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Del Programa Nacional de Carrera Magisterial a la USICAMM

Por: Lucía Roble

El proceso de precarización salarial del magisterio

A continuación, describiré brevemente cada etapa del programa por incentivos implementado a la par de la Ley General de Educación de 1993, que comienza a gestarse un par de años atrás de la implementación de la llamada gestión “neoliberal” en nuestro país.

Este esquema de promoción por incentivos es similar al de la iniciativa privada para aumentar la productividad y disminuir la rotación de personal. En el sistema educativo la productividad no es tangible, pero con este programa se pretendía elevar la calidad de la educación, responsabilizando a los docentes de los bajos niveles educativos obtenidos en las evaluaciones internacionales, siendo que, por la falta de asignación de recursos federales suficientes, hasta la fecha continúan estos resultados, pese al esfuerzo y la entrega de los trabajadores de la educación.

Este esquema ha permitido al Estado evadir la responsabilidad de asignar un salario digno a todos los docentes y ha violado el Artículo 86 de la Ley Federal del Trabajo que dice “a trabajo igual desempeñado en puesto jornada y condiciones de eficiencia también iguales debe de corresponder salario igual”. También ha servido como pretexto para ir privatizando la educación, para obtener mejores resultados educativos

Como mencionamos más arriba, el Programa Nacional de Carrera Magisterial surge en 1993, durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, con Elba Esther Gordillo Morales a la cabeza del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), siendo Ernesto Zedillo Ponce de León titular de la Secretaría de Educación Pública, quien posteriormente sería presidente de la república. Este programa vino a desplazar el sistema de escalafón tradicional y el esquema básico que asignaba puntajes diferenciales a los maestros según su preparación.

Carrera Magisterial es un sistema de promoción horizontal (en la misma función), de participación voluntaria e individual, integrado por cinco niveles de estímulos. No contemplaba el ingreso ni la promoción vertical (a otra función). Aunque en teoría era voluntario su ingreso, muchos docentes terminaban optando por ingresar debido que era de las pocas formas en las que podían percibir un incremento salarial.

Este programa consideraba 6 factores con un puntaje específico qué determinaba la calificación final. Si las condiciones eran favorables al trabajador, como tener un puntaje elevado de la suma de los factores evaluados y que existieran los recursos suficientes, le tomaba 16 años llegar al último nivel. A los maestros que trabajaban en zonas empobrecidas les tomaba mucho menor tiempo si continuaban laborando en esas escuelas.

Este programa de estímulos, aparentemente ventajoso para el docente, es el inicio de la precarización salarial que actualmente padecemos e implicó estrés y sacrificio del magisterio ya que tenían que invertir tiempo que debían de dedicar a sus familias o descansar para tomar los cursos en fines de semana o contra turno, en un proceso incierto y poco objetivo. El Estado, al ver que un buen número de maestros accedía a los últimos niveles (lo que implicaba desembolsar más recursos para cubrir los compromisos adquiridos con el magisterio), endureció aún más el proceso. Por cierto, en este periodo los docentes recibían 2 incrementos anuales: uno el primero de enero según el salario mínimo, y el otro el 15 de mayo por el Día del Maestro, por negociación del sindicato.

Al final del Programa de Carrera Magisterial vino un período implementado en el ciclo escolar 2011-2012 por el presidente Felipe Calderón Hinojosa, siendo titular de la secretaría de educación Alfonso José Ricardo Lujambio Irazábal. Este último, con Elba Esther Gordillo todavía al frente del SNTE, idearon lo que yo llamo “serpientes y escaleras”, ya que los niveles obtenidos en el proceso debían ser refrendados, y de no lograr la puntuación mínima de 70, el docente bajaba de nuevo al nivel anterior nivel. No se podía salvar de la evaluación, ya que, si no se presentaba para quedarse con el estímulo obtenido, éste era retirado.

Es importante señalar que aprovechaban los puntos de quiebre entre cada programa para no convocar para esa etapa, por lo que, en el año de cambio con el nuevo sistema de promoción, no hubo posibilidad de ascenso salarial para los docentes, ahorrándose las autoridades ese recurso.

Durante la presidencia de Calderón, los docentes perdieron varios bonos, como el que les daban al final de cada sexenio. Los incrementos salariales ya eran únicamente los acordados por el sindicato el Día del Maestro, pero eran similares al incremento del salario mínimo.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto, se encarceló a Elba Esther Gordillo y se nombró a Juan Díaz de la Torre como Secretario General del SNTE, siendo Emilio Chuayffet secretario de educación y posteriormente Aurelio Nuño. Durante este periodo, se aprobó en tiempo récord la Reforma Educativa y se estableció la Evaluación de Desempeño obligatoria para todo aquel que fuera convocado. De no presentarla o salir insuficiente, perdía su plaza, sin responsabilidad alguna para el patrón.

A todas luces está reforma fue punitiva y laboral estableciéndose una lucha encarnizada de los docentes, oponiéndose a esta ley que atropellaba todos sus derechos conquistados. Dicha Reforma establecía que, de sacar un resultado destacado, el docente tenía la opción de inscribirse a un programa llamado Servicio Profesional Docente de promoción horizontal o vertical. Además, la Reforma hablaba de un sistema de estímulos (K1, K2, etc.). Sin embargo, no se aplicó cómo estaba estipulado y se obtenía el K1 solo con la evaluación de desempeño obligatoria.

Otra de las afectaciones qué sufrimos los docentes con este programa fue qué los estímulos ya no eran parte del sueldo base, sino que se manejan como un “bono adicional”, qué se disfruta estando activo, pero al momento de la jubilación no forma parte de la pensión, disminuyendo nuestro salario.

A partir de este programa también se establece el proceso y requisitos para el ingreso o incorporación de docentes al servicio educativo. Se establecen factores similares, a los que se les asigna determinados puntajes, pero también depende del recurso asignado la posibilidad de los maestros para mejorar sus ingresos.

