Uruguay: Huertos escolares inicio para una mejor alimentación

América del Sur/Uruguay/01 Octubre 2017/Fuente y Autor: espectador

Del 20 al 22 de setiembre, se realizó en las instalaciones de la Facultad de la Agronomía, el VIII Encuentro de la Red Internacional de Huertos Escolares, que por primera vez se llevó a cabo en la ciudad de Montevideo. La Ing. Agr. Victoria Carballo, columnista de Dinámica Rural, asistió al encuentro.

¿Qué nos podés contar de esta Red Internacional de Huertos Escolares?

La Red de Huertos Escolares (RIHE) es una agrupación internacional de personas y emprendimientos comprometidos con las huertas como espacios de aprendizaje. Incluye a escuelas y centros educativos tanto públicos como privados, y a organizaciones de la sociedad civil y académicas. Esta red nace buscando fortalecer el trabajo de docentes en las huertas escolares, para poder desarrollar estos espacios y sus lazos con la agroecología y la alimentación saludable.

Las   huertas agroecológicas son una excelente herramienta pedagógica aportando un espacio valioso de educación ambiental, de educación nutricional por el fomento del consumo de vegetales y frutas, y también una herramienta para la promoción de la seguridad alimentaria a través de la propia producción de los alimentos. Como valores – Mejora los vínculos personales, el trabajo en equipo y la integración social.

Entre las actividades de la Red está la realización de Encuentros anuales, donde es central el intercambio de experiencias y de materiales, y el propio fortalecimiento de la Red.

La dinámica de trabajo del Encuentro se basó en conferencias, talleres, muestras y visitas a huertas en centros educativos de Uruguay.

Se trabajaron todas las temáticas que se abordan desde las huertas, como el suelo, la biodiversidad, la fauna de la huerta, prácticas de manejo, pero también alimentación y cocina de la huerta.

Hasta el año 2016, los Encuentros se desarrollaron en diferentes ciudades de México, donde se originó el proyecto. ​Y este año se organizó por primera vez en el Uruguay, a través del Programa Huertas en Centros Educativos.

Cada Encuentro que organiza esta Red, exige un alto en la agenda de quienes participan, para calibrar y potenciar lo que se está haciendo en cada país, y así enriquecer las herramientas que cada uno tiene.

Es importante conocer el “Programa Huertas en Centros Educativos” de nuestro país. ¿En qué se basa, y quiénes son los beneficiaros de este programa?

El Programa Huertas en Centros Educativos es una experiencia que se viene desarrollando desde el año 2005 a través de la Facultad de Agronomía y la Universidad de la República, en forma conjunta con distintas instituciones como la Administración Nacional de Enseñanza Pública (ANEP).

Consiste en instalar y también mantener huertas con propósito educativo, productivo y demostrativo en espacios fundamentalmente de contexto socio cultural crítico.

Con el seguimiento de las huertas se busca promover un cambio cultural, fortaleciendo los vínculos con la naturaleza, las prácticas agroecológicas y el cuidado del ambiente. También se busca desarrollar hábitos de trabajo rescatando la cultura de elaborar nuestros propios alimentos, y promover una alimentación saludable.

Están a cargo de estudiantes de agronomía, ingenieros agrónomos o idóneos en el tema, como profesores de huerta orgánica, coordinados por la Facultad de Agronomía.

Además de las escuelas, en el último año comenzaron a trabajar también en 20 liceos, con un programa que se llama modulo socioeducativo, tratando también de generar huertas con los jóvenes, y articular con los docentes de las distintas materias todo el contenido curricular que se puede desarrollar con la huerta: ciencias, lengua, matemática, arte y ciencias sociales.

Otro proyecto desarrollado por “Huertas” en Uruguay, es el Programa Uruguay Crece Contigo, del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) que trabaja con familias y con la primera infancia.

También se desarrollan espacios de trabajo junto con estudiantes en pasantías que se llaman Cultivando Aprendizaje, que ya lleva su sexta edición y vienen muchos estudiantes universitarios a trabajar.

Este año se está trabajando en colaboración con entidades internacionales y el Ministerio de Ganadería (MGAP) en un programa de asistencia a familias y escuelas rurales afectadas por las inundaciones de abril del año pasado. Cuando termine el proyecto, a principios de diciembre, se va a haber trabajado con 35 escuelas rurales promoviendo esta herramienta de la huerta.

