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Fortalecerán educación ambiental en 10 instituciones educativas de Cartagena

Colombia/30 Julio 2016/Fuente: Radio Caracol

Epa Cartagena firma convenio con Fundación Soñar + Verde

El Establceimiento Público Ambiental, EPA Cartagena, anunció que con la Fundación Soñar + Verde se trabajará el piloto de fortalecimiento en educación ambiental en algunos planteles educativos de Cartagena, a find e que los niños y jóvenes del Distrito tomen conciencia de la importancia de estos temas y puedan empezar a trabajar por mejorar su entorno.

Los colegios en los que se hará el plan inicialmente son José Manuel Rodríguez Torices (Inem), Soledad Acosta de Samper, Liceo de Bolívar, John F. Kennedy, Fulgencio Lequerica Vélez, Omaira Sánchez Garzón, María Auxiliadora, Casd Manuela Beltrán, Rafael Núñez y el Megacolegio del barrio Bicentenario.

Los resultados serán medidos con indicadores y metas, las cuales se reportarán mensualmente al Comité Ambiental Escolar y al Comité Ejecutivo del proyecto Praes de Cartagena. El proyecto también está diseñado para que la enseñanza impartida en el colegio sea llevada a los hogares de los estudiantes y a la comunidad.

La Fundación Soñar + Verde, con una amplia y reconocida trayectoria en esta labor de asesoría de los proyectos ambientales escolares significativos (Praes), trabajará la educación ambiental en cuatro pilares básicos: residuos sólidos, reforestación, ahorro de agua; y uso eficiente de la energía.

Con el programa Mi Escuela Limpia – Mi Entorno Limpio se enseña a los estudiantes a no arrojar los residuos sólidos al piso, a realizar separación en la fuente para el reciclaje y aprovechamiento, lo que representa muchos beneficios para la ciudad.

A través de la implementación de estos programas se contribuirá a la transformación de los hábitos y comportamientos de los miembros de la comunidad educativa, e influir en su entorno y hogares para lograr una ciudad más limpia y saludable.

El programa Soñando una Cartagena Verde imparte una lección de vida enseñando a los estudiantes el valor de los árboles, cómo sembrar semillas de árboles frutales, maderables de fronda y sombrío, iniciar y mantener un vivero escolar con pocos recursos, y plantar los árboles en la comunidad con la colaboración de los padres de familia.

Para el uso eficiente del agua y energía harán mediciones teniendo en cuenta el consumo que genera la facturación mes a mes, y así establecer estrategias para el ahorro en estos servicios públicos. En ejercicios anteriores en escuelas asesoradas por esta Fundación, los resultados obtenidos demuestran que es posible reducir el consumo de agua de las instituciones educativas en un 70%, y de energía, en un 50%.

María Angélica García Turbay, directora del EPA Cartagena, explica que todos estos proyectos le apuntan a la mitigación del cambio climático. “Este es un proyecto ambicioso y basado en la experiencia y resultados logrados por Soñar + Verde en 2013 y 2014 con el Programa Revivo (de Fundación Mamonal) implementado en 19 Instituciones Educativas Oficiales (IEO) de la Localidad 3 de Cartagena y áreas rurales de Bolívar y en 10 IEOs de las Localidades 1 y 2 patrocinadas por la Fundación Soñar + Verde durante 2014 y 2015”, anota la funcionaria.

Por su parte, Angelo Indovino, representante legal de la Fundación Soñar + Verde, explica que mediante este programa se crearán líderes en los colegios, desde el rector, docentes y estudiantes.

Fuente: http://caracol.com.co/emisora/2016/07/29/cartagena/1469758094_580393.html

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Cuba: Ecoarte, el mundo y el medio ambiente

Cuba/28 julio 2016/Fuente: Ahora.Cu

Ecoarte es un programa de Educación Ambiental Comunitario a largo plazo, nacido el 13 de agosto de1996, con el objetivo de lograr la participación activa y consciente de la comunidad desde sus más queridos retoños, en la formación de una cultura, educación y ética a favor del Medio Ambiente. Como consecuencia del gradual desarrollo alcanzado por este programa, devino necesidad el abrir nuevos espacios para la promoción y la consolidación de lo alcanzado en materia de Educación Ambiental Comunitaria.

Se creó entonces el Centro Cultural de Educación Ambiental Comunitario (CCEA) de Cubaníquel, con el objetivo de aglutinar, coordinar y continuar el despliegue de acciones, con objetivos estratégicos a corto, mediano, y largo plazos. Tal evolución, ciertamente, se corresponde con el hecho de que los problemas del Medio Ambiente constituyen hoy una de las mayores preocupaciones políticas, económicas, sociales y educativas a nivel global, pues de su solución dependerá, en gran medida, la existencia misma de la vida en la Tierra.

La protección del entorno y la concepción del desarrollo sostenible, implican un tipo de progreso en los campos productivos y sociales que satisfagan las necesidades básicas de la actual generación humana, sin poner en peligro las posibilidades de las generaciones venideras. Para ello se requieren de voluntades, decisiones y puesta en práctica de acciones políticas, económicas, científicas y educativas, entre otras.

La humanidad debe enfrentar el reto de lograr que su protección sea armónica y compatible con el progreso económico-social, a la vez que se solucione paralelamente el desafío de eliminar las guerras, la pobreza, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo y otros problemas que atentan contra la calidad de la vida del principal componente: el hombre.

En los últimos años, es apreciable la preocupación internacional ante el alarmante deterioro del Medio Ambiente mundial y, por tal motivo, se han convocado reuniones para promover e implementar acciones a favor de su protección, y para la puesta en práctica de un consecuente proceso de Educación Ambiental.

Para la adopción de acciones concretas a favor de integrar el desarrollo económico y social con la protección del medio ambiente, la Asamblea General de las Naciones Unidas creó, en el decenio 1980-1990, una Comisión Mundial con el propósito de diseñar un programa global para evaluar, controlar y minimizar la degradación del medio ambiente.

El trabajo de la Comisión, presidida por la Señora Gro Harlem Brundtland, dio como resultado el informe denominado: Nuestro Futuro Común. En el se ofrecieron resultados relevantes, pues consolidó y reafirmó los conceptos y los criterios sobre la interdependencia del medio ambiente con el desarrollo económico y social; necesidad de hacerlo sostenible; diferenciación de los problemas ambientales en los países desarrollados y subdesarrollados; y la degradación y explotación irracional del medio ambiente, ocasionada fundamentalmente por los países desarrollados.

Considerando los resultados del informe y la agudización de los problemas del Medio Ambiente, la Asamblea General de las Naciones Unidas, que tuvo lugar en 1989, mediante la Resolución 44-228, convocó a la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en Río de Janeiro, Brasil, en 1992, entre cuyos documentos se aprobó la denominada Agenda XXI, que contiene propuestas de acciones nacionales e internacionales para detener los procesos de degradación.

Después de la Cumbre de la Tierra, los avances y los resultados obtenidos no se corresponden con la prioridad que se le debe conferir a estos problemas. La Agenda XXI, como documento para la estrategia y las acciones a favor de la protección del medio ambiente en el presente siglo, no está elaborada y menos implementada en muchos países.