Con Peña Nieto, se realiza la desindexación del salario mínimo y se crea la Unidad de Medida y Actualización (UMA), no existiendo diferencia entre ésta y el salario mínimo y los incrementos salariales. A pesar de que esta unidad de medida no fue creada para salarios, los incrementos anuales empezaron hacer menores que el salario mínimo.

La Cuarta Transformación no resolvió el problema

Al llegar a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador nombró Secretario de Educación a Esteban Moctezuma Barragán, aunque en lo que va del sexenio han desfilado por dicha secretaría al menos dos titulares más. A su llegada, el Secretario General del SNTE es Alfonso Cepeda Salas. Aunque había en campaña prometido que de la Reforma Educativa no iba a quedar “ni una coma”, ha quedado en evidencia que la precarización laboral contra el magisterio, al igual que ocurre con el resto del proletariado, se mantiene.

Durante su gobierno se estableció la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM). En este nuevo programa de incentivos, se establece tener 2 años de servicio para empezar a participar e ir ascendiendo gradualmente a cada uno de los 8 niveles, permaneciendo en cada uno 4 años, lo que implica que para llegar al último nivel, que representa un incremento salarial significativo, el docente tiene que someterse a un proceso desgastante, poco objetivo y poco transparente para obtener un resultado lo suficientemente bueno cada vez que le toque promover, siempre y cuando existan los recursos económicos asignados a nivel federal para tal promoción. Por lo tanto, al docente le tomará 34 años de servicio llegar al último nivel.

Tal vez disfrute un año o más todo ese salario, pero en el momento de jubilarse, al no estar en su sueldo base, se jubila con un salario de plaza inicial, sin que se reconozcan todos esos años y dinero invertidos. Ni siquiera llegará al tope establecido por las distintas instituciones de seguridad social para la pensión, actualmente de 8 UMAS en el ISSSTE[1]. Es importante señalar que, si se llega al último nivel de promoción, cuando uno se jubila por el tope existente, disminuye un 60% aproximadamente lo que se recibe de pensión cuando nos retiramos. Eso tal vez explicaría por qué muchos maestros prefieren seguir trabajando para no ver mermados sus ingresos. Por cierto, si están con cuentas individuales o en AFORE, la situación empeora.

Es importante señalar que, tanto en el Servicio Profesional Docente como en el USICAMM, el costo los cursos que se requieren corren por cuenta de los docentes, a diferencia de lo que ocurría en Carrera Magisterial, pues la secretaría los proporcionaba de manera gratuita.

Cómo puede verse este proceso para que los maestros obtengan mejores ingresos es engañoso e injusto. Ha precarizado el salario de un gran porcentaje de excelentes maestros, ha dividido a los trabajadores en categorías y, de esta forma ha desarticulado cualquier movimiento de lucha, ya que, al estar enfocados de manera individual por ganar un poco más, se pierde el sentido de solidaridad de clase, la visión de que todos somos trabajadores y merecemos un salario digno.

La Reforma Educativa continúa igual o peor a la anterior, por lo tanto, el Sistema de Evaluación Docente o USICAMM debe de desaparecer, para que el Gobierno asuma su compromiso de proporcionar salario digno y capacitación permanente, en horario laboral a todos los trabajadores de la educación.

Actualmente la precarización salaria ha aumentado y el poder adquisitivo es cada vez menor. Los incrementos salariales anuales ya no son en el mismo porcentaje de incremento del salario mínimo, este año ni siquiera fueron igual a la inflación. No queda otro camino que organizarnos para seguir exigiendo un salario justo que permita una vida digna para todos los trabajadores de la educación quienes hemos visto aún más disminuidos nuestros ingresos durante este gobierno que resultó ser tan enemigo del magisterio como los anteriores.

[1] En el caso del ISSTEY, en Yucatán, el tope es de $43,000.

Fuente de la información e imagen:  https://chaksaastal.wixsite.com

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Como en los tiempos de Nuño, ahora en Tabasco

Por: Abelardo Carro Nava

«Atinada, y reiteradamente, el presidente de nuestro país ha señalado que las libertades no se mendigan, se conquistan.»

Ya en tiempos de lo que se ha conocido como la “cuarta transformación de nuestro país”, a mediados de mayo de 2021, maestras y maestros – y algunos reporteros que cubrían la nota – fueron desalojados violentamente por elementos de seguridad pública del estado de Veracruz; entidad gobernada por el morenista Cuitláhuac García quien, como se sabe, conjuntamente con el Secretario de Educación de esa entidad, Zenyazen Escobar García, fueron férreos opositores a la mal llamada reforma educativa que impulsó el gobierno peñanietista.

Tal parece que no fue del agrado de estos funcionarios públicos, que los profesores se manifestaran en la Secretaría de Educación, para demandar una audiencia con el titular de esta Dependencia con la intención de que se reconociera la toma de nota de José Arturo Hernández, como secretario general del Sindicato Democrático de Trabajadores de la Educación.

Un par de días después, el mismo gobernador declaró ante los medios de comunicación, que no habían sido violentados los derechos de los manifestantes y que solo se había aplicado “cierto” protocolo de seguridad por la posible “afectación” a terceros, por lo que en su administración siempre se anteponía el diálogo. Los videos que circularon en las redes sociales, evidenciaron lo contrario.

El mensaje hacia el magisterio había sido enviado con “éxito”: primero te golpeamos y luego te atendemos. Es más, fue curioso observar en las mismas redes sociales, un video en el que dicho Secretario de Educación se encontraba afuera de las instalaciones donde fueron trasladados los profesores detenidos y, con la frase: “siempre estaremos del lado de las maestras y maestros”, éstos fueron liberados.

