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Amar más, amar mejor

Coral Herrera Gómez

El amor en la posmodernidad se ha convertido en una utopía emocional de corte individualista que nos ofrece paraísos personalizados, hechos a nuestra medida. Hoy, bajo el lema del “sálvese quien pueda”, cada cual busca la solución a sus problemas: el romanticismo posmoderno nos seduce con la idea de que el amor nos salvará. De la soledad, de la pobreza, de la rutina, del aburrimiento, de nosotros mismos…

El Romanticismo surgió paralelamente al nacimiento de la burguesía y sus valores individualistas. Sublimó el mundo de los sentimientos y las emociones, y mitificó el amor como la quintaesencia de la felicidad. Las principales consumidoras de las historias de amor fueron las mujeres de clase media y alta, que comenzaron a rechazar los matrimonios concertados y su condición de objeto de intercambio entre las familias. Para muchas de ellas, el amor romántico se convirtió en una vía para liberarse del control y la vigilancia a la que vivían sometidas en casa de sus padres, por eso las jóvenes se rebelaron contra la ley del pater y reivindicaron su derecho a elegir libremente a la persona con la que compartirían su vida.

A finales del siglos XIX, los finales felices se pusieron de moda: el mito del matrimonio por amor sedujo a miles de mujeres, y el rito nupcial se convirtió en el evento social más importante: las bodas pasaron a ser el símbolo de la culminación del amor. Ya en el siglo XX, la industria cinematográfica de Hollywood nos regaló cientos de finales felices en los que las mujeres se salvaban gracias al amor.

La globalización expandió este modelo romántico por todo el planeta: Disney es un ejemplo de esta industria romántica que nos sedujo (y nos sigue seduciendo) con las historias de muchachas tristes y pobres que son rescatadas por príncipes azules. Un ejemplo es Cenicienta, que estaba harta de limpiar la chimenea y de los trabajos forzados a los que le sometía su madrastra, o Blancanieves, que también estaba harta de cocinar y limpiar para los siete enanitos… a ambas les salvó el amor.

La televisión también nos ofrece finales felices de princesas y príncipes europeos de carne y hueso, cuyas bodas son vistas en todo el planeta por millones de personas. En nuestro país, la Reina Letizia es la encarnación de este mito romántico: ella era una periodista y gracias a su matrimonio con Felipe, se salvó del desempleo que ha dejado a miles de mujeres periodistas sin trabajo y se convirtió en Princesa de Asturias.

En todos los cuentos que nos cuentan, se idealiza a la pareja como la salvación: para salir de situaciones precarias o difíciles, para salir de la casa familiar, para evitar la soledad, para escapar de una realidad que no nos gusta, para asegurarnos una fuente de recursos estable, para alcanzar la felicidad eterna. Sin embargo, las promesas del amor son solo eso: promesas. Cuanto más mitificamos el romanticismo, más duro es el choque con la realidad: los habitantes de la posmodernidad vivimos inmersos en profundas contradicciones que nos hacen sufrir mucho y que condicionan enormemente nuestras formas de relacionarnos.

Necesitamos sentirnos libres y amamos nuestras independencia, pero también necesitamos compañía y afectos. Huimos de la soledad, pero defendemos a capa y espada nuestros espacios y tiempos para desarrollar nuestros proyectos personales. Nos gustaría encontrar a nuestra media naranja y ser felices para siempre, pero cuando todo va bien, nos aburrimos. Nos casamos y nos divorciamos, nos ilusionamos y nos decepcionamos, renegamos del romanticismo hasta que volvemos a enamorarnos de nuevo, y así hasta el infinito.

Otra contradicción del romanticismo posmoderno radica en la igualdad: queremos tener relaciones bonitas, equilibradas, y duraderas, pero todas ellas están atravesadas por las normas no escritas del capitalismo y el patriarcado. Anhelamos tener compañeros y compañeras con los que compartir la vida, pero construimos nuestras relaciones bajo estructuras de dependencia mutua.

Pensamos en el amor desde la libertad, pero seguimos considerándonos dueños de las personas a las que amamos. La exclusividad y la propiedad privada limitan nuestra libertad para amar, pero generalmente limitan más a las mujeres que a los hombres. Nos juramos fidelidad en las bodas, pero los moteles están llenos de parejas de adúlteros escapando de los sinsabores del matrimonio.

Las sociedades posmodernas han experimentado grandes avances en el camino hacia la igualdad a través de leyes que protegen los derechos y libertades de las mujeres, pero seguimos inmersas en estructuras emocionales patriarcales. Nuestras democracias nos hacen creer que todos somos iguales, pero muchos hombres siguen aún aferrados a sus privilegios de género y a la doble moral que les absuelve de sus “pecados”. Algunas mujeres nos creemos muy modernas y transgresoras, pero nos seguimos casando vestidas de princesas medievales.

Muchas mujeres abrazamos las tesis del feminismo, pero en nuestras parejas seguimos reproduciendo la división tradicional de roles y cargamos con todo o casi todo el trabajo doméstico, de cuido y crianza, y lo hacemos “por amor”. Para la gran mayoría de las mujeres del planeta, la autonomía económica sigue siendo una utopía aún más inalcanzable que un matrimonio feliz. El poder económico sigue estando en manos de los hombres, lo que sigue fomentando la construcción de relaciones basadas en el interés y la necesidad. La dependencia económica, además, suele ir unida a la dependencia emocional: nos han enseñado que la feminidad y la capacidad de amar son sinónimos, y no parecemos mujeres de verdad si no amamos total e incondicionalmente.

