Maldivias: La futurista isla que construye Maldivas para sobrevivir al imparable aumento del nivel del mar

La futurista isla que construye Maldivas para sobrevivir al imparable aumento del nivel del mar

Esparcidas por el Mar Arábigo, al suroeste de Sri Lanka e India, Maldivas es el rostro de un idilio tropical de ensueño para los viajeros de todo el mundo, que vuelan para disfrutar de atolones de coral perfectos bordeados de arena blanca, lujosos resorts y práctica de deportes acuáticos de talla mundial.

Pero quizás ninguna otra nación del mundo se enfrente a una amenaza medioambiental tan grande como Maldivas.

Sus lujosos resorts de playa pueden ser mundialmente famosos, pero con más del 80% de sus 1.200 islas ubicadas a menos de 1 m sobre el nivel del mar, el aumento del nivel de los océanos amenaza su existencia.

«Somos uno de los países más vulnerables de la Tierra y por tanto necesitamos adaptarnos», dijo el vicepresidente del país, Mohammed Waheed Hassan, en un informe del Banco Mundial de 2010 que advirtió cómo, con las tasas previstas de aumento del nivel del mar, las casi 200 islas habitadas de forma natural podrían quedar sumergidas para el 2100.

Pero los maldivos están decididos a luchar para preservar su existencia.

Un resort en Maldivas

En 2008, el entonces presidente Mohamed Nasheed fue noticia mundial al anunciar un plan para comprar tierras en otro lugar para que sus ciudadanos pudieran reubicarse en caso de que las islas se hundieran.

Ese plan los llevó a pensar si sería mejor adaptarse al mar en lugar de combatirlo, mediante la construcción de desarrollos urbanos flotantes, como se ha hecho en ciudades como Ámsterdam.

Pero en Maldivas optaron a una forma diferente de geoingeniería: la creación de una ciudad del siglo XXI, apodada la «Ciudad de la Esperanza», en una nueva isla artificial bautizada como Hulhumalé.

130.000 viven en 2,5 km2

Antes de la pandemia de covid-19, los turistas podían visitar la nueva ciudad isleña en construcción a unos 8 km de la capital, Malé, subiéndose a un autobús que los llevaba desde el aeropuerto.

Sin embargo, pocos de los que van a Maldivas piensan en los problemas sociales que Hulhumalé pretende resolver.

Con más de 500.000 habitantes repartidos por el archipiélago, la prestación de servicios es una pesadilla logística que agota los recursos. La falta de oportunidades laborales es otra, lo que eleva el desempleo juvenil a más del 15%, según un informe de 2020 del Banco Mundial.

Una vista aérea de Malé

Además del riesgo de la inmersión a largo plazo, el aumento de la erosión costera también amenaza 70% de la infraestructura (viviendas, edificios y servicios públicos) ubicada en los primeros 100 m de las costas actuales.

También preocupa la invasión de los mares salados que contaminan las preciadas fuentes de agua dulce, además de los riesgos que plantean los desastres naturales impredecibles, como el tsunami de 2004 que mató a más de 100 personas.

«Después del tsunami de 2004, se estableció un programa para mejorar la resiliencia a través de más seguridad en las islas», explica Areen Ahmed, director de desarrollo empresarial de la Corporación de Desarrollo de Vivienda (HDC) que supervisa la Ciudad de la Esperanza.

«Hulhumalé se está desarrollando a través de consideraciones cuidadosas sobre el cambio climático en su arquitectura y sus comunidades».

La recuperación de tierras puesta en marcha utiliza millones de metros cúbicos de arena extraída del lecho marino y eso ha elevado la nueva isla a más de 2 m sobre el nivel del mar.

La extensión de terreno de Hulhumalé

La creciente Ciudad de la Esperanza se considera un nuevo asentamiento vital para aliviar el hacinamiento que actualmente padece Malé, donde más de 130.000 personas viven en casi 2,5 kilómetros cuadrados.

«Malé es una de las ciudades más densamente pobladas de la Tierra», dijo Kate Philpot, quien trabajó como funcionaria científica en Maldivas, investigando peces de arrecife para la estación marina Korallion Lab, antes de convertirse en ecóloga sénior de la consultora británica Ecology By Design.

Un proyecto ambicioso

La primera fase de la recuperación de tierras de Hulhumalé, que consta de 188 hectáreas, comenzó en 1997 y se completó en 2002.

Dos años después, la isla celebró la llegada de sus primeros 1.000 habitantes. En 2015 se completó la recuperación adicional de 244 hectáreas de tierra y, a fines de 2019, más de 50.000 personas ya vivían ahí.

Pero las ambiciones para Hulhumalé son mucho mayores y eventualmente se prevé que albergue hasta 240.000 personas para mediados de la década de 2020.

Una vista de Hulhumalé

Esta visión incluye una mezcla diversa de viviendas de calidad, nuevas oportunidades de empleo y espacios recreativos abiertos, una oferta tres veces más grande para cada habitante de lo que ofrece Malé.

