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Entrevista a la historiadora Dolores Marín: Muchas mujeres anarquistas, feministas y revolucionarias permanecen invisibilizadas

Entrevista a la historiadora Dolors Marín, participante en la XVII Mostra del Llibre Anarquista de València
“Muchas mujeres anarquistas, feministas y revolucionarias permanecen invisibilizadas”

 

Enric Llopis

Lucía Sánchez Saornil, Teresa Claramunt, Amparo Poch y Gascón, Lola Iturbe, Antonia Maymón, Pepita Carpena… Mujeres anarquistas, feministas y revolucionarias a las que la historiografía no ha hecho justicia. Batallaron por dejar de ser “la esclava del esclavo” y destacaron tanto por su empuje como por la modernidad de sus reivindicaciones en la España de los años 30. “Mujeres de clase obrera pasaron a capacitarse, escribir e incluso colaborar con las vanguardias artísticas”, afirma la historiadora Dolors Marín (L’Hospitalet, 1957). Hoy profesora de instituto en Palma de Mallorca, Dolors Marín comenzó a investigar la historia del anarquismo con 17 años, en su barrio de Hospitalet de Llobregat. También empezó entonces a recuperar la historia de las mujeres. Es autora de “Clandestinos: el maquis contra el franquismo” (2002), “Ministros anarquistas” (2005), “La semana trágica” (2009), “Anarquistas, un siglo de movimiento libertario en España” (2010) y “Anarquismo, una introducción” (2014). “No sólo la popular Emma Goldman, sino mujeres como Voltairine de Cleyre, Lucy Parsons, Virginia Bolten, Rirette Maitrejean, Maria Huot, Magdalena Vernet o Maria Lacerda de Moura se preocuparon por el rol de la mujer dentro del movimiento anarquista”, afirma. La historiadora ha participado en la XVII Mostra del Llibre Anarquista de Valencia.

Desplegaron su actividad en el estado español entre abril de 1936 y febrero de 1939, y llegaron a contar con cerca de 20.000 afiliadas. ¿Quiénes fueron las “Mujeres Libres”?

Un grupo de mujeres que comenzó a funcionar en torno a una revista llamada también “Mujeres Libres”. Eran mujeres anarquistas -anarcofeministas, diríamos hoy- aunque entonces no se denominaban “feministas”. Sobre todo pensaban que había que capacitar a la mujer de la España de 1936 para que pudiera llegar un poco más allá; que pudiera aprender, tener mejores trabajos y desarrollar libremente la creatividad.

-¿Y también hacer la Revolución?

Sí, porque en España a partir de 1936 no sólo hay una guerra contra el general Franco, que traicionó a la República, sino que también está en marcha una Revolución. Ellas se sienten capaces de vivir en esta España del mañana….

-¿Qué actividades desarrolla la organización “Mujeres Libres”?

Abrir escuelas para mujeres, “sacar” a las que estaban en la prostitución y capacitarlas para otros trabajos, o ayudar a los niños que llegaban como refugiados de las regiones donde había entrado Franco; además abrir escuelas para estos niños, lugares donde dormir o que pudieran ser acogidos en otras casas. Son mujeres que realizan una tarea muy importante.

-Como profesora e historiadora, ¿recuerdas en las clases y talleres el legado de esta organización anarcofeminista?

Sí, les hablo a los alumnos en las lecciones de segundo o cuarto de bachiller, cuando abordamos la guerra de España. Les digo que el feminismo de Mujeres Libres fue muy moderno; de hecho, las ideas que defienden serían recuperadas principalmente en Estados Unidos en los años 60 por las mujeres afroamericanas y también por las latinas. Estas mujeres observan que el feminismo no sólo ha de luchar contra el patriarcado, ni quedarse en el feminismo burgués y del voto, sino también luchar para que las mujeres se capaciten. Esto ya lo decían las primeras anarcofeministas: “Dejar de ser la esclava del esclavo” (el marido explotado). Es decir, llegar a ser mujeres autónomas, libres y plenas.

-¿En qué contexto histórico aparece este colectivo de mujeres?

Me gusta hablar de “Mujeres Libres” porque parece impensable que un país tan “tercermundista” como era la España de los años 30, con una revolución agraria por hacer y con una revolución industrial que se situaba a la cola de Europa, surgieran unas mujeres con este empuje. Y sobre todo, tan modernas para su época.

-¿A quiénes destacarías?

Por ejemplo a Lucía Sánchez Saornil, una obrera madrileña que traspasa el obrerismo para trabajar de telefonista en Telefónica. Se trataba, por tanto, de una obrera capacitada y que en sus horas libres componía versos y colaboraba con la prensa ultraísta madrileña. Me interesa observar este “salto”: cómo mujeres de clase obrera pasan a colaborar con las vanguardias artísticas. También me interesa la figura de Amparo Poch y Gascón, una mujer médico que además decide escribir y ser creativa.

-¿Qué te llama la atención de la revista “Mujeres Libres”?

Es una publicación que incluye una parte artística, tal vez se trate de una de las revistas más bellas de la guerra civil. En un contexto bélico, estas mujeres añaden a la lucha una faceta artística, creativa y transgresora. Hay tiempo para la poesía… Encontramos, por ejemplo, un artículo muy divertido de Lucía Sánchez Saornil, quien se queja de los matrimonios civiles y dice que son un “proyecto para la creación de una fábrica de bodas en serie (churros auténticos)”. Se ríe mucho del matrimonio civil, porque piensa que ha terminado sustituyendo al eclesiástico, pero con la sanción del Estado.

-En tu intervención en la Mostra del Llibre Anarquista de Valencia te has referido a algunas mujeres invisibilizadas, como Dolores Iturbe (1902-1990). ¿Por qué fue importante?

