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Un territorio ancho y ajeno

Por: Carolina Vásquez Araya

La voracidad corporativa sobre naciones dependientes con gobiernos corruptos.

“Usted haga lo que quiera con las aguas de mis ríos, con el paisaje de mi tierra, con el aire que respiro, con la salud de mis compatriotas, con el honor de mi patria”. Este mensaje va implícito en la ceremonia de la firma de las concesiones para proyectos extractivos y de explotación de recursos en los países del quinto mundo -a los cuales pertenecemos en este castigado continente- al establecer el soborno e impedir, con solo una orden presidencial, la opinión de expertos en impacto ambiental, las protestas de las comunidades afectadas o los reclamos de la sociedad civil. Es el momento preciso cuando se rompen los límites de la soberanía y el sentido humanitario.

La ruina de los países subdesarrollados -porque hablar de países en desarrollo es otra gran mentira- es la corrupción. La toma de decisiones a partir de la conveniencia personal, el cálculo de comisiones, el enriquecimiento propio de los funcionarios y las empresas involucradas, llevan a una nación a agotar sus recursos de manera irracional, sin ninguna consideración de carácter social y mucho menos con una planificación de desarrollo de largo plazo. Es el aquí y el ahora, pero sobre todo es el “para mí”.

No importa la cantidad de documentos reveladores de contaminación, destrucción del entorno o regalías ridículas obtenidas de las grandes corporaciones que se apoderan de los ríos, de los minerales o de los mega proyectos agroindustriales que asesinan fauna y flora, pero también oportunidades de desarrollo. En el cinismo de los gobernantes al intentar justificar el ecocidio, se observa hasta qué punto las autoridades ceden ante las presiones de las compañías respaldadas por gobiernos de primer mundo para finalmente entregarlo todo a cambio de nada.

Al destaparse los escándalos de esas negociaciones, los entes involucrados pretenden tapar sus delitos con la promesa de revisar contratos y aumentar regalías, pero jamás se abre la puerta a la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, como si el país fuera tierra de nadie. Todo lo contrario: se persigue, secuestra y asesina a líderes comunitarios por el solo hecho de defender su entorno y sus medios de subsistencia. La consulta popular, que debería ser una norma inquebrantable de la política local, se tipifica como delito.

La explotación minera es una vertiente atractiva de inversión extranjera. Pero resulta mucho más onerosa que rentable por los gravísimos daños en pérdida de integridad social y ambiental ocasionados al territorio en donde se realiza la explotación. No se trata solo de contaminación del ambiente, sino también de la degradación provocada por las estrategias divisionistas de las compañías, al armar un escudo protector introduciendo elementos de discordia entre los pobladores afectados y blindarse por medio de verdaderos ejércitos independientes con el propósito de alejar de sus instalaciones a los visitantes, incluso con investidura oficial.

Las operaciones de este tipo se ejecutan en territorios liberados. La soberanía se transfiere a una compañía extranjera que puede hacer lo que desee, exenta de la fiscalización de la población y protegida por el Estado. El tema, controversial como todo lo relacionado con el dinero, es de una importancia vital para el futuro de nuestras naciones. Ya es hora de escoger mejor a quienes nos representan.

La integridad del territorio es esencial en una verdadera democracia.

Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com

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Ecocidio. Reflexión sobre el origen de la crisis sanitaria


Por: Luis Durán


La zoonosis es el proceso mediante el cual los virus animales se transmiten a humanos. ¿Podría estar relacionada la actual pandemia de coronavirus con dicho fenómeno? No lo sabemos, pero tampoco es prudente descartar esta hipótesis. La pérdida de biodiversidad está detrás, sin duda, de la zoonosis y no es la primera vez que ha causado estragos en la historia de la humanidad. Según el arqueólogo neozelandés Lesley Montague Groube, después de hace unos 20.000 años se habría producido en el mundo una crisis de salud como consecuencia de dos factores coincidentes: el calentamiento del planeta y la cacería hasta la extinción de la megafauna. Esa extinción habría afectado, sobre todo, a los mamíferos cuyos predadores microbianos tuvieron que recurrir al hombre. Por primera vez nuestra existencia habría quedado amenazada.

En nuestros días parece repetirse lo mismo, pero a una escala desorbitada. La famosa primatóloga Jane Goodall ha sostenido en un reciente documental que el coronavirus es una “enfermedad zoonótica, en la que el virus ha saltado de un animal a un humano”, y que la causa de ello no es otra que la destrucción del medio ambiente provocada por la “idea loca” de un crecimiento ilimitado en un planeta con recursos limitados. Si algo puede seguirse de aquí, pues, es la necesidad de repensar nuestra relación con la naturaleza. En efecto, durante algún tiempo parece haberse creído que el mundo humano, la llamada antroposfera, constituye una región separada de la biosfera. Arrogante ilusión humana de la que sólo recién estamos despertando.

