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Los excluidos del sistema educativo en México

Por: Gerardo Ariel Ceja González[*]

 

Desgraciadamente los gobiernos neoliberales que antecedieron al actual en lugar de realizar verdaderas propuestas para mejorar la educación pública optaron por construir un dispositivo costosísimo de medición estandarizada para niños, niñas, jóvenes, docentes y escuelas; argumentando que se trataba de evaluar para mejorar.

Se gastaron grandes cantidades de dinero y se creó una jugosa industria de la medición en manos de particulares. El objetivo de esta medición tenía un propósito claro, responder a los intereses de los tecnócratas neoliberales de organismos internacionales y muy poco a la urgente necesidad de mejorar la educación, entre ella la especial.

Los gobiernos del PRI y el PAN impulsaron la creación de instrumentos de evaluación eminentemente privado y ajeno a las necesidades del sistema educativo nacional. Hoy somos testigos que la evaluación que se utilizó en el pasado no consiguió ninguna mejora en la educación.

La experiencia de los diferentes profesionales de la educación especial y de expertos en esta materia no fue un asunto de interés para las autoridades educativas de aquel entonces y el magisterio democrático quedó fuera de cualquier debate educativo y tuvo que mantener una férrea resistencia durante todo el sexenio peñista con un alto costo en vidas, despidos injustificados y encarcelamientos.

Así pues, la administración actual asumió un sistema educativo en franca decadencia, con grandes dilemas educativos y en plena crisis pandémica, obligando a las autoridades a suspender las actividades escolares hasta nuevo aviso.

Con el propósito de poner fin al presente ciclo escolar (2019-2020) la Secretaría de Educación Pública (SEP) a través de su secretario Esteban Moctezuma Barragán y demás autoridades implementaron un dispositivo educativo digital a distancia por medio de clases virtuales y por televisión para aprender en casa. Sin embargo, y como frecuentemente sucede en educación, los niños, niñas y jóvenes que acuden a recibir educación especial por presentar alguna discapacidad o múltiples, así como aquellos con alguna condición específica, estudiantes indígenas y de comunidades rurales fueron excluidos una vez más de una propuesta educativa real y contextualizada que responda a las necesidades y características de cada uno de ellos; considerando además, que muchos no cuentan con internet, dispositivos móviles, computadoras, televisores o incluso corriente eléctrica.

Ante ciertas poblaciones como las ya mencionadas se genera una desigualdad y una brecha que provoca una muy sutil exclusión de las personas que requieren de otras estrategias de implementación educativa que responda a sus condiciones. Consideremos que un estudiante que presenta alguna discapacidad requiere de apoyos adicionales y equipo especializado para facilitarles su aprendizaje; por ejemplo, un estudiante que presenta ceguera, debilidad visual o sordoceguera requiere de los elementos tiflotecnológicos que le permitan el aprovechamiento práctico de los conocimientos como traductores del sistema braille a voz. Las personas que presentan discapacidad auditiva requieren de un especialista en el manejo de la Lengua de Señas Mexicana (LSM), y así, cada discapacidad o condición requiere de otros apoyos diferentes a los convencionales.

Ante esta complejidad la reflexión nos debe llevar al tema de la exclusión y no precisamente al de inclusión que con frecuencia se aborda meramente como un discurso político sin mayor trascendencia. La pregunta central no es si la condición de discapacidad genera exclusión, sino a la inversa, es decir, los mecanismos excluyentes producen discapacidad en todos los estudiantes más allá de su condición, incluso con los alumnos regulares.

El reto para la autoridad educativa consiste en pensar la discapacidad como un término complejo escasamente abordado en educación y que ha ocasionado relaciones sociales de desigualdad social. En la cotidianidad el término discapacidad es estigmatizante y provoca exclusión y etiquetas alrededor de las personas que viven con una o varias de las llamadas discapacidades. El desafío es muy claro, intentar desmontar la idea de que la discapacidad no tiene que ver con la dimensión biológica de cuerpos y mentes de los denominados normales, sino más bien, con una dimensión social y cultural en donde muchas cosas se construyen como diferentes (diversidad).

