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12 de octubre: Ni descubrimiento, ni encuentro de 2 mundos, Día de la Dignidad y Resistencia Indígena

Pável Uliánov Guzmán / @PavelUlianov

Para los pueblos originarios, el 12 de octubre es una fecha clave para su identidad, es día de lucha,  reivindicación, dignidad y resistencia indígena.

El 12 de Octubre se conmemora desde el punto de vista de la  historia oficial y eurocentrista, como el día del “Descubrimiento de América” por Cristóbal Colon en el año de 1492,  sin embargo, los españoles no hicieron tal hallazgo, pues para descubrir, es necesario encontrar algo desconocido, y estas tierras que hoy se llaman América eran ya conocidas, habitadas, nombradas y dominadas  por los pueblos originarios desde miles de años antes del arribo de los conquistadores.

A  esto se le puede aunar que Cristóbal Colon murió creyendo que había llegado a la India, por lo que no se puede descubrir en base a una aberración geográfica.

Paralelamente, el 12 de octubre también se celebra lo que se ha denominado “Día de la Raza”, como  aniversario del mestizaje de las culturas indígena, negra y europea, designación  derivada del llamado “Día de la Raza Española”, noción creada en Europa por el ex ministro español Faustino Rodríguez en 1913, con lo que nuevamente se reproduce una visión eurocentrista. En México, aberrantemente la primera celebración del “Día de la Raza” fue en el año 1928, durante el gobierno de Álvaro Obregón.

Así mismo,  estas designaciones  también son inapropiadas debido al concepto de raza, el cual es un intento discriminatorio de clasificación de los seres humanos y como es bien sabido, en el género humano no existen las razas, pues todos procedemos de una misma especie biológica.

En otros países como Argentina o Ecuador, el 12 de octubre se celebra el “Día de la Diversidad Cultural” o “Día de la Interculturalidad”, haciendo alusión al respeto e  interacción de  las diferentes culturas coexistentes, así como con el objetivo de reconocer y rectificar la colonización de América. Conmemoraciones establecidas hace pocos años.

Por otro lado, en algunas naciones se celebra el “Día del Encuentro de Dos Mundos”, sin embargo, históricamente no fue un encuentro de dos culturas, sino, conquista, sometimiento y explotación de una minoría española en contra de las culturas originarias. En otros países se conmemora el “Día Panamericano” como en Belice.

Cabe mencionar que en Bolivia, en base a un decreto del 12 de octubre del 2011, se festeja el “Día de la Descolonización”, después de haberse llamado “Día de la Liberación, de la Identidad y de la Interculturalidad”.

Para los pueblos originarios, el 12 de octubre es la fecha en que recuerdan el inicio del  genocidio, sometimiento y discriminación indígena. La llegada de los españoles significó la interrupción y destrucción de diversas civilizaciones originales, que de forma singular y aislada de la interacción existente entre África, Asia y Europa, elaboraron sus propias concepciones de mundo, Estado, escritura, idioma, educación, ciencia y arte.

Antes del arribo de los españoles, en el México central vivían alrededor de 20 millones de personas, después de la conquista,  la población de todas las naciones mesoamericanas disminuyo radicalmente, en resumen durante los primeros 130 años de dominación española murió el 95% de la población nativa, de ahí surgió la necesidad de importar mano de obra de África.

Durante más de 500 años, los indígenas carecieron de autogobierno efectivo y les impusieron Ayuntamientos, Audiencias, Visitadores, Virreyes y Gobernadores, permaneciendo durante siglos sin voz en sus propios territorios ancestrales. Despojándolos de sus tesoros como el oro,  la plata y las  piedras preciosas, saqueando sus recursos naturales tales como el caucho, el hierro y el petróleo,   explotando su fuerza de trabajo en diferentes modalidades como el esclavismo, las encomiendas, el vasallaje y el peonaje,  y al mismo tiempo destruyendo o en el mejor de los casos distorsionando su propia historia.

En general, los pueblos originarios han participado en los grandes movimientos y trasformaciones sociales, a nivel nacional, participaron en importantes hechos de rebelión durante la época colonial, en la lucha por la independencia de México, contra la invasión norteamericana y francesa, en la Guerra de Reforma, en la Revolución Mexicana y en importantes insurgencias cívicas en distintos momentos del Siglo XX.

Así mismo, ante el supuesto festejo por el V Centenario del descubrimiento de América, se generan e impulsan enormes movilizaciones indígenas en todo el Continente Americano, con acciones de tomas de tierras, cierre de caminos, tomas de oficinas, marchas, plantones, vigilias, asambleas, para hacerse presentes y reivindicar sus demandas históricas y la exigencia de sus derechos como pueblos originarios.

