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Los intelectuales en la República neocolonial

Por: Graziella Pogolotti

A la memoria de mi padre

La carencia de una investigación debidamente contextualizada ha tenido un velo de silencio sobre el papel de los intelectuales durante la República neocolonial. Habría que comenzar por definir el término. Desde mi punto de vista, incluye a artistas, escritores, científicos y maestros. Algunos se dejaron vencer por la desilusión y el acomodamiento. Quienes sufrieron en carne propia la castración independentista, optaron por caminos diversos, padecieron el desengaño, se refugiaron en sus provincias para hacer obra a pesar de todo o dejaron testimonios de las luchas mambisas.

A mi entender, el punto de giro se produce en la década del 20, cuando se constituyen las organizaciones obreras, estudiantiles y femeninas y se funda el primer Partido Comunista. Al propio tiempo, un grupo heterogéneo, bajo el signo del llamado minorismo, formula el primer documento programático que imbrica arte, nación y sociedad. La obra de Fernando Ortiz empieza a madurar. Salvando el obstáculo de su posición política, Ramiro Guerra publica un texto medular, llamado Azúcar y población en las Antillas. Emilio Roig sigue documentando su ideario antimperialista. Está emergiendo con claridad la crisis estructural de la economía cubana. La dictadura de Machado es el detonante de un estallido en el que apuntan causas económicas, sociales y políticas.

Rubén Martínez Villena pasa del liderazgo intelectual al político. Pero sus amigos del minorismo mantendrán la coherencia de una vanguardia que procura el punto de encuentro entre renovación artística, lucha política a escala latinoamericana, junto a la necesidad de dotar de un cuerpo real al espíritu de la nación.

Desde la cultura, la generación de la vanguardia introdujo un cambio sustancial en los fundamentos de la nación. Reconoció la esencial contribución africana y reveló, apropiándose de la obra de Fernando Ortiz, el tema de la transculturación como factor decisivo en lo que somos. Bajo los auspicios del gran etnólogo, promovió los estudios del folclore. Por su parte, Roldán, Caturla y Carpentier incorporaron los ritmos llegados de África a la sinfonía, y Nicolás Guillén, José Z. Tallet, Regino Pedroso y Emilio Ballagas lo hicieron en la poesía.

En el amplio universo de la historia queda mucho por valorar. Apenas me atrevo a citar unos pocos nombres como el de José Luciano Franco, visionario del Caribe, o los acercamientos económicos de Julio Le Riverend y Raúl Cepero Bonilla.

Independientemente de la orientación ideológica de sus impulsores, se produjo, a lo largo de medio siglo, contra viento y marea, ante la incuria de las instituciones oficiales, un esfuerzo por preservar y rescatar un legado. En condiciones muy precarias, se fundaron el Archivo, la Biblioteca y el Museo nacionales. Este último parecía un almacén de objetos heterogéneo, pero ahí se guardaron. Frecuenté la Biblioteca en el Castillo de la Fuerza. Sin tener nombramiento de director, José Antonio Ramos, un intelectual ejemplar, sostenía una batalla agónica por ordenar los fondos. Escribió novelas, ensayos, teatro, en un indoblegable combate por entender su país, movido en lo esencial por principios éticos. Sus ideas se fueron radicalizando hasta alcanzar una perspectiva marxista.

Pocos cubanos pudieron conocer la obra de Martí después de su caída en Dos Ríos. El autor de los Versos Sencillos tampoco valoró en su justa medida el pensamiento que había fecundado en infinidad de trabajos dispersos en la prensa latinoamericana. Así lo revela su testamento literario enviado a Gonzalo de Quesada, su albacea, desde Santo Domingo. Durante la República se inició el lento y trabajoso rescate, labor que solo a partir del triunfo de la Revolución habría de sintetizarse con respaldo institucional.

La tarea anónima de nuestros maestros merece incluirse en nuestra tradición intelectual. Me contaba Enrique Oltuski, hijo de judíos polacos, instalado definitivamente en Cuba desde los siete años, que aprendió a ser cubano con la maestra negra de su escuela pública. Lo fue tanto que integró el Movimiento 26 de Julio en la clandestinidad, trabajó junto al Che y entregó la vida toda a las responsabilidades que le confió la Revolución. Por ahí anda todavía su excelente obra testimonial. Obra humana. La historia sujeta a impredecibles coyunturas, la historia está hecha de luces y de sombras. Pero la historia y la cultura nos fueron haciendo lo que somos.

Hemos modelado nuestro idioma. No platicamos al modo mexicano. Hay palabras de uso corriente entre nosotros, impronunciables en otros países de nuestra lengua. Nuestra condición es la resultante de la asunción de numerosos componentes, del choque de contradicciones y de un origen colonial devenido neocolonial cuando emergía el imperialismo, como lo advirtió Martí y lo definió Lenin en términos de fase superior del capitalismo. Por esos motivos, urge entender que la historia no se limita a una cronología. Tampoco debe esquematizarse en polos positivos y negativos, aunque no puede abordarse desde una falsa neutralidad imposible e inexistente.

Su riqueza y su utilidad estriban en descubrir las marcas de un proceso complejo, que sigue haciéndose ante nuestros ojos. De ella formamos parte como actores conscientes y, a veces, como presencias peligrosamente inconscientes. Cerrar los ojos, aferrarnos a la rutina y evadir los desafíos de la contemporaneidad constituye una actitud suicida.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/05/31/los-intelectuales-en-la-republica-neocolonial/#.V-GxgBJGT_s

Imagen: http://www.paginapopular.net/intelectuales-del-mundo-con-scioli-zannini/

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Eusebio Leal: “Nosotros somos hijos de la libertad y de la cultura”

Caribe Insular/Cuba/LA Habana/ Cubainformacion.tv

José Raúl Concepción – Cubadebate.- En este podcast grabado en el estudio de Habana Radio, Cubadebate tuvo el privilegio de contar con la presencia del Dr. Eusebio Leal para tratar un tema tan importante como el uso de los símbolos nacionales. Una cuestión que el Historiador de la Ciudad ha tratado en recientes declaraciones y textos publicados en nuestra página y otros medios de prensa. También, como no podía ser de otra manera cuando se conversa con hombres de su magnitud, abordamos otros tópicos tan polémicos como necesarios.

-¿Qué ha motivado sus recientes reflexiones? Podría profundizar sobre cuáles son sus principales preocupaciones sobre la comercialización de los símbolos nacionales y en general el uso inadecuado de los mismos.

-Eusebio Leal: Si cualquiera de nosotros pasa por una tienda donde venden artículos domésticos, por ejemplo, artículos del hogar, objetos para la limpieza y el aseo, productos para la cocina, una de esas tiendas que tienen de todo, y ve en el medio que también están vendiendo la bandera, es una equiparación que a mí no me resulta grata.

Al triunfo de la Revolución se creó un sistema de tiendas que fue auspiciado por el Partido que se llamó El Cartel Revolucionario y nacieron por la urgencia que tenían las organizaciones políticas y de masas de tener retratos de Martí, de los mártires, la bandera, el himno en partitura. Esas tiendas constituían una respuesta a una necesidad.

Pero hoy no existen y los cubanos y personas admiradoras de Cuba pueden tener la necesidad de adquirir una bandera, la partitura o la grabación del himno nacional.

Cada año de la Revolución se hacía, por los grandes músicos cubanos, un himno. Recuerdo el del Primero de Mayo, el de la milicia, el de los milicianos de artillería, el del tercer y cuarto aniversario y otros como La Internacional.

Dónde puedes conseguir un disco con La Internacional que es un himno bello, creo que es el más subversivo que recorrió la Tierra después de La Marsellesa. Es el himno de los trabajadores que cantamos el Primero de Mayo, pero es imposible obtenerlo en un disco.

Sin embargo, existe una vulgarización de los símbolos nacionales a propósito con una idea absolutamente comercial por parte de personas que tergiversan un poco la necesidad y convierten en comercio lo que no es comerciable.

