Comunicadoras feministas nos pronunciamos ante la violencia misógina

Por: Comunicadoras feministas/28-04-2017
Los feminicidios en México ocupan todos los días espacios en la prensa escrita y medios electrónicos, y sin embargo, sigue sin dársele la dimensión que ayudaría a erradicarlo.
Una vez más expresamos nuestro rechazo tajante al mal uso y abuso de los medios de expresión y comunicación, en este caso el de las redes sociales para amedrentar, violentar o desprestigiar el reconocido trabajo de nuestra compañera Verónica Villalvazo mejor conocida como Frida Guerrera, mujer que con enorme valor y compromiso ha dedicado su labor profesional y ciudadana a pugnar para que en este país exista justicia y termine la oscuridad que trae la violencia feminicida, entre muchas otras violencias.
Los números son alarmantes, sin embargo, es importante que la labor periodística vaya más allá del dato duro y ponga rostro y nombre a las víctimas, es decir, las vuelva humanas. Desde hace algún tiempo, Frida se ha dado a la tarea de visibilizar el feminicidio en nuestro país al humanizarlo, difundiendo historias reales de mujeres a las que les ha sido arrebatada la vida de las formas más crueles y cobardes.

Los feminicidios en México ocupan todos los días espacios en la prensa escrita y medios electrónicos, y sin embargo, sigue sin dársele la dimensión que ayudaría a erradicarlo. Ser mujer no debe ser motivo de que nuestra vida corra peligro, como actualmente lo es en este país. No podemos, no debemos permitir que la violencia se apodere de nuestros derechos para borrarlos, suprimirlos, entre ellos el más importante: el derecho a la vida.

Como mujeres, como periodistas y activistas sociales, es necesario blindarnos con la fuerza de la verdad a fin de que haya justicia, que quienes nos agreden y violentan enfrenten los cargos que la ley impone por su conducta criminal. Frida ha sido amenazada varias veces a raíz de su trabajo, pero además porque es mujer, porque es periodista, porque es defensora de clases vulnerables, porque está en un país en donde la impunidad es el aire que respiramos todos los días.

La valentía de nuestra compañera Verónica Villalvazo ha sido ya reconocida por diversos medios y sectores, lo cual quizá resulte incómodo en época electoral en un estado donde ese tipo de crimen se ha agudizado. También resulta incómodo en las entidades e instituciones gubernamentales que maquillan cifras o esconden datos duros, los cuales han sido cuidadosamente rastreados, sistematizados y revelados en redes sociales por Frida Guerrera, quien por ello se ha convertido en blanco de diversas amenazas que han propiciado la solicitud de protocolos de protección para resguardar su seguridad. Es importante destacar que dichas amenazas y descalificaciones vienen de cuentas creadas con el único propósito de violentarla.

Esto no puede tomarse a la ligera en el ambiente que vivimos en este país, dados los terribles resultados de un gobierno indiferente, nada trasparente y marcado por sus grandes carencias en materia de respeto a las garantías y derechos ciudadanos, y sobre todo de las ciudadanas. Lo anterior nos orilla a denunciar desde nuestras plataformas las amenazas de que ha sido objeto nuestra compañera Frida Guerrera, así como el de Daphne Fernández, o las violencias misóginas como las del profesor universitario Marcelino Perelló Valls que provocó fuese cesado como conductor de un programa en la emisora de nuestra máxima casa de estudios.

Porque debemos avanzar como sociedad hacia una situación más justa y equitativa para todos sus miembros, con igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, pero sobre todo con respeto, emitimos este posicionamiento para pedir a legisladoras, mujeres líderes de opinión, políticas, activistas sociales, y especialmente a los hombres en posiciones de poder político y gubernamental, que emitan ya la alerta de género en todo el país, la cual incorpore una campaña amplia, profunda, científica y permanente que nos permita tomar conciencia acerca de que el feminicidio es una aberración que no debería existir y que nos reeduque como sociedad para extirpar la misoginia, el machismo patriarcal, la discriminación en todas sus expresiones, especialmente hacia el género femenino o quienes opten por ese rol social.

