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Panamá: Dos visiones de la educación sorda

Autora: Ámbar C. Arjona

Una investigación de la realidad socio demográfica, comunicativa, educativa de los sordos, sus necesidades y competencias para el empleo

En el marco de la educación inclusiva, la comunidad educativa panameña, especialmente los docentes y padres, necesita información sobre las grandes perspectivas que orientan los modos de comunicación en la atención y la enseñanza de los niños y jóvenes sordos, de acuerdo con las necesidades de aprendizaje y el desarrollo integral de los mismos.

En primer lugar, la modernidad socio científica y tecnológica y los cambios en la educación especial hacia un enfoque inclusivo impulsan nuevas estrategias de atención a los niños y jóvenes sordos partir de dos grandes visiones sobre la sordera, a saber:

La Perspectiva Clínico-médica que se centra en el hecho biológico y orgánico de la discapacidad, el déficit, la etiología o causas, el diagnóstico, las clasificaciones y el tratamiento de la pérdida auditiva para prevenirla y dirigir su rehabilitación y educación con perspectiva conductista, a la oralidad, es decir, a hablar.

En la enseñanza, desde dicha perspectiva se privilegia el modelo auditivo-oral, que concibe a la persona sorda como un ser limitado e incompleto, carente de la audición normal que necesita de entrenamiento auditivo-oral, lectura labial, de procedimientos de amplificación mediante audífonos o el implante coclear.

La perspectiva socio-antropológica o socio-cultural de la sordera (Skliar, Massone y Veinberg, 1995), como una característica socio-cultural, considera al sordo como un ser sociolingüístico integrante de una comunidad minoritaria, la comunidad sorda, que tiene derechos y deberes sociales, en lugar de apreciarle como una persona que debe ser rehabilitada.

Entonces, del enfoque exclusivamente oralista, los sistemas educativos de los países, en Europa y en Norteamérica, modificaron los programas en las escuelas para dar paso a la educación bilingüe-bicultural de los sordos, reconociéndolo como sujeto bilingüe, dentro de una comunidad, culturalmente, diferente. Esta evolución es asignatura pendiente en Panamá.

El correspondiente modelo educativo bilingüe-bicultural, conocido como bilingüismo, reconoce la lengua de señas como la lengua materna natural de los sordos, visual y gestual, que debe adquirirse primero, antes que la lengua nacional, oficial del país o de los oyentes, la segunda lengua. En la práctica, no es fácil, porque con frecuencia, los niños sordos tienen padres y hermanos oyentes.

El biculturalismo significa una cultura Sorda (con mayúscula), diferente a la general, tiene sus modos de estar, asociarse, por ejemplo, en la Asociación Nacional de Sordos, y convivir como una cultura minoritaria, como otros grupos existentes en el país.

Estas concepciones son reafirmadas con el movimiento de defensa de los derechos de las personas con discapacidad, el liderazgo de sus asociaciones y las organizaciones internacionales, que promovieron los principios de inclusión y participación.

La Udelas (1997) es una institución clave en la formación, capacitación y perfeccionamiento de las competencias del talento humano destinado a la prevención, la atención y la valoración de riesgos en el funcionamiento y la autonomía de las personas y las comunidades.

Como tal, su misión, visión y valores, la identifican, en el desarrollo de sus grandes funciones, con las necesidades de las personas con discapacidad, particularmente, en la atención temprana, la educación centrada en la familia, el seguimiento pedagógico y clínico, la rehabilitación logopédica y adaptación de implantes cocleares a infantes y niños sordos.

Dichas funciones se desarrollan en dos grandes programas: el CIAES y el Centro de Atención a la Diversidad (CADI), el último de los cuales coordina intraprofesionalmente con las instancias de docencia, el apoyo a los estudiantes Sordos que siguen carreras diversas en la universidad.

Una investigación de la realidad socio demográfica, comunicativa, educativa de los sordos, sus necesidades y competencias para el empleo, cimenta el diseño y el desarrollo de una política social, educativa y lingüística integral hacia la comunidad sorda, tan diversa, como incomprendida.

