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Las mujeres y el deporte: el machismo que no cesa

Sonia Sierra

Convertirse en deportista de élite y llegar a competir en unos Juegos Olímpicos -y no digamos ya conseguir una medalla- significa una vida de trabajo, constancia y sacrificio: horas y horas de entrenamiento, una alimentación concreta y unos hábitos y horarios al servicio de una disciplina.

Sin embargo, cuando las protagonistas de una noticia deportiva son las mujeres, todo esto parece quedar en segundo (o tercer) lugar. Pongo un ejemplo: en la entradilla de una noticia dedicada a Lydia Valentín, medalla de bronce en la categoría de 75 kg, explicaban que la campeona olímpica siempre se maquilla. Mientras la mayoría de los mortales no somos capaces de cargar las bolsas de la compra ni dos manzanas sin pararnos a tomar aliento, Lydia Valentín levanta 141 kilos; y todo lo que se le ocurre destacar al medio es… ¡que se maquilla!

Por supuesto, si solo fuera esto, se quedaría en una anécdota, pero desgraciadamente no es así. La Universidad de Cambridge hizo un estudio que en el que concluyó que 160 millones de palabras prueban el trato machista y denigrante a las mujeres en los Juegos Olímpicos.

Pese a que el 45% de los participantes en Río son mujeres, los hombres reciben tres veces más espacio o tiempo en la información deportiva. Y, cuando se habla de ellas, se suele aludir a su aspecto, su edad o su situación civil. De hecho, las palabras que más se utilizan, según ese estudio, para referirse a las mujeres, son «edad», «embarazada», «soltera», «casada» y «mayor». Un léxico muy diferente al utilizado para los hombres: «Rápido», «fuerte», «grande» y «fantástico».

Las palabras que más se utilizan, según ese estudio, para referirse a las mujeres, son «edad», «embarazada», «soltera», «casada» y «mayor».

Según los cronistas deportivos, las mujeres «compiten», «luchan» o «participan», mientras que los hombres «ganan» y «dominan» en «batallas». Eso, sin contar cómo se las infantiliza llamándolas «chicas», mientras que a los hombres rara vez se les llama «chicos».

Sería interesante que se hiciera un estudio similar en el resto de países, y lo más probable es que los resultados fueran similares. Estas olimpiadas nos han regalado titulares sin distinción: hemos visto que, según la prensa, «el trío de las gorditas roza el milagro olímpico» (Italia), que «la mujer de un jugador de los Chicago Bears gana una medalla de bronce» y que «Hosszu logra el récord mundial gracias a su marido» (ambos de Estados Unidos), o que, en lugar de deportistas, tenemos «buenorras internacionales en los Juegos de Río» (España).

Uno de los deportes que más juego da en el tema que ahora nos ocupa es el del vóley-playa. Posiblemente, una de las imágenes más icónicas de estas olimpiadas ha sido en la que se ve a una jugadora egipcia con un traje de cuerpo entero y un velo (su compañera no llevaba velo y no ha merecido tanta atención) frente a una alemana enfundada en un minúsculo bikini.

Cabe recordar que, hasta 2012, las jugadoras de vóley-playa tenían la obligación de jugar en bikini, absurda norma que finalmente ha desaparecido tras un alud de críticas por su sexismo. Si en unos países el cuerpo de la mujer es considerado pecaminoso y debe ser tapado, en otros se considera un objeto de deseo y, como tal, debe ser lucido. El caso es controlar el cuerpo de la mujer. Y si a alguien le quedan dudas sobre el uso del cuerpo femenino como objeto en el vóley-playa, este reportaje sobre cómo serían el resto de deportes si se fotografiaran igual puede disipar sus dudas.

Si en unos países el cuerpo de la mujer es considerado pecaminoso y debe ser tapado, en otros se considera un objeto de deseo y, como tal, debe ser lucido. El caso es controlar el cuerpo femenino.

 En estos Juegos Olímpicos son las deportistas españolas las que más alegrías nos están dando, y esperemos que eso sirva para dar más visibilidad al deporte femenino y para acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres en los deportes. En tenis, por ejemplo, Federer gana 67 millones, muy lejos de la tenista mejor pagada, Sharapova, con 29,7. En baloncesto, más de 50 jugadores de la NBA cobran en un año más que todas las jugadoras de la WNBA juntas. Del futbol mejor ni hablamos, porque los más de 70 millones que ganaron Cristiano Ronaldo y Leo Messi son inimaginables para cualquier mujer futbolista (y para la mayoría de hombres, también hay que decirlo).

