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La desigualdad educativa en el mundo tendrá consecuencias medioambientales y mayores conflictos, según la UNESCO

Europa/España/13 de septiembre de 2016/Fuente: eldia

Madrid, El nuevo Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM) de la UNESCO deja de manifiesto que la desigualdad educativa en el mundo tendrá consecuencias medioambientales y mayores conflictos, además de carencias importantes a corto y medio plazo que afectarán a todos los países, pero sobre todo a los menos desarrollados y más pobres.

Según la UNESCO, los sistemas educativos deben velar por la protección de las culturas minoritarias y sus respectivos idiomas ya que contienen información esencial sobre le funcionamiento de los ecosistemas y pueden así dar respuesta a los problemas que afronta la humanidad, el planeta y la educación, que a juicio del organismo deberá pasar por una profunda transformación si se quiere alcanzar un Desarrollo Sostenible, como así se fijó dentro de los objetivos mundiales de 2003.

En el informe, además de la preocupación por temas medioambientales y por el retraso en cuanto al acceso y a la calidad de la educación en el mundo, el informe destaca las consecuencias que tienen las desigualdades educativas en el mundo.

A juicio de la UNESCO, la desigualdad educativa, que se combina con otras disparidades de carácter más general, agrava el riesgo de violencia y conflicto. Según un estudio reciente basado en datos obtenidos en 100 países a lo largo de 50 años, los países con mayores niveles de desigualdad escolar tenían muchas más probabilidades de pasar por situaciones de conflicto.

En 22 países del África Subsahariana la probabilidad de un conflicto en un plazo de 21 años es del 50%, sobre todo en las zonas con muy bajos niveles educativos. Los resultados del Informe constituyen toda una exhortación a los gobiernos para que empiecen a tomarse en serio las desigualdades educativas y hagan lo necesario para detectarlas obteniendo información directamente de las familias.

La UNESCO destaca la urgencia de una educación que avance de una manera más decidida y eficaz porque de mantenerse la tendencia actual, la educación primaria en el mundo no se conseguirá hasta 2042; la terminación universal del primer ciclo de secundaria lo sería en 2066; y la del segundo ciclo de secundaria quedaría para 2095 en América Latina y el Caribe. En zonas de África y de Asia ni siquiera están cuantificados los años que se tardaría en lograr algo tan fundamental como el derecho a la educación universal.

Estos datos suponen el retraso de 65 años con respecto al límite marcado para el cumplimiento de los ODS y que se fijaba la fecha de 2030 para lograr esos objetivos.

El Informe, titulado ‘La educación al servicio de los pueblos y el planeta’, deja patente que los sistemas educativos deben prestar mucha más atención a las cuestiones ambientales. Concretamente, en países de la OCDE, casi el 40% de los alumnos de 15 años apenas tienen conocimiento sobre cuestiones ambientales, mientras que en el Brasil, la Argentina, el Uruguay y México, el porcentaje aumenta en un 20% y se sitúa en un 60%.

Encontrar nuevas soluciones a los problemas medioambientales que posibiliten la transición hacia unas industrias más respetuosas con el medio ambiente y nuevas soluciones para los problemas ambientales es uno de los objetivos. Para que esto se logre es fundamental, según el informe, que la educación continúe más allá de la escuela, en las comunidades y los lugares de trabajo durante la edad adulta. Sin embargo, el 40% de la población mundial recibe enseñanza en un idioma que no entiende y dos de cada tres adultos carecen de alfabetización financiera y solo el 6% de los adultos de los países más pobres asiste a programas de alfabetización.

MÁS EDUCACIÓN=MÁS SENSIBILIDAD EN MEDIOAMBIENTE

En la mayoría de los países la educación es el mejor indicador del nivel de sensibilidad respecto del problema del cambio climático, en la mitad de los países del mundo no hay ninguna mención explícita del cambio climático o de la sostenibilidad ambiental. En los planes de estudios de la Argentina y Haití tampoco aparece término alguno relacionado con el desarrollo sostenible, por ejemplo.

«Hay que transformar radicalmente nuestra concepción del papel que incumbe a la educación en el desarrollo mundial, porque tiene un efecto catalítico sobre el bienestar de las personas y el futuro de nuestro planeta,» dijo la directora general de la UNESCO, Irina Bokova. «Hoy más que nunca, la educación tiene la responsabilidad de estar en sintonía con las dificultades y aspiraciones del siglo XXI y fomentar el tipo correcto de valores y competencias, valores y competencias que conduzcan a un crecimiento sostenible e integrador y a una convivencia pacífica.» NECESIDAD DE UNA EDUCACIÓN QUE SE PROLONGUE A LOS ADULTOS

Los sistemas educativos deben asegurarse de que dotan a las personas de las competencias y conocimientos que son indispensables para secundar la transición a industrias y prácticas agrícolas más ecológicas y ayudar a encontrar nuevas soluciones a los problemas ambientales.

Para ello también es preciso que la educación trascienda los recintos escolares y se prolongue en la vida del adulto, en su comunidad y su lugar de trabajo. Y sin embargo, solo un 6% de los adultos de los países más pobres ha acudido alguna vez a clases de alfabetización. En el Brasil, solo un 15% de los adultos sabe realizar cálculos aritméticos elementales con una hoja de cálculo.

«Para disfrutar de un planeta más verde y de un futuro sostenible para todos debemos exigir de nuestros sistemas educativos algo más que la simple transmisión de conocimientos. Nuestras escuelas, nuestras universidades y nuestros programas de aprendizaje permanente deben centrarse en problemáticas económicas, ambientales y sociales que alimenten la reflexión de ciudadanos emancipados, críticos, conscientes y competentes,» afirmó Aaron Benavot, Director del Informe GEM.

EN 2020 HABRÁ UN DÉFICIT DE 40 MILLONES DE TRABAJADORES CON ESTUDIOS SUPERIORES

También urge que los sistemas educativos dispensen competencias más sofisticadas, acordes con las necesidades de las economías en crecimiento, cuyos empleos requieren un conjunto de aptitudes que evoluciona con rapidez, pues muchos puestos de trabajo están ahora automatizados. Con las tendencias actuales, en 2020 se registrará un déficit de 40 millones de trabajadores con estudios superiores con respecto a la demanda.

El Informe demuestra que este cambio es vital: el hecho de lograr para 2030 la universalización del segundo ciclo de enseñanza secundaria en los países de ingresos bajos sacaría de la pobreza a 60 millones de personas para 2050.

En el Informe se recalca que los nuevos planes mundiales de desarrollo exigen de los ministros de educación y otros interlocutores de los círculos educativos que trabajen en colaboración con otros sectores, tras lo cual se enumeran una serie de beneficios que se derivarían de semejante forma de trabajar como que las intervenciones en el ámbito de la salud se podrían llevar a cabo por medio de las escuelas. Según una estimación, la administración de tratamientos como las cápsulas de micronutrientes a través de las escuelas cuesta una décima parte de lo que cuesta utilizando unidades sanitarias móviles.

