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Estados Unidos: 5 Stories To Read For International Day Of The Girl

Estados Unidos / 12 de octubre de 2016 / Por: Kat Lonsdorf / Fuente: http://www.capradio.org/

Today is International Day of the Girl. Don’t know what that is? That’s alright; it’s pretty new. The day was created by the United Nations five years ago to spread awareness and spark discussion about the unique challenges confronting the world’s 1.1 billion girls.

Those challenges are many, and education is a common theme. Millions of girls around the world aren’t in school, and nearly two-thirds of the world’s illiterate people are female, according to a recent UNESCO report. And that’s just the tip of the iceberg.

Here are a few NPR stories from the last few years — both in the United States and abroad — to get you thinking about what girls have to go through to get an education.

Are schools failing to prepare our girls for the workforce?

Around the U.S., many parents think schools are not adequately preparing girls for the workforce, often focusing on college as the only post-high school option.

Read about one high school girl set on becoming a mason.

In some countries you have to pay to stay in school — and often, that means girls drop out.

Part of Goats and Soda‘s #15Girls series last year, this story follows a tenth-grade girl in Zambia trying to finance her education.

(They recently checked back in on a few of the girls they followed — here’s an update.)

Black girls are suspended six times more often than white girls.

Recent research has documented that black girls are punished at school at rates that are even more disproportionate than those experienced by black boys.

Young black girls share their stories.

During the five years of the Syrian civil war, the majority of Syrian children have been forced out of school.

At the same time, there’s been a huge rise in child brides.

In an effort to keep Syrian kids learning, Marcell Shehwaro, a 32-year-old Syrian activist, runs a network of informal schools out of the basements of Aleppo, one of the most devastated cities in Syria. «When I am tired and I want to quit, I say, ‘OK, 100 girls went back to school [last month] so I will keep going,'» she says. Here’s her story.

Girls are often judged on their appearance — even in school.

Researchers found that women judged as least attractive earned significantly lower grades, after controlling for their ACT scores. The best-looking women earned higher grades. And male professors were more likely than female professors to give better-looking women higher grades.

Read about the study here.

Fuente noticia: http://www.capradio.org/news/npr/story?storyid=497526706

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La disparidad entre niñas y niños perpetúa los estereotipos de género, advierte UNICEF

Octubre de 2016/Fuente: ONU

El Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) publicó hoy un informe en el que alerta sobre la disparidad que existen en todo el mundo entre las tareas domésticas que desempeñan las niñas y los niños, con las mujeres invirtiendo un 40% más de tiempo, o 160 millones más de horas al día, que los hombres.

En vísperas del Día de las Niñas, que se celebrará el próximo 11 de octubre, UNICEF aseveró que esta inequidad perpetúa los estereotipos de género.

“La carga excesiva de tareas domésticas no remuneradas empieza desde una etapa muy temprana de la niñez y se intensifica cuando las niñas llegan a la adolescencia”, dijo la asesora de género de UNICEF, Anju Malhotra.

Agregó que como resultado, las niñas sacrifican oportunidades importantes de aprender, crecer y disfrutar su infancia.

El informe detalla que las niñas entre 5 y 9 años pasan 30% más tiempo que los niños de su edad en esas tareas y explicó que esa brecha aumenta con el tiempo. Así, cuando las niñas tienen entre 10 y 14 años, dedican 50% más tiempo que sus contrapartes masculinos a esas labores.

UNICEF recuerda que los quehaceres domésticos como cocinar, limpiar, cuidar a otros miembros de la familia y colectar agua o leña constituyen un trabajo menos visible y poco valorado comparado con el que hacen los hombres.

Fuente: http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=36016#.V_mRsRJGT_s

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España: ¿Quién quiere ser directora? Solo son el 45%

Europa / España / 09 de octubre de 2016 / Por: Saray Marqués

“La escuela no es un ente abstracto. Forma parte de la sociedad y, como a ella, aún le queda mucho camino para que la igualdad de derechos de hombres y mujeres sea verdad. Un amigo me decía que no podía ser igual pensar subida a ocho centímetros de tacón de aguja que firme sobre un 44 ancho especial…”, bromea la directora Lola Urbano.

Quizá sin percatarse, el último informe de la OCDE, Education at a glance 2016, pone el foco en mujeres que, como ella, han llegado a ser líderes en sus centros escolares: ¿Por qué ellas sí? ¿Por qué tantas otras no? ¿Son necesarias políticas al estilo de las puestas en marcha por algunos países de la UE, como Holanda e Irlanda, para formar a mujeres para ejercer cargos de responsabilidad?

De hecho, lo único que este análisis, de 510 páginas, califica de “sorprendente” –en numerosas ocasiones, por el contrario, al hablar de tendencias en educación repite la coletilla: “No es sorprendente…”– es el hecho de que el liderazgo escolar no sea un reflejo de la proporción entre hombres y mujeres: “Mientras que el porcentaje de maestros es relativamente pequeño en muchos países, están sobrerrepresentados entre los directores. Esto sugiere que los maestros tienden a ser promocionados a estos puestos más a menudo que las maestras”.

España, donde las mujeres son mayoría entre los docentes en Primaria y Secundaria pero solo ocupan el 45% de los puestos de dirección, no es diferente. Como en el resto de países que que participaron en TALIS 2014 (del que bebe este reciente análisis de la OCDE) las mujeres están más en las aulas y menos en los despachos, y su presencia en las primeras es inversamente proporcional al nivel educativo: suponen un 93% de la plantilla en Infantil, un 76% en Primaria, un 59% en el primer ciclo de Secundaria y un 54% en el segundo. Tan solo Rusia, Bulgaria, Letonia y Brasil constituyen una excepción, con más de un 70% de directoras de instituto.