En consecuencia, las autoridades educativas deben generar prácticas que sean capaces de atender al conjunto de los estudiantes con sus singularidades. De esta manera, la diversidad se convierte en un concepto que nos permite entender las diferencias en los distintos modos de ser, pensar y aprender, en la profusión de lo distinto y no en la dimensión biológica.

Por ahora hay que esperar a que los estudiantes regresen a la escuela y encuentren en ella un espacio que los sostenga, un lugar de encuentro con el otro, un sitio que permita que circule la palabra, el juego y no el encargo del cumplimiento burocrático de cargas administrativas y del acato de la conclusión de los planes y programas para dar fin al ciclo escolar.

Después de un confinamiento obligado en casa por medidas sanitarias en donde seguramente muchos niños y niñas están en riesgo bajo ambientes violentos, de ansiedad, angustia, estrés, incertidumbre y de los problemas propios de cualquier hogar, es momento de replantear un modelo educativo que contemple imprevistos como desastres naturales, epidemias, pandemias y le dé un lugar preponderante al manejo de las emociones. Hoy es imperativo del sistema educativo rescatar a las infancias y no el cumplimiento obligado de los planes y programas, y si es posible, sacrificar el ciclo escolar.

Es muy probable que los estudiantes de educación básica puedan presentar o estén presentando regresiones como la enuresis (orinarse en la cama), fobias, trastornos en la calidad del sueño, las llamadas pesadillas y síntomas característicos del trastorno de estrés postraumático. De la misma manera, no se deben descuidar las afectaciones que pudieran presentar padres, madres de familia, personal docente y de apoyo a la educación. Por esta razón, es plausible que el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, el epidemiólogo Hugo López-Gatell, haya abierto un espacio el día del niño y la niña en su conferencia para escucharlos y resolver sus dudas.

No olvidemos que en este momento la carga de trabajo y responsabilidad para cumplir con las actividades en casa por parte de los padres, madres de familia y/o tutores provoca un estrés que puede salir de control, considerando que no tienen por qué contar con las herramientas pedagógicas para abordar las actividades en casa.

[*] Maestro de Educación Especial en el Centro de Atención Múltiple # 33 en la Ciudad de México. Integrante de la Sección 9 Democrática, SNTE-CNTE.

Fuente: El autor escribe para OVE

Imagen: pixabay.com

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La educación y un carro compartido

Por: Ricardo Braginski.

En medio de la campaña electoral y para forzar el debate educativo, una ONG les pidió a los candidatos que presentaran sus propuestas para el área. De los seis presidenciables que competían tras las PASO, el único equipo que no lo hizo fue el de Alberto Fernández. En el debate, además, el candidato -hoy presidente- no puntualizó en ninguna idea concreta para el área de educación. Sólo habló de la necesidad de subir el presupuesto, que viene cayendo fuerte -por parte de Nación y de las provincias- desde el año 2016.

Ahora que el carro empezó a andar, no queda más que mirar cómo se acomodan los melones. Y, sobre todo basándose en las declaraciones oficiales, el panorama parece auspicioso. El nuevo gobierno pone el foco en las inequidades, en trasformar a la educación en una herramienta que logre “romper las desigualdades” de origen de los chicos argentinos.

Y para eso, los principales objetivos apuntan a universalizar la educación inicial (en el país, solo la mitad de los jardines tiene sala de 3 y tienen menos acceso justamente los chicos que más los necesitan); así como avanzar en la jornada extendida para cada vez más estudiantes: hoy llega a apenas el 14% de los alumnos de la primaria, es decir que el 86% de ellos va sólo 4 horas por día a la escuela. La ampliación del jardín y de las horas debieran ser, claro está, con criterios de calidad educativa.

El problema es que sólo para estas dos medidas (también se está avanzando en la entrega de libros y computadoras) se necesita plata. Y mucha. Y se requiere no sólo que la ponga el Gobierno nacional sino, principalmente, que abran la billetera las administraciones provinciales.

¿Cómo se va a lograr esto? Según dijo el ministro de Educación Nicolás Trotta a Clarín, se hará con “la construcción de consensos con todos los actores, incluyendo las 24 jurisdicciones, el sector de los maestros, las principales referencias pedagógicas y las universidades nacionales”. Es decir, con diálogo. Se puede entender que será con acuerdos, con decisiones compartidas.