Según Ahmed, en contraste con la naturaleza no planificada y superpoblada de Malé, Hulhumalé fue diseñada con muchos proyectos de planificación urbana verde.

«Los edificios están orientados de norte a sur para reducir la acumulación de calor y mejorar el confort térmico. Las calles están diseñadas para optimizar la penetración del viento, reduciendo la dependencia del aire acondicionado. Y las escuelas, mezquitas y parques del vecindario se encuentran a una distancia a pie de 100-200 m de los desarrollos residenciales, lo que reduce el uso de automóviles«, explica.

Los autobuses eléctricos y los carriles para bicicletas también forman parte del nuevo paisaje de la ciudad.

Una vista del proyecto de Hulhumalé

También se satisfacen diversas necesidades de vivienda. «Hulhumalé comprende diversos proyectos de vivienda: sociales, de lujo y de gama media», dice Ahmed.

«El 60% de las unidades de vivienda de rango medio deben venderse por debajo del límite de precios establecido por la HDC».

Hay viviendas sociales asequibles disponibles para grupos específicos, incluidas mujeres solteras y afectados por el desplazamiento y los desastres. Se han realizado consultas detalladas para garantizar que las personas con discapacidades tengan acceso a la vivienda y el entorno en general.

Las envidiables propuestas de infraestructura digital complementan las iniciativas ecológicas y la planificación social, dice Ahmed, quien describe a Hulhumalé como «la primera ciudad inteligente 100% habilitada digitalmente de Asia», con acceso rápido a internet para los residentes basado en la tecnología de fibra óptica conocida como GPON (Gigabit Passive Optical Networks).

Obreros en una construcción en Hulhumalé

«El beneficio final de construir una ciudad inteligente desde cero es que Hulhumalé será visto como una ciudad de resiliencia, construida por la gente de Maldivas para la gente de Maldivas», dice el profesor Hassan Ugail, un experto informático que está ayudando a hacen de Hulhumalé una ciudad inteligente.

La urbe también busca ser un desarrollo urbano sostenible, con un tercio de su electricidad provisto por energía solar y la recolección de lluvia para garantizar el abasto de agua.

¿Esto realmente ayuda al medioambiente?

Ante todo esto, cabe una pregunta: ¿no es el mismo acto de construir una isla artificial algo dañino para el medioambiente, especialmente en un lugar famoso por sus arrecifes de coral y las prístinas costas de arena blanca?

Cuando la empresa belga Dredging International completó la expansión de 244 hectáreas de la isla en 2015, la operación requirió extraer alrededor de seis millones de metros cúbicos de arena del lecho marino circundante para luego transportarlas a Hulhumalé.

Una playa de Maldivas

«El trabajo de recuperación de tierras es particularmente problemático», dice la doctora Holly East del Departamento de Geografía y Ciencias Ambientales de la Universidad de Northumbria, experta en islas de arrecifes de coral e investigadora del caso de Maldivas.

«No solo puede destruir los arrecifes de coral, sino que también crea grandes columnas de sedimento que viajan a otras plataformas de arrecifes. El sedimento sofoca a los corales y bloquea la luz solar, lo que afecta su capacidad para alimentarse, crecer y reproducirse», señala.

Pero con su población en constante crecimiento, la expansión de tierras se ha convertido en un simple hecho de la vida de Maldivas, y los arrecifes de coral existentes proporcionan la base.

«Se han hecho esfuerzos para reducir los impactos del desarrollo de Hulhumalé, incluida el movimiento de algunos corales», dice Philpot. «Sin embargo, puede llevar mucho tiempo para que se establezcan en otro lugar y, a menudo, la tasa de éxito es baja».

Una vista de Hulhumalé

Aun así, con sus años de experiencia en las Maldivas, Philpot es muy consciente de las necesidades.

Los turistas pueden ir y venir, pero la población local necesita tierras para vivir y trabajos. También hace la observación bastante irónica de que Hulhumalé se está levantando en un área que, en cierta medida, ya se ha echado a perder.

«Es probable que la construcción sea menos dañina que en otras partes de Maldivas», dice. «Parece preferible desarrollar un área con niveles relativamente altos de tráfico de embarcaciones y contaminación en comparación con cualquier otro lugar dentro de Maldivas que permanece relativamente virgen».

En este punto está respaldada por el informe de 2020 del Banco Mundial que señala que «la región del Gran Malé, particularmente Hulhumalé, no tiene hábitats naturales significativos y los arrecifes de coral están en su mayoría degradados».

La eliminación de desechos sigue siendo un problema clave, tanto en términos de desechos de construcción para Hulhumalé como de desechos de sus habitantes.

«Gran parte de los desechos se han transportado y almacenado en la isla de Thilafushi, construida para tal efecto», explica Philpot con ironía.

Las autoridades rechazan la idea de que se trata básicamente de un vertedero de basura tropical, aunque de forma bastante vaga. «Todas las medidas para minimizar el impacto de la construcción en el medio ambiente son monitoreadas por la Agencia de Protección Ambiental de Maldivas», dice Ahmed.