En este contexto, el 12 de octubre de 1992, en Morelia Michoacán es derrumbada la estatua del Virrey Antonio de Mendoza, esto como símbolo de opresión y dominación hacia los indígenas y como señal de la lucha por la liberación de los pueblos originarios. Posteriormente, se realiza el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que vuelve a colocar como un tema prioritario de la agenda nacional el tema indígena.

En particular, para los pueblos originarios de Michoacán, es día de recordar las contiendas históricas de sus antepasados, la resistencia indígena de las rebeliones de Pátzcuaro en los años de 1766 y 1767, el estallido social que tuvo mayor significancia en el siglo XVIII en la llamada “Nueva España”, donde cientos de indígenas y mestizos se levantaron en armas,  adelantándose a lo que 43 años acontecería después,  la lucha por la independencia.

Día de evocar el combate agrario de Primo Tapia que durante la década de los 20 del siglo pasado, quien junto con sus hermanos p´urhépecha de Naranja, Tiríndaro y Tarejero, lograron la expropiación de la hacienda de Cantabria, propiedad de latifundistas españoles, encabezando una década antes el llamado “reparto agrario”.

Día de rememorar, la defensa de las tierras comunales de Elpidio Domínguez Castro y la comunidad de Santa Fe de la Laguna en los 80 del siglo XX, quienes tomando decisiones por medio de Asambleas Generales y defendiendo ante todo la propiedad comunal y el trabajo colectivo, lograron el deslinde de tierras comunales a su favor.

Día de conmemorar la oposición en contra de los voraces hacendados coordinada por Efrén Capiz o las batallas por la autonomía de tata Juan Chávez en Nurio. Día de reflexionar y luchar por la libre determinación y autogobierno como hacen las comunidades de Cherán K´eri, Urapicho, Pichátaro, entre muchas otras.

Bajo el anterior marco, el 12 de octubre no es el día  del descubrimiento de América, ni  día de la raza, es el Día de la Dignidad y Resistencia Indígena,  día en que se celebra que después de 523 años, pese a los sistemáticos intentos de destrucción,  los pueblos originarios continúan preservado su organización comunitaria, su cultura y  su idioma.  Escribiendo hoy por hoy, gradualmente pero a paso firme,  su propio devenir histórico.

Email: pavel-ulianov@hotmail.com
Facebook: /PavelUlianov

Fuente: http://michoacantrespuntocero.com/12-de-octubre-ni-descubrimiento-ni-encuentro-de-2-mundos-dia-de-la-dignidad-y-resistencia-indigena/

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Cita magisterial latinoamericana en Bolivia aboga por descolonización

Bolivia/12 de Mayo de 2018/Prensa Latina

Maestros rurales de México, Venezuela, Chile, Perú, Argentina, Costa Rica y Bolivia abogan hoy por un sistema educativo emancipador que elimine los vestigios del sometimiento y el coloniaje.
Según el representante del Sindicato de Trabajadores de Educación de Chile, Michael Humaña, la transformación del currículo educacional en el continente debe apostar por la descolonización para terminar con la cultura de la guerra que impulsan algunos países hegemónicos.

Por su parte, el secretario ejecutivo de Confederación Nacional de Maestros de Educación Rural de Bolivia (CONMERB), Freddy Mamani, señaló la importancia de la formación antiimperialista de las nuevas generaciones, especialmente en pos de asegurar la soberanía de los pueblos de la región.

Ambos docentes participan en el primer encuentro internacional de Maestros de Latinoamérica en Bolivia, inaugurado la víspera por el presidente Evo Morales, y que finalizará en esta jornada con una intervención del ministro boliviano de Educación, Roberto Aguilar.

En la cita, organizada por la CONMERB, participan representantes de México, Venezuela, Chile, Perú, Argentina y Costa Rica para exponer sus experiencias educativas.

Durante la inauguración del encuentro, Morales destacó la importancia que tienen los maestros en la sociedad porque son un ‘instrumento para la liberación de los pueblos’.

El jefe de Estado pidió a los participantes compartir experiencias educativas desde el nivel primario hasta el superior con la proyección de aportar al desarrollo de la educación de las sociedades y a la valorización de sus identidades.

Mientras, el representante de la CONMERB también resaltó la importancia de este espacio de intercambio porque apunta a construir puentes y lazos de amistad entre países que buscan mejorar su educación y potenciar su soberanía.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=178110&SEO=cita-magisterial-latinoamericana-en-bolivia-aboga-por-descolonizacion
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Racismo e izquierda: la clasificación de la tribu

Por: Santiago Alba Rico

La última entrega de mi amigo antagonista Helios F. Garcés cierra, como estaba acordado, este debate, pero lo cierra también porque, de algún modo, no admite réplica. Consiste en una acusación sumarísima con pujos de “objetividad” parajudicial (el “discernimiento” o “criba” incontestable de los que son racistas y los que no lo son) y en un programa vago y muy “izquierdista” que deja en la sombra lo que este debate debería haber aclarado: quién es el sujeto o sujetos de las luchas, cuáles los procedimientos y las alternativas, y qué significa “verdadera descolonización”. A la acusación, arrinconado en mi cuerpo, sucumbo; el programa, en su vago izquierdismo, lo suscribo sin apenas objeciones.

