Jesús Guillén: “La creatividad se puede aprender y fomentar desde el aula”

Desarrollar la creatividad en el aula atendiendo la diversidad y favoreciendo climas emocionales positivos es posible con las estrategias adecuadas. Para lograrlo, Jesús Guillén, docente y experto en neuroeducación, impartirá la sesión formativa online, ‘Cerebros creativos en la educación’, el 28 de noviembre en el marco del Concurso Escolar del Grupo Social ONCE.

Fomentar las emociones positivas, desarrollar la creatividad y aplicar la neuroeducación en el aula influyen directamente en la mejora del proceso de aprendizaje y en el bienestar de los estudiantes. El Grupo Social ONCE se une a este objetivo con la puesta en marcha de su 36 Concurso Escolar. Bajo el lema ‘Once upon a time, La mirada de tod@s’, su objetivo es abordar la inclusión desde una mirada holística centrada en las capacidades de todas las personas y su desarrollo integral.

Para ello, y por cuarto año consecutivo, el Concurso Escolar ofrece recursos educativos como webinars formativos online interactivos a cargo de expertos en educación inclusiva y creatividad. Jesús Guillén, docente, investigador y experto en neuroeducación, protagonizará el segundo de estos webinars el 28 de noviembre con la sesión ‘Cerebros creativos en la educación: ¡todos podemos mejorar!’.

En esta entrevista, el autor de Escuela con cerebro, blog pionero en España sobre neuroeducación, ofrece las claves para favorecer la innovación en el aula teniendo en cuanta la inclusión y la igualdad de todo el alumnado.

Pregunta: La imaginación de la que nace la creatividad necesita de una educación que la fomente, ¿cómo confluyen creatividad y educación en el aula?

Respuesta: La creatividad es una capacidad que nos caracteriza a los seres humanos, que podemos enseñar y mejorar, y que debe constituir una competencia esencial para el aprendizaje. Más si cabe en los tiempos actuales de la inteligencia artificial. Es necesario asumir que todos podemos ser creativos y que la creatividad se manifiesta en cualquier faceta de la vida, aunque pueda adoptar formas diferentes.

Hay muchas estrategias para favorecer la creatividad en el aula, integrándola en las tareas diarias o suministrando oportunidades que faciliten la elección propia, la imaginación y la exploración. Pero también es básico establecer entornos de aprendizaje creativos vinculados a situaciones cotidianas y cuidar los aspectos emocionales porque condicionan la aparición de ideas creativas. Sin olvidar nuestro ejemplo como educadores. Los primeros que tenemos que intentar ser creativos somos los propios docentes.

P: Uno de los puntos claves de tu discurso es la necesidad de trabajar todas las potencialidades del alumnado, ¿con qué herramientas contamos para sacar lo mejor de cada alumna/o?

R: Todos somos diferentes. Cada estudiante tiene sus capacidades, fortalezas, intereses, motivaciones y conocimientos previos que hemos de conocer para atender de forma adecuada la diversidad en el aula. No existen soluciones milagrosas, ni únicas porque cada contexto es diferente, pero lo que queremos es que puedan aprender juntas personas diferentes, tal como pasa en la vida real.

Hay estudios que demuestran la importancia en el proceso de generar climas emocionales positivos que suministren retos adecuados a las necesidades individuales.

P: La sesión formativa del 36 Concurso ONCE que impartirás el próximo 28 de noviembre lleva por título ‘Cerebros creativos en la educación’. ¿Son la pedagogía y la creatividad elementos que van de la mano?

R: Por supuesto. La creatividad puede fomentarse en cualquier materia, etapa educativa o estudiante, y su mejora requiere práctica. Plantear cuestiones y problemas que tengan más de una solución correcta, pedir asociaciones entre ideas y reflexionar sobre sus implicaciones, hacer comparaciones y similitudes o encontrar usos alternativos a objetos o situaciones, no se restringe a ninguna disciplina concreta. Cuando descomponemos algo en sus elementos y recombinamos estos de forma sorprendente para alcanzar algún objetivo, estamos siendo creativos. Así, por ejemplo, elementos familiares como palabras, notas musicales, colores, partes, productos o emociones pueden recombinarse para formar creativos poemas, canciones, cuadros, inventos, planes de negocio o realizaciones personales. Y en la sesión del 28 de noviembre pondremos distintos ejemplos sobre ello que pueden ayudarnos a aprender con todo nuestro potencial.

P: ¿Qué papel juegan las emociones, la creatividad y la neuroeducación en el aprendizaje?

R: Las emociones son básicas en el proceso de aprendizaje. En especial, hay dos que van a resultar clave, la sorpresa y la alegría, dado que estimulan la atención, la motivación o las sensaciones de recompensa. Y el vínculo con la creatividad es directo porque sabemos que las emociones positivas abren el foco de nuestra atención y ello posibilita una mayor exploración del entorno, respuestas menos habituales y reflexiones novedosas, cosa que no ocurre en situaciones con ansiedad. En las investigaciones en neurociencia se han identificado las regiones cerebrales y las redes neurales concretas (red neural por defecto, red de control ejecutivo y redes atencionales) que participan en la generación de pensamientos creativos.