Educar a los jóvenes

Si bien Hulhumalé se está diseñando principalmente para mejorar la vida de los maldivos, su Ciudad de la Esperanza también pretende ser un faro para los turistas interesados en algo más que simplemente descansar en la burbuja de un resort junto a la playa.

Un informe de World Finance de 2018, por ejemplo, destaca el potencial del turismo médico y deportivo vinculado a proyectos futuros, como el primer hospital de especialidades, el parque acuático y el puerto deportivo de Maldivas.

Niños en una playa de Maldivas

Philpot también espera que los sueños que impulsan a Hulhumalé se extiendan a una mayor apreciación de su entorno por parte de la próxima generación de maldivos.

«Enseñé clases de ecología de coral a niños de Maldivas entre 14 y 17 años y más de la mitad de mi clase nunca había metido la cabeza en el agua con un esnórquel», explica.

«Su asombro por lo que vieron fue tan emocionante, pero también triste, pues viven tan cerca del mar pero nunca tuvieron la oportunidad de experimentar el estar bajo el agua. Quizás con una educación más directa dirigida a la biología marina habría más interés en preservar y proteger el ecosistema marino entre los jóvenes».

En otras palabras, en lugar de simplemente construir una Ciudad de la Esperanza, la gente de Maldivas está tomando un camino hacia el futuro que podría hacer de Maldivas una Nación de la Esperanza.

Fuente de la Información: https://www.bbc.com/mundo/vert-tra-54335412

 

 

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España: Madrid premia un vídeo de educación ambiental que fomenta el compostaje

Madrid premia un vídeo de educación ambiental que fomenta el compostaje

Madrid Agrocomposta’ es un proyecto municipal del departamento de Educación Ambiental que impulsa la correcta separación de la materia orgánica para obtener un compost de calidad que se utilice como abono en huertos agroecológicos de Madrid.

En el mundo rural se ha compostado desde tiempos inmemoriales siguiendo la vieja receta de la abuela, cuando se separaban los restos orgánicos para conseguir abono que se utilizaba en el campo.

Ahora, se ha vuelto a aplicar la tecnología biológica para que las mondas de las naranjas o la piel de las patatas que se depositan en el cubo marrón vuelvan a ser materia prima útil.

Madrid Agrocomposta’ es un proyecto municipal del departamento de Educación Ambiental que está impulsando la correcta separación de la materia orgánica para obtener un compost de calidad y su utilización como abono en huertos agroecológicos de Madrid.

Una de las herramientas más utilizadas para educar en colegios y asociaciaciones es la realización de vídeos divulgativos. Y este trabajo se ha visto recompensado con el galardón concedido por “Composta en Red” en el marco del IX Seminario sobre Compostaje Doméstico y Comunitario celebrado en Valladolid.

‘Composta en Red’ es la asociación de entidades locales que apuestan por el agrocompostaje y el premio se ha concedido en la categoría “Didáctico-Informativa Videocomposta”.

Alfredo Morilla, uno de los técnicos que han partipado en el vídeo galardonado comentó que “los hábitos antiguos los estamos recuperando mediante nuevas técnicas».

«El bioresiduo que nos llega se mezcla con materia vegetal (hongos, bacterias o actinomicetos) y tras un proceso de varias fases que incluyen un calentamiento de 70 grados se descompone la materia orgánica que crea una estructura seis u 12 meses y el restulado es el compost”.

Implicación de colegios, empresas y mercados

‘Madrid Agrocomposta’ se inspira en el modelo de gestión de residuos orgánicos que se realiza en Austria, Bélgica y Holanda. Está basado en una red de recogida de los residuos orgánicos generados en colegios, mercados, empresas y otros nodos colaboradores para transformar esa materia orgánica en un compost ecológico de calidad, con el menor porcentaje posible de impropios, es decir, los elementos que hay que retirar antes del compostaje, como las etiquetas en peladuras de fruta, plásticos, aluminio o papel.

Ha recogido de media en dos años de actividad más de 19 toneladas de residuo orgánico al mes, provenientes de los 22 nodos colaboradores: mercados, colegios o comedores de empresas, entre otros.

8 centros escolares, 3 mercados municipales, varios comedores de empresas, un huerto urbano y un área de compostaje comunitario, entre otros agentes. Desde los puntos de recogida la materia orgánica se transporta hasta las huertas agrocompostadoras periurbanas –en Rivas Vaciamadrid, Paracuellos del Jarama, etc.- donde el residuo se composta para su  posterior uso en explotaciones agrícolas.

El agrocompostaje de este proyecto, el compostaje comunitario, el compostaje en huertos urbanos comunitarios o en la red de huertos escolares sostenibles, junto con la campaña de recogida selectiva Acierta con la orgánica, son una apuesta clara por la reducción de residuos y el fomento de la economía circular en la ciudad de Madrid, acorde con la normativa europea que determina como objetivo reducir a un mínimo del 50 % el volumen de residuos de procedencia doméstica y comercial, incluida la fracción orgánica, en 2020.

