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Entrevista: «Decir que todos los problemas del país se resuelven con más educación es un eslogan vacío»

Por Matías Loja
Carlos Skliar, pedagogo e investigador de Flacso, estará este martes a las 19 en una charla en la Facultad de Humanidades.

El mes pasado se presentó en el cine porteño Gaumont el documental «El vaivén de las escuelas», un proyecto audiovisual con relatos de maestros sobre lo vivido durante la pandemia. Y tras cada proyección se armaba una ronda de debate con el público, muchos de ellos docentes. “Ahí nos dimos cuenta de cuánto había atragantado todavía en ellos”, cuenta Carlos Skliar, docente y coguionista del filme.

Investigador principal del Instituto de investigaciones sociales de América Latina (IICSAL) y del Área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Skliar estará este martes en Rosario, para participar de un conversatorio abierto llamado “¿Qué quiere decir tener educación?”. La actividad será a las 19 en el salón de actos de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y es organizada por el Núcleo Antropológico Educativo y el Centro de Estudio, Investigación y Documentación Educativa Simón Rodríguez, e invita la Escuela de Ciencias de la Educación de la UNR.

En diálogo con La Capital, el especialista recupera algunos debates que se dieron en torno al documental en el que participó, cuestiona ciertos lugares comunes de la reflexión en torno a la escuela y afirma: “Todos los problemas de nuestro país parece que se resuelven con más educación y ese es un eslogan terriblemente vacío”.

-Pasada la pandemia se retomaron algunos debates como calidad, dando una vuelta de página a ese tiempo. ¿Qué creés que sedimentó de esa experiencia?

-En función de la proyección de la película El vaivén de las escuelas, todos los días armamos rondas de conversación después de la proyección. Y ahí nos dábamos cuenta cuánto había atragantado todavía. La palabra sedimentación es más significativa, pero me da la impresión de que hay un juego ahí que se puede hacer entre lo que había sido una escuela que estaba en la punta de la lengua, llena de transformaciones y posibilidades, y cómo la vuelta a cierta cotidianidad y habitualidad hizo que muchas de esas transformaciones quedaran olvidadas, indigestas o atragantadas. O que todavía están en la punta de la lengua, como me da la impresión por las conversaciones que sigo teniendo en varias partes del país y de la región. Es como que hay dos fuerzas que se encuentran, entre la educación entendida como una cierta cotidianidad ritualística, lo que está muy bien, y un deseo de transformación que todavía está por por narrarse. Mi sensación es que todavía no hemos hablado colectivamente lo suficiente sobre qué sensaciones, dolores o ideas podríamos hacer algo con la escuela, dado que en un momento la hipótesis de la “no escuela” apareció delante de nuestras narices.

-Un debate que ahora con este tema de la inteligencia artificial volvió a cobrar fuerza.

-Bueno, ese es un debate que viene de lejos y va adquiriendo nuevas formas, que es la impronta de las novedades. No solo en la educación, sino también en la economía, la política o la cultura, porque hay muchas discusiones a propósito de las nuevas tecnologías en la cultura en general. Pero no es una discusión de ahora, sino que la pandemia creó un hábito que luego fue naturalizado y que habría que desnaturalizar, en cuanto a que los educadores se volvieron trabajadores de 24 horas los siete días de la semana. Y también el abandono de prácticas ancestrales, que esta época las convierte en anacrónicas muy rápidamente. Ese cambio entre lo ancestral y lo anacrónico es propio de esta época furiosa, acelerada y rápida, que no tiene compasión con la memoria, con la historia, con lo anterior, a lo que considera caduco casi inmediatamente.

-Te escucho con esto de lo anacrónico y pienso en ese lugar común que cada tanto se repite, que habla de escuelas del siglo XIX, con docentes del siglo XX y necesidades o alumnos del siglo XXI. ¿Cómo te llevas con esa sentencia?

-Muy mal, porque no veo ningún problema en que haya tres siglos o más en las escuelas. Por un lado, creo que las escuelas son lugares de historia y de memoria. Y por otro lado, ¿qué significa tener maestros completamente actualizados a la época que corre? Porque si es una época destructiva e hipercapitalista, ¿cuál es la virtud del siglo XXI, con un mundo en guerra, un planeta destruido y con tanta desigualdad? Por lo tanto, me parece que hay un error en considerar virtuoso el siglo XXI y no virtuoso del siglo XIX, por ejemplo. Me llevo mal con eso porque creo que la educación todavía tiene que ver con una relación entre lo viejo y lo nuevo, y una mirada de lo nuevo desde la historia y no desde el presente solamente.