P: Propones la neuroeducación como metodología para transformar el aula. ¿Qué es y qué aspectos quiere atravesar?

R: Neuroeducación es más que eso, es un aprendizaje desde, en y para la vida. Y ello conlleva un proceso de transformación a nivel personal que posibilite educarnos para poder educar.

Los seres humanos somos sociales y el aprendizaje por imitación es básico desde el nacimiento. Todo ello está impregnado del componente emocional. No es casualidad que entre los factores que inciden más en el aprendizaje del alumnado estén las expectativas del propio estudiante sobre su capacidad y también las del docente sobre el desempeño de su alumnado. Junto a ello, se ha comprobado que una buena cooperación entre el profesorado es fundamental para optimizar el aprendizaje y atender mejor las necesidades particulares. Pero ello requiere una buena educación emocional (se necesita tiempo y, en el aula, siempre parte de la formación del profesorado, sin olvidar a las familias). Y cuando se trabajan bien estas competencias socioemocionales, los docentes comparten la docencia y entran con naturalidad en aulas de otros compañeros, cooperan en proyectos multidisciplinares, como los proyectos Aprendizaje-Servicio, en los que también pueden participar estudiantes de distintas etapas educativas, las entidades sociales o las propias familias, o reorganizan los espacios de aprendizaje para mejorar su utilidad. La mejora educativa requiere la participación de toda la comunidad. Sin olvidar la importancia del proceso de evaluación. Si algo no funciona, hay que ser flexibles y cambiarlo. Aquí también juega un papel importante la cooperación del profesorado analizando las situaciones desde diferentes perspectivas. Asumimos, por supuesto, que todo gran proceso de transformación requiere su tiempo.

P: ¿Cómo puede aplicarse en los centros educativos? ¿Qué novedades aporta?

R: Tal como comentamos anteriormente, en los centros escolares el enfoque tendría que ser global. Lo cual conlleva analizar y replantearse qué se enseña, cómo se enseña y cómo se evalúa. Y ligado a esto, entendemos que resulta imprescindible generar climas emocionales positivos que sabemos que facilitan el aprendizaje, junto a la creación de espacios que puedan ayudar a la mejora educativa. Porque sabemos que la disposición del mobiliario, la iluminación, la temperatura, la decoración…, también inciden en el aprendizaje.

En lo referente a las cuestiones emocionales que son tan importantes, entendemos que es necesario poner en práctica buenos programas de educación emocional que hagan un especial énfasis en las funciones ejecutivas del cerebro. Sabemos que estas funciones relacionadas con la gestión de las emociones, la atención y la memoria son básicas para el buen desempeño escolar y cotidiano. Y para un buen funcionamiento ejecutivo del cerebro es importante ir más allá de lo cognitivo y atender las necesidades emocionales, sociales o físicas de todos los estudiantes. Y ahí entran, por ejemplo, el arte, el deporte, el juego o los buenos programas de educación emocional que nos permiten trabajar competencias básicas en los tiempos actuales.

P: Si algún/a docente quisiera introducir conceptos de neuroeducación en sus procesos de enseñanza y llevarlos a la práctica de aula, ¿por dónde empezaría?

R: Desde la infancia temprana, los ritmos madurativos del cerebro son los que deberían marcar los ritmos educativos y el aprendizaje de los conceptos, habilidades o actitudes. Ahí entramos los adultos, tanto en la escuela como en la familia. Por ello es básico crear buenas redes cooperativas entre las distintas instituciones.

En el caso de que algún docente quiera poner en práctica la neuroeducación de verdad (ojo porque existen muchos neuromitos identificados en la educación), tiene que consultar fuentes fiables o formarse de forma adecuada. Y es bueno concretar entre tanta información disponible de las investigaciones que provienen de la neurociencia y las ciencias cognitivas. Por ejemplo, el gran neurocientífico Stanislas Dehaene ha identificado cuatro pilares del aprendizaje que nos permiten mejorar de verdad la educación y que el docente puede trabajar en el aula para optimizarlos. Son la atención (especialmente la ejecutiva, que está vinculada a la concentración), el compromiso activo o curiosidad (ligada a la motivación y que incita al cerebro a evaluar nuevas hipótesis), el buen feedback (se asume el error y nos alejamos del castigo) y la consolidación de los aprendizajes (el sueño es básico en el proceso). En lo referente a lo último, sabemos que las buenas preguntas (que suelen ser abiertas) fomentan un pensamiento crítico, más profundo, reflexivo y creativo.

P: Llevas ya tres ediciones colaborando con el Concurso Escolar ONCE en la impartición de sesiones formativas webinar. ¿Qué crees que aportan este tipo de programas de sensibilización a docentes y alumnado?

