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La sirvienta como esclava

Por: Ilka Oliva Corado

La servidumbre, la sirvienta, la criada, la muchacha, la ayuda, la nana, la cholera, la chacha, la gata, la mucama; a la empleada doméstica se le conoce con infinidad de nombres, despectivamente. Sin embargo es la empleada más importante, paradójicamente también es la mal pagada, la explotada y la esclavizada en un modelo de sociedad que utiliza a los parias como trampolín; como escalera, como el soporte más importante para sostener la explotación de unos para beneficio de otros.

Infinidad de teorías, estudios, conceptos y definiciones se pueden escribir en tomos de tomos, para justificar la existencia de la sirvienta, sin embargo este trabajo no tiene justificación alguna; es la explotación de una mujer para que otra logre el beneficio de la realización profesional y personal. Un sistema que milenariamente ha mantenido el modelo funcional a las minorías.

Gracias a que estructuralmente se he la negado el acceso a la educación a los parias y a las mujeres en particular, miles de niñas, adolescentes y mujeres se ven obligadas a trabajar en el servicio doméstico, situación que beneficia a muchas familias de la clase media, la burguesía y la oligarquía a quienes en muchos casos les importa un comino la equidad y la igualdad social, porque la inexistencia de éstas las beneficia.

Y así es como vemos, a feministas y a defensoras de derechos humanos, que no están excluidas del sistema y forman parte de éste muchas veces adrede porque «qué culpa tienen ellas si ya estaba así cuando nacieron y para qué ponerse a pelear con él» , las vemos asistiendo a conferencias, dictando seminarios sobre la equidad y los derechos de la mujer, sobre el acceso a la educación, mientras en sus casas hay otras; cuidando a sus hijos, limpiando su casa, planchando su ropa, limpiando sus baños y trapeando sus pisos. Otra que gracias al sistema de la explotación no gana ni el salario mínimo y una carencia de beneficios laborales.

Y vemos cómo milenariamente, familias completas logran el desarrollo, la oportunidad de acceso a la educación superior, mientras otras les sirven de soporte, de piso, de almohada. Esa almohada suave que las cobija y les cuida el sueño a cambio del dolor de ser explotada, insultada, tratada como un mueble viejo, no como persona. Una sirvienta que no se cansa nunca, que no llora nunca, a la que no le duele nada, una sirvienta que no piensa, no ve, no escucha y no habla, solo cuando tiene que decir: sí, señora, sí patrona. Porque si siente, si escucha, si habla, si interactúa como persona será despedida; por abusiva, por salida, por igualada. Por eso existe la sirvienta, por eso existe el trabajo de la servidumbre, porque son tumbas que además limpian la porquería de sus empleadores. Y si vamos más allá, también son la cama para enfriar las calenturas del patrón, sus amigos y sus hijos.

Mientras la patrona y sus hijas logran asistir a la escuela, a la universidad, desenvolverse profesionalmente, la empleada doméstica se pudre entre cuatro paredes, se pudre entre los pisos sucios y las ollas por lavar. Una empleada doméstica que también tiene sueños, que también anhela, que también siente. Una niña, una adolescente y una mujer que sueñan con asistir a la escuela, a la universidad, con cambiar de vida. Madres que tienen hijas que también serán sirvientas, muchas veces de las hijas y de las nietas de sus patronas. Una cadena de injusticia social que beneficia a unas y explota a otras.

¿Por que quién en sus cinco sentidos, quisiera trabajar de sirvienta en lugar de tener acceso a la universidad y realizar sus sueños? ¿Quién cambiaría un escritorio de universidad por un cepillo de lavar baños? ¿Quién cambiaría un salario justo por la explotación de no tener derechos laborales?

Y vemos a través de la historia del tiempo el avance que ha tenido la mujer como género cuando se coloca en el foco a las profesionales y que han salido del hogar para desarrollarse profesionalmente, pero quedan en la oscuridad las miles de parias que son el soporte en la invisibilidad de la explotación. ¿Existe realmente el avance en derechos de género? Tal vez para unas, dependiendo su condición social. Porque el paria, será paria en cualquier lugar.

Con esto no quiero decir en ningún momento que el trabajo del hogar corresponda exclusivamente a la mujer, no se trata de alimentar estereotipos, pero aquí el punto es otro.

Y vemos doctoras, ingenieras, docentes, periodistas, feministas, escritoras, artistas, deportistas de alto rendimiento, empresarias muy exitosas y reconocidas por su humanidad y la excelencia en su trabajo, éxito logrado por esfuerzo propio y el soporte de una niña, adolescente y mujer que no pudo desarrollarse porque su condición de paria la obligó a trabajar en la servidumbre. ¿Injusticias de la vida, del sistema? ¿Cómo una mujer puede desarrollarse profesionalmente, hablar de humanidad y luchar en teoría por los derechos de género teniendo a una empleada doméstica en su casa? ¿Cosas del feminismo burgués? ¿Cosas del aprovechamiento del sistema? ¿Cosas de doble moral?