Pero además del diálogo -tan necesario-, quizás se pueda incluir una herramienta más. Por ley, hoy tenemos que el 6% del PBI consolidado -Nación más provincias- tiene que ir a educación. Y por el impuestazo, ahora el Estado tendrá más recursos. ¿Qué tal si fijamos concretamente -sobre la base de datos objetivos de la realidad de cada distrito- cuáles serán las metas y los plazos de inversión en educación de cada uno de ellos?

Ahora que tenemos una buena dirección para el carro, estaría bueno que cada uno -y de acuerdo a sus posibilidades- tire de él en forma pareja.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/educacion-carro-compartido_0_3DAcs6cs.html

 

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Una agenda educativa renovada

Xavier Besalú

La discusión educativa parece haberse estancado, aunque la educación sigue siendo un elemento clave para el porvenir. Apuntamos algunos de los temas clave sobre los que habría que tratar.

La presión del pensamiento reaccionario –disciplina, contenidos, religión, patriarcado–, por un lado, y el peso de algunas cuestiones de gran calado –como la crisis climática, la desafección política de la ciudadanía o la tecnología digital– han aletargado estos últimos años el debate educativo, al menos en la esfera pública. Por ello, son bienvenidas las iniciativas que tratan de resituar la educación como un elemento clave de un futuro más pleno y más justo para todos, y que se esfuerzan por renovar el guión de la agenda educativa. Estos serían algunos de sus epígrafes.

La innovación. Ante los cambios propiciados por la globalización económica y la digitalización omnipresente, este es un debate ineludible. Los centros educativos tienen la obligación de adaptarse a esas nuevas condiciones, pero la innovación no debería convertirse en una simple estrategia mercantil.

El lugar de lo digital –internet, móvil, redes sociales– en la escuela. La buena pedagogía nunca ha dado la espalda a las posibilidades que brindan las tecnologías disponibles al servicio de la formación y, en este sentido, prescindir de este entorno sería suicida. Pero también es cierto que la escuela debe cumplir una función homoestática, que equilibre los olvidos, los vacíos y los descartes de lo que ocurre fuera de ella.

La descentralización administrativa. Es decir, el papel de las administraciones locales en la educación, más allá de ocuparse de la limpieza y el mantenimiento de las instalaciones escolares o del transporte escolar. No es de recibo que las entidades locales sean casi unos simples espectadores sin competencias ni presupuesto para intervenir en la organización de lo escolar y, tanto o más importante, para extender el tiempo educativo sobre todo para los que cuentan con menos recursos.

El acceso a la función docente, las oposiciones. Al parecer hay dos acuerdos inamovibles al respecto: que es un sistema inadecuado para evaluar la competencia docente de los candidatos y que es el menos malo de los posibles, porque garantiza unas mínimas condiciones de objetividad. Pero si el acceso a la formación inicial fuera exigente, si lo fuera también esa formación inicial, tal vez un buen proceso de inducción –de uno o dos años– supervisado por distintos agentes sería eficaz y más que suficiente…

La carrera profesional del profesorado, íntimamente relacionada con su formación permanente, con su implicación en el centro educativo, con la rendición de cuentas de su labor y también con su retribución, sigue siendo un tema tabú. Pero su abordaje parece ya perentorio: es insostenible que malos profesionales sigan ejerciendo a base de ir cambiándolos de centro y no parece lógico que quines hacen bien su trabajo no lo vean reconocido ni profesionalmente, ni económicamente.

La educación postobligatoria: la formación profesional y el bachillerato. El diseño de la Logse –recordemos: 1990– era meridianamente claro: una vía académica, el bachillerato, con distintas modalidades y muy poco atento a las competencias profesionalizadoras; y una vía para la inserción en la vida profesional, con distintos grados de especialización y sin apenas contacto con lo académico. El modelo, desde luego discutible, se ha ido adulterando con los años, al tiempo que afortunadamente ha ido aumentando el número de jóvenes escolarizados hasta los 18 años. Es hora de repensar esa formación postobligatoria, con un modelo híbrido o con vías diferenciadas pero transitables entre ellas.

