First Nations activist says education is critical for Canada’s next 150 year

América del Norte/Canada/WATERLOO

Resumen:

Reconciliación suena bien, pero ponerlo a la acción es lo que va a hacer una diferencia real para las comunidades indígenas de Canadá, fue una de las ideas compartidas por Roberta Jamieson, abogado y activista de las primeras naciones, a una multitud en la Universidad de Waterloo lunes por la noche como parte de una conferencia especial.  Jamieson fue la primera mujer Primeras Naciones de ganar un título de abogado en Canadá, quien a pesar de que ha visto una gran cantidad de cambios positivos desde que era una de los cuatro estudiantes indígenas en la universidad, señala que todavía hay un largo camino por recorrer. «Tenemos que demostrar que vivimos en una realidad donde nos apoyamos unos a otros», dijo. Jamieson dijo que la educación es importante no sólo para las comunidades indígenas, pero más aún para los canadienses no indígenas que tienen una visión distorsionada de la historia de este país.

Reconciliation sounds nice, but putting it to action is what will make a real difference for Canada’s indigenous communities, says Roberta Jamieson.

«For the next 150 years, we indigenous people are looking for change,» the lawyer and First Nations activist told a crowd at University of Waterloo Monday night as part of a special convocation lecture.

«This time around, Canadians have the opportunity to become former colonizers.»

Jamieson was the first First Nations woman to earn a law degree in Canada. She has seen a lot of positive change since she was one of only four indigenous students at university, but there is still a long way to go.

«We have to demonstrate that we live in a reality where we support each other,» she said.

Jamieson said education is important not only for indigenous communities, but even more so for non-indigenous Canadians who have a distorted view of this country’s troubling shared history.

Part of the problem is that many aspects of indigenous history are not even talked about, she said.

Like how indigenous people were run out of town at sunset, relegated onto reserves and made wards of the state, she said.

«We were, by law, declared to be non-persons.»

Jamieson said her vision is for an education in which all of us are encouraged and empowered. She outlined three kinds of education that she said Canada should embrace to mend relationships with indigenous communities.

Fuente: https://www.therecord.com/news-story/7370389-first-nations-activist-says-education-is-critical-for-canada-s-next-150-years/

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Recupera Biblioteca Nacional de Cuba ejemplar robado del primer atlas moderno de la historia

Cuba/Abril de 2017/Autora: María del Carmen Ramón/Fuente: Cuba Debate

El atlas Theatrum Orbis Terrarum de Abraham Ortelius, considerado el primer atlas moderno de la historia y del que solo existen tres ejemplares en el mundo, fue recientemente recuperado por la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, luego de que fuera sustraído de sus fondos entre 1991 y 1993.

Según explicó en conferencia de prensa el director de la institución, Eduardo Torres Cuevas, el valioso ejemplar fue entregado a Cuba el 6 de abril de este año por el Boston Athenaeum, una de las más importantes bibliotecas de los Estados Unidos, que adquirió la obra en 1993 por un alto precio, sin conocer que era robada.

Se trata de una de las obras más valiosas que integran el patrimonio nacional, pues de esta edición en latín, publicada en 1570, apenas se conservan tres ejemplares en el mundo: uno en la Biblioteca de Madrid, otro en una colección privada y el que posee Cuba.

De acuerdo con Torres Cuevas, a la Biblioteca Nacional llegó gracias a importantes coleccionistas del siglo XIX, como Antonio Bachiller y Morales, Emilio Roig, y otros, quienes a lo largo de la historia donaron las principales colecciones con que cuenta esta institución.

“Durante la Segunda Guerra Mundial bajó el costo de todo en Francia y un coleccionista la compró. Luego, al final de sus días, decidió entregar sus obras a la biblioteca, buscando su conservación”, precisó.

Pero luego de su sustracción en los noventa, largo fue el trayecto para que el valioso Atlas de Ortelius regresara a formar parte del patrimonio nacional de Cuba. Torres Cuevas explicó que, tras lograr sacarla del país, la obra fue vendida en la Florida al anticuario bostoniano, David L. O’Neill.

Luego de ser adquirida por el Boston Athenaeum, en 1999 fue enviada al Centro de Conservación de Documentos del nordeste de Boston, donde la señora Deborah Wender, jefa de conservación de  libros, reportó que el Atlas tenía mutilado dos sellos de dueños.

“Uno de ellos pudo ser descifrado e indicaba que la obra pertencía a la Biblioteca Nacional José Martí”, detalló Torres Cuevas, al explicar que en el Atlas tampoco aparecían indicios de que Cuba lo hubiese liberado de sus fondos.

El director de la Biblioteca Nacional explicó a la prensa que, luego de un intercambio en el que se demostró que la Biblioteca nunca hizo dejación de la obra, fue enviado un memorandum a la doctora Elizabeth Barker, directora  de la Biblioteca del Athenaeum, con toda la documentación.

Así, el 23 de mayo de 2016 la Junta de Patrono de esa institucion aprobó por unanimidad  retornar el Atlas a Cuba, entrega que fue efectiva el pasado 6 de abril.

“Ha retornado a nuestra patria un ingrediente importante de nuestro patrimonio, lo que es un ejemplo de la ética y el profesionalismo con el que trabajan instituciones como el Boston Athenaeum“, resaltó Torres Cuevas.

Pero, ¿cómo explicar el hurto de una pieza tan grande y llamativa sin que fuese identificado inmediatamente el ladrón? Sobre el tema, el reconocido intelectual consideró: “Hay que combatir el delito, y este siempre se comete por conocedores de lo que roban y por el valor de la obra de arte. Hay que reconocer que tuvimos un período en el que estas cosas no fueron lo suficientemente resguardadas, sobre todo porque se descansó mucho en la honestidad y profesionalidad de los trabajadores de estas instituciones. El  complejo contexto vivido entre el 89 y el 94,  fue propenso para que robadores de obras de arte saquearan algunas instituciones del país”.

Torres Cuevas explicó que la Biblioteca Nacional tiene identificado el volumen de obras desaparecidas de entre sus cerca de 6 millones de libros, y agregó: “Nosotros tenemos que seguir recuperando lo que en esa época se perdió, pero también hay que reconocer el trabajo que se hace hace 10 años para evitar que hechos como este ocurran”.