Y como sabemos que en los males de la sociedad, el del servicio doméstico es perenne, es también urgente que se legislen leyes que las beneficien laboralmente. Que estas mujeres tengan el derecho a un salario justo, de vacaciones pagadas, de los bonos de los que gozan los empleados de cualquier empresa, de los días de enfermedad, del servicio médico. Del horario de entrada y salida con horas extras. Que tengan todos, todos los beneficios laborales. Es lo mínimo que se puede hacer con personas tan importantes en la sociedad. Y es urgente también que deje de existir la explotación infantil, estas niñas y adolescentes no deberían estar trabajando en casas, deberían estar estudiando.

¿Qué sucedería con estas mujeres profesionales el día que quede abolido el trabajo de la servidumbre? ¿Se organizarán en casa con sus familias y ellos mismos limpiarán su propia mierda? Dudo que esto llegue a suceder, porque de la servidumbre se aprovecha el chucho y el coche, ¿ y quién en su sano juicio quiere perder privilegios? Ojalá, algún día, en la memoria familiar y en la memoria colectiva se recuerde quiénes desde las sombras fueron el soporte para el desarrollo de tantas mujeres a través del tiempo.

Fuente: https://www.aporrea.org/actualidad/a255766.html

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Desigualdad y segregación marcan el sistema educativo chileno

Por:  Meritxell Freixas Martorell

El modelo educativo chileno arrastra una de las herencias más profundas de la dictadura de Pinochet. Pese a varias reformas, no logra romper con la mercantilización, la segregación y la competencia.

Corría el año 1983 cuando María Soledad Robredo empezó su carrera como profesora. Por aquel entonces, Chile estaba bajo la dictadura de Augusto Pinochet, quien impulsó una profunda transformación económica de corte marcadamente neoliberal. Los cambios promovidos por el dictador colocaron al país entre los más desiguales del mundo. Y el sistema educativo no fue una excepción.

María Soledad recuerda bien su primera experiencia como docente. Fue en uno de los llamados colegios particulares subvencionados, uno de los inventos de Pinochet para desarmar el sistema de educación pública. El Estado entregaba una subvención a personas particulares que se encargaban de gestionar el colegio. Eran los llamados “sostenedores”, que durante casi 40 años se enriquecieron a través de recursos inyectados por el Estado que, en vez de fortalecer la educación pública, destinó su dinero a los privados.

El pinochetismo también promovió una nueva forma de financiación de la educación, el llamado sistema de vouchers, por el cual se pasó de entregar dinero a las escuelas según sus necesidades a hacerlo según la cantidad de niños y niñas que asisten a clase. Registrar la asistencia del alumnado y asegurarla a toda costa pasó a ser la prioridad de los centros, que aseguraban, así, sus recursos.

La municipalización, impulsada por la dictadura a partir de 1986, fue el otro gran dinamitador de la educación pública en Chile. Los ayuntamientos se vieron obligados a sostener los centros educativos con los presupuestos municipales y los subsidios estatales. El efecto fue inmediato: las zonas más ricas salieron reforzadas, captando -además- a los mejores estudiantes, mientras que las más pobres resultaron gravemente perjudicadas.

Esa fue la experiencia que vivió María Soledad cuando llegó al Centro Educacional Mariano Egaña, el colegio público que actualmente dirige. Ubicado en uno de los sectores más pobres y vulnerables del barrio de Peñalolén de Santiago, asume que cuando llegó al centro “no había ni papel” porque el gobierno local, dominado por años por la derecha, nunca se hizo cargo de nada. En 2004, un cambio de en la administración del ayuntamiento, mejoró la gestión de los recursos y eso benefició las condiciones de la escuela, que hoy acoge a 1.100 estudiantes.

El giro del modelo educativo provocó la segregación, la desigualdad, la competencia entre escuelas y el individualismo en las lógicas educativas, que se han mantenido hasta hoy y contra los que combaten tanto el movimiento estudiantil como el gremio docente.

Segregación, competencia y mercado

El informe Desiguales: orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile, publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en junio, reveló que gran parte de la riqueza del país andino la concentra el 1% más rico, que recauda el 33% de los ingresos.

Por otra parte, según datos publicados por el Banco Mundial y la OCDE, Chile encabeza el ranking de países más desiguales entre las principales economías del mundo.

“La desigualdad en nuestro país se expresa de forma brutal y se refleja en la segregación escolar: los ricos estudian con los ricos, los medios con los medios y los pobres con los pobres, provocando que la educación pierda uno de sus principales objetivos: la integración social”. Así describe el presidente del Colegio de Profesores de Chile, Mario Aguilar, la realidad educativa de su país.