Lo que más me repugna es ver la bandera cubana como he tomado el ejemplo convertida en un delantal o verla convertida en una ropa interior o en un zapato.

Imitando las malas costumbres de un comercio brutal que entra en el país no solo desde los Estados Unidos, sino desde cualquier otro lugar. Traen de allí múltiples cosas que son de una vulgaridad extraordinaria y creo que no se puede responder a la vulgaridad con otra. Hay que responder con una acertada posición que creo está contenida dentro de una ley vigente. Hasta que esa ley no se modifique, todo lo que se haga con la bandera y los símbolos nacionales es, por su naturaleza, ilegal.

Ahora bien, las leyes son leyes, son pétreas. Su interpretación es acorde con la voluntad o con el espíritu del legislador al redactar el texto. Pero yo he usado con orgullo en la solapa de mi traje un pin con la bandera de Cuba. Técnicamente parecería lo mismo, pero no, es una posición respetuosa. La he usado en Naciones Unidas. La he paseado orgullosamente por las calles de Nueva York y de Washington y quisiera tener aquel pin que en ese momento me lo prestaron porque aquí no era fácil conseguirlo.

Había también un sistema de tiendas del Partido, El distintivo, en el cual podías comprar pines de Playa Girón, de todo. La gente iba, coleccionistas de todas partes del mundo. Era una tienda del Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central (del PCC).

No estoy en contra del orgullo que siente un deportista cuando levanta su bandera en el pódium. No puedo estar en contra de eso, aunque no esté escrito así en la ley: “los deportistas podrán llevar la bandera en tal lugar”.

Tengo la vieja bandera que era de mi mamá y la coloco en el balcón de mi casa en la fiestas nacionales, nadie nunca se ha opuesto a eso, ni hay por qué oponerse. Ahora, la bandera no se puede usar de cortina de pared, ni se puede usar para cubrir una mesa, no. La bandera tiene su cuidado como lo tiene nuestra propia ropa, cosas que nosotros queremos, Tú no tomas tu camisa con la que te vas a vestir y la tiras en la cocina. Todo tiene un cuidado, la bandera tiene su culto propio y es el símbolo de una nación, le pertenece a todos y a ninguno. Le pertenece a la nación. Nos representa a todos al igual que el escudo que lo llevan las Fuerzas Armadas en su sombrero.

De ninguna manera se puede usar el escudo nacional para otro fin, está en la Sala del Tribunal, está en los lugares donde está el Presidente de la República. Existen estados donde hay una bandera hasta del presidente, cuando está presente en su residencia está la bandera presidencial colocada con el escudo. A veces es la bandera con el escudo como ocurre en algunos países. Por ejemplo en la Federación Rusa, cuando está el Presidente la bandera lleva inserto el escudo.

Entonces , hay un tratamiento especial para ella. Eso es lo que considero. Como intelectual y ser pensante estoy en contra de toda vulgarización . Y siempre adoptaré las políticas que el gobierno asuma en esta dirección.

Para poder cambiar la ley hace falta el voto de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Me consta que se ha trabajado en un proyecto de actualización de la ley que ha sido realizado y consensuado. Sin embargo, se llevó a la Asamblea y habían criterios diversos. Se pensó que lo más conveniente es, como siempre hace la dirección de la Revolución, que se consulte porque hay distintos criterios. En última instancia, los legisladores representamos al pueblo. Como diputado yo represento a la nación, a mis electores y al pueblo. Cuando llegue el tema a la Asamblea será discutido y como ese es el escenario, allí daré mi opinión y mi criterio.

Descargue en PDF (52Kb): Ley No. 42 de los Símbolos Nacionales

-Hay otro tema con respecto al uso de banderas foráneas como la de Estados Unidos y el Reino Unido en prendas de vestir, que se ha convertido en moda…

-Hablemos claro, la bandera americana se la ponen en ese mercado de ropa. A veces aparece uno con un pulóver de la británica u otra. En todas partes del mundo en la universidades hay pulóveres, suéteres que llevan el anagrama del país, llevan un bordado del escudo. También los niños en la escuela, lo he visto en San José, Costa Rica, en escuelas de Cuba, que recuerdan la presencia de Maceo. Llevan un monograma en el hombro con la bandera de Cuba con el rostro de Maceo, yo no puedo objetar eso, es en el espacio escolar.

Cuando me refería a la vulgaridad, que es lo que usted me está preguntando, veo por la calle personas, incluso con un físico desproporcionado o desagradable, que llevan colocado el banderón y yo diría como Martí cuando llega a Nueva York y va a ver bailar a la bailarina española, que era una maravilla, Charito Otero. Cuando llega Martí dice: “han hecho bien en quitar el banderón de la acera; porque si está la bandera, no sé, yo no puedo entrar”. A Martí tanto le imponía ver el banderón colocado afuera de la nación que en ese momento oprimía con sus leyes y sus mecanismos al pueblo de Cuba. El pueblo cubano iba a continuar luchando por su libertad y esgrimiendo su bandera contra esa otra. Su propia bandera había nacido del ingenio y lavada, como dijo Martí, con sangre de otras influencias, con la sangre de múltiples sacrificios.

Entonces, no se puede combatir esa vulgaridad con otra vulgaridad. Yo no inundaría la Cuba de banderas cubanas, la pondría en los lugares oficiales, como en la escuela, que es un orgullo ponerla. Dondequiera que haya una institución pública está la bandera. No tiene por qué estar en un rincón, en un rincón metida para cumplir una consigna. No tiene por qué estar metida, como la he visto yo, en el vestíbulo de una cocina de un restaurant, porque se pide que haya un rincón patriótico ¿cómo que un rincón? La patria no ocupa un rincón. Tiene que estar en el centro. No estoy de acuerdo con el rincón ni con el bustico de yeso, ni nada de eso. Creo que hay que elevar el espíritu hacia otras cosas. No estoy en contra de que se coloque, cómo no se va a poder colocar la bandera.

Los mismos que llevan eso (banderas extranjeras en la ropa o en accesorios) a veces no tienen en su cabeza un compromiso real. Es un desconocimiento, una frivolidad, una superficialidad, una falta de cultura. No quiero ofender a nadie porque no me es lícito ofender a nadie.

Por lo menos aprendí de Fidel Castro, de nuestro líder Fidel, que no se puede combatir con epíteto ni con grosería. Jamás he escuchado a Fidel decir una palabrota en público, ni en ningún lugar, mas repele eso, le molesta, le mortifica la vulgaridad.

Te repito, no ofendo a nadie, esas personas a veces no tienen ni conciencia de lo que está pasando. Ves un bici-taxi con una bandera americana como si fuera una avanzada de lo que supuestamente vendría. No han venido, no porque no han querido, sino porque no han podido, porque un pueblo entero sí con conciencia ha estado armado hasta los dientes para defender cada palmo del suelo de Cuba, detrás de su bandera.

No creo que colocando símbolos externos, popularizándolos, se visualice compromiso. Cuando Fidel encabezó la gran batalla, la Batalla de Ideas, explicó ese cambio por completo del diseño de los actos públicos: no se aplaudía se llevaba la bandera cubana. Y recuerdo que explicaba que después todo el mundo se llevara esa banderita como recuerdo.

Yo tengo la bandera que llevó él en un memorable Primero de Mayo, cuando terminó le tomé la bandera de la mano con gentileza. La banderita con el palo, tomé esa banderita y la conservé. La tuvo él en sus manos.

Recuerdo las palabras de Máximo Gómez en la batalla de Palo Seco, viendo lo que se armó allí decía: “eso de cargar a la desbandada y triunfar es un privilegio exclusivo de los cubanos”. Pero a la desbandada se pudo ganar en Palo Seco, pero no se puede ganar hoy.