Esta importante institución cubana trabaja actualmente en la digitalización y preservación de sus preciados fondos, con la idea de multiplicar el acceso por parte de los usuarios y conservar las obras de incalculable valor que aquí se encuentran.

El atlas Theatrum Orbis Terrarum, de Abraham Ortelius, está conformada por una colección de hojas uniformes de 53 mapas con sus correspondientes textos, unidos y presentados en forma de libro. Entre los mapas aparecen los primeros de América como parte de un atlas, y la ubicación de Cuba en la geografía antillana, americana y mundial.

Con posterioridad a la edición de 1570, han sido realizadas otras 31 ediciones, en lenguas como holandés, alemán, francés, español, inglés e italiano.

Eduardo Torres Cuevas precisó que la recuperación de esta obra es uno de los acontecimientos más importantes ocurridos en el rescate y conservación del patrimonio nacional. Foto: María del Carmen Ramón/ Cubadebate.

Eduardo Torres Cuevas precisó que la recuperación de esta obra es uno de los acontecimientos más importantes ocurridos en el rescate y conservación del patrimonio nacional. Foto: María del Carmen Ramón/ Cubadebate.

Ubicación de Cuba dentro del primer Atlas del mundo. Foto: María del Carmen Ramón/ Cubadebate.

Ubicación de Cuba dentro del primer Atlas del mundo. Foto: María del Carmen Ramón/ Cubadebate.

Profesionales del Boston Ateneum entregan el Atlas Teatrum Orbis Terrarum al director de la Biblioteca Nacional, Eduardo Torres Cuevas. Foto: Cortesía de la Biblioteca Nacional.

Profesionales del Boston Ateneum entregan el Atlas Teatrum Orbis Terrarum al director de la Biblioteca Nacional, Eduardo Torres Cuevas. Foto: Cortesía de la Biblioteca Nacional.

Profesionales del Boston Ateneum entregan el Atlas Teatrum Orbis Terrarum al director de la Biblioteca Nacional, Eduardo Torres Cuevas. Foto: Cortesía de la Biblioteca Nacional.

Profesionales del Boston Ateneum entregan el Atlas Teatrum Orbis Terrarum al director de la Biblioteca Nacional, Eduardo Torres Cuevas. Foto: Cortesía de la Biblioteca Nacional.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/noticias/2017/04/21/recupera-biblioteca-nacional-de-cuba-ejemplar-robado-del-primer-atlas-moderno-de-la-historia/#.WPyqPbjau00

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Libro: La venganza de la historia. Hegemonía y contra-hegemonía en la construcción de un nuevo mundo posible

La venganza de la historia
Hegemonía y contra-hegemonía en la construcción de un nuevo mundo posible

Emir Sader. [Autor]

Ediciones Cooperativas.
ISBN 950-9231-98-3
CLACSO. Fondo de Cultura Económica.
Buenos Aires.
Mayo de 2004

Emir Sader es uno de los pocos intelectuales que buscan una comprensión profunda del presente y el futuro de América Latina. Rechazando cualquier apología a los dogmas del mercado, y manifestando un permanente compromiso con las causas populares, este libro marcha a contramano de las corrientes intelectuales que colonizaron buena parte del campo académico latinoamericano durante los últimos años. Con un estilo directo y vigoroso, Emir Sader combina una saludable indignación ante la realidad heredada en América Latina, particularmente en Brasil, después del diluvio neoliberal, con una esperanzada visión, en nada ingenua, acerca de las oportunindades qeu hoy se abren para el desarrollo de una alternativa democrática. En la venganza de la historia Emir Sader nos invita a pensar que un nuevo mundo es posible, y que la lucha social y la reflexión crítica pueden aproximarnos a él.
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Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=219&campo=titulo&texto=historia
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Tres días de enero: la advertencia que Eisenhower hizo a John Fitzgerald Kennedy

Por: Hector G. Barnés

Puede servir como historia con moraleja: ¿qué quiso decir realmente el presidente republicano de EEUU antes de dejar su cargo en manos del flamante político?

El 17 de enero de 1961, el presidente republicano Dwight Eisenhower se dirigió por última vez al pueblo estadounidense sentado a su mesa del despacho Oval, después de ocho años en la Casa Blanca. El 20 de enero, John Fitzgerald Kennedy, que había vencido dos meses antes a Richard Nixon, fue cortejado en la inauguración de su presidencia. Apenas unas horas para el hombre, un gran paso para la humanidad que dejaba atrás la herencia de la posguerra y comenzaba a mirar ¿al futuro?

Esos tres días son el eje central de ‘Three Days in January: Dwight Eisenhower’s Final Mission’ (William Morrow) que, muy oportunamente, intenta explicar por qué el paso de una presidencia a otra fue un momento clave en la historia estadounidense. Y no se debe únicamente al célebre discurso pronunciado por el político saliente, en el que se acuñó el término “complejo militar-industrial”, sino también por la advertencia que realizó a su sucesor que, como sabemos, no terminó muy bien.

“Lo que Eisenhower hizo fue avisar a Kennedy”, ha explicado el autor del libro, el presentador de noticias políticas de la Fox Bret Baier, en la cadena radiofónica WGN. “Le dijo ‘calma, figura. Cuidado. Equilibrio. No vayas demasiado lejos muy rápido…’ Estaba mandándole un mensaje tranquilizador a la nación”.

Lo hizo en su discurso de despedida, que ha pasado a la historia por su reconocimiento del creciente poder que la industria militar estaba obteniendo y que podía llegar a comprometer la independencia de los líderes políticos estadounidenses. Es más, Baier recuerda que en realidad quería hablar del “complejo militar-industrial-congresista”, a causa de “los tentáculos que los negocios tenían en la política americana, y por ese ciclo de trabajar para el gobierno y entonces liderar una empresa o una junta directiva”.

“En el gobierno, debemos guardaros ante la adquisición de influencia, ya sea deseada o indeseada, por parte del complejo militar-industrial. Existe potencial para un desastroso crecimiento de poder en las manos equivocadas”, señaló durante su salida del poder. “Nunca debemos dejar que el peso de esta combinación ponga en peligro nuestras libertades o procesos democráticos. No deberíamos dar nada por hecho. Solo una ciudadanía alerta y con conocimiento puede forzar el correcto funcionamiento de la maquinaria industrial y militar de defensa con nuestros métodos y objetivos pacíficos, para que la seguridad y la libertad puedan prosperar juntas”.