Aguilar considera que “la educación en Chile en vez de ser un factor para superar la segregación, profundiza aún más en ella”. Para él, el sistema se basa en lógicas de mercado, como un bien de consumo, un servicio que se entrega a los clientes -padres y estudiantes-. Cree que distribuye a los alumnos en las escuelas de acuerdo al nivel de ingresos de sus familias, incluso en la escuela pública que, aunque no cobre, se rige por lógicas de competencia.

Ese mismo enfoque se traslada también al desarrollo profesional del profesorado chileno. Los docentes son periódicamente evaluados a través de una escala cualitativa que abarca “insuficiente, básico, competente y destacado”. La reforma de la llamada “Carrera Docente”, aprobada el 2016 por el gobierno de Michelle Bachelet, establece que los profesores aumenten su salario en función de las evaluaciones a los que son sometidos.

Para Aguilar, esta no era la fórmula esperada para incrementar los sueldos de los docentes, que pelearon su mejora salarial con una gran movilización y una huelga de tres semanas. Si bien reconoce que las rentas han mejorado en promedio en un 25%, critica que “mientras algunos mejoran mucho, otros lo hacen poco y otros rotundamente nada porque se los encasilla en unos niveles de salario en función de unas certificaciones”.

Lo mismo ocurre para el alumnado, que debe rendir la prueba conocida como Simce. Pensada como un indicador de calidad educativa para guiar a las familias en la elección del centro educativo, los estudiantes realizan el examen en cuatro cursos distintos entre los 9 y los 16 años.

Pese a que inicialmente los artífices del nuevo modelo pensaron que las escuelas iban a competir por atraer familias y así mejorarían su calidad, en la práctica la Simce funcionó como un motor de competencia entre colegios, que seleccionaban a unos alumnos y excluían a otros para asegurarse buenos resultados en la prueba y quedar arriba en el ranking.

En opinión del presidente del Colegio de Profesores, “se cayó en la lógica de rendir en pruebas estandarizadas, pero la educación no es un estándar”. Aguilar sostiene que el aprendizaje de un niño “es una situación de una persona particular, se aborda desde la individualidad y desde un contexto determinado, sobre todo en un país con tantas desigualdades: no es lo mismo una escuela rural, que una escuela urbana en zona pobre o una escuela urbana en zona rica”.

Avances descafeinados

Las insistentes demandas del movimiento estudiantil obligaron al gobierno de Bachelet a poner en marcha avances en materia educativa. La Ley de Inclusión, aprobada en 2015, buscó poner fin al lucro de los centro que recibían aportes del Estado y terminar con la selección de alumnos por parte de los colegios. Además, permitió que las familias elijan el centro escolar que más les guste sin que eso dependa de su capacidad económica. El Estado promovió la gratuidad de los centros particulares subvencionados que cumplen determinados requisitos, pero esto no significa que estos pasen a ser de titularidad pública, sólo que el aporte del Estado es mayor para liberar a las familias del costo educativo.

La presidenta también se propuso terminar con la descentralización educativa. Hace apenas un mes la mandataria promulgó la Ley de Desmunicipalización para que sea el Estado quien garantice la calidad educativa a través del trabajo en red de los centros y la participación de toda la comunidad escolar.

Pese a los logros que significan las reformas implementadas, ninguna de ellas pone en jaque al modelo mercantilizado de la educación chilena. “Los aspectos más brutales se suavizan un poco, pero la esencia sigue siendo la misma”, lamenta Mario Aguilar. En el caso de la desmunicipalización, explica que “ya no serán los municipios quienes administren el modelo, sino que lo harán los servicios locales de educación, que se agruparán por barrios o zonas, que quedarán igualmente marcados por la desigualdad”.

Los docentes chilenos no lo tienen fácil. Sus reclamos se aplican a trompicones y siempre quedan ligeramente descafeinados. Esto cuando logran aplicarse. El gremio lleva tiempo pidiendo una reducción de la carga laboral y la aplicación de medidas contra la violencia en las aulas. Pero, por ahora, siguen sin respuestas.

Parece que tanto profesores como estudiantes han agotado todos sus cartuchos en esta legislatura. El próximo 17 de diciembre el país elige nuevo presidente y la educación ha sido de los temas más invisibilizados en esta campaña. ¿Llegó la hora de volver a la calle?

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/12/11/desigualdad-y-segregacion-marcan-el-sistema-educativo-chileno/

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Niños son víctimas del crimen organizado en Guatemala

Centro América/Guatemala/06 Diciembre 2017/Fuente: Prensa Latina

La captura de dos menores de 13 años con un fusil AK-47 que pretendían entregar a una pandilla detona nuevas alarmas en Guatemala, donde los niños aparecen como principales víctimas y no solo del crimen organizado.

La creación de mecanismos de desarrollo para la protección integral de la niñez es algo que debe priorizar el Estado para prevenir la participación de los menores en estos hechos, aseguró a la prensa Abner Paredes, de la Procuraduría de Derechos Humanos.

