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El absurdo de las tareas escolares irrelevantes

Por: Juan Carlos Yañez Velazco

Una querida colega, irritada, me confiesa: ¡es absurda la cantidad de tareas que deben llevar los hijos a casa! Entre paréntesis debo agregar: los suyos, como los míos, estudian en distintos colegios de paga; así que el incordio no es generalizable pero sí bastante común.

Por ese tipo de razones sostengo, tiempo atrás, que la escuela debe cambiar primero reformando la manera en que estamos pensándola y diseñándola. Entiéndase entonces el contenido de este artículo: no es la crítica a una, dos, tres escuelas, sino a una concepción que permea de forma casi generalizada y no admite alternativas.

Hecha la advertencia, explico una veta: a las 7 de la mañana estamos dejando a los hijos en la escuela para salir a las 14 horas (o más). Con tiempos justos, entre el traslado y la comida, a las 15:30 o 16 horas estarán terminando su comida. La cordura impondría un poco de reposo, pero a veces no se puede, porque hay actividades vespertinas, deportivas o de otros tipos, unas obligatorias por la escuela, otras que decidimos en casa.

Si solo tienen una actividad extracurricular, a las 6 regresamos, a bañarse o directo a las tareas. Una o dos horas, aunque, según contaba una profesora universitaria, su hijo, en secundaria tenía más actividades que los alumnos en la universidad y su jornada se prolongaba hasta la noche.

Con moderación, a las 19 o 20 horas los hijos estarán libres para cumplir el más sagrado de sus derechos: ser niños, esto es, para jugar, husmear, inventar, ver la televisión, sin mandatos externos, sin orientaciones ni prescripciones, eligiendo lo que ellos quieran. Sí, tienen menos tiempo libre que nosotros, ya lo recordarán los de mi edad y cercanos. Luego, cenar y dormir. Y así, cada día o casi todos los días, 200 al año.

Las comparaciones son odiosas, dicen, pero inevitables, y necesarias a veces. Un documental breve que circula en redes sociales de Michael Moore cuenta la visita a Finlandia para conocer por qué los habitantes de ese país sorprendieron al mundo con sus resultados escolares, y porque se le considera uno de los referentes mundiales.

No voy a resumir los diez minutos del video hecho por el irreverente cineasta. Solo traigo dos escenas. Una, de la entrevista que tiene con la ministra de Educación quien explica, palabras más palabras menos, el “top secret”: ¡en Finlandia no hay tareas para casa! Y luego lo confirma con jóvenes estudiantes que dedican 10 o 15 minutos al día. Un director de secundaria remata: el término “tareas” es obsoleto.a_fr_opt

La segunda imagen es también impactante para Moore; pregunta a una maestra: ¿cuántas horas van los niños a la escuela? La respuesta es un mazazo a las creencias del capitalismo escolarizado de su cultura: tres o cuatro horas, depende, pero veinte a la semana. Cada uno puede seguir la reflexión por el hilo que le convenga.

Mientras escribo estas líneas el fin de semana en casa, un tuit de mi colega y amiga @rosamariatorres me liga a una nota publicada en España por “El Diario”: los padres de familia convocan a una huelga de deberes (tareas) para noviembre. Alegan que falta una materia en el currículum: Mi tiempo libre. El lunes continúo el debate español: el Partido Popular, el Socialista Obrero Español y Ciudadanos están enfrascados en el tema. ¡No es frivolidad, ni pereza!

Concluyo con una afirmación de otro dilecto amigo, Juan Miguel Batalloso: “La calidad de un proceso educativo no puede medirse por la cantidad de actividades, ejercicios, contenidos, disciplinas o asignaturas, sino por la relevancia para la propia vida personal, social y comunitaria del aprendiz”.

Con 46 años metido en la escuela yo no me fío, créanme, de la certificación ISO; me bastan los certificados del sentido común.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-absurdo-de-las-tareas-escolares-irrelevantes/

Imagen: www.wapa.pe/sites/default/files/styles/img_600x406_1foto/public/imagen/2016/04/24//Nota-10974-estudiar.jpg?itok=ndmWjZbn

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Los deberes de verano no son justos ni coherentes

Por: Anna Torralbo

Falta de supervisión, repetición de ejercicios y dinámicas durante el verano y pocos recursos económicos, pueden convertir a los deberes del verano en inútiles. Plantear alternativas como ju.egos educativos o investigaciones podría ayudar en este sentido.