Lola fue una mujer de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), la compañera de Juan Manuel Molina. No sólo articularon numerosos grupos de la FAI, sino que también editaron la revista “Tierra y Libertad”, el órgano de la federación de grupos anarquistas. Serán además amigos de las vanguardias artísticas en Barcelona, por ejemplo del dibujante Ángel Lescarboura y del periodista y editor Mateo Santos. Así, ilustrarán con dibujos surrealistas “Tierra y Libertad”. Pantalonera de oficio (se pasa todo el día cosiendo), Lola Iturbe es una mujer que parece muy modesta y que por las noches escribe sin parar. Era tan discreta que, cuando la conocí a finales de los 70, vivían ella y su marido en un piso de aproximadamente 40 metros cuadrados en Sant Adrià de Besòs (Barcelona). Eran personas modestísimas, con una biblioteca fabulosa.

-¿Qué te admiró de Lola Iturbe en el trato directo?

Fue corresponsal de guerra en el frente, recibió a Emma Goldman, pasó una última noche con condenados a muerte de su grupo de afinidad, estuvo en el asalto de las Atarazanas de Barcelona, donde mataron a sus amigos… Y sin embargo esta mujer, que había hecho tantas cosas, cuando volvió del exilio a Barcelona lo que hizo fue escribir sobre sus amigas. Publicó “La mujer en la lucha social y la guerra civil de España”.

-¿Por qué, como historiadora, eres tan crítica con la figura de Federica Montseny, anarcosindicalista y ministra de la CNT durante los gobiernos de Largo Caballero?

No soy crítica, pero en mi opinión fue conservadora. Se menciona mucho a Federica Montseny, pero no se habla tanto de Lola Iturbe o de Mercedes Comaposada, otra de las fundadoras de “Mujeres Libres”. Y como ellas había muchas más: Libertad Ródenas, Rosario Dulcet… Mujeres de mitin y de sindicato. Eran más discretas, pero al no haber sido ministras ni tener artículos publicados, los “abuelos” no hablan de ellas. Además, como en la época de la clandestinidad prácticamente no había actos ni fotografías, no se las recuerda. A las mujeres que no firmaban sus artículos en la prensa, como Lola, tampoco las visibilizamos.

-¿Quiénes fueron los “abuelos”?

Me refiero a los viejos militantes de la CNT. Aunque también es verdad que Federica parece que cuando hablaba en un mitin la gente lloraba, porque tenía una capacidad enorme de llegar a la concurrencia.

-Amparo Poch y Gascón…

Por suerte una historiadora cercana al anarquismo y una de las primeras “rescatadoras” de las mujeres libertarias, Antonina Rodrigo, escribió dos libros sobre ella: “Una mujer libre” y “Amparo Poch y Gascón. Textos de una médica libertaria”. Amparo Poch estuvo en “Mujeres Libres” en 1936, pero a partir de 1939 se marchó al exilio y ayudó a los maquis españoles en el Hospital de Toulouse. Fue una gran doctora que apoyó a los refugiados españoles; así, realizó consultas gratuitas a los exiliados que estaban indocumentados en Francia. Su labor fue magnífica, pero tampoco dejó muchas cosas escritas.

-No has mencionado a la escritora, editora y periodista Teresa Mañé (1865-1939), madre de Federica Montseny, y a quien también se la conoció por el seudónimo con el que firmaba los textos, “Soledad Gustavo”.

Fue una de las primeras maestras laicas del estado español, lo que en su caso fue una forma de “jugársela”. En Reus le cerraron la primera escuela. Sus padres no eran obreros, tenían una fonda, por lo que se trata de una mujer de clase media. Si Teresa Mañé no se hubiera mezclado en el “fregado” del anarquismo, habría vivido muy bien. Pero por el hecho de ser anarquista y conocer a Juan Montseny, tuvieron que partir al exilio. No sólo fue la gran educadora de su hija, Federica Montseny, sino que también era más feminista que Federica. Pero a quien más destacaría es a Teresa Claramunt.

-Una mujer obrera y anarcosindicalista…

Sí, pero que pasa del obrerismo a escribir y organizar grupos de mujeres. O a Antonia Maymón, una maestra laica que tiene escritos preciosos. Pero, insisto, todas estas mujeres están muy invisibilizadas.

-¿Observas muchas diferencias entre el anarcofeminismo y el sufragismo?

No, lo que ocurre es que las anarquistas creen que las sufragistas son mujeres burguesas que luchan sólo por el voto, y no es verdad. Cuando lo descubren, el nexo de unión es mayor. La imagen distorsionada de las sufragistas provenía sobre todo de la prensa burguesa. Las anarquistas no se plantean el voto, es algo que no les importa. Además hay un gran desprestigio de la política en todo el anarquismo.

-¿Cómo fue la relación entre la CNT y “Mujeres Libres”?

Difícil, porque los hombres no entendían que las mujeres pudieran plantear organizaciones específicamente de ellas. Y esto no pasa sólo con el anarquismo, sino también con el comunismo y el socialismo, que dejaban la cuestión de la mujer para el día después de la Revolución. Las internacionales obreras no dieron respuesta a este asunto. Cuando aparecen los feminismos en los años 20 es porque hay una desconfianza de las mujeres obreras hacia las propias organizaciones, ya que las ningunean. Por ejemplo, los sindicatos se reúnen por las noches. Las mujeres obreras no van a estas reuniones porque están cuidando a sus hijos. Esto sucedió en la CNT.

-¿Conoces ejemplos concretos?

Pepita Carpena, de “Mujeres Libres”, trabajaba en el sindicato del Metal, donde predominaban los hombres. Ella les preguntaba a sus compañeros “dónde está tu compañera”, y como la respuesta era “en casa, cuidando a los hijos”, ella entonces les decía “pues mañana te quedas tú en casa y que venga ella a la reunión”. Como historiadora, al no encontrar a las mujeres en el espacio sindical las he buscado donde sí que están: en los ateneos libertarios, donde se dedicaban a la intendencia o a llevar la biblioteca; en las cooperativas, en los ambientes culturales y las revistas o participando en las excursiones, entre otros lugares.