El lugar y la función de las familias en los centros educativos. La formación de los hijos es una de las principales preocupaciones de las familias de hoy, integradas por otra parte por personas con un nivel académico sustancialmente más elevado que hace 40 años. No pueden tener la consideración de simples usuarios de un servicio, ni asumir funciones técnicas propias de los docentes. Pero tienen todo el derecho a saber qué, por qué y cómo se organiza y se trabaja en el centro donde escolarizan a sus hijos, a someterlo a la crítica argumentada y a que se tengan en cuenta sus iniciativas y propuestas…

El currículum oficial. Es hasta cierto punto lógico que una sociedad establezca una cultura mínima común para la enseñanza obligatoria, más todavía en un estado pretendidamente plurinacional, con las competencias en educación transferidas a las comunidades autónomas. Pero el actual currículum oficial es un documento excesivo, farragoso, repetitivo y desconfiado. Si estamos de acuerdo en que la educación obligatoria debe garantizar el dominio de unas competencias básicas, casi eso sería suficiente si los poderes públicos confiaran en un profesorado suficientemente preparado para desplegar un proyecto educativo acorde con dichas competencias, sobre todo si además son evaluadas y contrastadas periódicamente como es el caso.

La lucha por la erradicación de la profunda segregación escolar que, a día de hoy, muestra la composición social de los centros escolares de una misma ciudad o área escolar. Si una de las funciones primordiales de la educación obligatoria es promover y garantizar la convivencia entre personas de condiciones socioeconómicas y familiares desiguales, y de orígenes, cosmovisiones y prácticas culturales distintas, de forma que sea posible vivir en una sociedad mínimamente cohesionada y armoniosa, es imprescindible poner coto a la existencia de centros guetizados (donde solo se escolariza alumnado extranjero o gitano o pobre) y de centros blindados (que, a través de métodos diversos impiden la escolarización de aquel alumnado).

Si la ciudad es para todos, si los servicios públicos son para todos, también la escuela debe serlo. Si las personas con alguna discapacidad tienen derecho a la ciudad –que debe garantizar no solo su acceso sino también su uso- no es de recibo que sigan existiendo escuelas especializadas en atender al alumnado con necesidades específicas temporales o permanentes. Por eso, la educación inclusiva es un imperativo moral que exige poner los recursos ya disponibles en estos momentos y los adicionales que sean necesarios, para que todos los niños y jóvenes, sean cuales sean sus condiciones físicas, psicológicas o conductuales, puedan compartir un mismo espacio de formación y relación.

La gratuidad de la enseñanza básica que, en España, no incluye ni la educación infantil de 0 a 2 años, ni el material escolar, ni la comida, ni las actividades complementarias, ni las extraescolares… Ciertamente no hay dinero para todo, pero este es un debate que merece ser abordado con prudencia y decisión, entre otras cosas para sacarlo de la lucha partidista y para ser coherentes con la consideración de la educación como un de los pilares básicos del estado de bienestar.

Y es hora también de abordar la estructura del sistema educativo español, esa triple red que parece inamovible, pero que no debería serlo: una escuela pública mal dotada y mal financiada (los barracones, por ejemplo, deberían ser una medida provisional, pero son miles los alumnos que han vivido toda su etapa escolar en ellos), una escuela privada (nada que decir en una sociedad de libre mercado) y una escuela privada concertada, mayoritariamente religiosa, que ni responde a una sociedad donde la Iglesia católica ya no debería gozar de unos privilegios hoy día inaceptables, ni es asimilable en muchos casos a la educación pública, como rezan teóricamente los conciertos.

Xavier Besalú es profesor de pedagogía de la Universidad de Girona

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/10/una-agenda-educativa-renovada/

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España: La UE llama la atención sobre las tasas de abandono escolar y de profesores interinos

Europa/ España/ 30.09.2019/ Fuente: www.elcomercio.es.

 

La Unión Europea acaba de dar a España y, en concreto, a su política educativa, un pequeño tirón de orejas. Y lo ha hecho en el marco del informe anual de Educación, que ha sido presentado esta semana en la cumbre sobre este ámbito que se ha celebrado en Bruselas y en la que estuvieron presentes los ministros Isabel Celáa (Educación) y Pedro Duque (Ciencia, Innovación y Universidades).