Sin embargo, Cuba fue de los primeros países del mundo que incorporó y enfatizó los acuerdos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, al expresar el carácter estatal de su protección.

El Estado Cubano tiene elaborado y aprobado el Programa Nacional de Protección del Medio Ambiente y Desarrollo, como adecuación al documento Agenda XXI, que contiene los objetivos, estrategias y acciones para el trabajo de protección y las actividades de educación ambiental, a promover y perfeccionar en el país. Con el propósito de elevar la eficiencia y la calidad, así como profundizar, desarrollar y controlar el trabajo ambiental, el Estado Cubano implementó la Ley 81 del Medio Ambiente y la Estrategia Nacional Ambiental hasta el 2030.

La protección del medio ambiente en Cuba se hace realidad y tiene, como centro de atención, al hombre, en tanto se materializa en los logros de la salud, la educación, la ciencia, la técnica y la seguridad social, entre otros aspectos, junto con la atención y las acciones para proteger el entorno natural.

Por ello, en los documentos antes referidos, los objetivos, las estrategias y las acciones que se expresan para cumplir la Agenda XXI, se corresponden con los resultados y logros obtenidos por la Revolución Cubana, y que para muchos países del llamado Tercer Mundo resultan una utopía alcanzarlos en el contexto de las actuales relaciones internacionales y las diferencias entre el Norte y el Sur. Cuba, reconoce que es posible lograr el desarrollo sostenible y ecológicamente sustentable y, para ello, es imprescindible que los países desarrollados-principales responsables-pongan a disposición de los países subdesarrollados los recursos financieros, la ciencia y la tecnología para resolver el problema.

El Estado cubano está convencido de que el logro del desarrollo económico ambientalmente sostenible, exige un enfoque y una concepción global y multifacética, que considere la aguda crisis económica de los países en desarrollo, así como de la revisión y el diseño de los actuales patrones de producción, distribución y consumo de las economías de los países desarrollados impuestos a las naciones subdesarrolladas. Cuba, reconoce y reitera que, con un desarrollo político, económico y social planificado, y la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción, se puede poner en práctica la consecuente protección del Medio Ambiente. Por ello, el trabajo de Educación Ambiental no formal e informal de Ecoarte con niños y jóvenes moenses, a las puertas de su XX Aniversario, es un ejemplo en la escala de municipio para todo el país y tal vez más allá, algo reconocido con el Premio Nacional de Medio Ambiente en 2014 y otros lauros. Tiene mucho futuro a partir de un luminoso presente, pues ya involucra prácticamente a toda su comunidad, liderado por el MsC. Melaneo Maden Betancourt.

Fuente noticia: http://ahora.cu/secciones/opinion/24606-ecoarte-el-mundo-y-el-medio-ambiente

Fuente imagen:https://cienciadecuba.files.wordpress.com/2011/10/ciencia-cubana_ciencia-de-cuba_moa_holguc3adn_proyecto-de-educacic3b3n-ambiental-ecoarte_7.jpg?w=760

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Pedagogía de la Tierra y Cultura de la Sustentabilidad

América del Sur/Brasil/Julio del 2016/Moacir Gadotti/www.uyitskaan.org/

Por primera vez en la historia de la humanidad, no por efecto de armas nucleares, pero por el descontrol de la producción, podemos destruir toda la vida del planeta. Es a esa posibilidad que podemos llamar la era de la exterminación.

Pasamos del modo de producción al modo de la destrucción; tendremos que vivir de ahora en adelante enfrentando el permanente desafío de reconstruir el planeta. Tenemos quizás un poco más de 50 años para decidir si deseamos o no destruir el planeta. Los paradigmas clásicos que orientaron hasta ahora la producción y la reproducción de la existencia en el planeta pusieron en riesgo no solamente la vida del ser humano, sino todas las formas de vida existentes en la Tierra.

Las alertas se han dado durante varias décadas por científicos y filósofos desde los años ’60. Necesitamos de un nuevo paradigma que tenga como fundamento la Tierra. Por otra parte, vivimos en una era de la información próspera en tiempo real, de la globalización de la economía, pero para pocos, de la realidad virtual, de la Internet, de la eliminación de fronteras entre naciones, de educación a distancia, de oficinas virtuales, de robótica y de sistemas de producción automatizados y del entretenimiento. Vivimos el ciberespacio de la formación continuada.

Las nuevas tecnologías de información y de comunicación marcaron todo el siglo XX. Marx sostenía que el cambio en los medios de producción transformaba el modo y las relaciones de producción. Eso mismo sucedió con la invención de la escritura, del alfabeto, de la prensa, de la televisión y hoy está sucediendo con la Internet.

El desarrollo espectacular de la información, ya sea en lo que dice respecto a las fuentes, ya sea la capacidad de difusión, está generando una verdadera revolución que afecta no solamente la producción y el trabajo, pero principalmente la educación y la formación. El escenario está dado: globalización provocada por el avance de la revolución tecnológica, caracterizada por la internacionalización de la producción y por la expansión de los flujos financieros; regionalización caracterizada por la formación de bloques económicos; fragmentación que divide globalizadores y globalizados, centro y periferia, los que mueren de hambre y los que mueren por el excesivo consumo de alimentos, rivalidades regionales, enfrentamientos políticos, étnicos y confesionales, terrorismo.

El término «sustentabilidad» puede no ser muy apropiado para lo que pretendemos exponer a continuación, que es darle a ese concepto un nuevo significado. De hecho, es un término «sustentable» que asociado al desarrollo, sufrió un gran desgaste. Mientras para algunos es solamente un rótulo, para otros se tornó la propia expresión del absurdo lógico: desarrollo y sustentabilidad serian lógicamente incompatibles. Para nosotros es más que un calificativo del desarrollo. Va más allá de la preservación de los recursos naturales y de la viabilidad de un desarrollo sin agresión al medio ambiente. Implica un equilibrio del ser humano con él mismo y con el planeta, más aún, con el universo.

La sustentabilidad que defendemos se refiere al propio sentido de lo que somos, de dónde venimos y para donde vamos, como seres del sentido y donantes de sentido de todo lo que nos rodea.

Ese tema deberá dominar los debates educativos de las próximas décadas. ¿Qué estamos estudiando en las escuelas? ¿No estaremos construyendo una ciencia y una cultura que sirven para la degradación del planeta y de los seres humanos? La categoría de sustentabilidad debe ser asociada a la de planetaridad. La Tierra como un nuevo paradigma. Complejidad, universalidad, y la transdisciplinable aparecen como categorías asociadas al tema de planetaridad. ¿Qué implicaciones tiene esa visión del mundo sobre la educación?

El tema nos transporta a una ciudadanía planetaria, a una civilización planetaria, una conciencia planetaria. Una cultura de la sustentabilidad es también, por tanto, una cultura de planetaridad, o sea, una cultura que parte del principio de que la Tierra es constituida por una sola comunidad de seres humanos, los terráqueos, y que son ciudadanos de una única nación.