¿Por qué si, como se dijo, se estaba del lado de los trabajadores de la educación, no se les concedió su demanda inicial que no era otra cosa más que el de una audiencia? De ese lamentable y desafortunado episodio, ¿cuántas manifestaciones se han dado en esta entidad de la República Mexicana?, ¿realmente se ha dado un diálogo “abierto y respetuoso” para la solución de los conflictos laborales y educativos después de este incidente?

Un año después, pero en otras latitudes, de nueva cuenta las redes sociales dieron cuenta de un violento desalojo de trabajadores de la educación muy al estilo del sexenio anterior; tal hecho tuvo lugar en Tabasco, nada más y nada menos, que en la tierra del secretario de gobernación y del propio presidente de la República. Grupos antimotines se dieron el verdadero lujo de golpear a quienes demandaban el pago de las quincenas del mes de junio de este año y, particularmente, el retroactivo que no había sido cubierto en esa entidad cuando en otras ya había sido pagado.

El gobierno del también morenista, Carlos Manuel Merino Campos, en el mismo tenor que su homólogo veracruzano aplicó la misma estrategia de comunicación, pues a través de su Secretario de Gobierno, afirmó que en la entidad tabasqueña se “antepone” el diálogo, no se reprimen las manifestaciones siempre y cuando no haya una “afectación” a terceros; y bueno, sobre el tema de los adeudos, este funcionario aseguró que en las próximas semanas se estarían cubriendo, tanto a maestros federales como estatales.

Otra vez el mensaje se envió con “éxito”: primero te golpeamos y luego de pagamos. Es más, este mismo servidor público, aseguró que ya se había acordado con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Sección 29, las fechas precisas de los pagos correspondientes a los ajustes salariales. Entonces, ¿por qué fue “necesaria” la agresión y detención de 5 trabajadores cuando, al parecer, hay un diálogo “abierto” con la dirigencia sindical de esa entidad? Si hay un “diálogo”, ¿qué es lo que se dialoga y cuál es o son los resultados de ese diálogo?

Ahora bien, independientemente de las disputas por el poder que en cualquier organización se dan como parte de un proceso de renovación, de reestructuración o de transformación, y que desde luego tienden a movilizar a grupos de trabajadores para sus propios fines, algo que es totalmente reprobable, ¿es aceptable el uso de la fuerza pública bajo la “supuesta” afectación a terceros?, ¿y el diálogo? Es más, no estaría nada mal conocer qué se entiende por diálogo porque, cualquier agresión a cualquier ser humano, es totalmente inaceptable en un país de libertades.

Dudo mucho que, si hubiese existido una explicación sensata, fundamentada y argumentada por parte de las autoridades, sobre el por qué en otras entidades del país ya se había cubierto el retroactivo a los trabajadores de la educación y en Tabasco no, el magisterio tabasqueño hubiese salido a las calles a manifestarse. Vaya, hoy día, parece que exigir, demandar o reclamar un atraso en los adeudos significa estar en contra de un sistema, gobierno o régimen; ¿no acaso se protesta para evitar ser reducidos a nada? ¿por qué imponer el silencio por la fuerza a favor de unos cuantos?, ¿cuál fue el papel de la Sección 29 del SNTE con relación a esta justa demanda magisterial?, ¿sirve de algo estar sindicalizado cuando no se vela por los derechos de los trabajadores de la educación?, ¿cuántas movilizaciones veremos en lo sucesivo en ese estado cuando se tiene como antecedente el actuar de un gobierno represor que se dice abierto al diálogo? En fin.

Ahí tenemos a las y los candidatos a dirigir la Sección 29 de esa organización sindical en esa entidad. Una cosa es la campaña, el deseo, la aspiración y el discurso, y otra muy diferente los hechos. Todas y todos, sin excepción alguna ¿publicarán algún pronunciamiento sobre estos lamentables y desafortunados hechos cometidos en contra de los trabajadores a los que aspiran representar?

Ahí tenemos a la Secretaría de Educación Pública, a cargo de una profesora que, como el presidente lo ha dicho, conoce el sistema. Supongo que tan lo conoce, que ni un comunicado emitió para reprobar los hechos donde los trabajadores de la educación, colegas suyos, fueron salvajemente golpeados por elementos de las fuerzas de seguridad.

Se sabe pues, que para la organizaciones sindicales y gubernamentales los derechos de los trabajadores de la educación son parciales; es decir, cuando a ciertos líderes así conviene a sus intereses, el magisterio tiene derechos, pero cuando van en contra de sus políticas de “puertas abiertas” y de “diálogo”, son reprimidos.

Atinada, y reiteradamente, el presidente de nuestro país ha señalado que las libertades no se mendigan, se conquistan. Ojalá y tal expresión haga mella en ciertos líderes y gobiernos provenientes de un movimiento denominado de Regeneración Nacional porque, así como se pintan las cosas, con claridad se observa que el PRI no se ha creado ni se ha destruido, solo se ha transformado en Morena.

Aurelio Nuño, y el Pacto por México, con garrote en mano estarán muy contentos por ello.

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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Claroscuros de la propuesta educativa de la Cuarta Transformación

Por: Miguel Ángel Pérez Reynoso

 

En educación un requisito fundamental de toda propuesta de cambio, de mejora o incluso de reforma educativa, es que sea clara en cuanto a los fines y los beneficios sociales y educativos que se tendrán con su implementación.

De esto carece la propuesta educativa de la Cuarta Transformación, de claridad; sus contenidos se han tornado en polisémicos, cada quien entiende lo que quiere o lo que puede entender y ni en los fines, ni en los medios, ni tampoco en los contenidos que le dan soporte logra visualizarse la claridad social y educativa de lo que aspira.