-Lo que pasa que también hay una idea utilitaria de una educación, que habla de preparar para un mercado de trabajo cambiante y para las nuevas demandas o profesiones.

-Bueno, pero esa será una discusión para un determinado nivel educativo, no atañe a toda la educación en general. Porque si hablamos de infancias y juventudes, ya enrolarlos en una carrera frenética hacia un empleo absolutamente frágil, precario y cambiante me parece muy mezquino como proceso educativo. Quizás entonces se trate de recuperar una idea de formación mucho más amplia y extensa que direccionar toda la idea educativa al empleo.

-Mencionaste la palabra infancia y una preocupación tuya siempre fue el tema de los tiempos acelerados y la necesidad del juego, un debate que se vio mucho con la pandemia.

-Hubo una especie de celebración entre los sobrevivientes del cuerpo, del juego, de la narración, del contarnos cosas. Porque no me cabe duda que hay una discusión sobre qué conocimiento. Pero me parece que la pregunta es sobre qué experiencia -no conocimiento, al estilo de cambios curriculares- o transformación a propósito de cómo no solo cuidamos a la niñez sino cómo proponemos una infancia para una humanidad. Una humanidad con tiempo, más serena, conversadora y narrativa. Creo que ahí está la punta que no terminamos de destrabar a propósito de esa relación entre niñez, infancia y humanidad. Ese es el camino que nos falta trazar.

-Estamos en tiempo de elecciones y da la sensación que educación no es tema de discusión, salvo como eslogan de campaña. ¿Por qué creés que pasa esto?

-Hay una discusión muy maniqueísta. Por eso llevo a Rosario el debate sobre “el tener educación”, qué significa tener en una época que te quita todo, que no te da posesión de nada, donde somos inquilinos de este mundo. Entonces ahí hay un juego en el que todos los problemas de nuestro país parece que se resuelven con más educación y ese es un eslogan terriblemente vacío. Porque además da por entendido que ciertas clases sociales no la tienen o que solo tienen educación en un sentido civilizatorio. Una idea bastante perversa del buen comportamiento hipócrita en las grandes ciudades. Ahí el tener educación es lo que está en juego hoy, porque por tener algunos entienden pagar y otros entendemos otra cosa completamente distinta, que es cuando una comunidad dispone de una decisión a propósito en su propia formación.

https://www.lacapital.com.ar/educacion/decir-que-todos-los-problemas-del-pais-se-resuelven-mas-educacion-es-un-eslogan-vacio-n10081601.html

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Vuelta a clases: tenemos que enseñar a nuestros hijos a gestionar su atención. Argentina

América del Sur/Argentina/03-03-2023/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Por el Licenciado Federico García, Docente – Psicopedagogo / MP: 371

Un dilema para muchos padres, volver a las tareas, a los aprendizajes, es importante tener presente que la educación comienza en casa,  es función de las familias, el poder acompañar a nuestros chicos en sus procesos, ser ese complemento con la escuela. Trabajando codo a codo. Y este 2023 tenemos que ayudar a nuestros hijos en gestionar su atención y concentración.

Los niños,  los adolescentes presentan la dificultad de que no se pueden concentrar, existen neurotransmisores, que son sustancias químicas que el cerebro produce de forma natural ante ciertos estímulos.

Cuando un niño, un adolescente pasa mucho tiempo frente a un dispositivo, principalmente el  celular, se la pasa jugando, va generando adrenalina, esa adrenalina le hace sentir bien. Entonces como es un neurotransmisor que nos da placer, el niño, el adolescente va a buscar más estado de placer, entonces va a desear estar más tiempo frente a estos dispositivos

Esos juegos van a generar otro neurotransmisor, que aparece en la competitividad, y es de lo que hoy se habla mucho, conocido como cortisol, esto genera temor, frustración, no estrés, porque lo que  quiero, es ganar, ahora estamos inmersos en esta sociedad de competencia, donde todo es competir, que llega a un grado tal de producir el cortisol que se pierde la CONCENTRACIÓN. Si yo no estoy atento, no estoy concentrado y no voy aprender, osea todos son procesos.