La Comisión Europea analiza en ese documento la situación de cada país y, en el caso del nuestro, advierte sobre varias cuestiones. En primer lugar, sobre las «incertidumbres políticas» que han paralizado determinadas reformas anunciadas ya el año pasado por el Gobierno, como el nuevo modelo de becas de estudio, el acceso universal a la primera etapa de Infantil, la mejora del acceso a la profesión docente… También sobre el estancamiento del gasto público, que se mantuvo en el 4% del Producto Interior Bruto en 2018, seis décimas por debajo de la media en la UE. España es el sexto país que menos gasto público destina a educación, solo por detrás de Rumanía, Bulgaria, Italia, Eslovaquia y Grecia.

En cuanto a los resultados de los propios estudiantes, el informe llama la atención sobre el hecho de que España no ha avanzado en la reducción del abandono escolar. La tasa media del país es del 17,9%, la más elevada de toda la UE.

Como sucede en otros muchos indicadores, Asturias está bien posicionada y obtiene mejores resultados que la media. La comunidad tiene la cuarta mejor puntuación de España, con un 12,6% de abandono educativo temprano (mide el porcentaje de población de 18 a 24 años que no ha completado el nivel de Secundaria y no sigue ninguna formación). El objetivo para todos los estados miembros es haberla reducido hasta el 15% en 2020. Asturias ya habría alcanzado esa meta.

Desde la Unión Europea también se ha hecho incidencia en las tasas de abandono de los universitarios, ya que «el 21,5% de los estudiantes matriculados abandonan la universidad» y «un 12,1% en el caso de los estudiantes de máster». Además, solo el 1,9% de los alumnos en España se gradúan fuera, frente al 3,6% de la UE.

Dos advertencias más, y las dos afectan a la actualidad asturiana: las diferencias en la escolarización de los pequeños de entre 0 y 3 años y las altas tasas de interinidad entre el profesorado, que en el caso de Asturias están en el 30%.

Sí valora positivamente Europa los esfuerzos de España por potenciar la Formación Profesional, un asunto que está en primera línea del debate educativo en Asturias, y el aumento del número de adultos que continúan estudiando o formándose en el país.

Fuente de la noticia: https://www.elcomercio.es/asturias/llama-atencion-sobre-20190929011636-ntvo.html

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Libro: Tecnologías para la transformación de la educación

Tecnología y escuela: lo que funciona y por qué fue el título del documento para el debate que redactó Francesc Pedró en 2011 para la XXVI Semana Monográfica de la Educación de la Fundación Santillana, convocada en aquella ocasión bajo el lema «La educación en la sociedad digital». Fue un texto que despertó un gran interés y tuvo gran difusión gracias al análisis riguroso que en él hizo su autor sobre el uso educativo de la tecnología desde una perspectiva crítica y pragmática; alejándose de supuestas utopías tecnológicas, ajenas al complejo análisis que requiere todo lo referido al cambio y mejora de la educación.

En aquel documento, se hablaba de la existencia de evangélicos tecnológicos frente a pesimistas tecnológicos, una referencia tan descriptiva como reiteradamente citada después. En él también se cuestiona la clásica doble categorización de nativos digitales e inmigrantes digitales que se asigna a jóvenes y a adultos, respectivamente, una clasificación ya superada en una sociedad plenamente digitalizada.

La Fundación Santillana asumió el reto de continuar con este análisis y favorecer el debate educativo que, sobre el uso de la tecnología en la educación, se estaba produciendo en América Latina y España. A tal efecto, consideró que este debía ser un eje de trabajo prioritario en el marco de su estrategia global generadora de información y conocimiento educativo, y que su desarrollo y concreción podrían ser especialmente útil para todos aquellos líderes y decisores que llevan a cabo políticas concretas cuyo objetivo es la mejora de la educación; en este caso mediante el uso de la tecnología.

Una estrategia que se llevó a cabo mediante la celebración durante 2016 de cinco seminarios educativos de alto nivel, en los que Francesc Pedró presentó a debate un documento de trabajo que se benefició de las aportaciones de los más de mil asistentes que registraron las sucesivas ediciones celebradas en Bogotá, São Paulo, Lima, Madrid y Santiago de Chile. Eventos que contaron con la participación de los Ministerios de Educación de estos países, responsables de otras administraciones educativas, universidades, expertos, investigadores, directivos y docentes.