La propuesta educativa del gobierno de López Obrador desde un inicio tuvo como finalidad el distanciarse de la propuesta educativa de gobierno anteriores, se inició un proceso de cambios en la legislación educativa para poder corregir los excesos que se generaron con los acuerdos de la evaluación punitiva del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Se generaron una serie de documentos breves, desde un inicio en donde daban a conocer algunos principios rectores de lo que sustentaba la propuesta. No le quisieron llamar reforma educativa sino un amplio acuerdo por la educación, de esta manera era importante cabildear y poder acordar con los actores políticos algunos contenidos y procedimientos de la propuesta educativa de este sexenio. El SNTE a la cabeza y de manera oportunista se vistió ahora de los colores de MORENA y comenzó a tejer una serie de alianzas en el ámbito nacional primero y en algunos estados más adelante. Cabe reconocer entre paréntesis que el espectro político del país ha cambiado radicalmente a partir del triunfo de López Obrador y hasta este momento. Los partidos fuertes de antaño PRI y PAN hoy forman parte de una oposición debilitada que, si bien está al acecho de regresar al poder a través de tejer alianzas tácticas, han pasado a formar parte de una oposición debilitada y carente de inventiva. La hegemonía política en este momento se distribuye entre MORENA, Movimiento Ciudadano que hoy tiene el control en Jalisco y en tercer lugar la alianza PRI – PAN – PRD. Actualmente MORENA tiene 15 gobernadores, Movimiento Ciudadano 2, el PAN 7, el PRI 4, el PRD 1, el PCEM 1 y el PES 1. Y MORENA gobierna el DF.

De esta manera la educación también pasa y se negocia con las fuerzas políticas locales, para llegar a acuerdos o para conocer el rechazo que se tiene.

La propuesta educativa de la cuarta transformación tiene aspiraciones significativas, con todo un despliegue ligado a la inclusión a partir del reconocimiento de las diversidades, del intento por reinventar la alianza escuela – comunidad, y de darle un nuevo rumbo a la organización curricular sobre todo en la educación básica, a partir de mejorar la relación entre los campos formativos con los ejes articuladores. Pero todo esto queda en un plano referencial, el gran problema sigue siendo el poder incorporar a los miles de docentes de todo el país y que hagan suya la nueva propuesta. Además, junto a todo ello, la promesa de democratizar al SNTE no se ha cumplido. El reloj político sigue caminando, y parece ser que al igual de lo que sucedió con Peña Nieto nos va a alcanzar el tiempo para poder consolidar los ejes centrales de la propuesta.

El actual gobierno le apuesta a la continuidad en política y en educación, pero de ello no hay garantía, la democracia sui generis de nuestro país abre horizontes a la incertidumbre y a las sorpresas. El año 2024 es una fecha clave para comenzar a entender no solo lo que está pasando ahora sino lo que está por venir.

En educación tanto las y los ciudadanos que confiamos en el sistema, así como las y los docentes cuyo trabajo consiste en contribuir en la formación de la niñez y la juventud de nuestro país, merecemos claridad de la propuesta, no solo lo que se pretende explícitamente sino también entender el contenido de las letras chiquitas que se escriben abajo o en los márgenes y que dan cuenta del verdadero contenido de la misma.

Es importante contar con espacios de diálogo para conocer cuál es realmente el escenario educativo de México a partir del arranque del ciclo escolar 2022 – 2023.

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

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La USICAMM y la mal llamada revalorización del magisterio

Por: Abelardo Carro Nava

Imagine usted a un estudiante que, durante cuatro años de su vida, cursó sus estudios profesionales en alguna de las instituciones formadoras de docentes del país. Pensemos, de manera particular, en los estudiantes normalistas quienes, por elección personal o por aquellas circunstancias por las que cualquier ser humano atraviesa en su constante andar, ingresó a alguna de las escuelas normales que se encuentran ubicadas en las diferentes entidades de la República Mexicana.

Conocer la estructura y funcionamiento del Sistema Educativo Nacional (SEN); las bases filosóficas, legales y organizativas de la educación básica; los distintos modelos pedagógicos existentes; algunos elementos trascendentales para el desarrollo de la investigación educativa; las bases teóricas del desarrollo infantil; el proceso que sigue la adquisición y desenvolvimiento del lenguaje; las diversas concepciones de la Aritmética, Algebra, Geometría, Probabilidad y Estadística; conocimientos importantes de las Ciencias Naturales, Geografía, Historia, Formación Cívica y Ética, Educación Socioemocional y Atención a la Diversidad; diferentes aspectos de las artes ligados con la Música, Danza, Teatro o Artes Visuales; la adquisición de una segunda lengua como lo es el Inglés; las distintas apreciaciones de la planeación y evaluación del aprendizaje; y la puesta en marcha de la observación y el desarrollo de la práctica docente en condiciones reales de trabajo (desde el primer semestre hasta el último); son algunos de los aprendizajes que logran adquirirse en esos cuatro años de formación docente en, por ejemplo, la Licenciatura en Educación Primaria. Conocimientos que, indiscutiblemente, son esenciales para el quehacer docente que sus egresados ponen o pondrán en marcha, en alguna de las escuelas primarias del país.

Al respecto es importante mencionar, que los Planes de Estudios de las Licenciaturas que ofrecen Educación Normal en el territorio mexicano, varían en contenidos y/o temas a abordar en cada uno de los cursos con los que cuenta cada malla curricular. Ya sea en Educación Preescolar, Educación Física, en Enseñanza y Aprendizaje en Telesecundaria, en Enseñanza y Aprendizaje en Educación Secundaria, o bien, los que corresponden a una Educación Preescolar o Primaria Indígena con Enfoque Intercultural Bilingüe, todas ellas tienen sus propias particularidades pues, como se sabe, cada escuela normal ofrece el servicio educativo de acuerdo a las necesidades y demandas existentes de la sociedad contemporánea.