-Has sugerido alguna relación entre espiritismo y anarquismo…

Las anarquistas no son espiritistas, aunque sí que pueda haber alguna relación entre mujeres anarquistas y espiritistas. Las dos tienen un enemigo común, la iglesia católica. A finales del siglo XIX, se organizaban unos encuentros de discrepancia o confrontación en los que se garantizaba la asistencia de numeroso público femenino. Y tanto las espiritistas como las anarquistas querían llevar la harina a su costal. Encontramos a una mujer espiritista, Amalia Domingo Soler, con Teresa Claramunt o Soledad Gustavo, que pretenden llevar a las mujeres al campo anarquista.

-Una mezcolanza ideológica contra el enemigo común.

Teresa Claramunt se juntó con Amalia Domingo Soler y la activista y dramaturga republicana Ángeles López de Ayala en mítines a favor de la escuela laica, pues tienen en común que pretenden la capacitación de las niñas. Pero después en los periódicos Amalia Domingo Soler escribía sobre aquellas anarquistas descreídas que serían muy felices si creyeran en la reencarnación. Un ingeniero y pensador anarquista, Fernando Tarrida del Mármol, le respondería que los anarquistas eran materialistas. Podían coincidir en la defensa de la escuela laica, pero no en la creencia en el más allá.

-Por último, ¿en qué contexto histórico se produce esta coincidencia?

Como a finales del siglo XIX e inicios del XX se hallan en la ilegalidad, se encuentran en los espacios de frontera. Piensa que a raíz de la bomba contra la procesión del Corpus de Barcelona, en 1896, se detiene a numerosos anarquistas en toda Cataluña. Se aprueban leyes especiales y cierran todos los lugares con presencia de anarquistas, como las escuelas coeducadoras. En ocasiones se esconden en los locales de los espiritistas. Se trata de márgenes en ebullición.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=225151&titular=%93muchas-mujeres-anarquistas-feministas-y-revolucionarias-permanecen-invisibilizadas%94-

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Hay distintas clases sociales entre las mujeres y, por lo tanto, diferentes feminismos

Por: Vincenc Navarro

Entre los hombres, la manera de expresar su machismo (la manera de oprimir a la mujer) depende, en gran parte, de la clase social del que lo manifiesta. Naturalmente que hay puntos y comportamientos comunes, pero siempre, o casi siempre, la clase social del hombre define muy marcadamente cómo se expresa tal machismo. No es, pues, de extrañar que lo mismo ocurra entre las mujeres (en un comportamiento precisamente opuesto al machismo). La bienvenida concienciación de las mujeres, como colectivo social, de la necesidad de conseguir los mismos derechos que los hombres, también viene marcada de una manera muy palpable por la clase social a la que la mujer pertenece o representa. De ahí la pluralidad de movimientos feministas.

Quedó ello claro hace varios días en un hecho que adquiría gran visibilidad mediática en EEUU, y que ocurrió en la Harvard University, el centro académico con más recursos, más rico y más poderoso de EEUU. Tal universidad tiene 37.000 millones en endowment (es decir, en propiedad sobre la cual generar ingresos). Las matrículas de los estudiantes son una parte muy minúscula de sus ingresos y, con tal propiedad, se ha convertido en uno de los centros de fondos de inversión más importantes del país. El hecho que sea un centro educativo es una actividad más que le da nombre, pero la mayoría de sus fondos se obtienen a través de las inversiones de su endowment. La riqueza de recursos es, pues, su característica principal. Dicha universidad es también donde parte de la élite de EE.UU. se educa, se socializa y configura su manera de pensar mediante los valores que tal universidad promueve. En EE.UU., es conocido que la cultura de tal centro es predominantemente conservadora y liberal (“liberal” en el sentido europeo de la palabra, pues la palabra “liberal” en EE.UU. quiere decir socialdemócrata o socialista, de los cuales hay muy pocos en Harvard. Por cierto, el hecho que los corresponsables de los medios de información españoles parezcan no darse cuenta de esta diferencia en la utilización del término “liberal”, crea una confusión enorme en la audiencia de tales rotativos).

El conservadurismo de Harvard aparece en todas sus dimensiones, incluyendo en su escasa sensibilidad hacia las poblaciones vulnerables y discriminadas, como afroamericanos, latinos y mujeres. Ahora bien, en 1977 tomaron la decisión de intentar parecer más modernos y se abrieron lentamente a afroamericanos (procedentes, sin embargo, de escuelas privadas de élite, como fue el caso del estudiante Obama, que llegó a ser presidente del país), más tarde a latinos y, últimamente, a mujeres. Harvard quiere parecer moderna y feminista.

Ahora bien, su conservadurismo y liberalismo estructural permanece y es marcado, apareciendo cuando uno menos se lo espera, como ocurrió recientemente cuando el que había sido ministro de Hacienda de la Administración Clinton, el señor Larry Summers  fue nombrado, por el Executive Board de tal universidad, presidente de la Universidad. En una entrevista, dicho señor Summers dijo que el hecho de que no hubiera más mujeres que fueran catedráticas en disciplinas científicas como física o química, se debía –según él- a razones biológicas, es decir, que las mujeres no eran hábiles para tales ciencias.

El feminismo de la clase de renta alta y mediana-alta

El escándalo que tales declaraciones crearon fue mayúsculo, de manera que el Executive Board de la Universidad rápidamente indicó que nombraría a una mujer como Presidenta, lo cual, por fin ocurrió. Se nombró como Presidenta a la Dra. Drew Faust, que era, además de ser mujer, una conocida feminista entre la comunidad científica que había animado a las mujeres (de su clase social, de renta alta y mediana-alta) a aspirar a lugares de alto poder institucional, rompiendo así con el monopolio del hombre en las estructuras de poder. Tal nombramiento fue celebrado prácticamente por la mayoría de las asociaciones feministas de EE.UU.