1. Sociedad sustentable Nuestra intención es lanzar a continuación el debate a respecto a una Pedagogía de la Tierra, que comprenda la ecopedagogía y la educación sustentable. Ese debate ya tuvo su inicio con el nacimiento del concepto de «desarrollo sustentable» utilizado por primera vez por la ONU en 1979, indicando que el desarrollo podría ser un proceso integral que debería incluir las dimensiones culturales, étnicas, políticas, sociales, y ambientales, y no solamente las dimensiones económicas. Ese concepto fue diseminado mundialmente por los informes del Worldwatch Institute en la década de los 80 y particularmente por el informe «Nuestro Futuro Común» elaborado por la Comisión de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo, en 1987.

Muchas fueron las críticas hechas a ese concepto posteriormente, en numerosas ocasiones por su uso reducible y trivialización, a pesar de parecer «políticamente correcto» y «moralmente noble». Existen otras expresiones que tienen una base conceptual común y que son complementarias, tales como: «desarrollo humano», «desarrollo humano sustentable» y «transformación productiva con equidad». La expresión «desarrollo humano» tiene la ventaja de situar el ser humano en el centro del desarrollo. El concepto de desarrollo humano, cuyos ejes centrales son «equidad» y «participación», es un concepto aún en fase evolutiva y que se opone a la concepción neoliberal del desarrollo. Concibe la sociedad desarrollada como una sociedad equitativa que será lograda a través de la participación de las personas. Como el concepto de desarrollo sustentable, el concepto de desarrollo humano es mucho más amplio y, algunas veces, aún un poco vago. Las Naciones Unidas, en los últimos años, pasaron a usar la expresión «desarrollo humano» como indicador de calidad de vida basada en índices de salud, longevidad, madurez psicológica, educación, ambiente limpio, espíritu comunitario y entretenimiento creativo, que son también los indicadores de una sociedad sustentable, o sea, una sociedad capaz de satisfacer las necesidades de las generaciones de hoy sin comprometer la capacidad ni las oportunidades de las generaciones futuras.

Las críticas al concepto de desarrollo sustentable y a la propia idea de sustentabilidad parten del hecho que el ambientalismo trata separadamente los asuntos sociales y los asuntos ambientales. El movimiento conservacionista apareció como una tentativa elitista de los países ricos en el sentido de reservar grandes áreas naturales preservadas para su entretenimiento y contemplación, la Amazonía, por ejemplo.

No era una preocupación por la sustentabilidad del planeta, pero sí por la continuidad de sus privilegios, en contraste con las necesidades de la mayoría de la población. Ante esas críticas, el éxito de la lucha ecológica hoy depende mucho de la capacidad de los ecologistas de convencer a la mayoría de la población, al sector más pobre, de que se trata no solamente de limpiar los ríos, descontaminar el aire, reforestar los campos devastados para que podamos vivir en un planeta mejor en un futuro distante. Se trata de dar una solución, simultáneamente, a los problemas ambientales y a los problemas sociales. Los problemas que trata la ecología afectan no sólo al medio ambiente, sino que afectan al ser más complejo de la naturaleza que es el ser humano.

El concepto de «desarrollo» no es un concepto neutro. Tiene un contexto bien definido dentro de una ideología del progreso, que supone una concepción de historia, de economía, de sociedad y del propio ser humano. El concepto fue utilizado en una visión colonizadora, durante muchos años, la cual dividió a los países del globo en «desarrollados», «en desarrollo» y «subdesarrollados»… sujeto siempre a un patrón de industrialización y de consumo. Este concepto supone que todas las sociedades deberán orientarse por una única vía de acceso al bienestar y a la felicidad, alcanzables únicamente por la acumulación de bienes materiales. Se impusieron metas de desarrollo por medio de políticas económicas neo-colonialistas de los países llamados «desarrollados», en muchos casos, con un gran aumento de la miseria, de la violencia y del desempleo.

Conjuntamente con ese modelo económico, con sus ajustes a veces criminosos, fueron trasplantados valores éticos e ideales políticos que condujeron a la falta de estructuración de pueblos y naciones. No es de sorprenderse, por lo tanto, que muchos tengan reservas cuando se habla en desarrollo sustentable.

El tema desarrollo llevó a una «agonía del planeta». Tenemos hoy conciencia de una inminente catástrofe si no traducimos esa conciencia en acciones para retirar del desarrollo esa visión predatoria, concebirlo de una forma más antropológica y menos economista y salvar la Tierra.

Parece claro que entre sustentabilidad y capitalismo existe una incompatibilidad de principios. Esa es una contradicción de base que está incluso en el centro de todos los debates de la Carta de la Tierra y que puede hacerla inviable. Se intenta conciliar dos términos inconciliables. No son inconciliables en sí, metafísicamente. Son inconciliables en el actual contexto de la globalización capitalista. El concepto de desarrollo sustentable es impensable e inaplicable en ese contexto. El fracaso de la Agenda 21 lo demuestra. En ese contexto, el «desarrollo sustentable» es tan inconciliable como la «transformación productiva con equidad» defendida por la CEPAL. ¿Cómo puede existir un crecimiento con equidad, un crecimiento sustentable en una economía volcada hacía la ganancia, por la acumulación ilimitada, por la exploración del trabajo y no por las necesidades de las personas? Llevado a sus últimas consecuencias, la utopía o el proyecto del «desarrollo sustentable», pone en duda no solamente el crecimiento económico ilimitado y predador de la naturaleza, sino las formas de la producción capitalista. Eso solamente tendría sentido en una economía solidaria, una economía volcada a la «compasión» y no a la ganancia

Los graves problemas socio-ambientales y las críticas al modelo de desarrollo fueron generando en la sociedad mayor conciencia ecológica en las últimas décadas. Aunque esa conciencia no haya aún provocado cambios significativos en el modelo económico y en los rumbos de las políticas gubernamentales, algunas experiencias concretas apuntan hacia una creciente sociedad sustentable en marcha, como lo demostró la Conferencia de Asentamientos Humanos Hábitat II, organizada por las Naciones Unidas en Estambul, Turquía, en 1997. En esa Conferencia fueron presentadas experiencias concretas de lucha contra la «crisis urbana», como es la violencia, el desempleo, la falta de vivienda, transporte y salubridad, que viene degradando el medio ambiente y la calidad de vida. Esas experiencias apuntan hacia el nacimiento de una ciudad sustentable. Las políticas de sustentabilidad económica y social, poco a poco, van apareciendo, constituyéndose en una esperanza real de que aún estamos a tiempo para enfrentar «nuestros desafíos globales».

2. Educación sustentable La sensación de pertenencia al universo no comienza en la edad adulta, ni tampoco por un acto razonable. Desde la infancia, nos sentimos unidos con algo que es mucho mayor que nosotros. Desde niños nos sentimos profundamente unidos al universo y nos colocamos delante de él con una expresión mixta de respeto y asombro. A través de nuestra vida, buscamos respuestas a lo que somos, de dónde vinimos, para dónde vamos, en fin, cual es el sentido de nuestra existencia. Es una búsqueda incesante que jamás termina. La educación puede jugar un papel preponderante en ese proceso si nos enseña a valorar muchos asuntos filosóficas fundamentales, pero también, se logra explorar al lado del conocimiento esa capacidad que todos tenemos de encantarnos con nuestro universo. Hoy, tomamos conciencia de que el sentido de nuestras vidas no está separado del sentido del propio planeta. Frente a la degradación de nuestras vidas en el planeta llegamos a una verdadera encrucijada entre un caminoTecnozoico, que pone toda la fe en la capacidad de la tecnología de sacarnos de la crisis sin cambiar nuestro estilo contaminador y consumista de vida, y un camino Ecozoico, basado en una nueva relación saludable con el planeta, reconociendo que somos parte de un mundo natural, viviendo en armonía con el universo, caracterizado por las actuales preocupaciones ecológicas. Tenemos que escoger. Esto definirá nuestro futuro. Realmente, no me parece que sean caminos totalmente opuestos. La tecnología y el humanismo no se contraponen. Pero, claro está, hubo excesos en nuestro estilo contaminador y consumista de vida que no es producto de la tecnología, sino del modelo económico. Esto es lo que debe ser visto como la causa, y constituye uno de los roles en el que deberá orientarnos la educación sustentable o ecológica.