Según Paredes, el Estado no logra tener la cobertura adecuada en prevención y tampoco ha impulsado acciones que promuevan la participación, inclusión, educación y otros servicios básicos en áreas marginales donde niños y adolescentes están más expuestos.

Al no tener mayoría de edad, la imputabilidad penal hace que grupos delictivos los utilicen para el tráfico de drogas o como portadores de armas de grueso calibre, las cuales emplean en los asesinatos contra grupos rivales y quienes no pagan extorsión.

Un reciente estudio sobre el impacto de la poca inversión gubernamental en favor de la niñez, indica que el 70 por ciento de los menores de cinco años en el país está en la pobreza y registra una preocupante desnutrición crónica.

Incluso, hay municipios como Comitancillo, en el suroccidental departamento de San Marcos, donde el 60 por ciento de su población vive en extrema pobreza con las consecuentes secuelas de bajo peso al nacer, falta de nutrientes esenciales para un desarrollo óptimo y tallas muy inferiores a la edad.

El Ministerio de Salud registra que 143 niños murieron en 2016 por desnutrición, de ellos, 25 pertenecían a San Marcos. Le siguen en números rojos Alta Verapaz, Huehuetenango, Quiché (norte), Chiquimula (oriente) y Chimaltenango (centro).

Y aunque es más propio del campo, la región metropolitana tampoco escapa, con un 34,6 por ciento de menores de cinco años.

En la primera infancia otros datos causan escalofríos como baja cobertura educativa, víctimas de la violencia sexual, pornografía y explotación laboral.

Guatemala tiene la más baja inversión en el continente para niños menores de cinco años, un aproximado del 0,4 por ciento del Producto Interno Bruto.

Según estadísticas, esas condiciones hacen que el país afronte situaciones similares a las de los países africanos, donde pobreza extrema, desigualdad social y falta de oportunidades son una constante.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=136419&SEO=ninos-son-victimas-del-crimen-organizado-en-guatemala
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Jóvenes engrosan filas de desempleados en Guatemala

Centro América/Guatemala/02 Diciembre 2017/Fuente: Prensa Latina

 Los jóvenes guatemaltecos tienen hoy las menores oportunidades para optar por un puesto de trabajo y engrosan mayoritariamente las filas de desempleados de este país, donde las mujeres continúan siendo las más excluidas.
Según los datos recogidos por la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos 2017 (Enei), la tasa de desempleo a nivel nacional es del 2,3 por ciento, casi invariable si se compara con el 2,5 del año anterior, y afecta principalmente el área urbana metropolitana.

En tanto, el subempleo ronda el 12 por ciento, abarca el área rural e incluye a quienes laboran menos del tiempo establecido de 40 horas semanales en el sector público y 48 en el sector privado.

La Enei ratifica una tendencia predominante en los últimos años en Guatemala, donde factores como la edad, insuficiente preparación académica y falta de experiencia de los nuevos egresados hace que esa fuerza laboral esté en condiciones desventajosas ante los requisitos demandados por las empresas.

El 81 por ciento de los jóvenes que laboran no cuentan con acceso a la seguridad social y el 71.3 por ciento carece de un contrato de trabajo, especifica el estudio.

Quince y 24 años son las edades consideradas dentro de ese grupo que dispara las alertas, pero personas de 25 años en adelante también se encuentran en similar situación, de acuerdo con los resultados.

Encuestados en ese rango confirmaron que por más de 15 semanas buscaron un trabajo formal y ninguna empresa quiso darles un contrato, a pesar de las ferias de empleo promovidas recientemente por el gobierno.

El desempleo ocasiona la migración desde la provincia hacia la capital o al extranjero, específicamente a Estados Unidos, corrobora la encuesta.

La Población Económicamente Activa (PEA) se situó en 6,7 millones de personas, un ligero aumento con relación a 2016 que fijó 6,5 millones, confirmó Nelson Santacruz, jefe del departamento de Análisis del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

El monitoreo también establece que la población en edad de trabajar es de 11,2 millones contra 10,7 millones un año atrás, sin embargo los ocupados suman solo 6,5 millones.

El sector informal de la economía se mantiene en un 69 por ciento, en tanto la agricultura es la que más personas emplea, con un 31,4 por ciento del total, seguido del comercio (28,6) y la industria manufacturera (12,8).

La administración pública y la construcción completan la lista de actividades más importantes.

En el caso de los salarios, las remuneraciones mayores son las de empleados en el área metropolitana con promedios mensuales entre los dos mil y tres mil quetzales (de 277 a 415 dólares).

El área rural sigue estando en situación precaria, con ingresos más bajos que el mínimo, en el orden de hasta mil 74 por mes (148 dólares).

Para el primer trimestre del año, el INE indicaba que cuatro de cada 10 jóvenes abandonaba sus estudios y que solo uno de los que continuó en el sistema educativo, logró llegar a la universidad.