Lo importante es que como padres, aprendamos en primer lugar a gestionar nuestras emociones y que nuestros hijos sepan gestionar tanto el estrés como el aburrimiento y la frustración; que son tres grandes ingredientes que pasan en el día a día de nuestras vidas

Entramos en un concepto hoy fundamental que creo que como educadores, padres, psicopedagogos, psicólogos educativos  deberíamos volver a rever,  la ATENCIÓN, que es la ventana al mundo exterior, hay investigaciones, sobre todo la de un psiquiatra alemán que dice que “la gente más feliz, es la que tiene dominada su atención” ¿Dónde está la Atención? Esta se encuentra en la parte superior del cerebro, en la corteza prefrontal , zona que se encarga de la atención, concentración, de la resolución de problemas, y del control de impulsos, es una zona que nos hace entre comillas, seres superiores porque nos hace dominar  y resolver  situaciones, gestionamos nuestras emociones, somos capaces de planificar. Entre otras competencias.

Cuando un bebé nace, la corteza prefrontal  es profundamente inmadura, y madura la parte de atrás, poco a poco la parte de adelante, por eso la impulsividad es lo que más tarda en dominar un adolescente, ¿Con que se activa la corteza prefrontal de un bebé? ¿Con que se estimula? ¿ A que presta atención un bebé?  A tres cosas principalmente, luz, sonido y movimiento. Bien nos podemos dar cuenta aquellos que son papas, que al ver luz un bebe presta atención.

La pregunta es ¿Qué queremos nosotros de la atención de nuestros hijos? ¿Qué queremos de la corteza prefrontal de nuestros hijos?  Que en la medida que vayan creciendo ( 2, 3,4,5,6 7 años) preste atención a objetos inmóviles, a objetos no luminosos, es decir a un profesor, que este tranquilo en la salita de espera de un médico, entre otras actividades, es decir que el niño aprenda a gestionar su corteza prefrontal. ¿Qué pasa si yo a ese bebé, a ese niño de 2, 3 años le doy una Tablet, un celular ( que hoy muchos papas se lo facilitan con el fin de que ellos puedan hacer sus tareas o simplemente para que se “distraigan”)  ahí tenemos luz, sonido y movimiento; y el cerebro funciona con un mecanismo que se denomina como dice mi tan admirada psiquiatra española, Marian Rojas Estapé… o lo usas o lo pierdes. En la atención sucede cuanto más la estimulo con una herramienta exterior peor funciona en mi cerebro por eso hoy en día los profesionales de la salud y educación con niños de 10 años con unas cortezas prefrontales muy inmaduras porque solo se estimula su atención con luz, sonido y movimiento y necesitan cada vez más, estímulos más fuertes, imágenes, videos, escenas más intensas para ser capaces de activar su atención.

Hoy en día la economía que nos mueve es la economía de la atención,  no son  tan solo las drogas, las farmacéuticas, la información, el poder, sino la capacidad de retener la atención nuestra, y la de nuestros hijos, el mayor tiempo posible frente a una pantalla. Lo que le interesa a las programadoras, y a las empresas de tecnología. Es por eso que nosotros como padres, tenemos que ayudar a que nuestros hijos aprendan a gestionar su atención.

Las únicas dos cosas que nos hacen feliz o que nos acercan al concepto de felicidad, que nos podemos encontrar en este mundo, tiene que ver con dos conceptos, uno.. Con el amor, el amor de pareja, de familia, el amor de amigos, y el otro el trabajo, ese trabajo que lo conseguimos a partir de un proceso de orientación vocacional, en donde verdaderamente logré encontrar mi “Ikigai” que es un concepto japonés que significa “la razón de ser” “la razón de vivir”

Recomendaciones para realizar con nuestros hijos:

Acompañar a nuestros hijos, sin ser padres helicópteros

Promover la gestión de sus emociones, no invalidando las mismas.

Dar la importancia que tiene la Educación para su desarrollo personal

Hoy los adolescentes, quieren ser youtuber, influencer, generador de contenido, háblales de un proyecto de vida, de vocación, de iligai

Comparti tiempo de calidad con ellos, sin dispositivos de por medio.

El rendir materias, implican esfuerzo personal, tenacidad, y crecimiento personal.

Fomentar su autoestima y seguridad en si mismos, Dejarles algún mensajito personal en su mochila, en su cartuchera, en el espejo.

