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Roberto Cuéllar Martínez: Costa Rica, el país sin ejército que lidera la guerra contra el cambio climático

Hay que reeducar ante la infame prioridad del dinero, las artimañas del poder y ante la destrucción degradante a causa del cambio climático. Desde Centroamérica, este país con renta baja y pocos recursos sigue impartiendo enseñanzas de vida, humana y natural.

El 1 de diciembre de 1948, poco antes de la Declaración Universal de Derechos Humanos, Costa Rica sorprendió al mundo al abolir su ejército y extirpar de un solo tajo cualquier tendencia militarista en la política. Así, sin movilizar ni un tanque de guerra, a lo largo de siete décadas ha sido protagonista de una reafirmación democrática peculiar, a la vez que revolucionaria, en el desarrollo progresivo de sus conquistas sociales y ahora ambientales.

Este acto, genuinamente disruptivo, abrió la senda para reconstruir la ética social y refundar los principios identitarios del pensamiento, la convicción de libertad y la actuación democrática del ser costarricense. Sin duda, esta ha sido la médula que aún sustenta las decisiones transformadoras en paz con la naturaleza, madre y maestra de la convivencia humana.

Al observar lo que sucede en el mundo en términos medioambientales (la insólita devastación de los bosques y las selvas, la contaminación de los océanos, la polución que envenena las sociedades, el deshielo de los glaciares y su influencia en la ralentización de las corrientes oceánicas, la escasez del agua y el riesgo de la reducción en la producción de alimentos, entre otras manifestaciones de terror), se logra inferir que otra guerra no armamentista, aunque igual de devastadora, amenaza a la humanidad.

Desde 1990, el país logró pasar del 47% al 60% de la cobertura boscosa por medio del pago por servicios ambientales. Y es ahora, efectivamente, un territorio más verde con la mayor guarda forestal en Centroamérica. Lo ha hecho sin ejército y con más educación entre el campesinado, a través de excepcionales modificaciones curriculares en el sistema educativo para asegurar una sólida conciencia ambiental entre las actuales y futuras generaciones. Así como a partir de 1950 se canjearon las armas por violines y cuarteles por escuelas, Costa Rica transformó el espacio verde al otorgarle progresión social e imponer gravámenes a los combustibles fósiles en la debida preservación de la masa forestal.

La educación en el país promueve hábitos de consumo diferenciados, fomenta la sensibilidad ecológica y lo hace por medio de prácticas inscritas en los currículos, con adecuada información científica desde la primera edad escolar

En esta obligación erga omnes (contra todos), Costa Rica vuelve a sorprender, porque en medio de la demoledora pandemia no ha dejado atrás los derechos emergentes ambientales, como lo es principalmente el del agua para la vida digna. Hasta 1990 algunos de los países vecinos les calificaron de comunistas por sus avances sociales, y ahora, con severos ajustes fiscales y en medio de la enorme crisis de salud, se empeña progresivamente en proteger más del 25% del territorio en parques nacionales y forestales, meta revolucionaria que emprendió en 1975. Tanto es así que China recién ha puesto atención a la construcción de sistemas de áreas protegidas en referencia a la experiencia costarricense.

En ese sentido, la cultura por la biodiversidad llena de vigor a la escuela. Y aquí cabe destacar el derecho a la educación como eje de sostenibilidad en la preservación de los bienes naturales, antes, durante y después de la pandemia.

Para afrontar esta crisis, Costa Rica una vez más ha puesto en perspectiva su principal bastión revolucionario: la educación como eje democrático, participativo, social, productivo y sostenible. Se han impuesto cambios en la formación integral ambientalista con equidad y en derechos, acciones que acompañamos decididamente la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Una muestra es el proyecto de cambio curricular y participativo orientado a la educación rural y ambiental que se realiza en la periferia del emblemático Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco —15 mil hectáreas bautizadas como la “montaña sagrada del agua”, única en Centroamérica—, justo cuando en este 2022 conmemoraremos el Año Internacional del Desarrollo Sostenible de las Montañas. El proyecto contribuye efectivamente al empoderamiento del aprendizaje sobre derechos humanos y el entorno sostenible de la mano de los gobiernos locales y supervisiones educativas de 45 centros escolares aledaños.

Así, cabe destacar que la educación en el país promueve hábitos de consumo diferenciados, fomenta la sensibilidad ecológica y lo hace por medio de prácticas inscritas en los currículos, con adecuada información científica desde la primera edad escolar. Y es que la misma Constitución Política señala el derrotero social, político y económico de una “Costa Rica natural”, al definir con precisión que “toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado”.

Esta meta humanista muy apremiante y tan propia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 (en especial de los Objetivos  y 13º), y de la transformación educativa que proponemos, solo se logrará incluyendo en el centro del currículo una crítica a los mitos de la modernidad: el consumismo y el dinero. Asimismo, replanteando los esquemas pedagógicos sobre la base de una ética ecológica, de manera que la infancia y juventud escolar crezcan en la solidaridad, la responsabilidad y en la necesaria preservación del planeta Tierra. Hay que reeducar ante la infame prioridad del dinero, las artimañas del poder y ante la destrucción degradante a causa del cambio climático. Desde Centroamérica, la pequeña Costa Rica, con renta baja y pocos recursos, sigue impartiendo enseñanzas de vida —humana y natural— que recordaremos siempre, porque cada lección es liberadora, como aquella magistral que dictó la caducidad del ejército en diciembre de 1948.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/red-de-expertos/2021-12-27/costa-rica-el-pais-sin-ejercito-que-lidera-la-guerra-contra-el-cambio-climatico.html

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Más conciencia, menos compromiso: ¿tenemos la educación ambiental que realmente necesitamos?

Los centros educativos y las oenegés necesitan aplicar nuevas estrategias y planes que promuevan un mayor compromiso ciudadano en ámbitos como el consumo o el transporte.

