Contrahegemonía Educativa de lo Popular

Por: Iliana Lo Priore y  Jorge Eliecer Díaz Piña (**)

Preguntarse crítica o deconstructivamente es más difícil que responder.  Auto-co-preguntarse significa suspender analíticamente la correspondencia establecida entre significantes, significados y referentes, dudar, poner en entredicho algo que supuestamente era una certeza. Los que creen saber, no se preguntan nada. Recordemos al Sócrates educador. El saber preguntar puede subvertir.

¿El agotamiento de la racionalidad y práctica política moderna ha contribuido a la crisis o vaciamiento de la razón educativa o metafísica de la educabilidad de los sujetos; a la desarticulación entre sujeto pensante-actuante y proyecto social transformador; a la confrontación entre inmanencia y trascendencia?

¿Ambas crisis, la educativa y la política, son productos de la crisis epocal más general y profunda de la Modernidad por agotamiento de sus ideas-fuerza  irrealizables por su lógica capitalista contradictoria intrínseca: progreso, desarrollo, bienestar, sujeto trascendente, democracia, igualdad, justicia social, educabilidad, libertad, etcétera?

Para hacer pertinentes nuestras posibles respuestas hay que ahondar más desconstructivamente en las preguntas de la relación que guardan los planos: 1) LO educativo con LA educación, 2) LO político con LA política, y 3) entre ambos estratos o planos (1 y 2) para la sustentación interpretativa.

La anteposición de la sílaba LO remite a la ontología (características o atributos esenciales que definen genéricamente a esos ámbitos); y LA remite a las manifestaciones prácticas, concretas o acciones (lo óntico o lo ente en filosofía). A los docentes nos excluyen de pensar la ontología (las definiciones fundamentales) y nos alienan la reflexión sobre la práctica (la profesionalidad) al pautarnos qué hacer y cómo hacerlo.

En un principio la Modernidad fue promotora obsesiva de la Razón y de la acción social mediante la voluntad para forjar Sujetos. De aquí que, desde la Ilustración, sujeto sea sinónimo de individuos con racional voluntad soberana trascendente. No hay realización de Proyectos sin sujetos voluntariosos. Después cuando no convino, se alienó o manipuló la voluntad soberana y trascendente: la voluntad y razón social se sustituyeron por la racionalidad individualista y funcionalmente reproductora o instrumental (por ejemplo, al oír la palabra comunicación se asocia inmediatamente al teléfono móvil privado, en lugar de vincularla a diálogo recreador en la interlocución).

El vértice donde convergen para articularse educación y política es la constitución o formación de sujetos según las hegemonías que rivalicen por la dirección cultural y ética de la sociedad.

La perfectibilidad emancipadora del ser humano (sujeto) por la acción formativa de otros  seria LO educativo (I. Kant), (su crisis referiría hoy  a la intrascendencia de la educabilidad: se ha vaciado significativamente de  potencia), y las acciones o prácticas proyectadas modeladoras de las políticas educativas, seria LA educación (su crisis escolar obedece a la evidencia de la simulación o simulacro de quienes fingen aprender y el desencanto con la enseñanza de quienes la imparten: no hay sujetos educativos consistentes).

LO político se refiere a la caracterización teórica de la naturaleza de la interacción social (lo social evasivo o real) en su dimensión contradictoria, antagónica o adversarial (p.e. entre lo público y lo privado; sujetos y proyectos contrapuestos; enemigos o adversarios, etc): “la imposible y necesaria sociedad” de E. Laclau, o “cuando algo es necesario e imposible, hay que cambiar las reglas de juego” de J. Ibañez. LA política refiere a las acciones proyectadas contextualizadamente para incidir en los conflictos de intereses o poderes de los grupos sociales y gobiernos con base en la confrontación de fuerzas, antagónica o agonísticamente.