La última entrega de mi antagonista amigo Helios F. Garcés me deja sin defensa; me vuelve, de hecho, indefendible a mis propios ojos. En rendirse uno tarda tres líneas; en convencerse toda la vida. No se trataba ni de una cosa ni de otra, pero confesaré que un debate en el que el adversario intelectual, al que lógicamente se considera equivocado, no se limita a equivocarse, sino que, al hacerlo, se vuelve “racista” y cómplice por añadidura de todos los crímenes coloniales, es un debate muy incómodo. Me declaro vencido: no soy “negro” y además no renuncio a mis ancestros “blancos”. ¿Quiénes son? Múltiples y promiscuos: de Espartaco a Silvia Federici, de los hermanos Graco a Robespierre, de Sócrates a Olympe de Gouges, de Francisco de Asís a Kant y Marx, de Francisco de Vitoria a David Harvey, de Sor Juana Inés de la Cruz a Edward Said y John Berger… entre otros muchos. También algunos reaccionarios como Joseph de Maistre, que nos mostró, de otra manera que Kant, los “límites de la razón”; o Chesterton, quien habló de la tradición como de “la democracia de los muertos”, en una línea muy parecida, por cierto, a la de la antropóloga indígena Silvia Rivera Cusicanqui (“los muertos viven, hablan y orientan a los vivos, y permiten identificar los límites éticos que no puedes rebasar”).

Creo con Chomsky en la “naturaleza humana”, en “algo” que nos distingue de un perro y de una silla y que es “universal”: la capacidad lingüística, repartida, como los dones de Zeus, a todos los humanos por igual. La capacidad lingüística implica la capacidad y, aún más, la necesidad –la comezón– de hacer clasificaciones. Lo propio del ser humano es clasificar; lo propio de la “tribu”, como átomo social de la humanidad, es distribuir los cuerpos en cuadros taxonómicos que, una vez establecidos, deciden (criban) la normalidad y la anomalía, el dentro y el afuera y, en la mayor parte de los casos, la vida y la muerte. No es un hecho baladí el que históricamente, en todas las sociedades conocidas, hayan sido ciertas clases, ciertos géneros y ciertas “razas” las que han impuesto sus clasificaciones y por lo tanto el grado y calidad de “corporización” de los individuos, su acceso a bienes y servicios y sus posibilidades de supervivencia. Que los ricos, los hombres y los “blancos” (incluyendo en este rubro la labor formateadora de los japoneses en Asia) hayan impuesto su actividad taxonómica con pretensiones de “naturaleza” y “generalidad” sólo indica todo el daño que la capacidad lingüística universal puede hacer cuando se “particulariza” y se “tribaliza”, en términos económicos, políticos y sociales, al servicio de un sector privilegiado y sus intereses excluyentes. Esa práctica clasificatoria tribal –que corporiza negativamente ciertos cuerpos– alcanza su colofón global bajo el capitalismo, un orden sin precedentes bajo cuya vocación de infinito “la distinción entre el ser humano, la cosa y la mercancía tiende a desaparecer y borrarse, sin que nadie –negros, blancos, mujeres, hombres– pueda escapar a ello”. Es lo que el filósofo camerunés Achile Mbembe, profesor en Johannesburgo, autor de una Crítica de la razón negra a la que pertenece esta cita, describe como “el devenir negro de la humanidad”.