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/politica/visiones-educacion-sorda/24069251

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Proyecto y Libro: Transformación del entorno escolar para el desarrollo integral y la promoción de la paz

La OEI quiere resaltar el proyecto: Transformación del entorno escolar para el desarrollo integral y la promoción de la paz. Este es  un proyecto de alcance regional que comenzó como piloto en 2016 en El Salvador y, a lo largo de 2017, se ha entendido a un total de 14 países. Va  dirigido a la totalidad de la comunidad escolar, para fortalecer el desarrollo integral de las personas para una convivencia en armonía entre familias y miembros de la comunidad basada en la promoción, la defensa y el respeto a los Derechos Humanos. Las escuelas se fortalecen como espacios inclusivos y seguros en la consolidación de la democracia y el logro de la paz. La iniciativa está teniendo un impacto muy positivo en todas las escuelas donde se ejecuta, situadas en zonas de alta vulnerabilidad y con elevados niveles de violencia y problemas de convivencia familia, escolar y ciudadana. Cabe destacar que beneficia a 17.705 personas de manera directa y 68.175 de manera indirecta.

DESCARGA EN EL LIBRO EN EL SIGUIENTE LINK:

proyecto-unificado- Desarrollo Integral y promocion de la PAZ

Fuente: OEI

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Costa Rica: OEI desarrolla proyecto “Transformación del entorno escolar para el desarrollo integral y la promoción de la paz”

Centroamérica/ Costa Rica/ 02.04.2018 / Fuente: www.oeicostarica.org.

El entorno escolar es uno de los ambientes en la formación de los niños y niñas más importantes, donde transcurren gran parte de sus vidas y horas continuas, este entorno gira en gran responsabilidad de diferentes actores entre equipos de familias y comunidades, directivos, docente y administrativo, familias y otros representantes comunitarios de los centros educativos.

Durante la semana del 19 al 23 de marzo, OEI-CR realizó tres talleres más, en coordinación con el MEP, en el marco del proyecto “Transformación del entorno escolar para el desarrollo integral y la promoción de la paz”, en la Escuela Campo de Aterrizaje, en Guápiles, la Escuela Cacique Nicoa, en Nicoya, y la Escuela Olympia Trejos, en Limón.

El proyecto está orientado a fortalecer el desarrollo integral de las personas para una convivencia en armonía entre familias y miembros de la comunidad basada en la promoción y el respeto a los derechos humanos, para avanzar en ambientes inclusivos y seguros en la consolidación de la democracia y el logro de la paz, y con ello específicamente, mejorados procesos de cambio al interior de los centros educativos, especialmente en las prácticas pedagógicas y en la construcción de competencias ciudadanas y en las comunidades educativas.

Se busca una capacitación continua, informativa y comunicativa de los diferentes panoramas de riesgo a la violencia y cómo se puede prevenir en este ambiente. Para esto se desarrollarán acciones que permitirán fortalecer la organización y la participación escolar en el aula y la comunidad educativa para la inclusión, prevención de la violencia y protección de los derechos humanos, la democracia y la sana convivencia; con perspectiva de derechos humanos.

En los talleres se abordan temas como: “Vivenciar los derechos humanos a través del juego” para niños y niñas de cuarto grado de la Educación General Básica y “Herramientas de transmisión de los derechos humanos a la niñez” para el personal docente de los 12 centros educativos que han sido seleccionados en conjunto con el Programa “Con Vos” del Ministerio de Educación Pública (MEP).

Los presentes talleres se suman a los que ha realizado OEI-Costa Rica en los centros educativos: Rincón Grande de Pavas, Flora Guevara, Unidad Pedagógica de San Diego, Las Letras, Carmen Lyra, General José de San Martín, y Cacique El Guarco.

Fuente dela noticia: https://www.oeicostarica.org/oei/noticia/oei-costa-rica-desarrolla-nuevos-talleres-para-la-proteccion-de-los-derechos-humanos-en-el-marco-del-proyecto-transformacion-del-entorno-escolar

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Empieza por lo primero

Por: David Calderón

En los debates entre representantes de coaliciones y candidatos sobre el tema educativo, debemos poner a la luz, en su adecuada relevancia, en el desarrollo integral de la primera infancia (DIPI). El cartel de argumentos corre el riesgo de reducirse a la evaluación de los docentes y a la pobreza del contexto o de las escuelas mismas, pero no volteamos a ver con suficiente detenimiento lo que implican los primeros años de vida para las oportunidades de millones de mexicanos.

