Page 4 of 5
1 2 3 4 5

Entrevista a Arnulfo “Fufo” Gómez, maestro de generaciones (Honduras)

20 Agosto 2017/Fuente: latribuna/Autor:Eris Gallegos

En el mes de la familia, el maestro de generaciones don Arnulfo “Fufo” Gómez comparte su testimonio como pedagogo, exdeportista, salesiano y renovador carismático. Con más de 40 años de carrera como profesor de Matemáticas del Instituto Central, Normal de Señoritas y el Instituto San Miguel, las anécdotas son incontables. A esto se suma la pléyade de alumnos -ahora ricos, famosos, sacerdotes y políticos- que pasaron por su cátedra, entre ellos, el expresidente Zelaya, el alcalde sampedrano Armando Calidonio, Miguel Pastor, Enrique Flores Lanza, los periodistas Edgardo Melgar y René Zepeda; la rectora Julieta Castellanos, Ramón “Primitivo” Maradiaga, los hermanos Atala Kaffie y Freddy Nasser. Sin duda, la entrevista está garantizada.

¿Por qué se aplaza tanto alumno en matemáticas?
Porque no sirve el maestro. Así de fácil.

¿No es el alumno?
No. Es que el maestro tiene que hacer que al alumno le agraden las matemáticas.

¿Afecta que desde pequeño nos meten miedo por las matemáticas?
Sí, pero las matemáticas son facilitas, “chichonas” (fáciles).

¿Cuál es la clave para aprender matemáticas?
El autoestima, si no hay autoestima no hay éxito en la vida.

¿Cómo enseñaba usted matemáticas?
Explicaba los temas de lo más fácil a lo más difícil. Un problema sencillo, motivaba al alumno, les decía que eran inteligentes, pero poco a poco, con paciencia, al final, el alumno sentía que podía porque el autoestima es muy importante en la educación, pero con maestros que les dicen que son la riata y que vayan a vender mangos, no hay posibilidades.

¿Qué piensa de los maestros “tronadores” (rigurosos)?
Que son malos. Hay un montón así, piensan que entre más alumnos aplazan son mejores, pero eso no es ser maestro.

¿Hay quienes dicen para qué enredar al niño con álgebra si basta con las operaciones básicas?
Entonces no aprendamos nada. Las matemáticas es un concepto más que números, es un pensamiento distinto, determinante en la educación.

¿Hay diferencias entre los egresados de la otrora Escuela Superior del Profesorado con los de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN)?
Hay una superioridad enorme por el tipo de maestro que tuvimos.

¿Quiénes fueron sus maestros?
Los grandes maestros de América del Sur. Como la Escuela Superior estaba asociada a la UNESCO entonces todos los maestros de América del Sur y de España venían a trabajar un año y nos formaron.

¿Qué personajes fueron compañeros de estudios?
Muchos conocidos, algunos ya murieron, como Ibrahin Pineda y Guillermo Casco Callejas. Eran los años 60. En la Escuela Morazán fui compañero del doctor Plutarco Castellanos y de Nahúm Valladares, solo que estaba en un grado superior.

¿Cómo era la Tegucigalpa en los años 50?
Una belleza, yo nací en el barrio La Plazuela, conocido como Los Horcones. Todas las casas eran de horcones, por eso se llamaba así, la gente era muy intelectual, muy diferente.

¿El famoso arbolito de La Plazuela nació ahí o lo sembraron?
Lo sembraron muchos años después.

¿Algunas costumbres  de ese tiempo?
Eran barrios seguros, todos nos conocíamos, era una belleza, la gente era buena, las familias compartían las sopas. Todo eso se perdió con el crecimiento de la ciudad y la migración.

¿Cómo era la enseñanza escolar?
Memorística y escolástica, muy rígida con disciplina, como debe ser. Yo soy del concepto que sin disciplina no hay educación, no hay nada.

¿Hasta qué nivel de disciplina se llegaba?
Al punto que los padres nos llevaban el primer día de clases y nos entregaban al maestro con la advertencia “si se porta mal, ya sabe qué hacer”.

Nada que ver con ahora…
Uyy, hombre, por eso es que la sociedad era diferente, casi todos hombres de bien, hablo en general. No se miraban ladrones.

¿Los juegos de ese tiempo?
Mables, papelotes, esconde el anillo, landa, rayuela, todo eso despareció.

-¿Qué ha fallado?
Soy del criterio que los derechos humanos han venido a arruinarlo todo porque lo primero que debieron inventar son los deberes humanos. No existen los deberes y es lo primero que se debe enseñar al niño, que hay derechos cuando se cumplen los deberes. Yo me porto bien, debo reclamar mis derechos, de lo contrario no puedo reclamar.

¿En qué año se perdieron esos esquemas culturales?
Más o menos en los años ochenta.

¿Los maestros dejaron de ser ejemplo?
Sí, es que ya no hay vocación, eso se perdió, antes uno estudiaba magisterio por vocación, sentía el deseo de enseñar y formar.

¿Quién lo induce al magisterio?
Mire, yo estudié magisterio por mi padrino, un gran maestro, Rafael Bardales Bueso, fue ministro de Educación y fundador de una escuela formadora de maestros en Venezuela.

¿Era una carrera bien pagada?
Muy mal pagada, era un apostolado prácticamente, uno ganaba 60 lempiras al mes, tres lempiras la hora.

¿Ejerció en primaria?
Un año, fui maestro guía en la Escuela República de Uruguay pero después me matriculé en la Escuela Superior. Antes de eso, había estudiado ingeniería tres años pero por problemas económicos no seguí. Pero eso me ayudó en matemáticas.

¿Será que los tiempos han cambiado, como dicen?
No, el año quizá, pero los intereses son los mismos.

¿Cuál es la falencia del sistema?
Es que ya no hay vocación en el magisterio, lo que hay son intereses económicos, el maestro de antes se sacrificaba, amaba su profesión, quería como hijos a sus alumnos.

¿Usted era un maestro “chichón”?
No era “chichón”, pero tampoco duro. Me quedaba con mis alumnos en el recreo y ahí los guiaba.

Y los alumnos de ahora ¿cómo son?
Son el reflejo del maestro, “pijineros”, que no les importa nada, claro, tiene que ver mucho el ambiente y el Ministerio de Educación, muy bien gracias.

¿Y los padres de familia?
¡Uy!, ni digamos. Se acomodaron a la voluntad de los hijos, le dejan la carga al maestro, que el maestro le componga a su hijo.

¿Cómo fueron sus primeros pasos en la docencia?
Debuté en el Instituto San Miguel, en la Normal de Señoritas y en el Instituto Central. Ganaba 180 lempiras, 60 lempiras en cada colegio. Ese mismo año aumentaron los cursos y pasé a ganar 350 lempiras que era un platal en aquellos tiempos.

¿Anécdotas?
Miles en más de 40 años. Tuve alumnos brillantes, ricos, famosos y haraganes. Tuve el privilegio de darles tutorías a los hijos del abogado Ricardo Zúñiga y el general Oswaldo López Arellano. Y fui compañero de trabajo del cardenal Rodríguez cuando daba clases en el San Miguel.

¿Era cuña el abogado Zúñiga por esas tutorías?
Me pagaba bien. Excelente. Al general López Arellano no lo traté.

¿Qué recuerdos tiene del San Miguel?
Fue mi hogar. Tengo muchas anécdotas especialmente por la expresión que muchos me recuerdan: “Siga en juventud, joven”.

¿Qué les quería decir con eso?
Es que celebraban una semana en septiembre y los alumnos descuidaban las clases por andar “pinteando” con las muchachas del Sagrado Corazón y María Auxiliadora. Entonces, los muchachos cuando salían “quebrados” en los exámenes yo les decía: “Siga en juventud, mi amigo”. Todos los muchachos recuerdan ahora esa frase.

¿Quiénes fueron sus alumnos?
Cientos, pero recuerdo a muchos notables, que la prensa ha destacado poco; un hondureño, Danti Mossi, fue ministro de Aguas de Paraguay; el mejor alumno latinoamericano que ha pasado por la Universidad de Austin, Texas, José Faraj, los dos exalumnos míos.

¿Otros famosos?
El embajador en el Vaticano, Carlos Ávila; el exministro de Educación; el decano de Medicina, Marco Tulio Medina. Otros famosos como la rectora Julieta Castellanos en la Normal de Señoritas y “Primitivo” Maradiaga. Un sacerdote del San Miguel, le puso “primi” por feo como yo.

¿Periodistas?
José María Leiva, Edgardo Melgar, René Zepeda, Geovvany Gómez.

¿Y los “riquillos” de la capital?
Le di clase a los Atala, desde el mayor hasta el menor. Y los hijos de Simón Kafie. También a Freddy Nasser.

¿Y los Atala eran buenos o les regalaba la nota por ser Motagua?
Jamás, soy Olimpia de corazón hasta que me muera. Eran buenos alumnos, el menor salió un poco haragán.

¿Les dio clases a sacerdotes?
A varios, como Juan Ángel López, Tony Salinas, y los hermanos Alvarado. Y el gran sacerdote Ovidio Rodríguez, era extraordinario.

¿El mejor alumno que recuerde?
José Farach, excelente, nunca sacó menos de 100. Y Dante Mossi. Tuve muchos más excelentes. La rectora Julieta Castellanos, por ejemplo, en la normal.

¿El más relajero y haragán?
Sin ofender a nadie, como de todo hay en la viña del Señor, que le valía todo, “Mel” Zelaya y su hermano, Carlón. Venían a jugar y a hacer desastre.

¿Se graduó el expresidente aquí?
En el San Miguel, no. Lo expulsaron en segundo curso porque se quiso subir al segundo piso con una moto. No sé si el padre “Chilo” o el padre Aldo lo expulsó. A saber en qué colegio nocturno se graduó.

¿Y lo tuvo en la clase?
Como le digo, para bien o para mal, fue mi alumno. Le valía todo.

¿Cómo mira el país en la actualidad?
Veo que va para arriba, el presidente que tenemos va muy bien, no es porque sea nacionalista, no me meto en política, pero lo veo bien.

¿Le gusta la política?
No tanto. Los hombres más pensantes de este país, no son políticos, examine a los mejores hombres de este país no se meten en política, tal vez hayan excepciones, tengan su partido político, pero no hacen carrera política. Todos estos alumnos que le he mencionado no se meten en política porque vienen de una escuela distinta, la única excepción fue “Mel” Zelaya.

¿Cómo salesiano qué reflexiones puede compartir en este mes de la familia?
El fututo de este país está en la familia, una buena familia con cimientos reales espirituales no será destruida ni la va carcomer la cizaña.

¿Podemos recuperar la gobernabilidad frente a fenómenos como el crimen, las maras, la violencia?
Claro que sí, pero con la unidad de todos los sectores, la Iglesia, la sociedad civil, los siguientes, las escuelas, la empresa privada, todos en haz de voluntades vamos a salir adelante porque tenemos un gran país.

¿A quién responsabiliza de las maras?
Familia y escuela. Las autoridades fueron muy flojas. Si hubieran socado desde el principio la historia fuera diferente.

¿Y los derechos humanos?
Eso no ayuda, más bien afecta. Mire el problema de la universidad, le parece correcto paralizar las clases y agarrar a pedradas los edificios y a los policías. Más bien han sido bien tolerantes las autoridades.

¿Quién está detrás de la huelga en la UNAH?
Los políticos usan a estos alumnos. No necesito ser sabio para entender que hay mano política detrás de todos estos estudiantes.

¿En sus tiempos había huelgas?
Que yo me recuerde, no. Hubo una para que nos aumentaran un lempira de clase, pero solo fue una marcha de El Obelisco al parque Central. Eso fue todo porque después nos llamaron y nos aumentaron.

¿Qué piensa de los políticos?
Estos políticos de ahora no son políticos, son asaltadores del poder. Viví los gobiernos de Juan Manuel Gálvez y Ramón Villeda Morales, esos fueron dos buenos presidentes, no importa el color, se miraban que amaba a este país.

¿Qué le falta al político de ahora?
Le falta compromiso, hay buenos políticos, le vuelvo a repetir, el Presidente Juan Orlando Hernández a mi juicio es muy bueno, ha afrontado los principales problemas, se ven esa intención.

¿Debe reelegirse?
Esa decisión es del pueblo hondureño pero a mi juicio debe seguir.

¿Y la Alianza Opositora?
Ni quiera Dios, para mí, Salvador Nasralla es un desastre, tiene odio en su corazón.

¿Fue alumno suyo?
No, afortunadamente, estudió en el San Francisco.

¿Y Luis Zelaya?
Tampoco, pero lo veo un tipo bueno, todavía no está maleado.

¿Qué otra faceta desarrolló en su vida?
Fui seleccionado nacional de béisbol, fuimos a Cuba a un partido. Era tercera base, tenía compañeros como Zacarías Arzú, Virgilio Navarro, “Chito” Reyna, grandes jugadores.

¿Usted promovió la llamada Renovación Carismática?
Sí, fue allá en 1973 cuando el movimiento era nuevo aquí en Honduras. Se trata de darle lugar al Espíritu Santo como la tercera persona de la divinidad.

Fuente de la entrevista: http://www.latribuna.hn/2017/08/19/arnulfo-fufo-gomez-maestro-generaciones/

Fuente de la imagen: http://cdn.latribuna.hn/wp-content/uploads/2017/08/arnulfo-gomez.jpg

Comparte este contenido:

Día del Maestro: el peruano que fue elegido entre los 50 mejores profesores del mundo

Por: El comercio/Ana Nuñez/07-07-2017

Recordamos la historia del profesor ancashino Juan Raúl Cadillo, que fue elegido el 2016 finalista del concurso The Global Teacher Prize, que premia al mejor profesor del mundo.

En el pueblo de Shancayán (Huaraz), a más de tres mil metros de altura, hay un colegio donde los niños tienen experiencias educativas de realidad virtual y aumentada; donde pequeños de 10, 11  y 12 años son capaces de crear blogs en la red y hacer animaciones digitales de los cuentos que ellos mismos escriben. No se trata de un centro educativo privado con equipos y tecnologías de última generación. Tampoco de una institución experimental de difícil acceso. Es una humilde escuela estatal con las mismas carencias que la mayoría de ellas, pero cuyo mayor activo tiene nombre propio: Juan Cadillo León.

En ese pequeño universo andino de carpetas, pizarras acrílicas y paredes verdes, el profesor Cadillo se las ingenia desde hace más de 10 años para educar a sus alumnos con herramientas innovadoras que él mismo ha ido desarrollando y que lo convirtieron, en diciembre del año pasado, en uno de los candidatos del concurso mundial
The Global Teacher Prize, premio comparable al Nobel, pero en educación.

Cadillo León llegó al colegio Jesús Nazareno en 2006. Hasta unaño antes había sido maestro del colegio Carlos Izaguirre, en el pueblo de Quechcap, a la salida de la ciudad de Huaraz. A Cadillo lo nombraron apenas terminó sus estudios superiores por haber sido el primer puesto de su promoción. Uno de sus objetivos siempre ha sido ser el mejor.

Por 12 años estuvo en Quechcap, hasta que la población estudiantil del pueblo comenzó a disminuir a tal punto que los maestros ahí nombrados resultaban excesivos. Cadillo cree que esa situación fue consecuencia del programa de esterilizaciones forzadas que se hizo en las zonas rurales a fines de los años 90.

Por eso, al año siguiente fue trasladado a Shancayán. Para él fue como un nuevo inicio, aunque no en mejores condiciones. “Con las justas tenía mesa y sillas, y los chicos debían leer de a dos o de a tres porque no había la cantidad necesaria de libros”, recuerda el maestro.

Al colegio Jesús Nazareno llegaban por entonces los chicos ‘problema’ de la zona: menores con dificultades de aprendizaje o de conducta que habían sido retirados de los grandes centros educativos de la ciudad o que repitieron varias veces un mismo grado.

Profe creativo
La primera idea que tuvo el profesor Cadillo fue comprar títeres para que, luego de realizar la lectura del día, los pequeños dramatizaran el tema que acababan de leer, sea de la materia que fuere.

Así comenzó a grabar a sus chicos inventando diálogos y personajes relativos a la materia de turno con ayuda de pequeños títeres que iba comprando de a pocos en las calles de Huaraz.

La estrategia del maestro Cadillo fue un éxito. El nivel de lectura de sus alumnos mejoró de manera sobresaliente, pero hubo un elemento adicional: el empleo de los títeres ayudó también a combatir el gran problema de autoestima que había entre los estudiantes de 14 o 15 años, que debían compartir la carpeta con niños de 9 o 10 años por haber repetido varias veces de año o por haber comenzado sus estudios de manera tardía.

Un par de años después de su ingreso al colegio Jesús Nazareno, en 2008, el Gobierno comenzó a implementar las OLPC (siglas del programa ‘Una laptop por niño’) y a la escuela de Cadillo llegó un grupo de computadoras. Durante los últimos 10 años el maestro se las había ingeniado para estudiar una segunda carrera (Ingeniería de Sistemas), así que los equipos caían como anillo al dedo para desarrollar nuevas herramientas.

Lo primero que hizo fue crear una red intranet y repartir información a los niños. Lo siguiente fue enseñarles a subir contenido.

Pronto los estudiantes ya estaban creando blogs, animaciones y ahora incluso pueden aprender a tocar piano a través de herramientas relacionadas con el concepto de realidad virtual que el propio profesor Cadillo fue desarrollando durante los últimos años.

*Fuente: http://elcomercio.pe/somos/dia-maestro-juan-raul-cadillo-profesor-peruano-historia-fotos-440265?foto=3

Comparte este contenido:

El Día del Maestro o lo mismo de siempre

Por: Ángel Pérez Martínez

Así que para esta época, todos los años, los gobernantes, el Ministerio de Educación Nacional, MEN, los medios de comunicación y quienes pertenecemos al sector salimos a repetir frases trilladas sobre la profesión y el hacer de los docentes:  la más importante y bella del mundo; ninguna como ella contribuye al desarrollo de la vida y del nuevo país anhelado y; sin los docentes es imposible pensar en el ideal de ese nuevo colombiano: buen ser humano, ciudadano, comprometido con el medio ambiente y coparticipe del desarrollo económico y social. Además, en condiciones normales las secretarías de educación y los colegios celebrarán el día maestro en recintos cerrados con fiestas y entregarán diplomas, reconocimientos y hasta algunos incentivos. Sin embargo, este año los docentes oficiales no celebrarán, una vez más están en paro porque como Estado y sociedad no les cumplimos y no les valoramos su profesión.

En Colombia no se conocen a fondo las dificultades diarias de los docentes y no se valora la profesión docente, la mayoría de los bachilleres y jóvenes de Colombia no quieren, ni sueñan con ser docentes. Por ello, en el día para honrar a los maestros y reconocer su enorme contribución a la vida, no habrá campañas multimillonarias por los medios de comunicación, financiadas por el Estado (como Ser Pilo Paga), para sensibilizar a la padres de familia y a la sociedad sobre la soledad en la cual trabaja el docente en el aula escolar, donde a diario es responsable de formar a 20, 25 o más niños o adolescentes a los cuales conocerá como ninguno y sufrirá porque con algunos, por las circunstancias de sus vidas y el tipo de problemas no tendrá posibilidades reales de ayudarlos. No siempre los estudiantes tienen problemas económicos o de pobreza, también tienen dificultades de salud, familiares y del alma que llegan a afectar al docente.

La mayoría de padres de familia y la sociedad se imaginan siempre que el trabajo del docente se reduce a estar en el aula 5 o 6 horas con los estudiantes, y más que a educar a cuidar a los niños, lo cual ya es un gran reto, sin embargo para que nos hagamos una idea desde lo institucional sobre que hace un docente, el artículo 4º del decreto 1278 de 2002 define que la profesión docente implica la realización directa de los procesos sistemáticos de enseñanza-aprendizaje, lo cual incluye el diagnóstico, la planificación, la ejecución y la evaluación de los mismos procesos y sus resultados, y de otras actividades educativas dentro del marco del proyecto educativo institucional de los establecimientos educativos.

También, sostiene el mencionado decreto que la función docente, además de la asignación académica, comprende las actividades curriculares no lectivas, el servicio de orientación estudiantil, la atención a la comunidad, en especial de los padres de familia de los educandos; las actividades de actualización y perfeccionamiento pedagógico; las actividades de planeación y evaluación institucional; otras actividades formativas, culturales y deportivas, contempladas en el proyecto educativo institucional; y las actividades de dirección, planeación, coordinación, evaluación, administración y programación relacionadas directamente con el proceso educativo.

Para complicar más los retos de la profesión docente, el filósofo y escritor Umberto Eco narra que un estudiante preguntaba a un profesor: “disculpe, pero en la época de Internet, usted, ¿para qué sirve?» Podemos ampliar un poco más frente al mundo de la radio, la televisión, el Internet, las redes sociales y de conocimientos que existen hoy: ¿De qué sirve el profesor?, Eco sostiene que la “información que Internet pone a la disposición de los estudiantes es inmensamente más amplia e incluso más profunda que aquella de la que dispone el profesor”, pero el estudiante “omitía un punto importante: que Internet le dice «casi todo», salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información”, es decir cómo hacer preguntas inteligentes, tener la capacidad de encontrar respuestas que nos satisfagan y asumirlas con sentido crítico y ético para nuestra vida, el bienestar y el desarrollo de la sociedad, eso jamás lo enseñará el Internet.

Así mismo, los docentes colombianos, a pesar de las adversidades y complejidades de su profesión, investigan, innovan y aportan a la calidad de la educación y a los procesos pedagógicos, basta analizar el contenido por el cual otorga la Fundación Compartir los premios a los maestros o las experiencias publicadas por el IDEP en Bogotá. Sólo menciono como homenaje a los maestros de Colombia al gran profesor Oscar Mogollón y su contribución a consolidar el modelo de aula multigrado y escuela nueva para el sector rural. Mogollón fue un maestro de colegio oficial que creó y puso en práctica la metodología de Escuela Nueva, en el municipio de Pamplona, Norte de Santander. Así mismo, él se encargó de manera personal de llevar su innovación a Guatemala (Escuela Unitaria), a Nicaragua (Escuelas Activas), a Perú y Nueva Guinea, su propuesta pedagógica para trabajar con niños pobres y del sector rural se aplica en Colombia, América Latina y África.  Colombia ha sido injusta con el profesor Mogollón al no reconocer su trabajo e innovación, sin olvidar a su esposa y compañera de trabajo, la maestra Marina Solano Martínez.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/el-dia-del-maestro-o-lo-mismo-de-siempre-por-angel-perez/245351

Comparte este contenido:

Día del maestro

Blanca Heredia

¿Qué es un “maestro”? ¿Qué es, para usted lector, un maestro?

Para mí, un maestro es un ejemplo. Un profesional que domina su materia, que sabe cómo enseñarme, que me amplía el mundo. Alguien que me inspira, me potencia y me hace hacerme preguntas que no sabía que eran posibles.

Un maestro/a es alguien que me entusiasma con mi pertenencia a un mundo que desconozco y que habrá de completarme. Alguien que me alerta sobre las cosas en las que soy buena y sobre todas las cosas que me faltan para imaginar y llegar a ser la persona que quiero ser en el país y en el mundo en el que quisiera vivir.

Una maestra/o es el profesional que ama y se toma en serio su tarea de enseñarme lo que requiero para sobrevivir en el mundo tal cual es y que, además, me estimula y acerca las herramientas para participar activamente en la construcción de un mundo más ancho, más justo y más rico (en todos sentidos).

Muchos maestros en México son así, a pesar de las circunstancias que hoy (todavía) y desde hace mucho llevan a que una persona aquí elija o asuma la condición de plantarse frente a un grupo de niños o jóvenes e intente enseñarles algo.

Desafortunadamente para ellos y para todos, muchos otros maestros mexicanos lo son, no por vocación o por elección libre y genuina, sino porque el país no les ofrece ninguna mejor opción. En Oaxaca o en Chiapas, por ejemplo, ¿qué otra opción, distinta al magisterio, ofrece un empleo formal, seguro y con prestaciones de ley?

A diferencia de otras profesiones, la de maestro/a tiene dos rasgos centralísimos muy particulares que ayudan a explicar su importancia y que hacen difícil gestionar su desempeño adecuada y oportunamente.

Primero, los efectos del quehacer de los docentes son enormes en términos colectivos. No es lo mismo ser dentista o contador o arquitecto que ser maestro o maestra. No es lo mismo, pues con todo lo importante que puede ser cualquier profesión, pocas otras tienen consecuencias tan amplias y directas en la vida de una colectividad.

Una segunda característica que distingue al magisterio tiene que ver con que las consecuencias del ejercicio docente para los alumnos y para la sociedad en su conjunto suelen tomar tiempo en materializarse y con el hecho de que la actividad docente tiende a ser inusualmente opaca. A diferencia de numerosas otras profesiones, en las que la baja calidad profesional tiene costos visibles en el corto plazo, en el caso de la docencia, el costo de un maestro mal preparado o poco motivado tarda (a veces mucho) en ser evidente. Además, y dada la poquísima transparencia de lo que ocurre al interior de un salón de clases en muchas escuelas y muchos sistemas educativos, la naturaleza y calidad de la labor docente tiende a permanecer oculta.

Estos rasgos de la profesión docente contribuyen a explicar por qué tanto sistemas educativos completos como escuelas en lo individual pueden llegar a experimentar deterioros tan grandes y/o a persistir, a pesar de su baja o incluso pésima calidad. Contribuyen a explicarlo, pues la ausencia o debilidad de costos de corto plazo claramente visibles, tienden a hacer muy difícil para los responsables interesados en hacerlo, corregir, a tiempo, el rumbo.

La debilidad extrema o, de plano ausencia, de procesos y criterios sistemáticos para evaluar el trabajo docente en el caso mexicano hasta hace muy poco, resultan clave para entender el estado, con pocas excepciones, lamentable de la educación nacional y sus enormes costos colectivos.

¿De quién es responsabilidad que tantísimos mexicanos y mexicanas no puedan expresarse con mínima corrección e inteligibilidad en su lengua materna? ¿De quién que tantos egresados de nuestros centros escolares –públicos y privados– carezcan de los conocimientos, habilidades y actitudes mínimas indispensables para ejercer como ciudadanos o para acceder a un empleo digno con posibilidades de crecimiento a futuro?

En lo más visible e inmediato, de los maestros y de un sistema político que ha fundado parte central de su funcionamiento en el control político del magisterio organizado. En el fondo, la responsabilidad es de una sociedad a la que, más allá de los discursos y los golpes de pecho, la calidad educativa le ha importado y le importa, en los hechos, muy poco.

Si quisiéramos, de verdad, ser el país que podemos ser, tendríamos que refundar la “celebración” del 15 de mayo. Tendríamos que celebrar y felicitar, desde luego, a todos aquellos que dedican sus días y sus noches a enseñar y hacer crecer a sus estudiantes. Pero, tendríamos que aprovechar la ocasión para ser honestos y decidir colectivamente qué educación queremos y qué estamos dispuestos a hacer en la realidad para lograrlo. Ello, para que la fecha fuera algo más promisorio que la ocasión recurrente para que los líderes de uno de los pocos grupos en México capaces (por su número y organización), en contubernio con las autoridades (argumentando para sus adentros, incansablemente, “razones de gobernabilidad”) puedan seguir obteniendo concesiones y prebendas que en nada –como ha quedado claro una y otra vez– benefician las perspectivas presentes y futuras de los millones de niños y jóvenes atrapados en nuestras escuelas.

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/dia-del-maestro-1.html

Fuente de la imagen:http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2016/08/31/57c76f722cf18.jpg

Comparte este contenido:

México: Indispensable papel de las educadoras en educación básica de Tlaxcala

México/Abril de 2017/Fuente: El Sol de Tlaxcala

Este viernes, autoridades estatales y sindicales celebraron el ‘Día de la Educadora’ a mil 700 maestras agremiadas a la Sección 31 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

En el acto, que se realizó en el Centro de Convenciones de la Ciudad de Tlaxcala, el gobernador del estado, Marco Antonio Mena Rodríguez, destacó que el papel de las educadoras es ‘indispensable’ para formar las bases de la educación básica de los alumnos de preescolar.

Expuso que el ‘Día de la Educadora’ tiene especial significado tanto para las maestras como para los niños, sus familias y para la educación de Tlaxcala en general.

“Siéntanse profundamente orgullosas del trabajo que hacen, son indispensables para que nuestros niños comiencen a descubrir y a entender el mundo, es esencial para tener buenas semillas como sociedad. Les tengo gran admiración, celebro con mucho gusto el día de hoy, vean en mi un amigo y un aliado”, afirmó.

Acompañado del secretario de Educación Pública del Estado (Sepe), Manuel Camacho Higadera, remarcó que el responsable de esa dependencia tiene indicaciones para que en el ámbito educativo las ‘situaciones’ marchen adecuadamente al tiempo de corregir las que necesariamente se van presentando como problemas o dificultades.

“El sector es amplio, de gran peso e importancia y sin duda presenta problemas que tenemos que afrontar”, aseveró.

Refirió que en Tlaxcala hay siete hombres que son educadores y quienes se suman al trabajo de cientos de maestras.

Luego, dijo que integrantes del Partido Nueva Alianza (Panal), en breve, respaldarán su propuesta de creación del Instituto de Profesionalización de los Docentes, el cual favorecerá el proceso de actualización de los trabajadores de la educación.

En su intervención, el secretario general de la Sección 31 del SNTE, Demetrio Rivas Corona, reafirmó la responsabilidad de las educadoras para construir los conocimientos base en la educación básica de los alumnos.

Las convocó a tener una actitud, innovadora, flexible, pero al mismo tiempo, tolerante, paciente y alegre con los niños.

“El privilegio de experimentar estas vivencias, solo lo tienen ustedes, así como el privilegio de conocer a sus estudiantes, amarlos y convertirse al mismo tiempo en amigos y guías, ustedes tienen la oportunidad de formar los cimientos de la personalidad de aquellos infantes que convertirán en mujeres y hombres capaces de transformar radicalmente las condiciones de su propio tiempo”, expuso.

Es presencia de Enrique Meléndez, representante del SNTE, el líder de la Sección 31, aseguró que pugnará porque los maestros conserven los logros laborales y alcanzar más y mejores prestaciones.

Fuente: https://www.elsoldetlaxcala.com.mx/local/600276-indispensable-papel-de-las-educadoras-en-educacion-basica-de-tlaxcala-mena

Comparte este contenido:

Maestras y maestros

Por: Elías Jaua Milano

Maestro: el que tiene la experticia, el que enseña, el principal en un oficio, el grado mayor en filosofía, el que tiene méritos relevantes, son algunas de las definiciones de esa hermosa palabra. Sin duda, es un mérito relevante acompañar en su proceso educativo a los niños, niñas y jóvenes de nuestra Patria. Eso hace a las mujeres y a los hombres que ejercen la docencia sujetos protagónicos de la sociedad

Ellas y ellos no solo enseñan, ellas y ellos también son madres y padres de nuestros hijos e hijas. Infinidad de veces las y los hemos visto consolar el llanto de un niño, de una niña, compartir el pan con un estudiante, hacerse amiga o amigo del joven para encausar su rebeldía hacia lo grande, hacia lo hermoso, como decía nuestro padre Bolívar.

Maestras y maestros (en este hermoso concepto incluyó a todas y todos los que ejercen el arte de educar) son forjadores de la personalidad, de la identidad de clase, de la identidad nacional, del espíritu humanista de generaciones enteras. No solo depende de ellas y ellos, pero en lo esencial nosotros somos hechura de la madre, el padre, la maestra o el maestro que tuvimos o no tuvimos.

Hoy en el día en que se les honra en Venezuela -en homenaje al valiente grupo de maestros que un 15 de enero de 1932, en medio de la oscurana que representaba la brutal y pro imperialista dictadura de Gómez, se organizó para luchar por una educación que iluminara la Patria- queremos reiterar el compromiso de la Revolución Bolivariana con quienes están, como decía el Comandante Chávez, llamados y llamadas a mantener encendido en nuestros niños, niñas y jóvenes el fuego sagrado de la Patria.

El futuro de Venezuela y de la sociedad humana dependerá, en mucho, de los educadores y educadoras que tenemos y que tendremos. Por ello merecen, rescatando la frase bolivariana de Angostura, «el amor maternal» del Estado y más allá de toda la población.

Es indispensable para una sociedad valorar, cuidar y proteger a los hombres y mujeres que de manera amorosa enseñan y aprenden junto a nuestros muchachos y nuestras muchachas. Duele mucho cualquier agresión, de cualquier tipo, contra una maestra o un maestro.

Como hijo de maestra, como alumno de buenas maestras y buenos maestros a lo largo de mi vida, tengo plena conciencia de la tarea que he asumido. Vaya responsabilidad. Que Dios nos ilumine.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a240050.html

Imagen de archivo

 

Comparte este contenido:

Premios y reconocimientos en educación

Cesar García García

Los premios o reconocimientos sirven para reconocer al autor y su obra, por su carisma, ingenio y talento. También los premios y reconocimientos en educación deberían ser indisociables entre el autor y su obra, así como para reconocer su contribución importante a la humanidad.

Pero los reconocimientos  en educación son pocos y más bien se hacen a la figura pública y no a la obra educativa y pedagógica que el autor deja como legado. El premio Nobel, el Premio Nacional de las Artes, incluso la medalla Belisario Domínguez son sólo algunos ejemplos del nulo o poco reconocimiento a la educación.

El premio Nobel es un legado de Alfred Nobel a raíz de que el mayor de sus inventos le generaron algunos dilemas éticos ocasionados por el accidente vinculado al uso químico de explosivos -en el cual murió el hermano más joven-, y un obituario donde por un error y confusión con otro hermano que había fallecido, apareció en un periódico francés la frase: “ha muerto el mercader de la muerte”. (Bio, Alfred Nobel. Biography, abril del 2016).

Alfred Nobel profundamente afectado por ambos sucesos, como parte de su voluntad y testamento, dedicó una parte importante de su fortuna a generar el premio que llevaría su nombre para reconocer las mejores contribuciones a la humanidad en química, física,  literatura, medicina,  paz, y posteriormente economía. Actualmente es difícil imaginar un premio Nobel para educación, aún y cuando todos los líderes del mundo reconozcan a la educación como factor de paz, desarrollo, progreso, competitividad, etc.

A nivel mundial también se han generado otras distinciones por las contribuciones del autor y su obra a las esferas de la ciencia, el arte y la cultura. La medalla Fields por las aportaciones sobresalientes al mundo de las matemáticas. El premio Pullitzer para periodismo. Los premios Oscar para el cine. El premio Cervantes en literatura (que por cierto acaba de ganar el mexicano Fernando del Paso) y un largo etcétera.

¿Qué hay en el caso de México? A nivel gubernamental, la SEP, otorga un reconocimiento (simbólico y económico) a los docentes por su trayectoria de 10, 15, 20, 35 y 50 años de servicio. Pero aquí se reconoce el trabajo y la actividad, no la obra.

En el caso del Premio Nacional de Ciencias y Artes, se hace para todas las áreas: tecnología y diseño, bellas artes, lingüística, literatura, ciencias físico matemáticas y naturales, historia, ciencias y filosofía, artes y tradiciones populares. Pero no a educación. Quizá la única excepción fue  la entrega del premio Nacional de Ciencias y Artes a Pablo Latapí Sarre en 1996, fundador de la investigación educativa en México.

Respecto a  la medalla Belisario Domínguez, con un poco más de justicia se le dio este reconocimiento a personajes  como Jaime Torres Bodet, Javier Barros, Miguel León Portilla, entre otros. Pero incluso esta medalla se ve opacada en el presente cuando el Senado de la República reconoce más a  empresarios y filántropos, que a personas que contribuyen con su obra a la educación.

Finalmente, también las propias instituciones educativas, sindicatos (el SNTE, por ejemplo) y las asociaciones civiles (como  la ANUIES, el COMIE o Mexicanos Primero) han intentado reconocer la labor educativa, al autor y su obra, al crear reconocimientos y premios por investigación o docencia. Pero estos reconocimientos son parroquiales que nos invitan a pensar en un reconocimiento mayor.

Por ello, cabe considerar reconocimientos que podrían emular a personajes históricos de la educación de la talla de Comenio, Peztalozzi, Rousseau, Freire, Piaget, por mencionar algunos. A nivel nacional también se pueden plantear reconocimientos en educación y en honor a José Vasconcelos, por contribuciones a la alfabetización; o a Justo Sierra, por el impulso a la universidad.

Lo anterior, es sólo por mencionar la lista de algunos que no sólo fueron funcionarios en educación o empresarios filántropos  sino que contribuyeron con su obra a la educación, y de ahí a la ciencia, la cultura, el arte y el desarrollo de un país.

Poscriptum.

-El 22 de abril se festeja el día de las educadoras en honor al pedagogo alemán Federico Froebel, la conmemoración la promueve el SNTE.

-En México el 15 de mayo se festeja el día del maestro. La fecha coincide con la historia de Juan Bautista La Salle y en México con la fecha histórica de la toma de Querétaro que data de 1918.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/premios-y-reconocimientos-en-educacion/

Fuente de la imagen:http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2014/11/Pablo-Latapí.jpg

Comparte este contenido:
Page 4 of 5
1 2 3 4 5