Hay que saber usar los medios sofisticados que existen. El tiempo de la vida es muy breve, el tiempo de crear pensamiento es muy breve. Cuando pones en el televisor una novela anodina y vulgar le estás robando una parte de su tiempo a los que la están viendo y los estás formando en groserías, superficialidades, en un retrato equívoco y marginal del pueblo cubano. Hay que buscar siempre la vanguardia. Siempre hay vanguardias en la sociedad y nosotros tenemos que estar afiliados permanentemente a las vanguardias, que son, como decía Lenin, selectas y escogidas, las que hacen las revoluciones abriéndole el paso a los pueblos. En cuestiones de patria cuando se es conservador, es en lo único que se es más revolucionario.

-Usted ha hecho referencia a un tema sobre el que muchos lectores han escrito comentarios en Cubadebate, que es la posibilidad de obtener un broche o una bandera. Pero muchos se quejan de que es prácticamente imposible conseguir algo así. Incluso cuando se desea llevar los símbolos patrios con honor, con respeto. ¿Qué cree usted que se podría hacer para cambiar esta situación?

Bueno hay que tomar la idea inicial de la Revolución y crear esa posibilidad. Cuántos mártires tiene la Revolución y qué dificultad hay para hallar un retrato para el Comité de Base, para colocarlo en el Comité de Defensa, para ponerlo en tu casa si fuiste amigo de ese compañero. Existe una dificultad enorme. Eso no se puede vender en una tienda donde se vende el aceite y el jabón para bañarse.

Se debe tener imaginación y crear un pequeño sistema de tiendas donde esté lo que vienen a buscar de todas partes, como un pin bonito y bello y no una torpeza estética. Donde conseguir esa bandera que no cueste en divisa porque todo el mundo no puede disponer para comprarla. Son temas que tienen que tener una respuesta para que todo el mundo pueda comprar su bandera y tenerla ¿Cómo no se va a poder poner en el balcón de la casa, bien puesta? Y se explica cómo se hace. Otra cosa, al lado de la bandera nacional no puedes colocar cualquier bandera. Tiene que ser la bandera de otro estado soberano.

– Estamos viviendo en un contexto histórico trascendental por el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos. Incrementará la influencia de EE.UU. en la Isla en la medida que aumente la llegada de ciudadanos de ese país y es inevitable la intromisión, quizás invasión, simbólico-cultural en estos tiempos que son también de globalización. Por supuesto, el uso de los símbolos nacionales es una manera de defender nuestra identidad, nuestra cultura. Quisiera escuchar una reflexión de usted sobre el tema que estamos tratando pero vinculado al contexto que le menciono.

– Ahí está la pregunta shakesperiana de “ser o no ser, to be or not to be”. El aislamiento o la relación; la subversión o la relación. Escuchaste el discurso del General de Ejército en la Cumbre de los No Alineados, siguen las prácticas subversivas y el intento por demoler el sistema internacional y político, ya todo eso está escrito.

Mi predecesor, Emilio Roig de Leuchsenring, escribió un arsenal de ideas para fundamentar la proyección antimperialista de nuestra historia. Cuanto hice hasta hoy y haré es para eso. Donde primero hay que estar formado es dentro, porque nadie da lo que no tiene. Se debe tener una formación para poder tener un antídoto. Tienes que vivir, tienes que tomar el agua hervida para no coger parásito, y lo haces normalmente, tienes que lavarte las manos por razones higiénicas a cada momento, y más cuando los cubanos tenemos esta costumbre de estar dando la mano cada momento. Entonces, ¿qué quiere decir esto? Que los antídotos están en la conciencia de los individuos, vamos a formar a la gente con el estilo y la simpatía propia de los cubanos. Esta batalla es una batalla que se da en el campo de la cultura.

En Estados Unidos hay un culto a la bandera. Llegas a sus ciudades y observas las banderas puestas en lugares que impresionan. No ves a la gente por la calle con el pantalón, de eso nada, solamente ves payasadas en las convenciones de los partidos, pero en la vida cotidiana no. En las casas donde hay veteranos que han luchado está colocada en la puerta el asta de una bandera, y en las tumbas de los que han luchado también.

Vamos a hacer un examen de conciencia y preguntar por qué en el cementerio de La Habana no está la bandera en la tumba de Máximo Gómez, y por qué en la tumba de Emilia Teurbe Tolón, que hizo la bandera cubana, tampoco. Eso es un fenómeno propio de una gran ciudad que es La Habana, vas a Santiago y no es así. En Santa Ifigenia se puede observar la imagen extraordinaria de respeto que reina allí en las tumbas de los muertos, después que tú ves la bandera cubana cubriendo el túmulo de Martí, y la ves al lado de la tumba de Céspedes y de Frank País, tú no concibes ver la bandera cubana en un pantalón, ni en un delantal. No puede ser, esa es la cuestión. Hay que tener una armazón moral y cultural.

Esta batalla es de uno a uno, si tenemos relación y estamos clamando porque vengan, somos 11 millones de habitantes, con tendencia a envejecer, debemos estar muy preocupados por la formación de nuestra juventud, su desarrollo, su capacidad.

Tenemos que preguntar por qué tantos jóvenes emigran y tratar de darle a estas cuestiones una explicación científica, económica y moral.

Tenemos que explicarnos eso, porque van a llegar miles de turistas y estamos pidiendo que Obama levante las medidas para que vengan más, para que la batalla se generalice, esto es un pacto entre la Revolución y su pueblo. El pueblo es la Revolución y su pacto es defenderla. Pero si yo me reúno con usted, y después de eso tengo que hacer un informe escrito a mi superior diciendo lo que yo le dije, lo que él me dijo y lo que le respondí, estamos perdidos. Nos hace falta todas las secretarias, todos los burócratas y todos los policías del mundo para sacar un informe final.

Aquí hay que tener un uso responsable de la libertad, nosotros somos hijos de la libertad y como somos hijos de la libertad tenemos que ser hijos también de la cultura y de la capacidad para defenderla. Si damos esas respuestas superficiales estamos perdidos.

Lo que tenemos que preguntarnos es si las organizaciones responden a eso. No me digas que la organización nació para la eternidad, porque yo soy historiador, no me digas que la organización representa a toda la juventud cubana, dime que representa a una vanguardia de la juventud y que va a conquistar a la juventud. Voy a conquistarla en la universidad, en la escuela, en la calle, y ese espíritu de conquista, de captación, tiene que ser juvenil, moderno.

Me alegré mucho cuando estaba muy enfermo y fui al evento en la Asociación Hermanos Saíz. Salí admirado porque veo los ojos de los jóvenes ávidos de cultura, de conocimiento, de confrontación, de saber, de esperanza. Vi en los jóvenes de la brigada un justo relevo generacional de la vanguardia intelectual, o mejor dicho, de lo que aspiramos que sea una vanguardia intelectual, porque yo no quiero intelectuales que estén hablando continuamente de dinero y de problemas y de casa en la playa. Quiero intelectuales como los que he conocido en estos años de lucha, como Alfredo (Guevara), como la doctora (Graziella) Pogolotti, como Roberto (Fernández Retamar), como los que vi en el gran pugilato de las ideas antes de la Revolución y después de la Revolución.

El espíritu de los jóvenes de la brigada es el espíritu de los hermanos Saíz. Sería bueno que se conozcan un poco más a los hermanos Saíz. Si se leyera más, si se tuvieran sus textos a la mano para leerlos, enseñarlos en la escuela, otro gallo cantaría. Porque qué brillantes fueron, qué grandes fueron, en un pequeño pueblo pinareño ¡Qué orgullo da cuando uno ve dónde nacieron y cómo se criaron!

Conocí a su padre, el doctor Saíz, me pareció una persona tremenda, era un educador. Ahí te das cuenta: nacieron de una familia de una gran educación en un pequeño pueblo. Salieron de donde mismo salió Rafael Morales y González, Moralito. Por citar a los que más cerca he tenido y a los ejemplos que más me han conmovido.

Pasé hoy por el monumento de los estudiantes del 71. Yo me llamo el custodio de los santos lugares. Martí dijo que ese monumento se convirtió un día para Cuba en un manantial de sangre. Pasé y estaba la reja caída, faltaba la bandera. Estoy loco por salir de aquí, para ir para allá, colocar la bandera que ellos se merecen, colocar la verja y poner flores antes del 27 de noviembre, que hay que colocarlas de vez en cuando para que ese gesto extraordinario no sea olvidado.