Por: María Cendrero/elespanol.com

«La forma en la que podemos promover el acercamiento entre el ser humano y la naturaleza es estando en el propio medio natural», esto es prioritario para conocer nuestro entorno, cuenta Federico Velázquez, presidente de la Asociación Española de Educación Ambiental (AAEE).

Adentrarse en la naturaleza, conocer lo que oculta, leer un libro a la sombra de un árbol, pisar con tus propios pies la hierba y experimentar el descubrimiento de nuevas especies. Son simples acciones que nos llevarán a comprender y conocer mejor la biodiversidad que nos rodea, pero ¿funciona mejor que una clase teórica?

Para los más pequeños «la percepción y la observación es fundamental», explica Velázquez. Necesitan experimentar el asombro, tocando, sintiendo, escuchando y poniendo a punto todos los sentidos. Esto es, para él, lo que actualmente debería tener en cuenta la educación ambiental dentro y fuera del aula.

Todos los expertos coinciden en que la vacuna para aprender a respetar la biodiversidad es la educación

Todos los expertos coinciden en que la vacuna para aprender a respetar la biodiversidad es la educación

Manuel Cortés, médico especialista en medicina preventiva y salud pública y activista medioambiental, hace un llamamiento a las familias para que practiquen más actividades al aire libre con sus hijos, porque «simplemente abrazar a un árbol es maravilloso«, explica entre risas.

Recuerda que en su infancia todo el mundo se subía a los árboles. Ahora, eso se ha perdido. Por este motivo, son necesarias nuevas alternativas que lleven –de nuevo– a ese contacto directo, a una sensibilización en «modo verde», como le gusta llamarlo a él.

Fue en 1983, con la I Jornada sobre Educación Ambiental en España, cuando se llevó a debate la importancia de esta herramienta para afrontar los desafíos medioambientales que se iban imponiendo en nuestro planeta.

Desde este momento, como indica el informe Hacia una educación para la sostenibilidad de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), la educación ambiental en España requiere una gran reflexión.

Como dice el estudio, la Agenda 2030 debe adquirir la importancia que necesita en esta materia para así afrontar los nuevos retos marcados a la vez que se ejecuta una estrategia que no sólo transmita mensajes de cambio, sino que debe ser protagonista del mismo «ofreciendo alternativas concretas».

«El 45% de los documentos educativos a escala nacional hacen poca o ninguna referencia a temas medioambientales», según la UNESCO

Con esa intención nació hace más de dos décadas la AEEA. El objetivo de esta organización, como cuenta su presidente, es promover la educación ambiental a través de diferentes vías: proyectos de investigación, cursos y talleres, entre otras. Y es que aplicar nuevos instrumentos que permitan ir más allá de los libros es esencial.

Aunque actualmente la población está más concienciada en cuestiones como el reciclaje o el ahorro de agua, para Velázquez todavía queda mucho recorrido en cuestiones de movilidad, consumo y ocio: «Estamos todavía muy al inicio y vamos con cierto desfase a las exigencias que tiene el medio ambiente hoy«, afirma.

Para este doctor en Química, hay cuatro áreas determinantes que deberían tenerse en cuenta en la educación ambiental: vivienda, utilizando recursos de ahorro y eficiencia; transporte, dando prioridad a desplazamientos a pie, bici o transporte público; alimentación, promoviendo el bajo consumo de carne y los productos locales; y consumo, reduciendo y cuestionando.

«Debemos ser sencillos y críticos frente a la publicidad y la moda», asegura.

¿Qué pasa en los centros educativos?

«El 45% de los documentos educativos examinados a escala nacional hacen poca o ninguna referencia a los temas medioambientales», según el informeAprender por el planeta publicado por la UNESCO en 2021.

Sin embargo, el mismo estudio desvela que los países miembros de la organización han progresado en cuanto a políticas educativas y planes pedagógicos: el 83% de los examinados abordaban cuestiones medioambientales al menos una vez. Pero esto no es suficiente.

«En los libros de texto la unidad de medio ambiente sigue siendo la última en tratarse», confirma Velázquez

Expertos coinciden en que la educación ambiental en las escuelas necesita una estrategia de calidad, implicada socialmente y en línea con cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Para REDS, «un centro educativo que camina hacia la sostenibilidad es una comunidad escolar que busca nuevas formas de ver nuestro futuro común«.

Sin embargo, todavía no se están aplicando nuevas herramientas ni se está haciendo lo suficiente. «En los libros de texto, la unidad de medio ambiente sigue siendo la última«, confirma Velázquez. Y eso no es todo: si falta tiempo, suele ser la que sigue quedándose fuera.

La Ley 3/2020 de Educación, aprobada en diciembre de 2020, indica que el sistema educativo no puede quedarse atrás en los desafíos que plantea el cambio climático en el planeta.

Por este motivo, hace referencia al papel de los docentes y cómo estos deben promover la cultura de la sostenibilidad ambiental y la cooperación social, además de desarrollar programas de estilos de vida sostenible y fomentar el reciclaje y el contacto con los espacios verdes. Pero, ¿cómo se aplica?

Para que la educación ambiental cumpla con los requisitos que exige el medio ambiente, es necesario que dentro del aula se trate transversalmente en todas las asignaturas, ya sea en matemáticas, tecnología o literatura.

En cada una de esas áreas se puede aportar una visión particular de esta problemática y hasta que en los centros educativos no se aprenda a trabajar así, «quedará mucho por hacer», presiente Velázquez.

Los más pequeños necesitan experimentar el asombro, sintiendo, escuchando y poniendo a punto los sentidos

Los más pequeños necesitan experimentar el asombro, sintiendo, escuchando y poniendo a punto los sentidos

Cortés, como médico pero también como escritor, lo trabaja desde la literatura. Gracias a sus publicaciones, que versan sobre la crisis medioambiental y los derechos humanos, acude a colegios con el objetivo de concienciar a los más jóvenes. Con su discurso intenta huir del alarmismo porque, según él, «puede tener un efecto contrario al que pretendemos».