R: Los concursos como el de ONCE constituyen una necesidad educativa porque nos permiten ponernos en contacto todos los integrantes de la comunidad analizando qué es lo que funciona y por qué funciona (aquí es donde entra la ciencia). Porque todos queremos mejorar la educación, para así mejorar la sociedad.

Por mi parte, estoy muy agradecido de poder participar en este tipo de iniciativas vinculadas a la escuela de verdad, que es la inclusiva, en donde aprendemos todos juntos optimizando nuestras fortalezas y asumiendo nuestras diferencias. Y es que, efectivamente, lo más importante en la educación son las personas.

Para inscribirse en la sesión formativa online, ‘Cerebros creativos en la educación: ¡todos podemos mejorar!’, que impartirá Jesús Guillén el 28 de noviembre, obtener más información y descubrir los recursos del 36 Concurso ONCE, visita el apartado de recursos de la web del Concurso Escolar.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/jesus-guillen-la-creatividad-se-puede-aprender-desde-el-aula/119665.html

Comparte este contenido:

Los adultos mayores de Argentina eligen el e-learning para formarse

América del Sur/Argentina/06 Agosto 2017/Fuente: entornointeligente/Autor:Alejandro Stofenmacher

Internet ha revolucionado todos los aspectos de la vida humana y, sin lugar a dudas, la educación no ha quedado excluida. Es por ello que, desde CENEDI, se afirma que la tecnología ha reinventado la enseñanza actual: no es necesaria una computadora ni estar en casa para seguir un programa online, cualquier horario y lugar son buenos para acceder al Aula Virtual, ver un video o aprovechar las tutorías, entre otros aspectos.

En este contexto, todos los actores sociales – incluidos los adultos mayores – se encuentran inmersos en una sociedad de cambios que marcan un ritmo de vida exigente y dinámica. Esta sociedad – de la comunicación y la información – se caracteriza por la introducción absoluta de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) en todos los aspectos de la vida. Las TICs incluyen la informática, la telemática y los medios audiovisuales de comunicación.

El cambio en la forma de aprender y educar es transversal a todas las generaciones. Se suele vincular a la educación con los jóvenes, pero lo cierto es que los adultos mayores son parte de este proceso educativo de la mano de la tecnología, y cada vez son más quienes se integran al proceso, de todas las edades. Es importante considerar que de acuerdo a las proyecciones demográficas de Naciones Unidas, para 2050 se prevé una población de Adultos Mayores, superior a la población de jóvenes menores de 15 años. Este dato nos demuestra que es una población activa y en crecimiento, que decide no quedar al margen de esta nueva ola de aprendizaje.

En este sentido, cabe mencionar que las proyecciones realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, indicaban que en 1995 la población de más de 60 años superarían los 4.5 millones (13,2% de la población total), llegarían a casi 6 millones en el año 2010 (14,1%) y se acercarían a 8 millones (16,6%) en el año 2025.

De esta forma, los adultos mayores manifiestan su interés en vincularse a la educación desde otra mirada, con herramientas online, sin la necesidad de perder tiempo y espacio. Cursos de oficio, de idiomas y hasta relacionados con la tecnología son los que los adultos mayores eligen para capacitarse. Dentro de las posibilidades de capacitación online o e-learning para adultos mayores, la mayoría de ellos optan por cursos vinculados a oficios como refrigeración y aire acondicionado, diseño y confección de vestimenta, instalaciones eléctricas y carpintería de aluminio, o bien relacionados a lifestyle como reflexología, jardinería, pintura artística y dibujo. También se destacan aquéllos que elijen capacitarse en aspectos vinculados a la alimentación como conservas, o quienes prefieren aprender nuevos idiomas, tecnología, marketing y negocios, entre otros.

Las posibilidades para que un adulto mayor hoy se capacite son múltiples y abarcan áreas muy variadas del conocimiento, de modo que seguramente todos los que busquen un curso van a encontrar el que sea a la medida de sus intereses.

Inscribirse en un plan para estudiar online puede hacer grandes aportes a la vida de una persona más allá de conocimiento puntual que adquiera: conocer gente en un entorno amigable como es el virtual, tener un nuevo proyecto y hasta tal vez conseguir una fuente de ingresos nueva cuando se está en etapa de jubilarse y cerrar un ciclo es una puerta que se abre a todo un universo.