Aunque desde la OCDE se percibe una lenta tendencia hacia un incremento del liderazgo femenino –de un 47% de mujeres en puestos de dirección en 2008, de media, se pasó a un 50% en 2013– ¿qué se interpone en el camino de una maestra o profesora hacia el cargo?

Motivos para el no

Retomando el discurso de Lola Urbano, Capitolina Díaz, profesora de Sociología de la Universitat de València, considera que la escasez de mujeres en la cima no es una exclusiva del mundo educativo: “Hay pocas directoras de institutos del mismo modo que hay pocas directoras de periódicos, y uno de los factores que influyen es la educación, el proceso de socialización infantil: a los niños se les educa para ser ambiciosos (The sky is the limit), mientras que las niñas se construyen sin grandes aspiraciones y no encuentran referentes de mujeres que ocupen puestos de alto nivel”. Esto, junto con la falta de corresponsabilidad masculina en las tareas de cuidados, que apenas le dejan tiempo a las mujeres para otra ocupación más –“Y una responsabilidad lo es”–, late, para la experta, detrás del ramplón 45% de directoras. A esto se añaden, por último, los micromachismos: las reuniones a horas imposibles, los juicios por cuestiones que pasan inadvertidas en los hombres (el modo de arreglarse, el grado de simpatía o agresividad…).

En este sentido, el coordinador del primer curso de directores de la Lomce (con 150 seleccionados, 77 mujeres y 73 hombres), el profesor de la Universidad de Deusto Manuel Álvarez, relata su experiencia al dejar la dirección de un colegio grande, cuando “no había o yo no valoraba ningún candidato masculino y sí cuatro o cinco mujeres con claras capacidades de liderazgo”. Al proponerle el puesto, estas fueron algunas de las razones: “Tengo tres hijos, dos de ellos adolescentes”, “No me interesa este tipo de poder” (dicho por una persona con gran influencia en el claustro de tipo horizontal, según Álvarez) o “Demasiado tiempo de dedicación”.

¿Habría dado estas mismas respuestas un hombre? Según el estudio Mujeres en cargos de representación del sistema educativo, elaborado en 2012 por el Centro Nacional de Investigación e Innovación Educativa (CNIIE), dependiente del Ministerio de Educación, y el Instituto de la Mujer, ni los directores ni las directoras ven el género como algo determinante en el ejercicio de su puesto. Es la variable más irrelevante –la cita el 14,3% de las mujeres y el 6,7% de los hombres–, muy por detrás de otras como la estabilidad del profesorado, las relaciones entre docentes o el tamaño del centro.

Y, sin embargo, su respuesta se contradice con otros datos que arroja el estudio, desarrollado en centros de Infantil y Primaria de la Comunidad de Madrid durante mayo de 2010. Como señalan dos de sus autoras, Teresa Rabazas e Inmaculada Egido, de la Universidad Complutense de Madrid. Las mujeres no son solo más en los centros de Primaria que en los de Secundaria, sino que también tienen mayor representación en aquellos de menor tamaño. Su forma de llegar al puesto suele ser circunstancial, al quedar el puesto vacante por jubilación, traslado… y no obedecer tanto a un proyecto personal. Su mayor inseguridad respecto a sus compañeros varones se percibe en que, pese a tener mayor nivel de formación (5,5% de las encuestadas contaba entonces con un máster, mientras que ningún varón poseía dicha titulación) no lo consideran así, o en que no “se ven” en el ejercicio de la dirección, por lo que necesitaban más estímulo y apoyo de sus compañeros que los líderes masculinos. Del mismo modo, su experiencia docente era mayor cuando accedían al cargo que la de sus homólogos masculinos.

Detrás de esta última circunstancia puede estar, también, la “barrera externa de la conciliación”, como apuntan las autoras, pues la mayor parte de las directoras madres se lo plantearon cuando sus hijos fueron ya mayores. En la misma línea destacan el mayor porcentaje de mujeres solteras, divorciadas o viudas (más del 25%, frente al 13,6% de directoras), o el hecho de que un 67% reconociera necesitar ayuda externa en las labores domésticas, frente al 38,6% de los hombres.

Adiós a las aulas

Responsabilidades familiares aparte, otro de los puntos en contra, que lo es para las mujeres y no tanto para los hombres, es el distanciamiento de la función docente, que citaron casi la mitad de ellas, por un 35,6% de sus compañeros. Para ellas, la docencia se relaciona con su vocación, pero no tienen la misma idea de la dirección. Sin embargo, no creen que esto se traslade a los directores, pues entienden que, para ellos, apartarse de las aulas quizá no tenga ese carácter negativo e incluso puede actuar como estímulo para presentarse al puesto.

Sea como sea, en uno de los ítems en que más diferencias se aprecian entre unos y otras es en su lista de sinsabores asociados al cargo, en la que los hombres puntuaron mucho más los enfrentamientos con los docentes y padres y las mujeres, la pérdida de independencia profesional.

Quizá de lo anterior se deduzca un concepto distinto de lo que implica el puesto en el imaginario masculino y femenino. Nuevamente, aunque en la mayor parte de las directoras respondieron que “no existe ninguna diferencia en el estilo de dirección en función del género”, esto contrastó con otras evidencias, también puestas de manifiesto por TALIS, como el hecho de que ellas mostraron una tendencia a un liderazgo colegiado y no unipersonal en mayor medida que ellos, y más orientado a la gestión pedagógica y no a la administrativa. Solo un 6,7% de las mujeres se encuadraron a sí mismas en este perfil, frente al 20% de los varones. Además, en el caso de las primeras, fue la falta de preparación para organizar y gestionar económicamente el centro una de las más repetidas entre las dificultades del puesto (31,9% de las respuestas, frente al 13,3% en el caso de los hombres).