El feminismo popular

Ahora bien, hubo algunas mujeres de Harvard que no lo han celebrado. No eran ni profesoras, ni estudiantes, sino trabajadoras. Eran las mujeres de limpieza de la Universidad de Harvard (concretamente del hotel que tiene Harvard en su terreno, de siete pisos y cuarenta habitaciones, gestionado por la compañía Hilton Hotels & Resorts). Este hotel es uno de los más exitosos de Boston (los cuales, todos ellos, dependen primordialmente de la clientela provista por sus vinculados al mundo académico de tal ciudad). Tal hotel el año pasado consiguió uno de los mayores beneficios en el sector hotelero de la ciudad. Pero, a pesar de tal riqueza, las mujeres de la limpieza del hotel (la gran mayoría de ellas latinas) se encontraban entre las peor pagadas del sector, con mayor número de habitaciones a limpiar por día y mayor número de accidentes.

Durante más de tres años tales mujeres han estado intentando sindicalizarse, pues, de conseguirlo, podrían defenderse colectivamente y negociar sus salarios, beneficios sociales y condiciones de trabajo. Harvard, incluyendo su presidenta feminista, se ha opuesto durante muchos años. Y a pesar de las peticiones de las trabajadoras, muchas feministas de gran renombre en EE.UU., figuras del establishment político-mediático del país, ignoraron estas peticiones. En un interesante artículo en la revista The Nation, Sarah Lemand y Rebecca Rojas han detallado la enorme y heroica lucha de estas trabajadoras para conseguir que Harvard aceptara que pudieran sindicalizarse. Y las trabajadoras de limpieza descubrieron que hay tantos feminismos como clases sociales existen en EEUU. Y que las feministas del establishment político-académico-mediático estadounidense, no representaban los intereses de la mayoría de las mujeres que no pertenecen a tales clases pudientes y adineradas. El conflicto entre estas dos clases (las clases de renta alta y mediana-alta, por un lado, y la clase trabajadora, por el otro) apareció también en la definición de sus intereses. La realidad es que la integración de las primeras en las estructuras de poder era y es irrelevante para la mujer de las clases populares.

Y ello apareció también claramente en las últimas elecciones a la Presidencia de aquel país. El hecho de que la candidata a la presidencia del Partido Demócrata intentara movilizar a las mujeres presentándose como la candidata feminista es un ejemplo de ello. La gran mayoría de las mujeres de clase trabajadora no le votaron; apoyaron a Trump que, junto con el candidato socialista, apeló al voto de clase, incluyendo un discurso y unos temas de clara aceptación y atractivo para las clases populares. Clase social, después de todo, continúa siendo una variable clave para entender lo que pasa a nuestro alrededor, no solo en el mundo del hombre, sino también en el mundo de la mujer.

Las consecuencias de la debilidad del feminismo popular

Y esto ocurre también en España. La evidencia científica existente muestra claramente que, en España, aquellos servicios del Estado del bienestar que están menos desarrollados son precisamente los servicios de ayuda a las familias, tales como las escuelas de infancia –mal llamadas guarderías en nuestro país- y los servicios domiciliarios a las personas con dependencia. El déficit en el desarrollo de tales servicios en este país es enorme.

Y en España cuando decimos “familia” queremos decir mujer. Es la mujer la que lleva la mayor carga de responsabilidades familiares. El contraste de los países del sur de Europa (donde las derechas han sido históricamente muy fuertes) con el norte (donde las izquierdas han sido históricamente muy fuertes) es abrumador. En Suecia, por ejemplo, el número de horas semanales dedicadas a las tareas familiares por parte de la mujer es de 26. El hombre, 22. En España, la proporción es de 42 versus 8.

Ahí radica el escasísimo desarrollo de los servicios de ayuda a las familias en el sur de Europa, con un coste humano enorme. La mujer española tiene tres veces más de enfermedades debidas al estrés que el hombre. Y la mujer más afectada es la de clase trabajadora que no tiene servicios privados como la de clase pudiente (la sirvienta), que puede ayudarla. De ahí que la mayoría de encuestas muestren que, además de mejor condiciones de trabajo y mejores salarios, las demandas más comunes por parte de las mujeres de las clases populares son las dirigidas a conseguir estos servicios. Es urgente que los partidos políticos que están enraizados en las clases populares y que se consideren al servicio de dichas clases protagonicen y lideren la universalización de tales servicios en España. España (incluyendo Catalunya) necesita mayor concienciación de las necesidades de las mujeres pertenecientes a las clases populares. La evidencia de ello es abrumadora. Así de claro.

Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/19649/hay-distintas-clases-sociales-entre-las-mujeres-y-por-lo-tanto-diferentes-feminismos/

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Libro: Nuevas problemáticas de género y desigualdad en América Latina y el Caribe

Nuevas problemáticas de género y desigualdad en América Latina y el Caribe

Ivonne Farah. [Presentación]

Beatriz Chambilla Mamani. Louis Dantil. Martín Negrete. Tamara Dávila Rivas. [Autores de Capítulo]

Colección Estudios sobre las Desigualdades.
ISBN 978-987-722-228-9
CLACSO.
Buenos Aires.
Marzo de 2017

Los cuatro ensayos incluidos en este libro aluden problemáticas y expresiones diversas de la forma de lo social fundada en el eje de división de género que, al tener raíces muy antiguas, se constituye en una de las formas de la desigualdad y exclusión más significativa y persistente; su origen se encuentra en la organización de las relacione sociales familiares con base en el sexo, el parentesco y la edad, principalmente y permea el conjunto de relaciones que atraviesan las estructuras económicas e institucionales mas diversas.
Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1216&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1157
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Una profesora de ética y política en Nairobi se convierte en la promotora de la lucha por la mujer

Nairobi/Marzo de 2017/Fuente: Antena 3

La desigualdad de la mujer está presente en casi todos los rincones del mundo, pero en muchos lugares de África las niñas ni siquiera sueñan con tener una vida digna. Una profesora de ética y política en Nairobi se ha convertido en la promotora de la lucha por la mujer.