Dicho lo anterior, también es importante recordar, que la formación docente que se brinda a miles de jóvenes depende directamente del Estado, es decir, las escuelas normales no gozan de la autonomía con la que cuentan las Universidades; por tanto, esta profesión es una PROFESIÓN DE ESTADO. Así lo refiere el Artículo 3º Constitucional: “El Estado fortalecerá a las instituciones de formación docente, de manera especial a las escuelas normales, en los términos que disponga esta ley… A fin de dar cumplimiento a lo dispuesto en la fracción II de este artículo, el Ejecutivo Federal determinará los principios rectores y objetivos de la educación inicial, así como los planes y programas de la educación básica y normal en toda la República Mexicana”; cuestiones que claramente difieren cuando en el mismo Artículo se refiere a dichas Universidades: “Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura… determinarán sus planes y programas (de estudio)…” (CPEUM, 2021).

Es obvio, hay una diferencia importante que, de cierta forma, determina el actuar de un Subsistema y de otro; en otras palabras, la dependencia del Estado marca una notable diferencia en lo que acontece en ambos Subsistemas, pero bueno, todo este preámbulo viene a colación porque, por donde quiera que se mire, de unos sexenios a la fecha, la formación inicial docente ha sido denostada y poco valorada por los gobiernos en turno. Basta recordar al ex Secretario de Educación, Aurelio Nuño, con aquella frase lapidaria y ofensiva que incrementó el malestar docente: “cualquiera puede ser maestro”. En cualesquiera de los casos, el punto al que quiero llegar es que, la mal llamada revalorización del magisterio, no comienza con los trabajadores de la educación en servicio, tiene un principio: en las escuela normales, cuando se menosprecia la formación docente y se establece y da continuidad a un sistema de admisión que discrimina a los aspirantes a ocupar un lugar en el SEN; todo, en aras de conseguir la tan anhelada calidad o, en este caso, la excelencia educativa.

Desde el 2008, con Felipe Calderón y la firma de lo que se llamó “Alianza por la Calidad de la Educación”, es que apareció este esquema de admisión; después de un lapso de tiempo o por alguna laguna administrativa con tintes de intromisión sindical, el Pacto Por México, materializado por Peña Nieto y compañía, concretó dicho sistema de admisión docente. Sistema que, en plena Cuarta Transformación Lopezobradorista sigue más vivo que nunca; cierto, con ligeras variaciones, pero continua.

Para muestra un botón: la emisión, por parte de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM), del Acuerdo para la Admisión en Educación Básica para el ciclo escolar 2022-2023 que, en su Art. 26, señala los elementos multifactoriales a considerar para ingresar al SEN: I. Formación docente pedagógica, comprende los estudios formales de licenciatura, maestría o doctorado afines al área docente pedagógica; II. Promedio general de carrera, corresponde al resultado de las calificaciones obtenidas por el participante en la licenciatura con la que participa; III. Cursos extracurriculares, refiere a los procesos de capacitación y actualización vinculados al nivel, servicio o materia educativa en el que participa, los cuales serán determinados por la Unidad del Sistema en los términos de este Acuerdo; IV. Experiencia docente, que contempla lo siguiente: a) La práctica para la docencia de egresados de las escuelas normales públicas del país, de la Universidad Pedagógica Nacional y de los Centros de Actualización del Magisterio, en términos de este Acuerdo; b) El ejercicio de la docencia frente a grupo en una escuela pública o particular en el nivel, servicio o materia educativa en la que desea participar, realizado con posterioridad a la fecha de titulación, o c) Participación en acciones de alfabetización impulsadas por la Secretaría de Educación Pública, a través del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, y V. Apreciación de conocimientos y aptitudes, es un sistema que permite identificar lo que deben saber y ser capaces de hacer las maestras y los maestros para favorecer el desarrollo integral y aprendizaje de los educandos, a través de instrumentos objetivos (Acuerdo Admisión EB, 2021).

No, al parecer no es suficiente que los egresados de las escuelas normales hayan cursado cuatro años de estudios en su plantel educativo; no, al parecer no es suficiente, haber realizado intensas semanas de práctica docente en alguna de las escuelas de educación básica con el acompañamiento de un asesor de la normal y del profesor titular del grupo de práctica; no, al parecer no es suficiente, el que haya abordado varios de los temas que establece la malla curricular del plan de estudios vigente; no, al parecer no es suficiente, el conocimiento teórico-práctico que pudo haber obtenido en todo este ejercicio.

Para la USICAMM, cuya titular tiene un título en educación que le permitió laborar como docente en educación básica por varios años, nada de esto es suficiente. Necesariamente los aspirantes, egresados de las normales, tienen que demostrar: su formación docente pedagógica, su promedio general, los cursos extracurriculares que hayan tomado, su experiencia docente y, para rematar, un examen cuyos cuestionamientos han dejado mucho que desear.

¿Por qué se menosprecia el trabajo y/o formación que se realiza en las normales?

Cierto, habrá quien señale que, probablemente, en estas instituciones no se formen adecuadamente a los futuros maestros y maestras de México, pero, a fuerza de ser sincero, si existiese una formación “deficiente”, ¿no será porque el Estado ha dejado de cumplir con su función en la formación de maestros?, ¿no es ésta una profesión de estado que depende del estado?

Los datos que se han podido obtener, de los ejercicios de valoración de los aspirantes a ingresar al SEN han tenido variaciones importantes desde que comenzó a implementarse este sistema; en varios procesos de admisión, los normalistas han salido muy bien posicionados, en otros, los resultados no han sido los esperados, ¿no será que lo que falla son los criterios, el examen o la valoración de dicho examen?, ¿no será que lo que falla es un esquema discriminatorio-selectivo que tiende a clasificar a los concursantes?, ¿no será que lo que falla es el sistema y no la formación docente que se suscita en condiciones reales de trabajo cuyas características favorecen la enseñanza y aprendizaje?