Estimular la oxitocina, la hormona del amor, dar abrazos, cariño, contención, escucha activa.

Realizar el deporte que ellos quieran, promover el encuentro con el otro, con sus pares, con sus amigos.

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No es fácil ser docente. «Una perspectiva compleja de la función docente”

Dr. Agustín Villalobos.

Villalobosagustin2014@gmail.com

 

 

Las profesiones son los resultados de un proceso de formación a nivel superior de calidad universitaria, no obstante, los deberes profesionales no comienzan al recibir el Diplomado o el Titulo. En el mismo momento en que se decide la actividad profesional que se va ejercer el individuo adquiere una responsabilidad moral muy especial.

El estudiante de una determinada profesión no puede sustraerse a los deberes que corresponden a la misma, alegando que aún no la ejercen, ya que en el momento en que empieza a estudiar, se obliga a los deberes que la misma profesión ha establecido. La ciencia, por muy vasta y profunda que sea, no implica en quien la posee, idoneidad, o se la actitud para el ejercicio, el requisito más difícil de detectar en la vocación o la inclinación del espíritu hacia una actividad que produce en el sujeto satisfacción y gusto, generalmente supone ciencia e idoneidad, pero no siempre es así.

La ciencia a veces origina la vocación, otras, la vocación lleva a la adquisición de la ciencia en pocas profesiones, la vocación es tan importante como en la tarea docente. Difícilmente se puede estar enseñando y educando durante mucho tiempo si se carece de educación; pero lo más pernicioso es que la falta de vocación se refleja en casi todas las conductas habitúales del docente.

El docente es una autoridad en sentido científico, y debe transmitir sus conocimientos con veracidad, puestos que sus estudiantes están dispuestos a creer lo que el les diga respecto a una amplia gama de temas y debe hacerlo con profundo amor y responsabilidad. El docente debe cumplir con todo aquello que sea necesario para formar al educando con honestidad intelectual, o sea: buscar, aceptar, amar, vivir, y transmitir la verdad, además debe tener una visión ontocreativa, que conduzca a “que toda persona aprenda a crecer”, es decir pesar el futuro como un presente con devenir.

Una enorme responsabilidad pesa sobre el hombro de los docentes son responsables de sus palabras del tono con que las dicen de sus silencios, de sus gestos, de los contenidos de sus enseñanzas, de las experiencias en las que hacen participar a los educandos, de los ejemplos, que dan con su propia conducta y de su vida pública. Si no se logra esto, el docente no será culpable sino incapaz ante la sociedad, pero en su conciencia moralmente culpable.

Toda persona que aspira entrar a la carrera docente, tiene la obligación de un examen de conciencia que valore su equilibrio psicofísico y que sepa organizar las demás manifestaciones de su conducta. El docente no debe ser indefinido respecto a los problemas vitales que afectan a la existencia y al que hacer del hombre, para esto debe tener su propia cosmovisión para tomar una postura acerca del origen y sentido de todo el universo, pero no una visión de naturaleza científica sino filosófica y humana para cuando el estudiante lo interrogue, pueda dar respuestas y servir de guía, después de este viaje interno por la función del docente, se me presenta una incertidumbre que las reflejos en las siguientes interrogante: 1) ¿el docente se hace o se nace? 2) ¿serán los docentes quienes, en definitiva, cambiarán el mundo de la escuela?

Fuente: El Autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

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Ministerio y CCAA tienen año y medio para certificar a 560.000 docentes en su competencia digital

Por:

España tiene hasta el tercer trimestre de 2024 para acreditar la competencia digital docente dentro del marco publicado el pasado mes de mayo. Hablamos con Julio Albalad, director del Intef, sobre cómo se hará ese proceso de acreditación y formación para que 560.000 docentes de todo el país puedan tener algún tipo de certificado que, a la postre, podría valerles de cara a las oposiciones, los traslados o el acceso a determinados puestos.

La Comisión Europea tiene unos plazos «cortos». Para finales de 2024 España debe poder justificar una buena cantidad de capital que aporta Europa para el Fondo de Recuperación y Resiliencia que está vinculado a la formación del profesorado en competencias digitales.

