándole en cara el color de su piel e insultándola gravemente. Al parecer, el profesor pidió silencio y siguió con su explicación. Llamado posteriormente al despacho de la dirección, justificó su comportamiento diciendo que él era profesor de Biología, que esa era su tarea y que, si eso hubiera sucedido en la hora de tutoría del grupo del que es tutor, habría intervenido para cortar el incidente.

La idea de que un docente de secundaria es sólo profesor de una determinada materia es algo muy extendido entre el profesorado. Se trata de una idea que suele reforzarse con la queja de no estar preparados para abordar conflictos como el descrito, ya que nunca han recibido formación específica para ello y que, por tanto, no se le puede exigir nada más. Es curioso que, cuando se les ofrece a estas personas la oportunidad de asistir a formación específica sobre la gestión del aula, suelen decir que no, que no pueden en ese momento, que tal vez más adelante… Por experiencia propia, los cursos sobre los conflictos en el aula y la manera de gestionarlos han sido los que más suspensiones han tenido a lo largo de mi vida profesional.

¿Qué indica esta actitud y este planteamiento? ¿Es posible ser profesor o profesora de una determinada materia, sin tener en cuenta la tarea propiamente educativa, limitándose únicamente a la labor de instrucción? Hay que tener en cuenta que, en numerosas ocasiones, este grupo de compañeros y compañeras lo pasa bastante mal en las clases, las vive desde emociones claramente negativas, desde el enfado, la rabia o la frustración, terminando pronto muy “quemado/a” y buscando una salida a través del concurso de traslados, cuando no abandonando la profesión. O siguiendo en el mismo lugar y haciendo las mismas cosas aunque eso le genere malestar que, inconscientemente, traslada a los demás, sean docentes o estudiantes.

Es importante ayudar a reflexionar a estos compañeros/as y, con una actitud de comprensión que no les juzgue, mostrar la carencia fundamental de su argumentación. Como señala Mª Rosa Marchena: “Las tareas de aprendizaje realizadas en el aula son organizadores de conducta y marcos de socialización y convivencia”. O, dicho de otra forma, que todo lo que planteamos como docentes en el aula tiene una doble cara, la más académica y la más convivencial. Y que, querámoslo o no, la selección de los contenidos que vamos a explicar, las metodologías que vayamos a emplear, la forma en que vamos a evaluar a nuestro alumnado, la forma de organizar la clase, etc. tienen repercusión en la conducta y forma de comportarse de nuestros alumnos y alumnas.

No podemos olvidar que el proceso de enseñanza-aprendizaje tiene lugar conviviendo en un grupo concreto, en el que el tipo de relaciones y su calidad juegan un papel determinante en el proceso educativo y en el resultado final. Es imposible prescindir de las relaciones, es necesario dedicar tiempo a ellas, trabajar el grupo y constituirlo como tal desarrollando los aspectos básicos de comunicación y de gestión de conflictos. Y este trabajo es una parte ineludible del trabajo docente, íntimamente vinculado a la tarea tradicionalmente más académica.

Whittaker señala y define las relaciones interpersonales en el aula como el cimiento que hace posible la construcción del edificio de los aprendizajes, lo que le sirve de fundamento y apoyo. Invertir en la construcción de una buena relación interpersonal en el aula es invertir en un mejor aprendizaje, teniendo en cuenta, además, que la construcción de la relación positiva es uno de los elementos fundamentales que deben enseñarse y que nuestros alumnos/as deben aprender a lo largo de la escolarización.

La importancia de las relaciones y sus consecuencias en el aprendizaje debe ser una de las primeras enseñanzas que debemos transmitir a los nuevos profesionales. Mucho más importante que las condiciones materiales del espacio del aula, la relación interpersonal es imprescindible para crear un buen clima de clase, en el que todos los miembros se sientan emocionalmente a gusto, deseen estar en el grupo y encuentren la motivación necesaria para sus aprendizajes.