En resumidas cuentas: ¿no habrá o existirá otro mecanismo para ingresar al SEN?

Entonces: ¿hablamos de revalorización docente desde la formación inicial docente?

Referencias:

Fuente de la información: https://profelandia.com

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México y los pendientes de la «Cuarta Transformación»: a tres años de su ascenso

Por:  Isaac Enríquez Pérez

Trastocar las estructuras de riqueza y las ancestrales desigualdades que benefician a las oligarquías empresariales y a las clases políticas rentistas, es aún hoy día uno de los grandes pendientes que no es abordado por la llamada «Cuarta Transformación».

Materializar un cambio de régimen no solo es una tarea monumental, sino que precisa de sagacidad y tacto para propiciar la cercanía de una enorme constelación de fuerzas socioeconómicas para con el proyecto político que lo prefigura. Por no decir que dichas fuerzas estarían sujetas a la urgencia de ceder en sus intereses creados. Un cambio de régimen supone reconfigurar profundamente las instituciones de una república y crear otras nuevas que apuntalen el discurso político y ventilen, con nuevos aires, el panorama y las prácticas de la nación en cuestión. Si queremos ser más ambiciosos aún, un cambio de régimen amerita transformar a fondo las estructuras propias del patrón de acumulación y trastocar las desigualdades y conflictividades que subyacen en esa sociedad en cuestión.
En el caso de México, país con hondas y ancestrales desigualdades, pese a los cambios electorales del 2018 que redundaron en el relevo de las élites políticas, la nación continúa sitiada por la inoperancia y postración del Estado y por las estériles disputas de esos grupos hegemónicos en torno a su depredación y privatización. Sin un proyecto de nación más o menos configurado, México deambula en medio del extravío, el desconcierto y la banal y superficial polarización.

Sin renunciar al modelo económico inspirado en el fundamentalismo de mercado, el actual gobierno de México, a tres años de su ascenso, se muestra titubeante e incapaz de impulsar cambios que no sean meramente cosméticos. No solo es incapaz de hacer valer a plenitud la bandera anticorrupción con la cual más de 30 millones de Mexicanos le brindaron sus preferencias electorales, sino que ésta se desvanece conforme el cerco mediático escala ataques descontextualizados y desvía la atención respecto a los graves problemas estructurales. Más todavía: por el tipo de política económica privilegiada prevalece aún el estancamiento estabilizador.

El de Andrés Manuel López Obrador es un gobierno si bien con amplias dosis de legitimidad popular, es también asediado por la falta de cohesión entre las élites políticas y empresariales. Que desde el Estado no se ejerza la hegemonía sobre los poderes fácticos es un síntoma más de la supeditación de aquel a los designios del mercado y del carácter disruptivo de la economía criminal. Más aún, el desmonte del Estado desarrollista desde la década de los ochenta fue directamente proporcional al ascenso de intereses creados que desdibujaron toda posibilidad de articular un proyecto de nación sobre la base del mercado interno. Desde entonces la postración de ese Estado.

En este escenario, la autodenominada «Cuarta Transformación» es la bocanada de aire que las estructuras de poder, riqueza y dominación necesitaban para restablecer los márgenes de legitimidad erosionada con la transnacionalización de la economía y la pauperización social derivada de sus contradicciones. Este movimiento político es parte de la ficción de la ideología de la democracia, que tiene como principal contradicción la exacerbación del subdesarrollo de México, del sacrificio de las clases medias y la cancelación de las posibilidades de bienestar de las mayorías.

Y aquí logramos situar el primer pendiente de la llamada «Cuarta Transformación». La emergencia de nuevas desigualdades y conflictividades –y más en el concierto del colapso pandémico– eclipsa toda posibilidad de cambio de régimen. La sola transferencia de apoyos monetarios a amplios sectores populares como parte de la política neo-asistencialista no resuelve por sí sólo el abanico de problemáticas que se desdoblan desde una estructura social densamente estratificada y excluyente. Esto es, la llamada «Cuarta Transformación» es incapaz por sí misma de revertir una estructura desigual de riqueza signada por el rentismo, el neo-extractivismo y la super-explotación de la fuerza de trabajo. El mandatario mexicano alardea del incremento record de las remesas, que para el caso del año 2021 alcanzaron los 52 743 millones dólares (equivalente al 4,1 % del PIB). Sin embargo, las remesas son el símbolo de la exclusión social mexicana y del fracaso de un modelo económico que, entre otras cosas, apostó por el abandono del campo.

Más aún, instalados en el sinsentido de la confrontación facciosa, se pierde de vista el ascenso de las nuevas desigualdades y de la exclusión social. Las nuevas formas de explotación se diluyen con una falsa «grieta» en la sociedad mexicana bifurcada por la dicotomía chairo/fifí, moreno/prianista. Es un falso y superficial debate que conviene a todos los involucrados: las oligarquías se benefician de esa polarización aparente al continuar incuestionados e intocados sus privilegios y al no sujetarles a una reforma fiscal progresiva. Beneficia también a la partidocracia de distinto signo ideológico que extraviada en el callejón de la ausencia de propuesta de cambio verdadero, aprovecha la confrontación para reivindicarse y encontrar una razón de ser. Por un lado, las oposiciones se resisten a su erosión total al enfocar sus dardos al actual Presidente. Por otro, el Presidente y su partido viven de la eterna culpa endilgada al pasado y a la «larga noche neo-liberal» sin salir de ella y solo retocarla. Mientras el patrón de acumulación imperante permanezca incuestionado, toda supuesta polarización será falaz y superficial.

En suma, trastocar las estructuras de riqueza y las ancestrales desigualdades que benefician a las oligarquías empresariales y a las clases políticas rentistas, es aún hoy día uno de los grandes pendientes –si no es que el principal– que no es abordado por la llamada «Cuarta Transformación». Y ello se evidencia con el hecho constatable de que los megamillonaríos mexicanos aumentaron su riqueza alrededor del 30% en tiempos de pandemia.