Ahora bien. La capacidad lingüística universal, que permite –y exige– esta voluntad clasificatoria, permite también –y demanda– las revueltas anti-clasificatorias. Lo he escrito en otro sitio: el ser humano es el único animal que hace clasificaciones y es también el único animal que se rebela contra ellas. Es lo que el francés Gaston Bachelard y el árabe Mohamed Al-Yabri llamaban con otro nombre “rupturas epistemológicas”, alojadas potencialmente en todas las tribus y todas las culturas en la medida misma en que son, además de históricas, lingüísticas. Uno de los momentos “ancestrales” de “rebelión taxonómica” o “ruptura epistemológica” que más me gustan dentro de mi “tradición” (el equivalente casi contemporáneo, contra la tribu, del descubrimiento de la geometría, tan bellamente descrito por Plutarco y tan bellamente comentado por Michel Serres) se produce en plena guerra del Peloponeso entre los dos imperios helénicos de la antigüedad, el de Atenas y el de Esparta. Estamos en el año 427 a. de C. y Atenas ha conquistado la isla de Mitilene, aliada hasta entonces de los espartanos. Los vencedores, guiados por su cultura democrática, se reúnen en asamblea para discutir y votar si deben o no matar a todos los hombres de la isla y esclavizar a sus niños y sus mujeres. Según el relato de TucídidesCleón defiende el exterminio de los mitiléneos; Diódoto la clemencia. Uno y otro, en todo caso, apoyan sus argumentos en el horizonte de los intereses tribales de los atenienses. Uno a favor de la severidad, el otro a favor del perdón, tanto Cleón como Diódoto responden a la única pregunta que entiende –y casi permite plantear– el orden clasificatorio de su época y su tribu: ¿qué es “lo conveniente” para nosotros, los ciudadanos de Atenas? Pues bien, es en el marco de esa guerra, en la que participó como hoplita, en una asamblea muy parecida a la de Mitilene, es en ese momento –digo– cuando Sócrates levanta la mano y, ante el asombro escandalizado de todos, cambia la pregunta y declara en voz alta: “No, no se trata de averiguar qué es ‘lo conveniente’ para nosotros sino de conocer qué es ‘lo justo’ para todos”. Como sabemos, la tribu ateniense mató a Sócrates por insistir en hacer esta pregunta; y como sabemos una Constitución democrática digna de ese nombre es siempre el resultado de una deliberación colectiva, si se quiere ficticia, en torno a “lo justo” y no a “lo conveniente”; el resultado, es decir, de una deliberación colectiva anti-tribal.

Ese momento “ancestral” de ruptura clasificatoria en el orden político, paralelo al de la geometría en el orden científico, va a marcar el devenir histórico de la tribu europea. Explotando la geometría, virgen inocente, y en nombre de la justicia (en su variante cristiana o positivista), Europa va a conquistar y destruir buena parte del mundo. Hoy la geometría violada, al servicio de un capitalismo global, complace por igual a EEUU y a Arabia Saudí, a Rusia y a China; y la justicia nombrada, victoriosa en la retórica, sirve para un roto y un descosido: sobre todo para rotos y descosidos. Ahora bien, nadie acusaría a la geometría de haber bombardeado Hiroshima o destruido el gueto de Varsovia; y no deberiamos acusar al gesto de Sócrates de fundar el colonialismo, el racismo y el machismo. Al contrario. Todos los avances que se han hecho “conforme a Derecho” –diría el “racista” Carlos Fernández Liria— se han hecho a partir de ese gesto, incapaz de neutralizar, desde luego, la vocación de infinito del capitalismo y la actividad clasificatoria de la tribu europea, pero que se conserva tan separado de ellas como el aceite del agua. Que la discusión sobre “lo justo” se mantenga siempre abierta, que muchas veces se confundan interesadamente “lo justo” y “lo conveniente” y que se cometan atroces injusticias en nombre de lo “justo” (lo que es, por cierto, la normalidad de todo etnocentrismo) sólo indica una cosa: que “lo justo” no ha vencido y que Sócrates, asesinado en Grecia, sigue siendo asesinado todos los días en Siria, en Iraq, en Afganistán, en nuestras fronteras, en nuestros CIEs y en nuestros parlamentos. Pero este alucinante, escandaloso, extraterrestre “cambio de pregunta”, compatible –como todo– con el colonialismo y el racismo, es imprescindible para liberarnos de ellos. Sócrates no es europeo: hay Sócrates con nombres árabes y kurdos y chinos y rusos y gitanos y cameruneses repartidos por todo el mundo. No se me ocurre qué favor mejor podríamos hacer al capitalismo –y al tribalismo europeo–, asesino de Sócrates, que el de ayudar a matarlo otra vez mediante una presunta “episteme liberadora” que se limita a afirmar que “lo conveniente” para los “negros” es “más justo” que “lo justo” para los “blancos”.

Helios F. Garcés, que no responde a mis preguntas porque soy blanco y por lo tanto altanero, me hace una pregunta a su vez: ¿qué va a hacer la izquierda para combatir el racismo? Yo no puedo hablar en nombre de la izquierda, que no existe, ni tampoco, al contrario que él, de un colectivo de activistas. Cuando accedió a debatir conmigo ya sabía quién era yo y que sólo me represento a mí mismo; por eso me ha parecido abusivo, y contradictorio con su honorable práctica política, que haya cedido a la tentación, para no responderme, de “clasificarme” y “corporizarme” en un paquete. Me salgo de ese paquete y respondo por mi cuenta. Suscribo, como he dicho, la mayor parte del programa abstracto que propone en su artículo: “lucha política y no identitaria” contra “el racismo policial, la segregación racial en las ciudades y en el sistema educativo, contra la discriminación laboral y sanitaria, el racismo penal y penitenciario, la ley de extranjería, la existencia de los CIE”; descolonización de los proyectos políticos; ruptura de los “guetos simbólicos” y promoción de “las mareas amplias”; incluso me gusta –y mucho– la frase relativa a los “atrasos” y los “progresos” (aunque sigue siendo tan vaga que no sé si coincidiremos en el “ellos” allí señalado ni en el objeto a defender: yo considero, por ejemplo, un atraso ir en coche y un progreso ir a pie, un atraso los brokers y un progreso las madres, un atraso Carrefour y un progreso los huertos, un atraso la comida basura y un progreso el matrimonio homosexual).