Las mujeres seguimos siendo representadas en la cultura como “buenas” o “malas”, “santas” o “putas”. Las primeras se casan, las segundas se quedan solas. Esta amenaza es lo que más nos angustia: la soltería femenina sigue estando estigmatizada y se contempla como una desgracia. Incluso para las mujeres que tienen autonomía económica, la gran amenaza que se cierne sobre nuestras cabezas es la soledad. El divorcio se vive como un fracaso, el matrimonio como un éxito, y siempre de fondo, está la soledad que nos come si no encontramos pareja. Y si la encontramos, también podemos sentirnos igual de solos y solas, especialmente cuando nos aislamos en niditos de amor para olvidarnos del mundo.

La necesidad de afecto nos limita para elegir libremente a alguien como pareja, pero también a la hora de romper una relación que no nos hace felices, de modo que no somos tan libres como quisiéramos. Perdemos la fe en el amor, pero buscamos compañía a cualquier precio.
Vivimos en una sociedad muy romántica, pero poco amorosa: hemos sustituido el calor humano del grupo por la búsqueda de esa persona única y especial que cubra todas nuestras necesidades afectivas. Lloramos de emoción en las bodas, pero la tasa de divorcios aumenta sin cesar.

Hemos perdido las redes de afecto y ayuda mutua, pero seguimos creyendo que el amor lo puede todo. Y en lugar de disfrutar de nuestro paraíso, nos dedicamos a sostener luchas de poder incesantes con nuestras parejas. Nos reconciliamos regalando rosas y bailando boleros a la luz de la luna, pero no dejamos de reproducir las guerras que se libran entre los pueblos en casa.

El reto de la posmodernidad sería poder superar todas estas contradicciones que nos hacen sufrir tanto, y aprender colectivamente a disfrutar más del amor. Para aprender, a querernos bien, nos urge repensar el amor, deconstruirlo, desmitificarlo y liberarlo de las opresiones del capitalismo y el patriarcado.

Tenemos que visibilizar la ideología hegemónica que se esconde detrás de la magia romántica, y comenzar a repensar el amor como una vía para mejorar nuestras vidas, pero no solo las nuestras: el amor puede ser un motor de transformación social o un mecanismo para que todo siga igual.

Podemos elegir seguir mitificando el amor egoísta e individualista que nos eleva a ratos por encima de este mundo, o construir un amor basado en el bien común que nos haga más felices a todos.
Es fundamental, pues, comenzar a trabajar en la creación de redes de afecto, y solidaridad. Tenemos que liberar al amor de estas estructuras obsoletas que perpetúan la desigualdad entre los sexos, y visibilizar la diversidad sexual y sentimental de nuestro mundo. Tenemos que liberar al amor romántico de los mitos, los roles y los estereotipos tradicionales, y de las contradicciones que nos impiden construir relaciones igualitarias.

El desafío es enorme, pero también apasionante: en esta época en la que buscamos desesperadamente la felicidad y el bienestar, el reto es que sea para todos. En el camino hacia la construcción de un mundo más amoroso, podríamos contarnos otros cuentos, inventarnos otros romanticismos, construir nuevas formas de querernos. Atrevernos, en fin, a probar otras formas de relacionarnos y organizarnos que nos permitan querernos más, y querernos mejor.

Que falta nos hace.

Fuente del articulo: http://haikita.blogspot.com/2015/05/amar-mas-amar-mejor-coral-herrera-en.html

Fuente de la imagen: https://pixabay.com/p-857728/?no_redirect

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Tolerancia o dictadura

Por: Diógenes Díaz Carabalí

Llaman con impotencia a manifestarse en contra de la política educativa,  que busca implementar el presente gobierno, en defensa de una minoría, los homosexuales. Si bien hay que incluir y no discriminar, como tal no representan a la mayoría de la población pues la inmensa población del mundo es heterosexual. Con habilidad han ido tomándose diversos estamentos sociales y del gobierno, para imponer su estilo de vida, su forma de comportarse, su manera de relacionarse. Con absoluto irrespeto, con absoluta dogmatismo y terquedad engañan, porque detrás se cocina una política que se ha querido implementar desde la década de los cincuenta del siglo anterior, como manera de reducir drásticamente la natalidad, por el mero concepto egoísta y avaro de dejar la riqueza concentrada en unos pocos. Como en el cruel chiste, “la forma de acabar con los pobres es matándolos”, sin ningún escrúpulo los miembros de esas misiones plantearon formas aberrantes de reducción como fomentar las guerras nacionales, cambiar la estructura de la familia, fomentar la homosexualidad.

Como decían los abuelos, “esa política viene de arriba”, dirigida a los países que en la época denominaban “del tercer mundo”; los puntos de lanza eran India, en Asia; Indonesia, en Oceanía; África Central, y en América Latina, Colombia. Nunca se plantearon reducciones poblacionales en Holanda (406.26h/K2), Japón (336.33h/K2), sino en los lugares donde la materia prima era importante, donde los recursos naturales eran abundantes.