Más allá de la dirección

Para Montserrat Grañeras, coordinadora del estudio, incluido en la colección Mujeres en la educación, el de las directoras no es un caso único. Tanto en el análisis que se realizó a comienzos de la década como en el posterior, publicado en 2012 (cuando la serie se vio interrumpida), se descubrió que las mujeres figuraban en menor medida de lo que les correspondería en los cargos de representación. Con ligeras mejoras en los 10 años que separaron ambos estudios, lo cierto es que “pudimos comprobar que eran menos no solo en los despachos de dirección, también en la inspección, los consejos escolares, entre los representantes de padres y madres, en los sindicatos… En cualquier puesto con una dimensión pública, más figurativo, siempre nos encontramos con lo mismo: una sobrerrepresentación de hombres en un mundo de mujeres”.

Y, sin embargo, para Manuel Álvarez, no están suficientemente ponderados los puntos positivos de un liderazgo femenino en educación: “Las mujeres son más participativas. Se preocupan más por las personas, son más empáticas, capaces de implicarse en situaciones de alta densidad emocional. Se mueven mejor en el conflicto, se preocupan más por el clima de convivencia y por la imagen y también saben vender mejor la marca. Parafraseando a Deborah Tannen en El futuro del liderazgo: La mujer ejerce con más éxito el liderazgo que demanda la sociedad de hoy y del futuro porque las competencias que este exige son las que siempre han desarrollado, como mediar, prever, llegar a compromisos, reconocer las necesidades del otro, ponerse en su lugar… Los hombres hablan constantemente de mantenerse firmes, guardar distancias, resistir. En democracia la rigidez no es una virtud (…) Las mujeres están acostumbradas a participar simultáneamente en varias actividades y a ser el centro móvil en medio del caos repetitivo”.

VOCES

Lola Urbano

  • Lola Urbano (56 años). Directora del CEIP Tomás de Ybarra de Tomares (Sevilla)

“Presenté mi candidatura porque quería cambios. El empujón me lo dieron mis hijos, especialmente el menor de dos: “Si no te presentas, no me cuentes más frases de Gandhi en plan hashtag: Cambia tú y cambiará el mundo”. Al mayor le preocupaba que una implicación excesiva me perjudicara en lo personal. Tampoco iba desencaminado.

Preparé el proyecto de dirección en pocos días en las vacaciones de Navidad ya que no era algo previsto. La dirección te ofrece una autonomía profesional algo mayor. Los contras: trabajar en un país inmaduro formando parte de un sistema educativo esquizofrénico, tóxico, donde cualquier político con tijeras tiene más que decir que los profesionales que nos dejamos el pellejo cada día en la escuela, especialmente en la pisoteada escuela pública. Tampoco es agradable no tener autonomía para buscar recursos humanos y económicos. Nunca se puede demostrar qué clase de directora puedes llegar a ser porque no decides apenas nada. La inspectora le da la vuelta a esta idea señalando las maravillas que hacemos en la escuela pública con las limitaciones enormes que padecemos.

Me presenté sola. Un amigo, inspector y antiguo director, me dijo: “Preséntate, eres tú quien dará la cara. El equipo llegará solo”. En mi caso no solo llegó, sino que es el mejor posible. Creo que una de las mejores cosas que sé hacer es elegir muy bien a las personas que me hacen la vida mejor, también profesionalmente.

Meterse en un berenjenal como este suele robar tiempo y energía para la “vida normal”. En mi caso, la vida normal no es algo que me entusiasme, así que no he tenido problema en hacer puenting emocional, laboral y meterme de lleno en vivir algo nuevo que, casi sin darme cuenta, sin medicación, y totalmente gratis, me está ayudando a ser mejor persona. Sí he dicho en repetidas ocasiones que este trabajo, con mis hijos pequeños, no habría podido hacerlo igual, con la misma implicación. En contra de lo que muchos puedan pensar, no necesariamente una directora lo hace mejor que un director. Es posible que el director llegue más relajado porque la directora, antes de salir de casa, haya tenido que, como mínimo, dar órdenes a la mujer que cuida su casa en su ausencia, besar a su descendencia, sentirse culpable por su ausencia del día entero… y el director, generalmente, no.

El trato es distinto. Una mujer ejerciendo un cargo, que lo tiene claro y sabe adónde va, suele ser etiquetada como prepotente. Un hombre con las mismas características suele ser un hombre seguro de sí mismo. No es fácil mantener el tipo cuando hombres acostumbrados a mandar en función de su volumen de voz, su sabiduría innata y sus cojones encuentran mujeres que puede que tengan más de todo eso que ellos mismos. El conflicto está garantizado y las antitaurinas sacamos el capote de parar, templar y mandar, un trabajo extra que debería cobrarse aparte.

Hace 20 años no fui capaz de dar el paso y dirigir un colegio mucho más pequeño y fácil que el de ahora. Me arrepentí muchas veces y ahora he entendido que nada sucede por error.

Puede que en Secundaria los hombres tiendan a huir de la tiza más que las mujeres. Hay más liberados sindicales, más asesores, más todo lo que sea fuera del aula o menos con el alumnado de menor edad…”.