Ahí está todo, el sentimiento patriótico que es como una perla que uno tiene en el alma, se deposita en el alma por los padres, el maestro y la sociedad.

-Usted ha hecho referencia un tema importante que es la juventud, acusada muchas veces de estar perdida…

Eso es un criterio reaccionario, absolutamente reaccionario. Cada edad estuvo precedida por otra, los jóvenes se deben a su tiempo. Cuando era niño pensaba como niño, cuando hombre pensé como hombre. No le puedes pedir a los jóvenes de hoy que piensen como los del 52. Las circunstancias son diferentes, su mundo es distinto y sus armas de lucha son diferentes. Sus sacrificios tiene otro marco.

Hoy se enorgullecería la gran generación de un grupo de personas ilustradas que no sabían que estaban haciendo una revolución intelectual y creando una sociedad elitista en La Habana que se llamaba el Liceo y la Sociedad Pro Arte Musical, ¿a quién formaron ahí?, a Argeliers León, a Marta Arjona, a María Teresa Linares, Alicia Alonso. Como todavía oyes a los cubanos hablar de los grandes conciertos que se dieron en el teatro Amadeo Roldán, cómo se financiaba aquello, cómo se logró. Hicieron una labor extraordinaria en aquel momento y se formó una vanguardia cultural importante.

Alicia Alonso celebraba el otro día, y no pude ir por cierto, el evento del acto que hizo la FEU en su momento para desagraviar al ballet agredido por las medidas incultas de la tiranía y ¿dónde se hizo? Frente a la escalinata de la Facultad, donde están los grandes laureles. Allí fue aquello. Recuerdo el teatro universitario que era una maravilla y los estudiantes con sus clubs como Mella, batiéndose en su propio estadio. Ahí tienen un ejemplo de cultura, de belleza, de hombría, de carácter.

Personas como Julio Antonio trascienden el tiempo, son eternamente jóvenes. Solamente esas personas tienen el don de la juventud porque trascendieron la vida. No me imagino al Che con ochenta años, tampoco a Camilo. Se quedaron para siempre jóvenes, porque trascendieron la vida con una obra.

Entonces no creo que la juventud esté perdida, la juventud tiene que ser apostólica, tiene que ser la sal, la levadura del pan. Se dice ¿qué sería el pan sin levadura?, no crece. ¿Qué sería sin sal? No tiene sabor. Entonces tenemos que ser la sal y la levadura en la sociedad. Ese es el papel de los jóvenes, siempre rebeldes. Se transforman en un determinado momento. Como la adolescencia, que se dice que es así porque adolecen de algo importantísimo, que se llama la experiencia de la vida, pero todo el mundo tiene que equivocarse con su propia cabeza. No puedo estarle eternamente diciendo tú estás equivocado. Fíjate que en la farmacia hay cosas que tienen ya puesta una calavera y dos tibias. ¿Tú quieres probarlo? Ya otros lo probaron. No obstante, vive tu experiencia. Vive, pasa la fiebre, y después, escoge tu camino.

Otro tema relacionado con los símbolos nacionales es el uso de los espacios públicos, que obviamente no son símbolos patrios, pero sí representan también nuestra cultura, nuestra historia…Hubo diversos criterios sobre la filmación de la saga Rápido y Furioso ¿Qué usted cree acerca de esto?

Aquí se han hecho películas financiadas por otros países y con actores cubanos. Se han filmado cintas que abordan cuestiones de nuestra realidad, y algunas son crueles, tan duras con la realidad de Cuba. Yo me pregunto ¿era más peligroso y más pernicioso que tomaran La Habana como un escenario para filmar una película internacional, lo cual ni me va ni me viene, o que una película hecha por los que formé y crié para honrarme, para enardecerme, aparezca de pronto criticando y ridiculizando lo que hice? Cuando luché por la libertad de África o cuando di de comer a otros en el mundo. También se cometen graves errores pero al mismo tiempo se hacen cosas maravillosas y siempre hay que buscar en el discurso un equilibrio.

La película Suite Habana (2003) tuvo muchos críticos. Yo felicité a Fernando (Pérez) porque mi interpretación fue otra. Mi interpretación fue que en medio de esa pobreza real que existe en Cuba, que está aquí en la Habana, en Centro Habana, Habana Vieja, Cerro, Diez de Octubre…, y que hay que verla, porque hay que ver lo que es sentirse prisionero de un cuarto apuntalado, en un lugar donde no hay agua, en un sitio donde se vive en una promiscuidad, pero en la película en medio de todo eso está el elogio a la dignidad humana. El que va a bailar a pesar de que le falta el encaje, el que va a estudiar música, el padre que con una luz mortecina le da de comer a un niño. Es el elogio a la dignidad humana. A mí no me ofende eso. Me ofende lo otro en la azotea de una casa. No pude continuar viendo la película, me llenó de tristeza. En lo otro estoy de acuerdo contigo.

Suite Habana se asemeja a lo que vivimos en otra cinta preciosa: Conducta. Hay quien no quiere verla porque no quiere aceptar la critica que la película conlleva, la marginalidad que muestra, pero ¡qué clase de lección de formación la de esa película!

Ahora bien, es lícito que las personas tengan criterio. Yo no tengo porque estar de acuerdo con todo ni aquí ni en ningún lado. Hay cosas con las que uno no está de acuerdo y tiene el derecho. Tampoco nos podemos convertir en un grupo conservador. Hay que luchar, hay que salir, hay que ver el mundo, no se puede vivir en una campana de cristal.

Siempre he pensado, la política es que los turistas no vengan a la Habana, que vayan a los cayos, eso fue un discurso de un momento pero se sabía que la bloqueada Cuba tenía una capital que era el símbolo de la resistencia del pueblo cubano, que no es esa ciudad reaccionaria que no produce maestros que no da policías. Esta es la ciudad de la milicia gloriosa, es la ciudad de los cortadores de cañas, de los alfabetizadores, es la ciudad de la Declaración de La Habana, la de la Plaza de Revolución el día de la muerte de Che y rodilla en tierra, la ciudad de la Operación Tributo.

Si nosotros hasta ahora en 54 años no hemos sembrado y no tenemos esperanza que el árbol de fruto, estamos perdidos. Hay que tener confianza en lo que hemos hecho. No podemos vivir pensando que hay que salir con un machete todos los días a arrancar cabezas. Sinceramente no lo creo.

Si vuelvo a nacer quiero ser cubano y si vuelvo a nacer quiero hacerlo en el tiempo que me tocó vivir y ser discípulo de Fidel. Pero no soy su alumno, soy su discípulo. Fidel fue mi maestro, fue el que me llevó al seno del Partido Comunista siendo yo cristiano devoto; porque Fidel tuvo una visión amplia del mundo con todos de verdad. Se adelantó a su tiempo, por eso yo soy fidelista, porque creo en su visión amplia, en su sentido de participación. Los que piensan lo contario no lo conocen… ni tampoco a Raúl.

He tenido la suerte como persona, como compañero, como militante, como hombre del pueblo y como trabajador, de servir a los dos grandes dirigentes de la Revolución. Excepto al Che y a Camilo los conocí a todos. Fundamentalmente a las mujeres de la Revolución. Cada una con su carácter, con su perfil, cada una en la profundidad de sus ideas. Conocí a Celia, a quien lloré como a una madre, a Haydée que me salvó en momentos difíciles. Tan lúcida, tan iluminada. Era una criatura extraña. A Melba. A Vilma.

Y a todos esos grandes jóvenes. No olvidemos que Fidel tenía 33 años cuando llega al triunfo de la Revolución, la misma edad que tenía Maceo en Baraguá. Entonces quién me va a hablar a mí de que los jóvenes no pueden, de que nunca están preparados. Cintio mientras se hizo más viejo fue más lúcido, más radicalmente revolucionario. Y hay algunos que envejecen desde que están en la cuna. Hay viejos mentales, que no se quitarán el mameluco hasta el final de su vida. Y hay jóvenes que lo serán hasta la muerte.