A eso responde la política que hoy dejan ver con claridad nuestros dirigentes cuando hablan con términos atrayentes como inclusión, tolerancia, cuidado medioambiental. No se refieren a la inclusión como forma de igualdad social porque entonces ¿Dónde está la igualdad de oportunidad para grupos tradicionalmente discriminados como los negros, los indios u otros grupos raizales? Hoy con políticas agresivas y de total irrespeto a la inmensa mayoría de la población tratan imponernos modelos de comportamientos propios de una minoría, y hasta quieren moldear a nuestros hijos para llevarlos a esos comportamientos, escudados en la igualdad de género y negando el tradicional concepto de los sexos. Bastaría saber cuántos niños o niñas, en la pubertad o adultos, optan por otras opciones sexuales. Me atrevo a afirmar que ni al 1% se arrima.

La ministra de educación es un simple instrumento de la Teoría de Géneros, política promovida por grandes intereses para reducir drásticamente la población (Informe Rockefeller, Kissinger, Plan de Roma). El objetivo principal es destruir el modelo social imperante basado en la Familia, por eso su postura abierta contra la heterosexualidad y la organización familiar. Postura, mundial entre otras cosas, advertida desde diversos ángulos ideológicos y credos consecuentes. Con claros representantes en Colombia desde los mazones, los medios de comunicación al servicio de monopolios, miembros de la comunidad LGTBI que ven oportunidad de normalizar su situación, en política desde el partido Verde y miembros adeptos a los diferentes partidos y movimientos, para llevarnos a una dictadura de los homosexuales, cuando son, repito, la inmensa minoría. ¿Será que hombres y mujeres tenemos que defendernos y defender las instituciones que soportan nuestra estructura social?

Fuente: http://www.diariodelhuila.com/opinion/tolerancia-o-dictadura-cdgint20160811130533107

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México: Van por la impartición de la enseñanza de diversidad sexual en escuelas públicas

México/06 Agosto 2016/Fuente: La Jornada Aguascalientes

Salvador Camacho, quien se desempeña como investigador en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) con su proyecto Reformas Educativas y Libros Escolares asegura que los maestros están cada vez más comprometidos con la impartición de educación en las escuelas, además de que apuntó que el impartir temas de diversidad sexual formará personas más tolerantes y menos autoritarias e irrespetuosas.

El próximo ciclo escolar que está por iniciar algunos libros de texto gratuitos podrían contener entre sus temas, información científica y social sobre la diversidad sexual según lo mencionó en marzo el coordinador general del Circuito de la Diversidad Sexual, Adolfo Voorduin Frappe, ante ello grupos conservadores de todo el país y Aguascalientes han manifestado su desacuerdo.

Camacho, quien dijo estudiar los movimientos en contra de los contenidos de educación sexual en los libros de texto de las escuelas mexicanas, apuntó que a través de la historia ha habido análisis y confrontación sobre este tema.

En los años 70, apareció la educación sexual en los libros de ciencias naturales a lo cual se opuso la Iglesia católica y los grupos conservadores, lo mismo pasó en el sexenio de Vicente Fox, cuando se insertaron contenidos de educación sexual en libros de educación secundaria, al igual que sucedió desde el año de 1932 cuando Narciso Bassols señaló la importancia de la educación sexual en las escuelas.

Con la inserción de contenidos que hablan sobre la diversidad sexual en los libros, grupos conservadores en Aguascalientes continúan haciendo patente su rechazo sobre temas pues, como comentó el investigador estos grupos se han caracterizado dijo, por su intolerancia, “recordemos las declaraciones del obispo de Aguascalientes, de intolerancia y ofensa”.

Dijo que si bien es importante saber hasta dónde es bueno informar a los menores sobre sexualidad, es necesario atender asuntos básicos: “Los libros de texto no son libros que hablen en exceso, ni toman asuntos que estén fuera de la realidad”, en ese sentido señaló que la diversidad sexual existe, es parte de la naturaleza humana por lo tanto debe atenderse en las escuelas para que no exista acoso y al contrario, se fomente el respeto.

Señaló que cuando los niños desde pequeños empiezan a ver normales temas referentes a la diversidad sexual se crean personas más responsables pues es un tema que trasciende, “una persona que sabe respetar la diversidad podrá respetar también las ideas, la diversidad ideológica, racial o religiosa; evitando ser una persona egoísta, intolerante y autoritaria”.

Si uno analiza los contenidos estos tratan temas fundamentales, los libros retratan la sexualidad como algo natural y no como un asunto pecaminoso, si bien dijo, son temas delicados, es importante que sean tratados en las escuelas.

Sin embargo apuntó que es sumamente importante que se seleccione a las personas adecuadas para impartir contenidos relativos a la sexualidad. Los padres de familia, en su mayoría, no se hacen responsables de la educación sexual de sus hijos, pues a ellos tampoco hubo quienes les enseñara; agregó que estos temas fueron aprendidos de boca en boca, entre amigos, generando desinformación.

Sin embargo, confirmó que también hace falta educar a los maestros quienes en muchas ocasiones tienen ideas equivocadas sobre varios aspectos de la sexualidad, por lo que afirmó que la reforma educativa tiene que plantear educación sexual también para los profesores.