Eunice quiere huir de este barrio chabolista pero sobre todo de su futuro. El más habitual para muchas como ella es la prostitución, una patera o una vida de miseria.

Antuanet Kankindi creció en El Congo y cree que eso puede cambiar, que la mujer es el autentico motor de África. «Si se va a desarrollar podrá llevar más peso, porque siempre digo, no hay una mujer que avance sóla», afirma Antuanet

Apuesta por una educación gratuita para todos, que no termina de llegar, porque cree que es la única manera de dar esperanza a las jóvenes. Ella ya es un símbolo para las mujeres africanas y confía en que son la clave para desarrollar su país.

Colabora con la organización Harambee que también promueve el desarrollo de la mujer en África. En otro de sus proyectos, grandes cocineros de España apadrinan a las futuras cocineras profesionales de ese continente, niñas que tienen la ilusión pero no los medios.

Fuente: http://www.antena3.com/noticias/mundo/africa_2017031558c953ef0cf264516cb4dd09.html

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Una pedagogía crítica y feminista en las aulas

Por: Enric Llopis

En las aulas puede distinguirse un currículum que los pedagogos denominan “explícito”. Aparece en las leyes y decretos educativos, guías escolares y libros de texto. Todavía se encuentran contenidos sexistas. Un estudio realizado en el año 2000 por la profesora Nieves Blanco, de la Universidad de Málaga, sobre 56 manuales del primer ciclo de la ESO mostraba el desequilibrio. Se desprendía de la investigación que el 95% de los personajes relevantes en la historia de la humanidad fueron hombres. Algo parecido ocurre en los cuentos. Los niños son independientes, fuertes, curiosos e inclinados a la aventura. En “Blancanieves” y “La Cenicienta” ellas desempeñan el rol de madres, esposas o amas de casa. Salvo cuando contravienen las normas, ya que entonces asumen el papel de malévolas brujas y madrastras. La discriminación no tiene efectos precisamente neutrales en el aula: “Deja a las niñas y jóvenes sin referentes ni modelos en los que reconocerse; además distorsiona la historia, invisibiliza a las mujeres y menosprecia las tareas ‘feminizadas’”, afirman Silvia Cortés Mollà, Aina González Naya, Belén Magdalena Mora y María Pérez Paterna en el artículo “Venim d’un silenci. Caminem cap a la desnaturalització”.

Las autoras provienen del Magisterio, la sociología especializada en cuestiones de género y la Educación Social, además de participar –o haber tomado parte- en el activismo político. En el texto citado dan cuenta de un currículum “oculto”, pero que está muy presente en los colegios e institutos. Así, “se espera de las niñas que no insulten, de lo contrario se las puede castigar”; a los niños se les reprochará, en cambio, que sean melindrosos. Los estudios realizados hace dos décadas por J. Wright ya punteaban la discriminación de género en la Educación Física. Podía observarse en el lenguaje de los profesores, que reservaba a los chicos la perseverancia, la habilidad y la rudeza. El uso de los epítetos por parte de los adultos refuerza estas diferencias. “Fuerte”, “valiente” y “campeón”, frente a “guapa”, “preciosa” y “princesa”. El artículo defiende un modelo Coeducativo, que en la clase muestre a mujeres como Madame Curie, científica, Premio Nobel y descubridora de la radiactividad; a la escritora Simone de Beauvoir o a Rosa María Gálvez, una de las dramaturgas fundamentales del siglo XVIII. Y que en los colegios se otorgue el justo valor a los trabajos de cuidado, limpieza e higiene, sobre los que se asienta la economía convencional y que contabiliza en el PIB.

Se trata de uno de los siete artículos que integran el libro de 200 páginas “(In)visibles. Les nostres análisis pedagògiques”, publicado en 2017 por Espai Editorial Caliu, coordinado por Anna Muñoz i Gil y presentado el 11 de marzo en la Librería La Repartidora de Valencia. Los textos reflexionan, desde un punto de vista crítico y feminista, sobre Pedagogía; además defienden la Coeducación. El texto “Venim d’un silenci” defiende la introducción en el aula de modelos “alternativos”: hombres que realicen tareas del hogar, cuiden a otras personas y se abran a la sensibilidad y los afectos. También apuesta por romper con el amor romántico e incorporar toda la diversidad de identidades, por ejemplo el transgénero. Hay cuentos que marcan el camino en la reversión de los estereotipos sexistas: “La cenicienta que no quería comer perdices”, de Nunila López y Myriam Cameros; o “El príncipe ceniciento”, de Babette Cole, entre otros. “Hemos de enseñar a los chicos a participar en los juegos de las chicas, y dar valor a las canciones y costumbres que tradicionalmente han practicado ellas”, destacan las cuatro autoras. Jugar a la cuerda, a las muñecas…

Las relaciones de poder se materializan asimismo en la arquitectura de colegios e institutos. Lo analizan la maestra especializada en Educación Física Anna Gil-Mascarell Garcia y el profesor de la Universitat de València Daniel Martos Garcia, quienes centran su investigación en el patio escolar. Los campos deportivos –sobre todo de fútbol y baloncesto- se sitúan en un lugar central de los patios. “Los ocupan mayoritariamente chicos mayores, mientras que en el entorno hallamos sobre todo a grupos de chicas sentadas”, explican los docentes. En las zonas traseras se advierte una mezcla de chicas mayores, grupos mixtos y alumnos de menor edad. Esta distribución remite a los procesos primarios de socialización, en los que se prepara a los niños para el espacio público y a ellas para los ámbitos íntimo y doméstico. La jerarquización de lugares se extiende a las actividades, entre las que se impone el fútbol. Todo apunta, en resumen, a una primacía de la actividad física intensa frente al mero sentarse y charlar. R.W. Connel se refirió en 1997 a una “masculinidad hegemónica”. Gil-Mascarell Garcia y Martos García concretan esta idea en el día a día del patio, donde “las personas con actitudes más masculinizadas ocupan más espacios amplios y céntricos, mientras aquellas personas más ‘feminizadas’ se quedan en la periferia y en espacios muy reducidos”. Concluyen que las niñas pequeñas son las más vulnerables, y defienden como estrategia Coeducativa los juegos cooperativos y la expresión corporal.