  1. Mouffe transfigura el término antagonismo en agonismo como forma de manifestación de aquel, que implica una relación entre adversarios y no entre enemigos (C. Schmitt). Una conceptualización para definir la política pluralista y democrática posible que suscribe: pluralismo agonista o democracia agonística.

Es una operación ideológica ocultadora de la inseparable relación existente entre toda forma democrática y el PODER, cuando se descontextualiza, universaliza o neutraliza la noción de democracia.

Los grados de respeto por las libertades públicas, los márgenes de tolerancia, y los escalones interpuestos institucionalmente entre el ciudadano y el Estado-gobierno (procedimientos y métodos administrativos “democráticos”), son siempre la resultante de relaciones de fuerza entre los grupos sociales.

¿Por qué las instituciones educativas no adoptaron el modelo deliberativo de espacio público republicano liberal moderno, o el democrático de auto-co-gobierno, para organizarse y formar democráticamente a través de las experiencias políticas o dinámicas cívicas significativas de participación antiautoritarias?

¿La prédica de la postergación del ejercicio democrático (no implica principalmente votar, sino poder decidir sin mediación expropiadora) para cuando los niños, niñas, y jóvenes sean adultos, es una práctica castradora de su potencialidad democratizadora de la sociedad y favorecedora de las tendencias fascistoides?

¿Cómo se puede formar ciudadanía para la democracia si no se contrarresta el ejercicio autoritario o disciplinario antidemocrático del poder? El poder es una relación social en la cual se trata de incidir sobre la posible conducta de otros. ¿Qué tipo de relación con el poder prevalece en la educación: simétrica o disimétrica? ¿La escuela es una mediación reproductora de los poderes dominantes? ¿Un aparato reproductor de la ideología dominante?

La paradoja política se evidencia cuando se aspira que el poder proceda del querer-vivir-en-conjunto (P. Ricoeur) y se pretenda a la vez que la relación jerárquica institucional del poder de Estado no se debilite o diluya para efectos de la toma de decisiones.

¿La democracia existe cuando el pueblo manda y el gobierno obedece como lo proponen el EZLN y E. Dussel?

La disputa por la legitimidad política entre fuerzas adversas pasa por la constitución de las identidades colectivas de los sujetos en la lucha por la HEGEMONIA SOCIOCULTURAL, y ello implica al proceso educativo o formativo formal e informal, en tanto la hegemonía consiste en la prevalencia de las significaciones y sentidizaciones del mundo, el entorno y los otros considerados éticamente o no (LA política sustantivada por LO ético-político).

La teoría de la hegemonía ha sido revisada y revitalizada por E. Laclau y C. Mouffe. Sus contribuciones resaltan el componente afectivo, pasional o afectual como aspecto fundamental de la hegemonía política. Ello rebasa la consideración meramente racionalizadora de la política progresista y radicalmente democrática.

Así como P. Freire señala la incompletud de los seres humanos para justificar políticamente la educación liberadora con la finalidad de que se autocompleten RENOMBRANDO AL MUNDO por medio de la autonomía y comunicación dialógica; Laclau y Mouffe, indican una falta que los limita para lograr una identidad individual y colectiva completa que los SIGNIFICANTES VACÍOS de la hegemonía pudieran suplir parcial y transitoriamente.

Pese a que la hegemonía se mueve entre lo necesario y lo imposible, es imprescindible para colmar la falta en el logro de la identidad. Es imposible porque lo social siempre estará abierto. Y su necesidad radica en su indispensable búsqueda permanente al otorgar sentido. Sin ella lo social sería psicótico. Ella brinda un cierre provisorio e inestable en la política y la educación.

La hegemonía se forja discursivamente para la interpretación, comprensión y acción. Discursos que se contraponen en la lucha por la dirección ideológico-cultural y ética. Que se forman por medio de narrativas de nociones, conceptos o significantes vacíos, para englobar o encadenar las diversas demandas de satisfacción de diferentes necesidades, intereses o deseos colectivos: p.e. Afectualidad, Educación Popular Empatizadora, Paradigma Ecoprotector Comunitario Inmunitario.