Pero el problema de la destrucción de la biodiversidad es sólo secundariamente un problema ecológico o sanitario. Se trata, ante todo, de un problema ontológico y teológico. ¿En qué sentido? La desaparición de cualquier especie supone siempre la pérdida de un ser que no fue creado por nosotros. Desde que el hombre es hombre ha medido siempre su humanidad frente a los dioses y los animales. Muerto Dios, la humanidad se queda dramáticamente sola al asesinar a las criaturas a las que ella misma tuvo que nombrar cuando aún caminaba por los senderos del Edén. ¿Qué prueba el desastre ecológico? Nuestra relación intrínsecamente violenta con el ser, por un lado, y la pérdida del misterio de la creación, por otro. Que el Papa Francisco se haya visto obligado a escribir sobre este tema en su encíclica Laudato si’, publicada el 18 de junio de 2015, más allá de una concesión al espíritu ecologista de nuestro tiempo, debería poder interpretarse como una toma de conciencia por parte de la Iglesia de la relevancia teológica de un problema que amenaza con acabar con toda forma de vida sobre la tierra.

No es la vida, sin embargo, sino el espíritu humano lo que está seriamente amenazado. Para Howard Gardner, el creador de la teoría de las inteligencias múltiples, la inteligencia naturalista es nada menos que una de las inteligencias esenciales para la supervivencia del ser humano. En virtud de ésta nuestra especie habría conseguido identificar los aspectos vinculados al entorno, como por ejemplo las especies animales y vegetales o fenómenos relacionados con el clima y la geografía. La desaparición de la biodiversidad debe traer aparejada necesariamente la merma de la inteligencia naturalista, con independencia de que ésta también pueda prosperar en entornos donde no hay más que construcciones humanas. Nadie acaso como el novelista Miguel Delibes para describir los efectos de la pérdida de nuestra ancestral sabiduría del campo: “Seguramente, en la ciudad se pierde mucho el tiempo -pensaba el Mochuelo- y, a fin de cuentas, habrá quién, al cabo de catorce años de estudio no acierte a distinguir un rendajo de un jilguero o una boñiga de un cagajón”.

Que la naturaleza es necesaria, por lo demás, para la vida lo sabía bien el neurólogo estadounidense Oliver Sacks, fallecido en 2015, para quien sus efectos “sobre la salud no son solo espirituales y emocionales, sino también físicos y neurológicos”. Y lo sabía también el autor del libro Los últimos niños del bosque, Richard Louv, quien ha acuñado el término “trastorno por déficit de naturaleza”. Una catástrofe neurológica a escala mundial se cierne sobre la humanidad. Estoy seguro de que la misma no sólo tiene que ver con los efectos, aún por pensar, de la vida digital, sino con la aniquilación de los seres vivos. Y es que la pasión por la vida sólo puede nacer de la contemplación de sora nostra matre Terra, como canta Francisco de Asís en su Cantico delle creature. La misma pasión que sentía el biólogo Ernst Mayr a sus 93 años y que él consideraba la clave de la vitalidad: “El ingrediente más importante es la fascinación ejercida por las maravillas de los seres vivos”.


Imagen principal: Atilio Pernisco, Si piensas ver sirenas en las ruinas todavia te espera lo mejor, Lápiz carboncillo sobre papel 108cm. x 120cm.

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Fuente e imagen: https://ficciondelarazon.org/2021/03/29/luis-duran-ecocidio-reflexion-sobre-el-origen-de-la-crisis-sanitaria/

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Ecopedagogía. Asignaturas vitales para la Nueva Escuela Mexicana: Vida saludable y Formación cívica y ética

 Hilario Vélez Merino*

l contexto

Vivo en la ciudad de Mérida en el Fraccionamiento Francisco de Montejo colindante con el periférico. Donde terminan las casas y el periférico quedó una franja que poco a poco se convirtió en un basurero.

Los vecinos se organizaron y sembraron árboles y zonas para hacer ejercicio y yoga.

La propuesta del gobierno del estado de construir el Parque Paseo Henequenes se apoyó en pláticas con los vecinos y contiene el compromiso a respetar los árboles sembrados por los vecinos. Pero no fue así.

Cito el comunicado de prensa que dio a conocer los avances del proyecto estatal donde se manifiesta la falta de conciencia ecológica de la política estatal:

Vecinos denuncian ecocidio en lo que sería la tercera etapa del Parque Paseo Henequenes.

Los vecinos defensores del medio ambiente, pertenecientes al colectivo Amigos del Megaparque AC denunciaron el ecocidio que el gobierno del estado ha hecho desde que inició la construcción de la tercera etapa del Parque Paseo Henequenes en manos del gobierno del estado, quien también mandó a derrumbar cientos de árboles del sitio.