Llegan las vacaciones y en más de un informe de notas constará la más que usada lista de cuadernillos o deberes de verano. El mismo cuadernillo para todos aquellos que no hayan superado la asignatura; el mismo para aquellos a quien se les recomiende repasar… ¿Son justos y coherentes los deberes de verano?

Desde hace mucho tiempo (por poner un ejemplo, desde que yo misma era una niña), se envían tareas de verano que pretenden que el alumnado adquiera o consolide lo que no ha sido capaz de adquirir o consolidar durante el curso: has suspendido, tienes deberes. La fórmula es así de sencilla y no tiene en cuenta otros factores que, sin embargo, existen, están allí. De entrada, algo curioso (o si no, algo para cuestionar), es que el tipo de ejercicios siguen siendo muy similares (por no decir iguales) a los que se han estado haciendo durante el curso: el formato papel-lápiz-ejercicio se repite cuando existen a nuestro alcance más recursos que nunca: juegos, aplicaciones, películas, programas, museos, bibliotecas, etc.

Otro aspecto que no se contempla y que debería tener peso, es el acompañamiento que el alumno o alumna tiene. ¿Tiene sentido que a aquellos que no tienen la supervisión o la ayuda de alguien se le pongan deberes? ¿De qué sirve que un niño o niña se hinche a repasar si nadie revisa lo que está haciendo? Y, por otro lado, ¿qué sucede cuando quien ayuda no tiene las herramientas adecuadas o no sabe hacerlo? Muchas familias afirman tener problemas para atender a sus hijos en este sentido: o bien no dominan la materia o no encuentran el momento o les supone discusiones constantes con sus hijos. También nos encontramos con familias que utilizan métodos anticuados (los mismos con los que ellos aprendieron), que se basan en la autoridad, la repetición y el castigo. De nada sirve que se les ayude, si quien lo hace no sabe cómo hacerlo. En muchas ocasiones es, incluso, contraproducente para el alumnado y para la relación familiar.

Tampoco es justo, pienso, que aquel niño o niña que ha trabajo duro durante todo el curso tenga que seguir haciéndolo en su periodo de vacaciones. Si todo el mundo tiene vacaciones, ¿por qué yo no?, escuché decir a una alumna que había trabajado sin descanso, pero que sus notas finales no habían sido suficientemente buenas. Sea un alumno desmotivado, un alumno con dificultades o uno con circunstancias familiares difíciles, en ninguno de estos casos veo que hacer deberes durante los meses de vacaciones vaya a cambiar mucho las cosas. No al menos a través de más y más ejercicios en un papel.

En muchas ocasiones, pero especialmente en esos casos en los que los alumnos no tienen el soporte necesario (hay quien no se puede permitir pagar a un profesor/a particular); los deberes de verano no hacen más que acrecentar la sensación de frustración frente a unos contenidos que no se entienden, así como afianzar, todavía más, la sensación de soledad ante los contenidos escolares. El profesorado debe ser consciente y debe tener en cuenta la realidad de cada alumno: quienes están acompañados y reciben ayuda, quienes trabajan solos, quienes tienen recursos económicos y quienes no. Hinchar de deberes no es de ninguna utilidad, y todavía menos si las circunstancias no acompañan.

Habrá alumnos que abran el sobre del informe escolar y se encuentren con deberes de varias asignaturas, dos o tres o más cuadernillos que rellenar en meses de calor. ¿Por qué optamos por otro tipo de tareas? Para aquellos alumnos a quienes no les gustan los ejercicios sistemáticos, ni les sirven como método de afianzamiento, existen en la web multitud de juegos educativos que, sin duda, harán que el rato de estudio no sea vivido como un castigo o como algo tedioso. También existen juegos de mesa interesantísimos (Lu2, una empresa especializada en juegos pedagógicos ofrece una gran cantidad de ellos). Creo que el mismo pueblo podría aportar recursos en este sentido: ofrecer aulas en los centros cívicos o en las bibliotecas en los que los niños pudieran ir a jugar a este tipo de juegos.