Un proceso de trabajo en el que el Dr. Pedró contó con la colaboración y acompañamiento de algunos de los más significados expertos iberoamericanos en esta materia: Claudia Limón de México, Patricia Ames de Perú, César Nunes de Brasil, e Ignacio Jara de Chile.

El resultado final, fruto de todo el trabajo desarrollado a lo largo de un año de análisis, críticas e incorporación de propuestas y sugerencias, es el que presentamos en este texto con el título «Tecnologías para la transformación de la educación». En él la escuela y sus docentes, y no la tecnología, aparecen como protagonistas del necesario proceso de cambio y mejora de la educación, asignando a la tecnología la capacidad de ofrecer más y mejores oportunidades de aprendizaje gracias a su potencial innovador y su muy relevante contribución a la transformación educativa.

Les ofrecemos un documento cuyo contenido es el resultado de un importante debate producido en diferentes lugares de América Latina y en España, circunstancia que le aporta una notable contextualización con diferentes realidades y un amplio consenso al incorporar, en su redacción final, las más variadas aportaciones de instituciones y expertos de diferentes países iberoamericanos.

Fundación Santillana
Mariano Jabonero, Director de Educación

Descargar informe completo

Fuente: http://www.fundacionsantillana.com/2017/06/22/tecnologias-para-la-transformacion-de-la-educacion/

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Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi: “En el debate sobre educación superior hay un tironeo de intereses individuales”

Chile / 21 de abril de 2019 / Autor: Cristian Saralegui / Fuente: La Prensa Austral

Invitado a la inauguración del año académico en la Universidad de Magallanes, el también presidente del Consorcio de Universidades del Estado presentó la conferencia “La universidad pública y su pertinencia a los problemas propios de su región”.

Con entrega de reconocimientos a sus funcionarios que se acogen a jubilación y con la exposición del presidente del Consorcio de Universidades del Estado y rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, la Universidad de Magallanes inició oficialmente, su año académico en el auditorio Ernesto Livacic. La ocasión fue propicia para que Vivaldi presentara su conferencia titulada “La universidad pública y su pertinencia a los problemas propios de su región”.

En su charla, el rector de la Universidad de Chile planteó una serie de tópicos respecto de la educación superior en el país, como la instalación de imposiciones ideológicas extremas, los intereses económicos que pueden pesar sobre el debate y ciertos mitos instalados en la discusión, concluyendo que las universidades estatales serán la grúa de construcción para edificar las regiones y jugarán un rol esencial en la descentralización, formarán recursos humanos y tendrán investigación e innovación con pertinencia regional.

“La labor de descentralización del país y de impulso a un grado sustantivo de autonomía regional, tiene que ir vinculado necesariamente al rol que las universidades estatales cumplen en cada región y por eso pensamos que eso es válido en cualquier región del país. Hay grandes temas como no solamente formar recursos humanos, sino que entender la cantidad y calidad de recursos que necesita una determinada región, y eso es un trabajo conjunto de la autoridad regional con la universidad pública del lugar. Y yo diría sí que Magallanes es un cuento aparte, porque las características que tiene esta región de una condición única en el mundo, un interés global por lo que aquí ocurre, un entorno mucho más conservado que en otras partes menos estropeado, ofrece posibilidades de una gran atracción global, pero también de una gran oportunidad de desarrollar algo único en esta región”, resaltó Vivaldi, poniendo como ejemplo que la instalación de la fibra óptica potenciará notablemente esta posibilidad.

Financiamiento
y gratuidad

En términos más generales, el presidente del Consorcio de Universidades del Estado criticó la forma en que se ha tratado la educación superior a nivel legislativo.

“Lamentablemente y así están lanzados los dados en Chile hace un tiempo, en el debate sobre educación superior, uno hubiera querido ver una mirada con el interés del país en su conjunto, la juventud chilena en su conjunto y no ver este tironeo de intereses individuales, que en alguna medida se ha dado ese debate. Y eso hace que la ley sin duda sea imperfecta”. En cuanto a la gratuidad, “el tema actual que consume todo el debate del momento y que si se va o no pagar a los jóvenes que se hayan excedido en los años de la carrera, aunque no se hayan excedido en el número de años que recibieron la gratuidad, lo que es bastante notable como norma. O sea, si una carrera dura cinco años y el estudiante ha estado recibiendo la gratuidad dos años, igual queda afuera pero lo dejan fuera porque la carrera es de cinco y él va en su sexto año de esa carrera, que es una forma bastante curiosa de interpretar la ley.