La pandemia ha sido la gran excusa para que España (aunque no solo) intente un nuevo empujón en la digitalización de las aulas. Después de las enormes dificultades de todo tipo que vivieron docentes y estudiantes para conectarse y seguir las clases con «normalidad» de marzo a junio de 2020, el Ministerio ha puesto sobre la mesa una enorme cantidad de capital para que haya equipos informáticos suficientes (a pesar de los muchos retrasos habidos) y, al mismo tiempo, ha adquirido un compromiso con la Comisión para certificar al 80 % de todo el profesorado (de la pública y la concertada y privada: unos 560.000 docentes) antes de que termine 2024.

Hablamos con Julio Albalad, director del Intef y uno de los máximos responsables del documento que en el mes de mayo se aprobó y en el cuál se define, paso a paso, el Marco de Competencias Digitales Docentes (que Albalad asegura que es pionero en Europa, puesto que España es el primer estado que desarrolla el marco europeo). Un extenso y pormenorizado documento que establece tres niveles (parecidos a los del marco europeo de las lenguas) que servirá, eventualmente, de guía para saber en dónde se encuentra cada quién y hasta dónde puede aspirar en su formación.

Desde un nivel A1 hasta un C2, pasando por las B. Un viaje a lo largo de diferentes grados de formación y dedicación, de evaluación y demostración de unas competencias que deberían llevar a buena parte del profesorado hacia la mejora de sus competencias en el uso de las tecnologías digitales y, por ende, a la enseñanza del estudiantado.

Según explica Albalad, la certificación se llevará a cabo de diferentes maneras, dependiendo del nivel de cada quien, ya que supondrá diferentes perspectivas.

Acreditación

Una de las preguntas clave, si la certificación no es obligatoria, como no lo es tener claro en qué nivel del marco se está, ni estar en el marco siquiera, es cómo se va a conseguir un objetivo tan ambicioso en tan poco tiempo. Albalad tiene parte de la respuesta: «Más allá de que queramos que el docente se forme, también incentivamos a que se acredite esa competencia digital». Es decir, las administraciones están pensando un sistema de incentivos. «No lo hemos desarrollado, pero la idea sería poder utilizarlo en el concurso de traslados, en relación con la interinidad, para acceder a según qué puestos».

A pesar de los incentivos, no será fácil. Esta semana, según cuenta a este periódico, se publicará en el BOE el acuerdo definitivo que supondrá el pistoletazo de salida para que las comunidades autónomas y el propio Ministerio puedan desarrollar los diferentes procesos de acreditación e incentivo. Esa publicación les dará un año para desarrollar esa acreditación, pero el objetivo, confirma Albalad, es que a finales de este año «antes de final de año, tengamos la norma aprobada» («nosotros trabajamos con un borrador y las comunidades autónomas también», asegura).

En cualquier caso, la acreditación dependerá del nivel en que cada cual crea encontrase. Los iniciales (A1 y A2), explica el responsable del Intef, se acreditarán, principalmente, mediante los estudios universitarios conducentes a los títulos de Magisterio o de Secundaria. Se está negociando con Universidades, con la CRUE y la Conferencia de Decanas y Decanos de Educación, así como con las autonomías, que tienen competencias en estas áreas también. La idea sería que las universidades  pudieran, por ejemplo, certificar que mediante sus grados y másteres se obtiene, por ejemplo, de 80 % de alguna o algunas áreas de las dispuestas en el marco.

Esto forma parte, no tanto del proceso de acreditación hasta 2024, sino de la segunda fase, pensada para hacer de este sistema algo sostenible en el tiempo más allá de los fondos europeos que marcan ahora los esfuerzos.

Además de estos estudios, también se plantea la posibilidad de realizar convocatorias cada cierto tiempo para que las personas interesadas acudan a certificar sus conocimientos de los niveles inferiores. También se está pensando en fórmulas de formación permanente del profesorado, muy modulares y que ofrezcan suficiente flexibilidad para que las curse el profesorado y así vaya certificando.

El paso siguiente, el nivel B (1 y 2) exigiría evaluaciones diferentes. Se podrían mantener las pruebas de acreditación con preguntas aleatorias, pero aquí ya no se podría cumplir solo con los títulos universitarios. Esto es así porque el nivel B ya requiere un uso dentro del aula, autónomo, de las tecnologías digitales. Por eso habría que presentar otro tipo de prueba.  «Tengo que comprobar que el docente lo aplica en el aula; necesito una muestra, una evidencia de que lo ha hecho en el aula», explica Albalad. Sí se mantendría la formación desde el Intef o los centros del profesorado de las comunidades autónomas, «en la que se incluyera esa puesta en práctica».