Ser mujer no debe ser motivo de odio y exterminio en México. Es momento para exigirle contundentemente a las autoridades que cumplan con el trabajo que les ha sido encomendado y es la seguridad de las ciudadanas, exigimos cese a las amenazas contra nuestra compañera, seguimiento a las agresiones a través de los mensajes que buscan parar el trabajo valiente de Frida Guerrera; estaremos atentas para defender como nuestro el espacio de Frida para visibilizar a las mujeres que el Estado trata de borrar.

Apoyemos su trabajo visita su video blog https://www.youtube.com/user/Guerreradelavida

México 19 Abril 2017

Autoras:

Daniela Villegas. Periodista Feminista.

Hilda Venegas Negrete
. Colectivo Alternativa Latinoamericana y Tiempo de Mujeres Radio de Género. CFRU Radio Comunitaria/Universitaria

Fabiola Sánchez.
Red Anáhuac por la Defensa de los Bienes Comunes.

Lorena Aguilar Aguilar. Colectivo de Contrainformación Kaos en la Red.

Lucero Mendizabal. Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.

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Entrevista a Antoinette Kankindi: «La mujer no tiene que convertirse en hombre porque perdemos todos»

Africa/19 Marzo 2017/Fuente: opusdei/Revista de Prensa

Antoinette Kankindi, filósofa y profesora congoleña, premio Harambee 2017: «Necesito 50.000 euros para formar a empresarias que contraten a jóvenes sin recursos. Evitaríamos que miles de ellas tuvieran que emigrar».

Acaba de recoger el premio Harambee 2017 de manos de la presidenta de honor de la ONG, Teresa de Borbón. Y lleva recorrido medio país con su charla ‘Liderazgo de las Mujeres en África’. La que la filósofa congoleña y profesora de ética Antoinette Kankindi impartirá esta tarde en Gijón. A partir de las 19.30, el Palacio de Congresos escuchará su demanda de fondos para lograr la emancipación de la mujer africana.

Lleva un maratón de charlas.

(Risas) Sí, he estado en Madrid, en Barcelona, en Sevilla, en Córdoba, hoy (por ayer) en Vigo. Ahora toca Gijón. Es una gran oportunidad para que la gente sepa lo que hago y para qué necesito apoyo económico.

¿Y qué hace y para qué necesita apoyo económico?

Doy clases de ética y filosofía política en la Universidad de Strathmore, en Kenia. Pero, en 2012 empecé con otros cursos de formación corta, para promocionar una cultura de integración que pueda ayudar al liderazgo de la mujer africana.

¿No tiene liderazgo?

Lo tiene dentro de nuestra cultura, de acuerdo a nuestros valores de familia, comunidad, hospitalidad… Valores que se enfrentan a los desafíos de la cultura moderna.

¿La mujer africana no ha estado tradicionalmente sometida?

Eso se dice, pero es una visión parcial del papel de la mujer africana.

¿Estamos equivocados?

Un poco. El tipo de liderazgo de la mujer en la sociedad africana no es un liderazgo de candelero, sino que es interno. Siempre se dice que hasta los sabios líderes de la comunidad, cuando no podían resolver problemas decían: ‘Vamos a pensar sobre ello en casa’. Ahí consultaban a su mujer y traían la solución.

¿La solución era cosa de ellas?

Sí (Risas) Le decía ella ‘ni se te ocurra hacer eso’. Es como en la cultura occidental: los hijos piden algo al padre y él siempre pregunta: ‘¿Qué dice mamá?’. Pero ahora la mujer tiene que superar más problemas.

¿Cuáles?

El acceso a los recursos estaban muy definidos en nuestras tradiciones. Pero ahora solo se accede con educación. Y la escolarización comenzó con los niños y luego con las niñas. Ahora puedo decir que tengo tantas alumnas como alumnos, pero hay muchas personas sin recursos que se quedan fuera.