Fuente: Diario de Madrid

Fuente de la Información: https://www.ecoticias.com/residuos-reciclaje/198475/madrid-educacion-ambiental-compostaje

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La Educación Ambiental, la mejor arma contra el deterioro del planeta

América del Norte/ México / 29.01.2019/ Fuente: www.lja.mx.

  • Con Terramóvil y Encuentro con la Tierra, el IGL de la UNAM contribuye a la conservación
  • 26 de enero se conmemora el Día Mundial de la Educación Ambiental

La mejor manera de contrarrestar la contaminación de los suelos, el aire y el agua, y con ello el cambio climático, es la educación ambiental. Las acciones que se tomen al respecto sólo tendrán éxito si empiezan en el ámbito local: la casa y la escuela.

Si se logra crear conciencia en los niños, cuando sean adultos reconocerán y aceptarán la importancia de mantener nuestro entorno, coincidieron Christina Siebe y Ana Cecilia Lopera, académicas del Instituto de Geología (IGL) de la UNAM.

En el Día Mundial de la Educación Ambiental, que se conmemora mañana, 26 de enero, indicaron que la Universidad Nacional contribuye en este ámbito a través de dos iniciativas que impulsa el IGL: Terramóvil y Encuentro con la Tierra.

LA UNAM, EN PRO DEL AMBIENTE

Terramóvil es un programa itinerante de divulgación de las ciencias de la Tierra, que viaja por primarias y secundarias para acercar a los niños a temas como el cambio climático, el cuidado de recursos naturales como el agua y el suelo, los peligros naturales como sismos y volcanes, y sus repercusiones en la vida diaria. “Juntos podemos hacer realidad el cuidado, conservación y aprovechamiento de los recursos naturales”.

El objetivo es que los pequeños conozcan su entorno. Por ejemplo, a través del taller Geografía de la Cuenca de México, conocen las características y la disposición de recursos con que cuenta el sitio en donde viven.

Encuentro con la Tierra (el 7 de abril celebrará su séptima edición) busca sensibilizar a la población en temas como el cambio climático, el cuidado del ambiente, la protección civil, los riesgos geológicos, la protección de planeta y el impacto que produce el mal uso de los recursos.


 

Es importante crear educación ambiental, tomar conciencia de todos los fenómenos que regulan la vida en el planeta. Cuidar y proteger el medio ambiente es clave para el futuro; en nuestras manos está hacer la diferencia, empecemos con acciones en casa, dijeron las universitarias.

AÚN FALTA MUCHO POR HACER

Christina Siebe, del grupo de trabajo Suelo y Ambiente, del IGL, resaltó que la gente comienza a ser receptiva en ciertos temas ambientales; sin embargo, son pocos los sectores que han mostrado sensibilidad. “Como país, aún nos falta mucho por hacer”.

La educación ambiental es indispensable para entender la importancia de modificar nuestros hábitos de consumo, conservar los recursos finitos, cuidar a las especies en peligro de extinción y lograr una mejor convivencia con el medio ambiente, para que las futuras generaciones también lo disfruten: “Si se logra crear conciencia en los niños, cuando sean adultos reconocerán y aceptarán la importancia de mantener el entorno”.

La universitaria expuso que factores como la basura y la contaminación del aire, el suelo y el agua son temas urgentes: El crecimiento urbano, el desarrollo industrial, el avance acelerado de las tecnologías y el cambio en los patrones de consumo abonan al incremento de la generación de residuos sólidos urbanos, vinculados al deterioro ambiental.

Según la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, en 2017 se produjeron casi 13 toneladas diarias de basura en esta urbe, y a nivel nacional, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales registró 102 mil 895 toneladas, de las cuales sólo se recicló el 9.63 por ciento.

Para disminuir la cifra es indispensable crear conciencia entre la población y aplicar normas adecuadas para separar los desechos; en concreto: tener educación ambiental.

Otros elementos importantes son el agua y el aire: “seguimos vertiendo las aguas residuales a cuerpos de agua superficiales, y aunque hay programas que pretenden mejorar la calidad del aire, buscamos cómo evadir todas las regulaciones; como particulares no le damos mantenimiento a nuestros vehículos, y la industria no se preocupa por emitir la menor cantidad posible de contaminantes y establecer procesos ambientalmente amigables.

“En todos los ámbitos hace falta trabajar”, remarcó Christina Siebe, doctora en Agronomía e investigadora titular C de tiempo completo, y quien en el grupo de trabajo “Suelo y Ambiente” estudia procesos de degradación de suelos por actividades antrópicas, procesos de pérdida de materia orgánica, ensalitramiento y dispersión de contaminantes por actividades mineras e industriales.