Además las escuelas de campo podrían ayudar a incrementar un 12% el rendimiento de los cultivos, lo que se traduciría en un aumento sostenible de la producción alimentaria. En cuanto a la educación de las madres hasta el primer ciclo de la educación secundaria para 2030 en el África Subsahariana podría prevenir 3,5 millones de muertes infantiles entre 2050 y 2060.

En cuanto a Latinoamérica y el Caribe, los datos demuestran que el hecho de integrar la planificación educativa en los procesos de gobierno urbano ha hecho de Curitiba (Brasil) o Medellín (Colombia) ciudades mundialmente conocidas por su carácter ecológico y su dimensión igualitaria.

Fuente: http://eldia.es/agencias/8849531-desigualdad-educativa-mundo-tendra-consecuencias-medioambientales-mayores-conflictos-UNESCO

Imagen: www.drelm.gob.pe/media/k2/items/cache/223d3e825305be1390f95e96c8b494f2_XL.jpg

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Entrevista a Manuel Bello:»La desigualdad educativa genera delincuencia, deserción escolar y pérdida de recurso humano»

28 Agosto 2016/Fuente:alainet /Autor: Iara U. Alemán

Manuel Bello, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Cayetano Heredia y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, analiza la situación de la educación peruana e identifica a la desigualdad como el principal problema que el gobierno debe enfrentar. Bello alerta sobre las consecuencias nefastas de esa desigualdad: pérdida de recurso humano que aportaría a Perú un potencial enorme, deserción escolar por embarazo adolescente y aumento de la delincuencia por la falta de oportunidades educativas.

P.- ¿Cuáles son los principales retos en educación que debe afrontar el gobierno de PPK?

R.- Es posible la parte que corresponde a la educación básica, es decir que todos los niños tengan acceso a una educación inicial, primaria y secundaria de calidad. Eso es posible de lograr en cinco años, pero requiere de un esfuerzo económico, presupuestal y de gestión. Un esfuerzo educativo en general bien grande que involucre a la sociedad y a las instituciones del Estado. Por otro lado, la incorporación de todos a la educación superior, a la universidad, tomará más tiempo.

PPK hace referencia al derecho a una educación gratuita que es un tema complejo y polémico. En ese sentido, yo por ejemplo soy radical. Mi planteamiento es que la educación básica debería ser gratuita para todos, ricos y pobres, no sólo para los pobres que no pueden pagarla de su bolsillo porque eso es lo que permitiría que la educación sea también igualitaria y de calidad para todos, que no dependa de la capacidad de pago de cada familia.

P.- ¿Por qué el ministro de Educación es el más popular si Perú sigue manteniéndose con un pésimo rendimiento escolar?

R.- Porque ha logrado que el presupuesto del sector crezca como no había crecido en muchos años en el Perú. Por otro lado, el ministro es un buen comunicador y ha logrado empaquetar un conjunto de ideas fuerza de una manera clara y las transmite bien, eso ha permitido que tenga una buena acogida de los medios. También ha tenido métodos e iniciativas interesantes.

P.- ¿Cuáles son esos métodos e iniciativas?

R.- Uno de sus méritos es haberle dado continuidad a un proceso de mejora de la carrera pública magisterial, el ministro ha sido exitoso en su implementación. Ha habido incorporaciones de nuevos profesores contratados mediante evaluaciones, algunos de ellos han ascendido en la carrera magisterial de un nivel a otro a través de este proceso, aplicando la ley. Además, los maestros han recibido oportunidades de formación interesantes.

Pero habría que señalar que un faltante en ese campo es que no se ha elevado la remuneración básica de los profesores, el primer nivel sigue igual y está congelado por varios años. Ese es un tema importante.

P.- Ricardo Cuenca escribió que uno de los retos del ministro Saavedra es atender las desigualdades educativas y que debería orientarse hacia las zonas rurales  y los territorios más pobres, pues su anterior gestión puso mayor atención a las zonas urbanas y la selva. ¿Qué opina al respecto?

R.- Estoy totalmente de acuerdo con lo que propone Ricardo Cuenca, creo que en estos últimos cinco años se ha descuidado un poco la educación en las áreas rurales, que son los lugares donde se necesita más inversión y más esfuerzo por mejorar la infraestructura de los locales. Pero no solo eso, pues las viviendas de los profesores que enseñan en estas escuelas alejadas también deben mejorarse porque, muchas veces, no tienen un lugar apropiado para quedarse.

Debemos mejorar la calidad de la enseñanza en todas las zonas bilingües del país, en donde la lengua materna es distinta al castellano, necesitamos llevar profesores que hablen esas lenguas y le enseñen a los niños en sus propias lenguas. Es decir, necesitamos un gran programa de transformación de la educación en áreas rurales que sea integral, que cubra el tema de infraestructura, de profesores, de equipamiento, de alimentación apropiada y que se complemente con los programas sociales existentes, como: Juntos, Pensión 65, Beca 18, etc.

P.- ¿Cuáles son las consecuencias de que seamos uno de los países con mayores desigualdades educativas?

R.- En primer lugar, perdemos recurso humano porque no logramos desarrollar el conjunto de capacidades y talentos de todos nuestros niños y adolescentes. Por otro lado, hay una relación comprobada entre desigualdad educativa y una serie de problemas sociales, entre ellos la inseguridad, la delincuencia, pues si todos tuvieran iguales oportunidades de acceder a una buena educación (inicial, primaria y secundaria), luego acceder a una educación superior y después obtener puestos de trabajo aceptablemente remunerados, no tendríamos esta situación tan extendida de delincuencia y conflictividad social.

Por otro lado, el embarazo adolescente está fuertemente asociado al abandono de la escolaridad en secundaria. En todas las sociedades donde hay mayor desigualdad educativa, el embarazo adolescente crece.

P.- En Perú existe una brecha insuperable entre educación estatal y educación privada, ¿por qué no hemos logrado que ambas sean de calidad?

R.- El Estado no ha tenido políticas, no ha invertido en programas orientados a asegurar la calidad de ese servicio. Pero, en la medida que desde el gobierno se empieza a poner atención a la educación pública como ha pasado estos cinco años, el panorama empieza a cambiar. Hoy día encontramos que en las evaluaciones nacionales e internacionales, las escuelas públicas de las zonas populares logran mejores resultados que las privadas. La esperanza es tener una educación pública fuerte que no separe según el bolsillo, porque eso es nefasto para una sociedad ya que nos divide, nos separa, nos desintegra y eso genera conflictividad.

P.- La Agenda de Educación 2030 hace referencia a la necesidad de que los países puedan ponerse como meta una inversión en educación de, por lo menos, el 6% del PBI y/o el 20 % de su presupuesto general. Sin embargo, en Perú el PBI en educación está en 4.1%

R.- El Perú se comprometió a ponerse una meta y lograr, al 2015, el 6% del PBI, eso estuvo planteado desde el Acuerdo Nacional en los primeros años de este siglo, pero no se logró. Y no solo eso, sino que hasta el 2011-2012 no se avanzó, se retrocedió. Ahora, en estos últimos años el PBI aumentó, esperemos que hasta el 2021 se logre llegar al 6%.