Imagen tomada de: http://gdb.martinoticias.org/AA1DCB34-5B9F-4A1C-A9B3-15913C408DB3_cx0_cy8_cw0_w987_r1_s_r1.jpg

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Entrevista con el artista Adolfo Mexiac: Zapata no entró en componendas, cuidó y repartió la tierra

América del Norte/México/09 de Septiembre de 2016/Autor: Mario Casasus/Fuente:Rebelion

En entrevista con la Cartelera Cultural, Adolfo Mexiac (1927), muralista y grabador del Taller de Gráfica Popular, describe la curaduría de México-Mexiac: “La exposición partió del retrato de Zapata; Miguel Ángel Berumen y Óscar Menéndez me dijeron que querían varios Zapatas, les respondí: ‘¿de dónde saco tantos Zapatas para exponer?’, después conversé con Berumen y entendí de qué se trataba la exposición, a pesar de todo, escarbando encontré que sí tengo varios retratos de Zapata, bastantes, pero no los suficientes para una exposición, gracias a la curaduría que hicieron para la exposición montamos 50 obras relacionadas con el zapatismo, el cardenismo y Los de abajo”. Para complementar la exposición, el maestro Mexiac ofreció una sesión gratuita de técnicas de grabado, se inscribieron 15 personas en el fugaz taller de Cuernavaca.

El Espacio cultural Aquí estuvo Zapata inauguró la exposición México-Mexiac, la curaduría incluye los grabados más representativos: Libertad de expresión (1954); Tierra y libertad, con la placa original en linóleum, la prueba de máquina, el primer grabado fino y el libro donde se publicó por primera vez (1957); Bajo el zapote y la adaptación de la novela de Mariano Azuela: Los de abajo (1986); además del boceto para el mural del Palacio Legislativo, un autorretrato al óleo, varios cuadernillos del Instituto Nacional Indigenista (INI), 4 fotografías de Rodrigo Moya cuando Mexiac tenía 30 años (1957), 8 imágenes de Emiliano Zapata (3 en la galería exterior, 4 en la vitrina y 1 en la sala principal), entre 50 obras. La exposición está enmarcada en el Homenaje nacional por los 90 años del pintor y la apertura del Polyforum Mexiac en Colima.

El documental Libertad de expresión (2009) de Óscar Menéndez, reconstruye la historia del grabado homónimo, Adolfo Mexiac declaró: “Alberto Beltrán había estado un año en Chiapas, me invitó a que fuera a San Cristóbal para encargarme de la vigilancia de impresión, ilustración y todo lo que se requería en ayuda visual para el Centro Coordinador Indigenista… allí tuve la suerte de encontrarme con gentes como el sociólogo Ricardo Pozas y Rosario Castellanos”; paralelamente al trabajo de los cuadernillos del INI, el artista y activista recuerda sus pasos por Chiapas: “para combatir a los acaparadores, yo llegué a realizar varios grabados y los compañeros del Centro escribían los textos para denunciar esa situación y en la noche nos íbamos a pegar la propaganda… teníamos una fama de rojillos”. El rostro de un indígena tzotzil encadenado se multiplicó desde 1954, se reimprimió durante el movimiento estudiantil de 1968 y las protestas de César Chávez en Arizona.

– Maestro Mexiac, ¿qué significa para usted exponer en el cuartel de Emiliano Zapata en Cuernavaca?

– El hecho de estar exponiendo aquí, en un lugar histórico, donde estuvo Zapata, significa mucho para mí, porque soy de extracción campesina. Ahora que conozco la historia de los iniciadores de la revolución de 1910, sé que Zapata es uno de los espíritus más limpios y altruistas, junto con Pancho Villa –con todos sus claroscuros-, los demás generales que participaron porque ya no soportaron la dictadura porfiriana estaban haciendo su propia carrera política; en cambio, en el caso de Zapata no entró en componendas ni con la persona que apoyó al principio, me refiero al presidente Francisco I. Madero. Zapata tenía la idea de cuidar la tierra y repartirla, es un líder que trasciende; el hecho de estar en un espacio que utilizó como cuartel general es muy importante.

– ¿Cómo definieron la curaduría para la exposición en el Espacio cultural Aquí estuvo Zapata?

– Estoy exponiendo ahorita gracias al entusiasmo del historiador Miguel Ángel Berumen, toda la exposición partió del retrato de Zapata; Berumen y Óscar Menéndez me dijeron que querían varios Zapatas, les respondí: “¿de dónde saco tantos Zapatas para exponer?”, después conversé con Berumen y entendí de qué se trataba la exposición, a pesar de todo, escarbando –porque a uno se le olvidan las cosas que haces- encontré que sí tengo varios retratos de Zapata, bastantes, pero no los suficientes para una exposición, gracias a la curaduría que hicieron para la exposición montamos 50 obras relacionadas con el zapatismo, el cardenismo y Los de abajo. Para mí ha sido sorprendente ver que a partir de una idea se puede relacionar una obra con otra y con otra, aunque sean realizadas originalmente para otros fines, se adaptan.

– Ahora que menciona al fotógrafo Óscar Menéndez, veo en la exposición 4 fotografías de Rodrigo Moya, ¿qué piensa ante el reencuentro con sus amigos y las complicidades que permitieron la exposición México-Mexiac?

– Yo creo que no todo es casual, es decir, debe haber una relación grande, puesto que me ha pasado con muchas personas, que nos vimos por allá, hace muchos años, y por alguna razón tuvimos contacto, pero nos dejamos de ver, en los reencuentros ha ocurrido una cosa muy interesante: parece como si no hubiera pasado el tiempo y nos seguimos tratando con el mismo afecto, abordamos con el mismo interés los temas que en aquella época se trataban. Pienso que los encuentros no son tan casuales, yo creo que están engarzados de alguna manera; cada persona tiene un momento para volverse a reencontrar, es como estar reforzando un gran tejido entre los amigos que creen en las mismas ideas y que todavía luchan por ellas.

– ¿Qué siente al ver las fotografías de Rodrigo Moya con la distancia de tantos años?, ¿recuerda la sesión fotográfica de 1957?

– Veo que estaba recién salido de la escuela, apenas había ingresado al Taller de Gráfica Popular cuando Moya apareció por ese lugar, y seguramente sacó mucho material del Taller de Gráfica Popular, por alguna razón le interesó sacar fotografías individualmente a los jóvenes –como lo era yo en esa época-, estábamos ocupando la casa y estudio de Pablo O’Higgins –fue mi maestro-, en la calle Belisario Domínguez, en el centro de la Ciudad de México. Había olvidado la sesión fotográfica con Rodrigo Moya, porque utilizábamos el espacio junto con Adolfo Quinteros y Sara Jiménez para pintar en la casa de Pablo, se convirtió en un taller para un grupo de artistas de Gráfica Popular. Tal vez por eso, Moya se interesó en nosotros, debe haber sacado fotos a otros compañeros, me veo y digo: “estaba muy verde” (risas).

– La exposición “México-Mexiac” forma parte del Homenaje nacional por sus 90 años, ¿cuáles son sus impresiones del homenaje en Colima?

– Todas las muestras que he recibido últimamente han sido producto del interés de instituciones y personas, nunca fue mi intención andar tocando puertas para que se fijaran en mí. El hecho de que la Universidad de Colima me entregó el título de profesor distinguido significa un gran honor para mí, yo no estuve trabajando para que me hicieran un homenaje, ni para que se me otorgara un grado académico, pero ya analizando con tranquilidad: hice mucha obra para la Universidad de Colima y doné muchas cosas a la universidad por cariño, porque siempre me ha interesado que la gente joven tenga mucho material de donde partir para que siga avanzando, creo que es el caso de la universidad.

– ¿Cómo nació la iniciativa del Polyforum Mexiac?