Trabajar el impacto medioambiental a través del cuento, por su valor pedagógico y cultural, es clave para este médico leonés. Y es que este tipo de relatos son para todas las edades, pero trabajarlo con los jóvenes dentro y fuera de las aulas puede ser una alternativa novedosa.

En este sentido, una de las recomendaciones de la UNESCO es que el compromiso de las escuelas con el medio ambiente de un paso más y apoye acciones medioambientales e involucre en esa acción «a las escuelas y directores».

Una implicación conjunta

La educación ambiental no sólo debe aplicarse a niños y jóvenes, también necesita del aprendizaje de los más mayores. Pero, ¿están los menores más implicados que los adultos?

Cortés cuenta que es posible que Gabriel García Márquez tuviera razón en que es difícil convertir a un adulto en ecólogo; prefería convertir a los niños.

Los jóvenes, al estar más informados, están más sensibilizados pero el compromiso es menor

Es indiscutible que, debido a la conexión tecnológica constante, podemos acceder cuándo y dónde queramos a todo tipo de información. Esto es un punto a favor para los más jóvenes. Velázquez considera que al estar más informados, también están más sensibilizados, pues son más libres. «Ya veremos qué criterios aplican cuando tengan que comprarse una vivienda o un coche», dice.

Asimismo, asegura que el problema es el compromiso, porque «desgraciadamente ya no es tan alto». Lo ejemplifica haciendo referencia a su asociación, donde la media de edad es intermedia. Todavía hace falta que los menores se impliquen más en organizaciones sociales o movimientos ciudadanos.

Las oenegés han conseguido mantener a lo largo de los años estrategias de educación ambiental que han funcionado, pues «nunca hasta ahora se ha dispuesto de datos tan claros, precisos y veraces sobre los problemas socio-ambientales», explica REDS en su informe.

Asimismo, este tipo de organizaciones promueven el compromiso a través de diferentes acciones: hay nuevos temas y perspectivas que se están tratando dentro de ellas como la economía circular, la resiliencia, el ecofeminismo o el urbanismo ecológico.

Pero no se puede trabajar esta metodología solamente dentro de las aulas. La calle es también fundamental para crear una sociedad civil consciente y comprometida, capaz de respetar la biodiversidad y devolverle la vida al planeta.

https://www.elespanol.com/enclave-ods/historias/20211102/conciencia-compromiso-educacion-ambiental-realmente-necesitamos/622688382_0.html

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Día mundial de la Ecología: ¿Cuál es el rol de la educación ambiental?

Por: sobretiza.com/Evelyn Sigot

El 1 de noviembre se celebra el día mundial de la Ecología y de los Ecólogos, con el objetivo de destacar la importante labor de los ecólogos y buscando concientizar a la comunidad mundial. Durante esta jornada, se busca reconocer la importancia de conocer y valorar las relaciones que existen entre los seres vivos y sus medios, al tiempo que se busca concientizar a las poblaciones sobre la importancia de mantener una relación armónica con el ambiente. En ese sentido, ¿por qué es importante reivindicar la educación ambiental?

Esta fecha fue instituida con el propósito de reconocer a la Ecología como disciplina científica, valorar el trabajo de los profesionales ecólogos y concientizar a la humanidad sobre la importancia de mantener una relación armónica con el ambiente en que vive, asegurando su cuidado y preservación.

La ecología fue cobrando importancia a lo largo de los años, en especial con el advenimiento de los llamados de atención sobre el cambio climático, la desaparición de especies, tanto por la pérdida de los bosques tropicales, la regulación climática e hidrológica, la contaminación de las aguas, los suelos y el aire, entre otros factores.

Con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y el Acuerdo de París sobre el Clima, se hace visible la importancia de la ecología en la toma de decisiones a nivel mundial. Equilibrar el manejo de los recursos naturales y los procesos de crecimiento económico es una cuestión que necesita de los organismos internacionales, el sector público, la sociedad civil y el sector privado.

Ley ambiental y educación en Argentina

El 3 de junio de 2021 se publicó en el Boletín Oficial la Ley 27.621 para la Implementación de la Educación Ambiental Integral en la República Argentina, la cual tiene por objeto establecer el derecho a la educación ambiental integral como una política pública nacional conforme a lo dispuesto en el artículo 41 de la Constitución Nacional y de acuerdo con lo establecido en el artículo 8 de la Ley General del Ambiente N°25.675; el artículo 89 de la Ley de Educación Nacional N°26.206; y otras leyes vinculadas tales como Ley Régimen de Gestión Ambiental del Agua N°25.688; Ley de Gestión de Residuos Domiciliarios N°25.916; Ley de Bosques Nativos N°26.331; Ley de Glaciares N°26.639; Ley de Manejo del Fuego N°26.815; y los tratados y acuerdos internacionales en la materia.

La Ley 27.621 establece las definiciones de Educación Ambiental Integral (EAI), Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral (ENEAI), Estrategia Nacional para la Sustentabilidad en las Universidades Argentinas (ENSUA), Estrategia Jurisdiccional de Educación Ambiental Integral (EJEAI), Coordinación Ejecutiva de la Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral (CENEAI) y Coordinación Ejecutiva de la Estrategia Jurisdiccional de Educación Ambiental Integral (CEJEAI).

Asimismo, la norma establece los siguientes principios de la educación ambiental integral:

Abordaje interpretativo y holístico

Respeto y valor de la biodiversidad.

Principio de equidad.

Principio de igualdad desde el enfoque de género.

Reconocimiento de la diversidad cultural: el rescate y la preservación de las culturas de los pueblos indígenas.

Participación y formación ciudadana.

El cuidado del patrimonio natural y cultural.

La problemática ambiental y los procesos sociohistóricos.

Educación en valores.

Pensamiento crítico e innovador.

El ejercicio ciudadano del derecho a un ambiente sano.

Tras la sanción de la Ley 27.621 para la Implementación de la Educación Ambiental Integral (EAI), las provincias argentinas tendrán la tarea de establecer marcos de implementación en sus jurisdicciones.