“Afortunadamente, ya hay un grupos de maestros especialistas en educación y pedagogía que están asumiendo mayor presencia, pero insisto, todavía hay algunos que no lo hacen bien”, es por ello que cuando haya profesores incompetentes relativo al tema de sexualidad y diversidad sexual, deben invitar a un especialista o un médico que pueda darles información veraz a los menores.

Dijo que en las escuelas públicas tienen cada vez más un compromiso mayor con la educación sexual de los estudiantes pues los maestros ya no le temen al asunto, estudiando la historia, explicó: “En el pasado los profesores mostraban una mayor reticencia a la impartición de estos temas”.

Entre otros factores, la reciente apertura de los maestros a enseñar sobre estos temas se debe también a que en las escuelas normales se les ha preparado, además de que, en el ámbito global, la sociedad es más abierta a este tema.

Fuente: http://www.lja.mx/2016/08/van-la-imparticion-la-ensenanza-diversidad-sexual-en-escuelas-publicas/

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Con argumentos científicos, exigen en México sacar de la lista de enfermedades mentales de la OMS la condición de ser transgénero.

La condición se presenta desde la infancia muy temprana y no tiene que ver con la identidad; no se cura.

America del Norte/Mexico/ Telesur/ Foto: EFE

Con argumentos científicos, exigen en México sacar de la lista de enfermedades mentales de la OMS la condición de ser transgénero.
Ser transgénero no es una enfermedad sino una condición, según reveló un estudio realizado por científicos del Instituto Nacional de Psiquiatría (INP) de México, que exige que el diagnóstico transgénero sea eliminado de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) Mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El estudio pionero fue publicado este jueves en una revista británica.

Al respecto, la directora general del INP, María Medina, explicó que los argumentos científicos que sustentan el retiro son, en primer lugar, que no todas las personas transgénero tienen una enfermedad mental; además que la condición se presenta desde la infancia muy temprana y no tiene que ver con la identidad; no se cura; es algo con lo que se nace.

“Al considerar que es una enfermedad mental, se piensa que se puede curar y entonces se les manda a tratamiento para que sean lo que los papás o la sociedad quiere, y eso les ocasiona muchos problemas, pero al mismo tiempo sí queremos que quede en la clasificación internacional porque ésta implica una guía, la obligación de los países miembros (de la OMS) de otorgar la atención a la salud”, precisó Medina.

>> Derechos transgénero: ¿una deuda pendiente?

Por su parte, la Secretaría de Salud mexicana indicó que un comunicado que el distrés (estrés provocado por el rechazo y la violencia social) y la disfunción que sufren estas personas es ocasionado por “la estigmatizarción y los malos tratos a los que se enfrentan en los diferentes ámbitos sociales”.

El dato: Datos de Trans Murder Monitoring (TMM) reflejan que América Latina es la región del mundo en donde se produjeron más asesinatos a personas transgénero entre los años 2008 y 2014, período en el que se reportaron mil 731 casos.
Entre los resultados del estudio se desprende además que las personas transgéneros identifican su identidad de género entre los dos y 17 años de edad y 83 por ciento sufrió distrés por el rechazo y el estigma.

Se estima además que alrededor de 80 por ciento de los transgéneros son personas de sexo masculino asignado al nacer.

En México hay aproximadamente 30 mil transgéneros, mientras que la tasa global es de uno por cada 100 mil.

Se espera que para el 2018 esta condición sea eliminada del apartado de enfermedades mentales durante la Asamblea General de la OMS.

Fuente:

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Película: “La vida de Adele”: las dos caras del amor

www.lamenteesmaravillosa.com-Por: Aida Díaz González

Adele es una adolescente que busca su lugar. En plena efervescencia juvenil conoce a Emma y sufre una fascinación hasta entonces desconocida por ella. Descubre así su primer amor. Con él llegan los primeros besos, la pasión, las primeras caricias. El compromiso, la convivencia. Pero con el tiempo también comenzarán a aparecer las primeras discusiones, los primeros hastíos de la rutina y las primeras complicaciones. Hasta llegar al irremediable desenlace: la primera pérdida amorosa.

La película nos habla a partes iguales de las dos caras del amor. De una forma tan real, como real es la manera que tiene Adele de comerse los espaguetis. Además de ser una película de concienciación sobre la diversidad sexual, es un canto al amor en todas sus versiones. Al amor universal, capaz de lo mejor y de lo peor.

Al amor como motor de vida, como energía, pulsión, fuente inagotable de emociones y actos. Al ver la película el amor se palpa, se siente en el propio estómago, casi se huele. Las emociones salen de la pantalla y estallan en nuestra retina, haciéndonos sentir nuestro primer amor. Reviviendo, para bien y para mal emociones dormidas, olvidadas quizás.

Los personajes principales

Majestuosas ambas actrices, creíbles en todo momento. Su pelo, su manera de mirar, sus gestos. Ambos personajes están tan bien interpretados que por momentos uno siente que está asistiendo a una suerte de espionaje real, como aquel que ve la vida a través de una mirilla.