– Me sorprendió que el gobierno de Colima decidió ponerle mi nombre a un Polyforum cultural, donde habrá teatro y exposiciones. Mi esposa Patricia Salas entregó una máquina para imprimir que yo utilicé durante todo el tiempo que viví en la Ciudad de México, ahora está en Colima, yo le había regalado mi máquina a Patricia para que hiciera sus cosas, pero ella hace más esculturas que grabados, Patricia me dijo: “prefiero que esa máquina sea útil en otro lugar, en el Polyforum será más útil porque está rodeado de varias escuelas primarias, de una normal de maestros y a lado hay una biblioteca”. Es un barrio muy dinámico, seguramente le darán vida los dos espacios: el Polyforum y la biblioteca, están frente a un jardín muy bonito de Colima, se supone que el Polyforum ya no cambiará de ubicación, por una razón: es un espacio propiedad del Estado de Colima, ya no rentan el lugar, anteriormente la Universidad de Colima rentaba muchos lugares para conservar y exhibir mi obra (1200 piezas donadas), era muy difícil de predecir qué pasaría con un lugar itinerante.

– Patricia Salas me dijo que ustedes hablaron sobre Pablo Neruda en Colima, ¿cuál fue el pretexto para mencionar al poeta chileno?

– Un amigo nuestro, médico y profesor de la Universidad de Colima, nos invitó a desayunar a su casa, también invitó a una parienta política de él, la bióloga Elena Roces, su papá -Wenceslao Roces- había sido amigo de Pablo Neruda y firmó como testigo en su boda, ella estaba interesada en saber los detalles del divorcio del poeta, en la sobremesa le preguntó a nuestro amigo Alberto Híjar.

– Neruda publicó un poema con ilustraciones del Taller de Gráfica Popular, ¿usted conoció al poeta chileno?

– No, nunca coincidí con Pablo Neruda en México. Un compañero del Taller de Gráfica Popular, Alberto Beltrán, hizo los grabados para el poema “Que despierte el leñador” (1950).

– Usted trabajó con Juan Rulfo en el Instituto Nacional Indigenista, ¿ilustró alguno de sus cuentos?

– No. Alberto Beltrán también ilustró un texto de Juan Rulfo. Éramos amigos, alguna vez Juan me invitó a ilustrar algo suyo, pero nunca aterrizamos el proyecto, la oficina del Instituto Nacional Indigenista era muy pequeña, todos nos conocíamos. Contrario a lo que piensa la gente, Juan Rulfo hablaba mucho con sus amigos.

– Finalmente, su imagen más conocida es el rostro de un indígena, me encantaría escuchar la historia del grabado “Libertad de expresión”.

– Hice el dibujo en 1954 para denunciar el golpe de Estado en Guatemala, y porque el gobierno despidió al director de Bellas Artes por autorizar el velorio de Frida Kahlo en el vestíbulo del teatro, fueron dos hechos que coartaron la libertad de expresión. Yo vivía en San Cristóbal de las Casas, le pedí a un indígena tzotzil que posara, en lugar de las cadenas le puse un pañuelo en la boca, al terminar el dibujo lo envié a la Ciudad de México para que lo imprimieran los compañeros del Taller de Gráfica Popular. Recuerdo que en el movimiento estudiantil de 1968 reimprimieron el grabado Libertad de expresión, también los chicanos retomaron el dibujo durante las protestas de César Chávez.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216386&titular=%93zapata-no-entr%F3-en-componendas-cuid%F3-y-reparti%F3-la-tierra%94-

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Derribando mitos

Autor: Laura Rosso

Argentina

Mitominas, muestra emblemática de los ochenta por la que pasaron más de 60.000 personas, fue sin embargo el hecho maldito del arte argentino por su carácter transgresor y disruptivo que puso en estado de alerta a las instituciones eclesiásticas de la época, pero también porque sentó precedente al cuestionar por primera vez desde el campo de las artes la condición femenina, la heteronormatividad y las libertades sexuales. Aquella muestra convirtió en referentes ineludibles a artistas feministas y no feministas, entre las que se encontraban Angélica Gorodischer, Liliana Maresca, Ilse Fuskova y Silvia Berkoff, por nombrar algunas. La nueva puesta, Mitominas 30 años después, expone problemáticas como la trata, la violencia de género y la búsqueda de autonomías en un tono reflexivo, pero deja con ganas de reencontrar aquel under querido.