Comienza el debate de la Educación Ambiental Integral en las provincias

¿Qué es la Ecología?

El término ökologie fue acuñado en 1869 por el naturalista y filósofo alemán prusiano Ernst Haeckel, a partir de las palabras griegas oikos (casa, vivienda, hogar) y logos (estudio o tratado), por ello ecología significa: el estudio del hogar.

La Ecología es una ciencia que estudia las interrelaciones entre los seres vivos y el medio que los rodea, por lo tanto, su complejidad y diversificación dependen de los elementos que conforman el medio y los actores involucrados en su estudio.

Por ello, al hablar de ecología es importante reconocer dos aspectos, por un lado, el académico en tanto disciplina científica y al trabajo de los ecólogos, así como también la concientización ciudadana, a través de la educación.

Cambio climático y ecología

Las investigaciones revelan que el daño ambiental y ecológico es cada vez más grande. Día Mundial de la Ecología y de los Ecólogos.

A esto hay que sumarle el crecimiento demográfico que demandará cada vez más recursos, lo cual incrementará la explosión demográfica y la pobreza extrema, y dificultará el servicio seguro de agua potable y el saneamiento en algunas poblaciones.

Se estima que, siguiendo el ritmo de destrucción ambiental actual, para 2050 se podrían perder más del 50% de los ecosistemas naturales. Y frente a este y otros datos, el llamado a repensar nuestros estilos de vida y costumbres dañinas para el medio ambiente se hace cada vez más fuerte.

Día mundial de la Ecología: ¿Cuál es el rol de la educación ambiental?

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La educación ambiental puede cambiar el mundo

cambio16.com

“La educación no cambia el mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo”. Esta frase del pedagogo brasileño Paulo Freire sintetiza la importancia de la enseñanza para la sociedad. ¿Podremos mejorar la salud del planeta a través de la educación ambiental?

La educación ambiental puede cambiar el mundo. Lo transforma de manera individual, reforzando el perfil de cada persona a través del fomento de valores, pero, sin duda, también de manera glo­bal. Solo así seremos capaces de construir un mun­do mejor. No se trata de una frase hecha o de un eslo­gan. Es una realidad que, con el retorno a las aulas, adquiere un mayor significado. En especial en este nuevo e ilusionante curso escolar en el que la pandemia, las medidas y los protocolos de protección seguirán estando presentes.

La crisis motivada por la pandemia de la COVID-19 ha modificado nuestra perspectiva. Dieciocho meses en los que el mundo ha sido testigo de uno de los procesos de cambio más rápidos de la historia, que ha dejado muchos retos, pero también muchas lec­ciones a su paso. Por este motivo, es importante po­ner en marcha los aprendizajes que hemos adquirido tras esta situación. El que nos ocupa hoy es la relación directa que hay entre el cuidado del medioambien­te y la salud.

De hecho, existen muchas coinciden­cias entre la situación provocada por el coronavirus y el deterioro que padece, muchas veces de manera sigilosa, la Tierra. Por ello, debemos aprovechar los avances en materia medioambiental que se han con­ seguido de manera rauda debido a los efectos tan ful­minantes del coronavirus. Es un impulso que debe­mos ver como un filón que hay que aprovechar para intentar paliar el resto de las situaciones que provo­can daño a nuestro planeta.

Solo a través de esta relación podremos entender la realidad actual. María Neira, directora de Salud Públi­ca de la OMS señalaba hace algunos meses en esta di­rección que teníamos que empezar a considerar «ya el respeto al medioambiente y entender por qué estamos aquí”. Porque el entendimiento es la fase previa al co­nocimiento. Una afirmación que solo se puede alcan­zar a través de la educación.

En este sentido, la propia OMS calcula que un 23% de la mortalidad es atribuible a factores medioam­bientales. Respecto a la población mundial, esta cifra supone 12,6 millones de muertes cada año, distribu­yéndose de manera desigual alrededor del planeta. Y es que la salud humana está estrechamente relaciona­da con nuestro entorno. Los alimentos que comemos, el aire que respiramos, el agua que bebemos y el clima que hace posible que vivamos. El estado de esos ele­mentos, según el lugar en el que habitemos, determi­narán la calidad de nuestro bienestar.

Unos datos que coinciden con la publicación del Pa­nel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, en el sexto informe de eva­luación, que ha ocupado recientemente las portadas de numerosos medios de comunicación. El organismo se­ñala de manera muy precisa hacia dónde se encamina el planeta si no tomamos medidas inaplazables.

En cualquier caso, aún hay tiempo para la esperan­za. De hecho, el texto señala que estamos a tiempo de revertir “el peor escenario en 30 años si actuamos ya” reduciendo nuestras emisiones de gases de efectos in­vernadero. Puede sonar lejano, pero es la única alter­nativa que tenemos. No podemos esperar más.

DAR LA ESPALDA AL MEDIOAMBIENTE PERJUDICA A TODOS

El aumento de estos gases en la atmósfera, por lo tan­to, ha tenido, tiene y seguirá teniendo un grave im­pacto en nuestro entorno y, en un futuro, en la calidad de nuestras vidas. Un ejemplo han sido los fenómenos atmosféricos que se han producido durante este ve­rano. Desde olas de calor, que cada año siguen alcan­zando registros históricos, pasando por fuertes inun­daciones e incendios que han generado un importante desastre a su paso en países del centro de Europa o incluso en países del arco mediterráneo, como Italia, Turquía o Grecia, y del que nuestro país tampoco se ha salvado.

Desafortunadamente, hace pocas semanas, pudimos ver como ardían más de 20.000 hectáreas de bosque y pasto en la provincia de Ávila. Reciente­mente, también hemos sido testigos de la muerte de oxíge­no, un problema con graves consecuencias ambienta­les, y también sociales.

El cuidado del medioambiente, por lo tanto, no es una opción, sino una necesidad que nos apela a to­dos. Para ello, es importante la concienciación. O, di­cho de otra manera, la educación, ya que es eviden­te que tenemos que cambiar determinados hábitos de vida como nuestra manera de producir y consumir, exprimiendo el planeta como si no tuviera límites.