Adele y emma mirándose

A un lado, la joven Adele, con su cola de caballo siempre improvisada y despeinada, es inexperta en la vida, emotiva, apasionada, ruda, sensual, insegura y fuerte a partes iguales. Al otro lado Emma, con su pelo azul y corto que parece hablarnos de la creatividad, originalidad, la vida intelectual y culta, la frialdad, el análisis, la tranquilidad y la coherencia.

Esas dos mitades chocarán, se fusionarán por un tiempo tiñéndolo todo de azul, hasta que de nuevo se separarán. Una separación que deja en cada una de ellas una consecuencia, una huella, una marca.

¿Qué es el amor?

“El amor es una de las emociones más intensas. Las personas pueden mentir, engañar y aún matar en su nombre, deseando incluso la muerte cuando lo pierden. El amor puede abrumar a cualquiera, a cualquier edad.”
-Robert Sternberg-

Existe una potente teoría Psicológica que explica el amor, su génesis, sus componentes y sus diversas formas, la Teoría Triangular del Amor. En su libro El triángulo del amor: Intimidad, Pasión y Compromiso,Robert Sternberg plantea que para que el verdadero amor exista deben conjugarse tres componentes:

  • Intimidad: necesidad de encontrarse cerca del otro, tanto a nivel físico como a nivel emocional.
  • Pasión: deseo sexual o romántico acentuado.
  • Compromiso: voluntad de mantener el vínculo establecido con la otra persona y actuaciones de responsabilidad al respecto.

Los tres elementos aparecen en la película y podríamos verlos incluso en escalada. Primero Adele siente la necesidad de encontrarse de nuevo con Emma, de volver a verla, de conocerla mejor. El deseo de intimidad empieza activarse. Tras él, una vez traspasadas las propias fronteras, vemos la pasión, el deseo sexual.

Este ángulo es fuerte y notable en la relación que mantienen ambas y jugará un papel muy importante en la decisión de formar una relación de pareja. Vemos como con el compromiso aparecen las complicaciones reales y será el ángulo que pondrá en juego la propia estabilidad de la relación que mantienen.

Según el propio autor de la teoría, es más probable que una relación que combine los tres elementos perdure durante más tiempo que aquella que combina simplemente dos o un solo elemento aislado. Existen 7 combinaciones posibles que determinan 7 tipos de amor, según Sternberg:

  • Cariño: intimidad
  • Amor romántico: intimidad + pasión
  • Encaprichamiento: pasión
  • Amor fatuo:  pasión+ compromiso
  • Amor vacío: compromiso
  • Amor sociable: intimidad+ compromiso
  • Amor consumado: intimidad+ pasión+ compromiso

Teoría triangular del amor

El primer amor

Siguiendo esta misma lógica podemos decir que el primer amor, sería la primera vez en la historia de una persona que uno siente algún tipo de amor de los que anteriormente hemos visto. Es común que, como en el caso de Adele, esto suceda durante la adolescencia: por ello cuando se habla del primer amor, solemos situarlo en esa época. Aunque lo cierto es que no siempre sucede durante esta fase vital: hay personas que relatan amores muy tempranos y otros mucho más tardíos.

Desde el punto de vista de la Psicología, parece que el primer amor estará muy determinado por el tipo de vínculo que hayamos desarrollado durante nuestra más tierna infancia con nuestra primera figura de apego (normalmente la madre).

A su vez, el primer amor será determinante para las futuras relaciones que vayamos a tener. No deja de ser una fuente inagotable de nuevas experiencias de las que aprenderemos mucho, tanto lo que queremos como lo que no queremos.

El primer desamor

“Es tan corto el amor y tan largo el olvido”
-Pablo Neruda-

En la parte final, vemos una Adele rota de dolor y desolación porque ha sufrido la pérdida de su primer gran amor. Hermoso y desgarrador es el reencuentro que tienen, un tiempo después tras la ruptura, donde Emma le asegura que ya no la quiere, pero que siente una ternura infinita por ella.

Adele llorando

Si volvemos al triángulo de Sternberg, podemos identificar esa ternura como el deseo de intimidad en ausencia de la pasión y el compromiso. Sin embargo, a pesar de las palabras de Emma, vemos como la pasión está ahí y permanece por parte de ambas. Así ocurre en muchas relaciones que se rompen, donde la pasión o el deseo sexual hacia la otra persona sigue manteniéndose.

Cuando hablamos del primer desamor, hacemos referencia a la primera gran pérdida amorosa, por la que uno sufre, se deprime, aprende y crece. Si se habla de procesos psicológicos la primera pérdida amorosa podría definirse también como un proceso de duelo y, por lo tanto, existen una serie de pasos por lo que uno tiene que pasar antes de aceptar la pérdida.

Curiosidades y cierre

La película es la adaptación del cómic “Blue is the warmest color”, una novela gráfica de Julie Maroh, elaborada en la gama cromática de los azules. Es por ello que en la propia película todo se va impregnando de azul, desde el pelo de Emma hasta la ropa de Adele. Este tratamiento del color recuerda ligeramente a la maravillosa trilogía Tres colores, en concreto a Azul con Juliette Binoche, donde el azul no significaba amor, sino libertad.