El desarrollo sustentable, visto de una forma crítica, tiene un componente educativo formidable: la preservación del medio ambiente depende de una conciencia ecológica y la formación de la conciencia depende de la educación. Aquí entra en escena la Pedagogía de la Tierra, la ecopedagogía. Ésta constituye una pedagogía para la promoción del aprendizaje del «sentido de las cosas a partir de la vida cotidiana», como dicen Francisco Gutiérrez y Cruz Prado en su libro ecopedagogía y ciudadanía planetaria (São Paulo, IPF/Cortez, 1998). Encontramos el sentido al caminar, viviendo el contexto y el proceso de abrir nuevos caminos; no solamente observando el camino.

Es, por consiguiente, una pedagogía democrática y solidaria. La investigación de Francisco Gutiérrez y Cruz Prado sobre la ecopedagogía se originó en la preocupación en el sentido de la vida cotidiana. La formación está ligada al espacio/tiempo en el cual se realizan concretamente las relaciones entre el ser humano y el medio ambiente. Éstas se encuentran sobre todo a nivel de sensibilidad del individuo, mucho más que en a nivel de la conciencia. Por lo tanto, se encuentran mucho más al nivel de la subconciencia: no las percibimos y, muchas veces, no sabemos cómo suceden. Es necesaria una ecoformación para volverlas conscientes. Y la ecoformación necesita de una ecopedagogía. Como destaca Gastón Pineau en su libro De l’air: essai sur l’écoformation (París, Païdeia, 1992) una serie de referencias se asocian para eso:

la inspiración bachelardiana, los estudios del imaginario, el abordaje de la transversalidad, de la transdisciplinalidad y de la interculturalidad, el constructivismo y la pedagogía de la alternancia. Necesitamos una ecopedagogía y una ecoformación hoy, necesitamos de una Pedagogía de la Tierra, justamente

Necesitamos una ecopedagogía y una ecoformación hoy, necesitamos de una Pedagogía de la Tierra, justamente porque sin esa pedagogía para la reeducación del hombre o la mujer, principalmente del hombre occidental, prisionero de una cultura cristiana predatoria, no podremos hablar más de la Tierra como un hogar, como un abrigo, para el «bicho-hombre», como lo dice Paulo Freire. Sin una educación sustentable, la Tierra continuará solamente siendo considerada como el espacio de nuestro sustento y del dominio técnico-tecnológico, objeto de nuestras investigaciones, ensayos, y, algunas veces, de nuestra contemplación. Pero no será el espacio de vida, el espacio de nuestro abrigo, del «cuidado» (Leonardo Boff, Saber cuidar, Petrópolis, Vozes, 1999). No aprendemos a amar la Tierra leyendo libros sobre esa materia, ni tampoco en libros de ecología integral. La experiencia propia es lo que cuenta. Sembrar y acompañar el crecimiento de un árbol o de una plantita, caminando por las calles de la ciudad o aventurándose en una floresta, escuchando el canto de los pájaros en las mañanas asoleadas o quien sabe, observando como el viento mueve las hojas, sintiendo la arena caliente de nuestras playas, mirando las estrellas en una noche oscura.

Existen muchas formas de encantamiento y de emoción frente a las maravillas que la naturaleza nos brinda. Es lógico que exista la polución, la degradación ambiental para recordarnos que podemos destruir esa maravilla y para formar nuestra conciencia ecológica y movernos hacia la acción.

Acariciar una planta, contemplar con ternura una puesta del sol, oler el perfume de una hoja de pitanga (frutilla), de guayaba, de naranja o de ciprés, del eucalipto… son múltiples formas de vivir en relación permanente con este planeta generoso y compartir la vida con todos los que en él habitan o lo componen. La vida tiene sentido, pero ella sólo existe cuando existe en relación. Como dice el poeta brasileño Carlos Drummond de Andrade: «Soy un hombre disuelto en la naturaleza. Estoy floreciendo en todos los robles». Eso Drummond sólo podría decirlo aquí en la Tierra. Se estuviese en otro planeta del sistema solar, no diría lo mismo. Solamente la Tierra es amigable con el ser humano. Los demás planetas son, honestamente, hostiles a él, aunque hayan sido originados por el mismo polvo cósmico. ¿Existirán otros planetas fuera del sistema solar que alberguen vida, quizás una vida inteligente? Si tomamos en consideración que la materia de la cual se originó el universo es la misma, es muy probable que así sea. Pero, por ahora, solo contamos con uno que es indudablemente nuestro amigo.

Tenemos que aprender a amarlo. ¿Cómo se traduce en la educación el principio de la sustentabilidad? Se traduce por preguntas como: ¿Hasta qué punto hay sentido en lo que hacemos? ¿Hasta qué punto nuestras acciones contribuyen con la calidad de vida de los pueblos y con su felicidad? ¿Es la sustentabilidad un principio reorientador de la educación y principalmente de los currículos, objetivos y métodos? Es en ese contexto de evolución de la propia ecología que aparece, y que aún gatea, lo que llamamos «ecopedagogía», inicialmente llamada de «pedagogía del desarrollo sustentable» y que hoy ultrapasó ese sentido.

La ecopedagogía se está desarrollando sea como un movimiento pedagógico, sea como un abordaje curricularComo la ecología, la ecopedagogía también puede ser entendida como un movimiento social y político. Como todo movimiento nuevo, en proceso, en evolución, él es complejo y, puede tomar diferentes direcciones, y algunas veces contradictorias. Él puede ser entendido diferentemente como lo son las expresiones «desarrollo sustentable» y «medio ambiente». Existe una visión capitalista del desarrollo sustentable y del medio ambiente que, por ser anti-ecológica, debe ser considerada como una «trampa», como viene argumentando Leonardo Boff.

La ecopedagogía también implica una reorientación de los currículos para que incorporen ciertos principios defendidos por ella. Estos principios deberían, por ejemplo, orientar la concepción de los contenidos y la elaboración de los libros didácticos. Jean Piaget nos enseñó que los currículos deben contemplar lo que es significativo para el alumno. Sabemos que eso es correcto, pero incompleto. Los contenidos curriculares tienen que ser significativos para el alumno, y solo serán significativos para él, si esos contenidos son significativos también para la salud del planeta, para un contexto más amplio.