“Esto tiene dos caras, una la del estudiante, y decir muy claramente que los estudiantes que vienen de condiciones muy desprivilegiadas han tenido que enfrentar una universidad desde el primer año en condiciones brutalmente adversas, estaban mucho menos preparados que aquellos compañeros con una mejor situación económica, y son ellos en su gran mayoría los que han tenido problemas para completarla en el tiempo requerido, uno podría decir que es imposible que en cualquier parte del mundo, jóvenes con ese hándicap, situación adversa, lo hayan podido hacer en los años requeridos. En mi opinión, hay que felicitarlos más a ellos y en ningún caso castigarlos quitándole la gratuidad en el último año que les queda, lo cual es una aberración, no sé de quién fue esa idea”.

En ese sentido, Vivaldi plantea algunas interrogantes en relación a las reales intenciones respecto del financiamiento de la educación superior, porque cuando han ofrecido soluciones, como usar fondos empozados que no se utilizaban y no se permitió, “ahí uno tiene derecho a preguntarse si acaso consciente o inconscientemente hay una voluntad de que las universidades en gratuidad lo pasen tan mal que les sea imposible estar en gratuidad y por último sean esas mismas universidades las que pidan que termine la gratuidad. Creo que es una situación en que hay que sincerar los puntos de vista. A mí me dio la impresión que el país estaba de acuerdo con la gratuidad y que por lo tanto es una idea que debería haber quedado ahí para ser defendida y no atacada en las primera vuelta que uno tenga”.

Respecto de este tema, el rector de la Umag, Juan Oyarzo, avizora un escenario complicado “si es que el ministerio no abre las puertas para dialogar, y ver cómo se puede arreglar este tema que, como menciono, no es solamente un problema de la Universidad de Magallanes; todas las universidades están en este tema”. Oyarzo también espera reunirse pronto con el intendente José Fernández para plantear estas inquietudes y además, formar una comisión de la Umag para que trabaje en conjunto con el Consejo Regional.

Por último e independiente de estas discusiones, la Umag distinguió a sus funcionarios que se acogen a jubilación en la ceremonia de inauguración de su año académico: Mábel Arratia Fuentes; Elizabeth Cárdenas Barrientos; Salvatore Cirillo Dama; Fernando Jorquera Molina; Margarita Garrido Espinoza; Margot Rubin Navarro; Ximena Silva Guerrero; Cecilia Williams Vidal; Juan Varas Gómez; Raúl  Gallardo Moreno y  Luis Cárdenas Teneb.

Fuente de la Reseña:

Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi: “En el debate sobre educación superior hay un tironeo de intereses individuales”

ove/mahv

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¿Qué abarca la tarea docente? | Caminos de Tiza (Videos)

Argentina / 21 de abril de 2019 / Autor: TV Pública Argentina / Fuente: Youtube

Publicado el 13 abr. 2019
En una nueva temporada de #CaminosDeTiza, Mirta Goldberg junto a especialistas en el tema nos invita a reflexionar sobre la tarea docente y qué abarca este compromiso.
Junto a la licenciada en Ciencias de la Educación Graciela Favilli, el director del colegio integral Nuevos Ayres Alejandro Papadopulos y la doctora en Filosofía y Ciencias Sociales Beatriz Greco indagamos acerca que cuáles son las responsabilidades y límites de los docentes. Además, nos preguntamos si la labor de los maestros solo se trata de garantizar el conocimiento y el aprendizaje de contenidos curriculares o si se involucran en otros aspectos externos como ser el contexto sociopolíticos e históricos.
El investigador del Conicet Federico Lorenz, el docente y pedagogo Mariano Narodowski y la docente de grado Romina Butera se suman al debate y nos ayudan a dilucidar qué significa ser un docente comprometido.
Emitido por la Televisión Pública Argentina el 13 de abril de 2019.

ove/mahv
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