¿Y a ellas va su programa?

Sí. En 2012 trabajé con 28 mujeres de siete países. Así hasta 2016, cuando no logré fondos.

¿No pueden llegar con el premio?

El premio es testimonial, pero sí me ayudará a dar a conocer el programa. Necesito 50.000 euros y sé que la ONG Harambee tiene abierta una cuenta. La idea es formar a 22 empresarias para que contraten a jóvenes que viven en las chabolas. Con 50.000 euros al año, en cinco años evitaríamos que miles de mujeres tuvieran que emigrar. Ninguna quiere hacerlo. Es una independencia que ayuda a la comunidad.

¿En igualdad con los hombres?

Exacto. La mujer no tiene que convertirse en hombre. Salimos perdiendo todos. No se trata de competir entre nosotros.

Fuente de la entrevista: http://opusdei.es/es-es/article/antoinette-kankindi-premio-harambee-africa-mujer-el-comercio/

Fuente de la imagen:https://odnmedia.s3.amazonaws.com/image/Kankindi-Liderazgo-de-la-mujer-en-Africa-Harambee-Opus-Dei_20170316120009554132.jpg

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Nuestra voz tiene eco

Blanca Heredia

Como cada 8 de marzo, la sociedad voltea a ver a la minoría que es mayoría: las mujeres. Es increíble que aún en estos tiempos debamos dar argumentos para justificar el reclamo por igualdad de derechos y oportunidades, y demostrar que aportamos valor y diversidad –en nuestros muchos y muy variados roles– al bienestar y al desarrollo colectivo.

A diferencia de otros años, este miércoles nuestra voz es más fuerte, pues cada vez somos más las que estamos dispuestas a alzar y unir nuestras voces en defensa no sólo de nosotras sino de todos, más allá de niveles de ingreso, ideologías, credos, nacionalidades y colores de piel. Esta alianza global, en gestación, encontró en la marcha de mujeres del 21 de enero de este año en Washington DC un marcador y un estímulo importante. Esa voz que gritó en Washington tuvo eco en más de 20 países.

Pero no es la única muestra de que nuestra voz tiene eco y un eco que no sabe de fronteras, lo cual es importante porque la violencia contra las mujeres tampoco. En abril pasado, las mujeres hicieron un llamado en México para denunciar los niveles alarmantes de feminicidio, acoso y discriminación en los que vivimos. El movimiento, llamado Primavera Violeta por algunas activistas, puso el reflector sobre un tema grande, el acoso. El hashtag #MiPrimerAcoso fue tendencia en Twitter en México y también sirvió para visibilizar la historia de muchas mujeres en Latinoamérica y España quienes, desde edades muy tempranas, han vivido las consecuencias de habitar sociedades machistas en las que la mujer es vista como un objeto que se puede tocar.

La iniciativa #MiPrimerAcoso puso de nuevo sobre la mesa y a la vista de todos lo que ya sabemos y hemos repetido en más de una ocasión: el problema no está en la víctima sino en el agresor. Ni la manera de vestir, ni si fuma o toma, ninguna de estas es una invitación, ni permiso o justificación para ser acosada. No hay argumento para defender ese trato, no hay justificación para vivir los niveles de violencia que tenemos contra las mujeres: siete mujeres son asesinadas a diario en México.

La alianza entre nosotras es la clave para dejar de ser esa minoría que es mayoría. Como sabiamente me dijo alguna vez Patricia Mercado: no es necesario ser amigas para ser aliadas, no hace falta ser ‘íntimas’ para crear una red en la que nos apoyemos unas a las otras. Este año, la conmemoración del Día de la Mujer, con su llamado a parar labores el día de hoy, tiene sabor a protesta y a ganas de dejar de callar frente a esa discriminación y violencia pertinaz de la que somos objeto las mujeres, pero que nos denigra y empobrece a todos.