Sólo añadiría dos cosas más, también vagas, como es propio de una persona que combate el racismo con la mirada y con el teclado. La primera es que para combatir el racismo desde la izquierda es necesario distinguir no racialmente a los “iguales” de los “no iguales”. Si el marxismo olvidó que el racismo no se disolvía con la disolución de la contradicción capital/trabajo, no podemos olvidar, al revés, que esa contradicción, productora de racismo, no se disuelve con la contradicción “racial”. Como recuerda Jorge Moruno, “la crítica a los límites de la modernidad es la crítica a su principal mediación social: el trabajo (moderno)”. Si algo quiere decir “interseccionalidad” debe ser esto: revisar sin descanso quiénes son nuestros “iguales” y quiénes nuestros “desiguales” a partir de las distintas fuentes de “desigualdad” que atraviesan el mundo. La desigualdad económica no sólo racializa –porque corporiza– sino que cabalga, reconfigura e intensifica todas las otras “desigualdades”.

La otra respuesta tiene que ver con una esperanza que los textos de Garcés me quitan en parte. Me refiero a la esperanza de que los sufrientes en todo el mundo –los “negros” si se quiere– arranquen a Sócrates de las manos de los colonialistas europeos, que tan criminalmente lo han utilizado, y hagan realidad por fin su programa “ilustrado” (el de esa “rebelión clasificatoria” que el pensamiento decolonial deforma en un pastoso “todos los blancos son pardos”). Y como Garcés no me deja citar a Fanon, dejaré que lo haga en mi lugar –y en mi nombre– un filósofo negro antirracista que se considera su heredero. Me refiero al ya mencionado Achille Mbembe, quien dice lo siguiente al ser preguntado por la tentación “esencialista” del antirracismo “negro”: “El problema es cuando el esencialismo nos impide continuar el camino que gente como Fanon consideraba el horizonte de nuestras luchas. ¿Cuál es ese horizonte? El que abre el camino a una nueva condición, donde la raza ya no importa, donde la diferencia ya no cuenta, porque todos nos hemos vuelto simplemente seres humanos: el pasaje de la indiferencia a la diferencia”. Nunca superaremos la necesidad clasificatoria ni alcanzaremos jamás una sociedad en la que los cuerpos sean transparentes –lo que además no es deseable– pero conviene recordar que toda lucha contra las clasificaciones raciales es una lucha contra los clasificadores: contra los intereses particulares –de clase, género y “raza”– que hasta ahora han impedido la verdadera diferencia: es decir, la universalidad de los derechos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=233807

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«Para descolonizar a Puerto Rico tenemos que amar a Puerto Rico»: Entrevista exclusiva con el activista recién liberado Óscar López Rivera

Por: Democracy Now!

Democracy Now! en Español entrevista en exclusiva al activista puertorriqueño de larga trayectoria Óscar López Rivera, menos de un mes después de que fuera liberado tras pasar 35 años encarcelado —gran parte de ese tiempo en régimen de aislamiento—. López Rivera fue puesto en libertad el 17 de mayo de 2017, después de que el presidente Obama conmutara su sentencia en enero.

En 1981, López Rivera fue condenado por cargos federales que incluían conspiración sediciosa; es decir, conspiración para oponerse a la autoridad estadounidense sobre Puerto Rico. En 1999, el presidente Bill Clinton conmutó las sentencias de 16 miembros de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), pero López Rivera se negó a aceptar el acuerdo porque no incluía a dos compañeros activistas, que han sido puestos en libertad desde entonces.

Tras la liberación de López Rivera, los organizadores del Desfile del Día de Puerto Rico de la ciudad de Nueva York eligieron honrarlo como el primer “Héroe de la liberación nacional» del desfile. La decisión hizo que el jefe de la policía de la ciudad y varios patrocinadores corporativos boicotearan el encuentro.

Como informó González en su columna para el Daily News, «la campaña de boicot fue organizada silenciosamente por un grupo conservador de derecha de Washington, DC, el Media Research Center, que recibe importantes fondos de donantes cercanos al presidente Trump y a Breitbart News». Finalmente, López Rivera tiene previsto marchar como un simple ciudadano.

