Retomando a Comenius y los principios de la pedagogía

Por: Fernando Delgado

Las corrientes filosóficas nos dan cuenta de lo contrastante de los pensamientos de los filósofos, los psicólogos, pedagogos y demás científicos de los aspectos humanos, todo en búsqueda de la verdad del hombre, de su razón de ser, así como de la forma en que concibe el universo. También nos percatamos de que la información ha buscado formas de salir a la superficie, al principio de manera verbal, de manera física enseñando a los aprendices como hacer las cosas hasta nuestros tiempos donde la información ya tiene manifestaciones universales gracias a la tecnología y a las redes sociales. Hoy sabemos muchas cosas por las redes sociales, aunque no se han aprovechado de manera integral y correcta en muchas ocasiones.

Chávez,  Deler, & Suárez  (2008), hablan de las corrientes pedagógicas : En cada época, los pensadores trataban de mostrar el contexto que se presentaba en su tiempo, su interpretación y la forma de atender los asuntos. Cada una de las corrientes aporta algún valor, ninguna puede ser independiente de la otra. Algunas han contribuido a soportar prácticas actuales de la pedagogía y la didáctica y en su caso de la administración. No puede establecerse puntualmente que corriente domina a la otra o si la sustituye o si el pensamiento actual obedece a alguna corriente de manera significativa. Leyendo a Comenius comprendemos como los principios de su Didáctica Magna, siguen siendo vigentes.

Comenius en el año 1630, a partir de su documento denominado Didáctica Magna comparte asuntos que en su época debieron ser un choque para los tradicionalistas. En su documento se abordan temas que fueron y en algunos lados siguen siendo tabú como por ejemplo la inclusión de la mujer en la educación, la educación obligatoria y la clasificación de los seres humanos de acuerdo con su edad para recibir la información que estuviera de acuerdo con su desarrollo cognitivo. También tocó temas relacionados con la configuración de las escuelas y la aplicación de métodos audiovisuales. Estos últimos no muy utilizados en las aulas.

La Pedagogía es una ciencia que estudia todo lo relacionado con la educación y la posición de los valores de conocimiento del ser humano. Derivada de los griegos «Paidon» que significa «Niño» y «Gogos» que quiere decir «Conducir», la palabra hace referencia a su visión, evocada a la formación de métodos que garanticen una educación de alto valor. Cuando se habla de Pedagogía en una institución, se realiza un estudio analítico de los procesos de enseñanza existentes, para reforzar o elaborar mejores estrategias que ayudarán al niño absorber la máxima cantidad de conocimiento posible.

Martínez (s.f.) menciona que Comenius (teólogo, filósofo y pedagogo) nacido en Checoeslovaquia, es reconocido como el padre de la Pedagogía y a continuación se resumen algunas de las principales manifestaciones documentadas en el libro Didáctica Magna que aparece en 1630. La pedagogía surge cuando se presenta la necesidad de refinar técnicas y metodologías dirigidas a transmitir el conocimiento. Es decir, que el hombre se enfrenta a requerimientos para transmitir la información obtenida a través de su devenir y durante la práctica cotidiana dentro de su entorno natural y social.

Martínez (s.f.) refiere que para Comenius la educación es el arte de hacer germinar las semillas interiores que se desarrollan no por incubación sino cuando se estimulan con oportunas experiencias, suficientemente variadas y ricas y sentidas siempre como nuevas, incluso por quién la enseña. Su método pedagógico tenía como base los procesos naturales del aprendizaje: la inducción, la observación, los sentidos y la razón. La educación debe ser comprensiva, no memorística y un proceso para toda la vida, que integre las actividades creativas humanas y sus principios para una amplia reforma social basada en la unión de la teoría, la práctica y la crisis, o sea estimulantes para el pensamiento.

Principales rasgos del pensamiento de Comenius según comenta Martínez (s.f.):

  • La educación como desarrollo integral permanente de la persona. – A los hombres se les ha dado una oportunidad para la perfectibilidad continua e interminable, para la creatividad, para la educación permanente y para la autoeducación. Todo el mundo tiene el deber de aprovechar esta oportunidad, un deber tanto filosófico, como político y religioso.
  • Función social de la educación. – El aprendizaje debe comenzar en el hogar siendo de esta manera que los padres serían los primeros educadores. Y esto significaba la inclusión de la madre. Entonces si las madres no fueran educadas, después no educarían a sus niños. La instrucción ayudará a aumentar el bienestar de un país, así como también sus buenos modales. Para los niños de escasos recursos pedía que recibieran ropa, libros y los materiales escolares gratis a fin de que tuvieran las mismas oportunidades que los ricos.
  • Desempeño del docente. – El maestro debe servir como modelo para sus alumnos. Su modelo pedagógico se encamina a reglamentar y prescribir qué se debe, cómo y cuándo enseñar. El niño es el foco del acto educativo al que se le debe estimular positivamente para que ame el conocimiento, dando éste de manera metódica, sencilla y primordialmente que aprenda haciendo, es decir activando todos sus sentidos. El maestro debe conocer primero las cosas que enseña. Además, debe aprender que no debe avanzar mientras los conocimientos básicos no estén firmes en la mente del alumno.

La docencia para Comenius era el oficio más noble entre todos.