La militante del movimiento feminista Beatriu Casanova Sanz y la maestra y psicopedagoga Silvia Cortés Mollà abordan la doble invisibilización de las mujeres con “otras capacidades”, aquéllas con un grado excepcional de rendimiento en una o varias disciplinas. Buena parte del alumnado con “otras capacidades” y superdotado no es objeto de diagnóstico, lo que hace difícil el desarrollo de su potencial e incluso les lleva a engrosar las listas de fracaso escolar. “Una alumna superdotada se convierte en casi invisible”, apuntan los autores del texto, pese a que la LOMCE de 2013 (“Ley Wert”) les incluya entre los grupos con necesidades educativas especiales. Las reflexiones se acercan a la realidad poliédrica del aula. La maestra de Música Clara Martínez Delgado critica el poder con el que se reviste al libro de texto: “Transmiten aquello que el Estado –bajo la influencia de las grandes editoriales- decide qué se ha de aprender”. En el caso de la Música, además de la falta de referencias a mujeres compositoras, los manuales adoptan una perspectiva eurocéntrica; y cuando tratan de aproximarse a la diversidad cultural, en muchos casos lo hacen desde una “perspectiva de turista”. Además la escuela y el libro de texto, sostiene Martínez Delgado, desconsideran el componente “Político” y “transgresor” de la cultura popular.

En los años 70 se abrió camino una nueva concepción de las Ciencias Sociales. En cuanto a la Historia, se puso en cuestión el método –memorístico y enciclopédico- con el que se impartía la asignatura. En las nuevas tendencias –principalmente la interpretación marxista de la Historia- se formaron profesores a quienes algunos autores han caracterizado como “Generación del 68”. Nacieron entre la segunda mitad de los años 40 y principios de los 50, y consideraban la Historia como una herramienta para forjar ciudadanos críticos. Tal vez por eso hayan tenido que enfrentarse a señalamientos como “ser de izquierdas” o “adoctrinar” al alumnado. Poco a poco, se ha ido produciendo en los seminarios de Geografía e Historia de los centros educativos un relevo generacional.

Anna Muñoz Gil ha investigado, a partir de seis casos, en torno al profesorado de Historia en el ámbito del País Valenciano. En las aulas todavía impera el manual, de manera que los debates, el cinefórum o los comentarios de texto sobre la actualidad se limitan a actividades coyunturales. La autora concluye que se produce una disonancia entre la percepción que de sus clases –interesantes y participativas- tiene el profesor, y la realidad en las aulas, caracterizada por la rutina, la memorización y la escasa participación de los alumnos.

Pero el enseñante ha de afrontar no sólo la transmisión de conocimientos, sino el incremento de las ratios, las reducciones salariales y de plantilla, una mayor responsabilidad en la transmisión de valores (ante la inhibición de las familias) y la precariedad laboral, en un sector caracterizado por la división en dos grandes categorías: trabajadores funcionarios e interinos. “En el curso 2012-2013 se daba una presencia del 46,7% de mujeres directoras en los centros de Primaria y un 31,8% en los de secundaria”, destaca Anna Muñoz Gil. Uno de los principales elementos discriminatorios es la carga que representa la tríada de roles: mujer, madre y ama de casa. El libro de la Editorial Caliu se completa con una introducción de la profesora de Ciencias Sociales y miembro de los Movimientos de Renovación Pedagógica del País Valenciano, Àngels Martínez Bonafé; la aportación de Diana Santana Martín sobre un huerto escolar en la Amazonía peruana, como herramienta para el empoderamiento de la mujer y la infancia; y un artículo de Carla Aparici Pérez, sobre una experiencia de cooperación educativa en Ghana.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=223996

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La virtud de las esposas

Por: Lidia Falcón

“Es costumbre monárquica el robar, pero los Borbones exageran”
Charles Maurice Talleyrand

La sentencia que absuelve a la infanta Cristina nos retrotrae a los prudentes años de la dictadura cuando la sabia y tradicional organización social establecía el orden en que debían situarse los papeles del hombre y de la mujer, del marido y de la esposa. El mandaba y ella obedecía. A salvo de las convulsiones que nos ha traído el feminismo que pretende abolir las santas normas que estableció el Patriarcado.

Sabido debe ser, y hay que recordarlo siempre, que el Código Civil de 1888, restablecido en su integridad a partir de 1939, después de que el Caudillo, por la Gracia de Dios, anulara la revolucionaria legislación de la II República, establecía que la mujer casada no tenía capacidad jurídica para ninguno de los actos que implicaran el patrimonio propio o del matrimonio. De tal modo, ni podía contratar una cuenta corriente ni realizar ninguna operación mercantil ni civil sin el consentimiento de su marido. Era por tanto sabido, que una mujer casada no era responsable de ninguna operación económica que fuera más allá de comprar la comida y los pañales del niño.

Bien deben de creer las juezas que han dictado la sentencia en el célebre juicio de la sociedad NÓOS que nos hallamos en aquella época de gran placidez que fue la dictadura, como la calificó el entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, en tiempos del gobierno de Aznar. Y placidez debía reinar en el seno del matrimonio Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón, puesto que ésta obedecía santa y mansamente las órdenes de su marido.

Del mismo modo –de otra manera hubiese quedado desairada-, han absuelto a la esposa de Diego Torres. Otra buena y obediente esposa que no tenía ni mando ni conocimiento en los negocios del marido.