El tema de la brecha salarial es un problema en todos los ámbitos, y está en relación directa con la dificultad de las mujeres para llegar a los puestos más altos de la escala salarial y del poder. Ciudadanos ha presentado una propuesta de resolución en el Parlamento de Cataluña para intentar acabar con esa lacra social. De hecho, nuestro partido lidera en dicho Parlamento autonómico la lucha por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, al ser el grupo que más iniciativas ha presentado en este ámbito.

Los Juegos Olímpicos de Río nos recuerdan, una vez más, el machismo imperante, y nos interpela como sociedad para que sigamos reivindicando el lugar de la mujer en el mundo, en igualdad de condiciones que los hombres. En la anterior y brevísima legislatura, C’s presentó diferentes iniciativas en ese sentido, como el Pacto Nacional por la Conciliación, la protección de la baja por maternidad de las autónomas y un estudio sobre la tasa rosa, entre otras. Tenemos que seguir batallando para conseguir la medalla de oro en igualdad, y no pararemos hasta conseguirlo.

Fuente del articulo: http://www.huffingtonpost.es/sonia-sierra/las-mujeres-y-el-deporte-_b_11562150.html

Fuente de la imagen: http://i.huffpost.com/gen/4610062/images/n-DEPORTISTAS-large570.jp

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En Ecuador: Convocan a conferencia sobre Imagen de la mujer en los medios de comunicación ecuatorianos

Por PRENSA CIESPAL

El patriarcado es un orden social fundamentado en relaciones asimétricas de poder que se sustentan en la imposición de la supremacía de lo masculino y en la consideración de lo femenino como inferior y subordinado, y que en aras de legitimación, da origen a preceptos sociales que implican la imposición directa o solapada de órdenes por parte de los hombres o las instituciones que les representan, sobre las mujeres (Duarte y Fernández, 2006: 145. Asimismo, las construcciones sociales han impuesto una diferenciación de jerarquización de roles entre hombres y mujeres que determinan a estereotipos que cuestionan ciertas capacidades sobre las mujeres.

Por ello estos patrones estereotipados, lenguaje, símbolos y valores reproducen la dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad. Y así produce una violencia que genera una sumisión. Estas acciones en el proceso de socialización en el orden social, naturalizan las relaciones asimétricas de poder acentuando percepciones del mundo dominante y se plantean como naturales.

Los medios de comunicación, como agentes de socialización, forman parte de este sistema que reproduce esos estereotipos y naturalización de las representaciones negativas de la mujer, a través de sus contenidos y exposición de la información. Por ello, esta fuerza mediática es uno de los principales agentes promotores de derechos humanos y equidad de género que influyen en la cultura de una sociedad y refuerzan la desigualdad social.

De esta manera su poder en la consolidación de un imaginario social estereotipado conlleva efectos insondables y perdurables, reforzando procesos de exclusión hacia grupos históricamente excluidos y perpetuando el “deber ser” establecido como “normal”para los géneros.

PERFIL

María PESSINA es Secretaria General de CIESPAL. Feminista, Máster en Género y Desarrollo, con mención publicación por su trabajo Conocimiento, Mujer y Ciencia, por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede Ecuador (FLACSO) entidad en la que también realizó estudio sobre Periodismo y Responsabilidad Social.  Es periodista por la Universidad Central de Venezuela y especialista en estrategias de comunicación política y género.  Además realizó estudios en la Universidad de Ginebra (Suiza) y en Roma en donde realizó estudios de producción de cine y televisión. María PESSINA ha sido editora de varias publicaciones sobre género publicadas en la FLACSO (Ecuador) y ha trabajado en varios medios nacionales e internacionales: editora en El Nacional (Caracas); Hoy (Quito) y El Comercio (Quito). Ha colaborado en medios como BBC Mundo, Familia, El Comercio, El Telégrafo y en Radio Quito y Platinum (Ecuador Radio) se desempeñó como Productora Ejecutiva. Consultora de comunicación en organismos internacionales. Fue Directora de Comunicación del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) y asesora del despacho en temas comunicacionales de la Secretaria de Educación Superior Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT). Ha participado en congresos, seminarios  y encuentros, nacionales e internacionales, sobre comunicación, política y género.