Para la escuela que queremos, no basta suponer que las personas llegarán sin obstáculos a inscribirse en la educación obligatoria (desde primero de preescolar), debemos, en cambio, asegurarnos activamente –con los medios legales, con los diseños institucionales y con las prácticas reales– que llegarán todos, que podrán constantemente acudir a la escuela y, la tarea más ardua, que llegarán listos para aprender juntos. El primero de primaria puede ser muy tarde, incluso con un gran replanteamiento de las normas y programas de la educación básica, como el que se desprende del cambio a la Constitución y las leyes que se va implementando en México desde 2013, los frutos pueden ser magros si no cuidamos un arranque en la vida digno y suficientemente activado.

El desarrollo integral de la primera infancia no es algo sólo posible y deseable, es el derecho de cada persona a alcanzar en el arranque de su vida –de los cero a los seis años de edad– la plenitud del potencial que le es propio, dado que su despliegue personal ocurre con una velocidad y profundidad que no tiene paralelo en otras etapas posteriores. Usamos “desarrollo” en su acepción más amplia, que involucra lo físico, la salud, lo cognitivo, lo socioemocional, la habilitación comunitaria y la identidad cultural específica.

En la práctica, el desarrollo óptimo que debe servir de arranque a la escuela que queremos está todavía lejos de alcanzarse.

Por ello, más de 300 organizaciones, presentes en todas las entidades de la República, estamos emplazando a los candidatos a la Presidencia para que se comprometan con el Pacto por la Primera Infancia “Empieza por lo Primero”. La propuesta incluye que no sólo firmen, sino que también prometan dedicar presupuesto, asignar funcionarios, modificar reglamentos y establecer un sistema de información y monitoreo para que las organizaciones de sociedad civil verifiquen el cumplimiento. Ya está el reto desde el lado de los ciudadanos. Será muy significativo saber quién sí firma desde el lado los políticos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/empieza-por-lo-primero/

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¿Qué pasa con la educación en valores?

Por: Josep Mª Puig y Pedro Uruñuela

Este blog quiere invitaros a reflexionar y opinar públicamente sobre cualquier aspecto que ayude a imaginar cómo debería ser la educación para la ciudadanía y en valores en un futuro próximo.

Estamos en un cambio de época, muchas cosas han envejecido, algunas nunca fueron bastante bien y otras han quedado inservibles ante todo tipo de transformaciones sociales. Aquí, sin embargo, queremos referirnos en exclusiva a un ámbito limitado y relevante: la educación en valores.

En 1990, con la LOGSE, se dio un fuerte impulso a la formación en valores. A pesar de las limitaciones, permitió imaginar cómo debía ser la educación moral y para la ciudadanía en una sociedad plural y democrática. Permitió superar las clases de adoctrinamiento, hacer actividades para desarrollar la inteligencia moral, trabajar las competencias para el diálogo y para el ejercicio de la crítica, usar materiales abiertos a temas controvertidos, abordar los valores de forma transversal, crear un clima de centro convivencial, impulsar desde la escuela el servicio a la comunidad e incorporar a los centros las aportaciones de las organizaciones no gubernamentales y otras entidades sociales.

Esta síntesis de aspectos positivos se ha visto oscurecida por importantes limitaciones. Los Acuerdos con la Santa Sede de 1979 no han permitido, salvo breves períodos, ofrecer una educación en valores común a todos los escolares, y han obligado a programar formación religiosa de carácter confesional dentro del currículo escolar. Una cuestión que ha condicionado y aún condiciona el desarrollo de este ámbito formativo. En buena parte como consecuencia de este hecho, la articulación legal ha sido cambiante y enredada. De aquí han venido parte de las dificultades para conseguir arraigar estas temáticas en la escuela, para implicar y preparar el profesorado y para consolidar maneras efectivas de asegurar la formación. Todo ha quedado en manos de la buena voluntad y el compromiso de los equipos docentes.