De mayo a junio, la situación empeora pues el seis por ciento carece de educación, el 16,3 tiene primaria incompleta y el 20 por ciento logró completar ese nivel

Aunque en los resultados de la Encuesta influye la temporalidad y la muestra seleccionada, constituye un termómetro en tiempo real de lo que sucede en Guatemala, uno de los países más desiguales de la región.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=135474&SEO=jovenes-engrosan-filas-de-desempleados-en-guatemala
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Kenia: Tecnología por la paz: el laboratorio que da voz a los jóvenes en zonas de conflicto

Kenia/13 de Noviembre de 2017/El Diario

PeaceTech Lab utiliza la tecnología, el ‘big data’ y las redes sociales para monitorizar la violencia y dar voz a los que viven en países con gran inestabilidad política o azotados por grupos extremistas. Entre otros proyectos, la organización ha lanzado programas de radio y televisión para jóvenes en Sudán del Sur e Irak, desarrollado sistemas de alerta de incidentes a través del móvil y plataformas donde obtener información sobre la evolución de los conflictos a nivel global.

Hemos alcanzado el mayor número de refugiados de la historia: hay más de 65 millones de personas desplazadas en el planeta, según el último informe de ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. Las cifras globales relativas a la violencia tampoco son halagüeñas: los conflictos, incluido el terrorismo, cuestan a los gobiernos 13,6 billones de dólares (cerca de 12 billones de euros) anuales. El gasto representa, al menos, el 13,3 % del producto interior bruto mundial.

Frente a este exorbitante desembolso, la inversión destinada a promover la paz es casi irrisoria: en el 2015, Naciones Unidas destinó tan solo 8.300 millones de dólares (unos 7.000 millones de euros) a este fin.

Aunque borrar de un plumazo un problema de inabarcables dimensiones es prácticamente imposible, hay quien intenta, por medio de iniciativas a nivel nacional o local, tender una mano a las comunidades de los países más afectados por las injusticias y la violencia. La organización no gubernamental PeaceTech Lab lo hace blandiendo la tecnología como arma contra las desigualdades y en pos del activismo social.

El proyecto nació como un centro de innovación dentro del Instituto por la Paz de Estados Unidos (USIP), con sede en Washington, del que se escindió hace tres años para continuar su labor en solitario. Liderado tanto por profesionales de la ingeniería, el ‘big data’, la ciberseguridad y la comunicación como por expertos en conflictos y cooperación, sus líneas de actuación incluyen desde una aceleradora de ‘startups’hasta distintas iniciativas para dar voz a los jóvenes de países en conflicto combinando el poder de internet y la radio y la televisión.

UN IMPULSO PARA EMPRESAS COMPROMETIDAS

“El PeaceTech Accelerator apoya a aquellas ‘startups’ que diseñen, desarrollen y utilicen tecnologías innovadoras para contribuir a acabar con los conflictos y promover una paz sostenible”, explica a HojaDeRouter.com Twila Tschan, portavoz de la iniciativa. Esta es la definición más amplia; las empresas pueden enfocarse en áreas que van desde las finanzas hasta la gestión de recursos, pasando por la violencia de grupos extremistas o la de género.

El programa ofrece a las empresas seleccionadas financiación, asesoramiento y un espacio donde trabajar durante ocho semanas. En su primera hornada había  proyectos de países sumidos en la violencia, como la firma de desarrollo de videojuegos “para la paz” de Sudán del Sur Junub Games o la plataforma de música en ‘streaming’ sudafricana Nichestreem, pero también de naciones occidentales, como la aplicación social Wistla.

 En su segunda hornada se incluyen, entre otras ‘startups’, Annona, una herramienta móvil para incorporar a los pequeños productores en las cadenas de suministro globales, y Hala Systems, una empresa social que desarrolla soluciones tecnológicas para proteger a quienes sufren las consecuencias de la guerra, los movimientos extremistas y las crisis humanitarias.

LA RADIO Y LAS REDES SOCIALES COMO ALTAVOZ

Además de su programa de apoyo a los emprendedores, PeaceTech Lab ha lanzado diferentes proyectos basados en los medios comunicación y las nuevas tecnologías para mejorar la situación de los más jóvenes en los países en conflicto. “Los medios tienen el poder único de combinar el entretenimiento y la educación. Pueden ayudarte a entender y empatizar con un personaje, lo que creo que es un ingrediente clave para la paz”, subraya Tschan.

Un buen ejemplo de lo que explica es  Sawa Shabab’(‘Jóvenes Unidos’ en español),una especie de telenovela radiofónica emitida en Sudán del Sur. Si bien desde la institución les guían sobre cómo tratar cuestiones como la unidad, el empoderamiento de la juventud, la igualdad de género y la responsabilidad individual, el programa está enteramente producido y protagonizado por colectivos locales.