Para inscribirse: http://ciespal.org/matriculas/index.php/evento/32
Fuente de la noticia: http://ciespal.org/event/imagen-de-la-mujer-en-los-medios-de-comunicacion-ecuatorianos/
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La igualdad, de las aulas al trabajo

Por: David Fernández Guerrero

En Marruecos y Túnez apenas trabaja o busca empleo una de cada cuatro mujeres en edad de hacerlo. Mientras, la proporción de hombres activos en el mercado laboral se acerca a la barrera del 70%, o la supera, según datos de Naciones Unidas, pese a que en algunos países de la región las mujeres ya representan a la mayoría de las estudiantes. Es solo una pequeña muestra de lo que queda por lograr en el Norte de África y Oriente Medio, en la lucha por la igualdad de género. Logros y retos analizados durante el foro Mujeres por el Mediterráneo: motor de desarrollo y estabilidad, organizado por la Unión por el Mediterráneo (UfM) en Barcelona el pasado octubre.

Los órganos legislativos de la región cuentan con más parlamentarias que nunca. Las leyes, poco a poco, dejan atrás la visión estereotipada de la mujer dependiente. Delphine Borione, vicesecretaria general de la UfM, enumera algunos de estos avances: “Los presupuestos de Marruecos tienen en cuenta las cuestiones de género. Egipto trabaja contra la violencia de género. Túnez cuenta con legislación a favor de los derechos de la mujer. Argelia tiene muchas parlamentarias desde hace tiempo”. Los países de la región han dedicado recursos al sistema educativo y a facilitar el acceso de la mujer a este, explica Nabila Hamza, activista y socióloga especialista en temas de género: “En buena parte de los países árabes, la mayoría de los estudiantes universitarias son mujeres. En Túnez, estamos hablando del 60%”.

 Sin embargo, el mercado laboral no ha seguido al ámbito educativo. “La tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral [incluye a quien tiene o busca trabajo] de Oriente Medio y el norte de África ronda el 25%, de media”, relata Hamza. ¿Por qué sucede esto? Para empezar, porque “la educación, por sí sola, no es suficiente”, avisa esta activista, quien habla de obstáculos “culturales, sociales y religiosos”. “Si, según el código de familia, hace falta el permiso del padre, del hermano, para abrir una cuenta bancaria; para tener un permiso para viajar fuera del país… ¿cómo vas a estar empoderada?”, reflexiona.

Cambiar los libros escolares puede ayudar a superar los roles de género tradicionales

Tampoco ayuda el momento que vive la región, con algunos de sus países arrasados por la guerra y en plena crisis migratoria. Por si fuera poco, “está la crisis económica, que impide la participación de la mujer” en el mercado laboral y los negocios, añade Borione. Cualquier reforma en favor de los derechos de la mujer, además, topa con el “reforzamiento del islamismo”, opina Hamza. Esta tendencia obligará a los gobiernos de la región a acometer cualquier cambio “con precaución”, añade.

Pese a todos los retos, hay maneras de avanzar. La activista menciona algunos: “Los objetivos de desarrollo sostenible ayudarán a mantener la presión internacional sobre los Gobiernos, para asegurar el reconocimiento de la mujer. Es también una necesidad económica [por el potencial que la igualdad de género puede aportar al desarrollo de la región]”. Asimismo, la legislación ya aporta elementos que pueden ayudar a la incorporación de la mujer al mercado laboral, que hay que aplicar. Jihen Boutiba, secretaria general de la organización empresarial BusinessMed, cita uno: “En Túnez las empresas con más de 100 empleados deben tener una guardería. No siempre se cumple”.

“Hay que cambiar los manuales escolares para superar los estereotipos” machistas, añade Hamza. Clichés que dificultan la igualdad en el mercado laboral. “Están presentes en la mente de los hombres, pero también de las mujeres”, recuerda Borione: “Se les dice desde una edad muy temprana que no pueden salir, que tienen que permanecer ligadas a un hombre”. Estos prejuicios, en su forma más extrema, se traducen en violencia de género. El 34% de las mujeres egipcias ha sufrido violencia física o sexual de su pareja, según datos de la OCDE.