Siempre he sido partidaria de que los deberes sean parte de la vida, que sean acordes a la convivencia en el hogar y a la propia realidad del alumnado. ¿Por qué no pedir como deberes que se haga la lista de la compra, que describan cómo ha cambiado la casa, la comida que comen o los hábitos con el paso del invierno al verano? ¿Por qué no hacer de los deberes de verano un momento para la investigación y el descubrimiento personal que, por otro lado, podría ser un muy buen ejercicio de expresión oral para el inicio del curso escolar? Los alumnos podrían planificar unas vacaciones familiares con todos los detalles posibles: destino, actividades, alojamiento, gastos, etc; podrían llevar a cabo una investigación sobre las casas más curiosas del mundo, sobre vestimentas típicas en distintos lugares (y sus razones de ser), sobre niños y niñas talentosos… Los temas son ilimitados ¿Y si deciden ellos mismos sobre qué quieren investigar?

Llegará septiembre y la mesa de trabajo de muchos profesores se llenarán de cuadernillos sin acabar, cuadernillos mal resueltos, cuadernillos que nunca llegarán… En las sillas, alumnos con miedo al castigo o a las consecuencias. Alumnos enfadados o frustrados, alumnos defraudados consigo mismos…

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/07/04/los-deberes-de-verano-no-son-justos-ni-coherentes/

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España: Padres, alumnos y profesores están a favor de mantener los deberes escolares

España/03 julio 2017/Fuente: Hoy

El Consejo Escolar ya tiene los resultados de los cuestionarios por Internet que el pasado marzo respondieron profesores, padres y alumnos de cuarto de Primaria y segundo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Son 11.710 los cuestionarios recogidos y sus resultados ponen de manifiesto, en líneas generales, que la comunidad educativa extremeña está favor de mantener los deberes escolares.

Saber si son muchas o pocas las tareas que los docentes mandan para casa y establecer la necesidad o no de que sean reguladas en la región es el objetivo del encargo que la Asamblea realizó al Consejo Escolar. Para cumplir con el mandato, esta organización optó primero por conocer la realidad de los deberes, para saber si la misma ponía de manifiesto o no la necesidad de regularlos. Y lo cierto es que los resultados de los cuestionarios ‘on line’ señalan que la mayoría de padres, profesores y alumnos están a favor de las tareas escolares que se mandan para hacer en casa. Consideran, en líneas generales, que los deberes son positivos, que sirven para adquirir conocimientos, para reforzar lo aprendido en el aula, y también para generar hábitos de estudio y fomentar la autonomía personal.

Pero las encuestas también desvelan que los deberes preocupan a los padres de los alumnos de segundo de ESO, puesto que un 46,7% mantiene que perjudica al tiempo de ocio familiar y, en cuanto a los escolares, que en este nivel educativo «la lectura no es una práctica habitual».

Calor y horario

Tras el análisis de los resultados, se han elaborado recomendaciones referentes a los tiempos que en cada etapa educativa se tienen que dedicar a hacer los deberes en casa.

Las recomendaciones serán debatidas en el pleno que el Consejo Escolar celebrará el próximo 13 y en el que también se analizará la necesidad o no que hay en Extremadura de modificar el horario del próximo curso escolar, de tal modo que sea posible que durante los meses de junio y septiembre se puedan terminar antes las clases. El objetivo de la medida es que los centros educativos puedan paliar las consecuencias en el aula de las altas temperaturas con el fin de evitar que el final de curso que ha vivido la escuela extremeña se vuelva a repetir. El Consejo Escolar atiende así la petición planteada por el sindicato ANPE, aunque han sido todas las centrales las que han reclamado a Educación la reducción horaria.

Fuente: http://www.hoy.es/extremadura/padres-alumnos-profesores-20170702003740-ntvo.html

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La cuestión del cuestionario sobre los deberes escolares

Por:

«El resto de los argumentos sindicales en relación al cuestionario son, a mi juicio, improcedentes. Que se aluda, una y otra vez, al presunto exceso de “actividades extraescolares” de los niños es, además de una injustificada intromisión en la vida privada de la gente, una concesión a esa “pedagogía parroquial” que considera los deberes de matemáticas o historia más importantes que practicar deportes o dedicar las tardes a la danza o la música».

Vuelve, por enésima vez, la polémica en torno a los deberes escolares. Y, por extraño que parezca, lo que se discute no es si los deberes son útiles o no para el aprendizaje ( ¡que es lo que habría que discutir!), sino si esto de los deberes es o no es una cuestión discutible. Así de absurda es la cosa.