P.- ¿Considera que hay un déficit de investigación en las universidades peruanas?

R.- Sin duda, como país hemos avanzado un poquito en estos últimos años, pero estamos lejos de otros países en términos de la cantidad de investigación que se hace, de la cantidad de publicaciones, de artículos científicos, de libros, de producción científica; sí, estamos muy atrasados. Hay que reconocer que en estos últimos años CONCYTEC (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica) ha hecho un esfuerzo enorme para tratar de tener más fondos y apoyar la investigación, pero todavía lo que destina el país a ese campo es muy poco. La mayoría de las universidades, lamentablemente, no hacen investigación.

P.- ¿Esto se está pretendiendo cambiar con la ley universitaria? ¿Usted considera que el gobierno debe impulsar esta ley?

R.- Sí porque la Ley Universitaria establece que obligatoriamente las universidades tienen que hacer investigación, es una de las condiciones básicas que deben ser cumplidas para ser autorizadas en su funcionamiento por la SUNEDU (Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria). Las universidades que no cumplan con ese requisito van a tener dificultades para seguir funcionando los próximos años. Entonces yo creo que sí, se están poniendo las pilas ahora para empezar a hacer investigación.

P.- ¿Qué opina sobre las llamadas “universidades lucrativas” que toman la educación como una mercancía en vez de centrarse en la calidad de la enseñanza?

R.- El Decreto Legislativo N° 882 de promoción de la educación privada abrió las puertas a que la educación en general, no sólo la universitaria, pudiera funcionar como negocio. Lo que hemos tenido a partir de ese decreto ha sido nefasto. El considerar a la educación como negocio trajo consecuencias muy negativas para la calidad de la educación.

Lo cierto es que ha ayudado a aumentar la cobertura. Tras la norma, muchos jóvenes han tenido acceso a estudios universitarios en universidades baratas. Pero, así como en el sistema escolar el acceso a la escuela no garantiza nada si no es de buena calidad, igual sucede en la educación superior. Tú puedes tener acceso, pero es en realidad una estafa porque terminas desempleado con un cartón que te sirve para muy poco o para nada.

P.- El año 2015, las pensiones subieron alrededor de 6%. Según un estudio del Grupo Educación al Futuro (GEF) las pensiones en las universidades privadas subirían un promedio de 5% durante este año. ¿Está justificada esta alza en las pensiones? ¿Hay mercantilismo en la enseñanza?

R.- Cuando la educación se convierte en una mercancía que se vende y se compra en el mercado, está sujeta a las reglas de la oferta y la demanda. Si una universidad tiene más demanda que el número de vacantes que ofrece, lo más probable es que -si su lógica es hacer negocio- suba los precios porque va a tener de todas maneras el número suficiente de clientes que van a pagar los nuevos precios. Así es como funciona el mercado. Pero que eso se refleje en mejor calidad, más laboratorios, más inversión o mejores bibliotecas, eso es algo que no podemos garantizar.

Video de la entrevista: https://goo.gl/4SLNth

Fuente de la entrevista: http://www.alainet.org/es/articulo/179462

Fuente de la imagen:http://www.alainet.org/sites/default/files/styles/articulo-ampliada/public/manuel_bello_foto_andres_alviar.jpg?itok=jAG-1ST8

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Entrevista a Joan Girona: «Los deberes son una fuente de desigualdades»

27 Agosto 2016/Fuente: eldiario/Autor: Pau Rodríguez

Joan Maria Girona se forjó como maestro en La Mina, justo cuando el barrio se empezaba a levantar, a mediados de los 70, como solución al chabolismo de toda Barcelona. Desde entonces, este profesor y psicopedagogo ha completado toda una trayectoria dedicada a la docencia en entornos conflictivos y depauperados de la capital catalana y sus alrededores. Fue director del instituto Badalona 9 –ya desaparecido–, del que fue expulsado por parte de la Administración por liderar una campaña contra su guetización. Ahora, jubilado, sigue asesorando institutos como el Francisco de Goya, del barrio del Guinardó, y tutorizando a jóvenes.

Conocedor de primera mano de los estragos que han causado la pobreza y las desigualdades en las aulas durante décadas, Girona analiza la situación actual con preocupación. «A diferencia de aquella época, se ha perdido la ilusión y la confianza en la escuela como ascensor social», se lamenta. Girona, que también es miembro del consejo de formación de la Asociación de Maestros Rosa Sensat, profundiza en esta entrevista en cómo el entorno familiar y social de los niños determina su paso por la escuela.

La pobreza afecta a la educación de los niños y jóvenes que la padecen.¿Hay alguna duda de esto?

Ninguna. Porque la escuela tiene pocos elementos para compensar su situación.Puede ayudarles, e intentar que durante las horas lectivas estos chicos se sientan en un plano de igualdad, pero la escuela se acaba y sólo ocupa la mitad de los días del año. Y ya no es sólo que los alumnos puedan pasar hambre o no tengan dinero por el material escolar, que es gravísimo, es que se le añaden otras consecuencias, como la pobreza afectiva o emocional: los adolescentes cuyos padres no les pueden querer suficiente porque están desbordados de problemas llegan a la escuela con la autoestima por los suelos. Este desánimo les hace rendir menos, aunque tengan más capacidades que otros.

¿Qué margen tiene la escuela para eliminar las desigualdades que traen de casa los alumnos?

La clase social te condiciona y poco podemos hacer desde las clases. Sí tiene que haber unas garantías básicas: si la criatura no ha comido lo suficiente, esto se debe atender. Y hay que buscar la forma y presionar para que se le dé una beca o que reciba ayudas de alguna entidad privada o banco de alimentos. También es fundamental que el centro haga actividades que no discriminen por motivos económicos, sino que incluyan todos.

¿A qué actividades se refiere? 

En una excursión que vale 10 euros, algunos podrán ir y otros no. En mi opinión, esta excursión no se debe hacer. O haces una más barata o vas a pie. Porque ya que la escuela no puede compensar todas las desigualdades, ¡al menos que no las acentúe!

¿Hay otros aspectos de la escuela que pueden agravar las desigualdades?

Los deberes son una fuente de desigualdades. Quien tiene familia o refuerzo en casa, los hará. Quien no, tendrá más dificultades.

¿Eliminamos los deberes para combatir las desigualdades?

No sólo para combatir desigualdades. También porque los alumnos ya están 7 horas en el instituto, toda una jornada laboral. ¡Que los hagan allí! He llegado a la conclusión de que los deberes sólo sirven para tranquilizar a maestros y familias. Al alumno básicamente la fastidia porque le quita tiempo de ocio, de relacionarse con los amigos, de hacer la suya.