 

Fuente:

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Entrevista con Óscar López Rivera: “Nunca pudieron quebrar mi espíritu de lucha”

Entrevista con Óscar López Rivera después de su excarcelación
“Nunca pudieron quebrar mi espíritu de lucha”
Giorgio Trucchi
Rel-UITA
Desde que volvió a pisar las calles de su Puerto Rico como hombre finalmente libre, Óscar López Rivera no ha descansado un solo momento. Imposible sustraerse al multitudinario abrazo de todo un pueblo que luchó por su excarcelación. Lograr una entrevista en exclusiva con él no ha sido fácil, y necesitamos de tres momentos en tres días diferentes, pero el esfuerzo sin duda valió la pena.

– Dossier especial con toda la información publicada sobre la liberación de Óscar López AQUÍ

-Han sido días bien intensos. ¿Cómo se siente? ¿Se lo imaginaba así el momento de su liberación?

-Siempre tuve el deseo de volver a mi patria y estar con mi familia, pero no tenía la menor idea de cuándo y si eso iba a pasar. La verdad es que yo estaba preparado para pasar el resto de mi vida en la cárcel.

Cuando el 17 de enero me avisaron que me habían conmutado la sentencia no lo podía creer. Comencé a sentir que era cierto solamente unos días antes de mi traslado a Puerto Rico. Mientras empacaba mis cosas me repetía “Es verdad. Voy para Puerto Rico”.

Puerto Rico es mi patria y todo lo que estoy viviendo en estos días refleja lo que serán mis próximos meses. Voy a recorrer todos los municipios del país, para escuchar, dialogar y compartir.

-En estos días siempre ha mencionado dos palabras: unidad y descolonización. ¿Qué significado tienen para usted?

-El tema de la descolonización es importantísimo. Puerto Rico está sufriendo mucho por la condición de colonia que nos han impuesto desde hace casi 119 años.

El colonialismo está declarado como un crimen contra la humanidad. ¿Por qué tenemos que seguir sufriendo este crimen?

Ya lo estamos viendo en estos días con la presencia en el país de la Junta de Control Fiscal (JCF) impuesta por Estados Unidos. Y lo peor es que le están pagando millones sin hacer nada. Nuevamente nos están saqueando.

Este dinero podría haberse usado para salud, para mantener las escuelas abiertas. Eso es parte del sistema colonial que sufrimos.

-¿Y la unidad?

-Para descolonizarnos necesitamos dos cosas: la unidad y el amor a la patria. Sin amor a la patria no podemos lograr la unidad. Debemos poner a un lado nuestras diferencias y enfocarnos en lo que queremos: un Puerto Rico libre. Yo lo quiero libre, no puedo verlo de ninguna otra manera.

Cuando habla de descolonización e independencia ¿piensa también en un cambio de modelo económico?

-Definitivamente. Hay que cambiar el modelo neoliberal. Comencé a estudiar el neoliberalismo desde sus raíces en los años 70. La globalización, empresas transnacionales que deciden el futuro de los países. Jamás podría aceptar algo así para Puerto Rico. El cambio debe ser estructural y completo.

Tenemos que desarrollar un mercado interno, aprovechar el mar. Aquí existe un gran potencial humano y nuestro recurso principal es el ser humano. Lo que no tenemos es la libertad para hacer lo que queremos hacer.

Los ajustes de siempre La historia que se repite

-Puerto Rico vive momentos muy difíciles. Ya mencionó la presencia de la JCF y el plan de reajuste para restructurar la deuda pública. ¿Qué idea se ha hecho de esta crisis?

-La Junta de Control Fiscal es una entidad criminal. Viene a Puerto Rico con el mismo propósito de siempre: saqueo, saqueo y más saqueo.

En estos días he hablado con muchas personas. Hay una parte que está resignada y cree que la JCF puede ayudar al país. Pero la mayoría está inconforme y dispuesta a luchar. Se está creando una dinámica muy interesante.

-¿Cree que usted en este momento puede ser elemento de unidad?

-Yo no sé si puedo ser un elemento de unidad, pero tenemos el ejemplo de la campaña por mi excarcelación que se ha basado en la unidad de sectores muy diversos.

También logramos la unidad en la lucha contra la Marina norteamericana en Vieques, así como para sacar de la cárcel a nuestros cinco héroes nacionales en 1979 y a los 11 prisioneros políticos en 1999.

Yo estoy aquí porque logramos unirnos. Nunca he sido sectario, ni he promovido algo que nos divida. Yo me debo a esa unidad.

-En estos primeros días de libertad usted ha mencionado en diferentes ocasiones a la mujer portorriqueña, a la juventud, a la comunidad LGBTI. ¿Qué importancia tienen estos sectores de la sociedad?

-La mujer puertorriqueña tiene una fuerza grandísima y lo ha demostrado a todo el pueblo. Históricamente es una de las fuerzas mayores que tenemos en Puerto Rico. Pero muchas veces es relegada a una posición de retaguardia y es algo que tiene que terminar.

