Critican a Gobierno de facto de Bolivia por cultivos transgénicos

América del Sur/Bolivia/10-05-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

La medida alcanza cinco cultivos y se justifica en la emergencia sanitaria. Organizaciones ecologistas denuncian el peligro que representa para la salud y la diversidad genética.

El Gobierno de facto de Bolivia aprobó el decreto supremo 4232, que autoriza la utilización de semillas genéticamente modificadas (transgénicas) en los cultivos de maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya.

La norma, aprobada este jueves y publicada en la Gaceta Oficial de Bolivia un día después, expresa que la fundamentación de la medida está en la emergencia sanitaria de la Covid-19, ante la necesidad de obtener alimentos en menos tiempo y con rendimientos superiores.

Hasta el momento se han registrado numerosas reacciones en contrario. El expresidente Evo Morales manifestó en su cuenta de Twitter que «el gobierno de facto no tiene autoridad moral para decir que defiende la vida (…) nos mata con bala, nos mata de hambre y ahora nos mata con transgénicos.

Evo Morales Ayma

@evoespueblo

En , el gobierno de facto no tiene autoridad moral para decir que defiende la vida porque todas sus acciones han sido, hasta ahora, letales contra el pueblo: nos mata con bala, nos mata de hambre y ahora nos mata con transgénicos.

1.664 personas están hablando de esto
Por otra parte, el Movimiento Agroecológico Boliviano (MAB), mediante un comunicado oficial, exigió la derogación de este decreto, advirtiendo que la medida gubernamental pone en riesgo la diversidad genética de las semillas nativas y ocasiona afectación seria a la diversidad genética que tiene el país.

Otras de las críticas que se han formulado están relacionadas con los efectos nocivos que la manipulación genética puede tener sobre la estabilidad de la naturaleza y sobre la salud humana.

Se ha señalado que esta decisión del Gobierno de facto infringe la Constitución boliviana, dado que esta prevé que la utilización de semillas transgénicas ha de regulada por la ley. El Ejecutivo liderado por la autotitulada presidenta Jeanine Áñez no respectó la letra constitucional, al formalizar la decisión mediante un decreto.

Se considera agricultura transgénica aquella que manipula genéticamente las semillas para obtener variedades más resistentes y de mayor productividad. Sin embargo, su empleo ha recibido numerosos cuestionamientos por los peligros que representa.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/gobierno-facto-bolivia-autoriza-cultivos-transgenicos-20200509-0012.html

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Cómo erradicar la pobreza rural y la malnutrición urbana

Por: Baher Kamal

Las aplicaciones nucleares en agricultura dependen del uso de isótopos y de técnicas de radiación para combatir plagas y enfermedades, aumentar la producción y los recursos hídricos, asegurar la seguridad alimentaria y elevar la producción animal. Crédito: FAO

El aumento de población, la creciente urbanización, las tecnologías modernas y el cambio climático aceleran la transformación del mundo. ¿Hacia dónde va? ¿A quiénes beneficia? ¿Podrá el futuro sistema alimentario dar de comer y emplear a los millones de jóvenes que entrarán al mercado laboral en las próximas décadas?

Algunas de las respuestas a esas interrogantes están en la transformación y la revitalización de las economías rurales, en particular de los países en desarrollo, donde la industrialización y los servicios probablemente no puedan cubrir la demanda de trabajo, señala el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2017.

El documento “establece una visión de estrategia de ‘enfoque territorial’ que conecta áreas rurales con centros urbanos, aprovechando la demanda creciente de alimentos en pequeñas ciudades y en megaciudades para reiniciar la agricultura de subsistencia y promover un crecimiento económico sostenible y equitativo”, señala el informe divulgado este lunes 9 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Uno de los mayores desafíos actuales es eliminar el hambre y la pobreza a la vez establecer una agricultura y un sistema de alimentación sostenibles, alerta, a la vez que explica que es una tarea “gigantesca” debido al continuo crecimiento poblacional, los profundos cambios en la demanda de alimentos y la amenaza de la masiva emigración de jóvenes del campo en busca de una vida mejor.

El informe analiza las transformaciones estructurales y rurales en los países de bajos ingresos y muestra cómo una planificación “agroterritorial” puede impulsar los sistemas alimentarios para promover un desarrollo rural sostenible e inclusivo.

De hecho, los 500 millones de pequeños agricultores del mundo corren el riesgo de quedar rezagados en las transformaciones estructurales y rurales, advierte. Ese sector produce 80 por ciento de los alimentos en África subsahariana y en Asia y urgen inversiones para mejorar su productividad.

“La urbanización, el aumento de población y el crecimiento de los ingresos elevan la demanda de alimentos en un momento en que la agricultura debe lidiar con limitaciones sin precedentes en materia de recursos naturales y cambio climático”, alerta la FAO.

Además, la urbanización y la creciente riqueza generan una “transición nutricional” en los países en desarrollo hacia un mayor consumo de proteínas animales. “La agricultura y los sistemas alimentarios deben volverse más productivos y diversificados”, precisa.

