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Educación inclusiva: un instrumento clave en la búsqueda de una sociedad mejor

Por: Universia

Porque la educación inclusiva y de calidad es un derecho, te invitamos a que conozcas sus principios y una guía de buenas prácticas a partir la realización de diferentes proyectos.

La educación inclusiva es una poderosa herramienta para combatir la exclusión social. Según la UNESCO, este tipo de educación se basa en el derecho que tienen los alumnos de recibir una educación que atienda sus necesidades básicas de aprendizaje y mejore sus vidas.

Se apoya sobre la base del principio de que cada niño tiene características, intereses, capacidades y necesidades de educación diferentes, y que es responsabilidad de aquellos que diseñan los sistemas educativos en funcionamiento contemplar y dar respuesta esta realidad compuesta por un amplio espectro de necesidades.

En este sentido, hablamos de una educación integradora cuando se trabaja en desarrollar el potencial de cada persona bajo el convencimiento de que todo niño o niña es capaz de aprender cuando se le da las herramientas y las oportunidades necesarias para hacerlo. Esto implica una planificación que estructure y dinamice este tipo de aprendizaje, algo que lamentablemente está faltando, opinó en 2015 el Vicepresidente del Grupo de Establecimientos de Educación Especial de Buenos Aires (GEeeBA), Pablo Crespo, a Infobae.

En materia de discapacidad, según datos publicados por Infobae en 2015, son aproximadamente siete mil los alumnos que asisten a establecimientos educativos de Educación Especial públicos o privados en la Ciudad de Buenos Aires; y según comentaron a este medio, desde el GEeeBA consideran que “todas las instituciones involucradas con la educación en el país deberían involucrarse y crear un paradigma educativo más inclusivo”.

 Principios de la educación inclusiva

Según el portal inclusióneducativa.org, que representa a más de 200 federaciones de un total de 115 países intentando ser la voz de personas con discapacidad y sus familias, los principios en los cuales se apoya la educación inclusiva son:

1. Todos los niño/as pueden aprender

2. Todos los niño/as asisten a clases regulares, con pares de su misma edad, en sus escuelas locales

3. Todos los niño/as tienen derecho a participar en todos los aspectos de la vida escolar

4. Todos los niño/as reciben programas educativos apropiados

5. Todos los niño/as reciben un currículo relevante a sus necesidades

6. Todos los niño/as reciben los apoyos que requieren para garantizar sus aprendizajes y su participación

7. Todos los niño/as participan de actividades co-curriculares y extra curriculares

8. Todos los niño/as se benefician de la colaboración y cooperación entre su casa, la escuela y la comunidad.

Una manera de analizar por dónde empezar a trabajar en materia de inclusión puede ser a partir de sus diferencias con el enfoque tradicional. Para ello, el portal inclusioneducativa.org elaboró el siguiente cuadro:

Buenas prácticas en Educación Inclusiva

La organización sin fines de lucro, Save The Children, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), elaboró una guía de buenas prácticas para la educación inclusiva que recopila y difunde, entre otras cosas, los trabajos realizados en diversos centros educativos españoles en la búsqueda por mejorar la inclusión de niños, niñas y jóvenes en diferentes contextos y ámbitos educativo. Este documento contiene ejemplos de buenas prácticas aplicadas por una gran cantidad de proyectos, donde se detalla cuál era el objetivo específico para cada caso y el tiempo que se necesitó para su ejecución.

Educar en la diversidad

Con el objetivo de respuesta a una necesidad existente en todos los países del MERCOSUR vinculada con las dificultades de los docentes para atender la diversidad de necesidades educativas de los alumnos, especialmente en el caso de las escuelas que integraban niños y niñas con necesidades educativas especiales, los países miembros con la cooperación técnica de la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe, UNESCO/Santiago elaboraron el proyecto “Educar en la diversidad en los países del MERCOSUR”. Se trata de un material donde se ofrecen variadas estrategias de aprendizaje para ayudar a los docentes a reflexionar y desarrollar sus prácticas a partir del enfoque de la educación inclusiva. Éstas pueden utilizarse tanto para la enseñanza de los niños como de los adultos. Está compuesto por los siguientes cuatro módulos: educar en la diversidad, el enfoque de la educación inclusiva, ¿Qué entendemos por una escuela inclusiva?, “El aula como contexto de desarrollo y aprendizaje”. A continuación, podrás descargar el material.