Ana Cecilia Lopera, integrante del Laboratorio de Edafología Ambiental del IGL, indicó que gran parte de la sociedad tiene la idea de que el manejo de residuos urbanos o el cuidado del agua y el ambiente son problemas “de otras personas o del gobierno, pero nosotros mismos debemos implementar acciones sencillas, como depositar la basura en el lugar correcto”.

La educación ambiental, concluyó, debe iniciar en la niñez. “Plantar en los pequeños la idea de que la solución no está afuera, sino en las acciones concretas de cada quien, es fundamental”.

Lopera Gasca, quien cursó la maestría en Ciencias de la Tierra en el IGL, labora en el proyecto de investigación Efecto del Cambio Climático Global sobre la Lixiviación de Metales en el Valle del Mezquital, Hidalgo.

Fuente de la noticia: https://www.lja.mx/2019/01/LA-EDUCACION-AMBIENTAL-LA-MEJOR-ARMA-CONTRA-EL-DETERIORO-DEL-PLANETA/

 

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Inteligencia Ecológica

Por: Manuel López Arrabal. Nueva Revolución. 20/06/2018

Vivir en la abundancia tiene su precio. La población de los países con mayor nivel de vida es la que más está contribuyendo a la degradación de los ecosistemas del planeta. Cuando los consumidores adquirimos cualquier bien, generalmente no nos paramos a pensar en las consecuencias. La desinformación junto a la ignorancia son las principales causas de que no tomemos consciencia de la repercusión de nuestros actos cotidianos de consumo. Por tanto, tenemos una gran responsabilidad, aunque el perverso sistema capitalista actual está pensado para que no reflexionemos sobre ello. Por eso es muy importante que conozcamos cada vez más la realidad y las consecuencias de nuestra forma de consumir. Realmente lo que necesitamos es recibir información eficiente, real y clara, sin que haya ocultación ni distracción por parte de los medios de comunicación, haciendo caso omiso al bombardeo de publicidad, para finalmente poder realizar elecciones acertadas a la hora de consumir.

Daniel Goleman, autor del libro “Inteligencia ecológica” que hace algunos años me leí, afirma que para que la inteligencia ecológica sea posible, es necesario integrar el impacto ecológico en el diseño de la producción industrializada, así como ofrecer información transparente a los ciudadanos. En este sentido, considera esencial el desarrollo de la ecología industrial, una disciplina científica que se inició a finales de los años 90 en el ámbito universitario.

Para los nuevos expertos en ecología industrial, las empresas son pequeños ecosistemas interrelacionados que deben integrarse en los ecosistemas naturales y sociales que los acogen. El principal objetivo es cerrar el ciclo de los materiales, reduciendo a nivel cero de residuos los procesos industriales mediante su minimización y reutilización, buscándose la mayor eficiencia de dichos procesos. Es el único camino que pueden y deben seguir las industrias para colaborar en la sostenibilidad de la sociedad y del planeta.

Hasta hace unos años, en España se formaban técnicos en ecología industrial sólo en la Universidad Politécnica de Cataluña y en la Universidad Autónoma de Barcelona. Aunque actualmente, existen otras universidades que ofrecen la posibilidad de realizar máster o posgrado en eficiencia energética y ecología industrial. En consecuencia, es una ciencia con futuro, pero actualmente en pañales y con un efecto real escaso. Por el momento, los ciudadanos no se pueden fiar de los productos que se encuentran en el mercado y tienen que hacer el esfuerzo de informarse, comparar y elegir. Las etiquetas ecológicas son de gran ayuda en este sentido, aunque no son oficiales ni tampoco fiables en todos los casos.

El aval ecológico alimentario está apoyado por leyes y se encuentra bien asentado en el mercado, pero en otros ámbitos, como por ejemplo en el sector textil, falta claridad, control y rigor. Un producto puede llevar la etiqueta “verde” y seguir siendo contaminante, poco eficiente o dejar una gran huella ambiental. Por tanto, no nos contentemos con leer el calificativo “verde” o “ecológico” en la etiqueta de un producto, porque en muchos casos su presencia, aunque bienintencionada, se debe a una estrategia comercial por considerar que un producto es más verde que el de la competencia porque no utiliza determinado componente tóxico o contaminante, siendo realmente responsable de una huella ambiental exagerada por sus otros compuestos, por el derroche energético en su producción o por su procedencia lejana.

Es prácticamente imposible que un producto industrial sea del todo verde, pues solo puede serlo de forma relativa. Para que el consumidor pueda elegir, es necesario que la empresa ofrezca todos los detalles posibles sobre los diferentes aspectos del producto. Por ejemplo, si estamos ante dos camisetas confeccionadas con algodón ecológico, elegiremos aquella que muestre un distintivo de producción “eco” que reconozcamos, o bien, la que nos informe de los tintes empleados o algún dato sobre el lugar de procedencia y la mano de obra.