Pueblos y pequeñas ciudades como catalizadoras

Las pequeñas ciudades y pueblos pueden desempeñar un papel de catalizadores de la transformación; las áreas rurales y urbanas forman un “expectro rururbano” que va de megaciudades a grandes centros regionales, pueblos comerciales y zonas rurales cercanas, según el informe de FAO.

En los países en desarrollo, las pequeñas áreas urbanas desempeñarán un papel que es por lo menos tan importante para la transformación rural como el de las grandes ciudades.

“El desarrollo agroterritorial que vincula pequeñas ciudades y pueblos con ‘áreas de captación’ puede mejorar mucho su acceso a alimentos y oportunidades para los pobres del campo”. Ese enfoque buscar reconciliar los aspectos económicos del sector alimentario con sus dimensiones espaciales, sociales y culturales.

El informe explica que la clave del éxito de un enfoque agroterritorial es una combinación equilibrada de desarrollo de infraestructura e intervenciones políticas en todo el espectro, de lo rural a lo urbano.

“Las cinco herramientas del desarrollo agroterritorial más comunes, como agrocorredores, agrupaciones agrarias, parques agroindustriales, zonas económicas agrarias e incubadoras agroempresariales, ofrecen una plataforma de crecimiento agroindustrial y una economía rural no agraria”, analizó.

Cosecha de girasoles en Pakistán. Crédito: FAO

Clara llamada de alerta

Al adoptar la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible hace dos años, la comunidad internacional se comprometió a erradicar el hambre y la pobreza y a lograr otros importantes objetivos, como la agricultura sostenible, garantizar la salud de la población y un trabajo decente para todos, reducir la desigualdad y lograr un crecimiento económico inclusivo, recordó el director general de la FAO, José Graziano da Silva al presentar el informe.

“No puede haber una llamada de alerta más clara que las nuevas estimaciones de la FAO de que en el mundo hay 850 millones de personas crónicamente malnutridas. La mayoría viven en países de bajos y medianos ingresos, muchos de los cuales todavía deben lograr avances hacia una transformación estructural de sus economías”, añadió.

Graziano da Silva señaló que las transformaciones exitosas en otros países en desarrollo resultaron de un crecimiento de la productividad agrícola, que llevaron a un cambio de personas y recursos de la agricultura hacia la manufactura, la industria y los servicios, enormes aumentos de ingresos por habitantes y abrupta disminución de la pobreza y el hambre.

Los países rezagados en esas transformaciones están principalmente concentrados en África subsahariana y Asia meridional. Muchos comparten economías con una gran proporción de empleados en el sector agrícola, hambre y malnutrición generalizadas y elevados niveles de pobreza, explicó.

Hay 1.750 millones de personas con menos de 3,10 dólares al día

Según datos de la FAO, hay 1.750 millones de personas en países de bajos y medianos ingresos que viven con menos de 3,10 dólares al día, y más de 580 millones que sufren una malnutrición crónica.

Las perspectivas de erradicar el hambre y la pobreza en esos países se ve superada por la baja productividad de la agricultura de subsistencia, la poca industrialización y, por encima de todo, el rápido crecimiento de población y la explosiva urbanización, puntualizó Graziano da Silva.

De hecho, las proyecciones indican que la población total aumentará 25 por ciento, de 3.500 millones a casi 4.500 millones de habitantes entre 2015 y 2030; y la población urbana aumentará el doble, de 1.300 millones a 2.000 millones de personas.

En África subsahariana, las personas de 15 a 24 años aumentarán en más de 90 millones para 2030, y la mayoría residirán en áreas rurales.

“Los jóvenes del campo, frente a la perspectiva de vivir en la pobreza absoluta, es posible que no tengan más alternativa que emigrar, con el riesgo de que la mejoría sería insignificante, pues podrían superar la cantidad de puestos de trabajo disponibles en las ciudades”, alertó.

Enorme potencial sin explotar

La conclusión principal del informe es que para cumplir con la Agenda 2030 es necesario lograr avances en las áreas rurales, donde viven la mayoría de las personas pobres que pasan hambre, subrayó el director general de la FAO.

“Presenta evidencias que muestra que, desde los años 90, las transformaciones rurales en muchos países hicieron que aumentara en más de 750 millones el número de personas que viven por encima de la línea de pobreza”, indicó.

Para lograr el mismo objetivo en los países rezagados, el documento presenta una estrategia que impulsará el “enorme potencial sin explotar de sistemas de alimentos” para impulsar el desarrollo agroindustrial, mejorar los ingresos y la productividad de los pequeños agricultores y crear empleos fuera de las granjas al expandir los segmentos la cadena alimentaria y el suministro de alimentos.

“Esa transformación rural inclusiva contribuirá a erradicar la pobreza rural, a la vez que ayuda a terminar con la pobreza y la malnutrición en las ciudades”, aseguró.

Un impulsor de la transformación rural inclusiva será la creciente demanda procedente de los mercados de las ciudades, que consumen 70 por ciento del suministro de alimentos, aun en países con grandes poblaciones rurales, precisó.