Por último, el nivel C, correspondiente a quienes tienen un conocimiento mayor (lo que podríamos denominar como coordinadora o coordinador TIC), tendrían otro proceso de acreditación. El proceso podría pasar por la presencia de una tercera persona en el aula para comprobar cómo se trabaja con las tecnologías digitales; se atendería también a las publicaciones que pudiera haber hecho el o la docente, a la formación que haya realizado.

En cualquier caso, aclara el director del Intef, «el marco no está hecho para que el camino del docente sea empiezo en el A1 y acabo en un C1». La lógica, más alla de saber en dónde está cada quién, es conocer los pasos para que la mayor parte esté en el nibel B, el intermedio.

Inventivos

Esta seguramente es una de las partes primordiales para el profesorado. Tanto el Ministerio, vía Intef, como las administraciones autonómicas se están planteando una serie de incentivos para empujar al profesorado a que se acredite dentro del Marco de competencias digitales.

Aunque no afirma con rotundidad cuáles serán esos incentivos, sí da algunas pinceladas de por dónde podrían ir los tiros: para los concursos de traslados y para las oposiciones; para los procesos de estabilización de plantilla o para acceder «a puestos específicos, como un coordinador TIC», comenta o, como el caso de los «asesores técnicos docentes», profesionales de la educación que, como él mismo, trabajan para las administraciones (central o autonómicas). «Podría ser una manera de animar a la gente para que saque la acreditación».

Y es que este proceso se la juega a pocas más cartas, puesto que no es obligatorio para el profesorado y sí para el Estado (por aquello de justificar una parte de los fondos de recuperación y resiliencia).

Usos de la tecnología

La pandemia, y principalmente el confinamiento, han sido, como se decía más arriba, un importante acicate para las industrias de la tecnología y para que las administraciones se pongan las pilas en algunas cuestiones. Una de ellas es precisamente esta de la formación del profesorado. Durante décadas los programas de implementación de las TIC han pasado, principalmente, por la compra de dispositivos a los que, en mayor o menor medida, el profesorado intentaba sacarles partido, con más o menos acierto. Ahora, con el Marco sobre la mesa, al menos, hay unos estándares que todo el mundo conoce y un camino por el que transitar.

Entre las preocupaciones de este documento se encuentran, en buena medida, temas relacionados con la propiedad intelectual pero, también, con el buen uso de las tecnologías. El documento pone el foco en el trabajo del profesorado para conseguir ciertos niveles, pero también apunta a qué se debe trabajar con el alumnado. Y el buen uso está ahí.

La pandemia también nos enseñó a todos, y al profesorado muy particularmente, los problemas que acarrea una conexión prácticamente 24/7 con su alumnado y las familias. El derecho a la desconexión flota por sobre el marco de competencias en algunos puntos, como aquel en el que se habla de la posibilidad de realizar labores de orientación mediante herramientas digitales. Algo que recuerda a ese horario extendido del confinamiento.

Albalad asegura que lo que se pretende con el marco es ese buen uso de las tecnologías. Primero, asumido por el profesorado y, después, transmitido por este, al alumnado. El derecho a la desconexión estaría ahí presente.

También, en lo relativo a la protección de docentes y chicas y chicos; la protección de sus datos personales que, también por mor de la pandemia y el confinamiento, han provocado que cientos de millones hayan sido monitorizados por empresas tecnológicas de toda condición. Al menos, así se desprendía de uno de los últimos informes de Human Rigths Watch de hace algunas semanas.

Protección de datos

Albalad asegura que en aquel tiempo, los esfuerzos del Ministerio fueron en la senda de proteger la intimidad de la comunidad educativa. Que los convenios que se firmaron entonces vigilaban que los datos de las personas fueran opacos, no solo para las empresas suministradoras de servicios, sino para la propia administración también.

«La protección de datos está en el documento del marco y queremos que sea algo que los docentes interioricen», afirma el máximo responsable del Intef. Albalad cree que una acción importante que pueden realizar desde el instituto de tecnología educativa es el de asesorar al profesorado sobre los pros y contras de utilizar determinadas herramientas con el alumnado.