Después de cada episodio, sus responsables hacen una pregunta a la audiencia sobre el tema que se ha abordado, y esta puede contestar a través de mensajes de texto o Facebook. Así, “el proyecto se ha convertido en una plataforma para que los jóvenes puedan expresarse y compartir sus retos y esperanzas de cara a un Sudán del Sur unificado”, indica Tschan, quien señala también algunos de los frutos obtenidos: “Después de la segunda temporada, vimos un incremento del 22 % en las oyentes que se veían como miembros igualitarios de la sociedad”.

Los proyectos de la ONG están especialmente enfocados a los jóvenes
Los proyectos de la ONG están especialmente enfocados a los jóvenes

Tanto las redes sociales como WhatsApp son potentes herramientas para congregar y dar voz a la ciudadanía en momentos de crisis. En Irak, la organización produjo entre 2009 y 2014 ‘Salam Shabab’, un ‘reality’ televisivo para jóvenes cuya página de Facebook tiene decenas de miles de seguidores en todo Oriente Medio. A pesar de que el programa tocó a su fin, la comunidad continuó manteniendo el contacto a través de la plataforma.

Cuando el ISIS tomó las ciudades de Tikrit y Mosul en octubre del 2014, los jóvenes utilizaron la red social para comunicarse, prestarse apoyo y ayuda. Valientemente compartían todo tipo de contenidos promoviendo la paz, la tolerancia, criticando el extremismo y denunciando las injusticias que estaba sufriendo la sociedad, organizaban marchas y reunían voluntarios para asistir a las personas desplazadas de sus casas.

A pesar de ser una institución relativamente pequeña, PeaceTech Lab rebosa dinamismo y aprovecha las alianzas con grandes organizaciones como USIP e iniciativas a nivel local y regional como la iraquí Sanad. “Países como Irak, Paquistán, Nigeria y Afganistán ya cuentan con gente increíble que trabajan por la paz y con el talento técnico necesario”, asegura Tschan. Parte de su labor consiste en crear sinergias y poner en contacto a colectivos, así como en mostrarles nuevas herramientas y cómo utilizar los datos para potenciar su trabajo.

SIGUIENDO LA PISTA AL ODIO

No hay que remontarse mucho para dar con uno más de sus proyectos exitosos. Junto con otro par de organizaciones, el brazo africano de PeaceTech Lab afincado en Nairobi puso en marcha durante las elecciones keniatas celebradas este verano un sistema de alerta y respuesta a incidentes violentos basado en mensajes de texto. Quienes se suscribían a la plataforma podían, además, avisar sobre rumores o si habían sido testigo de fraude o injerencias en las votaciones.

Más de 200.000 personas de cuatro provincias se apuntaron al servicio. Además de los SMS, el laboratorio tecnológico monitorizó las conversaciones en redes sociales antes, durante y después de los comicios para analizar y contextualizar las publicaciones y ayudar a las fuerzas de seguridad a detectar expresiones de odio relacionadas con el sufragio.

El predecesor de esta iniciativa keniata fue un estudio que la ONG conduce en Sudán del Sur desde el año pasado. Antes de que las noticias falsas y el lenguaje del odio coparan los titulares en la prensa de las naciones occidentales, sus contactos en el país africano ya les advertían sobre los escalofriantes vídeos que circulaban por las redes sociales promoviendo la violencia y anunciando supuestas masacres que sembraban el pánico entre los usuarios.

Fue entonces cuando decidieron analizar las expresiones que plagaban estos mensajes de manipulación, de dónde venían y en qué plataformas eran más abundantes. “Nos sorprendió averiguar que la mayor parte del discurso de odio se originaba en la diáspora sudanesa en Estados Unidos, Canadá y Australia”, cuenta Tschan. A partir de sus hallazgos, decidieron ampliar su foco educativo para abarcar las comunidades presentes en esos países y utilizar los resultados de los estudios léxicos en otros proyectos como el de Kenia.

Ambas iniciativas demuestran que los datos son una herramienta útil en manos de aquellos que tratan de monitorizar los conflictos armados y ayudar a las comunidades afectadas. Pero no siempre es fácil encontrarlos, analizarlos, interpretarlos y presentarlos en un formato entendible. “La mayoría y los más valiosos están almacenados en hojas de cálculo o informes imposibles de leer”, dice Tschan.

Resultados del análisis de las expresiones de odio en redes sociales sobre los conflictos de Sudán del Sur
Temas y lenguaje de odio dominante en redes sociales relacionados con los conflictos en Sudán del Sur

Por eso en PeaceTech Lab han lanzado una plataforma para hacer la información accesible a los colectivos que luchan por instaurar la paz. “Queríamos proporcionar a las organizaciones y los activistas un lugar centralizado donde poder observar las tendencias de las noticias, las redes sociales y otros indicadores de inestabilidad”, asegura la portavoz. Así, en esta web pueden encontrarse desde mapas donde se representan los actos violentos hasta gráficos sobre el léxico utilizado en diferentes países.