Apenas despuntaba la democracia en la Argentina cuando un estallido de juventudes en estado volcánico se inundaban de placeres en estado de pura demostración, piel a piel, desborde imperioso de las lenguas para tragarse la vida a borbotones y reinventarla con pasión y creatividad. Muchas de esas expresiones que dieron en la tecla y en el punto justo de experiencias disruptivas y vitales para la época surgieron desde el movimiento de mujeres, en plena reorganización, y las representantes del feminismo que buscaban subvertir el orden patriarcal y salir de los años de asfixia de la dictadura. Transgredir ya no era consigna sino el alma de una reconstrucción colectiva y poderosa que se palpó en las muestras Mitominas I, en 1986, y Mitominas II, en 1988, donde se problematizaron los roles de las mujeres desde diferentes disciplinas artísticas y fundaron un espacio único para pensar las interpretaciones míticas pero también para corporizar instalaciones de enormes vaginas dentadas o cristos transfundidos. Mitominas 30 años después reedita aquellas muestras inaugurales donde se servían canapés de tampones envueltos en hojas de lechuga sobre una bandeja de plata, se derramaban mensajes guarros en cuadernos de saludos, y una performer disfrazada de mujer gallina empollaba huevos para luego destrozarlos y abalanzarse sobre la gente, convertida en mujer demonio. Tres décadas más tarde, la convocatoria replica una masividad ya no disruptiva y desafiante, pero sí entusiasta, con un público bien dispuesto a invadir el Centro Cultural Recoleta, desde las terrazas hasta el Patio de los Naranjos, en lo que semejó un fresco del under de la época. Vale decir que a esta aventura grupal se sumaron varones que preguntaron ‘¿Para cuándo Mitomachos?’
Tres décadas después, la muestra se reactiva, se refresca y se actualiza pero sin reconstruir las exposiciones anteriores. Justamente esa es la premisa. Reactivarla trayendo al presente temas reactualizados con problemáticas vigentes como la trata, la violencia de género y las autonomías. De esa idea partió María Laura Rosa, docente, investigadora del Conicet y doctora en arte contemporáneo, cuando decidió enlazar aquellas experiencias de los `80 con el presente. Conversó con su amiga e historiadora de arte feminista, Karen Cordero Reiman (Nueva York, 1957) sobre el trabajo que estaba desarrollando en la nueva muestra de Mitominas, y Cordero le puso palabras a lo que faltaba: enunció la tarea de María Laura como una reactivación curatorial. “Una reactivación implica volver a activar aquellas viejas propuestas actualizadas”, señala María Laura. “En los `80 se hablaba de los mitos que cristalizaron una idea de mujer determinada, y en realidad estaban haciendo referencia a los estereotipos que cristalizan a lo largo del tiempo y que son reproducidos por la cultura.”
En ese universo mítico femenino aparecían nombres como Penélope, la mujer que espera; Afrodita, la mujer pecadora y sexualizada; Pandora, la mujer que origina todos males; Atenea, la mujer fuerte y estratégica en la toma decisiones. Son tramas que cimentaron durante siglos las bases sobre las que se consolidaron los estereotipos de géneros que cristalizaron ciertos relatos. “Hoy puede haber un uso de la palabra mito, por ejemplo los mitos de la violencia de género o los de la trata, sin embargo aquí se apunta a desmitificarlos y a exhibir que las problemáticas son más graves de lo que parecen. En ese sentido siguen teniendo actualidad las Mitominas”, sostiene María Laura.
¿Cómo aparecen esos estereotipos hoy?
M.L.: -Hoy le damos un nombre más claro a estos estereotipos y los nombramos como marcas sexistas que habitan en nuestra sociedad patriarcal. Quizás la palabra mito ya no se emplee con la misma fuerza para evidenciar en esas construcciones culturales que congelaban “características de lo femenino” como la pasividad de Penélope, o el origen de las desgracias de la humanidad en la figura de Pandora. Sin embargo en los `80 esto disparó poder hablar de la violencia de género de nuestra sociedad sexista, de la discriminación por el VIH o de los nuevos métodos de fertilización asistida que comenzaban a circular por entonces. A partir de los mitos sexistas que se plantearon en Mitominas I, en Mitominas II ya la cuestión tomó otro color, más crítico si se quiere. Ese tono es el que traemos a nuestro presente para hablar de problemáticas que hoy tienen nombre, como ser la de la trata. Ya no hablamos de la prostitución sino de una cuestión sumamente compleja como la trata. O por ejemplo hablamos de la violencia de género y su incremento en estos últimos años, o de la soledad e imposibilidad de muchas mujeres autónomas e independientes de encontrar un compañero que respete esa autonomía. Esos mitos que convocaron la primera Mitominas, ya en la segunda se llenan de una actualidad, que es la que traemos a nuestro cotidiano y nos lleva a la reflexión sobre las continuidades de muchas problemáticas.
Saliendo del freezer
Si Mitominas I revisó la historia de los mitos para reflexionar sobre cómo las mujeres pasaron a la historia cristalizadas en esas tramas, Mitominas II tomó los mitos de la sangre. Hablar sobre la sangre y las interpretaciones literarias de la sangre en el contexto del sida. La muestra se centró en lo que sucedía en aquel momento: el VIH, la violencia de género y la violencia familiar, el encierro, la maternidad, la sexualidad femenina y los métodos de fertilización asistida fueron algunos de los tópicos trabajados. Las musas recorrían el Centro Cultural en zancos, tapadas con sábanas y con una boca grande como máscara, salían a buscar público a Plaza Francia e invitaban a espectadores y espectadoras a entrar y participar. “Fueron maneras de crear concienciación”, define María Laura. Y Monique Altschul suma: “La muestra actual es estéticamente más pareja y a la vez estática. En la inauguración, el público se dividía entre quienes sabían qué era Mitominas, que habían compartido el clima de hace 30 años -lxs añorantes-, y quienes venían a ver una muestra del Centro Cultural. Faltaba el ‘espíritu de cuerpo’.”
Mitominas 30 años después, reactiva entonces aquellas exposiciones con figuras del plantel histórico y otras que se suman a esta nueva edición que hasta el 31 de julio podrá verse en el Centro Cultural Recoleta, donde además habrá mesas redondas en el CeDIP (Centro de Documentación, Investigación y Publicaciones) y ciclos de cine como el de Narcisa Hirsch, curado por Tamara García Iglesias. La exposición propone revisitar los trabajos de dieciocho artistas que se unen para homenajear aquel hito feminista que se impuso con la participación de artistas como Liliana Maresca, Pilar Larghi, Carolina Antoniadis, Marcelo Pombo, Liliana Mizrahi, Nora Correas y tantas más que invitaban a pensar otras miradas sobre las mujeres.
El mismo día de la inauguración, mientras recorre las salas donde están terminando los montajes, María Laura enfatiza: “La idea es descongelar los mitos treinta años después”. Muchos de aquellos debates continúan siendo las luchas de nuestra cotidianeidad. Monique agrega: “Hace treinta años las temáticas de género recién comenzaban a expresarse. No teníamos ni siquiera una ley de divorcio. El sida era casi desconocido. Los derechos LGBTI estaban en el placard. Se comienza a reclamar por la despenalización del aborto recién en 1986, cuando se organiza el primer Encuentro Nacional de Mujeres. Miembros de la iglesia católica (como la Iglesia del Pilar, pegada al CCR) hacían denuncias intentando clausurar nuestras muestras. Todo era transgresión. Nuestra sociedad actual ha estado expuesta a estas temáticas durante tres décadas y muchas de ellas se han transformado en leyes.”
Las ediciones pasadas de Mitominas sentaron un precedente en el campo de las artes para reflexionar sobre las temáticas que marcaban el pulso de las mujeres: la construcción de la sexualidad, el trabajo doméstico, la procreación como condición de lo femenino, el cuestionamiento a la heteronormatividad y la defensa de las libertades sexuales. “En cada Mitominas -sigue Monique- se trabajó un año en la conceptualización interdisciplinaria, en el descongelamiento de los mitos, en el trabajo multimedia grupal. A partir de reuniones semanales iniciamos un proceso de creación de articulaciones y consensos que permitía resolver la mayoría de los conflictos sobre la marcha. En 2016, con la introducción de los recursos digitales y las redes sociales -de los cuales soy una ferviente usuaria- y con los cambios en el uso del tiempo en nuestras vidas, esta elaboración resulta impensable.”
Mitominas reactivadas
Son dieciocho las artistas que se reúnen para volver a poner sobre el tapete las temáticas que las preocupan. Ana Gallardo trabaja el tema de la prostitución en el video Carmen Muñoz, en el que una prostituta mexicana y longeva es expulsada del asilo al que van las prostitutas mayores. Nora Correas denuncia con su obra la trata de niñas y pone el dedo en la figura del prostituyente. A Pilar Larghi, la historia de Raquel Liberman la tomó por completo y tuvo la necesidad de plasmarla a través de su obra Las Invisibles. En este trabajo retoma la historia de esta mujer rusa, víctima de la trata que logró denunciar a sus tratantes y deshacer la red judía de trata Zwi Migdal, que operaba en Argentina desde principios del siglo veinte. Carolina Antoniadis sugiere con sus dos murales el abuso sexual de menores: mujeres-muñequitas que exacerban el estereotipo brutal de la moda, objetualizadas y con un fondo donde se entretejen imágenes ambiguas de abuso. Diana Raznovich trae una gráfica que tiene que ver con situaciones cotidianas de mujeres, como las dificultades de encontrar pareja. La obra de Viviana Zargón se llama Hogar dulce hogar y es una casa detonada, totalmente desarmada. Anna Lisa Marjak trabaja en su pintura el tema de las relaciones heterosexuales y la violencia. La instalación de Silvia Berkoff sugiere pedazos de cuerpos metidos adentro de medias de nylon, y hace alusión a la masacre de mujeres. Susana Rodríguez trabaja en su pintura el tema de la soledad. Narcisa Hirsch presenta su corto Celebración, y Paola Vega propone un video de mujeres artistas de la historia de arte. Las activistas feministas Mujeres Públicas traen el tema del aborto (ver recuadro) y Carola Rousso propone ver el cuerpo femenino como un lienzo sobre el cual se escribe un mensaje. “Fotografié a mujeres colgando de una soga de tender la ropa, luego las imágenes fueron sublimadas a sábanas de algodón. Las sábanas, refieren a la vida íntima de las mujeres y a sus sexualidades – casamiento, concepción, nacimientos. Evocan también un oficio, el de lavandera, históricamente ejercido sólo por mujeres, metáfora textil de la denigración de la mujer, ayer y hoy, en el mercado del trabajo”, se explaya.
¿Cuáles son las cuestiones que siguen vigentes en esta reactivación de las muestras que se desarrollaron en los 80?
M. L.: –Sigue vigente la violencia, y no solo sigue vigente sino que se incrementó de una manera brutal. Algo que no se nombraba en los años `80 era el tema de los géneros. Hoy no podemos decir solamente mujeres y varones, tenemos un arco iris de géneros que no estaban nombrados en esos años. La cuestión del aborto sigue vigente, es una lucha que continúa. No fue trabajada en las Mitominas anteriores desde lo artístico sino en las mesas redondas. El aborto es un tema que se viene luchando desde los años `70, pero más desde un activismo feminista en la calle que desde el arte.
¿Se problematizan en la actualidad estos mitos? ¿O aparecen otras problemáticas?
–Me parece que más que mitos aparecen problemáticas que siguen sin solución. Ahora, lo que se trabaja son temas: la violencia, el aborto, el abuso, la trata. Quizás haya algunos mitos que surgen a partir de estas problemáticas como la presión del mercado para un ideal de belleza de las mujeres, o la construcción del cuerpo femenino a través de las cirugías y cómo opera el sistema capitalista en función de eso, o la hipersexualización de las mujeres en los medios. Son temáticas más actuales que parten de viejos mitos de la belleza femenina. Estas cuestiones van a ser muy trabajadas en las mesas redondas que acompañan la muestra.
¿Qué rescatás de la dinámica entre el plantel histórico y las artistas que se sumaron?
–Primero la polenta que tienen las mujeres del plantel histórico. A mí me gustaría envejecer como ellas. Se siguen preguntando desde hace treinta años por estas cuestiones y es tal la pasión que le ponen que siguen peleando. En ninguna de ellas encuentro esto de “no quiero saber más nada de eso”, o “no tiene solución”. Estas mujeres siguen en la lucha. Y luego, esta genealogía del activismo, que no sólo se hace en la calle o en una marcha sino desde las instituciones. Es sano implicar a las instituciones en esta forma de hacer activismo. Ese espíritu de lucha continúa y es un aprendizaje.
En uno de los escritos de sala elegiste citar la frase de Simone de Beauvoir, de su libro El segundo sexo, “Nada en la naturaleza legitima un orden social discriminatorio.” ¿Por qué te interesó traerla?
–No podía no citar a Simone porque la admiro profundamente. Históricamente la mujer, por su naturaleza, fue confinada al orden doméstico. Socialmente fue muy duro para las mujeres –y ese es uno de los orígenes de la violencia de género– establecerse en un ámbito que no sea el doméstico, el privado –privado de todo derecho–. Lo que Simone plantea con esa frase es que esa discriminación no tiene ningún tipo de justificación de nada. ¿Por naturaleza, qué naturaleza? ¿Y qué naturaleza de qué cuerpo? El uso que le ha dado el patriarcado a la palabra naturaleza ha sido un uso discriminatorio. No hay nada que en la naturaleza avale esa discriminación que nosotras vivimos constantemente.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214348&titular=derribando-mitos-