Situaciones de esta naturaleza no sólo ocurren de Yucatán. La deforestación despiadada de bosques y áreas verdes, la acumulación de basura, la producción de alimentos transgénicos es parte de la problemática que debe asumir la escuela y la sociedad en su conjunto.

Parece que hay consenso en atribuir la magnitud de la pandemia del COVID- 19 a la pérdida de biodiversidad y la destrucción de hábitats. Fernando Valladares1, biólogo investigador, explica cómo la desaparición de ecosistemas, la deforestación, el comercio de animales salvaje han provocado que los agentes infecciosos no encuentren los límites de propagación que ofrece la biodiversidad y, en consecuencia, se vuelvan más peligrosos y se transmitan con mayor facilidad a las personas.

Este maltrato a la naturaleza es parte integrante de un sistema económico y social extractivo e injusto que busca el crecimiento económico por encima de todo lo demás; prioriza el beneficio privado sobre el beneficio colectivo incluso a costa de despilfarrar los recursos y depredar el entorno. Y no es ninguna novedad: lo arrastramos desde hace varias décadas.

Se nos impusieron metas de desarrollo por medio de políticas económicas neocolonialistas de los países desarrollados; en muchos casos, con un gran aumento de la miseria, de la violencia y del desempleo. La escuela es parte de esta política neoliberal; por ello el docente, el alumno y la propia comunidad escolar es irreflexiva y poco crítica ante la destrucción continua de la naturaleza.  

La Nueva Escuela Mexicana que promueve la Cuarta Transformación creó la asignatura de Vida saludable para que la escuela potencie y asuma valores éticos que promuevan el respeto no solo entre nosotros, sino el cuidado de la naturaleza.

El objetivo de esta nueva materia es generar un cambio en el estilo de vida de los mexicanos, así como un cambio cultural que modifique los hábitos de consumo. Responde a lo siguiente: en México se ha experimentado una transición demográfica, epidemiológica y nutricional sumamente importante en los últimos cuarenta años.

Las propuestas

Por lo tanto, la Nueva Escuela Mexicana debe de promover una educación ambiental planificada como proceso continuo a través de todas las modalidades y niveles del sistema educativo para la formación de un ciudadano capaz de comprender la complejidad producida en el ambiente por la interacción de sus componentes naturales y socio culturales.

A la vez, permite al alumno emitir juicios de valor para que participe en la toma de decisiones y adopte normas de comportamiento de respeto y armonía entre la naturaleza, la tecnología y la sociedad que determina su propia evolución.

La declaración de la conferencia intergubernamental de Tbilisi2 sobre educación ambiental señala a las universidades como centros de investigación, de aprendizaje, de formación de personal calificado para responder a las necesidades de la nación.

Además concluye que deben dedicarse a realizar investigaciones sobre educación ambiental y formar especialistas en educación escolar y extra escolar.

La escuela y los docentes tenemos claridad en que es a través de los procesos educativos como se puede generar conciencia ambientalista y ecológica; en tal sentido, la formación docente es la piedra angular de toda transformación educativa: el maestro a partir de su propia experiencia pedagógica se plantea problemáticas de su contexto y desarrolla estrategias de aprendizaje dentro de una pedagogía emergente que promueve por ejemplo, es decir, el aprendizaje-servicio que funciona más que nunca como una brújula educativa porque ilumina la función social de la educación. No es otra cosa que cambiar el mundo. Coloca el compromiso con la sociedad de manera explícita en el corazón del proceso educativo de los nuevos aprendizajes: enfatiza y entrena los aprendizajes relacionales, el pensamiento crítico, la generosidad y la solidaridad.

La cruel pedagogía del virus, nos manifiesta Boaventura de Sousa Santos3 en el colofón de su libro, es un mensaje de esperanza. Afirma que es posible superar la cuarentena impuesta por el capitalismo colonial y patriarcal cuando seamos capaces de imaginar el planeta como nuestro hogar común y a la naturaleza como nuestra madre original a quien le debemos amor y respeto. No nos pertenece; le pertenecemos a ella.

Cuando superemos esta cuarentena, seremos más libres ante las cuarentenas del futuro provocadas por las pandemias.

En estos planteamientos que dan vida a las pedagogías del sur, cobra relevancia la Ecopedagogía que tiene como bases a la pedagogía, a la ecología y al desarrollo sustentable.

La primera es considerada como el trabajo efectuado con la finalidad de promover el aprendizaje a partir de la utilización de recursos para desarrollar los procesos educativos; la segunda es el estudio de las relaciones existentes entre todos los seres vivos con su medio ambiente; y la tercera es definida por Gadotti4 como “aquel desarrollo que presenta algunas características que se contemplan y que aportan nuevas formas de vida de ciudad ambiental”.