Para algunos sindicatos docentes (PIDE, ANPE, CSI-F) la discusión en torno al valor didáctico de los deberes y su eventual regulación no es una cuestión que se deba someter al escrutinio público, ni tan siquiera al de la comunidad educativa, pues – según ellos –  esto supondría una intromisión intolerable en el trabajo de los profesores. Por eso se niegan obstinadamente a que este asunto salga a la luz y (a manera de cortina de humo) generan polémicas absolutamente artificiosas.

La última de estas polémicas es la fabricada y protagonizada estos días por el sindicato del profesorado PIDE (y secundada por los otros dos sindicatos corporativos) en torno a un cuestionario elaborado por el Consejo Escolar y la Consejería de Educación para recabar datos acerca de la percepción que de los deberes tienen alumnos, familias y docentes. La oposición de estos sindicatos a un simple cuestionario se justifica por cuestiones técnicas pero, sobre todo, por lo ya dicho: hacer encuestas sobre los deberes supone – según estos sindicatos – una injerencia inadmisible en el trabajo del profesor y una puesta en cuestión de su labor y profesionalidad. ¡Fíjense! Y eso que hablamos de una encuesta. ¡Qué pasará el día que el gobierno se decida a legislar sobre este asunto!

Seamos claros. Que estos sindicatos defiendan el (presunto) interés corporativo de sus afiliados es perfectamente comprensible; que sus quejas tengan sentido en el contexto, más amplio, de los intereses de toda la comunidad educativa (docentes incluidos) es otra historia. Yo creo que no lo tienen en absoluto. Que la Consejería de Educación haga encuestas para recoger la opinión de padres, alumnos y profesores acerca de una cuestión que afecta a todos (como es el caso de los deberes) es una práctica democrática legítima y deseable (¿no nos hemos quejado, tantas veces, de lo contrario?). Y que se planteen cuestiones que supongan opinar (por muy indirectamente que sea, pues la encuesta no plantea preguntas al respecto) sobre la labor del profesor es un saludable síntoma de que algo puede estar cambiando – ¡a mejor! – en el mundo educativo. ¿Por qué habrían de estar exentos los profesores (y les habla uno de ellos) del escrutinio de los alumnos y las familias a las que prestan sus servicios?

El resto de los argumentos que esgrimen PIDE y el resto de sindicatos corporativos son, a mi juicio, muy poco defendibles. Tal vez la encuesta se podría haber diseñado mejor por parte del equipo técnico de la Consejería. Pero la elaboración básica del cuestionario por parte de una comisión de miembros del Consejo Escolar en el que participó PIDE – y el que esto escribe –  fue irreprochablemente democrática. De otro lado, es pura demagogia afirmar que el debate abierto en torno a la pertinencia de los deberes escolares sea “fruto de la obstinación de una asociación de padres”. La iniciativa partió de la Asamblea de Extremadura, a instancia de un grupo político, y como expresión perfectamente legítima de una controversia mucho más general y que afecta igualmente a otras administraciones educativas.

Una controversia, por cierto, que no es entre padres y profesores (celosos, ambos, de su ámbito de competencias), como de manera simplista pretenden hacernos creer, sino más bien entre modelos pedagógicos diferentes (con padres y docentes indistintamente a favor de uno u de otro). Es esta controversia en torno al valor didáctico de los deberes (y a la conciliación de las tareas escolares con la vida familiar y el ocio) la que realmente debería ocuparnos, escuchando a los expertos (es decir, a los pedagogos), pero también al resto de la comunidad educativa (docentes, padres, madres, alumnos), para, después, legislar en consecuencia, igual que se hace con el resto de actividades escolares y como, de hecho, ya se hizo, o se intentó, en anteriores legislaturas. ¿A qué tanto miedo a racionalizar y someter a control público y administrativo algo que, como los deberes, afecta a la vida de tanta gente durante tantos años?.

El resto de los argumentos sindicales en relación al cuestionario son, a mi juicio, improcedentes. Que se aluda, una y otra vez, al presunto exceso de “actividades extraescolares” de los niños es, además de una injustificada intromisión en la vida privada de la gente, una concesión a esa “pedagogía parroquial” que considera los deberes de matemáticas o historia más importantes que practicar deportes o dedicar las tardes a la danza o la música (por no hablar de las alusiones a la pereza o a los “vicios” tecnológicos en que incurrirían los niños faltos de esa suerte de “disciplina forjadora del carácter” que por lo visto es – para algunos – hacer tareas escolares en casa).