 

Animados a la diversidad

Por último. compartimos el cortometraje sobre orientación sexual e identidad de género para promover la educación inclusiva, titulado «Animados a la diversidad», que fue dirigido por la Subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de Argentina.

Fuente: http://noticias.universia.com.ar/cultura/noticia/2017/06/16/1153452/educacion-inclusiva-instrumento-clave-busqueda-sociedad-mejor.html

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Puerto Rico: Educación Privada rechaza acción de procuradora de las Mujeres

Puerto Rico/27 de Marzo de 2017/Metro

Asociación que reúne este sector denunció que la procuradora presuntamente intentó modificar reglamento sobre escuelas privadas.

La Asociación de Educación Privada de Puerto Rico expresó su rechazo frente al presunto intento de la procuradora de las Mujeres, Ileana Aymat, de enmendar y modificar unilateralmente la reglamentación imperante en Puerto Rico sobre el licenciamiento de instituciones privadas.

Según un comunicado de prensa de la entidad, dicho reglamento se edifica sobre el respeto a la diversidad educativa y defiende la premisa de que solo compete a cada institución de educación privada seleccionar sin cortapisas del estado su filosofía educativa, su metodología de enseñanza y su currículo educativo.

La Asociación puntualizó que el Consejo de Educación de Puerto Rico “actuó correctamente al no darle paso a dicha propuesta, que está reñida con los más básicos principios que cimentan la educación privada en Puerto Rico”.

En días recientes ha estado en discusión pública la supuesta propuesta de la nominada a los efectos de imponer, mediante memorando, una política de perspectiva de género en las escuelas de Puerto Rico, incluyendo las instituciones educativas privadas.

La Asociación de Educación Privada, por voz de su presidenta Wanda Ayala de Torres, indicó que “se reafirma en que tal medida es contraria al derecho protegido en nuestro ordenamiento jurídico que reconoce que son los padres y nadie más, quienes tienen la prerrogativa de educar a sus hijos en conformidad con los valores y creencias de la Familia”.

La Asociación enfatiza que en la sociedad democrática y pluralista que es Puerto Rico “no tiene cabida el que la Procuradora de las Mujeres, o cualquier otro funcionario o agencia gubernamental pretenda imponer su particular creencia, despojando a los padres de sus prerrogativas indelegables de formar a sus hijos con los valores de la familia, ni de la libertad de cada institución privada de practicar su misión educativa de la manera que entienda pertinente”.

“Únicamente en los países totalitarios en donde el estado “secuestra” los valores y creencias de inherentes a la familia, se impone una política educativa única y una verdad oficial. En esta sociedad democrática los estudiantes no pueden ni deben ser utilizados como marionetas del estado, sin tomar en consideración la inherencia del hogar en el desarrollo académico, social y emocional de los estudiantes”, añadió en declaraciones escritas.

Fuente: https://www.metro.pr/pr/noticias/2017/03/20/educacion-privada-rechaza-accion-procuradora-mujeres.html

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Retos de la inclusión educativa en México.

El trabajo titánico en el sistema educativo no está en enseñar a un niño con discapacidad, sino en enseñar a las personas a aceptar la diversidad como algo natural.

Por: Teresa Sánchez Gómez.

Mucho se ha hablado de la inclusión como un objetivo de la reforma educativa nacional en tanto su pretensión de garantizar el derecho a todas las niñas, niños y jóvenes a una educación de calidad en igualdad de oportunidades y con un claro enfoque en la equidad.

El término, mal empleado en el uso cotidiano, se ha enfocado principalmente al acceso y permanencia en la escuela. Esto provoca que las estadísticas gubernamentales arrojen un frío conteo de cuántos alumnos en desventaja asisten a la escuela y lo contrasten con cuántos no desertan, presentando esto como un éxito de la inclusión. Sin embargo, este triunfalismo del gobierno exhibe su ignorancia sobre la importancia de la inclusión y los retos a los que se enfrenta el sistema educativo. Hasta el momento, abrir las puertas de la escuela a una diversidad de alumnos solamente asegura la posibilidad de que estén en el aula.

La inclusión real es aún un sueño, un esperado final feliz para todos esos alumnos que ejercieron su derecho a graduarse, pero no su derecho a participar y a aprender en las escuelas. Son aquellos que ingresaron con una característica que se tomó como desventaja en un sistema construido a partir de jerarquías y distinciones: su género, sus características biológicas o el fenotipo que presentan, su etnia, nivel económico, religión o cultura, todos pueden ser motivos para convertirse en “el otro”.