Suele ser un error muy común entre nosotros/as, los profesionales de la educación, pensar que el clima de clase se construye solo, o que la principal responsabilidad corresponde al alumnado, que son los alumnos y alumnas quienes deben cambiar y modificar su actitud y comportamiento para que los profesionales podemos hacer bien nuestro trabajo. Y, desde este planteamiento, se nos olvida que en el aula todo está relacionado con todo, que lo haga el profesor o profesora va a tener sus consecuencias en la respuesta que nos van a dar nuestros alumnos/as, que si queremos que algo funcione mejor somos nosotros/as los primeros que debemos cambiar y plantear las cosas de otra manera.

En la construcción de una buena relación en el aula juega un papel clave la comunicación. Coincidiendo con el hecho mencionado anteriormente, me llamaron de una cadena de TV para que valorara el caso de una profesora de Córdoba, procesada por, supuestamente, haber insultado gravemente a sus alumnos llamándolos repetidamente “tontos” y “vagos” y otras cosas. ¿Cómo va a ser posible construir una buen relación con el grupo desde este estilo de comunicación?

Aprender a comunicarse, saber cómo conseguir que los alumnos/as nos escuchen y se escuchen entre sí, se abran a nuestros mensajes y a los de los demás, poner en práctica una escucha activa dejando de lado la escucha selectiva, aplicar en la clase los pasos recogidos en la comunicación no violenta (observar sin juzgar, manifestar las emociones, descubrir las necesidades, hacer demandas no exigentes…) son tareas fundamentales en la preparación de todas las personas que nos dedicamos a la educación.

A la vez, es importantísimo plantear conscientemente la forma de transformar y gestionar pacíficamente los conflictos que, de manera ineludible, van a aparecer en las relaciones dentro del aula. Ocasiones como las descritas al principio no se pueden dejar pasar, es preciso prestar atención a ellas, y aprovechar su presencia para abordar los procedimientos que se van a establecer para evitar situaciones como las descritas.

Trabajar por la construcción de unas buenas relaciones interpersonales culmina, también, en la confianza en nuestros alumnos y alumnas, en reconocerles sus múltiples capacidades para la organización y creación del clima de aula y por otorgarles un protagonismo en el día a día de la clase y de la vida del centro. De esta forma les reconocemos como personas y sujetos autónomos, les damos ocasión de ejercer como tales y, trabajando su responsabilidad, les damos la oportunidad de crecer como personas y como ciudadanos y ciudadanas. Merece la pena intentarlo y trabajar por ello, ya que estaremos más a gusto en nuestro trabajo, habremos dejado de lado muchos de los problemas que ahora tenemos en las aulas y, además, seremos muchos más eficaces en nuestro trabajo.

Las relaciones interpersonales son el primer elemento que debemos tener en cuenta, pero hay otras dimensiones muy importantes y, lamentablemente, muchas veces olvidadas o preteridas. Está la consideración de los factores “motores” del alumnado, de sus emociones y motivaciones. Y, a la vez, los factores que podemos denominar “internos” del aula, es decir, la selección de los contenidos del curriculum, la metodología, la forma de evaluar, la organización del aula, las normas y sanciones que empleamos y la forma de dar respuesta a las conductas disruptivas. En todos estos factores la responsabilidad y el cambio no corresponde sólo al alumnado. También los profesores/as tenemos mucho que decir.

Sin duda, nuestro profesor de Ciencias dejó pasar una ocasión de oro para educar en convivencia positiva, debido a una idea errónea de cuál era su labor. Y esto me recuerda a una de las ideas que asumí al poco de empezar a dar clase, tomada de la profesora Juana Mª Sancho, que dio título a uno de sus libros: y es que “para enseñar no es suficiente saber la asignatura”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2019/03/12/el-cuidado-de-las-relaciones-interpersonales-en-el-aula/

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Convivencia escolar: la gran asignatura pendiente

BERENICE PACHECO-SALAZAR ESPECIALISTA EN EDUCACIÓN

Sin lugar a dudas, Iberoamérica ha experimentado grandes avances en materia de educación, ciencia, cultura y tecnología en los últimos años, a pesar de lo cual continuamos enfrentados a muchos y complejos retos.