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  • Sara Carbonell Sevilla (38 años). Directora del CEIP Luis Vives de Cullera (Valencia)

“Acabo de entrar en el equipo directivo. Creo que es clave la actitud, que te la dan las personas de las que te rodeas, y por eso es muy importante elegirlas muy bien. Has de hacerlo con ilusión, optimismo y teniendo clara la importancia de ser coherente. Aspiro a colaborar desde el proyecto de dirección para crear una escuela abierta a la participación de la comunidad, donde todas las voces sean escuchadas y valoradas por los argumentos de validez y contribuir a que sea una escuela segura, donde se potencien las relaciones igualitarias libres de violencia. Creo cuando la educación se basa en las mejores investigaciones y en los autores de referencia a nivel internacional puede transformar el contexto y mejorar la vida de los niños, las niñas, las familias y las personas del barrio. Contribuir a que todas y todos sin exclusión, tengan éxito académico y social, y, en definitiva, vidas más satisfactorias. Gracias al proyecto de Comunidades de Aprendizaje ahora sé cómo puedo ir haciendo posible esta escuela con la que sueño. Soy directora por mi compromiso por la mejor educación, la responsabilidad ética como profesional de hacer algo para cambiar las cosas y el sentido que da a mi vida poder contribuir a mejorar la vida de las personas. Y lo soy pese al coste personal de iniciar cambios en una estructura tan cerrada a la participación comunitaria, a la formación del profesorado basada en evidencias y a todo lo que se refiere a la lucha por la educación inclusiva.

Oyes muchos comentarios sobre que cuando eres madre tienes que dejar por un tiempo de hacer lo que hacías. No es fácil ni agradable tener que defender que eres muy buena madre o explicar que sí se puede cuando te rodeas de un círculo de apoyo en el que confiar.

Creo que a algunas personas solo les mueve el poder que da tener el puesto, el prestigio en un determinado círculo de personas… A otras, mejorar la educación, dentro de un estilo de liderazgo más dialógico y distribuido.

Las familias, fundamentalmente las propias mujeres, suelen expresar más quejas a las mujeres directoras que a los hombres. Pero si creas un clima de confianza donde las relaciones que estableces con las familias son más horizontales, si promueves las asambleas donde se deliberen y consensúen, por ejemplo, las normas del centro, cuando a las familias no solo las llamas para informarles de lo que se ha decidido ya, sino que fomentas comisiones mixtas para que tomen decisiones y te formas con ellas, ganas respeto, confianza, gratitud y amistad”.

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  • Núria Marín (55 años). Directora de la Escola Mare de Déu de Montserrat (Terrassa, Barcelona)

“Decido se directora para participar en la transformación de la escuela en comunidad de aprendizaje, para lograr el éxito educativo de todos los alumnos y alumnas y mejorar la convivencia.

Entre los puntos a favor, valoro la posibilidad de proponer ideas para mejorar la vida de las personas participantes en la vida escolar y la visión global de la vida en la escuela que te aporta ser directora, que te permite buscar complicidades para conseguir los objetivos recogidos en los sueños expresados por la comunidad.

Entre las dificultades, tener que volver a empezar cada mes de septiembre, explicando a los maestros nuevos en qué consiste el proyecto, con el que llevamos desde el año 2001, porque el equipo docentes es inestable. Pero lo vivo como una oportunidad. Pienso: ‘Quizá el profesorado que se incorpora lo capta mejor y salimos reforzados’. Este curso las complicidades desde el minuto uno del 1 de septiembre han sido increíbles.

Cuando empezamos, éramos tres compañeras en el equipo directivo (directora, jefa de estudios y secretaria), y fueron momentos difíciles, con la escuela desencantada por los resultados académicos poco satisfactorios del alumnado al pasar al instituto, pese a que aplicábamos las prácticas que nos aconsejaban en las formaciones del profesorado. Queríamos transformar las dinámicas de trabajo y tuvimos que superar las resistencias (incluso el conserje nos lo ponía difícil). Pero éramos un equipo cohesionado liderando un proyecto de cambio que culminó cuando decidimos transformar la escuela en comunidad de aprendizaje.

Tras más de 20 años en la dirección, creo que la coherencia mostrada por el equipo directivo nos ha hecho merecedoras de respeto, reconocimiento y, en ocasiones, la complicidad de familiares, compañeros y alumnos.

Asisto a las reuniones de dirección de la ciudad y he ido viviendo la evolución en estos años: cada vez se incorporan más mujeres aunque sigue habiendo una representación masculina importante en una profesión donde hay más mujeres. Personalmente, lo encuentro extraño, pues conozco a muchas docentes con un potencial de liderazgo importante que serían buenas gestoras.

Esperemos que vaya cambiando la tendencia también en los institutos. En Secundaria están dándose cuenta de que las buenas direcciones de Primaria tienen cosas que se pueden y deben aplicar en esta etapa, pero no solo en el funcionamiento de las direcciones sino en el funcionamiento de las escuelas”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/2016/09/22/quien-quiere-ser-directora/

 

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Entrevista a Filomena Peláez: «La educación en igualdad es el principio del fin de la violencia»

09 Octubre 2016/Fuente: eldiario/Autor: Álvaro López

España tiene un problema. Lo tendría de hecho aunque solo hubiese un asesinato por violencia de género en nuestro país. Pero las cifras siguen siendo alarmantemente altas pese a los avances en la legislación que lucha contra ella. Doce años han pasado desde que se puso en marcha la Ley Orgánica 1/2004 pero las cifras de mujeres muertas a manos de sus parejas apenas han descendido. Se mantienen en unos niveles similares desde entonces. Una catástrofe contra la mujer que muchos coinciden en señalar que empieza con el machismo implícito en la sociedad. No en vano la mayoría de puestos directivos lo ocupan hombres por más que la tendencia invite a pensar lo contrario.

Filomena Peláez es una de esas mujeres que ha logrado romper el «techo de cristal» gobernado por corbatas y acceder a la presidencia de la Subcomisión de Violencia de Género de la Abogacía Española. No solo eso, es también la primera mujer al frente del Colegio de Abogados de Badajoz, mérito que extiende a toda la comunidad autónoma extremeña. Mantiene una lucha incansable desde siempre por concienciar a la sociedad, formar e informar dentro de la Justicia sobre los avances que se necesitan para que no haya ni un solo asesinato en España por violencia de género. Su labor no pasa desapercibida pues es una voz más que autorizada para hablar sobre cómo poner punto y final a este grave problema.