Otro foco de posibles desigualdades, este más reciente, es internet. Quien no tiene acceso a la red está perdido.

La escuela debe tenerlo en cuenta. Si pone deberes en que hay que consultar internet debe garantizar que todo el mundo tenga acceso a él. Por lo tanto, por ejemplo, debe dejar unas horas de trabajo en la biblioteca o la sala de ordenadores. Todo esto que vamos diciendo, a lo que podríamos añadir el combate contra la segregación por niveles, pueden parecer detalles, pero es que si no se tienen en cuenta el chico del entorno favorable irá avanzando, pero el de entorno pobre se irá desanimando. Y hay que añadir otro elemento crucial: la acción tutorial. Los adolescentes, sobre todo de entornos socioeconómicos empobrecidos, tienen que encontrar a una persona que les pueda escuchar las angustias, los desánimos… Esto compensa.

¿Y lo encuentran a este tutor?

Con una hora a la semana de tutoría en Secundaria, es evidente que no. Pero hay casos ejemplares, como el del instituto Goya, en el que trabajo. Todo el profesorado es tutor, de una docena de adolescentes. Te los repartes y es más fácil que puedas estar cerca de todos. Y no es que lo necesiten, es que lo buscan.Alguien que los ayude, que los regañe, que les haga reflexionar… que los haga sentir queridos también en el instituto. Esto puede ayudar a paliar las carencias y problemas que puedan tener por las situaciones límite en casa.

A la hora de combatir las desigualdades educativas, ¿es posible que sean más efectivas algunas políticas sociales que nada tienen que ver con el sistema educativo?

Clarísimo. Unas políticas de fomento del trabajo que disminuyeran el paro significativamente harían mucho más contra las desigualdades educativas que cualquier cosa que pueda hacer la escuela. O unas ayudas reales a las familias, como la renta mínima garantizada. ¡Que no se vean obligadas a trabajar horas y horas y seguir siendo pobres, que es algo que no ha pasado nunca!

Estas políticas familiares son las que apuntalan muchos de los sistemas educativos nórdicos con los que nos queremos reflejar.

Finlandia no tendría los resultados que tiene sin unas buenas políticas de ayuda a las familias. Porque está demostrado que los resultados educativos dependen mucho más de la familia que de la escuela, esto aquí y en Finlandia.

En los últimos meses la Generalitat ha impulsado las llamadas auditorías pedagógicas, para identificar los centros más problemáticos e intervenir.¿Qué cree que habría que hacer?

Lo que hay que hacer es romper los guetos. La mayoría de estas escuelas lo son.Hay colegios a los que han hecho estas auditorías pero no mejorarán mientras el alumnado represente un porcentaje pequeño y desfavorecido de su barrio.Incluso podemos poner más recursos, pero la dinámica no cambiará.

¿En Catalunya hay escuelas gueto?

Muchas. Tenemos escuelas con un 80% de niños y niñas de etnia gitana, mientras que en su barrio el porcentaje de esta etnia es del 20%. Esto ocurre.

¿Cómo se llega esta situación?

Esto ocurre si potencias el derecho -inventado- de las familias a escoger escuela y no haces políticas públicas para equilibrar el porcentaje de alumnos de origen inmigrante o de entornos pobres. Durante años las familias que han podido han ido retirando a sus hijos de centros con estas características, y una vez inicias este proceso se genera un círculo vicioso: a la siguiente matriculación habrá aún menos familias que querrán llevarlos allí. Al final quedan sólo las que no tienen ánimo o ganas de llevarse a los hijos. Y esto ocurre también en barrios de clase media.

¿ Como se puede romper este círculo? A veces sencillamente la escuela es reflejo de un barrio también guetizado.

No hay ningún barrio con concentraciones tan elevadas de inmigración como algunas escuelas públicas. Hay barrios como Ciutat Vella (Barcelona) donde hay escuelas públicas llenas de chicos de origen inmigrante y otras, a menudo concertadas, que tienen muchos menos. Esto es muy peligroso, y sólo hay que mirar París o Londres. Todas las escuelas pagadas con nuestros impuestos -esto es: públicas y concertadas- deben equilibrar los alumnos.

¿El volumen de inmigrantes condiciona los resultados del sistema?

Esto un mantra. Si la escuela va mal, es culpa de los inmigrantes. Si hay paro, también. Si hay colas en el hospital, también. Esto mismo ocurría con murcianos y andaluces en Catalunya a los 60.

¿Qué similitudes hay, desde el punto de vista del maestro, entre la pobreza de aquella época y la actual?

Había muchas situaciones de riesgo, igual que ahora, pero se vivía en un crecimiento económico que permitía a la gente encontrar trabajo, creer en una esperanza de mejora, en la educación como ascensor social, y eso se percibía en el aula. Ahora es al contrario. ¿Cómo convences a un joven de que debe seguir estudiando si su hermano es abogado y no tiene trabajo? Otra diferencia es que los adolescentes de ahora, a diferencia de hace décadas –y independientemente de la condición social–, a menudo no conocen la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal.

¿A qué se refiere?

A que la familia no les ha puesto límites. El instituto no puede pedir a un adolescente que se ordene la carpeta si en casa no le hacen ordenar la habitación. Y antes esto estaba garantizado. Quizás es porque las parejas trabajan más y tienen menos tiempo para sus hijos, y entonces lo intentan compensar cediendo a sus peticiones y evitándoles toda frustración… No lo sé.Pero hay que poner límites, aunque cueste y entendiendo que muchas familias tienen problemas más prioritarios, de trabajo y vivienda. Y desde el punto de vista escolar, en situaciones así, a los adolescentes se les debe dar afecto, pero también responsabilidades y exigencia. En su naturaleza rebelde, ponerles límites forma parte de su educación.

Fuente de la entrevista: http://www.eldiario.es/catalunya/Joan-Girona-deberes-fuente-desigualdades_0_358015182.html

Fuente de la imagen: http://img.kaloo.ga/thumb?url=http%3A%2F%2Fimages.eldiario.es%2Fcatalunyaplural%2FJoan-Maria-Girona_EDIIMA20150218_0891_5.jpg&md5val=112b9031dd37cf3d63423a116ffe90bb&key=1af95244eef96d4c5572dfede97f078f9a59b4af&method=fill&size=708×388

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Camboya: Cómo lidiar con la desigualdad?

Asia/Camboya/16.08.2016/Autor y Fuente:http://www.khmertimeskh.com/

La desigualdad es un problema global. La brecha entre ricos y pobres se está ampliando y profundizando en diferentes partes del mundo, principalmente debido a la industrialización injusto y el desarrollo insostenible.

El costo de la desigualdad es alta. Un estudio reciente realizado por el Fondo Monetario Internacional mostró que los niveles elevados de desigualdad eran perjudiciales para el ritmo y la sostenibilidad del desarrollo económico.