Sin el afianzamiento afectual de lo simbólico en los significantes vacíos, no se construye la hegemonía.  Incluso lo afectual, o la afectualidad, en tanto nueva relación social en la que resuenan los cuerpos empáticamente (sintiendo y pensando-se juntos, sentipensando), puede ser un significante vacío para construir hegemonía, como proponemos, para transformar la educación y la sociedad ante la competitividad individualista neoliberal.

Ello convierte la afectualidad en una teoría y práctica   de contrapoder, ya que lo afectual es una intensidad impersonal de naturaleza colectiva mientras el sentimiento es de carácter personal o privado. Una alternativa político-educativa centrada en orientar y favorecer encuentros formadores de disposiciones empáticas constructoras de sujetos colectivos potentes: multitudes instituyentes por su soberanía trascendente (A. Negri).

La afectualidad tiene su raíz en la configuración libertaria de la resistencia anticolonial del SUJETO PUEBLO en comunidades vinculadas y cohesionadas afectualmente (cumbes, palenques, etc). Pese a sus derrotas y persecuciones, quedó subyacente en las prácticas de la convivencia popular, en LO POPULAR, en su razón o racionalidad afectual hibridizada con la moderna dominante en todas sus expresiones existenciales. No es premoderna, al trascender a la modernidad, ES TRANSMODERNA (E. Dussel).

Lo popular es una racionalizada y sensible mitificación histórica, sociocultural y política correspondiente a una narrativa significadora, sentidizadora, identificadora y cohesionadora de un sujeto denominado pueblo en sus existenciales mundos-de-vida. Que se manifiesta como MODO DE SER RELACIONAL AFECTIVO-AFECTUAL en su vivir-siendo. Lo relacional, como modo de ser en pensamiento y acción, es previo e inmanente o propio del ser étnico-popular. Y puede ser trascendente al asumir el pueblo su racional mitificación liberadora ante las contingencias.

Con base en la cultura de la afectualidad popular indoafrolatinoamericana y caribeña, reivindicamos la lucha por la hegemonía de la educación popular afectual liberadora, para la forja de nuevos, por auto-co-creación, sujetos educativos y una política de construcción de poderes populares de autogobierno popular antiburocráticos y auténticamente democráticos.

En la lucha hegemónica por recuperar, decantar, actualizar y desplegar lo popular transmoderno en la educación escolar, juegan un papel primordial los docentes como intelectuales orgánicos (A. Gramsci). Su resistencia pedagógica productivo-creativa para re-crear la multiplicidad expresiva de lo popular de modo transmoderno. Reivindicando su racionalidad sensible, simbolizaciones, practicaciones e interacciones sociales resonantes afectual, ecoprotectora e inmunitariamente.

Los significantes hegemónicos reproductores dominantes pueden ser sustituidos o resignificados CONTRAHEGEMÓNICAMENTE al recontextualizarlos ya que es imposible establecer una significación correspondiente de manera definitiva (lo dicho respecto de algo), sobremanera cuando han perdido su PODER DE SIGNIFICACIÓN y han quedado a la DERIVA SEMÁNTICA O SEMIÓTICA por la crisis de agotamiento de la Modernidad.

Así ha ocurrido con los significantes, o ideas-fuerza, de la hegemónica modernidad capitalista, hoy agotada y en crisis civilizatoria por la depredación de la naturaleza y de las sociedades planetariamente (progreso, desarrollo, democracia representativa, igualdad de oportunidades educativas y sociales, etc.

El intento ideológico-semántico de resignificar, por ejemplo, el significante desarrollo como “desarrollo sustentable” ante sus impugnaciones ecológicas, no es viable porque el desarrollo conocido históricamente es insustentable. Asimismo, los sectores alternativos progresistas le han contrapuesto como modos de ser-siendo los significantes del Buen Vivir, Vivir Bien, etc.