La vicesecretaria general de la UfM menciona el proyecto Formando ciudadanos responsables, organizado bajo el paraguas de esta organización internacional. El objetivo de esta iniciativa, “en marcha en Túnez y Marruecos desde hace un año”, es prevenir la violencia contra niñas y mujeres; al tiempo que se introducen valores cívicos en la escuela. Para ello, se ha “revisado [con ministerios, profesores y estudiantes] los libros de texto” que se usan para la enseñanza de los estudiantes de 11 a 15 años, al tiempo que se “forma a los profesores”. Trabajo que, según Elarbi Imad, director del proyecto, ha permitido detectar estereotipos en los libros de texto, como “ilustraciones en las que se muestran una mujer en la cocina, o al hombre leyendo un periódico mientras ve la televisión”. Con la información recogida se involucrará a todos los agentes educativos docentes, familia y alumnos, sociedad civil en la enseñanza de conceptos como “la democracia, los derechos humanos, los derechos y responsabilidades de la ciudadanía y el diálogo intercultural”.

Inès Safi.
Inès Safi. Juan Barbosa

 Combatir cualquier forma de intolerancia, una necesidad

Estudiar la religión musulmana en toda su complejidad, y el papel que la mujer juega en esta, puede ayudar a luchar contra las interpretaciones más intolerantes del Islam. Aquellas que reducen a la mujer a un papel secundario. Estas son algunas de las ideas que lanza Inès Safi, física teórica del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia y experta en el Islam.

Debido a la confrontación entre una “visión radical del islam”, y el “extremismo antiislámico”, no hay lugar “para una visión espiritual del Islam”, argumenta esta investigadora de 49 años. Una manera de entender la religión que sea crítica con los textos religiosos, que no someta la mujer al hombre. Al fin y al cabo, “la Europa medieval heredó el amor cortés [que entendía la mujer como superior al hombre] del mundo musulmán”. “La ignorancia y el dogmatismo nos han herido. Ha habido muchos estudiosos de la religión en el Islam que se han mostrado a favor de la mujer”, asegura Safi.

¿Cómo se puede propagar esta visión alternativa? Para empezar, mostrando otra imagen de la mujer musulmana, que sirva de ejemplo. Con “mujeres musulmanas con liderazgo, que puedan inspirar a otras” por ejemplo. “Científicas que ayuden a generar una visión positiva de la religión”, añade.

Sarra Arbaoui.
Sarra Arbaoui. Juan Barbosa

 Al mundo agrícola, por la puerta de la investigación

La historia de la tunecina Sarra Arbaoui es la de quien supera las barreras de un sector especialmente propenso al machismo. Ayudante de investigación del Instituto Superior de Agronomía Chott-Mariem, recuerda como en la escuela de agrónomos a ella y a otras compañeras de clase se les aconsejó “reorientarse para buscar trabajo en otros ámbitos”. ¿La razón? “Los empresarios agrícolas creen que las mujeres no son capaces de tomar decisiones, ni se pueden quedar hasta tarde, por sus obligaciones familiares”, relata esta investigadora, beneficiaria del proyecto ‘WOMED: la siguiente generación de líderes’ de la UfM, sobre formación en liderazgo.

Ella vivió el prejuicio en sus propias carnes: “Para las prácticas, éramos cuatro mujeres y un hombre. Él era el último de la promoción, y pese a ello lo escogieron para trabajar”. Esto, sin embargo, no las detuvo. Una de sus compañeras es lugarteniente del ejército. Otra, especialista en pesca. La tercera se ha hecho un sitio en el sector como “especialista en producción animal, gestionando un proyecto con su marido”. Ella optó por la investigación. Con tanto éxito, que en 2012 recibió el premio L’Oréal-UNESCO Mujer y Ciencia por su investigación sobre la remediación de los suelos.

Sus hallazgos abren la puerta a la recuperación del terreno sin necesidad de componentes químicos. La ciencia, en todo caso, no parece tener los mismos prejuicios que el empresariado agrícola. “Cuando yo me presenté al puesto, me evaluaron por lo que hice y por mi experiencia, no por otros factores”, recuerda.

Fatima Zahra.
Fatima Zahra. Juan Barbosa

 De la incredulidad al entusiasmo

La familia de Fatima Zahra no creía en su proyecto. Pero su mentor sí. Y este apoyo le bastó para poner en marcha Biodome du Maroc. La empresa que lidera aspira a remplazar el uso del gas butano en agricultura con biogás, más barato y seguro. Sin embargo, el escepticismo inicial se convirtió rápidamente en entusiasmo tan pronto como el proyecto empezó a funcionar, relata Zahra, de 29 años: “Hombres y mujeres han creído que era posible, cuando ha empezado a ser exitoso”.