  • El método. – Enseñar se debe a una disposición de tres cosas: tiempo, objeto y método. Así como la naturaleza es única, el método como imitación de la naturaleza debe ser único, desplegándose entre enseñar-aprender, leer-escribir, palabras-cosas. Su foco se dirige a formar primero el entendimiento de las cosas, después de la memoria y por último la lengua y las manos. Rompió con la práctica usual en las escuelas de basar el discurso del conocimiento en los clásicos, y situó al niño y al joven como observadores de la naturaleza, de la que aprendían, utilizando además su propia lengua materna y no el latín.
  • La concepción del alumno. – El niño es el sujeto del acto educativo. Es el centro de la atención. Todo cuanto el alumno ha de aprender debe escalonarse conforme a los grados de la edad, de tal manera que no se proponga nada que no esté en condiciones de recibir.
  • La educación de hombres y mujeres. – Comenius decía, que se debe reunir en las escuelas a toda la juventud de uno u otro sexo, plantea una igualdad de género y considera a la mujer igualmente dotada de entendimiento, ágil y capaz de la ciencia y lo mismo destinadas a elevadas misiones. Exigía con firmeza que la educación primaria fuera obligatoria para todos.
  • Las escuelas. – El diseño de las escuelas debería incluir árboles, flores. Las paredes de los salones adornados con cuadros. Cerca deberían existir talleres y campos de juego para los alumnos. Hizo un llamado a los magistrados, políticos, padres de familia, teólogos, profesores, es decir, que la humanidad se comprometiera a toda la realidad de esta obra.
  • Concepto de valores. – Uno de los ideales más importantes para Comenius era la paz. Desde su punto de vista, la paz era un valor que debía ser resguardado por un tribunal internacional encargado de evitar las causas de los conflictos bélicos. Su reforma educativa estaba íntimamente ligada a una renovación moral, política y cristiana de la humanidad.
  • Utilización de lo audiovisual. – Otro aporte de gran importancia, con una de sus obras «Orbis-Pictus», es la inclusión de ilustraciones para enseñar y la utilización del teatro y la interpretación teatral como un instrumento importante de motivación y estimulación del aprendizaje.

Comenius también propone la organización de las escuelas, como sigue:

  • La escuela maternal: Que llega hasta los 6 años. En ella se deben enseñar las ciencias.
  • La escuela elemental: Es el equivalente a la primaria y llega hasta los 12 años. En ella se enseña una instrucción general y virtudes. Se cultiva la inteligencia, la memoria y la imaginación. Debe ser obligatoria.
  • La escuela latina o gimnasio: de los 12 a los 18 años. Sirve para preparar a los alumnos para estudios superiores. Cuando acaban esta escuela los alumnos realizan un examen para comprobar quienes son aptos para entrar en la academia.
  • La academia: de los 18 a los 25 años, muy parecida a la universidad. Para ella el Estado debe conceder becas.

La escuela es basada en una alianza escuela-familia, que imparte conocimientos estandarizados por medio de un libro único, que, a través de un método, instauraría una nueva forma social esencial en la vida de todo ser humano.

Comenius plantea algunos principios clave para el futuro pedagógico de las presentaciones y representaciones de la realidad: El primero es de orden psicológico: no hay nada en el entendimiento que no haya estado previamente en el sentido. El segundo, epistemológico: la verdad y la certeza provienen del testimonio de los sentidos. El tercero, metodológico: percepción y explicación (análisis y síntesis).

Las aportaciones de Comenius han sido el punto de partida para los analistas de la pedagogía y los métodos educativos y están soportados en sus estudios. Es conveniente señalar que el Constructivismo pedagógico tiene un significado integral, ya que las corrientes pedagógicas y las tendencias identificadas están alineadas significativamente.

Comenius, el padre de la pedagogía se adelantó a su tiempo a través de su Didáctica Magna. Sus aportaciones son muy actuales y en momentos dolorosas, cuando todavía hoy existen lugares donde se excluye a la mujer y a otras personas. Sus aportaciones siguen vigentes y deberían ser tomadas en cuenta por los organismos o autoridades responsables de los sistemas educativos. Sus planteamientos no tienen fronteras ni tiempo.

 

Referencias.

Amos, J. (s.f.) Juan Amos Comenius, recuperado:

https://www.ecured.cu/Juan_Amós_Comenio

Chavez, Deler & Suárez, Principales corrientes de la educación, recuperado:

https://es.scribd.com/document/413492235/CHAVEZ-DeLER-SUAREZ-Principales-Corrientes-de-La-Educacion-en-El-Siglo-XXI

Martínez, E. (s.f.) Comenius, recuperado:

https://educomunicacion.es/figuraspedagogia/0_comenius.htm

 

Fuente: http://www.educacionfutura.org/retomando-a-comenius-y-los-principios-de-la-pedagogia/

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/smart-board-monitor-education-1523538/

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Cuadros comparativos de las principales teorías y corrientes pedagógicas

Por: docentesaldia.com.

El conocimiento acerca de las teorías y corrientes pedagógicas es esencial, tanto para los docentes en formación, como para quienes están en servicio. Estas teorías, nos ayudan a comprender de mejor manera hechos cotidianos a los que nos enfrentamos en las escuelas, así como para sustentar alternativas de intervención ante situaciones que se nos puedan presentar en cuanto al aprendizaje de los alumnos. Así pues, para cualquier persona que esté en contacto con el ámbito educativo, es una necesidad primordial el manejo de este tema.