Si lo miramos desde una perspectiva general, la derecha más tradicional ha impuesto la división de los chicos y chicas entre los que hacen religión y los que hacen ética, despreciando tanto el ideal de una ciudadanía plural y democrática como el sentimiento religioso de los creyentes. A la izquierda, siempre sospechando que los valores no escondan formas de dominación, le ha costado darse cuenta de que son también herramientas de humanización y transformación. Entretanto, la hegemonía neoliberal ha conseguido que el mercado, la competición, el interés individual y el ocio consumista lo impregne todo y se conviertan en valores absolutos que imponen sus criterios en todas partes y destruyan dinamismos humanos como el cuidado de los otros, el altruismo, la solidaridad y la justicia.

Por estos y probablemente también por otros motivos, parece como si hoy la educación en valores estuviera en retroceso, gastada, pasada de moda, de nuevo olvidada. Parece desdibujarse el papel fundamental que debe tener en la formación de la subjetividad y en la configuración de una sociedad democrática.

Tanto si compartís este diagnóstico como si lo veis de manera diferente, este blog quiere invitaros a reflexionar y opinar públicamente sobre cualquier aspecto que ayude a imaginar cómo debería ser la educación para la ciudadanía y en valores en un futuro próximo. Cómo debería contribuir al desarrollo integral de los chicos y chicas y en las transformaciones sociales que es urgente alcanzar.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2018/01/16/pasa-la-educacion-valores/

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Argentina: Para el CPE el eje central está en la defensa de la educación pública

Argentina/20 de Noviembre de 2017/Tiempo Sur

Autoridades del CPE asistieron a la reunión de la Comisión de Educación de la Legislatura. Desde la cartera educativa consideraron que el pago en tiempo y forma es clave para reducir el nivel de conflictividad y se realiza «un esfuerzo mensual importante».

En horas de la mañana de hoy miércoles se reunió la comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Técnica de la Cámara de Diputados, contando en esta oportunidad con la presencia de la Presidente del Consejo Provincial de Educación (CPE), María Cecilia Velázquez y parte de su equipo de trabajo, quienes habían sido convocados por los legisladores para tratar diversos temas relacionados a la cartera educativa. Por ello, también participaron del encuentro diputados que no componen la comisión. La reunión se extendió por más de dos horas y consistió en primer término en un panorama general de la situación educativa por parte de las autoridades del CPE, quienes luego respondieron preguntas de los legisladores sobre temas puntuales.

Presentes

Por parte de Educación, además de la licenciada Velázquez, estuvieron presentes el profesor Ismael Enrique, vicepresidente del CPE, la profesora Norma Bendetto, secretaria de Coordinación Educativa, y la profesora Ninnette Milostic, secretaria de Coordinación Administrativa, en tanto que participaron del encuentro los diputados Myriam Alonso, Gabriela Mestelán, Alberto Lozano y Javier Flores, quienes integran la Comisión de Educación, sumándose además los legisladores Gerardo Terraz, Matías Bezi, Sergio Bucci, Matías Mazú, Hugo Garay, Santiago Gómez, Oscar Lemes, Víctor Álvarez y César Ormeño.

Acciones

Durante su exposición, la presidente del CPE enumeró una serie de acciones que tienen continuidad desde la gestión de su predecesor, el profesor Roberto Borselli, y destacó que en términos generales hay diálogo con las autoridades educativas nacionales, a la vez que indicó que uno de los puntos más importantes para reducir el nivel de conflictividad está dado por la necesidad de pagar en tiempo y forma a los docentes, para lo cual se realiza un esfuerzo mensual importante.

Por otra parte, Velázquez también hizo referencia a modificaciones que se están planteando en el sistema educativo, y puso como ejemplo las tutorías y las aulas virtuales, ambas herramientas que tienen como fin apoyar al alumno en su desarrollo educativo ante el escenario de conflictividad actual. En tanto, Norma Bendetto indicó que es fundamental poner al alumno en el centro de atención, teniendo en cuenta que todo debe girar en torno al joven para lograr su desarrollo intelectual y social.