El director general de la FAO explicó que gracias a los mayores ingresos, los consumidores citadinos realizan cambios significativos en su dieta, menos productos básicos y más carne, huevos, lácteos, frutas y verduras y pescado con valor agregado y más alimentos procesados en general.

El valor de los mercados de las ciudades de África subsahariana aumentaría de 150.000 millones de dólares a 500.000 millones entre 2010 y 2030, según Graziano da Silva.

La urbanización ofrece una “oportunidad dorada para la agricultura”, añadió. Pero también supone desafíos para millones de pequeños agricultores familiares.

“Los mercados más rentables pueden llevar a la concentración de la producción de alimentos en grandes haciendas comerciales, a cadenas de valor dominadas por grandes elaboradores y cadenas de venta al público y a la exclusión de los pequeños productores”, precisó.

Productores de pequeña escala

Según la FAO, para asegurarse que los pequeños productores colaboran para cubrir la demanda de los mercados urbanos, se necesitan políticas favorables: reducir las barreras que limitan su acceso a insumos, promover la adopción de tecnologías y enfoques sostenibles que no dañen el ambiente, aumentar el acceso al crédito y a los mercados.

También facilitar la mecanización agraria, revitalizar los sistemas de extensión agrícola, fortalecer los derechos sobre la tierra, garantizar la igualdad en los contratos de proveedores y fortalecer las organizaciones de pequeños productores.

“Ningún crecimiento de la demanda urbana por sí solo mejorará la producción ni las condiciones de mercado para la pequeña agricultura”, observó. Las políticas de incentivos y de inversiones son pilares clave para una transformación rural inclusiva.

El segundo pilar es el desarrollo de la agroindustria y la infraestructura, necesaria para conectar áreas rurales y mercados urbanos, indicó Graziano da Silva, antes de añadir que en los próximos años, muchos pequeños productores probablemente abandonen la agricultura, y la mayoría será incapaz de conseguir un empleo decente y las economías principalmente rurales de baja productividad.

Agroindustria, un sector importante

En algunos países de África subsahariana, el procesamiento de alimentos y bebidas representa entre 30 y 50 por ciento del valor agregado, y en otros, más de 80 por ciento, informó.

“Pero el crecimiento de la agroindustria se ve frenado por la falta de infraestructura esencial, desde caminos rurales, pasando por red eléctrica hasta lugares de acopio y transporte refrigerado”, detalló.

“En muchos países de bajos ingresos, tales limitaciones se ven exacerbadas por la falta de inversión público-privada”, explicó el director general de la FAO.

El tercer pilar de una transformación rural inclusiva es el foco territorial en la planificación del desarrollo rural, diseñado para fortalecer las conexiones físicas, económicas, sociales y políticas entre los pequeños centros urbanos y las áreas rurales circundantes.

En los países en desarrollo, alrededor de la mitad de la población urbana, o casi 1.500 millones de personas, viven en ciudades y pueblos de 500.000 habitantes o menos, según el informe.

“A menudo ignoradas por urbanistas y dirigentes políticos, las redes territoriales de pequeñas ciudades y pueblos son puntos de referencia importantes para las poblaciones rurales, los lugares donde compran sus semillas, envían a sus hijos a la escuela, acceden a atención médica y otros servicios”, señala.

Los últimos estudios muestran cómo el desarrollo de las economías rurales es a menudo mucho más rápido, y por lo general, más inclusivo, cuando se integra al de pequeñas áreas urbanas.

“El enfoque de desarrollo agroterritorial descrito en el informe, los vínculos entre las pequeñas ciudades y pueblos y sus ‘áreas de captación’ rurales, se fortalecen a través de obras de infraestructura y políticas que conectan productores, procesadores agroindustriales y servicios complementarios, así como otros segmentos de la cadena de valor alimentaria, como los circuitos locales de consumo y producción de alimentos”, añadió.

“A menos que el crecimiento económico se haga más inclusivo, los objetivos globales para terminar con la pobreza y lograr el hambre cero para 2030 no se alcanzarán”, alertó Graziano da Silva.

Traducido por Verónica Firme

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/10/erradicar-la-pobreza-rural-la-malnutricion-urbana/

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Monsanto-Bayer y el control digital de la agricultura

Por: Silvia Ribeiro

El miércoles 14 de septiembre Monsanto aceptó finalmente la tercera oferta de Bayer para comprarla, lo que convertirá a Bayer en la mayor empresa global de agrotóxicos y semillas, además de ser una de las mayores farmacéuticas. Pero siendo de gran magnitud y con impactos de amplio alcance, es apenas una de varias fusiones recientes entre trasnacionales de agronegocios. Hay también movimientos entre las empresas de fertilizantes, de maquinarias y las que poseen bancos de datos que influyen en el proceso agrícola, en una batalla por quién controlará no sólo los mercados, sino también las nuevas tecnologías y el control digital y satelital de la agricultura.