Los prejuicios siguen presentes:“hay hombres que me contactan para obtener información, pero se esconden”, explica. Pero esta empresaria marroquí es optimista. Entre otras cosas, porque en la actualidad “todo el tema de la agricultura se centra en la innovación”. “Es el momento ideal”, asegura con confianza esta beneficiaria de la iniciativa WOMED de la UfM.

Fatima Al Annan.
Fatima Al Annan. Juan Barbosa

 Formarse sí sirve para tener un futuro

Estudiar en la Universidad no siempre abre la puerta a un futuro mejor. Ni en España, ni en Oriente Medio. Pero en el caso de Fatima Al Annan sí fue posible. Su puerta se abrió durante una feria de trabajo en la Universidad Libanesa. Al Annan, estudiante de biología, conoció unos cursos de formación que la ONG Amideast proporcionaba, como parte de un proyecto de la UfM en el ámbito para la empleabilidad de las jóvenes con estudios incompletos o en formación. “Allí nos dieron clases de inglés, de ordenador. También recibimos formación en atención al cliente y emprendimiento. Aprendimos a escribir un currículum vítae y adquirimos habilidades de liderazgo”, relata esta libanesa de 25 años.

“Mucha gente me decía que acabaría cansada, porque las clases eran en verano”, explica. Por si fuera poco, su hermana tenía poca fe en el curso. “Mi hermana siempre me decía: ‘¿qué estás ganando con ello?’. Ella creía que tenía que conocer alguien para obtener un trabajo”. Pero Al Annan sí creía que el esfuerzo valía la pena. “Nos decían que podíamos hacer cualquier cosa. Que teníamos que ser positivas”. Los meses de formación sirvieron para algo. Tanto, que ahora trabaja como administrativa en el Ministerio de Defensa libanés.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/11/28/planeta_futuro/1480335245_064140.html

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Quito vivió una marcha en rechaza a la violencia contra la mujer

América del sur/Quito/noviembre 2016/http://www.eluniverso.com/

Mujeres, hombres, indígenas amazónicos, de la sierra, blancos, mestizos, afroecuatorianos, nacionales y extranjeros, de todas las edades, se juntaron este sábado en Quito bajo el grito «Vivas nos Queremos, Ni una Sola Más» para rechazar la violencia contra la mujer. El viernes último (25 de noviembre) se conmemoró un año más del «Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer»

La gran cantidad de asistentes a la marcha convocada por diversas organizaciones de mujeres y familiares de jóvenes y adultas que han sido víctimas de femicidio ocasionó que varias vías principales, entre ellas, la avenida 10 de Agosto y la calle Guayaquil fueran cerradas parcialmente al tránsito para evitar accidentes.

La marcha arrancó a las 16:00 en el parque El Arbolito, ubicado al norte de Quito, y tuvo como fin el boulevard de la Plaza 24 de Mayo, en el centro de la ciudad, lugar en el que se tenía preparado un escenario para presentaciones artísticas que durarían hasta la medianoche.

Aunque una de las organizadoras de la marcha, Rosa Ortega, familiar de Vanesa Landines, joven que fue asesinada por su pareja en 2013, calificó a la acción como un éxito, cree que este apoyo de la sociedad debe transformarse en procesos específicos para erradicar la violencia contra la mujer.

Ortega critica a las instituciones del Estado por únicamente tratar este tema, con rendición de cuentas o firma de compromisos, en un día específico y no todos los días, como, por ejemplo, dice, ellas lo hacen para buscar justicia para mujeres maltratadas, que han desaparecido e incluso muerto por esta violencia estructural de la sociedad.

«Todo lo que se ha hecho de necesario, la visibilización del femicidio, las tipificaciones de las violencias de género, por ejemplo, ha sido porque el movimiento social se ha movilizado, puntualmente el movimiento de mujeres y feministas el Ecuador. En ese sentido todo lo que tenemos en mediana o pequeña escala en Ecuador es gracias a eso», aseguró Ortega.

Mujeres desparecidas

A lo largo del recorrido, representaciones teatrales y música fueron las herramientas usadas para rechazar las diversas formas de violencia contra la mujer. Carteles que registraban que el 67% de los desaparecidos en el Ecuador son mujeres fueron llevados por familiares y amigos de personas desparecidas.