Con conceptos teóricos y ejemplos prácticos, por turnos las autoridades del CPE desarrollaron los ejes de la política educativa de la provincia, destacando que el eje central está en la defensa de la educación pública y para ello se trabaja desde distintos aspectos, a la vez que consideraron que las medidas de fuerza de los últimos tiempos fueron radicalizadas y no beneficiaron a nadie, ni a los chicos, ni al sistema educativo ni a los propios docentes.

Velázquez comentó además que como parte de la reorganización del CPE se crearon distintas secretarías con fines específicos (Secretaría de Coordinación Educativa y de Coordinación Administrativa) y se trabaja en la reformulación de conceptos y estructuras, con el fin de afrontar los problemas administrativos y estructurales de la Educación.

Consultas

Al turno de preguntas, los legisladores plantearon situaciones puntuales tales como los inconvenientes que se pueden generar por tener un calendario escolar propio, las diferencias entre los alumnos que tuvieron pocos días de clases y los que tuvieron más horas en las aulas, los paros docentes, las deficiencias edilicias, etc. Todas estas consultas fueron respondidas por las autoridades de Educación, resaltando que ya existen mecanismos que se están implementando tanto para los casos de migración de alumnos a otras provincias en las que la situación educativa es diferente y especialmente para evitar que las medidas de fuerza impacten en el desarrollo educativo de los alumnos, poniendo énfasis en el sistema de tutorías y las aulas virtuales, que permiten a los chicos aprender, ser evaluados y acreditar conocimientos a través de Internet y con un sistema informático creado especialmente.

Por otra parte, resaltaron que el pago a los docentes se realiza fraccionado pero que se cumple con la totalidad de los compromisos y que se trabaja en forma permanente en paritarias y con el Gobierno Nacional para avanzar en la solución de los distintos problemas que se presentan y, en cuanto a la cuestión edilicia, resaltó Velázquez la importancia de dejar en manos del IDUV los arreglos estructurales de los edificios, quedando en potestad del CPE las tareas de mantenimiento menores, lo cual redundará en obras concretas que muchas veces la cartera educativa no puede afrontar.

Volviendo a poner énfasis en la importancia de pensar por y para el alumno como eje del sistema educativo, las autoridades del CPE indicaron que se está realizando un trabajo constante y se están tomando medidas serias y planificadas, en función de la realidad actual y con la premisa de involucrar a todos (padres, alumnos, docentes y autoridades), en la construcción de una educación mejor, porque es necesario “salvar” el sistema educativo público y reflexionar sobre el impacto de cada acción que se toma, en referencia a los paros docentes que este año sumaron unos 100 días.

Positivo

Luego de más de dos horas, el encuentro llegó a su fin, con el compromiso de las autoridades educativas de estar a disposición para consultas, ofreciéndose a participar de nuevas reuniones o responder cuestionarios escritos sin ningún inconveniente, al punto que al ser consultada por proyectos sobre pedidos de informes que están siendo tratados en comisiones, Velázquez fomentó la aprobación de los mismos y se comprometió a acercar el material que se solicite para atender las inquietudes de los legisladores.

Fuente: https://www.tiemposur.com.ar/nota/142330-para-el-cpe%C2%A0el-eje-central-esta-en-la-defensa-de-la-educacion-publica

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Las universidades no están formando mejores ciudadanos

Por: Julián de Zubiría 

Las instituciones de educación superior colombianas privilegian la enseñanza académica y dejan de lado la formación integral. Si queremos construir la paz, hay que equilibrar esta situación.

Hace dos décadas, la Comisión de Educación de los Estados Unidos invitó a las universidades a promover entre los jóvenes estrategias que les permitieran cualificar el manejo del dinero y seleccionar las ideas más relevantes al interpretar la información que circula a diario en las redes. Los expertos que la conformaban insistieron en que eran competencias muy poco trabajadas en la educación superior. Un estudio similar en Colombia realizado por Corpoeducación y la Universidad de Antioquia seleccionó doce competencias esenciales para trabajar en todas las carreras profesionales, la gran mayoría socioemocionales y comunicativas tales como trabajo en equipo, autodisciplina, inteligencia emocional, planeación, escucha, lectura y escritura.