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Argentina: Miles de tucumanos recibieron el 9 de Julio y entonaron el Himno Nacional en la casa histórica

América de Sur/Argentina/Julio de 2016/Noticia/ www.telam.com.a

Resumen:

Los tucumanos se volcaron masivamente a las calles para celebrar el día del Bicentenario de la Independencia y una multitud se acercó en las horas previas a la Casa Histórica de Tucumán para esperar el momento de entonar el Himno Nacional justo a la hora 0 del 9 de Julio, acto que fue encabezado por la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, y el gobernador Juan Manzur.

También participaron de la ceremonia el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich; el intendente de la capital provincial, Germán Alfaro y funcionarios provinciales.

El Himno Nacional fue entonado por los cantantes tucumanos Fernando de la Orden y Miguel Marengo y seguido por todos los presentes, tras lo cuál comenzó un espectáculo con fuegos artificiales.

La vigilia para recibir los 200 años de la Patria comenzó varias horas antes de lo previsto y miles de personas fueron llegando a la plaza Independencia y a la Casa Histórica para participar de un momento histórico que tiene a los tucumanos como anfitriones por ser el lugar donde hace 200 años se declaró la Independencia del país.

Extraoficialmente se estima que más de 40.000 personas llegaron hasta el centro tucumano, aunque no todos pudieron acceder hasta el paseo de la Casa Histórica ya que algunos se instalaron allí hasta seis horas antes para no perderse detalles de una celebración que se extendió a lo largo y a lo ancho de todo el país.

Familias enteras, entremezclados entre tucumanos y turistas llegaron hasta la Plaza Independencia, a escasos metros de la Casa Histórica, donde pudieron visitar las carpas que se ubicaron para exhibir artesanías, comidas típicas, vestimentas, entre otros.

Los presentes acompañaron el calor popular cantando el Himno Nacional en reiteradas oportunidades, mientras que padres con sus hijos en brazos, chicos jugando, amigos estrechándose en abrazos, fueron las postales que se apreciaron.

Cuando llegó el 9 de Julio un show de fuegos artificiales le puso color a los festejos, mientras que en la explanada de la Casa de Gobierno se preparaban para arrancar la fiesta denominada «Feliz Cumpleaños», que incluye espectáculos artísticos.

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201607/154566-miles-de-tucumanos-recibieron-el-9-de-julio-y-entonaron-el-himno-nacional-en-la-casa-historica.html

Fuente: http://www.telam.com.ar/advf/imagenes/2016/07/578070eac951e_760x506.jpg

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Feminismos Europeos 1700-1950 «Una historia política»

por OFFEN,KAREN

ISBN: 9788446032694
Editorial: AKAL
Fecha de la edición: mayo 2015
Encuadernación: 00
Nº Páginas: 560
Colección: FUniversitaria
En esta ambiciosa obra, rescata Karen Offen la historia de las luchas que libraron las mujeres europeas (y también los hombres) en contra de la dominación masculina. A lo largo de un recorrido de 250 años -desde la Ilustración hasta la era atómica-, la autora se marca diversos objetivos. Para lectores menos especializados y para aquellos que estén interesados ante todo en la crónica histórica, ofrece un estudio comparativo de gran aliento sobre los desarrollos feministas en las distintas sociedades europeas, así como una relectura de la historia europea desde una perspectiva feminista. En otro nivel, al ofrecer un análisis histórico amplio y preciso, el libro pretende desenmarañar algunas percepciones erróneas y arrojar luz sobre algunos confusos debates contemporáneos sobre la Ilustración, la razón, la naturaleza, la igualdad frente a la diferencia, y lo público frente a lo privado. La autora plantea que los feminismos históricos tienen mucho más que ofrecernos que meras paradojas lógicas y contradicciones, que tienen mucho más que ver con la política sexual que con la filosofía. Las victorias feministas no están relacionadas, en sentido estricto, con esgrimir las razones correctas, ni el género es tan solo «una categoría útil de análisis»; la diferencia sexual se encuentra en el corazón mismo del pensamiento y la política humana.

Fuente:

http://www.libreriaalberti.com/libros/feminismos-europeos-1700-1950-una-historia-politica/9788446032694/

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Decreto de Instrucción Pública Gratuita y Obligatoria en Venezuela

El 27 de junio de 1870 el Presidente Guzmán Blanco dicta su famoso Decreto de Instrucción Pública Gratuita y Obligatoria para todos los venezolanos, anticipándose así, a los  países europeos más avanzados e impulsando enormemente la educación en el país.

La importancia de este Decreto, cuyo autor es el doctor Martín J. Sanabria, radica en que impulsó la educación en el país y gracias a esto han podido educarse generaciones tras generaciones carentes de recursos económicos.

Sin embargo, Juan Bautista Dalla-Costa, hijo, se había adelantado a Guzmán Blanco, al publicar una circular en la que el Estado de Guayana se obligaba a dar educación gratuita y obligatoria a todos sus ciudadanos.

Antes de su promulgación, la educación primaria corría a cargo de las provincias y las municipalidades, sin que existiera un proyecto global sobre la materia. Gracias al acto ejecutivo de Guzmán Blanco, se establece a escala nacional la obligatoriedad de la enseñanza gratuita de principios generales de aritmética, sistema métrico, idioma castellano, moral ciudadana y fundamentos de la Constitución Federal.

Con este decreto se obliga a los padres y tutores a instruir a sus hijos en las señaladas temáticas, o a contratar un maestro para el mismo cometido. Además, se crea una Dirección Nacional de Instrucción Primaria con juntas seccionales en los estados de la Unión; y un impuesto especial para la dotación material de las escuelas que se crearían en el futuro.

Colocando el país que somos en el lugar que todos queremos.

Fuente: http://www.iconosdevenezuela.com/?p=21328

Fuente: Periodista/redactor: Cristina Guerrero, Iconos de Venezuela
@iconosvenezuela

 

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