Como explicó en ‘CBS News’, Baier interpreta las célebres palabras de Eisenhower como una manera de facilitar el traspaso de poder, algo que le preocupaba enormemente tras una década en el Despacho Oval. “Eisenhower intentó prever un modelo para que el país pudiese seguir adelante”, ha manifestado el autor. “Pero su argumento principal era realmente una advertencia sobre determinadas cosas, una advertencia para no deshacerse del bipartidismo. Intentar trabajar con el adversario”.

Dos partidos, una realidad

En otras palabras, Eisenhower parecía querer advertir a su sucesor que el enemigo no estaba tanto en el partido adversario como en los intereses de las influyentes industrias estadounidenses del armamento. Como explicaba Baier, “quería asegurarse de que Kennedy entendía que cuando llegas al despacho Oval, algo distinto ocurre. Es una sensación diferente, una responsabilidad distinta la que recae sobre tus hombros”.

Reunidos en Camp David en 1962. (Cordon Press)

Reunidos en Camp David en 1962. (Cordon Press)

La relación entre el presidente saliente y el entrante era aparentemente cordial. Como recordaba un artículo publicado en ‘The Christian Science Monitor’, Kennedy intentó acercarse a su predecesor, y este le elogió en público como “una de las mentes más capaces y brillantes que me he encontrado jamás”. Sin embargo, dijo de él que “no tenía ni idea de la complejidad de su trabajo” cuando lo conoció, poco antes de acceder al cargo. De ahí que utilizase su discurso de despedida como una advertencia ante lo que tenía por delante.

Eisenhower salió en defensa de Kennedy en público después de la crisis de bahía de Cochinos, y se reunió con él en Camp David. Sin embargo, fue muy crítico en privado con él, y como explica Richard Reeves en ‘President Kennedy: Profile of Power’, llegó a recriminarle “¿te limitaste a seguir los consejos de tus expertos o recogiste todas las opiniones y entonces tomaste una decisión?” Después de su asesinato en noviembre de 1963, el antiguo presidente compareció ante los medios y ofreció un mensaje de apoyo a la familia. “Ante algo ante terrible, estoy seguro de que la nación entera se unirá como un solo hombre, y expresará su determinación de apoyar al gobierno”, explicó ante las cámaras.

Un libro con moraleja

La de los largos tentáculos del complejo militar-industrial no fue la única advertencia que Eisenhower realizó a su nación y sucesor. También alertó sobre el peligro de dejar que los intereses particulares se antepusiesen al general: “En nuestros días finales, el Congreso y la Administración hemos cooperado bien en los asuntos más vitales, para servir al bien nacional más que al propio, y de esa manera hemos asegurado que nuestra nación salga adelante”.

Aún más interesante es quizá de qué manera un alto déficit podía poner en peligro la independencia política de EEUU, sobe todo si este provenía del gasto militar. “Tres millones y medio de hombres y mujeres participan directamente en el ‘establishment’ de la defensa. Gastamos todos los años más que los ingresos de todas las empresas americanas”, recordaba, antes de referirse por primera vez al célebre concepto. “La unión de este ‘establishment’ militar inmenso y una gran industria de las armas es nueva en la experiencia americana. La influencia total (económica, política, incluso espiritual) se siente en todas las ciudades, en todos los Estados, en todas las oficinas del gobierno Federal”.

A nadie le pasará inadvertido que la publicación del libro coincide con la salida de la Casa Blanca de Barack Obama y la entrada de Donald Trump. A su manera, el libro es también una advertencia al presidente entrante, que es un primerizo como lo había sido Eisenhower en su día. ¿Cuál es el consejo que da Eisenhower, vía el conservador Baier, al nuevo inquilino de su antigua residencia? “Le recomendaría precaución, equilibrio y medida. Y escuchar a las voces discordantes. También contar con el bipartidismo”.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-01-26/eisenhower-jfk-advertencia_1321701/

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Entrevista a Montserrat Galcerán: Parece que desde Europa sólo viéramos una parte de la historia

Entrevista a Montserrat Galcerán, filósofa, catedrática y concejal en el Ayuntamiento de Madrid
«Parece que desde Europa sólo viéramos una parte de la historia»

 

Pablo Elorduy
IPS

 

La tradición cultural xenófoba del continente europeo

 

Filósofa y catedrática de la Complutense, en la actualidad concejal del Ayuntamiento de Madrid, Montserrat Galcerán (Barcelona 1964) ha publicado recientemente La bárbara Europa, un libro que ayuda a pensar desde el sur –a través de las teorías postcoloniales y descoloniales– en el papel del continente europeo en la explotación y la violencia ejercida sobre las antiguas colonias.

¿Cómo conectas episodios como lo que ha ocurrido en torno al CIE a tu investigación?

Si no conoces esa historia, te puedes creer el discurso habitual eurocéntrico de Europa como país de los derechos humanos, país de la paz, que ha llevado su civilización al resto del mundo y ha protegido a la gente y les ha ayudado a desarrollarse. Pero claro, cuando empiezas a estudiar estas cuestiones, te das cuenta de que hay detrás una concepción no solamente eurocéntrica, sino despreciativa del otro. Porque el otro, en ese caso los migrantes o las personas que están ahí detenidas, no es tratado como un ser humano a tu mismo nivel y, por tanto, con los mismos derechos y dignidad que te corrresponden a ti, sino como personas, muchas veces entre comillas, casi entre el salvajismo y la humanidad, que no se merecen un trato igualitario y con todos los derechos porque no saben responder a las normas de civilización, porque no tienen una historia tan ilustre, porque no sé qué. Entonces ya no solamente los poderes públicos sino una parte de la población se permite esos juicios xenófobos sin ninguna mala conciencia, porque forma parte del discurso tradicional sobre Europa: que Europa tiene una historia mucho mejor, que la civilización nació en Grecia y que, por tanto tiene, todo el derecho a extenderse por el mundo como si el mundo estuviera deshabitado.