Colocada en este sentido, la ecopedagogía no es una pedagogía a más, al lado de otras pedagogías. Ella solo tiene sentido como proyecto alternativo global donde la preocupación no está apenas en la preservación de la naturaleza (Ecología Natural) o en el impacto de las sociedades humanas sobre los ambientes naturales (Ecología Social), pero en un nuevo modelo de civilización sustentable desde el punto de vista ecológico (Ecología Integral) que implica un cambio en las estructuras económicas, sociales y culturales. Ella está unida, por lo tanto, a un proyecto utópico: cambiar las relaciones humanas, sociales y ambientales que tenemos hoy. Aquí está el sentido profundo de la ecopedagogía, el de una Pedagogía de la Tierra, como la llamamos.

La ecopedagogía no se opone a la educación ambiental. Todo lo contrario, para la ecopedagogía la educación ambiental es una conjetura. La ecopedagogía la incorpora y ofrece estrategias, propuestas y medios para su realización concreta. Fue justamente durante la realización del Foro Global 92, en el cual se discutió mucho la educación ambiental, que se percibió la importancia de una pedagogía del desarrollo sustentable o de una ecopedagogía. Hoy, sin embargo, la ecopedagogía se ha convertido en un movimiento y en una perspectiva de educación mayor que una pedagogía del desarrollo sustentable. Ésta se inclina más hacia la educación sustentable, hacia una ecoeducación, que es mucho más amplia que la educación ambiental. La educación sustentable no se preocupa solamente por una relación saludable con el medio ambiente, sino también con el sentido más profundo de lo que hacemos con nuestra existencia, a partir de nuestra vida cotidiana.

Conciencia planetaria, ciudadanía planetaria, civilización planetaria La globalización, impulsada sobre todo por la tecnología, parece determinar cada vez más nuestras vidas. Las decisiones sobre lo que nos pasa en nuestro día a día parece que se nos escapa, por tomarlas lejos de nosotros mismos, comprometiendo nuestro papel de sujetos de la historia. Pero esto no está bien. Como fenómeno y como proceso, la globalización se volvió irreversible, pero no ese tipo de globalización. el globalismo. al cual estamos sometidos hoy: la globalización capitalista. Sus efectos más inmediatos son el desempleo, la profundización de las diferencias entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco, la pérdida de poder y autonomía de muchos Estados y de muchas Naciones.

Tenemos entonces que distinguir los países que hoy comandan la globalización, los globalizadores (países ricos), de los países que sufren la globalización, los países globalizados (pobres). Dentro de este complejo fenómeno podemos distinguir también la globalización económica, realizada por las transnacionales, de la globalización de la ciudadanía. Ambas se utilizan de la misma base tecnológica, pero con lógicas opuestas. La primera, sometiendo Estados y Naciones, es comandada por el interés capitalista; la segunda globalización es la realizada a través de la Organización de la Sociedad Civil. La Sociedad Civil globalizada es la respuesta que la Sociedad Civil como un todo y las ONGs están dando hoy a la globalización capitalista. En este sentido, el Foro Global 92 se constituyó en un evento de los más significativos del final del siglo XX: dio gran impulso a la globalización de la ciudadanía. Hoy, el debate con relación a la Carta de la Tierra se está constituyendo en un factor importante de construcción de esta ciudadanía planetaria. Cualquier pedagogía, pensada fuera de la globalización y del movimiento ecológico, tiene hoy serios problemas de contextualización.

«Extranjero yo no voy a ser. Ciudadano del mundo yo soy», dice una de las letras de una música cantada por el cantante brasileño Milton Nascimento. Si los niños de nuestras escuelas entendiesen con profundidad el significado de las palabras de esta canción, estarían iniciando una verdadera revolución pedagógica y curricular. ¿Cómo puedo sentirme extranjero en cualquier territorio del planeta si pertenezco a un único territorio, la Tierra? ¡No hay lugar para extranjero entre los terráqueos, en la Tierra! Si soy ciudadano del mundo, no pueden existir para mí las fronteras. Las diferencias culturales, geográficas, raciales y todas las demás diferencias se debilitan, frente de mi sentimiento de pertenencia a la Humanidad.

La noción de ciudadanía planetaria (mundial) se sustenta en la visión unificadora del planeta y de una sociedad mundial. Ella se manifiesta en diferentes expresiones: «nuestra humanidad común», «unidad en la diversidad», «nuestro futuro común», «nuestra patria común», «ciudadanía planetaria». Ciudadanía Planetaria es una expresión adoptada para expresar un conjunto de principios, valores, actitudes y comportamientos que demuestra una nueva percepción de la Tierra como una única comunidad, con frecuencia asociada al «desarrollo sustentable», mucho más amplia de lo que esa relación con la economía. Se trata de un punto de referencia ético indisociable de la civilización planetaria y de la ecología. La Tierra es «Gaia», un súper organismo vivo y en evolución, todo lo que sea hecho en ella se verá reflejado en todos sus hijos.

La cultura de la sustentabilidad supone una pedagogía de sustentabilidad que tome conciencia de la gran tarea de formar la ciudadanía planetaria. Ese es un proceso ya en marcha. La educación para la ciudadanía planetaria está comenzando a través de numerosas experiencias que, aunque muchas de ellas sean locales, apuntan hacia una educación para sentirnos miembros mucho más allá de la Tierra, para vivir una ciudadanía cósmica. Los desafíos son enormes tanto para los educadores como para los responsables de los sistemas educativos. Pero ya existen ciertas señales, en la propia sociedad, que apuntan hacia una creciente búsqueda no solamente de temas espirituales y de autoayuda, sino de un conocimiento científico más profundo del universo.

Movimiento por la ecopedagogía Esa travesía del milenio se caracteriza por un gran avance tecnológico y también por una enorme inmadurez política: mientras que la Internet nos pone en el centro de la Era de la Información, el gobierno humano sigue siendo muy pobre, generando miserias y deterioración. Podemos destruir toda la vida del planeta. Quinientas (500) empresas transnacionales controlan un 25% de la actividad económica mundial y un 80% de las innovaciones tecnológicas. La globalización económica capitalista debilitó los Estados Nacionales imponiendo límites para su autonomía, subordinándolos a la lógica económica de las transnacionales. Gigantescas deudas externas gobiernan algunos países e impiden la implantación de políticas sociales ecualizadores.

Las empresas transnacionales trabajan para 10% de la población mundial que se sitúa en los países más ricos, generando una tremenda exclusión. Ese es el escenario de la travesía, un escenario aún más problemático por la falta de alternativas. Los paradigmas clásicos están agotando sus posibilidades de responder adecuadamente a ese nuevo contexto. No logran explicar esa travesía, mucho menos, pasar por ella.

Muchos falsos profetas y charlatanes ofrecen soluciones mágicas. Una nueva espiritualidad surge muy bien aprovechada por las merco-religiones. La respuesta dada por el estatismo burocrático y autoritario es tan deficiente como el neoliberalismo del dios mercado. El neoliberalismo propone más poder para las transnacionales y los estadistas proponen más poder para el Estado, reforzando sus estructuras. En el medio de todo eso está el ciudadano común que no es, ni empresario, ni Estado. La respuesta parece estar más allá de estos dos modelos clásicos, pero seguramente no en una supuesta «tercera vía» que desea solamente dar sobrevida al capitalismo sofisticando la dominación política, la exploración económica y provocando una enorme exclusión social. La respuesta parece venir hoy del fortalecimiento del control ciudadano frente al Estado y al Mercado, a la Sociedad Civil fortaleciendo su capacidad de gobernarse y controlar el desarrollo. Aquí entra el papel importante de la educación, de la formación para la ciudadanía activa.