Para Moni Pizani, representante de ONU Mujeres en Ecuador, a pesar de todos los avances que se han logrado en el mundo en temas de legislación, de políticas públicas, en recursos que se han asignado, ella cree que todavía no es suficiente porque a las mujeres las siguen matando.

Pizani está segura que es importante cualquier acción que se realice para llamar la atención de la sociedad en general sobre esto que ella califica como una pandemia mundial. La funcionaria de Naciones Unidas para temas de la mujer apunta a que el aspecto cultural es uno de los mayores problemas por superar la violencia contra la mujer.

«Hay que sancionar. Tenemos que garantizar cero impunidad, es decir, todo aquel que maltrate o asesine a una mujer tiene que ser sancionado, tiene que estar preso. Hay que trabajar desde muy tempranas edades para que logremos ese cambio cultural que necesitamos. Este no es un problema de las mujeres, sino de la sociedad».

Fuente

http://www.eluniverso.com/noticias/2016/11/26/nota/5922805/quito-vivio-marcha-rechaza-violencia-contra-mujer

Fuente imagen

https://lh3.googleusercontent.com/jhDoX3YSqGZGSAVQBzO3WgNrPgjUbvuoXMmZWFG0wEvtIUVr1mwl9PR1xmK78SND_PMR=s85

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Si crees en la igualdad, tú eres feminista

Por: Gloria Lomana

Solo desde una visión liberadora e igualitaria acabaremos con la violencia machista.

Conmemoramos hoy el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer porque, desgraciadamente, al menos una vez al año debemos dar este aldabonazo contra lo que sigue siendo una auténtica pandemia global. Naciones Unidas considera que el 70% de las mujeres sufren violencia en su vida. Ejercida de muchas maneras: física (con un insoportable corolario de muertes que no cesa), psíquica (con no menos insoportables vejaciones hasta la destrucción de la mujer), social (imponiendo falaces estereotipos), laboral (impactando en los salarios y las oportunidades), educativa (ahogando la futura igualdad real). Todo lo que discrimina es violento, porque desconfigura el proyecto vital de una persona. Y la violencia de género puede ser tan sutil…

Cuando una niña tiene carácter es mandona; cuando el niño tiene carácter apunta relato de futuro. Cuando un hombre destaca, es triunfo; cuando una mujer es competente, se la presupone agresividad y ambición. Tanto tiempo atribuyendo a los hombres mayor capacidad de liderazgo y a las mujeres más sensibilidad, que no es de extrañar que las mujeres interioricen los mensajes negativos que reciben durante años. Y que la vida, luego, les evidencia. Por eso, tampoco es de extrañar que muchas mujeres abandonen en mitad de la carrera…

 La actriz Emma Watson, flamante embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres, alertó hace dos años sobre los nocivos estereotipos con los que convivimos cotidianamente. Sin percatarnos. En su legendario discurso en Naciones Unidas dijo: “A los 14 años la prensa comenzó a sexualizarme… a los 18, mis amigos varones no expresaban sus sentimientos”. Emma presentaba la campaña mundial HeForShe, que ha delineado la visión del feminismo de nuestros días: el género no han de ser dos conjuntos opuestos. Ella lo expresó así: “Si apoyas la igualdad puedes ser uno de esos feministas involuntarios”. Hombre o mujer. De inmediato, Emma comenzó a recibir amenazas crueles. La violencia volvía a estar ahí.

Tras la liberación que nos legaron las hoy madres y abuelas, con su lucha en los sesenta, los hombres y mujeres de nuestros días sabemos que para erradicar la violencia machista primero debemos cambiar las mentes. De todos. Porque la equidad supera al género, alcanza los derechos humanos. Y se impone abandonar la idea de que la mujer es un hecho diferencial, cuando representa la mitad de la población. Sherill Sandberg, la exitosa directora de operaciones de Facebook, afirma en su revelador libro Lean in (Vayamos adelante) que “si las mujeres tuvieran el 50% de los puestos de mayor responsabilidad, sería prácticamente imposible sentir antipatía hacia tantas personas”. Cierto. Necesitamos un liderazgo femenino contundente.