 

Fuente de la noticia: http://www.entornointeligente.com/articulo/10399713/Los-adultos-mayores-de-Argentina-eligen-el-elearning-para-formarse

Fuente de la imagen: http://www.entornointeligente.com/images-noticias/2017/08/Los-adultos-mayores-de-Argentina-eligen-el-elearning-para-formarse_74613.jpg

Comparte este contenido:

Indian students inspired by rich learning experience in New Zealand

India/Mayo de 2017/Fuente: Indian Education Diary

Resumen: Tres estudiantes indios galardonados han completado una pasantía de tres semanas en las instituciones de diseño digital y animación más importantes del mundo: la Universidad Massey, el Instituto de Tecnología de Wellington y la Escuela de Diseño de Medios. Los pasantes fueron inspirados por la rica experiencia de aprendizaje en Nueva Zelanda, el enfoque innovador y de colaboración para la enseñanza y el aprendizaje, la tecnología de vanguardia disponible y la cálida bienvenida que recibieron. «La educación en Nueva Zelanda es inspiradora, la forma innovadora de enseñar gráficos, cine, diseño de películas todo al mismo tiempo y ser capaz de moldear a los generalistas en multitareas que pueden contribuir en todas las áreas de la producción de medios fue fascinante», dijo Unni Sunny de Bengaluru.

Three award-winning Indian students have completed a three-week internship at New Zealand’s world-leading digital design and animation institutions: Massey University, Wellington Institute of Technology and Media Design School.

The interns were inspired by the rich learning experience in New Zealand, the innovative and collaborative approach to teaching and learning, the cutting edge technology available, and the warm welcome they received.

“Education in New Zealand is inspiring, the innovative way of teaching graphics, moviemaking, film design all at the same time and to be able to mold generalists into multitaskers who can contribute in all areas of media production was fascinating,” said Unni Sunny from Bengaluru.

Unni as well as Anwesha Samanta from Trivandrum and Diana Fernandes from Pune were awarded a three-week internship at premier New Zealand institutions as part of an Education New Zealand-led animation showcase challenge ‘My New Zealand Future.’
My New Zealand Future animation showcase winners
The winning entries, selected for their creativity, quality, thematic treatment and originality, were announced in October last year during the former New Zealand Prime Minister John Key’s state visit to India.

Education New Zealand’s Regional Director – South South East Asia and Middle East, John Laxon said, “More and more Indian students are choosing New Zealand as a world-class and safe education destination, including students pursuing specialist careers in industries such as animation and film. As the home of world-wide blockbusters such as The Hobbit, the Lord of the Rings and Avatar, we look forward to providing the future stars of India exciting education opportunities and global career pathways. We congratulate Unni, Diana and Anwesha on their internship, and look forward to welcoming many more aspiring animators and film-makers to our institutions”

The internship programme was designed to focus on developing leadership, communication, creative thinking and problem-solving skills, all of which are increasingly important attributes for graduates associated with the New Zealand education experience.
From (L-R): Anwesha Samanta, Animation competition winner, Chris Gosling, Chief Executive, Whitireia Community Polytechnic (Whitireia) and Wellington Institute of Technology, Diana Fernandes, Animation Competition Winner, Former Prime Minister Rt Hon John Key, Unni Sunny, Animation Competition Winner, Darryn Melrose, Chief Executive, Media Design School

The interns were impressed by the great learning experience offered by New Zealand institutions in a safe and nurturing environment. The teaching approach, focussing on problem solving, collaboration, creativity, communication and team-building, was different from what they had experienced previously.

“In India, I am used to working on my own. Even when we are given group assignments, we usually work on different tasks on our own and then come together at the end. Also Kiwis made me feel very safe, very amicable and caring people,” Anwesha Samanta from Thiruvananthapuram said.

The students enjoyed learning about cross-format design principles such as movement of the eye. A highlight for the students was the opportunity to make comparisons between real-life models and skeletons to get a sense of how exactly muscles worked.

IMG_8158Diana Fernandes from Ahmedabad recalls using a 3D printer at Weltec/Whitireia during the internship, “Brian McLean, director of rapid prototyping at Laika studio said, ‘It is quite amazing to hold a real character in your hand and know that you have built it using computer software’. I truly understood the meaning of the statement when I held my model. It was an astounding experience.”

Unni is a concept artist at Mech Mocha Games Studio at Bengaluru. He completed a year’s programme in animation and digital arts at Toonz Animation Academy before starting with his job.

Diana is currently in her fourth year of an animation programme at MIT Institute of Design, Pune.

Anwesha is pursuing a year’s programme in advanced filmmaking in animation at the Asian Institute of Film & Media Studies Pvt Ltd, Thiruvananthapuram, Kerala.

Fuente: https://indiaeducationdiary.in/indian-students-inspired-rich-learning-experience-new-zealand/

Comparte este contenido:

Acerca de la creatividad

Alberto Benegas

El proceso creativo es, a mi juicio, uno de los temas de mayor interés. Hace unos años escribí en torno a este asunto, pero es pertinente volverlo a hacer con el análisis de otros ángulos. De entrada digamos que hay que tener muy presente que cada uno de nosotros es único e irrepetible por una sola vez en la historia de la humanidad. Esto nos da una enorme responsabilidad para estar atentos a qué hacemos con nuestras vidas. Si estamos al acecho de cuál es nuestra razón de ser en el corto lapso en esta tierra o si consideramos que podemos consumir el tiempo que nos es dado para divertirnos, alimentarnos, copular y hacer nuestras necesidades fisiológicas. El llamado interior es nuestra vocación, se trata de actualizar nuestras muy diversas potencialidades, como ha escrito Octavio Paz: “Al descubrir nuestra vocación nos descubrimos a nosotros mismos”.