La violencia escolar persiste como una apremiante preocupación de la comunidad educativa y las sociedades. Hablar de calidad educativa supone contar con entornos escolares seguros y significativos, desde donde se construyan nuevos referentes de convivencia pacífica en un marco de inclusión, equidad e igualdad. De este modo, el fortalecimiento de la convivencia, el respeto a la diversidad y los valores democráticos en y desde las escuelas se erige como desafío prioritario para la próxima década.

Para lograrlo, es necesario asumir el trabajo de la convivencia escolar como prioridad pedagógica y requisito imprescindible, y no negociable, para la mejora de la calidad educativa. Culpar a las familias, las comunidades o los medios de comunicación por los elevados índices de violencia en nuestras sociedades solo conduce a la pasividad e indiferencia de la escuela, y no a soluciones efectivas. Los centros educativos están llamados a desempeñar un rol social activo en la reducción de las desigualdades y en la generación de modelos alternativos de convivencia armónica.

Asimismo, se requiere comprender el fenómeno de la violencia escolar desde una mirada integral, identificando las condiciones estructurales y culturales que la generan y perpetúan, sus diversas y complejas manifestaciones, las distintas direccionalidades en las que ocurre y su interconexión con otras expresiones de desigualdad y discriminación.

Por ejemplo, aquellas sustentadas en raza, género, clase social, edad, creencias, nacionalidad, orientación sexual, aspecto físico, discapacidad o diversidad funcional, capacidades cognitivas. Poner el foco únicamente en los episodios de bullying impide ver, nombrar y, por tanto, erradicar otros tipos de violencia que también se gestan y ocurren en la escuela.

En ese sentido, es fundamental la formación del profesorado en la comprensión profunda de las causas y manifestaciones de la violencia escolar y en el manejo de estrategias para detectar, atender y prevenir las distintas manifestaciones de violencia escolar desde destrezas innovadoras, inclusivas y eficaces coherentes con la realidad de sus propios contextos.

Es necesario, además, implementar programas para el desarrollo de competencias socioemocionales de las y los docentes, y fortalecer la educación en derechos humanos en y desde las escuelas como principios fundamentales de la convivencia pacífica y la justicia social.

También hay que mejorar la gestión escolar. El objetivo de todo proceso educativo es contribuir al crecimiento integral de las personas. Para lograrlo, los centros escolares han de ser espacios abiertos e inclusivos, y esto implica que existan mecanismos de participación real del estudiantado en la toma de decisiones y por la creación de espacios que fomenten el diálogo como vía de resolución de conflictos. La escuela se convierte así en un lugar privilegiado de formación para la ciudadanía y en un laboratorio de construcción de nuevas formas de relacionamiento y, por tanto, de ejercicio democrático.

Junto a esto, es fundamental accionar trabajando directamente con el alumnado desde las herramientas del arte, la expresión creativa y el diálogo reflexivo, a fin de desarrollar las competencias socioemocionales y la formación en valores que les permitan asumirse y accionar como ciudadanía crítica y responsable.

Finalmente, hay que resaltar la importancia de aprender y articular las iniciativas de construcción de ciudadanía y convivencia escolar que se vienen desarrollando en nuestra región, como oportunidad para profundizar y fortalecer las buenas prácticas, aprender de ellas y contribuir a asegurar el derecho a una educación de calidad como imperativo para el desarrollo de nuestras sociedades.

Fuente: http://www.eldia.es/2019-03-14/SOCIEDAD/5-Convivencia-escolar-gran-asignatura-pendiente.htm

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