Parece ser que en el título original en francés se añadía “Chapitre 1 y 2”, dejando la puerta abierta a más capítulos sobre el devenir de esta joven. Capítulos que esperamos deseosos, ya no solo para poder ver lo que sucede en la vida de Adele, sino también la evolución artística de Adele Exarchopoulos, la maravillosa actriz que la interpreta.

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Boystown, Chicago 2016

Por Ilka Oliva Corado

La única bandera que tengo en la esquina de mi escritorio es la del arcoíris y es meramente por la  fascinación por los colores encendidos. Pero políticamente también la única bandera que he tomado como propia es la de la diversidad porque para mí encierra todas las luchas. Podemos hablar de cualquier cosa pero si esto no va de la mano de la diversidad no tiene consistencia. La diversidad es la médula.

Tomar esa bandera ha alejado a prácticamente  a todos los que yo  creía mis afectos, no solo eso también he recibido infinidad de insultos, con gestos y verbales. Casi nada comparado con las atrocidades que viven otras personas que deciden vivir y amar en libertad, pero son insultos al fin y deben ser rechazados y cuestionados porque así comienza el hilar de violencia que termina en crímenes de odio.

Tomar esa bandera me ha convertido en un apestada y por eso la tomé, para echar sal sobre la herida de los homofóbicos. Porque no es ingenuidad ni ignorancia, es odio vivo, encendido.

Al tomar esa bandera sabía que iba hacia un camino sin retorno, que sería etiquetada de por vida, que vendrían insultos y probablemente hasta golpes o también que me iba la vida en juego, que me quedaría sola porque mucha gente se iría de mi lado. Todo eso lo sabía y con más fuerza la tomé y la alcé. No por mí, porque yo no lo necesito, a mí no  me  define ni me identifica ninguna bandera. Lo hice porque allá afuera sigue muriendo gente, siguen violando, golpeando, insultando en ese odio y con  ese temor a quien tiene la entereza de atreverse a vivir.

Porque aún hay gente sin voz, que no sabe que la tiene, que está tan  oprimida que no la conoce. Oprimida por las religiones, estereotipos, por el patriarcado y misoginia con que fomentan el odio en los patrones de crianza y bajo la doble moral de una sociedad hipócrita. Tomé esa bandera para convertirla en eco. Para que los colores de la diversidad retumben como cascadas en montaña.

Y me quedé sola por eso, pero en esta soledad la sigo alzando, y sigo gritando con todas las fuerzas de mi ser que:  ¡qué el amor nos haga libres! Porque solo el amor tiene la fuerza  y la grandeza para emancipar.

Y cabe decir que tomando esa bandera he creado adrede  un muro impenetrable,  que solo permite que se acerquen a mi vida las personas realmente humanas, y a ellas las recibo con los brazos abiertos.

Ayer asistí a la fiesta de cuadra que organiza la comunidad LGBTI de Chicago, como parte de las actividades del mes del Orgullo. Esta fiesta y el desfile del Orgullo los espero con ansias cada año, son eventos que no me pierdo por nada del mundo. Voy a divertirme, a pasármela bien y a hacer acto de presencia. Porque creo que la responsabilidad de hacerse visible es un primer paso para crear cambios consistentes en este mundo. Porque el activismo se puede realizar desde distintas modalidades y entre ellas las artes y las redes sociales, pero ninguna de estas jamás tendrá el poder que tiene el que nos hagamos visibles en las calles.

No fui en plan de realizar ningún fotorreportaje, pero llevé mi cámara conmigo (como siempre). Les dejo aquí el enlace a mi blog de fotografía donde las pueden ver y también mi cuenta de instagram donde publiqué fotografías y videos.

Enlace a las fotografías: aquí. 

Enlace a instagram: aquí. 

Blog de la autora:  https://cronicasdeunainquilina.com/2016/06/19/boystown-chicago-2016/

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com

19 de junio de 2016, Estados Unidos.

Imagen tomada del album de la autora en flickr.

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Escuelas inaccesibles para millones

Londres/09 de Junio de 2016/hrw.org

Por: Human Rights Watch

La adopción de leyes y políticas discriminatorias, y la falta de voluntad política para dar cumplimiento a obligaciones básicas en materia de derechos humanos por países de todas las regiones del mundo, impiden que millones de niños y adolescentes puedan asistir a la escuela, señaló Human Rights Watch en un informe difundido hoy. Altos funcionarios gubernamentales del área de educación, responsables de políticas globales y agencias de financiamiento se reunirán en Noruega del 13 al 16 de junio para adoptar medidas que mejoren el acceso a la educación de calidad a nivel mundial.

El informe de 89 páginas, denominado “The Educaction Deficit: Failures to Protect and Fulfill the Right to Education in Global Development Agendas» [Déficits en materia educativa: ausencia de medidas de protección y cumplimiento del derecho a la educación en las agendas globales de desarrollo], sostiene que, dos décadas atrás, los gobiernos de países de distintas regiones del mundo expresaron el compromiso de eliminar los obstáculos a la educación para las generaciones venideras. Sin embargo, Human Rights Watch evidenció que, en muchos países, las leyes y prácticas discriminatorias, los aranceles elevados, la violencia y otros factores excluyen a niños y adolescentes de las escuelas. El informe se elaboró a partir de investigaciones   llevadas a cabo por Human Rights Watch en más de 40 países, a lo largo de casi dos décadas. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO,  ha informado que 124 millones de niños y adolescentes no asisten a la escuela.