Podemos decir que hay una comunidad sustentable que vive en armonía con su medio ambiente, no provocando daños a otras comunidades, ni para la comunidad de hoy, y ni para la de mañana. Y eso no puede constituirse solamente en un compromiso ecológico, pero ético-político, alimentado por una pedagogía, o sea, por una ciencia de la educación y una práctica social definida. En ese sentido, la ecopedagogía, inserta en ese movimiento socio-histórico, formando ciudadanos capaces de escoger los indicadores de calidad de su futuro, se constituye en una pedagogía completamente nueva e intensamente democrática.

Las pedagogías clásicas eran antropocéntricas. La ecopedagogía parte de una conciencia planetaria (géneros, especies, reinos, educación formal, informal y no-formal…). Ampliemos nuestro punto de vista. Del hombre para el planeta, por encima de géneros, especies y reinos. De una visión antropocéntrica para una conciencia planetaria, para una práctica de ciudadanía planetaria y para una nueva referencia ética y social: la civilización planetaria. No se puede decir que la ecopedagogía representa ya una tendencia concreta y notable en la práctica de la educación contemporánea. Si ella ya tuviera sus categorías definidas y elaboradas, ella estaría totalmente equivocada, pues una perspectiva pedagógica no puede nacer de un discurso elaborado por especialistas. Al contrario, el discurso pedagógico elaborado es el que nace de una práctica concreta, probada y comprobada.

Laecopedagogía está aún en formación y en formulación como teoría de la educación. Ella está manifestándose en muchas prácticas educativas que el «Movimiento por la ecopedagogía», liderado por el Instituto Paulo Freire, intenta congregar. El Movimiento por la ecopedagogía, nacido en el seno de la iniciativa de la Carta de la Tierra, está dando apoyo al proceso de discusión de la Carta de la Tierra, indicando justamente una metodología apropiada que no sea la metodología de la simple «proclamación» gubernamental, de una declaración formal, pero la traducción de un proceso vivido y por la participación crítica de la «demanda», como lo dice Francisco Gutiérrez. La Carta de la Tierra debe ser entendida sobretodo como un movimiento ético global para llegarse a un código de ética planetario, sosteniendo un núcleo de principios y valores que hacen frente a la injusticia social e a la falta de equidad reinante en el planeta. Cinco cimientos sostienen a ese núcleo: a) derechos humanos; b) democracia y participación; c) equidad; d) protección de la minoría; e) resolución pacífica de los conflictos. Esos cimientos son frutos de una visión del mundo solidaria y respetuosa de la diferencia (conciencia planetaria). El intercambio planetario que ocurre hoy en función de la expansión de las oportunidades de acceso a la comunicación, notablemente a través de la Internet, deberá facilitar el diálogo ínter y transcultural y el desarrollo de esta nueva ética planetaria. La campaña de la Carta de la Tierra agrega un nuevo valor y ofrece un nuevo impulso a ese movimiento por la ética en la política, en la economía, en la educación, etc. Ella se hará realmente fuerte y, quizás, decisiva, en el momento en que representar un proyecto de futuro un contra proyecto global y local al proyecto político-pedagógico, social y económico neoliberal, que no solamente es intrínsecamente insostenible, como también esencialmente injusto y deshumano.

La Tierra como paradigma Gaia, igual vida. Muchos entienden que es ilegítimo considerar la Tierra como un organismo vivo. Esta calidad la Tierra no tendría. Miremos la vida solamente por la percepción que tenemos de la nuestra y de la vida de los animales y de las plantas. Es verdad, no tenemos el distanciamiento que tienen, en el espacio, los astronautas, pero podemos tener el mismo distanciamiento de los astronautas en el tiempo, mucho más dilatado que el nuestro propio tiempo de vida. La «hipótesis Gaia» que concibe la Tierra como un súper organismo complejo, vivo y en evolución, encuentra respaldo en su historia de billones de años. La primera célula apareció hace ya 4 billones de años. De ese tiempo hacia ahora el proceso evolucionado de la vida no ha cesado de presentar complejidad, formando ecosistemas interdependientes dentro del macrosistema Tierra que, por su vez, es un microsistema, si comparado con el macrosistema del Universo. Solamente logramos entender la Tierra como un ser vivo distanciándonos de ella en el tiempo y en el espacio.

La visión que los astronautas tuvieron «de lejos» los cambió muchísimo a ellos y también a nosotros mismos que no vivimos directamente esa fantástica experiencia. No solo ella fue vista como una bola azul en el medio de la oscuridad del universo, pero fue percibida como una sola unidad. Por lo tanto interfirió también en la visión que tenemos de nosotros mismos, como una «única comunidad» (Leonardo Boff), como un «sistema vivo» (Fritjop Capra). Esa visión cambió nuestra conciencia, con el paradigma que nos orientaba hasta entonces. Con la conciencia planetaria nació nuestra conciencia de ciudadanía planetaria.

Es verdad, el paradigma de la razón instrumental nos condujo a la violencia y a la negación de valores humanos fundamentales como la intuición, la emoción, la sensibilidad. Somos humanos porque sentimos, percibimos, amamos, soñamos. Pero hay también un peligro o una trampa en ese nuevo paradigma: él puede llevarnos a la contemplación de la naturaleza y hasta a la mistificación de la realidad, a una espiritualidad canalizada por una religiosidad basada en la pasividad. En vez de la solidaridad y de la lucha por la justicia, estaríamos esperando por un mundo mejor sin trabajo, sin esfuerzo, sin conquista, sin sacrificios. Nuevos valores humanos que no toman en cuenta la complejidad y la contradicción inherente a todos los seres, objetos y procesos destruye la posibilidad de un cambio cualitativo en dirección de un nuevo y necesario proyecto civilizacional. Para dimensionarnos como miembros de un inmenso cosmos, para que asumamos nuevos valores, basados en la solidaridad, en la afectividad, en la trascendencia y en la espiritualidad, para superar la lógica de la competitividad y de la acumulación capitalista, debemos abrir un difícil camino. Ningún cambio es pacífico.

Pero él no se hará realidad, orando, rezando, solamente por nuestro puro y sincero deseo de cambiar el mundo. Como nos enseñó Paulo Freire, cambiar el mundo es urgente, difícil y necesario. Pero para cambiar el mundo es necesario conocer, leer el mundo, entender el mundo, también científicamente, no solamente emocionalmente, y, sobretodo, intervenir en él, organizacionalmente. El racionalismo debe ser condenado sin condenar el uso de la razón. La lógica racionalista nos llevó a saquear la naturaleza, nos llevó a la muerte en nombre del progreso. Pero la razón también nos llevó a la descubierta de la planetarización. La poética y emocionante afirmación de los astronautas de que la Tierra era azul fue posible después de millones de años de dominio racional de las leyes de la propia naturaleza.