Desde el año 2012 trabajan en la cárcel de Punta Rieles con una propuesta universitaria interdisciplinaria desarrollando pasantías junto con las personas privadas de libertad. Todos los años participan unos 40 estudiantes universitarios que trabajan junto a estas personas privadas de libertad en torno a las quintas y a la elaboración de los alimentos.

¿Qué desafíos se tienen por delante en estos programas?

Un desafío central es lograr mayores apoyos para desarrollar este programa y poder alcanzar a más docentes y centros educativos. También generar más materiales didácticos para las condiciones locales.

Otro desafío es institucionalizar una alimentación escolar sana, con seguimiento de nutricionistas y de las cocineras.

Como anécdota, nos contaron que en Dolores se plantó una huerta en una escuela y un día llegó la ingeniera responsable de la huerta, cuando el menú para los niños era milanesa con puré. La ingiera sugirió cosechar las lechugas que estaban divinas, prontas, para agregar a los platos, ¡y no lo logró! La cocinera estaba decidida a dar milanesa con puré, ¡y listo!

¿Algo más que quieras agregar sobre los programas de huertas en centros educativos?

Rescato el gran valor a quienes desarrollan y promueven las huertas agroecológicas, al dar la posibilidad a una educación que promueve el aprendizaje en la producción de alimentos y un cambio positivo en valores y actitudes respecto al trabajando en la tierra, el cuidado del ambiente y el desarrollo sustentable. Aportan a la educación nutricional contribuyendo a la la buena alimentación y a la salud.

Fomentan en los que participan el pensamiento crítico y la creatividad, la paciencia y la calma, al tener que respetar los tiempos de la naturaleza. Y apuestan de forma integral a una mejor calidad de vida de nuestros niños y jóvenes. Todo esto requieren de un gran compromiso que como comunidad agropecuaria debemos de valorar y promocionar.

Fuente de la noticia: http://www.espectador.com/agro/357521/huertos-escolares-inicio-para-una-mejor-alimentacion#1

Fuente de la imagen: http://www.lahuertadeivan.com/wp-content/uploads/2017/01/huerto-escolar.j

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Cuatro maneras de combatir la pobreza con la agricultura

Por Mariana Kaipper Ceratti

En el sur de Brasil, el emprendedurismo y la tecnología renuevan la actividad económica del 70% de la población de bajos ingresos

Si el 70% de todos los pobres trabajan en la agricultura y el mundo tiene el objetivo de erradicar la pobreza extrema para el año 2030, una conclusión natural es que los campesinos necesiten cada vez más apoyo para aumentar sus rendimientos e ingresos. Pero, ¿en qué hay que apoyarlos?

Se pueden encontrar muchas respuestas a esta pregunta mientras se circula por Santa Catarina, en el sur de Brasil, donde el 92% de las propiedades rurales son consideradas pequeñas (hasta 50 hectáreas). Allí, una alianza que se extiende por tres décadas entre el gobierno estatal y el Banco Mundial ha dado como resultado experiencias que se pueden replicar en otros países en desarrollo.

En la fase actual, el programa Santa Catarina rural, que se extiende hasta junio de 2017, beneficia a 40.000 pequeños agricultores, entre ellos 4.800 indígenas y 1.300 jóvenes. Una reciente evaluación de impacto revela que, en cinco años, el ingreso de estos agricultores creció un 118% mientras que el de los productores rurales no beneficiados por el programa aumentó un 56%.

Entonces, ¿cómo convertir la agricultura familiar en un instrumento de lucha contra la pobreza? A continuación cuatro opciones:

Más conocimiento

Con lo que ha aprendido en ocho meses de un curso para jóvenes agricultores, Adriano Heerdt logró aumentar la producción de leche, reducir costes, mejorar los pastos y resolver algunos problemas de salud de sus vacas. La formación mezcla clases teóricas y actividades prácticas en el campo, para llevar información confiable a un público que no siempre tiene acceso a la educación formal, televisión o Internet.

«He estado aplicando las técnicas que me enseñaron y he visto que funciona. Hoy en día, cada vez más trato de mejorar mi producción, ya que es rentable», dijo Adriano.