La creatividad supone poner al descubierto algo que estaba oculto, siempre teniendo en cuenta que la originalidad resulta sumamente difícil (“para novedades, los clásicos”, reza el conocido adagio), pero por lo menos poner sobre la mesa algo no recordado, algo no evidente o dificultoso para el momento.

La creatividad opera en muy diferentes planos y campos, en algunos se destaca más algún viso de originalidad (por ejemplo, en el arte) y en otros se trata más bien de descubrir nexos causales en lugar de creación propiamente dicha (por ejemplo, en la ciencia).

De todos modos, ¿cómo ocurre el proceso creativo? Con la concentración y el interés en el estudio de determinada materia se va archivando información en el subconsciente y en ese contexto de trabajo en cierta instancia el nivel conciente traba relación con el antedicho archivo y se produce el “momento eureka”. Es el resultado de la perseverancia, la constancia y la atención en la materia que interesa. Muchas veces, en este proceso, la creatividad o el descubrimiento sorprenden, puesto que alumbran una idea colateral. Casi como en la ciencia médica, en la que muchas de las líneas de investigación en un área dan por resultado un descubrimiento en otra.

Cuanto mayor el valor de la creatividad, mayor es el grado de soledad que requiere el investigador y muchas veces a contracorriente de lo que opinan los demás. Contar con el temple para continuar en el camino es requisito para la creatividad, sin dejarse influir por otros. En el extremo está el conocido experimento tan citado del acuerdo con el organizador de un grupo de personas —menos una—, a quienes que se les solicitó sostener que, en una serie de cuadros que se les exhibía, un bastón era más grande que otro, cuando en realidad no era así. La única persona que no estaba informada del truco al principio se sorprendió de las respuestas de los colegas, pero a medida que se sucedieron los cuadros y las respuestas erróneas que se daban por verdaderas, el sujeto en cuestión optó por contestar equivocadamente, tal como lo hicieron los demás. Es la presión del grupo, es la masificación, es la abdicación de la individualidad, es la renuncia a la honestidad intelectual, es la entrega del yo en pos de los demás, es la desaparición de la condición humana.

Sin duda que la creatividad no es ex nihilo para los mortales, dado que se basa en la incorporación de conocimiento provisto por otros y por sucesos externos a quien crea. Por supuesto que hay muy diferentes grados de creatividad con base en talentos muy distintos. En otra oportunidad he señalado que Stefan Zweig nos recuerda que Wolfang Mozart componía sin borradores, como si alguien le estuviera dictando para escribir con rapidez en el pentagrama. Ludwig van Beethoven, en cambio, necesitaba muchos borradores antes de la obra final y Honoré de Balzac, para escribir a la velocidad que lo hacía, inventó una especie de taquigrafía para estar a la par de sus pensamientos, al contrario de Johann Goethe, que tardó sesenta y cuatro años de intenso trabajo para escribir Fausto. Alberto Durero requería de varios croquis y mucho ejercicio en el lienzo para pintar, mientras que Vincent van Gogh pintaba hasta tres cuadros por día.

Como hemos consignado, la creatividad humana no procede de la nada, se sustenta en información previa, procesada, digerida y reformada con el correspondiente valor agregado. Giovanni Papini sostenía metafóricamente que si a uno le abrieran el cerebro, se encontrarían miles y miles de carteles con los nombres de quienes influyeron en la persona para elaborar tal o cual cosa. No sólo se trata de la influencia del prójimo, sino de situaciones y circunstancias varias.

A diferencia del reino animal, vegetal y mineral, el ser humano no está determinado por otras causas anteriores, sino que opta y decide debido al libre albedrío. Tal como explica el premio Nobel en física Max Planck, en su ¿Hacia dónde va la ciencia?: “Se trata de una degradación inconcebible que los seres humanos, incluyendo los casos más elevados de mentalidad y ética, fueran considerados como autómatas inanimados en las manos de una férrea ley de causalidad […] El papel que la fuerza desempeña en la naturaleza como causa de movimiento tiene su contrapartida, en la esfera mental, en el motivo como causa de la conducta […] ¿Qué conclusión podemos deducir respecto del libre albedrío? En medio de un mundo donde el principio de causalidad prevalece universalmente, ¿qué espacio queda para la autonomía de la volición humana? Esta es una cuestión muy importante, especialmente en la actualidad, debido a la difundida e injustificada tendencia a extender los dogmas del determinismo científico [determinismo físico en la terminología de Karl Popper] a la conducta humana, y así descargar la responsabilidad de los hombros del individuo”.