Varios factores influyen en la aceleración de los procesos de fusión que comenzó en 2014. Uno de ellos es que los cultivos transgénicos se están topando con muchos problemas, lo cual acicatea a las gigantes de transgénicos a buscar posiciones más firmes frente a lo que parece ser una fuente de vulnerabilidad creciente. Es significativo que un diario conservador como The Wall Street Journal reconozca que el mercado ha sido afectado por “las dudas” de los agricultores de Estados Unidos sobre los cultivos transgénicos, ya que después de 20 años en el mercado muestran numerosas desventajas: “supermalezas” resistentes a los agrotóxicos, rendimientos que no equiparan el alto costo de las semillas transgénicas, ni el costo de aplicar más cantidad y más fuertes agrotóxicos para matar malezas y plagas resistentes, ni el aumento de trabajo para controlar las hierbas. El desplome de los precios de las commodities agrícolas aceleró el malestar, llevando a que agricultores que sembraban transgénicos vuelvan a buscar semillas no transgénicas, más baratas y con igual o mejor rendimiento. (The Wall Street Journal, 14/9/16,http://tinyurl.com/gtemcmo)

Si se permite la fusión con Monsanto, Bayer pasará a controlar cerca de un tercio del comercio global de agrotóxicos y de semillas comerciales. La operación sigue a las de Syngenta-ChemChina y DuPont-Dow, en un vertiginoso proceso de fusiones y adquisiciones en la industria semillera-agroquímica. Monsanto, Syngenta, DuPont, Dow, Bayer, Basf juntas controlan 100 por ciento del mercado de semillas transgénicas, que ahora quedaría en manos de solamente tres empresas. Estas fusiones están bajo escrutinio de varias agencias anti-monopolios, por constituir bloques que tendrán enorme poder en mercados claves y seguramente producirán aumento de precios de los insumos agrícolas. Además forzarán más leyes y regulaciones a su favor, contra la soberanía alimentaria y las semillas campesinas. Sólo el hecho de que tres empresas controlen todas las semillas transgénicas debería ser un argumento suficiente para cualquier país para rechazar estos cultivos, por la inaceptable dependencia que significan.

Pero el contexto de las operaciones en la cadena agroalimentaria es más complejo, e incluye también a los próximos eslabones de la cadena, tal como detalla el Grupo ETC en su análisis de la fusión Monsanto-Bayer (www.etcgroup.org,http://tinyurl.com/ze6zs2l). Si bien la consolidación del sector semillas y agrotóxicos lleva décadas y está tocando techo, estos dos sectores tienen ventas mucho menores que las empresas de fertilizantes y de maquinarias, grupos que desde hace algunos años comenzaron a incursionar en el mercado de los primeros, estableciendo alianzas estratégicas. Adicionalmente, esas industrias también están en proceso de consolidación. Poco antes del acuerdo Monsanto-Bayer, dos de las mayores empresas de fertilizantes, Agrium y Potash Corp, decidieron fusionarse, transformándose en la mayor empresa de fertilizantes a nivel global. Lo cual, según analistas de la industria, presionó a Bayer a aumentar la oferta por Monsanto.

Paralelamente el sector maquinaria rural –que no se trata sólo de tractores y cosechadoras, sino también drones, robots y sistemas GPS que les permiten colección de datos de campo por satélite– ha venido desarrollando alianzas con todas las gigantes de transgénicos, que incluyen acceso a bancos de datos agrícolas, de suelo, clima, enfermedades, etcétera. En 2015, John Deere, con la mayor empresa de maquinaria a nivel global, acordó con Monsanto comprarle la subsidiaria Precision Planting LLD de datos agrícolas, pero fue demandado ante el Departamento de Justicia, que suspendió la compra, porque John Deere pasaría a “dominar el mercado de los sistemas de cultivo de precisión y podría elevar los precios y ralentizar la innovación, a expensas de los agricultores estadunidenses que dependen de esos sistemas”, ya que Precision Planting LLD y Deere pasarían a controlar 85 por ciento del mercado de cultivos de precisión. (Departamento de Justicia de Estados Unidos, 31/8/16,http://tinyurl.com/j9x6am9).

Como ese acuerdo no se concretó, la subsidiaria sigue como propiedad de Monsanto y por tanto en el paquete de la nueva fusión, lo cual podría darle un nuevo lugar a Bayer en el tema de control digital y mover todas las piezas del juego. Cada vez más, el manejo de datos sobre suelo, clima, agua, genómica de cultivos, hierbas e insectos relacionados, será lo que decida quien controla todos los primeros pasos de la cadena agroalimentaria industrial. En este esquema los agricultores son una mera herramienta en la carrera de las empresas por producir ganancias –no alimentos–, lo que condiciona gravemente la soberanía de los países, y no sólo la alimentaria.

El miércoles 14 de septiembre Monsanto aceptó finalmente la tercera oferta de Bayer para comprarla, lo que convertirá a Bayer en la mayor empresa global de agrotóxicos y semillas, además de ser una de las mayores farmacéuticas. Pero siendo de gran magnitud y con impactos de amplio alcance, es apenas una de varias fusiones recientes entre trasnacionales de agronegocios. Hay también movimientos entre las empresas de fertilizantes, de maquinarias y las que poseen bancos de datos que influyen en el proceso agrícola, en una batalla por quién controlará no sólo los mercados, sino también las nuevas tecnologías y el control digital y satelital de la agricultura.