Solo en una cosa coincido con la postura de estos sindicatos: el exceso de deberes está relacionado con problemas estructurales del sistema educativo. Aunque no solo se trata del excesivo número de alumnos por aula, como reiteran ellos. También se trata de la insistencia en un modelo pedagógico que carga al alumno de contenidos absurdos, tareas repetitivas y series inacabables de exámenes. Justo contra cosas como estas (asumidas como naturales por la LOMCE) muchos docentes vamos a secundar la huelga general educativa del próximo día 9, apoyados por la mayoría de los sindicatos (entre los que esperamos encontrar no solo a PIDE, sino también a ANPE o al CSI-F, si es que saben rectificar a tiempo). Y lo haremos durante la jornada docente. Nada de dejarlo como tarea para casa.

Fuente: http://www.eldiario.es/eldiarioex/educacion/cuestion-cuestionario-deberes-escolares_0_618738475.html

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Minna Harmanen “Los niños deben hacer los deberes, no sus padres”

Los alumnos finlandeses tienen los mejores resultados del informe PISA. Ella es la principal impulsora de su sistema educativo y nos desvela sus claves y por qué siguen innovando

Colegios. ¿Público? ¿Privado? ¿Concertado? ¿Bilingüe? ¿Inclusivo? ¿Método Montessori? ¿Tradicional? Son preguntas con las que tienen que lidiar los padres españoles, pero que a un padre finlandés le son completamente ajenas. Ellos tienen el derecho a no elegir el colegio de sus hijos: todas las escuelas son públicas y de calidad. Famoso por aparecer año tras año en los primeros puestos del informe PISA -que analiza el rendimiento académico de los alumnos de 61 países de la OCDE-, el sistema educativo finlandés es la envidia de todo el mundo.

¿La razón? Para empezar, el prestigio de la profesión de maestro. Como describió en una ocasión Jari Lavonen, director del Departamento de Formación al Profesorado de la Universidad de Helsinki, en Finlandia ser profesor se considera «un honor nacional». Por eso únicamente los mejores aspiran al puesto, y solo entre el 10 y el 15% lo consigue.

La ley establece que la educación es obligatoria y gratuita para todos los niños desde los siete hasta los 16 años, tiempo durante el que el Estado se ocupa de proporcionar a los alumnos todos los libros de texto y utensilios necesarios, además de una comida caliente al día. Los finlandeses destinan a Educación el 11,2% del presupuesto público, lo que equivale al 6,5% de su PIB. No conformes con eso, han iniciado una serie de reformas con las que esperan mejorar su envidiable sistema. Minna Harmanen, directora del Instituto Nacional de Educación de Finlandia, lo explicó durante su paso por el II Foro de la Cultura de Burgos.

Mujerhoy ¿Cuál es el secreto para tener el mejor sistema de educación del mundo?

Minna Harmanen La confianza, seguramente. Las autoridades locales, el Gobierno, los políticos, el Ministerio de Educación… todos confiamos en que profesores, padres y niños hagan su trabajo. No tenemos una dirección excesivamente estricta, contamos con un plan de estudios que luego localmente se desarrolla como cada comunidad cree, lo hacen suyo a su manera. El plan se puede adaptar a lo que sea mejor en cada lugar. Pero quizá lo que más ha pesado es que la educación se valora mucho en Finlandia. No tenemos petróleo ni materias primas ricas, nuestro petróleo es la educación.

Mujerhoy Y siguen introduciendo cambios. Por ejemplo, aunque las asignaturas no desaparecen como tales, el trabajar por proyectos y la interdisciplinariedad hacen que se reduzca su peso.

Minna Harmanen Se trata de combinar los distintos modos de conocimiento. A pesar de que a todos los profesores les gustaría que hubiera más horas de su asignatura, nuestra visión común es que hay que economizar las clases. Por eso en el nuevo plan de estudios hemos introducido un sistema de aprendizaje en el que se combinan distintas asignaturas. Por ejemplo, los alumnos pueden proponer hacer fotos y ese proyecto se combina con aprendizajes como la lectura de imágenes, las matemáticas, la historia…

«Hemos introducido un sistema de aprendizaje que combina asignaturas»

Mujerhoy ¿Por qué es necesario mejorar un sistema que ya funciona?