Me llamó la atención en el texto de Hobsbawm sobre el imperialismo un momento en el que cita que los ingleses consideran –incluso parte de la Segunda Internacional– el derecho de los europeos a emigrar hacia otras tierras como si estuvieran deshabitadas, como si nadie viviera allí. Todas estas tierras son habitadas por personas, por culturas, por civilizaciones que tienen su propia historia y que nosotros desconocemos en su mayoría. Hay un desprecio hacia el otro, una ignorancia culta. No tenemos por qué saber nada de estas personas. Nos da igual. Es como si no fueran seres humanos con toda su dignidad, derechos y exigencias. Como si no sintieran, como si no sufrieran, como si no tuvieran una experiencia detrás. Muchas de estas personas, por el contrario, tienen una experiencia de vida mucho más rica que las nuestras. Tienen estudios, tienen títulos que, por supuesto, no se les reconoce, que no se les deja ejercer.

¿Se han cambiado los métodos de control que se ejercían antes, son formas más asépticas que funcionan en la misma línea ideológica de cómo funcionaban anteriormente?

No creo que sea más suave. Si comparamos un CIE con Soto del Real –prisión en esta localidad madrileña–, estoy segura que en Soto del Real las condiciones de los presos son mucho mejores que las condiciones de los retenidos en el CIE.

El otro día una persona comentó, a raíz de la protesta de Aluche, que como concepto el CIE se parece más a un campo de concentración que a una cárcel.

Claro. Estoy segura de que los derechos que pueden tener presos económicos como Francisco Correa o como Bárcenas son mejores que los de las personas que están en el CIE. A nivel de trato, los propios guardias dudo que puedan tener las mismas consideraciones que puedan tener con esos otros presos. Hay un racismo interiorizado, de que son personas que no se merecen un trato con respeto porque no pertenecen a lo que podríamos llamar la humanidad con mayúsculas. Tengo problemas con la definición porque entiendo que todas las personas, que todos los seres humanos, tienen esa capacidad para verse como personas capaces de resistencia y acción, y por tanto no podemos usar ese término sin más, pero estoy segura de que muchos policías tienen esa actitud.

¿No hemos rebajado el grado de violencia hacia lo que consideramos los otros, los subalternos?

Piensa que, además, son personas que no han cometido ningún delito. Son faltas administrativas, no tendrían que estar ahí. Simplemente les faltan una serie de papeles administrativos. No tiene sentido que tengas una institución carcelaria en la cual retengas a un montón de personas por una falta administrativa. Una falta administrativa se merece una multa, como mucho. Imagínate a a cualquier ciudadano español que fuera llevado a una cárcel por una falta administrativa. Es desproporcionado. Y sin embargo una gran parte de la población no lo ve como una desproporción. Creo que detrás está esta concepción colonial de que las personas de las antiguas colonias, de los países del tercer mundo, que además son en algunos casos más pobres, con ciertas dificultades, son personas necesitadas en cierta medida de este tipo de trato, que merecen un trato que para nosotros lo consideraríamos desproporcionado e intolerable.

¿Hay una falta de conocimiento de lo que es África en este caso que se une a esa xenofobia?

Al principio del libro, cuando hablo de la ignorancia, voy en esa línea. En un curso hice una prueba que consistió en preguntar a diferentes estudiantes sobre intelectuales, artistas y personas de prestigio de tradiciones no europeas. Todo el mundo menciona los clásicos: Buda, Confucio, y poco más. Hay una ignorancia que en nuestra propia tradición no admitiríamos porque nos parecería inconcebible que alguien no sepa quién es Da Vinci, por poner un caso. Respecto a otras tradiciones parece de lo más normal que no sepamos nada de todo eso. Es muy difícil a la hora de conectar con personas que vienen de tradiciones muy distintas a la nuestra y de las que no sabemos nada, y, por definición pensamos, que son de menor enjundia, de menor importancia. Es fácil tratarlos como personas inferiores o subalternas que no tienen las mismas capacidades que las que pueda tener cualquier europeo. Ése era uno de los objetivos, poner en cuestión este tipo de concepto.

Otro era poner de manifiesto la falsedad de que esas ideas eurocéntricas pertenecen únicamente a la derecha. Otra cuestión que resaltas es la lección que los movimientos de liberación toman de los años 20, 30 y 40 en Europa.

Hay historias bonitas. La historia, por ejemplo, de Frantz Fanon cuando se suma como voluntario para ir a la guerra, para liberar el continente, defender la libertad, y por ser negro le meten en la cocina y no le dejan hablar con los otros. Esa contradicción entre el discurso oficial de los derechos humanos, de la paz, de la libertad, que forma parte del discurso europeo y, por otra parte, la realidad que siente una persona, una persona negra, japonesa o china. Ho Chi Minh cuenta la misma historia. Él venía de Vietnam, de la colonia francesa, llega a París y entonces todo ese discurso tropieza con una realidad en la cual a él no se le reconocen esos principios, sino que se da por hecho que ni tiene por qué ser libre, ni es igual, ni es fraterno ni es nada. Esa experiencia de la diferencia entre lo que es el discurso oficial europeo y lo que es la práctica de ese discurso, no sólo en las colonias sino cuando se les llama, además, a defender esa patria con esos valores y que, sin embargo, les niega como sujetos de esa práctica.

En el capítulo sobre el movimiento afroamericano cuento sobre la vuelta de un batallón de afroamericanos del ejército norteamericano y da comienzo lo que se llama el renacimiento de Harlem. Es todo un batallón que viene de luchar en la primera guerra mundial, que han tenido muchos problemas para incorporarse a la guerra porque los líderes negros de la época decían que no se debía ir. Se llegó a un acuerdo pero, claro, no hay oficiales –son blancos, no negros–. Hay una pelea fuerte durante toda la guerra y, cuando vuelven, vuelven con el orgullo de haber defendido la patria, haber participado en la guerra, pero llegan y no se les reconocen los derechos civiles. Ese contraste, esa discrepancia entre el discurso oficial y la realidad en la metrópoli forma parte de todos estos movimientos de derechos civiles, de los movimientos de liberación nacional. Es un discurso que, en cierta medida, podríamos decir que contrasta la propia tradición europea con lo que es la realidad de su práctica. No solamente en los países coloniales sino también en las propias metrópolis frente a las personas que provienen de esas zonas. Eso nos enfrenta a los europeos con esa tradición. Una primera reacción de los europeos cuando nos enfrentamos a ese tipo de cosas es pensar que eso no tiene nada que ver con nosotros, porque el colonialismo ya ha pasado, ya ha terminado. Pero luego te lo encuentras en el CIE, te lo encuentras en el Mediterráneo, con toda la gente que está muriendo. Te lo encuentras con el Frontex, te lo encuentras con la guerra en Siria y te lo vas encontrando continuamente. Es un discurso que sigue manteniendo vigencia.