Este llamado a hacernos visibles parando labores está inspirado en la huelga de mujeres que tuvo lugar en Islandia, el 25 de octubre de 1975, cuando 90 por ciento de las mujeres se declararon en huelga –tanto en el hogar como en el trabajo– haciendo sentir así la importancia de su labor en ambos ámbitos y su importancia para la sociedad en su conjunto. Momento aquel que marcó a la sociedad islandesa y que en los últimos años ha permitido avances que sitúan a Islandia a la cabeza en el Índice Global de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial, es decir, como el país donde existe más igualdad entre hombres y mujeres.

Hasta la fecha no hay ningún país que haya logrado eliminar la desigualdad de género. Es un trabajo que requiere ser desarrollado día a día y en cada uno de los niveles y ámbitos de nuestra vida, tanto mujeres como hombres debemos construir las oportunidades y coyunturas que permitan el desarrollo pleno a todas las personas. En este sentido, como dijo Malala al recibir el Premio Nobel de Paz, la educación es un poder para las mujeres; sin embargo, aún hay niñas y mujeres que no pueden acceder a este derecho básico y universal.

Será que como dice Gloria Anzaldúa, una mujer que escribe tiene poder y una mujer con poder es temida.

Es momento de refutar las muy socorridas y, por desgracia, extendidas nociones según las cuales defender los derechos de las mujeres y promover su desarrollo significa buscar el poder por encima de los varones y/o dejar de lado la dignidad y los derechos de grupos articulados en torno a otras identidades.

La de las mujeres es una lucha por la igualdad y la justicia, las cuales merecemos por el simple hecho de ser personas, y no es para situarnos por arriba de los varones, sino para hacer grandes a todos. Es momento de hacer una alianza a favor de nuestra humanidad compartida, una alianza incluyente y feliz que nos permita desplegar y hacer efectivas todas nuestras potencialidades.

[1] Anzaldúa, Gloria, Speaking in Tongues: A Letter to Third World Women Writers.

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/nuestra-voz-tiene-eco.html

Fuente de la imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2014/02/06/52f385f524e21.jp

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Libro: Niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe: deudas de igualdad

Por: Cepal. 29-10-2016
Autor: Céspedes, Catalina – Robles, Claudia
Páginas: 100 p.
Editorial: CEPAL
Tipo: Asuntos de Género

Resumen

El presente estudio entrega un panorama sobre las desigualdades que experimentan las niñas y las adolescentes de la región y pretende aportar a la discusión sobre políticas que busquen eliminar todas las formas de discriminación que les afecten. Para ello, se adopta una perspectiva enfocada en las vulnerabilidades específicas que niñas y adolescentes enfrentan, reconociendo la diversidad de sus identidades e identificando las barreras que es necesario derribar. Esto es un imperativo, por una parte, para su ejercicio de derechos, la adquisición de activos y acceso a oportunidades y la construcción de su autonomía y ciudadanía, y por otra parte, para el desarrollo social y económico de los países en el presente y futuro, comprendiendo que las desigualdades que se padecen desde la infancia, además de ser fuente de injusticia en esta etapa de la vida, se proyectan y amplifican hasta la edad adulta. La información que se presenta busca aportar al diseño de políticas públicas pertinentes y eficaces que permitan garantizarles la realización de sus derechos con miras a cimentar en la región un desarrollo con igualdad, más aún en el contexto de la recientemente aprobada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ONU, 2015).

Índice

Resumen .– Introducción .– I. Ser niña, ser adolescente en América Latina y el Caribe .– II. Los hogares donde transcurre la vida de las niñas y las adolescentes .– III. El acceso a la educación y a la salud .– IV. La maternidad infantil y adolescente: implicancias para el ejercicio de derechos .– V. El tiempo interrogado para vivir la infancia y la adolescencia .– VI. Violencia de género en la infancia y la adolescencia .– VII. Reflexiones finales y recomendaciones de políticas.

Descargar el libro en el siguiente link: libro-ninas-y-adolescentes-en-america-latina

Fuente: http://www.cepal.org/es/publicaciones/40180-ninas-adolescentes-america-latina-caribe-deudas-igualdad

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