La juventud es el futuro de toda sociedad. Si aquí permitimos que se cierren escuelas y se destruya la universidad estaríamos minando el futuro del país. Debemos apoyar la lucha de los estudiantes universitarios para que triunfen.

En cuanto a la comunidad LGBTI, yo no creo en el odio, ni en la discriminación. Creo que debemos celebrar las diferencias, y a esa comunidad se le debe respetar y dar la dignidad que merece.

-Una palabra para todas las personas y organizaciones, incluyendo a la Rel-UITA, que en el mundo han trabajado para su excarcelación.

-Quiero expresar mi más profunda gratitud a todas aquellas personas que hicieron posible mi excarcelación. La campaña fue preciosísima, de unidad, donde se trascendió fronteras.

Es un modelo que podemos usar para unirnos aún más. Creo que podemos usarla como ejemplo e instrumento para seguir luchando y para bregar con el futuro de Puerto Rico.

Creo en la solidaridad caribeña, latinoamericana y que un mundo mejor y justo siempre es posible si nos atrevemos a luchar.

-Usted pasó mitad de su vida en prisión por luchar por un Puerto Rico libre e independiente. ¿Valió la pena?

-No tengo la menor duda. Definitivamente sí. Con todos mis compañeros y compañeras encarcelados nunca permitimos que nos quebraran el espíritu, que nos aflojaran, que nos obligaran a renunciar a la lucha.

Valió la pena porque somos un ejemplo de que sí se puede luchar, trascender y triunfar. El empoderamiento del pueblo que se dio a través de la campaña es algo que necesitamos para el presente y el futuro.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=227069
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African universities must take a critical view of knowledge and how it’s made

África/Mayo del 2017/Noticias/ https://theconversation.com/

Most universities boast “centres” or “institutes” designed to announce their strengths in a certain field. But there’s more to it than that: when a university establishes a new centre, it is making a statement of intent. It’s saying that it perceives a need for more work in that area, and that it intends to drive that work.

The University of Johannesburg’s African Centre for Epistemology and Philosophy of Science, which has just opened, is an example of this. Why is such a centre necessary? Why now? And why in South Africa?

To answer these questions, we need to think about the relationship between three big and complicated things: knowledge, science and Africa. Critical thinking about the nature of knowledge, and the way Africa participates in science, is an essential part of the project of decolonisation – if that project is to be a success.

A fraught history

Epistemology is the philosophical study of knowledge: what it is, how we get it, and how sure we can be of it. Science is a major source of new knowledge at the moment – it helps people to find out about things. It’s also a major source of power and influence over the world we discover, and over each other.

The history of science and the history of European empire are connected. The language used to talk about science shows this in phrases like “frontiers of knowledge”.

The relationship of the West to science is by no means straightforward, of course. One need only think of the politics around teaching of evolution in American schools to see that. But Africa – the whole continent, in all its enormity and variety – has had a particularly difficult relationship with science and has not always benefited from the power it provides.

Much of the African continent has also had a difficult relationship with knowledge more generally – the power it yields or accompanies, its sharing or deliberate withholding, and the rhetoric concerning who has it and who does not.

One strategy to improve this relationship is to afford greater recognition to knowledge generated locally and to set about generating more of it. This is one of the themes of the recent calls for the decolonisation of knowledge. The trouble, of course, is that generating knowledge is not like manufacturing cars or tin cans. It’s not even like writing a novel.

Phrases like “knowledge production” conceal the fact that knowledge answers to something beyond itself and beyond us. To produce knowledge is to find out about something. This means to risk being wrong about it. You can’t just make more knowledge, because knowledge isn’t something we make. It’s not something we produce at will. It is something we acquire; and sometimes we fail to acquire it even though we want it.

So while we might say we want to produce knowledge locally, we may find ourselves unable to do so, especially if resources are scarce (as they are in many parts of Africa).

Examining knowledge claims

A related difficulty accompanies the recognition of local knowledge. You can’t simply decide to treat what somebody says as knowledge on the basis of where they live or what their name is. Well, you can – but in doing so the pursuit of knowledge is abandoned.

When accepting a knowledge claim, a person ought to perform some sort of assessment of how likely it is that what the person says is true.

In the case of a scientific knowledge claim, this assessment is more likely to turn on the source’s credibility than on any assessment of the subject matter. Stephen Hawking’s pronouncements are believed by most of us not because we have checked his sums, but because he is a famous professor at a famous university. A junior lecturer at an obscure university, perhaps somewhere in Africa, could say the same things as Hawking and would probably not receive the same recognition.

This is one of the points motivating calls to decolonise knowledge. These calls can only be answered effectively if people have a better understanding of what knowledge – and especially scientific knowledge – is.

When then South African President Thabo Mbeki denied that AIDS had a viral cause, he was partly motivated by decolonising ideals. He was aware of the damage that pharmaceutical companies have done in sub-Saharan Africa, and of their tendency to monetise illness and its cures. Mbeki also recognised that the biological cause of AIDS cannot be addressed in isolation of social causes.