La conclusión de los dos estudios anteriores es significativa: a juicio de los empresarios, lo que se enseña en las universidades no es esencial para desempeñarse en el mundo laboral y, en cambio, lo que sí que requieren las empresas de sus trabajadores, las instituciones de educación superior no lo abordan.

Una reciente investigación elaborada también en Estados Unidos concluye que mientras el 96 % de los directores académicos de las universidades están satisfechos con la formación ofrecida, tan sólo el 10 % de los líderes empresariales la considera pertinente. La queja es similar a la que años atrás presentaban investigadores y miembros del gobierno, aunque ahora enfatizan en la carencia de pensamiento crítico, creatividad y capacidad para enfrentar problemas complejos y semiestructurados. Aun así, la crítica más generalizada sigue siendo la misma: en las universidades –dicen los empresario– no se desarrolla la inteligencia emocional de los jóvenes, debido a lo cual suelen presentar serios problemas de empatía, tolerancia, persistencia y capacidad para trabajar en equipo.

 Varios grupos sociales también comparten esta queja. Les preocupa la ausencia de formación en competencias ciudadanas vinculadas con el respeto a la diferencia y la responsabilidad social de los egresados del sistema.

Lo extraño es que, pese a las reiteradas críticas de los sectores sociales y empresariales, no parece haber ningún cambio significativo en las universidades que siguen concentradas, casi de manera exclusiva, en un trabajo técnico y académico. Pero las evidencias de que esta lógica formativa no funciona no podrían ser más dramáticas: buena parte de los estafadores de “cuello blanco” han sido formados en universidades del país y la mayoría de ellos posee títulos de pregrado y maestrías. Un hecho desconcertante y simbólico en esta paradoja es el grado con honores que recibió Guido Nule en 2002 después de culminar su tesis titulada “Ética y responsabilidad social de las empresas”. Las instituciones de educación superior se defienden con el argumento de que son “casos aislados”. Pero no es cierto.

Hay que reconocer que las universidades fueron creadas bajo un enfoque tradicional que suponía que el papel de la educación era transmitir las informaciones científicas y que la formación ética y ciudadana debería realizarse por fuera de las instituciones educativas. Por eso, en ellas no hay evaluación ni mediación de actitudes: ser solidario o autónomo no incide en la promoción de semestre y los docentes dejan por completo de lado el trabajo ético. No se orienta a los estudiantes para que mejoren el conocimiento de sí mismos, no se cualifica el trabajo en equipo, ni se analizan los dilemas éticos que plantean la ciencia y la vida. Tampoco existe algún tipo de apoyo para construir de manera mediada el proyecto de vida personal. Más grave aún: el docente universitario realiza un trabajo casi por completo aislado e independiente. En este contexto de amplia fragmentación es imposible asumir la tarea colectiva de la formación de mejores ciudadanos.

Lo extraño es que, pese a las reiteradas críticas de los sectores sociales y empresariales, no parece haber ningún cambio significativo en las universidades que siguen concentradas, casi de manera exclusiva, en un trabajo técnico y académico. Pero las evidencias de que esta lógica formativa no funciona no podrían ser más dramáticas: buena parte de los estafadores de “cuello blanco” han sido formados en universidades del país y la mayoría de ellos posee títulos de pregrado y maestrías. Un hecho desconcertante y simbólico en esta paradoja es el grado con honores que recibió Guido Nule en 2002 después de culminar su tesis titulada “Ética y responsabilidad social de las empresas”. Las instituciones de educación superior se defienden con el argumento de que son “casos aislados”. Pero no es cierto.

Hay que reconocer que las universidades fueron creadas bajo un enfoque tradicional que suponía que el papel de la educación era transmitir las informaciones científicas y que la formación ética y ciudadana debería realizarse por fuera de las instituciones educativas. Por eso, en ellas no hay evaluación ni mediación de actitudes: ser solidario o autónomo no incide en la promoción de semestre y los docentes dejan por completo de lado el trabajo ético. No se orienta a los estudiantes para que mejoren el conocimiento de sí mismos, no se cualifica el trabajo en equipo, ni se analizan los dilemas éticos que plantean la ciencia y la vida. Tampoco existe algún tipo de apoyo para construir de manera mediada el proyecto de vida personal. Más grave aún: el docente universitario realiza un trabajo casi por completo aislado e independiente. En este contexto de amplia fragmentación es imposible asumir la tarea colectiva de la formación de mejores ciudadanos.