EDUCACIÓN AMBIENTAL, PUNTA DE LANZA DE LA LEGISLACIÓN

Ante este escenario, surge una pregunta. ¿Y ahora qué hacemos? La respuesta es clara. La educación se posi­ciona como una herramienta fundamental en el proce­so de construcción social que tenemos ante nosotros. La educación con propósito, por lo que en este caso hay que potenciar aspectos relevantes para nuestra propia soste­nibilidad como especie, como todo lo que tiene que ver con el medioambiente y su situación actual.

Desde el ámbito institucional, ya se están dando pasos en este sentido. Ejemplo de ello es la nueva Ley de Educación, que pretende, entre otros aspec­tos, promover una cultura basada en la sostenibi­lidad ambiental para que el alumno pueda acceder a los aprendizajes y competencias necesarios para promover el desarrollo sostenible, y que los docen­tes reciban capacitación específica relacionada con la Agenda 2030.

ambiente

En paralelo, y de manera más específica, el Plan de Acción de la Educación Ambiental para la Sostenibili­dad en España 2020-2025 (PAEAS), aprobado por el Gobierno, se ha presentado recientemente para defi­nir las líneas estratégicas para la transición hacia una educación para el desarrollo sostenible en nuestro país en los próximos años, convirtiéndose en un fuer­te impulso en materia de valores ambientales, conoci­miento e información.

Todos estos ejes de actuación suponen la pues­ta en marcha de un cambio real en materia de soste­nibilidad en consonancia con la aprobación en mayo de este año de la Ley de Cambio Climático y Tran­sición Energética. Una medida legislativa que viene a reforzar el acervo jurídico impulsado desde la Comi­sión Europea y que cada país miembro debe traspo­ner a su legislación. Se trata de un avance sustancial, ya que se hace referencia directa en un apartado a la educación: “el sistema educativo español promoverá la implicación de la sociedad española en las respues­tas frente al cambio climático”. Una ley que debe tra­bajarse en el ámbito académico de una manera trans­versal y urgente.

En este sentido, la ministra de Educación y Forma­ción Profesional, Pilar Alegría, recientemente ha vuel­to a recalcar su posición manifestando que debemos situar la educación como un eje prioritario.

NATURALIZA, PROPUESTA PARA UN APRENDIZAJE AMBIENTAL ACTIVO

La primera mujer médica e importante pedagoga y educadora italiana María Montessori decía: “Siembra en los niños ideas buenas, aunque no las entiendan… los años se encargarán de descifrarlas en su enten­dimiento y de hacerlas crecer en su corazón”. Este es precisamente el espíritu del trabajo que tenemos que realizar para concienciar a los alumnos sobre la si­tuación actual en materia de sostenibilidad. Son varios los proyectos que están trabajando en este sentido.

De hecho, la UNESCO lanzó en mayo de este año la pro­puesta de que la educación ambiental debía conver­tirse en un elemento clave para los planes de estudio en 2025. Un compromiso suscrito por más de ochen­ta ministros y viceministros a nivel internacional, así como más de dos mil especialistas en el sector de la educación y el medioambiente.

En España ya estamos avanzando en esta direc­ción y el nuevo marco legislativo, al que me refería antes, defiende que nuestros hijos deben disponer de las herramientas necesarias para construir un nue­vo sistema que transforme el mundo en un lugar más respetuoso. Con esta premisa, desde Ecoembes quisi­mos poner en marcha un proyecto que ayudase a lle­var el medioambiente a las aulas y sacar las aulas al medioambiente, poniéndose en marcha, hace casi ya cuatro años, Naturaliza.

CURRÍCULUM ESCOLAR Más de la mitad de los planes de estudio de casi 50 países no mencionan el cambio climático y apenas el 19% se refiere a la biodiversidad, según la UNESCO, que hace un llamamiento para que se incorpore la educación ambiental al currículum escolar de aquí a 2025. La educación no prepara suficientemente a los estudiantes para adaptarse, actuar y responder al cambio climático y a la crisis medioambiental

Se trata de un proyecto con el que intentamos apor­tar nuestro granito de arena hacia el cambio y del que nos sentimos muy orgullosos, sobre todo de los cer­ca de 1.400 docentes que forman parte de él. Si algo podemos destacar de todos estos años es el nivel de implicación y compromiso de cada uno de ellos. Do­centes que, a pesar de las circunstancias, y de los nue­vos ritmos y protocolos marcados por la pandemia, no han querido dejar de formarse para acercar a su alumnado, a través de métodos de innovación educati­va, una materia tan importante como es el cuidado del medioambiente y el amor por la naturaleza.

Y es que la educación ambiental en las escuelas, como la entendemos nosotros, es una responsabi­lidad que no debe recaer solo en el profesorado o los centros educativos. Es imprescindible contar con el apoyo de todos. Por este motivo, desde Naturaliza qui­simos crear una Escuela de Docentes. Una plataforma a través de la cual les garantizamos las herramientas y el conocimiento necesario para poder impartir sus clases con una mirada ambiental. Un curso guiado y dirigido por expertos en la materia.

EN LÍNEA CON LOS ODS Naciones Unidas aprobó en 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Planteando así 17 Ob­jetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Desde Naturaliza trabajamos en línea con los ODS a través del Objetivo 4 meta 7: “Asegurar que todos los alumnos adquieran los cono­cimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el de­sarrollo sostenible”

Además, ponemos a su disposición una biblioteca con más de 2.000 recursos que les sirven de guía para transformar el currículo escolar. Nuestra apuesta tie­ne una sola dirección: el medioambiente debe estar in­tegrado en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello, estos recursos establecen una serie de obje­tivos curriculares y objetivos ambientales a cursar en asignaturas como matemáticas, lengua, ciencias socia­les o ciencias naturales. Se trata de un método que gene­ra aprendizajes significativos en el alumnado, además de ser un elemento motivador. A través de proyectos, sesio­nes y salidas, el alumnado explora su entorno y aprende a cuidarlo reflexionando y proponiendo continuamente acciones de mejora individual y colectiva.