Varios factores influyen en la aceleración de los procesos de fusión que comenzó en 2014. Uno de ellos es que los cultivos transgénicos se están topando con muchos problemas, lo cual acicatea a las gigantes de transgénicos a buscar posiciones más firmes frente a lo que parece ser una fuente de vulnerabilidad creciente. Es significativo que un diario conservador como The Wall Street Journal reconozca que el mercado ha sido afectado por “las dudas” de los agricultores de Estados Unidos sobre los cultivos transgénicos, ya que después de 20 años en el mercado muestran numerosas desventajas: “supermalezas” resistentes a los agrotóxicos, rendimientos que no equiparan el alto costo de las semillas transgénicas, ni el costo de aplicar más cantidad y más fuertes agrotóxicos para matar malezas y plagas resistentes, ni el aumento de trabajo para controlar las hierbas. El desplome de los precios de las commodities agrícolas aceleró el malestar, llevando a que agricultores que sembraban transgénicos vuelvan a buscar semillas no transgénicas, más baratas y con igual o mejor rendimiento. (The Wall Street Journal, 14/9/16,http://tinyurl.com/gtemcmo)

Si se permite la fusión con Monsanto, Bayer pasará a controlar cerca de un tercio del comercio global de agrotóxicos y de semillas comerciales. La operación sigue a las de Syngenta-ChemChina y DuPont-Dow, en un vertiginoso proceso de fusiones y adquisiciones en la industria semillera-agroquímica. Monsanto, Syngenta, DuPont, Dow, Bayer, Basf juntas controlan 100 por ciento del mercado de semillas transgénicas, que ahora quedaría en manos de solamente tres empresas. Estas fusiones están bajo escrutinio de varias agencias anti-monopolios, por constituir bloques que tendrán enorme poder en mercados claves y seguramente producirán aumento de precios de los insumos agrícolas. Además forzarán más leyes y regulaciones a su favor, contra la soberanía alimentaria y las semillas campesinas. Sólo el hecho de que tres empresas controlen todas las semillas transgénicas debería ser un argumento suficiente para cualquier país para rechazar estos cultivos, por la inaceptable dependencia que significan.

Pero el contexto de las operaciones en la cadena agroalimentaria es más complejo, e incluye también a los próximos eslabones de la cadena, tal como detalla el Grupo ETC en su análisis de la fusión Monsanto-Bayer (www.etcgroup.org,http://tinyurl.com/ze6zs2l). Si bien la consolidación del sector semillas y agrotóxicos lleva décadas y está tocando techo, estos dos sectores tienen ventas mucho menores que las empresas de fertilizantes y de maquinarias, grupos que desde hace algunos años comenzaron a incursionar en el mercado de los primeros, estableciendo alianzas estratégicas. Adicionalmente, esas industrias también están en proceso de consolidación. Poco antes del acuerdo Monsanto-Bayer, dos de las mayores empresas de fertilizantes, Agrium y Potash Corp, decidieron fusionarse, transformándose en la mayor empresa de fertilizantes a nivel global. Lo cual, según analistas de la industria, presionó a Bayer a aumentar la oferta por Monsanto.

Paralelamente el sector maquinaria rural –que no se trata sólo de tractores y cosechadoras, sino también drones, robots y sistemas GPS que les permiten colección de datos de campo por satélite– ha venido desarrollando alianzas con todas las gigantes de transgénicos, que incluyen acceso a bancos de datos agrícolas, de suelo, clima, enfermedades, etcétera. En 2015, John Deere, con la mayor empresa de maquinaria a nivel global, acordó con Monsanto comprarle la subsidiaria Precision Planting LLD de datos agrícolas, pero fue demandado ante el Departamento de Justicia, que suspendió la compra, porque John Deere pasaría a “dominar el mercado de los sistemas de cultivo de precisión y podría elevar los precios y ralentizar la innovación, a expensas de los agricultores estadunidenses que dependen de esos sistemas”, ya que Precision Planting LLD y Deere pasarían a controlar 85 por ciento del mercado de cultivos de precisión. (Departamento de Justicia de Estados Unidos, 31/8/16,http://tinyurl.com/j9x6am9).

Como ese acuerdo no se concretó, la subsidiaria sigue como propiedad de Monsanto y por tanto en el paquete de la nueva fusión, lo cual podría darle un nuevo lugar a Bayer en el tema de control digital y mover todas las piezas del juego. Cada vez más, el manejo de datos sobre suelo, clima, agua, genómica de cultivos, hierbas e insectos relacionados, será lo que decida quien controla todos los primeros pasos de la cadena agroalimentaria industrial. En este esquema los agricultores son una mera herramienta en la carrera de las empresas por producir ganancias –no alimentos–, lo que condiciona gravemente la soberanía de los países, y no sólo la alimentaria.