La desigualdad tiene un efecto moderador sobre la reducción de la pobreza, lo que lleva a una sociedad menos inclusivo, provoca la inestabilidad política e implica grandes costes sociales. También conduce a la pérdida de la confianza pública en las instituciones gubernamentales.

«La desigualdad es causa y consecuencia de la incapacidad del sistema político, y contribuye a la inestabilidad de nuestro sistema económico, que a su vez contribuye a un aumento de la desigualdad», escribió Joseph Stigitzs en su libro «El precio de la desigualdad», en el año 2012 .

Tanto las estructuras económicas y políticas son las causas fundamentales de la desigualdad. Stigitzs argumenta: «Si bien puede haber subyacente fuerzas económicas en juego, la política han dado forma al mercado, y la forma en que las formas ventaja la parte superior, a expensas de los demás.»

Se necesita la reestructuración económica a nivel mundial, regional, nacional y local para promover el crecimiento inclusivo, que genera oportunidades para todos los segmentos de la población y distribuye los beneficios de manera justa en toda la sociedad.

Las reformas políticas e institucionales son vitales para fortalecer el desempeño de las instituciones públicas en la prestación de servicios públicos de calidad y la garantía de la igualdad de oportunidades para todos.

Una alianza tri-sectorial o una asociación de la sociedad gobierno-empresarios-civil tiene que ser construido y fortalecido para promover la inclusión social – un proceso por el cual se hacen esfuerzos para garantizar la igualdad de oportunidades para todos, independientemente de sus antecedentes y las condiciones económicas, de modo que puede alcanzar su pleno potencial en la vida.

Se necesita un «enfoque global del conjunto del gobierno» para centrarse en la promoción de una sociedad inclusiva, como elevar a familias de bajos ingresos, ayudar a los niños de familias pobres superar desventajas tempranas y darse cuenta de su potencial, y el apoyo a las personas mayores y las personas con discapacidad para realizar su parte de la sociedad.

En Camboya, la brecha entre los ricos y los pobres se ha ampliado en los últimos años, con los que están en la parte superior agarrar la parte del león de crecimiento, mientras que la mayoría de las personas se quedan atrás.

No existe ningún estudio exhaustivo sobre las causas y consecuencias de la desigualdad en Camboya. Los estudios realizados por el Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Mundial mostraron que existe una enorme brecha entre el consumo de los hogares en las zonas urbanas y en las zonas rurales.

A pesar de que la tasa de pobreza se ha reducido significativamente en los últimos años del 47,8 por ciento en 2007 a 18,9 por ciento en 2012, la vulnerabilidad a la pobreza sigue siendo alta.

Esto significa que una gran población se concentra en la parte inferior de la distribución del ingreso. La tasa de pobreza se elevará rápidamente si hay choques externos tales como desastres naturales o la inestabilidad política o crisis económica.

La desigualdad, sobre todo las diferencias de desarrollo entre las zonas urbanas y rurales, en el Reino ha dado lugar a un enorme flujo de la migración laboral interna y transfronteriza. El número de trabajadores migrantes internos es de aproximadamente un millón y el número de trabajadores migrantes transfronterizos golpeó más de un millón.

Tailandia, Corea del Sur y Malasia son los principales destinos de los trabajadores migrantes de Camboya.

Para reducir la desigualdad, el gobierno tiene que centrarse urgentemente en el desarrollo rural favorable a los pobres. De acuerdo con un estudio realizado por el Banco Asiático de Desarrollo, los principales temas de desarrollo rural son la inseguridad en la tenencia de la tierra, la baja productividad de los problemas de coordinación de la tierra y el capital humano, las fallas del mercado y, débil y poco desarrollada infraestructura rural y la financiación para el desarrollo rural.

La educación inclusiva y la atención sanitaria son los sectores más importantes en el desarrollo rural. Se necesita aumentar la inversión pública en estos dos sectores.

La protección social, incluyendo redes de seguridad social y las políticas de seguridad social, necesita ser reforzado.

El gobierno tiene que aplicar de manera efectiva la descentralización administrativa y fiscal dado que es una estrategia de gobierno importante para potenciar y permitir a los gobiernos locales y la comunidad en la prestación de soluciones locales y la dirección colectiva a los problemas locales.

Fuente: http://www.khmertimeskh.com/news/28457/how-to-deal-with-inequality-/

Imagen: http://www.khmertimeskh.com/files/news/28457/1471199650.jpg

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Educación: sobre la necesidad de saltar los barrotes carcelarios de lo inmediato (1)

Por: Pablo Martinis 

Revista Hemisferio Izquierdo/ Nro 4

Presentación

En las próximas líneas pretendo, inicialmente, dar cuenta de algunos rasgos de lo que a mi juicio constituye un debate educativo uruguayo marcado por una extrema pobreza pedagógica y política. Tomar nota de esta situación constituye para mí un punto de partida inevitable para retomar una problematización de la educación desde una perspectiva de izquierda. Entiendo por perspectiva de izquierda aquella que pone en el centro de sus preocupaciones la construcción de condiciones materiales y simbólicas que aseguren una distribución igualitaria de saberes socialmente significativos y necesarios para el desarrollo personal y la participación social. En el marco de sociedades capitalistas esto implica, inexcusablemente, una toma de postura a favor de los sectores populares, siempre postergados en el acceso a todo aquello que les corresponde por derecho. Desde este marco, propongo la necesidad de elevar la mirada y recentrar el debate educativo en términos de procesos de mediano y largo plazo

La pobreza del debate actual

La continuidad de los tres gobiernos del Frente Amplio nos ha reafirmado en la idea de que vivimos en un país en el que la política educativa se reinventa cada 5 años. Ello no implica la inexistencia de continuidades en aspectos particulares, pero los lineamientos políticos priorizados en cada caso son diversos y en ocasiones, antagónicos. De los muchos ejemplos que podrían plantearse para fundamentar esta afirmación tomaré sólo uno: las derivas de uno de los programas de política educativa que fue presentado como eje central de una política de izquierda, el Programa Maestros Comunitarios (PMC). Este programa fue uno de los emblemas de la política educativa en el período 2005 – 2009. Al año siguiente, al inaugurarse el segundo gobierno frenteamplista se le bajó el perfil subsumiéndolo dentro de un programa más amplio(2) y cesándose la creación de cargos dentro del mismo. Actualmente, rige una circular del Consejo de Educación Inicial y Primaria según la cual los cargos de Maestro Comunitario pueden ser utilizados en las escuelas para hacerse cargo de grados comunes en caso de ausencia del docente respectivo. La búsqueda de “otra forma de hacer escuela” que desde el PMC se instaló como consigna con fuerte contenido político parece ubicarse hoy más en el orden del recuerdo que en el de la posibilidad.