Por parte de las personas que vienen de las antiguas colonias es muy fácil de detectar: siguen haciendo lo mismo que llevan haciendo desde hace 500 años. Han variado un poco las formas, pero sigue siendo lo mismo. Para nosotras sí que es un reto. No podemos pasar página tan rápidamente diciendo que es algo de hace 500 o 200 años, porque lo seguimos teniendo ahí delante. Y a veces cuesta visibilizarlo. Porque se enmascara con otras cosas.

¿Podría acabarse con el fin del capitalismo?

Para mí, una parte de la finalidad de los estudios descoloniales y postcoloniales es hacer visible esa perspectiva, porque desde Europa tendemos a pensar que el capitalismo empieza con la industrialización y con la explotación obrera, por tanto, en el siglo XIX, y la tradición obrera privilegia esa línea. Es el movimiento obrero el que resiste frente al capitalismo y el que de, alguna forma, parte de nuestra tradición de izquierda, pero creo que es importante ver cómo antes de ese capitalismo industrial hay una especie de precapitalismo mercantil en el cual se genera esa acumulación originaria que es la que permite luego el auge industrial, y que además es coetánea con él. No es que la anterior desaparezca. El mundo industrial de la metrópoli y el mundo colonial van en pack, forman las dos caras de un mismo sistema.

Desde Europa solemos ver la cara industrial obrera, pero desde la colonia se ve más todo lo que es la extracción de materias primas, el tema de las tierras, el tema de la violencia sobre las mujeres, el tema del trabajo infantil, la esclavitud. Para mí eso fue también muy importante. Entender la esclavitud como la entienden ellos, no como un fenómeno extraño en un sistema basado en el trabajo libre y en el salario. Porque sin la esclavitud, las plantaciones de las colonias no se habrían podido mantener. Pero pensemos que las plantaciones de las colonias eran justamente las que producían todo el algodón que se llevaba a las grandes fábricas textiles que dieron nacimiento al movimiento obrero del siglo XIX. Me parece como si desde Europa sólo viéramos una parte de la historia. Olvidar la otra parte también puede explicar determinados fracasos de esa misma tradición.

Es un poco análogo de lo que pasa con la crítica feminista. La crítica feminista dice que como sólo se focaliza la producción y no todos los procesos de reproducción que hacen posible que la producción funcione, te olvidas de toda esta parte que está en la base. Entonces, cualquier transformación a nivel productivo o a nivel de la producción siempre va a chocar con toda esta imposibilidad porque no la has visto. En este caso pasa lo mismo, como no ves todos los procesos que no son muchas veces ni siquiera capitalistas, aunque estén rentabilizados de manera capitalista, que lo permiten –extracción de materias primas, tráfico de personas, toma de tierras, etcétera– , parece que el objetivo de la revolución obrera puede resolver un problema que es solamente la mitad del problema. Evidentemente, la otra mitad es conflictiva, porque a nivel político las relaciones entre los movimientos de liberación y el movimiento obrero clásico son complejas. Todo eso tenemos que verlo, es como si planteásemos un objetivo que se queda a mitad de camino.

Hay una analogía entre los tiempos que nos están tocando vivir con los años 20 del siglo pasado. ¿Por qué da la sensación de que no hemos aprendido nada?

Creo que el mecanismo educativo juega un papel muy importante. Es decir, toda la tradición europea es tan consistente y tan fuerte en el sentido de privilegiar la superioridad europea que hace muy difícil desmontar ese discurso y, por otra parte, hace muy fácil a partir de ese prejuicio considerar a los otros como migrantes que vienen a quitarte el dinero, que vienen a quitarte la riqueza, que vienen a quitarte el bienestar. Porque está tan imbuido el imaginario europeo de ese derecho a conquistar la tierra que es incluso defendido por nuestros grandes teóricos y nuestros grandes filósofos. Por eso me parece importante entrar en la cuestión teórica. Un gran filósofo como Kant da por el hecho el derecho de ocupar la tierra de el primero que llega y que la tierra no está ocupada por alguien antes, algo que es un error garrafal. A lo mejor la tierra no es de nadie en el sentido de propiedad privada capitalista, pero sí es un territorio de uso para un montón de poblaciones que viven de ese él. Sin embargo, esa idea en el imaginario europeo es predominante. La de que los migrantes van a una tierra que no es de nadie, la toman y la ponen en uso, y además la civilizan, enseñan a las poblaciones que no sabían. Ese imaginario es una especie de coraza para poder entender que lo que has hecho es expropiar a unas personas de unos bienes de uso que usaban, mejor o peor, pero usaban y que, de alguna manera, es un boomerang que vuelve. Porque estas personas a las que has quitado las tierras, los sistemas de vida que tenían, vuelven a la metrópoli. Se les pide que se queden en su tierra, pero en su tierra ¿qué es lo que hay ahora? grandes compañías internacionales que les están quitando aquello de lo cual vivían. Independientemente de que haya habido un aumento demográfico, etc. Creo que eso, las poblaciones europeas, por lo general, no lo saben.

Ni siquiera en la época de bienestar se explicó cuál era el motivo de que hubiese personas dispuestas a migrar para ser mano de obra aquí.

El sistema educativo tiene una gran responsabilidad en ese tipo de cosas. Traduce o imbuye una concepción que es demasiado parcial y, en el fondo, xenófoba. En los colegios e institutos, como la población está más mezclada, a lo mejor tienen que tener más cuidado, pero aún así creo que sigue habiendo muchos sesgos de este tipo. No es comprensible que en una universidad, por ejemplo como la mía, en la Facultad de Filosofía, no demos nada de filosofías que no sean europeas. Nada de nada. La filosofía nació en Grecia y adelante. Esa hegemonía cultural es traducida muchas veces como que somos hegemónicos culturalmente porque somos mejores que las otras tradiciones, en vez de entender que la propia hegemonía cultural es resultado de una hegemonía geopolítica. Porque tienes esa hegemonía geopolítica y militar en último término tienes una hegemonía cultural, pero no porque tu cultura sea mejor que cualquier otra cultura en el mundo. Esa hegemonía no es discutida a nivel de todas las universidades del mundo, a nivel del sistema educativo, y eso genera una manera de ver el mundo que se basa en esa supuesta superioridad e inferioridad.