En este escrito quiero abordar la categoría de “normalidad” contrapuesta a la de “discapacidad”, las cuales cobran vida en un sistema educativo a partir de la división de Educación Regular y Educación Especial.

En la actualidad, la Educación Especial funciona en los Centros de Atención Múltiple (CAM) como servicio escolarizado para alumnos en condición de discapacidad o trastornos graves del desarrollo, y en las Unidades de Apoyo a la Escuela Regular (USAER*). Un USAER es una célula de especialistas que se encuentran dentro de las escuelas trabajando en colaboración con los maestros de grupo. Este grupo concentra su atención en los alumnos en situación educativa de mayor riesgo de exclusión o que enfrentan barreras para el aprendizaje y la participación.

Sin embargo, estas dos modalidades de atención no siempre son suficientes para asegurar que todas las niñas, niños y jóvenes con discapacidad logren su plena inclusión.

A pesar de la operación de estas unidades en las escuelas regulares, la segregación a veces persiste, ya que un niño con discapacidad es visto, la mayoría de los casos, como un problema. Con frecuencia he visto maestros que relegan, sobreprotegen y tienen muy bajas expectativas de ellos, por lo que la atención se descarga en los especialistas, quienes, en algunos casos, insisten que la tarea de educarlos es del profesor de grupo.

En principio, podría pensarse con buenas intenciones que el Centro de Atención Múltiple es la mejor opción educativa para los niños en condición de discapacidad. Sin embargo, aún con especialistas, los alumnos no aprenden más; por un lado, el sistema no brinda muchas veces los espacios, materiales y personal adecuado; por otro, muchas veces se proyectan bajas expectativas sobre los alumnos, generando una condescendencia que se expande o proviene de la familia, y se refuerza en las aulas y en la sociedad misma.

En mi experiencia profesional en CAM, he sido testigo de cómo los niños con discapacidad desde educación inicial o preescolar muestran un mejor desempeño en distintos aspectos en las pocas escuelas regulares donde verdaderamente se valora la diversidad y se genera un ambiente de seguridad y calidez. Esto se refleja en que tienen mayores oportunidades de interacción y participación con sus compañeros, se sienten motivados, desarrollan iniciativa y autonomía; sus pares y maestros los tratan con naturalidad, se sienten integrados. Sus familias realizan sus actividades cotidianas al contar con una escuela cercana al lugar donde viven y les da tranquilidad.

No sucede así con los niños que siempre han cursado su escolaridad en CAM. A ellos les es difícil asistir a escuela regular porque se les mira desde el prejuicio, desde la limitación, desde lo que les falta. Lo mismo sucede con sus padres que se han conformado con esta atención educativa segregada y aunque el CAM les sea lejano (existen pocos CAM en comparación con escuelas regulares) confían en que su hijo es bien atendido, aprende en la medida de ¨sus posibilidades”, en donde sus compañeros o sus padres no los juzgan ni los critican y no digo que este proceder esté mal, sino que ésta es la mejor opción educativa que existe para ellos.

Por ello, escuchamos múltiples historias de padres que acuden de un lugar a otro buscando atención educativa para su hijo, rogando que sean recibidos en escuelas cercanas a su domicilio. Otras tantas de niños con discapacidad que asistían a CAM y que por situaciones familiares se cambian de domicilio a zonas rurales o marginales y tiempo después, incluso años, los padres regresan a reinscribirlo informando que ese tiempo su hijo o hija no asistió a la escuela porque cerca de su casa no había “escuela especial” y que “en las otras” no lo quisieron recibir.

¿Es esto legal? O más allá, ¿es esto justo? ¿Por qué no todo niño independientemente de su condición puede acudir y ser bien recibido en la escuela cercana a su hogar? ¿Por qué permitimos como sociedad esta diferenciación?

Como docentes, como individuos y como grupos sociales, aún nos rehusamos a ser incluyentes. ¿Qué podríamos hacer los maestros para serlo? En principio, habría que desmontar la noción de discapacidad para darnos una oportunidad de aprender y de enseñar a partir de las fortalezas de los alumnos, trabajar sobre la potencialidad y no sobre las carencias. Mirar que las barreras para el aprendizaje y la participación se dan en la interacción y no es el niño el que las presenta, sino son los contextos las que se las imponen.