Silvia Ribeiro, investigadora mexicana del grupo ETC.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/09/17/opinion/021a1eco
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Venezuela: Contra los transgénicos-Ley de Semillas recibe respaldo de 28 países

América del Sur/Venezuela/19 Junio 2016/Fuente y Autor:Ecoportal

Un respaldo internacional de personalidades e instituciones de 28 países recibió la nueva Ley de Semillas que prohíbe la importación, producción y siembra de semillas transgénicas o genéticamente modificadas (OGM) en Venezuela.

esar del amplio apoyo nacional y el interés internacional que ha cosechado, la nueva ley está siendo atacada por representantes de la industria y sus seguidores por considerarla “anti-científica” lo que la coloca en riesgo de ser anulada por la Asamblea Nacional actual, la cual se constituye de una mayoría opositora, desde enero de este año indica el pronunciamiento.

La norma legal «marca una victoria histórica para los movimientos de agroecología y soberanía alimentaria en Venezuela y más allá. Es quizás una de las pocas leyes nacionales en el mundo que garantiza y protege el derecho de los campesinos a las semillas» indica el comunicado.

A continuación el pronunciamiento completo:

Investigadores y académicos de 28 países respaldan la Ley de semillas de Venezuela

El día 23 de diciembre de 2015, la Asamblea Nacional de Venezuela aprobó una nueva Ley de Semillas que prohíbe la importación, producción y siembra de semillas transgénicas o genéticamente modificadas (OGM); y protege la producción e intercambio libre de variedades de semillas pertenecientes a las comunidades agrícolas de Venezuela (indígenas, campesinas y afrodescendientes), entre otras disposiciones.

La prohibición de los OGM se basa en el principio de precaución, dado que los efectos de la tecnología transgénica aún no se conocen completamente y lo que se ha documentado hasta hoy, en términos de impacto a la salud humana y el medio ambiente, suscita preocupaciones significativas. A esto se suman las preocupaciones relacionadas al impacto socio-económico y a los derechos humanos de los pequeños productores y productoras, quienes conforman la mayor parte de la población que padece hambre en el mundo. La protección especial de semillasadaptadas localmente, reconoce la importancia de la conservación local para mantener el máximo de diversidad genética. Algo cada vez más importante para para enfrentar con resiliencia el cambio climático. Adicionalmente, la ley es producto de la formulación de políticas desde abajo con apoyo institucional, al estilo “abajo-arriba”; resultado de un proceso de tres años en el cual movimientos sociales se opusieron a un proyecto de ley de semillas que tenía franco respaldo del sector agroindustrial. Contrariando los intereses de dichos sectores, estos movimientos presionaron para obtener una legislación más transformadora, y a través de una serie de consultas públicas-participativas en todo el país, desarrollaron esta alternativa.

La aprobación de la Ley marca una victoria histórica para los movimientos de agroecología y soberanía alimentaria en Venezuela y más allá. Es quizás una de las pocas leyes nacionales en el mundo que garantiza y protege el derecho de los campesinos a las semillas. Sin embargo, a pesar del amplio apoyo nacional y el interés internacional que ha cosechado, la ley está siendo atacada por representantes de la industria y sus seguidores por considerarla “anti-científica”. Esto coloca a la Ley de Semillas en riesgo de ser anulada por la Asamblea Nacional actual, la cual se constituye de una mayoría opositora, desde enero de este año.

Como científicos, profesionales y defensores involucrados en alimentación y agricultura, ponemos en duda y cuestionamos los fundamentos de estos ataques. La idea central de la Ley es priorizar las prácticas de agricultura agroecológica, sosteniéndose en el creciente consenso científico sobre la importancia de esta transición de la agricultura convencional a sistemas de agricultura basados en la ecología, que valoran los conocimientos de los productores y productoras locales y los involucran en la toma de decisiones. Esto ha sido enfatizado por ejemplo en la Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD por sus siglas en inglés) desarrollado por 400 destacados expertos mundiales y respaldado por 59 países.

Por lo tanto, estamos acompañando con mucho interés esta emergente lucha en defensa de la Ley de Semillas de diciembre del 2015 y su implementación, no solamente por sus implicaciones para Venezuela, sino también por todas las posibles implicaciones de mayor alcance, en un escenario donde ocurre una consolidación corporativa del acaparamiento de los recursos genéticos, tan necesarios para el presente y futuro de la seguridad y soberanía alimentaria. Apoyamos a los productores y productoras de alimentos, las y los científicos y los movimientos de base local que en Venezuela impulsan esta defensa y esta construcción, instando a la Asamblea Nacional a que mantenga la integridad de esta Ley y apoye su implementación plena.

Fuente de la noticia:http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Venezuela-contra-los-transgenicos-Ley-de-Semillas-recibe-respaldo-de-28-paises

Fuente de la imagen: http://cdn.ecoportal.net/var/ecoportal_net/storage/images/eco-noticias/venezuela-contra-los-transgenicos-ley-de-semillas-recibe-respaldo-de-28-paises/2088209-1-esl-ES/Venezuela-contra-los-transgenicos-Ley-de-Semillas-recibe-respaldo-de-28-paises_large.jpg

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Los transgénicos retroceden en Europa y Latinoamérica, pero avanzan en Africa

Por Miguel Jara

La semana pasada se produjo el lanzamiento de un nuevo estudio sobre la comercialización de transgénicos a escala mundial patrocinado por la industria. Al mismo tiempo conocimos un nuevo informe de Amigos de la Tierra Internacional que revela que los cultivos transgénicos en Europa siguen cayendo en picado, al tiempo que aumentan el número de países que los prohíben.