Yet his denial was wrong and costly, in both monetary and human terms.

In fact, the impossibility of addressing AIDS without understanding social causes is a good scientific point. The epidemiologist Quarraisha Abdool Karim also emphasises it, but without denying that HIV causes AIDS. Her point is that social factors explain why certain attempts to block transmission of the virus fail.

What is it that makes Karim’s work groundbreaking and Mbeki’s pronouncements damaging?

Context and critical thinking

The difference is that Karim considers the local context without dropping her critical guard. She does not tout a solution to the problem of HIV infection of school-age girls simply because it’s African. Her team trialled various failed interventions. Each of these was a response to local context; each was “African”. They were rejected because they didn’t work.

Eventually the team found an intervention that was effective at reducing infection rates. This is local knowledge. It was “produced” in Africa and it “works” in Africa, or, to be more precise, in rural Kwazulu-Natal.

The Tenofovir Gel that proved effective in Kwazulu-Natal might turn out not be the best strategy in San Francisco, just as some of the strategies for preventing infection in San Francisco didn’t work in rural Kwazulu-Natal. But the point is this: the claim that Tenofovir works in this African locality was subject to a high level of critical scrutiny. Mbeki didn’t subject his own claims about AIDS causation and prevention to the same level of scrutiny.

If the decolonisation of knowledge is to be successful, it needs to be driven by critical thinking about the nature of knowledge and related concepts like justification, evidence, method and explanation. It cannot simply be a parochial endorsement of the local, like supporting your local team.

Both strands of thinking – critical and uncritical – are present in the decolonisation rhetoric. The role of an African Centre for Epistemology and Philosophy of Science, in this time and place, is to champion critical decolonisation, both against reactionary opposition to decolonisation, and against the temptations of dropping our critical guard.

Fuente:

https://theconversation.com/african-universities-must-take-a-critical-view-of-knowledge-and-how-its-made-77878

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/LaimsA0BqfD7cJUcuc27YGsko7lNtyaUWhYB0zdqyiHT0OmQDYNcE_qTElEHG-qeICYF=s85

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Ex viceministro de Educación de Bolivia: “La descolonización es la base de las políticas del Gobierno”

Bolivia/03 abril 2017/Fuente: Radio.uchile

En el marco de un encuentro organizado por el Frente Amplio, Jiovanny Samanamud se refirió a la estrategia de educación boliviana así como las relaciones entre dicho país y Chile.

En entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, el ex viceministro de Educación del Estado Plurinacional de Bolivia, Jiovanny Samanamud, se refirió al proceso político que ha enfrentado el país respecto de la participación ciudadana y la descolonización.

En el marco de un encuentro de pensadores latinoamericanos organizado por el Frente Amplio, la ex autoridad boliviana dijo que este fenómeno significa aprender de lo indígena, acercarse a los conocimientos tradicionales del continente y aplicarlos en los objetivos educativos.

“Invertir el egoísmo de la sociedad vertical es la base de la pedagogía. El individualismo es el resultado del neoliberalismo más recalcitrante”, señaló.

Giovanni-Samanamud-viceministro-de-Educaición.-Foto-Diez

Jiovanny Samanamud.

El experto indicó que la conformación de un gobierno que avance en el reconocimiento de los derechos sociales requiere de la participación comunitaria y eso responde al plan que ha aplicado el Movimiento al Socialismo (MAS), partido del presidente Evo Morales.

“Todos somos conscientes de que esto recién ha iniciado y la sostenibilidad es el único paso que permitirá que la descolonización se haga efectiva. Desde el momento que hay un presidente indígena entonces sabemos que es una materia primordial”, explicó.

Respecto de las relaciones entre Chile y Bolivia, la ex autoridad señaló que el enfoque siempre ha sido mantener el respeto a la diplomacia de los pueblos, evitando cualquier actitud que exalte la odiosidad entre ambos países.

“En algún momento, al margen de las subidas de tono, vamos a llegar a dialogar de pueblo a pueblo y ahí tal vez logremos un acuerdo que es a lo que aspiramos siempre porque no queremos una salida confrontacional. Después de todo la interculturalidad no es llevarse siempre bien sino que en el conflicto considerar todos los aspectos culturales”, señaló.

Sobre la demanda de mar para Bolivia, Samanamud dijo que es necesario sentarse a dialogar porque se “requiere de apertura de ambos lados y ahí recién podremos tener una salida definitiva de un conflicto que hemos arrastrado por tanto tiempo”, enfatizó.

Fuente: http://radio.uchile.cl/2017/03/30/ex-viceministro-de-educacion-de-bolivia-la-descolonizacion-es-la-base-de-las-politicas-del-gobierno/

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