La Nueva Escuela Mexica debe orientar la perspectiva de la sociedad y estimularla para replantear sus valores y entender la importancia de la ética y del sentido de la ciudadanía planetaria.

Si se concibe la Tierra como una única comunidad, Gadotti nos señala un nuevo paradigma para la práctica pedagógica y, junto a los nuevos y definitivos conceptos sobre los caminos de la educación, apunta con Gustavo Cherubine y Natalia Bernal, innumerables ejemplos concretos de experiencias, sugerencias de lecturas, así como propuestas de reflexión y profundización sobre lo que denomina Pedagogía de la Tierra. Moacir Gadotti5 es profesor titular de la Universidad de São Paulo, director del Instituto Paulo Freire y autor de varias obras publicadas por Siglo XXI.

Las alertas se han dado durante varias décadas por científicos y filósofos desde los años sesenta. Necesitamos de un nuevo paradigma que tenga como fundamento la Tierra.

La sociedad en su conjunto, la escuela y los docentes debemos abrir un debate respecto a una Pedagogía de la Tierra, que comprenda la Ecopedagogía y la Educación Sustentable.

Este debate ya tuvo su inicio con el nacimiento del concepto de Desarrollo sustentable utilizado por primera vez por la ONU en 1979. Fundamenta que el desarrollo podría ser un proceso integral que debería incluir las dimensiones culturales, étnicas, políticas, sociales, y ambientales, y no solamente las dimensiones económicas.

Conclusión

El desarrollo sustentable, visto de una forma crítica, tiene un componente educativo formidable: la preservación del medio ambiente depende de una conciencia ecológica y la formación de la conciencia depende de la educación. Aquí entra en escena la Pedagogía de la Tierra y la Ecopedagogía (que constituye una pedagogía para la promoción del aprendizaje del “sentido de las cosas a partir de la vida cotidiana”, como dicen Francisco Gutiérrez y Cruz Prado6).

En una publicación del diario La Jornada7, especialistas de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Mocaf), de las Universidades Autónoma Chapingo (UACH) y Nacional Autónoma de México (UNAM), señalaron que el Programa Sembrando Vida no cumple con el objetivo de impulsar la reforestación en el país, como lo destaca el gobierno federal.

Indicaron que esta iniciativa se desarrolla en zonas que no se dedican a la actividad forestal, sino que mejora áreas que ya fueron abiertas al cultivo, aunque falta por garantizar que genere esquemas productivos sostenibles.

En suma, las pocas políticas ambientales del gobierno de la Cuarta Transformación no aterrizan en el aula. Es mucho el descuido, desatención o desconocimiento que por ejemplo la Secretaria de Educación en el Estado de Yucatán, no contrató docentes para cubrir la asignatura de Vida saludable al inicio del curso escolar 2020-2021.


1   http://www.valladares.info

2  Conferencia Intergubernamental sobre Educación AmbientalTbilisi, URSS (1977), 23 de enero de 2018, INFORME FINAL UNESCO.

3  Santos, B. (2020) La cruel pedagogía del virus. CLACSO. Buenos Aires.

4   Gadotti, M. (2017). Pedagogía de la tierra y cultura de la sustentabilidadPaulo Freire. Revista De Pedagogía Crítica, (2), 61-76. https://doi.org/10.25074/07195532.2.519.

5    Gadotti, M. (2002) Pedagogía de la tierra. SIGLO XXI Editores

6  Gutiérrez Francisco, et al. Ecopedagogía y ciudadanía planetaria. (2016).  Editorial Parmenia

7  https://www.jornada.com.mx/2021/01/11/politica/012n1pol

  • Doctor en Ciencias de Educación. Supervisor escolar de escuelas secundarias técnicas. Docente de Posgrado, comprometido en construir una mejor escuela, donde aprenda el alumno, el docente y la propia escuela, mi proyecto: la pedagogía de la esperanza y la emancipación.

Fuente: https://profelandia.com/ecopedagogia-asignaturas-vitales-para-la-nueva-escuela-mexicana-vida-saludable-y-formacion-civica-y-etica/

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México: Cuauhtémoc Blanco tienden la mano a campesinos, pero no frena ecocidio

Un grupo de campesinos Zacualpan de Amilpas denunciaron que con maquinaria pesada un grupo de personas ha deforestado el 80% del Cerro de la Cal.

El gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, parece candil de la calle y oscuridad de la casa cuando se trata de dar respuesta a los campesinos.

Y es que, el pasado martes el mandatario convocó a representantes de organizaciones campesinas morelenses a trabajar en unidad, con el propósito de hacer un frente común que permita el desarrollo del campo, así como mejores condiciones de vida para las familias dedicadas a esta actividad.