Por otra parte, el debate público sobre educación adolece de una extrema debilidad en tanto es absolutamente coyuntural. Se discute sobre problemas del momento, los cuales van siendo desplazados de la agenda por la emergencia de nuevas temáticas, las que al poco tiempo sufren la misma suerte. No parece haber acumulación de argumentos en esos debates y se carece absolutamente de miradas que puedan problematizar las discusiones con perspectivas de mediano y largo plazo. Complementariamente, abundan las ocasiones en que los debates se centran en aspectos absolutamente particulares, como las características individuales de ciertos funcionarios o sus capacidades para desarrollar satisfactoriamente o no determinadas tareas. Estas discusiones, que podrían ser de interés para alguno de los programas de chimentos que se emiten en la televisión montevideana, difícilmente aporten elementos destacables para una problematización de la educación nacional.

A su vez, una racionalidad tecnocrática instrumental sostiene los escasos debates que efectivamente se producen, ya que se discute en torno a indicadores, sin comprender o someter a crítica los complejos procesos que se esconden detrás de la producción de esos números. Así, tenemos una suerte de fetichización del número (“bajó la repetición”, “aumentó la cobertura”, etc…), sosteniendo la fantasía de que efectivamente en esos números habita alguna suerte de verdad revelada en torno a la educación. Así, se sostiene un precario discurso pedagógico que resume los problemas de la educación a unos pocos insumos básicos (más presupuesto, más horas de clase, mejores salarios, mejor infraestructura…), sin que tengamos novedad acerca de los proyectos educativos en función de los cuales esas reivindicaciones cobrarían sentido. Evidentemente, una de las dificultades que muestra esta situación es la extendida creencia en que quienes son buenos para construir indicadores y medirlos habrían de tener similar capacidad para proponer políticas educativas y llevarlas adelante. La historia de los últimos veinte años del sistema educativo uruguayo desmiente drásticamente esa creencia.

Los actores (colectivos) parecen estar atrapados en posiciones cristalizadas, inmunes al debate. Priman discursos autocomplacientes, cerrados a la posibilidad de integrar una diferencia, otra significación que no esté ya previamente en su glosario. Un ejemplo de esta situación, entre muchos que podrían citarse, puede apreciarse en las perspectivas actualmente existentes en torno a los procesos de inclusión educativa. Por una parte, desde diversos ámbitos de definición de política educativa parece primar una construcción de los estudiantes que viven en situación de pobreza más cercana a resaltar sus carencias que a rescatar sus potencialidades, de ahí el desarrollo de acciones más cercanas a las prácticas de asistencia que a las de enseñanza. Por otra, diversas posiciones desde ámbitos sindicales, particularmente en la enseñanza media, insisten en una suerte de victimización de los docentes, presentándose como los grandes perjudicados por tener que convivir con situaciones de violencia que hacia ellos generarían los adolescentes que ahora acceden a las instituciones educativas de la mano de los procesos de inclusión educativa. Lo que parece estar ausente en ambos casos es una reflexión acerca del lugar que la educación debe tener en su vínculo con poblaciones que han estado históricamente excluidas de transitar por ella más allá del nivel primario.

Las limitaciones de una perspectiva que entiende a la política educativa como simple gestión del presente deberían ser fuertemente recusadas desde una perspectiva de izquierda. No se trata de administrar razonablemente un sistema educativo -que además tenemos muy claro que produce desigualdad-, sino de transformarlo radicalmente a favor de aquellos tradicionalmente excluidos. Esta es la tarea de una gestión política de la educación desde una perspectiva de izquierda.

Otro tanto podría señalarse con relación a perspectivas sindicales que no pueden ver más allá de la defensa del docente en tanto trabajador de la educación. Obviamente, no se trata de negar este punto, sino de poner en consideración que aquel otro que muchas veces se ve como una amenaza es también parte de una clase subordinada. Oponer “inclusión educativa” vs “derechos de los trabajadores” no tiene ningún sentido, salvo que uno se ubique en una posición francamente reaccionaria.

Llegados a este punto es imposible dejar de tomar nota de la existencia de una notable distancia entre los discursos que circulan públicamente sobre educación y la gran mayoría de quienes cotidianamente “hacen la educación”. Esta cuestión llega a un punto que no dudaría en calificar de dramático cuando se constata -y he podido hacerlo en más de una oportunidad- que muchas experiencias de colectivos de docentes y educadores que intentan alterar sentidos y prácticas -que detectan como responsables del fracaso educativo- no encuentran eco en instancias de definición y gestión de políticas o en los ámbitos de representación docentes. Muchas veces, lamentablemente, sufren resistencias desde esos ámbitos.

En este marco, voces que deberían interpelarnos desde la lucidez de sus prácticas y conceptualizaciones están ausentes del debate púbico o, simplemente, guardan silencio. Este conjunto de elementos define lo que a mi juicio constituye un debate educativo en el cual lo pedagógico-político -entendido como la reflexión y la acción en torno a lo educativo y a su direccionamiento en favor de los sectores populares- brilla por su ausencia.

Saltar los barrotes carcelarios de lo inmediato.

Entiendo absolutamente imprescindible que quienes nos preocupamos por la educación desde una perspectiva de izquierda seamos capaces de dar señales en el sentido que el estado de situación que presenté en las líneas anteriores puede ser superado. Estas señales no se pueden dar si refieren exclusivamente a acciones inmediatas. Es necesario construir un discurso colectivo, que más allá de las diferencias presentes y las dificultades para tramitarlas, permita articular, primero que nada en una dimensión imaginaria (un horizonte deseable de posibilidades) para luego avanzar en su concreción práctica de forma paulatina.

Lo que estoy proponiendo no supone desconocer la centralidad del conflicto en la estructuración de los procesos sociales. Sería ingenuo hacerlo. Quizás tan ingenuo como lo fue creer, en el anterior período de gobierno, que a partir de un acuerdo entre los partidos políticos con representación parlamentaria se iban a poder solucionar los problemas.

Es necesario que reflexionemos acerca de que planificar, como acto político, supone construir hegemonía: articular diferencias de forma que quienes son parte de esa articulación perciban que sus demandas son incorporadas y no simplemente toleradas. Y también supone, marcar un límite, una frontera con aquellas perspectivas con las cuales no es posible la articulación porque encarnan un proyecto antagónico al que se quiere impulsar. Este es el juego político y también el juego de la política educativa. Estas articulaciones tienen que exceder a una fuerza política y expandirse hacia actores sociales significativos. Es condición indispensable para poder avanzar en este sentido partir de un proyecto claramente definido en sus aristas fundamentales. Aquí la pregunta fundamental a contestar está marcada por interrogarse sobre cuales han de ser las características fundamentales de un proyecto educativo de izquierda.

Avanzar en la definición de un proyecto educativo de izquierda tiene que ver con trabajar en la articulación de una dimensión imaginaria, de amplia aceptación popular, con respecto a qué expectativas tenemos con respecto al futuro de la educación. O mejor: qué educación quisiéramos tener en el futuro, cómo se diferencia de la que tenemos hoy y cómo podemos avanzar en la dirección deseada. También supone interrogarse acerca de qué aspectos de nuestra educación queremos conservar, ya que no todo es novedad; y cuales quisiéramos recuperar de la rica tradición de la pedagogía uruguaya.