La lucha por la hegemonía es para llenar temporalmente esa falta o carencia a través de la representación de significantes parciales de una totalidad que los rebasa, haciendo posible una identidad político-educativa en este caso.

La afectualidad y sus educaciones populares se especifican política y educativamente en la presente coyuntura pandémica e inmunizadora en la propuesta del PARADIGMA ECOPROTECTOR COMUNITARIO INMUNITARIO (PECI), para guiar la rehabitación del mundo y la escuela en crisis. Por tanto, la inmunización debe ser integral  por antidepredadora y comunitaria-afectual, no únicamente médico-sanitaria, ya que exige también, y de modo primordial, la asunción de la transformación ecosófica radical de la vida colectivamente, por ejemplo, impidiendo persuasivamente el consumo de alimentos acidificantes de la industria transnacional y local de comida “chatarra” que desmineraliza o desalcaliniza la sangre favoreciendo así la reproducción de los virus en los cuerpos que la consumen.

 Mucho más cuando se ha evidenciado desde el siglo pasado el agotamiento del modelo médico-sanitario para proteger la salud (ello lleva décadas en la agenda oculta de discusión permanente en la OMS y la OPS sin poder construir alternativas consistentes).  De aquí el alto porcentaje del fracaso de las vacunaciones masivas para propiciar la inmunización efectiva por total y permanente frente a la pandemia. Vacunación que principalmente ha beneficiado obscenamente a los que mercantilizaron las vacunas: las transnacionales farmacéuticas. Esto también es demostrativo de la crisis epistemológica y de agotamiento de los paradigmas de la ciencia médico-farmacológica moderna.

El PECI es antidepredador porque se asienta en el reconocimiento de la alteridad de la naturaleza y su protección (la pandemia se originó en la interrupción de la cadena trófica de los microorganismos por la depredación neoliberal, obligándolos alimentarse de otras especies que se contaminaron y que consumieron los humanos). De aquí que la lucha por la bioseguridad debe inscribirse en el marco más amplio y estratégico de la lucha contra los depredadores y su racionalidad instrumental antiecológica, por ejemplo, contra quienes queman, talan y expropian las tierras a los propietarios indígenas, las extensiones territoriales en la Amazonía.

Es comunitario porque se asienta y afirma en la empatía y el cuidado integral recíproco. Siendo, en consecuencia, pertinente como política y praxis educativa por cuanto propicia la formación trascendente de los/las estudiantes a través del compromiso afectual del reconocimiento como auto-co-recreados/as sujetos político-educativos voluntariosos/as, críticos/as, antiburocráticos/as, radicalmente democráticos/as y enfrentados/as a todo tipo de pandemias neoliberales. “Nadie se salva solo, solo nos salvamos unidos.” (Papa Francisco).  

¡URGE REIMAGINAR Y REHABITAR AFECTUAL Y ECOPROTECTORAMENTE EL MUNDO Y LA ESCUELA!

*Doctora en Educación. ilianalopriore11@gmail.com

**Doctor en Ciencias de la Educación. diazjorge47@gmail.com

Fuente de la información:  https://www.educacionfutura.org

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Libro: Miradas críticas y constructivas para la educabilidad del ser (PDF)