Cultivar las cualidades de la inteligencia ecológica ayuda a introducir los cambios necesarios en la vida personal y a promoverlos en la sociedad. La mejor forma de expresar este tipo de inteligencia es a través de la empatía hacia toda clase de vida, sin olvidarnos del reino mineral. Tener empatía significa que seamos capaces de situarnos en el lugar del otro. Cuando somos capaces de empatizar con la vida en general, nos daremos cuenta del sufrimiento de los animales en particular y de los ecosistemas en general, evitando provocarlo nosotros y minimizando, en la medida de lo posible, el que provocan otros. Según Daniel Goleman, si queremos proteger la naturaleza y a nosotros mismos, debemos sensibilizarnos a la dinámica de la naturaleza. La empatía, por tanto, es la mejor virtud que podemos cultivar para manifestar en nuestros pensamientos y, sobre todo, en nuestros actos cotidianos, una mayor Inteligencia ecológica.

Inteligencia ecológica no es solo que llevemos nuestra propia bolsa cuando vamos a comprar a la tienda, saber distinguir hasta cierto punto los productos más sanos y con menor impacto ambiental, además de que separemos la basura y reciclemos el papel. Con todo esto, puede parecer que estamos haciendo todo lo posible por el planeta, sin embargo, no es suficiente. Según Goleman, para ocultar las verdades más dolorosas que ocasiona nuestra forma de vivir, nos consolamos y contentamos realizando unos pocos gestos verdes, como los que se acaban de exponer. Pero como sabemos que esto solo no basta, criticamos y culpamos a las grandes empresas y a los gobiernos por no hacer todo lo posible para cambiar el panorama social y medioambiental. Después de autoengañarnos de esta manera, continuamos yendo en coche a todas partes, soñando con largos viajes, estando a la moda en vestuarios y tecnologías, y dejando luces y el televisor encendidos cuando no es necesario.

No obstante, hay que ser conscientes de las grandes contradicciones humanas de las que resulta muy difícil librarse, debido a que no se puede romper fácilmente con la cultura del consumo y el “estado del bienestar” que hemos heredado. Es posible caminar por el planeta con ligereza, consumir y gastar cada vez menos y, al mismo tiempo, mantener e incluso mejorar la calidad de vida. Un estilo de vida natural se construye fundamentalmente a través del sentido común y la intuición. Como muestra evidente están las numerosas ecoaldeas o ecociudades donde cada vez más personas (principalmente jóvenes) eligen vivir mejor con menos. Pero como ya he dicho en alguna otra ocasión en mis anteriores artículos de ecología, el creciente movimiento mundial ecoaldeano y más concretamente en la Península Ibérica serán motivo de otros artículos más adelante.

Evidentemente, necesitamos orientación para saber movernos con soltura por el océano de productos y servicios de la actual sociedad de consumo. Para ello, ya disponemos de la ayuda de los diferentes sistemas de certificación que progresivamente van extendiéndose por todos los sectores económicos. El primero en gozar de respaldo legal fue el aval de la agricultura ecológica. Después llegaron las certificaciones de eficiencia energética en los electrodomésticos, las de cosmética natural y ecológica, la que avala a la madera sostenible, la etiqueta ecológica europea, los sellos que garantizan el comercio justo y, por último, las diferentes normas de gestión y producción ambiental que afectan, por ejemplo, a las constructoras de edificios o a los fabricantes de vehículos. En este último sector, ya existen coches cuyos materiales que llevan plástico se elaboran a partir de plásticos vegetales obtenidos del maíz o la patata en lugar del petróleo.

Las personas que desean llevar un estilo de vida sostenible no se limitan solo a ser coherentes mientras compran. También usan la creatividad y la habilidad para elaborar lo que necesitan a través del reciclaje artesanal o el autocultivo, propiciando una nueva manera de relacionarse con las cosas y con los alimentos. El “hazlo tú mismo” o “cultiva tu alimento (sin sufrimiento animal)”, son movimientos culturales alternativos que muestran la Inteligencia ecológica que todos podemos desarrollar. Pasaremos de ser meros compradores y consumidores inconscientes, a verdaderos artistas y prosumidores (a la vez productor y consumidor) de los bienes y alimentos que en verdad necesitamos para vivir sanos y felices, en un planeta que debemos preservar para las siguientes generaciones.

Fuente: https://nuevarevolucion.es/inteligencia-ecologica/

Fotografía: Nueva Revolución

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Panamá celebra el día de los humedales con foro internacional

Panamá/Febrero de 2017/Autora:Mirta Rodríguez/Fuente: La Estrella de Panamá

Este jueves 2 de febrero, en el marco de la celebración del Día Internacional de los Humedales, Panamá acogerá el foro internacional ‘Humedales para la reducción del riesgo de desastres naturales’, informaron los organizadores del evento.

El encuentro, organizado por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) y el Comité Nacional de Humedales en Panamá, tiene como objetivo crear conciencia sobre la importancia de la conservación y uso racional de estos ecosistemas para la reducción de riesgos de desastres y lograr el equilibrio del planeta Tierra.

Un humedal es una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habita.

Son uno de los entornos más productivos del mundo y con mayor biodiversidad, pero también uno de los más amenazados por las actividades del hombre a nivel mundial, en gran parte para resolver la demanda de alimentos, agua dulce, madera, fibra y combustible para su subsistencia, advierten los especialistas.