Por ello ha sido una de las principales ponentes del IV Encuentro de abogados y abogadas de Violencia de Género, celebrado recientemente en Granada. Un foro pensado para debatir sobre la formación de los letrados en esta materia y sobre todo, para avanzar como parte activa en la lucha contra esta violencia pues es tarea de toda la sociedad. Nos atiende con las ideas claras, sin ocultar ningún tabú y demostrando que para lograr el objetivo hay que luchar juntos.

Cuarto año celebrando un encuentro que desearían no tener que celebrar pero ¿qué objetivo persigue el IV Encuentro de abogados y abogadas de Violencia de Género?

El cuarto congreso lo organizamos desde el Consejo General de la Abogacía con carácter anual para procurar información de calidad que es necesaria en este turno especializado de abogados y abogadas de violencia de género que cada colegio tiene habilitados porque así nos lo exige la ley orgánica 1/2004 y nosotros con la intención de ir buscando las cuestiones más novedosas, las últimas reformas, las cuestiones que la práctica nos lleva a modificarlas… Es por lo que hacemos estos encuentros. Es la cuarta edición que luego trae causa en cada colegio de lo que nosotros hablamos y definimos para formar sus propios congresos o encuentros anuales. Este encuentro se hace para abogados y abogadas en violencia de género pero está abierto puntualmente a fiscales, forenses, psicólogos, policías, magistrados e incluso hasta un pediatra tenemos este año. Está enfocado a la formación especializada de los letrados y letradas que luego van a tener que llevar la defensa de los intereses de las víctimas de la violencia de género.

Usted es la presidenta de la Subcomisión contra la Violencia sobre la mujer. ¿Qué funciones cumple?

En la Subcomisión tenemos como objetivo integrar y homogeneizar lo que cada colegio o consejo autonómico hacía por su cuenta. Lo que hemos conseguido desde las subcomisiones es un grupo de compañeros responsables de sus colegios en asuntos sobre la violencia de género, que son quienes luego tratan la formación de los letrados y letradas de los turnos de oficio de violencia de género.

Lo que hacemos es tener la representación de la práctica totalidad del Estado y mediante los perfiles que nosotros les hemos ido proporcionando, que en cada colegio puedan realizar estas formaciones ajustadas a su realidad. Tenemos incluso una guía de buenas prácticas en donde enseñamos al letrado cómo debe atender a una víctima de esta clase de violencia. La idea principal es homogeneizar la formación de todos los colegios de abogados para el turno de oficio de violencia de sobre la mujer.

La violencia de género en España es una preocupación constatable según los datos de denuncias y asesinatos ¿en qué punto estamos como país en la lucha frente a este problema?

Se está avanzando, claro, si hablamos de la ley de protección, que es una ley de 2003, si hablamos del consenso, de todas las Cortes (Senado y Congreso), la ley orgánica 1/2004… Del 2004 hasta el 2016 es verdad que se ha avanzado mucho. En estos quince últimos años ha dado un vuelco importante el tratamiento de la violencia sobre la mujer. De todas formas muchas cuestiones, y este año dentro de la gran cantidad de reformas penales que ha habido algunas de mucho calado en cuestiones como por ejemplo de la defensa de los menores para incluir a los menores como víctimas también dentro de esta violencia.

Sí que ha habido cambios importantes, el Estatuto de la Víctima del delito que para las víctimas de violencia de género tiene unas características especiales… Lo que ocurre es que coincidimos en el diagnóstico que no todo puede hacerse por vía judicial, ni mucho menos. Vemos que lamentablemente no acabamos con la violencia, ya que la cuestión fundamental es la educación desde la casa, el colegio y hasta la universidad.

La Justicia opera pero ¿cómo debe luchar el Estado contra esta violencia?

Entendemos que con voluntad no se consigue todo. No basta la voluntad. La voluntad la tenemos y en la voluntad estamos. Pues aunque nosotros trabajamos mucho en la formación de los abogados y abogadas, también exigimos la calidad de la formación del resto de intervinientes: jueces, fiscales y los juzgados que atienden la violencia sobre la mujer, la especialización de las audiencias provinciales, ahí no hay especialización aunque en la ley de 2004 así lo dice. Por eso nosotros sí que reivindicamos esa necesidad de especialización y formación.

Ahora tenemos la suerte y la fortuna, cosa que agradecemos, de que en noviembre el Observatorio del Consejo General del Poder Judicial de Violencia Doméstica nos va a dar a los abogados del turno de oficio un premio muy prestigioso, el premio del observatorio. Es un premio anual que se da a personas que han destacado por su labor o su trabajo.

Para nosotros eso no es para relajarnos, al contrario, es un handicap para seguir intentando formarnos mejor. Porque con voluntad no es suficiente. Hace falta el compromiso de todos. Debemos aglutinar los intereses de todos, para que cada uno desde su punto de vista, desde su trabajo, pongamos todo en común para de verdad avanzar. Pero claro, no nos pueden decir que el Estatuto de la Víctima tiene medidas individualizada para cada una de ellas y luego decir la propia ley que no está prevista dotación económica. Exigimos que lo que se está pidiendo en las reformas penales luego se pueda llevar a la práctica.

Una de las causas que se señalan para hablar de violencia contra la mujer es el machismo latente. ¿En qué medida cree que está instalado en nuestra sociedad?