Los seres humanos somos el resultado de múltiples procesos de mediación sociocultural, histórica, familiar, institucional y personal, de ahí que sería equivocado responsabilizar sólo a uno de ellos de los resultados. Lo que haga un docente y una universidad en un momento dado es sólo uno de los factores que influyen el desarrollo. Lo que sí sería muy grave es que no hiciéramos todo lo posible para garantizar una mejor formación integral en la universidad. Desafortunadamente, no lo estamos haciendo.

No basta formar contadores si al mismo tiempo no analizamos los costos morales de la doble contabilidad. De nada sirve formar buenos abogados, si ellos creen que el derecho no tiene que ver con la ética. De muy poco le sirve a la sociedad un administrador cuya finalidad es la maximización de las utilidades, si ella implica la subfacturación de costos y la evasión tributaria. Nuestros científicos sociales le agregarían poco a la sociedad si creyeran que la corrupción es natural a la vida y salieran a hacer política pensando en las próximas elecciones y descuidando a las próximas generaciones. Nuestros científicos naturales quedarían en deuda con la sociedad si fueran indiferentes al cambio climático o si, ante el dilema ético que representa botar desechos, primaran exclusivamente los intereses económicos de las empresas para las que trabajan.

Las universidades colombianas tienen que asumir de manera íntegra el compromiso que el momento histórico les demanda. La tarea para la educación en las próximas décadas tendrá que ligarse a la construcción de la paz e impulsar un cambio que permita superar una cultura heredada de las guerras y las mafias. Pero esto es válido desde la educación inicial hasta el doctorado. Estamos ante la infinita posibilidad de superar un pasado bañado en sangre y se requiere de un esfuerzo colectivo y conjunto de toda la sociedad para lograrlo. Obviamente no será una tarea exclusiva de los educadores, pero universidades y colegios tendrán necesariamente un rol protagónico en las nuevas condiciones históricas que nos correspondió vivir. Se trata de garantizar una formación más integral, que garantice un trabajo que involucre el cerebro, el corazón y el cuerpo. Se trata de reconocer que el papel esencial de toda educación es formar un mejor ser humano y que ello sólo se garantizará si todos los docentes, de todas las asignaturas y carreras, entendemos que la formación de mejores ciudadanos es una responsabilidad colectiva.

Un trabajo integral exigiría abordar propósitos y contenidos que ayuden a los jóvenes a pensar, valorar y hacer en cada una de las carreras y asignaturas. No se trata de crear cátedras formales, aisladas y desarticuladas, como ha sido la costumbre equivocada en Colombia, sino de asumir colectivamente y de mejor manera nuestra profunda responsabilidad con la historia.

Lo primero que hay que entender es que el propósito de la educación universitaria, necesariamente debería consistir en desarrollar procesos y competencias de carácter más general y no aprendizajes de carácter particular y fragmentado. Eso implica que la educación –tanto en la básica como en la universidad– debe estar focalizada en el desarrollo integral y no en el aprendizaje particular. Sin embargo, ello no será posible de alcanzar con currículos diseñados desde la fragmentación y la súper especialización. Por ello, una condición previa es elevar la reflexión pedagógica en las universidades colombianas –la cual es hasta el momento muy baja– para gestar nuevos currículos y nuevos modelos pedagógicos.

Somos seres que pensamos, sentimos y actuamos. De allí que una educación universitaria que no le asigne el mismo valor a la formación de mejores ciudadanos, seguirá en deuda con la sociedad. Esa deuda histórica debe ser saldada, sin falta y de manera general y estructural, por las universidades colombianas en las próximas décadas. De lo contrario, estaremos dejando que nos roben la esperanza de vivir en un país en paz, tal como de manera inspiradora, ética y profunda nos recordaba el papa Francisco en su reciente visita a Colombia.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/formacion-en-competencias-socioemocionales-en-universidades-colombianas/540281

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