Un segundo pendiente relacionado con lo anterior es el relativo al obsequioso oficio de la «Cuarta Transformación» respecto a las oligarquías y las grandes fortunas, y que consiste en evadir la posibilidad de emprender una reforma fiscal. Timorato ante el energúmeno que pudiese despertarse entre la clase empresarial y rentista, el gobierno de México desistió hasta este momento de adoptar un régimen fiscal progresivo que grave a las grandes fortunas. No se trata solo de gravar proporcionalmente a las empresas –que en última instancia transfieren los impuestos al consumidor final–, sino que se trata de gravar al que más tiene y no solo a las clases medias. Evitar la evasión y el fraude fiscal es un imperativo; lo mismo que colocar la lupa del fisco en los paraísos fiscales donde radican fortunas mexicanas y en los mercados de valores. Además, sin un sistema regulatorio sobre la banca comercial que suprima comisiones que recaen sobre los usuarios de clases medias y empobrecidas, el poder de mercado de estas entidades privadas no será erosionado.

A su vez, la llamada «Cuarta Transformación» evade toda posibilidad de promover el federalismo fiscal; al tiempo que elude la reforma administrativa en las escalas municipales y estatales. Lo que también se experimenta es una debilidad estructural en los ingresos de la federación por la restricción en los ingresos petroleros. Sin un socavamiento de la dependencia petrolera en las exportaciones mexicanas y en los ingresos fiscales toda posibilidad de (re)construir un proyecto de nación sobre bases endógenas tenderá a diluirse.

Las entidades federativas y los municipios no hacen un mayor esfuerzo recaudatorio, y eso los reduce a la dependencia de las transferencias federales. En una actitud acomodaticia y de falso confort, lo mismo el gobierno federal renuncia a la posibilidad de estimular la corresponsabilidad fiscal en esas escalas locales de gobierno.

Alrededor de la mitad de los municipios se encuentra en riesgo de quiebra técnica (es decir, no tienen capacidad de liquidar gastos operativos y nóminas). Elevadas a agencias de colocación laboral trianual, los municipios son asfixiados por la expansión de sus burocracias inoperantes y disfuncionales. Más todavía: el grueso de los municipios de México son incapaces de cobrar el predial y de hacerse con recursos propios. El predial, en general, no se paga; solo 200 municipios lo cobran con eficacia. Lo mismo que otros impuestos. Pero ese no es el gran problema con las entidades federativas y los municipios, pues no se ejerce la rendición de cuentas respecto a estos y otros nuevos impuestos. Es también una situación de descontento por parte de la misma ciudadanía que no mira sus impuestos traducidos en servicios públicos eficaces y oportunos.

El otro nudo problemático soslayado por la llamada «Cuarta Transformación» y que impide un cambio de régimen es la persistente debilidad del Estado de derecho y la generalizada crisis institucional. Maniatado por las herencias del pasado, el gobierno es incapaz de emprender una reforma del Estado  y de re-diseñar una nueva Constitución Política. Y más allá de ello, no es capaz de hacer valer el imperio de la ley y de someter a los poderes fácticos. Si no se aprovecha la legitimidad ganada en las urnas para promover un nuevo pacto social que redunde en una nueva Carta Magna, entonces la estructura jurídica del Estado será un andamiaje desfasado, desfigurado y vaciado de contenido.

Así como no es trastocado el patrón de acumulación, tampoco lo es el régimen de burocracias y tecnocracias doradas que, inmersas en la autonomía, encubren sus intereses y voracidades. La duplicación de funciones e instituciones, la inoperancia e ilegitimidad son signos de entidades del sector público que solo absorben recursos públicos y ofrecen resultados dudosos. Tal vez el Instituto Nacional Electoral (INE) sea el ejemplo paradigmático de este tipo de entidades autónomas que requieren intervención quirúrgica como uno más de los pendientes de la «Cuarta Transformación».

Un último gran pendiente del actual gobierno de México que nos atrevemos a esbozar es el referido a la insolencia y estrangulamiento financieros de más de una docena de universidades públicas locales. Asediadas por la austeridad fiscal, los malos manejos internos y el gigantismo burocrático, la salida a la crisis de estas universidades no consiste en ignorarla ni en evadir el trasfondo del problema desde el gobierno federal. Tampoco la solución es crear, así sin más y regidos por la obsesión del cero rechazo de aspirantes, una red de 100 nuevos campus universitarios (Universidades para el Bienestar Benito Juárez García) que corren el riesgo de reproducir los vicios del sistema universitario nacional. Considerando el crucial papel de esas universidades estatales en la identidad local, y que se encuentran estranguladas, precisan de su rescate no solo financiero, sino sobre todo de su rescate académico, más allá de la ficción de la autonomía de las mismas. Si la llamada «Cuarta Transformación» no impulsa procesos de autorreflexión y autotransformación en estas organizaciones universitarias, se acrecentará la deuda social con las juventudes mexicanas y sus posibilidades de inclusión y movilidad social.

Son estos algunos puntos de reflexión que pueden obligar a un análisis más amplio a tres años del ascenso del actual gobierno mexicano. Romper con la falaz confrontación supone ir más allá de lo superficial y los marasmos mediáticos que interesadamente mantienen al país en esa ruta sin salida y sin sentido de la polarización. El problema es de fondo, y se extiende a la urgencia de pensar el desarrollo con cabeza propia  y sobre principios nacionalistas que sitúen en el centro las nuevas formas de la desigualdad y la explotación en un México cada vez más fragmentado.