Tengamos en cuenta que la creatividad no está reservada “a los del más alto coeficiente intelectual (IQ)”, ya que, como han puesto de manifiesto autores como Howard Gardner (Inteligencias múltiples) e Isaac Asimov (Thinking About Thinking), no hay posibilidad alguna de establecer un ranking universal de inteligencias (inter legum), puesto que todos somos inteligentes, sólo que para asuntos muy distintos. El profesor brillante en su especialidad puede ser incapaz de colocar un foco de luz o de recitar una declinación en latín; el agricultor puede desconocer la matemática; el mozo en un restaurante puede recordar cada uno de los múltiples platos que solicitan muchos comensales y relacionarlos entre sí, pero es incapaz de entender el significado de la física cuántica, y así sucesivamente. Como bien ha dicho Albert Einstein: “Todos somos ignorantes, sólo que en temas distintos”, lo cual está vinculado con las muy diversas capacidades, sea en cuanto a la memoria, sea en la inteligencia.

El producto de la creatividad se traduce en una inmensa satisfacción difícil de trasmitir en palabras que alimenta el intelecto de todos cuando está dirigida a lo ético, lo estético y, en general, a contribuciones que permiten mejorar la condición de vida de los semejantes. Es una bendición que debe ser cultivada y aprovechada.

Por esto es que resulta en interés de quien contrata gente. Supuestamente debe pensar en distintos puestos de trabajo, considerar con cuidado el clima laboral al efecto de lograr los mejores resultados. Si quien es contratado se desempeña en ámbitos conflictivos y poco amigables, naturalmente su rendimiento será deficiente.

Por otra parte, para desarrollar la mayor energía creativa posible es indispensable un clima de libertad, lo cual significa respeto recíproco y no imposiciones de reglamentaciones asfixiantes que pretenden el tratamiento de personas como si fueran autómatas del poder político de turno. Se pierde una dosis inmensa de energía si las personas deben atender con el fruto de su trabajo los desmanes del Leviatán. Hay lugares en que el contribuyente debe trabajar más de la mitad del año para satisfacer la voracidad fiscal del Gobierno y eso sin contar con la enmarañada papelería y los trámites engorrosos que exige el aparato estatal, además de tener que responder a preguntas insolentes, impresas en formularios absurdos. En este contexto hostil, naturalmente decae rápidamente la creatividad.

Entre lo mucho escrito sobre la creatividad, hay una obra de especial interés titulada The Courage to Create, de Rollo May, en la que enfatiza la traición a uno mismo si no se expresa lo que se piensa sin subterfugio alguno. Por supuesto que esto no es incompatible con la educación: no significa que a una mujer fea se le haga notar su fealdad, May se refiere a la competencia por valores y principios. Tampoco excluye, sino más bien requiere que permanentemente se revisen las propias conclusiones, ya que el conocimiento es provisorio, sujeto a refutaciones. May destaca el ejemplo de Alexander Solzhenitsyn, “que enfrentó solo el poder de la burocracia soviética” (en este sentido, es menester recordar la obra de Leonard Read titulada The Courage to Stand Alone).

Rollo May no alude al coraje físico ni a la temeridad, sino al coraje moral, estrechamente vinculado a la honestidad intelectual. Explica la importancia de dejar testimonio con total independencia de lo que piensa la mayoría. Rechaza lo que hoy se conoce como lo políticamente correcto, donde se propone que la gente “se ajuste a la tendencia del momento” y subraya que esto es más necesario que nunca en la actualidad, donde “el fascismo, el socialismo, el conformismo y el poder militar hacen que el individuo no sólo se siente perdido, sino que está perdido”.

Como ha sentenciado Miguel de Cervantes: “Cada quien es hijo de sus obras”, pero la creatividad se ahoga y queda aplastada por el espíritu autoritario. Mafalda ha dicho bien: “La vida es como un río, lástima que hayan tantos ingenieros hidráulicos”.

Fuente del articulo: http://opinion.infobae.com/alberto-benegas-lynch/2016/04/30/acerca-de-la-creatividad/index.html#more-1432

Fuente de la imagen: http://www.grupoalbe.com/wp-content/uploads/2017/03/Creatividad.png

Comparte este contenido:

Entrevista a David Bueno: “El aburrimiento es necesario para el desarrollo del cerebro”

23 febrero 2017/Fuente: Educactivate

nvestigador, divulgador científico y profesor de genética en la Universidad de Barcelona.

Los estudios y la investigación en neurociencia, ¿se aprovechan lo suficiente? ¿Se ponen en práctica?

Yo creo que no, pero por el simple hecho de que son estudios muy recientes. Generalmente cualquier descubrimiento científico tarda unos años en tener implicaciones en la vida real. Lo que hemos descubierto hasta ahora desde la disciplina de la neurociencia lleva entre diez y quince años a la luz, por lo que sería preocupante que a partir de ahora no empezara a influir.