¿Cómo podemos desmontar ese modelo?

Son pequeños pasos, pero tener unaa actitud crítica frente a ese modelo dominante es básico. Como mínimo, empezar a ponerlo en cuestión, no darlo por asumido. Incidir en la educación me parece básico. También incidir en la cultura, romper esa ignorancia preventiva. Es un caldo de cultivo para posiciones de política del miedo, que en cierta medida traduce una especie de mala conciencia soterrada: nos odian en el resto del mundo porque somos tan guays que nos envidian. En vez de eso hay que entender que sí hay odio hacía los europeos en muchas partes del mundo, es verdad: animadversión, resentimiento, desconfianza… Qué duda cabe. Porque la tradición europea es brutal, ha sido brutal con todo el colonialismo.

Como mínimo hay que conocerlo, y en vez de tener una actitud de rechazo frente a ello, hay que tener una actitud de crítica y de apertura hacia tradiciones de gente que son nuestros vecinos. Porque actualmente en las metrópolis europeas convive gente de todo el mundo. Hay cierto debate entre las posiciones multiculturales de los anglosajones, de que cada quien en su gueto haga lo que quiera y posiciones que a mí me parecen más interesantes que son transversales, de intentar crear lazos de comunicación entre sectores sociales, grupos colectivos que comparten determinadas cosas, que no comparten otras pero que de alguna manera pueden ser capaces de entenderse. Eso es más rico, más interesante. Coincidimos en determinados espacios que pueden ser parques, que pueden ser escuelas, que pueden ser administraciones, pero creemos prácticas transversales de entendimiento mutuo.

Una sociedad capitalista como la nuestra recrea constantemente esa colonialidad interior, esa colonialidad de las concepciones, imaginaria. Ve en el vecino que tienes que proviene de Ecuador, Bolivia o República Dominica un heredero de los indígenas de las colonias.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=218799

Imagen: http://www.e-bolivar.gob.ve/historia.php

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A propósito del 12 de Octubre y la Educación del sometimiento

Por Darío Balvidares

¿Por qué en una fecha como ésta, vincular aquel acontecimiento con la educación?

Justamente porque en estas épocas en las que la reforma economicista de la educación pone en cuestionamiento y pregona la crisis que ella misma generó, no está mal intentar ver la génesis reproductiva del sistema de dominación sobre nuestra región latinoamericana que comienza a diseñarse desde el mismo momento que el navegante-invasor Cristóbal Colón “interpreta” al “otro” y lo produce como colonizado. Cuestión que con el avance de la conquista este binomio se extiende a Europa y es la propia Europa que produce a América en la relación colonizador – colonizado; aunque al mismo tiempo América produce a la Europa moderna. Ambas producciones en relación absoluta de desigualdad.

Pero acerquémonos al principio, el mundo de Colón (siguiendo a Tzvetan Todorov)1 se movía y, por supuesto, interpretaba desde tres esferas: la humana, que se relaciona con la ambición de riqueza; la natural, el disfrute de la observación de la naturaleza y la divina, dónde aparecía dios, la fe cristiana y cierto componente que respondía al mito, las creencias, sin embargo entre ambas concepciones aparece el prejuicio: Colón atribuye el “descubrimiento” a las profecías bíblicas.

Ahora bien, esas tres dimensiones de la “mirada” de Colón le permitían, o al menos él estaba convencido de eso, inteligir el “nuevo mundo” y desde ese universo produce su escritura:
“Diesen por fe y testimonio como él (Cristóbal Colón), por ante todos, tomaba posesión de dicha isla por el rey y la reina…” (Acta del 12 de octubre de 1492)

“Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio (…) son buenos para mandarles…” (Diario de Viaje 1492)
“Este presente año de 1492, después de vuestras altezas haber dado fin a la guerra de los moros (…) y luego en aquel presente mes (…) vuestras altezas pensaron de enviarme a mí, Cristóbal Colón, a las dichas partidas de India. Así que después de haber echado (también) a todos los judíos de todos vuestros reinos y señoríos, en el mismo mes de enero, mandaron vuestras altezas a mí (…) a las dichas partidas de India (…) espero en nuestro Señor que vuestras altezas se determinaran a ello (a enviar religiosos) con mucha diligencia, para tornar a la Iglesia tan grandes pueblos, y los convertirán, así como han destruido aquellos que no quisieron confesar el Padre y el Hijo y el Espíritu Sancto” C. Colón, noviembre de 1492

“De acá se pueden, con el nombre de la Santa Trinidad, enviar todos los esclavos que pudieren vender (…) de los cuales, si la información que tengo es cierta, me dicen que podrán vender cuatro mil…” (C. Colón, Carta a los reyes 1498)

La “mirada” del conquistador asimila, con la fuerza de su fe, que todo aquel que no profese el catolicismo era susceptible de ser exterminado.

¿Y la cultura precolombina?

Sin embargo antes de la llegada del dios de los invasores2, Quetzalcóatl, dios de la creación y de la hermandad, había creado a la humanidad, la agricultura y la sociedad y era, además, luz de la Educación.

La cultura Olmeca (1.500 AC) da origen al pueblo Zapoteca (actual Oaxaca en México). La cultura Maya del siglo III (AC) al siglo I (DC) tenía escritura, los libros del Chilam Balam, escritos a partir del siglo XVI, dejan testimonios de la civilización y de sus ancestros.

En Perú, el invasor Francisco Pizarro (1532) enfrenta a la resistencia de Atahualpa, que muere quemado (como cristiano). Las guerras civiles por el poder y el oro, que los invasores codiciaban, encontraron una nueva resistencia, la de Túpac Amaru, al que decapitan en 1572. Las Tierras del Sol, las Tierras del Inca, que eran cultivadas por todos y para todos comienzan a ser “privatizadas” como “recompensa al mérito”.