Falta educación en las escuelas para acometer la decisiva tarea de educar por la igualdad a niñas y niños

Aupado en tacones si es nuestro gusto. Sin tener que aparentar masculinidad para demostrar liderazgo. Sin tener que acudir al trabajo con el bebé bajo el brazo para reivindicar derechos. Sin pretender sostener al niño con una mano y al trabajo con la otra. Los hombres no lo hacen. Las mujeres debemos renunciar a ser perfectas y aprender a compartir también las renuncias.

Solo desde esa visión liberadora e igualitaria acabaremos entre todos con la violencia machista. En nuestra cultura occidental. Fuera de nuestro círculo, la lucha ha de ser espeluznantemente más primaria: que las niñas no sean secuestradas, violadas, embarazadas y obligadas a matrimonios forzosos. ¿Quién se acuerda de las 200 niñas nigerianas secuestradas como esclavas sexuales?

Michelle Obama las recordó cuando llegó a España para explicar su campaña Lets girls learn y la espolearon porque venía de visitar África. Cierto que en España no estamos igual. Pero en España nos hemos tapado los oídos ante latrocinios muy cercanos, y no abrimos los ojos ante la educación que nos falta en las escuelas para acometer la decisiva tarea de educar por la igualdad a niñas y niños.

Ante la Embajada de Nigeria se habría manifestado, quizás sola, Soledad Cazorla, primera fiscal contra la Violencia sobre la Mujer, que ejerció hasta que la enfermedad se la llevó a la tumba. Sin ver en España su sueño cumplido: “Esto tan terrible de la maté porque era mía se va a acabar de una vez”. Pues no se ha acabado, Soledad. Nigeria es el infierno, sí, pero aquí las mujeres asesinadas siguen siendo un escarnio social. Y las mujeres maltratadas siguen temiendo denunciar al agresor.

Contra el maltrato machista, pintemos todos y todas, en los próximos días, “el mundo de naranja”, como nos invita a hacer Naciones Unidas. Para un futuro más brillante, sin violencia. El naranja era para el rey del color, Kandinsky, símbolo de alegría y triunfo. Buen presagio.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/11/24/opinion/1480009294_964250.html

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Zambia: Investing In Girls’ Futures In Zambia

Zambia/Noviembre de 2016/Fuente: The Huffintong Post

RESUMEN: Hay un dicho que dice «cuando educas a una niña, educas a una nación». Y la investigación realizada por el Unicef demuestra que invertir en las niñas y capacitarlas para que alcancen todo su potencial es fundamental para superar los ciclos de pobreza intergeneracional *. Sin embargo, hoy en día en todo el mundo las niñas y las mujeres todavía enfrentan barreras significativas para el empoderamiento social y económico. Esta toma de conciencia está detrás de la decisión adoptada por la Fundación del Grupo de Bolsa de Londres de asociarse con Unicef para abordar la cuestión de la falta de empoderamiento de las mujeres e invertir más de 1,2 millones de libras esterlinas en un proyecto dirigido a 11.200 niñas en Zambia durante el curso de tres años (2016-2018), mejorando sus posibilidades de acceder al mercado de trabajo formal y establecer su propio negocio. Zambia ha hecho grandes progresos a la hora de garantizar la equidad de género en el nivel de la escuela primaria; Sin embargo aún queda trabajo por hacer para cerrar las brechas en el nivel secundario. Aunque se sabe que tanto los niños como las niñas abandonan la escuela debido a la pobreza, las niñas adolescentes se enfrentan a un gran número de presiones adicionales debido a los roles familiares y maritales tradicionales. El embarazo representa más de la mitad de los abandonos escolares de las niñas de 16 a 18 años. Para empeorar las cosas, hay una falta de lugares de escuela secundaria en Zambia debido a la mala infraestructura escolar y las familias a menudo priorizar la educación de los hijos por delante de las hijas.

There is a saying that goes “when you educate a girl, you educate a nation”. And research by Unicef indeed shows that investing in girls and empowering them to reach their full potential is critical for overcoming cycles of intergenerational poverty*. Yet today around the world girls and women still face significant barriers to social and economic empowerment.

This awareness is behind the decision taken by the London Stock Exchange Group Foundation to partner with Unicef to address the issue of women’s lack of empowerment, and to invest over £1.2 million in a project aimed at training and mentoring 11,200 girls in Zambia over the course of three years (2016-2018), improving their chances to access the formal jobs market and set up their own business.