¿Qué influencia más inmediata cree que pueden tener estos estudios?

Pues, como todo el mundo pensará, deben tener implicaciones en la manera de educar a los alumnos, pero sobretodo, y yo creo que es lo más importante, en cómo se forman los profesionales de la educación. Ellos serán los primeros que aplicarán los cambios.

¿Sobre qué tenemos más campo por recorrer?

Una de las primeras cosas, de la que tenemos un aval científico sólido y que deberíamos aplicar desde ya, es la necesaria combinación de elementos racionales y emocionales en la educación.

Pero esto es algo que en algunos ámbitos ya se hace, ¿no?

Por supuesto. Muchas de las cosas que aportará la neurociencia a la educación no son cosas novedosas, sino la reafirmación de que ciertas prácticas que ya se están llevando a cabo tienen resultados positivos científicamente demostrados.

¿Nos puede poner algún ejemplo?

¡Claro! Se trata de combinar aprendizajes que sean racionales con estrategias que sean emocionales. A lo largo del tiempo hemos visto cómo cualquier proceso que requiera la memoria funciona mucho mejor si detrás hay componentes emocionales. A veces intentamos aprender procesos biológicos, listados de reyes u obras literarias, y lo hacemos de forma muy racional. En realidad, lo que resulta más útil para que quede grabado en la memoria a largo plazo son las emociones.

Los niños y niñas reciben una cantidad abrumadora de estímulos a diario. ¿Cómo afecta esto a su cerebro?

¡Depende de cada niño! Los cerebros no son todos iguales ni parten de una misma base. Hay personas que se estresan con más facilidad y hay otras que no. Hay personas que son más racionales que otras y personas que gestionan mejor las emociones que otras. Esto también significa que hay cerebros capaces de gestionar una mayor cantidad de información y otros que no.

¿Nuestras cabezas tienen un límite?

Nuestros cerebros son capaces de albergar mucha más información de la que jamás tendremos. El problema no es ese, es una cuestión de estrés. El problema del exceso de información es que si tenemos la percepción de tener más información de la que querríamos o de la que nos hace falta, el cerebro se estresa. Hay una serie de mecanismos biológicos que activan un conjunto de hormonas que nos generan estrés.

¿Por qué generamos este estrés?

El estrés sirve para defendernos de situaciones que consideramos que son amenazadoras. Por tanto, las personas que se estresan por un exceso de información se defienden de una situación amenazadora, que es justo lo contrario de lo que debería ser la educación. Una de las consecuencias de este estrés es que desregula la redes neuronales de procesamiento más racional y las funciones cognitivas más complejas. Esto juega en contra de lo que es el autocontrol de los procesos de aprendizaje.

¿Y qué debe hacer el profesional de la educación en estos casos?

El papel del educador es clave. Los profesores deben, en la medida de lo posible, ofrecer el máximo de información sin cruzar las fronteras de los alumnos que se estresan con más facilidad. No es una tarea fácil.

¿Los niños de hoy en día están hiperestimulados?

Depende de cada niño también. Para que se desarrolle el cerebro, el niño necesita aburrirse. No necesita estar todo el rato aburrido, por supuesto, necesita hacer actividades interesantes, cosas que le gustan y que le estimulen. Pero necesita momentos diarios de no saber qué hacer, estos momentos son los que hacen que el cerebro busque estrategias para hacer cosas.

¿Desarrollan así su creatividad?

Sí, entre otras muchas cosas. Hay experimentos recientes que demuestran que niños que han tenido buenos ratos de aburrimiento, de adultos han sido capaces de tomar decisiones de forma más eficiente. Como aburrirse no gusta a nadie, las personas se montan estrategias para hacer cosas, y hacer cosas implica tomar decisiones. Un niño al que se lo dan todo hecho, poco poder de decisión desarrollará: salen de clase y van a baloncesto, después a inglés, llegan a casa y deben hacer deberes, se duchan, cenan y a la cama.

Pese a esto, muchos padres y también profesores piensan que si no estimulan a sus hijos con extras como los idiomas o actividades artísticas no desarrollarán todas las competencias que creen que son claves para su futuro profesional.

Pero es que vivimos instalados en la sociedad de la competitividad. Tenemos miedo de que nuestros hijos no sean suficientemente competitivos con los otros niños. Depende mucho del objetivo que creamos que tiene la educación.

Deberíamos preguntarnos para qué sirve la educación, entonces.

Exacto. Para mí la educación ha de servir para ayudar a nuestros hijos a crecer con dignidad. Y la dignidad incluye compartir decisiones, tomar las propias y asumir las de terceros. Si tú no sabes tomar tus propias decisiones, no asumirás las de los demás como algo compartido. Para crecer con dignidad hacen falta muchas cosas, pero entre ellas: aburrirse, jugar, organizarse los propios juegos, etc.