Esposas cristianas, que cumpliendo el mandato divino, están bajo el mando de quien es dueño de su vida. Ciertamente la Biblia habla de que “el varón dominará tu concupiscencia”, pero en tan íntimos temas no va a entrar una sentencia judicial en 2017. El Antiguo Testamento no trata de la participación de la mujer en los negocios del marido, pero por analogía habrá que entender que este domina a su mujer en todas las decisiones económicas, como sancionó el Código napoleónico que se aprobó en nuestro país en aquella ya lejana época de 1888.

Esas juezas que han considerado que formar parte del Consejo de Administración de la sociedad Aizoon, una entidad que manejaba millones de euros al año, firmar las actas de las reuniones, tener disponibilidad de las cuentas corrientes, ratificar los acuerdos que se tomaban de administración y firmar las declaraciones a Hacienda, no significa ni conocer el manejo interno de la sociedad ni tener responsabilidad alguna en los negocios, transacciones y cobro de comisiones y mordidas que se llevaron a cabo durante varios años en esa entidad ficticia que se llamaba NÓOS.

Para las magistradas tampoco significa que la infanta estuviera al corriente, y aprobara, las transacciones que su marido realizaba aunque las ganancias afluían generosamente a la economía doméstica. Desde los pañales de los niños a los sellos de correos, pasando por vacaciones, comidas y viajes, la trama de Aizoon y Nóos surtió a la familia Urdangarin de fondos suficientes para disfrutar de una regalada vida. Y eso que los dos cónyuges y los cuatro hijos lo tenían todo pagado, por ser miembros de la Casa Real, cuyos presupuestos aprueba cada año el Parlamento.

Las juezas de este juicio han ratificado la arriscada defensa de la infanta Cristina que el fiscal Horrach ha realizado durante la instrucción del proceso y la han exonerado de toda responsabilidad. En consecuencia, yo espero que a partir de ahora, en cualquiera otro proceso en el que se dilucide la responsabilidad patrimonial de los cónyuges, se estime que la esposa no puede ser inculpada por ninguno de los actos en que haya participado si ha sido su marido quien se lo ha pedido.

Como decía el ínclito abogado de la infanta, Miquel Roca, ella firmaba por amor, argumento de tanto peso cuanto que el amor mueve el mundo, y los negocios también. El amor es el cemento más duro para consolidar una unión. Una información asegura que la hermana menor del Rey no se siente culpable, y me pregunto ¿por qué había de sentirse cuando la Biblia, el Código Civil de Napoleón y la sentencia judicial dictada por tres mujeres – nada menos- la exonera de toda responsabilidad?

Y puesto que la infanta en su declaración en el juicio dijo 189 veces que “no sabía” lo que le preguntaban, 59 que “no lo recordaba” y 58 “lo desconozco”, no cabe duda de que condenarla por lo que había organizado y negociado su marido, de lo que ella era absolutamente ignorante, hubiera sido una injusticia.

Doña Cristina tampoco cree que su marido sea culpable. La pareja se considera una víctima y piensa que desde el palacio de La Zarzuela les han dejado “solos” y no les han defendido como ellos esperaban. Argumenta que todo es fruto de una conspiración contra su esposo.

Como también deben serlo las acusaciones que se hicieron a los otros participantes de la trama valenciana y madrileña. La sentencia, de 741 folios, echa por tierra la llamada trama valenciana. Los cinco altos cargos de la Generalitat que contrataron con Urdangarin las cumbres de turismo y deporte Valencia Summit entre 2005 y 2007 por valor de 3,4 millones, resultaron absueltos. Su estrategia de negar los hechos, sostener su inocencia y rechazar un acuerdo con el ministerio público resultó un éxito rotundo. Las tres magistradas entienden que los contratos fueron válidos y las tres ediciones de la Valencia Summit “se celebraron de forma satisfactoria” y a precios de mercado.

También quedó exonerada Mercedes Coghen, consejera delegada de la fallida candidatura olímpica de Madrid 2016, que pagó a Urdangarin 114.000 euros para hacer funciones de lobby ante los miembros del Comité Olímpico Internacional. Finalmente, el tribunal absolvió, contra el criterio del fiscal, a la esposa de Torres, Ana María Tejeiro, al hermano de esta y contable de las sociedades, Marco Antonio Tejeiro, y a Salvador Trinxet, arquitecto del entramado societario que sirvió a Torres para blanquear los fondos que había ocultado a Hacienda. En resumen, de los 17 acusados han absuelto a 10.

Ciertamente hubiera resultado muy descompensada la condena a Ana María Tejeiro con la absolución de Cristina de Borbón, pero ya se me escapa el motivo de la benevolencia mostrada con el hermano y los demás socios y organizadores de una trama que ha esquilmado al erario público varios millones de euros.

Y no nos olvidemos que la justicia le devolverá a la Infanta, aproximadamente, 372.000 euros. La diferencia entre los 587.000 euros que le reclamaba el fiscal Horrach como partícipe lucrativo de los delitos fiscales de Iñaki Urdangarin y que ya depositó en diciembre de 2014 y los 265.088 euros que finalmente le impone el tribunal. Es decir que la sentencia le sale a devolver.

Después de esta sentencia, es de esperar que también se de crédito a las declaraciones de Rosalía Iglesias y Ana Mato que nada sabían de los negocios de sus maridos Luis Bárcenas, ex tesorero del PP, y el de la exministra de Sanidad, Jesús Sepúlveda, alcalde de Pozuelo de Alarcón, enjuiciadas en la trama central del caso Gürtel que se celebra desde el pasado octubre en la Audiencia Nacional.