Existen diversas corrientes pedagógicas, algunas más antiguas, otras más recientes, pero cada una de ellas con propuestas valiosas de las cuáles nos podemos nutrir para enriquecer nuestra labor. A continuación te presento una síntesis de las más reconocidas, así como cuadros comparativos para comprenderlas de mejor manera.

Escuela Nueva 1889-1920

Propone una actitud pedagógica de respeto a las necesidades e intereses del niño, por medio de una metodología activa. Los estudiantes aprenden gracias a la acción y la reflexión.

Pedagogía de la Liberación 1921-1997

Surge como transformación del mundo por medio de una nueva educación que le ayude al estudiante a ser crítico y a transformar a la sociedad para mejorarla.

Pedagogía Cognitiva 1960-1970

Enfoque que establece estrategias para encaminar los procesos mentales de información, representación y acción. Sostiene que el aprendizaje es un proceso en el que se modifican los significados de manera interna. Aprendizajes producidos como resultado de la interacción entre la información procedente del medio y del sujeto activo.

Cuadro comparativo:

Ideas principales de cada corriente / teoría pedagógica:

Pedagogía Conductista 1901-2000

El Conductismo iguala al aprendizaje con los cambios en la conducta observable, bien sea respecto a la forma o a la frecuencia de esas conductas. El aprendizaje se logra cuando se demuestra o se exhibe una respuesta apropiada después de la presentación de un estímulo ambiental específico.

Pedagogía Constructivista 1900-A la fecha

Sostiene que el alumno ya no es visto como un ente pasivo sino como un ente activo y responsable de su propio aprendizaje, el cual construye por sí mismo.

Pensamiento Complejo 2000-A la fecha

Es la capacidad de interconectar distintas dimensiones de lo real. Ante la emergencia de hechos u objetos multidimensionales, interactivos y con componentes aleatorios o azarosos, el sujeto se ve obligado a desarrollar una estrategia de pensamiento que no sea reductiva ni totalizante, sino reflexiva. El Pensamiento Complejo es la característica interna de diferenciar lo real de lo imaginario.

Enfoque por Competencias

El enfoque por competencias propone la integración y movilizaciónde saberes conceptuales, procedimientales, actitudinales y valorales, para enfrentar y resolver situaciones y problemas en un contexto determinado.

Cuadro comparativo:

Principales características y aportaciones de cada corriente / teoría pedagógica:

Escuela Nueva 1889-1920

• El niño es el centro de la educación y los temas deben ser interesantes para él.

• Individualización de la enseñanza.

• El juego es el medio educativo de primer orden.

• La escuela prepara para la vida. • La relación maestro-alumno debe estar basada en la confianza y la afectividad.

Aportaciones:

• Metodologías activas como los proyectos, los centros de interés.

•Incorporación de contenidos procedimentales y actitudinales.

•Incorporación temática de la realidad social, política y cultural.

Pedagogía de la Liberación 1921-1997

• El educando enfrenta al aprendizaje con un pensamiento crítico.

• Para la aplicación del proceso enseñanza-aprendizaje se requiere de la aplicación de un método activo.

•Elaboración consensuada de las normas de convivencia. •Desarrollo de asambleas de aula.

Aportaciones:

•Diálogo como herramienta pedagógica.

•Valoración de las temáticas sociales en el currículo.

Pedagogía Cognitiva 1960-1970

•Énfasis en la participación activa del estudiante en el proceso de aprendizaje.

• El docente es mediador.

• Se encuentra constituida por las ciencias básicas, ciencias instrumentales y la filosofía.

• El desarrollo de la tecnología es otro pilar de apoyo cognitivo.

Aportaciones:

•Empleo de organizadores previos de la información.

• Diversidad de modos de presentar y trabajar la información.

• Técnicas de trabajo cooperativo.

Cuadro comparativo:

Principales características y aportaciones de cada corriente / teoría pedagógica:

Pedagogía Conductista 1901-2000

• La conducta es fruto de la experiencia aprendida del sujeto, no de factores innatos o genéticos.

• Las conductas han de ser tratadas como observables.

•Asociación entre estímulos y respuestas.

• Sólo es válido lo observable.

Aportaciones:

• Se plantean dos variantes: el condicionamiento clásico y el condicionamiento instrumental y operante. El primero describe una asociación entre estímulo y respuesta contigua; el segundo persigue la consolidación de la respuesta según el estímulo.

Pedagogía Constructivista 1900-A la fecha

• El estudiante construye su aprendizaje.

• El alumno es responsable de su propia formación intelectual.

• Aprendizaje en función de la maduración individual.

Aportaciones:

•Importancia del conflicto cognitivo.

• Necesidad de respetar el nivel de desarrollo del pensamiento de los estudiantes.

Pensamiento Complejo 2000-A la fecha

• Comprender al ser humano como ente físico, biológico, social, psíquico, cultural e histórico.

• El docente debe Conceptualizar al ser humano de manera integral.

Aportaciones:

•La comprensión humana.

• El desarrollo de los saberes.

•El proceso educativo del medioambiente.