Autores: Nathalia Aguirre Álvarez, John H. Arcia Grajales, Diana Esperanza Carmona González, Luis Fernando Cuervo Giraldo, Paula Vanessa Sánchez Agudelo.
Fondo Editorial Universidad Católica Luis Amigó.
ISBN: 978-958-8943-24-4
Fecha de edición: 11 de abril de 2017.
Características: publicación digital en pdf, 57 p.
Reseña: esta cartilla es un trabajo colaborativo orientado por los fundamentos de la pedagogía amigoniana, enriquecido con las reflexiones de Paulo Freire y autores afines. La publicación surge de las experiencias de las prácticas educativas acordes al propósito general de la Diplomatura en Pedagogía Reeducativa: el cuidado de sí y el cuidado del otro, ofrecida por la Fundación Universitaria Luis Amigó (hoy Universidad Católica Luis Amigó) en el 2014.
Las lecciones de la cartilla están mediadas por hilos conceptuales inspirados en la pedagogía de la liberación, tales como: persona, educabilidad del ser, práctica educativa, curiosidad ingenua, curiosidad epistémica, diálogo de saberes, lectura de mundo, justicia, conciencia del inacabamiento, y utopía. Dichos hilos contribuyen a la actualización de la pedagogía reeducativa y su pertinencia en el contexto sociocultural colombiano.
Fuente: https://www.funlam.edu.co/modules/fondoeditorial/item.php?itemid=319
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Entrevista a Alejandra Birgin: «Sobre la técnica, la pedagogía y la ética»

Por Revista Saberes

—¿Cómo define a un docente sólido?

—Un docente sólido entiendo que es aquel que tiene las herramientas culturales, pedagógicas, didácticas, sociales, para tomar decisiones en el aula. Ninguna situación es idéntica a otra: las  investigaciones han mostrado que es falso que si yo aplico un método estandarizado de la A a la Z, todos van a aprender.

—Si hay alguna condición que debería tener una buena formación, ¿cuál sería?

—Esa pregunta alude a una intensa controversia y al concepto de que construir políticas públicas para este tema exige debates informados y acuerdos sociales, culturales, pedagógicos y políticos. No es un tema técnico, solamente. Nosotros entendemos que la formación docente tiene que tener componentes técnicos, pedagógicos y éticos. La pedagogía y la ética tienen que ver con las preguntas por los sentidos de lo que hago: para qué enseño; por qué enseño literatura latinoamericana y no literatura de autoayuda; por qué planteo la historia desde esta perspectiva, si incluyo, o no, también otras versiones. Hay que tomar esas decisiones.

¿Y qué les hace falta a los educadores para poder tomarlas?

—El docente debe cargar en su mochila con amplios saberes disciplinares, saberes técnicos y también con reflexiones pedagógicas y éticas ligadas a qué sujetos y a qué sociedad deseo contribuir a formar con los niños y las niñas que están en el aula. A los saberes los pongo en juego en función de esas variables: no son los mismos en un contexto rural que en un contexto urbano, no son los mismos este año que el pasado.

—¿Hubo una época de oro en la formación docente?

—Una mirada nostálgica de que todo tiempo pasado fue mejor, es un problema. Primero, porque es falsa. Segundo, porque “el acuerdo absoluto” no existió: también la formación que tuvimos fue un acuerdo contingente, epocal. Cuando el normalismo gana es porque otros sectores pierden (por ejemplo, la inclusión de otras culturas, otros modos de pensar la democracia escolar, etc.). En una entrevista a Stephen Ball —un inglés que hace sociología de la educación— en la que le interrogan por el nivel superior en el mundo, él va recorriendo cómo está la educación superior, cómo se privatiza, cómo avanza el mercado, va relatando la situación en América Latina y la entrevistadora le pregunta: “¿Y en la Argentina?”, y él dice: “La Argentina es un país que tiene rasgos muy particulares en la valoración de la educación pública”. Es lo que está en pugna en este momento. En ese debate, una insistencia permanente del Gobierno nacional actual es el desprecio por lo que propone la escuela pública y por lo que saben los docentes, por lo que hacen cotidianamente.

—En el campo de la formación específica no se preparan matemáticos ni historiadores sino profesores que van a dar Matemáticas y profesores que van a dar Historia. ¿Cree que el campo de la formación específica, que está conformado por especialistas —doctores y licenciados— se pierde de vista la perspectiva pedagógica?