El machismo es muy difícil. No se puede quitar en una generación, que desaparezcan tantos años de unas determinadas raíces culturales. Se va cambiando poco a poco, pero se va cambiando. Yo soy optimista por naturaleza pero hay que perseverar en ese cambio social. Sí, es verdad que hay mujeres machistas, pero hay mujeres machistas porque no lo hacen con la voluntad de voy a defender al hombre para que machaque física o psíquicamente, lo hace porque entiende que el horror que nos ha tocado a cada una no les ha permitido ver ese cambio social que es desde luego la educación en igualdad.

Así que sí, la sociedad todavía es machista. Lo vemos en los micromachismos. Son aquellas actitudes que se van introduciendo en la vida normal y que no se aprecian. Realmente se están afianzando conductas machistas que se consolidan con ellas. Nos falta mucho por avanzar ya que habiendo cambiado la sociedad, te encuentras a gente joven reproduciendo modelos del pasado.

Usted fue la primera mujer al frente del Colegio de Abogados de Badajoz. ¿Ha notado que la llegada de mujeres a puestos directivos está logrando luchar contra el machismo?

Somos muy pocas todavía. En el Consejo General de la Abogacía somos 102 miembros y de ellos, solo 12 somos mujeres. Eso sí, aunque solo somos 12 mujeres, somos mujeres con criterio, de hecho nuestra presidenta es una mujer (Victoria Ortega Benito), la primera mujer presidenta del Consejo. Tenemos más criterio porque sabemos cuándo tenemos que hablar. Somos más prácticas, más directas y bueno, verdaderamente tenemos cosas que decir por nuestra condición de mujeres. Aunque falta mucho, nosotras entre comillas somos privilegiadas.

Es importante que haya funcionarias públicas o nosotras, las mujeres que hemos llegado alto en el escalafón de la abogacía. Pero luego en el grueso de nuestros clientes, en la sociedad, falta mucho todavía para romper el techo de cristal. Basta ver que en la apertura del año judicial las togas eran todas con corbata. Todas eran hombres. Sin embargo hay datos positivos porque en la última promoción de fiscales, la mayoría eran mujeres.

Volviendo a la violencia contra la mujer, ¿siente que se ha avanzado en estos años sobre cómo ven los jóvenes la violencia de género?

Debería haber sido así y muchos de ellos seguro que sí pero lamentablemente hay un número importante de jóvenes que ese cambio no lo perciben. Reproducen las mismas conductas abominables de otros tiempos. Ahora las redes sociales hacen que el control pueda llegar a ser absoluto, en el mismo instante esa persona puede estar controlada. Eso antes no podía pasar pues no había redes que te ubicaran en lugar y forma. Se ha modificado en ese sentido pero lamentablemente lo que subyace ahí del control, de cosificación de la mujer, existe en una parte de la juventud. Otra por supuesto que no, que adquiere nuevos valores. Creo que en definitiva tiene mucho que ver con la educación en igualdad. Con la educación que reciben en casa. Siempre se dice que se predica con el ejemplo y es cierto.

Hasta el momento van más de 30 mujeres asesinadas por violencia contra la mujer en nuestro país en lo que va de año. ¿Cree que la sociedad es consciente de que la violencia contra la mujer es un problema real?

Creo que hay veces que noto hartazgo en parte de la sociedad. La gente se asombra o se horroriza cuando hay un asesinato pero inmediatamente va a otra cosa. Impresiona pero es muy evanescente el efecto que causa el asesinato de una mujer. Cuando hablas de denuncias, cuando empiezas a hablar de denuncias falsas que no son verdad, que no son tales, yo noto en la gente un cierto hartazgo en el que piensan que ya estamos otra vez con la violencia. No lo tienen interiorizado porque si la gente no entiende que ver una actitud violenta no se debe recriminar, mal vamos. La violencia es una patología de la sociedad. Es de quien la produce, la provoca, la soporta y la consiente. No podemos ser espectadores de la violencia de otro. Todo el mundo debe implicarse.

En lo personal, ¿es difícil no empatizar con las víctimas?

Tenemos muy claro los abogados y abogadas en violencia de género que nosotros tenemos la obligación de empatizar con la víctima porque ten en cuenta que en la forma en que se desarrolla nuestro trabajo no podemos no hacerlo. Pues cuando la Policía o la Guardia Civil nos llaman y acudimos, esa es la primera vez en que vemos a esa señora que probablemente esté en un momento de shock tremendo, pues es una cuestión brutal ya que no ha sido agredida por un extraño. Ha sido agredida por el padre de sus hijos o su compañero sentimental, por alguien que le importa o que ella quiere.

Por eso nosotros tenemos que ganarnos su confianza para que pueda contarnos y nosotros valorar en qué situación estamos. Si es habitual, si es puntual, si es violencia física o si es psíquica… Si nos conviene un juicio rápido de conformidad y una condena inmediata o nos conviene un cambio de procedimiento para poder contar con más pruebas. Entonces lo hacemos de forma casi instantánea, casi en minutos pues nos está esperando el fiscal, nos está esperando el juez para resolver. Nosotros tenemos que saber despertar la empatía de forma inmediata. Desde el respeto. El asesoramiento y la información sin agobiarla y con empatía para que esa mujer pueda confiar en un extraño.

¿Qué porcentaje hay de denuncias falsas?

Muy pocas. Son el 0,014% según los informes de la Fiscalía General del Estado.

Hablemos del maltratador. ¿Está la Justicia enfocada a reinsertarlo?

No. La Justicia está enfocada a castigar, entre comillas, o a rehabilitar como principio general de reinserción de la pena, sí. Pero sobre la rehabilitación, a mi juicio, nos queda mucho por andar. Hay medidas en las que el condenado consiente, se realizan cursos de rehabilitación… Pero tienen que consentir y muchas veces lo hacen porque les viene bien para determinado permiso, para que la Junta de Tratamiento le dé algún informe positivo, más que por estar rehabilitados. Hay mucho que batallar ahí todavía para que realmente les hagan cambiar la conducta que han tenido.