Todo lo señalado involucra diversidad y pluralidad de voces que deben ser escuchadas, ya que la educación no nos pertenece o no es problema exclusivo de quienes trabajamos en ella.

Una vez visualizado ese horizonte de sentido, que va en paralelo a la definición de un marco ético político, axiológico, que es el telón de fondo permanente de todo el proceso, sería momento de sistematizar diagnósticos y ubicar áreas clave de trabajo con relación a las cuales poder establecer metas a corto, mediano y largo plazo, con sus correspondientes formas de evaluación que permitan la introducción de ajustes a medida que se avanza en el proceso. Este proceso necesita de fuerte diálogo y articulación a nivel político, de actores y técnicos. Se requiere de técnicos sumamente competentes en sus áreas de actuación pero con fuerte sensibilidad política para comprender que el diálogo permanente es necesario en procesos de planificación y desarrollo que se definan como participativos(3).

Avanzar en la dirección que estoy planteando aquí supone recuperar uno de los enunciados básicos del programa sobre educación con el que el Frente Amplio se presentó a las últimas elecciones. Recordemos que en el mismo se establece:

Elaborar un Plan Nacional de Educación a largo plazo, con amplios consensos sociales y políticos, orientado a la transformación de la educación pública que tome en cuenta para su debate: fines y objetivos de la educación; la cobertura del sistema; la profesión docente; aprendizajes deseables: su diversidad, integralidad, universalidad y democratización; la evaluación continua, y la construcción y distribución social del conocimiento. Para su discusión, elaboración y seguimiento se tendrán en cuenta los aportes del Congreso Nacional de Educación previsto por la Ley de Educación.

Recientemente el Grupo de Reflexión sobre Educación (GRE)(4), formado por destacados educadores de nuestro país, ha presentado su octavo documento de trabajo, en el cual señala la necesidad de orientar fuertes esfuerzos hacia la elaboración de un Plan Nacional de Educación(5). Entiendo que esta es una iniciativa que es necesario destacar y que busca, precisamente, ir más allá del limitado debate sobre educación existente en nuestro país.

En el mencionado documento se señala:

Un Plan Nacional de Educación es un documento con visión comprehensiva, racional y compleja de lo educativo a partir de la situación actual y de su proyección a futuro en relación con el todo social nacional, regional y mundial, lo que habilita a delinear la educación que tendrán las generaciones futuras (…) Lo anterior sirve de encuadre para la definición de fines, objetivos, políticas educativas y estrategias acordes para su logro (GRE, 2016: 7 – 8).

Entiendo que trabajar en la dirección que nos propone el GRE ofrece la posibilidad de reactivar un debate de fondo sobre los problemas de la educación nacional, evitando las miradas cortoplacistas y reduccionistas que actualmente nos absorben. Ubicar la mirada en la construcción de un futuro podría brindarnos una excelente ocasión para colocar nuevamente en circulación el debate en torno a que implica efectivamente una política educativa de izquierda.

En este sentido me detendré finalmente a esbozar algunas líneas de trabajo en función de los cuales podría ser interesante organizar el Plan y que condensan, en mi opinión, un horizonte pedagógico de izquierda.

Efectivizar la obligatoriedad de la educación consagrada en la legislación. Actualmente la obligatoriedad se cumple casi exclusivamente en sectores que tienen niveles de ingresos y acumulación de capital cultural relevantes. Es imprescindible garantizar la continuidad en el sistema educativo desde los 4 a los 18 años para todos los niños y adolescentes nacidos en nuestro país. Es probable que ese sistema educativo que haga lugar a todos deba ser sustancialmente diferente al que tenemos hoy. Concebirlo requiere discusiones amplias y transformaciones progresivas que no pueden ser logradas en el tiempo acotado de un período de gobierno
Garantizar acceso igualitario a los aprendizajes de todos los niños y adolescentes. Ello requiere repensar los diversos formatos desde los cuales damos curso a las acciones de enseñanza así como revisar las concepciones, muchas veces implícitas, que desde la educación se producen con respecto a los alumnos que no logran avanzar en los aprendizajes en los tiempos previstos administrativamente. Un sistema educativo concebido desde una perspectiva de izquierda debe tener dos características fundamentales en relación a este tema: partir siempre de las potencialidades de los sujetos de la educación y organizar la enseñanza en función de ellos.
Revisión de los estatutos académicos y políticos de los centros educativos. Aquí hay mucho trabajo por hacer en la dirección de dotar a los centros de la mayor autonomía posible para el desarrollo de un proyecto pedagógico propio y pertinente, sin perder de vista las orientaciones generales del sistema educativo y sus directrices pedagógico-políticas.
Reubicar la centralidad de la profesión docente. Ello tiene que ver tanto con la institucionalidad en la cual se ha de desarrollar la formación, como con el estatuto profesional y pedagógico, los procesos de formación continua y la cuestión salarial.
Abordar las relaciones entre educación y trabajo en términos de un proyecto de país productivo. Aquí cobra importancia la planificación de la oferta educativa, la orientación vocacional y el desarrollo de estudios prospectivos vinculados a la emergencia de demandas estratégicas de formación.

El documento del GRE propone una hoja de ruta hacia la elaboración de una Plan Nacional de Educación en la que el Congreso Nacional de Educación y la participación de amplios sectores sociales ocupan un lugar fundamental. También propone la constitución de un Grupo de Trabajo en la órbita de la Comisión Coordinadora del Sistema Nacional de Educación Pública a los efectos de dinamizar el proceso de trabajo. Entiendo que se trata de una propuesta sumamente razonable y que ofrece la gran posibilidad de revitalizar el debate y la producción de política educativa en nuestro país.

El educador popular colombiano Marco Raúl Mejía acuñó hace ya algunos años el término “disoñar” para alimentar la producción de políticas en clave popular. Se trata, según entiende Marco Raúl, de unir la lógica del diseño, fundamentalmente técnica en su elaboración, con la lógica del sueño, de la utopía, en su radicalidad política e ideológica. Quizás sean estas dos prácticas las que necesitamos unir para poder volver a pensar y a producir en términos de un discurso pedagógico de izquierda. Valdría la pena intentarlo.

* Licenciado en Ciencias de la Educación. Magíster y Doctor en Ciencias Sociales con mención en Educación. Profesor agregado y director del Departamento de Pedagogía, Política y Sociedad del Instituto de Educación de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.

Notas:

(1) La necesidad de saltar los barrotes carcelarios de los inmediato para pensar la educación fue enunciada por la pedagoga argentina Adriana Puiggrós en pleno auge de la hegemonía neoliberal en los años 90´del pasado siglo. Ver: Puiggrós, A. (1994). Imaginación y crisis en la educación latinoamericana, Buenos Aires, Aique.