¿Los retos de cara al futuro? “ Los grandes problemas como los conflictos y las crisis de refugiados necesitan grandes soluciones, y por eso queremos ampliar el alcance de nuestros proyectos con más éxito”, indica la responsable de PeaceTech Lab. Entre otras cosas, colaboran con una cadena de televisión pakistaní para lanzar un programa de noticias 24 horas creado por y para la juventud y en Nigeria trabajan para expandir los informativos en hausa —una lengua afroasiática hablada por unos 40 millones de personas— a los territorios del norte afectados por el grupo extremista Boko Haram.

Del lado de los datos, la organización planea ampliar el alcance de la plataforma GroundTruth Global, una poderosa herramienta para emitir alertas tempranas sobre conflictos basadas en el ‘big data’, como el que se obtiene de imágenes de satélite, la información recabada en las redes sociales y los datos locales recogidos por sus socios ‘in situ’.

Aunque conseguir la paz mundial parece una meta demasiada ambiciosa (por no decir imposible), los granitos de arena con los que contribuye PeaceTech Lab sirven para mantener a raya los conflictos violentos, proteger a quienes los sufren y acercarnos un poco más al cumplimiento de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas: “Promover sociedades pacíficas e inclusivas”.

Fuente: http://www.eldiario.es/hojaderouter/tecnologia/laboratorio-tecnologia-impulsar-zonas-conflicto_0_706579825.html

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Desigualdad, violencia y valores. Acerca de la Universidad Pública

México / 22 de octubre de 2017 / Autor: Humberto Muñoz García / Fuente: Campus Milenio

Un problema que ha estado presente en la historia de México es el de la desigualdad social. No hemos tenido la suficiente fuerza y habilidades para cambiar la situación injusta que padecen la mayor parte de nuestros compatriotas. Este problema se reproduce y se encuentra de diferentes maneras en distintos planos de la realidad social, siendo uno de ellos el educativo.  Doy algunos ejemplos.
En un análisis publicado en un libro del Seminario de Educación Superior, UNAM (2009), se indica que las universidades públicas en México forman un  conjunto institucional estratificado. La diferenciación va más allá de indicadores estrictamente económicos. Se expresa en función del contexto educativo (vía la cobertura), de la estructura demográfica ligada a la demanda, de la relación entre el subsidio y la matrícula, de los soportes intelectuales para hacer investigación y de criterios políticos. Lo que resalta, en suma, es que las universidades públicas se distinguen por diferencias en sus capacidades intelectuales, derivadas de los recursos materiales y humanos con los que cuentan.

Unas instituciones tienen más ventajas que otras para cumplir con sus tareas. Hay grandes diferencias para hacer investigación, formar investigadores,  contribuir al desarrollo del entorno social y para adquirir un determinado peso político que permita influir en las políticas públicas instrumentadas por el gobierno. Y estas desigualdades institucionales tienen que ver con las posibilidades de que los alumnos tengan una buena educación y que los actores y sujetos del cambio social cuenten con conocimientos apropiados al desarrollo local.
La institución donde se estudia o trabaja resulta de importancia para entrar al mercado laboral o para tener una voz reconocida en la opinión pública. Estudiar en una universidad es relevante en la definición de las oportunidades de vida y de estatus. En México, la mayor parte de los jóvenes no tiene acceso a la educación superior. Un poco más de seis de cada diez personas, que tienen entre 18 y 23 años, no estudian licenciatura. Y entrar a una universidad es más difícil para los jóvenes cuyas familias tienen ingresos escasos que para quienes provienen de las familias más adineradas. Aquí radica una desigualdad notable.
A fines del sexenio pasado, se indicó que un 20 por ciento de los jóvenes provenientes de los 4 deciles de ingreso más bajos estaban matriculados en el nivel superior. Ese porcentaje había aumentado, en contraste con el del pasado. Los estudiantes de las familias más ricas (deciles 9 y 10) doblaban esa proporción en las universidades públicas, mientras que la diferencia era bastante mayor cuando se trata de las universidades privadas. (Datos de la SEP). Estas últimas, como se sabe, incluyen a las instituciones de elite y a aquellas que atienden a estudiantes que no encontraron ubicación en las públicas o que no pueden pagar universidades caras.
El lugar donde habitan las familias también es significativo en relación con las oportunidades de estudio que se brindan. En México hay diferencias de cobertura muy grandes entre las entidades con más alta y más baja cobertura. En el estudio de Gil, Mendoza, Rodríguez y Pérez (2009) diecisiete entidades tenían una cobertura menor que el promedio nacional. En los datos mostrados por el Subsecretario Tuirán (2012) hay entidades que rebasan hasta 2.3 y 3.9 veces la tasa de cobertura más baja en el país. Las líneas divisorias no desaparecen, mantienen desiguales a los jóvenes en la República. La desesperanza de un mejor futuro es la que crece entre ellos.
Por otra parte, cuando incorporarse a una universidad es difícil, y se mantiene a los jóvenes en medio de la inseguridad y la incertidumbre, con un estrés cotidiano, en un ámbito social violento, se afecta el rendimiento escolar. Más aún, si hay violencia por la venta de estupefacientes en el barrio en el que se localiza la escuela o de plano en las instalaciones universitarias. No hablo de ninguna universidad en lo particular, porque hay señalamientos de que el problema se ha extendido sin distinción entre las instituciones.
La desigualdad educativa, traducida en falta de oportunidades de estudio, una dosis de violencia provocada por el clima social que se vive, y la carencia de valores éticos, nos dan una trilogía de factores de la cual no se desprende un futuro promisorio para las nuevas generaciones de universitarios. Y eso preocupa y duele. Necesitamos encaminarnos a cambiar las realidades institucionales para que el paso por nuestras escuelas y universidades produzca razonabilidad, pensamiento crítico, capacidades de convivencia con los otros, respeto a las ideas diferentes, disponibilidad para el diálogo, compromiso social y actitudes innovadoras.
Algunas cuestiones pueden resolverse sí se abren buenas universidades, sí se exige al Estado acciones eficaces contra la venta de drogas en los planteles y sí formamos estudiantes tolerantes que contribuyan a formular un nuevo pacto social.   Necesitamos nuevas políticas que amplíen el financiamiento a las universidades, políticas que liberen las falsas presiones en la vida académica, y políticas que estimulen el accionar ciudadano de los universitarios.