Zambia has made great progress when it comes to ensuring gender equity at primary school level; however some work remains to be done to close the gaps at secondary level. While both boys and girls are known to drop out of school due to poverty, adolescent girls face a great number of additional pressures because of traditional family and marital roles. Pregnancy accounts for over half of school dropouts of girls aged 16-18. To make matters worse, there is a lack of secondary school places in Zambia due to poor school infrastructure and families will often prioritise the education of sons ahead of daughters.

When in 2015 the London Stock Exchange Group asked its staff where they thought the business should direct its charitable donations, it was the empowerment of girls in Zambia that really resonated. LSEG subsequently went into partnership with Unicef with an ambition to realise the potential of girls in Zambia through the Zambian Girls 2030 initiative.

This programme will contribute to one of the Sustainable Development Goals, also known as “Agenda 2030,” that the United Nations’ Sustainable Stock Exchanges Initiative, which London Stock Exchange Group is an active member of, has identified as relevant to the role of exchanges- that of gender equality. The programme is also in line with the Zambian government’s plans to raise the aspirations of young women going through the education system in the country.

In collaboration with a network of schools and with the support of local educational organisations, Unicef will give girls an opportunity to learn business skills and receive professional training and mentoring. Girls will have the chance to attend career counselling with a focus on the skills needed to enter the Zambian job market. They will be supported with applications to higher education and receive training in key business skills such as marketing, sales and finance.

By working together with Unicef, we hope to support young women, their families and communities to perceive the role of women in society in a different, more powerful way. One of the big reasons LSEG employees are so supportive of this programme is that it has clear, measurable objectives and it is run in collaboration with the benefitting country, through the relationship established by Unicef with the local education system and local experts. We believe that investing in girls is an investment in the future growth and prosperity of a country and we look forward to seeing the future success of these young women in Zambia.

Fuente: http://www.huffingtonpost.co.uk/sara-lovisolo/investing-in-girls-future_b_13041340.html

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ONU: La violencia contra las mujeres atenta contra los derechos humanos

Noviembre de 2016/Fuente: El Regio Deporte

En su opinión, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer «nos convoca a una reflexión colectiva sobre cómo estamos educando a los niños, a los jóvenes, y que posibilidades reales tienen las mujeres de poder salir de los círculos de violencia». Su impacto puede ser tanto inmediato como de largo alcance, e incluye múltiples consecuencias físicas, sexuales, psicológicas e incluso, mortales para mujeres y niñas.

«Las mujeres deben estar resueltas y decididas a poner un alto, a decir basta, basta ya de violencia, no permitan ser víctima de ella y a los hombres que se pasan de la raya, deténganse; hoy queremos ser parte de un impulso, de un esfuerzo para transformar positivamente a nuestro país, detengan su actuar violento, sean capaces de reconocerse a lo mejor con mayor fuerza física, pero eso no les da ningún derecho para actuar con violencia frente a las mujeres».

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue declarado por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) el 17 de diciembre de 1999. Asimismo, se está armonización legislativa para evitar la continuidad de normas discriminatorias hacia las mujeres o que no permitían el acceso a la justicia.

«Es crucial que todos nosotros, mujeres, hombres y jóvenes trabajemos juntos para terminar con esta violencia contra las mujeres, que es la más grande y persistente violación contra los derechos humanos», agregó.

La creación del Centro de Justicia para Mujeres brinda atención integral a quienes han sido violentadas, con la finalidad de que todos sus derechos sean restituidos, al otorgarles la protección y el acompañamiento que requieren, velando también por sus familias.

«La violencia contra la mujer sigue siendo una pandemia global».

Según datos del Instituto de Medicina Legal, en 2015 en Colombia se registraron 1.007 casos de mujeres asesinadas y más de 16.000 denuncias de violencia sexual. Sin embargo, no existe reparación del daño real y efectiva, la cual es una obligación de Estado que va más allá de una compensación económica o el encarcelamiento de su agresor, se busca erradicar las relaciones de dominación, subordinación, sojuzgamiento, explotación y opresión que crean y reproducen las condiciones de desigualdad, discriminación y exclusión social por las que el cuerpo de la mujer se dispone como objeto sexual-desechable y que posibilita el caso más extremo de violencia: el feminicidio que está contemplado en la recomendación 19 del Comité de CEDAW.

Fuente: http://elregiodeporte.com/2016/11/26/la-violencia-contra-las-mujeres-atenta-contra-los-derechos/

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