Entiendo que se ha avanzado poco en ese sentido.

Sí. Creo que sobre eso hay mucho que andar. Son muchos apartados y nos hemos enfocado mucho en el castigo y en la protección de la víctima pero nos falta esa última parte. Sobre la cuestión de la rehabilitación hay gente muy optimista y también muy pesimista pero yo creo que es un camino que hay que recorrer. Habrá que perfilarlo y amoldarlo. Es complicado porque es cambiar la mentalidad de personas que tienen determinados comportamientos. Eso no se hace en un curso de quince días.

¿Y los medios de comunicación? ¿Debemos aprender a tratar esta información?

Sobre eso se ha hablado mucho. Por una parte ha habido tratamientos pésimos porque cuando se dice que una mujer muere hay que decir que la mujer ha sido asesinada. No ha muerto porque sí. Hay que ser riguroso y es verdad que los medios de comunicación habéis hecho un esfuerzo importante. Cuando se matiza que el agresor estaba bien considerado por sus amigos o por la vecindad, se dulcifica. Al final también se culpabiliza a la víctima. No se debe estigmatizar más a la víctima por los epítetos que se ponen al agresor. O también cuando se dice por ejemplo que la víctima era ecuatoriana. No. La víctima era una mujer.

Muchas veces lo que ocurre es que se antepone la nacionalidad y no debería ser así porque no es una cuestión que dependa de un país sino que desgraciadamente es una lacra mundial. Hay que dar datos sin hastiar a la gente, datos concretos sobre la violencia. Pero no solo los medios de comunicación sino también en las series de televisión se deberían seguir para que pudiéramos reprocharlo porque si no, siempre queda como algo que no nos atañe.

En pleno 2016, las nuevas tecnologías está muy extendidas, ¿en qué medida afectan a este tipo de violencia?

No nos damos cuenta del daño que pueden inferir a la víctima las nuevas tecnologías. Antes era fácil porque no encontrábamos ni redes sociales, ni móvil, ni el control del GPS, ni las fotos en Facebook. Ahora, a través de eso, el control es absoluto.

Entonces hay que saber utilizar las nuevas tecnologías. Muchas veces ellas no son conscientes de cómo pueden ser controladas a través de las nuevas tecnologías. Por supuesto no darles nunca contraseñas a la pareja. Porque hay veces que las cuestiones no son voluntarias ya que ellos toman la consideración de que, como la mujer es una cosa suya, toman el control.

Eso pasa mucho en la gente joven y eso nos preocupa mucho porque creen que así les demuestran que les quieren. Pero no. Son dos personas independientes y la intimidad empieza por preservaos el uno del otro, cada uno con sus propios datos. Pero sí, es muy importante porque hace mucho daño.

Para terminar y obtener una hoja de ruta ¿cuáles son los principales desafíos que encara nuestra sociedad para luchar contra esta violencia?

Ya tenemos identificado que, más que el Código Penal o las leyes, la educación importa mucho. Todos coincidimos en que la educación en igualdad es el principio del fin de la violencia. La violencia extendida. Cuando la sociedad entienda que la violencia de género es una patología social y que no afecta solo a determinadas personas, habremos avanzado. Porque la sociedad ahora mismo lo ve y lo consiente.

Creo en la importancia de la educación en igualdad, de todos los partidos políticos, sin colores, porque hay cosas que son tan obvias que todo el mundo tiene que estar de acuerdo. Aquí no valen colores de ningún tipo ni intereses partidistas. Cuando eso se consiga de verdad instalar en casa, en el colegio, en el instituto o en la universidad, habremos conseguido mucho en la lucha contra la violencia. Mucho más que con las condenas o con los castigos.

Fuente de la entrevista: http://www.eldiario.es/andalucia/Filomena-Pelaez-educacion-principio-violencia_0_562393873.html

Fuente de la imagen:http://images.eldiario.es/fotos/Filomena-Pelaez-presidenta-Subcomision_EDIIMA20160924_0070_20.jp

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Según Informe de UNICEF: Cargan 40% más en niñas el trabajo en casa; el 11 de octubre celebran su día

América del Norte/CIUDAD DE MÉXICO/excelsior.com.mx

Las niñas de entre 5 y 14 años de edad dedican 40% más de tiempo que los niños a realizar trabajos no remunerados, como las tareas del hogar, reveló un informe del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef) hecho público con motivo del Día de Internacional de la Niña, el cual se conmemora cada 11 de octubre.

El informe, titulado Harnessing the power of data for girls: taking stock and looking ahead to 2030 (Sacar partido al poder de la información para las niñas: balance y previsiones hacia 2030), contiene las primeras estimaciones globales sobre el tiempo que dedican las niñas a realizar trabajos no remunerados, entre ellos las tareas del hogar, como cocinar, limpiar, cuidar de algún miembro de la familia y recoger agua y leña.

De acuerdo con el informe publicado por Unicef, la carga desproporcionada de tareas domésticas comienza  a temprana edad, en niñas de entre 5 y 9 años, que dedican 30% de tiempo más que los niños de su edad a realizar tareas del hogar.

Las desigualdades aumentan conforme las niñas  crecen, con niñas de entre 10 y 14 años, que dedican 50% de tiempo adicional respecto de los niños de la misma edad.

De acuerdo con datos de 2013 del  Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México, casi un millón de niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años realizaban tareas domésticas y no asistían a la escuela. Un 70% de esta población eran niñas, y 30% niños.

“La sobrecarga de las tareas domésticas no remuneradas comienza en la primera infancia y se acrecenta cuando las niñas llegan a la adolescencia”, explicó Anju Malhotra, asesora principal de Unicef en materia de género.