En los últimos tres siglos, un 87% de los humedales en todo el mundo han sido degradados, reveló Wetlands International previo a la 12ª Conferencia de la Convención sobre los Humedales (Ramsar COP12), en junio de 2015. En ese marco también advirtió que el 90% de los desastres son causados por peligros relacionados con el agua, como inundaciones y sequías.

La ONG achaca al hombre la destrucción de los humedales costeros, entre ellos los manglares, por el desarrollo de megaurbanizaciones con viviendas de lujo así como el turismo no sostenible.

El organismo señaló que los humedales tienen un rol importante en la mitigación del cambio climático, ya que ayudan en la adaptación y reducción de los impactos del cambio climático, con su capacidad de almacenar y secuestrar carbono, los manglares tienen el papel de desacelerar el calentamiento global y como ‘infraestructura natural’ brindan protección contra dichos impactos.

En el caso de los humedales de Panamá, advierte que en los últimos años han sido y siguen siendo destruidos por la maquinaria pesada, las malas prácticas productivas y por la contaminación industrial y doméstica.

Ante este panorama, representantes del Centro de Incidencia Ambiental y los miembros de la red Panamanglar insisten en ‘no’ bajar la guardia y denunciar cualquier hecho que atente contra los humedales’.

Por su posición geográfica, forma y extensión, Panamá cuenta con 39 humedales, según el Inventario de los Humedales Continentales y Costeros de Panamá de la la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) ahora Ministerio de Ambiente.

De ellos cinco son de importancia internacional (Sitios Ramsar): Bahía de Panamá, Golfo de Montijo, Damani-Guariviara, Punta Patiño y San San Pond Sak. Dichos ecosistemas son cruciales para la economía local, la pesca y la biodiversidad. Pero también son grandes reservorios de agua dulce y limpia para el mantenimiento del recurso alimentario, tanto en tierra como en el mar, y proveedores de protección contra desastres como las inundaciones.

El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres urge restaurar y mejorar la gestión de los humedales para el 2030.

Panamá ha elaborado un plan de manejo y educación de humedales que será lanzado durante el foro que se realiza mañana, desde las 9:00 a.m hasta las 3:45 p.m. en el Auditorio Earl S. Tupper, del Smithsonian, en el corregimiento de Ancón.

Fuente: http://laestrella.com.pa/vida-de-hoy/planeta/panama-celebra-humedales-foro-internacional/23983992

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Importancia de los musgos para el medio ambiente en Navidad

Importancia de los musgos para el medio ambiente: lo que no sabías de estas pequeñas plantas.

Desde hace muchos años es común ver que una parte de los adornos navideños se compone de musgo, heno y otras plantas pero, ¿sabías que esta práctica está contribuyendo a aumentar la contaminación del medio ambiente y la erosión?

Musgo Phagnum falcatulum

¿Qué son los musgos?

Son plantas de amplia distribución mundial que viven en lugares húmedos o cerca del agua. Se encuentran entre los primeros organismos que colonizan las rocas, pues al crecer sobre ellas modifican su superficie, formando un sustrato en el que se pueden arraigar otras plantas de mayor tamaño.

Es frecuente encontrarlos a manera de alfombras en bosques húmedos, aunque también crecen sobre las ramas y troncos de todo tipo de árboles y forman parte de una extensa división de plantas que abarcan más de 20 mil especies en todo el mundo, llamadas biófitas (musgos, helechos, líquenes, etc.)

Beneficios e importancia del musgo para el ecosistema

Los musgos y otras briófitas desempeñan un rol imprescindible en los ecosistemas, debido a que:

  • Es capaz de retener hasta 20 veces su peso en agua, absorbiendo el exceso de agua mientras llueve y liberándola lentamente en tiempo de secas.
  • Interceptan, absorben y retienen los minerales disueltos en las aguas lluvias, permitiendo la incorporación de éstos en el ecosistema y disminuyendo su lavado hacia los ríos y mares.
  • Los musgos brindan hogar y protección a un sinnúmero de pequeños animales, especialmente invertebrados como insectos, arácnidos, rotíferos, nemátodos, moluscos y anélidos.
  • Sirven de material de construcción de nidos para varias aves y pequeños mamíferos, como el colibrí o picaflor (Sephanoidesgaleritus).
  • Muchas especies de briófitas tienen la habilidad de fijar nitrógeno atmosférico mediante colonias de bacterias, contribuyendo en gran medida con la incorporación de este elemento en el ecosistema.
  • Los musgos y plantas hepáticas ayudan la reforestación natural.

Musgo Ahrophyllum magellanicum

Se ha visto que en bosques lluviosos y en los ecosistemas dominados por el musgo Sphagnum, las comunidades de briófitas actúan como grandes esponjas que regulan el cauce de los ríos, protegiendo el suelo de inundaciones violentas y entregando agua constante durante los meses de verano a los ríos y arroyos que las desaguan.