«Hay muchas aplicaciones gratuitas que el docente usa con su buena intención», comenta. Por eso «valoramos la posibilidad de crear un grupo que se dedicase a evaluar esas aplicaciones», de cara a facilitar al profesorado el no leerse las 300 páginas de las normas de confidencialidad y uso de los datos de cada empresa en un intento por saber si se cumple la normativa europea de protección de datos. «No para decirle al docente que no lo use, sino para decirle que los datos en cierta aplicación van a acabar en California para estar a disposición de la empresa tal».

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/07/05/ministerio-y-ccaa-tienen-ano-y-medio-para-certificar-a-560-000-docentes-en-su-competencia-digital/

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Educación: la última rueda. Ecuador

América del Sur/Ecuador/21-01-2022/Autor(a) y Fuente: www.lahora.com.ec

Si el país estuviera convencido de que la clave para el progreso es la educación, se vería reflejado en el presupuesto y salarios públicos.

Las cifras evidencian el desdén del Estado hacia uno de los rubros más importantes para el futuro de la sociedad: la educación básica.

La remuneración promedio de los docentes ronda los 800 dólares, sin tomar en cuenta la gran cantidad de maestros que sirven bajo contratos ocasionales y las condiciones precarias de trabajo. Mientras, los altos mandos de la fuerza pública, de la justicia o de la burocracia, entre otros, reciben cinco o seis veces más.

El debate público sobre educación -así como el reciente Plan del gobierno- se enfoca principalmente en las universidades, con su alumnado selecto, minoritario y urbano. No obstante, el sueldo promedio de un profesor universitario triplica al de uno de primaria o secundaria. La educación primaria y secundaria recibe un presupuesto solo tres veces mayor al de las universidades, pese a que atiende diez veces más estudiantes. Los países en desarrollo suelen priorizar la educación primaria, por el inmenso impacto que tiene en la calidad de vida y productividad de sus ciudadanos, pero aquí ha sido al revés.

Por más que el artículo 349 de la Constitución garantice al personal docente estabilidad y remuneración justa —y mucho más—, o que uno de los ejes de trabajo del gobierno en educación hable de “dignificación de la carrera docente”, la tarea sigue pendiente. Mejorar la preparación, los salarios y condiciones en el magisterio requerirá otros sacrificios, pero no cabe duda de que contará con la simpatía de la población.

FRASES DEL DÍA

«Los dictadores caen por exceso de confianza, pero se perpetúan cuando son paranoicos. Infelizmente. Masha Gessen (1967), periodista rusa

«Para conocer las prioridades de alguien no hay que preguntárselo, sino apenas ver en qué gasta su dinero. James W. Frick (1931-2012), financista

Fuente e Imagen: https://www.lahora.com.ec/editorial/educacion-la-ultima-rueda/

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Los docentes en el centro de la recuperación de la educación superior

Por Francesc Pedró / UNESCO-IESALC

Desde el inicio de la pandemia la mayor parte de los esfuerzos de los sistemas de educación superior de todo el mundo se han centrado en garantizar la continuidad pedagógica, preservando por encima de todo el derecho a la educación de los estudiantes. Las cuestiones vinculadas a la conectividad, el apoyo pedagógico y financiero y, progresivamente, también el apoyo socio emocional se han convertido en los principales ejes de trabajo de gobiernos e instituciones. En este contexto, la atención a las necesidades específicas de los docentes de educación superior ha quedado en un segundo plano, excepto en aquellos ámbitos en los que era imprescindible apoyarles para garantizar la continuidad pedagógica.

La perspectiva de una vuelta progresiva a las aulas, por una parte, y la esperanza en un proceso de recuperación social y económica en el escenario pospandémico, por otra, se sitúan en un horizonte cada vez más cercano. Y en este horizonte conviene destacar que los docentes de educación superior están llamados a tener un papel crítico.

A ellos les va a corresponder redoblar sus esfuerzos en materia pedagógica para garantizar un diagnóstico certero de las pérdidas de aprendizaje que, inevitablemente, se están produciendo; y, al mismo tiempo, también les corresponde generar pautas e itinerarios pedagógicos que permitan recuperar esas pérdidas. Además, se espera que este esfuerzo proporcione un nuevo ímpetu a la tan necesaria transformación digital y pedagógica de las instituciones de educación superior, en particular en los países cuyos sistemas venían creciendo rápidamente en cobertura pero estaban necesitados de un empuje en materia de calidad y equidad, como es el caso de América latina y el Caribe.