Durante una mesa de trabajo, el mandatario estatal se comprometió a buscar y gestionar mayores recursos federales, e incluso con organismos internacionales, para fortalecer el apoyo a dicho sector productivo, el cual, como muchos, ha enfrentado la crisis derivada de la pandemia por el Covid-19.

CampesinosFoto: Cuartoscuro

Ante más de 30 representantes, Blanco Bravo refirió que el panorama global que se vive, tanto en lo sanitario como en lo económico, exige que se dejen a un lado las diferencias políticas y se trabaje de forma conjunta con responsabilidad y prudencia para construir acuerdos, ya que Morelos lo necesita.

Sin embargo, por la tarde del mismo martes un grupo de pobladores de la comunidad de Tlacotepec, en el municipio de Zacualpan de Amilpas, denunciaron que con maquinaria pesada un grupo de personas ha deforestado el 80% del Cerro de la Cal.

En la explanada de la comunidad los pobladores se reunieron con el presidente del Comisariado Ejidal, Francisco Santibáñez, y con el edil Adrián Cázares González, a quienes cuestionaron sobre los permisos para deforestar el cerro que han otirgado ellos o las autoridades estatales.

“Nos quejamos de que hace calor, nos quejamos de que ya no llueve, nos quejamos de que ya no hay agua y terminamos con lo más valioso que podemos tener, la naturaleza, no hay dinero que justifique, no hay dinero que pueda estar por encima de nuestro medio ambiente, este es el lugar donde nos tocó vivir, es el lugar de las futuras generaciones, nos toca a nosotros levantar la voz y ser quienes luchemos por eso”, dijo unos de los comuneros durante la protesta.

Morelos
El gobernador se reunión con un grupo de campesinos. / Cortesía estado de Morelos

Como respuesta, las autoridades municipales dijeron desconocer quién está detrás de este ecocidio, por lo que los campesinos precisaron que pedirán la intervención de las autoridades estatales para dar con los responsables de esta deforestación.

Cabe recordar que Cuauhtémoc Blanco ha sido muy criticado por la falta de apoyo hacia los campesinos.

Fuente: https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2020/10/08/critican-ecocidio-morelos.html

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Indígenas denuncian proyecto genocida y ecocida en Brasil

Redacción: VTV

Los líderes de 45 comunidades indígenas denunciaron ante el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, está poniendo en marcha un proyecto político de “genocidio, etnicidio y ecocidio”, reseñó portal web de Telesur.

Bajo el liderazgo del cacique Raoni Metuktire, de 89 años de edad, y un histórico defensor de los derechos de los pueblos indígenas, más de 600 indígenas avalaron el documento presentado, que deberá ser firmado la noche del viernes en la aldea Piaraçu (centro-oeste) y que deberá entregarse al Congreso Nacional de Brasil en los próximos días.

En la carta denuncian la escalada de violencia contra los aborígenes y rechazan la posibilidad de que el cultivo agrícola sea autorizado en las reservas indígenas. La propuesta fue defendida por Bolsonaro y se encuentra bajo discusión en el Congreso.

“No aceptamos la extracción mineral, agronegocio y arrendamiento en nuestras tierras; no aceptamos madereros, pescadores ilegales, hidroeléctricas y otros proyectos” que “nos impacten de forma directa e irreversible”, expresaron los líderes.

Recordaron en la carta que Brasil reconoce los derechos indígenas en la Constitución, por eso exigieron ser consultados sobre cualquier “proyecto y decisiones que puedan impactar y amenazar” el territorio en el que habitan.

“El Estado brasileño tiene que entender que tiene una deuda histórica con los pueblos indígenas. Nosotros somos los primeros habitantes de este país”, aseveró el cacique Raoni Metuktire.

Desde el 1 de enero de 2019, cuando asumió la Presidencia, Bolsonaro se ha mostrado partidario de la explotación económica de la Amazonía y ha afirmado que no pretende crear nuevas reservas indígenas, pues considera como una “exageración” que los pueblos originarios ya ocupen cerca de 14% de todo el territorio brasileño.

Fuente: https://www.vtv.gob.ve/indigenas-denuncian-proyecto-genocida-brasil/

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Amazonía brasileña alcanzó su mayor deforestación de los últimos cinco años

América del Sur/Brasil/09-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Los ecologistas atribuyen el crecimiento a las medidas de flexibilización de la fiscalización y a la retórica antiambientalista de Jair Bolsonaro.

La Amazonía brasileña perdió 284.3 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal durante enero de 2020, sufriendo la mayor deforestación para este mes desde 2016 y doblando la del mismo período de 2019, cuando ascendió a 136.2 kilómetros cuadrados, dio a conocer este lunes el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (Inpe).