Brinda a los estudiantes la posibilidad de ser personas reflexivas, críticas y propositivas.

Enfoque por Competencias

•Proporcionan la capacidad de saber, saber hacer y saber ser.

•Preparan al alumno para enfrentar nuevos desafíos.

•Promueven procesos de aprendizaje autónomos.

Aportaciones:

•Permiten integrar y relacionar los aprendizajes con distintos tipos de contenidos.

• Promueven el aprendizaje a lo largo de toda la vida.

• Definición de Competencias básicas para la vida.

Cuadro comparativo:

Principales exponentes:

Escuela Nueva 1889-1920

• J. J. Rousseau (suizo)

• L. Tolstói (ruso)

• J. H. Pestalozzi (suizo)

• F. Fröebel (alemán)

• R. y C. Agazzi (italianas)

•M. Montessori (italiana)

• O. Decroly (belga)

• A. Ferrière (suizo)

• C. Freinet (francés)

•J. Dewey (estadounidense)

• W. H. Kilpatrick(estadounidense)

•P. Cáceres

Pedagogía de la Liberación 1921-1997

• P. Freire (brasileño)

• H. Giroux (estadounidense)

• M. W. Apple

(estadounidense)

• S. Kemmis (australiano)

• P. McLaren (canadiense)

• A. Hargreaves (inglés)

• T. S. Popkewitz (estadounidense)

Pedagogía Cognitiva 1960-1970

• L. S. Vigotsky (ruso)

• H. A. Simon (estadounidense)

• M. Chomsky (estadounidense

Cuadro comparativo:

Principales exponentes:

Pedagogía Conductista 1901-2000

• B. F. Skinner (estadounidense)

Pedagogía Constructivista 1900-A la fecha

• E. von Glasersfeld(alemán)

• J. W F. Piaget (suizo)

• B. Inhelder (suizo)

• J. S. Bruner(estadounidense)

• D. Ausubel(estadounidense)

• P. Bourdieu (francés)

Pensamiento Complejo 2000-A la fecha

• E. Morin (francés)

Enfoque por Competencias

• P. Perrenaud (suizo)

•C. Coll (español)

Cuadro comparativo:

Fuente de la reseña: https://docentesaldia.com/2019/03/14/cuadros-comparativos-de-las-principales-teorias-y-corrientes-pedagogicas-material-de-descarga/

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E-book: Una Mirada a las Teorías y Corrientes Pedagógicas

Una Mirada a las Teorías y Corrientes Pedagógicas. Compilación fue elaborado por personal académico del Colegiado Nacional de Desarrollo Educativo, Cultural y Superación Profesional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Presidente del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública y Secretario General del CEN del SNTE
Prof. Juan Diaz de la Torre
Colegiado Nacional de Desarrollo Educativo,
Cultural y Superación Profesional
Prof. Leopoldo Felipe Rodríguez Gutiérrez (Coordinador)
Prof. Juan Campechano Covarrubias
Profa. Natividad Rousell Núñez
Profa. Lorena Margarita Zacarías Contreras
Prof. Agustín Avilés Noguera
Prof. Pedro Padilla González
INVESTIGACIÓN Y REDACCIÓN
Integrante del Consejo Nacional Pedagógico
Profa. Claudia Ramírez Ochoa
Investigadora de la Fundación
para la Cultura del Maestro A.C.
Lic. Teresita Eugenia Abdo Shaadi

SUPERVISIÓN
Coordinadora del Consejo Nacional Técnico-Pedagógico
Mtra. Graciela I. Ochoa Buenrostro

• PRIMERA EDICIÓN 2013
• ISBN: En trámite
• Impreso en México

• PRIMERA EDICIÓN 2013
• ISBN: En trámite
• Impreso en México

ÍNDICE

Presentación
Introducción
Teorías del aprendizaje
Teoría instruccional
Teoría del aprendizaje significativo
Teoría humanista
Teoría psicogenética
Teoría sociocultural
Corrientes pedagógicas
Escuela Nueva o Activa
Pedagogía de la liberación o crítica
Pedagogía cognitiva
Pedagogía conductista
Pedagogía constructivista
Pensamiento complejo
Enfoque por competencias
Características del enfoque por competencias
Competencias básicas
Evaluación por competencias
Exponentes de las Corrientes y Teorías Pedagógicas
Cuadros Comparativos de Corrientes Pedagógicas
Bibliografía

Descargar:Una mirada a las teorias y corrientes pedagogicas

Fuente: https://drive.google.com/file/d/0B6e-U0pqCGo3WFFRdWJFUWprR00/view?pref=2&pli=1

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La educación como problema

Por José Sánchez Tortosa 

En filosofía suele hablarse de problemas, en la medida en que el pensamiento racional (el filosófico, pero, en rigor, también el científico) no puede ofrecer respuestas cerradas que clausuren definitivamente el objeto que esté sometido a estudio.

 

Por su propia naturaleza, la racionalidad ofrece un intento por clarificar en la medida de lo posible los términos del problema, eliminando la confusión que sobre él se proyecta desde las ideologías y el lenguaje común. Pero nunca podrá garantizar una respuesta que convierta en solución lo que antes parecía un problema. La realidad misma es, desde esta perspectiva, siempre problemática, siempre sujeta a una incesante discusión racional, que no concede descanso ni consuelo nunca. Por eso, nos vemos obligados a hablar del «problema de la educación», como hablamos del «problema de la libertad», del «problema de la existencia de Dios», del «problema de la Historia» o del «problema de la Playstation», que no deja de ser un problema.

