El conocimiento, motor de la sociedad.

Por: Raúl Contreras Bustamante.

Esta semana tuvieron verificativo dos eventos trascendentes para la vida y el desarrollo cultural de nuestra sociedad. El primero al que me voy a referir es a la visita, el pasado 23 de mayo, del rector de la UNAM a la Cámara de Diputados para hacer entrega del Informe del Desarrollo en México 2016. Dicho documento realiza una evaluación de aquellos logros obtenidos de las metas no alcanzadas y también plantea propuestas de políticas públicas para nuestro país, en aras de cumplir con los objetivos comprometidos en la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 de Naciones Unidas.

El mensaje del rector Enrique Graue se sintetiza en una fuerte y clara definición: “La educación no puede detener su crecimiento. Sin ella, el país no tendrá un futuro cierto”. Sus palabras cobran sentido cuando se analiza que en el presupuesto federal de este año, el sector educativo sufrió una disminución real de 4.2%; y la educación superior fue la más golpeada, con un decremento de 6.4%.

Los recortes financieros a la educación y a la investigación en el presupuesto parecen ignorar que sin dichas actividades estratégicas no hay desarrollo ni tampoco existirá democracia plena, porque la nación requiere de la existencia de ciudadanos libres y soberanos en su pensar y actuar; capaces de tomar decisiones a partir de la apreciación que más se ajuste a la realidad.

La importancia de escuchar y tomar en serio este llamado radica en la necesidad de dejar muy claro que la educación, la investigación y la formación del conocimiento son indispensables para combatir a los grandes rezagos nacionales en materia de combate a la pobreza; generación de empleo; la repartición más igualitaria de la riqueza y un acceso efectivo a la salud de las clases más necesitadas. Para decirlo claro: la educación es una inversión y no un gasto.

El segundo acontecimiento fue el brillante discurso que el doctor Julio Frenkpronunció con motivo de su ingreso al Colegio Nacional, el pasado miércoles. Destaco una frase del actual rector de la Universidad de Miami, que atrajo mi atención y que coincide con lo antes expresado: “El conocimiento es el motor de la sociedad para transformar a la realidad social”.

El gran problema de nuestro país es que la educación no siempre ha sido considerada como prioridad ni comprendida como una inversión estratégica para nuestro desarrollo, sino que ha sido parte de políticas macroeconómicas, que la tratan por igual como cualquier otro capítulo de gasto.

La educación es el elemento nivelador por excelencia de las desigualdades sociales. Otorga la posibilidad a los niños y jóvenes mexicanos de aspirar de forma igualitaria a un mejor nivel de vida. No es poca cosa: puede ser su única oportunidad de modificar sus condiciones y limitaciones económicas de origen. Por ello, preocupa saber que en un futuro muy cercano, de no hacerse las inversiones públicas necesarias, seis de cada diez jóvenes en edad de cursar estudios superiores, no podrán tener acceso a ellos.

El conocimiento y la educación construyen un camino ilustrado hacia una mejor sociedad. Configuran una garantía institucional para el ejercicio del resto de los derechos, son parte fundamental y precondición de la construcción de la ciudadanía, a la vez de ser un control social efectivo en los procesos deliberativos: una garantía de pluralidad.

Como Corolario, las palabras de Sócrates: “Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia”

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/raul-contreras-bustamante

Imagen: http://elperiscopi.com/wp-content/uploads/noticies/7828_m.jpg

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Inakuwa: Educación para acabar con la pobreza

Tanzania/24 de Marzo de 2018/

Acabar con la pobreza. Este es el objetivo de una ONG creadea recientemente por estudiantes dle Colegio Estudio. En Tanzania, ayudarán a la emancipación de las mujeres.

No es nada nuevo que el mundo está lleno de desigualdades, y que, por ello, es necesario que haya gente en el planeta que dedique parte de su tiempo a hacer de él un lugar mejor. Es por eso que un pequeño grupo de universitarios ha creado una asociación sin ánimo de lucro que trabaja para llevar la educación a cada rincón del mundo. Inakuwa, cuyo significado en suajili es creciendo, busca el desarrollo y la autonomía de las personas más desfavorecidas a través de cursos lúdicos, prácticos e instructivos.

“Inakuwa es una oportunidad de terminar con las diferencias que marca nuestra sociedad actual, diferencias que imposibilitan tener una oportunidad a muchas mujeres, niños y hombres para demostrar de lo que son capaces”, afirma Pablo Colomina, vicepresidente de la asociación.

Durante un mes, se impartirán clases de alimentación y cocina, agricultura, economía, arte, medicina, educación sexual e inglés

A pesar de ser una entidad muy reciente, ya que se constituyó en octubre de 2017, en julio ya se podrá ver en pie uno de sus principales proyectos del 2018. El primer plan se llevará a cabo en Rau, Moshi, Tanzania, en colaboración con la ONG Jiendeleze Women, al cual acudirán once voluntarios. En esta localidad hay un centro al que van diariamente 60 mujeres para mejorar la situación de opresión a la que se ven sometidas. Durante un mes, se impartirán clases de alimentación y cocina, agricultura, economía, arte, medicina, educación sexual e inglés.

 Este equipo de jóvenes, cuyo único fin es la igualdad de todas la personas, son estudiantes de todas la ramas, medicina, ingeniería, cine, psicología, historia del arte, y es esta variedad lo que hace posible un desarrollo cultural abordado desde diferentes áreas.

“La concienciación de los más jóvenes acerca de la situación actual en la que viven miles de personas es el primer paso para poder revertir esa situación, por eso creo que Inakuwa es una oportunidad preciosa para intentar poco a poco hacer del mundo un lugar mejor”, reitera Colomina.

Desde el principio, un grupo de estudiantes del Colegio Estudio tenía claro que quería hacer un voluntariado en Tanzania, y se puso manos a la obra para organizarlo, pero después de unas semanas, los jóvenes se dieron cuenta de que podían dar más, hacer más, crear una asociación, con tan solo 19 años. Mes y medio después Inakuwa cuenta con 7 miembros en la junta directiva y más de una veintena de voluntarios

Amantes de la ciencia

Se definen a ellos mismo como “artistas, estudiantes y amantes de la ciencia, de la medicina, del derecho, de la música… somos personas soñadoras, entusiastas, diferentes, inconformistas…”

“Creo que eso es lo que hago normalmente, demostrar que los límites son construcciones, y que no todo vale. Sí hay diferencia entre lo bueno y lo malo. No podemos quedarnos indiferentes”, expresa María Caso, presidenta de la Asociación Inakuwa.

Aunque su primer gran proyecto se realizará en Tanzania, esta no es su única iniciativa. Su intención es ofrecer estos cursos también en España a todas aquellas mujeres que también lo necesiten, porque la desigualdad no solo existe en otros continentes, también está presente a la vuelta de la esquina.

Además, en abril de este año, se llevara a cabo el I Congreso. Todo el dinero recaudado tanto en las entradas como en merchandasing será destinado a la organización.

Durante el día que se lleve a cabo, el 21 de abril, se impartirán una serie de charlas siempre con el hilo conductor y la temática de la mujer en la historia, en la literatura, en las artes y en la ciencia. A pesar de que el público al que va dirigido el congreso es principalmente adulto, los jóvenes tendrán su papel como voluntarios. “Este congreso, será definitivamente un un punto de inflexión para Inakuwa”, expresa Ana Diez, vocal de la Asociación Inakuwa.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-03-20/pobreza-desigualdad-ong-colegio-estudio-tanzania-mujeres_1538354/

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