Minna Harmanen Porque si queremos ser todavía mejores tenemos que mirar con nuevas perspectivas y no enseñar cada asignatura de la misma forma siempre.

Mujerhoy ¿Es bueno para los niños no ir al colegio antes de los siete años?

Minna Harmanen A los niños se les tiene que permitir ser niños tanto como sea posible. Aprenden muchísimo en su primera infancia por sí mismos, a través del juego.

Mujerhoy No son muy amigos de los exámenes. ¿Cuál es la razón?

Minna Harmanen Es cierto que, hasta los 16 años, no tenemos exámenes. ¿Para qué? Hay pequeñas evaluaciones en grupos para ver cómo se están cumpliendo los objetivos, pero no exámenes como tales porque de esa manera los alumnos no tienen que competir, ni sentir la presión de la competición.

El modelo que llegó del frío

  • El sistema educativo finlandés cuenta con emuladores en España. Desde hace décadas, el colegio Amara Berri, en San Sebastián, trabaja por temáticas en lugar de por asignaturas, mientras que en Escola Sadako, en Barcelona, se busca el aprendizaje colaborativo y que los alumnos se involucren en su comunidad. Otro centro donde se trabaja por proyectos es el Padre Piquer, en Madrid. También en Galicia cuentan con un colegio donde se huye de los resultados: O Pelouro, en Pontevedra, una escuela con grandes aulas donde alumnos de distintas edades trabajan por proyectos.

Mujerhoy ¿Qué materias considera claves para la educación?

Minna Harmanen Ahora estamos insistiendo mucho en la importancia de los lenguajes de cada materia. Por ejemplo, no solo tienes que saber leer textos, sino también imágenes, voces… Es un campo mucho más amplio.

Mujerhoy ¿Qué considera imprescindible para que un niño aprenda?

Minna Harmanen Es una combinación de muchas cosas: creatividad, libertad, cooperar con otros… Tenemos una base de valores y lo más importante es que aprendamos a vivir de forma sostenible.

Mujerhoy En nuestro país, un 20% de jóvenes abandonan prematuramente el sistema educativo. En Finlandia, ese porcentaje no llega al 9%. ¿Influye que la conciliación familiar tengo menos apoyo aquí?

Minna Harmanen Es importante que las horas de trabajo no se alarguen hasta la noche, como he entendido que pasa en muchas oficinas españolas. Los horarios más cortos son los que permiten que los padres puedan pasar las tardes con sus hijos. No que hagan los deberes con ellos, ese es un trabajo independiente que los niños deben hacer por sí mismos, sino de pasar tiempo de ocio con la familia, que es el ambiente ideal para el aprendizaje.

Mujerhoy ¿Hay que reducir los deberes?

Minna Harmanen Depende de la asignatura. Yo era profesora de finés y mandaba leer libros. ¿Se considera eso deberes? Seguramente sí, pero es muy diferente a, por ejemplo, hacer ejercicios de matemáticas tras la escuela. Según los estudios, en algunas asignaturas los deberes son totalmente inútiles, mientras que en otras son necesarios. Es una cuestión de sentido común: si los niños no tienen nada de tiempo para jugar al salir de la escuela, seguramente tienen demasiados deberes.

Fuente: http://www.mujerhoy.com/vivir/protagonistas/201702/16/minna-harmanen-ninos-deben-20170216111032.html

Imagen: lifestyle.americaeconomia.com/sites/lifestyle.americaeconomia.com/files/styles/inline_picture/public/escritoamano2.jpg?itok=UdFJ4LTB

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Ecuador: Deberes serán limitados

América del Sur/Ecuador/7 de febrero de 2017/Fuente: el diario

Las voces al respecto son a favor y en contra. Hay quienes aseguran que los chicos pasarán más tiempo desocupados y otros, en cambio, que es favorable que los maestros aborden las tareas con sus alumnos para sean ellos mismos quienes les aclaren sus dudas.