Me propongo, por tanto, tratar la educación como problema, como problema filosófico e histórico, y hacerlo con instrumental técnico y teórico, esto es, no ideológico.Conviene, antes de nada, recordar el impacto que el problema tiene en el conjunto de la sociedad, por lo que cuestiones de corte filosófico apuntan, sin embargo, a una situación que es de emergencia social en estos momentos en las sociedades desarrolladas, y en España especialmente.

Suele concederse desde distintos ámbitos que existe cierta preocupación por la educación, incluso un «compromiso con la educación». Para empezar, habría que precisar qué se concibe exactamente bajo esa fórmula. Hay palabras que por el peso de una hegemonía terminológica determinada están revestidas de una aureola casi taumatúrgica que produce el consenso y la aceptación incondicional en el espectador en el momento mismo de ser pronunciadas, sin necesidad de más precisiones. Compromiso es una de estas palabras mágicas. Basta con adjetivar a alguien o a uno mismo como «comprometido» para ganarse la admiración y el respaldo del que escucha sin la molestia del trabajo conceptual («El esfuerzo del concepto», que diría Hegel) ni coste argumental alguno. Pero no estaría de más contraponer al empleo acrítico del término la pregunta filosófica, es decir, mostrar lo vacío que el vocablo está en el discurso hegemónico y transformar el compromiso, como respuesta cerrada, en problema abierto, huyendo de su carácter catártico, ése que consiste en generar aceptación masiva (pletórica). De modo que preguntamos: ¿qué tipo de compromiso? Y, aun más, ¿compromiso con qué educación? Así pues, no es aceptable la mera fórmula «compromiso con la educación» sin definir educación.

Remito a mi libro El profesor en la trinchera y a otros textos en los que he precisado la definición de educación. Pero, atendiendo a lo que en la historia reciente de España se ha entendido por tal, puede establecerse una tríada axial que ha atravesado, con diferencias de relieve que habrá que ir acotando, los sistemas educativos triunfantes. Esa tríada axial (hablamos de tríada porque estos tres ejes se encuentran necesariamente conectados en función de relaciones que tendremos que precisar y justificar) estaría formada por el antiintelectualismo, el igualitarismo y la efebolatría.

Entiendo por antiintelectualismo la corriente pedagógica que sitúa lo intelectual o académico bajo sospecha o, en todo caso, como factor secundario en el proceso de enseñanza, subordinado a lo ideológico y a lo afectivo, en tanto que ámbitos que se alimentan mutuamente.

Entiendo por igualitarismo la tendencia a privilegiar una igualdad final (como resultado) por encima de una igualdad inicial (como punto de partida).

Entiendo por efebolatría la utilización retórica de la mera circunstancia cronológica que denominamos juventud como valor en sí mismo.

Si se opta por situar lo académico en segundo plano, y dado que todo individuo psicológico está igualmente dotado de (sometido a) afectos (sentimientos, deseos, etc.), se tenderá, consecuentemente, a facilitar un igualitarismo, esto es, una igualdad en los resultados (o indiferencia con respecto a los mismos), una imposición de lo relativo en la que nadie puede destacar por su esfuerzo e intelecto. Si, además, se fomenta el componente psicológico sin una formación intelectual que permita una maduración del sujeto, los alumnos son condenados a una infantilización perpetua en la que el joven es el protagonista, incluso el agente, del cambio.

En España, la historia de la educación sigue un movimiento pendular de reacción. Pero, como el péndulo, aunque oscile de un extremo a otro, cuelga de un solo punto (la tríada axial que acabamos de dilucidar), en la medida en que esas tres características están vinculadas entre sí, como ya hemos adelantado. La educación en España ha adoptado, retóricamente al menos, en sus documentos legislativos y doctrinales, diversas formas, pero ha sido, en general, antiintelectual e ideológica, sin perjuicio de que los distintos planes de estudios, independientemente del componente doctrinal, ofrecieran condiciones de formación y exigencia académica muy distintas en cada caso, si bien también responden a una tendencia paulatina a la reducción del peso de lo académico (con una significativa pero imparable prolongación progresiva de la etapa obligatoria y la correspondiente reducción del bachillerato o etapa postobligatoria). Y, en tanto que pedagogías revolucionarias, han sido efebolátricas. La actual, en su condición de relativista y demagógica, es igualitaria no selectiva (sí lo fueron las primeras leyes de la república y del franquismo) y efebolátrica.

Es seguramente el segundo eje de la tríada (el igualitarismo) el que más ha oscilado, ya que, propiamente, sólo la Logse (aunque con precursores, como la ley del 70, con Franco aún en vida) ha sido igualitaria, según hemos definido igualitarismo, esto es, la decisión de desterrar, como un tabú, cuanto pudiera sospecharse próximo a cualquier tipo de selección.