En este sentido, durante este periodo también he­mos aprendido que no hay mejor aula que la natura­leza, y que aprovechar el entorno directo como una clase puede no ser solo una gran solución a niveles lo­gísticos, sino que es también un aspecto muy benefi­cioso para el desarrollo de los más pequeños.

El comienzo del curso escolar es siempre un buen momento para recordar prioridades. En este caso, li­gadas a la educación y al futuro de nuestro planeta. No tanto para mirar al horizonte y plantear cambios, sino para actuar desde lo colectivo.

Ahora toca apoyar a la educación y, en concreto, la medioambiental. Ya se están escuchando estos recla­mos y, entre todos, comenzamos a dar pasos en esta dirección. Un soplo de esperanza que esperemos que sirva para mover el mundo. No nos detengamos.

La educación ambiental puede cambiar el mundo

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Del guiño verde al primer encuentro nacional de Teachers For Future

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  • Los próximos 1 y 2 de octubre se celebra el primer encuentro nacional organizado por Teachers For Future. Lo hará en Madrid con el objetivo de compartir información, conocimiento y prácticas alrededor de la educación ambiental y ecosocial.

Parece casi un sueño si se echa la vista atrás. Hace ya unos años, un grupo de docentes preocupados por el medio ambiente y la sostenibilidad se reunían entorno al blog El Guiño Verde para hacer sus aportaciones de información, prácticas y experiencias en torno a estos temas. Un tiempo después, «explotaba» una marea mundial de grandes dimensiones que, parecía, estaba liderada por la juventud, encarnada por Greta Thunberg. De ese caldo de cultivo surgió Teachers for Future Spain (Profes para el futuro). Y aunque la pandemia de los últimos 18 meses se ha comido buena parte de todo, han seguido trabajando incansablemente este tiempo.

Y lo han hecho en dos frentes. Uno, la redacción de una propuesta curricular «para una educación ecososial frente a la emergencia climática» y, dos, la organización del primer encuentro nacional de Teachers For Future, que se celebra al final de esta semana en el Real Jardín Botánico de Madrid.

En él contarán con la presencia de científicas, divulgadores y activistas de diferentes ramas y, también, con maestras y profesores de medio país y que han estado involucrados muy activamente en la confección de la propuesta de currículo ecosocial que la organización tuvo oportunidad de compartir con representantes del Ministerio de Educación hace algún tiempo.

Concepción Arlandis es maestra de infantil en un colegio público. Ángel Silvente, profesor de secundaria en un instituto. Ambos trabajan en la Región de Murcia y han participado activamente en la redacción de la propuesta curricular y en la conceptualización del encuentro.

Ambos lo tienen claro, el encuentro surge de la necesidad de conocerse. Teachers For Future nace como tal en la primavera de 2019, recuerda Arlandis. Lo hace de un núcleo más pequeño que, de una u otra forma, tiene como una de sus preocupaciones más claras el medio ambiente y la educación ambiental. A finales de ese mismo año, tras haber presentado ya su manifiesto, algunos de estos miembros se conocen en Madrid durante la celebración de la Cop25.

Y después, llegó la pandemia y todo tuvo que posponerse. El trabajo que han venido realizando, en la práctica totalidad, desde 2019, ha sido telemático, aunque ya desde muy temprano querían organizar «una quedada, por decirlo así», confirma Arlandis. Un encuentro para «cargar pilas», comenta Silvente.

Finalmente, a principios de este año pudieron ponerse en marcha a dar los primeros pasos para organizarlo, sobre todo cuando las cifras de la pandemia parecían hacerlo posible. Los próximos 1 y 2 de octubre se han citado, pues, para compartir experiencias y conocimiento. Para saber de otras realidades escolares, pero no solo. También para hablar de problemáticas sociales relacionadas con el cambio climático, como las migraciones climáticas; o para aprender sobre el uso de los espacios, la renaturalización de los centros; escuchar la visión de las familias y un largo etcétera.

Dos días de mucho ajetreo en los cuales, comenta Silvente, también habrá que tomar decisiones sobre cuáles son los pasos siguientes que Teachers debe afrontar para llegar más lejos.

El cambio curricular

Entre todo el esfuerzo que han desarrollado en este tiempo, destaca la redacción de la propuesta curricular. Un documento de 128 páginas en el que han colaborado decenas de docentes desde infantil hasta secundaria. Un documento que tiene la virtud de haberse ido confeccionado en paralelo a los trabajos que se estaban desarrollando en el Ministerio de Educación de preparación del nuevo currículo de la Lomloe.

Este viaje paralelo ha servido para que la propuesta, ya presentada en su momento al Ministerio, haya tenido un carácter muy técnico y en una línea muy parecida a la que estaba redactando el Departamento que, en aquel momento, dirigía Isabel Celaá.

El documento entra con todo detalle en propuesta de contenidos y competencias que pueden trabajarse en las diferentes áreas de conocimiento tanto en infantil como en primaria, al tiempo que, en secundaria, ofrece ejemplos de en qué materias se pueden incardinar determinadas cuestiones.

Tanto Arlandis como Silvente tienen claro que la propuesta curricular debe ser transversal y desbordar lo netamente curricular, entendido esto como contenidos que se imparten en un área, o una hora determinadas. Silvente comenta por teléfono que hubo cierta discusión en el grupo sobre si debía plantearse la creación de una materia concreta o si deberían repartirse los saberes a lo largo y ancho del currículo escolar. Se optó por esta posibilidad.

La propuesta pretende ser tan abierta y «universal» como para salir del marco de las materias y mirar hacia otra dirección muy importante como es la de la organización de los centros. Organización en el sentido de lugar en el que se realizan compras y gastos como los de agua y electricidad. Los centros como agentes de cambio que deben predicar no solo con la palabra, sino con el ejemplo. Así lo entiende Silvente.