Para lograrlo, desde el marco institucional, la SEP debe mostrar con hechos que cumple a cabalidad con las acciones que le competen: mejoras en la infraestructura y el personal, un verdadero apoyo y motivación a las y los docentes y la creación de condiciones para la autonomía de las escuelas que les permitan llevar a cabo proyectos inclusivos. Pero quizá, el mayor desafío sea la profesionalización docente y la puesta en marcha de estrategias de atención educativa a la diversidad.

El proceso de cambio debe surgir desde la escuela misma contemplando a cada alumno como un ser único, irrepetible y diferente que tiene derecho a que el Sistema Educativo Nacional le garantice el acceso, la permanencia, la participación y el aprendizaje partiendo desde la equidad. Como profesores, es posible la inclusión en el aula con compromiso, haciendo lo que nos gusta hacer, considerando a cada niño como una historia, una oportunidad para ser mejor.

Los maestros necesitamos tener altas expectativas sobre todos los niños.Necesitamos generar un cambio de enfoque fundamental: entender que la diversidad no obstaculiza el aprendizaje, lo favorece al crear relaciones de interdependencia positiva desde lo que cada ser humano es. De manera que no sólo se tiene la oportunidad de enseñar, sino de aprender de los demás.

Si los profesores dejamos de ser directivos e implementamos un trabajo interactivo como enseñanza recíproca, con tutorías entre pares, trabajo en pequeños grupos, planificamos atendiendo a las particularidades de todos y cada uno de los alumnos del grupo, entonces estaremos avanzando hacia la inclusión.

La reflexión como cuerpo docente -sobre la inclusión- nos permite ver qué tan falaz es nuestra visión de un niño como “aquel que no puede” o que “obstaculiza el trabajo con los demás”. ¿Qué sería de una planeación de clase que estuviera centrada en lo que cada niño no puede hacer? ¿No es cierto que planeamos desde sus conocimientos previos? Es absurdo construir un sistema basado en las incapacidades de sus alumnos, por ello, considero erróneo -hacerlo así- en el caso de aquellos alumnos “con discapacidad”.

La inclusión se logrará cuando el maestro (que existen muchos): comprenda y conozca a cada uno de sus alumnos; tenga una actitud propositiva de verdadera aceptación a la diversidad y aproveche la misma, y desarrolle proyectos áulicos que den cabida a la participación y el aprendizaje de todos y cada uno de sus alumnos.

La verdadera utopía no es la inclusión, sino la lejana naturalización de la diversidad. La mirada sin jerarquías, la abolición de los pretextos para negar el derecho a ser de los demás. El trabajo titánico, entonces, no está en enseñar a un niño con discapacidad, sino en enseñar a las personas a aceptar la diversidad como algo natural, para que ya no sea necesario hablar de inclusión sino de convivencia.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/blogueros-aprender-es-mi-derecho/2016/10/03/retos-la-inclusion-educativa-mexico/

Imagen: http://planoinformativo.com/stock12/image/2015/Septiembre/19/nina-down2.jpg

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La calidad de la educación, la diversidad y los valores

Por: Alfonso Molina

En artículos anteriores me he referido a la crisis educativa y a la necesidad de cambios importantes en función de lograr, no solo cobertura, matrícula, sino calidad.

He propuesto pasar de una educación informativa, que es la tradicional y predominante, a una educación formativa, entendiendo esto como el logro en los estudiantes de valores y competencias.

Traté, brevemente y como es necesario en este espacio, tres valores: dignidad, participación y solidaridad. En esta oportunidad escribiré sobre un valor emergente, la diversidad.

Emergente, digo, porque la percepción y trato con los otros se hace más bien intuitivamente y siguiendo unas normas de cortesía. Unas maneras destinadas a la convivencia y preservación de los grupos que no excluye discriminaciones y exclusiones. No alcanza la jerarquía de un valor, de un referente mayor para la toma de decisiones, para  los proyectos de vida.

A la diversidad obligada en un país mayormente mestizo como el nuestro, se agrega la diversidad en carácter y personalidad, en vocación y aptitud, en tradiciones familiares y regionales. Un sinnúmero de componentes o rasgos con los cuales la escuela tradicional y vigente no está preparada para atender. Más bien, su disposición, muy comentada por teóricos y estudiosos, es homogeneizadora. Una tendencia que se agrava cuando a ella se agregan propuestas ideologizadoras que conciben la educación de los humanos como un curso obligado en la persecución de un ideal al que se la llama el “hombre nuevo”.