El hecho que parece decisivo en este asunto es el tránsito de la instrucción a la educación, entendiendo, en principio, por instrucción la transmisión de conocimientos y por educación la subordinación de los conocimientos a la formación moral e ideológica del alumno. Este paso podría situarse históricamente entre las primeras medidas en materia educativa tomadas por el primer gobierno republicano, a partir de abril de 1931, y el primer plan de estudios del franquismo, en septiembre de 1938, de la mano de Pedro Sainz Rodríguez, primer ministro de Educación del régimen de Franco. De hecho, la propia denominación del ministerio cambia en este momento. Pasa a denominarse Ministerio de Educación Nacional, en sustitución de la denominación de Ministerio de Instrucción Pública, vigente desde su creación, en 1900. Sin embargo, conviene recordar que, al menos en el terreno de la aportación teórica, ese paso (de instrucción a educación) aparece ya formulado por la Institución Libre de Enseñanza, fundada en 1876 por Francisco Giner de los Ríos:

Como también se comprende al punto que, por su virtud vivificante, haya ido despertando en las inteligencias la idea de que la educación, no la mera instrucción, ha de ser siempre el fin de la enseñanza (Discurso inaugural del curso 1880-81 en la Institución Libre de Enseñanza, por Giner de los Ríos; en Ensayos sobre educación, Ediciones de la Lectura, 1916, Madrid, Iª parte, pág. 22).

Y Giner es un referente para los responsables pedagógicos del primer gobierno de la Segunda República, según sus propias palabras. Rodolfo Llopis, director general de Primera Enseñanza del primer gobierno de la Segunda República, cuenta cómo el retrato de Giner de los Ríos presidía su despacho en la Dirección General, junto al de Pablo Iglesias y al de Cossío, discípulo de Giner:
Ya estaba instalado en la Dirección General. Coloqué en el sitio de honor un retrato de Pablo Iglesias. A su lado, el de don Francisco Giner de los Ríos y el de don Manuel Bartolomé Cossío. (…) Yo me complacía en decir a todo el mundo lo que significaba aquel modesto homenaje que me permitía rendir a los tres grandes educadores que tanto habían contribuido a forjar la conciencia revolucionaria del país. Por eso un sagaz cronista de Le Populaire, de París, pudo decir, con razón, que en el despacho de la Dirección General advertía una doble iluminación: la que entraba a raudales por el ancho ventanal que se abría a la calle de Alcalá y la que constantemente irradiaban las nobles figuras de Iglesias, Giner y Cossío (Rodolfo Llopis, La revolución en la escuela. Dos años en la Dirección General de Primera Enseñanza, Biblioteca Nueva, Madrid, 2005, capítulo I, pág. 21).

Además, otro institucionista, Fernando de los Ríos (sobrino lejano de Giner de los Ríos), fue ministro de Instrucción Pública desde diciembre del 31 hasta junio del 33.

Y si bien la República conserva el término instrucción en la denominación del ministerio, explícitamente apuesta por la educación:

El maestro no olvidará nunca que si tiene ante sí en cada niño a un ser a quien ha de instruir, tiene sobre todo ante sí a un ser a quien ha de educar. El maestro ha de ser fundamentalmente un educador. Ha de llegar hasta el fondo íntimo de la personalidad infantil, favoreciendo, ayudando, contribuyendo a que esa personalidad alcance libremente su plenitud (Rodolfo Llopis, «Circular acerca de la promulgación de la Constitución de 1931», en op. cit., capítulo X, pp. 220-222).
También lo hacen el franquismo:
Yo espero que la nueva España sabrá formar hombres con cultura moral y con cultura intelectual; pero hemos de conceder la prioridad a la formación moral de los elementos docentes de la juventud (Pedro Sainz Rodríguez, La escuela y el Estado Nuevo, Hijos de Santiago Rodríguez, Burgos, 1938, p. 13).
Y la Logse:
En esa sociedad del futuro, configurada progresivamente como una sociedad del saber, la educación compartirá con otras instancias sociales la transmisión de información y conocimientos, pero adquirirá aún mayor relevancia su capacidad para ordenarlos críticamente, para darles un sentido personal y moral, para generar actitudes y hábitos individuales y colectivos, para desarrollar aptitudes, para preservar en su esencia, adaptándolos a las situaciones emergentes, los valores con los que nos identificamos individual y colectivamente (Ley de Ordenación General del Sistema Educativo, Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre de 1990, Preámbulo).

Y, sin embargo, a pesar de que parece vislumbrarse una tendencia general, común a los tres casos ejemplificados, a coordinar políticamente los sistemas educativos dentro del engranaje de sistemas gubernativos desarrollados y con un sesgo ideológico muy acentuado, particularmente en los momentos más críticos (inestabilidad política, antagonismo social, incluso, guerra civil), hay similitudes significativas en los dos primeros que no se dan en el tercero, lo cual nos lleva, por decirlo ya, al tránsito de la educación ideológica o doctrinal al relativismo Logse.

La base teórica de la pedagogía Logse es el constructivismo. Esta corriente consuma un desplazamiento que conduce a un error conceptual. Este error consiste en trasladar al ámbito de lo moral y de lo ideológico lo que pertenece al campo de las condiciones técnicas de la enseñanza. La enseñanza, como técnica que permite la formación intelectual (y humana, porque lo distintivo del ser humano es su carácter racional), requiere, como cualquier técnica, unas condiciones materiales sin las que tal actividad no es posible. Esas condiciones de posibilidad no son, por tanto, morales o ideológicas, sino técnicas. El silencio en un aula nada tiene que ver con autoritarismo o despotismo alguno, sino con la imposibilidad material de aprender nada en un ambiente de ruido, algaradas y frenesí.