La información sobre las mejores prácticas, nuevas tecnologías y oportunidades en el mercado hoy en día es la clave para que los agricultores familiares puedan aumentar los ingresos y competir en el mercado. «En Santa Catarina, el foco ya no está sólo en la producción agrícola sino también en las agroindustrias y en los jóvenes rurales. Esto debería ser una estrategia a seguir en el resto de Brasil y en el mundo en desarrollo «, explicó Diego Arias, experto en economía rural del Banco Mundial.

Más apoyo a los jóvenes

En la actualidad, unos 9,6 millones de jóvenes entre 15 y 29 años viven de la agricultura en 20 de los países de América Latina (2,3 millones sólo en Brasil). La cifra regional cayó un 20% en la última década, de acuerdo con el estudio Juventud Rural y Empleo Decente en América Latina, publicado este año por la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO).

El documento explica que, a pesar de que parece haber un «fenómeno de los empresarios rurales jóvenes que pueden hacer despegar un negocio», no se trata de un logro fácil debido a las dificultades de financiación e infraestructura. Para enfrentar tales desafíos, se necesitan programas de asesoramiento y crédito para este público, entre otros incentivos.

Fue precisamente por este apoyo que Jaqueline Grapiglia, de 25 años, pudo expandir el negocio familiar. A través de SC Rural su padre logró construir una panadería en el hogar, lo que estimuló a la joven a volver al campo.

Graduada en Administración y con un postgrado en gestión estratégica, Jaqueline también hizo el curso de emprendedurismo para jóvenes, que financia las mejores ideas desarrolladas por los alumnos. Como proyecto final, creó una tienda de productos rurales y ahora sueña con abrir un café. «El agricultor sólo se quedará en el campo si tiene perfil emprendedor», comentó.

Más tecnología

Con tecnologías muy simples se pueden aumentar los ingresos, tener un mejor producto, tener resultados en menos tiempo y preservar la salud de los agricultores. ¡Imagínese, entonces, lo que se puede hacer con radares, drones y equipos más modernos! Todo esto ayuda a los grandes productores a enfrentar el cambio climático y ahorrar recursos naturales. Pero no hay nada disponible (todavía) para la agricultura familiar.

Por esto, Santa Catarina creó el Centro de Innovación para la Agricultura Familiar para reunir a los productores rurales de start-ups locales y discutir cómo se puede innovar en el campo.

«Mi sueño es ver a las personas utilizando nuestra tecnología, que es nacional y nació en la universidad», dijo Vitor Miranda, director ejecutivo de Q Prime Ingeniería, creada en la Universidad Federal de Santa Catarina. La empresa está adaptando para los pequeños agricultores una máquina de secado de alimentos (muy utilizada para la yerba mate, por ejemplo) que deja el producto más homogéneo y ahorra energía. «Normalmente resulta complicado acceder a los agricultores rurales porque están dispersos por el estado, pero el programa SC Rural facilita este contacto», concluyó Miranda.

Más acceso a los mercados

Cuando Andreia Colle y su marido tuvieron que cerrar el aviario por no poder cumplir con los requisitos de la gran empresa para la que vendían, encontraron en el programa SC Rural la oportunidad de empezar un emprendimiento más rentable. Así estructuraron y equiparon una agroindustria de salchichas y otros productos de cerdo, vendidos en los mercados locales y para los programas institucionales de merienda escolar.

En los últimos cuatro años, la pareja también hizo cursos que les ayudaron a encontrar su público objetivo, producir con más calidad y gestionar el negocio de una manera profesional. El próximo reto de los Colle es aumentar el número de puntos de venta, pero sin perder de vista el carácter artesanal de los productos fabricados por la familia.

Otro tema importante en la cuestión del acceso a los mercados es la infraestructura local para que los agricultores puedan vender sus productos con más facilidad. SC Rural también influyó en la mejora de 400km de caminos rurales así como en el campo de las telecomunicaciones.

Fuente: internacional.elpais.com/internacional/2016/11/10/america/1478805647_319165.html

Imagen: p01.epimg.net/internacional/imagenes/2016/11/10/america/1478805647_319165_1478805759_noticia_normal_recorte1.jpg

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