Las administraciones deben hacer su parte aquí; las autonómicas y las municipales, ya que son las que manejan los presupuestos de los centros, ya sean de infantil y primaria o los de secundaria. Administraciones que deberían apostar por la reducción de residuos, por la eficiencia eneregética o por la renaturalización (o naturalización, según el caso) de los espacios escolares. Un campo, al menos, que en los últimos años ha ido ganando más y más peso.

Por delante, les queda el arduo trabajo de contactar con las diferentes comunidades autónomas para intentar hacer la mayor incidencia posible. «Nacimos pasa eso, para empujar a las administraciones», comenta Arlandis. Es el momento, ahora y el próximo año, en el que se van a confeccionar, primero, los decretos de enseñanzas mínimas que, después, verán su traducción en las autonomías. Es el momento de hacer la incidencia para colar la emergencia climática, de nuevo, en la agenda de los representantes políticos.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/09/27/del-guino-verde-al-primer-encuentro-nacional-de-teachers-for-future/

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La UNESCO se suma a Galápagos Infinito: niñas y niños navegando hacia la educación inclusiva por la sostenibilidad

UNESCO

Las y los estudiantes de Galápagos del 7mo de básica participan en ‘Galápagos Infinito‘, un programa de educación experiencial que tiene como objetivos acercarlos al mar, promover su conexión con la naturaleza y generar un mayor conocimiento de sus islas. La iniciativa suma ahora el apoyo de la UNESCO para el desarrollo de misiones digitales y presenciales, acompañando así esta experiencia de aprendizaje significativo que proporciona herramientas, información y estímulos para edificar la vivencia de jóvenes científicos en roles creativos y de liderazgo.

El programa, creado por la Fundación Naveducando, el Consejo del Régimen Especial del Gobierno de Galápagos y la agencia de comunicación de riesgo Pacífico, pretende inspirar a la próxima generación de conservacionistas ambientales y culturales para la protección y defensa del archipiélago. “Galápagos Infinito” es una misión de redescubrimiento que permite a niños y niñas aprender sobre el mar, ciencia, biología, astronomía, animales, volcanes, navegación, entre otros temas apasionantes, conectándolos con su hábitat desde un enfoque educativo para el desarrollo sostenible.

Este 17 de junio, niños y niñas compartirá una misión digital única. Se conectarán para conocer virtualmente a la tripulación científica a bordo de una embarcación de investigación, que cuenta con un robot submarino que bajará a explorar las profundidades del mar en el Pacífico Oriental. Enlace para la misión: https://youtu.be/6GrbdQyAoqk

Para mayor información sobre el programa Galápagos Infinito visita https://galapagosinfinito.com/

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La educación ambiental para todas las edades es ley en Argentina

Por: Daniel Gutman

BUENOS AIRES – Desde el nivel preescolar hasta la universidad, todos los estudiantes de Argentina deberán acceder a educación ambiental. Lo establece una ley sancionada en mayo por el Congreso Nacional y celebrada por organizaciones de la sociedad civil como lo que es: la concreción de un logro largamente anhelado.

“Hubo muchísimos proyectos sobre educación ambiental a lo largo de los últimos 20 años. Incluso hubo un par que tuvieron media sanción de una de las Cámaras pero no completaron el recorrido por falta de consenso político”, dijo Juan Cruz Zorzoli, director de Amartya, una organización que promueve la educación ambiental.

“La sanción de la ley es un síntoma de un cambio de época, debido fundamentalmente al  activismo ambiental y la visibilidad de los jóvenes, que cuestionan el modelo de desarrollo y la relación de la sociedad con la naturaleza y toman como ejemplo a (la activista ambiental sueca) Greta Thurnberg”, agregó en diálogo con IPS.

Con su Ley de Educación Ambiental Integral, Argentina se convierte  en el segundo país de América Latina en contar con una norma específica sobre la materia, por detrás de Brasil, aunque en su caso se limita a establecer y reglamentar un Programa Nacional de Educación Ambiental. Otros países latinoamericanos han incluido el tema dentro de sus últimas leyes de educación.

La ley , también conocida por su número, 27.621, fue impulsada por los ministerios de Educación y Ambiente y promulgada este  jueves 3 de junio por el presidente Alberto Fernández. Y si bien contó con el apoyo de todos los espacios políticos en el parlamento, no faltaron puntos de controversia relacionados con la tensión entre el desarrollo económico y la conservación ambiental.

El senador Alfredo de Angeli se quejó durante el debate de que el proyecto se haya sido discutido en las comisiones de Educación, de Ambiente y de Presupuesto del Senado y la Cámara de Diputados, pero no en las de Agricultura.

“Tenemos mucho para aportar”, dijo De Angeli, productor agropecuario de la provincia de Entre Ríos que saltó a la política en 2008, cuando se hizo conocido como uno de los líderes de una larga protesta del empresariado rural contra un aumento de los impuestos a las exportaciones de soja.

El extendido cultivo de soja, que ocupa más de la mitad del área sembrada desde que a fines de los años 90 se aprobó la primera variedad transgénica, es cuestionado por organizaciones ambientales, por su impacto en el uso de agroquímicos y en la deforestación.

En tono de reproche, De Angeli recordó que tampoco pasó por las comisiones parlamentarias de Agricultura la llamada ley de manejo del fuego, aprobada el año pasado, que prohíbe por hasta 60 años la venta de tierras donde se hayan registrado incendios forestales, para evitar conductas especulativas que destruyan los bosques. Esa norma fue rechazada por todas las entidades agropecuarias.

Además, en la discusión de la ley de educación ambiental no faltaron legisladores que cuestionaran la ausencia del sector empresarial en el Consejo Consultivo que asesorará a las autoridades en el diseño de los contenidos educativos, integrado por organizaciones indígenas, estudiantiles, gremiales docentes, científicas, de guardaparques, de recicladores y de la sociedad civil.