Este paso del adoctrinamiento al relativismo se produce porque es el movimiento más fácil, frente a los obstáculos que representa la filomatía como artificio, del mismo modo que en física se impone el modelo de Einstein sobre el de Newton, porque el movimiento elíptico es el más sencillo en un universo curvo y prescinde por tanto de intrincadas explicaciones de corte más metafísico que físico (como la justificación kepleriana de la órbita elíptica en función de la imperfección consustancial a la materia o el recurso newtoniano al éter). En nuestro caso, una normativa concreta ejemplifica este argumento modélicamente: ante la imposibilidad de repetir más que una vez por ciclo (Logse, capítulo 3º, art. 22; Proyecto, parte III, §8.13, p. 20), el movimiento más sencillo es no hacer nada. Así, como en Física, no hay que explicar por qué no se estudia. Ahora lo que hay que explicar es por qué hay individuos que sí estudian, ante la evidencia de que no hace falta para aprobar. La dicotomía clásica reaparece en toda su crudeza: la enseñanza como naturaleza (el optimismo antropológico de Rousseau) o como artificio (Platón, Locke, el pesimismo antropológico). El resultado patente de este marco jurídico y social es la tiranía de la adolescencia, ese invento de las sociedades desarrolladas y de la teología postmoderna (la psicopedagogía), tiranía que tiraniza al que la padece y a los demás, y, en consecuencia, la infantilización social o generacional, que deja expuestas a la indefensión a huestes de sujetos sin más formación que la suministrada por los medios de masas.

Esta confusión que traslada a lo ideológico las cuestiones técnicas tiene como correlato necesario la confusión que traslada a la enseñanza parámetros políticos que no pertenecen a ese ámbito: así, se pretende construir una supuesta escuela democrática en lugar de una escuela técnicamente preparada para propiciar una sociedad democrática. En este punto, la clave aparece en la forma del mito de una democracia natural o espontánea, que anidaría en los jóvenes por el mero hecho de serlo (como en ellos reside también la semilla de la revolución socialista o nacionalcatólica: efebolatría):

Así, Rusia, desde el primer momento, en medio de sus convulsiones y dificultades, lanza un grito de guerra, que es su bandera pedagógica. Ese grito perdura a lo largo de la revolución e informa toda la vida escolar del pueblo ruso. Es el grito de Zinovief, que dice: «¡Cueste lo que cueste, hay que apoderarse del alma de los niños!» (Rodolfo Llopis, op. cit., p. 12);

El alma de un niño de la España de hoy, es, pues, más sagrada que el alma de un hombre y más sagrada que nunca (M. Domingo, La escuela en la República. La obra de ocho meses. Aguilar, Madrid, 1932, pról., pág. 11);

Radica aquí uno de los hechos más sorprendentes del actual momento histórico-universal, que consiste, esquemáticamente, en que los hijos han de convertirse en educadores, en conductores de los padres, porque éstos no alcanzan a percibir las exigencias providenciales de la nueva época. (…) La juventud es siempre promesa fecunda, simiente prolífica de nuevas y más justas formas de vida lo saben bien porque lo dicta el corazón, que no engaña jamás (Adolfo Maíllo, inspector de primera enseñanza y pedagogo del franquismo, Educación y revolución. Los fundamentos de una educación nacional, Editora Nacional, Madrid, 1943, pp. 82-83).

Del mismo modo se formula una supuesta igualdad de derechos (no de deberes) frente a una igualdad de oportunidades (o igualdad de partida).

Si se parte de la base de que se pretende una escuela para una sociedad democrática, además de definir educación y democracia, habría que preguntarse cómo es posible, si es que es posible, una enseñanza de calidad que sea simultáneamente democrática, es decir, no discriminatoria, universal:

La escuela única atiende a estas dos finalidades: extiende la enseñanza a todos y posibilita la selección por el mérito.
Y:
Una democracia subsiste por las aristocracias del espíritu que ella misma forja, y la producción de estas aristocracias es imposible y, por consiguiente, imposible la democracia, si ella no impulsa, facilita y ampara la selección. (…) Instruidos todos, la selección es un derecho del inteligente y un deber en el Estado que cifre en la inteligencia la jerarquía(M. Domingo, op. cit., p. 17; cap. III, pp. 97-98).

En este contexto, el papel del profesor (que encarna la función de la sociedad en la escuela) ha quedado reducido a una función de orden público, por lo que la labor docente (filomática) ha sido vaciada, imposibilitada, desactivada.

En una escuela pública con semejantes características son los sujetos sin recursos económicos (condenados a la enseñanza estatal) los que se ven reducidos a mano de obra barata o sin cualificación, mientras que aquellos con posibilidades materiales optarán por la escuela privada. Bajo la retórica del progreso, la igualdad y la solidaridad se condena a los individuos de las clases menos desahogadas a la ignorancia, la dependencia y la miseria intelectual, humana y social.