Es que ya no les dejamos ni decidir a qué jugar…

Los niños que se quedan a comer en el colegio, tienen, en la mayoría de centros, pautados los juegos de la hora del recreo. Esto no puede ser así… Ya aprenderán a hacer cosas por ellos mismos, pero debemos darles la oportunidad de hacerlo.

¿Por qué cree que a los adultos les da miedo que los niños se aburran?

Cuando los adultos nos aburrimos pensamos, sobretodo en nosotros mismos, nos psicoanalizamos. La neurociencia demuestra que las personas que dedican un rato a autoanalizarse, lo que se llama meditación, y no en el sentido esotérico de la palabra, favorecen determinadas conexiones neuronales que refuerzan algunas partes del cerebro como la empatía, la creatividad, etc.

¿Por qué hay niños que aprenden más rápido que otros?

Hay una parte que es genética. Todos tenemos el mismo tipo de genes, pero hay diversas variedades de cada uno de ellos. Algunos controlan cómo se conectan las neuronas, otros cómo se envían las señales, cómo crecen las neuronas, etc. Depende de la variedad de cada gen, algunos se desarrollan de una forma y otros de otra. Hay personas que tienen mejor conectada el área de la creatividad y otras la memoria.

¿Y la otra parte?

La de la educación, pero en un sentido amplio. No hablamos solo de la educación reglada. La educación empieza antes del nacimiento. El feto ya interacciona con el ambiente. Una persona que crece en un entorno relajado, tendrá una serie de conexiones que harán que tenga más estabilidad. Una persona que crece en un entorno crispado, para protegerse, se formará con unas conexiones que harán que sea más reactivo desde el punto de vista emocional. Será más impulsivo y menos racional. A las personas impulsivas siempre les cuesta más aprender que a los reflexivos. Las personas nacemos con un cerebro predispuesto, pero no determinado.

Cuando hablamos de la educación reglada y de los ritmos de cada individuo, ¿qué cree que es más correcto: dejar que el niño siga su propio ritmo o estimularlo para favorecer ese aprendizaje?

Cada alumno debería ir a su ritmo, su cerebro debería poder madurar a su tiempo. Pero esto no quita que no se le pueda ir estimulando, siempre y cuando no se pase de la frontera que marca su propio desarrollo. Si no estimulas, hay personas que, por su naturaleza, son muy tranquilas, y si no aprenden algo les da absolutamente lo mismo. Hay otros que necesitan aprender cosas nuevas constantemente. Si no estimulas, te arriesgas a que el cerebro madure sin haber adquirido determinados conocimientos.

La neurociencia explica que hay determinados períodos de edad que son más óptimos para aprender determinados conocimientos. Pasado este margen de edad, ¿es más difícil o es imposible adquirir ese conocimiento?

Imposible no lo es nunca. Si fuera imposible, los que nacimos cuando no había ordenadores ahora seríamos incapaces de hacerlos funcionar. Somos la única especie que siempre podemos aprender cosas nuevas. Los chimpancés, que también tienen capacidad de aprendizaje, solo pueden hacerlo durante su infancia.

¿Qué sucede en nuestro cerebro para que haya estos períodos de receptividad?

El cerebro está programado para abrir ventanas en determinados momentos de la vida. Una de las primeras que se abre es la de la sociabilidad. Lo primero que hace un bebé es socializar con su entorno. Después se abren otras ventanas: la motora, la del lenguaje, etc.

En la socialización juegan un papel importante las emociones, ¿no?

Por supuesto. Uno de los elementos más poderosos de cohesión social es la emoción. Los políticos apelan a las emociones, no a la racionalidad. La capacidad de vivir en sociedad es un gran estimulador para aprender cosas nuevas. La mejor recompensa de un niño no es decirle “iremos de excursión el fin de semana”, es la mirada de aprobación del profesor, o el hecho de ver que sus amigos están de acuerdo con él. Esto refuerza el aprendizaje, la motivación es imprescindible.

¿Y por qué olvidamos muchas de las cosas que aprendemos cuando somos pequeños?

La memoria está ligada a un patrón de activación de muchas neuronas diferentes. Cuantas más neuronas se nos activan cuando aprendemos algo nuevo, más facilidad tenemos para recordarlo después. Más profundo es el recuerdo del aprendizaje.

¿Y cómo podemos activar más neuronas durante el aprendizaje?

Hay un trabajo reciente muy interesante en el ámbito del estudio de las matemáticas, que es una de las asignaturas que da más miedo. Se ha visto que los profesores que explican matemáticas gesticulando mucho obtienen mejores resultados. Cuando los alumnos recuperan esa información de su cerebro, se les activan muchas más neuronas, entre ellas las del movimiento. Recuerdan mejor lo aprendido y además lo saben aplicar con más facilidad.

Fuente: http://www.educactivate.com/david-bueno-el-aburrimiento-es-necesario-para-el-desarrollo-del-cerebro/

Comparte este contenido: