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Entre la persecución y la decadencia viven maestros venezolanos

Cada 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación y en Venezuela hay muy poco que celebrar, ya que los maestros y los estudiantes batallan diariamente entre la persecución y la decadencia.

Dentro de los problemas que aquejan a todo el sector de educación se encuentran la baja matrícula, la deserción de los profesores y la precariedad de la infraestructura existente.

Aunque en el país no hay datos oficiales, diferentes informes de ONG y otras instituciones arrojan que miles de maestros abandonaron sus puestos en busca de mejores oportunidades en el extranjero, lo que ha generado una escasez de educadores calificados y ha impactado negativamente en la calidad de la educación.

Una de las principales razones de la deserción de los profesores es el bajo salario que no resulta suficiente para cubrir gastos de alimentación, indumentaria, transporte, salud o estudio de sus propios hijos.

Por otra parte, en las escuelas de Venezuela, se sigue trabajando con el denominado horario mosaico, que fue una de las propuestas implementadas durante la pandemia y que aún persiste en las escuelas públicas; se trata de que los niños asisten a clases entre dos o tres días a la semana.

Actualmente los maestros ganan al mes menos de 800 bolívares, necesitando 29 salarios para hacer la compra de la Cesta Básica.

El pasado 17 de enero, el régimen de Nicolás Maduro detuvo de forma arbitraria al presidente de Fenatev (Federación Nacional de Colegios y Sindicatos de Trabajadores Profesionales de la Educación de Venezuela) en Barinas por liderar varias protestas en el estado.

Los maestros constantemente están en las calles exigiendo sueldos dignos y reivindicaciones laborales.

Entre la persecución y la decadencia viven maestros venezolanos

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Día Internacional de la Educación: en defensa de la Educación Pública

Por PEHRC

Recuperar la educación pública para todas y todos

En un mundo que se enfrenta a la fragmentación social, a las desigualdades perjudiciales y al deterioro del medio ambiente, necesitamos ahora, más que nunca, una educación pública de calidad, transformadora e integradora. Mientras nuestros sistemas políticos luchan por resistir a la autocracia y fomentar la democracia, la educación pública y gratuita puede ayudar a crear un público bien informado con capacidad para abordar estos retos mundiales.

El público apoya a la educación pública, y la educación pública funciona.

La educación pública, gratuita, de calidad e inclusiva es un derecho humano. En las últimas décadas, la comunidad mundial ha emprendido el esfuerzo sin precedentes de proporcionar educación pública a los dos mil millones de educandos del mundo, y de crear sistemas de aprendizaje adaptables a gran escala. El Estado es el garante de la educación pública, obligado a hacer realidad el derecho a la educación de todas y todos. Esto exige que los Estados cumplan y amplíen su papel central.

En defensa de la educación pública

Solo los Estados tienen la capacidad de hacer frente a las enormes desigualdades educativas actuales en materia de género, raza/etnia, origen, clase social, discapacidad y muchas otras formas de exclusión. Además, la concepción de la «calidad» en la educación debe ir más allá de la creación de mano de obra y la consecución de metas de aprendizaje limitadas. La tecnología educativa no debe desplazar a las y los profesores y despersonalizar el aprendizajeni suplantar la educación pública, gratuita y de calidad que se imparte en los centros educativos. Por el contrario, la educación de calidad debe abordar objetivos más amplios de derechos humanos, incluido el pleno desarrollo de la personalidad humana, y fomentar habilidades para que las y los estudiantes afronten los retos globales actuales como ciudadanos informados y activos.

El proyecto de garantizar oportunidades educativas universales e igualitarias está en peligro debido al creciente papel de los actores privados en la educación. Existen numerosos datos procedentes de muchos países que demuestran que la privatización de la educación no mejora la calidad ni el acceso, sino que disminuye la equidad educativa, contraviniendo la legislación sobre derechos humanos, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (que se refiere al derecho humano a la educación) de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y, a menudo, la legislación nacional. La lógica de la privatización y mercantilización de la educación incluye elementos específicos (estandarización, rentabilidad, autonomía y desregulación) que dan lugar a la exclusión y segregación de determinadas personas,  incluidas aquellas con discapacidad. Nos oponemos a la privatización de la educación porque va en contra de la visión de la igualdad, no solo para las comunidades de bajos ingresos y marginadas, sino para todas y todos, impidiendo la cohesión social.

En defensa de la educación pública

La educación pública sufre una escasez de financiación enorme. En 2023, la UNESCO calculó un déficit de financiación para la educación de casi 100.000 millones de dólares. Los déficits de financiación derivan de la injusticia fiscal, de las condicionalidades de la ayuda, de la austeridad fiscal y de otras cuestiones descritas como los «50 años de fracaso«, que marcan medio siglo de uso de políticas económicas neoliberales en y a través de la ayuda internacional. Hacemos un llamado a las instituciones financieras internacionales para que abandonen la austeridad y la deuda y, en su lugar, realicen inversiones equitativas en educación. Al mismo tiempo, nos oponemos a que se desvíen los escasos recursos públicos para apoyar a actores privados mediante el establecimiento de alianzas público-privadas. Las instituciones financieras internacionales no deben financiar escuelas privadas de educación básica.

Durante la última década, miembros del Consorcio sobre la Privatización de la Educación y los Derechos Humanos (PEHRC, por sus siglas en inglés) han trabajado juntas y juntos para avanzar en la comprensión y aplicación del derecho humano a una educación pública, gratuita, inclusiva y de calidad, así como para oponerse a la privatización de la educación y hacer que los gobiernos y las instituciones rindan cuentas de sus obligaciones, con el objetivo de hacer realidad el derecho a la educación. Como grupo de organizaciones de la sociedad civil, el Consorcio refuta la visión de la educación como un bien individual dentro de sistemas no equitativos en los cuales personas nacidas en familias ricas se benefician a costa de aquellas  procedentes de  familias de bajos ingresos, y en los que los proveedores de educación obtienen considerables beneficios en detrimento de una educación universal de alta calidad para todas y todos.

Por el contrario, nosotras y nosotros que abajo firmamos, hacemos un llamado a los Estados para que hagan realidad el derecho humano a una educación pública de calidad, gratuita e inclusiva para todas y todos, a lo largo de toda la vida. Creemos que el futuro de la sociedad humana depende de nuestro compromiso colectivo con la educación pública. Las organizaciones, movimientos e individuos abajo firmantes, instamos a todas y todos, especialmente a los Estados, para proteger contra la suplantación del interés público por parte de actores privados, y para que hagan realidad el derecho humano a una educación pública, gratuita, de calidad y adecuadamente financiada por el sector público.

En concreto, pedimos que se actúe en cinco áreas claves:

  • Dar prioridad a lo público. Hacemos un llamado a todos los agentes educativos para que den prioridad a la provisión de una educación de calidad, pública, inclusiva y gratuita para todas y todos. Como se describe en el manifiesto Nuestro Futuro es Público, pedimos a los Estados que den prioridad al sector público en general.
  • Financiar sólidamente la educación pública. Los gobiernos deben alcanzar, como mínimo, el punto de referencia recomendado durante la Cumbre Transformar la Educación (CTE), asignando el 6% del PIB y el 20% del gasto público a la educación para hacer realidad el derecho humano a la educación y los derechos laborales y el bienestar de las y los docentes, así como tomar medidas nacionales y mundiales en materia de impuestos, y contra la deuda y austeridad, tal y como recomienda el Llamamiento a la Acción sobre Financiación de la CTE.
  • Dejar de financiar la privatización de la educación. Los Estados, las instituciones de financiación del desarrollo, los inversores, los proveedores de fondos y los intermediarios deben asegurarse de que su financiación no apoye la educación privada, en particular la comercial y/o con ánimo de lucro. Estos programas a menudo exacerban la segregación y la discriminación, erosionan la educación gratuita, diluyen los planes de estudio, no cumplen las normas mínimas de calidad y reducen la supervisión democrática. Los fondos públicos deben financiar exclusivamente la educación pública.
  • Regular y hacer cumplir la normativa a los actores privados. Los Estados deben regular a los actores privados, en particular para evitar conflictos de intereses por parte de los actores privados que influyen en los procesos normativos que rigen sus actividades. Los Estados deben invertir en la aplicación de las leyes ya existentes y desarrollar una nueva y sólida reglamentación para proteger el derecho a la educación.
  • Un cambio de discurso. A pesar de las costosas campañas de relaciones públicas que afirman que la privatización de la educación resuelve problemas que el Estado no puede solucionar, las evidencias demuestran lo contrario. Pedimos un cambio de discurso que ponga de relieve los éxitos de la educación pública. La educación pública funciona cuando recibe el apoyo adecuado de los Estados. Las y los ciudadanos apoyan la educación pública en todo el mundo.

Firmen la declaración y únase a nosotras y nosotros en el proceso de incidencia política hacia los Estados para desarrollar todo el potencial de la educación pública. ¡Nuestro futuro depende de ello!

Firmas

Enlaces para firmar la declaración como organización y como individuo
https://www.pressenza.com/es/2024/01/dia-internacional-de-la-educacion-en-defensa-de-la-educacion-publica/
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Las mujeres afganas observan el Día de la Educación separadas de las aulas

Kabul, 24 ene (EFE).- Activistas recordaron hoy, con motivo del Día Internacional de la Educación, aquellos años en los que la educación era un derecho incuestionable para los millones de afganas que desde la llegada al poder de los talibanes no han podido regresar a las aulas.

«Es un día importante, pero en Afganistán se ignora a la mitad de la población de la participación social», incluyendo a millones de niñas que están privadas del acceso a la educación, lo que supone «un gran revés para el país y el sistema educativo», indicó a EFE la activista social afgana Sodaba Nazhand.

Para la activista, que impartió clases de educación gratuitas para niños de la calle en Kabul, los años que las afganas pasen sin poder asistir a las aulas, «serán imposibles de recuperar» y el país «se enfrentará a más hambre, pobreza y oscuridad (…), ya que la base de la superación y el desarrollo es la educación».

«Sin educación, nuestro país siempre será dependiente y la gente (ajena al país) podrá utilizar la minería y los recursos de Afganistán para su bienestar», remarcó.

Por su parte, la activista pro derechos Maryam señaló a EFE que la visión de los fundamentalistas «está borrando a las mujeres sistemáticamente de la sociedad y la educación es una prueba de ello».

A pesar de las protestas que ha vivido el país en el último año y medio para reivindicar la vuelta las aulas de educación secundaria y universitaria, Maryam considera que los talibanes nunca revertirán su decisión de apartarlas de la sociedad.

«Hasta ahora, somos testigos de que los talibanes nunca han creído en los derechos de las mujeres, por lo que estamos pidiendo un gobierno no talibán», lamentó.

Para conmemorar este día, un grupo de afganas realizó una protesta a puerta cerrada y con el rostro tapado para alzar la voz por sus derechos.

«Las mujeres y niñas en Afganistán celebran este día en un momento en el que están privadas de su educación», dice una de las mujeres de esta protesta, según un fragmento de vídeo compartido en redes sociales, en el que exige poner fin al legado de los talibanes en Afganistán.

https://www.swissinfo.ch/spa/afganist%C3%A1n-mujeres_las-mujeres-afganas-observan-el-d%C3%ADa-de-la-educaci%C3%B3n-separadas-de-las-aulas/48228960

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Día Internacional de la Educación: pluralidad educativa, garantía de libertad

FEUSO defiende la educación plural y el grandísimo trabajo que realizan todos los docentes para construir una sociedad más justa y solidaria

El 24 de enero se celebra en todo el mundo el Día de la Educación. La Federación de Enseñanza de USO se suma a los objetivos de este día, que busca prestigiar el papel fundamental de la educación en la formación de las personas y en el futuro de los países.

En este sentido, FEUSO se reafirma en su posición de defender la complementariedad de los distintos modelos de educación -concertada, pública y privada- y de prestigiar el gran trabajo que todos los docentes realizan para construir una sociedad más justa y solidaria. Sin exclusivismos.

Desde sus inicios, FEUSO ha tenido como objetivo primordial “fomentar la pluralidad educativa en correlación con la pluralidad de nuestra sociedad, la complementariedad de las redes pública y concertada”. Para ello, hoy más que nunca, en el Día Mundial de la Educación, es necesario que se ponga “al alcance de todas las familias la financiación pública que haga posible la gratuidad de las plazas escolares de su preferencia, también en los centros privados con ideario propio mediante el concierto educativo. Porque la libertad de enseñanza tiene que estar al alcance de todos, este debe ser el objetivo irrenunciable, su carácter social, que es el que aporta mayor calidad y equidad al conjunto del sistema”.

El 24 de enero, FEUSO vuelve a defender que la educación sin libertad puede acabar convirtiéndose en adoctrinamiento. Para ello, debe respetarse la iniciativa social y la libertad de los ciudadanos para que la educación no sea exclusiva de nadie, tampoco, de los poderes públicos. La pluralidad, lo hemos defendido siempre, es garantía de libertad.

En la Resolución General del VIII Congreso de FEUSO, celebrado en noviembre de 2021, señalamos que “el derecho a la educación es un bien público incuestionable, nadie lo pone en duda. Hoy en día, hemos alcanzado los mejores niveles de escolarización de 0 a 18 años en la historia de nuestro país. Siguen siendo retos importantes para nuestro sistema educativo, entre otros, el incremento de dicha escolarización en el tramo 0 a 3 años, la lucha contra el abandono escolar temprano, el fracaso escolar, la mejora de la calidad, el desarrollo de la equidad y el impulso a la Formación Profesional, especialmente en los ciclos de Grado Medio”.

FEUSO seguirá trabajando en esta dirección para aportar respeto a la libertad de las familias y el necesario incremento de la financiación pública para favorecer la igualdad de oportunidades de todo el alumnado, sin distinciones, independientemente del centro donde curse sus estudios.

Día Internacional de la Educación: pluralidad educativa, garantía de libertad

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La educación no puede parar

En el mundo, 222 millones de niños y adolescentes que viven afectados por crisis humanitarias no tienen acceso a una educación adecuada. Priorizar la cobertura de sus necesidades básicas debe incluir a la educación.

Dentro de un mes, celebraremos el triste aniversario de la guerra de Ucrania. Una guerra que ya hemos normalizado en nuestras vidas, pero que sigue ahí. Con solo 13 años, Olga ya sabe lo que es esconderse de las bombas. Vive en Kiev con su familia. Tiempo atrás, huyó de Ucrania y junto a su madre viajaron hasta Moldavia. Sin embargo, a los pocos meses regresaron a su país. Vive con inquietud su vuelta, porque no sabe cuándo empezarán a sonar las sirenas y tendrá que esconderse, una vez más, en un refugio antibombas. Esta es la vida de Olga ahora, no muy diferente a la de Ticoro o Adama, que han tenido que salir huyendo de Malí a causa de los ataques de grupos armados, o la de Momtazul, que ahora vive en el campo de refugiados rohingya de Cox’s Bazar, en Bangladés.

La lista con los nombres de los niños y niñas que viven en un contexto de crisis, ya sea por las consecuencias de la emergencia climática, las guerras o la falta de oportunidades, no es interminable pero casi. Se calcula que en el mundo 222 millones de niños y adolescentes afectados por crisis humanitarias de todo tipo no tienen acceso a una educación adecuada. La cifra se ha incrementado de manera exponencial en solo seis años, si se tiene en cuenta que en 2016 eran 75 millones. Cada vez esas crisis son más largas y complejas. Estamos hablando de generaciones enteras que solo conocen lo que es vivir en condiciones precarias, inseguras y con un futuro nada alentador.

La experiencia nos muestra que el derecho a la educación, muchas veces, es un derecho olvidado.

En estos contextos, lo primero y lo más urgente es asegurar lo más básico, como comida, agua o refugio. Poco se piensa en la educación, cuando esta es la principal herramienta para acabar desde la raíz con las desigualdades sociales. La educación también es urgente. Cuando hay una crisis humanitaria, la infancia deja de ir a la escuela, pero estos niños rara vez tendrán una segunda oportunidad para retomar sus estudios si no se ponen las medidas adecuadas. Es más, corren el riesgo de convertirse en víctimas de todo tipo de violencias: los niños pueden ser reclutados por grupos armados y las niñas, ser obligadas a casarse antes de tiempo con un hombre mucho mayor que ellas.

El derecho a la educación es un derecho de la infancia. No es un derecho que se pierda por vivir en medio de una guerra, por tener que cambiar de país o porque la situación legal no esté regularizada. Los niños que huyen de la guerra de Siria, del régimen talibán de Afganistán, de las maras en El Salvador o de la hambruna en la región africana del Sahel siguen teniendo ese derecho. Y hay que asegurar que se cumpla.

Poco se piensa en la educación, cuando esta es la principal herramienta para acabar desde la raíz con las desigualdades sociales. La educación también es urgente

Perder este derecho afecta a su futuro y también al de toda la sociedad, que pierde un capital social básico y su capacidad para recuperarse de la crisis por la que está pasando ese país.

Pero hablemos del presente, de lo que implica que puedan seguir aprendiendo. Ir a clase es una manera de recuperar cierta “normalidad” —con comillas—, porque vivir en un contexto de crisis alimentaria o de guerra no tiene nada de normal. Es relacionarse con sus amigos y seguir aprendiendo, ya sea presencialmente en el aula o a través de la educación a distancia en caso de que sea imposible ir al centro educativo. Estar en la escuela es estar en un lugar seguro y protegido, porque el derecho humanitario las protege y no deberían ser atacadas. En muchos casos, allí reciben alimentación y tienen agua potable, además de poder hacer algo tan importante como jugar con sus compañeros, olvidar por un rato la realidad que les rodea y, al mismo tiempo, aprender a convivir con ella.

Lamentablemente, la experiencia nos muestra que el derecho a la educación, muchas veces, es un derecho olvidado. A pesar del compromiso de la Comisión Europea, de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios o de países como Estados Unidos, que son los mayores donantes económicos a la educación en situaciones de emergencias, el apoyo no llega a toda la infancia que lo necesita. En 2022, solo se cubrió el 28,9% de las necesidades educativas en situaciones de crisis. Eso significa que, en los últimos cinco años, un 40% de niños y adolescentes que viven en contextos de emergencia no han podido seguir estudiando.

El alcance de las cifras es tremendo y plantea retos enormes. Cada año que pasa, estamos más lejos de cumplir con el objetivo de garantizar que en 2030 todo el mundo pueda acceder a una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Es urgente tomar medidas, concretas y efectivas, ya no para cumplir con este objetivo en siete años, sino para empezar a revertir la situación. Es necesario que la educación en emergencias sea vista como algo a largo plazo. Es decir, cuando se quiere asegurar este derecho en un contexto humanitario, hay que hacerlo con base en una estrategia a largo plazo, coherente con las medidas más inmediatas que se están tomando. De nada sirve dar libros a los niños y niñas si no formamos a los profesores que les acompañan.

Esta estrategia también pasa porque los Estados y las organizaciones internacionales se comprometan a incrementar su inversión en educación en emergencias, aumentando el porcentaje de ayuda humanitaria a la educación hasta al menos el 10% de sus presupuestos, como pide la Campaña Mundial por la Educación, de la que Educo forma parte. Este tipo de decisiones deben tomarse de manera urgente, porque la educación lo es, para el presente de cualquier sociedad y para todos niños del mundo.

https://elpais.com/planeta-futuro/red-de-expertos/2023-01-24/la-educacion-no-puede-parar.html

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Declaración de la CME con motivo del Día Internacional de la Educación 2023: Invertir en las personas y dar prioridad a la educación

Con motivo del Día Internacional de la Educación, la Campaña Mundial por la Educación renueva su compromiso de este derecho humano fundamental y refuerza su llamamiento a los gobiernos y a la comunidad internacional para que continúen con el cumplimiento de la Agenda de Desarrollo Sostenible y los compromisos de la Cumbre sobre la Transformación de la Educación.

Tal y como afirmó la UNESCO, 6 de cada 10 niños son analfabetos y no comprenden una historia sencilla a la edad de 10 años; 244 millones de niños y jóvenes siguen sin escolarizar, mientras que el número de jóvenes con empleo cayó a 34 millones en el 2020, con un porcentaje superior al de los adultos[1]. En todo el mundo, según la “Educación No Puede Esperar” (Education Cannot Wait)[2],  las emergencias climáticas están afectando a la educación de 40 millones de niños cada año. En todo el mundo, hay 222 millones de niñas y niños que se ven afectados por conflictos, desastres producidos por el clima, desplazamientos forzosos y crisis prolongadas y, por lo tanto, necesitan recibir un apoyo educativo urgentemente.

Está claro que detrás de la crisis del aprendizaje, la educación está también pasando por una crisis de violencia y desigualdad, que afecta especialmente a las personas y comunidades marginadas, por lo que el derecho a la educación debe ser prioritario si queremos acelerar el progreso hacia la consecución de todos los ODS en un contexto de recesión mundial, desigualdades crecientes y emergencias climáticas.

La CME ha adoptado un nuevo plan estratégico destinado a fortalecer nuestro trabajo en todas sus dimensiones del derecho a la educación, encontrándose entre ellas la atención a los aspectos sociales, económicos y políticos asociados a sus retrocesos. Uno de los aspectos evidentes que debilita este derecho es su falta de financiación sostenible. De hecho, el déficit de financiación anual para alcanzar el ODS 4 en los países de renta baja y media-baja se estima en 148.000 millones de dólares.[3]

No podremos alcanzar el ODS 4 para el 2030 sin un aumento significativo y bien orientado de la financiación, especialmente en los países que más lejos están de lograr una educación de calidad para todos a todos los niveles educativos. Por lo tanto, es ahora más urgente que nunca el cumplir con las pautas de referencia internacionales y regionales de asignar eficazmente al menos entre el 4 y el 6% del Producto Interior Bruto y/o al menos de entre el 15 y el 20% del gasto público total a la educación. Las normas internacionales también instan a los países desarrollados a alcanzar el objetivo del 0,7% del Producto Nacional Bruto (PNB) para la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) destinada a los países en vías de desarrollo[4].

La Cumbre sobre la Transformación de la Educación adoptó un enfoque global de los problemas más acuciantes de la financiación de la educación, haciendo un llamamiento con el fin de movilizar más recursos, potenciar la equidad y la eficacia de las inversiones en educación y establecer unos datos y una rendición de cuentas más sólidos y precisos sobre la financiación de la educación.

Los escasos avances en este ámbito exigen mayores esfuerzos para así poder superar las formas contemporáneas de colonialismo que siguen pesando sobre los países en vías de desarrollo en materia de financiación pública.

Lamentablemente, las connotaciones coloniales siguen siendo sesgadas en todo lo referente a  la naturaleza de los problemas financieros, llevando a creer que la escasez de recursos se debe a la falta de capacidad de los pueblos para resolver sus problemas nacionales, razón por la cual a menudo se propone la ayuda internacional como panacea de ingresos nacionales, ocultando así las ambiciones empresariales y la dominación política que se esconden tras ella.

La CME insiste en que la ayuda y la cooperación internacionales no están llamadas a definir los contenidos de las políticas públicas de los países en vías de desarrollo y que uno de los principales retos de nuestros días está en cómo fortalecer los presupuestos nacionales. Por lo tanto, es necesario transformar la agenda financiera y adoptar un acuerdo mundial, que garantice que la agenda financiera transformadora (que se encuentra en la acción sobre los impuestos, la deuda, la austeridad y la masa salarial del sector público) enmarque los debates nacionales y mundiales en materia de financiación en los próximos años.

La financiación de la educación no debe desvincularse de sus objetivos. No basta con aumentar los presupuestos escolares si ello no conduce a la democratización de la inversión y a hacer de la escuela un espacio seguro y democrático para todos y todas. La sensibilidad presupuestaria[5]debe ser un elemento vital que oriente las políticas educativas e implique el priorizar las inversiones en aquellas poblaciones históricamente excluidas.

El aumento de la financiación de la educación no basta por sí solo para romper los ciclos de exclusión, si no se orienta conscientemente a fortalecer la justicia social a través de la educación. La financiación de la educación debe tener una dirección política y por ello es necesario desarrollar sistemas de seguimiento y análisis de datos que guíen dicha política educativa. El Observatorio de la Financiación de la Educación de la CME es un paso adelante en este sentido.

La CME hace un llamamiento a todas las partes interesadas para que sigan trabajando en la consecución del derecho a la educación, incluyendo la igualdad de género, la justicia para las personas con discapacidad y las que viven en situaciones de emergencia, la educación de la primera infancia, la educación y el aprendizaje de adultos, y la creciente participación de los niños, docentes, estudiantes y OSC en la gobernanza de la educación. Asimismo, la CME también desea unirse a la UNESCO en su llamamiento para que levante de inmediato la prohibición que pesa sobre las niñas y las mujeres de Afganistán y que restringe su acceso a una educación.


[4] Declaración de Incheon y Marco de Acción
[5] El documento de la CME «La financiación importa.  Un kit de herramientas sobre la financiación nacional de la Educación» contiene una explicación detallada del programa de las 4S, encontrándose entre ellas la importancia del presupuesto asignado a la educación
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La visión mapuche, un aporte para la educación intercultural

Por: Ana Rosa Ñanculef Carilao

A propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Educación, la visión mapuche en este tema es el de acompañar, cultivar, guiar, orientar el desarrollo ser humano en su proceso físico, social, emocional y espiritual, además de que sea consciente de que son parte de la naturaleza y equilibrada en su ser.

Se aspira a guiar un modelo de persona, como llegar a ser küme che (persona buena), newen che (persona con fortaleza), norche (persona correcta), kimche (persona sabia) y zoy kümechegeal kan antü (legar a ser cada vez mejor persona en el futuro).  De este modo, el pueblo mapuche tiene un modelo de educación, basado en la conexión de las personas con el universo, protocolos propios de comportamientos entre las personas y hacia la naturaleza, existe una estructura socio – política, como autoridades y agentes poseedores del conocimiento, la lengua, prácticas socioculturales y espirituales.

Por tanto, existen distintas técnicas y estrategias desde la pedagogía mapuche que desarrollan habilidades cognitivas propias, motricidad y desarrollo socioemocionales, como allkütun (escuchar activa), günezuamün (observar con profundidad), logkontukun (memorizar), piwkentukun (aprender desde el corazón), aukantun (jugar), pepilkantun (aprender haciendo). Esta forma de educar desde una perspectiva mapuche es vital para las nuevas generaciones como un referente del bienestar de la humanidad y más aún en el contexto actual de globalización y pandemia, donde ha primado el egoísmo, consumismo, egocentrismo entre las personas e instituciones.

Pero ¿qué ocurre en Chile con la Educación Intercultural?  ¿Qué ocurre con los derechos culturales de los niños, niñas y jóvenes en la actualidad? No se desarrollan y no se expresan en el sistema educativo occidental chileno, puesto que la educación chilena sigue siendo homogeneizadora.

A pesar de que la Educación Intercultural es comprendida como dos perspectivas de conocimientos, con el mismo respeto, diálogo, reciprocidad y racionalidad, y de haber comenzado en la década de los ‘90 en Chile, actualmente es aplicada sólo de manera incipiente. Se han incorporado contenidos del conocimiento del pueblo mapuche, que son tratados como una asignatura más del currículo escolar. Por lo tanto, no se incorpora los elementos socioculturales, espirituales y lingüísticos, que son transversal en la formación de niñas, niños y jóvenes.

Por eso, uno de los aportes de la visión mapuche sobre educación es reconocer y valorar las prácticas pedagógicas mapuche, donde se incorpora agentes y especialistas de cada territorio. Se utilizan los espacios propios para el aprendizaje, se incorpora la metodología propia, como el kimkantun: aprender haciendo, donde las niñas y niños aprenden a través de la práctica de acuerdo con su edad. Esto, siguiendo protocolos entregados por las autoridades ancestrales, imitando a los adultos, aprender a través del ensayo y error, se incorpora sensaciones (sabor, olor, tacto), donde se desarrollan emociones, además del sentido de pertenencia e identidad.

“Fey mew wiñowitxampüramtuayiñ, ka wenuntuayiñ tayiñ mapuche kimeltuwün, fillke chilkatuwe mew, ñi amulniegeael ta kimün nüwkülelu ta wallontu mapu mew, rüf fütxa kufi ñi felen tayiñ mapuche gen mew, fey mew petu mogeley tayiñ feyentun, tayiñ küpan, tayiñ tüwün ka femgechi tayiñ chegen”.

Por este motivo, invitamos a volver a levantar y valorar la educación mapuche en los diversos espacios educativos, tales como: las familias, organizaciones, escuelas, institutos y universidades, con el objetivo de fortalecer este conocimiento que está articulado con el universo y que se ha practicado desde tiempos milenarios en nuestro pueblo mapuche, lo cual ha permitido mantener  nuestras raíces, nuestra identidad, nuestra filosofía y nuestro ser, como che/ persona que pertenece a un territorio.

Fuente: https://www.diarioelpulso.cl/2021/01/24/la-vision-mapuche-un-aporte-para-la-educacion-intercultural/

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