Fuente del artículo: https://www.libertaddigital.com/opinion/ideas/la-educacion-como-problema-1276236754.html
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Todos podemos hablar de educación, pero no todos podemos hablar de pedagogía

Colombia / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Yesid González Perdomo / Fuente: La Silla Vacía

La institución escolar no deja de ser un escenario conservador y negado al cambio, así lo hacen saber las diferentes corrientes pedagógicas que, desarrolladas en el pasado, siguen tan vigentes como en el momento en que fueron postuladas.

El proceso educativo inicia con el nacimiento y termina con la muerte, por eso todas las personas pueden hablar de educación, mas no de pedagogía.

En una sociedad donde las redes sociales y los medios masivos de comunicación tienen una influencia descomunal sobre el conjunto de la sociedad, es de vital importancia revindicar la escuela como un escenario indispensable para desarrollar el pensamiento analítico y crítico, más an, cuando las relaciones educativas y escolarizadas son sujeto de diversas reflexiones, influencias e interpretaciones a través del tiempo.

Como lo plantea el maestro Estanislao Zuletala educación es un campo de combate en disputa por las diferentes fuerzas sociales[1]. Lo extraño, es que son los maestros/as los que hablan menos de educación y pedagogía y estamos perdiendo la batalla con los periodistas, sociólogos, abogados, economistas y  empresarios que investidos por el poder político de turno, deciden el futuro de la institución educativa; es un deber moral ganar o volver al protagonismo que el  maestro/a  tiene como intelectual.

Es primordial para el futuro docente entender la importancia del saber pedagógico en el desarrollo profesional de su práctica cotidiana. Es una gran posibilidad para abrir caminos que conduzcan hacia la dignificación de la carrera docente, encontrando los elementos conceptuales necesarios para entablar un diálogo no subordinado con las ciencias de la educación.

Es evidente que la crisis de la escuela parte de alguna manera de la “despedagogización” de la misma, la inserción de modelos empresariales a través de indicadores de calidad y mapas de procesos, pueden dar cuenta de un sofisma renombrado como calidad de la educación[2]; es indiscutible, son la tendencia en el ámbito escolar de la actualidad, modelos como el ISO o el EFQM, son tan solo la punta del iceberg de la Escuela- Empresa.

Estos modelos erróneamente limitan la escuela a los resultados en pruebas censales, someten la pedagogía al entrenamiento burdo de exámenes, produciendo el fracaso con honores del pensamiento crítico y el espíritu liberador de la misma. En este escenario, es preciso construir modelos alternativos que respondan a los intereses de la comunidad educativa sin excederse en la tendencia paidocentrista, será la búsqueda de una nueva escuela que exprese las necesidades de una sociedad diferente, donde la injusticia y exclusión sean la excepción y no la regla.

Ahora bien, no hay que desconocer que la institución escolar no deja de ser un escenario conservador y negado al cambio, así lo hacen saber las diferentes corrientes pedagógicas que, desarrolladas en el pasado, siguen tan vigentes como en el momento en que fueron postuladas. No han dejado por un instante en ser revolucionarias, debido a que son pocas las escuelas que se piensan el cambio. Por ejemplo, un médico del siglo XVIII no podría ejercer hoy con la instrumentación actual, mientras que un maestro en las mismas condiciones encontraría un tablero, unos pupitres y unos infantes indispuestos por no estar en su recreo.

Poner a punto la escuela para los retos que la sociedad global nos impone, solo será posible con licenciados comprometidos con la pedagogía, la escuela y la sociedad. Arrancar de raíz la educación bancaria e instrumental dependerá en gran medida de quienes se enfrenten a los retos de estudiar una licenciatura, de allí, que insistir en  el maestro como intelectual de la cultura, capaz de poder pensarse su labor, sus contenidos, su espacio de trabajo, su evaluación y hasta la formulación de la política pública en educación, es un reto de enormes dimensiones.

Para finalizar, es claro que pensarse  la educación desde la escuela y por un profesional docente fuera del despacho del MEN o la SED, es un sacrilegio de considerables proporciones, debemos construir una propuesta colectiva de país en torno a un nuevo sistema educativo, uno que abarque todos los aspectos que nos han negado por falta de financiación:  un estatuto docente que garantice una vida digna para todos los licenciados, un modelo pedagógico propio que no niegue los aportes de los clásicos pensadores pedagógicos, pero que al tiempo, pueda responder a nuestras particularidades como sociedad, ofrecer la infraestructura necesaria que permita cerrar las brechas de la educación entre ricos y pobres, la gratuidad y universalización de todos los ciclos educativos, incluyendo la universidad, garantizar los elementos básicos de la canasta educativa (uniformes, útiles, refrigerios, rutas, acceso a museos, etc.), si logramos estas condiciones, estaremos pagando la deuda eterna que la Violencia y la corrupción nos han impuesto por años.


[1] ZULETA, Estanislao. Educación y democracia. Hombre Nuevo Editores. IX edición, Medellín,2009.

[2] VEGA, Renán. Doctoritis Crónica. Simulación, Política y Academia en Colombia. Editado por ASPU-UPN, Bogotá, 2016.

Fuente del Artículo:

http://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-educacion/historia/todos-podemos-hablar-de-educacion-pero-no-todos-podemos

Fuente de la Imagen:

Anarquismo, Educación y Pedagogía

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