Debemos condenar la racionalización sin condenar la racionalidad. Al llegar a la Luna por primera vez, el astronauta Neil Amstrong afirmó: «un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad». Eso fue posible a través de un descomunal esfuerzo humano colectivo que tomó en consideración todo el conocimiento técnico, científico y tecnológico acumulado hasta entonces por la humanidad.

Eso no es nada despreciable. Si hoy formamos redes de redes en el enmarañado mundo de la comunicación planetaria por la Internet, eso fue posible gracias al uso tanto de la imaginación, de la intuición, de la emoción, cuanto de la razón, por el gigantesco y sufrido esfuerzo humano para descubrir cómo podremos vivir mejor en este planeta, como podremos interactuar con él. Es cierto que lo hemos hecho de manera equivocada. Nos consideramos «superiores» gracias a nuestra racionalidad y exploramos la naturaleza sin cuidado, sin respecto por ella. No nos relacionamos con la Tierra ni con la vida con emoción, con afecto, con sensibilidad. En ese campo estamos apenas gateando. Pero, estamos aprendiendo. Estamos presenciando el nacimiento del ciudadano planetario.

Aún no logramos imaginarnos todas las consecuencias de ese singular evento. En ese momento sentimos, percibimos, nos emocionamos con ese hecho, pero no conseguimos adecuar nuestras mentes y nuestras formas de vida a ese acontecimiento espectacular en la historia de la humanidad. Percibimos, como Edgar Morin, que es necesario ecologizar todo, y así, ensayaremos la vida en este nuestro planeta cuyos habitantes descubrirán la planetarización. ¿Qué podemos hacer desde ya? Podemos interrogarnos profundamente sobre los paradigmas que nos orientaron hasta hoy y ensayar la vivencia de un nuevo paradigma que es la Tierra vista como una única comunidad. Y continuar caminando, juntos, para que logremos llegar «allá» aún a tiempo. Moacir Gadotti es profesor titular de la Universidad de São Paulo, Director del Instituto Paulo Freire y autor de varias obras, entre ellas: La educación contra la educación (Paz y Tierra, 1979: Francés y Portugués), Invitación a la lectura de Paulo Freire (Scipione, 1988: Portugués, Español, Inglés, Japonés e Italiano), Historia de las ideas pedagógicas (Ática, 1993: Portugués y Español), Pedagogía de praxis (Cortes, 1994: Portugués, Español e Inglés), Perspectivas actuales de la educación (Artes Médicas, 2000) y Pedagogía de la Tierra (Petrópolis, 2000). Este artículo es el resultado de diversos debates en encuentros y en congresos y especialmente en la Conferencia Continental de las Américas, en diciembre de 1998, en Cuiabá (MT) y durante el Primer Encuentro Internacional de la Carta de la Tierra en la Perspectiva de la Educación, organizado por el Instituto Paulo, con el apoyo del Consejo de la Tierra y de la UNESCO, del 23 al 26 de Agosto de 1999, en São Paulo y del I Foro Internacional sobre Ecopedagogía, realizado en la Facultad de Sicología y Ciencias de la Educación de la Universidad del Porto, Portugal, del 24 al 26 de marzo de 2000. El autor viene acompañando ese tema desde 1992 cuando representó la ICEA (Internacional Community Education Association) en la Rio-92 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo), llamada de «Cúpula de la Tierra», que elaboró y aprobó la Agenda 21. En el Foro Global-92, en la misma época, coordinó, al lado de Moema Viezer, Fabio Cascino, Nilo Diniz y Marcos Sorrentino, la «Jornada Internacional de Educación Ambiental» que elaboró el «Tratado de Educación Ambiental para Sociedades Sustentables y Responsabilidad Global». Este texto retoma ideas tratadas en el libro Pedagogía de la Tierra publicado por la Editora Petrópolis de São Paulo.

Fuente:http://www.uyitskaan.org/wp-content/uploads/2015/06/Pedagog%C3%ADa-de-la-Tierra-y-Cultura-de-la-Sustentabilidad.pdf

Fuente imagen : https://quintacohorte2013.files.wordpress.com/2015/05/environmental-protection-326923_1280.jpg?w=551&h=367

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Nicaragua: Organizan Cruzada Nacional de Educación Ambiental

Nicaragua/Julio de 2016/El Nuevo Diario

Ejemplo. El éxito que tuvo la Cruzada Nacional de Alfabetización durante los ochenta impulsó al Foro Nacional de Reciclaje (Fonare) a emprender una Cruzada Nacional de Educación Ambiental, que pretende ser la más importante que se haya hecho en el país.

Un grupo de ambientalistas pretende lanzar la Cruzada Nacional de Educación Ambiental más grande del país, la que involucrará a estudiantes universitarios y de cuarto y quinto año de secundaria, quienes recibirán capacitaciones sobre el tema del cuido a la naturaleza para luego reproducir sus conocimientos de casa en casa a toda la población nicaragüense. 

“Entre las acciones que vamos a impulsar está que vamos a ir barrio por barrio alfabetizando, dándole a la población al menos dos horas de entrenamiento sobre el manejo de la basura, su importancia económica y la utilidad que tiene esta, así como los delitos ambientes y sus consecuencias”, expresó el ambientalista Kamilo Lara.

“Con esta Cruzada Nacional de Educación Ambiental estaríamos estableciendo un récord mundial, porque no hay ningún programa de esta magnitud que se haya hecho en el mundo, incluso, esperamos obtener los mismos resultados que tuvo la Cruzada Nacional de Alfabetización de Nicaragua, que ha sido reconocida a nivel mundial a través de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) como una de las mejores”, indicó Lara, Director Ejecutivo del Foro Nacional de Reciclaje (Fonare) y principal impulsador de esta acción.

La Cruzada Nacional de Educación Ambiental pretende lanzarse a finales de agosto, la cual se distinguirá por un personaje que se dará a conocer en el mismo mes, “para que toda la población se identifique con nosotros, aunque eso sí, no queremos que pase como con las canciones pegajosas y con mensaje que las gente se las aprende y termina haciendo lo contrario, tenemos la confianza que con esta cruzada la gente tomará conciencia”, expresó Lara.

Esta pretenderá reducir los botaderos ilegales, así como la basura en las calles, porque además generan contaminación visual y al mismo ambiente, de esta forma también se fortalecerán las cooperativas de reciclaje porque se establecerán maneras para que la gente reuse todo lo que piense que ya no sirve.

En esta cruzada participarán unos 5 mil jóvenes, quienes recibirán capacitaciones para ir luego casa a casa. Su colaboración ya fue aprobada por el Gobierno de Nicaragua, el Ministerio de Educación (Mined) y el Consejo Nacional de Universidades (CNU), como parte de las actividades extracurriculares de los estudiantes, explicó Lara.

-Basura y reciclaje, uno de los temas a tratar-

Las organizaciones ambientales involucradas tendrán el respaldo técnico y económico del personal de la organización Earth Day Network, quienes vendrán al país el próximo mes para concretizar los planes de apoyo y reproducir las cartillas que utilizarán los facilitadores.