Fuente del Artículo:

http://campusmilenio.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=8828:desigualdad-violencia-y-valores-acerca-de-la-universidad-publica&Itemid=140

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OCDE dice que la escasa calidad de la educación de Panamá frena la equidad

Centro América/Panamá/14 Octubre 2017/Fuente: La estrella Panamá

Panamá ha experimentado un crecimiento económico espectacular en los últimos años, pero la escasa calidad de su educación pública le han convertido en uno de los países más desiguales del mundo, según un informe divulgado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El Centro de Desarrollo del organismo internacional presentó hoy en la capital el denominado «Estudio Multidimensional de Panamá» en el que realiza un diagnóstico de las principales barreras que existen en el país para lograr un crecimiento sostenible e inclusivo y que, en el caso del país centroamericano, giran en torno a la educación.

«El conocimiento de un estudiante de 15 años en Panamá equivale al de un estudiante de 12 años en otros países de la OCDE. Panamá tiene un retraso de escolaridad de 3 años», aseguró hoy el director adjunto para Latinoamérica de este centro de estudios, Sebastián Nieto.

El experto indicó que Panamá no solo tiene que mejorar sus planes educativos y la capacitación de su profesorado en las escuelas públicas, sino también ofrecer formación continuada para que los personas puedan actualizar sus conocimientos a lo largo de toda su vida laboral.

«Casi el 50 % de las empresas panameñas tienen dificultades para encontrar trabajadores con las competencias que necesitan, mientras que la media de la OCDE es del 38 %», indicó Nieto durante la presentación del informe en la sede del Ministerio de Economía y Finanzas del país centroamericano.

La falta de educación, añadió, es el origen de múltiples problemas que aquejan al desarrollo socioeconómico del país, como la informalidad laboral, que ronda el 40 %, o la baja recaudación tributaria, que impide incrementar los subsidios sociales y redistribución de los ingresos.

Según datos de la OCDE, los ingresos fiscales y las contribuciones a la seguridad social representaron en 2015 solo el 16,2 % del producto interior bruto de Panamá(PIB), una cifra «baja» comparada con la media de Latinoamérica (22,8 %).

La falta de inversión en I+D (investigación y desarrollo) es otra consecuencia directa de la calidad de la educación pública panameña. Mientras las economías más desarrollados del mundo invierten el 2,4 % de sus PIB en I+D, Panamá solo destina el 0,1 %, de acuerdo con el documento.

La OCDE publicó este estudio a petición del Gobierno panameño y se comprometió a elaborar en los próximos meses una serie de recomendaciones sobre políticas destinadas a alcanzar una mayor equidad.

Panamá ha liderado en los últimos años el crecimiento económico de la región, con unas tasas medias que superaban el 6 %, algo que le ha permitido combatir exitosamente la pobreza y la pobreza extrema, pero sigue enfrentando «grandes desafíos», en palabras del experto.

«Muchos de los que escaparon de la pobreza en los últimos años siguen siendo vulnerables y una desaceleración económica los haría regresar a la pobreza. Además, la expansión de la clase media expresa nuevas y cambiantes demandas de servicios públicos, incluyendo educación, salud, vivienda, infraestructura y transporte», alertó Nieto.

Según el organismo internacional, la desigualdad de Panamá, medida a través del coeficiente de Gini, se sitúa en el 0,48, frente al 0,32 de la media de las economías más desarrolladas.

Este indicador, entre 0 y 1, mide la desigualdad en los ingresos, siendo el 0 la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y el 1 la desigualdad absoluta (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/ocde-dice-escasa-calidad-educacion-panama-frena-equidad/24027297

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