Es la posición de Viviana Intriago, madre de familia, quien asegura que los estudiantes muchas veces se quedan con “vacíos” porque en la casa no encuentran el asesoramiento adecuado. “Los padres pueden tener la mejor intención, pero no los conocimientos y el tiempo”, sostuvo.
En cambio Patricia López, madre de familia, considera que sí se deben enviar tareas a la casa para que sirvan de refuerzo y así aclarar las dudas de ciertos profesores que “no tienen metodología de enseñanza”.
“Al tener menos tareas están fomentando la ociosidad, tanto de los padres como en los chicos”, dijo.
>Práctica. Celeste Carvajal es maestra de una unidad educativa fiscal; le faltan dos años para acogerse a la jubilación. Sin embargo, considera que la “vieja escuela” era la mejor manera para que los niños y adolescentes aprendan.
“Ahora gracias a la tecnología ya no investigan. Copian, pegan y presentan los trabajos”, precisó.
Y como la fresa del pastel, añadió, suspenden tareas y le “asignan más responsabilidades a un maestro”, indicó.
Enrique Cedeño, educador de la unidad educativa Olmedo, recordó que las disposiciones ministeriales los docentes deben acatarlas.
“La mayoría de maestros ya tiene su planificación de trabajo y de interacción entre el alumno y el profesor sí está contemplada”, sostuvo.
>medida. La cantidad de deberes que envían los docentes a sus alumnos será limitada. La medida será obligatoria para instituciones fiscales, municipales, fiscomisionales y particulares.
Augusto Espinosa, exministro de Educación, negó, en su momento, que sea una medida improvisada y destacó que el tema está en estudio desde que trabajaban en las modificaciones del currículo educativo que entró en vigencia este año.
La Cartera de Estado propuso que el tiempo dedicado a tareas aumente de acuerdo con el nivel de instrucción.
Para los estudiantes de primer grado de Educación General Básica (EGB) no habrá deberes.
Para los alumnos de segundo a cuarto de EGB se propone de 30 a 40 minutos de tareas diarias.
De quinto a séptimo de básica se plantean tareas que pueden tomar desde 40 hasta 60 minutos en total.
Espinosa advirtió anteriormente que los planteles que requieran enviar deberes que sobrepasen estos tiempos deben planificarlo y enviarlo para su aprobación por parte de la comunidad educativa.
La disposición rige desde el actual año lectivo (2016-2017) en la Sierra y Amazonía.
En el caso del régimen Costa, la aplicación será desde el primer día de clases del ciclo 2017-2018.
Fuente: http://www.eldiario.ec/noticias-manabi-ecuador/421745-deberes-seran-limitados/
Imagen: i.eldiario.com.ec/fotos-manabi-ecuador/2017/02/20170204040000_deberes-sera-n-limitados_tn0.jpg
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Deberes escolares

Fernando Ayala Vicente

Hemos debatido en la Asamblea de Extremadura sobre los deberes escolares en las primeras etapas de formación, es decir, en Primaria. La postura del grupo parlamentario PSOE-SIEx ha sido la de involucrar a toda la comunidad educativa en su pronunciamiento a través de los representantes que tienen en el Consejo Escolar de Extremadura: padres y madres, alumnado, administración, grupos políticos, sindicatos…

Hemos querido constatar la disparidad de opiniones, el listado de elementos presuntamente positivos y negativos, la necesidad de buscar equilibrios entre el esfuerzo y la felicidad de los que están comenzando a aprender.

Hemos recordado a aquellos padres que se quejan porque sus hijos nunca traen tarea a casa. También a aquellos que no son capaces de comprender (incluso asumiendo parte de la responsabilidad) el hecho de que unos niños salgan de su casa a las 8 de la mañana y hasta bien avanzada la noche no paren (entre clases, actividades extraescolares y deberes). Hemos analizado el problema que se ocasiona cuando los progenitores en lugar de supervisar se tienen que dedicar a realizar los trabajos encomendados: bien por el pánico a que sus hijos los lleven al día siguiente mal hechos, bien por el temor a que ni siquiera los hagan. En definitiva, hemos estado hablando durante una jornada de lo importante: del futuro, de las generaciones jóvenes, de la Enseñanza, de la madurez y de la inocencia. De la vida. Sin gritos, sin acusaciones, con sosiego y claridad. Evitando tirar balones fuera, salvo cuando la derecha volvía a incidir, para cambiar de tema, que les preocupaban más otras cosas.

Creo que siempre necesitaremos un tiempo para hablar de educación. No queremos ser como aquellos malos estudiantes, que de manera inmediata eligen otros caminos más fáciles para, con el paso del tiempo, arrepentirse del error que cometieron.

Fuente del articulo: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/deberes-escolares_968745.html

Fuente de la imagen:http://www.opandkids.com/wp-content/uploads/2016/01/child-865116_1280-2-1080×675.jp

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