Lo más importante de esta ley es que obliga a trazar una estrategia de educación ambiental para los ámbitos formales de educación y también para los no formales, que alcance a todos las edades” (Laura Castillo Díaz)

La ley define a la educación ambiental como “un proceso que defiende la sustentabilidad como proyecto social, el desarrollo con justicia social, la distribución de la riqueza, preservación de la naturaleza, igualdad de género, protección de la salud, democracia participativa y respeto por la diversidad cultural”.

Una de las cuestiones que establece la norma  para su implementación es que se deberá realizar un estudio de percepción ambiental, explicó Cristina Ruiz del Ferrier, subsecretaria Interjurisdiccional e Interinstitucional del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Una movilización de jóvenes en Buenos Aires, en reclamo de mejores políticas ambientales, con el fondo del Congreso Nacional, que en mayo sancionó la ley que incorpora la educación ambiental en todos los niveles de la educación argentina. Foto: Eco House Global

“Así podremos tener información que nos permita orientar los planes, programas, proyectos y mensajes de acuerdo a los diferentes destinatarias y destinatarios de manera efectiva”, destacó a IPS la funcionaria y especialista en políticas públicas.

Ruiz del Ferrier comentó que el proyecto recogió las demandas de las 23 provincias, que buscaban así fortalecer e institucionalizar la labor de esas regiones federales, porque de hecho ya vienen trabajando en educación ambiental, en varios casos con el respaldo de leyes locales en la materia.

“Se necesitaba que el tema tuviera un poco de visibilización y empuje para que lo aprobara el Congreso, después de tantos años de estar en la agenda parlamentaria, y eso fue lo que aportamos desde la sociedad civil”, dijo María Aguilar, coordinadora de los Departamentos de Educación Socioambiental y de Investigación y Política Socioambiental de Eco House Global, una organización que trabaja en temas de sostenibilidad a través del voluntariado.

“También realizamos un trabajo de incidencia con el que servimos de puente para que los distintos sectores políticos limaran sus diferencias y tuviéramos ley”, contó Aguilar a IPS.

“De modo tal que el rol y participación de las y los jóvenes en la educación ambiental y en esta ley en particular es de suma importancia”, añadió.

Laura Castillo Díaz, coordinadora en el área de Política Ambiental en la no gubernamental Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), destacó a IPS que la ley viene a pagar una deuda que estaba pendiente desde hacía décadas.

Apuntó, en ese sentido, a la Conferencia de Estocolmo de 1972, la primera gran cumbre mundial sobre temas ambientales convocada por Naciones Unidas, que en su Declaración Final señaló la importancia de la educación ambiental.

También señaló a la Constitución Nacional argentina, que desde su última reforma, en 1994, reconoce el derecho de los habitantes del país a vivir en un ambiente sano y fija la obligación de las autoridades de proveer educación e información ambientales.

“Lo más importante de esta ley es que obliga a trazar una estrategia de educación ambiental para los ámbitos formales de educación y también para los no formales, que alcance a todos las edades”, explicó Castillo Díaz.

Una concentración de jóvenes que buscan concientizar del impacto del cambio climático en Buenos Aires, en la Plaza de Mayo y frente a la Casa Rosada, sede de la Presidencia de Argentina. Foto: Eco House Global

“En el caso de las universidades públicas y privadas se prevé que además tendrán que diseñar y poner en práctica un programa de gestión ambiental, que se aplique al manejo de sus propias problemáticas, como el manejo de los residuos o el consumo de energía”, añadió.

En las universidades argentinas las cuestiones ambientales están atrayendo cada vez más interés no sólo en carreras vinculadas a las ciencias duras, sino también en el terreno humanístico.

En la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires (UBA), estudiantes impulsaron la creación de un seminario de socioambientalismo, con clases durante todo el año que incluyen tema como cambio climático, eco-feminismo y el modelo de desarrollo que pone a los países latinoamericanos en el rol de proveedor de materias primas para el mercado internacional.

“En nuestra carrera no existía la perspectiva ambiental y entonces organizamos el seminario con algunos compañeros. Abrimos la inscripción y pensamos que podíamos tener 30 inscriptos, pero en una semana teníamos más de 300”, dijo Federico Pellegrino, estudiante de Ciencia Política de 21 años.

De alguna manera, reconoció a IPS, “Greta nos puso el tema en agenda. Hoy veo claramente un vínculo entre lo ambiental y lo social. Ocuparse de lo ambiental significa ocuparse de cómo mejorarle la vida a la gente”.

Según se estableció en la ley, los ministerios y representantes de las provincias deberán diseñar una Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral (Eneai), que a su vez dará lugar a estrategias jurisdiccionales, que deberán ajustarse “a la realidad de los territorios”.

Eso entusiasma a Pellegrino, que imagina contenidos vinculados a las distintas problemáticas que enfrenta un país tan diverso como Argentina, cuyo extenso territorio tiene desde la gran llanura agrícola en el centro del país hasta los bosques chaqueños y las mesetas de altura de la Puna en el norte, pasando por la estepa patagónica en el sur, la Cordillera de los Andes en el oeste y la selva paranaense en el noreste.

“Queremos que en el Chaco se hable de la deforestación, en la Patagonia se hable del impacto de las represas y en la Puna se hable de por qué Argentina, Bolivia y Chile tienen que pagar el costo de proveer el litio para los autos eléctricos de Europa y Estados Unidos”, explicó este universitario, que comenzó como activista ambiental y hoy trabaja  en la organización Eco House.

[Imagen: Una imagen de la que se caracterizó como la primera escuela sostenible de Argentina, en la localidad de Mar Chiquita, una localidad de la oriental provincia de Buenos Aires. Trabajó en ella la asociación Amartya, que promueve la educación ambiental. El edificio toma la energía del sol y aprovecha todos los residuos. Foto: Amartya]

ED: EG

Fuente: https://ipsnoticias.net/2021/06/la-educacion-ambiental-para-todas-las-edades-es-ley-en-argentina/

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