¡Todo esto es destruido cuando usamos los musgos como decoraciones navideñas!

Recuerda que la extracción de los musgos tiene un fuerte impacto en el ecosistema, pues disminuye la humedad de los bosques, aumenta la erosión de los suelos y la contaminación ambiental.

Protege los musgos, heno (barba de palo) y los helechos arborescentes (troncos de helecho). No los extraigas. No los vendas. No los compres.

Alternativas para usar otros adornos navideños

Ilustración de un pesebre con musgo y con otros adornos navideños

Las decoraciones navideñas pueden ser tan variadas como lo es nuestra creatividad e ingenio. Aprovecha nuevos colores, texturas y combinaciones para crear adornos amigables con el medio ambiente.

Entre los muchos materiales que puedes usar se encuentra el aserrín natural, arena, piedritas, aserrín pintado, papel, cartón, tela, yute y todos aquellos materiales que tu imaginación te indique. También puedes aprovechar para convivir con tus hijos, haciendo nacimiento y decoraciones hechos con material reciclado.

¿Sabías que en países como España está prohibida su recolección directa y que en las tiendas se deben tener permisos para su venta?

En Ecuador, el gobierno emitió una ley que prohibe la explotación y venta de musgos y líquenes, pensando en estas fechas. Además, está prohibida la cosecha de palma de cera, que se usaba en Semana Santa.

Fuente: http://vinculando.org/ecologia/importancia_musgos_medio_ambiente_adornos_navidenos.html

Imagen: vinculando.org/wp-content/uploads/importancia-musgos-medio-ambiente.jpg

 

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Cómo cuidar las aguas de un río

Por Cristián Frers

El ambiente es el conjunto de todas las cosas vivas que nos rodea. De la naturaleza obtenemos agua, combustibles y materias primas que utilizamos a diario. Al abusar o hacer mal uso de los recursos naturales lo ponemos en peligro y lo agotamos. El aire, los suelos y los recursos hídricos están contaminándose; los bosques están desapareciendo, los animales se van extinguiendo por el exceso de la caza y de la pesca y también ponemos en peligro el adelgazamiento de la capa de ozono, entre otros problemas.
El cuidado del ambiente no entiende de color político ni de clases sociales ni de países ricos o pobres porque nos afecta a todos, algo que muchos líderes políticos, empresarios se niegan a entender.

A menudo nos encontramos paralizados ante la pregunta: ¿qué podemos hacer para ayudar al planeta en relación a la problemática ambiental? No es fácil la respuesta. Cada vez desgastamos más el planeta sin darle tiempo a recuperarse. Lo que nosotros gastamos en un año en impactos a la naturaleza, a la Tierra le cuesta al menos un año y seis meses recuperarse.

La contaminación de los ríos es una problemática más antigua que la ambiental pero, con el aumento de la población a las orillas de los mismos en las ciudades el volumen de desperdicios tanto orgánicos o de desagües cloacales, como químicos se incrementó de modo tal que las aguas se ven afectadas de tal forma que su composición afecta a los seres humanos que la beben tanto como a la fauna y flora. ¿Somos conscientes de la importancia del agua en el mundo y de la importancia de la biodiversidad? ¿Somos conscientes de que millones de personas carecen de acceso al agua potable? ¿Somos conscientes de cuántos millones de personas mueren cada año, principalmente niños, de enfermedades causadas por el agua insalubre?

Los problemas del agua se centran tanto en la calidad como en la cantidad. La comunidad debe conocer la importancia de su calidad y encargarse de su cuidado y preservación.

Por este motivo, luchar contra la contaminación de los ríos es de vital importancia.

Merecer el río significa saber hacer uso de él y desear que nunca deje de ser un beneficio para las personas. Merecer el río significa respetar las reglas, adoptar una actitud que contribuya a mejorar sus condiciones.

Una manera de disminuir los efectos de la contaminación de aguas seria utilizar y crear humedales artificiales porque, básicamente son zonas construidas por el hombre en los cuales se reproducen, de manera controlada, los procesos físicos, químicos y biológicos de eliminación de contaminantes que ocurren normalmente en ellos.

Tienen ventajas respecto a los sistemas de tratamiento alternativos, debido a que requieren poca o ninguna energía para funcionar. Si hay suficiente tierra barata disponible cerca de la instalación de los wetlands de cultivo acuático, puede ser una alternativa de costo efectivo. Proporcionan el hábitat para la vida silvestre, siendo estéticamente agradables a la vista.

En la actualidad, en muchos pueblos, las plantas de tratamiento ya no cumplen sus objetivos por antiguas o por mayor contaminación, debido a la actividad industrial. Construir nuevas plantas de depuración de plantas lejanas ya existentes implicaría un elevado coste; conectar las antiguas plantas con humedales artificiales puede ser una alternativa económica y ecológicamente aceptable.

*Articulo tomado de: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Agua/Como-cuidar-las-aguas-de-un-rio
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