El Inpe divulgó estos datos a partir de una proyección provisional de la deforestación que realiza con base en un sistema de alertas de alteraciones en la cobertura forestal de la Amazonía a partir del análisis de imágenes de satélite.

Anteriormente, el Instituto había advertido que la deforestación de la Amazonía brasileña saltó un 85 por ciento el año pasado, desde unos 4.219 kilómetros cuadrados en 2018 hasta más de 9.165 kilómetros cuadrados en 2019, con lo que también llegó a su mayor nivel desde 2016.

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Los ecologistas atribuyen el crecimiento a las medidas de flexibilización de la fiscalización y a la retórica antiambientalista del actual presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que defiende la explotación económica de la mayor selva tropical del mundo y el fin de la demarcación de nuevas reservas indígenas.

De acuerdo con organizaciones no gubernamentales, la retórica del líder ultraderechista contra la Amazonía incentiva la ocupación ilegal de los bosques por parte de invasores y madereros clandestinos. Pese a las críticas, Bolsonaro presentó esta semana a consideración del Congreso un proyecto de ley para permitir la minería, la explotación de petróleo y la construcción de hidroeléctricas en las reservas indígenas.

Asimismo, la deforestación ha sido señalada como una de las principales causas de los incendios forestales que aumentaron un 30 por ciento el pasado año y destruyeron parte de la Amazonía, causando conmoción en el mundo entero.

Diferentes analistas han sostenido que los altos datos de deforestación en enero indican que los ataques de madereros y agricultores comenzaron más temprano este año, pues por lo general este mes los índices de devastación forestal son reducidos debido a las lluvias del período, que dificultan la movilización de maquinaria pesada en las áreas selváticas.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/-deforestacion-amazonia-alcanza-maximo-cinco-anos-20200207-0033.html

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Millones de jóvenes se movilizan en todo el planeta por la justicia climática

7,6 millones de personas de 185 países, y 6.135 acciones con el apoyo de 820 organizaciones. Es el balance de la semana global de huelga y movilizaciones –entre el 20 y el 27 de septiembre de 2019- que reivindicó justicia climática y el fin de la era de los combustibles fósiles. ¿Cómo se explica la potencia de estas manifestaciones, en Nueva Zelanda, Italia, Estados Unidos, Chile o India? Uno de los antecedentes significativos se produjo en el verano de 2018, cuando la estudiante de 15 años, Greta Thunberg, inició una sentada de protesta en horario escolar frente al Parlamento de Suecia; fueron los orígenes del movimiento Fridays For Future.

En la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, de 2018, celebrada en Katowice (Polonia), la joven activista afirmó: “Países ricos como Suecia han de empezar a reducir las emisiones al menos un 15% anual, para alcanzar el objetivo del calentamiento global por debajo de los 2ºC” (respecto a los niveles pre-industriales, según los Acuerdos de París); además recordó que cada día se extinguen 200 especies y que el consumo mundial de petróleo suma 100 millones de barriles diarios. Es “el camino de la locura”, subrayó. El 30 de octubre Greta Thunberg declinó el premio medioambiental del Consejo Nórdico dotado con 47.000 euros.

La huelga mundial por el clima del pasado 15 de marzo movilizó, según fuentes de la organización, al menos a 1,4 millones de jóvenes en 2.418 ciudades de todo el planeta. Tom Kucharz, miembro de Ecologistas en Acción, ha participado en un acto sobre “Crisis climática como consecuencia de la depredación capitalista”, organizado por el Centre de Documentació i Solidaritat amb Amèrica Llatina i Àfrica (CEDSALA)-País Valencià. “Más allá de las manifestaciones –subraya el activista-, están produciéndose acciones de desobediencia civil masiva para forzar a los líderes políticos a la toma de decisiones; es muy importante conectar la justicia climática con la agenda social y la lucha en los barrios”, añade.

Los inicios del movimiento Extinction Rebellion (XR) remiten al 31 de octubre de 2018, cuando 1.500 personas participaron en una acción de bloqueo en Parliament Square de Londres, y formularon una “Declaración de Rebelión” contra el gobierno británico por su inacción “criminal” ante la crisis ecológica; “nuestros mares están envenenados y aumenta la acidificación. Las inundaciones y la desertificación harán inhabitables vastas extensiones de tierra, lo que causará migraciones masivas”, alertaron.