El informe “¿Quién se beneficia de los cultivos transgénicos” demuestra que apenas el 0,06% de los campos europeos se cultivan con transgénicos, un descenso del 23% desde 2008. Siete estados miembro de la Unión Europea prohíben el cultivo del maíz transgénico de Monsanto por las cada vez mayores evidencias sobre sus impactos ambientales y socioeconómicos, así como sobre sus incertidumbres en la salud. Tres países han prohibido el cultivo de la patata transgénica de BASF por precauciones sanitarias inmediatamente después de ser aprobado su cultivo en la primavera de 2010, y cinco miembros más han llevado a la Comisión Europea ante los tribunales por su autorización. La oposición pública a los alimentos y cultivos transgénicos se ha incrementado hasta el 61%.

Incluso los países que más han apostado por los cultivos transgénicos en América Latina se han visto forzados a tomar pasos para mitigar sus impactos negativos sobre la agricultura, la ciudadanía y el medio ambiente. El Gobierno brasileño ha lanzado un programa de soja libre de transgénicos para facilitar a los agricultores el acceso a semillas de soja no modificadas genéticamente; en Argentina, nuevas evidencias científicas muestran los graves impactos sobre la salud del herbicida Glifosato, utilizado en la inmensa mayoría de los cultivos transgénicos del mundo, lo que ha conducido a la prohibición de la fumigación cerca de los núcleos de población, y en Uruguay, cada vez son más las administraciones locales que se declaran libres de transgénicos.

El informe de Amigos de la Tierra demuestra a su vez que:

-Una nueva generación de cultivos transgénicos diseñados para promover el uso de peligrosos pesticidas como Dicamba y el 2-4 D están listos para su liberación en EE.UU. Las multinacionales biotecnológicas los están promoviendo como la solución al fracaso de los transgénicos actuales para controlar las malas hierbas y reducir el uso de pesticidas.

-La industria de los transgénicos, con el apoyo del Gobierno de EE.UU., buscan nuevos mercados en África en un intento de subir su cuota de negocio. La Fundación Gates, que invierte miles de millones de dólares en proyectos agrícolas en África ha comprado acciones de Monsanto, manifestando su interés directo en maximizar los beneficios de la industria de los transgénicos y no en proteger los intereses del pequeño campesinado africano.

Así que por una parte las buenas noticias, y esperemos que no sea tarde, de que en Europa van prohibiéndose estos cultivos nocivos. Que América Latina comienza a despertar del mito transgénico. Y por otra que estas compañías siguen utilizando la excusa del hambre para trasladarse en este caso a África; lo que no queremos por aquí lo venden en países con menores regulaciones, con gobiernos ansiosos de nuevas inversiones (a cualquier precio) y con poblaciones menos informadas de la que se les viene encima.

Las alternativas pasan por informarse bien sobre qué productos de la cesta de compra contiene trasngénicos pues en Europa es obligatorio etiquetarlos. Pero sobre todo por pasarnos de la comida convencional (muchos alimentos, con la ley en la mano, no tienen que ser etiquetados aunque contengan trazas de transgénicos) a la ecológica, que está certificada por organismos de control. Es necesario crear cooperativas de consumo ecológico, expandir iniciativas como por ejemplo la de EnterBio (de la que ya hemos escrito en estas páginas), apoyar (apoyarnos) en el sector ecológico. Cuanto más crezca este más ganaremos en salud y en cuidado de la tierra pues la especulación con los alimentos nos pasa factura. www.ecoportal.net

Fuente: http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Los_transgenicos_retroceden_en_Europa_y_Latinoamerica_pero_avanzan_en_Africa

Foto: http://www.taringa.net/posts/salud-bienestar/18503859/Tu-y-yo-ya-los-comemos-Que-son-los-transgenicos.html

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Transgénicos: el ocaso de un imperio

26 mayo 2016/ Autor: Eco Portal

La bola de nieve que nunca parecía detenerse y que venía a arrasar con todo, paulatinamente se está frenando, o al menos esos son los primeros indicios de que el modelo basado en transgénicos está en un franco descenso.

Esto lo certificó un informe de una ONG denominada ISAA (International Service for the Acquisition of Agribiotech applications), a pesar de ser una organización con una tendencia a favor de la biotecnología.

Desde que comenzaron los cultivos transgénicos -hace 20 años- siempre tuvieron un crecimiento sostenido, excepto en 2015 que –según ISAA- retrocedió en un 1%. Esta cifra no parece significativa, sin embargo considerando que en los últimos años en el mundo este tipo de cultivos alcanzó las 2.000 millares de hectáreas, sí lo es.

Todo parece indicar que el apogeo de estos paquetes biotecnológicos se terminó y que la resistencia de millones de personas está teniendo efecto…

Según ISAA, esta reducción “marginal” es coyuntural y se explicaría por el hundimiento de ciertas materias primas agrícolas como el maíz (-4% en superficies) o el algodón (-5%). También esta disminución “es susceptible de invertirse cuando el nivel de los precios se invierta”.