—Es así más o menos. Si hablamos de la formación de profesores en la Argentina, casi el 30 por ciento hoy se forma en las universidades, según el último censo. En general, lo que muestran las investigaciones es que los egresados de las universidades se sienten más sólidos en sus disciplinas que en la perspectiva didáctica-pedagógica. Los que egresan de los institutos plantean lo contrario: que han recibido una formación más sólida en la didáctica y en la pedagogía y menos en la disciplina. Ahora bien, las universidades creadas en los últimos 20 años tienen propuestas que no encajan en ninguno de estos dos modelos.

—¿Cuánto de la práctica requieren los profesorados?

-Como docentes, el hacer es nuestro trabajo cotidiano. La pregunta es cómo se forma para el hacer. Hay una formación del hacer que es haciendo; pero también es tener una buena caja de herramientas, diría Foucault. Y una buena caja de herramientas es contar con buenas teorías a mano.

—¿Faltan horas de práctica?

—Los lineamientos curriculares nacionales establecen que las prácticas atraviesan toda la formación, deben comenzar en primer año. En Córdoba, tienen esta tarea muy afinada y una muy buena concepción de las prácticas y un modo interesante y complejo de aproximarse a ellas. Es una propuesta original, muy sólida.

—¿En los institutos de formación subsiste la idea de que la escuela secundaria no es para todos?

—La educación secundaria es un derecho y una obligación establecida por la Ley de Educación Nacional de 2006. Como dice Philippe Meirieu, un principio básico de la pedagogía es la convicción de la educabilidad del otro y la responsabilidad que me cabe para que eso sea factible no es individual, sino de las políticas y de las instituciones. La construcción de la obligatoriedad de la escuela primaria llevó décadas. La educación media tiene una matriz e historia elitista; entonces la formación de profesores también tenía esa marca. No es un giro mecánico decir que la escuela secundaria es para pocos, a decir que la escuela secundaria es para todos.

—¿Hablamos de un cambio de paradigma?

—Es un cambio histórico, un debate acá, en Francia, en México, en España. Estamos transitando ese cambio. Ahora, ese cambio requiere un debate político pedagógico, con los profesores de profesorados, con las profesoras de las escuelas, con los futuros docentes. Es una discusión político-pedagógica. El principio de educabilidad, la cuestión de los derechos, qué sociedad y qué sujetos queremos, está atrás de eso. Me parece que esa es una discusión que empezó a darse en las instituciones formadoras.

—Que eso ya es mucho.

—Si lo mirás en términos históricos, por supuesto que es mucho.

(*) Alejandra Birgin es responsable de la asignatura Panoramas de las políticas de formación docente en la carrera de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (Universidad de Buenos Aires). Directora de la maestría en Políticas Públicas en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional. Dirige equipos de investigación sobre formación docente.

Fuente: https://revistasaberes.com.ar/2019/05/sobre-la-tecnica-la-pedagogia-y-la-etica/

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El derecho básico a aprender

Por: Facundo Manes. 

 

Lo sabemos, el conocimiento es la principal herramienta de transformación de las personas y de las sociedades. Entonces, si queremos de verdad una nación que se desarrolle de manera sostenida e igualitaria resulta fundamental lograr una educación de calidad para todos los niños y niñas y adolescentes de nuestro país.

Para poder alcanzarlo, es imprescindible preparar a los chicos para el aprendizaje. Y esta preparación tiene que ver no solo con la estimulación cognitiva, sino con el acceso a una buena nutrición, a un contexto sano y seguro, a la salud.

Lamentablemente -debemos repetirlo para no habituarnos a esta dramática realidad- hoy alrededor de un tercio de los argentinos vive en la pobreza. La desnutrición y la malnutrición afectan el desarrollo físico y cognitivo, comprometiendo las posibilidades de desarrollo.

Debemos unirnos los argentinos para acabar con esta tragedia, que representa una inmoralidad y una hipoteca para nuestro futuro. Para que en una comunidad se pueda enseñar y aprender es necesario lograr un piso de bienestar y equidad. Si no hay un contexto adecuado, y aunque haya oferta educativa, no están dadas las condiciones plenas para que se produzca el aprendizaje.