El 15 de abril de 2019 grupos Extinction Rebellion desarrollaron acciones de protesta en 80 ciudades de 33 países. En Londres bloquearon cinco puntos neurálgicos de la ciudad, en los que se organizaron asambleas, actividades artísticas y denunciaron, en la sede de Shell, el “ecocidio” perpetrado por la petrolera (fueron escenario de las reivindicaciones, asimismo, las oficinas de Repsol en Madrid, de la empresa Total en París, el entorno del Parlamento Europeo en Bruselas o calles de Ottawa y Estambul). El 7 de octubre de 2019 se convocaron más actos de desobediencia –bloqueo de carreteras, puentes o nudos de transporte, entre otros- en 60 ciudades de todo el mundo. Como ejemplo de la represión, Extinction Rebellion informa que, en la semana de la rebelión entre el 15 y el 25 de abril, la Policía Metropolitana realizó 1.130 arrestos en Londres. La página Web de XR contabilizaba a primeros de octubre 485 grupos de activistas en 473 ciudades de 72 países.

Asimismo respaldan a By 2020 We Rise Up cerca de 50 organizaciones, la mayoría europeas. La Plataforma-Campaña independiente By 2020 tiene como fin contribuir a una conexión entre las luchas (no planificarlas) por la justicia climática y el cambio de sistema. “Durante los últimos días de septiembre de 2019 y en 2020, Europa vivirá varias oleadas de acciones masivas coordinadas: la gente bloqueará gasoductos, puertos, aeropuertos, minas de carbón, la agroindustria, bancos, fábricas de armas y fronteras”, señalan en la página Web.

En este contexto, By 2020 se define como punto de contacto, difusión de acciones y “esfuerzo de coordinación” que no habla en nombre de los grupos locales ni activistas; la Campaña/Plataforma cuenta con un equipo de difusión, traducción, trabajo legal, además de los encargados de la página Web y las redes sociales. En marzo de 2019, hicieron un llamamiento a la “interrupción civil, coordinada y masiva” de un sistema “que lleva a la humanidad al borde del abismo”. Además convocan a reuniones periódicas para la coordinación de estrategias, por ejemplo entre el 31 de octubre y el 3 de noviembre en Nuremberg. Entre las acciones difundidas por By 2020, figuran las de la semana por el clima de Viena; las de desobediencia civil del pasado 7 de octubre en Madrid; o en Francia, contra la impunidad de las multinacionales.

“¡Paremos el carbón, que todas las aldeas permanezcan!”. Es la consigna con la que el movimiento internacional Ende Gelände convocó -entre el 19 y el 24 de junio de 2019- a la acción directa no violenta en el área de la minería de lignito de Renania; así, más de 6.000 personas bloquearon puntos estratégicos en las zonas que explota la compañía energética alemana RWE; ocuparon vías férreas para el suministro de combustible a la central eléctrica de Neurath, propiedad de RWE; entraron en la mina a cielo abierto de Garzweiler, cerca de Colonia, y pararon excavadoras de carbón, mientras 8.000 personas convocadas por ONG y colectivos locales se manifestaron en apoyo de las poblaciones amenazadas por la minería; asimismo el 21 de junio, 40.000 jóvenes marcharon en la ciudad de Aquisgrán (Renania del Norte-Westfalia), a 50 kilómetros de la mina, con motivo de la huelga por el clima de Fridays for Future; “durante las acciones de desobediencia la policía violó masivamente los derechos civiles”, informó Ende Gelände en un comunicado. Llegados de diferentes ciudades europeas, los activistas partieron de un campamento de protesta ubicado en la ciudad de Viersen.

Entre el 25 y el 29 de octubre de 2018, Ende Gelände convocó a los bloqueos en la mina carbonífera cercana al bosque de Hambach, en Renania; contra las talas forestales y extracción de lignito por la empresa RWE se movilizaron, según los organizadores, 6.500 personas.

En el acto de CEDSALA, Tom Kucharz también ha destacado la lucha de los jóvenes de Sunrise en Estados Unidos, movimiento surgido en 2017. En las redes sociales se presentan con la siguiente disyuntiva: “Nuestro gobierno ha de elegir: proteger los bolsillos de los ejecutivos del petróleo y sus bonos de millones de dólares” o, por otro lado, “nuestro futuro”. Entre los principios de Sunrise figura la no violencia “que nos permite ganar el corazón de la gente”. Se organizan en nodos, radicados en pueblos, ciudades y escuelas de Alaska, California, Florida, Washington o Nueva York. El movimiento respalda a políticos y candidatos que representen a los ciudadanos y no a la industria de los combustibles fósiles, pero –matizan- “no hay amigos ni enemigos permanentes”. Entre los apoyos recibidos por los activistas, destaca el de la congresista Aleixandra Ocasio-Cortez.