Fuente de la información e imagen: https://www.alainet.org
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México: La  sección VII del SNTE-CNTE de Chiapas anuncia su próxima jornada de lucha

Por: Fernando David  García Culebro/Exclusivo para Otras Voces en Educación 

La  sección VII del SNTE-CNTE, en su asamblea estatal celebrada el día 16 de marzo de 2021, en el auditorio: Ernesto Che  Guevara, analizó la situación que vive actualmente el magisterio chiapaneco.

Denunció la simulación, la demagogia y el incumplimiento de acuerdos suscritos, como principales rasgos que caracterizan la política de Estado de la autodenominada Cuarta Transformación.

Asimismo, visibilizó el desconocimiento de la bilateralidad laboral, por parte de la autoridad Educativa; el congelamiento de la caja de ahorro y préstamos, la condición de cesados en que se encuentran 33 dirigentes de dicha sección y la campaña negra y mediática de descalificación como parte del sometimiento y del ataque por parte del estado hacia la CNTE.

En relación al regreso a clases presenciales, la Coordinadora Nacional de los  y las Trabajadoras de la Educación, rechazó el anuncio realizado por  la Secretaría de Educación Federal y Estatal. Y Además, responsabilizó a las autoridades educativas de las consecuencias que eventualmente pudieran ocurrir por la determinación asumida.

En ese sentido, la sección VII del SNTE-CNTE, exige al gobierno y a la Secretaría de Educación Pública proporcionar las condiciones óptimas de salubridad, higiene e infraestructura en todas las escuelas del Estado de Chiapas para no poner en riesgo la vida de la comunidad escolar, ante el creciente aumento en los contagios de COVID 19.

De igual manera, manifestó su repudio ante la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por la Contradicción de Tesis 200/2020 en relación a que el cálculo del tope máximo de las pensiones a los trabajadores jubilados sea en base a la UMA (Unidad de Medida y Actualización), desconociendo el pago en Salarios Mínimos. En tal sentido, exige al gobierno de la autodenominada cuarta transformación, revertir la medida con una Iniciativa de Reforma Constitucional.

Como  resultado del análisis realizado en dicha asamblea estatal y ante la visible violación de derechos de los y las trabajadoras de la Educación, la CNTE determinó  realizar una jornada de lucha los días 22, 23 y 24 de marzo, por la defensa de la Caja de Ahorro y FABES (Fondo de Ahorro y Beneficio Social), por la reinstalación de la mesa nacional CNTE-AMLO. Dicha jornada partirá en Caravana Motorizada del zócalo central de Tuxtla Gutiérrez el día 22 de marzo y recorrerá puntos de los estados de Oaxaca, Veracruz y el Edo. de México para llegar al Palacio Nacional de la CDMX el 24 de marzo.

Puedes leer los resolutivos y acuerdos  de la sección VII del SNTE-CNTE en el siguiente enlace:

Resolutivo de la CNTE Chiapas

Fuente e imagen: Sección VII del SNTE-CNTE

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México: Efectos de romantizar al magisterio

Efectos de romantizar al magisterio

La semana pasada sostuve que la supuesta “revalorización” del magisterio que ha emprendido este gobierno está basada más en una cándida narrativa hacia el maestro de educación básica que en acciones concretas. De ahí el término de “romantización”. El aprecio verbal y los símbolos rebasan a los otros elementos de la política pública. El presupuesto federal destinado al desarrollo docente, por ejemplo, se ha reducido y el apoyo real a las distintas trayectorias docentes aún brilla por su ausencia.

Ante esto, algunos colegas me escribieron preguntándome qué había de malo en que el presidente “apapachara” a los maestros, que si me fijaba bien, ya no había protestas magisteriales en la Capital y que esto demostraba lo “eficiente” que era la Cuarta Transformación. Agradezco tales comentarios. Es una fortuna tener lectores en tiempos del Tik Tok y ante la creciente polarización, es muy sano deliberar. Por ello, hoy trataré de argumentar porqué pienso que romantizar al magisterio es un error para la política educativa de México.

Al considerar que un individuo con una responsabilidad pública (como educar a la niñez y juventud) es un “héroe”, víctima o sujeto desconfiable al que hay que evaluar y si no cesarlo, como proponía la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, se corre el riesgo de fallar en la definición del problema social. Los docentes no somos ni “santos” ni “demonios”, sino seres humanos que actuamos dentro de contextos particulares, complejos y con distintas motivaciones y racionalidades de acuerdo con las reglas que creamos y observamos. Reducir entonces la individualidad del maestro puede dar pie a fórmulas simples.

La romantización magisterial en México ha llegado a tal grado que el documento oficial de política educativa de la 4T presenta, como ya se he dicho, una inexplicable separación entre el objetivo de elevar la calidad educativa y el de desarrollo docente (Programa Sectorial de Educación: inconexiones, 17/07/21). ¿Se reconoce o no el papel del profesor para mejorar los aprendizajes del alumnado? Como en el sexenio pasado se asumió, según algunos, que el mentor era el único culpable de la mala calidad educativa, ¿ahora había que desligarlo totalmente de su responsabilidad y mejor buscar en el “neoliberalismo” al culpable? Tanto responsabilizar al maestro de la mala calidad como desligarlo totalmente de la responsabilidad de educar son dos distorsiones que pueden originar políticas con baja o nula efectividad. ¿Se compró la “paz social” con el magisterio durante este sexenio a costa de “nadar de muertito” y retrasar el avance educativo?

Otro efecto regresivo de la romantización del magisterio se puede observar cuando la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación declara, por un lado, que los docentes fueron “creativos” para organizar sus clases en línea durante la pandemia, pero también detecta, por otro, que no pudieron apoyar a los estudiantes con sus tareas al mismo grado que lo hicieron sus familias. ¿Ven cómo se oscurece el análisis y se entorpecen las políticas cuando impera el corazón? Vaya “república amorosa”.

 

Texto publicado originalmente en El Universal

 

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/efectos-de-romantizar-al-magisterio/

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