El ambientalista se refirió también a la importancia que tiene el reciclaje y la separación de la basura. Para darnos una idea, señaló que en el 2013 Nicaragua exportó en materia prima de basura 42 millones de dólares, estando el reciclaje muy por arriba de otros rubros de exportación.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/398694-organizan-cruzada-nacional-educacion-ambiental/

 

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Colombia: Canecas de basura ecológicas, la iniciativa para cuidar el medio ambiente en Buenaventura

América del Sur/Colombia/24 de Julio de 2016/Fuente: El País

Un grupo de bonaverenses adelanta una iniciativa que busca contribuir con un medio ambiente mejor al elaborar canecas de basura con botellas plásticas.

Cada una de las canecas que hacen parte de este proyecto necesitó 124 botellas plásticas, que fueron recicladas durante varias semanas, para lograr el objetivo.

El artista bonaverense José Luis Ramirez Garcerá plasmó dibujos alusivos al paisaje de la ciudad en cada una de las canecas, las cuales se instalaron en puntos representativos de la zona centro.

El director del Establecimiento Público Ambiental, EPA, José Humberto Anizares, aseguró que «se estudia la instalación de estas canecas de basuras en diferentes sectores de Buenaventura, se apunta al manejo adecuado de los residuos sólidos, orgánicos e inorgánicos; en la que se plantea una propuesta cultural de selección y clasificación de residuos sólidos domiciliarios y porque no, la generación de empleos”.

Además de innovar, con las nuevas canecas de basura se busca reducir el número de toneladas de residuos sólidos que produce la ciudad al mes. Según información de la EPA, son unas 7.300 toneladas  mensuales, de las cuales el 78% corresponden a las de las viviendas.

«La campaña busca sensibilizar a los ciudadanos sobre el cuidado con el ambiente reutilizando material reciclable para en los mismos recolectar residuos sólidos», aseguró Marino Mosquera, Subdirector de Educación e Investigación Ambiental del EPA, entidad que lidera la iniciativa.

Fuente: http://www.elpais.com.co/elpais/valle/noticias/canecas-basura-ecologicas-iniciativa-para-cuidar-medio-ambiente-buenaventura

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Asombroso: Por primera vez en 100 años, nacen tortugas bebés en las Galápagos.

www.ecoportal.net/22-07-2016/

Pero estas pequeñas crías traen además muy buenas noticias para la especie, ya que su nacimiento podría significar una gran ayuda para estos animales en peligro crítico para tener un nuevo comienzo y evitar su inminente desaparición debido a los efectos de las acciones del ser humano.

James Gibbs fue uno de los investigadores que anunciaron la gran noticia y que estuvo presente cuando los primeros huevos eclosionaron en diciembre de 2014.

“Estoy asombrado de que las tortugas nos dieran la oportunidad de enmendar nuestros errores después de tanto tiempo”

–James Gibbs–

Cuando los navegantes llegaron por primera vez a la isla en el siglo 18, inadvertidamente gatillaron una catástrofe ambiental que ha tardado muchas generaciones en ser corregida. Las ratas a bordo de los barcos rápidamente se propagaron el frágil ecosistema de la isla y se dieron un festín con los huevos detortugas que hasta entonces contaban con muy pocos depredadores.

La influencia de las ratas fue tan devastadora que en las próximas décadas ni una sola cría de tortuga sobrevivió y ese fue el comienzo de un rápido viaje hacia la extinción de esta especie. Pero ahora el ser humano busca reivindicar este error y ha ayudado a que las tortugas retornen a la isla.

En los años 60 un grupo de conservacionistas comenzó un plan para preservar a la especie, que en ese entonces sólo contaba con 100 ejemplares vivos.

Los pocos huevos que encontraron intactos en la playa fueron recolectados e incubados en otra isla y una vez que las tortugas nacieron, las criaron por otros 5 años para asegurar su supervivencia. Pero el problema de las ratas en la isla continuaba…

Para erradicar a las ratas los biólogos diseñaron una arriesgada maniobra: en 2012 vertieron veneno desde helicópteros, diseñado especialmente para atraer a las ratas y ellas cayeron en la trampa.

¡Por primera vez en años la isla estaba libre de ratas!

Esto les dio a las tortugas la tan esperada oportunidad de recuperar su especie y su hogar.

“Hicimos un reconocimiento (en diciembre de 2014) para ver si había funcionado para las tortugas y encontramos 10 sitios de anidación. Esta era la primera vez en cien años que esto ocurría de forma natural y salvaje en la isla. Dadas las probabilidades de proyección, estoy seguro de que hay cien sitios más por ahí”

–James Gibbs–

Ahora se estima que hay alrededor de 500 tortugas (o más) en la isla.

 

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Fiji: Climate Change Adaption and Education

Oceania/Fiji/22 de Julio de 2016/Fuente: Fiji Sun Online

RESUMEN: La conferencia sobre Actualización del Pacífico en la Universidad del Pacífico Sur (USP) en Laucala dedicó una sesión para discutir la Adaptación del  Cambio Climático y la  Educación. El Dr. Tess Martin habló sobre la Enseñanza Técnica en la Unión Europea y el  Proyecto de Formación del Pacífico (UE PacTVET). El propósito del proyecto es la ampliación de la  capacidad regional y nacional y la experiencia técnica para responder  al Cambio Climático (CCA) y los desafíos de la energía sostenible (SE). Al explicar la razón de ser del proyecto, el Dr. Martin dijo que había una necesidad de incluir el cambio climático y la energía sostenible en el plan de estudios de la FTP y construir sistemas de educación y formación sostenibles. «En la actualidad existen proyectos o programas para incluir el cambio climático, la gestión del riesgo de desastres y la energía sostenible en los programas escolares de primaria y secundaria,» dijo.

The 2016 Pacific Update conference at The University of the South Pacific (USP) in Laucala dedicated a session to discuss Climate Change Adaptation and Education.

USP senior lecturer, Dr Tess Martin talked about the European Union Pacific Technical Vocational Education and Training (EU PacTVET) project, while speaking on Quality Assured TVET Qualifications in Resilience for the Pacific Islands Region.

The purpose of the project is to create regional and national capacity and technical expertise to respond to Climate Change Adaptation (CCA) and Sustainable Energy (SE) challenges.

While explaining the project rationale, Dr Martin said there was a need to include climate change and sustainable energy in TVET curriculum and build sustainable education and training systems.

“At present there are projects or programmes to include climate change, disaster risk management and sustainable energy in primary and secondary school curricula,” she said.

“There are also university programmes on climate change, disaster risk management and sustainable energy in the region.”

Head of Department of Crop Production at the Fiji National University, Hirdesh Sachan who spoke on Information Needs for Climate Change Adaptation among Farmers in Fiji, said agriculture was referred to as the backbone of Fiji, however, the sector was not immune to obscurity and faced many challenges.

Two such challenges, he said, were the lack of agricultural information being disseminated to farmers and traditional negative stereotype towards agriculture and adapting to climate change.

“Climate change poses a direct and growing threat to the livelihoods of people in agriculture.

“Poor rural households, whose livelihood depend predominantly on agriculture and natural resources, will bear a disproportionate burden of adverse impacts of climate change and thus should be adaptations in interventions,” Mr Sachan said.

He said that the Pacific islands were the most vulnerable to climate change due to its geographical remoteness and size.

Other topics discussed included building future climate leaders and policy initiatives to promote climate smart production systems.

Fuente: http://fijisun.com.fj/2016/07/22/climate-change-adaption-and-education/

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