“Es inconcebible que, en 2016, se niegue el derecho a la educación a millones de niños y adolescentes de todo el mundo”, manifestó Elin Martínez, investigadora de derechos del niño de Human Rights Watch. “La escasa supervisión gubernamental y la carencia de políticas que prohíban de manera absoluta la discriminación a menudo permiten que los funcionarios del área educativa tengan atribuciones ilimitadas para decidir quiénes pueden entrar a una escuela y quiénes quedan afuera”.

La totalidad de los 196 países miembros de la ONU han asumido obligaciones jurídicas frente a todos los niños en su territorio. La Convención sobre los Derechos del Niño, que ha sido ampliamente ratificada, así como varios otros tratados internacionales y regionales, estipulan requisitos detallados para proteger el derecho a la educación. En septiembre de 2015, los gobiernos acordaron trabajar conjuntamente con el fin de “garantizar una educación inclusiva y de calidad para todos» para el año 2030, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por la ONU, y establecieron así como meta global el acceso a la educación secundaria por primera vez. Los objetivos de desarrollo anteriores, los Objetivos de Desarrollo del Milenio, procuraron asegurar en forma plena el acceso a la educación primaria y su finalización, aunque todavía no han sido alcanzados no han sido alcanzados.

A pesar de la obligación de eliminar los aranceles en la escuela primaria y otros costos asociados, que se encuentra en numerosos tratados internacionales, muchos países —como la República Democrática del Congo y Sudáfrica— aplican aranceles que las familias no pueden solventar. Los aranceles y costos asociados de la educación secundaria impiden que millones de adolescentes en Bangladesh, Indonesia y Nepal, por ejemplo, puedan completar al menos nueve años de educación.

“Mi último año de escuela fue el primer semestre del primer año de la escuela media. Deseaba realmente continuar estudiando, pero la verdad es que no tenía el dinero necesario”, contó Endah, que abandonó la escuela en Indonesia para emplearse en el servicio doméstico cuando tenía 15 años. “El arancel de la escuela era de 15.000 rupias (USD 1,10) por mes. Pero lo que realmente no podía pagar era el ‘arancel edilicio’ y el uniforme. Tenía un valor de 500.000 rupias (USD 37)… Luego, cada semestre teníamos que comprar libros”.

La violencia en contextos escolares afecta a más de 246 millones de niños, según indica el organismo de la ONU para la infancia, UNICEF. Los castigos físicos en las escuelas —una práctica que equivale a tortura y trato degradante, y afecta negativamente la capacidad de aprendizaje de los niños— es lícita o sigue siendo generalizada en países como Tanzania, Sudáfrica y muchos estados de EE. UU.

Entre los factores que propician que las jovencitas a

bandonen la escuela, se incluyen el carácter extendido de los abusos sexuales y la violencia por parte de docentes y pares, pruebas físicas de virginidad abusivas e irrelevantes, pruebas de embarazo obligatorias, y políticas que excluyen a jovencitas embarazadas de las escuelas. Las condiciones insalubres e inadecuadas en escuelas, incluida la falta de instalaciones donde atender los cuidados relativos al ciclo menstrual con privacidad y en forma digna, provocan que muchas adolescentes, incluidas jóvenes con discapacidad, tengan una asistencia irregular o abandonen los estudios. El matrimonio infantil es, a la vez, una causa y una consecuencia de la falta de acceso a educación de calidad en países como Bangladesh, Nepal, Tanzania y Zimbabwe.

Millones de niños con discapacidad en China y Sudáfrica, así como niños de diversos grupos étnicos, idiomáticos o religiosos en la India, sufren habitualmente discriminación por parte de funcionarios gubernamentales cuando intentan inscribirse en escuelas. Una vez que ingresan a las escuelas, muchos de estos niños son asignados a aulas segregadas, donde reciben educación de calidad inferior. Muchos niños con discapacidad abandonan la escuela debido a la ausencia de docentes especialmente preparados, falta de apoyo o porque no son admitidos para pasar a niveles más avanzados de educación. En Rusia y Serbia, por ejemplo, existe una cantidad desproporcionada de niños con discapacidad confinados en instituciones, que con frecuencia solo reciben educación de baja calidad, o directamente ninguna educación.

Una cantidad cada vez mayor de niños que viven en contextos de crisis humanitarias y conflicto a largo plazo no pueden hacer valer su derecho a la educación, dado que las escuelas son inaccesibles o inseguras. Los ataques a escuelas y la ocupación de estas instituciones con fines militares han impedido que millones de niños en Afganistán, Nigeria, Palestina, Ucrania y Yemen pudieran ir a la escuela.

También en países de ingresos medios y altos se crean obstáculos a la educación, a través de prácticas discriminatorias contra minorías, refugiados, migrantes y niños LGBT.

Todos los gobiernos deberían garantizar que la educación primaria sea verdaderamente gratuita y obligatoria, y que la escuela secundaria sea gratuita. Los gobiernos deberían eliminar las políticas o reglamentaciones discriminatorias que permiten que las escuelas excluyan a niños y adolescentes, y asegurar que las escuelas atiendan las necesidades de las jovencitas, los niños con discapacidad, los niños que pertenecen a minorías y los niños LGBT.