La diversidad hay que cultivarla y ella supone el aprendizaje para trabajar con otros, con grupos que hacen inmediata y vigente la diversidad. Una formación no solamente necesaria para una vida mejor y más profunda, sino también para un mejor rendimiento en la producción económica y el disfrute.

Al  grupo –me refiero a cinco o siete personas, estudiantes trabajando juntos, exponiendo, investigando, proponiendo– concurre la diversidad: gente buena para la matemática, la escritura, la lectura, la exposición oral, las ciencias… pero también dibujantes, pintores, cantantes, deportistas, bailarines.

No es frecuente encontrar en las aulas trabajo en grupos, ya que lo permanente es un  maestro o profesor monopolizando todos los turnos, hablando. No obstante, en los grupos también se observa esa tendencia, el que tiene facilidad de palabra y organización, ocupa los espacios que le corresponderían a los otros, a los diversos. Una diversidad que tiene sus propios tiempos, sus propios espacios. Por allí va su cultivo: problematizar para propiciar la participación de todos desde y en respeto de su propia aptitud y carácter.

Educar para solucionar problemas pertinentes tropieza con los diseños curriculares y programas de estudios que están concebidos como largos listados de contenidos u objetivos, que deben ser dictados por el profesor y memorizados para eventuales exámenes. Esta es la pedagogía dominante y es la pedagogía que hay que cambiar si es que queremos lograr una educación de calidad.

Lo digital agranda y a la vez aproxima el mundo. Las noticias y mayormente las malas noticias, suelen ser abrumadoras. Pero también hay mucho por comprender y disfrutar. Hay que estar preparado para ello. Abrir la disposición perceptual y la sensibilidad para recibir y crecer con la diversidad que ello trae. Un mundo de intercambios, hibridaciones y fusiones que desde los linderos de Occidente regresan, como ya regresaron desde los linderos del Imperio Romano, riquezas mejores que el oro  y sus variantes, que por estos campos saqueó el también imperio español.

Fuente: http://www.ideasdebabel.com/la-calidad-de-la-educacion-la-diversidad-los-valores-por-arnaldo-este/

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La diversidad educativa.

Por: Mercedes Miguel.

Nuestro sistema educativo argentino está dando señales claras de sus dificultades para garantizar una educación de calidad para todos. Los datos estadísticos sobre finalización del nivel secundario, repitencia, abandono y niveles de aprendizaje reflejan problemas de calidad, equidad y acceso a la educación. Para revertirlo, es necesario diseñar políticas educativas efectivas, que consideren la diversidad educativa entre las provincias.

Partiendo de estas premisas, se inició hace 8 meses un proceso de elaboración de un plan nacional de educación con representantes de las 24 provincias. En cada encuentro se debatieron nuestras prioridades educativas, los desafíos que tenemos por delante y las estrategias más apropiadas para abordarlos. De este modo, el Plan Estratégico Nacional ‘Argentina Enseña y Aprende’ nace del consenso en torno a la necesidad de poner a los estudiantes en el centro y al aprendizaje de calidad como la finalidad principal del sistema educativo.

Este plan es un logro trascendente no sólo por ser el resultado de un proceso de construcción democrática federal y colaborativa, sino, por ser un documento que coordina y organiza las políticas públicas educativas prioritarias, en torno a ejes estratégicos y con una mirada de mediano plazo que transciende una gestión de gobierno. Si bien propone un marco nacional que nos une como país, admite y promueve la contextualización y adaptación de las acciones propuestas en base a las particularidades, necesidades, contextos e identidades jurisdiccionales.

Una de sus características distintivas es que presenta una mirada integral del sistema educativo argentino sin dividirlo desde su diseño estratégico, por niveles o modalidades. Nos invita a mirar la trayectoria de los estudiantes de manera completa y continua, desde los primeros años del nivel inicial hasta el ingreso a los estudios superiores o al mundo del trabajo. Otro aspecto importante es que establece indicadores que permitirán realizar un seguimiento del plan y del logro de sus objetivos.

Con ‘Argentina Enseña y Aprende’ recientemente aprobado de manera unánime por el Consejo Federal de Educación, tenemos por delante el desafío más importante: que sus objetivos se hagan realidad en cada aula, cada escuela, cada provincia. Para lograrlo, seguiremos transitando el camino iniciado junto a las provincias, pensando juntos las estrategias que nuestra educación necesita para su mejora continua.

Fuente: http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=730650

Imagen: http://images.clarin.com/educacion/especialistas-diversidad-enriquece-estudiantes-especifica_CLAIMA20130318_0133_27.jpg

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