Una de las propuestas centrales y con la que interpelan a la política oficial es el New Deal verde; el nuevo acuerdo verde apunta, con la perspectiva de una década, a la “movilización” de la sociedad estadounidense hacia los objetivos del 100% de energías limpias y las emisión cero de gases de efecto invernadero; también a “crear millones de buenos empleos con salarios altos y garantizar la prosperidad y seguridad económica de toda la población de Estados Unidos”. El 10 de diciembre de 2018 mil activistas de Sunrise reivindicaron el New Deal verde en el Congreso (Washington), donde protagonizaron sentadas en las oficinas de dirigentes del Partido Demócrata y mostraron carteles con las consignas “No más excusas” o “Haced vuestro trabajo”; 143 personas fueron arrestadas. Además la policía practicó más de 40 detenciones cuando, en febrero, estudiantes de Kentucky protestaron en las oficinas del senador Mitch McConnell, del Partido Republicano, en el Capitolio; con el lema “Míranos a los ojos”, los estudiantes y los miembros de Sunrise preguntaron si las donaciones que McConnell recibió -en las tres últimas legislaturas- de las compañías del petróleo, gas y carbón (1.542 millones de dólares) eran más importantes que el futuro de la juventud.

Tom Kucharz ha participado en otro debate en Valencia, en el Centre La Nau de la Universitat, sobre Transnacionales, Derechos Humanos y Tribunales de Arbitraje. El investigador social y activista ha destacado, como uno de los ejes de lucha para los movimientos sociales, el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), firmado el pasado 28 de junio tras más de dos décadas de negociaciones; la asociación entre los dos bloques representa –según cifras oficiales- un mercado (integrado) de cerca de 800 millones de consumidores y un 25% del PIB mundial (el actual comercio bilateral de bienes y servicios entre la UE y Mercosur suma 122.000 millones de euros anuales, según la Comisión Europea). La entrada en vigor del acuerdo requiere la aprobación de los parlamentos nacionales.

Integrada por un centenar de organizaciones, la Campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión denuncia que el acuerdo entre la UE y Mercosur tendrá, entre otros efectos, “un impacto negativo incalculable sobre la crisis climática»; según la Campaña, la liberalización comercial “beneficiará principalmente a grandes industrias europeas como la automovilística, química, farmacéutica o la textil; y a los grandes exportadores de productos agropecuarios de los países del Mercosur”; por ejemplo, detallan en un comunicado, “se incrementará el ya descontrolado ritmo de deforestación de la Amazonía y otros ecosistemas como El Cerrado de Brasil o El Chaco de Argentina y Paraguay”, ya muy afectados por la expansión del cultivo de la soja y la ganadería vacuna a gran escala.

Otro punto neurálgico y de batalla, según Kuchard, es el Tratado sobre la Carta de la Energía (TEC), acuerdo comercial y de inversiones que entró en vigor en abril de 1998, y del que son miembros cerca de 50 países, principalmente europeos pero también de Asia. “El tratado permite que los inversores extranjeros puedan demandar a los gobiernos signatarios por cualquier medida adoptada en el sector de la energía que consideren perjudicial para sus ganancias”, resume el informe Un Tratado para gobernarlos a todos, publicado en 2018 por Corporate Europe Observatory (CEO) y el Transnational Institute (TNI); las demandas no se resuelven ante los tribunales ordinarios, sino ante tribunales internacionales de arbitraje entre inversores y estados.

El documento señala que, entre 1998 y mediados de 2018, se habían producido al menos 114 demandas de inversores y multinacionales en virtud del TCE; y que, a finales de 2017, los gobiernos habían sido condenados/accedido a pagar 51.200 millones de dólares en concepto de daños. “El TCE es uno de los obstáculos más importantes para adoptar iniciativas contra el cambio climático por parte de los gobiernos”, concluye la Campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión.

El documento de CEO y el TNI cita ejemplos como el de la multinacional sueca Vattenfall, que presentó en 2012 una demanda contra el gobierno alemán (4.300 millones de euros más intereses) en concepto de indemnización, cuando el ejecutivo decidió el abandono paulatino de la energía nuclear (la compañía se basó en la pérdida de ganancias vinculada a dos de sus reactores nucleares); el informe añade que, en 2017, la empresa británica Rockhopper demandó al Estado de Italia, por la negativa a otorgarle una concesión para las perforaciones de gas y petrolíferas en un yacimiento del Mar Adriático (las reclamaciones se basan en gastos irrecuperables y expectativas de ganancias de la petrolera). Por otra parte, en una carta dirigida a la ministra para la Transición Ecológica del Gobierno de España, Teresa Ribera, la Campaña recuerda que el estado español es, en el marco normativo del TEC, el país más demandado del mundo; de las 46 demandas en relación con los recortes a las energías renovables, 13 habían sido resueltas cuando se remitió la carta (septiembre de 2019); 11 de los fallos resultaron favorables a los inversores extranjeros, lo que implica una condena -al estado español- al pago de cerca de 800 millones de euros en indemnizaciones. 

Fuente del artículo: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=262299

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