“Las niñas sacrifican oportunidades como aprender, crecer y disfrutar su infancia por la imposición de tareas domésticas”.

CONTRIBUCIÓN

Hasta 2015, en México había 19.4 millones de niñas y adolescentes, equivalente a 16.2% de la población del país, de acuerdo con el Inegi.

El organismo explicó que, a diferencia del trabajo doméstico como actividad económica, el realizado por niñas y adolescentes en el hogar contribuye de manera importante en la reproducción de la vida social de las familias, e incluso facilita que los adultos puedan dedicarse a trabajos remunerados.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/10/08/1121277

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India: Más de 60 millones de chicas adolescentes no tienen un nivel mínimo de alfabetización

Asia/India/8 Octubre 2016/Fuente: La información 

De los 103 millones de jóvenes que no tiene un nivel mínimo de alfabetización, más del 60% son mujeres. Esa situación se da especialmente en países como la India, donde la tasa de alfabetización en hombres es del 82% y el de las mujeres está en el 65%.Son algunos de los datos que recuerda la ONG Sonrisas de Bombay con motivo del Día Internacional de la Niña, que se conmemora el 11 de octubre. En este contexto, la ONG reivindica el acceso a la educación como condición para romper el círculo vicioso de la pobreza, y trabaja en la integración de las mujeres a través de la educación. El pasado curso, gracias a su proyecto ‘Girl Child’, posibilitó que más de 400 chicas volvieran a estudiar en el país asiático.La organización insiste en que la desigualdad de género sigue siendo, y a pesar del desarrollo económico, una asignatura pendiente para el país. En la ciudad de Bombay -en la que trabaja la fundación más del 60% de sus 20 millones de habitantes viven en barrios de chabolas, en condiciones de exclusión social y sufriendo vulneraciones sistemáticas de derechos. A esta realidad las mujeres a menudo suman una doble discriminación por cuestión de género. Si en la India los menores suelen abandonar sus estudios a los 11 años, las niñas lo hacen antes, ya sea para trabajar, cuidar de la casa o la familia, ser víctimas de redes de explotación, o para casarse. Por ello no pueden completar su educación básica y se establece un círculo de dependencia en el que perderán oportunidades de futuro.

Fuente: http://www.lainformacion.com/educacion/MILLONES-CHICAS-ADOLESCENTES-MINIMO-ALFABETIZACION_0_959004370.html

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Violencia Cultural

Por: Soed Rossell de Ramirez

¿Cuánto hemos avanzado en realidad hoy en día con los derechos de evitar la violencia hacia la mujer? ¿De verdad las mujeres se respetan unas a otras? Sobre todo en estos momentos donde las redes sociales están llenas de violencia simbólica y subjetiva de mil formas, ¿cuantas niñas adolescentes exponen sus cuerpos y su ser por estas redes sociales y la sociedad lo acepta como algo normal? ¿Que es lo “normal”?

Dentro de esta sociedad de mercado, donde los estereotipos abundan para vender cualquier cosa basada en la mujer como objeto sexual. Y como estas formas de comunicación e información contribuyen dentro de la sociedad venezolana a denigrar el género femenino, aprenden a relacionarse con un lenguaje soez sin valores de respeto y cautela de ser violentadas de diferentes formas.

 Cuando se habla de violencia simbólica es un concepto instituido por el sociólogo francés Pierre Bourdieu en la década de los 70, que en ciencias sociales se utiliza para describir una relación social donde el «dominador» ejerce un modo de violencia indirecta y no físicamente directa contra los «dominados», los cuales no la evidencian o no son conscientes de dichas prácticas contra ellos, por lo cual son «cómplices de la dominación a la que están sometidos» (Bourdieu, 1994). Las prácticas de la violencia simbólica son parte de estrategias construidas socialmente en el contexto de esquemas asimétricos de poder, caracterizados por la reproducción de los roles sociales, estatus, género, posición social, categorías cognitivas, representación evidente de poder y/o estructuras mentales, puestas en juego de una en una o todas simultáneamente en su conjunto, como parte de una reproducción encubierta y sistemática.

La violencia subjetiva implica, en cambio, esas posiciones de poder más confusas ( sibilinas, subrepticias) en las que el patriarcado nos ha ubicado con frecuencia. Por su parte conviene distinguir la violencia directa como personal, tanto física como psicológica, de la violencia subjetiva que es más cultural e institucional (Marinas, 2012).

Hoy en día la mujer después de varias luchas para obtener sus derechos como género desempeña labores en muchas áreas que pueden ser desde lo económico hasta lo político. En cada uno de esos espacios existe de manera directa e indirecta este tipo de violencia. Y solo se conforma con la forma de “adaptación”, es decir que dejar pasar los chistes sexistas, por las mujeres en un entorno es algo aceptado porque es un derecho a expresarse, entonces dónde encontramos los derechos de las mujeres a ser respetadas y no violentadas a través de esa violencia simbólica y subjetiva. La violencia física contra las mujeres provoca un rechazo general, no así la violencia simbólica y subjetiva de la cual la física es su expresión. Se debe entender que este proceso de violencia esta sumergido dentro del sistema del patriarcado y llevado por la sociedad de consumo, las mujeres son expuestas y catalogadas como objetos sexuales a través de estas redes sociales y compitiendo entre ellas sin ningún tipo de respeto hacia su mismo género y hacia su entorno social viciado por estos antivalores. Más aún, el hombre las desea y percibe como presa fácil de esclavitud sexual.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216628&titular=vejaciones-en-tiempos-de-redes-sociales-hacia-la-mujer-

Fuente de la imagen: http://www.minmujer.gob.ve/?q=articulos/mujer-y-derechos&page=1

 

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