Para que los docentes de educación superior puedan afrontar estos desafíos en las mejores condiciones, parece llegado ahora el momento de apoyarles aún más directamente. Gobiernos e instituciones de educación superior deben, en primer lugar, garantizar que la educación superior gane en resiliencia y esto es algo que solo se conseguirá apoyando aún más a los docentes. Por esta razón, es importante que los debates actuales no solo insistan en la necesidad de garantizar unas apropiadas condiciones de trabajo en un contexto ahora más complejo, con llamadas incesantes a la hibridación y a la flexibilidad.

El contexto de recuperación debe también ofrecer pautas de desarrollo de las competencias académicas y pedagógicas de los docentes que, inevitablemente, deben traducirse en planes específicos a escala institucional y, siguiendo la estela de las universidades más avanzadas, centros y unidades de apoyo a la mejora de la calidad docente. Nuestro Instituto ha emprendido una incesante labor, en este sentido, para garantizar que los procesos de reforzamiento de las capacidades académicas y pedagógicas de los docentes se conviertan en piezas esenciales en los planes de aseguramiento y mejora de la calidad.

Pero también debemos recordar que, por encima de todo, los docentes de educación superior son personas que precisan de un reconocimiento y un apoyo social que muchas veces se les ha negado. No son meras correas de transmisión de contenidos académicos, sino que diseñan oportunidades de aprendizaje y de crecimiento académico, profesional y personal que contribuyen a ofrecer una experiencia holística y transformadora durante el paso por la educación superior de generaciones y generaciones de jóvenes que, gracias a ella, se transformarán en agentes de progreso científico, económico y social en sus comunidades.

Hoy, pero también todos los restantes días del año, debemos reconocer el trabajo académico y también humano que, tantas veces de forma quieta y callada, los docentes de la educación superior, como los de los restantes niveles educativos, vienen realizando durante la pandemia. Y estamos obligados traducir nuestro agradecimiento en un reconocimiento a la importancia y trascendencia de su labor en los planes de recuperación que a escala nacional e institucional se están ahora diseñando. Celebremos a los docentes en el día de hoy, pero cumplamos con nuestro compromiso con una educación superior de calidad, con equidad e inclusiva, cada día del año.

5 de octubre, Día Mundial de los Docentes

Celebrado anualmente el 5 de octubre desde 1994, el Día Mundial de los Docentes conmemora el aniversario de la suscripción de la Recomendación de la OIT y la UNESCO relativa a la Situación del Personal Docente (1966). Esta Recomendación establece criterios de referencia en cuanto a los derechos y responsabilidades del personal docente y normas para su formación inicial y perfeccionamiento, la contratación, el empleo, y las condiciones de enseñanza y aprendizaje. La Recomendación relativa a la Condición del Personal Docente de la Enseñanza Superior fue adoptada en 1997 para completar la Recomendación de 1966, abarcando así el personal docente y de investigación de la enseñanza superior.

El Día Mundial de los Docentes se convoca en colaboración con el UNICEF, la Organización Internacional del Trabajo y la Internacional de la Educación.

Más información: https://es.unesco.org/commemorations/worldteachersday


Francesc Pedró es director del Instituto Internacional de Educación Superior de la UNESCO

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Argentina: Con frío no hay educación: caravana y frazadazo al Ministerio de Educación

Izquierda Diario

La movilización está pautada para las 10 hs de este miércoles y fue convocada por algunas seccionales de Suteba y Ademys. Se concentran en Congreso, para luego dirigirse a la casa de la provincia de Buenos Aires y el Palacio Pizzurno.

A partir de las 10 hs de este miércoles trabajadoras y trabajadores de la educación realizan un frazadazo nacional al Ministerio de Educación en reclamo de: un plan de obras y construcción de aulas y escuelas, revisión y reparación de los sistemas de calefacción, creación de nuevos cargos docentes, aumento de emergencia y reapertura de paritarias.

La concentración comienza en el Congreso nacional, para luego dirigirse a la casa de la provincia de Buenos Aires y al Palacio Pizzurno. La medida fue convocada por distintas seccionales de Suteba (La Matanza, Ensenada, Marcos Paz, Tigre, Escobar, Bahía Blanca y la minoria de La Plata) y Ademys.

*https://www.laizquierdadiario.com/Con-frio-no-hay-educacion-caravana-y-frazadazo-al-Ministerio-de-Educacion

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