Es responsabilidad del Estado garantizar, respetar y proteger el acceso a la educación y asegurar que se den las condiciones de educabilidad, es decir, los factores que promuevan que los chicos efectivamente aprendan.

¿Por qué acceder a educación de calidad es tan importante? La educación, tanto en el aula como en casa, nos ayuda a ser mejores personas. Conocer nuestra historia, por ejemplo, nos alienta a imaginar cómo sería caminar en los zapatos de aquellos personajes sobre los que leemos, conocer sus luchas, sus éxitos y sus fracasos. Saber cómo llegamos hasta acá. También nos ayuda a conocer otras culturas y, de esta manera, promueve la tolerancia. La discriminación es en gran parte producto de la ignorancia. Por el contrario, a través de la educación aprendemos a desarrollar la empatía.

Además, la educación es una herramienta fundamental que nos ayuda a convertir la información (que hoy es más accesible que nunca antes en la historia) en conocimiento. A su vez, nos prepara para seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida. Es un desafío del presente para el futuro.

Es innegable que debemos repensar la escuela. A pesar del esfuerzo que día a día hacen docentes y trabajadores de la educación, el sistema educativo actual no prepara a los estudiantes para un mundo dominado por las ideas, la creatividad y la innovación.

Debemos preparar a los niños y niñas, además, para desafíos hoy inimaginables que requerirán de personas flexibles, creativas y con capacidad crítica. Mejorar la calidad y la relevancia de los contenidos y las estrategias educativas nos ayudará también a luchar contra la deserción escolar.

Otro de los desafíos del sistema educativo actual es erradicar los estereotipos que hacen que pensemos que solo algunos pueden dedicarse a ciertas disciplinas. Por ejemplo, muchas personas todavía piensan que para dedicarse a las ciencias, al desarrollo de tecnologías, a la ingeniería, al arte o las matemáticas (las llamadas STEAM) es necesario haber nacido con un talento especial y específico. Muy por el contrario, tanto el talento como las vocaciones pueden desarrollarse.

La vocación científica no tiene que ver con capacidades “naturales”, sino con el hecho de haber tenido ejemplos a seguir, de estar motivados y de la constancia que implica el trabajo duro. No debe haber distinción de género o clase social para tener la posibilidad de desarrollar las vocaciones. Esto no solo mejorará la calidad de vida de cada uno, sino que contribuirá al desarrollo de toda la comunidad.

La educación tiene un impacto económico en nuestras vidas. Y esto redunda también en las de nuestra sociedad porque el bien más importante con el que cuenta un país es el potencial y la formación de sus ciudadanos.

Sin embargo, hoy, pese a que los datos muestran una correlación entre el nivel educativo alcanzado, la calidad ocupacional y la movilidad social, en nuestro país parece haberse perdido la idea de que la educación es la herramienta más poderosa para transformar nuestra realidad.

Es urgente devolverle a la educación el valor social transformador. La tendencia a concentrarnos en el corto plazo, en las gratificaciones inmediatas, o la idea incorrecta de que hoy en día el ascenso social solo puede lograrse gracias a la herencia, los contactos o la corrupción atentan contra la apuesta de la formación a largo plazo.

Vivimos en un país cada vez más desigual. La brecha entre los que pueden acceder a la educación, a la alimentación o a la salud de calidad y los que no es cada día más amplia.

El gran sueño colectivo que nos una como país debe ser terminar con la desigualdad y desarrollarnos. Resulta imposible pensar una sociedad con un crecimiento sostenible partiendo de una distribución desigual del conocimiento. Tenemos que consensuar un proyecto de país en el que el desarrollo humano sea prioridad. Y en el que todos tengamos las oportunidades de potenciar al máximo nuestras capacidades sin importar dónde hayamos nacido o el lugar en el que vivamos. De eso se trata una verdadera comunidad.

 

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/derecho-basico-aprender_0_BTSiyXgoX.html

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