En Estados Unidos, líder con el 39% del total mundial, las superficies de cultivos manipulados genéticamente o transgénicos (OMG)  retrocedieron en 2,2 millones de hectáreas, mientras que en Canadá, quinto productor mundial, también se redujeron en 0,6 millones de hectáreas, según indicó el informe.

La disminución más fuerte fue en el territorio sudafricano, en este caso en un 23% debido a las severas sequías.

Sin ir más lejos, en la provincia de Santa Fe (Argentina) se perdieron millones de hectáreas de soja a causa de las recientes inundaciones. Aunque nadie desea que el agua sea una amenaza en vez de un recurso esencial, en este caso la Madre Tierra se hizo escuchar.

Por otro lado, el país de Burkina Faso, único de África occidental convertido a la agricultura biotecnológica desde los años 2000, renunció totalmente al algodón transgénico, evocando su falta de rentabilidad.

Otro de los motivos por el que las grandes trasnacionales como Monsanto están retrocediendo sus inversiones en los países en desarrollo es la “reglamentación costosa, lo que sigue siendo el principal impedimento para su adopción, según indico el informe.

También, por supuesto, aunque el informe no lo mencionó está la resistencia de los ciudadanos comunes que se niegan a la implementación de las plantas, como el caso de Malvinas Argentinas, provincia de Córdoba, en donde durante más de dos años los asambleístas sostuvieron un bloqueo en la planta de Monsanto de dicha localidad en rechazo a la habilitación de la misma.

No obstante la resistencia, hay cinco países en desarrollo –Brasil, Argentina, India, China y Sudáfrica en donde se cultivan casi la mitad (48%) de los OGM del mundo.

Patentamiento de las semillas: otra pulseada pérdida.

Quizás no lo vio en los principales medios de comunicación pero la trasnacional Monsanto no podrá patentar semillas en Argentina –como era su pretensión- porque no son una invención de la multinacional, sino de la naturaleza.

Un fallo inédito de de la Sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal –con fecha 26 de noviembre de 2015- detiene la intención de Monsanto de cobrar canon extra por sus “desarrollos” transgénicos.

“La molécula de ADN recombinante y las células modificadas no constituyen una invención (de Monsanto) porque son materia viva y preexistente en la naturaleza [..]”.

“La molécula de ADN recombinante y las células modificadas no constituyen una invención (de Monsanto) porque son materia viva y preexistente en la naturaleza. Ese material genético tiene la aptitud de generar una planta completa y los países tienen la facultad de declarar no patentables a las plantas”, sentenció el dictamen firmado por los jueces Guillermo Alberto Antelo y Ricardo Gustavo Recondo.

 “Es discutible que pueda patentar todo el material por el sólo hecho de haberlo modificado; como indiscutible que el autor de una obra literaria no deviene en propietario del lenguaje empleado en ella por haberla registrado”, fundamentó la sentencia en su rechazo a Monsanto.

Aunque la decisión final depende de la Corte Suprema de Justicia, sin duda es un duro golpe contra las empresas biotecnológicas que pretenden patentar las semillas, cual fuera una invención suya.

Monsanto obtiene dinero cada vez que vende una semilla. Pero, al intentar patentar, también quiere cobrar sobre el grano producido (sobre las cosechas) y cada vez que el mismo se utilice como semilla mientras dure la patente, lo cual está prohibido por la legislación argentina.

Por tal motivo la trasnacional solicitó declarar “inconstitucional” el artículo 6 de la Ley de Patentes (decreto 260/96): “No se considerarán invenciones toda clase de materia viva y sustancias preexistentes en la naturaleza”.

Afortunadamente, la sentencia judicial rechazó el pedido de la empresa y confirmó la validez de la normativa.

¿Por qué se producen «alimentos» transgénicos?.

Según sus defensores, esta tecnología tiene como fin aumentar el rendimiento de cultivos, ayudar a resolver el problema del hambre y mejorar la rentabilidad. Sin embargo, hay estudios que demuestran que los transgénicos no rinden más que los cultivos naturales y a su vez tampoco se utilizan principalmente como alimentos sino que se exportan a otros países para engordar ganado o elaborar biocombustibles. Además, introducen contaminantes al medio ambiente y nuevos riesgos  para el hombre, los cuales se siguen sumando.

El interés y razón de ser de cualquier compañía es obtener ganancias, considerando el lugar donde esta se desempeña, la sociedad y el medio ambiente. Sin embargo, estas corporaciones pretenden obtener ingresos por las patentes sobre los transgénicos y a la vez ejercer un control sobre el sistema agro-alimentario mundial para controlar el insumo fundamental: las semillas.

En Argentina la mayor parte de la superficie agrícola depende -en alguna medida- de los transgénicos y los agroquímicos. Sin embargo, decenas de asambleas ambientales surgieron a lo largo del país para tomar conciencia y resistir a este modelo productivo.

Fuente:

http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Transgenicos/Transgenicos-el-ocaso-de-un-imperio

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