Los gobiernos deberían abolir por ley los castigos físicos y adoptar medidas más rigurosas para garantizar que los niños estén seguros frente a violencia, abusos y hostigamiento en las escuelas.

Los donantes —incluidas las instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial y la Alianza Mundial para la Educación— y los organismos internacionales que ayudan a los gobiernos a implementar sus planes educativos, deberían observar los estándares de derechos humanos y no hacer ningún tipo de concesiones ante abusos que excluyan de las escuelas a niños y adolescentes.

El Secretario General de la ONU y la UNESCO deberían garantizar que los “países líderes” —que encabezan iniciativas globales en materia de educación— cumplan sus propias obligaciones de derechos humanos y pongan fin a los abusos en sus propios sistemas educativos.

“No debería haber ningún grado de tolerancia ante el incumplimiento de estas obligaciones, cuando de lo que se trata es de garantizar el acceso a la educación a todos los niños y adolescentes del mundo”, apuntó Martínez. “Los niños no pueden esperar otros 15 años, ni tampoco otro año lectivo, para que sus gobiernos garanticen plenamente su derecho a prepararse para el futuro”.

Citas extraídas del informe

“La mayoría [de los alumnos en] las principales escuelas no tienen que pagar. Pero nosotros sí tenemos que pagar los aranceles. Muchos padres que tienen hijos con discapacidad no podemos trabajar, y debemos ocuparnos de ellos las 24 horas. Las escuelas nos escriben para preguntarnos por qué no hemos pagado, pero no entienden nuestra situación”.
–Padre de un joven de 8 años con autismo, Johannesburgo, Sudáfrica

“Mi prima y yo somos las únicas niñas sirias de la clase. Los demás alumnos se confabularon en contra nuestra y andan diciendo que hablamos mucho y que nos portamos mal. El maestro nos envió al fondo del aula. Todos los maestros me tratan mal porque soy siria. Cuando uno de los maestros le pregunta algo a una niña jordana y ella responde correctamente, le dice ‘¡Bravo!’. En cambio, cuando soy yo quien contesta bien, no me dice nada”.
–Hadeel (seudónimo), 11, Al-Zarqa, Jordania

“Me golpeaban cuando el maestro no los veía, y como mi maestro no veía lo que pasaba no hacía nada para impedirlo. Mi padre se presentó ante el director de la escuela para quejarse, y este le dijo: ‘Si le preocupa, entonces no debería seguir mandándola a la escuela…’. En Siria me encantaba ir a la escuela. Tenía amigos. Me gustaba muchísimo aprender”.
–Fatima, 12, Turgutlu, Turquía

“Un [maestro] intentó persuadirme para que tuviera relaciones sexuales, y entonces yo no quería avanzar a Nivel 2 para evitar tener que pasar por eso. Dejé de ir [a educación física]. Lo hice porque temía que si me encontraba con él, me llevara a algún sitio para hacerme cosas. Me sentía mal y [los maestros] me llamaron para decirme que no me estaba concentrando o estudiando y que entonces mi desempeño no era bueno… Decidí dejar la escuela y no seguir malgastando el dinero de mis padres”.
–Ana, 16, Mwanza, Tanzania

“El sistema educativo japonés es realmente muy estricto con el tema del género. Les inculca claramente a los alumnos adónde pertenecen y adónde no; en los años más avanzados, cuando la división de géneros es más marcada, los niños transgénero comienzan realmente a sufrir. Tienen que ocultar su realidad y mentir, o actuar como ellos mismos y exponerse así al hostigamiento y la exclusión”.
–Docente transgénero de escuela secundaria, Japón

“Mis tíos me obligaron a contraer matrimonio con un hombre que tenía edad suficiente para ser mi abuelo. Yo iba a la escuela y estaba en sexto grado. Me gustaba la escuela. Si hubiera tenido la posibilidad de terminar los estudios, no habría tenido estos problemas; no estaría trabajando de mesera y separada de mi esposo”.
–Akur L., casada a los 13 años, Sudán del Sur

“Quedé embarazada el año pasado, cuando tenía 14. Tuve que dejar de ir a la escuela ese mismo año porque mi madre, que trabaja como empleada doméstica y cobra un salario de USD 50 por mes, no podía cubrir el costo de que yo fuera a la escuela. Tuve una relación sentimental con un hombre mayor que estaba casado. Fui al hospital y di a luz un niño que murió pocos minutos después… Quisiera volver a la escuela porque todavía soy una niña”.
–Abigail C., 15, Zimbabwe

“[El ejército] disparó contra mi escuela con un tanque… Cuando huí corriendo, un shabiha [miembro de milicia apoyada por el Estado] me tomó por el hombro, pero tras forcejar conseguí escaparme. El shabiha entró a la escuela y disparó contra las ventanas y rompió las computadoras. Luego de eso, solamente volví para rendir mis exámenes”.
–Rami, 12 años, refugiado procedente de la gobernación de Daraa en Siria, entrevistado en Ramtha, Jordania.

Fuente: https://www.hrw.org/es/news/2016/06/09/escuelas-inaccesibles-para-millones

 

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