(2) Se trata del Programa “Atención prioritaria en entornos de dificultades estructurales relativas”, conocido por el acrónimo APRENDER.

(3) Un esfuerzo cercano a lo aquí planteado fuer realizado en la ANEP en los años 2008 y 2009. El documento producto de ese proceso propone algunos elementos para la elaboración de una Plan Nacional de Educación (2010 – 2030). Puede ser consultado en: http://www.anep.edu.uy/anep/phocadownload/Publicaciones/LibrosDigitales/documento%20del%20plan%20nacional%20de%20educacin%202010%20-%202030.pdf

(4) http://polomercosur.org/grupo-de-reflexion-sobre-educacion/

(5) Grupo de Reflexión sobre Educación (junio de 2016). Documento N° 8. Es tiempo de un Plan Nacional de Educación, Montevideo.

Fuente: http://www.hemisferioizquierdo.uy/#!Educación-sobre-la-necesidad-de-saltar-los-barrotes-carcelarios-de-lo-inmediato-1/nnsaa/579eae4e0cf27547c72ee21a

Imagen: «La noche de los pobres», Diego Rivera (1928

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El nuevo modelo educativo propuesto por la SEP es correcto pero incumplible.

Aunque el modelo planteado tiene propuestas innovadoras y metas ambiciosas, enfrenta como obstáculo la desigualdad que hay en el país, y resistencias políticas, mencionaron especialistas.

América del Norte/México/Fuente:http://www.animalpolitico.com/

Por: Nayeli Roldan.

Investigadores coinciden en que el nuevo modelo educativo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), presentado el pasado jueves 21 de julio, tiene un diseño correcto, con propuestas innovadoras como la libre elección de materias y metas ambiciosas, pero es “incumplible” en un contexto tan desigual como el mexicano.

Quien diseñó el proyecto, dice, desconoce la complejidad de este país, mientras que las opciones de materias de las escuelas pueden parecer “superficiales” y no pensadas para las necesidades de las comunidades escolares.

Aunque la propuesta presentada por el secretario de Educación, Aurelio Nuño, atiende la corriente pedagógica que propone más autonomía en las escuelas y menos estandarización, para concretarla se necesitan maestros que dominen las opciones de los distintas materiales educativos e infraestructura que no tiene la mayoría de las escuelas en el país.

Una de las principales omisiones es la “desconexión” entre el nuevo modelo educativo y los procesos de evaluación establecidos como parte de la Reforma educativa.

Aunque se habla de “autonomía” para un nuevo modelo de aprendizaje, la evaluación para alumnos y maestros seguiría igual: estandarizada y ligada a recompensas económicas y sanciones administrativas, explica Díaz Barriga.

La autonomía propuesta “se contrapone” con el plan de evaluación actual que supone que el estudiante tiene conocimientos de temas estandarizados.

Por eso, dice Díaz Barriga, integrante de la Academia Mexicana de las Ciencias, debería haber “un giro” a las mediciones, para sustituir la evaluación de individuos por una “visión social”, que evaluaría a las escuelas y las metas alcanzadas a mediano y largo plazo y no cuestiones cuantitativas, como ocurre ahora con el sistema de puntajes en las pruebas estandarizadas.

La desigualdad y la grilla, los obstáculos:

Alma Maldonado, investigadora en educación del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), considera que con la autonomía curricular “la inequidad puede ser más obvia”.

Es decir, no está claro cómo serán estos espacios de autonomía, ni cómo las escuelas van a resolver las deficiencias ni las condiciones de los maestros para distribuir sus tiempos de clase e incluso si les pagarán horas extras.

Se debe considerar que una primaria urbana es diferente a una multigrado. En esta última, el profesor atiende a alumnos de grados distintos en un mismo espacio. Entonces, ¿estos estudiantes podrían recibir clases de educación financiera, pensamiento algorítmico o programación? O las condiciones sólo les permitirá tener lecciones de artesanías locales o tradiciones regionales, explica Maldonado.

Pero para concretar la propuesta curricular no sólo intervienen elementos escolares, sino también políticos, considera Carlos Ornelas, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, quien señala que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la disidencia, encabezada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), pueden aplicar u obstruir la propuesta de la SEP.

Aunque se trata de una propuesta con la “lógica correcta”, los efectos no se verán en el corto plazo, pero sobre todo Aurelio Nuño debe hacer “un trabajo político fino para lograr los consensos”, dice Ornelas, autor y compilador de 13 libros sobre educación.

Por ejemplo, “la burocracia de las secretarías no las controla la SEP, sino el SNTE”, y lo mismo ocurre en los bastiones de la CNTE como Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Michoacán, dice Ornelas.

Los gobernadores de los estados son otro factor para poder aplicar el proyecto. Aunque en el discurso aseguren su apoyo, en la práctica “no están dispuestos a entrarle porque no tienen incentivos”.

La SEP los deja fuera, como ocurrió con el Pacto por México, donde el presidente hizo alianzas con los principales partidos políticos para aprobar las reformas estructurales.

Para Ornelas, aplicar el nuevo modelo educativo es difícil, pero “no imposible”.

Si los factores contribuyen, podrían lograrse avances en al menos ocho años. Sin embargo, dice, un país como Finlandia logró uno de los mejores sistemas educativos en el mundo después de 30 años, con el mismo partido en el poder.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/2016/07/investigadores-dicen-que-el-modelo-educativo-de-la-sep-es-incumplible/

Imagen: http://static.animalpolitico.com/wp-content/uploads/2016/07/Modelo-Educativo-960×500.jpg

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Película: Esperando a Superman

Esperando a Superman

  • Título original: Waiting for Superman
  • Año2010: Duración102 min.
  • País: Estados Unidos
  • Director: Davis Guggenheim
  • Guión: Davis Guggenheim, Billy Kimball
  • Productora:Electric Kinney Films

Sinopsis: Documental denuncia del sistema educativo público de USA, dirigido por Davis Guggenheim (ganador del Oscar por «An Inconvenient Truth») y que se centra en lo que Bill Gates (productor del film) y el propio cineasta aseguran es «un desastroso sistema educativo en las escuelas públicas norteamericanas».

El documental relata la situación pública educativa estadounidense que- a pesar de tratarse de un potencia económica mundial- persisten las brechas socio-económicas entre una zona del país y otra, o entre diferentes instituciones de educación. En las zonas de mayor riesgo la educación no asegura movilidad social creando un aire de desesperanza entre sus estudiantes quienes-aceptando la idea de que no podrán ingresar a una universidad- dejan de lado la formación académica de sus vidas. Las mayores trabas son para los niños de escuelas públicas, ya que dependen de la disponibilidad de espacios que la escuela pueda ofertar año con año.

Fuente de la reseña:

  • http://www.filmaffinity.com/es/film298841.html
  • https://psicoeducat2013.wordpress.com/2013/10/31/analisis-documental-esperando-a-superman/

Fuente de la imagen: http://pics.filmaffinity.com/waiting_for_superman-416099347-large.jpg

 

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