Durante el Imperio Inca, sus tierras, el sustento del Rey y del Estado, eran concedidas a las comunidades. Aquí podemos establecer la diferencia, los Estados precolombinos tenían la noción de lo público, cuando, avanzada la conquista comienza el reparto de tierras, la desposesión, aparece el concepto de “lo privado” y la “recompensa al mérito”.

¿Y el Descubrimiento?

A eso vamos, en 1514, Juan López de Palacios Rubio, escribe la explicación de la doctrina cristiana y la justificación del derecho cristiano a sujetar a los indígenas; escribe, el Requerimiento de Obediencia3.

Dice el escritor, Eduardo Galeano que: “ En vísperas del asalto de cada aldea, el requerimiento de Obediencia explicaba a los indios que Dios había venido al mundo y que había dejado en su lugar a San Pedro y que San Pedro tenía por sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre había hecho merced a la reina de Castilla de toda esta tierra y que por eso debían pagar tributo en oro y que en caso de negativa o demora se les haría la guerras y ellos serían convertidos en esclavos y también sus mujeres e hijos…”4

Claro que lo mejor es ir al original y el documento citado dice sobre el final, textualmente: “…y si así no lo hicieseis (obedecer) o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con ayuda de Dios, nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como sus Majestades manden, y os tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea vuestra culpa y no la de sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen; y de cómo lo decimos y requerimos pedimos al presente escribano que nos lo dé por testimonio signado, y a los presentes rogamos que de ello sean testigos.”

Lo interesante es que Galeano aclara que: “Este Requerimiento se leía en el monte, en plena noche, en lengua castellana y sin interprete, en presencia del notario y ningún indio”.

La pedagogía del sometimiento tiene su origen, tal vez, en el Requerimiento de Obediencia escrito en 1514, pone a los originarios en el lugar de la desposesión, no solo la apropiación de las riquezas naturales de sus territorios, también el trabajo esclavo, la doble inferioridad de las mujeres, por ser indígenas y por su condición de género.

El jurista y filósofo, Juan Ginés de Sepúlveda, escribía en 1547: “Con perfecto derecho los españoles imperan sobre estos bárbaros del Nuevo Mundo e islas adyacentes, los cuales en prudencia, ingenio, virtud y humanidad son tan inferiores a los españoles como niños a los adultos y las mujeres a los varones…”5

Esa concepción de este ideólogo de la conquista parte de la visión de las descripciones y observaciones como las de Colón y los otros invasores. El proceso de conceptualización de lo que ellos llamaron el “Nuevo Mundo” instala el mundo hispanocéntrico. Su religión, sus costumbres, el hispanocentrismo y el desarrollo de la colonialidad como proceso de “domesticación”y despojo.

Les arrancaron su cultura, sus recursos, los esclavizaron, mancillaron a sus mujeres e hijos, los mataron y como en un naturalizar de la perversa mirada hispanocéntrica, lo escribieron. Ese otro era el inferior, los llamaban caníbales, siervos de los demonios, impíos, barbaros y justamente, esto les permitía asegurar su Derecho de Conquista.

El hecho de la propiedad comunitaria era inverosímil para el invasor: “Los pueblos viven de acuerdo con la naturaleza (…) no poseen propiedad; en cambio todas las cosas se gozan en comunidad…” Américo Vespucio (Mundus Novus 1503)

Seguramente, porque siempre sobrevive la colonialidad del pensamiento y porque nuestra educación ha conservado los rasgos de ese autoritarismo, es que algún lector (o varios) pueda decir “que es un problema de contextualización, de época, que no se puede descontextualizar para forzar un análisis, etc. etc.”. Sin embargo, ese sentido común al que apelan quienes defienden el genocidio más grande de la historia, o le restan importancia porque las cosas, “seguramente deberían ser así…”, podríamos responder que no todos pensaban así, el propio Bartolomé de Las Casas (1516) decía que la encomienda “es tiránica gobernación, mucho más injusta y cruel que con la que el faraón oprimió en Egipto a los judíos”. O pensadores como Montaigne (1533/1592) que veían que “los pueblos del Nuevo Mundo viven bajo la dulce libertad de las primeras e incorruptas leyes de la naturaleza”.

Por supuesto que existe un problema de subjetivación, pero, justamente, se comienza a diseñar el pensamiento moderno: la dialéctica del amo y del esclavo. Y, precisamente, por eso fracasan los intentos, durante la educación colonial, de crear escuelas para indígenas que fueran miembros de la aristocracia de las naciones derrotadas; no pudo concretarse, los conquistadores querían esclavos.

Hay un interesante trabajo (Puiggros 1993)6 que dice que una de las mayores dificultades para “deconstruir” la escena del Requerimiento es la falta de registro de los discursos indígenas en los de los conquistadores (Todorov 1990), del más importante debate pedagógico de la época colonial, el de los “justos títulos”, no surge la decisión de ningún intercambio cultural, de incorporación alguna de los elementos culturales indígenas a lo europeo.

En ese marco, el documento del Requerimiento de Obediencia tiene carácter performativo, en su enunciación funda la relación pedagógica en la desigualdad entre lo latinoamericano y lo europeo, esa desigualdad se inscribe en la ignorancia de la lengua (cultura) y la religión. Los pueblos originarios “no están educados”; “son incapaces”. Pocos, advierten la complejidad de los dos sistemas de significación que tuvieron encuentro a partir de 1492. Uno fue exterminado, incluso con la máscara del relato heroico, el relato de los triunfos del cristianismo frente a la barbarie.

Y, así es como se produce la colonización del conocimiento y la “colonialidad del poder”. Justamente, más adelante, en el siglo XIX, el elemento criollo se percibe por su blanquitud como el “superior”, producido en esa diferencia con la población afroamericana y amerindia.

Es así que en estas latitudes pudo emerger el general Julio Argentino Roca y perpetrar el genocidio llamado “Conquista del desierto” en la Patagonia Argentina y la “Conquista al desierto verde”, comandada por el general Benjamín Victorica, en la zona del Gran Chaco. Todo sucedía durante la década del ’80 del siglo XIX.