Ellas saben que no hay mejor prueba de inocencia que ser una obediente esposa.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/02/18/la-virtud-de-las-esposas/

Imagen: https://psicologiaymente.net/psicologia/grandes-diferencias-entre-hombre-y-mujer

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Fox invisibiliza a las mujeres negras en el acto de una película sobre discriminación racial

Por: Monica Zas Marcos

Si hoy el hombre es capaz de ponerse en órbita es gracias, en parte, a tres mujeres afroamericanas. Katherine Johnson, Mary Jackson y Dorothy Vaughan fueron borradas de la memoria de la NASA y de los prodigios espaciales de Estados Unidos. Ahora, la película Figuras ocultas ha querido rendir homenaje al trío de matemáticas que cambiaron la historia en los años 60 mientras soportaban la segregación y el machismo en su ambiente de trabajo.

El filme de Theldore Melfi, distribuido por Fox, se presentó en Madrid el pasado 14 de diciembre con un coloquio llamado «El papel de la mujer en la historia». La productora se había puesto en contacto con una serie de personas para participar en un evento acorde con el mensaje de la película. Sin embargo, una semana después saltaron las alarmas en las redes sociales coincidiendo con la publicación del resumen del coloquio.

Solo había una persona negra entre todos los invitados por Fox España al acto de la Cineteca. La empresaria valenciana Bisila Bokoko, de ascendencia ecuatoguineana, aparecía en el vídeo junto a periodistas, actrices y presidentas de asociaciones como Paloma López Borrero, Rossy de Palma o la vicepresidenta de CIMA, Juana Macías.

«Podría haber sido  la oportunidad para que las mujeres negras que vivimos en España expliquemos cuán identificadas nos sentimos con las mujeres de la película. El resultado del clipping te sorprenderá», alertaba Desirée Bela-Lobedde, activista y creadora de la influyente web NegraFlor. La blogera calificó de white washing (tendencia en el cine de otorgar a los blancos papeles de negros) la decisión de Fox España. «Al final parece que cualquiera sabe más que una mujer negra sobre lo que es ser una mujer negra invisibilizada», añadía.

Según Bela, la agencia externa contratada por Fox para organizar el evento tuvo la intención en un primer momento de contar con activistas afro en Madrid. «Me pidieron nombres, les pasé una amplia lista y, el mismo día 14, me dijeron que solo iban a contar con dos periodistas negros. Fox dio prioridad al famoseo», cuenta Desirée. La activista critica que la productora se decantara en nuestro país por el discurso feminista y dejase de lado el racial, que tiene incluso más relevancia en Figuras ocultas.

«Me parece un insulto. Desvincularon a toda la población afro y solo hablaban mujeres blancas sobre la importancia de la mujer. No, perdona, la importancia de la mujer negra«, defiende Bela. La première en Estados Unidos estuvo liderada por las actrices y Margot Lee Shetterly, autora del libro Figuras ocultas: El sueño americano y la historia nunca contada sobre las matemáticas negras que ayudaron a ganar la carrera espacial.  «No hay color. Mencioné en Twitter a Fox USA para que fueran conscientes de lo que habían hecho en Madrid», explica Desiree.

Fox: «No era un evento racial»

Por su parte, desde Fox España aseguran que, efectivamente, el evento « no se enfocó para nada hacia un punto de vista racial».  «Lo que queríamos para este pase eran representantes femeninas de diferentes empresas, asociaciones e instituciones, independientemente de su raza», afirma Nieves Peñuelas, encargada del departamento de publicidad. «Seguro que en ocasiones hay gente súper interesante que se queda fuera por temas de espacios y/o tiempos, o simplemente por no tener el contacto en ese momento», añade en nombre de la productora. 

Como dicen en Afroféminas, ya que la película  Figuras ocultas versa sobre la representatividad, destaca que se obvie ese aspecto en su mismo preestreno. «Es descorazonador sentir de nuevo que reivindicamos sin respuestas ni efectos. No saben lo que es ser una figura oculta, nosotras sí», concluye Desirée Bela. El último ejemplo de que el mecanismo del cine, tenga las buenas intenciones que tenga, sigue suspendiendo en diversidad.

Las «calculadoras» negras de la NASA

En los años 40, a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, la NASA se saltó las leyes segregacionistas de Jim Crow para contratar a mujeres negras en el departamento de «calculadoras», como ellos las llamaban. Estaban faltos de personal y tuvieron que hacer excepciones. Estas mentes brillantes llegaban de universidades solo para afroamericanos como el Hampton Institute, la Virginia State University y la Wilberforce University.

Trabajaban para la agencia espacial pero no con la agencia espacial. Utilizaban oficinas, comedores y baños separados por raza (que estaban en peores condiciones y más alejados que los de sus compañeros blancos) y debían ser más eficientes. No disponían de nada más que un lápiz y una libreta para calcular las ecuaciones que lanzarían a los primeros astronautas y pondrían a Estados Unidos por delante de Rusia en la carrera espacial.

Entre todas ellas, destacaron tres mujeres por su constancia y su brillante talento para las matemáticas: Mary Jackson, Dorothy Vaughan y Katherine Johnson. Esta última fue la única que logró colarse en las reuniones de los ingenieros y fue de vital importancia cuando Kennedy se propuso enviar al hombre a la Luna. Ya antes, Johnson había resuelto la ecuación aeronaútica imposible para que Alan Shepard no saliera ardiendo en una nave.

Sus otras dos compañeras también se ganaron un hueco en la agencia espacial que fue sutilmente borrado de sus anales. Jackson se enfrentó a un tribunal para cursar sus estudios de Ingeniería en la universidad Hampton (solo para blancos) y ganó. Después, cuando había alcanzado el mayor rango para una mujer negra en la NASA, se dedicó a la enseñanza. Por su parte, Vaughan aprendió de forma autodidacta a utilizar el primer ordenador de la NASA y compartió sus conocimientos con el resto de «calculadoras» negras.

Las dos últimas han recibido este homenaje a título póstumo, pero aún queda Katherine Johnson, que a sus 98 años se encarga de refrescar la mala memoria de la humanidad.

Fuente: http://www.eldiario.es/cultura/fenomenos/mujeres-discriminadas-presentacion-Figuras-Madrid_0_595640635.html

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