Los procesos de colonialidad del poder, que en aquella época continuaban fundándose en la admiración por lo europeo y la entrada en escena de los Estados Unidos, lugares idealizados y venerados hasta el mismo culto por dos de los más importantes intelectuales de la época, Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento, continuó en el imaginario social, impregnó la educación, también utilizando el discurso heroico y patriótico que denostaba al otro, al originario, al que se podía exterminar o encerrarlo en reducciones para realizar el trabajo esclavo en los ingenios azucareros del norte.

Nuestro sistema educativo, se funda con ese imaginario, el ocultamiento de las culturas originarias y la invisibilización de la realidad de esos pueblos. Incluso en los manuales escolares del siglo XX había imágenes que los mostraban como si ya fueran desaparecidos por el tiempo, con el mismo discurso con que presentaban al hombre de Neandertal, como lo primitivo y extinguido.

La “globalización” que se pretendió a partir de 1492 en estas latitudes: el discurso único de la lengua castellana, la determinación de la cultura invasora por sobre las otras que habitaban estos suelos y la imposición de la creencia religiosa fueron los “privilegios” del derecho de conquista.

Aunque, lamentablemente, mutando de época en época, se mantienen intactos en la esencia, aún después de la organización de los estados – nación. Y, particularmente, en Argentina, que a pesar de que la Constitución Nacional7 (1994) reconoce la preexistencia de los pueblos originarios y otras cuestiones en sintonía con los “estándares” internacionales, sobran evidencias de la colonialidad del poder y de la fuerza conservadora que impregna todo el imaginario y que, por supuesto la reproductividad mecánica de la escuela contribuía a sustentar y consolidar.

Antes de esta reforma, el artículo relacionado con los Pueblos Originarios decía: “…conservar el trato pacífico con los indios y procurar la conversión de ellos al catolicismo” (art. 67.Inc. 15).

No es tema de este trabajo, aclarar que el artículo de la nueva constitución se cumple de manera edulcorada o no se cumple.

Pero sí, ver cómo en épocas de reforma, las conexiones de “obediencia” continúan. En educación con un nuevo objeto de dominación: el sujeto educativo. En este trabajo, llamamos sujeto educativo al que comprende el sistema en su manifestación última, la escuela. No intentamos entrar en un debate sociológico, pero para mejor comprensión y economía del trabajo, utilizamos esa denominación, que involucra a los alumnos-estudiantes y a los docentes.

En la era de la colonización educativa, el amo, ya no es la corona española y sus vasallos, sino el verdadero poder, el poder corporativo – empresarial y sus herramientas de “consenso”, los organismos internacionales y, cómo no mencionarlo; las modernas carabelas para establecer la dominación territorial: las fundaciones y ong’s, que establecen los vínculos de vasallaje para llevar a cabo el proceso de colonización educativa, que la reforma economicista despliega globalmente. Para esto deben influir fuertemente y pugnar por el control político del sistema, al mismo tiempo que se aseguran los negocios periféricos y la intromisión directa en las escuelas, en las aulas8.

Las pruebas estandarizadas son el nuevo crucifijo, el nuevo símbolo para la total dominación y así imponer la posmoderna creencia: ¡la calidad educativa!, la pedagogía del resultado. Aplicada a los estudiantes y a los docentes para responsabilizar a estos últimos del fracaso del sistema e ir por la apropiación total.

Los estudiantes como valor agregado de la productividad y los docentes como responsables de que ello suceda para el incremento de las ganancias corporativas. La estandarización del mundo educativo es la productividad futura del mundo corporativo.

Pasaron más de una veintena de años desde que comenzó la carrera por la colonización mundial de la educación para ponerla al servicio de la corporación empresarial y se acelera, con distintos ritmos según los países, pero continúa.

Las políticas de la colonialidad del poder se mantienen: la entrega de los recursos naturales a las megamineras, a los pooles de siembra y a las petroleras. Todas con la política invasiva contra los pueblos originarios y campesinos para la apropiación territorial. Las desigualdades se enfatizan (aumento de la cantidad de pobres e indigentes). Esa es la nueva y tradicional pedagogía que debemos aprender, con el flamante “Requerimiento de Obediencia”: la productividad y la competitividad.

Todavía no habíamos salido del sistema de reproducción mecánica de los “valores” impuestos por la burguesía colonial y nos sorprendió la burguesía global corporativa.

Ya no hay “impíos” que adoctrinar, ni “desiertos” que conquistar. Nunca los hubo. Parece que la reforma ecomicista de la educación propone el mismo paradigma: la pedagogía del sometimiento. Sin embargo, podemos trabajar por un paradigma para liberar, para pensar nuestro destino y no el que nos imponen; seguramente será otra confrontación desigual, pero es tiempo de una pedagogía que abra un camino común, sin ocultamientos, ni invisibilizados. Una pedagogía del reconocimiento, una pedagogía social contra las “democracias empresariales”.

Artículo enviado por su autor a la redación de OVE

Imagen tomada de: http://4.bp.blogspot.com/-emFuNExIIl8/UHY4LHSr09I/AAAAAAAAB9o/k-7af0V_-4E/s1600/12+DE+OCTUBRE+1.jpg

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Estados Unidos: Libro escolar sobre herencia mexicana genera polémica

Estados Unidos/Septiembre de 2016/Telemundo

Varios lo consideran ofensivo por sus estereotipos por lo que peligra su uso en escuelas.

Un libro educativo sobre la herencia mexicana en Estados Unidos está generando una controversia de proporciones, a tal punto que su uso corre riesgo.

¿Por qué? El comité evaluador del trabajo a ser utilizado en el sistema escolar en Texas, rechazó el contenido por considerar, entre otras cosas, que contiene supuestos dy distorsiones históricas.

Titulado «Mexican American Heritage» y escrito por Jaime Riddle y Valarie Angle, el libro es el único con el tema de la herencia mexico-americana y que está sujeto a aprobación por la Junta Estatal de Educación de Texas. El comité evaluador está integrado por expertos y académicos del estado, algunos del Valle del Río Grande, con profundo conocimiento sobre el tema.

En su informe, el comité liderado por Rubén Cortez, no recomendó el uso del libro de texto en las escuelas preparatorias, y se indicó que no es adecuado para utilizarse en las escuelas públicas del estado.

Fuente: http://www.telemundopr.com/noticias/eeuu/Rechazan-libro-escolar-sobre-herencia-mexicana-por-contenido-ofensivo-Junta-de-Educacion-Texas-392469081.html

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